Mirar lo ajeno, ignorar lo propio: reprimir el conflicto, ocultar las diferencias. En esta parte, vamos a tomar a dos referentes del pensamiento pedagógico latinoamericano: Simón Rodríguez y Sarmiento. Para abordar el pensamiento de estos autores es que tomamos un fragmento de la clase 2 del módulo Pensamiento Pedagógico Latinoamericano. INFD, 2015. “Huellas en el mar sangre en nuestro hogar tenemos que ir tan lejos para estar acá, para estar acá.” Charly García, Plateado sobre plateado, Huellas en el mar. Entendemos que hay una matriz de las fuentes de la pedagogía oficial, modelada partir de tradiciones que se originaron en la Modernidad Europea, el Positivismo, etcétera. La cita de la canción de Charly García alude en forma poética a ese rasgo que se impuso en los modelos pedagógicos triunfantes: lo mejor era “importar” un modelo extranjero (europeo o norteamericano, como lo haría Sarmiento) para un sujeto imaginario que se construiría a partir de ese proyecto educativo, hijo del contractualismo, del iluminismo, de los padres del Oratorio y otras fuentes. Esto fue de la mano del proceso de organización nacional posterior a las luchas por la independencia, y al “fracaso” del proyecto de la Patria Grande que terminó fragmentada. Justamente lo que temían los líderes de la revolución emancipadora americana: San Martín, Bolívar, Sucre, Monteagudo, O'Higgins, Belgrano, entre otros. Son pedagogías, en consecuencia, asociadas a un modelo institucional de raigambre liberal y positivista, que crece de la mano del desarrollo del capitalismo y que reserva para nuestro país -y gran parte de la región- una propuesta de desarrollo agroexportador, dependiente de los centros europeos de poder. ¿Qué lugar habría allí para los sujetos, para alojar la diversidad de matrices culturales de los pueblos americanos? ¿Qué lugar para sus lenguas, prácticas, las expresiones de las culturas populares, los sistemas de transmisión de saberes? ¿Qué consideración respecto al rol de la educación en relación con el trabajo, los derechos políticos? Es decir, hubo proyectos políticos en pugna que imaginaban distintos horizontes para América Latina y concebían de distinta manera a la política, a la economía y a la educación. “El proyecto educativo sarmientino, influido por los modelos europeo y norteamericano, proponía un conocimiento individual, aislado, enciclopédico, de repetición; donde los contenidos eran “universales” y dejaban afuera los saberes del trabajo y las culturas populares; proyecto que estaba asociado a la idea de progreso de los países europeos o el modelo norteamericano. Por su parte, como veremos, Simón Rodríguez, aunque era gran admirador de Francia, creía que la educación americana debía estar al servicio de un proyecto político propio: el “O inventamos o erramos”...” No podemos hacer acá un desarrollo de las principales características de estas fuentes oficiales de la pedagogía, pero sí una simplificación forzada. De modo que podríamos sintetizarlas en: Propuestas fundadas en una perspectiva de la educación al servicio del disciplinamiento social. Las escuelas se planifican como instituciones cerradas, al servicio del orden, como una suerte de laboratorios que protegen a los niños (las niñas, vale la pena recordar, serán incorporadas mucho más tarde a la vida escolar). ¿De qué se los protege? Del mundo, del trabajo, de la vida política, de la sexualidad, de la dimensión corporal. El conocimiento se construye allí verticalmente y la figura del maestro y sus prácticas se vinculan con un ideal que privilegia la enseñanza racional de los contenidos (y deja afuera, a la vez, otros saberes ajenos a la lógica cartesiana. El carácter utilitario por sobre la reflexión (al servicio de un modelo económico capitalista); el control y disciplinamiento de la vida sensible y placentera, de las expresiones de las culturas populares latinoamericanas, las tradiciones orales, lo que podemos llamar “lo popular” El pensamiento contractualista: nombre derivado de “contrato social”, que sirve como mito organizador de una sociedad que no reconoce el conflicto social. Sombra terrible de Sarmiento, voy a evocarte Curiosamente, el modelo pedagógico que impondrá Sarmiento triunfa asociado a un proyecto político (que en Argentina conducen Mitre, Sarmiento, Roca) y que solucionará los conflictos no justamente con el diálogo “civilizado”, sino a sangre y fuego, como se expuso en la Guerra de la Triple Alianza (18641870) contra el pueblo paraguayo o en la conquista y anexión de los territorios de los pueblos originarios, llamada justamente -y no de manera casual“Campaña al desierto” (1879), que involucró a varios pueblos originarios. Para pensar… Aquí podemos recuperar la categoría discurso y analizar cómo el discurso escolar, desde entonces hasta ahora, sigue afirmando esa manera de nombrar. Y el discurso