Unidad 1 / Escenario 1 Lectura Fundamental Método y objeto de estudio de la epistemología Contenido 1 El conocimiento y la vida humana 2 Transformaciones epistemológicas 3 Realismo, gnoseología y ontología: la preocupación filosófica por el saber 4 Idealismo y epistemología, la preocupación por el saber científico Palabras clave: Epistemología, conocimiento, realismo, idealismo. 1. El conocimiento y la vida humana ¿Qué es el conocimiento? ¿cómo conocemos lo que conocemos? ¿de qué manera se estudian las formas por las cuales accedemos al conocimiento? ¿qué es el conocimiento científico? ¿de qué maneras nos acercamos a lo que conocemos como ciencia? Estas son algunas preguntas que nos hacemos a la hora de sumergirnos en el mundo de la epistemología. ¿Qué es la epistemología? Recurriendo a la etimología de la palabra, nos damos cuenta de que se compone del griego episteme, que significa conocimiento, saber o ciencia y del griego logos, que significa discurso o teoría. De lo anterior concluimos que la epistemología es o son los discursos o teorías que giran alrededor del conocimiento o del saber científico y que, por lo tanto, no hay una manera natural de acercarse al mismo, sino que, por el contrario, las formas como nos acercamos al conocimiento están mediadas por distintas interpretaciones y aproximaciones filosóficas, éticas, sociales, culturales e históricas. Según el traductor del libro de “Aristóteles”, Sánchez Pacheco (1999), “todos los hombres desean por naturaleza saber” (p. 4). Lo anterior tiene dos implicaciones prácticas. La primera, que el saber o conocimiento no está dado por naturaleza y, en segundo lugar, que es una pretensión, un deseo o una aspiración. Los humanos, a diferencia de otros seres vivos, aspiramos al conocimiento a lo largo de nuestra vida y es esta inquietud la que ha llevado a querer definir las formas como accedemos a lo que llamamos conocimiento y lo que definimos como tal. Nuestra aspiración fundamental es al querer saber, no al querer ignorar y, sin el conocimiento, nuestra vida cotidiana seria invivible. En el marco de esta aspiración por el conocimiento, se encuentra la epistemología, la cual, a diferencia de la gnoseología, que se ocupa del conocimiento en general, se ocupa del conocimiento científico o de los tipos de conocimiento que se encuadran dentro de lo que hemos llamado ciencia. De esta forma, el viaje filosófico e histórico que se inicia con esta lectura fundamental, se propone reflexionar alrededor del conocimiento y, más concretamente, del conocimiento científico y las distintas formas como nos hemos aproximado al mismo. Basta con observarnos atentamente, para darnos cuenta cómo constantemente buscamos acceder a diversos tipos de conocimientos y estos están mediados por el contexto o los contextos que habitamos y las formas como nos relacionamos con el mismo. De esta forma, un indígena o un campesino, desea saber cuál es el mejor momento del año para preparar la tierra para un cultivo, esto como un proceso gnoseológico que constituye la esencia del vivir. Por otro lado, con el desarrollo de las ciencias en la historia del hombre, surgieron preguntas propias de lo que conocemos como “saber científico”; de esta forma, el médico busca conocer las dinámicas de una enfermedad y un psicólogo las limitaciones y posibilidades de una persona con un trastorno autista. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 2 Estos tipos de conocimiento y las formas como nos aproximamos a él, lo cual, sin duda, afecta las preguntas que nos planteamos, constituyen el objeto de estudio de la epistemología. Así que, a pesar que los conceptos de gnoseología y epistemología, en algunas ocasiones son utilizados como sinónimos, en este punto nos interesa establecer y dejar clara la distinción entre el conocimiento general y el conocimiento propio de las ciencias. Podríamos concluir que la epistemología se encuentra dentro del gran circulo de la gnoseología y, en consecuencia, las preguntas o inquietudes de esta última, son más amplias que los de la epistemología, los cuales se limitan al mundo de las