LAS LIMITACIONES A LOS PODERES DEL JUEZ SUPERIOR CIVIL PARA ANULAR LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA Y SU PROBLEMÁTICA EN LOS ÓRGANOS REVISORES CIVILES Establece que: “toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable”. En términos parecidos se pronuncia el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de Nueva York (1966), cuyo artículo 14.3 determina el derecho a “ser juzgado sin dilaciones indebidas”. De su parte la Convención Europea de Derechos Humanos de Roma (1950) (CEDH), refiere en su artículo 6.1, que toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públicamente y dentro de un plazo razonable por un tribunal independiente e imparcial, establecido por ley. • El derecho a un proceso “sin dilaciones indebidas” importa recurrir a un concepto jurídico indeterminado y abierto, que debe necesariamente ser integrado casuísticamente, atendiendo a criterios objetivos • En ese sentido, el Tribunal Constitucional de España ha podido decir que “la expresión dilaciones indebidas constituye un concepto jurídico indeterminado para cuya estimación es preciso analizar, caso por caso, las circunstancia concurrentes, cuya estimación es preciso analizar, caso por caso, las circunstancias concurrentes, por cuanto el mismo no puede identificarse con la duración global de la causa ni con el incumplimiento de determinados plazos procesales” • La propia indeterminación y textura abierta implicada en la regla constitucional exige, a diferencia de otros derechos, una ponderada y afinada apreciación del intérprete que conduzca a una hermenéutica integradora, que valore el conjunto de circunstancias fácticas del caso • En particular los criterios de delimitación, tales como: Complejidad del asunto, conducta procesal del interesado, conducta de las autoridades judiciales y afectación generada en la situación jurídica de la persona involucrada • Estas dilaciones que se generan en la expedición de las resoluciones judiciales, que no se emiten dentro del plazo razonable; y además pueden darse decisiones expedidas con arreglo a ley y así como otras defectuosas en su construcción (error in procedendo) o en lo que “decide u ordena” (error in iudicando) Las decisiones defectuosas en su construcción, se pueden presentar: a) Cuando el defecto esté en la resolución misma. b) Cuando el defecto se ha producido en la secuencia procesal, es decir antes de la emisión de la resolución. Otros defectos que se pueden darse se ubican en la operación intelectual de juzgar (los así llamados errores in iudicando): el juez juzga, pero juzga mal. También podría juzgar mal si yerra en la operación de individualización de la norma del caso (error de subsunción) o en la interpretación de la norma aplicada (error interpretativo), esto es, incurre en los llamados errores in iudicando de derecho. Pudiendo estos defectos que presenta una resolución judicial ser subsanados a través de los medios impugnatorios previstos por ley, que permitirán un reexamen de lo decidido para estabilizar lo avanzado en el proceso y hacer inmutable esa decisión adoptada. En el derecho a la instancia plural radica el derecho a recurrir razonablemente las resoluciones judiciales ante instancias superiores de revisión final, conforme al inciso 6) del artículo 139° de la Constitución. Se ha establecido: “Uno de los derechos que conforman el derecho al debido proceso es el derecho de acceso a los medios impugnatorios. En ese sentido, es necesario precisar que en la medida en el que el derecho al debido proceso no tiene un ámbito constitucionalmente garantizado en forma autónoma, sino que su lesión se produce a consecuencia de la afectación de cualesquiera de los derechos que la comprenden, dentro del cual se encuentra el de acceso a los medios impugnatorios, un pronunciamiento sobre el fondo en relación con aquel derecho presupone, a su vez, uno en torno al último de los mencionados” (STC N° 5194-2005-PA/TC, fundamento jurídico 4) Por lo cual, frente a la injusticia que podría generar una decisión judicial y la no observancia del plazo razonable en su expedición que es materia de apelación, se genera otro problema, que se viene presentado en las diversas Cortes Superiores de Justicia y tornándose en una práctica común por muchos Jueces revisores, como son el gran número de sentencias que son declaradas nulas por parte de la instancia superior, en lugar de pronunciarse sobre el fondo del recurso de impugnación. Los medios impugnatorios se emplean para efectos de subsanarse estos vicios o errores, teniendo un sentido práctico, que es que se declare la nulidad del acto procesal o del proceso que se impugna o, sea que se revoque uno de estos. El recurso de apelación es la vía idónea para corregir los errores in iudicando, es decir, los errores de juicio en que pudiera haber incurrido la sentencia recurrida; pueden tratarse de vicios en la aplicación de las normas jurídicas, o en la exposición de los hechos, o en la valoración de la pruebas. Puede procurarse la reparación de las omisiones o erróneas opiniones en que pudiera haber incurrido el juez en la apreciación de la prueba producida o de los elementos constitutivos del proceso, dado que constituyen errores iudicando. 