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Terapéutica
en APS
¿Cuáles son los ejercicios indicados
en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
Ricardo Ortega Sánchez-Pinilla
Centro de Salud de Santa Bárbara. Gerencia de Atención Primaria de Toledo. Toledo. España.
Correo electrónico: ricardoo@sescam.jccm.es
Puntos para una lectura rápida
● Aunque es posible que en la lumbalgia mecánica
se requiera fisioterapia, manipulación y/o medicación,
el elemento central es el ejercicio.
● En el movimiento de todo el organismo actúan todos
los músculos, bien de forma estática o bien dinámica.
● La práctica de cualquier tipo de ejercicio aeróbico puede
● El movimiento de inclinación hacia delante forma parte
de la gran mayoría de las acciones que se realizan
a lo largo del día.
servir para mantener una buena salud de la región lumbar
en personas con posturas ortostáticas normales.
● El método pilates es útil en la lumbalgia crónica, pero en la
● En el movimiento de recuperación de la postura erecta
tras la inclinación hacia delante, la región lumbar funciona
como una palanca de 3.er grado.
misma medida que cualquier otro programa que se articule
con ejercicios de la región lumbar.
● A partir de las dos primeras semanas del comienzo de la
● La lumbalgia inespecífica se produce en estas dos
situaciones que ocupan toda la vida: el mantenimiento
de la postura y el movimiento.
● El ejercicio es útil en la lumbalgia crónica para reducir
el dolor, aumentar la funcionalidad y acelerar la vuelta
a las actividades normales diarias y al trabajo.
lumbalgia, se puede iniciar un programa de ejercicios
terapéuticos que trabajen la flexión, extensión, flexión
lateral y rotación de la región lumbar.
● En la hernia de disco se pueden hacer ejercicios
isométricos de la musculatura abdominal porque no
producen flexión de la región lumbar.
Palabras clave: Lumbalgia crónica • Ejercicio aeróbico • Ejercicios terapéuticos • Pilates • Yoga • Taichí.
Introducción
La lumbalgia crónica inespecífica o mecánica consiste en el
dolor procedente de la irritación mecánica de los receptores
de la sensibilidad dolorosa localizados en tercio externo del
disco intervertebral, cápsula de articulaciones interapofisarias, ligamentos longitudinales anterior y posterior y estructuras musculoligamentosas de refuerzo de la columna lumbosacra. El dolor refleja la alteración de alguna de esas
estructuras y produce una limitación de la movilidad que en
cierta forma protege a las estructuras dañadas de que con el
movimiento sufran más daño o se perturbe su proceso de reparación.
Por tanto, el problema sanitario de las lumbalgias mecánicas no es tanto el tratamiento de estas, aunque sea importante por su magnitud, sino la prevención de episodios futuros y
la recuperación de la funcionalidad de la espalda tras un epi34
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sodio de lumbalgia. Aunque es posible que se requiera fisioterapia, manipulación y/o medicación, el elemento central es
el ejercicio1.
Estructuras anatómicas
La mitad inferior del tronco o abdomen se puede considerar
como una caja, que podríamos denominar “caja abdominal”
(como similitud con la “caja torácica”), con una pared posterior, otra pared anterior, dos paredes laterales, un techo y un
suelo2 (fig. 1).
La pared posterior o región lumbar está formada por (fig.
2): elementos óseos que comprenden las vértebras lumbares,
el sacro y el coxis; elementos articulares que comprenden las
articulaciones de los cuerpos vertebrales y las interapofisarias, con sus cartílagos articulares, discos intervertebrales,
cápsulas articulares y ligamentos (ligamento vertebral co-
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Techo
Pared
posterior
Pared
anterior
Pared
lateral
Suelo
Figura 1. Elementos de la “caja abdominal”. Visión lateral.
Ligamento
vertebral
común
posterior
mún anterior y ligamento vertebral común posterior que
unen los cuerpos vertebrales, ligamentos más pequeños
que unen las superficies adyacentes de los cuerpos y discos
intervertebrales y ligamento amarillo); elementos musculares, que comprenden los músculos dorsales largos (iliocostal, dorsal largo y espinoso), dorsales de longitud intermedia
(semiespinosos y multífidos) y dorsales cortos (intertransversos, interespinosos y rotadores); y otros elementos como
la fascia toracolumbar que sirve como parte de un “aro” alrededor del tronco que proporciona una conexión entre la
extremidad inferior y la extremidad superior3. Con la contracción del contenido muscular, la fascia toracolumbar también funciona como un propioceptor, proporcionando información sobre la posición del tronco.
La pared anterior está formada por elementos musculares,
que comprenden los músculos abdominales (rectos del abdomen, oblicuos mayores y menores, y transversos), y la aponeurosis de la línea media (fig. 3).
Las dos paredes laterales están formadas por el músculo
cuadrado de los lomos de cada lado (fig. 4).
Vértebra
Ligamento
amarillo
Disco
Ligamento
vertebral
común
anterior
Articulación
intervertebral
Espinoso
Articulación
interapofisaria
Dorsal largo
Semiespinoso
Iliocostal
Multífido
Sacro
Coxis
Intertransverso
Rotador
Interespinoso
Figura 2. Elementos de la pared posterior. Visión posterior.
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Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
Recto
abdominal
Oblicuo
mayor
Cuadrado
lumbar
Transverso
Oblicuo
menor
Aponeurosis
de la línea
media
Figura 4. Elementos de la pared lateral. Visión anterior.
Figura 3. Pared anterior. Visión anterior. Dirección de las fibras
musculares.
El techo está formado por el músculo diafragma (fig. 5).
Y el suelo está formado por las estructuras del suelo pélvico
(fig. 6), a las que habría que añadir los músculos del muslo
con influencia en la región lumbar que comprenden los
flexores de la cadera (psoas-ilíaco, recto femoral, sartorio y
aductores de cada lado), extensores de la cadera (glúteo mayor, bíceps femoral, semimembranoso, semitendinoso y fibras del aductor mayor, que se originan en el isquion, de cada lado) y abductores de la cadera (glúteos medio y menor,
sartorio y tensor de la fascia lata de cada lado).
