UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD ESCUELA DE MEDICINA HUMANA CURSO: CIENCIA DE LA CONDUCTA TEMA: “TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO” DOCENTE: Dr. MONTOYA MOLINA, Héctor INTEGRANTE: VALDIGLESIAS OCHOA, Diana Sede: SAN BORJA 2016 – 0 INDICE: Introducción …………………………………………..……………………………… 1 Definición …………………………………………………………………………….. 2 Datos epidemiológicos ……………………………………………………………… 3 Etiopatogenia ………………………………………………………………………… 3 Clasificación ………………………………………………………………………... Criterios CIE- 10, DSM IV, características Tratamiento 4 ………………………………………. 4 ………………………………………………………………………… 6 Últimas investigaciones …………………..………………………………………. 9 Enseñanzas obtenidas …………………………………………………………….. 10 ……………..………………………………………………………… 10 ……………………..…………………………………………………… 11 Conclusiones Bibliografía 2 INTRODUCCIÓN: El término obsesión proviene del latín obsessio, -onis. Según la Espasa (1992) significa asedio, es utilizado como sustantivo para describir una perturbación anímica producida por una idea fija, o una idea que pertinazmente asalta a la mente de una persona. Desde el punto de vista de la patología es un síndrome de carácter ideativo y emocional, que consiste en la aparición de pensamientos o sentimientos que se imponen y van acompañados con estados de ansiedad; en este estado obsesivo hay una imposición de la idea obsesiva o de la emoción sobre el paciente variando en el grado de imposición pudiendo llegar a lo gravemente patológico tiranizando la voluntad del sujeto. A través del tiempo han ido variando las explicaciones etiológicas del trastorno. Las diferentes aproximaciones al trastorno han hecho hincapié en sus diferentes aspectos intelectuales, emocionales o volitivos. No sólo han ido cambiando las explicaciones etiológicas del trastorno obsesivocompulsivo, sino que también se observan variaciones en su contenido temático. El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) se clasifica en el DSMIV como un Trastorno de Ansiedad, manifestado con obsesiones, compulsiones o ambas, que causan perturbación significativa en el área social o personal. A lo largo de la vida tiene una tasa de prevalencia de 2.5 % en Estados Unidos. Produce gran gasto económico al Estado debido a que interfiere marcadamente en las relaciones laborales del individuo. Deteriora sus vínculos interpersonales, aislándolo de la Sociedad. El Trastorno Obsesivo Compulsivo suele iniciarse en los primeros años de la vida adulta, pero también puede tener inicio en la infancia. La mitad de los pacientes tiene síntomas a los 25 años y las tres cuartas partes a los 30. Se halló un inicio más precoz en los hombres. En su tratamiento los pacientes consultan con varios psiquiatras pero después se sienten con un gran grado de desesperanza. 1 DEFINICIÓN: El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es una enfermedad de curso crónico o recurrente caracterizada por la presencia de obsesiones y compulsiones, la ansiedad que se manifiesta con pensamientos, temores o preocupaciones irracionales que se intentan superar mediante una actividad ritual. Las imágenes o los pensamientos perturbadores y frecuentes se denominan obsesiones y los rituales repetidos que se llevan a cabo para evitarlos o disiparlos se llaman compulsiones. Los niños en edad preescolar utilizan rituales y rutinas relacionadas con las comidas, el baño y la hora de dormir que les ayudan a estabilizar sus expectativas y la comprensión de su mundo. Los niños en edad escolar suelen desarrollar rituales grupales cuando aprenden a jugar, a practicar deportes en equipo y a recitar rimas. Los niños mayores y los adolescentes comienzan a coleccionar objetos y a desarrollar pasatiempos. Estos rituales ayudan en el proceso de socialización y en el control y dominio de la ansiedad. Por el contrario, cuando un niño o un adolescente presentan el TOC manifiesta pensamientos obsesivos que no son deseados (como por ejemplo, el miedo a tocar objetos sucios) y utiliza rituales compulsivos para controlar esos miedos (como por ejemplo, lavarse las manos excesivamente). Los pensamientos obsesivos provocan una intensa preocupación y los rituales compulsivos pueden volverse tan frecuentes o intensos que llegan a interferir con las actividades de la vida diaria poniendo en riesgo el proceso de desarrollo. Las obsesiones se refieren a ideas no deseadas que asedian la conciencia y que determinan un estado de angustia patológica, son