ciencias o a la filosofía de la misma. ¿Es posible vivir sin conocimiento? Si miramos a nuestra niñez, nos damos cuenta cómo desde muy chicos tenemos la pretensión de saber o conocer. La imaginación, la curiosidad y la percepción nos acompañan prácticamente desde que nacemos. Desde nuestros primeros pasos, aspiramos a conocer, nunca anhelamos la ignorancia o el deseo de no saber alrededor de lo que nos vamos encontrando en nuestra vida. Desde este momento, nos damos cuenta cómo el conocimiento no es simplemente un ejercicio teórico, sino que tiene una función pragmática. Según Bateson (1991): La epistemología es aquella ciencia cuyo objeto es ella misma. Es el nombre de una clase de estudio y discurso científicos. Lo que hacemos en epistemología es estudiar la naturaleza del estudio mismo, el proceso de adquisición de informaciones y su almacenamiento (p. 302). Es importante que se comprenda la epistemología como un metadiscurso o una metateoría que reflexiona sobre sí misma, sobre sus prácticas y sobre sus implicaciones en la vida cotidiana. 2. Transformaciones epistemológicas Las transformaciones epistemológicas no deben entenderse linealmente, como si una se alimentara de otra, para conseguir una mejor comprensión frente al conocimiento científico. Por el contrario, las vueltas frente a la reflexión epistemológica están permeadas por eventos históricos, encuentros entre pensamientos y críticas sociales y culturales. Siguiendo a Sierra (2011), fue Kant el primero que reconoció a la filosofía, ya no como la reina de todas las ciencias sino su base y fundamento, lo cual implicó situar a la filosofía como disciplina fundante de las ciencias. Previo a Kant, la filosofía fue reconocida como la ciencia de las ciencias y a partir de sus desarrollos teóricos, que abordaremos en este módulo, la filosofía se profesionaliza y normaliza. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 3 Más allá de la separación entre la epistemología de las ciencias y la epistemología de la filosofía, el giro lingüístico, es decir, el posicionamiento del lenguaje y su reflexión en relación a su significado, sus signos, sus representaciones y su valor pragmático, fundada por Wittgenstein en la primera mitad del siglo XX, colocó al lenguaje en el centro de la discusión e impregnó profundamente las reflexiones epistemológicas. Según Sierra (2011), tomando como marco de comprensión el giro lingüístico, se puede hacer un análisis de las transformaciones epistemológicas que se han dado en el tiempo. En primer lugar, encontramos una transformación epistemológica que se basa en una primera exigencia de la significación en el conocimiento humano, que el autor denomina exigencia de control práctico. “Nuestra supervivencia en el mundo y la búsqueda de orientación y dirección de nuestras vidas en él, supone grandes dosis de inteligencia práctica a nivel colectivo e individual, de procesos espontáneos y autocorrectivos de aprendizaje, en simbiosis con configuraciones biológicas, lúdicas, dramáticas, estéticas artísticas, intelectuales y religiosas de nuestra experiencia humana” (Ídem, 2011, p. 9). De esta forma, esta primera transformación de carácter práctico, se da cada vez que un humano o grupo de humanos exploran por conocimientos prácticos que les permitan ajustarse o responder al contexto que habitan. Como segunda transformación epistemológica, se encuentra la que el autor denomina, una exigencia sistemática de control de la significación. A partir de ésta, se hace conveniente establecer la distinción entre el universo de la teoría, el saber fundado y, el universo de la opinión, las creencias, lo que llamamos el saber común y corriente. El universo del sentido común o de esos saberes prácticos, no tiene por qué ser reconocido como el único camino de significación de lo humano y, en este punto surge la ciencia, como un mecanismo otro de darle significancia al saber. Platón en el siglo IV a.C., realiza esta distinción y separa el saber epistémico o de las ciencias, del saber doxa, o saber popular. La tercera transformación epistemológica es una consecuencia