Escala de Tácticas de Conflicto (CTS-2) (Conflict Tactics Scales) en una muestra chilena de Hombres Maltratadores: su validez y confiabilidad Conflict Tactics Scale (CTS-2) in a sample of Chilean Men Batterers: validity and reliability Javier Barría Muñoz1 1 Doctor en Psicoterapia y Etiología Clínica de la Universidad de Chile-Pontificia Universidad Católica de Chile. Psicólogo Clínico y Trabajador Social. Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. 1 Resumen La violencia contra la pareja requiere de instrumentos que puedan medir riesgo o peligrosidad de los maltratadores. El objetivo del estudio es poner a prueba la versión en español del Conflict Tactics Scale (CTS-2). Se analizan las propiedades psicométricas del instrumento y de incorporan otros indicadores distales que complementan la información del CTS-2 en 731 maltratadores y 100 hombres sin historia de violencia. La consistencia interna del instrumento para los 39 ítemes fue de .89 (variando las subescalas de .73 a .84). Existe un solapamiento entre las subescalas, confirmando los hallazgos de Barría y Macchiavello (2012). Los resultados del análisis factorial no apoyan la consistencia interna en 5 factores. La varianza explicada total fue del 58.8% de la violencia de pareja. Palabras claves: maltratadores, violencia de pareja, abusos, psicometría, peligrosidad Abstract The intimate partner violence requires instruments that can measure risk or dangerousness of batterers. The objective of the study is to test out the Spanish version of the Conflict Tactics Scale (CTS-2). The psychometric properties of the instrument are analyzed and incorporated other distal indicator that complement the information on the CTS-2 731 offenders and 100 men with no history of violence. The internal consistency of the instrument for the 39 items was .89 (ranging subscales 73-84). There is overlap between the subscales, confirming findings from Barría and Macchiavello (2012). The results of the factor analysis did not support the internal consistency on 5 factors. The total explained variance was 58.8% for intimate partner violence. Keywords: batterers, partner violence, abuse, psychometrics, dangerousness 2 Las intervenciones en violencia de pareja, en ámbitos jurídicos, psicológicos y psicosociales, han evidenciado que la capacidad predictiva de la peligrosidad es limitada y poco eficaz sin el uso de instrumentos que permitan cuantificar el nivel de riesgo del sujeto en la violencia de pareja (Aldarondo & Mederos, 2002; Pueyo & Redondo, 2007). En los últimos veinte años se han desarrollado nuevas técnicas para predecir la conducta violenta de los maltratadores basada en tres elementos centrales: a) un mejor conocimiento de la naturaleza y procesos que producen la violencia. Se comienza a hacer una diferencia entre conflicto de intereses, hostilidad y tácticas de conflicto (Straus, Hamby, Boney-McCoy, & Sugarman, 1996), b) la sustitución del concepto de peligrosidad por “riesgo de violencia”, que permite ubicar al sujeto en un continuo de criminalidad (Folino, 2004) y c) el desarrollo de protocolos e instrumentos para la valoración del riesgo de la violencia de género (Douglas, 2004; Graña, Andreu, Peña, & Rodríguez-Biezma, 2013; Loinaz, Echeburúa, Ortiz-Tallo, & Amor, 2012). La violencia de género, es un fenómeno del cual se habla y se especula mucho y se tiene un conocimiento científico limitado (Anderson & Bushman, 2001), y en particular algunas de sus formas más graves como la violencia contra la pareja o la violencia sexual se han convertido gradualmente en una atención creciente para los científicos (Hanson, Bourgon, & Helmus, 2007; Zarza González & Froján Parga, 2005). Una forma de cuantificar la magnitud del problema es el uso masivo de instrumentos de medición, en los cuales existen antecedentes en Chile sobre la adaptación de algunos instrumentos para evaluación de la violencia de género y comportamientos antisociales, pero que son todavía insuficientes. Por ejemplo, el SARA, Entrevista Estructurada para la Evaluación del Riesgo de violencia conyugal (Folino, 2004; Salazar Villarroel & Vinet Reichhardt, 2011); el HCR-20, Escala para la valoración del riesgo sexual (León-Mayer, Asún-Salazar, & Folino, 2010; Ramírez, Illescas, García, Forero, & Pueyo, 2008); y el SVR-20, Escala de Predicción de Riesgo Grave contra la pareja (Echeburúa, Amor, Loinaz, & De Corral, 2010), que sirven para predecir violencia física, psicológica y sexual grave en pacientes y usuarios de diversos sistemas de salud, carcelarios, judiciales y asistenciales psicosociales. Una de las escalas más usadas a nivel mundial es la Escala de Tácticas de Conflicto (CTS-2; Tactics Conflicit Scale, Strauss, Hamby Boney-McCoy & Surgaman, 2004). 