CAUSAS Y CONSECUENCIAS Tras la liberación de, el político de las colonias, se mantuvieron generalmente las antiguas estructuras económicas. La dependencia de las importaciones de la metrópolis, la concentración de la producción en ciertas materias primas para exportar a Europa y la carencia de los medios técnicos y del capital, y la conservación en ciertos casos de la propiedad de la industria en manos de colonizadores suponen la continuación del control económico sobre estos países. La devaluación de las materias primas que exportan y la venta de bienes manufacturados de mayor valor añadido generan un déficit comercial nocivo para estos países. La ilegítima deuda externa asumida por muchos países es también un factor relevante en el proceso. 1. Desestructuración de sistemas productos locales 2. hambre endémica, miseria crónica 3. Sumisión económica de las regiones denominadas 4. Agravamiento de conflictos industrializados. 5. Disputas Imperialistas. 6. 1ª Guerra Mundial. 7. Imperialismo y colonialismo. Villa (1998) sostiene que “El neocolonialismo es el control y la tutela que siguen ejerciendo las potencias coloniales, sobre sus antiguas colonias” La descolonización no supuso independencia económica para los países denominados "subdesarrollados", sino que los estados imperialistas se encargaron de organizar la economía y la política mundial, de manera que se conservase la explotación colonial. El neocolonialismo sería la herencia del colonialismo histórico y a la vez, la continuidad del sistema capitalista globalizador. Esta nueva fase, permite seguir con el sometimiento (hoy en día sin una ocupación y control directo), sino más bien a través de complejas estrategias económicas y políticas. “La tendencia profunda del capitalismo se ha abierto camino y hoy la expansión ya no requiere la anexión de territorios y su cobijo dentro de fronteras nacionales. Hoy la expansión capitalista “salta” las fronteras e invade los territorios sin necesidad de conquistarlos y anexionarlos”. La descolonización que supuestamente inauguraba la aparición de países “libres y soberanos”, supuso que los territorios colonizados se sumiesen en una situación de dependencia económica y política más dependiente que nunca. En un contexto en el que el flujo de mercancías y personas traspasa todos los límites territoriales; la división entre países centrales y periféricos ha llegado a su máxima expresión. Para alcanzar el objetivo de la globalización del sistema capitalista, las potencias han entrenado organismos que posibiliten la hegemonía política, económica y militar; de una manera más sutil que en la época del colonialismo. Se sigue implantando la ideología colonizadora a través del pretexto de “misión civilizadora” o simplemente reafirmando su posición en las relaciones de poder actuales. La inserción de los países “subdesarrollados” en el mercado mundial tiene un formato periférico, por lo que a pesar de la riqueza de recursos naturales que puedan tener, se encuentran sumidos en una situación de pobreza absoluta. La usurpación de territorios ajenos impulsado por fines económicos y de poder, tiene consecuencias de todo tipo en los países explotados. La llegada de las multinacionales ha supuesto el deterioro del ecosistema por y para las exportaciones masivas, de manera que ha sido la naturaleza la que ha tenido que adaptarse al hombre. Entre las consecuencias sociales, la globalización capitalista ha supuesto también la globalización cultural, mutilando las tradiciones y modos de vivir autóctonos. “Los países desarrollados están en una posición en la que pueden utilizar, en su beneficio y por multitud de canales, los recursos del resto de países "subdesarrollados". Ese es el fundamento del orden económico mundial. A los ojos de la mayoría de la humanidad se presenta como un orden tan caduco e injusto como el colonialismo del que arranca su origen y esencia. La industrialización del continente había marcado un intenso proceso de expansión económica. El crecimiento de los parques industriales y la acumulación de capital hicieron que las grandes potencias económicas de Europa buscasen expandir sus mercados anhelando una mayor cantidad de materia prima a bajo costo. Fue en este contexto que, desde el siglo XIX, estos países buscaron explorar las regiones de África y Asia. Cada vez más, los gobiernos europeos intervinieron políticamente en estas regiones con el interés de satisfacer la demanda de sus conglomerados industriales de gran tamaño. Distinguido del colonialismo en el siglo XVI, este nuevo modo de operación estaba destinada a que las áreas de mercados dominados por grandes consumidores de sus productos industriales y, al mismo tiempo, los centros de abastecimiento de materia prima. Además, el crecimiento acelerado de la población europea hizo de la dominación afroasiática una alternativa frente al excedente poblacional de Europa que, ya en el siglo XIX, albergó a más de 400 millones de personas. A pesar de tener grandes espacios de dominación, el control de las regiones seleccionadas por el neocolonialismo estimuló la práctica una incitación política fuerte entre las potencias europeas. Los monopolios comerciales mantenidos por las grandes potencias industriales hicieron del período del siglo XIX un ambiente lleno de tensión política. Como resultado de la intensa competencia de los países de Europa, el siglo XX abrió sus puertas a la era de la Primera Guerra Mundial. Además de los intereses de orden político-económico, la práctica