educativo, que va más allá del escolar, la refuerza en monumentos; homenajes en nombres de calles, pueblos, ciudades, billetes: todos significantes que educan y construyen hegemonía de sentidos. ¿Lo observan? “Campaña o Expedición al desierto de Roca”: por un lado, oculta el genocidio previo, pues se marcha a un “desierto” que no había estado tan desierto; esconde las motivaciones económicas con argumentos engañosos acerca de la seguridad: la campaña, se dice, es para proteger a la población -blanca y urbana- de la violencia de los malones. Pero, ¿cómo se justifican la apropiación y reparto de las tierras de los araucanos, tehuelches, ranqueles, entre otros? Si es un desierto, no existen, no están. Si son indios, no son ciudadanos. Por lo tanto, no es un robo, no hay crimen, no es delito. (…) Volvamos al pensamiento iluminista que separa la claridad (“luces de la razón”) de la oscuridad y confusión de las culturas populares, justificando la necesidad de racionalizar a la vez que organizar racionalmente la vida social cotidiana a los fines de arribar a una vida feliz. Ante el orden del contrato social emerge el conflicto, la confusión, lo irracional, las ideologías como proyectos “civilizatorios” o modernizadores”; van produciendo un pánico hacia el crecimiento de la irracionalidad del “alma colectiva”, como por ejemplo, en Sarmiento, quien expresa su temor en Educación Popular (Sarmiento, 1988) hacia esas “hordas indisciplinadas”, herencia de nuestro mestizaje americano. (Huergo, 2013) Los argumentos para este mismo rechazo aparecerán frente a otros proyectos político-pedagógicos populares, como veremos en las próximas clases. Las huellas de Sarmiento y la educación de los olvidados de Simón Rodríguez “[...] Hay tantos niños que van a nacer//Con una alita rota Y yo quiero que vuelen compañero//Que su revolución Les dé un pedazo de cielo rojo//Para que puedan volar.” Fragmento de “Manifiesto”, Pedro Lemebel, 1986 Ustedes notarán que la cita corresponde a un poeta chileno recientemente fallecido, Pedro Lemebel. Justamente porque el discurso poético, como el del rock, el tango u otras expresiones culturales también están impregnados de las huellas de estas pedagogías, de estas ideas que vamos recorriendo. Simón Rodríguez y Pedro Lemebel tienen, a nuestro criterio, un parentesco común: la preocupación por aquellos a quienes el venezolano llamaba “los desarrapados”. Es decir, un sujeto cultural distinto al que pretende, años después, construir Sarmiento, ¿no les parece? (…) Simón Rodríguez fue un pedagogo que estuvo fuera de su tiempo. Tanto revolucionaba e incomodaba su pensamiento que no será hasta los últimos años que se empezará a recuperar su legado intelectual en América Latina. Al contrario de lo que ocurrió con Sarmiento, como señalamos. El maestro solo era recordado en su Venezuela natal, donde recibió permanentemente su merecido homenaje y fue masivamente conocido por haber sido el maestro del Libertador Simón Bolívar e influir en sus ideas emancipatorias durante la lucha por la Independencia de nuestros pueblos, ni más ni menos. Pero no había logrado franquear las puertas de la Patria Grande. Para continuar analizando los pensamientos de estos dos referentes, les propongo leer los siguientes textos (que pueden descargar a continuación de este apartado) INFD (2015). Pensamiento Pedagógico Latinoamericano: Clase 02: Mirar lo ajeno, ignorar lo propio: reprimir el conflicto, ocultar las diferencias. Especialización en Derechos Humanos. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación (Fragmento) Huergo, Jorge (2015) "Las luchas por la emancipación y la formación del sujeto latinoamericano: Simón Rodríguez. (1769-1854)" En: La educación y la vida: un libro para maestros de escuela y educadores populares. (Versión digital Huergo, Jorge (2015) "Fundación de la pedagogía oficial en Argentina: Sarmiento" En: La educación y la vida: un libro para maestros de escuela y educadores populares. (Versión digital) Por otra parte, los/as a mirar y tomar nota de los videos que continúan. https://www.youtube.com/watch?v=xXsSBuDxo1 https://www.youtube.com/watch?v=De7_PqIUKvU Por último, en el siguiente vídeo - material producido por el INFD, para el Seminario Pensamiento Político pedagógico latinoamericano y Educación, 2012- Carla Waisnztok analiza el pensamiento de Simón Rodríguez. https://www.youtube.com/watch?v=HyScqUXv_VQ Por último, teniendo en cuenta todo lo desarrollado sobre estos referentes, les pido que participen del FORO que aparece al final de este apartado. En el foro tienen que compartir un cuadro comparativo de estos dos autores, en el que se recupere las principales ideas pedagógicas en clave de proyecto político, y los sujetos a los que interpelan y cómo lo hacen. Las y los espero por el Foro! ACLARACIÓN: esta actividad es optativa, y puede hacerse de manera grupal.