3 Strauss (2004), menciona que su instrumento ha sido usado en diecisiete (17) países de diferentes culturas y adaptado a diversos idiomas, tanto en América Latina y del Norte, Europa, Oceanía y Asia, manteniendo un nivel aceptable de confiabilidad y validez interna y externa (Straus, 2004). En Chile, se han usado encuestas para medir la magnitud o cantidad de la violencia doméstica que expresa un grupo poblacional general, usando criterios establecidos por la OMS (2001, 2002, 2003), con el sesgo que esto conlleva, que al ser mediciones generales, no necesariamente miden la prevalencia o índices reales de los alcances de la violencia en sujetos específicos, ni tampoco permiten distinciones entre poblaciones de riesgo (Gfk, 2013), por lo cual, la adaptación del Conflict Tactics Scales (Loinaz, 2010; Straus et al., 1996) es un aporte en la evaluación de la prevalencia, nivel de riesgo y cuantificación de los agresores de su parejas. En relación a las propiedades psicométricas del instrumento, se informa niveles de confiabilidad del .51 a .91 (alpha de Cronbach), sin embargo no se confirma la estructura original de los cinco factores (Anderson & Bushman, 2001; Lehrner & Allen, 2014; Reichenheim, Klein, & Moraes, 2007; Straus, 2004). El presente estudio tuvo dos objetivos: 1) Ofrecer una adaptación del instrumento al medio nacional chileno, y sus correspondientes puntajes de referencia, en una muestra de maltratadores ambulatorios derivados por diferentes instituciones y con un grupo control, que permita discriminar muestras de agresores de no agresores y medir en forma eficiente el nivel de riesgo de los sujetos. 2) Incorporar otras variables que miden el nivel de riesgo de violencia de género, que son de uso masivo en programas de atención con maltratadores, pero que el CTS-2 no los contempla. Además, el propósito del presente trabajo es socializar el CTS-2, para ser usado por su facilidad y reducido número de preguntas (39) en diversos servicios de salud, jurídicos y psicosociales en general. 4 Método Participantes El promedio de edad es de 38,7 años, con una desviación estándar de 11,1 años. La edad de la víctima es de 36 años. Las edades fluctúan entre los 18 a los 78 años. Los tramos de edades de mayor frecuencia son los de 31 a 40 años (33,3%) y de 41 a 50 años (23,6%). Tabla N°1. Antecedentes Sociodemográficos de los Hombres maltratadores Nacionalidad N° % Chilena 678 95,1 Mapuches 16 2,2 Aimaras y Diaguitas 7 1,0 12 1,2 Extranjeros (Latinos, Europeos, y Medio Oriente) Ingreso Media $ 411,808 Moda 150.001 a 300.000 300.001 a 450.000 $ 400.000 217 116 37,3 19,9 Ingreso Familiar Media Escolaridad Enseñanza Media Completa (4° Medio) 188 28,7 Técnicos Completos 5 a 8 básico 114 96 17,4 14,7 1 a 3 medio 89 13,6 Rubros de Empleo u Ocupación Servicios Comercio Construcción 133 111 72 22,3 18,6 12,1 Número de Hijos Media 2,32 Situación contractual Cesante 80 10,7 Con contrato indefinido 256 34,4 A plazo fijo 93 12,5 Situación de la vivienda Propia arrendada 187 208 25,1 27,9 Antecedentes delictuales Violencia Intrafamiliar (violencia física) Ebriedad (beber en la vía pública) Robo o hurto Conducción bajo la influencia del Alcohol Agresión vía publica 150 23 17 35 26 20,4 3,1 2,3 4,7 3,5 Vías de derivación Demanda Espontánea (voluntarios), Tribunales de Familia. 256 278 34,9 38 Juzgado de Garantía, Fiscalía, Defensoría Otros (Sernam, FFAA, Cesfam, Asistencia Judicial, Colegios y 102 14,0 95 13,1 empresas) 609.464 5 Como vemos en la Tabla N°1, a diferencia de los estudios españoles (Echauri-Tijeras, Fernández-Montalvo, Martinez-Sarasa, & Azcarate-Seminario, 2011; Echauri Tijeras, Romero Rodríguez, & Rodríguez de Armenta, 2005; Loinaz, 2010) donde los usuarios extranjeros alcanza el 35%. En Chile, la muestra es en un 95,1% (658) Chilenos, el 2,2% (16) son Mapuches, y 2,6 (12) son extranjeros, tales como: Español (1), Peruanos (5), Bolivianos (2), Italiano (1), Cubano (1), y Egipcio (1). Realizan una amplia variedad de empleos y oficios, predominando las áreas del comercio (22,3%), servicios (18,6%) y construcción (12,1%). En el caso de la víctima, los oficios son dueña de casa (18%), servicios (aseos, asesora del hogar) 18%, comercio 17%. El nivel de escolaridad se concentra en la enseñanza media completa (28,7%), incompleta (13,6%) y básica. Un 13.6% ha presentado conductas antisociales, tales como: beber en vía pública, conducción bajo la influencia del alcohol, riñas en vía pública, y sólo el 2,3% tiene antecedentes delictuales por robo o hurto (Ver Tabla N° 1). Instrumentos: Cuestionario General sobre Violencia (Barría Muñoz, 2013; Barría Muñoz & Macchiavello Rodríguez, 2012). El Cuestionario General sobre Violencia de Barría y Macchiavello (2011, 2012) es la tercera versión conformada por 107 ítems. El cuestionario se basa en el SARA (2005) (The Spousal Assault Risk Assessment), en el cuestionario general de Violencia de Echeburúa (1998) y en el curriculum evaluativo: Manual del Facilitador de Aravena, Espondaburú, Pence y Tilley (1993). Los ítemes permiten obtener antecedentes sobre las variables tales como: a) antecedentes sociodemográficos: nombre, edad, fecha de nacimiento, estado civil, número de hijos, etapa de los hijos, condiciones contractuales, remuneración, años en el trabajo actual, profesión u oficio; b) Antecedentes Delictuales: Antecedentes penales, riñas o agresiones previas, causa de la demanda, causas anteriores por violencia intrafamiliar; c) Historia Familiar; violencia en la escuela, tipos de violencia ejercida sobre él en su casa, presencia de violencia de padre a madre, violencia entre hermanos; d) relación de pareja; número de parejas, infidelidad, violencia con parejas anteriores; e) relación de pareja y familia nuclear actual: trabajo, y nivel educacional de la pareja, hijos, años de casado, 6 infidelidad, celos, primer episodio de violencia, violencia física, psicológica, abuso emocional, maltrato económico, negación, minimización y aislamiento, lugares donde se realizó y