TEMA XI LA SOCIEDAD CONTRATO DE SOCIEDAD El contrato de sociedad es aquel por el cual dos o más personas convienen en contribuir, cada una con la propiedad o el uso de las cosas, o con su propia industria, a la realización de un fin económico común. (Art. 1649 Código Civil Venezolano). Es el contrato por el cual dos o más personas se obligan mutuamente con una prestación de dar o hacer, con el fin de obtener alguna utilidad apreciable en dinero, la que dividirán entre ellos en la proporción de sus propios aportes o de lo que hubiesen pactado. Si se limita a considerar el significado que se da a la misma en el Derecho Privado, todavía se encuentra la palabra ¨Sociedad¨ definida como: 1.- Una clase de entes que previo el cumplimientos de ciertas normas establecidas en el ordenamiento jurídico, gozan de personalidad jurídica. 2.- A los actos jurídicos que crean dichos entes 3.- A la relación jurídica que surge de dichos actos. En nuestro caso, nos corresponde estudiar el acto llamado sociedad y la relación jurídica que este engendra. El artículo 1649 define a la sociedad como un contrato, tesis esta que ha sido impugnada desde varios ángulos: Durante mucho tiempo se discutió si la sociedad era una institución o un contrato, polémica hoy separada, ya que el problema de si la sociedad es una institución no puede plantearse respecto de la sociedad entendida como acto jurídico, sino entendida como ente surgido de aquel acto. Modernamente, algunos autores sostienen que la sociedad no es un contrato, sino un acuerdo o ente colectivo, porque falta en ella la oposición de interés entre las partes que caracteriza al contrato, ya que los intereses de los socios son por lo menos paralelos y por qué no siempre es necesaria la unanimidad. De acuerdo a la Legislación Civil Venezolana, se considerara a la ¨Sociedad¨ un contrato, requiriéndose para formarlo: 1. Una dualidad o pluralidad de las partes: de acuerdo a lo pautado en el artículo 341 del Código de Comercio, solo se requiere la dualidad en el momento de su constitución pero, no en su funcionamiento. Por ello, es que aquellos que pretenden constituir una S.R.L o una C.A y esta conformada, por ejemplo, por una sola persona; buscan a alguien de su confianza para que aparezcan en el momento de su constitución y posteriormente hacen la compra ficticia de las cuotas sociales o las acciones. 2. Los aportes: todos los socios están obligados a aportar, aunque sea desigual le monto, incluso la naturaleza de tales aportes. Es decir, dicho aporte puede ser en dinero, especie o de industria. 3. La ley exige que se persiga un fin económico común: también llamada objeto social, que no es lo mismo que el objeto de las obligaciones de los socios. La importancia de este elemento del contrato deriva de su trascendencia para la calificación de la sociedad como civil o mercantil, y para la determinación de la capacidad jurídica del ente, así como de los poderes de sus órganos. Es esencial que en la sociedad los socios tengan como finalidad obtener ventajas económicas para ellos mismo. Si se constituye una persona jurídica de tipo asociativo con la finalidad de obtener ventajas económicas solo para personas distintas de sus integrantes, no habrá sociedad. 4. La Affectio Societatis: se considera por la doctrina este requisito como esencial a la noción de sociedad; concepto que se suele definir de manera muy especial como la intención de formar una sociedad o como la voluntad de cooperar aceptando deliberadamente ciertos riesgos. UBICACIÓN DE LA SOCIEDAD DENTRO DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS · Es un contrato consensual. · Es un contrato bilateral y puede llegar a ser plurilateral. · Es un contrato conmutativo. · Es un contrato a título oneroso. · Es un contrato conmutativo. · Es un contrato de tracto sucesivo. · Es un contrato intuitus personae. · Es un contrato que engendra obligaciones principales. DIFERENCIA ENTRE SOCIEDAD Y OTRAS INSTITUCIONES JURÍDICAS; CASOS DE TIPIFICACIÓN DUDOSA · Sociedad y Corporación: para poder comparar ambas instituciones hay que entender sociedad como persona y no como acto o relación. La corporación se distingue de la sociedad porque es creada o reconocida por una ley especial que regula su funcionamiento y porque en ella predominan intereses colectivos sobre los intereses individuales. · Sociedad y Asociación: también esta comparación debe hacerse tomando en cuenta la palabra sociedad en el sentido de persona. La asociación no persigue ningún fin lucrativo para sus integrantes (pero el ente si puede realizar actividades lucrativas), a diferencia