Ensayo ¿por qué somos pobres los colombianos? ¿Por qué la pobreza perpetua más pobreza? “El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” Anónimo Basta con salir a la calle para darse cuenta del porque estamos como estamos, en Colombia la selección mayor de futbol, volvió después de 16 años a un mundial ganándole en su debut 3 a 0 a Grecia con autoridad; las primeras noticias en Colombia no solo fueron de celebración sino del exceso de la misma, de las riñas, muertes, heridos y demás que dejó la celebración, todo dentro de una “Ley seca” por ser al día siguiente elecciones presidenciales de segunda vuelta en donde había que elegir entre una Familia Cachaca de clase "bien" -Burguesía nacionalperpetuada en el poder desde 1850 aproximadamente, además de poseer uno de los periódicos más prestigiosos en el país-El Tiempo- , y por otro lado a un ventrílocuo profesional obsesionado por el poder e interviniendo en cada asunto crucial del país cuando se está hablando de Paz. Todo esto para contextualizar que la problemática fundamental del por qué la pobreza perpetua más pobreza somos nosotros mismos. Según la RAE (Real Academia Española) existen 5 definiciones para pobreza, en mi perspectiva la pobreza más que un estado económico en el cual se encuentre un sujeto o un grupo determinado de personas va también muy ligado a la idiosincrasia de los territorios, en este sentido este ensayo lo que busca es mirar desde diferentes perspectivas dicha problemática <Pobreza> por ende se ilustrará desde 3 diferentes puntos que de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas <ONU> en sus objetivos de desarrollo sostenible la Pobreza es el primer objetivo de desarrollo sostenible consiste en poner fin a la pobreza, para nuestro caso los principales ámbitos por lo cual se puede explicar dicha Pobreza, en primer lugar es el Económico esto representando en cifras y estadísticas, en segundo lugar el Socio- Cultural, este representado en la idiosincrasia de los pueblos, el sentido de pertenencia, las costumbres etc y en tercer lugar Educativo, este se enfocará en el acceso y la calidad de la educación para la población vulnerable. Según la ONU los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990. Si bien se trata de un logro notable, 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo aún vive con menos de 1,25 dólares al día, y hay muchos más millones de personas que ganan poco más de esa cantidad diaria, a lo que se añade que hay muchas personas en riesgo de recaer en la pobreza. La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Entre sus manifestaciones se incluyen el hambre y la malnutrición, el acceso limitado a la educación y a otros servicios básicos, la discriminación y la exclusión sociales y la falta de participación en la adopción de decisiones. El crecimiento económico debe ser inclusivo con el fin de crear empleos sostenibles y promover la igualdad1. Según cifras de la ONU: 1 836 millones de personas aún viven en la pobreza extrema´ Página Oficial ONU-ODS: http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/poverty/ Alrededor de 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo vive con menos de 1,25 dólares diarios. La gran mayoría de esos pobres pertenece a 2 regiones: Asia Meridional y África Subsahariana. Los elevados índices de pobreza se ven a menudo en países pequeños, frágiles y afectados por conflictos. En el mundo, 1 de cada 4 niños menores de 5 años no tiene una altura adecuada para su edad. En 2014, 42 000 personas tuvieron que abandonar sus hogares cada día en busca de protección debido a un conflicto. “Si la mierda tuviera valor los pobres nacerían sin culo” Gabriel García Márquez En las zonas rurales de nuestro país la situación no es muy alentadora, debido a que en gran parte son ellos los más afectados por la pobreza, factores como la guerra, el desplazamiento forzado, la concentración de la tierra y la desigualdad. El país enfrenta un problema de definición de lo qué es la población rural. Se catalogan como urbanas todas las cabeceras municipales sin importar el número de habitantes y sólo se considera como rural la población en lo que se denomina "resto". Muchos estudios y programas nacionales ubican como poblaciones urbanas únicamente aquellas localidades que tienen más de 10.000 habitantes en su casco urbano (PÉREZ y FARAH, 1998). Si se tomara este criterio, la población rural del país sería del 42% (IICA, 1998) y no del 31 %, lo cual reafirmaría que Colombia es aún un país rural. Hay 12 departamentos que tienen más del 50% de su población en las zonas rurales ("resto") (Amazonas, Boyacá, Caquetá, Cauca, Chocó, Córdoba, Guainía, Guaviare, Nariño, Putumayo, Vaupés y Vichada). (Correa, Edelmira; Pérez Martínez, 2002) Para abordar el primer tema es importante mostrar las cifras