Candido El Asador De Conejos Cándido, el asador de conejos Enredo de Humberto Orsini Inspirado en El Rompimiento de Rafael Guinand Escrito en 1985 Personajes: Doña Eleuteria Amparito Doña Jacinta Carmencita Doña Josefina Julieta Ofelia Ignacio Cándido Anastasio Sala de una casa caraqueña de los años 30. Sillas, adornos de sala. Entra doña Eleuteria con unos adornos y los acomoda. Llama. Eleuteria: ¡Amparo! ¡Amparito! Date prisa. Amparo: (Desde adentro) Ya voy mamá, ya voy. Eleuteria: Pronto van a llegar los invitados y no estás lista. Amparo: (Apareciendo. Se muestra) ¿Qué te parece? ¿Te gusta? Eleuteria: Estás bellísima. Como tu madre a los 18 años. Cuánta nostalgia me da verte cumplir esa edad. Recuerdo aquel cumpleaños, los jóvenes me rodeaban, me abrumaban a piropos. Pero nada en serio. Mis padres eran recalcitrantes, celosos como ningunos. No me dejaban salir sola a la calle y si me veían hablando sola con un muchacho me formaban una sampablera. Amparo: Los tiempos han cambiado, mamá. Eleuteria: Claro, hija. Es por eso que te permitimos tener novio a tu edad. Amparo: Es que Cándido es tan bueno, mamá. Eleuteria: Y le hace honor a su nombre. Ahora es difícil encontrar hombres cándidos, por lo menos éste parece. Amparo: Y lo es, mamá. Eleuteria: Que la virgen te lo cuide y te lo guarde. Amparo: Ya debe estar por llegar. Eleuteria: Sí, hay que apurarse, pues los invitados llegan de un momento aotro. Amparo: Estoy nerviosa. ¡Claro! Los 18 se cumplen una sola vez. Menos mal que tenemos bebidas y comida suficiente. Eleuteria: Menos mal. Ya Sinforosa preparó todo. El dulce de lechoza y los higos pasados quedaron como para chuparse los dedos. Y bebida no hay mucha, pero alcanza. La leche de burra me quedó chipen chipen. Amparo: ¿Y papá cuándo vendrá? Eleuteria: Ya debe haber salido del almacén. Estará por llegar. Amparo: ¡¡Y Cándido no llega!! Eleuteria: Calma, hija, no seas impaciente. No se te va a escapar. El otro día Anastasio me decía: “ese yerno nuestro me parece demasiado bueno, ¿no será que nos está haciendo teatro? Amparo: ¡Mamá! ¡Cómo se le ocurre eso a papá! Eleuteria: Eso le dije yo a Anastasio. ¡Cómo se te ocurre eso! (Tocan a la puerta) Amparo: Son los invitados. Eleuteria: ¿Quién será? (Van y abren. Entran doña Jacinta y Carmencita) ¡Jacinta! ¡Carmencita! Qué bueno que llegan. Amparo: Me alegra verlas. Jacinta: ¿Cómo que somos los primeros chicharrones? Eleuteria: Sí, mijita, son las primeras en llegar. Carmencita: Felicidades, Amparo. Aquí tienes un regalito. Perdona lo poco. Amparo: ¡Ay! Para qué se molestaron. Eleuteria: Carmencita, estás muy bonita. Carmencita: Favor que me hace, doña Eleuteria. Jacinta: Y tu Amparo, también estás muy bonita. A lo mejor consigues novio en tu cumpleaños. Eleuteria: Pero si ya tiene, Jacinta ¿No lo sabías? Jacinta: Primeranoticia. Pues te felicito, Amparito. Amparo: Gracias doña Jacinta. Eleuteria: Es un joven muy guapo y decente. Carmencita: Cómo me alegra que tengas novio, Amparito. Yo también me conseguí uno. Eleuteria: ¡Ajá! Y lo tenías calladito. Jacinta: Es que es nuevecito. Amparo: Te felicito Carmencita. Carmencita: Gracias. Estamos a mano. (Tocan la puerta) Eleuteria: Llegan más invitados. A ver quién es. (Van a la puerta. Entran doña Josefina y Julieta) (Se saludan todos entrecruzados) Bueno, siéntense. (Se sientan todas) Jacinta: Estábamos hablando de