los motivos da la violencia; f) efecto de la violencia en los niños, g) Estado de salud: enfermedades, internaciones psiquiátricas, intento de suicidio, depresión, enfermedades invalidantes, consumo de alcohol y otras drogas; h) Resolver el problema: aceptación del problema de la violencia, acciones que está dispuesta a hacer para el cambio, efectos si no deja la violencia. Escala de Tácticas de Conflicto, Conflict Tactics Scales (CTS-2; Straus, Hamby, Mc Coy & Sugarman, 1996). Mide el grado en que una pareja se ven envueltos mutuamente en ataques físicos o psicológicos, así como el uso del razonamiento y la negociación para resolver conflictos. Tiene 78 ítemes: 39 para cada miembro de la pareja. El CTS-2 posee cinco (5) subescalas: a) violencia física: 7, 9, 17, 45, 53, 21, 27, 33, 37, 43, 61, 73. b) coacción (coerción) sexual: 15, 51, 63, 19, 47, 57, 75. c) agresión psicológica: 5, 35, 49, 67, 25, 29, 65, 69. d) daños: 11, 74, 33, 31, 41, 55. e) negociación: 1, 13, 39, 3, 39, 77. Las escal as anteriorment e m encionadas, se dividen a su vez, en dos subescalas: «cognitiva» y «emocional» para negociación y «menor» o «severa» para las demás escalas. Consta de 8 alternativas de respuesta. Los valores del 0 al 6 corresponden a la frecuencia con la que puede haber ocurrido una conducta: 1 (una vez), 2 (dos veces), 3 (entre tres y cinco veces), 4 (de seis a diez veces), 5 (de once a veinte veces) y 6 (más de 20 veces). El 7 se refiere a nunca el año pasado, pero sí antes y el 0 significa nunca ha ocurrido. Las principales puntuaciones de la escala son las siguientes: 1) Frecuencia: número de veces que ha sucedido una conducta dentro de cada escala en el período de referencia. 2) Prevalencia: presencia o ausencia de la conducta. Se calcula transformando las respuestas 1-7 en 1, y el 0 en 0. Los ítems no se suman, por lo que la prevalencia para cada subescala será 1 o 0. Para la prevalencia anual, el ítem 7 puntuaría 0. 3) Severidad de la violencia física: se asigna un valor teórico a cada ítem de las escalas de violencia física: ítems 7, 9, 17 , 45 y 53= 1; ítems 27 y 73= 3; ítems 33, 37, 43 y 61= 5; ítem 21= 8. La escala de 39 ítemes, correspondientes a las categorías de análisis del maltratador, fue sometida a 7 prueba de consistencia interna mediante el cálculo del coeficiente Alfa de Cronbach, obteniéndose un coeficiente estandarizado de .94, lo cual indica un alto nivel de consistencia interna. Quedando en su versión definitiva como indica la Tabla N° 2. Tabla N° 2. Composición de la Escala de Tácticas de Conflicto (CTS-2; Strauss et al., 1996). Ítemes del agresor Ítem Subescala Negociación 1 Emocional Mostré a mi pareja que me preocupaba por ella incluso cuando no estábamos de acuerdo 13 Emocional Mostré respeto por los sentimientos de mi pareja sobre una cuestión 39 Emocional Dije que estaba seguro de que podíamos solucionar un problema 3 Cognitiva Expliqué mi opinión acerca de un desacuerdo a mi pareja 59 Cognitiva Sugerí un acuerdo sobre una discusión 77 Cognitiva Estuve de acuerdo en intentar una solución que mi pareja sugirió a una discusión Ítem Subescala Agresión psicológica 5 Menor Insulté o maldije a mi pareja 35 Menor grité a mi pareja 49 Menor Salí dando un portazo de la habitación o de la casa durante una discusión 67 Menor Hice algo para fastidiar a mi pareja 25 Severa Llamé gordo/a feo/a a mi pareja 29 Severa Destrocé algo que pertenecía a mi pareja 65 Severa Acusé a mi pareja de ser un/a mal/a amante 69 Severa Amenacé con golpear o arrojar algo a mi pareja Ítem Subescala Agresión física 7 Menor 9 Menor Le retorcí el brazo o tiré del pelo a mi pareja 17 Menor Empujé a mi pareja 45 Menor Agarré a mi pareja 53 Menor Abofeteé a mi pareja 21 Severa He usado un cuchillo o arma contra mi pareja 27 Severa golpeé a mi pareja con algo que le pudo hacer daño 33 Severa Estrangulé (agarré por el cuello) a mi pareja 37 Severa Empujé a mi pareja contra una pared 43 Severa Le di una paliza a mi pareja 61 Severa Le hice una quemadura a mi pareja a propósito Ítem Tiré algo a mi pareja que le pudo hacer daño Subescala Coacción sexual 15 Menor 51 Menor Obligué a mi pareja a mantener relaciones sexuales sin preservativo Insistí en practicar sexo cuando mi pareja no quería (pero no usé la fuerza física) 63 Menor Insistí a mi pareja para practicar sexo oral o anal, pero no usé la fuerza física 19 Severa Usé la fuerza (como golpear, inmovilizar o usar un arma) para obligar a mi pareja a practicar sexo oral o anal conmigo 47 Severa Usé la fuerza (como golpes, inmovilizar o usar un arma) para obligar a mi pareja a practicar sexo conmigo 57 Severa Utilicé amenazas para obligar a mi pareja a practicar sexo oral o anal conmigo 75 Severa Usé amenazas para obligar a mi pareja a practicar sexo conmigo 8 73 Severa Le di una patada a mi pareja Ítem Subescala Daños 11 Menor 71 Menor Tuve un esguince, moratón, o pequeño corte a causa de una pelea con mi pareja Sentí dolor físico que duró hasta el día siguiente a causa de una pelea con mi pareja 23 Severa Perdí el conocimiento por un golpe en la cabeza en una pelea con mi pareja 31 Severa Fui a un médico a causa de una pelea con mi pareja 41 Severa Necesité visitar a un médico a causa de una pelea con mi pareja, pero no lo hice 55 Severa Me rompí un hueso en una pelea con mi pareja Procedimiento El instrumento CTS-2, fue aplicado a una muestra