actuales del campo en Colombia, según datos de la revista semana y el ICP (Instituto de Ciencia Política): Actualmente el 77% de la tierra está en manos de 13% de propietarios, pero el 3,6% de estos tiene el 30% de la tierra. Se calcula que 6,6 millones de hectáreas fueron despojadas por la violencia en las últimas dos décadas, esto es el 15% de la superficie agropecuaria del país. Un 18% de los propietarios de tierra no tienen formalizado sus títulos. Además, la informalidad entre los pequeños productores supera el 40%. En los últimos 50 años se han titulado 23 millones de hectáreas, el 92% de ellas baldíos o títulos colectivos. Por reforma agraria, apenas se ha titulado el 5,6% de ellas. El 80% de los pequeños campesinos tiene menos de una Unidad Agrícola Familiar (UA F), es decir que son microfundistas. El 68% de los predios registrados en catastro se clasifican en pequeña propiedad, pero esta sólo cubre el 3,6% de la superficie productiva. A pesar de la falta de acceso a la tierra, el 70% de los alimentos que se producen en el país vienen de pequeños campesinos. 5,8 millones de hectáreas (más de lo que hay sembrado en comida) han sido otorgadas dentro de los 9.000 títulos mineros vigentes y hay 20.000 nuevas solicitudes. Se calcula que 2,5% de la tierra apta para agricultura está sembrada de biocombustibles como caña y palma. De las 34 millones de hectáreas que se han titulado a las comunidades indígenas y afrodescendientes apenas 3 millones son aptas para la agricultura. El resto es selva y bosque protegido. El 60% del empleo rural es informal. El 83% de la población rural está en el régimen subsidiado de salud. El 55% de los campesinos pobres nunca ha recibido asistencia técnica. El 11% no tiene vivienda y el 16% tiene vivienda en mal estado. El ingreso promedio de un campesino era en 2009 de 220.000 pesos, mientras en la ciudad el ingreso promedio alcanzaba está 668.000 pesos.2 De acuerdo a estos datos la Pobreza en la zona rural de nuestro País es alarmante mientras que en las ciudades los pobres son el 30% y los indigentes el 7%; en el campo los pobres son el 65% y los indigentes el 33% es preocupante la realidad actual de nuestro campesinado, debido además al abandono por parte de las entidades estatales y la falta de formulación de una reforma agraria amplia e incluyente que beneficie al minifundio y no al latifundio como sucedió con el programa de AIS (Agro Ingreso Seguro). Parte de las conversaciones y los diálogos realizados en la Habana Cuba en su primer punto del acuerdo se habla de “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral” dándole espacio a unos principios de Transformación estructural, Igualdad y enfoque de género, Bienestar y buen vivir, Priorización, Integralidad, Restablecimiento, Regularización de la propiedad, Derecho a la alimentación, Participación, Beneficio, impacto y medición, Desarrollo sostenible, Presencia del Estado y Democratización del acceso y uso adecuado de la tierra. (GOBIERNO NACIONAL, FARC, 2016). Que buscan darle solución a la tenencia ilegal de tierras y a la redistribución de la misma para la población más vulnerable que habita en el campo. Sobre el ordenamiento territorial el Maestro Fals Borda decía “Es necesario organizar bien los poderes públicos en función del territorio, espacio o circunscripción que les corresponda, 2 Página Oficial: http://www.semana.com/especiales/pilares-tierra/asi-es-la-colombia-rural.html porque en ello juega la gobernabilidad en sus diversos niveles, desde el local hasta el nacional, el uso del poder político, y el empleo correcto y eficiente de los recursos estatales que reciben las unidades territoriales. Para cimentar estos pasos debe servir el ordenamiento territorial, y por eso es aconsejable que se aplique de manera conjunta y simultánea con las políticas de descentralización fiscal, y no separadas o de forma sucesiva como de manera equivocada se han venido sugiriendo por algunos senadores, de allí los despilfarros que se han venido observando”. Los principales actores del proceso reordenador serán los nuevos dirigentes cívicos e independientes que lo encabecen, nuevos por no estar envueltos con los intereses creados de los políticos tradicionales; pero que se mantendrán sintonizados con las bases populares de las que derivan su poder político y social. Sin movimientos sociales y políticos regionales y locales que se dirijan a estos objetivos, será difícil llegar a las metas propuestas. Reglas nuevas para este juego reordenador surgirán en cada sitio según las necesidades encontradas o descubiertas. Para todo ello conviene conocer principios de democracia participativa y la filosofía de la participación popular, sin olvidar que en éstas cuentan también soluciones conocidas de representación colegiada. No es posible hoy el ejercicio