1- Principio del tantum devolutum quantum appelatum: Este es consecuencia directa del principio dispositivo, que se extiende al conocimiento del órgano de segunda instancia, establece que solo la instancia de alzada le es permitido desplegar su actividad sobre aquellos asuntos que, por haber sido cuestionados o impugnados, forman parte del ámbito del recurso. El Juez de segunda instancia si bien es cierto, puede corregir lo decidido por el Juez de primera instancia, tanto en la apreciación de los hechos aportados al proceso y su calificación jurídica, sin embargo, esta facultad tiene que ejercerla sobre los puntos concretos de la resolución que, han sido expresamente impugnados por perjudicar a las partes procesales. 2- Principio de prohibición de la reformatio in peius: Implicando este principio que el Juez revisor, no podrá dictar frente al apelante solitario una resolución más gravosa para dicho litigante que motivo la impugnación de dicha decisión, sin embargo, está prohibición no será de aplicación si existe más de un solo apelante, o si la parte procesal contraria también ha impugnado o se ha adherido a la apelación o tratándose de un menor edad; por lo cual en ese último escenario el Juez superior está facultado a modificar la resolución en todos sus extremos. Impidiéndose el empeoramiento de una situación jurídica frente a un recurso que la ley concede, precisamente, para asegurar su eventual mejora y asegura la estabilidad de las resoluciones judiciales que en los aspectos no impugnados configuran un derecho adquirido para la parte a quién beneficia 3- Principio dispositivo: Sus limites se encuentran constituidos por los propios principios que la regulan. Existiendo una doble limitación, que por un lado, es que no puede emitir pronunciamiento sobre cuestiones no propuestas a la decisión del primera instancia, y que no puede exceder lo que ha sido materia del recurso de apelación y el agravio fundamento del mismo, que constituyen expresiones del principio dispositivo, que establece que las partes tienen pleno dominio de sus derechos materiales y procesales involucrados en el proceso. El principio de congruencia, forma parte del mismo, que delimita las facultades resolutivas del juez limitando el contenido de las resoluciones, las cuales deben emitirse de acuerdo con el sentido y alcances de las peticiones formuladas por las partes procesales para efectos de que exista identidad jurídica entre lo resuelto y las pretensiones. 4) El principio de personalidad del recurso de apelación • Interpuesto el recurso, aprovecha este únicamente la persona que lo ha deducido. 5) El Juez revisor asume plena jurisdicción • El Tribunal de apelaciones goza de plena jurisdicción, esto es, asume todos los poderes o atributos de tal función, como los tuvo en su oportunidad el juez de primera instancia. 6) El principio de iura novit curia en segunda instancia • El Juez de apelación tiene la más amplia facultad de determinar la norma que puede considerar a aplicarse en el proceso que tiene que resolver; lo cual deriva de este principio que lo faculta a ubicar y calificar la acción dentro del ámbito jurídico que corresponda. a- Ofrecimiento de nuevas pruebas Circunscribiéndonos a lo regulado por el artículo 374° del Código Procesal Civil b- En el supuesto de las pruebas no admitidas en primera instancia Debemos hacer referencia al último párrafo del artículo 190° del Código Procesal Civil c- Admisión y actuación probatoria En el supuesto de las prueba ofrecida en segunda instancia, esta debe ser formalmente admitidas pasando dicho medio probatorio por el control de “pertinencia” conforme a los criterios estipulados por el artículo 190° del Código Procesal Civil; y además del de “novedad”. Respetándose el principio del contradictorio, si se quiere plantear cuestionamientos probatorios y de ofrecer su contraprueba