Vol. 48 N.º 1 2015 Al‑Anon y Alateen en acción Pasajes traducidos de la revista The Forum de enero y febrero de 2015. Aprendí a aceptar lo que es el perdón Dianne M. – Carolina del Norte The Forum, enero de 2015 No me gusta la palabra «perdón», la cual durante mucho tiempo ha representado una idea y una práctica desafiantes y confusas para mí. Crecer en la enfermedad familiar del alcoholismo condujo a malentendidos y a la tergiversación de muchas cosas, incluidas algunas palabras. «Lo siento» y «Te perdono» muchas veces fueron expresiones forzadas carentes de significado. «Dile a tu hermana que lo sientes» o «Dile que la perdonas» era como decir que algo estaba bien cuando en realidad no lo estaba. El mismo comportamiento a menudo persistía después del «Lo siento». Dentro de mí había culpa y condena propia, porque, si yo hubiera sido «buena» de verdad, hubiera podido perdonar con sinceridad. Me he dado cuenta de que el diccionario es útil. «Perdonar» se define como «renunciar al resentimiento contra alguien o al deseo de castigar... renunciar a todas las intenciones de castigar o de imponer sanciones por una ofensa». ¡Cielos! Puedo perdonar sin decir que el mal comportamiento de alguien es aceptable u olvidado y Al‑Anon y Alateen en acción sin ofrecerme voluntariamente a recibir abuso constante. Hace poco asistí a una reunión de Al-Anon sobre el perdón. Allí estaban otras personas que también tenían dificultades con esa palabra. Muchos de los relatos se relacionaban con guardar resentimientos, juzgar a los demás y enfermarse a consecuencia de eso. Allí escuché una de mis frases favoritas: «El acumular resentimientos es como beber veneno y esperar a que la otra persona muera». Perdonar es para mí, no para la otra persona. El hacerlo libera energía para utilizarla en la recuperación de esta poderosa enfermedad. Me libera del veneno que me hace daño. Aunque todavía no me agrada mucho la palabra perdón, realmente quiero «renunciar a todas las intenciones de castigarme a mí misma y de castigar a los demás», y dejar que el que juzgue sea un Poder superior a mí. 1 Desisto del control al mantener el enfoque en mí Kay M. – Ontario, Canadá The Forum, febrero de 2014 Al crecer en un hogar alcohólico caótico y violento, el único momento en que pude sentirme protegida y segura fue cuando tuve la ilusión de controlar. Me convertí en una experta manipuladora de personas y situaciones. Aprendí a dirigir el enfoque hacia otras personas y cosas para satisfacer mi felicidad. No sabía que yo era la única y verdadera fuente de mi propia felicidad. Enfocarme hacia adentro era demasiado doloroso, hasta que encontré a Al-Anon. Hoy en día, sé que la única persona a quien puedo controlar es a mí misma. Puedo permitirle a mi Poder Superior, a quien encontré en Al-Anon, dirigirme en todos los aspectos de mi vida. Puedo confiarle todos los resultados, las personas y las situaciones a Él, quien es todopoderoso. Con la ayuda de mi Madrina, del programa de Al-Anon y de la Literatura Aprobada por la Conferencia he comenzado la práctica diaria de mantener el enfoque en mí, en mi vida y en mi viaje hacia la recuperación. Al principio tuve que realizar un esfuerzo consciente y constante por mantener el enfoque en mí; pero, con la práctica diaria, eso se ha convertido en algo completamente natural y en un hábito positivo. Hoy reconozco que tengo opciones con respecto a dónde enfocar mi tiempo y mis energías, aspectos que aprecio y son de gran valor para mí. 2 Foto: Lynn MacK., Florida Las recompensas de mantener el enfoque en mí han sido incontables. Estoy en mejores condiciones que antes desde el punto de vista físico, mental, emocional, económico y espiritual. Ya no necesito la ilusión de controlar para sentirme protegida y segura. Todas mis relaciones son más felices y saludables. Todos mis seres queridos y yo tenemos ahora la capacidad, la dignidad, el respeto, el privilegio y la responsabilidad de tomar nuestras propias decisiones y cometer errores, de resolver nuestros propios problemas, y de tener nuestras propias opiniones. Cuando empecé a vivir en la solución, el problema desapareció. Cuando me enfoco en las buenas cualidades de otras personas, ellas crecen continuamente. Cuando veo lo que le puedo agregar a una situación, puedo enseñar lo que es amor y paz. Mi vida se vuelve más plena, más valiosa y mejor. Vol. 48 N.º 1 2015 Una madre se da cuenta de que las decisiones no son ni «correctas» ni «equivocadas» Julie E. – Minnesota The Forum, febrero de 2015 Me sentí muy triste cuando mi hijo me llamó de la cárcel. Había estado sobrio durante un año entero cuando él y su novia tuvieron una disputa verbal y ella llamó a la policía. Lo arrestaron y se lo llevaron a la cárcel, por lo que perdió su trabajo y su apartamento. «Actualmente me siento más cómoda en los tonos “grises” gracias a una forma de pensar más clara en Al-Anon». Sabía que no debía sacarlo bajo fianza, pero no sabía qué hacer cuando me preguntó que si le podía limpiar su apartamento. Allí tenía un dinero escondido que estaba ahorrando para un automóvil, un juego de comedor, ropa y un nuevo televisor de pantalla plana, para lo cual había trabajado duro. Él vivía a cuatro horas de donde yo vivía. ¿Limpiar su apartamento era propiciar? No estaba segura, así que hablé con mi Madrina y con varios miembros de Al-Anon que tenían hijos adultos. Después de meditar y orar, decidí