LA ORACIÓN 1 Juan 5:15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. La Biblia dice que Jehová está cerca de todos los que lo invocan, y que él cumplirá las peticiones de los que le temen, y oirá su clamor por ayuda. Salmos 145:18-19 Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará. Si queremos que Jehová escuche nuestras oraciones, debemos orarle de la manera que él aprueba. ¿POR QUÉ DEBEMOS ORAR A JEHOVÁ? Una razón importante por la que debemos orar a Jehová es que él nos invita a hacerlo. Filipenses 4:6, 7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Otra razón por la que debemos orar es que cuando lo hacemos con frecuencia, se estrecha nuestra relación con Jehová. Los buenos amigos no se comunican solo cuando necesitan algo, sino en cualquier momento, porque se interesa el uno en el otro. Su amistad se va fortaleciendo a medida que se expresan con toda libertad sus pensamientos, preocupaciones y sentimientos. En cierto sentido, algo parecido ocurre con nuestra relación con Jehová. La oración permite expresar a nuestro Padre celestial los pensamientos y sentimientos más íntimos. Y de esa forma nos acercamos más a él. Santiago 4:8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Así que si nos comportamos de una manera que Dios no aprueba, él no escuchará nuestras oraciones. Por tanto, para que sí las escuche, debemos cumplir algunas condiciones básicas. Una condición esencial es tener fe. Marcos 11:24 Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá. El apóstol Pablo escribió en Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Otra condición que pone Jehová es que la oración se haga con humildad y sinceridad. Cuando la gente tiene la oportunidad de conversar con un rey o un presidente, suele hacerlo con respeto, pues reconoce la elevada posición que ocupa esa persona. Sin duda, Jehová merece que nos dirijamos a él con mucho más respeto. Salmo 138: 6 Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos. Nuestra forma de hablarle debe indicar que reconocemos humildemente que somos muy inferiores a él. Dicha humildad también nos impulsará a orarle con toda sinceridad y a no hacerlo mecánicamente ni repetir siempre lo mismo. Mateo 6: 5-8 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. ¿Qué asuntos podemos mencionar en nuestras oraciones? La Biblia responde: “No importa [...] lo que pidamos”, siempre que sea “conforme a su voluntad, [Jehová] nos oye” 1 Juan 5: 14-15 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. ¿Con qué frecuencia debemos orar? Romanos 12: 12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 1 Tesalonicenses 5:17 Orad sin cesar. Eso no quiere decir que vamos a pasar las veinticuatro horas orando. Significa, más bien, que todos los días debemos ofrecer oraciones a Jehová para darle gracias por su bondad y para pedirle que nos guíe, consuele y dé fuerzas. Jehová nos permite orarle todas las veces que queramos y por tanto tiempo como deseemos. Si valoramos el privilegio de hablar con nuestro Padre celestial, encontraremos muchas ocasiones para hacerlo. Por qué deberíamos terminar diciendo “amén”? Esa palabra significa “así sea”, “ciertamente”. Cuando decimos “amén” en privado, confirmamos que nuestras palabras han sido sinceras. Cuando lo decimos en público (sea en silencio o en voz alta), manifestamos que estamos de acuerdo con lo que se ha expresado. ¿CÓMO RESPONDE DIOS NUESTRAS ORACIONES? A veces pudiera parecernos que Jehová tarda en contestar nuestras súplicas, pero eso no quiere decir que no pueda responderlas. Recordemos que Jehová nos contestará de la manera y en el momento que él crea convenientes. Él conoce bien nuestras necesidades y sabe cómo satisfacerlas mejor que nosotros mismos. Muchas veces deja que sigamos “pidiendo”, “buscando” y “tocando”. Lucas 11:5-10. Si así lo hacemos, le demostraremos que nuestro deseo es intenso y nuestra fe es auténtica. Estamos muy agradecidos al Creador del inmenso universo, pues está cerca de todos los que lo invocamos orándole como él desea. Salmo 145:18. Aprovechemos bien el gran privilegio de la oración. Si lo hacemos, tendremos la satisfacción de saber que podremos acercarnos cada vez más a Jehová, el Oidor de la oración. LAS VENTAJAS DE ORAR Paz. “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús” (Filipenses 4:6, 7). Consuelo. “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene compasión y el Dios que siempre nos consuela. Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos” (2 Corintios 1:3, 4, Dios habla hoy, [DHH]). Guía para tomar buenas decisiones. “Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídala a Dios, y la recibirá, porque él da a todos generosamente y sin reproches” (Santiago 1:5, La Biblia de Nuestro Pueblo). Ayuda para resistir las tentaciones. “Pidan a Dios que les dé fuerzas para resistir la tentación” (Lucas 22:40, La Palabra de Dios para Todos, [PDT]). Perdón por los errores. “Si mi pueblo, el pueblo que lleva mi nombre, se humilla, ora, me busca y deja su mala conducta, yo le escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados” (2 Crónicas 7:14, DHH). Pedir por los demás. “La oración de quien está bien con Dios es poderosa y efectiva” (Santiago 5:16, PDT). Ánimo al ver que Dios contesta las oraciones. “He escuchado tu oración y lo que me pediste que hiciera.” (1 Reyes 9:3, PDT).