ideas reiterativas, persistentes que difícilmente la persona puede controlar y eliminar, que tienen una base real y lógica, aunque la persistencia de esas ideas acaba siendo absurda. Las ideas obsesivas pueden versar sobre temas muy distintos. . Las compulsiones: Son actos repetitivos, en sentido estricto, que tienen la finalidad de comprobar, verificar y asegurar algo. En la enfermedad obsesivo compulsiva domina la intrusión persistente de pensamientos, necesidades o acciones no queridas que el paciente es incapaz de detener. Los pensamientos pueden estar constituidos por palabras o ideas simples, por oleadas de pensamientos sin sentido. Las acciones varían desde los movimientos simples hasta los rituales complejos. DATOS EPIDEMIOLÓGICOS: 2 La prevalencia de TOC en niños y adolescentes es de alrededor del 1%, y en recientes estudios epidemiológicos se describe que a lo largo de la vida es del 2%. Aunque la presencia de síntomas obsesivo-compulsivos durante la adolescencia es mayor, sólo un pequeño porcentaje las describe como angustiosas. Algunos autores hablan de TOC subclínico para referirse a personas que tienen obsesiones y/o compulsiones que no son suficientemente graves como para cumplir los criterios completos. Según la definición que se utilice, la prevalencia de TOC subclínico en la adolescencia es de entre un 4 y un 19%. Durante la infancia es más frecuente en varones y a lo largo de la vida adulta se iguala. La literatura describe que pocos adolescentes reciben un diagnóstico correcto y aún menos, un tratamiento adecuado. Aunque es un trastorno relativamente persistente en la vida adulta, se ha demostrado una remisión completa del TOC de la infancia de entre el 10-5 0% al llegar la adolescencia. ETIOPATOGENIA: Los factores genéticos son importantes en la etiología del TOC, según los estudios de gemelos y en familiares. Es frecuente que estos pacientes hayan sido educados en medios donde de manera exagerada la limpieza, la religión, la moral, el orden o la culpa sobresalgan como valores educativos predominantes. No es de extrañar que las vivencias infantiles que propicia este estilo educativo, desempeñen un papel importante en la estructuración de la futura personalidad obsesiva. Las teorías biológicas han aportado cuestiones genéticas al TOC. Los antecedentes familiares de TOC en pacientes obsesivos se inician tempranamente la enfermedad. En los últimos años se analiza la implicación de diversos genes en el TOC (relacionados con el transportador de 5HT, gen receptor 5HT2C, receptores dopaminergicos), aunque todavía sin resultados concluyentes. Las teorías conductistas, el primer estadio de la teoría de Mowrer se basa en el condicionamiento clásico, según el cual estímulos neutros se condicionan al asociarse temporalmente con otros estímulos incondicionados, que de forma innata producen ansiedad o inquietud, después del cual los estímulos neutros ya condicionados, adquieren las mismas propiedades ansiógenas que el estímulo incondicionado. Las teorías cognitivas, los obsesivos en general evitan la ambigüedad e incertidumbre por intolerancia a ellas. Tienen necesidad de posponer las decisiones finales para ganar información, muestran dificultades en la toma de decisiones, por anticipación de consecuencias desfavorables, y generalmente, tienen un pensamiento catastrofista, vinculado a una exagerada sensibilidad hacia circunstancias aversivas, reales o imaginarias. CLASIFICACIÓN: CRITERIOS SEGÚN CIE-10: 3 F42 Trastorno obsesivo-compulsivo La característica esencial de este trastorno es la presencia de pensamientos obsesivos o actos compulsivos recurrentes. Los pensamientos obsesivos son ideas, imágenes o impulsos mentales que irrumpen una y otra vez en la actividad mental del individuo, de una forma estereotipada. Suelen ser siempre desagradables (por su contenido violento u obsceno, o simplemente porque son percibidos como carentes de sentido) y el que los padece suele intentar, por lo general sin éxito, resistirse a ellos. Son, sin embargo, percibidos como pensamientos propios, a pesar de que son involuntarios y a menudo repulsivos. Los actos o rituales compulsivos son formas de conducta estereotipadas que se repiten una y otra vez. No son por sí mismos placenteros, ni dan lugar a actividades útiles por sí mismas. Para el enfermo tienen la función de prevenir que tenga lugar algún hecho objetivamente improbable. Suele tratarse de rituales