que estaría bien limpiar su apartamento. Aprendí mucho sobre mí misma durante el proceso. Aprendí que puedo tomarme mi tiempo y que Al‑Anon y Alateen en acción tengo opciones. Puedo pensar sobre lo que quiero hacer, y por qué, y sobre cuáles podrían ser las consecuencias de mi decisión. Luego puedo tomar una decisión. No tengo que reaccionar de inmediato y hacer algo que posteriormente podría lamentar. No existen decisiones «correctas» ni «equivocadas» en Al-Anon. Me crie en un hogar muy conservador donde nunca hubo ningún tono «gris» en ninguna decisión que fuera necesario tomar. Todo era bueno o malo, blanco o negro, sí o no y todo o nada. En Al-Anon me enteré de que la mayor parte de la vida sucede en los tonos «grises». No me apresuraré a juzgar a quienes toman decisiones diferentes a las que yo tomaría. La mayor parte de las situaciones son más complicadas de lo que parecen ser de afuera hacia adentro. Ayudarle a mi hijo con limpiar su apartamento y rescatar sus pertenencias son cosas que sin duda cayeron en el tono «gris». Actualmente me siento más cómoda en los tonos «grises» gracias a una forma de pensar más clara en Al-Anon. Siento que uno de mis defectos de carácter permanentes: juzgar, puede estar en proceso de ser eliminado. Ahora puedo ver la forma en que juzgué a otras personas que tomaron decisiones con las que no estuve de acuerdo en el momento. 3 Me di cuenta de que un par de mis queridos amigos en Al-Anon no estuvieron de acuerdo con mi decisión, pero pudimos estar de acuerdo en estar en desacuerdo e incluso respetarnos y amarnos el uno al otro. Una de mis amigas más cercanas no estuvo de acuerdo con que yo limpiara el apartamento de mi hijo y por esa razón no se sintió a gusto en cuanto a ayudarme. Eso fue doloroso y difícil de aceptar, pero la toma de esa decisión era asunto suyo. Tuve todo el apoyo de muchas otras personas en el programa. Todo se acomodó perfectamente bien con los que estaban dispuestos a ayudar, así que sabía que eso era lo que debía hacer. Antes de Al-Anon, probablemente hubiera cambiado de opinión si un amigo no hubiera estado de acuerdo conmigo, porque yo necesitaba aprobación urgentemente. Actualmente le pongo atención a mi corazón más de 4 cerca y tomo decisiones que son buenas para mí. También he notado que mis decisiones provienen con mayor frecuencia del amor que del temor y de la compasión en lugar de la crítica. Me di cuenta de que cuando pedía ayuda, la gente se acercaba a ayudarme. Me sentí humilde. Mi hermana me ofreció su ayuda sin que yo se lo pidiera. Lloré. Durante años, nuestra relación había sido superficial, pero desde que asisto a Al-Anon, he aprendido a aceptarla tal como es. Ya no trato de controlar su vida, y nuestra relación ha mejorado y se ha profundizado. Estoy muy agradecida de tener una «verdadera» hermana en quien puedo confiar, quien me brinda apoyo y comprensión. Aprendí que tengo que permitirme ser vulnerable para que la gente me vea y me conozca tal como verdaderamente soy. Oculté partes de mí durante años. Nadie se dio cuenta Vol. 48 N.º 1 2015 nunca de que yo necesitara ayuda porque siempre actué con firmeza y en control. Aprendí que si mis decisiones resultan ser un error, eso no será el fin del mundo. Soy humana. Puedo cometer errores. Está bien. No tengo que ser perfecta. Y puedo cambiar de opinión en cualquier momento. Siempre hay opciones. «… mis decisiones provienen con mayor frecuencia del amor que del temor y de la compasión en lugar de la crítica». Me siento bien en cuanto a ayudar a mi hijo sobrio en lo que pueda, pues sé lo que es tener padres que no brindan apoyo ni ayuda en momentos difíciles. Aprendí que era mejor errar cuando se trata de ayudar, en lugar de no ayudar. Puede haber límites para mi ayuda. No tengo que sobrepasarme. Quiero ser una madre amorosa, solícita y bondadosa. También sé que puedo establecer límites y fronteras, pues necesito tener en cuenta que ocuparme de mí es lo primero. Al llegar al apartamento de mi hijo y abrir la puerta, mis lágrimas comenzaron a brotar. Era hermoso — acogedor, organizado, limpio y lleno de colores creativamente utilizados, con literatura sobre la recuperación y frases en todo lugar—. Llegué a apreciar el gran esfuerzo que había realizado por crear un espacio cómodo para él, aunque estaba trabajando largas horas, seis días a la semana, cumpliendo los requisitos de su libertad condicional, y no tenía automóvil. Aprecié de nuevo sus esfuerzos. También ayudó que el señor de ochenta años que vivía en el apartamento de abajo hablara muy bien de él. El progreso que mi hijo había tenido lo logró sin mi apoyo, y el hecho de que hubiera estado sobrio durante todo un año era un milagro. No sé qué le vaya a pasar a él más adelante, si le voy a ayudar o cómo lo voy a hacer, pero sé que hoy no tengo que preocuparme. No necesito perder el sueño pensando en eso. Puedo esperar a ver qué sucede después. Puedo tomar otra decisión informada cuando sea el momento adecuado. Y, por eso: ¡Gracias, Al-Anon! Puede reproducir este artículo en su sitio web o en su boletín con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con la autorización de The Forum, Al‑Anon Family Group Hdqts., Inc., Virginia Beach, VA. Al‑Anon y Alateen en acción 5 Cuando brindamos servicio recibimos recuperación En mi primera reunión, sentí esperanza y empecé a creer que mi vida podría cambiar. Yo quería ser parte de este grupo feliz, así que empecé a participar en el servicio casi inmediatamente. Así es como empecé a crecer. Aprendí nuevos comportamientos, y que las palabras tales como «no» se pueden decir sin enojo. Como mi recuperación se ha profundizado, ahora siento una transformación de mi espíritu. Digo cosas que nunca antes 6 pude decir, tales como: «Cometí un error». Hago las cosas que nunca antes pude hacer, tales como sentarme, escuchar y no dar mi opinión. Mi vida es mejor de lo que nunca podría haberme imaginado. Me estoy convirtiendo en la persona que mi Poder Superior destinó que fuera, gracias al programa y al milagro del servicio. Shelley C. – Florida The Forum, enero de 2015 Vol. 48 N.