imperialista buscaba justificarse con un apoyo ideológico en sus bases. La teoría del darwinismo social de Herbert Spencer, llevo a la interpretación de una hegemonía de Europa sobre la evolución de las sociedades humanas. En contraste, África y Asia eran consideradas las poblaciones débiles con civilizaciones consideradas como primitivas e infantiles. Siguiendo este concepto de predominio en la época neocolonial, el escritor británico Rudyard Kipling defendía que el repaso de los ‘desarrollados’ conceptos de la cultura europea a la de Asia y África representaba la carga del hombre blanco en el mundo. Con respecto a África, podemos destacar la Conferencia de Berlín (1884 – 1885) en la que varias potencias europeas se reunieron el fin de dividir los territorios coloniales en África. En esta región podemos destacar el notable proceso de la dominación británica, que garantizaba el monopolio en el Canal de Suez, en el norte de África. Estableciendo este vínculo entre el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, esa gran construcción fue de enorme importancia para las demandas económicas del Imperio Británico. En el sur, los británicos emprendieron la formación de la Unión de Sudáfrica gracias a los logros militares obtenidos en la Guerra de los Boers (1899-1902). En la India, la presencia británica también ha figurado como una las principales potencias coloniales en la región. Después de la victoria en la Guerra de los Siete Años (1756 – 1763), Inglaterra logró construir un vasto imperio marcado por una fuerte demanda en su estructura política y administrativa. La opresión inglesa fue el blanco de una revuelta indígena que estalló en la Guerra de los cipayos, que se produjo entre 1735 y 1741. Para evitar esto, la colonia de la Corona británica se convirtió en la parte india del Imperio Británico. Resistiendo históricamente el proceso de resistencia a la ocupación, desde el siglo XVI, Japón fue capaz de evitar la dominación durante siglos de sus territorios. Sólo en la segunda mitad del siglo XIX, las tropas militares de EE.UU. lograron forzar la apertura de la economía japonesa. Con la entrada de los valores y conceptos de la cultura occidental en Japón, se produjo una reforma política y económica que industrializó al país. Este hecho fue conocido como la Revolución Meiji. Con estas reformas, Japón salió de su situación económica para entrar en las disputas feudales de los imperialistas. En 1894, los japoneses declararon la guerra a China y tomaron el control de la región de Manchuria. También estuvieron interesados en la exploración de la misma región los rusos quienes disputaron la región china en la Guerra Ruso- Japonesa de 1904. Después de confirmar el dominio de Manchuria, los japoneses también disputaron regiones del Océano Pacífico con los EE.UU., que se tradujo en conflictos entre estos poderes, entre los años 1930 y 1940. Otras guerras y conflictos son el resultado del neocolonialismo. Entre ellos, podemos incluso poner de relieve la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Finalmente, nos dimos cuenta de que la solución obtenida por las naciones industriales frente a la cuestión de superproducción económica tuvo consecuencias desastrosas. El imperialismo fue responsable de un total desmantelamiento de las culturas africanas y asiáticas. Hoy vemos que las guerras civiles y los problemas socioeconómicos dominados en esas regiones están estrechamente relacionados con la acción imperialista. REGIONES SUJETAS A NEOCOLONISMO África La Independencia de las colonias europeas en África fue consecuencia de muchos factores, entre ellos el deseo de los pueblos africanos de independizarse, inspirados por la independencia de la India, y el resentimiento popular contra el racismo y la desigualdad. Pero, además, las dos nuevas potencias surgidas tras la Segunda Guerra Mundial, la URSS y Estados Unidos, no habían participado en el reparto de África y querían asegurar su influencia en la zona. Las dos superpotencias financiaron los intereses independentistas y a los nuevos Estados. Trataban así de relanzar su industria de armamento, extender su ideología y obtener el control económico de la región. Para alimentar, educar y modernizar a sus masas, África tomó prestadas grandes cantidades de dinero de varios países, banqueros y compañías. Gran parte de este dinero fue despilfarrado por dictadores corruptos y no revirtió en el bienestar de los pueblos; además, la deuda mermó la independencia de los Estados africanos. Latinoamérica Muchos Países latinoamericanos recurrieron durante la década de los años setenta a créditos de bancos multinacionales, o empresas privadas de esos países se endeudaron y posteriormente su deuda privada se convirtió en deuda pública. Esto fue posible por la clase dirigente con intereses extra nacionales, o por gobiernos militares impuestos desde afuera, como en el denominado Operación Cóndor. A estos países les resultó muy difícil pagar la deuda externa y las potencias aprovecharon estas deudas para convertir tales países en sus neocolonias. Neocolonialismo. Recuperado de https://www.ecured.cu/Neocolonialismo Neocolonialismo. Recuperado de http://karollcolonialismo.blogspot.com/2015/09/causas.html Neocolonialismo. Recuperado de http://jadunica.blogspot.com/2012/11/causas-del-neocolonialismo.html Neocolonialismo. Recuperado de https://prezi.com/a1z65kmmflgq/consecuencias-del-neocolonialismo/ Neocolonialismo. Recuperado de http://www.escuelapedia.com/neocolonialismo-y-sus-consecuencias/