para conjurar el que uno mismo reciba daño de alguien o se lo pueda producir a otros. A menudo, aunque no siempre, este comportamiento es reconocido por el enfermo como carente de sentido o de eficacia, y hace reiterados intentos para resistirse a él. En casos de larga evolución, la resistencia puede haber quedado reducida a un nivel mínimo. Casi siempre está presente un cierto grado de ansiedad. Existe una íntima relación entre los síntomas obsesivos, en especial pensamientos obsesivos, y la depresión. Los enfermos con trastornos obsesivo-compulsivos tienen a menudo síntomas depresivos y en enfermos que sufren un trastorno depresivo recurrente (F33) a menudo se presentan pensamientos obsesivos durante sus episodios de depresión. En ambas situaciones el incremento o la disminución en la gravedad de los síntomas depresivos se acompaña por lo general por cambios paralelos en la gravedad de los síntomas obsesivos. El trastorno obsesivo-compulsivo es tan frecuente en varones como en mujeres y la personalidad básica suele tener rasgos anancásticos destacados. El comienzo se sitúa habitualmente en la infancia o al principio de la vida adulta. El curso es variable y, en ausencia de síntomas depresivos significativos, tiende más a la evolución crónica. Pautas para el diagnóstico Para un diagnóstico definitivo deben estar presentes y ser una fuente importante de angustia o de incapacidad durante la mayoría de los días al menos durante dos semanas sucesivas, síntomas obsesivos, actos compulsivos o ambos. Los síntomas obsesivos deben tener las características siguientes: a) Son reconocidos como pensamientos o impulsos propios. b) Se presenta una resistencia ineficaz a por lo menos uno de los pensamientos o actos, aunque estén presentes otros a los que el enfermo ya no se resista. c) La idea o la realización del acto no deben ser en sí mismas placenteras (el simple alivio de la tensión o ansiedad no debe considerarse placentero en este sentido). d) Los pensamientos, imágenes o impulsos deben ser reiterados y molestos. CRITERIOS SEGÚN DSM IV: Criterios para el diagnóstico de F42.8 Trastorno obsesivo-compulsivo (300.3) 4 A. Se cumple para las obsesiones y las compulsiones: Las obsesiones se definen por 1, 2, 3 y 4: 1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento del trastorno como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativos. 2. Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real. 3. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos. 4. La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente (y no vienen impuestos como en la inserción del pensamiento). Las compulsiones se definen por 1 y 2: 1. comportamientos (p. ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (p. ej., rezar, contar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente 2. el objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos; sin embargo, estos comportamientos u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excesivos B. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales. Nota: Este punto no es aplicable en los niños. C. Las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida de tiempo (suponen más de 1 hora al día) o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales (o académicas) o su vida social. D. Si hay otro trastorno, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él (p. ej., preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, arranque de cabellos en la tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal, preocupación por las drogas en un trastorno por consumo de sustancias, preocupación por estar padeciendo una grave enfermedad en la hipocondría, preocupación por las necesidades o fantasías sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de culpabilidad en el trastorno depresivo mayor). E. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica CARACTERÍSTICAS: 1. El carácter coercitivo, sin posibilidad de control eficaz por parte del sujeto. 2. La tendencia a la repetición incesante. 5 3. Lo “absurdo” del contenido. 4. El carácter insólito y parásito. La persona reconoce estos fenómenos como patológicos y procedentes de sí mismo aunque se oponga a ellos. 5. La vivencia angustiosa que provocan. 