Actividad Ética ecológica: Donde aterrizar, Bruno Latour. Maria Arduña Escrig El texto de B. Latour nos sitúa en una realidad política donde la nueva esfera terrestre toma importancia convirtiendo al ecologismo en un polo de atracción hacia el que han virado las nuevas ideologías y que según el autor, es la causa del aumento del populismo como contracepción. Para poder llegar a desarrollar su teoría, Latour realiza un esquema de las tendencias políticas que hasta ahora habían regido a nivel mundial la posición de las diferentes vertientes sociales frente al proceso de modernización. El sociólogo nos propone los conceptos de mundialización-menos y mundialización-más frente los de local-menos y local-más; entendiendo como mundialización menos, aquella que desea abrirse al mundo pero centrándose en su explotación, conquista, provecho económico y una idea de progreso y modernización focalizadas en el consumismo y el libre mercado. La mundialización-menos no pretende conocer ni enriquecerse de las diferentes culturas y sociedades a las que va arrasando, al contrario, su objetivo es conseguir una homogeneización de todas ellas en todos los niveles, tanto sociales como ideológicos. En cambio, la mundialización-más es la que en su proceso de abrirse al resto del mundo, aprovecha la diversidad y la riqueza de las diferentes culturas para crecer (págs. 22-24). No obstante, los conceptos de local-menos y local-más, en contraposición al proceso modernizador y de “progreso” impuesto por la mundialización, eligen permanecer en la idea, quizás estrecha, de identificarse con el espacio en el que viven y el trozo de tierra que les da de comer; en su espacio vehicular, por así decirlo, en referencia a la lengua vehicular de un pueblo. Si yo puedo sobrevivir, comer, relacionarme en esta porción de terreno, ¿qué más necesito? En cuanto a la diferencia entre menos y más, que es la que guardaría conexión con el menos y más de la mundialización, lo local-más seria aquello que a pesar de su identidad local mantiene relación abierta con lo externo, intercambia experiencias, saberes y conocimientos sin barreras étnicas. Sin embargo, lo local-menos, seria aquello que al mismo tiempo que se mantiene aferrado a una identidad local, es reticente a cualquier conexión con algo exterior que no forme parte de ese círculo, a cualquier apertura que pueda provocar la entrada de algo nuevo, sea conocimientos, experiencias, ideas o etnias diferentes. En cuanto a lo que se refiere a la hipótesis de que “parte de las clases dirigentes han llegado a la conclusión de que ya no hay suficiente espacio en la tierra para ellas y para el resto de sus habitantes”, se trataría de una hipótesis bastante plausible, sobre todo si nos fijamos en las tendencias políticas de cierre de fronteras y alzamientos de muros que se están llevando a cabo para evitar la entrada de gente inmigrante en algunos países (EEUU, vox (en minúsculas) también ha propuesto un muro en Melilla, los muertos en el Mar Mediterráneo) o, incluso, para privar a los propios ciudadanos de sus espacios vitales legítimos (Palestina, Siria, Yemen…). Aunque muchas de las guerras tienen que ver al mismo tiempo con el robo y la explotación de los recursos ajenos, cumplen con el mismo fin, exterminar pueblos y abastecerse para poder hacer frente a la falta de espacio futura si las condiciones climáticas lo requieren. Por otro lado, el cierre de las fronteras económicas que está llevando a cabo EEUU con la imposición de aranceles etc. parece indicar que ellos pretenden continuar alimentándose del libre mercado imponiéndolo al resto del mundo (TTIP) pero no lo van a continuar consumiendo; si bien es verdad que los estadounidenses han declaro infinitas veces su negación a un cambio de estilo de vida, resulta un poco ambiguo que reduzcan su consumo a productos norte-americanos, con lo cual, lleva a pensar que el camino que se está siguiendo es el de arruinar al resto del mundo, obtener sus productos a precio de saldo, y cumplir con el mismo objetivo, someter al resto de países occidentales en el caos y, quién sabe si en una guerra, donde se destruyan entre ellos. Por consiguiente, basándonos en la posible certeza de la hipótesis de Latour, a nivel personal y social se plantearían situaciones extremas difíciles de sobrellevar que podrían llevar al colapso social. La pérdida de poder adquisitivo y la imposibilidad de proveerse de tecnología y comodidades que hasta ahora eran normales, causaría fuertes problemas adaptativos en la población poco resiliente y, sobre todo, en aquella que pese a no pertenecer a las élites ha interiorizado el negacionismo político, la existencia del cual, evita en sí mismo el desarrollo de una conciencia ambiental que nos prepare para situaciones futuras. La competencia por los recursos sería mayor si cabe, en el caso de los más pobres, que los verían reducidos, al mismo tiempo, por la avaricia de las elites. Prepararse para un decrecimiento y empezar a ejecutarlo sería llevar a cabo una política responsable para evitar el colapso social antes de que este se deba de practicar por imposición con fuertes consecuencias en la vida humana.