Diafragma
Figura 5. Techo. Visión anterior.
Biomecánica de la región lumbar
Los movimientos de esta región se producen en las articulaciones de la columna lumbar y corresponden a flexión, extensión, flexión lateral y rotación.
La flexión (fig. 7) está producida por la contracción concéntrica (acortamiento) de los músculos rectos y oblicuos de
la pared anterior y del psoas-ilíaco de ambos lados, tanto
cuando se flexiona la parte superior del cuerpo tomando
punto fijo en las caderas, como cuando se flexiona la parte
inferior tomando punto fijo en la región torácica o los hombros. Al mismo tiempo se produce la contracción excéntrica
(alargamiento) de los músculos dorsales de ambos lados, en
la flexión de la parte superior del cuerpo, y del músculo dorsal ancho y trapecio de ambos lados, en la flexión de la parte
inferior del cuerpo4,5. La flexión está limitada, además de
por la musculatura que se contrae excéntricamente, por el ligamento amarillo y el ligamento vertebral común posterior4.
La extensión (fig. 8) está producida por la contracción
concéntrica de los músculos dorsales de ambos lados en la
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Músculos
del suelo
pélvico
Figura 6. Suelo. Visión lateral.
extensión de la parte superior del cuerpo, y ayudados por la
contracción concéntrica del músculo dorsal ancho y trapecio
de ambos lados en la extensión de la parte inferior del cuerpo. Al mismo tiempo se produce la contracción excéntrica
de los músculos recto y oblicuo de la pared abdominal y del
músculo psoas-ilíaco de los dos lados, tanto en la extensión
de la parte superior del cuerpo como en la de la parte infe-
Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
Figura 7. Movimientos de flexión del tronco.
Figura 8. Movimientos de extensión del tronco.
rior4,5. La extensión está limitada por el contacto de las apófisis espinosas de las vértebras y la tensión del ligamento
vertebral común anterior4.
La flexión lateral (fig. 9) está producida por la contracción concéntrica de los músculos oblicuo mayor y menor,
recto del abdomen, dorsales, dorsal ancho y cuadrado lumbar de un lado. Al mismo tiempo se produce la contracción
excéntrica de los mismos músculos del otro lado4,5. La flexión lateral está limitada, además de por la musculatura que
se contrae excéntricamente, por las articulaciones interapofisarias4.
La rotación (fig.10) está producida por la contracción concéntrica del oblicuo externo de un lado del abdomen con la
del oblicuo interno del lado opuesto, ayudados por la contracción concéntrica de los músculos dorsales largos y cortos de
un lado. Al mismo tiempo se produce la contracción excéntri-
ca de los mismos músculos del lado opuesto4,5. La rotación
está limitada, además de por la musculatura que se contrae excéntricamente, por las articulaciones interapofisarias4.
Existe otro movimiento que es la combinación de todos
los anteriores que se denomina circunducción del tronco4
(fig. 11).
A estos movimientos de la región abdominal hay que añadir su función, quizás más importante y extensa a lo largo de
la vida, que es el mantenimiento de la postura por el equilibrio de los músculos flexores y extensores en cualquier posición (ortostatismo, sedestación, decúbito o inclinación hacia
delante). Está función la ejercen todos los músculos de la región lumbar mediante su contracción isométrica (sin cambios en la longitud del músculo). Por otra parte, una función
específica de los músculos abdominales es mantener y modular la presión intraabdominal.
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Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
Figura 9. Movimientos de flexión lateral del tronco.
Figura 10. Movimientos de rotación del tronco.
La región lumbar, por tanto, es una pieza clave del organismo para el mantenimiento de la postura y la ejecución del
movimiento de inclinación hacia delante, que forma parte de
la gran mayoría de las acciones que se realizan a lo largo del
día. La secuencia biomecánica de este movimiento se esquematiza en la tabla 16.
En la inclinación hacia delante, el movimiento de flexión
se produce a favor de la gravedad y, por tanto, los músculos
agonistas (abdominales) no tienen apenas trabajo. Sin embargo, los músculos antagonistas (musculatura posterior de
la espalda) y el resto de elementos elásticos se ven sometidos a un estiramiento, a la vez que desarrollan tensión para
frenar la fuerza de la gravedad, realizando así un trabajo excéntrico.
En la recuperación de la postura erecta tras la inclinación
hacia delante, el movimiento de extensión se produce en contra de la gravedad y siguiendo el modelo de una palanca de
3.er grado, en la que la potencia (inserción de los músculos
extensores de la columna) se encuentra entre el punto de apo38
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Figura 11. Movimiento de circunducción del tronco.
yo (eje de la articulación en la que se produce el movimiento)
y la resistencia (peso del objeto a levantar y/o peso de la parte superior del cuerpo). En la región lumbar, el brazo de la resistencia es siempre mayor que el de la potencia (fig. 12) y,
por tanto, según la ley de la palanca (potencia × brazo de potencia = resistencia × brazo de resistencia), la fuerza (potencia) que hay que aplicar para movilizar un peso y/o la parte
superior del cuerpo (resistencia) va a ser siempre mayor que
la fuerza que la gravedad ejerce sobre el peso y/o la parte superior del cuerpo, siendo tanto mayor cuanto más largo sea el
brazo de la resistencia y menor el de la potencia4.
