Mis Consideraciones sobre el conflicto Palestino-Israelí Por mi vocación cristiana, este es un tema y episodio que desde hace muchos años ha llamado a mi atención. Lo he investigado y analizado desde distintitos enfoques y autores que han escrito e ilustrado sobre el drama y desasosiego que han vivido muchas generaciones de judíos y palestinos desde hace varios siglos en esta región del medio oriente de nuestro planeta. Teniendo en cuenta que uno de los motivos, quizás el más influyente de este interminable conflicto es el religioso, tenemos que remontarnos a los tiempos de Abram (1850 a.C) para desentrañar la raíz del problema. Abraham, primero Abram y después Abraham, fue el patriarca y profeta más eminente del hebreo-judaísmo. Se le atribuye ser el jerarca que instituyó por primera vez en la tierra la cultura monoteísta en tiempos cuando los pueblos primigenios veneraban a varios dioses y reinaba el paganismo, por eso Abraham es elegido por Dios, le promete proteger a sus descendientes, entregar una tierra santa y establecer una alianza a cambio de la fe y devoción a él. Tuvo por esposa a Sara quien era estéril, lo cual la llevó a ofrecer a su marido a su criada egipcia Agar, dando origen al nacimiento de Ismael, el primer hijo de Abram. Doce 12 años después, por bondad divina Sara concibe y pare el segundo hijo de Abraham: Isaac. Asentado Abraham en la población de Harán en el norte de la Mesopotamia, después de su salida y travesía de Ur su ciudad natal, recibió la revelación divina descrita en el Génesis, 12: 1,2,3 y 5: Yahvé dijo a Abram: "Sal de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, y vete al país que yo te indicaré. Yo haré de ti un gran pueblo, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, el cual será una bendición. Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Por ti serán bendecidas todas las naciones de la tierra." “Y tomó Abram a Sarai, su esposa, y a Lot, hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las almas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron”. Abraham manifestó que su legado recibido de Dios y su herencia patriarcal le sería entregado a Isaac, lo cual resintió y suscito envidia en Agar e Ismael. En las costumbres hebreas este privilegio lo ostentaba el hijo primogénito, en este caso le correspondía a Ismael. Cuando Isaac tenía 3 años y abandonó la lactancia, Abraham lo celebró con una fiesta. Ismael que era ya un adolescente, se burló y mantoneó a Isaac, asunto que no le gustó a Sara pidiéndole a Abraham que expulsara a Agar y a su hijo Ismael, a lo cual Abraham accedió desterrándolos de su morada. Aquí pienso que se da el primer gran error por parte de Abraham que suscito después de muchos años el conflicto en Palestina. A pesar que los judíos modernos según la torah desacreditan a Ismael como un ser malévolo, Dios nunca discriminó ni abandono a Ismael, en unas de sus revelaciones a Abraham le dijo: “Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré y le haré fructificar y multiplicarse en gran manera. Doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación”. (Génesis 17: 20) También lo protegió cuando estuvo a punta de morir con su madre en el desierto de Parán por el destierro de Abraham: (Génesis 21: 17-21) Y oyó Dios la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho y sostenle de la mano, porque haré de él una gran nación. Entonces le abrió Dios los ojos, y vio un pozo de agua; y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto y fue tirador de arco. Y habitó en el desierto de Parán, y su madre le tomó esposa de la tierra de Egipto. Ismael tuvo 12 hijos como fue profetizado y se esparcieron por toda la región del Arabia y medio oriente dando origen al islam musulmano, religión que venera al mismo Dios de los judíos y cristianos a quien llaman Al-lāh, aceptan la genealogía del patriarca Abraham, considerando a la descendencia de Ismael como los legítimos herederos de continuar la alianza con Dios. Consideran a Mahoma descendiente del tronco familiar de Ismael, como el último profeta que escogió Dios sobre la tierra y a quien le construyeron un templo (Cúpula de la Roca) en el mismo sitio de la piedra donde hizo el sacrificio de la fe Abraham en tiempos del desplazamiento y abandono de los israelitas. Isacc tuvo 2 hijos Esau y Jacob. Jacob le usurpa la bendición y legado patriarcal a su hermano mayor Esau por capricho de su madre, desatando una enemistad, repitiéndose lo acontecido entre Ismael e Isaac. A Jacob un ángel le cambia el nombre por Israel, convirtiéndose ese nombre en gentilicio de pureza y separatista para todas las generaciones que descienden de Jacob. A los israelitas les está prohibido por mandato divino casarse con personas por fuera de ese vínculo generacional para proteger la devoción (Deuteronomio 7:3-4). Considerando a quienes no somos de su linaje de “gentiles”. Los israelitas o judíos puros conservan la nacionalidad y los mismos derechos civiles así nazcan en cualquier parte del mundo. Con relación a la venida de Jesús (Cristo), los israelitas no lo reconocen como el mesías anunciado en las santas escrituras, porque esperan a la venida de un mesías que por la fuerza divina (como sucedió con Moisés y los egipcios y con David y los filisteos) supere y aniquile a quienes les impide concentrarse como nación y posesionarse de la tierra santa en cumplimiento de la alianza establecida entre Dios y Abraham. Jesús quien era israelita ya que viene del mismo tronco de Jacob, replanteó y se enfrentó a sus doctrinas y prácticas religiosas (el talmud), tratando con amor e igualdad de condiciones a israelitas y gentiles que se acogieran a la fe y la devoción a su padre celestial, (33 d.C). Asunto que no les gusto a los judíos ortodoxos, juzgándolo y entregándolo al gobierno romano como un blasfemo e impostor para que lo condenaran y mataran con la crucifixión, dando origen a una tercera religión, la religión cristiana. “Los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, de la promesa en Cristo Jesús por medio del Evangelio” (Efesios. 