Mérida, 04/05/20 Miguel Monsalve #17 5° “A” Consumismo Consumismo es el término utilizado para describir los efectos de equiparar la felicidad personal con la compra de bienes materiales y consumo. Hoy vivimos en un mundo obsesionado por la cultura del consumidor. El consumo abarca nuestra vida cotidiana y estructura nuestras agendas cotidianas. Los valores, significados y costos de lo que consumimos se han convertido en una parte cada vez más importante de nuestras experiencias sociales y personales. El principal factor que impone nuestras acciones de esta manera son los medios de comunicación. Los medios de comunicación están llenos de información sobre el consumo, no solo en forma de publicidad, sino también como noticias sobre negocios, estilos de vida e indicadores económicos. Sin embargo, nada de esto nos dice cómo surgimos como una cultura que asocia la libertad con la libertad de consumir cualquier cosa de nuestra elección y como un medio de realización personal. El consumismo no es solo un problema que ha surgido en esta nueva era y en los tiempos modernos que ha existido durante décadas. En su mayor parte, solo nos damos cuenta del consumo cuando es un problema, cuando hay una degradación ambiental causada por la producción de bienes en exceso y más de lo que podemos consumir. Para comprender este fenómeno social, primero debemos comprender el contexto social e histórico de una sociedad de consumo. Todas las culturas han encontrado significado en los bienes materiales. Los objetos se asemejan a un estado social o van más allá de eso y tienen un vínculo emocional con uno mismo. Los bienes no solo se consumen por sus características materiales, sino aún más por lo que simbolizan: hay significados, asociaciones y su participación en nuestra propia imagen. El consumo no es simplemente la adquisición de los significados predestinados de los productos. En cambio, debe verse como una forma de cultura social de consumo. Si bien el consumo es un acto, la cultura del consumidor es una forma de vida. Es muy probable que nunca antes en la historia el consumo se haya convertido en uno de los valores centrales de una cultura. En la sociedad moderna se aprende simplemente a consumir, y el consumo de buen gusto o apropiado es solo una de las numerosas opciones. Es este enfoque en el consumo como valor central lo que nos convierte en una cultura de consumo. El consumo ya no parece reflejar nuestros valores culturales; se ha convertido en un valor cultural. Ha entrado profundamente en la vida moderna. Cada espacio público, cada ocasión de reunión pública, cada expresión creativa se ve como una oportunidad para fomentar un mayor consumo. Hace algunos años, se pensaba que el problema de la protección al consumidor, no concernía sino a países desarrollados, a sociedades de consumo donde la existencia de múltiples y poderosos comerciantes privados, y la intensa actividad comercial en que participan los ciudadanos requiere de la intervención del Estado para la protección de estos últimos ante los primeros, sin embargo la voluntad política del Estado Venezolano, desde hace varios años, ha estado orientada a este fin desde las tempranas fechas en que el gobierno promulgo “Leyes de Protección al Consumidor”, cuyo contenido esencial era evitar el encarecimiento injustificado de la vida, impidiendo toda forma de especulación mercantil, la cual, años más tarde por la socialización de la sociedad privada, se tornó obsoleta. Se poseen varios órganos cuyo fin es este, la protección desde varios puntos de vista siendo estos: INDECU o INDEPABIS SENCAMER PROCOMPETENCIA FONDONORMA Siendo el más importante el INDEPABIS, que fue creado por el gobierno venezolano cuya misión es el garantizar a los ciudadanos el Acceso a los Bienes y Servicios de manera efectiva y oportuna, mediante la defensa y protección de sus derechos, a través de una institución concebida para el servicio al público y para la acción conjunta entre el Gobierno Venezolano y el Poder Popular organizado actuando en defensa de sus intereses; así como, para la generación de satisfacción y bienestar colectivo, contribuyendo de esta manera con la obtención de seguridad jurídica para todas las familias venezolanas y creando condiciones para la prosperidad y el buen vivir. En la ilustración dispuesta en el correo, se hace la comparación a la actualidad con hace 20 años en distintos aspectos donde se refleja el daño o cambios causados a nuestro planeta y a nuestra propia sociedad. En conclusión, la cultura del consumidor ha sido increíblemente exitosa. No solo ha tenido éxito en satisfacer nuestras necesidades y deseos, sino que también ha tenido éxito en redefinir cuáles son las necesidades y expandir nuestros deseos. Si aceptamos estos deseos como naturales o inevitables, la sociedad de consumo también parece natural e inevitable. El consumismo, por otro lado, no solo alimenta nuestros deseos, sino que ha dejado a esta tierra con daños irreparables. Hoy en día, la demanda de bienes está aumentando más allá de la capacidad de lo que nuestra tierra puede generar. Si nuestra codicia por el consumo sigue aumentando, tendremos que renunciar muy pronto a nuestras necesidades básicas porque no podemos satisfacer nuestras demandas. Bibliografías https://html.rincondelvago.com/organismos-de-proteccion-al-consumidorvenezolanos.html https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/consumismo/