aleatoria, extraída de la totalidad de la cohorte atendida entre enero de 2012 y abril de 2013, con el consentimiento informado de los participantes, en las ciudades de Santiago, Viña del Mar, Rancagua, Talca, Puerto Montt, Arica, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Iquique, Valdivia, Temuco, Concepción, Coihaique y Punta Arenas. Donde se ejecuta el programa “Hombres por una vida sin violencia” del Servicio Nacional de la Mujer. El investigador principal, confeccionó una base de datos a nivel nacional, y realizó devoluciones de los aspectos psicométricos del instrumento a los equipos técnicos de cada sede. El grupo control, fue obtenido por cada equipo en las regiones donde se implementó el programa hombres, equiparándose con las características principales de edad, educación y ocupación. Cada sede recibió asesoría en el ingreso y tabulación de datos por medio del programa SPSS 20 y uso del instrumento CTS2, siendo la escala parte del diagnóstico diferencial para medir el nivel de riesgo de los sujetos atendidos. Se fue creando un sistema online mediante el servicio gratuito de Google Docs – Driver, que opera como una “nube” donde todos podían usar la misma planilla de Excel en línea y así tener una base de datos a nivel nacional. El CTS-2, fue aplicado en la cuarta sesión. Las sesiones uno a cuatro, servían de diagnóstico del sujeto, para posteriormente pasar a terapia psicoeducativa grupal. Se dejaron dos sesiones adicionales, que posteriormente se incorporaron al tratamiento como sesiones de adherencia al tratamiento, para aplicar instrumentos que hayan quedado con aplicación pendiente. 9 Análisis de los datos Se utilizó el modelo sugerido por Strauss (1996; 2004) comparando el modelo teórico de primer orden y se agregó análisis adicionales tales como: el método de extracción de componentes principales. La consistencia interna se calculó usando el alpha de Cronbach. Se utilización las versiones 15 y 20 del SPSS, a partir de las respuestas de las cohortes de sujetos atendidos en los últimos dos años. Resultados Fiabilidad La consistencia interna de la escala y de sus cinco subescalas se ha calculado considerando las respuestas de los usuarios de la cohorte de enero de 2012 y abril 2013. El coeficiente de Cronbach obtenido para los 39 ítemes respondidos por los maltratadores es de .89. En relación a las subescalas, el mayor alfa se encuentra en la agresión física .84, seguida de agresión psicológica .82, coerción sexual .81, y negociación .77. La subescala con el puntaje más bajo la obtuvo Daños .73. Los valores obtenidos son concordantes con los resultados con muestras españolas para todas las escalas menos daños que presenta un puntaje menor .59 en relación a la muestra chilena. (Loinaz, Echeburúa, Ortiz-Tallo & Amor, 2012) Strauss (1996; 2004) en su versión original informaba coeficientes de fiabilidad de .53 a .91, posteriormente informó la utilización del informe en 17 naciones con un promedio de .70 a .81 de correlación interna del instrumento. Validez Discriminante Se analizó la validez discriminante de la escala. En la tabla N° 3, se comparan las puntuaciones medias obtenidas en las distintas subescalas de la CTS-2 entre los grupos de maltratadores y hombres sin historia de violencia física. Como se puede observar, la CTS-2 permite diferenciar a los agresores de la población general, excepto en la escala de 10 Negociación, donde no se observaron diferencias intergrupales significativas. El tamaño del efecto de las diferencias puede considerarse grande para la violencia psicológica, física, y daños y moderada para coacción sexual, según los criterios de Cohen (1992). Tabla N° 3. Diferencias entre Grupos de Maltratadores y Sin historia de Violencia en CTS-2 Maltratadores N= 671 No Maltratadores N= 100 t Sig. (bilateral) Diferencia de medias media D. T. media D.T Negociación 23,00 8,63 23,60 9,43 -0,63 0,53 -0,60 Violencia psicológica 13,28 9,55 4,26 5,19 9,18 0,00*** 9,02 Violencia física 7,57 9,89 0,54 2,02 7,05 0,00*** 7,03 Coacción sexual 1,55 4,68 0,53 1,65 2,16 0,03** 1,02 Daños 2,29 4,42 0,02 0,20 5,10 0,00*** 2,27 *** p>0,001 ** p>0,01 Respecto a la Validez Convergente, se efectuaron dos cálculos correlación de Pearson y Biserial, entre los tipos de violencia (física, psicológica, sexual, daños y negociación) con las vías de derivación o causa de derivación (violencia psicológica, física, voluntario, y sin historia de violencia). Las escalas que representan violencia (física, psicológica, sexual, y daños) correlacionan altamente entre sí con los motivos de derivación (física, psicológica, física y voluntario) r(732)=,029; p=,000. La escala de negociación solo correlaciona entre sus propios ítemes. Destacan la alta correlación de las siguientes preguntas que se solapan en todas las escalas: las preguntas (37,38) empuje a mi pareja contra la pared; las preguntas (53,54) abofeteé a mi pareja; pregunta (65); pregunta (70) amenacé con golpear o arrojar algo contra mi pareja y (75) recurrí a amenazas para obligar a mi pareja a tener sexo. Se realizó un tercer cálculo de regresión lineal y logística binaria, para predecir entre los maltratadores (físicos, psicológicos y voluntarios) y los hombres sin historia de violencia previa F(1,283) = 75; p< .000) obteniéndose como resultado que las preguntas que predicen al grupo al grupo de maltratadores son: grité a mi