de la democracia directa, al antiguo estilo ateniense, ya que será necesario delegar poderes y hacer fe en las capacidades de los dirigentes escogidos. Turnarlos y ensayar liderazgos colectivos puede resultar conveniente. Reconstruir concejos municipales y recolocar en sus sitios a los personeros de cada comunidad, con el respeto de las gentes, es parte del proceso reordenador para la paz “El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de crear cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron” Jean Piaget En la parte Educativa de acuerdo a Semana y el ICP (Instituto de Ciencia Política) el analfabetismo es del 18,5%, esto es un índice que manifiesta la falta de acceso a oportunidades, según el Ministerio de Educación Nacional la cobertura a nivel básica primaria a mejorado del 68,6 por ciento en 2002, pasó al 98 por ciento en 2007. Sin embargo la cobertura a nivel de educación media es baja solo alcanza el 28% y el acceso de los mismos a la educación superior no supera el 40 por ciento, Colombia tiene una deuda con el campo colombiano empezando por que la calidad de la educación en la zona rural difiere de la urbana, aunque se han hecho grandes avances en temas como el acceso al internet, las TIC’s y cursos auspiciados por el SENA, existen aún muchos lugares qué por encontrarse en lugares geográficamente distantes y otros por ser zona de conflicto; el acceso a la educación para los jóvenes de estos sectores es restringida y en muchas ocasiones por falta de oportunidades se enlistan en las filas de grupos al margen de la ley o buscan suerte siendo raspachines de coca, como fuente de ingresos para sostener su núcleo familiar. Y los pocos que buscan una oportunidad en una Universidad pública también se les limita puesto que deben presentar el examen de Saber 11º un examen especifico, sin mencionar la manutención, vivienda y transportes; el inconveniente surge en la desigualdad plausible en términos de conocimiento y calidad de la educación, de acuerdo a la ilustración se evidencia la significativa diferencia entre los resultados de las pruebas saber 11 entre hombres y mujeres que pertenecen al SISBEN con respecto al promedio nacional y el Rural. En el ámbito socio-cultural lo que favorece el crecimiento de más pobreza son las mismas costumbres de la sociedad, no es casualidad que tengamos un conflicto interno de más de medio siglo, todo esto se atribuye a una conciencia cultural rica en venganzas, individualismos, concentración de la riqueza, políticas desiguales, baja financiación en educación pública, entre otros males. El acervo Colombiano se remonta desde épocas coloniales, por lo que hoy día nos damos cuenta que no sabemos ni quienes somos ni para donde vamos, causado por una herencia cultural que solo recuerda violencia, sangre y guerra; la falta de sentido de pertenencia, las condiciones precarias en las cuales viven muchos, la manipulación medio informática, así como la pretensión de conservar un “status quo” por parte de aristocracias criollas y un tradicional linaje político, económico y social -que se transfiere de generación en generación a unos cuantos- da origen y extiende la brecha entre ricos y pobres. El campesino de hoy en día está acostumbrado a que las políticas públicas del Estado sean la repartición de miseria con programas subsidiarios que fomentan la dependencia y el conformismo; la Pobreza es más una condición de mentalidad, de actitud, y de cómo concebir el aporte que cada ciudadano debe brindar para la construcción de país. La carencia de una conciencia crítica, sumado al poco conocimiento de sus derechos fundamentales y un acceso a la educación que no permite fortalecer dinámicas colectivas para el desarrollo del campesinado; son cosas que le hacen falta al pensamiento rural en Colombia debido a la ausencia de una memoria conjunta, a un sistema que nos infunde y celebra a quien pasa por encima de otros para lograr sus objetivos personales sin importar las consecuencias que esto conlleven. Nos estamos acostumbrando a la plata fácil, a volvernos vagos sórdidos en una realidad política, social, cultural y económica que no necesita mentes seniles. Estamos como estamos porque desde el primer día que nacemos nos enseñan el famoso “primero yo, segundo yo y tercero yo”, nunca pensamos en sociedad a menos que sea para hacer trampa, comprar trago o robar a alguien más. Individualismos y objetivos centrados en los intereses particulares apropiados desde la infancia a través de la huella generacional dejada siglos atrás, vulneran la cohesión de propuestas de desarrollo conjunto en nuestras latitudes, fragmentan y empobrecen a nuestros campesinos. BIBLIOGRAFIA 1. ODS-ONU Gobierno Nacional, Departamento Nacional de Planeación 2. El sector rural en Colombia y sus crisis actual 3. Acuerdo final de PAZ