ENSAYO SOBRE LA OPINIÓN CONSULTIVA 24/17 CON RELACIÓN AL DERECHO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA La Opinión Consultiva 24/17 de la Convención Americana De Derecho Humanos trato de dos temáticas centrales las cuales fueron: reconocimiento del cambio de nombre de las personas, de acuerdo con la identidad de género de cada una y el reconocimiento de los derechos patrimoniales derivados de un vínculo entre personas del mismo sexo. A mi parecer, la temática que de alguna manera concierne con el derecho de la niñez y la adolescencia es la primera, ya que la pregunta con respecto a este tema fue planteada con el fin de que la Corte se pronunciara sobre el reconocimiento del cambio de nombre de las personas, de acuerdo con la identidad de género de cada una. Ahora bien, primero hay que analizar lo que la legislación ecuatoriana prevé sobre el nombre. La Constitución de la Republica de Ecuador, establece lo siguiente: Art. 66.- Se reconoce y garantizará a las personas: 28. El derecho a la identidad personal y colectiva, que incluye tener nombre y apellido, debidamente registrados y libremente escogidos; y conservar, desarrollar y fortalecer las características materiales e inmateriales de la identidad, tales como la nacionalidad, la procedencia familiar, las manifestaciones espirituales, culturales, religiosas, lingüísticas, políticas y sociales. Este articulo nos muestra como el nombre forma parte de la identidad personal de cada individuo y como el Ecuador reconoce y garantiza el derecho a tener uno. Por otro lado, la Ley Orgánica de Gestión de la Identidad y Datos Civiles prescribe lo siguiente: Art. 30.- Datos de la inscripción de nacimiento. El registro de la inscripción de nacimiento deberá contener al menos los siguientes datos: 1. Lugar y fecha de inscripción. 2. Número único de identificación asignado. 3. Lugar donde ocurrió el nacimiento. 4. Fecha del nacimiento. 5. Nombres y apellidos de la nacida o nacido vivo. 6. Sexo. 7. Nombres, apellidos, nacionalidad y número de cédula de identidad del padre y de la madre o de solo uno de ellos según el caso. 8. Captura de los datos biométricos. 9. Apellidos, nombres, nacionalidad y número de cédula de identidad del solicitante. 10. Firma de la autoridad competente. 11. Firma del o los solicitantes de la inscripción. Los datos en mención pueden ser modificados mediante acto administrativo o resolución judicial. El sexo será registrado considerando la condición biológica del recién nacido, como hombre o mujer, de conformidad a lo determinado por el profesional de la salud o la persona que hubiere atendido el parto. El dato del sexo no podrá ser modificado del registro personal único excepto por sentencia judicial, justificada en el error en la inscripción en que se haya podido incurrir. Como se puede observar, este articulo vuelve obligatoria la tenencia de un nombre, lo que materializa el derecho ya reconocido en la Constitución. Sin embargo, la cuestión problemática se halla en el derecho al cambio del nombre por motivos de identidad de género; y lo que expresa la opinión consultiva es muy puntual. Esta no solo aclara que al Estado no le compete pronunciarse sobre el motivo por el que la persona solicita el cambio, ya que podría incurrir en un acto discriminatorio; sino que además no debería exigir que solicitante exprese el motivo para ello. En suma, la Opinión Consultiva 24/17, reconoce el derecho al cambio de nombre sin distinguir clases de motivos, y exige a los Estados adscritos a la CADI establecer procedimientos que se adecuen para que puedan ser conformes con la identidad de género auto-percibida. Tomando en cuenta los antes mencionado, es importante establecer en lo que influye esta opinión consultiva en el Derecho de la Niñez y la Adolescencia. Y es que, el art. 45 de la Constitución de Republica del Ecuador, reconoce que los niños, niñas y adolescentes gozaran de este mismo derecho de identidad que contiene el tener un nombre; lo que implicaría también el derecho al cambio del mismo. Por otro lado, el principio de autonomía de los adolescentes tiene fin emancipador, por lo que está orientado a la adopción de medidas que aporten positivamente en la defensa de sus derechos. Y es aquí, en donde surge la siguiente problemática: ¿pueden entonces, los adolescentes hacer cambios de su nombre u otros datos relativos a su identidad, sin autorización previa de sus padres? Personalmente creo que si la Corte Constitucional ya se ha pronunciado positivamente acerca de los derechos sexuales de los adolescentes, es decir, les ha reconocido su facultad de gozar responsablemente de su sexualidad, limitando a su vez, la intervención los padres o adultos responsables de ellos, es muy probable que bajo estos mismos principios, se les sea reconocido este derecho.