3:6.) Todo lo anterior relatado ha dado origen a sucesivos conflictos, guerras, invasiones y desplazamientos forzados entre naciones de la región y potencias extranjeras interesadas en la comercialización e importación del petróleo de zona del este del Mediterraneo, siendo las más significativas la invasión del imperio babilónico (587 a.C) bajo el mando de Nabucodonosor II que destruyó el primer templo a Yahvé construido por Salomón y desplazó de Canaán a los israelitas como prisioneros de guerra; la del imperio Romano (66 d.C) bajo el mando de Tito quien sofocó una revuelta independentista de los judíos, arrasando a Jerusalén, destruyéndoles por segunda vez el templo reconstruido a Yahvé y desterrando a los judíos a una diáspora por todos los confines del mundo; la segunda guerra de los 6 días entre israelíes y palestinos (1967) dando como resultado la posesión y dominación israelí en más del 90% de la zona de Palestina y el desplazamiento masivo de palestinos como refugiados en los países vecinos. Refugiados palestinos en Siria (1969) Mis conclusiones finales 1. Soy muy respetuoso de las sagradas escrituras, pero se ha venido informando por distintos teólogos, escribas y pensadores, la revisión y tergiversación y añadidos a varios apartados de las sagradas escrituras (antiguo y nuevo testamento) para acomodarlos a intereses religiosos particulares. No concibo que lo descrito en Deuteronomio (7: 1-7) …. “Cuando Yahvé vuestro Señor os conduzca a la tierra que debéis heredar, caerán ante vosotros numerosos pueblos… Cuando os los haya entregado en vuestras manos, debéis aplastarlos y destruirlos violentamente; no debéis hacer tratados, ni mostrar piedad con ellos… He aquí como debéis comportaros con estos pueblos: destruiréis sus altares y romperéis sus imágenes y talaréis sus bosques sagrados y quemaréis sus ídolos. Pues sois el pueblo santo para Yahvé vuestro Dios” (Deuteronomio, 7: 1-7). No lo concibo como emanado de Dios. Primero porque Dios tiene el poder para hacerlo directamente y segundo porque Dios no incita a sus hijos a masacrarse entre ellos mismos. Además, los anteriores versículos están en abierta contradicción con lo manifestado por Dios a Abraham en Génesis (12: 2,3): “Yahvé dijo a Abram: "Yo haré de ti un gran pueblo, te bendeciré y engrandeceré tu nombre, el cual será una bendición. Yo bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Por ti serán bendecidas todas las naciones de la tierra." Como podemos ver, Dios no tenia en sus planes favorecer y privilegiar a un determinado clan familiar y raza de humanos (los hebreos-israelitas) y a una sola nación en forma exclusiva sino a “todas las naciones de la tierra”. Esto también coincide con lo expresado por Dios a Abraham en otras de sus revelaciones: “Y le llevó fuera y le dijo: Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia”. Génesis (15:5) Haciendo una correcta interpretación de lo manifestado por Dios es de lógico colegir que la inmensa cantidad de estrellas en el firmamento no representa a una sola nación (la hebreo-israelita) en ese territorio y esos tiempos incipientes de la población mundial, se refiere a los millones de descendientes y generaciones que a futuro, se propagaran por toda la faz de la tierra y lo que Dios en eso momentos quiso asegurar fue la preservación de una formación y herencia religiosa iniciada con Abraham y sus primeros descendientes, pero que ante la desviación, soberbia y eugenesia de los judíos ortodoxos envió a su hijo Jesús Cristo para aclarar el asunto y a través del bautismo y el evangelio, darle su amor y bondad a todos sus hijos de la tierra que les somos fieles. De manera que las acciones y políticas adelantadas por el estado Israel, el racismo, la xenofobia, la expropiación por la fuerza a familias palestinas nativas de ese lugar, la prohibición a la libertad de cultos y la apropiación abusiva de la tierra y otras atrocidades, no se pueden justificar como emanadas o delegadas por Dios. 2. Coexisten tres religiones en esa zona: El judaísmo, el islamismo y el cristianismo con sus respectivos documentos sagrados: La Torah, el Corán y la Biblia. Todas reconocen al mismo Dios y a Abraham como el profeta que estableció la alianza entre Dios y los seres humanos y les dio inicio a sus doctrinas sagradas. Los judíos y musulmanes se sienten con derecho sobre los lugares sagrados y la tierra santa prometida, los cristianos esperan una segunda venida de Cristo y los judíos la primera de su mesías redentor. Los islamitas o musulmanes piensan que Mahoma fue el último profeta sobre la tierra. 3. Potencias extranjeras como EE.UU e Inglaterra han intervenido la zona con el propósito de establecer aliados para importación y comercialización del petróleo, favoreciendo exclusivamente a Israel en las gestiones diplomáticas y con la venta y suministro de armamento bélico. 4. El segundo gran error lo cometió la ONU en 1947, al establecer por tratado una división territorial del 60% para los Israelitas y del 40% para los palestinos, lo cual desencadeno el desacuerdo de los palestinos y dos guerras sucesivas (1948 y 1967) con saldo trágico para los palestinos quienes murieron en mayor cantidad y los sobrevivientes expulsados y refugiados en los países vecinos. 5. Lo que se ha patrocinado por las potencias extranjeras intervinientes impulsando el sionismo en la zona de palestina es que familias y personas extrajeras con el asunto de la doble nacionalidad judía, despoje de sus tierras, culturas y propiedades a nativos palestinos por el hecho de no ser de su misma raza y linaje y por no profesar sus creencias religiosas. 6. Creo que Colombia hizo bien con reconocer al estado palestino y merecen todo nuestro apoyo.