pareja (pregunta 35), 11 recurrí a la fuerza para forzar a prácticas sexo conmigo (pregunta 47) y mi pareja aún sintió dolor físico a causa el día siguiente a causa de una pelea conmigo (pregunta 72) Análisis factorial de elementos del CTS-2 Se realizó un análisis factorial Varimax con Normalización Kaiser para verificar la validez de constructo del instrumento. La rotación convergió en 7 iteraciones o factores, que permitió determinar una varianza explicada de 58,8%. El primer factor 1 explica un 25,3% (violencia física), el factor 2 explica un 12,1% (violencia psicológica), el tercer factor un 7,0% (negociación), el cuarto factor un 3,6% (coacción sexual) y el quinto factor un 9,6% (Daños). Sin embargo, al realizar el análisis factorial en base al nivel de riesgo, los datos son concordantes con los hallazgos del tipo de violencia de mayor frecuencia denominada “control coercitivo violento” y riesgo informados por Barría (2014) y Barría y Macchiavello (2012). Como se observa en la Tabla N° 4 en riesgo extremo no hay comunalidades, las cuales se concentran dentro de su misma categoría solapándose entre los grupos de bajo, medio y alto riesgo. Es interesante observar el conglomerado de medio y alto riesgo en donde se concentra la subescala de negociación que concuerda con la hipótesis que la violencia en un fracaso en las negociaciones que realizan los hombres maltratadores (Barría Muñoz, 2013; Barría Muñoz & Macchiavello Rodríguez, 2012). La pregunta 25 de la subescala de agresión psicológica “llamé gorda o fea a mi pareja” y la pregunta 51 de la subescala coacción sexual “insistí en practicar sexo con mi pareja (aunque no usé la fuerza física) no presentan saturaciones. Las preguntas “Estrangulé (agarré por el cuello) a mi pareja”(pregunta 33), “amenacé con golpear o arrojar algo a mi pareja” (pregunta 69) y 75 “usé amenazas para obligar a mi pareja a practicar sexo conmigo” (pregunta 75) presentan los mayores niveles de saturación. También se pueden observar preguntas que saturan con riesgo medio, tales como: Insulte, grite, Salí dando u portazo, e hice algo para fastidiar a mi pareja (en violencia psicológica). Empujé y agarré a mi pareja (en violencia física). Utilicé amenazas oral o anal conmigo (en coacción sexual). Y me rompí un hueso en una pelea con mi pareja. 12 Tabla N° 4. Análisis Factorial de elementos del CTS Predicción del Riesgo 1 Baja 2 media 3 alta 4 Extremo Negociación (varianza explicada 5,6% ) P01 P13 P39 P03 P59 P77 ,429 ,488 ,507 ,536 ,488 ,527 ,586 ,517 Agresión psicológica (varianza Explicada 10,9%) P05 P35 P49 P67 P25 P29 P65 P69 ,453 ,493 ,416 ,533 ,554 ,592 ,476 ,525 ,436 ,631 Agresión física (Varianza Explicada 24%) P07 P09 P17 P45 P53 P21 P27 P33 P37 P43 P61 ,458 ,578 ,629 ,588 ,518 ,633 ,596 ,648 ,628 ,577 ,483 ,412 ,421 Coacción sexual (varianza explicada 3,1%) P15 P51 P63 P19 P47 P57 P75 ,458 ,468 ,543 ,499 ,577 ,668 -,472 -,480 Daños (varianza explicada 5,7%) Valides de Constructo Como no existen normas de validez para Chile. Se utilizó la forma de asignar un valor subjetivo a las subescalas e indicadores por medio de establecer los percentiles: 75, 60, 30. Donde los puntajes mayores al percentil 75, se consideran puntajes como severísimos (muy altos), 60 se consideran severo (alto), los puntajes entre el percentil 30 y 13 60, como menores (medios) y menores de 30 como muy menores (bajos). En la tabla N°5, se pueden ver los puntos cortes que quedaron para las 4 escalas obtenidos por el sujeto. Tabla N° 5. Puntaje de referencia para valorar Maltratadores Nivel de Riesgo Percentiles negociación Violencia psicológica violencia física coacción sexual Daños Riesgo bajo 10 al 29 0 - 18 0 - 10 0 0 0 Riesgo medio 30 al 59 19 - 24 11 - 22 1-4 0 0 Alto Riesgo 60 al 74 25 - 30 23 - 37 5 - 12 1 1-3 Riesgo Extremo 75 a 99 31 - 42 38 - 90 13 – 133 2 - 49 4 - 68 Media 23,26 24,49 9,12 1,41 2,97 D. T. 8,7 18 14 4,4 6,9 Categorización datos complementarios al CTS-2: Ejercicio, uso y abuso del maltrato hacia la pareja La categorización de los datos cualitativos estuvo enfocada a complementar la información recabada a partir del CTS-2, por medio de entrevistas y auto-reportes por parte de los maltratadores que el CTS-2 no contempla. Las preguntas cualitativas están basadas en el SARA (Spousal Assault Risk Assessment Guide, 2004) y en la encuesta de Cuestionario General de Violencia de Barría y Macchiavello (2012). En segundo lugar se muestran fuentes remotas, asociadas a la historia de violencia del maltratador. Y en tercer lugar, se pone a prueba el instrumento mediante técnicas de análisis para poder discriminar si CTS-2 evalúa correctamente poblaciones de maltratadores y hombres sin historia de violencia previa. Como vemos en la Tabla N° 6, se incorporan otras formas de violencia relacionadas con el poder y el control abusivo, tales como: la violencia económica, la minimización, el aislamiento, los privilegios masculinos y las estrategias de intimidación (Araverna, 1993) (ver tabla N°6) y otros antecedentes como la historia de violencia previa y el consumo de alcohol como principal factor de riesgo asociado a la violencia hacia la pareja, que la escala 14 de Tácticas de Conflicto de Straus (1997) deja afuera y analiza solo las categorías principales del VIF (psicológica, emocional, sexual, física y los daños). Tabla N°6. Antecedentes generales del ejercicio, uso y