UNIVERSIDAD DE MAGALLANES FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y JURÍDICAS DEPARTAMENTO DE ADMINISTRACION Y ECONOMÍA Licenciatura en Ciencias de la Administración Ingeniería en Administración de Negocios Proyecto de Tesis Medición de los efectos de la obsolescencia programada en el desembolso familiar y en el impacto medioambiental de la comuna de Punta Arenas Alumnos: Luis Bahamonde y Camila Berger Profesor: Hernán Rocha Punta Arenas, Mayo de 2018 1. Presentación del problema ¿Cuáles son los efectos de la obsolescencia programada sobre el desembolso de las familias y en el medioambiente de la comuna de Punta Arenas? La obsolescencia programada es el primer concepto que se debe conocer para adentrarse en esta investigación, consta de “un conjunto de técnicas aplicadas para reducir artificialmente la durabilidad de un bien manufacturado con el fin de estimular el consumo repetitivo” (Anabalón, 2016)1. Los bienes manufacturados que se consideran en el estudio consisten en artefactos eléctricos de menor tamaño, de una relativa fácil instalación, cumplen sus funciones dentro del hogar u oficinas y que son de utilidad en áreas de informática, telecomunicaciones, imagen, sonido, cocina, belleza y aseo por decir algunos. El mundo de los electrodomésticos ha evolucionado enormemente desde su entrada en el contexto doméstico y profesional de los consumidores, ha aumentado la inversión en innovación de los fabricante, en consecuencia, los deseos de la demanda se encuentran en constante cambio, creando una percepción más desechable de los productos adquiridos (Fernández, 2014). Por lo que desde la mirada corporativa, algunas de las empresas productoras de artículos electrónicos, razonan que los artefactos confeccionados no deben poseer una gran durabilidad, para que así, el usuario que adquirió un producto tenga que volver a comprarlo prontamente, de esta manera la empresa asegura futuras ventas, porque en el caso contrario, al hacer un producto de excelente calidad y durabilidad que asegure que una familia no tendrá que desembolsar dinero para volver a obtenerlo, las ventas disminuirían, se llegaría a un punto en donde el mercado objetivo completo lo haya conseguido, y esto desemboca en la detención de la producción ya que no se requiere más (Ramírez, 2012), continuamente por esta corriente de transitoriedad el medio ambiente también sufre las consecuencias de las 1 El autor en su texto cita a Slade, G. (2006) malas prácticas en que las empresas y personas incurren para deshacerse de los aparatos en desuso, modelo que se replica en Punta Arenas como también en muchas otras partes del mundo, donde no existen planes de contingencia para detener la contaminación ambiental. Específicamente el problema que se va a abarcar, se sitúa en una obsolescencia tipológicamente funcional, la que corresponde a cuando el producto queda obsoleto por un mal funcionamiento programado, aunque conjuntamente existen otros formas de obsolescencia, solo nos enfocaremos en esta concretamente, a causa de poder traspasar información a la comunidad sobre este tema es lo que impulsa a investigar de qué manera, estas decisiones que toman los fabricantes convergen con los gastos que realizan las familias para poder vivir como lo desean además de la acumulación de desechos que afecta al entorno medioambiental. 2. Significancia del estudio Es relevante investigar sobre este tema dado a que afecta directamente a la población a la hora de tomar la decisión de compra sobre la adquisición de ciertos productos, es decir que el comportamiento de la demanda funciona de cierta forma, por la influencia de los oferentes, más que por opción de cada persona o familia, tema que se liga directamente los derechos de los consumidores, y que es de carácter legal, por otra parte es relevante analizar las consecuencias medioambientales para poder generar planes de acción en estos momentos donde el futuro del planeta es muy desalentador. Sobre a quienes les compete el contenido del trabajo de investigación, se puede inferir que a la totalidad de la población, porque todos en algún momento son consumidores que se mueven bajo un ambiente donde los fabricantes obligan a consumir de la manera que desean y no por las propias creencias; a otro grupo que les compete, son las autoridades, quienes son los que generan los planes para atacar este problema en el ámbito legal y medioambiental. En cuanto a las interrogantes a las que se quiere dar respuesta en el transcurso de la investigación son: - ¿Cuál es el grado de desecho de productos electronicos y su proyección en el futuro? - ¿Cuál es la diferencia monetaria en el gasto familiar en una situación con y sin obsolescencia programada? - ¿Cuáles son los productos más intervenidos por programación para la obsolescencia.? 