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BR
TABLA 1. Movimiento de inclinación hacia delante
BR
Fases
1
2
3
4
5
Movimiento
La flexión hacia delante de la cabeza y/o la contracción
de los abdominales inicia el movimiento del tronco
hacia delante. Una vez alcanzado ese momento, se
produce una contracción excéntrica de los músculos
extensores del tronco. Los músculos extensores de la
pelvis (glúteos) mantienen una contracción isométrica
o estática
Se produce la flexión lumbar, con una magnitud
diferente en cada nivel vertebral, contribuyendo a
unos 45º de movimiento y continuando hasta que los
ligamentos posteriores se tensan. La carga de
compresión sobre los discos vertebrales aumenta
considerablemente en esta postura de flexión parcial
Hacia el final de esta flexión lumbar (o, con frecuencia,
simultáneamente), la pelvis bascula hacia delante
iniciando la contracción excéntrica de los glúteos que,
junto con los bíceps femoral, semimembranoso y
semitendinoso, restringen este movimiento. La
basculación anterior de la pelvis aumenta el ángulo
lumbosacro y la lordosis se revierte
Para volver a la postura erecta (extensión), el proceso se
invierte, cesando la basculación de la pelvis por la
contracción concéntrica de los glúteos, bíceps
femoral, semimembranoso y semitendinoso hasta
aproximadamente 45º. La carga sobre la columna en
este punto es soportada por la fascia lumbosacra de
la columna y diversos ligamentos. Los músculos
extensores de la columna se contraen
concéntricamente para completar la extensión.
Durante esta última parte, se vuelve a recuperar la
lordosis y el ángulo lumbosacro vuelve a su amplitud
normal
Si se eleva un objeto al volver a la postura erecta, los
extensores de la columna y los abdominales (recto
abdominal y oblicuos) también se contraen durante la
fase de inversión de la basculación pélvica
En el movimiento anterior, el brazo de la potencia es muy
corto y el brazo de la resistencia puede ser muy largo, por lo
que la musculatura y el resto de partes blandas tienen que desarrollar una enorme fuerza, tanta que en muchas ocasiones
los músculos no pueden y se lesionan, o fallan otras estructuras elásticas (fig. 12 A). Por eso, cuanto más se reduzca el brazo de la resistencia, lo que se consigue a base de flexionar las
rodillas y caderas y reducir la flexión de la columna todo lo
que sea posible (como hace un levantador de peso en la halterofilia) (fig. 12 B), menos trabajo tendrán que desarrollar los
músculos extensores de la columna y menos tensión soportarán el resto de estructuras elásticas, reduciendo así la posibilidad de lesión con aparición de lumbalgia4.
Causas de lumbalgia crónica
inespecífica
Cuando las anteriores estructuras anatómicas fallan en su
función biomecánica por falta de resistencia, fuerza y/o flexibilidad se produce su lesión y esta da lugar a la lumbalgia.
P
BP
PA
BP
PA
P
A
R
B
R
Figura 12. Funcionamiento de la extensión lumbar como palanca
de 3.er grado.
BP: brazo de la potencia; BR: brazo de la resistencia. P: potencia; PA:
punto de apoyo; R: resistencia.
La lumbalgia inespecífica o mecánica, que es la más frecuente de las causas de lumbalgia, se puede considerar como
una lesión más de las causadas por la actividad física (o movimientos) de la vida cotidiana, de la actividad laboral o profesional y del tiempo libre (ejercicio físico/deporte, aficiones
y distracciones), y puede ser el resultado de:
• Someter la espalda a un esfuerzo excesivo o irregular.
• Realizar movimientos bruscos mientras el cuerpo se encuentra en una posición inadecuada.
• Déficit de acondicionamiento físico de los músculos de
la espalda, del abdomen y del muslo.
• Erosión y desgarros derivados del levantamiento desequilibrado de pesos.
• Larga permanencia en posición de sedestación e inmovilidad.
• Trabajo en una postura de inclinación del cuerpo hacia
delante defectuosa o prolongada.
Por tanto, la lumbalgia inespecífica se produce en estas
dos situaciones que ocupan toda la vida: el mantenimiento
de la postura (de pie, sentado y tumbado) y el movimiento
(casi siempre en flexión o inclinación hacia delante –donde
la región lumbar es la parte más activa del organismo).
La postura que se mantiene con más frecuencia es la de
sedestación, pero la de más riesgo de lumbalgia es la de ortostatismo o erecta y la de menor riesgo la de decúbito.
Todos los músculos dependen unos de otros para mantener
la postura. Una debilidad relativa de cualquier grupo de músculos da lugar al exceso de acción (sobrecarga) de sus antagonistas, y cualquier músculo se desarrolla más potente y
más corto que sus antagonistas si se utiliza con mayor frecuencia. La postura se altera por cualquiera de estos cambios.
El funcionamiento efectivo de la espalda requiere la coordinación de todos los elementos anatómicos descritos anteriormente. Esta coordinación es específica de la tarea y, para
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Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
TABLA 2. Áreas críticas del funcionamiento lumbar
Flexibilidad de la región lumbar
Flexibilidad de los músculos isquiotibiales
Flexibilidad de los músculos flexores de la cadera
Fuerza de los músculos abdominales y laterales del tronco
(recto abdominal, oblicuos y cuadrado de los lomos)
Fuerza/resistencia de los músculos extensores de la columna
que se produzca de forma normal, debe ser ejecutada de tal
manera que las cargas dentro de la columna sean minimizadas y ecualizadas.
En casos más específicos, el dolor lumbar es el síntoma
que indica una amplia variedad de entidades clínicas distintas, como espondilosis, espondilolistesis, artropatía facetaria, distensión muscular, radiculopatía lumbar y hernia de
disco7. Distinguir clínicamente estas entidades es un gran
desafío, debido a la importante superposición en la sintomatología. Pero también en estos casos se produce una descoordinación de los elementos anatómicos con un mal funcionamiento de la espalda.
El análisis anatómico y de la investigación indica cinco
áreas críticas de función lumbar que se muestran en la tabla 2.
El déficit de cualquiera de ellas, por sí misma y por repercusión en las demás, posibilitado por un estilo de vida sedentario, puede dar lugar a lumbalgia mecánica. Por el contrario,
un estilo de vida activo puede ayudar a mantener la integridad
de esas cinco áreas y evitar así la aparición de lumbalgia. A
esto hay que añadir también el control neuromuscular (elementos neurales) ejercido por la sensibilidad propioceptiva.
