Vicios en el consentimiento Si el consentimiento es la raíz de todo contrato, debe de haberse formado rectamente, no de un modo defectuoso, y será vicio del mismo todo lo que haya impedido alcanzar ese resultado. Existe una enumeración taxativa de causas que permiten la impugnación del contrato por vicios del consentimiento contractual. También, y en esta misma línea, debe destacarse desde ahora que la admisión de aquellas causas se hace en la jurisprudencia con grandes cautelas y con un sentido excepcional muy acusado. (LUIS DIEZ-PICAZO, 1989) Los vicios del consentimiento son una enumeración taxativa de causas que permiten la impugnación del contrato por vicios del consentimiento contractual, no obstante la admisión de aquellas causas se hacen en la jurisprudencia con grandes cautelas y con un sentido excepcional muy acusado. (BARDEJO, 1999) Mientras vemos en el código civil para el estado de Nayarit la postura de los vicios del consentimiento a partir del artículo 1185 hasta el artículo 1196 del mismo en los cuales menciona. Artículo 1185.- El consentimiento no es válido si ha sido dado por error, arrancado por violencia o sorprendido por dolo. EL ERROR El error es una creencia no conforme con la verdad, un estado psicológico en discordancia con la realidad objetiva, una noción falsa. La ignorancia es la ausencia de toda noción, pero en derecho los efectos de la ignorancia son en general los mismos que los de error. El error de derecho puede presentar tres grados de gravedad según los cuales sus efectos varia: ya impide la formación del contrato ya lo hace simplemente anulable, ya carece de influencia sobre el en el primer caso Error-Obstáculo, en el segundo Error-Nulidad, y en el tercero Error-Indiferente Error-obstáculo: que impide la formación del contrato Error-Nulidad: error de ambos contratantes o de uno de ellos se a discutido si el vicio del consentimiento no resulta si no de un error común a amabas partes o si basta con un error unilateral. Error-Indiferente: este error recae sobre la cualidad secundaria del objeto sobre motivos no determinantes de la voluntad, este error no invalida el contrato porque la ley no dispone que produzca su nulidad. (SORIANO, 2009) Es una falsa representación mental de la realidad que vicia el proceso Formativo del querer interno y que opera como presupuesto para la realización del negocio: o no se hubiera querido de haberse conocido exactamente La realidad o se hubiera querido de otra manera. Este es el llamado tradicionalmente Error-Vicio o error propio. La doctrina y la jurisprudencia han establecido determinados presupuestos para que el error tenga eficacia invalidante del negocio, si bien hay que advertir que se refieren al negocio patrimonial imitar vivos por excelencia que es el contrato. Si se debe proteger al que yerra, no puede perderse de vista la protección que merece la contraparte, que ha confiado en una declaración de voluntad, y la seguridad del tráfico jurídico. El error relevante debe incidir en un elemento del negocio que sea básico o esencial. El error no, ha de ser imputable al que lo padece. No merece protección jurídica, concretada en la anulación del negocio, si el que lo sufre ha podido evitarlo empleando una diligencia normal. Por tanto, el error relevante es el error excusable, pese al silencio del Código civil. Pero un error inexcusable debe poseer trascendencia anulatoria del negocio cuando, dadas sus circunstancias, fue reconocido o pudo serlo por la otra parte empleando una diligencia normal. Lo contrario llevaría a la solución inicua de que es lícito aprovecharse del error sufrido por otro. El error Obstativo es el error que recae en la declaración de voluntad. No ha tenido ésta ningún Obstáculo para formarse libremente, pero al expresarse al exterior se da el error, la divergencia no deseada entre lo declarado y querido. Hay también un error en el que la recibe, pues cree que corresponde a la verdadera voluntad del que emitió la declaración. Este error puede afectar a la existencia misma de la declaración de voluntad (El caso típico del que en una subasta hace un gesto que se interpreta como que puja en ella). (LUIS DIEZ-PICAZO, 1989) La doctrina y la jurisprudencia han establecido determinados presupuestos para que el error sea relevante y pueda anular el contrato: Ha de ser esencial en el sentido de que determine la voluntad del contratante que lo alega. El error relevante debe incidir en un elemento del negocio que sea básico o esencial. Ha de existir un nexo de casualidad entre el error sufrido y finalidad perseguida por el contratante. Ha de ser un error