JIAN Capítulo 4: Cada día a la mañana Muxu, el nieto de Qiao, el pescador más anciano del pueblo, anunciaba la distancia que le faltaba al ejército de Luanshé para llegar al pueblo de Pingyang. Jian estaba en la casa del Qiao para preguntarle cuanto les quedaba para llegar al pueblo. Cuando estos llegaron empezaron a arrasar con el pueblo. Jian empezó a escuchar gritos y regresó tan rápido como pudo a su casa y cuando llegó vio a su padre luchando con cinco soldados y uno, más ágil que los otros cuatro, lo tomó por sorpresa y le clavó una lanza en sus costillas. Jian buscando pulsos de su padre (y al no encontrarlos) reaccionó y tomó esa misma lanza y se la clavó al asesino de su padre. Los demás soldados comenzaron a perseguir a Jian y se subió a su caballo y comenzó a galopar lo más rápido que pudo. Cuando Jian llegó al mar se despidió tristemente de Tuki y se marchó nadando por el agua. Capítulo 6: Nadando por el agua un barco pirata lo encontró y Jian no tenía más opción que subirse. Se dio cuenta después de un rato que esto piratas eran del ejército de Luanshé. El capitán se llamaba Zhen Hé y ese barco se llamaba Ceja Verde. Capítulo 8: Zhen Hé le enseñó a usar la espada y el barco. Jian se pasaba todas las noches pensando en Yue. Capítulo 10: Los piratas del barco se contaban increíbles historias y una de esas le llamó mucho la atención a Jian porque se trataba de un espejo. La historia era de un Monje Loco que un día se escapó del monasterio con un espejo y sólo con la ropa que traía puesta porque se quería convertir en un pájaro. Todos los días el Monje se fijaba en su espejo si era un pájaro y no lo era. Este se enojó, lo abandonó y se fue a vivir con pájaros a un bosque. Un día un monje lo encontró y el espejo reflejaba sus emociones, envidias, etc. Entonces, los monjes decidieron venderlo. Zhen Hé tenía algo que lo ayudaba a saber dónde estaba un barco de carga. Pasaron así veinte meses de esa vida de pirata. Fang Gang era el que peor trataba a Jian. Este se dio cuenta, a pesar de todo el tiempo que había pasado, que seguía extrañando a Yue. Luego de un episodio, el Ceja Verde volvería a tierra firme. Capítulo 12: Jian le preguntó a Zhen Hé si podía desembarcar cerca del río Yangtsé y el capitán le preguntó por qué y Jian le contó su historia con Yue. Zhen Hé le dijo que desembarcarían en la isla de Chongmin cercana a Shanghai y el delta de Yangtsé. Y el capitán le dijo que si Yue lo quería y él se quería quedar con ella que se quede, pero si no, se tenía que reencontrar con él, luego de un año, en la misma isla dónde lo dejarían. Cuando Jian, luego de unas horas, llegó a Yangtsé, cruzó el río y llegó a Shanghai empezó a aprovechar la buena comida y al principio estaba un poco mareado con el cambio. Luego se quedó un par de noches allí y se tomó un barco para irse a Nanjing. Capítulo 14: Cuando Jian llegó a Nanjing, comenzó a buscar a Yue por todas partes sin muchas esperanzas. En un momento escuchó a dos personas hablando sobre ella. Les preguntó si la conocían y les contaron la historia de Yue y luego, Jian, les preguntó en qué calle vivía y ellos le dijeron que se había ido con el emperador a Beijing. Jian decepcionado y frustrado empezó a caminar sin rumbo por las calles de Nanjing. Un día, un señor lo miró fijamente durante unos segundos y luego Jian se dio cuenta de que era uno de lo tantos comerciantes que él había robado. Cuando se dió vuelta para verlo el señor estaba hablando con un soldado señalando a Jian. Este vuelve al Ceja Verde. Capítulo 16: Jian comenzó a ser más amargo y más afilado. Los tripulantes comenzaron a llamarlo “El lobo”. Zhen Hé lo nombró segundo de a bordo. Jian se había comprometido a ser un mejor pirata. Allí pasó cinco años y regresó a tierra firme tres veces. Una de esas veces, Zhen Hé lo invitó a su casa para que conozca a su familia. Un día Jian le preguntó al capitán cómo hacía para saber dónde estaba cada barco y él le mostró un espejo mágico que le mostraba lo que él pedía. El capitán le contó que él lo había robado varios años atrás a un velero que venía del pueblo de Qi. Zhen Hé le dijo a Jian que se lo mostraba solamente a él porque cuando él moriría alguien debía heredarlo y él sería la persona correcta. Capítulo 18: El Ceja Verde estaba en una lucha y cuando los rivales se rindieron Jian se dio cuenta de que el capitán estaba con un agujero en la panza del cual se derramaba muchísima sangre. Zhen Hé se despidió débilmente y murió. Luego en el funeral nadie dijo ni una sola palabra y ataron su cuerpo a una bala de cañón y lo lanzaron al mar. Después, un marinero se dirigió a Jian como capitán y este aceptó serlo. Al otro día cambió su opinión y declaró a Fang Gang capitán. El próximo día, Jian se despidió del Ceja Verde y desembarcó, con el espejo de Qi, en el puerto de Pingyang. Capítulo 20: Al llegar a su pueblo natal, Jian, fue a visitar a su antiguo hogar y la tumba de su padre. Cuando se estaba yendo vió un pedazo de tela clavado con una estaca en el suelo que decía: “Yue Chang aún mantiene su promesa a Jian Deyán”. Al verlo se llenó de ilusión y le pidió al espejo de Qi que le muestre a Yue. Después de varios intentos pudo verla, ella estaba pálida, tirada en la cama y una mujer le había llevado un té. Él decidió partir e ir hacia Beijing. Luego se acercó a la casa del viejo Qiao y lo recibieron sus hijos y nietos y estos le preguntaron si conocía a su abuelo y Jian le respondió que sí y le dijeron que había muerto hace tres años. Le pidió un caballo y partió hacia la capital de ese país. Capítulo 22: Jian paraba en cada pueblito para reponer su caballo y para reponer provisiones de comida. En uno de esos, un jovencito lo reconoció pero no supo bien quien era y al anochecer cuando retomaba su viaje unos soldados imperiales comenzaron a buscarlo y mientras él escapaba cayó en un agujero y al otro día una campesina lo encontró y lo llevó a su casa. Luego de tres días, Jian, volvió a abrir los ojos. Él comenzó a preguntarse si estaba muerto o si habría sobrevivido. En eso, la niña le dice que se llamaba Nai Fu. Capítulo 24: Pasado un mes, Jian recuperó sus fuerzas nuevamente y por primera vez se había sacado el espejo para que no estorbara en su recuperación. Para´pagarles les ofreció muchísimo dinero y Nai Fu no pudo aceptarlo hasta que Jian logró convencerla. Este se iba dando cuenta de que Nai se estaba enamorando de él pero lo intentaba pero no podía. Un día, ellos estaban caminando por el parque y en un momento Nai se tropezó con una roca y Jian la agarró y se besaron. Nai salió corriendo y en toda la tarde no se volvieron a hablar. Jian confundido con sus emociones se dio cuenta que en realidad no amaba a Nai y decidió partir y seguir su viaje. Le mostró el espejo de Qi a Nai y se lo regaló. Partió así de esa casa y luego de un par de días llegó a Beijing. Saludando todos un soldado imperial lo reconoció y anunció que él era el peligroso pirata. Trató de defenderse pero no pudo y lo arrestaron. Se dirigían, ahora, hacia Nanjing. Capítulo 26: En el camino, los soldados notaron el espejo y preguntaron que era. Jian les contestó que era una maldición y el que se lo sacara se quedaría con la maldición y él se liberaría. Los soldados prefirieron no acercarse más. Luego de un largo viaje, por fin llegaron a Nanjing. Lo encerraron en una celda y le dijeron que al otro día sería ejecutado. Llegado el momento, Jian aún no podía creerlo, y pidió que cuando le corten la cabeza de su cuello saldrá medio espejo roto, que él quisiera que se lo llevaran al emperador. El verdugo y estaba listo para la ejecución. Capítulo 28: Cuando el verdugo estaba a punto de matarlo un tábano se posó en su nariz y lo espantó. La segunda vez, una mujer gritó, rogando que pararan. Jian ya había escuchado esa voz antes pero pensó que ya había muerto. Luego por fin pudo ver la cara de la mujer, Yue Chang. Esta se agachó y cada uno pronunció el nombre del otro y se besaron. Los soldados tomaron a Yue y se la llevaron a un costado de la tarima. Entre todo el murmullo, Jian llegó a escuchar que una de las acompañantes de Yue le gritaba a Qing Shi que ella era la consejera del emperador. Este le preguntó a Yue si era real y le dijo que sí. Trató de convencerlo que lo dejara ir pero no lo logró. Otra de las acompañantes le gritó que tomara el salvoconducto y ella se lo mostró a Qing Shi. Este lo leyó en voz alta y pensó que debería hacer. Luego de unos instantes anunció que Jian quedaría liberado y que sería libre.