de lo que ocurre en la sociedad donde la actividad lucrativa del ente constituye un medio para el lucro de sus componentes. Sociedad y Comunidad: ambas instituciones se diferencian en lo siguiente: La comunidad puede tener origen sucesoral o convencional, la sociedad es siempre convencional. En la comunidad no existe ¨Affectio Societatis¨ A diferencia de los integrantes de las sociedades, los integrantes de la comunidad no aportan en vistas de la realización de un fin económico común a todos ellos. La comunidad no puede adquirir personalidad jurídica, razón por la cual cada comunero tiene un derecho real sobre la cosa común y puede disponer libremente de su cuota. Sociedad y Arrendamiento, Mandato, Contrato de Edición, Prestación de Servicio y Préstamo a Interés: diferenciar a la sociedad de los casos en los cuales el arrendatario, mandante, editor, patrono y mutuario deben a su contraparte un pago proporcional a las utilidades. Lo decisivo en tales casos es que exista entre las partes participación en las pérdidas. Si tal participación existe, se evidencia la presencia del contrato de sociedad, pero en caso contrario, no hay presencia de dicho contrato. SOCIEDADES A TITULO UNIVERSAL Y SOCIEDADES A TITULO PARTICULAR 1º Son sociedades a título particular las que implican el aporte de bienes o actividades específicamente determinados. Pueden ponerse en sociedad en sociedad, dentro de nuestro derecho, cuantos bienes se quiera con tal de que sean especificados (Art. 1650, ult. Ap. Código Civil de Venezuela). 2º Son sociedades a titulo universal las que no se limitan a bienes o actividades especificadas. Nuestra legislación prohíbe expresamente: A. Toda sociedad a título universal, sea de bienes presentes y venideros o de unos u otros (Art. 1650, encab. Código Civil de Venezuela). B. La sociedad de ganancias a titulo universal (Art. 1650, primer Ap. Código Civil de Venezuela), salvo la sociedad de ganancias a título universal entre cónyuges. La excepción se estableció para evitar que la prohibición alcanzara a la comunidad de bienes y otros regímenes matrimoniales de bienes, si bien, estrictamente, la salvedad no era necesaria ya que en tales casos no existe verdadera sociedad. En efecto, la comunidad conyugal no tiene esencialmente fin de lucro ni puede tener personalidad jurídica, ni se disuelve por causas de la disolución de la sociedad y no está sujeta a un régimen de distribución de ganancias y pérdidas y de administración predeterminado por la ley. CONSTITUCION, COMIENZO Y DURACION DE LA SOCIEDAD La sociedad queda constituida por el contrato social, aun antes de que, mediante el cumplimiento de las respectivas formalidades legales, adquiera personalidad jurídica. Esta comienza su giro desde el momento mismo de la celebración del contrato, si no se ha pactado otra cosa (C.C., art. 1652). Es frecuente el pacto en virtud el giro social comience tan pronto como adquiera personalidad jurídica. En cuanto a la duración, debe entenderse “sociedad” como la relación jurídica derivada del contrato social. La duración no se refiere a la sociedad como acto, ni como persona, ya que el acto concluye al perfeccionarse y la persona jurídica subsiste a la disolución de la sociedad para las necesidades de la liquidación y hasta el fin de ésta, es decir, el principio es que la duración de la sociedad depende de las estipulaciones del contrato sin que exista ninguna norma que fije un límite a la duración que quieran darle los socios. A falta de dicha estipulación contractual, se entiende que la sociedad ha sido contraída por tiempo ilimitado, salvo que tenga por objeto único un negocio que no debe durar sino por un tiempo determinado, pues en tal caso debe durar ese negocio (C.C., art. 1653) OBLIGACIONES DE LOS SOCIOS ENTRE SI Obligaciones de aportar. 1. Sujetos de la obligación: Son sujetos pasivos cada uno de los socios (C.C., art 1654), y el sujeto activo es la sociedad (C.C., art. 1654, encab.) 