abuso del maltrato hacia la pareja Fue testigo de Violencia intrafamiliar durante la Infancia Fue víctima de violencia intrafamiliar en la infancia N° Violencia de los padres contra hermanos Física 158 Psicológica 57 Económica 70 Violencia Física del Padre hacia la madre Nunca 315 A veces 132 Con frecuencia 60 Violencia Sexual del Padre a la Madre Nunca 429 A veces 64 Con frecuencia 25 Lo desconoce 3 Violencia Psicológica del Padre a la Madre nunca 343 a veces 176 con frecuencia 67 Violencia física 126 Violencia psicológica 85 Violencia Sexual 2 % 30,2 10,9 13,4 62,1 26,0 11,8 82,3 12,3 4,8 0,6 58,5 30,0 11,4 31,3 21,1 0,5 En la Tabla N° 7, se incorporaron antecedentes distales como es la historia del sujeto de haber sido víctima y testigo de maltrato físico y psicológico en la infancia, él y sus hermanos, y de la violencia ejercida del padre hacia la madre. Además, se destacan acciones que no son necesariamente reconocidos como violencia (física, psicológica, económica, y sexual). De acuerdo a Bonino (2008) constituyen micromachismos, tales como: la Minimización, el aislamiento, y los privilegios masculinos (Bonino, 2008). Se incorporan también las variables “lugares donde se producen las discusiones” y “los temas que motivan las discusiones”, que surgieron de la categorización de respuestas cualitativas de la aplicación del cuestionario de violencia adaptado por Barría y Macchiavello (2012) que permiten tener una mirada contextualizada de la violencia íntima. 15 Tabla N°7. Tipos de violencias que declara haber ejercido el maltratador. Tipos de violencia que declara haber ejercido Minimización (N° 371) No le dió importancia a la violencia que usted usó Le dijo que fue culpa de ella Maltrato Físico (N° 432) La abofetié La empujé La sujeté Abuso Emocional (N°421) La menospreció Le dijo garabatos u ofensas Acciones de Intimidación (N° 423) Le grité La asusta o asustó con ciertas miradas, gestos o acciones Acciones de Aislamiento (N° 327) Le impidió o trató que no fuera a donde ella deseaba ir ( trabajo, familia) La interrogué acerca de sus actividades, lo que hacía o a donde iba Privilegio Masculino Le dijo cual es el lugar y el trabajo de ella en la familia No hizo la parte de las tareas de la casa que le corresponden a usted Abuso Económico (N° 239) No dejó que ella supiera cuanto son los ingresos suyos Le impedí que ella trabajara fuera de la casa Una vez, cada mes a tres meses Mayor (mas) de 6 veces Solo una vez Cuidado de la casa Motivos Principales de Falta de dinero discusiones Relaciones sexuales En el dormitorio Lugares de discusión En el living comedor *% Porcentaje válido dentro de la variable Frecuencia de violencia física N° % % valido* 144 127 38,8 34,2 50,6% 50,6% 164 90 46 39,7 21,8 11,1 59% 59% 59% 116 63 27,6 15 57,5 57,5 194 45,9 58,5 155 36,6 58,5 134 41 44,6 53 16,2 44,6 44 16,1 37,4 68 24,8 37,4 50 20,9 32,5% 68 58 70 148 160 88 67 263 58 28,5 12,9 19,7 41,6 39 21,5 16,3 67,1 14,8 32,5% 48,6 48,6 48,6 56 56 56 53,5 53,5 Antecedentes de riesgo del maltratador Los factores de riesgo son características asociadas con un incremento de la probabilidad de que suceda un determinado hecho, en este caso el ejercicio del maltrato. En la Tabla N° 9, se han compilado los principales factores de riesgo individuales asociadas al sujeto, y se agregó la variable “quien hizo la denuncia por violencia en la pareja”, pregunta generada a partir de la categorización de respuestas cualitativas en el cuestionario de Violencia de Barría y Macchiavello (2012). 16 Tabla N° 9. Antecedentes de riesgo en el ejercicio del maltrato de los HEPVA Cuantas veces lo han denunciado por violencia Quien hizo la denuncia por violencia de pareja N % 1 vez 266 56,5 De 2 a 4 veces 127 28,5 No hubo 66 15,2 Más de 5 veces 12 2,8 Mi pareja o esposa 183 68,3 No me han denunciado 43 16,0 Mis vecinos 28 10,4 Yo mismo 7 2,6 Intentos de Suicidio Sólo una vez 69 13,1 De 2 a 4 veces 18 3,4 Agresiones del usuario a sus progenitores Nunca A veces Con frecuencia 444 71 13 84,09 13,45 2,46 Uso de armas o amenazas de muerte No he usado ningún tipo de arma 318 76,8 Lanzamiento de objetos Arma blanca 52 23 12,6 5,6 Arma de fuego 17 4,1 Amenazas de muerte a la pareja íntima Sólo una vez De 2 a 4 veces Más de 5 veces 69 18 6 13,1 3,4 1,1 Hospitalizado por Salud Mental Si 29 6,1 No 447 93,9 Si 114 23,2 No 378 76,8 Ha tenido un tratamiento Psicológico Consumo de Alcohol y drogas Por último, se presenta el principal factor de riesgo que es el consumo de alcohol y drogas. Como vemos en la Tabla N° 8, el 37,5% presenta un consumo problemático o abusivo del alcohol, y el 32,2% y reconoce emborracharse todos los días hasta una (1) vez al mes. El 19,1% consume drogas, tales como marihuana (3,7%) y Cocaína/Pasta Base (1,0%). Solo el 5% reconoce que ha consumido alcohol drogas en los momentos de violencia con su pareja. 