de la revolución industrial de los siglos XVI y XVII; el autor la reconoce como una exigencia critica. El nacimiento de la ciencia moderna, desplaza las visiones escolásticas, transformando la cotidianidad del vivir humano. El método científico, la ciencia experimental y las matemáticas, asumen un rol central en las reflexiones epistemológicas y en el desarrollo del pensamiento científico. Seguidamente encontramos una cuarta transformación epistemológica, que el autor reconoce como la revolución histórico – hermenéutica del siglo XIX. Esta revolución sitúa a la hermenéutica, la interpretación de los textos y la historia como aspectos necesarios para entender el vivir cotidiano humano. “Se trata de saber cómo los pueblos y sus organizaciones llegaron a ser lo que son. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 4 Se trata de aprehender el sentido y el valor de sus acciones, de sus obras y de sus pensamientos en su experiencia humana del tiempo” (Ídem, 2011, p. 10)”. El autor reconoce que esta revolución no debe verse desligada de la exigencia critica de dos siglos atrás, pues ambas hacen parte de la consolidación del pensamiento moderno y su gran explosión se da con la creación de nuevos campos de significación, como lo son las ciencias de la naturaleza, las ciencias del espíritu y las ciencias sociales y humanas. En quinto lugar, el autor reconoce la diversificación muy vasta de cometidos epistemológicos y anti epistemológicos, como una nueva revolución epistémica que se caracteriza por su ambivalencia y complejidad. Dentro de esta se reconocen la desaparición de la conciencia y del sujeto, a partir de los desarrollos teóricos de Nietzsche, Marx y Freud; el intento por un discurso científico unificado del circulo de Viena en los años veinte del siglo pasado; los juegos del lenguaje o el giro lingüístico; la posmodernidad, el pragmatismo, el pensamiento líquido y otras agitaciones en el pensamiento durante los siglos XX y XXI. 3. Realismo, gnoseología y ontología: la preocupación filosófica por el ser y el saber Las reflexiones alrededor del ser y del conocimiento pueden ser comprendidas desde el realismo o desde el idealismo. Estas dos corrientes de pensamiento han influenciado enormemente las discusiones ontológicas, referentes al ser y epistemológicas, referentes al conocimiento, en la historia de la humanidad. Las preguntas propias de la ontología son ¿qué es el ser? ¿quién es el ser?; en relación a la primera, siguiendo a García (2007), es absurdo querer contestar esta pregunta pues definir las cosas es equivalente a recurrir a un concepto o conceptos más generales y ¿existe algo más general que el ser? En relación a la segunda pregunta, el cambio de qué al quién, nos permite ya no definir al ser, pero si señalarlo. Ahora bien, el proceso de señalar algo implica a su vez señalar otra cosa, es decir, “¿quién es el ser?, supone, pues, la distinción entre el ser, que lo es de verdad, y el ser, que no lo es de verdad: supone una distinción entre el ser autentico y el ser inauténtico o falso. O, como decían los griegos, como decía Platón, entre el ser que es y el ser que no es” (García, 2007, 20, p. 42). Cuando el ser es, no puede ser reducido a otras cosas y si, por el contrario, cuando no podemos definirlo o reducirlo, ese ser es. En otras palabras, todo aquello que consiste en otra cosa, no puede ser algo en sí mismo. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 5 Parménides, unos 500 años antes de Cristo, luego de reflexionar alrededor de la filosofía propuesta por Heráclito, concluye que: el ser es; el no ser, no es. Esta conclusión se conoce actualmente como el principio de identidad y supone la existencia del ser. Además, Parménides, determina este ser y le da características de único, eterno, inmutable, infinito e inmóvil. Adicional a esta caracterización, “(…) no podía ocultársele a Parménides que el espectáculo del universo, el mundo de las cosas, tal como se ofrece a nuestros sentidos, es completamente distinto de este ser único, inmóvil, inmutable y eterno. Las cosas son, por el contrario, movimientos, seres