º 1 2015 Me permito pedir ayuda Priscilla The Forum, enero de 2015 Cuando tengo un problema en mi vida, mi respuesta es reflexionar sobre el mismo yo sola. Tengo que pensar que soy bastante inteligente, y puedo llegar a obtener una buena solución por mí misma. Cuando he tenido que enfrentar algún problema, me han instado a que llame a mi Madrina o a otros miembros del grupo, pero hasta parece que creo que puedo manejar todo por mi cuenta. «Pedir ayuda me permite reconocer que no lo sé todo». Cuando me preguntan por qué no llamo para pedir ayuda, no estoy segura de la respuesta. ¿Soy demasiado orgullosa como para pedir ayuda? ¿Es que no quiero que nadie sepa que no puedo manejar todos los asuntos de mi vida por mi cuenta? Quizás lo que quiero es aparentar que todo lo tengo bajo control. Quizás soy demasiado engreída como para pedir ayuda. Quizás creo que sólo yo puedo encontrar las respuestas correctas—y que si tomo tan solo un poquito de tiempo para solucionar el asunto, puedo encontrar una buena solución yo sola—. Quizás sea demasiado tímida. No quiero molestar a nadie con mis inquietudes, ni interrumpirle su día. Al‑Anon y Alateen en acción Sean cuales sean mis razones para no haber ido en busca de ayuda, me estoy dando cuenta de lo equivocada que he estado. Cuando hablo con otra persona sobre cosas que me preocupan, me percato de que mi punto de vista no es el único posible. Puedo ver las cosas desde un ángulo diferente, o darme cuenta de que hay opciones a mi alcance que no había visto antes. Puedo escuchar lo que otra gente piensa y luego decidir lo que quiero hacer, pero tendré una nueva perspectiva sobre el asunto. 7 Pedir ayuda me permite reconocer que no lo sé todo. No tengo la capacidad de ver todos los lados de un problema. He llegado a comprender que no se espera que yo lo sepa todo. Pedirle a otra gente que me ayude es abrir la mente y el corazón a nuevas posibilidades. Una de las lecturas en las últimas semanas habló sobre cómo nuestro Poder Superior puede obrar por medio de la ayuda que nos damos mutuamente. Últimamente he estado pensando bastante en eso, lo cual me 8 hace recordar una paráfrasis de los tres primeros Pasos que leí en algún lugar: «Yo no puedo, mi Poder Superior puede, voy a dejar que Él tome las riendas». Si no soy lo suficientemente receptiva para poder pedir ay uda, ¿cómo voy a aprender a soltar las riendas y dejar que mi Poder Superior me ayude? Soltar las riendas de todas las cosas que no puedo controlar y aceptar ayuda donde esté al alcance son nuevas habilidades que estoy aprendiendo. Vol. 48 N.º 1 2015 No estoy sola Actualmente Al-Anon es mi mayor bendición y la razón de mi mayor gratitud. El programa me ha presentado a un Poder Superior que puede apartarme del camino con el fin de realizar Su obra. Después de que mi hijo estuvo en tres programas de tratamiento, realizó una gran cantidad de viajes a la sala de emergencias, perdió su empleo en numerosas ocasiones y tuvo accidentes automovilísticos, me sentí vacía por dentro —con una cuenta bancaria Código Postal 23454 sin fondos y un alma carente de compasión—. Por medio de los Doce Pasos, de una Madrina y de afectuosas opiniones en las salas de recuperación, he aprendido a volver a participar en mi propia vida con la seguridad absoluta de que no estoy sola. Puedo trabajar productivamente y puedo llevarles el mensaje de esperanza a los demás, quienes han vivido mi dolor. Martha N. – Arizona The Forum, febrero de 2015 Soy lo que es mi historia de éxito en Al-Anon Practico mis Doce Pasos mediante el estar allí para los demás — ­ porque alguien estuvo allí, en el centro de tratamiento sobre el alcohol donde estaba mi ser querido, para hablarme de Al-Anon—. La semana pasada nos pidieron que compartiéramos una historia de éxito en Al-Anon. Sufrí una crisis interna repentina debido a que mi hijo estuvo internado en dos centros de tratamiento, nunca experimentó la alegría de la sobriedad y se suicidó a los dieciocho años de edad. Luego mi programa de Al-Anon se hizo presente y me di cuenta de que soy lo que es mi historia de éxito en Al-Anon —he sobrevivido—. Al-Anon me acogió cariñosamente en sus brazos hasta que recuperé mi salud mental. Después de haber Al‑Anon y Alateen en acción practicado por escrito muchas veces los Pasos Cuarto y Quinto y de haber meditado constantemente, solté las riendas con respecto a pensar que debí haber hecho más, a culpar a mi esposo por ser alcohólico y a enojarme porque mi hijo no hubiese encontrado la sobriedad. Finalmente entendí mejor la enfermedad del alcoholismo y me di cuenta de lo mucho que me afectó. Hoy en día, puedo decir sinceramente que soy feliz. Así que, independientemente de