Introducción. Las bienaventuranzas y María En general: las bienaventuranzas son como la respiración del alma. Ascienden al cielo como plegaria y descienden como bendición. Reconozco mi pobreza y es Dios mismo el que me bendice, como la niña que quiere subir la escalera. Tomo una actitud mansa y es Dios quien me da la tierra.