Actividad 2. Ensayo Neuronal: Neurociencias y su importancia en contextos de aprendizaje. Estudiante: Gilberto Terceros Muñoz Resumen: Para evidenciar la importancia del impacto de los estudios realizados sobre las funciones cognitivas del ser humano es necesario comprender la amalgama de los diferentes conceptos sobre la neurociencia y como estos se ven involucrados al momento de dar respuesta a los procesos de aprendizaje. Es así que gracias a estos estudios, podemos comprender y clasificar los modelos neuronales para a partir de ello proponer modelos de enseñanza-aprendizaje mucho más efectivos y que garanticen ambientes de aprendizajes ideales para los estudiantes contemporáneos. Palabras clave: Educación – Conocimiento – Estímulos – Aprendizaje Introducción: Al hablar sobre la neurociencia, el término puede resultarnos un tanto claro, ya que a partir de las conexiones del léxico podemos entender que se trata del estudio de la neurología. Sin embargo es necesario comprender que la neurociencia va más allá del entendimiento del sistema nervioso, también es necesario reconocer como estos estudios pueden llegar a convertirse en un elemento transversal en la búsqueda incesante del ser humano para comprender las particularidades del mismo; esas particularidades sociales, intelectuales y de comportamiento. Podríamos considerar que nos encontramos ante el grial que contiene las respuestas sobre la condición humana y su existencia. Sin embargo para cumplir los propósitos de este ensayo, hay que abordar el objetivo de la neurociencia en el contexto educativo, es por eso que me remito a lo que dice Campos, A. (2014) cuando estable que se debe entenderla como una ciencia que viene a aportar nuevos conocimientos al educador, así como lo hace la psicología, con el propósito de proveer el suficiente fundamento científico para innovar y transformar la práctica pedagógica. Desarrollo: El árbol de la neurociencia y sus ramas es suficientemente extenso y abarca a cabalidad una variedad de disciplinas y campos de aplicación, sin embargo considero que para los objetivos de este ensayo, debemos abordar los campos referidos a la neurociencia cognitiva, la afectiva o emocional, la social y la educacional. Para comprender estas ramas y como se complementan con la neurociencia, Redolar (2014) explica que la neurociencia cognitiva se refiere al estudio de las funciones mentales superiores y la neurociencia estudia el sistema que la soporta. Por otro lado; Benarós, Lipina, Segretin, Hermida, & Colombo (2010) evidencian los vínculos entre neurociencia, psicología cognitiva y educación, y los requisitos para la construcción de puentes interactivos entre diferentes campos de conocimiento. En este sentido, se hace aún más interesante abordar el estudio de las neurociencias cuando intentamos comprender los infinitos cambios, no solo biológicos, que se suscitan en las personas cuando se enfrentan al aprendizaje. Las sinapsis neuronales cambian todo el tiempo, lo que nos lleva comprender que cada individuo independientemente tiene una formación cerebral y mental distinta. Es decir, cada persona es particular en su forma de aprender y desarrollar sus capacidades. Es por eso que es muy importante que ese objeto de estudio que llevara al aprendizaje, tenga elementos o características que proporcionen al individuo algún tipo de complacencia. Se ha evidenciado que todo lo que proporcione agrado o contento en las instancias de aprendizaje, quedará reforzado en la memoria, garantizando su aprendizaje. Esta evidencia aparece para resolver algunas dificultades que aparecen durante el proceso de aprendizaje; tales como dificultades en los procesos cognitivo, la memoria, el razonamiento, la comprensión o la atención; que se pueden evidenciar a partir del estudio de neuroimágenes. Las neuroimágenes nos permiten ver imágenes del sistema nervioso y del mismo cerebro, a partir de ello se pueden percibir las características del cerebro y detectar posibles soluciones a estas dificultades. Estos métodos de representación ayudan a comprender como el cerebro interactúa a partir de los factores ambientales y las experiencias, permitiendo trazar estrategias para generar cambios cognitivos en la mente y el comportamiento. Es así que la experiencia y el aprendizaje son factores importantes para modelar el cerebro. En el cerebro es donde se desarrollan los procesos cognitivos. Entendiendo como desarrollo cognitivo, Perales, F. (1992) explica que hace referencia a los cambios producidos en la adquisición de conocimientos por parte de los individuos como consecuencia de su evolución psicológica y fisiológica. De tal forma podemos comprender que lo cognitivo está determinado por la experiencia y el aprendizaje, cambiando las sinapsis que se generan en el cerebro, reforzando aquellas más activas y eliminando aquellas que no se utilizan. Las sinapsis que se refuerzan a partir de nuevos estímulos dan lugar a nuevos aprendizajes. Así también, las sinapsis que se generan en el cerebro continúan durante toda la vida, siempre y cuando estas sean correctamente moldeadas, esto determinado por el grado de interés que despierten los