3. Revisión de la literatura Concepto de Obsolescencia Programada Como primer término que se debe conocer para este estudio, se tiene que la obsolescencia programada es meramente una estrategia empresarial, basada en el diseño, planificación, proyección y control de la vida útil de los productos, con el objetivo de dinamizar la demanda y estimular el consumo e impulsar a los particulares a adquirir otros productos tras la pérdida de funcionalidad de sus bienes o por caducidad (Soto, 2013), esto emerge de la necesidad de maximizar los resultados económicos de las organizaciones (Alvez y Andrade, 2009), este modelo comienza a impulsarse en el año 1929 como respuesta a la crisis económica vivida ese año en Estados Unidos generada por la escasa demanda de bienes materiales, adoptando la característica de estimulante para la economía, y que en 1932, Bernard London propuso como obligatoria para artículos de consumo, en otras palabras, la finalidad de la obsolescencia era producir bienes para que no duraran y fueran descartados en un corto periodo de tiempo, de tal forma que el consumidor tuviera que comprar otros nuevos, estimulando la demanda al alentar al consumidor a comprar de forma artificialmente acelerada nuevos productos si deseaba seguir utilizándolos (Ramírez, 2012). Según Soto (2013) de esta manera se lograba que las empresas continuaran siendo competitivas en el mercado mientras fabrican y comercializan productos de bajo nivel de innovación, esto se podría considerar como una implicación ética de la obsolescencia programada, debido que la empresa pocas veces informaban al consumidor de dicha práctica desleal, en cambio se ingeniaban estrategias de venta que conducían a consumir de manera acelerada (Castrillón y Muñoz, 2015). Existen tres maneras diferentes de clasificar la manera en que los productos se pueden volver obsoletos, a saber: Obsolescencia de función cuando el producto pasa de moda al introducir uno nuevo que realiza una mejor función, obsolescencia de la calidad cuando el producto se descompone o desgasta en un corto tiempo debido a que ha sido fabricado con elementos de mala calidad y obsolescencia psicológica cuando el producto a pesar de continuar con la calidad y prestar el mismo rendimiento, en la mente del consumidor se convierte en obsoleto porque diferente estilo u otro cambio le hace parecer más deseable, hablamos aquí de colores, formas, diseños, estilos llamativos, entre otros. Vale la pena mencionar que los dos últimos tipos de obsolescencia se han configurado como los más influyentes dentro del impulso consumista que mueve al usuario y mantiene el movimiento económico (Castrillón y Muñoz, 2015)2. Así pues, la adopción de estrategias de obsolescencia programada conduce a consecuencias tanto económicas como ambientales; económicas que se manifiestan principalmente a través del gasto en que incurren las familias para la adquisición de productos, ambientales en tanto se refleja un mayor volumen de residuos que se producen al desechar artículos, además de la necesidad de preservar y utilizar con moderación los recursos ambientales. Acuerdos y estrategias empresariales Model year En la segunda década del siglo XX, aparecen unos de los ejemplos de obsolescencia programada en la industria automovilística. A principios de siglo, Ford, mediante el uso de la cadena de montaje, consiguió crear el modelo Ford T. Este modelo, a pesar de ser incómodo y fabricarse sólo en color negro, gozaba de enorme resistencia y de un precio imbatible, por lo que hacerle competencia resultaba muy difícil. General Motors, tras aceptar su incapacidad de competir proporcionando un producto de la misma categoría y precio que el modelo de Ford, decide en 1923 arrancar la estrategia Model 2 El autor en su texto cita a Packard, V. (1960). Year, estrategia de ventas consistente en sacar anualmente un modelo automovilístico distinto al mercado por medio del cambio en el diseño, la parte estética. Ante los buenos resultados que generó tal estrategia en términos