Papel del ejercicio en la prevención,
tratamiento y rehabilitación de la
lumbalgia crónica
A la vista de las situaciones que dan lugar a la lumbalgia,
una forma de combatir esas situaciones es trabajando las paredes de la región abdominal con ejercicios que mantengan
o aumenten la amplitud de movimiento de las articulaciones,
proporcionen elasticidad a las partes blandas y doten a los
músculos de más resistencia, fuerza y velocidad en sus contracciones. O devolviendo de esa manera a todas las estructuras la funcionalidad perdida o disminuida.
Y ¿qué evidencia científica hay de la utilización del ejercicio en la lumbalgia crónica?
Ilka Vuori, en un artículo de revisión sobre actividad física y lumbalgia publicado en 20018, llegó a las siguientes
conclusiones:
1. La actividad física prolongada, repetitiva e intensa en el
trabajo o en el deporte puede producir lumbalgia en individuos susceptibles (categoría C), pero el papel de la lesión no
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se conoce. No se ha establecido ninguna relación dosis-respuesta y, debido a la gran variación de la susceptibilidad individual y a los múltiples factores físicos, fisiológicos, psicológicos y sociales involucrados, es probable que solo se puedan
establecer relaciones dosis-respuesta crudas y categóricas.
2. Evidencia sólida (categoría A) indica que la actividad
física puede tener un efecto preventivo en la lumbalgia. No
se han establecido las características de la actividad efectiva.
Sin embargo, vale la pena anotar que la resistencia aeróbica
de la musculatura extensora del tronco se asociaba sistemáticamente con lumbalgia en estudios transversales, y tenía valor predictivo para el primer episodio de lumbalgia en dos
estudios poblacionales, y el entrenamiento de resistencia aeróbica de los músculos del tronco mostraba resultados positivos en dos ensayos clínicos de prevención secundaria de la
lumbalgia.
3. Evidencia sólida (categoría A) muestra que los ejercicios específicos no son efectivos en el tratamiento de la lumbalgia aguda, pero la continuación de las actividades ordinarias y el comienzo de actividades aeróbicas de bajo estrés
durante las primeras 2 semanas está indicado para mejorar la
recuperación y disminuir la incapacidad.
4. El papel de la actividad física en el tratamiento y prevención secundaria de la lumbalgia crónica debería ser examinado desde al menos dos puntos de vista: primero, los síntomas y consecuencias psicológicas; y segundo, los efectos
biológicos del desacondicionamiento prolongado. Alguna
evidencia (categoría B) sugiere que la actividad física, especialmente los ejercicios estructurados, alivian los síntomas
de la lumbalgia crónica y pueden mejorar la función. Estos
efectos pueden deberse principalmente a algo más que a los
efectos de acondicionamiento fisiológico del entrenamiento.
Si es así, entonces el tipo y dosis de ejercicio podrían no ser
determinados lógicamente utilizando principios del entrenamiento fisiológico, sino que la actividad efectiva dependería
principalmente de las preferencias y percepciones individuales, y factores circunstanciales. Por otro lado, los efectos del
desacondicionamiento musculoesquelético y cardiorrespiratorio como consecuencia de la lumbalgia crónica siguen
principios biológicos conocidos y evidencia sólida (categoría A), y muestra que esos tipos de efectos pueden ser disminuidos o eliminados por la actividad física adecuada. Es probable que la conocida relación dosis-respuesta de la
actividad física pueda aplicarse en esos tipos de programas.
La vuelta al trabajo no es una medida de resultados recomendable en el estudio de los efectos de la actividad física
en pacientes con lumbalgia, ya que la vuelta al trabajo depende fuertemente de muchos factores no relacionados con
los efectos de la actividad física.
Posteriormente han ido apareciendo diversas revisiones
sistemáticas y metaanálisis cuyo resumen se muestra en la
tabla 3. Y como conclusión de todas ellas se puede decir que
vienen a reforzar lo ya indicado por Ilka Vuori en el sentido
Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
TABLA 3. Evidencia científica del efecto del ejercicio en la lumbalgia
Estudio
Conclusión
A systematic review within the framework of the
Cochrane Collaboration Back Review Group.
Spine 2000;25:2784-969
El resumen de la evidencia de esta revisión sistemática no indica que los ejercicios
específicos sean efectivos para el tratamiento de la lumbalgia aguda, pero pueden ser
útiles para los pacientes con lumbalgia crónica en lo que se refiere a acelerar la vuelta
a las actividades diarias normales y al trabajo
Meta-analysis: exercise therapy for nonspecific low
back pain. Ann Intern Med. 2005;142:765-7510
La terapia con ejercicio parece ser ligeramente efectiva para reducir el dolor y aumentar la
funcionalidad en adultos con lumbalgia crónica, particularmente en población asistencial.
En poblaciones con lumbalgia subaguda, alguna evidencia sugiere que un programa de
actividad graduada mejora los resultados de absentismo, aunque la evidencia para otros
tipos de ejercicio no está clara. En poblaciones con lumbalgia aguda, la terapia con
ejercicio es tan efectiva como ningún tratamiento u otros tratamientos conservadores
Systematic review: strategies for using exercise
therapy to improve outcome in chronic low back
pain. Ann Intern Med. 2005;142:776-8511
La terapia de ejercicio consistente en programas individualmente diseñados, incluyendo
estiramientos o fortalecimiento, y proporcionada con supervisión puede mejorar el dolor
y la función en la lumbalgia crónica inespecífica
Effectiveness of exercise on work disability in
patients with non-acute non-specific low back
pain: systematic review and meta-analysis of
randomized controlled trials. J Rehabil Med.
2010;42;193-20512
Existe calidad de la evidencia baja a moderada de que este tipo de ejercicio tiene un efecto
clínicamente importante en comparación con una intervención mínima para la lumbalgia
crónica; existe calidad de la evidencia muy baja o baja de que este tipo de ejercicio tiene
un efecto clínicamente importante en comparación con ejercicio más intervenciones
electrofisiológicas; existe una calidad de la evidencia moderada a alta de que este tipo de
ejercicio proporciona resultados similares a la terapia manual, y baja a moderada de que
proporciona resultados similares a otras formas de ejercicio. Dado que el ejercicio de
control motor no es superior a otras formas de ejercicio, la elección del tipo de ejercicio
para la lumbalgia crónica debería probablemente depender de las preferencias del
paciente, fisioterapeuta, coste y seguridad
Motor control exercise for chronic non-specific low
back pain. Cochrane Database Syst Rev.