lo que les suceda a «ellos», tal como nuestra Bienvenida lo dice de una mejor manera, puedo encontrar «… felicidad, ya sea que el alcohólico siga bebiendo o no». Carolyn H. – Florida The Forum, febrero de 2015 9 Aprendí a confiar de nuevo Greg W. – Minnesota The Forum, febrero de 2015 Cuando yo era un niño que crecía en un hogar alcohólico, sufría una pesadilla recurrente. Una y otra vez, el sueño me despertaba aterrorizado. En mi sueño, me asomaba por la ventana de mi habitación del segundo piso en la oscuridad de la noche. Mi padre se alejaba en su auto con una mujer extraña a quien yo no conocía. Mi madre salía corriendo por la puerta detrás de él y le gritaba: «Salte de ahí, salte de ahí». Las lágrimas me corrían por las mejillas y me ponía a temblar de miedo aún después de despertarme. «Ahora duermo profunda y tranquilamente la mayor parte del tiempo». En el programa escuché a alguien decir: «Me despertaba el bullicio de un alcohólico y nunca más pude volver a dormir bien hasta que obtuve ayuda». Lo mismo también me sucedía a mí. Muchos años después, en Al-Anon encontré la ayuda que necesitaba. Llegué a entender que el sueño se debía a que cada vez confiaba menos en las personas de las que dependía, a raíz del problema de alcoholismo que cada día se hacía más grande en nuestro hogar. Poco a poco y sucesivamente, en Al-Anon aprendí que estaba bien volver a confiar. Al ir a las reuniones con regularidad, practicar los Doce Pasos y compartir con mi Padrino, descubrí tres cosas: Dios no estaba en mi contra, yo verdaderamente tenía mérito, y podía confiar en que otras personas escogidas no me hicieran daño. Mis amigos en Al-Anon no sólo prosperaban sino que crecían y desarrollaban hábitos de vida saludables. Me sentí atraído por eso y todavía me siento así en la actualidad. En Al-Anon aprendí a confiar en Dios. Hice lo que me correspondía y les llevé el mensaje que me habían dado a mí a los que todavía estaban en dificultades. Todo esto me ayuda a confiar más y más. Ahora duermo profunda y tranquilamente la mayor parte del tiempo. En Al-Anon compartimos hoy nuestros sueños quebrantados del pasado, para que eso quizás nos ayude a todos a confiar en nuestros sueños futuros para un mañana brillante y seguro. Puede reproducir este artículo en su sitio web o en su boletín con la nota de reconocimiento siguiente: Reimpreso con la autorización de The Forum, Al‑Anon Family Group Hdqts., Inc., Virginia Beach, VA. 10 Vol. 48 N.º 1 2015 Mi Padrino o Madrina, mi recuperación Mi sendero hacia el padrinazgo: de la ansiedad al valor Deanne J. – California The Forum, febrero de 2015 Cuando asistí a mi primera reunión de Al-Anon y escuché la palabra «padrinazgo» me sentí confundida. Sabía que las estrellas del deporte y los programas de entrevistas en televisión tenían padrinos, pero ¿qué significaba eso para mí? Después de algunas reuniones, me di cuenta de que un Padrino o una Madrina era un/a fiel amigo/a con quien puedo compartir mis circunstancias de la vida detalladamente y alguien que me puede ayudar a practicar los Pasos. Después de unos meses, encontré una mujer dispuesta a amadrinarme, y así empezamos en mi viaje espiritual. Durante el tiempo que practicamos los Pasos, se me ocurrió que esta mujer pasaba una cantidad excesiva de tiempo conmigo —mucho más de lo que ninguna otra persona estaría dispuesta a pasar en ese momento, de acuerdo con mi opinión—. Ella hablaba del momento en que yo estaría dispuesta a retribuirle a otro miembro. Ese fue un pensamiento aterrador. No podía imaginarme que en algún momento quisiera llegar a ser Madrina. ¿Cuándo iría yo a tener el tiempo, el conocimiento, o las respuestas correctas? Me imaginaba tener que acortar las conversaciones para poder llamar a mi Madrina y preguntarle sobre lo que era correcto decirle a alguien que quisiera que yo fuera su Madrina; pero ella no me presionó, sino que siguió trabajando conmigo en los Pasos. Cuando otros miembros me pedían que los amadrinara, yo les decía que era demasiado nueva en el programa, que primero necesitaba terminar los Pasos, o que no creía que fuera la elección correcta. Nunca Al‑Anon y Alateen en acción me di cuenta de lo hiriente que era eso en ese momento. Finalmente, al momento en que terminé los últimos Pasos, experimenté un cambio. Me di cuenta de que lo que necesitaba no eran las respuestas «correctas», sino únicamente estar dispuesta a escuchar y compartir mis experiencias. No tenía que preocuparme de que lo que dijera estuviera equivocado, sino solamente de que estaba siendo sincera. Hoy tengo la dicha de amadrinar a varias personas maravillosas. Mi relación con ellas es la mejor parte de Al-Anon para mí, y ellas siguen viniendo. Me da tristeza cuando no sé nada de ellas al pasar la semana, pero al mismo tiempo recuerdo cómo era conmigo. Cuando me pregunto si le estoy quitando demasiado tiempo o molestando a mi Madrina, eso me hace recordar que tengo que pensar en el Primer Paso. No tengo ningún poder sobre ninguna persona, ningún lugar ni ninguna cosa. Ellas tomarán la decisión de levantar el teléfono. Puedo llamar y dejar que ellas tomen la decisión de contestar o no. Aunque me encanta ser Madrina, amo a mi Madrina y la necesito aún más. He concluido los Pasos y las Tradiciones, pero todavía necesito a alguien con quien hablar, alguien que me ayude a encontrar diferentes perspectivas. Mi Madrina es quien me reconforta cuando me siento inestable, y la quiero como si fuera mi hermana. El padrinazgo comenzó como un sendero incierto, un sendero por el que me dirigí con ansiedad, luego con valor. Ese sendero me llevó a un lugar de paz, y por eso me siento eternamente agradecida. 