COMPORTAMIENTO HUMANO Por: 12 de Abril 2019 La psicología social, no está cumpliendo lo que a juicio de Armistead, debería ser su principal tarea: «ayudarnos a comprender la experiencia de otras gentes, como fin en sí mismo, y como medio de comparación respecto a nosotros mismos. Para realizarlo, necesitamos examinar las experiencias presentes y pasadas en cada una de las situaciones de la vida diaria» (Armistead, 1983c, págs. 109-110). La lectura asignada ayuda a responder en algo las preguntas que surgen en esta área y aportan en dar satisfacción, aunque no sea plena, ya que siempre esta presente la pregunta en como entender el mundo en que nos ha tocado vivir y a cómo hemos llegado a ser la persona que ahora somos. Existen diferentes posibilidades de construir una psicología social que sea capaz de dar respuesta a los interrogantes vitales que se hacía Armistead, ya que las auténticas necesidades psicociales humanas, son las verdaderas claves de comprensión y explicación de la conducta social de hombres y mujeres. 1) Necesidad de pertenencia: al parecer, se trata de la principal necesidad psicosocial humana, De hecho, está demostrado que cuando las personas sufren ostracismo, es decir, cuando se sienten rechazadas o excluidas, con lo que su necesidad de pertenencia no se ve satisfecha, empeora su salud psíquica e incluso su salud física y aumenta su estrés y su ansiedad, con claros brotes de depresión. El mecanismo psicológico utilizado por las personas que sufren rechazo o exclusión sociales podría ser el siguiente, dado que la necesidad de pertenencia es una de las motivaciones más poderosas de los seres humanos, el ser excluidos o rechazados socialmente podía producir un terrible daño emocional un gran aislamiento de sí mismo. 2) Necesidad de poseer una identidad positiva: tenemos que comenzar diciendo que el concepto del yo, en todas sus variaciones (yo, identidad, autoconcepto, etc.), es el más estudiado de toda la psicología social actual. Lo primero que habría que distinguir es quién soy yo para mí y quién soy yo para los demás. Quién soy yo para mí es lo que suele llamarse autoconcepto, es el yo de la identidad y no son inamovibles, sino que podemos cambiarlas y podemos ayudar a los demás a que las cambien. Es más, se trata de fenómenos tan sociales que no es que puedan ser cambiadas, es que de hecho cambian continuamente en función de una serie de factores, sobre todo de tipo social. La razón de todo ello es que mi identidad individual es algo esencial para mí. Pero esto no es en absoluto un universal, sino algo profundamente relacionado con el marco cultural en que nos hemos socializado. 3) Necesidad de autoestima: la autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos. Pues bien, diferentes investigaciones han mostrado que una baja autoestima predice un mayor riesgo de depresión, abuso de drogas y algunas formas de delincuencia, mientras que una alta autoestima incrementa la iniciativa, la resistencia y los sentimientos agradables (Baumeister y otros, 2003). Pero no siempre una autoestima alta tiene efectos positivos, de hecho al descubrir que su autoestima favorable está amenazada, la gente suele reaccionar despreciando a los demás, a veces con violencia. 4) Necesidad de reconocimiento: por último, se hace necesario subrayar que todos tenemos - evidentemente unos más que otros - una fuerte necesidad de reconocimiento, lo que, por otra parte, resulta altamente peligroso para las relaciones interpersonales, pues tenemos todos tanta necesidad de reconocimiento y de halagos, que el elogio ha pasado a ser el instrumento privilegiado de los cínicos. Si dependemos continuamente del elogio de los demás, si estos sentimientos rigen nuestra vida, determinando nuestro modo de existir y convirtiéndose en el impulso decisivo de todos nuestros actos, entonces nunca seremos independientes. Para entender la conducta humana es importante tener en cuenta la persona (en el sentido construccionista que he dicho y especialmente nuestras necesidades psicosociales), pero también el ambiente, y sobre todo la interacción entre esas dos instancias esto nos lleva a “El Poder de la situación”. En el ser humano no existen los determinismos. Como diría Michel Foucault, lo que ha sido construido históricamente puede ser