2. Objeto: el objeto de la obligación de aportar depende de las estipulaciones contractuales. No es necesario que los aportes de todos los socios sean iguales en su naturaleza ni en su valor. La única influencia que suele tener desigualdad de los aportes es una correlativa desigualdad de la participación en los beneficios o pérdidas. a) El aporte puede ser de cosas o de la propia industria (trabajo) del socio. El aporte de cosas puede hacerse, en propiedad o en goce y a su vez el aporte de cosas en goce puede hacerse confiriendo a la sociedad un derecho real sobre ellas o un crédito a ellas. Pueden aportarse cosas corporales e incorporales que estén en el comercio siempre que sean transmisibles a la sociedad o que, por lo menos, puedan servir de objeto del derecho que el socio haya prometido otorgar a la sociedad. El aporte de la propia industria normalmente se refiere a trabajo no subordinado que debe realizar el socio después de constituida la sociedad; pero nada impide que se aporte trabajo ya realizado b) La obligación de aportar cosas en propiedad implica una obligación de dar y lo mismo ocurre cuando se ha prometido a la sociedad aportar un derecho real sobre una cosa a los efectos de que la sociedad goce de ella. En ambas hipótesis son aplicables las normas del art. 1161 del Código Civil. La obligación de aportar en goce sin constituir derechos reales a favor de la sociedad y la obligación de aportar la propia industria, son obligaciones de hacer; pero existe una norma especial en materia de riesgos. En efecto, si las cosas cuyo solo goce ha sido puesto en sociedad, consisten en cuerpos ciertos y determinados que no se consumen por el uso, quedan a riesgo del socio que sea su propietario , pero si se consumen por el uso, se deterioran guardándolas, se han destinado a la venta o se han puesto en sociedad con estimación constante en el inventario, quedan a riesgo de la sociedad con la advertencia de que en este último caso, el socio no puede repetir sino el monto de la estimación hecha (C.C., art. 1660). 3. Garantía: el socio que ha aportado a la sociedad un cuerpo cierto está obligado al saneamiento de la misma manera que el vendedor lo está respecto del comprador (C.C., 1654, ap. Único), si se trata de aporte en propiedad o que implique un derecho real para la sociedad. El socio que aporta su propia industria (socio industrial) debe a la sociedad las ganancias que durante ella haya obtenido en el ramo de industria que sirve de objeto a la misma (C.C., art 1656). Y, ante el silencio de la ley, debe admitirse por analogía que el socio que ha aportado a la sociedad cosas sin conferir más que un derecho de crédito al goce de las mismas, está obligado a saneamiento conforme a las normas de arrendamiento. 4. Sanción: la sociedad tiene contra el socio que no cumple con su obligación de aportar, las acciones establecidas por el Derecho común; pero en el caso de aporte de dinero existe una norma especial. El socio que se ha obligado a aportar una cantidad de dinero y no lo hiciere oportunamente, responderá de los intereses desde el día en que debió entregarla, y también de los daños y prejuicios, si hubiere lugar a ello (C.C., art. 1655, encab.). Esta parte, hace correr los intereses por retardo desde el día en que debió entregarse la suma, aunque el socio no esté en mora, y por otra parte, permite a la sociedad exigir, además de los intereses, la indemnización de los daños y perjuicios, lo que constituye una excepción a la norma del artículo 1277 del Código Civil. Algunos autores consideran que los aportes de cosas fructíferas, distintas del dinero, deben equipararse al dinero a los efectos de la aplicación del artículo 1655 del Código Civil; pero siendo éste de derecho excepcional debe interpretarse restrictivamente. DERECHOS Y OBLIGACIONES FUNDADOS EN LA IDEA DE QUE LA SOCIEDAD PERSIGUE UN FIN COMÚN A TODOS LOS SOCIOS 1. El socio no debe tomar para su utilidad personal ninguna cantidad perteneciente a la sociedad y si lo hiciera deberá a la sociedad los intereses desde el día en que la tomó y, además, los daños y perjuicios si hubiere lugar a ellos (C.C., art. 1655, ap. Único). 2. Si uno de los socios es acreedor, por su cuenta particular, de una cantidad exigible a una persona que es también deudora a la sociedad de una cantidad igualmente exigible, debe imputar lo que recibe del deudor sobre el crédito de la sociedad y sobre el suyo, en la proporción de los dos créditos, aun cuando por el recibo hubiese hecho la imputación íntegra sobre su crédito particular; pero si ha declarado en el recibo que la imputación se había hecho íntegramente sobre el crédito de la sociedad, esta declaración tendrá efecto (C.C., art. 1657). 3. Si uno de los socios ha recibido por entero su parte en un crédito social, y el deudor se hace después insolvente, este socio debe traer a la masa cuanto haya recibido, aunque haya dado recibo especialmente por su parte (C.C., art. 1658) 4. Todo socio debe responder a la sociedad de los perjuicios que por su culpa le haya causado y no puede compensarlos con los beneficios que le haya proporcionado en otros negocios (C.C., art 1659). Esta norma se basa en la idea de que el hecho de que el socio produzca beneficios a la sociedad es el resultado normal del contrato; pero que, por el contrario, la producción de pérdidas por culpa de uno de los socios, viene a constituir una situación anormal de la cual dicho socio debe responder. Aun cuando la disposición del Código impide la compensación de las pérdidas con los beneficios proporcionados en otros negocios, es posible la compensación de los perjuicios con los beneficios que resulten del mismo negocio. 