6. La atmósfera de duda que envuelve a todo “lo obsesivo”. TRATAMIENTO: Abordar a un paciente con TOC implica estar frente a una persona que vive acosada por pensamientos y/o imágenes que irrumpen en su ser, que lo someten a un serie de rituales para poder deshacerse de ellos, y que afectan el normal desarrollo de su vida. En pocas palabras, es estar frente a una persona que sufre. A veces el paciente ha consultado por lo menos con tres psiquiatras y otros tantos psicólogos, y no ha experimentado ninguna de las promesas de alivio o expectativas de mejoría. De esta manera, los individuos terminan mostrando, por lo general, un alto grado de desesperanza y descreimiento en los tratamientos. Por lo tanto, es de capital importancia establecer una buena relación médico-paciente o “joining” antes de implementar los recursos existentes para el tratamiento. Uno de los primeros pasos a seguir es psicoeducar al paciente, es decir, explicar las características de su trastorno, las alternativas terapéuticas, pronóstico de las mismas, y aconsejar bibliografía publicada a tal fin, como los libros “La Epidemia Oculta” o “Un viaje al interior del cerebro”. Esto implica por parte del terapeuta tener los conocimientos y la experiencia suficientes a fin de despejar las dudas que surgen con este tipo de lectura. Los grupos de sostén (“support group”) le dan al paciente la oportunidad de estar con otras personas que padecen dificultades parecidas a las suyas, siendo este un recurso que favorece la contención, una herramienta más para la atención de estos pacientes. El trabajo con la familia es crucial, ya que puede cambiar el pronóstico del tratamiento. La familia debe ser incluida en el tratamiento. Psicoeducarla y convertirla en un elemento más para la mejoría del paciente, permite, por ejemplo, monitorear los progresos con la implementación de la técnica de exposición en terapia conductual. Cuando no obtenemos los resultados esperados en el tratamiento, debemos realizar el análisis de las causas de la refractariedad al mismo. Antes de pensar en psicofármacos debemos considerar: 1. El diagnóstico. 2. La presencia de patología comórbida. 3. La heterogeneidad clínica del TOC. 4. Factores que modifican el resultado terapéutico. Tratamiento cognitivo y conductual: Los pacientes con TOC deben recibir un tratamiento cognitivo-conductual adecuado, implementado por profesionales con experiencia en este tipo de trastorno y sobre todo con una fuerte formación en terapia conductual. La terapia conductual actúa por dos mecanismos, la habituación y los cambios que ocasiona en la actividad de la serotonina. La habituación se produce cuando se llega a un estado de fatiga debido a la constante estimulación neuronal, y los cambios en los niveles de serotonina plaquetaria se normalizan luego del tratamiento con terapia conductual. Una de las técnicas más usadas en terapia conductual es la exposición y prevención de la respuesta (EPR). Esta modalidad de tratamiento es efectiva en un 60% a 70% de los pacientes con TOC. En nuestra opinión, la EPR con terapia cognitiva aplicada intensamente, de 3 a 6 veces por 6 semana, rinde el mejor resultado. El tratamiento usualmente consiste en sesiones de 90 minutos, durante las cuales los pacientes son expuestos a sus miedos y después se evita que desarrollen sus compulsiones. La duración del tratamiento intensivo está basada en la severidad del trastorno (según Y-BOCS), grado de disfuncionalidad y necesidad de reducir el tiempo de recuperación. En promedio, los pacientes asisten entre 4 a 8 semanas de tratamiento intensivo, con la consecuente reducción del 60% al 75% de los síntomas, y después disminuyen paulatinamente a 1 vez por semana durante 6 meses a 1 año para continuar con tratamiento de sostén. La exposición in vivo combinada con exposición imaginaria es más eficaz porque permite exponer a los pacientes a todos los indicios de circunstancias que provocan ansiedad. El mecanismo por el cual se piensa opera la EPR es la habituación. Clínicamente, la habituación se observa cuando el nivel de ansiedad del paciente cae en una exposición in vivo o imaginaria. Enfrentando continuamente al paciente a sus miedos, eventualmente el miedo se extingue. En un enfoque cognitivo, las obsesiones son intrusiones cognitivas, cuyo contenido los pacientes interpretan o valoran como un daño para sí mismos o terceros que ellos son responsables de proteger. Para evitar el daño, neutralizan sus pensamientos implicándose en pensamientos rituales o comportamientos compulsivos. A través de nuestros estudios hemos identificado las siguientes creencias falsas que mantienen