11 Viviendo nuestros principios espirituales – Ampliando nuestra visión Convirtiendo las «¿Y si…?» en verdaderas posibilidades Tina B. – Presidenta de la Conferencia The Forum, enero de 2015 Cuando entré por la puerta de Al-Anon, mi visión se enfocaba especialmente en algo: el alcohólico. La fuerza que en ese momento me daba impulso se fundamentaba en lo que él estaba o no estaba haciendo y en cómo podría yo controlar el caos en nuestro hogar. Si el alcohólico tan solo cooperara, podríamos ir alegremente por el sendero de la vida y ser felices. Todos los principios espirituales u orientadores con los que crecí quedaron rezagados en la orilla del sendero cuando traté de controlar el alcoholismo. «La vida es realmente diferente al ir de las profundidades de la desesperación y la frustración a la toma de decisiones conscientes con base en los principios espirituales». En Al-Anon me indicaron que yo podría ser feliz ya fuera el alcohólico estuviera bebiendo o no. Acepté mi incapacidad ante el alcohol, con gran alivio, ya que era claro que yo había fallado. Me pidieron que pensara en lo que yo necesitaba o quería. Al principio no tenía ni idea, pero comencé a considerar la idea de que yo tenía mis propias necesidades y mis propios deseos. Me ofrecieron cordura y 12 serenidad, y lo que es más importante: la compañía en este sendero de recuperación. Mediante el proceso de estudio y práctica de los Pasos, las Tradiciones y los Conceptos definitivamente me di cuenta de que tengo una vida que vivir y principios espirituales que me guíen. La vida es realmente diferente al ir de las profundidades de la desesperación y la frustración a la toma de decisiones conscientes con base en los principios espirituales. Ha sido fortalecedor ofrecerles respeto y confianza mutuos a mis seres queridos y a aquellos con quienes trabajo en vez de críticas y argumentos en cuanto a quién tiene la razón y quién está equivocado. El participar como igual con los demás me da la libertad de llevarles mis ideas y habilidades a cualquier grupo. Vol. 48 N.º 1 2015 Viviendo nuestros principios espirituales – Ampliando nuestra visión Vivir de acuerdo con la guía de nuestros principios espirituales en lugar de reacciones y hábitos me ha dado la seguridad de que puedo confiar en mí misma, así como en las demás personas que elijo tener en mi vida. Puedo empezar a ver mayores posibilidades y soñar de nuevo. Puedo extenderme más allá de mi enfoque en estar a un paso del desastre y ampliar mi visión para ver una extensa gama de belleza y posibilidades. Orarle a mi Poder Superior para que me oriente me ayuda a tener confianza para seguir adelante, con la firme esperanza de que el rumbo sea el correcto. El tema de la Conferencia de Servicio Mundial de 2015: «Viviendo nuestros principios espirituales – Ampliando nuestra visión», nos reta a trabajar en unidad y respeto mutuo para satisfacer las necesidades actuales de la hermandad, al mismo tiempo que extendemos y ampliamos nuestra visión para incluir futuras necesidades y deseos. ¿Y si cualquier cosa es posible? ¿Y si todos los profesionales regularmente remitieran sus clientes a Al-Anon? ¿Y si todas las personas afectadas por el alcoholismo encontraran una reunión de Al-Anon a la cual llamar su grupo base? Juntos viviremos nuestros principios espirituales y preveremos todas las posibilidades positivas de las «¿Y si…?». Cómo resolver conflictos —a la manera de Al -Anon— Este año, cuando haya que lidiar con situaciones de conflicto en su grupo de Al-Anon o en la labor de servicio, tome en cuenta utilizar los siguientes instrumentos para una resolución más rápida y fácil: • Tarjeta de bolsillo Intecambio amo‑ roso para resolver conflictos (SS-71) • Juego de tarjetas Resolución de conflictos utilizando nuestras Doce Tradiciones (SS-72) • Folleto Hablen mutuamente – Resolución de conflictos dentro de Al-Anon (SS-73) NUEVO • Serie Utilizando los principios de Al-Anon para resolver conflictos (SK-70) NUEVO Estos instrumentos para la resolución de conflictos están ahora disponibles para la compra por medio de su Centro de Distribución de Publicaciones local. Al‑Anon y Alateen en acción Dentro de los Grupos de Familia Al‑Anon www.al-anon.org/miembros Manteniéndonos conectados en la labor de servicio Por Tom C. – Director Adjunto de Comunicaciones – Literatura The Forum, enero de 2015 Me siento muy agradecido de que cuando comencé a asistir a las reuniones de Al-Anon, otro miembro me sugiriera que siempre dijera que «sí» en Al-Anon. Consecuentemente, aunque rara vez me ofrecía como voluntario para el servicio, siempre que los miembros me pedían que ayudara, yo lo hacía. Al principio era «¿Podrías preparar el café el próximo mes?», o «¿Podrías poner la literatura en el estante de exhibición?», y luego avanzó a «¿Podrías coordinar la reunión de la próxima semana?» Aunque esas eran tareas simples, al principio me llenaban de temor de que pudiera decepcionar a mis compañeros. Luego, entre más participaba en la labor de servicio, más crecía mi confianza, y las responsabilidades llegaron a ser mayores. Al poco tiempo, contestaba el teléfono en el