por la parte contraria. d- Admisión de la prueba de oficio Conforme a lo regulado por la actual redacción del artículo 194° del Código Procesal Civil. Conforme a lo regulado por el artículo 370° del Código Procesal Civil, que tras establecer la prohibición de reformatio in pius, dispone que el juez superior: “puede integrar la resolución apelada en la parte decisoria, si la fundamentación aparece en la parte considerativa”, lo cual implica que el juez de oficio, pueda integrar la resolución apelada en la parte decisoria, emitiendo un pronunciamiento explícito sobre los extremos omitidos en la sentencia apelada. El artículo 378° del Código Procesal acotado, que refiere que cualquiera de las partes puede pedir la “aclaración” o “corrección” de la sentencia de segunda instancia. Tratándose de una Sala Superior Civil, esta aclaración o corrección puede ser realizada dentro del plazo de 10 días de notificada. Conforme a lo regulado por el artículo 370° del Código Procesal Civil, que tras establecer la prohibición de reformatio in pius, dispone que el juez superior: “puede integrar la resolución apelada en la parte decisoria, si la fundamentación aparece en la parte considerativa”, lo cual implica que el juez de oficio, pueda integrar la resolución apelada en la parte decisoria, emitiendo un pronunciamiento explícito sobre los extremos omitidos en la sentencia apelada. El artículo 378° del Código Procesal acotado, que refiere que cualquiera de las partes puede pedir la “aclaración” o “corrección” de la sentencia de segunda instancia. Tratándose de una Sala Superior Civil, esta aclaración o corrección puede ser realizada dentro del plazo de 10 días de notificada. Pudiendo cualquiera de las partes peticionar lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 407° del citado cuerpo normativo Por resolución administrativa N° 002-2014-CE-PJ del 07 de enero del 2014, en mérito a la información estadística proporcionada por la Gerencia de Informática del Poder Judicial correspondiente al período 2012 y 2013, se advirtió que una de las causas que generaba la dilación de los procesos judiciales, era el abuso de la figura del reenvío que emplean los órganos jurisdiccionales revisores, constituyendo las anulaciones que se venían dando hasta un 24 % del total de apelaciones realizadas en la distintas Cortes Superiores de la República, presentándose el panorama en que el órgano revisor cuando tiene un criterio diferente al inferior, no revocaba la decisión y se pronunciaba sobre el fondo del recurso, sino que anulaba y reenviaba para que se emita una nueva sentencia, repitiéndose dicha situación varias veces en un mismo proceso. Expresándose que han apreciado que el Juez Superior al revisar una resolución y discrepar de la motivación empleada por el órgano inferior jerárquico, considera que se ha incurrido en un vicio en la motivación –motivación “aparente” o “defectuosa” declarando la nulidad y devuelve el expediente, para que se emita una nueva resolución que subsane el vicio advertido. No obstante ello, este razonamiento que puede ser aplicable para vicios en la tramitación previa de la resolución impugnada, no es aplicable a supuestos vicios de motivación de las resoluciones, pues en este caso no se trata de vicios en una notificación o en un trámite, sino supuestos vicios en las valoraciones del juez al momento de resolver un conflicto y por tanto, ya no estamos ante un vicio en la motivación sino simplemente ante un criterio diferente. Pudiendo solo anular las resoluciones y reenviar al inferior, cuando el vicio advertido se ha producido en la tramitación del proceso anterior a la expedición de la resolución impugnada y que no sea posible subsanar por el órgano revisor. Estableciéndose como parámetro administrativo, que Insta a los Jueces Especializados, Mixtos y Superiores de la República a tomar en cuenta: a) Como regla general b) Como excepción • Si el órgano jurisdiccional competente para resolver el medio impugnatorio considera que existen errores de hecho o de derecho en la motivación de la resolución impugnada, deberá revocar y resolver el fondo del asunto jurídico, reservando sólo para situaciones excepcionales su anulación. Los defectos meramente formales del proceso o de la motivación insuficiente o indebida de la resolución impugnada, debe ser subsanado o corregidos por el órgano revisor. • El órgano jurisdiccional competente para resolver el medio impugnatorio sólo podrá anular la resolución impugnada, cuando se trate de vicios insubsanables que impidan un