económicos, Ford y los otros competidores del sector acabaron adoptando la misma, momento en el que se generalizó la práctica de la obsolescencia programada en el sector del automóvil (Elizalde, 2015). Caso de las ampolletas No mucho más tarde, en el año 1924, se presenta otro ejemplo paradigmático de obsolescencia programada. En este año, las principales empresas productoras de bombillas crearon el cártel Phoebus. Este cártel hizo un pacto con tal de reducir la calidad de las bombillas, que se manifestó en la notable reducción de la vida útil de este producto que antes del pacto llegaba a durar hasta 2.500 horas mientras que posteriormente no sobrepasaba las 1.000 horas. Es más, se previó un mecanismo de control de la durada de las bombillas junto con cuantiosas multas para aquellas empresas que no respetaran el pacto. Aunque este Cártel no existe en la actualidad, las horas de duración de las bombillas sigue siendo un ámbito en el que se da un amplio debate en relación con la obsolescencia programada, especialmente existiendo evidencias como la bancarrota de la empresa de la República Democrática Alemana, Narva, cuyas bombillas de alta durabilidad no tuvieron ningún interés en cuanto a comercialización por los países capitalistas. A menudo, se pone como bandera de la obsolescencia programada la bombilla existente en el parque de bomberos de Livermore, que lleva funcionando desde el año 1901. No obstante, debe destacarse que tanto las condiciones en las que se encuentra como su diseño y estructura son peculiares y no responden a un contexto como sería una casa familiar (Soto, 2013). Caso Monsanto Algunas de las estrategias empresariales utilizadas para cumplir aquel cometido han salido victoriosas e incluso han cambiado la apreciación de consumo de los particulares, quienes, como se planteó en los casos anteriores, los consumidores perciben como natural que los bienes, una vez adquiridos, cumplan un ciclo de utilidad cada vez menor, pero no es la única percepción que los consumidores han tenido sobre la obsolescencia programada, toda vez que otras conductas han dado pie a la “censura popular”. En el sector agrícola, por ejemplo, se generaron hace algunos años varios comentarios cuando la empresa Monsanto, como una de las principales productoras y comercializadora de semillas, adquirió la empresa Delta & Pipe Land, que a su vez era propietaria de una patente que permitía genéticamente deshabilitar la capacidad de una semilla para germinar cuando era plantada en una segunda temporada. Era la clara intención de impedir que los agricultores pudiesen reproducir y almacenar semillas de una temporada, para su uso en la siguiente. Con resultados que amenazaron con ser catastróficos para Monsanto, pues además del desacuerdo que habían mostrado los consumidores de semillas al sentir que el comportamiento empresarial carecía de ética, y de la pérdida de poder de mercado que experimentó la empresa, fueron emprendidas acciones de defensa de la competencia que gracias a Monsanto reculó en sus intenciones, no perduraron (Soto, 2013). Caso Apple Otro caso en el mismo sentido del ejemplo anterior es este, no de los ejemplos más emblemáticos de obsolescencia programada, junto con el Cártel Phoebus, tal vez sea el de la multinacional Apple, a la cual se ha atribuido haber implementado como política comercial una modalidad especial e inmensamente compleja de obsolescencia programada, constituida por varias maniobras que se detallarán a continuación. La primera de estas conductas se refiere a la escasa durabilidad de la batería de litio del reproductor de audio digital portátil fabricado por Apple Inc., conocido comercialmente como iPod, este caso llegó a tribunales de Estados Unidos. La segunda de estas conductas se refiere a la implementación, desde el año 2009, en gran parte de los productos Apple, de un tornillo “pentabular”, el cual se basa en una cabeza única de forma de “amapola redondeada de cinco hojas”. Dicho tornillo es fabricado y distribuido exclusivamente por Apple, imposibilitando la opción de reparación por parte de los consumidores, lo cual es una conducta inequívoca de obsolescencia programada, en cuanto obliga a éstos a acudir necesariamente al fabricante o terceros autorizados por este con el fin de reparar sus productos. Esto es contrario a los lineamientos que se están adoptando actualmente en la normativa comunitaria de la