Servicio de Información de Al-Anon local. Para alguien que antes se aterrorizaba de hablar por teléfono con extraños, pronto aprendí a enfrentar mis temores. Una cosa que me ayudó mucho fue darme cuenta de que no estaba solo. Si me sentía confundido con una pregunta o una tarea en particular, siempre había 14 otros miembros a quienes podía llamar. También había una cantidad de recursos en la oficina —instrumentos de los que yo no estaba al tanto a nivel de grupo—. Un tablero de anuncios en la oficina siempre incluía la última edición de The Forum, Area Highlights (Lo más destacado de la Zona), publicado en inglés con una página en español, y los boletines del SIA y de la Zona. Todas estas publicaciones incluían no sólo noticias e información de la Oficina de Servicio Mundial, sino que también relatos escritos por miembros que participaban en el servicio, en los cuales compartían sus experiencias. Todas las Guías a seguir de Al-Anon estaban en el estante de la literatura. Un ejemplar del Manual de Servicio de Al-Anon y Alateen más reciente permanecía en el escritorio. Fue en ese Manual donde aprendí por primera vez que los Doce Conceptos de Servicio eran el camino hacia la «Recuperación mediante el servicio». Todas estas publicaciones me conectaron no solamente con los miembros más allá de mi pequeño grupo, sino que también con ideas, proyectos y enfoques en el servicio que yo mismo nunca hubiera imaginado. Vol. 48 N.º 1 2015 Rincón de la LAC Asimilando el duelo Chris S. – California The Forum, febrero de 2015 A pesar de que me han llegado a encantar casi todas las publicaciones de la Literatura Aprobada por la Conferencia (LAC), el libro Abramos el corazón, transformemos nuestras pérdidas (SB-29) sigue siendo mi favorito. El mismo se publicó en un momento en el que sentí que lo había «perdido» todo, a pesar de que algunas de mis pérdidas fueron intencionales, tales como mi divorcio, mudarme a un lugar diferente y enviar a mis hijos a la universidad. Como relativamente apenas había iniciado mi proceso en Al-Anon, aún experimentaba mucho dolor, y este libro me ayudó a asimilarlo. El primer renglón en el prefacio dice: «El alcoholismo es una enfermedad que les causa muchas pérdidas...» ¡Claro que sí! La primera sección de la Introducción se titula: «La pérdida como parte de la enfermedad familiar del alcoholismo». Definitivamente así es. Había leído muchos libros sobre el duelo, así como también había tomado varias clases, y hasta había impartido clases sobre el duelo, pero este libro fue lo más práctico y reconfortante de todo a lo que yo había sido expuesto hasta ese momento. Pude apreciar especialmente el Capítulo Tres: «La pérdida de los sueños», porque Al‑Anon y Alateen en acción me ayudó a expresar lo que era ponerle fin a mi matrimonio y pasar a la siguiente etapa de mi vida, muchas veces gritando y pataleando. Lo mejor del libro es que, a pesar de que el duelo es la experiencia más aterradora para mí, hay maneras de asimilarlo, de manera que pueda salir por el otro lado cambiado y renovado como persona. Las preguntas para la ref lexión y la meditación al final de cada capítulo me ayudaron a orar acerca del duelo de una manera muy simple y deliberada, por lo que en vez de agobiarme, la experiencia del duelo aumentó mi capacidad para vivir y sentir alegría. 15 Nuestros Tres Legados Primer Paso: Tuve que ubicar el corazón donde correspondía Jill G. – Iowa The Forum, enero de 2015 Primer Paso: Admitimos que éramos incapaces de afrontar solos el alcohol, y que nuestra vida se había vuelto ingobernable. Existe una gran diferencia entre ser consciente de que soy incapaz ante el alcohol (o ante cualquier otra persona, cualquier lugar o cualquier cosa) y sentir esa incapacidad en el corazón. Al haberlo intentado casi todo —manipular, amenazar, rogar, reprender, beber con él y no beber con él, etc.—, podía entender lógicamente que yo era incapaz ante el alcohol; pero aún creía que el amor que sentía en mi corazón iba a marcar la diferencia. «El sentir la desesperación total de mi vida ingobernable fue el primer paso para ser libre y realmente vivir bien». ¡Qué arrogancia creer que mi amor era todopoderoso! Por medio del programa de Al-Anon llegué a comprender que sólo el amor de Dios es todopoderoso y que el Poder Superior de mi esposo lo amaba a él mucho más de lo que yo podía amarlo. Necesitaba aprender a mantener las «manos quietas» y dejar que el Poder Superior hiciera lo que yo no podía hacer. El sentir la desesperación total de mi vida ingobernable fue el primer 16 paso para ser libre y realmente vivir bien. Eso no sucedió sino hasta después de que reconocí que había realizado muchos esfuerzos en vano por controlar la bebida de mi esposo y después de dedicarle mucho tiempo a la oración y a la meditación, pidiéndole a Dios que me guiara para ubicar el corazón donde correspondía. «Toqué fondo» gracias a la simple mirada de un completo extraño. Tres hombres trajeron a mi esposo ebrio de un bar a la casa. Era el mes de enero, bajo temperaturas congelantes y con unos cuantos pies de nieve acumulada. Mi esposo se cayó en un cúmulo de nieve cerca de la entrada del garaje, y uno de los hombres llegó hasta la puerta y me dijo que los otros dos lo entrarían a la casa, pero yo le dije que lo dejaran en la nieve. El hombre me miró como si yo fuera lunática, no dijo nada y regresó a su auto, dejando a mi esposo tirado en el frío. Me vi a mí misma a través de los ojos de ese hombre —una persona loca, sin corazón—. Tuve que caminar a través de la obscuridad y sentir la incapacidad en el fondo de mi alma para finalmente ser lo suficientemente humilde para confiar mi vida a la guía y al cuidado de mi Poder Superior. Vol. 48 N.