pronunciamiento válido sobre el fondo del asunto jurídico, que signifiquen un agravio real y concreto, lo cual corresponde ser invocado por la parte afectada y deberá estar acreditado en autos. Posteriormente, el 27 de agosto del 2014 el Consejo Ejecutivo de Poder Judicial, haciendo referencia al Oficio N° 449-2014-GOCNDP-CE/PJ cursado por el Gerente Operacional de la Comisión Nacional de Descarga Procesal, dispuso que: La Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial y las Oficinas Desconcentradas de Control de la Magistratura de los Distritos Judiciales del país, procedan conforme a sus atribuciones cuando se advierta que los jueces en el ejercicio de sus funciones declaran la nulidad de los procesos sin que exista un debido sustento. La realidad judicial en las diversas Cortes Superiores es que se siguen reenviando los procesos a primera instancia con sentencias declaradas nulas, pese a las limitaciones y facultades con que cuentan los jueces revisores para evitar ello e incluso la disposición emitida por parte del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, que claramente establece que si un órgano revisor tiene criterio diferente al de juez inferior, corresponde la revocación de la resolución; pero en ningún caso se puede anular resoluciones por defectos en la motivación de las mismas, pretendiendo que el juez inferior emita una nueva decisión en base a motivaciones que puede no compartir. Solo pudiéndose anularse la resolución y reenviar al inferior, cuando el vicio advertido se haya producido en la tramitación del proceso antes de la expedición de la resolución impugnada y que no sea posible subsanar por el órgano revisor. Se ha observado ello en algunas Cortes Superiores, en donde se ha tornado ello como una práctica común para efectos de que la instancia revisora, pueda expedir sus pronunciamientos con mayor rapidez y de esa manera disminuir la carga procesal que puedan afrontar, dado que si se emite un pronunciamiento sobre el fondo del recurso, requerirá de mayor tiempo de estudio del caso por el Juez y una mayor argumentación de la decisión en el supuesto de que esta sea confirmada o revocada Pero un pronunciamiento nulo no requiere ello, realizándose incluso la votación en el caso de que se trate de un órgano colegiado de manera rápida y expeditiva, hasta se podría emplear para la proyección de dicha sentencia, formatos ya elaborados, al solo requerir una decisión que declara la nulidad de un pronunciamiento de primera instancia, referirse inicialmente en relación al derecho al debido proceso, citándose de repente alguna referencia doctrinaria en relación a ello o una sentencia del Tribunal Constitucional, dejándose establecido la obligación que tienen los órganos jurisdiccionales de dar una respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones, para después hacerse referencia al derecho a la motivación de las resoluciones judiciales y finalmente indicarse en algunas líneas en qué consistió la transgresión a este derecho y efectuarse la declaratoria de nulidad de la decisión impugnada. Sin embargo, se perderá tiempo nuevamente en emitirse una nueva decisión en primera instancia, el gasto, esfuerzo y la dilación que se genera dentro del proceso con su reenvío a primera instancia hasta que se expida el nuevo pronunciamiento y peor aún, si se presentan situaciones, en las cuales dicho proceso en lugar de retornar al mismo órgano jurisdiccional que expidió la sentencia declarada nula, retorna a uno distinto, porque ese Juzgado se ha convertido en otra especialidad o ha desaparecido al ser un órgano de descarga (transitorio) o que el Juez que tiene que expedir el nuevo pronunciamiento recién conoce el proceso en ese estado; lo que implicará que pasen varios meses o más de un año en el mejor de los casos, para que se expida la nueva decisión por Juez, teniéndose en cuenta la carga procesal excesiva que afrontan actualmente la mayoría de órgano jurisdiccionales de la especialidad civil En el caso de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, la cual de un total de 1,163 expedientes resueltos el año 2,016: 141 expedientes fueron declarados anulados (12 %), 937 fueron confirmados (81 %) y 85 revocados (13 %); y entre los meses de enero a noviembre del año 2,017, fueron resueltos 1,469 expedientes, ascendiendo los expedientes anulados a 255 (17%), 1016 fueron confirmados (69 %) y 198 fueron revocados (13 %). Mostrándonos dichas cifras que existe una significativa cantidad de sentencias anuladas, que superan a las revocadas, con