17 Tabla N° 8. Consumo de Alcohol y drogas N % % valido Bajo consumo (Una vez al año, No bebe) 123 21,7 84,4% Consumo moderado (cada 3 a 6 meses) 59 10,4 84,4% Consumo alto (cada 15 a un mes) Consumo problemático ( una o dos veces por semana a todos los días) 171 212 30,2 37,5 84,4% Con que frecuencia se emborracha Una vez por semana a diario 53 12,2 84,4% 84,4% Cada 15 días a un mes 87 20 84,4% 52 241 59 406 23 12 55,6 9,6 65,7 3,7 84,4% Consumo de drogas Cada meses a seis meses Una vez al año o no se emborracha SI No Marihuana** 6 1,0 27 10,3 Alcohol Que droga reconoce consumir Cocaína / Pasta Base** Incidencia de Dependencia del Alcohol (Prevalencia ≥ percentil 75) Trastornos en el MCMI III N=232 Dependencia de sustancias (Prevalencia ≥ percentil 75) *% Porcentaje valido dentro de una variable ** Drogas ilegales 84,4% 84,4% 84,4% 9,6 9,6 *31,6% *31,6% 17 6,5 Comparación de muestras de hombres maltratadores y Grupo Control sin historia de violencia previa. Como vemos en la Tabla N° 10, existen diferencias significativas entre el grupo de sujetos sin historia de violencia previa y los demás grupos atendidos. No existen diferencias significativas en la negociación emocional, ya que los sujetos hacen esfuerzos en negociar los conflictos con su pareja. En una primera impresión, estas negociaciones se aprecian como racionalizaciones o minimizaciones del sujeto, sin embargo en los hallazgos de Barría y Macchiavello (2012) se constata que el recurso de la violencia operaría como un fracaso de las mediaciones. La siguiente subescala sin diferencias significativas es la coerción sexual menor. Los sujetos presentan dificultades para hablar y reconocer aspectos sexuales de su relación de pareja, y el acceso sexual se aprecia más como una obligación que como un proceso consensual. 18 Tabla N° 10. Puntuaciones Medias, Deviaciones estándar, y diferencias entre los grupos Demanda Espontánea Tribunal de Familia (Violencia Psicológica) Fiscalía, Garantía, y otros Sin historia de Violencia Previa (Violencia Física) X (DT) X (DT) X (DT) X (DT) ᵪ² Negociación Emocional 12,31 4,9 14,77 3,6 13,26 4,1 14,22 2,8 5,7 Negociación Cognitiva 11,47 5,3 11,49 4,6 12 4,8 12,67 3,0 10,3** Agresión Psicológica menor 15,28 11,0 14,54 10,3 15,26 8,7 3,89 4,4 84,9*** Agresión Psicológica Severa 14,91 12,2 16,5 10,7 16,6 9,5 4,44 5,7 80,9*** Agresión Física Menor 8,09 8,9 6,63 8,4 9,04 9,7 1,22 2,7 83,9*** Agresión Física Severa 2,47 3,1 1,37 2,7 2,61 3,5 0,11 0,3 56,8*** Coerción sexual menor 0,66 1,4 0,89 1,7 1,09 1,8 0,00 0,0 11,9** Coerción sexual severa 0,13 0,5 0,0 0,0 0,09 0,4 0,00 0,0 6,4 Daños menores 3,41 3,6 1,49 3,5 2,96 3,3 0,00 0,0 55,6*** Daños Severos 1,13 1,6 0,8 2,5 1,17 1,8 0,00 0,0 28,2*** * p<0,05, **p<0,01, ***p<0,001 Una de las dificultades que tiene la valoración del riesgo en medios libres de hombres agresores, es que en una primera impresión fenomenológica, estos sujetos se aprecian menos graves de lo que realmente pueden llegar a ser, ya que están operando mecanismos defensivos en el sujeto, entregando una imagen “mejor” de lo que realmente son. Este tipo de mecanismo, se asemeja al utilizado en la delincuencia común, donde el sujeto selecciona las situaciones y momentos que va a narrar, es por ello, la importancia de contar con más de una fuente de contraste de información. Por lo tanto, se estableció una modalidad subjetiva de categorizar Riesgo en: bajo riesgo, riesgo medio, riesgo alto y riesgo extremo, considerando que el percentil 75 marcaría la extrema gravedad. Como vemos en la Tabla N° 11, existen diferencias significativas y asociación en cuatro (4) de las cinco (5) subescalas del CTS-2 en relación a las vías de derivación. Siendo a lo menos el 50% de los agresores en las escalas de agresión física y psicológica y daños de alto a extremo riesgo. Sin embargo, hay que tener cautela en la interpretación de los datos porque los maltratadores por demanda espontánea aparecen con una diferencia porcentual de 1 a 10 puntos de diferencia en relación a los maltratadores derivados de Tribunales de Familia, y 19 Fiscalía-Tribunales de Garantía. Lo anterior se debe a que están en un momento donde la violencia se está produciendo, por motivos de separación, inicio de la escala de maltrato, o porque el sujeto se asusta con la violencia que se está produciendo y se autodemanda. Tabla 11. Valoración del riesgo y Vías de Derivación Espontáneos Tribunal de Familia N=347 N= 157 N Negociación Violencia Psicológica Agresión Física Coacción Sexual Daños % N % Fiscalía, Garantía, y otros N=129 N % Sin Historia de Violencia N=91 N % Baja Negociación Mediana Negociación Alta Negociación alta negociación Bajo riesgo 104 30,0% 35 22,3% 37 28,7% 16 18,3% 81 23,3% 41 26,3% 35 27,1% 20 22,5% 93 26,8% 47 26,8% 26 20,2% 24 26,8% 69 19,9% 34 21,7% 31 24,0% 29 32,4% 86 24,8% 25 15,9% 17,8% 70 77,5% Riesgo medio 73 21,0% 47 29,9% 37 28,7% 11 12,7% Riesgo alto 97 28,0% 39 24,8% 36 27,9% 9 9,9% Riesgo extremo Bajo riesgo 91 26,2% 46 29,3% 33 25,6% 0 0,0% 85 24,6% 33 21,0% 26 20,2% Riesgo medio 85 24,6% 46 29,3% 37 28,7% 9 9,9% Riesgo alto 69 19,9% 46 29,3% 38 29,5% 4 4,2% Riesgo extremo Bajo riesgo 107 30,9% 32 20,4% 28 21,7% 2 1,4% 245 70,6% 105 66,9% 97 75,2% Riesgo medio 42 12,1% 22 14,0% 12 9,3% 9 9,9% Riesgo extremo Bajo riesgo 60 17,3% 30 19,1% 20 15,5% 0 0,0% 175 50,4% 90 57,3% 61 47,3% Riesgo alto 73 21,0% 37 23,6% 33 25,6% 1 1,4% 99 28,5% 30 19,1% 35 27,1% 0 0,0% Riesgo extremo * p<0,05, **p<0,01, ***p<0,001 23 ᵪ² 15,1 118*** 76 84,5% 137,3*** 82 90,1% 18,9** 90 98,6% 68,1*** 20 Discusión y Conclusiones Al igual que la evaluación psicométrica que fue llevada a cabo en España (Loinaz et al., 2012), en Chile, el presente trabajo es el primer estudio que analiza las propiedades de la escala de tácticas de Conflicto en una muestra nacional (832 sujetos). Unos de los principales hallazgos es que el instrumento permite