Subido por Cristian Villamizar

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La Batalla del pantano de Vargas fue un enfrentamiento armado que se
presentó en cercanías al municipio de Paipa el 25 de julio de 1819, entre las
tropas patriotas y las tropas realistas en la campaña libertadora por la
independencia de Colombia.
En ella, el ejército venezolano-granadino al mando de Simón Bolívar
pretendía cerrar el paso a las fuerzas de apoyo de José María Barreiro que
se dirigían a la ciudad de Bogotá. Esta batalla resultó difícil para los
hombres al mando de Bolívar, que estuvieron cerca de la derrota ya que el
ejército se encontraba agotado y desorganizado tras el difícil ascenso al
páramo de Pisba. Sin embargo, el ataque por el flanco del destacamento de
la legión británica al mando del coronel James Rooke, y una oportuna
carga de caballería de los lanceros del coronel Juan José Rondón, recién
llegados al campo de batalla, revirtieron la situación. Rooke, sin embargo,
resultó gravemente herido en el ataque y fallecería algunos días después.
Posterior a este ataque, las tropas realistas huyeron a los Molinos de
Bonza.
El 12 de junio de 1819, las tropas patriotas del general Simón Bolívar se
reunieron en Tame con las tropas granadinas bajo el mando del general
Francisco de Paula Santander. Allí se decidió que la campaña libertadora
continuaría por la ruta hacia Pore, utilizando el camino de Labranza Grande. Y el
Libertador decidió atravesar el páramo de Pisba. Al llegar a Paya, el ejército
patriota encontró un fuerte realista bien diseñado, bien defendido y que
finalmente sería capturado por el general Santander con grupos de asalto.
La vanguardia del ejército, al mando del general Santander, llegó al pueblo de
Socha el 5 de julio, luego de atravesar el páramo en su totalidad. En ese
pueblo, y con el apoyo de los pueblos cercanos, las tropas descansaron, y fueron
ayudadas a recuperarse. Al día siguiente, las tropas del comandante José
Antonio Anzoátegui arribaron al mismo sitio, donde también fueron auxiliadas.
Cuando los españoles se enteraron de la invasión patriota, enviaron tropas hacia
la región invadida bajo el mando del General Barreiro. Dos bloques de 800
hombres fueron enviados a Corrales y Gameza, junto al río Sogamoso. En ese
sitio sucedieron varios enfrentamientos que culminarían con la victoria de las
tropas patriotas a cargo del militar Justo Briseño.
El 22 de julio, el Ejército Libertador contaba ya con 2600 hombres. Bolívar
decide entonces guiar a las tropas por el camino del Salitre de Paipa, para
realizar un ataque por la retaguardia enemiga. Cuando las tropas avanzaban
por el este del Pantano de Vargas, los realistas llegaron a cerrarles el paso.
Las tropas patriotas se situaron frente a las españolas; éstas últimas, sin
embargo, tenían ventaja de terreno, que inclinaría la batalla a su favor.
A las 11 de la mañana inició el combate. El general Bolívar indicó a las tropas
de caballería que debían quedarse en la retaguardia, reservadas para más
adelante. Luego, empezó a enviar al resto del ejército en olas
sucesivas, intentando ganar terreno. La idea del Libertador consistía en
incitar a Barreiro a enviar sus reservas a la batalla con cada retroceso de sus
tropas. Luego de dos horas de combate, las tropas realistas obligaron a la
izquierda patriota, que estaban bajo el mando de Santander y que cargaba y
con bayonetas continuamente, a retroceder, pero Bolívar ordenó una
contraofensiva que recuperó el terreno. Un soldado enemigo disparó hacia la
nuca del general Santander; el coronel París, quitándole la guerrera, verificó
que el proyectil no penetró la piel. Barreiro envió entonces el resto del ejército
español para repeler a los patriotas, es precisamente en ese monento cuando
el General Barreiro grita " Ya ni Dios me quita la victoria", los patriotas
retrocedieron totalmente desorientados, con lo que la victoria española se vio
prácticamente asegurada. En ese momento el jefe patriota envió al combate a
la legión británica, bajo el mando de James Rooke, que cargó contra los
A las seis de la tarde, cuando la derrota patriota era inminente, Bolívar decidió
enviar a las últimas reservas de su ejército, conformada por lanceros llaneros
a cargo del Coronel Juan José Rondón. Fue entonces cuando Bolívar gritó la
histórica frase Coronel, ¡Salve usted la patria!, a lo que el coronel contestó Es
que Rondón no ha peleado todavía. Cargó entonces el lancero contra las filas
enemigas, seguido inicialmente por 14 llaneros más, a los que luego se
unirían los demás jinetes que no habían luchado aún. Los
españoles, completamente desordenados en ese momento, no pudieron
resistir la carga de los lanceros. El ala izquierda avanzó, el ala derecha hizo lo
mismo, y al tiempo de la caballería, Barreiro entonces replegó las tropas que
le quedaban hacia Paipa y Molinos de Bonza, mientras el ejército de Bolívar
regresaba victorioso a Corrales de Bonza al día siguiente. El comandante
Rooke fue herido de gravedad en el combate, y moriría pocos días después.
De esa forma se dio por terminada la batalla de Pantano de Vargas, que
culminó con la victoria patriota, y que dejó como resultado 350 bajas en los
patriotas, y 500 en los realistas. Esta victoria sería la base que definiría el
combate que ocurriría 12 días después en la batalla del puente de Boyacá.
Las consecuencias a corto plazo fueron enormes, ya que sirvieron de
estímulo militar y psicológico a las fuerzas libertadoras, desmoralizando y
poniendo en retirada a los españoles.
El grito de Simón Bolívar Salve usted la Patria es el lema de el arma de
caballería del ejército de Colombia. Se afirma además que en la carga de
lanceros se encontraba el sargento Inocencio Chincá, que le da su nombre
a la Escuela de Suboficiales. El curso de Lancero (En honor al batallón que
decidió la batalla) es uno de los más exigentes del entrenamiento militar no
solo de Colombia sino del mundo.
Tras la estampida de los 14 llaneros, Bolívar gritó a algunos oficiales
subalternos "Infante, Mojica, Carvajal, ¡este es el momento de vencer o
morir!" convirtiendo esta última afirmación en el lema del arma de
Ingenieros.
El coronel James Rooke, herido en el campo de batalla bajo el fuego de la
artillería, fue atendido por un médico que le amputó un brazo sin que él
diera queja alguna: luego de esto, tomó el brazo desprendido con la otra
mano y lo levantó gritando ¡Viva la patria!. El médico, curioso, le preguntó
Which Country? Ireland or England? (¿Cuál patria Irlanda o Inglaterra?) y él
movió la cabeza negativamente, y contestó The Country which will bury me
(La patria que me dará sepultura). Rooke moriría esa misma noche.
Para la celebración de los 150 años de la independencia, el maestro Rodrigo
Arenas Betancourt esculpió la obra en bronce y concreto de 33m de altura (la
más grande de Colombia)
Los Lanceros del Pantano de Vargas o Monumento a los Lanceros es un
monumento erigido por el artista colombiano Rodrigo Arenas Betancur en el
departamento de Boyacá (Colombia) como homenaje a la batalla del Pantano
de Vargas. Se le considera el monumento más grande de Colombia.
El monumento destaca la carga de los 14 lanceros al mando del Coronel Juan
José Rondón. El monumento de 33 m de alto se erigió con motivo del
sesquicentenario de la independencia. En esta obra se conjuga la belleza
arquitectónica y la imponencia escultórica del maestro Rodrigo Arenas
Betancur.
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