un incremento en el año 2,017 de la producción de dicho órgano jurisdiccional, de la mano de las sentencias declaradas nulas. FUENTE: Oficina de Estadística de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho Sentencia de vista N° 27 de fecha 26 de julio del 2017, emitida en el expediente N° 00749-2016, proceso de prescripción adquisitiva, en la cual se hace referencia en la parte pertinente: “(…) el A quo arriba a conclusiones que no se condicen con los medios probatorios obrantes en autos, toda vez que la falta de identificación del bien sub litis, no supone –en modo alguno- la carencia de “animus domini”, toda vez que dicho presupuesto bien puede ser acreditado por otros medios probatorios idóneos obrantes en autos (atendiendo a la valoración que le otorgue el Juez de la causa). Y, si bien el A quo persiste en la falta de identificación del predio sub litis; sin embargo, no advirtió que dicha eventualidad obedece a una cuestión meramente administrativa, esto es, la pugna en la delimitación territorial entre los distritos de San Juan Bautista y Carmen Alto (…). Por otro lado, si bien el A quo concluye en la inexistencia de posesión pacífica, en virtud de la sentencia condenatoria expedida en el proceso penal (…); sin embargo, de la lectura de dicha ejecutoria, no se aprecia que ni (…) (vendedora), ni el demandante (…) (comprador), fueron comprendidos en el proceso penal, mucho menos fueron condenados. Y, finalmente la conclusión arribada respecto a la improbabilidad de efectuarse la transferencia del bien sub-litis, carece de sustento probatorio, obedeciendo sólo a la apreciación subjetiva del A quo (…) resulta evidente la transgresión del derecho al debido proceso, en su vertiente del derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales al incurrirse en una motivación aparente en la sentencia materia de impugnación y a la vez en la carencia de una valoración conjunta y razonada de los medios probatorios, invocados por las partes procesales, debe decretarse la nulidad de la sentencia recurrida, a fin de que el Juez emita nueva pronunciamiento conforme a ley y a los fundamentos desarrollados precedentemente (…)” “Al respecto, debemos precisar que para llegar a determinar si aconteció o no el despojo alegado por el demandante (en los procesos de interdictos), no resulta suficiente advertir que no se haya alegado la existencia de amenaza y daños y perjuicios en la denuncia penal efectuada a nivel fiscal, los cuales si fueron alegados en el proceso de autos, toda vez que dichas eventualidades no acreditan ni desacreditan la existencia del despojo como objeto de un proceso de interdicto de recobrar, siendo fundamental- en defecto de los medios probatorios existentes en autos- la actuación de medios probatorios idóneos para tal fin (….). Consecuentemente resulta evidente la transgresión del derecho al debido proceso, en su vertiente del derecho a la debida motivación de resoluciones judiciales al incurrirse en una motivación aparente en la sentencia materia de impugnación y a las vez en la carencia de la valoración conjunta y razonada de los medios probatorios, invocados por las partes procesales (…); por lo que a fin de evitar nulidades posteriores y en aras de salvaguardar el derecho a la pluralidad de instancias de las partes procesales, debe decretarse la nulidad de la sentencia recurrida (…) Finalmente no está demás recomendar al Juez de la causa, actuar todos los medios probatorios que sean necesarios a fin de solucionar la controversia de autos, apelando –incluso- a la facultad que le confiere el artículo 194° del Código Procesal Civil (…)” “(…) Se advierte que el juicio valorativo emitido por el A-quo en la sentencia desestimatoria de autos, afecta el derecho de motivación de las resoluciones judiciales, al incurrir en una falta de motivación interna del razonamiento, pues existe incoherencia narrativa, al reconocer por un lado, la existencia de un derecho incuestionable del demandante (véase parte final del noveno considerando), así como afirmar, que no se desprende que los emplazados tengan título que justifique su posesión (véase noveno considerando), y por otro lado, concluir que no corresponde acoger la pretensión demandada, al no encontrarse plenamente identificado el predio materia de desalojo, al no generarse certeza del terreno cuya restitución se reclama sea el mismo que ocupan los demandados (véase octavo considerando) (…) se concluye que el razonamiento efectuado por el A-quo contiene una incoherencia narrativa respecto a la premisa