Traición TRAICIÓN. La palabra traición viene del latín traditio, traditionis (entrega, transmisión), que también nos da tradición en el lenguaje culto. Mientras tradición se especializa en significar lo que se entrega o trasmite de una generación a otra, traición designa la entrega de algo o alguien al otro bando, al enemigo. En Derecho, la traición se refiere al conjunto de crímenes que engloban los actos más extremos en contra del país de cada uno. Familiarmente, la traición consiste en defraudar a familia, amigos, grupo étnico, religión u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo lo contrario a lo que los otros esperan. A menudo, cuando se acusa de traidor, tales acusaciones son controvertidas y disputadas cuando la persona no puede identificarse con el grupo del cual es miembro, o de lo contrario está en desacuerdo con los líderes del grupo que hacen el cargo. En la obra de William Shakespeare, El rey Lear (1600), cuando el rey se entera de que su hija Regan le ha deshonrado públicamente, dice: "No podían, no harían, es peor que asesinar", una actitud convencional en ese tiempo. En el libro Infierno de Dante Alighieri, el noveno círculo más bajo del Infierno está reservado para los traidores; Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús de Nazaret, sufre el peor tormento de todos: es constantemente roído por una de las tres bocas de Lucifer. Su traición se considera tan notoria que su nombre ha sido durante mucho tiempo sinónimo de traidor, un destino que comparte con Benedict Arnold, Vidkun Quisling, Marco Junio Bruto (que también se representa en el Infierno de Dante, sufriendo el mismo destino que Judas junto a Cayo Casio Longino). De hecho, la etimología de la palabra traidor se origina con la entrega de Judas a los principales sacerdotes, capitanes del templo y ancianos (Lucas 22,52): la palabra se deriva del traditor latino que significa "el que entrega".1 La Teología cristiana y el pensamiento político hasta después de que la Ilustración consideró la traición y la blasfemia como sinónimo, ya que desafió tanto el estado y la voluntad de Dios. Los reyes eran considerados elegidos por Dios, y traicionar el país era hacer la obra de Satanás.nota 1 La traición en La Divina Comedia El Infierno visto por Sandro Botticelli (ca. 1480–1495) La Divina comedia es un poema escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue escrito aunque las opiniones más reconocidas aseguran que el Infierno pudo ser compuesto entre 1304 y 1307 o 1308, el Purgatorio de 1307 o 1308 a 1313 o 1314 y por último, el Paraíso de 1313 o 1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Es la creación más importante de su autor y una de las obras fundamentales de la transición del pensamiento medieval (teocentrista) al renacentista (antropocentrista). Es considerada la obra maestra de la literatura italiana y una de las cumbres de la literatura universal. Dante Alighieri llamó sencillamente Commedia a su libro, pues, de acuerdo con el esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final es feliz. Fue el escritor y humanista Giovanni Boccaccio quién añadió el adjetivo "divina" durante la época en la que se encargó de leerla y comentarla públicamente por diferentes ciudades italianas, también por ser un poema que canta a la cristiandad. El libro suele presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados. Dante resume la Comedia todo el amplio conocimiento acumulado durante siglos, desde los antiguos clásicos hasta el mundo medieval; su fe religiosa y sus convicciones morales y filosóficas. Aunque la Divina Comedia es principalmente un poema religioso, que discute el pecado, la virtud y la teología, Dante también discute varios elementos de la ciencia de su época como por ejemplo: las implicaciones de una Tierra esférica y las estrellas visibles en el hemisferio sur. Estructura Cada una de sus 3 partes (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en cantos. Cada canto fue compuesto por estrofas de tres versos endecasílabos o terza rima, que se dice él mismo inventó (tercetos). El poema se ordena en función del simbolismo del número tres, que evoca la Santísima Trinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo), y se sumaba al cuatro, que representaba los cuatro elementos: Tierra, aire, fuego y agua, dando como resultado