2016;(1):CD01200413
Las intervenciones de ejercicio tienen un efecto significativo en la incapacidad para el
trabajo en pacientes con lumbalgia no aguda y no específica a largo plazo. No se puede
extraer ninguna conclusión en relación con los tipos de ejercicio
de que los ejercicios no son efectivos en el tratamiento de la
lumbalgia aguda, pero sí son útiles en la lumbalgia crónica
para reducir el dolor, aumentar la funcionalidad y acelerar la
vuelta a las actividades normales diarias y al trabajo.
Por otra parte, de la evidencia no se puede sacar ninguna
conclusión en relación con los tipos de ejercicio. Y esto se
debe a que el primer principio del entrenamiento con ejercicio físico aeróbico, de fuerza y de flexibilidad, ya sea para el
deporte o para el tratamiento o la rehabilitación de la enfermedad, es el de la individualidad. Esto significa que hay que
establecer un programa individualizado de ejercicio para el
paciente, con el tipo de ejercicio, las modalidades a aplicar,
las zonas del organismo a las que va dirigido, los objetivos
que se pretenden conseguir con el programa, la cantidad e
intensidad de ejercicio aeróbico o el número de ejercicios de
fuerza y flexibilidad y el número de repeticiones de cada
ejercicio, las cargas a utilizar en la fuerza o el tiempo de
mantenimiento del ejercicio en la flexibilidad, y las fases
de comienzo, progresión y mantenimiento14.
Tipos de ejercicio útiles
en la lumbalgia
El ejercicio, entendido como trabajo muscular, puede ser de
todo el organismo en su conjunto, que viene a corresponder
al ejercicio aeróbico, o de una parte del mismo, que viene a
corresponder a los ejercicios de gimnasia.
En el primer caso actúan todos los músculos del organismo. Unos de forma estática, para mantener la postura (ortostatismo, sedestación, decúbito), y otros de forma dinámica,
para producir el desplazamiento de pie, como por ejemplo
andar; sentado, como por ejemplo pedalear; o tumbado, como por ejemplo nadar.
En el segundo caso habría que distinguir entre: a) el trabajo de un grupo de músculos para mantener una posición
(trabajo estático) o producir el movimiento (trabajo dinámico) de una sola articulación (hombro, codo, muñeca, cadera,
rodilla y tobillo) o región (cervical, dorsal, lumbar y dedos),
que viene a corresponder a los ejercicios terapéuticos y b) el
trabajo de diferentes grupos musculares para producir movimientos combinados de dos o más articulaciones y/o regiones, que viene a corresponder a la gimnasia o ejercicios de
control motor.
Con el ejercicio aeróbico se trabaja la resistencia aeróbica, que es la capacidad del músculo para realizar contracciones repetidas o mantener una fija durante el mayor tiempo
posible.
Con los ejercicios terapéuticos se puede trabajar de forma
específica la flexibilidad, mediante ejercicios de movilidad articular (sin acción de la gravedad o con acción de la gravedad)
y de estiramientos (elásticos, activos, pasivos, y método de la
facilitación neuromuscular propioceptiva), o la fuerza, mediante ejercicios isométricos (estáticos), isotónicos con acortamiento (dinámicos concéntricos), isotónicos con alargamiento (dinámicos excéntricos) e isocinéticos (dinámicos)4.
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Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
Con los ejercicios de control motor o gimnasia se produce
una mezcla de trabajo de flexibilidad y fuerza, y si se hace
un número elevado de repeticiones del mismo ejercicio se
puede trabajar también la resistencia aeróbica.
Las variantes del tipo de ejercicio aeróbico son: andar, correr, pedalear, nadar, esquiar, remar, saltar a la comba, etc.
Las variantes de los ejercicios terapéuticos corresponden
a la combinación del tipo de trabajo con la articulación o región concreta a la que se dirige y con los movimientos que
tiene cada articulación o región.
Las variantes de los ejercicios de control motor corresponden a la combinación de dos o más variantes de los ejercicios terapéuticos.
La práctica de cualquier tipo de ejercicio aeróbico, siguiendo las recomendaciones generales de prescripción,
puede servir para mantener una buena salud de la región
lumbar en personas con posturas ortostáticas normales y evitar así la aparición de lumbalgia, o contribuir a la rehabilitación tras un episodio de lumbalgia. Así mismo, está recomendada en el tratamiento de la lumbalgia a partir de las
2 semanas de aparición del dolor.
Sin embargo, aquellos que tienen alguna alteración de
la estática, o que ya han sufrido episodios previos de lumbalgia, deben de incluir dentro de su vida cotidiana la realización periódica de ejercicios de flexibilidad, de fuerza
y propioceptivos específicos de la región lumbar (lo que
se ha denominado tradicionalmente gimnasia) para la prevención de nuevos episodios o la rehabilitación de la lumbalgia. También pueden añadirlos a su práctica de ejercicio
aeróbico todas aquellas personas con posturas ortostáticas normales y sin lumbalgia que quieran tener un mejor
funcionamiento de su región lumbar y mayor calidad de
vida.
Pilates, yoga y taichí en la lumbalgia
Los programas de entrenamiento denominados pilates, yoga
o taichí se podría decir que son colecciones de variantes del
ejercicio de control motor o gimnasia, con una determinada
secuencia, a las que se les ha puesto un nombre concreto.
Sin embargo, se pueden articular otros muchos programas
de ejercicio con los mismos resultados.
Los ejercicios incluidos en el método pilates van dirigidos
a las estructuras del aparato locomotor de la caja abdominal.
