Universidad Autónoma de Zacatecas Unidad Académica de Derecho Extensión Fresnillo Ensayo literario: “Historia y sociedad: De las reformas Borbónicas a la Revolución de Independencia” Materia: México, Historia y Sociedad Maestro: Ricardo Alumna: Nayla Amalia Amaranta Villanueva Alatorre Fecha; 02 de abril del 2020 4 “Y” Introducción Si algo une a las naciones latinoamericanas es su historia, que incluye un pasado milenario, el mestizaje y las secuelas de la colonización por parte de las para entonces potencias europeas. Los rastros de ese proceso sociocultural, antropológico, político e histórico tienen componentes singulares en México. A partir del siglo XVIII, con la imposición del nuevo monarca, y con esta las Reformas Borbónicas, existieron miembros de la Corona Española que tenían opiniones contrastadas unas con otras. La nueva administración trajo consigo un cambio en mayor parte de la Nueva España. La dinastía borbónica llegó como un agente de transformaciones y cambios para la época en que se encontraba la población, las ideas de la Ilustración actuaron como un motivante para que las reformas pudiesen aplicarse en la Nueva España. México, antiguamente llamado la Nueva España, y que para ese momento histórico podría denominarse México borbónico, tuvo un gran auge debido a las ideas implantadas. Se exprimió a la Nueva España de tal manera que se veía como una empresa y sus habitantes como la mano de obra para asegurar la producción, en este caso el dinero para España. Desarrollo El significado de las reformas borbónicas Las reformas aplicadas en la Nueva España y en otras colonias del imperio tenían por principal objetivo recuperar para la corona el poder que los reyes de la familia Habsburgo habían ido delegando en algunas corporaciones de las colonias, como la iglesia católica y los consulados de comerciantes, así como al menos moderar la creciente corrupción de todas las esferas del gobierno. Ejercer el poder sin la interferencia de estas corporaciones también significaba canalizar hacia la corona los beneficios económicos que éstas acaparaban. La batalla fue muy reñida porque se afectaron muchos y muy fuertes intereses creados desde tiempo atrás. Fueron tan importantes los cambios inducidos por las reformas borbónicas que podemos considerarlas como un hito en el proceso histórico regional del noroeste en general. Las reformas borbónicas llegaron del exterior, concretamente de la corte imperial de Madrid; llegaron de fuera como llegó la conquista en el siglo XVI. Afectaron todo el imperio, pues no eran sólo para la Nueva España y menos privativas del noroeste. El objetivo último de los monarcas de Borbón era la sujeción de las colonias para beneficio económico de la metrópoli: corregir las fugas fiscales y promover la producción para aumentar así la recaudación de impuestos. Para lograrlo se necesitaba reformar instituciones y procedimientos viciados —a juicio de los reformadores— que se habían incrustado en las sociedades coloniales y con los que ciertos grupos de privilegiados medraban al amparo de la debilidad de los gobernantes de la casa de Habsburgo. El Consulado de Comerciantes, algunas corporaciones religiosas como la Compañía de Jesús y la misma institución del virreinato fueron el blanco de los golpes de los reformadores. Con la repercusión de las reformas borbónicas se inició una transformación profunda en el concierto de estos grupos sociales. Del grupo de los españoles desapareció el poderoso sector de los religiosos jesuitas, se integraron otros clérigos, como los párrocos seculares, los misioneros franciscanos y el nuevo obispo, pero su influencia no alcanzó el grado que había tenido el poder de los jesuitas. Los integrantes de este grupo (autoridades de la intendencia, propietarios de tierras, mineros y otros empresarios) trabajaron en armonía y con sus intereses más centrados en la región que en México. Los dos frentes de las reformas: Ámbito militar En Nueva España, se ordenó la creación de un ejército a las órdenes de la Corona. Este ejército no sólo se creó para salvaguardar el orden interno, sino también para la protección de las colonias imperiales contra el acoso de potencias extranjeras, problema que se manifestaba de modo más evidente en las islas del Caribe, donde piratas y corsarios hacían de las suyas . Los miembros del ejército se captaban mediante reclutamiento forzoso, pero luego se le otorgaron privilegios a los militares, lo que hacía muy atractivo el oficio Ámbito económico En lo económico, la Corona se reservó la explotación de las principales actividades, lo que incluía comercio, agricultura y minería. La orden jesuita se vio muy afectada por ello, ya que había acumulado posesiones y mucho poder económico. El conflicto producido debido a ello condujo a la expulsión de los jesuitas del reino y de sus colonias en 1767. Objetivos de reformas Borbónicas Fortalecer el poder y centralizar el gobierno español. Aminorar el poder político de la aristocracia americana. Recuperar sus posiciones estratégicas. Personajes de las reformas Borbónicas