Carlos I. Rey de España y Carlos V. Emperador de Alemania (1500-1558) Emperador del Imperio Germánico y Rey de España, nacido en Gante el 24 de febrero de 1500 y muerto en Yuste el 21 de septiembre de 1558. Hijo de Felipe el Hermoso y de Juana I de Castilla, era nieto del emperador Maximiliano I y María de Borgoña, y de los Reyes Católicos. Gracias a un complejo entramado de relaciones dinásticas, en Carlos confluyó una magnífica herencia territorial que le convirtió en el soberano más importante de la Cristiandad. A lo largo de su reinado, Carlos viajó de un extremo al otro de sus dominios y combatió en innumerables campos de batalla. Permaneció poco tiempo en un mismo lugar y nunca tuvo una Corte estable, pero supo rodearse de importantes pensadores, artistas y hombres de ciencia. En 1516, tras la muerte de Fernando el Católico, Carlos se convirtió en el heredero legítimo de todos los estados que habían pertenecido a los Reyes Católicos. El 17 de septiembre de 1517, Carlos de Gante llegó a España para hacerse cargo de sus dominios. El nuevo rey, Carlos I, era un joven ignorante de las costumbres y del idioma de sus súbditos, que además se presentaba rodeado de una corte de personajes extranjeros. Dos años más tarde, en 1519, abandonó la península Ibérica para dirigirse al Imperio Germánico, ya que había sido elegido Emperador. En ausencia del Rey estallaron la revuelta comunera y las germanías. El 23 de octubre de 1520 Carlos I fue coronado emperador como Carlos V. A partir de este momento, Carlos V tuvo que hacer frente a la inmensa responsabilidad de gobernar sobre los territorios más extensos de la Cristiandad. Acometió la dirección de las conquistas en América y la regularización del comercio con el Nuevo Continente, el cisma religioso planteado por los protestantes. En 1555 abdicó en el príncipe Felipe el gobierno de Flandes y el 16 de enero de 1556 el resto de sus territorios, a excepción de la corona imperial que pasó a su hermano Fernando. Carlos se retiró a Yuste, donde residió hasta su muerte en 1558. ECONOMÍA Otro problema del reinado de Carlos V y de todo el siglo XVI fue el endeudamiento crónico de la hacienda pública, puesto que con los crecientes impuestos y con el oro y plata americanos no había suficiente para financiar las costosas guerras exteriores que afrontó el emperador. A los principales impuestos tradicionales hubo que añadir nuevas vías de financiación (los millones gravaban los artículos de primera necesidad, de ahí su enorme impopularidad. La deuda gigantesca que acumuló Carlos V con banqueros europeos (Fugger, Welsser…) fue una de las causas de su abdicación (El 16 de enero de 1556 el emperador Carlos V renunció a todos sus títulos (excepto los asociados a territorios alemanes) en favor de su hijo Felipe, que se convirtió, en particular, en el rey Felipe II de España) . Castilla fue la gran perjudicada por esa política, pues contribuía a los gastos en mayor proporción que los otros reinos hispánicos. Un hecho de gran relevancia que afectó a todos fue la enorme inflación derivada de la llegada de los metales procedentes de las minas americanas. Pese a ello hasta mediados del siglo la población y la economía crecieron, siendo sus sectores clave la agricultura (que abastecía al mercado americano), la producción y exportación de lana, la del hierro vasco y la industria de astilleros en Andalucía. Sevilla, debido a su papel en el comercio con América, se convirtió en una de las ciudades europeas de mayor actividad mercantil. Pero el imperio fue acumulando graves problemas internos y externos que llevaron a la desaparición de su hegemonía en Europa, consumada al morir el último monarca de la casa de Austria, Carlos II, en 1700. Sistema fiscal: Deuda flotante será con los banqueros y sus préstamos. Tendrá que devolverse con altos intereses, mediante letras de cambio. Deuda consolidada: Los asientos, son los contratos con los banqueros. Serán avalados por la recaudación de Indias, las Rentas eclesiásticas, etc. Los Juros, bonos de deuda pública. El Rey recibe un capital y lo va devolviendo año tras año.. Los Juros son de origen medieval y son de tres tipos: 1º) Heredad.- que pasa de padres a hijos. 2º)Perpetuo.- de origen también medieval, en contra del anterior no es para siempre. 3º Al Quitar.