jurídica expuesta, conforme ha quedado expuesto precedentemente, en tanto la falta de identificación plena del bien sub litis que advierte, no se concreta en realidad, a la individualización del mismo- al verificarse en autos, la existencia de la memoria descriptiva y planos correspondientes- si no a su ubicación nominal dentro de la Comunidad Campesina (…)” CONCLUSIONES 1. Los problemas que se presenta en las diversas Cortes Superiores de Justicia y tornándose en una práctica común por muchos Jueces revisores, como son el gran número de sentencias que son declaradas nulas por parte de la instancia superior, que en lugar de pronunciarse sobre el fondo del recurso de apelación; por lo tedioso que puede resultar y que requerirá una mayor argumentación de su parte, optan por la vía más sencilla, que es la de declarar la nulidad de la decisión materia de revisión, argumentándose errores in procedendo e in cogitando; que va a traer como consecuencia que el proceso nuevamente retorne a primera instancia para que el Magistrado emita una nueva decisión, con todas las consecuencias de retardo que trae consigo ello. CONCLUSIONES 2. Conforme a las reformas legislativas aplicadas a nuestro ordenamiento procesal nacional, resulta poco probable que el Juez de segunda instancia pueda emitir un pronunciamiento declarando la nulidad de la sentencia materia de revisión, siendo la declaración de nulidad la última ratio que podría emplear, dado las limitaciones procesales que tiene para ello, porque dicho Juez revisor tiene facultades para: admitir las nuevas pruebas ofrecidas al momento de formularse el recurso de apelación, puede actuar las pruebas no admitidas en primera instancia y puede disponer la admisión y actuación de pruebas de oficio actuar pruebas de oficio y tiene la facultad de integrar la sentencia apelada en la parte decisoria. Asimismo debe, observarse la Resolución Administrativa N° 002-2014-CE-PJ de fecha 07 de enero del 2014 que establece las reglas claras que deben ser acatadas por parte de los Jueces Especializados o Mixtos y Superiores de la República para evitar el mal uso de la técnica del reenvió, que genera dilación en la tramitación de los procesos y el oficio N° 449-2014-GOCNDP-CE/PJ cursado por el Gerente Operacional de la Comisión Nacional de Descarga Procesal al Consejo Ejecutivo del Poder Judicial CONCLUSIONES 3- Los pronunciamientos judiciales analizados, nos permite establecer que el factor común empleados por los Jueces superiores revisores, es que frente a la discrepancia con la motivación y valoración efectuada en el pronunciamiento de primera instancia, optan por el reenvío del expediente para emitirse nueva sentencia, cuando dicho supuesto vicios en las valoraciones del juez al momento de resolver el conflicto, podían haber sido subsanados mediante la exposición de la motivación que consideraban correcta o adecuada por parte del órgano revisor, correspondiendo en ese escenario resolverse el fondo apelado, procediéndose a la revocación de dicha resolución; y que ello además obedece, al criterio que viene aplicando dicha Sala Superior para expedir los pronunciamientos con mayor rapidez y así disminuir su carga procesal, dado que si se emite un pronunciamiento sobre el fondo del recurso de apelación, les requerirá mayor tiempo de estudio del caso por el Juez y una mayor argumentación de la decisión en el supuesto de que esta sea revocada o confirmada y un mayor debate al momento de producirse la votación de dichos expedientes 4. Los Jueces revisores deben acatar la circular contenida en la Resolución Administrativa N° 0022014-CE-PJ del 07 de enero del 2014, así como observar las limitaciones y facultades con las que cuentan para no emitir una sentencia anulatoria, dejándose de lado, sus posiciones personales que perjudican únicamente al litigante parte de dicho proceso al no obtener un pronunciamiento en un plazo razonable y deben para ello la OCMA y las ODECMAS de los diversos distritos judiciales del país cumplir con sus funciones verificando de que los órganos jurisdiccionales vengan acatando dicha disposición administrativa emitida por el máximo órgano de Gobierno del Poder Judicial, para que con dicha acción, ya no se sigan anulando las sentencias y estas sean reenviadas al órgano de primera instancia para que se emita nuevo pronunciamiento en base a las motivaciones que no compartieron los Jueces superiores por todas las consecuencias que ello acarrea en el proceso. GRACIAS carlosvaldiviarod@yahoo.com Facebook.com/Prof. Carlos Valdivia Rodríguez