las obsesiones y compulsiones: Debo tener garantías. No puedo soportar la ansiedad/malestar. No debo cometer errores. Soy responsable de causar daño. Soy responsable por no evitar el daño. Pensar es lo mismo que actuar. Es tremendo, horrible, terrible tomar decisiones equivocadas. Hay un bien y un mal en toda situación. Debo tener el control completo sobre todo, en todo momento. Estoy en continuo peligro. Soy responsable por otros. Debo ser perfecto. No se debería tomar riesgos. La modificación de esas creencias irracionales puede reforzar la eficacia terapéutica, en primer lugar en aquellas personas que son resistentes al tratamiento. Los pacientes con ideación sobrevalorada frecuentemente reciben terapia cognitiva intensiva junto con EPR. Es necesario reducir la ideación sobrevalorada para obtener eficacia a largo plazo. Generalmente, usamos la psicoterapia emotiva racional (TER). El propósito de usar TER es lograr que el paciente se involucre en la EPR. A veces los pacientes alteran sus cogniciones lo suficiente al momento de proceder con la exposición in vivo. Sin embargo, si los terapeutas reevaluaran sus creencias encontrarían que sus cogniciones falsas no han cambiado realmente. Con el agregado de ejercicios de EPR repetidos se espera que resulte un cambio cognitivo más permanente. Tratamiento farmacológico del trastorno obsesivocompulsivo Antes de referirnos a las estrategias farmacológicas, creemos oportuno recordar los objetivos al medicar a un paciente con TOC. Cuando se decide indicar un fármaco en el transcurso del tratamiento del TOC, se debe tener presente como objetivos el controlar o moderar las obsesiones, las dudas, las compulsiones 7 ideacionales-motoras y la autoagresión. Asimismo, se debe esperar una disminución de la intensidad y frecuencia de los síntomas en la mayoría de los casos en que hay respuesta terapéutica. La erradicación completa de los síntomas es menos frecuente; en algunas ocasiones, se logra al menos una actitud indiferente hacia los mismos síntomas que antes resultaban perturbadores. La dosis de inicio de los IRS debe ser la mínima posible, y se va aumentando progresiva y lentamente a fin de conseguir la máxima tolerancia posible a la medicación, teniendo en cuenta que muy probablemente se deba llegar a la máxima dosis aceptada para el fármaco elegido. Una vez dentro del rango terapéutico de la droga elegida, se debe esperar hasta 10 ó 12 semanas para valorar la respuesta. Por ello, desde el inicio del tratamiento y la valorización final del mismo pasan varios meses, por lo menos seis. La indicación de dosis no adecuadas de IRS y su administración a lo largo del tiempo, impiden la resolución de la enfermedad y contribuyen a la aparición de la resistencia, por lo cual es necesario verificar si se está administrando correctamente el fármaco; en caso contrario, se podría estar generando una “resistencia” por iatrogenia médica. Lo mismo se aplica al tratamiento psicoterapéutico: un enfoque psicológico equivocado puede ser tan lesivo y perjudicial como cualquier forma de tratamiento biológico. ÚLTIMAS INVESTIGACIONES: Paciente con trastorno obsesivo-compulsivo y conductas bulímicas asociadas. Tratamiento antiandrógeno 8 J. Mª. Salmerón*, M. E. Ruiz**, P. Salorio***, D. Barcia**** Unidad Docente de Psiquiatría. Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Hospital General Universitario de Murcia CASO CLÍNICO G. S. es un varón de 26 años, soltero, tiene un hijo pequeño que vive con la familia de la madre con la que mantiene una relación distante. Estudiante de 4ª de empresariales. Vive actualmente en casa de sus padres en Cartagena, en una familia de nivel medio; es el mayor de dos hermanos. Antecedentes personales sin interés; Antecedentes familiares: el paciente comenta que su abuelo padeció un trastorno nervioso parecido al suyo. El paciente presenta una historia de TOC desde los 10 años, siéndolo diagnosticado hace 2 años, cuando consultó por 1ª vez a un psiquiatra. No ha requerido nunca ingreso hospitalario. El curso de la enfermedad ha sido continuo con fluctuaciones, no encontrando una causa desencadenante específica del primer episodio. Ha recibido una educación normal, para nada rígida. El paciente ha padecido diversos episodios depresivos, con características de endogeneidad, en los que la clínica obsesiva mejoraba. Desde los 10-12 años el paciente presenta una historia amplia de obsesiones y compulsiones, que