cambiado políticamente. Y si es cierto que la situación (física y/o social) tiene un poder formidable sobre nosotros y sobre nuestra conducta, también lo es que podemos resistirnos a tal poder. El saber que una persona o un grupo están intentando presionarnos puede llevarnos incluso a reaccionar en la dirección opuesta, como muestran estos tres fenómenos: 1) Reactancia: Llamamos reactancia a la motivación para proteger o restaurar el sentido de libertad de uno mismo 2) Afirmación de la unicidad: las personas solemos sentirnos incómodas cuando parecemos demasiado distintas de los demás, pero también nos sentimos incómodas, al menos en el mundo occidental, cuando parecemos demasiado iguales a los demás. 3) Resiliencia: No olvidemos que el hombre es ante todo un ser libertario, en el que no existen determinismos de ningún tipo: la conducta humana no está jamás determinada por nada, sino que siempre podemos actuar de forma diferente a como se predice que actuaremos. Ello hace que cobren una importancia singular los estudios sobre la «resiliencia», es decir, estudios que analizan por qué algunas personas permanecen sanas o se recobran fácilmente a pesar de que muchas personas en sus mismas condiciones enferman. Necesidades fisiológicas: Dentro de estas necesidades se encuentran las relacionadas con la sobrevivencia del individuo, es decir, las primordiales, básicas, esenciales. Las necesidades fisiológicas pueden definirse a partir de tres características principales: origen somático, independencia relativa, y potencia. Necesidades de seguridad: Por su naturaleza el hombre desea estar, en la medida de lo posible, protegido contra el peligro o la privación, cubierto de los problemas futuros; requiere sentir seguridad en el futuro, estar libre de peligros y vivir en un ambiente agradable, en mantenimiento del orden para él y para su familia. Necesidades de estima: También conocidas como las necesidades del ego o de reconocimiento. Incluyen la preocupación de la persona por alcanzar la maestría, la competencia, y el estatus. Necesidades de autorrealización: También conocidas como necesidades de auto superación, auto actualización. Las necesidades de autorrealización son más difíciles de describir porque son distintas y únicas, y varían además de un individuo a otro. Necesidades estéticas Las necesidades estéticas están relacionadas con el deseo del orden y de la belleza, tanto de lo que lo rodea como de si mismo. Estas necesidades estéticas incluyen: necesidad por el orden, necesidades por la simetría, la necesidad de llenar los espacios en las situaciones mal estructuradas, la necesidad de aliviar la tensión producida por las situaciones inconclusas y la necesidad de estructurar los hechos, necesidad de tener ambientes gratos que rodeen a los hombres, etc. La economía es la ciencia que estudia la forma en que se producen, circulan, son distribuidos y se consumen los bienes. Se ha dicho que el nuestro es un siglo dominado por la complejísima variedad de los fenómenos económicos. Nada es más eficaz que lanzarse directamente al proceso de la realidad económica; estudia la manera en que se fijan los precios del trabajo, del capital y de la tierra en la economía y en el modo en que se utilizan para asignar los recursos. Las Partes de la economía: La economía descriptiva, la teoría económica, La economía aplicada o política económica. Los tres problemas de organización económica: ¿Que bienes se producen y en que cantidades?- ¿Cómo se producen los bienes?- ¿Para quién se producen los bienes? La medición de las variables económicas: Variables endógenas y exógenas - Variables de stock y variables de flujo. .Lo que nos enseña la psicología social podríamos resumirlo en los siguientes puntos: los humanos somos ante todo seres sociales, con una imperiosa necesidad de pertenecer a grupos y de ser aceptados y hasta elogiados por los demás; tenemos una alta necesidad tanto de una autoestima positiva como de una identidad propia; nos dejamos influir en exceso por la situación en que nos encontramos, de tal forma que nos comportamos de forma muy diferente según sea tal situación; a causa de todo lo anterior, a menudo somos mucho más irracionales de lo que creemos, somos nosotros mismos quienes construimos la realidad social que nos rodea.