discriminar población de hombres no maltratadores y hombres maltratadores, estableciéndose puntuaciones de corte para que puedan ser usadas como valores de referencia nacional. Existen diferencias entre los puntajes de referencia entre las muestras españolas y chilenas de entre 5 a 15 puntos entre escalas de violencia física, psicológica, sexual y daños (Echeburúa, Amor, & de Corral, 2010; Loinaz et al., 2012) que permiten inferir sesgos de reconocimiento de conductas de violencia realizadas y factores culturales de la expresión física y psicológica de la violencia de genero. Sólo el informe de la presente investigación muestra los puntajes de referencia en la escala de negociación. Los 39 ítemes usados en su versión corta para los agresores hombres presenta una alta fiabilidad de 0.89 que permite inferir que se pueden realizar predicciones sobre riesgo, superior a las obtenidas en el estudio español con 0.81 (Echeburúa, et al, 2012), sin embargo no concordantes con la dispersión de 0.51 a 0.91 de coeficientes de fiabilidad informados por Strauss (2004) en estudios internacionales (Reichenheim et al., 2007; Straus, 2004) Los distintos estudios (Anderson & Bushman, 2001; Loinaz et al., 2012; Reichenheim et al., 2007; Straus, 2004), plantean la complejidad dimensional de la violencia de pareja y la posibilidad de objetivar la violencia psicológica que se solapa en distintos tipos de violencia física, sexual y daños graves, que concuerda con el juicio fenomenológico (del clínico) quien aprecia que los maltratadores se muestran menos peligrosos de lo que realmente son. Las diferencias entre puntajes (5 a 15 puntos de diferencia) entre las muestras españolas y chilenas, permite inferir que se deberían considerar las fuentes culturales de reconocimiento de comportamientos como violencia de género, que tampoco concordarían con la idiosincrasia anglosajona (Straus, 2004; Straus et al., 1996) de apreciar la violencia como una posibilidad de mediación de conflicto cuando el diálogo fracasa, en tanto que en 21 culturas latinas se aprecia como polaridades contrapuestas - el dialogo o la violencia - (De Keijzer, 2003; Garda, 2004; Magdol et al., 1997). Se concuerda con Loinaz et al. (2012) que los análisis factoriales del instrumentos han mostrado poca consistencia en relación a los 5 factores originales factores (Anderson & Bushman, 2001; Reichenheim et al., 2007; Straus, 2004). De lo cual se desprende, que las escalas de agresión psicológica y la negociación se solapan con las otras escalas (violencia física, sexual y daños). Por lo cual, las estrategias de negociación no son predictores que la violencia no va a ocurrir sino que el victimario ha realizado intentos de negociación que han fracasado, lo cual concuerda con los datos de Barría y Macchiavello (2012). Al igual que el estudio español, la presente investigación presentó la limitación de no contar con el reporte escrito de la víctima que permita correlacionar los datos de autorreporte de la victimaria. Pese a esta limitación, los equipos psicosociales pudieron acceder al reporte telefónico de la víctima, a la entrevista personal con el sujeto y a la encuesta de violencia para poder contrastar la fiabilidad de los datos entregados por el victimario (Macchiavello Rodríguez, 2011). Otra limitación que puede contener un instrumento tipo CTS-2, es que requiere de un sistema de contraste de información, como una entrevista estructurada tipo SARA (2004). Por lo cual, puede presentar un sesgo de deseabilidad social frente a respuestas posibles de los sujetos, en las cuales realice omisiones intencionadas de conductas de violencia. La limitación de las omisiones de los sujetos está relacionada a que el repertorio de conductas que culturalmente se reconocen como violencia de género son limitadas, solo se reconocen las conductas constitutivas de delito (violencia física y sexual, y lo daños) pero no así las psicologías. Sin embargo, lo anterior no disminuye la capacidad de medición del instrumento (CTS-2). Se sugieren investigaciones, en la línea de comparar otras muestras de maltratadores como las carcelarias en el caso de Chile para poder depurar la escala. 22 Agradecimientos La presente investigación ha sido una construcción colectiva donde han participado todos los equipos de Arica a Punta Arenas en la selección de la muestra y aplicación del instrumento. Por lo cual, les quiero dar las gracias, a todos los Psicólogos, Asistentes Sociales y Coordinadoras y en especial a Atilio Machiavello por su apoyo y confiar en este monumental trabajo. Han sido de tremenda importancia las discusiones, las inquietudes y los inconvenientes que se presentaron y se fueron resolviendo, así como aportar un grano de arena a una política pública de tremenda importancia como es el detener la violencia de pareja. Referencias Aldarondo, E., & Mederos, F. (2002). Programs for men who batter: Intervention and prevention strategies in a diverse society: Civic Research Institute, Inc. Anderson, C. A., & Bushman, B. J. (2001). Effects of violent video games on aggressive behavior, aggressive cognition, aggressive affect, physiological arousal, and prosocial behavior: A meta-analytic review of the scientific literature. Psychological science, 12(5), 353-359. Araverna, L., Espondaburu, L., Pence, E., & Tilley, J. (1993). 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