Rey Felipe V. Rey Carlos III. José de Gálvez (ministro de indias y visitador de México). José Antonio de Areche (visitador del Perú entre 1777 y 1782). Jorge José de Escobedo (visitador del Perú entre 1782 y 1785). Cardenal Alberoni (propulsor) Reformas Borbónicas: Eclesiástica Objetivo: imponer el poder del estado sobre la Iglesia (rasgo característico de la ilustración) Pretexto: presunta intervención jesuita en el Motín de Esquilache (1766). Reforma: expulsión de los jesuitas en 1767 durante el gobierno del virrey Manuel de Amat y Juniet (pragmática sanción del rey Carlos III) Consecuencia: se crea la oficina de temporalidades para administrar e inventariar los bienes jesuitas, se crea el convictorio de San Carlos para agrupar los colegios de la orden expulsada y se pone fin a las misiones jesuitas en Paraguay. Cabe recordar que esta reforma afectó a los jesuitas de Chile, Paraguay, Quito, Santa Fe, México, Perú, y las Filipinas (se expulsaron a dos mil trescientos miembros de la orden ). Hacia 1773, el papa Clemente XIV ordenó la supresión de la orden. Territorial Objetivos: Evitar el contrabando inglés y portugués en el Caribe (hacia Panamá y Cartagena), mejorar la administración local (descentralizar el poder del virreinato para hacer más eficiente el control). Se sabe que España quería evitar la excesiva acumulación de poder del virreinato peruano (el virrey del Perú, tan lejos de la metrópoli, con capacidad de influencia y decisión sobre un territorio más grande que el de las propias potencias europeas, lleno de riquezas, se advertía como un personaje de enorme poder sobre su jurisdicción y también con inimaginada capacidad de negociación sobre asuntos e intereses particulares con los grupos locales) y además controlar a las élites criollas que actuaban peligrosamente en contradicción a los intereses de la metrópoli Reformas: en 1717, se crea el virreinato de Nueva Granada (perdimos las audiencias de Panamá, Santa Fe, Quito); en 1776 se crea el Virreinato del Río de la Plata (perdimos Charcas, Buenos Aires, Puno, Potosí, Lampa, Carabaya, Azángaro); en 1777 se firma el tratado de San Idelfonso para modificar el tratado de Tordesillas (España sede parte de la selva sudamericana y recibe la colonia de Sacramento, hoy Uruguay); en 1796 se crea la Capitanía General de Chile (perdimos la audiencia de Santiago). Consecuencias: se desmembró el territorio colonial peruano y ello causó, además, un serio resentimiento de los limeños centralistas sobre el resto de americanos Económicas Objetivo: terminar con los privilegios particulares, centralizar los beneficios de la colonia y eliminar el contrabando. Antecedentes: Felipe V, con la Paz de Utrech, permitió que los ingleses ingresen sus productos a América en un máximo de 500 toneladas, eran los navíos de permiso (1713) los mismos que fueron modificados en 1735 con la obligación de ser revisados en los puertos de la Metrópoli (navíos de registro) y finalmente, ante su fracaso, anulados en 1739. Reforma: se da el decreto de Libre Comercio (el objetivo era mejorar los beneficios por la vía fiscal y proteger la industria española). Este documento permitió el libre comercio solo entre España y sus colonias, poniendo fin a los privilegios de Cádiz. El Callao y Veracruz para abrir 13 puertos en España y 22 puertos en América. Dentro de esta reforma también se consideran las medidas propuestas por el visitador José Antonio de Areche (sobre las alcabalas). Consecuencias: permitió la ampliación de la actividad mercantil, puso fin al sistema de flotas y galeones, se cierra la casa de contratación de Sevilla, se logró la simplificación fiscal, pero su aplicación fue muy limitada. Políticas Objetivos: liquidar al corrupto sistema de corregimientos y mejorar el gobierno local (inclusive imponiendo el orden a través de autoridades militares). Reformas: en 1784 se crean las Intendencias, como producto de los reclamos y rebelión de Túpac Amaru II: Huamanga, Huancavelica, Cusco, Trujillo, Lima, Tarma, Arequipa y desde 1796 se incorporó Puno (que permaneció hasta ese año bajo el control del virreinato del Río de la Plata). En 1787 se crea la audiencia de Cusco para mejorar el sistema judicial en el sur andino (de ahí que al finalizar el virreinato, el Perú sólo quedó con dos audiencias : Lima y Cusco). Disposición geopolítica del Virreinato de Nueva España El México borbónico, período de 1763 a 1810, tuvo su origen en la exitosa colaboración de un gobierno despótico pero ilustrado, con un grupo vigoroso de comerciantes capitalistas y millonarios mineros. En gran medida el éxito de las reformas económicas del Gobierno dependió del espíritu de empresa y de capital de aquellos hombres de negocios A mediados del siglo XVIII hubo un notable incremento de nacionalismo, en mayor parte evidenciado en el rubro del intelectualismo. La Ilustración se conceptualizó como el despertar de la opresión religiosa que se vivía en la Edad Media en Europa. El concepto ilustrado, a diferencia del tradicional, según la doctrina del regalismo, hacía hincapié en reducir los