5. El socio tiene acción contra la sociedad, no solo por la restitución de los capitales desembolsados por cuenta de ella, sino también por las obligaciones contraídas de buena fe en los negocios de la sociedad y por los riesgos inseparables de su gestión (C.C., art. 1661) LA PARTICIPACIÓN EN LOS BENEFICIOS Y PÉRDIDAS Es esencial que todos los socios participen en los beneficios y pérdidas sociales, pero las modalidades de esa participación se dejan a la autonomía de la voluntad. 1. Consecuencia del principio de que los socios deben participar en los beneficios y pérdidas sociales, es la prohibición de la sociedad leonina. a) La sociedad leonina es aquella donde se atribuye a uno solo de los socios todos los beneficios; pero, por extensión, se considera igualmente leonina la sociedad en la cual se priva totalmente a un socio de los beneficios o se le exime totalmente de la participación en las pérdidas. Y así, dispone la ley que: es nula la cláusula que aplique a uno solo de los socios la totalidad de los beneficios, y también la que exime de toda parte en las pérdidas la cantidad o cosas aportadas por uno o más socios; pero el socio que no ha aportado sino su industria, puede ser exonerado de toda contribución en las pérdidas (C.C., art. 1664). Esta excepción relativa al socio industrial es más aparente que real, ya que dicho socio perderá siempre su aporte: su trabajo. b) No se consideran leoninas las siguientes cláusulas: la que establece un reparto desigual e incluso desproporcionado de las utilidades en relación al aporte; las que hacen depender la participación de uno de los socios de una condición independiente de la voluntad de los demás contratantes; la que atribuye todos los beneficios al socio sobreviviente, caso en el cual todos los socios tienen un derecho eventual porque cada uno puede llegar a ser sobreviviente; la que establece que, en una circunstancia concreta incierta para las partes contratantes, todos los beneficios vengan a parar a uno de los socios; la que limita la participación en las pérdidas de acuerdo a los aportes de cada socio, sin embargo, esta última cláusula solo tiene validez entre los socios, no frente a los terceros. c) Por último, debe observarse que la sanción de la sociedad leonina, entre nosotros, a diferencia del Derecho Francés, es la nulidad de la cláusula correspondiente y no de la totalidad del contrato. 2. La distribución de las ganancias y pérdidas se rige por las disposiciones del contrato social o los estatutos y supletoriamente por las siguientes normas legales: a) Si el contrato de sociedad no determina la parte de cada socio en los beneficios o en las pérdidas, estas partes son proporcionales al aporte de cada uno al fondo social. La parte de aquel que no ha aportado sino su industria, se regula como la parte del socio que ha aportado menos (C.C., art. 1662). b) Si los socios han convenido en confiar a un tercero la designación de la parte de cada uno en las ganancias y pérdidas, sólo podrá impugnarse la designación hecha, cuando evidentemente se haya faltado a la equidad; y ni aun por esta causa podrá reclamar el socio que haya principiado a ejecutar la decisión del tercero, o que no la haya impugnado en el término de tres meses desde que le fue concedida (C.C., art. 1663). ADMINISTRACIÓN SOCIAL Esta materia se deja a la autonomía de la voluntad de los socios y, de hecho, suele ser regulada por el contrato o los estatutos sociales. Pero, la ley regula supletoriamente los poderes de administración, así: 1. Si la sociedad tiene administradores, se observarán las siguientes reglas: a) Si el administrador es uno solo de los socios, el socio encargado de la administración de la sociedad por una cláusula especial del contrato de sociedad puede ejecutar, no obstante la oposición de los demás socios, todos los actos que dependen de la administración, con tal de que no lo haga con fraude. Esta facultad conferida en el propio contrato social no puede revocarse sin causa legítima mientras exista la sociedad, pero si se ha dado por acto posterior al contrato de sociedad, es revocable como un simple mandato (C.C., art. 1665). Así, si el administrador es extraordinario (nombrado así por el propio contrato de sociedad), la revocación solo procede por causa legítima (fraude, mala administración, etc), mientras que si el administrador es ordinario (nombrado por acto posterior al contrato de sociedad), puede ser revocado libremente, al igual que un mandatario cualquiera. Si en el contrato social nada se estipula, la autoridad judicial es la única competente para apreciar si existe o no una causa legítima para la revocación del administrador extraordinario. Mientras no haya sentencia definitiva, el administrador sigue en ejercicio de sus facultades. La demanda puede ser intentada por cualquier socio aislado. b) Si varios socios son los administradores, hay que tener en cuanta dos reglas: cuando dos o más socios han sido encargados de la administración social, sin determinarse sus funciones o sin haberse expresado que no podrían actuar los unos sin el consentimiento de los otros, cada cual puede ejercer todos los actos de administración separadamente (C.C., art. 1666); y por el contrario, “si ha sido convenido que los administradores deben decidir por unanimidad o por mayoría no puede prescindirse de la una ni de la otra, sino en el caso de que se trate de un acto urgente, de cuya omisión pueda resultar un grave e irreparable perjuicio para la sociedad” (C.C., art. 1667) c) Los socios no administradores no pueden inmiscuirse en la administración; pero tienen el derecho de imponerse personalmente de los libros, documentos y correspondencia de la sociedad. Toda cláusula contraria es nula (C.C., art. 1669). d) En cuanto al cómputo de la mayoría dispone la ley que cuando una decisión deba tomarse por mayoría, éste se computará por personas y no por haberes, salvo convención en contrario (C.C., art. 1670). 2. Si la sociedad no tiene administradores, se aplican las reglas siguientes (C.C., art. 1668): a) Se presume que los socios se han dado recíprocamente el poder de administrar en uno por el otro. Lo que cada uno hace válido, aun por la parte de sus consocios, sin que haya obtenido consentimiento de ellos, salvo a cada uno de éstos el derecho de oponerse a la operación antes de que ésta esté concluida. Así cada socio tiene derecho al veto. El acto celebrado no obstante el veto es anulable, pero por aplicación analógica de las normas sobre mandato parece que la nulidad no puede invocarse frente al tercero de buena fe sin que sin su culpa desconociera la oposición de uno de los socios. b) Cada socio puede servirse de las cosas pertenecientes a la sociedad, con tal que las emplee según el destino que les haya fijado el uso, y que no se sirva de ellas contra el interés de la sociedad, o de modo que impida a sus compañeros servirse de ellas, según sus respectivos derechos. c) Cada socio tiene derecho a obligar a los demás a contribuir con él a los gastos necesarios para la conservación de las cosas de la sociedad. d) Uno de los socios no puede hacer innovaciones sobre las cosas de la sociedad aunque las crea ventajosas a ésta, si los demás no consienten en ello. 3. Sea que la sociedad tenga administradores o no, debe advertirse que en las sociedades civiles, salvo pacto en contrario, la minoría no queda obligada por las decisiones de la mayoría. De allí se deduce que, salvo pacto en contrario: a) Se requiere unanimidad para revocar a los administradores ordinarios sin causa legítima. b) Igualmente es necesario la unanimidad para autorizar al administrador para que realice un acto que no esté permitido por los estatutos. c) Cuando no hay administradores, la oposición de un socio antes de que la operación esté terminada, impide la conclusión de dicha operación, porque implica que no existe unanimidad. d) Es necesario unanimidad para modificar el contrato social en cualquiera de sus cláusulas. Incluso, si se ha pactado la modificación por mayoría, es necesaria la unanimidad para modificar el objeto social e) Se requiere unanimidad para autorizar la cesión de las partes sociales OBLIGACIONES DE LOS SOCIOS PARA CON LOS TERCEROS (RELACIONES EXTERNAS) La ley se limita a establecer que uno de los socios no puede obligar a los demás si no le han confiado poder para ello (Art. 1671 del C.C.V.). Por lo que el socio queda obligado frente al tercero: 1. Cuando celebro personalmente el acto con el tercero; 2. Cuando el administrador, dentro de los limites de sus poderes, celebra el acto frente a los terceros en nombre de la sociedad. 3. Cuando a falta de administrador uno de los socios celebro el acto dentro de los límites de los poderes que señala el Art. 1668 del C.C.V., mencionados anteriormente. 