el número siete, como siete son los pecados capitales. Finalmente, el Infierno está dividido en nueve círculos, el Purgatorio en siete y el Paraíso queda formado por nueve esferas que giran como los planetas en torno al sol. Toda la obra está llena de símbolos que remiten al conocimiento y al pensamiento medievales; religión, astronomía, filosofía, matemáticas, óptica, etc; encarnan en personajes, lugares y acciones. Rima La estrofa por su parte está compuesta por tres versos, y cada una de las cánticas cuenta con treinta y tres cantos, más el canto introductorio, de manera que la obra completa se compone de cien cantos. Se usa un tipo de rima original, la "terza rima" Nel mezzo del cammin di nostra vita mi ritrovai per una selva oscura, ché la diritta via era smarrita. Ahí quanto a dir qual era è cosa dura esta selva selvaggia e aspra e forte che nel pensier rinova la paura! La estructura también afecta a los registros lingüísticos: en el infierno se utiliza un lenguaje vulgar, el texto del "Purgatorio" está lleno de citas bíblicas y el del "Paraíso", de himnos y cantos litúrgicos. Infierno Infierno, Canto I (por Gustave Doré) La primera parte describe cómo Dante se halla perdido en un bosque oscuro en su mediana edad y entra en una cueva al pie del monte Sion, cerca de Jerusalén. Tres animales alegóricos le salen al paso: una pantera, una loba y un león. Estos animales representan los pecados que pueden atacar a Dante. La pantera representa la lujuria y la ciudad de Florencia que lo ha exiliado. La loba es, según los comentaristas, el pecado de la codicia, y más allá de esto el poder temporal del Papa en Roma. El león representa la soberbia, y el poder de Francia, que pretendía dominar Italia. Después se narra el descenso del autor al Infierno, acompañado por el poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, a quien Dante admiraba, y que en la Edad Media tenía una curiosa fama de mago. Acompañado por su maestro y guía, desciende al Infierno, que tiene forma de cono con la punta hacia abajo y los nueve círculos que poseía, en los que los condenados son sometidos a castigo, según la gravedad de los pecados cometidos en vida. En las puertas se advierte: " Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate / Quien entre aquí, abandone toda esperanza". Después pasan al círculo del limbo, donde se encuentran las almas inocentes de los que obraron bien, pero desconocieron el mensaje de Jesucristo porque nacieron antes que él. Esas almas no sufren, pero no pueden participar del Paraíso. Allí se encuentra a un grupo de cinco grandes poetas, entre los cuales es aceptado como el sexto. Dante encuentra en el Infierno a muchos personajes antiguos, pero también de su época (muchos de ellos enemigos de Dante o que colaboraron en su destierro) y cada uno de ellos narra su historia brevemente a cambio de que Dante prometa mantener vivo su recuerdo en el mundo; cada castigo se ajusta a la naturaleza de su falta (contrapasso) y se repite eternamente. Jorge Luis Borges cita como los mejores pasajes la historia de Paolo y Francesca, amantes adúlteros que se conocieron al leer en el libro de Lanzarote, los amores de la reina Ginebra y esta persona, que fue motivo de inspiración y homenaje por poetas románticos y contemporáneos, así como la historia del conde Ugolino da Pisa, que se comió a sus propios hijos, y del último viaje de Ulises. Son también impresionantes el tránsito por el bosque de los suicidas, la travesía del desierto donde llueve el fuego, donde Dante se encuentra a su maestro Brunetto Latini, y la llanura de hielo de los traidores, estos últimos, considerados los peores pecadores entre todos. En el último círculo "judesco", el Canto trigésimo cuarto, Dante se encuentra en la cuarta zona del noveno círculo, en el hielo del Cocito, donde son castigados los traidores de los benefactores, durante la noche del 9 de abril de 1300 (Sábado Santo), o, según otros comentadores, del 26 de marzo de 1300. Los traidores están sumergidos en hielo y al llorar las lágrimas les cortan los ojos. Se describe a Lucifer como un demonio de tres cabezas dentro de cuya boca principal se hallaba Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos como un juguete, mientras este gritaba de dolor; en las otras mordía a los asesinos de Julio César, Marco Junio Bruto y Casio.