privilegios de la Iglesia y sujetarla a los fines del Gobierno. Se planteaba que el poder real era de origen divino directo y de carácter ilimitado. En consecuencia, se sostenía la necesidad de centralizar y racionalizar el poder político, reduciendo la participación política de los grupos y corporaciones, como los ayuntamientos, la audiencia y el clero. Con la llegada de la monarquía borbónica a España, la Nueva España no se veía como un reino, sino como una región subordinada cuyo único objetivo era generar ingresos a la Corona. A pesar de que las Reformas Borbónicas fueron vistas como algo negativo por la mayoría de los españoles americanos y europeos, fueron aplicadas efectivamente. Estas medidas provocaron un alto descontento en la población de la Nueva España, lo que originó motines y revueltas que, como es de suponer, acabaron mediante actos de un nivel incomparable de violencia por parte de la Corona, específicamente por parte de Gálvez y Villalba. Para poder mitigar las rebeliones contra las nuevas decisiones, habría que encontrar el modo de infundir respeto y sumisión a como diese lugar. Una muestra de ello fue la expulsión de los jesuitas de toda la monarquía, acto que tuvo más intenciones políticas que de represión. Existía un evidente rechazo en España por la gente proveniente de la Nueva España, a pesar de que ésta proveía de todo lo necesario a la Corona e incluso en múltiples ocasiones le salvó de una dura caída económica La Revolución de independencia en 4 etapas: La Independencia de México fue un movimiento político y armado que inició el 16 de septiembre de 1810 con el Grito de Dolores y culminó once años después, el 24 de agosto de 1821, con la firma de los Tratados de Córdoba. Con dicho documento se logró el reconocimiento de México como una nación independiente, poniendo fin al periodo colonial conocido como el Virreinato de la Nueva España. 1. Inicio del movimiento armado (1810-1811) En medio del contexto de la Invasión Napoleónica a España e inmediatamente después del intento fallido de levantarse en Valladolid (1809) y Querétaro (1810), la lucha por la Independencia de México tomaba forma para finalmente estallar en septiembre de 1810. Después del levantamiento inicial en Guanajuato y la primera campaña de Miguel Hidalgo y Costilla, el fin de la primera etapa está marcado por la muerte de los líderes primigenios de la insurrección armada, después de distintas derrotas militares que llevaron a la captura y ejecución de El padre de la Patria, Ignacio Allende y Juan Aldama. 2. Organización (1811-1815) Con la muerte de Hidalgo y Allende, aparece el mayor ideólogo del movimiento de Independencia: José María Morelos, de raigambre liberal y fuertemente influido por Rousseau, escribe Sentimientos de la Nación (1813) y da cuenta por primera vez del sentir nacionalista que habría de acompañar la lucha en lo consecutivo. No sólo eso: Morelos llega a conclusiones más acabadas que sus antecesores, como la desigualdad social entre clases. En las cinco campañas dirigidas por él, la Insurgencia toma una fuerza inusitada en el sur y pasa por Guerrero, Oaxaca y Morelos. Luego de marchar hacia el norte, a finales de 1815 es capturado y ejecutado, poniendo fin a esta etapa. 3. Resistencia (1815-1821) La etapa más compleja del proceso de Independencia se inaugura tras la muerte de Morelos, donde las tropas insurgentes se dispersan en esfuerzos aislados que son fácilmente contenidos por la administración novohispana; sin embargo, algunos brotes revolucionarios que se mantienen combatiendo bajo una forma de guerra de guerrillas, como las tropas de Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero, Francisco Osorno y Francisco Javier Mina. Dos hechos fundamentales marcaron el curso de esta etapa y favorecieron la consumación: el nombramiento de Juan Ruiz de Apodaca como Virrey y su política de indulto, que polarizó la lucha armada. Mientras la mayoría de rebeldes decidieron aceptar el perdón de la Corona, los grupos que subsistían radicalizaron sus demandas. 4. Consumación (1821) Tras 10 años de lucha, la causa popular se encuentra debilitada, pero la re adopción de la Constitución de Cádiz en España va contra los intereses de la élite criolla de la Nueva España, la cual decide apoyar la causa independentista para mantener los privilegios y el control que ejercen en ultramar y evitar la legislación hispana. A raíz de este contexto (y después de fracasar en detener el avance de Vicente Guerrero), Agustín de Iturbide, líder del ejército realista, decide pactar con Guerrero y formar el Ejército Trigarante después del Plan de Iguala. El momento que pone fin a la larga lucha son los Tratados de Córdoba firmados en 1821, en los que Juan O’Donoju acepta la autonomía de México como una nación soberana e independiente. Bibliografía http://portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiademexico1 Brading, D. Mineros y comerciantes en el México borbónico (1763-1810). México: FCE, 1983. Cosío Villegas, D. et al. Historia general de México. México: El Colegio de México, 2007.