Unión Europea, en que se recomienda que las empresas faciliten la reparación de sus productos, entregando a los consumidores manuales de reparación, facilitando la distribución de las piezas de recambio o arreglo. Esta maniobra fue más allá: incluso cuando los consumidores recurrían a los servicios técnicos de Apple para reparar productos fabricados con anterioridad al año 2009, los cuales, lógicamente, no tenían incorporados los tornillos pentabulares, sino que los de tipo genérico, la compañía los reemplazaba por aquellos. De esta forma, las características del producto eran modificadas unilateralmente por parte de Apple, sin el consentimiento del consumidor. Por lo anterior, se restringen las posibilidades de los consumidores para reparar sus productos, permitiendo a Apple consolidar una posición monopolística en este aspecto (Anabalón, 2016). De estas maneras y varias otras no nombradas la empresa Apple demuestra su adopción a prácticas de obsolescencia. Antecedentes económicos y medioambientales El gran efecto indeseado derivado de la obsolescencia programada, no es sólo el derroche de dinero que afecta a nuestro bolsillo cuando renovamos los productos con frecuencia, de acuerdo con Feniss, la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada, se estima que una persona podría ahorrar entre 50.000 y 60.000 Euros (36.971.125 a 44.365.350 pesos chilenos aproximados) a lo largo de su vida si no comprara los productos con la obsolescencia programada (Soler, 2018). Además de las repercusiones monetarias en las familias, según Campos et al. (2015) la obsolescencia programada desencadena el desecho de miles de toneladas de bienes electrónicos que, pudiendo seguir utilizándose, crean un flujo constante de productos que acaban depositados en países del Tercer Mundo. Este hecho viola las leyes impuestas en los tratados internacionales, como el Convenio de Basilea, que impiden utilizar países en vías de desarrollo como “vertedero” de los países de Occidente. Pero las empresas de esta parte de la Tierra se defienden utilizando el término “reciclaje” o nombrando a dichos residuos “productos de segunda mano”. Hoy en día la producción se desarrolla de manera descontrolada, y eso hace que los vertederos aumenten su tamaño cada vez más deprisa (cerca de 40 mil toneladas en 2010). Países como China, Nigeria, India o Ghana son ejemplo de los ya mencionados países en vías de desarrollo que se han convertido en vertederos y, por tanto, en acumuladores de aparatos tecnológicos tóxicos y peligrosos para la salud de sus habitantes. No se puede olvidar tampoco la contaminación que éstos generan, ni del derroche de los residuos y las materias primas que supone. La mayoría de estos aparatos acaban quemándose o destruyéndose dejando al contacto con el medio y con las personas los productos químicos de los que están formados, como el plomo, arsenio, selenio, cadmio, etc., que acarrean consecuencias graves en la salud como la infertilidad, daños en el sistema nervioso, sarpullidos, cánceres o incluso el aborto. Es por ello por lo que al hablar de obsolescencia programada se recurre al término Responsabilidad Social Corporativa de las empresas, definida como el conjunto de obligaciones y compromisos legales y éticos que las empresas asumen para cuidar y mejorar el impacto de sus actividades sobre los ámbitos laboral, social y medioambiental. China es el mayor país receptor de los denominados RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), recibiendo una cantidad de un millón al año provenientes de todo el mundo. Ghana es conocido como “el nuevo vertedero” de Europa, pues alberga una cantidad similar a la anterior. Por otro lado, al llover, las sustancias tóxicas de los ordenadores y televisiones son arrastradas por los ríos matando a los peces y demás moluscos a su paso. Debido a la existencia de más problemas como éste, el Banco Mundial realizó el informe “What a Waste: A Global Review of Solid Waste Management”, el cual, tasa el nivel de residuos en 2.200 millones de toneladas en el año 2025 respecto a los 1.300 millones por año que encontramos actualmente. Este problema fue catalogado como “urgente” por Rachel Kyte, vicepresidenta de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial. El informe acaba concluyendo que los datos incurren en que el problema de la obsolescencia programada y la excesiva producción de residuos resultan del consumo