estímulos. Ahora es cuando comprendemos la importancia de la metacognición en el proceso del desarrollo de esas nuevas sinapsis. Toda persona tiene incorporada la capacidad de monitorear y reflexionar sobre su propio aprendizaje. La metacognición es precisamente eso, la propia conciencia y valoración sobre las propias actitudes y las estrategias que utilizamos para resolver y aprender algo. Es así que desde las estrategias educativas se habla del diseño metacognitivo, Barrero, N. (2001) explica que un diseño metacognitivo de enseñanza da una respuesta en la práctica educativa a los problemas que los alumnos tienen para gestionar sus propios procesos cognitivos donde el alumno genera a medida su propio programa. Por otro lado, Labatut, E. (2004) aclara que La estrategia metacognitiva parece estar directamente conectada a los Estilos de Aprendizaje, ya que contribuye a que el sujeto aprenda a darse cuenta de cómo funciona y de por qué funciona de una determinada manera. El ser consciente de estos dos aspectos posibilita que el sujeto cambie su estilo en función de la tarea que vaya a desempeñar. Es necesario comprender que las actitudes de cuestionar, volver a pensar, pensar de otra manera, reconstruir; como acciones que conllevan a un aprendizaje viable, estará ínfimamente relacionado y condicionado por las emociones individuo. Hay que aceptar que las emociones son elementos fundamentales en el proceso de aprendizaje ya que intensifican las actividades de las redes neuronales y refuerzan las conexiones sinápticas. En este sentido, entendemos que el éxito del aprendizaje puede depender del estado y la inteligencia emocional. Coleman, D. (1996) quien acuño el término de inteligencia emocional, la describe como el conjunto de habilidades que los seres humanos pueden desarrollar para mejorar su potencial intelectual. Estas habilidades son el autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo; constituyen el vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales. En ese sentido, es adecuado aceptar que se aprende mejor cuando nuestras emociones están en orden y canalizadas. También es necesario que aquello que se esté aprendiendo contenga componentes emocionales, ya que la emoción y la motivación dirigen el sistema de atención del individuo, jugando un rol importante en el razonamiento y en la toma de decisiones. Si las emociones están abatidas, el razonamiento se ve comprometido y trayendo como consecuencia una pérdida de atención. Es así que a partir de estos principios y evidencias, podemos entender que los ambientes de aprendizaje deben prestar recurrente atención a las funciones del cerebro y las conexiones que en éste se generan. El éxito de la enseñanza depende del éxito de los procesos neuronales y éstos dependen del ambiente, las experiencias y la salud integral de las personas. Un ambiente apropiado de aprendizaje es fundamental, si lo que se desea es generar más y mejores conexiones entre neuronas que influyan en la creación de conocimiento nuevo. Si el ambiente no es adecuado y las experiencias no son óptimas, la personalidad del individua se verá afectada y por lo tanto las conexiones sinápticas también. Si el proceso de enseñanza-aprendizaje se genera en un ambiente que desafíe y rete al individuo, conjugado con los estímulos favorables, se generarán nuevas y efectivas conexiones en el cerebro. Aquí es donde el reto se propone, instando a los educadores a crear espacios más desafiantes pero menos intimidantes para el estudiante. La construcción y la comprensión de los contenidos deben generar experiencias agradables, complejas e interesantes. Sin embargo el reto no es solo por parte de los educadores, si se motiva la creatividad en los estudiantes, estos podrán aportar a la creación de este espacio en común, donde se generen habilidades innovadoras para la resolución de conflictos que puedan aparecer durante los procesos de enseñanza. Conclusión: Es necesario comprender que los campos de la neurociencia y de la educación necesitan estar más integrados y trabajar colaborativamente para generar en las futuras generaciones de estudiantes una evolución en sus procesos cognitivos. En este sentido considero importante la incursión en nuevas investigaciones sobre la neurociencia y su relación con la educación, ya que se evidencia que el estudio a profundidad de las particularidades y esencia del ser humano conducen a una mejora de las sociedades y de sus capacidades. Anexo: Panel Parlante. Referencias bibliográficas: Barrero, N. (2001) El enfoque metecognitivo en la educación. Revista RELIEVE. España. Benarós, S., Lipina, S., Segretin, M., Hermida, M., & Colombo, J. (2010). Neurociencia y educación: Hacia la construcción de puentes interactivos. Revista de nuerobiología. Buenos Aires, Argentina. Campos, A. (2014) Los aportes de la neurociencia a la atención y educación de la primera infancia. Cerebrum. La Paz, Bolivia. Coleman, D. (1996) Inteligencia emocional. KAIROS. España. Labatut, E. (2004) Aprendizaje universitario: un enfoque metacognitivo. Universidad Complutense de Madrid. España. Redolar, D. (2014) Neurociencia cognitiva. Panamericana. Madrid, España.