4. Por enriquecimiento sin causa. Medida de la responsabilidad de los socios frente a los terceros: La responsabilidad del socio frente a los terceros en razón de los actos de sociedad: 1. Es ilimitada, en cuanto al monto, de modo que la cláusula por la cual se limita la misma, solo tiene eficacia entre socios y no frente a terceros. 2. No es solidaria sino subsidiaria en el sentido de que es una responsabilidad por la deuda de otro y de que presupone, por ende, un incumplimiento de ese otro. 3. Es por parte viriles, es decir, que los socios responden cada uno por una cantidad y parte igual, aunque alguno de ellos tenga en la sociedad una parte menor, a menos que en el contrato del cual deriva la obligación se haya restringido especialmente la obligación del socio que tiene una parte menor a esta ultima (Art. 1672 del C.C.V.). Si en el contrato o acto de donde deriva la obligación no se ha estipulado, los acreedores no quedan afectados por ninguna limitación de la responsabilidad de uno de los socios establecida en el contrato social. EXTINCION DE LA SOCIEDAD En el proceso de extinción de las sociedades se pueden distinguir las siguientes etapas; a) La disolución de la sociedad, que pone fin a la actividad social encaminada a la consecución del objeto social, lo que acarrea la modificación de la capacidad de goce de la sociedad, la cesación de los poderes de sus administradores y la necesidad de proceder a la liquidación. b) La liquidación, que tiene por objeto poner fin a los vínculos de la sociedad con terceros, de la sociedad con los socios y de los socios entre sí. La disolución pone fin a la actividad de la sociedad dirigida a la obtención del objeto social; pero la personalidad jurídica de la sociedad y las relaciones internas y externas de la misma no se extinguen sino al finalizar la liquidación. Por lo demás, dentro de la liquidación entendida en sentido amplio, pueden distinguirse la liquidación propiamente dicha, que comprende los actos necesarios para poder repartir el activo o pasivo entre los socios y la partición o división que consiste en efectuar es distribución. DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD Los modos de disolución de la sociedad se encuentran establecidos en el Art. 1673 del C.C.V, y estos son: 1. La expiración del plazo por el cual se ha constituido. 2. La consumación del negocio o la imposibilidad de realizarlo 3. La muerte de uno de los socios. 4. La interdicción, insolvencia o quiebra de uno de los socios. 5. La voluntad expresa de uno o varios socios de no querer continuar la sociedad. EFECTOS: a) Hace perder a la sociedad su capacidad jurídica en orden al cumplimiento del fin para el que se creo, es decir, la obtención del objeto social. b) Deja subsistente la personalidad jurídica de la sociedad para los fines de la liquidación hasta el fin de esta. c) Hace cesar los poderes de los administradores, ya que tales poderes solo les fueron conferidos para lo consecución del objeto social. LIQUIDACIÓN Y PARTICIÓN La liquidación consiste en convertir el complejo de las relaciones jurídicas de las cuales es titular la sociedad en un patrimonio susceptible de distribución. Por lo que podemos decir: a) El liquidador será designado por los socios por unanimidad, en caso contrario, lo nombrara un juez a solicitud de parte. b) El liquidador designado por los socios o por el juez solo podrá ser removido por justos motivos. c) El contrato social puede prever un mayor número de liquidadores, condiciones para su designación u otro procedimiento para el nombramiento. La partición se realiza del activo social que resulta después de pagados los acreedores sociales, separadas las sumas necesarias para el pago de deudas no vencidas o litigiosas y reembolsados los gastos o anticipos de deudas que hubiere hecho cualquiera de los socios en interés de la sociedad. Si el contrato no estipulare otra cosa, se procede de la siguiente manera: a) si el líquido partible es suficiente para ello, cada socio tomara una suma igual al valor de su aporte, a menos que este haya consistido en su industria o goce de una cosa, y si aun quedare excedente este será repartido entre los socios en proporción a la parte de cada uno de los beneficios. b) Si el líquido partible fuera insuficiente para cubrir la totalidad de aportes, la perdida se repartirá entre los socios en la proporción estipulada. Las reglas concernientes a la partición en la herencia, a la forma de esta y a las obligaciones que de ella resultan entre los coherederos son aplicables en cuanto sea posible a las particiones entre los socios. (Art. 1680 del C.C.V.).