- se puede retirar la carga en algún momentos, cuando se paga con sus intereses. Rentas ordinarias: dependen de la soberanía del Rey y tiene derecho a cobrarlas. Se van a poyar sobre los Juros. Servicio de Cortes: un acuerdo con las ciudades, que tendrán que prestarle su ayuda, a cambio de un tratamiento especialmente distinto.. Cuentas Eclesiásticas: subsidio y la cruzada. rentas proceden de un acuerdo con el Papa. La Cruzada, son “Bulas de Cruzada” que se daban a los creyentes. En 1534, se forman las Diputaciones, que agruparán las recaudaciones de encabezamiento de todas las ciudades. POLITICA Al comienzo del reinado de Carlos I se produjeron dos rebeliones internas que se relacionan con la falta de identificación de diversos sectores con la orientación política del nuevo rey, así como con diversos conflictos sociales: son las rebeliones de las Comunidades de Castilla y las Germanías de Valencia y Mallorca, que tuvieron el carácter de revueltas políticas, pero también fueron revueltas sociales y antiseñoriales. Posteriormente surge el Consejo de Estado que se ocupaba de la política exterior. Las Cortes siguieron celebrándose por reinos (Castilla, Aragón, Valencia y Cataluña). Tuvieron siempre carácter estamental. Con el tiempo fueron perdiendo importancia, los reyes sólo los convocaban cuando querían subsidios económicos. Los gobiernos locales siguieron encomendados a Concejos o Cabildos, para el gobierno municipal (alcaldes, regidores…) y a corregidores, que eran los representantes del rey. Estos gobiernos locales fueron desempeñados por las propias oligarquías de las ciudades. La justicia estuvo en manos de las Audiencias. El poder supremo fuera de Castilla lo tuvo el virrey, que era la máxima autoridad en todos los territorios de la Corona de Aragón. Tenía poder civil, militar y judicial. Fuera de la Península también se establecieron virreinatos (Nápoles, Sicilia, América…) El poder real se completaba con un poderoso ejército dependiente del rey y no de los nobles. Su mantenimiento y organización consumía la mayor parte del tesoro. Otro de los grandes poderes de la época fue la Iglesia, que no sólo intervino en asuntos religiosos sino, tanto o más, en civiles. La mejor prueba de la unión entre la Iglesia y la Monarquía fue la Inquisición. Política exterior Carlos V entendió que el Imperio español tenía una gran misión histórica que cumplir: el mantenimiento de una monarquía cristiana y universal cuya jerarquía espiritual ostentaba el Papa y él, el jefe político, frente a la triple amenaza de los príncipes protestante, de los turcos y de las apetencias de Francia. (Idea imperial de Carlos V). Esta idea, que no compartían otros reyes, hizo que el emperador se viera envuelto en continuas guerras. SOCIEDAD. En el siglo XVI se difundió por casi toda Europa el movimiento cultural denominado Renacimiento, que había surgido en Italia en el siglo XV. Se caracterizó por la renovación del lenguaje artístico y por la difusión de la cultura clásica. El principal fundamento filosófico se designa con el nombre de Humanismo, movimiento cultural de recuperación de la cultura clásica, que consideraba al hombre el centro de todas las cosas y como protagonista de la Historia, exaltándose la idea del individualismo. El antropocentrismo humanista se opone al teocentrismo medieval. Se extendió la actitud crítica y se lograron notables avances científicos y técnicos, basados en la observación y en la experimentación. Se progresó mucho en el conocimiento del mundo, realizándose importantes descubrimientos geográficos, especialmente en América, llegándose a realizar la primera vuelta al mundo. Muy importante fue el descubrimiento y la difusión de la imprenta, ya que sirvió para difundir a gran velocidad las ideas y las innovaciones técnicas. Durante el siglo XVI se produjo un fuerte incremento de las actividades industriales y se desarrollaron las ciudades y el comercio, por lo que se pusieron las bases del sistema capitalista. El crecimiento de la industria fue uno de los motivos de la búsqueda de nuevos territorios para conseguir materias primas, además de suponer la apertura de nuevos mercados donde difundir los productos industriales. Además, el comercio del Mediterráneo estaba dominado por los turcos, lo que, unido a los progresos en la navegación, impulsaron las exploraciones de ultramar. RELIGIÓN En el siglo XVI se produjo la división definitiva de la Iglesia Cristiana, entre católicos y protestantes. Dicha división estuvo provocada por diversas causas. Por un lado, la Iglesia controlaba amplias extensiones territoriales en los que recaudaba impuestos, por lo que los estados buscaron desligarse de estas obligaciones tributarias y anexionarse los territorios. Por otro, la iglesia sufría una profunda crisis moral, con abusos de poder, la venta de indulgencias, el incumplimiento de los votos sacerdotales, etc. Otra de las causas fue la difusión de la Biblia, gracias a la imprenta, que puso los Evangelios al alcance de la mayoría de los creyentes. Los Evangelios, fuente de la doctrina cristiana, mencionaban la renuncia de los bienes terrenales, de la humildad y de la pobreza, frente a una Iglesia que hacía ostentación de la riqueza, con jerarquías muy enriquecidas y el disfrute de privilegios. Esto hacía más necesaria la reforma de la Iglesia, que debería volver a su simplicidad primitiva. Había que atenerse a lo expresado en los evangelios y cada uno podría interpretar la palabra de Dios según su conciencia. La reforma fue iniciada por el monje alemán Martín Lutero (1483-1546). Había viajado a Roma en 1511 donde conoció la decadencia de la Iglesia romana. En 1521 el Emperador Carlos V convocó la Dieta de Worms donde se intentó una reconciliación, y dado que Lutero seguía con los mismos planteamientos fue condenado.