º 1 2015 Nuestros Tres Legados Primera Tradición: Cómo lograr la mezcla apropiada entre perros, niños y días festivos Sally F. The Forum, enero de 2015 Primera Tradición: Nuestro bienestar común debiera tener la preferencia; el progreso individual del mayor número depende de la unión. Crecí en un hogar alcohólico donde aprendí a utilizar la negación como un mecanismo de defensa, junto con la baja autoestima y la poca confianza en mí misma. La desesperación me trajo a Al-Anon. Estaba abatida y deprimida. Mi vida se había vuelto ingobernable. Desde entonces he asistido fielmente a mi reunión semanal, he leído la literatura, he conseguido una Madrina y he participado en la labor de servicio. Estoy practicando los Pasos y progresando. «Me sentí enojada y herida, pero no quise fijarme en mí ni examinar mi comportamiento». Cuando vine a Al-Anon por primera vez, los Pasos eran realmente importantes para pasar cada día; las Tradiciones y los Conceptos no lo eran tanto. Pensaba que eran relevantes para el procedimiento del grupo y para la forma en que surgió la estructura de Al-Anon; pero no parecía que tuvieran tanta relevancia en cuanto a mis dificultades personales —no hasta la temporada festiva que recién pasó—. Al‑Anon y Alateen en acción Tuvimos la casa llena: Diez miembros de la familia, entre los siete y los setenta años de edad, más dos perros que no se llevaban bien. Teníamos una cama extra, para que nadie tuviera que dormir en el suelo, y también hice un plan de comidas para la semana. La gente se turnó para lavar los platos y limpiar. Hubo algunos momentos difíciles, como era de esperarse con niños, perros y el espacio limitado. Yo estaba progresando y practicando mi programa. Creí que estaba bastante relajada y feliz de que todos estuvieran con nosotros, por lo que después de que todos se habían ido, me resultó impactante darme cuenta de que algunos miembros de la familia estaban molestos por la forma en que las cosas habían sucedido, y conmigo en particular. Me sentí enojada y herida, pero no quise fijarme en mí ni examinar mi comportamiento. Gracias a Dios por la primera reunión del mes. Fue una lección de humildad admitir ante mí misma que no le había dado la preferencia al bienestar común de todos y que lo había hecho todo a mi manera, y el hacerlo a mi manera fue visto como poner a los niños en peligro. Por el lado positivo, sentí que podía decirlo en voz alta en la reunión, con 17 Nuestros Tres Legados gente que me escuchaba y me comprendía. Podía ser sincera en lugar de buscar excusas para mi comportamiento, podía admitir que había sido grosera y que no me agradaba mucho mi forma de ser. Me di cuenta entonces de lo mucho que la Primera Tradición tiene que ver conmigo. El libro Senderos de Recuperación (SB-24), página 135, dice: «La Primera Tradición se refiere a nuestra necesidad de “bienestar común”. Nos habla como individuos que somos, como miembros de un grupo y como grupo. Señala que, al cuidar el bienestar de todos los 18 participantes, podremos discernir la mejor forma de fomentar el crecimiento individual de la mayoría de los miembros y nuestro propio bienestar». Estoy muy agradecida por los principios de Al-Anon, por los miembros de mi familia que se expresaron e incluso por el dolor y la incomodidad de la confrontación. Estoy agradecida de que pude aplicar las Tradiciones en todos los aspectos de mi vida, porque, al igual que los Pasos, son una base importante para el progreso en Al-Anon, y quiero seguir aprendiendo y creciendo. Vol. 48 N.º 1 2015 Nuestros Tres Legados Primer Concepto: Mi plan detallado para la recuperación Pam R. The Forum, enero de 2015 Primer Concepto: La responsabilidad y autoridad fundamentales de los servicios mundiales de Al-Anon corresponde a los grupos de Al-Anon. Cuando leí el Primer Concepto, inmediatamente concluí que este se refería a un procedimiento de administración empresarial y que, en vista del tamaño de Al-Anon, era un procedimiento a la inversa. Para tener un mejor entendimiento del «porqué», me remonté a la historia de la creación de la estructura de servicio en 1951, la cual empezó con la formación de la «Comisión Directiva Central» (conocida hoy como la Oficina de Servicio Mundial). El crecimiento de Al-Anon, que en aquel tiempo tenía solo ochenta y siete grupos, fue la respuesta al «porqué». El propósito de la Comisión Directiva Central era iniciar y mantener los servicios especiales de Al-Anon como un todo, los cuales no podían ser realizados por un solo grupo. La misma proveía servicios tales como: escribir literatura uniforme, ayudar en la formación de nuevos grupos, proporcionarles asesoría con base en la experiencia de grupos más antiguos y que ya eran exitosos, así como atender sus peticiones de ayuda. Los miembros de Al-Anon estaban unidos en su propósito de ayudarse ellos mismos para poder ayudar a los demás y Al‑Anon y Alateen en acción hacerlo usando los Doce Pasos y las Doce Tradiciones. La unidad de propósito reemplazó la disparidad de los grupos y unió a los miembros de Al-Anon. Entre más leo, más cuenta me doy de que