múltiples, que van y vienen, que se mueven, que cambian, que nacen y que perecen” (Ídem, 2004, p. 56). De esto se desprende una conclusión filosófica que perdura hasta nuestros días y tiene que ver con la existencia de dos mundos: el mundo de lo sensible y el mundo de lo inteligible. El mar de las cosas hace parte del mundo sensible y por lo tanto son ininteligibles y; por el contrario, “(…) coloca Parménides un mundo que no vemos, no tocamos, del que no tenemos imaginación ninguna, pero que podemos comprender, que está sujeto y sometido a la ley lógica de la no contradicción, a la ley lógica de la identidad (el ser es; el no ser no es), y por eso lo llama, por vez primera en la historia, mundo inteligible, mundo del pensamiento (Ídem, p. 57 – paréntesis míos). Es importante señalar que, Parménides, a la hora de señalar el mundo de lo inteligible asemeja el ser al pensamiento y lo nutre de sus mismas características (único, inmóvil, inmutable y eterno). Recopilando los aportes de Parménides a las discusiones ontológicas concluimos que el filósofo es el autor de la identidad del ser y a su vez el inventor de la identificación entre el ser y el pensamiento. A partir de estas conclusiones podemos situar a Parménides, como el fundador del realismo, entendiendo éste como el enfoque epistemológico que concluye que las cosas existen por sí mismas y con independencia del pensamiento. En este punto, surge Platón, que se nutre enormemente de la filosofía de Parménides y a su vez reconoce sus limitaciones. Siguiendo a García (2007), tres son los aportes de Parménides o de la escuela eleática a la filosofía de Platón. En primer lugar, el posicionamiento de la intuición intelectual como herramienta o instrumento para filosofar; en segundo lugar, la separación del mundo sensible, del mundo inteligible y; por último, el arte de discutir o la Dialéctica. Para Platón, autor de la teoría de las ideas o teoría de las formas, prevalece un interés ético y practico en sus pensamientos; lo anterior significa que Platón coloca su teoría al servicio de la idea del bien y le da al Estado el carácter de entidad máxima, para alcanzar esta idea; por esta razón, la teoría de Platón puede ser comprendida como una teoría política del Estado. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 6 En relación a la teoría de las ideas, es importante señalar que le debemos a Platón esta palabra; es un neologismo platónico. Ahora bien, siguiendo a García (2007), para Platón, la idea es dos cosas; por un lado, unidad y, por el otro, es existencia real, lo que significa que las ideas son esencias reales, representaciones del mundo de lo sensible, es decir, “(…) cada cosa del mundo sensible tiene su idea en el mundo inteligible” (Ídem, p. 71). En este punto es importante señalar al lector o lectora que cuando Platón habla de la idea o del mundo de las ideas, no se refiere a ésta como si fuera un contenido mental, pensamiento propio de la modernidad, sino que entiende ésta como una realidad separada, propia del mundo inteligible, objetiva y verdadera, impregnada de todas las propiedades del ser desarrolladas por Parménides. Al separar el mundo material del mundo de las ideas, Platón coloca a las imágenes y los objetos materiales en el primero y supone que el conocimiento popular, la opinión o la doxa, pertenecen a este mundo. Por otro lado, las ideas y los objetos matemáticos pertenecen al mundo de las ideas, al mundo inteligible y este es el mundo de la ciencia, de este mundo se ocupa la epistemología. Por último, encontramos a Aristóteles, como el otro gran contribuyente al realismo filosófico. Éste, discípulo y aprendiz de Platón, construye su teoría del conocimiento a partir de una crítica a la teoría de las ideas de su maestro. Fundamentalmente, Aristóteles, critica de su maestro el mundo de las ideas como un mundo inteligible y propone traer este mundo a la realidad. Para Aristóteles, contrario a su maestro, el conocimiento debe y solo puede partir de la experiencia, o sea, del mundo de lo sensible. Para este filósofo, solo existe el mundo de los fenómenos