novios. ¿Saben que Carmencita y Amparo ya tienen novio? Josefina: ¿Cómo va a ser? Julieta: Felicitaciones. Josefina: Mijita, las cosas están mejorando, Julieta también consiguió novio. Un novio que es una maravilla. Buenmozo, decente. Amparo: Ajá, no me habías dicho nada. Julieta: Es que como casi nunca nos vemos. Carmencita: Felicitaciones Julieta. No sabes cómo me alegra. Eleuteria: La verdad es que esta ciudad ya se está poniendo imposible. La ciudad crece tanto que ya los tranvías no alcanzan a cubrirlo todo. Jacinta: Sí, mijita. Yo no sé a dónde vamos a parar. Por eso es que uno ya ni se ve. Julieta: ¿Y tu novio viene para la fiesta? Amparo: Sí, niña, lo estoy esperando. Carmencita: Entonces lo vamos a conocer. ¡Qué emoción! Julieta: Que suerte que lo vamos a conocer. Eleuteria: Estamos contentísimos con él. Es un jovencándido y hermoso. Amparo: ¡Mamá! Eleuteria: ¡Al pan, pan! Josefina: Ahora no se consiguen hombres buenos. Así que cuando aparece uno hay que asegurarlo bien. La mayoría son unos maulas, embusteros y hasta sinvergüenzas. Jacinta: Pero ya ven, entre tantos mentirosos han aparecido tres jóvenes buenos al mismo tiempo. ¿No es para celebrarlo? Eleuteria: Verdaderamente, mijita. Eso hay que celebrarlo. A propósito, Amparito, pon música. Carmencita: Muy buena idea. Amparo: (A Carmencita y a Julieta) Vamos a poner música (Salen) Josefina: ¡Cómo descansa uno tranquilo cuando esas muchachas consiguen un buen partido! Jacinta: Es verdad. Esa cuidadera y esa vigiladera agotan. Eleuteria: Así es, mijitas. Podemos darnos con una piedra en los dientes. (Suena música alborotadas) de pianola. Entran las muchachas Amparo: Bueno, mientras llegan los demás invitados podemos ir bailando. Baila conmigo, Carmencita. Carmencita: Bueno. (Salen a bailar. Julieta baila sola y luego va a sacar a doña Jacinta) Julieta: Vamos a bailar, doña Jacinta. Eleuteria: ¡Niña! No seas falta de respeto. Jacinta: ¡Déjala! Me encanta bailar, y ya que no me sacan los hombres… (Bailan) (Eleuteria y Josefina critican el baile) Eleuteria: Envidio la gente como Jacinta. No se le agua el ojo con nada. Josefina: Yo era así, pero los sufrimientos lo ponen a uno aguado. (Termina la música. Aplauden) Jacinta: ¡Ay!¡Tenía tiempo que no bailaba! Eleuteria: ¿Por qué no pasamos al patio? Allá es más fresco. Amparo: Además, allá están las bebidas y los dulces. (Todos asienten y salen. La sala queda vacía. Se oyen las voces afuera) (Entra Cándido a la sala, observa y se prepara para dar una sorpresa. Siente que viene alguien y se prepara. Aparece Carmencita, ambos se sorprenden al verse) Cándido: ¡Carmencita! Carmencita: ¡Cándido! ¿Qué haces aquí? Cándido: (Turbado) Bueno, yo… Carmencita: ¡Así que conoces esta familia! Cándido: Sí, bueno, claro… Carmencita: ¿Y conoces también a Amparito? Cándido: Sí, sí, claro que la conozco. Carmencita: Pero, ¿por qué no me dijiste que venías para esta fiesta? Cándido: Bueno, es que no estaba seguro de que iba a venir… y… bueno… ¿y tú por qué no me dijiste que venías? Carmencita: Pensé que no conocías a esta familia. Ven, vamos adentro, al patio. Allí está mi mamá y los demás. Cándido: ¡No! ¡Mejor no! Carmencita: Pero, ¿Por qué? Cándido: ¡Es que voy a tener que regresar a la casa! Carmencita: ¿Por qué? Cándido: Dejé la cocina prendida. Carmencita: Bueno, alguien la apaga. Ven, vamos a entrar. Cándido: Mejor nos sentamos aquí. O