de masas Estudios relacionados Memoria de prueba para grado en Ciencias Jurídicas y Sociales: Obsolescencia programada: análisis desde el derecho comparado y proyecciones de su aplicación en materia civil y de derecho del consumo en Chile” Anabalón (2016), plantea en su memoria una relación de la obsolescencia programada con los derechos de consumidor en Chile, se realizó una primera aproximación jurid ́ ica al fenómeno de la obsolescencia programada, en sus diversas modalidades, que ha sido estudiada y regulada recientemente en el extranjero. Las conductas de obsolescencia planificada se enmarcan dentro de un paradigma económico que podemos denominar “sociedad de consumo”, el cual tiene efectos perjudiciales tanto para los derechos de los consumidores como para la protección del medio ambiente. Trabajo de fin de grado en economía: La obsolescencia programada Tesis de la Universidad del País Vasco que tiene como autor a Yang (2016) donde se plantea la historia y situación actual de la obsolescencia programada, la vinculación con el marketing y publicidad dando énfasis en lo ecológico y la huella medioambiental de la obsolescencia programada, el autor concluye que La economía actual del continuo crecimiento es herencia de las políticas económicas neoclásicas, las cuales no se centran en la sostenibilidad ecológica ni en la igualdad social. La economía circular, la economía del estado estacionario y el decrecimiento en cierto modo son compatibles ya que los tres incluyen los temas de la ecología y la sostenibilidad en sus bases. Trabajo de fin de grado en economía: Obsolescencia programada en el consumo de Smartphones Trabajo de fín de grado de la Universidad Santo Tomás, se habla sobre la obsolescencia programada y su situación historia y actual basándose en el consumo de Smartphones en el mercado colombiano se plantean tipos y causas de la obsolescencia programada y análisis de la problemática, que tiene como resultado que la obsolescencia programada es la principal causante de que el consumidor colombiano se vea atrapado en un círculo vicioso de comprar-tirar-comprar, la cual, no solo genera externalidades negativas en el medio ambiente, generando consecuencias terribles para el entorno en el que vivimos y para todos los seres que habitamos en él, con los millares de desechos electrónicos que se producen diariamente con sus agentes tóxicos, sino que también afecta fuertemente el presupuesto de los individuos (Aparicio et al. 2015) 4. Objetivos Objetivo general El objetivo general de este estudio es comprobar los efectos que la obsolescencia programada genera en el desembolso de las familias y el medio ambiente de la comuna de Punta Arenas. Objetivos específicos Medir el grado de desecho de productos electrónicos en la comuna de punta arenas. Proyectar a futuro el desecho producido por obsolescencia programada en la comuna de punta arenas. Cuantificar el desembolso familiar extra como resultado de la obsolescencia programada. Comparar el desembolso familiar en situación con y sin obsolescencia programada. Identificar los productos más intervenidos en el mercado por programación para la obsolescencia. 5. Operalización de conceptos Desembolso: De desembolsar. Dispendio, gasto, coste. (RAE, 2018) Gasto en que incurren las familias de la comuna de Punta Arenas, medido de forma monetaria, consiste en una disminución del ingreso o renta. Desecho: Residuo, basura. (RAE, 2018) Material que por su no uso u otras razones dejan de ser útiles y no son reciclados. Extra: “Fuera de”, “Además de”. Paga extra. (RAE, 2018) Medición monetaria que considera un valor adicional respecto a una situación inicial o neutra. Futuro: Que está por venir y ha de suceder con el tiempo. (RAE, 2018) Acciones, hecho, circunstancias que ocurrirán en un tiempo próximo. Programar: Preparar ciertas máquinas o aparatos para que empiecen a funcionar en el momento y en la forma deseados. (RAE, 2018) Atribuir ciertas características a objetos de manera consciente. Referencias Alves, A., y M. Andrade. 2009. Estratégia de obsolescência programada: uma análise das consequências ambientais e sócio-econômicas. Anabalón, P. 2016. Obsolescencia programada: análisis desde el derecho comparado y proyecciones de su aplicación en materia civil y de derecho del consumo en Chile, Universidad de Chile, Santiago. Aparicio, M. 2015. 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