En el yoga, sin embargo, los ejercicios abarcan otras regiones del organismo, pero con menos variantes de trabajo que
en el método pilates. Y en el taichí los ejercicios también
abarcan otras regiones del organismo de una forma más estática y con un movimiento más lento.
En la tabla 4 se presenta un resumen de las revisiones sistemáticas de los resultados en la lumbalgia crónica del método pilates y su comparación con otras colecciones de ejerci-
TABLA 4. Evidencia científica del efecto del método pilates en la lumbalgia
Estudio
Comparación con intervención mínima
Comparación con otros ejercicios
Effects of Pilates-based exercises on pain and disability in
individuals with persistent nonspecific low back pain: a
systematic review with meta-analysis. J Orthop Sports
Phys Ther. 2011;41:70-8015
Pilates superior a la intervención
mínima para el dolor
No hay evidencia de superioridad de
pilates para el dolor y la discapacidad
en comparación con otros ejercicios
Comparing the Pilates method with no exercise or lumbar
stabilization for pain and functionality in patients with
chronic low back pain: systematic review and metaanalysis. Clin Rehabil. 2012;26:10-2016
Pilates no mejoró la funcionalidad en
comparación con el control
Pilates no es mejor que los ejercicios
de estabilización lumbar para la
funcionalidad
Effectiveness of Pilates exercise in treating people with
chronic low back pain: a systematic review of systematic
reviews. BMC Med Res Methodol. 2013;13:1717
Evidencia no concluyente de que
pilates reduzca el dolor y la
discapacidad
Efficacy of the Pilates method for pain and disability in
patients with chronic nonspecific low back pain: a
systematic review with meta-analysis. Braz J Phys
Ther.2013;17:517-3218
Pilates mejor que intervención mínima
para reducir el dolor y la
discapacidad
Pilates no es mejor que otros ejercicios
para la reducción del dolor a corto
plazo
The effectiveness of Pilates exercise in people with chronic
low back pain: a systematic review. Plos One.
2014;9:e10040219
Mayores mejoras en dolor y función a
corto plazo que el cuidado o
actividad física habitual
Mejoras equivalentes al masaje y otros
ejercicios
Effects of Pilates exercise programs in people with chronic
low back pain: a systematic review. Medicine
(Baltimore). 2015;94:e38320
Pilates más efectivo que el mínimo
ejercicio físico para reducir el dolor
No hay evidencia clara de que pilates sea
más efectivo que otros programas de
ejercicio para el dolor crónico
Pilates for low back pain. Cochrane Database Syst Rev.
2015 ;(7):CD01026521
Pilates es más eficaz que la
intervención mínima para el dolor
y la discapacidad
Pilates es un poco mejor que otros
ejercicios para mejoras funcionales
en el seguimiento intermedio
Effects of Pilates on patients with chronic non-specific low
back pain: a systematic review. J Phys Ther Sci.
2016;28:2961-922
Pilates produce mejora significativa en
el dolor y la función comparado con
la atención de rutina
Similar a otros ejercicios en el alivio
del dolor y capacidad funcional
42
FMC. 2020;27(1):34-46
Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
TABLA 5. Evidencia científica del efecto del yoga en la lumbalgia
Estudio
Comparación con intervención mínima
Comparación con otros ejercicios
Yoga for low back pain: a systematic
review of randomized clinical trials.
Clin Rheumatol. 201127
El yoga tiene potencial para aliviar la lumbalgia.
Sin embargo, cualquier conclusión definitiva
debería ser tratada con precaución
Impact of yoga on low back pain and
function: A systematic review and
meta-analysis. J Yoga Phys Ther.
2012;2:1-426
La práctica del yoga puede reducir
significativamente el dolor y aumentar la
capacidad funcional en pacientes con
lumbalgia crónica
A systematic review and meta-analysis of
yoga for low back pain. Clinical J Pain.
2013;29:450-6023
Existe evidencia sólida para la efectividad a
corto plazo y moderada a largo plazo de la
efectividad del yoga para la lumbalgia en los
principales resultados centrados en el
paciente
Evidencia insuficiente para probar la efectividad
del yoga comparado con otros ejercicios y
tratamientos ofrecidos bajo cuidado habitual
Yoga for chronic low back pain: A metaanalysis of randomized controlled trials.
Pain Res Manag. 2013;18:267-7224
El yoga puede ser un tratamiento adyuvante
eficaz para la lumbalgia crónica. Se
recomienda incluir en futuros ensayos
clínicos un grupo de control activo para
determinar si el yoga tiene efectos de
tratamiento específicos
Se recomienda incluir en futuros ensayos clínicos
un grupo de control con otros ejercicios para
determinar si el yoga ofrece alguna ventaja
sobre programas tradicionales de ejercicio
Yoga treatment for chronic non‐specific
low back pain. Cochrane Database Syst
Rev. 2017(1):CD01067125
Existe evidencia baja a moderada de que el yoga
comparado con controles de no ejercicio
produce pequeñas a moderadas mejorías en
la función relacionada con la espalda a los
3 y 6 meses
No hay certeza de que haya ninguna diferencia
entre el yoga y otros ejercicios para la función o
el dolor relacionado con la espalda, o si el yoga
añadido a otros ejercicios es más eficaz que
otros ejercicios solos
cios. La conclusión que se puede extraer es que el método
pilates es útil en la lumbalgia crónica, pero en la misma medida que cualquier otro programa de ejercicio que se articule
siguiendo los principios de la prescripción2.
En la tabla 5 se muestra la principal evidencia de los resultados del yoga en la lumbalgia crónica. Como se ve, el
efecto es escaso e inconsistente y no se ha comparado con
otras formas de ejercicio, incluido el propio pilates.
En la tabla 6 se muestra la principal evidencia de los resultados del taichí en la lumbalgia crónica. La conclusión es
que también en el taichí, el efecto sobre la lumbalgia es escaso e inconsistente, porque no se ha comparado con otros
ejercicios, salvo los estiramientos, que son una modalidad
concreta de trabajo de la flexibilidad y que en la veintena de
edad tienen poco efecto.