y las experiencias y en este existen los seres concretos (substancias) de manera concreta y material. En términos realistas, asume una actitud epistemológica bajo la cual entiende que, el hombre supone la existencia de multiplicidad de seres que están dispuestos para ser conocidos por él y, la verdad se da según la correspondencia que exista entre el objeto fuera de nosotros, el objeto que observamos y la conceptualización que hacemos del mismo. Para Aristóteles, todas las cosas están compuestas de materia y forma y, esta última es la que define lo que son las cosas. De esta manera, quien desee conocer las cosas, debe acceder a éstas a través de los sentidos y Platón y Aristóteles hacen parte de la filosofía griega y son considerados del periodo ontológico – metodológico, por sus aportes y reflexiones alrededor de la teoría del ser y de los métodos para filosofar. ubicar la forma que define al objeto como tal; sólo así podrá conocer las cosas como son. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 7 Sin embargo, la forma y la materia constituyen una unidad indisoluble (la substancia). Sin embargo, la forma no hace referencia simplemente al aspecto material de las cosas, es más, la forma se erige como un substrato inmaterial que hace parte de todas las cosas y seres de mundo y permanece a pesar de los cambios en la materia. Bajo esta concepción, la forma del hombre es el alma y ésta permanece y lo define, así éste pierda la materialidad, parcial o total de su cuerpo. En conclusión, para Aristóteles, la ontología, la gnoseología y la epistemología son actividades empíricas, basadas en la experiencia, que tienen como finalidad el ser y el conocimiento que existen en el mundo; conocer un objeto o conocer el ser, implica identificar la forma del mismo, aquello que no cambia y define la naturaleza de lo estudiado. 4. Idealismo y epistemología: la preocupación por el saber científico Entre finales del siglo XIV y durante el siglo XV, comienza una crisis cultural, epistemológica y científica que transforma por completo las visiones ontológicas, gnoseológicas y epistémicas del hombre. Esta crisis, da origen al pensamiento moderno y deja atrás la visión realista que dominó el mundo por siglos. Según García (2007), son tres los eventos históricos que contribuyen a esta crisis. En primer lugar, las guerras de la religión y el surgimiento del protestantismo; en segundo lugar, el descubrimiento de la tierra como una esfera y; por último, el descubrimiento del cielo, el cual, gracias a los estudios de Copérnico y Kepler, la tierra deja de ser el centro del universo y se reconoce como un objeto que hace parte de un sistema solar, el cual a su vez hace parte de un universo infinito. Como consecuencia de estos tres eventos, surge la necesidad de plantear de nuevo los problemas que habían preocupado a la filosofía tradicional. Es importante señalar que, el nuevo planteamiento de estos problemas, se da a partir de las visiones anteriores que intentaron resolver estos dilemas. En otras palabras, cuando Parménides filosofó sobre el ser, lo hizo sobre nada, sobre un espacio en blanco; ahora, que Descartes formulará su teoría, lo hará a partir de todos los desarrollos filosóficos anteriores, pasando por Parménides, Platón y Aristóteles. Las reflexiones filosóficas de Descartes se nutren de una veintena de siglos de deliberaciones filosóficas. Para comprender los aportes de Descartes, se hace fundamental señalar que, en este punto, el principal problema o foco de estudio de la reflexión filosófica deja de ser la metafísica o los principios de la realidad y pasa a ser el conocimiento. Sin embargo, este cambio se da solo gracias a la historia, a la reflexión de más de veinte siglos alrededor de la ontología. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 8 Como problemas propios del conocimiento entendemos aquellos que, siguiendo a Descartes, buscan evitar el error, la duda, el problema del método. Y es que, la duda es la que ha hecho que veinte siglos de filosofía se tiren por la borda y en consecuencia la nueva empresa filosófica idealista, buscará ya no, “(…) muchas proposiciones verdaderas cuanto una sola acaso, pero que sea absolutamente cierta, que no se pueda dudar. Lo que interesa al pensamiento moderno ahora es la indubitabilidad; es que aquello que se afirma tenga una solidez tan grande, que no pueda ser puesto en duda, como ha sucedido con el sistema de Aristóteles” (Ídem, p. 105). Con el propósito de evitar a la duda, Descartes recurre al criterio de certeza; solo será verdadero lo que sea claro y lejano de la duda del pensamiento del sujeto. De esta forma, el sujeto asume el rol central en el conocimiento humano. Ya no importa el objeto de conocimiento, como en el realismo, sino que ahora, bajo la sombra del idealismo, el actor principal es el sujeto y su pensamiento; si éste duda de la existencia del objeto, es posible que no exista. Bajo esta lógica, el sujeto nunca duda de su propia existencia, la cual confirma continuamente. Ahora bien, el pensamiento ocupa un lugar central en el sujeto y las cosas existen sólo en el pensamiento. No hay más que el pensamiento mismo. Si yo considero que todo pensamiento es pensamiento de una cosa, yo puedo dudar siempre que la cosa sea como el pensamiento la piensa. Pero si yo retraigo mi interés y mi mirada, no a la relación entre el pensamiento y la cosa, sino a la relación entre el pensamiento y el yo; si tomo el pensamiento mismo como objeto, entonces aquí ya no se puede morder la duda (ídem, p. 106). Para concluir, quiero señalar que el giro epistemológico que se da con el pensamiento moderno/ cartesiano es, en primer lugar, sobreponer el conocimiento a la metafísica; en segundo lugar, el foco se transada de los objetos al sujeto y, dentro de éste se resalta el pensamiento y su inmediatez, como única forma verídica y confiable para juzgar el mundo; por último, como consecuencia de lo anterior, las certezas sólo existen en el pensamiento y, por esto, solo existe el sujeto y el pensamiento. El pensamiento moderno, concretamente el racionalismo y el positivismo lógico, que veremos más adelante en el módulo, trae enormes consecuencias para la humanidad y lo que hoy conocemos como pensamiento científico. El estatus que se da a la razón, ha colocado al humano en un lugar de privilegio frente a todo lo vivo y no vivo. Gracias a este pensamiento, tendemos a creer que podemos tener control sobre la naturaleza, desarrollando una forma antropocéntrica de concebir el mundo, como si, gracias a nuestra razón, concluyéramos que todo lo que nos rodea gira alrededor nuestro. Sin duda alguna, la ciencia ha traído grandes avances para la humanidad y nos ha permitido cosas que, posiblemente en la época de Platón o Aristóteles, eran inimaginables; sin embargo, ¿cuáles son algunas consecuencias de darle una supremacía a la razón, sobre la emoción o el espíritu? o mejor aún, ¿qué consecuencias ha traído que comprendamos la razón, la emoción, el cuerpo y el espíritu, como categorías de análisis separadas?, ¿puede existir uno sin el otro? POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 9 Referencias Bateson, G. (2006). Una unidad sagrada. Pasos ulteriores hacia una ecología de la mente. Gedisa. Barcelona. García, M. (2007). Lecciones preliminares de filosofía, Porrúa, México. Sánchez, P. (1999). Aristóteles Metafísica. Planeta. Madrid, España. Recuperado de: https://docs. google.com/file/d/0By4kcbi6MzzdQVJyZ2lCS0M4dDA/view Sierra, F. (2004). Transformaciones epistemológicas, Simposio permanente sobre la Universidad, Universidad Javeriana, Bogotá. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 10 INFORMACIÓN TÉCNICA Módulo: Introducción a la epistemología de las ciencias sociales Unidad 1: Introducción y supuestos filosóficos Escenario 1: Método y objeto de estudio de la epistemología Autor: Juan Camilo Paillié Plazas Asesor Pedagógico: Heidy Moncada Diseñador Gráfico: Santiago Rodriguez Asistente: Ana Milena Raga Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano. Por ende, es de uso exclusivo de las Instituciones adscritas a la Red Ilumno. Prohibida su reproducción total o parcial. POLITÉCNICO GRANCOLOMBIANO 11