ISRAEL, UN PUEBLO DIVIDIDO UN PUEBLO, DOS REINOS El reino de Saúl, David y Salomón, se divide –a la muerte de éste- en dos pequeños estados, el reino del norte y el reino del sur. El reino del sur o de Judá permanece fiel a la dinastía de David tomando como gobernante a Roboám (hijo de Salomón). Aceptado por las dos tribus del sur (Judá y Benjamín) tiene por capital a Jerusalén. El reino del Norte o de Israel formado por las otras diez tribus, elige como rey a Jeroboam y tiene por capital la ciudad de Samaria. Una característica común de ambos reinos fue que los dos tuvieron problemas en mantener la fidelidad al culto a Yavé. DESAPARICIÓN El reino del norte desapareció en el año 721 a.C. cuando los asirios destruyeron la ciudad de Samaría y deportaron a los israelitas a otra parte del imperio. El reino del sur -aunque logró sobrevivir unos años más- finalmente fue conquistado por los babilonios tras la destrucción de Jerusalén en el año 586 a.C. tras lo cual desterraron a la mayor parte de la población a la ciudad de Babilonia. LOS PROFETAS Durante este periodo, Dios enviaba a los profetas -hombres elegidos por Él para hablar en su nombre- quienes a través de sus palabras y acciones se encargaron de: - Criticar la religión que olvidaba el fervor, la justicia y a los pobres. - Anunciar los castigos divinos si continuaba la corrupción. - Recordar la idea de que a pesar de las infidelidades “Dios está siempre a favor de su pueblo”. - Anunciar la futura venida del Mesías. - Los principales fueron: Elías, Eliseo, Isaías y Jeremías. ISRAEL, UN PUEBLO DESTERRADO LA GRAN DISPERSIÓN Tras la conquista del reino de Judá, los babilonios deportan a los últimos israelitas que habitaban el país de Canaán. Esto produce una gran dispersión hebrea: - Los israelitas del Norte vivían en tierras asirias. - Otro grupo huyó y se estableció en Egipto. - Los habitantes del Sur fueron conducidos a Babilonia. - En Canaán quedaron solo los pobres, enfermos y ancianos. CONDICIONES DE VIDA Todos se quedaron sin Tierra, sin Templo y sin Rey. Durante cincuenta años, pudieron vivir juntos, continuar con sus tradiciones y practicar su religión. En esta época penosa, el pueblo reflexiona sobre su pasado y la predilección de Dios a pesar de sus infidelidades. Es en este periodo que los sacerdotes escriben la historia de Israel desde las antiguas tradiciones y los anuncios de los profetas. También predicaron profetas como Daniel y Ezequiel quienes ayudaron a mantener la fe y la esperanza en Yahvé. ISRAEL, UN PUEBLO SOMETIDO ISRAEL, PROVINCIA PERSA. En el año 539 a.C. Ciro el Grande –rey de los persas- conquistó la ciudad de Babilonia y concede la libertad a los israelitas, permitiéndoles el retorno a la tierra de Canaán. Bajo el liderazgo de Zorobabel, Esdras y Nehemías numerosas oleadas de judíos fueron retornando y poblando el país poco a poco. Estos grupos reconstruyeron la ciudad de Jerusalén y el Templo. En esta nueva etapa -llamada Judaísmo- la comunidad judía adquiere una nueva personalidad social y política muy influenciada por la religión. Sin embargo a pesar de la paz y tranquilidad, el país es una pequeña provincia dentro del imperio persa. ISRAEL, PROVINCIA GRIEGA Tras la conquista del imperio persa por Alejandro Magno, el país cayó bajo el dominio de los griegos. Hacia el año 200 a.C. los reyes griegos de Siria arrebatan el país a los reyes griegos de Egipto. En el año 167 a. C. el rey griego de Siria Antíoco IV, se apodera de los tesoros del Templo y prohíbe la práctica de la religión judía a cambio de la griega. Ante esta nueva situación, los judíos reaccionan y se rebelan contra los dominadores. Una familia -la de los Macabeos- encabeza la insurrección, luchando contra las tropas griegas de Siria y finalmente consiguen la libertad total del país. ISRAEL, PROVINCIA ROMANA Sin embargo hacia el año 63 a.C. el general romano Pompeyo, aprovechándose de la rivalidad entre los líderes judíos, se apodera del país y coloca a Herodes como rey dependiente de Roma. Israel ha pasado a ser dominio de los romanos y ha quedado convertido en una comunidad que sobrevive únicamente alrededor del culto y de la ley.