Por tanto, estos programas concretos de ejercicio pueden
tener alguna utilidad en la lumbalgia crónica, pero inferior a
un programa de ejercicios de resistencia aeróbica, fuerza y
flexibilidad diseñado individualmente para las características
del paciente con lumbalgia.
¿Cómo articular un programa
de ejercicio en lumbalgia?
Un programa básico de ejercicios debe hacerse en etapas
con progresión gradual. Debe comenzar con la restauración
de la longitud muscular normal y la movilidad para corregir
cualquier desequilibrio muscular existente. La adecuada longitud muscular y la flexibilidad son necesarias para la fun-
TABLA 6. Evidencia científica del efecto del taichí en la lumbalgia
Estudio
Comparación con intervención mínima
Tai chi exercise for treatment of pain and
disability in people with persistent low
back pain: a randomized controlled
trial. Arthritis Care Res (Hoboken).
2011;63:1576-8328
Un programa de taichí de 10 semanas mejora
las medidas de dolor e incapacidad y podría
ser considerado una intervención segura y
efectiva para los que experimentan síntomas
de lumbalgia crónica
Effects of Tai Chi on pain and muscle
activity in young males with acute low
back pain. J Phys Ther Sci.
2014;26:679-8129
En varones en la veintena de edad, el taichí se
puede considerar un método efectivo para
reducir el dolor lumbar
Tai Chi for chronic pain conditions: A
systematic review and meta-analysis of
randomized controlled trials. Sci Rep.
2016;6:2532530
Evidencia positiva con relación a los efectos del
taichí en el dolor crónico de artrosis y algunas
evidencias del taichí para la lumbalgia y la
osteoporosis
Comparación con otros ejercicios
En varones en la veintena de edad, el taichí es
más eficaz para la lumbalgia que los ejercicios
de estiramiento
FMC. 2020;27(1):34-46
43
Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
ción adecuada de las articulaciones y la eficiencia del movimiento2.
Por tanto, una vez pasada la fase aguda de las dos primeras semanas, se puede iniciar un programa diario de ejercicios terapéuticos que trabajen la flexión, extensión, flexión
lateral y rotación de la región lumbar.
Puede comprender ejercicios de movilidad activa sin acción de la gravedad, haciendo 5 repeticiones seguidas de cada
ejercicio, y ejercicios isométricos, manteniendo la contracción
6 segundos y repitiendo 5 veces cada ejercicio en la posición
de reposo. Cada 1-2 días se puede hacer una repetición más
hasta establecerse en 10 repeticiones de cada ejercicio.
Tras una semana de los anteriores ejercicios, se puede:
sustituir los ejercicios de movilidad activa sin gravedad, por
ejercicios de movilidad activa con gravedad, comenzando
con 5 repeticiones seguidas de cada ejercicio para aumentar
una repetición más cada 1-2 días hasta establecerse en 10 repeticiones seguidas; mantener los isométricos; y añadir ejer-
cicios de estiramiento pasivo, manteniendo el estiramiento
unos 15 segundos y comenzando con 5 repeticiones de cada
ejercicio para aumentar una repetición más cada 1-2 días
hasta establecerse en 10 repeticiones.
En la tercera semana de ejercicio se puede aumentar a
20 segundos el tiempo de estiramiento y, cuando desaparezca el dolor, se pueden añadir ejercicios de fuerza isotónica,
comenzando con 5 repeticiones seguidas de cada ejercicio y
con la carga que supone el peso del propio cuerpo, para ir
aumentando una repetición más cada 1-2 días hasta establecerse en 10 repeticiones seguidas, y añadiendo al peso del
propio cuerpo objetos de peso progresivamente mayor.
En la tabla 7 se ofrece una colección de ejercicios terapéuticos para la región lumbar.
Cuando haya desaparecido el dolor se puede pasar a realizar,
3 veces a la semana, un programa de ejercicio como el pilates u
otro programa elaborado para el paciente con ejercicios del tipo
de control motor o gimnasia, comenzando con 5 repeticiones
TABLA 7. Posibles ejercicios terapéuticos para la región lumbar
Ejercicio
Posición de partida
Ejecución
Movilidad activa
sin gravedad
Tumbado en decúbito lateral con el brazo inferior extendido
al frente, el superior descansando sobre el tronco y las
caderas y rodillas flexionadas a 90º
Llevar la parte superior del tronco hacia delante y hacia detrás,
arqueándolo, despacio y de forma continua hasta alcanzar
la posición más extrema
Movilidad activa
sin gravedad
Tumbado en decúbito supino, recto y con los brazos
pegados al cuerpo
Inclinar la parte superior del tronco hacia un lado y hacia otro,
despacio y de forma continua hasta alcanzar la posición
más extrema
Movilidad activa
sin gravedad
Sentado en un taburete, con los hombros en abducción de
90º, los codos flexionados y las manos en las clavículas
Girar la parte superior del tronco hacia un lado y hacia otro,
despacio y de forma continua hasta alcanzar la posición
más extrema
Isométrico
De pie frente a un escalón, con una pierna adelantada
y apoyada en él con la cadera y rodilla flexionadas, y
con los brazos estirados y las manos con los dedos
entrelazados por debajo del muslo de esa pierna
Tirar de la espalda hacia atrás con fuerza, al mismo tiempo
que con las manos entrelazadas por debajo del muslo se
impide que la espalda se desplace, durante 6 segundos
Isométrico
Tumbado en decúbito supino, con caderas y rodillas
flexionadas, los pies apoyados en el suelo y las manos
entrelazadas por debajo de la cabeza
Contraer el abdomen empujando con la espalda contra
el suelo haciendo fuerza durante 6 segundos
Isométrico
De pie junto a una pared, con una pierna, el tronco y el
brazo, elevado en prolongación del cuerpo, pegados
a la pared
Empujar con el borde del tórax contra la pared, para tratar
de moverla, haciendo fuerza durante 6 segundos
Isométrico
Sentado en un banco o taburete pegado a una pared, con
los brazos elevados, los codos flexionados y las manos
entrelazadas por detrás de la cabeza, y la espalda pegada
a la pared
Empujar con el codo de un lado, tratando de girar el tronco
hacia ese lado, contra la pared, intentando moverla,
haciendo fuerza durante 6 segundos
Movilidad activa
con gravedad
Sentado en un taburete, con los brazos elevados, los codos
flexionados y las manos entrelazadas por detrás de la
cabeza
Llevar la parte superior del tronco hacia delante y hacia detrás,
despacio y de forma continua hasta alcanzar la posición
más extrema
Movilidad activa
con gravedad
Igual que la anterior
Inclinar la parte superior del tronco hacia un lado y hacia otro,
despacio y de forma continua hasta alcanzar la posición
más extrema
Movilidad activa
con gravedad
Tumbado en decúbito supino, con las caderas y rodillas
flexionadas a 90º y las piernas apoyadas sobre un banco
o taburete
Girar la parte superior del tronco hacia un lado y hacia otro,
dirigiendo el codo hacia el hombro contrario, despacio y de
forma continua hasta alcanzar la posición más extrema
Estiramiento
pasivo
Tumbado en decúbito prono, con los brazos estirados por
encima de la cabeza en prolongación del cuerpo y las
manos apoyadas en la pared
Arquear la columna lentamente hacia atrás, agarrándose lo
más alto posible, hasta notar una sensación de tirantez en
el abdomen
(Continua)
44
FMC. 2020;27(1):34-46
Ortega Sánchez-Pinilla R. ¿Cuáles son los ejercicios indicados en la lumbalgia crónica y en la hernia discal?