excusable o no imputable al contratante que lo a sufrido en caso contrario sería inexcusable, en el sentido de que la contra parte no podría ampararse en el mismo cuando ella hubiese podido evitarlo. El error que a sufrido uno de los contratantes a de ser reconocible por el otro.es decir es decir que si el error de uno de los contratantes es advertido por el otro este tendrá que aceptar la impugnación del contrato celebrado. (BRUTAU, 1989) EL DOLO El dolo o engaño fraudulento es otro de los vicios del consentimiento con efectos invalidantes, el dolo parte de una conducta ilícita que recae sobre una persona a la que se induce a contratar pero a diferencia de la violencia o intimidación no se actúa sobre la libertad, sino sobre el conocimiento ya que mediante el dolo se produce un engaño. La esencia del denominado dolo radica en la voluntad productora de un engaño, causada por la conducta de una de las partes del contrato. En esta figura a diferencia de de lo que ocurre con la violencia o la intimidación, no se admite el dolo causado por un tercero, a diferencia del error como vicio de la voluntad en el dolo se toma en consideración de manera relevante el hecho de su provocación por medio de un artificio que lleve a cabo el otro contratante. (LUIS DIEZ-PICAZO, 1989) El dolo grave se ah entendido tradicionalmente como el que da causa al contrato, el que sin el no se hubiese celebrado, y el dolo incidental como el que recae sobre circunstancias de orden secundario o elementos que no han sido determinantes del contrato lo que es un problema de interpretación de la voluntad de las partes. Dolo solo tendrá relevancia cuando ha sido empleado por una de las partes. Cuando el dolo es recíproco, es decir ejercitado por ambas partes contratantes, carece de toda trascendencia puesto que la buena fe debe ser exigida a ambos contratantes, en este caso se producirá una compensación de dolo. (BRUTAU, 1989) El dolo principal y dolo incidental, se llama dolo principal el dolo que ah tenido por efecto determinar a un contratante a contratar sin el cual no habría contratado, y dolo incidental o accidental el que no ah tenido ese efecto, aunque ah podido determinar a un contratar a aceptar condiciones más desventajosas que las que hubiere aceptado sin el dolo. (SORIANO, 2009) LA INTIMIDACIÓN O VIOLENCIA Hay intimidación o violencia cuando se emplea fuerza física o amenaza que importan peligro de perder la vida, la honra, la libertad, la salud o una parte considerable de los bienes del que contrae de su conyugue o de su ascendientes descendientes o de sus parientes colaterales dentro del segundo grado. La amenaza supone el anuncio de un mal «inminente y grave». La inminencia requiere un juicio sobre la mayor o menor proximidad del mal que se espera y sobre la mayor o menor posibilidad de evitarlo. La gravedad debe medirse en relación con la idoneidad del mal para influir en el ánimo del sujeto. Además, como ha dicho la jurisprudencia, la amenaza debe ser determinante de la declaración de voluntad, debe existir un enlace causal entre ella y el consentimiento emitido. La inminencia y gravedad exigen igualmente una certidumbre del mal con que se amenaza. No hay verdadera amenaza si se trata de un peligro incierto, remoto o inconcreto. La amenaza debe ser hecha contra derecho, es decir, el mal con el que se amenaza no debe provenir del ejercicio de un derecho en forma correcta y no abusiva. Pero la amenaza será injusta si con ella se trata de conseguir más de lo que el propio derecho concede o se logra una ventaja indebida (acreedor legítimo que amenaza con procedimientos a su deudor si no le paga más de lo estipulado, o le vende determinada finca). Salvo supuestos excepcionales, no podrá constituir un mal significativo de amenaza el anuncio del ejercicio de un derecho. El segundo ingrediente de la intimidación es una situación de temor creado en el sujeto pasivo, que sea «racional y funda, do», con lo que parece que da una medida objetiva del temor. (LUIS DIEZ-PICAZO, 1989) Bibliografía BARDEJO, L. (1999). elementos del derecho civil. En l. bardejo, elementos del derecho civil (pág. 392). madrid, españa: dykinson. BRUTAU, J. P. (1989). Compendio de Derecho Civil. En J. p. Brutau, Compendio de Derecho Civil (pág. 574). barcelona, españa: editorial bosch. LUIS DIEZ-PICAZO, A. G. (1989). SISTEMA DE DERECHO CIVIL. En A. G. LUIS DIEZ-PICAZO, SISTEMA DE DERECHO CIVIL (pág. 647). Burgos, España : tecnos. SORIANO, M. B. (2009). TEORIA GENERL DE LAS OBLIGACIONES. En M. B. SORIANO, TEORIA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES (pág. 238). MEXICO: PORRUA.