mejor, ve a buscarme un vaso con algo de beber. Tengo una sed terrible. ¡Ve rápido! Carmencita: Pero ven y te lo bebes en el patio. Cándido: Es que quiero estar solo contigo aquí… ¿entiendes? Carmencita: Entiendo. Eres un pícaro. (Sale.Cándido se levanta. Otea y trata de escapar pero se topa con Julieta que viene buscando a Carmencita) Julieta: ¡Cándido! ¿Tú aquí? Cándido: ¡No! ¡Yo no soy! Julieta: ¿Cómo? Cándido: Sí. Sí soy. Julieta: ¿Y tú conoces está familia? Cándido: Sí… sí. Claro… Julieta: ¿Y conoces a Amparo? Cándido: ¿A Amparo? Sí… sí… Julieta: Ven vamos para que la saludes. Cándido: ¡No! ¡No puedo! Julieta: Pero, mi amor, ¿qué te pasa? Cándido: No, no me pasa nada. Julieta: Pero es que estás como… como… no sé… Cándido: ¡Es que me duele el estómago! Julieta: ¡Vamos para que tomes un calmante! Cándido: ¡No! Julieta: Pero, ¿por qué no? Cándido: Porque lo tengo prohibido. ¡Ah! ¿Sabes lo que me lo quita? Un vaso de guarapita. Búscame uno. Julieta: Pero, vamos adentro para que te lo bebas. Cándido: Es que prefiero estar aquí a solas contigo. Así aprovechamos. Julieta: Ajá pícaro. Tienes razón. Ya regreso. (Sale. Cándido se levanta y trata de salir escondido pero se topa con Amparo) Amparo: ¡Mi amor! ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste? Cándido: Vengo entrando. Amparo: ¿Y dónde están? Cándido: ¿Quiénes? Amparo: Los novios de Carmencita y de Julieta. Ellas están preparando la bebida y me dijeron que ellos están estaban aquí. Cándido: ¡Ah! ¡Ya! Acaban de salir. Amparo: ¿Se fueron? Cándido: Sí, dijeron que pronto volvían. Amparo: ¿Y tú los conoces? Cándido: ¡Claro! Digo, no, no los conozco. Amparo: Pero ¿qué tepasa? Estás nervioso. No tienes por qué estarlo. Mi papá te quiere y mi madre te adora. Cándido: Sí… sí, lo sé. Pero… Amparo: Pero ¿qué? ¿Se te perdió algo? Cándido: Sí, se me perdieron las llaves. Amparo: ¿Cuáles llaves? Cándido: Las de la casa. Voy a buscarlas (Va a salir pero Amparo lo detiene) Amparo: Pero olvida esas llaves ahora. Cándido: ¡No puedo! (Gritando) Amparo: No me grites (Llora) Nunca me habías gritado. Si eso es antes de casarnos, ¡¡cómo será después!! Cándido: ¡Perdona! Fue sin querer. Amparo: Entonces, ¿te quedas? Cándido: Bueno, está bien. Me quedo. ¡Ah! Pero tengo una sed terrible. Búscame algo de beber. Amparo: Pero pasa al patio. Allí estaremos mejor. Cándido: No, mi vida. Aquí estamos mejor. Aquí estamos solos. Amparo: (Va a salir) Está bien. (En ese momento entran por lados extremos Carmencita y Julieta) Carmencita: Aquí está, mi amor (Entra Eleuteria) Julieta: ¿Cómo que mi amor? Este es mi novio. Amparo: ¿Cómo? Eleuteria: ¿Qué es lo que pasa aquí? (Entran Jacinta y Josefina) Cándido: (Aparte) ¡Ay! ¡Dios mío! Se hundió Paraguaná. Josefina: ¡Cándido! Qué bueno que has venido. Jacinta: Lo que menos me imaginaba era encontrarte aquí. Amparo: Cándido, explícate. Julieta: Éste es mi novio. Carmencita: De ninguna manera, este es mi novio. Amparo: Pero si está comprometido conmigo. Eleuteria: ¡Cándido! ¡Explíquese! Jacinta: Sí. Nos debe unaexplicación. Josefina: No lo juzgaré hasta que oiga una explicación suya. Eleuteria: ¡Hable, Cándido! Cándido: Bueno, yo… yo, es decir. Bueno, ustedes comprenderán. Amparo: ¡No comprendemos nada! Hable claro. Cándido: Eso hago. Bueno… Carmencita: Bueno ¿qué? Cándido: ¡No me presionen caray! ¡Déjenme buscar las palabras adecuadas! Josefina: Dígalo con las palabras que quiera, pero dígalas. Cándido: Sí. Justamente a eso iba. Bueno, la cosa es que yo… que yo… Eleuteria: ¿Que yo, qué? Cándido: ¡Que yo nunca me imaginé que todas se conocían! Amparo: ¡Ay, Dios mío! Me va a dar algo. Carmencita: ¡Qué descaro! Julieta: Es el colmo. Eleuteria: Razón tenía mi marido. ¡Éste no es ningún cándido, sino un sinvergüenza! Cándido: Señora, me está ofendiendo. ¡A un caballero no se le ofende de esa manera! Josefina: ¡Ah! ¡Es el colmo del descaro! Jacinta: ¡Señor! Las ofendidas somos nosotras. Amparo: ¡Todavía no te has explicado! Cándido: ¡Pero es que no me dejan! Julieta: Te escuchamos. Cándido: Bueno. Yo no he engañado a nadie. A nadie le he sido infiel. Yo las quiero a todas. Eleuteria: Y quiere casarse con todas, ¿no es así? Cándido: ¡Eso sería lo ideal! Jacinta: Yo no puedo más. ¡Esto no es un hombre! Cándido: ¡No soy un hombre y tengo tres novias! Eleuteria: ¡Ah! Si llegara Anastasio. Si llegara Anastasio para que le cobre este ultraje a este desalmado. Cándido: ¡Yo soy un hombre honesto! Soy rectocomo un Paraguatán. ¡Nunca le he mentido a nadie! Amparo: ¡Que no has mentido! Es el colmo. Cándido: ¡Ninguna de ustedes me preguntó si tenía novia! Jacinta: Ya que usted es tan recto, como dice, ¡renuncie a dos de ellas y quédese con una! Amparo: ¡A mí que no me elija! ¡No quiero volver a verlo! Carmencita: Yo tampoco lo quiero. ¡Prefiero quedarme para vestir santos! Julieta: ¡Igualmente yo! ¡Por mí que se pudra! Cándido: ¡Pero mi amor! Julieta, Amparo y Carmencita: (A trío) ¡Yo no soy tu amor! Cándido: ¡Eso es lo malo! ¡La incomprensión tiene al mundo perdido! Josefina: ¡Lo que tiene este mundo perdido son canallas como usted! Carmencita: ¡Marrano! Julieta: ¡Degenerado! Tan cándido que parecía. Y hasta me escribía poemas: “Tus ojos, dulce Julieta, son la luz que iluminan mi amor” Amparo: Pero si es el mismo poema que me escribió a mí. Carmencita: Y a mí también. ¡No tiene imaginación ni siquiera para escribirle un poema distinto a cada una! Cándido: ¡Señoras! ¡Ya basta! ¡Me marcho! ¡He venido a una fiesta y ustedes se han empeñado en ofenderme! Amparo: ¡Vete! ¡No vuelvas a pisar estas puertas! Cándido: ¡¡Me voy!! (Trata de salir y se topa con Anastasio) Anastasio: (Emocionadísimo) ¡Mi querido yerno! ¡Mi querido Cándido! Con su presencia se completa la felicidad de esta casa, hoy, en el cumpleaños de mi hija. Eleuteria: Anastasio, ¡cállate y óyeme! Anastasio: Hoy ¡nada dereclamos! ¡Nada de disgustos! Todo tiene que ser alegría. Mira, mi bella hija, lo que te he traído en tu día (La va a abrazar) Pero ¿qué pasa? ¿por qué esas caras? Amparo: Papá, ¡este hombre! Anastasio: ¡Este hombre es un tesoro! Eleuteria: ¡Qué tesoro ni qué ocho cuartos! Anastasio: ¡Algún malentendido! Eleuteria: ¡Escúchame! ¡Este hombre es un canalla! Anastasio: Eleuteria, ¡te conozco! ¡Algún desliz del muchacho y ya tú lo conviertes en tragedia! Eleuteria: ¡Ningún desliz! Anastasio: Bueno, lo que sea lo arreglamos otro día. Hoy hay que divertirse. No irás a empañar el cristal de este día festivo… Eleuteria: ¡Cállate! Cándido, el asador de dos conejos / 10 Anastasio: ¡No me grites! Amparo: (Que ya no puede más) ¡Papá este hombre me ha engañado! Anastasio: ¿Engañado? ¿con quién? Julieta y Carmencita: (Al mismo tiempo) ¡¡¡Conmigo!!! Anastasio: ¿Cómo es la vaina? Julieta: Sí, don Anastasio, era mi