TABLA 7. Posibles ejercicios terapéuticos para la región lumbar (cont.)
Ejercicio
Posición de partida
Ejecución
Estiramiento
pasivo
De pie, con el tronco doblado sobre una barra que pase
a la altura de la cintura y las manos sujetas en la parte
posterior de los tobillos
Doblar el tronco lentamente todo lo que se pueda hasta
alcanzar una posición en la que se note una sensación
de tirantez en los músculos de la espalda
Estiramiento
pasivo
De pie junto a una pared y de lado a ella, con una mano
apoyada por encima de la cabeza y la otra por debajo
Arquear lentamente el tronco por el lado de la cintura opuesto
a la pared, alejándole y separando el otro lado de la pared
descendiendo las manos por la pared lo más bajo que se
pueda, hasta notar una sensación de tirantez en los
músculos del lado contrario del tronco
Estiramiento
pasivo
Tumbado en decúbito supino, con las caderas y rodillas
flexionadas y los pies apoyados en el suelo
Girar la parte inferior del tronco, desplazando las rodillas
lentamente hacia un lado, manteniendo la superior sin
moverse, hasta alcanzar una posición en la que se note
una sensación de tirantez en los músculos rotadores
de la espalda del lado contrario
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito prono, con los codos flexionados
y las manos detrás de la cabeza, y con los pies sujetos
Elevar y descender la parte superior del tronco, sin despegar
las caderas del suelo
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito lateral con el codo del brazo inferior
flexionado y la mano debajo de la cabeza, el brazo
superior descansando sobre el tronco y las piernas
estiradas con los pies sujetos
Elevar y descender la parte superior del tronco hacia el lado
superior, sin despegar la cadera del suelo
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito supino, con caderas y rodillas
flexionadas, los pies sujetos, los codos flexionados
y las manos entrelazadas por detrás de la cabeza
Girar el tronco a tocar con el codo la rodilla contraria, de forma
alternativa
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito prono, con las piernas estiradas,
los codos flexionados y las manos apoyadas en el suelo
debajo de la frente
Elevar y descender alternativamente una y otra pierna
con la rodilla extendida
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito prono, con las piernas estiradas y los
brazos también estirados por encima de la cabeza y en
prolongación del cuerpo, y el abdomen apoyado en un
almohadón
Elevar una extremidad superior y la inferior del lado contrario
al mismo tiempo, alternando las de un lado y otro
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito supino, con caderas y rodillas
flexionadas y los pies apoyados en el suelo, y con los
brazos estirados junto al tronco
Elevar y descender las dos extremidades inferiores juntas,
con las rodillas flexionadas, de forma alternativa
Fuerza isotónica
Tumbado en decúbito supino, con caderas y rodillas
flexionadas, los pies sujetos, los codos flexionados
y las manos entrelazadas por detrás de la cabeza
Elevar y descender la parte superior del tronco de forma
alternativa
seguidas de cada ejercicio y aumentando una repetición más
cada semana hasta establecerse en 10 repeticiones seguidas.
En la siguiente dirección https://www.spine-health.com/
wellness/exercise se puede encontrar más información sobre
ejercicios terapéuticos, así como diferentes variantes de ejercicios de control motor o gimnasia, así como en el libro
“Therapeutic Exercise. Foundations and techniques”31.
Cuando el dolor haya mejorado significativamente, el paciente puede comenzar un programa de ejercicio aeróbico,
como caminar, pedalear o nadar, durante un tiempo corto, como
por ejemplo 30 minutos caminando o pedaleando o 15 minutos nadando de forma continua o intermitente, 3 veces a la
semana, para progresar gradualmente hasta un mínimo de
1 hora andando o pedaleando o de 30 minutos nadando, y
hasta un mínimo de 5 días a la semana.
Precauciones en la hernia discal
Cuando existe una hernia de disco lumbar, el único problema
pueden ser los ejercicios abdominales dinámicos. Estos ejerci-
cios son los que producen la flexión de la región lumbar y, por
tanto, podrían aumentar la presión sobre las raíces nerviosas
que salen de la médula y producir dolor o aumentar el ya existente. En estos casos se deberían eliminar esos ejercicios
cuando producen dolor o no mejoran el existente32.
Sin embargo, como el trabajo de fuerza de los músculos
abdominales es necesario, se podrían realizar ejercicios isométricos, en los que no hay cambios en la longitud de los
músculos abdominales y, por tanto, tampoco se produce la
flexión de la región lumbar.
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