reconoce como excesivas e irracionales, que interfieren en la vida diaria del individuo, en sus estudios y en sus relaciones de pareja y con los amigos. COMENTARIO DEL CASO CLÍNICO Este caso clínico, presenta interés por un doble motivo. En primer lugar debido a la presencia de conductas bulímicas en un paciente diagnosticado de Trastorno obsesivocompulsivo, y en segundo lugar por la mejoría tan rápida que experimentó el paciente al recibir tratamiento con terapia antiandrogénica. Respecto al primer aspecto, desde el punto de vista fenomenológico, hay autores que relacionan ambas entidades clínicas. Así, Rothenberg (1, 2) sugiere que los trastornos de la alimentación son el TOC moderno de las mujeres occidentales. Además de las observaciones clínicas, se ha objetivado mediante cuestionarios validados la presencia de sintomatología bulímica en el TOC: Pigott y cols. (3) valoraron las actitudes y conductas alimentarias de pacientes con TOC mediante el "Eating disorder Inventory" (EDI) y las compararon con las obtenidas en pacientes con bulimia nerviosa (además con anoréxicas) y un grupo control. Los resultados mostraban que los pacientes con TOC puntuaban en el EDI significativamente más que los controles, incluidos los varones, en contraste con la conocida mayor puntuación y prevalencia de trastornos alimentarlos en las mujeres. ENSEÑANZAS OBTENIDAS: El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad que manifiesta obsesión y compulsión la cual afecta en lo social, el trastorno puede iniciar en la infancia o a partir de los 25 años con características obsesivas como pensamientos, impulsos persistentes que se experimentan en algún momento y que causan ansiedad o características 9 compulsivas como el lavado de manos repetidamente, orden excesivos de objetos o actos como rezar, contar o repetir palabras en silencio la cual la persona lo realiza obsesionadamente o reglas que sigue estrictamente, y que al realizar todas esas cosas reducen ese malestar que sienten. En su tratamiento para el trastorno obsesivo compulsivo, la terapia conductual es efectiva en un 60% a 70% de los pacientes con TOC. Esta terapia cognitiva aplicada intensamente, de 3 a 6 veces por semana, rinde un mejor resultado. El tratamiento consiste en sesiones de 90 minutos, la cual los pacientes son expuestos a sus miedos y después se evita que desarrollen sus compulsiones. En promedio, los pacientes asisten entre 4 a 8 semanas de tratamiento intensivo, con la consecuente reducción del 60% al 75% de los síntomas, y después disminuyen paulatinamente a 1 vez por semana durante 6 meses a 1 año para continuar con tratamiento de sostén. CONCLUSIONES: El trastorno obsesivo compulsivo es una enfermedad que contiene factores genéticos. Es un trastorno de ansiedad que contiene obsesiones y compulsiones por el paciente y que el mejor tratamiento que puede recibir es la terapia conductual la cual es muy efectiva en un 60 y 70% y que se aplica de 3 a 6 veces por semana reduciendo sus compulsiones y miedos. BIBLIOGRAFÍA: 1. Tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo - J.A. Yaryura-Tobias Médico Psiquiatra, Investigador Clínico. Profesor de Psiquiatría de la Universidad de New York. F. Neziroglu Doctora en Psicología, Investigadora Clínica. Profesora de Psicología de la Universidad de Hofstra. 10 2. Abordaje cognitivo conductual de un caso de trastorno obsesivo compulsivo en Mónica Arcas Psicóloga clínica UBA Hospital Municipal Bernardo Houssay Neuropsiquiátrica, vol. 16, Nº 2, marzo de 2010 3. TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO Arturo Bados López 2 de diciembre de 2005 4. Paciente con trastorno obsesivo-compulsivo y conductas bulímicas asociadas. Tratamiento antiandrógeno. J. M. Salmerón, M. E. Ruiz, P. Salorio, D. Barcia Unidad Docente de Psiquiatría. Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Hospital General Universitario de Murcia 5. Guía para la Intervención Psicológica en el Trastorno ObsesivoCompulsivo Facultad de Psicología UAM María Márquez-González, Rosa Romero-Moreno, Tatiana Fernández Marcos y Marta Ortega Otero 6. TRATAMIENTO DEL TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO DESDE LAS NUEVAS PERSPECTIVAS COGNITIVAS. ESTUDIO DE UN CASO L. Leal Carcedo y A. Cano Vindel 2008 Intec Psicología. Centro de Intervenciones con Evidencia Científica Universidad Complutense de Madrid 7. http://www.psygnos.net/biblioteca//DSM/Dsmtoc.htm 11