novio. Carmencita: ¡Y el mío! Anastasio: ¡¡¡¡Con que asando tres conejos a la vez!!!! Jacinta: ¡Es un cretino! Josefina: Se ha burlado de todos nosotros. ¡Merece que le den una paliza! Anastasio: ¡Cándido! ¿Qué tiene que decir? Cándido: ¡Lo que tengo que decir es que no es para tanto! Anastasio: ¡No es para tanto! ¡¡¡¡Eso es lo único que se le ocurre!!!! Cándido: Señor, cuando usted llegó, yo ya me iba. Anastasio: ¿Qué se va? ¡Pues no señor! ¡Esta me la paga usted, y ahora mismo! (Tocan la puerta. Eleuteria abre. EntranIgnacio y Ofelia) Ofelia: ¡Felicidades! ¡Felicidades! Ignacio: ¿Dónde está esa cumpleañera? Ofelia: ¡Cándido! ¡Estás aquí! ¡¡Qué sorpresa!! Cándido: ¿Qué? ¡Yo a usted no la conozco! Ofelia: ¿Qué no me conoces? Ignacio: Ofelia ¿quién es este hombre? Ofelia: Ay, mi amor. ¡Este es el hombre de quien te hablé! Cándido: ¡Ay, mamá! ¡Se terminó de hundir Paraguaná! Anastasio: ¿Qué es lo que ocurre aquí? ¡Ofelia, explícate! Ignacio: Ya conozco la historia. ¡Este hombre es un canalla! ¡Engañó a Ofelia! Anastasio: ¿Nada más a Ofelia? Ofelia: Pero lo quiero. ¡¡¡A pesar de todo lo quiero!!! Ignacio: Ofelia, ¡¡ven aquí!! Ofelia: No, a menos que él me lo pida. Amparo: Ofelia, escúchame, ¡nos ha engañado a todas! Cándido, el asador de dos conejos / 11 Ofelia: ¿Qué? Amparo: Este sinvergüenza era mi novio. Julieta: Y el mío. Carmencita: Y el mío. Anastasio: ¡¡Y todas al mismo tiempo!! Ofelia: ¡¡No puede ser!! Josefina: Pues, ¡así es! Ofelia: ¡Mejor! ¡¡¡Eso lo hace más interesante!!! ¡¡¡¡Un hombre que puede tener cuatro novias!!!! Eleuteria: ¡Esto es el colmo! Ofelia: Vamos, mi amor. Al fin te vuelvo a encontrar. Cándido: Nada de eso, ¡monada! Yo de aquí salgo solo y me meto a cura. Anastasio: A la cura del hospital es que vas a ir desgraciado (Busca un palo) Ofelia: ¡No le diga desgraciado! Cándido: ¡A mí no me defiendas! ¡¡Todavía me queda un poco de honor!! ¡En guardia! (Se cuadra para pelear) (Cuando ve a Anastasio con unpalo, dice:) ¡Ah, no! ¡Con palos no! El duelo es con armas iguales (Se cuadra) (Alarma general) Eleuteria: ¡No, Anastasio, no pelees! Jacinta: Ay, ¡Dios mío! ¡Se van a matar! Amparo: ¡Papá, no! Carmencita: ¡Vamos a desapartarlos! Julieta: ¡Agárralos! Ignacio: Vengaré mi honor. Me pongo de su lado, Anastasio. Cándido: ¡Dos contra uno es inmoral! Julieta: ¡Ah! ¡No lo soporto más! Ofelia: ¡Cándido! ¡Cándido! ¡No te vayan a romper la nariz, mi amor! Cándido: ¡Vete al diablo! ¡Yo no soy amor tuyo! Ofelia: ¡Ingrato! (Los hombres forcejean) Cándido, el asador de dos conejos / 12 Eleuteria: ¡Ay, lo va a matar! ¡Es más fuerte! ¡Cuidado Anastasio! (Se meten todas y le caen a golpes a Cándido) Cándido: ¡Ay! ¡Mis costillas! ¡Auxilio! Anastasio: ¡Pida perdón, caray! Cándido: ¡Ay! Perdón. (Lo dejan tirado en el suelo) Ignacio: Y ahora, ¿qué hacemos con él? Anastasio: ¡Que se vaya y no vuelva más por aquí! Ignacio: Ofelia, ¿ves qué clase de canalla tenías? Ofelia: ¡Es verdad! ¡Es un canalla! ¡Que se vaya! Anastasia: ¡Vayase! ¡Indeseable! Cándido: (Se levanta y se va a marchar. Al público) Mejor me voy antes de que lleguen las otras. ¡Salí ileso de ésta, así que me voy a otro pueblo! (Sale) Anastasio: Bueno, y ahora a divertirnos. ¡Que suene la música! (Ponen música y bailan) TELÓN * Esta obra forma parte del libro “Sainetes de hoy con temas y estilos de ayer” de Humberto Orsini Cándido, el asador de dos conejos / 13