NOS TOMÒ POR SORPRESA… reflexión sobre el hacer educativo. En nuestra vida acontecen diversas situaciones que muchas veces nos toman por sorpresa, sin avisarnos, simplemente llegan y se quedan, pero también llegan, consejos, sugerencias o recomendaciones sobre qué o cómo hacerle para solucionar tal o cual problema que nos afecta. A mediados de Marzo de este año nos llegaban noticias alarmantes sobre una nueva enfermedad altamente contagiosa y desconocida: el Coronavirus que por su rápida propagación, hizo sentir sus estragos sociales, económicos y emocionales casi de manera inmediata en donde se originó. Su diseminación a nivel mundial fue vertiginosa y a muchos países, en cuestión de días, les hizo perder lo que construyeron en años. En México, como medida preventiva, se dispuso la suspensión de actividades masivas y se recurrió al llamado aislamiento social: quedarse en casa. La vida se paralizo fábricas, comercios, centros comerciales y escuelas, principalmente cerraban sus puertas hasta nuevo aviso, era el principio de una pandemia social. Me enfocaré en el cierre de las escuelas y su impacto en la continuidad de la educación, lo digo de esta forma, porque precisamente a todos los docentes se nos nubló el panorama porque ¡había que seguir trabajando a distancia con nuestros alumnos!... interrogantes fueron y vinieron y soluciones igual; lo cierto es que nuestro sistema educativo nacional fue tomado por sorpresa que lo obligó a interrumpir el trabajo presencial acostumbrado en las aulas para tornarse virtual desde los hogares de maestros y alumnos. Nuestro sistema educativo nacional, por lo menos en la educación básica publica (con excepción de la telesecundaria), no está diseñado para tener una modalidad alterna a la presencial. En este sentido, la educación privada, dependiendo de sus recursos si la oferta, no me atrevería a generalizar, pero si hay un buen numero que si la ofrecen. La reflexión anterior tiene que ver con un aspecto de la gestión escolar de suma importancia para el momento socio educativo que vivimos: la gestión del aprendizaje. En este sentido, creo que igual forma tomó a la SEP federal la sorpresa de esta contingencia, que hizo cuestionar el sistema y que no ha logrado dimensionar adecuadamente lo emergente de la emergencia, y mucho menos observar lo que la reculturización escolar necesita. Es cierto que se diseñó una estrategia de emergencia para atender lo inmediato: el cierre de un ciclo y la prospectiva del otro y sus condiciones; es por esto, que el sistema educativo nacional ha sido cuestionado sobre la efectividad de esta medida llamada de diferentes formas, pero que plantea entre líneas, revisar las formas de trabajo y los resultados. Subyace entonces, el repensar las acciones docentes, dejar de ser meros operativos o ejecutores de planes y programas y más hacedores de ese cambio, de esa mejora y de esa innovación tan puesta en el discurso, pero tan sujeta o controlada en la realidad. Con el sismo de 2017, también hubo interrupción en la continuidad del trabajo escolar, regionalmente nos vimos afectados; por ese tiempo un conocido me preguntó si en mi escuela habían considerado el continuar las clases a distancia, en ese momento no tuve respuesta, lo único que atiné a decir fue que estábamos en espera de las “disposiciones oficiales”. Había mucho de razón en su cuestionamiento y tres años después es una realidad que me llevó a pensar lo siguiente: si la vida y la muerte no se detienen, la educación tampoco. MMR Julio 2020.