eso fue como un «plan detallado», justo como el que se usa para construir una casa. El Primer Concepto fue el plan detallado que yo necesitaba para construir mi vida de una forma que me ayude a vivir con los efectos del alcoholismo —un plan detallado para la recuperación, el cual pudiera aplicarse sin importar el lugar en que me encontrara geográficamente—. El libro Senderos de Recuperación (SB-24), dice: «… al leer la Bienvenida Sugerida, la Oración de la Serenidad, los Pasos, las Tradiciones y los Conceptos, la Literatura Aprobada por la Conferencia (LAC) y la Clausura Sugerida, se nos garantiza que el mensaje de Al-Anon se difunde por todo el mundo». Tuve un hogar al cual pude entrar —un hogar con una estructura sólida, en el cual es posible encontrarle alivio al dolor causado por vivir o haber vivido con personas alcohólicas—. 19 Nuestros Tres Legados Segunda Tradición: Veo «nuestra conciencia de grupo» de una nueva forma Karen H. – Illinois The Forum, febrero de 2015 Segunda Tradición: Existe sólo una autoridad fundamental para regir los propósitos del grupo: un Dios bondadoso que se manifiesta en la conciencia de cada grupo. Nuestros dirigentes son tan sólo fieles servidores, y no gobiernan. Apenas tenía poco más de un año en Al-Anon cuando me sentí lo suficientemente valiente como para ofrecerme de voluntaria y compartir sobre la Segunda Tradición. Empecé con las Tradiciones con mucho entusiasmo. Necesitaba toda la ayuda posible en cuanto a identificarme con los demás de manera productiva. Para ese entonces había participado en una cantidad de conciencias de grupo; me encantaba la forma en que todo el mundo tenía la oportunidad de decir lo que pensaba —lo cual es una forma maravillosa de solucionar problemas—. Sin embargo, nunca lo había conectado con una Tradición hasta que surgió un problema en mi grupo base en cuanto a la oración de clausura. Tuvimos una discusión más bien animada y estuvimos de acuerdo con que trataríamos la cuestión en la próxima reunión de asuntos. Personalmente, creí que eso no sería necesario porque la elección correcta era evidente: mi elección. Generalmente utilizábamos los primeros quince minutos para nuestra reunión de asuntos. Concluimos rápidamente la agenda hasta que llegamos al asunto de la oración de clausura. Cada uno de nosotros tuvimos la oportunidad de expresar nuestras 20 Foto: Sarah W., Georgia posiciones, algunos más de una vez. Después de que pasaron cuarenta y cinco minutos, decidimos dejar que el asunto se aclarara y realizar una votación final dentro de tres semanas. Entonces pensé que esa era una gran idea porque, después de todo, estaba segura de que había inclinado al grupo a mi preferencia. Hubo una gran asistencia en nuestra reunión esa tercera semana. Esperamos hasta que se anunciaron los asuntos y tomamos nuestra conciencia de grupo. No obstante, me sentí verdaderamente asombrada cuando me enteré de que la votación favoreció en un setenta por ciento la posición contraria. Supongo que así es como es una lección sobre la Segunda Tradición. Sin esta Tradición, quizás no me hubiera dado cuenta de que todo el mundo tiene un Poder Superior, y de que no soy yo. Vol. 48 N.º 1 2015 Nuestros Tres Legados Segundo Paso: La esperanza de que me devuelvan [el sano juicio] es real Paula W. – Arizona The Forum, febrero de 2015 Segundo Paso: Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros podría devolvernos el sano juicio. Asisto a un grupo que se reúne semanalmente para el estudio de Los Pasos. Actualmente leemos y estudiamos el Segundo Paso. Hoy, cuando una mujer compartió acerca de su lucha con la palabra «devolver», me identifiqué con su relato. A mí también se me hizo muy difícil al principio aceptar que la locura era evidente en mi forma de pensar y en mi comportamiento. La sola idea de volverme loca me aterrorizaba, y creía que tenía el poder para evitarlo. Sin embargo, la palabra «devolver» hoy me hizo reflexionar. Pasé la mayor parte de mi vida creyendo que yo había nacido con defectos, que desde el mismo momento en que vine al mundo no tenía sentido de mi propio yo. Al creer que nací espiritualmente dañada, sin sentido de mi propio yo, ¿cómo iba a ser posible que se me devolviera [el sano juicio]? ¿De qué forma se me iba a devolver? «La sola idea de volverme loca me aterrorizaba, y creía que tenía el poder para evitarlo». Al‑Anon y Alateen en acción Una definición de devolver es «poner o regresar (algo) de nuevo a su existencia o su uso». Como tuve mis tres propios hijos, pensé sobre la forma en que un bebé logra satisfacer sus necesidades. Cuando tiene hambre, llora y alguien lo alimenta. Cuando necesita que le cambien el pañal, llora hasta que alguien lo hace. Cuando quiere que lo levanten y lo consuelen, llora hasta que lo levanten y arrullen. No se preocupa de que pudiera ser un inconveniente para alguien más, ni de que nadie se enoje. Es consciente de sus necesidades y es desinhibido y no siente vergüenza de buscar consuelo para él mismo. Creo que esta falta de miedo está directamente relacionada con el amor propio. Su diminuto ser se enfoca en lo que necesita para sentirse seguro y cómodo. Todo lo que un bebé hace, desde aprender a sentarse, gatear y caminar, lo hace con confianza. No se detiene en su intento cuando se tropieza. Él no se da por vencido; lo intenta de nuevo. Él cree en sí mismo a un nivel muy elemental y se alegra de sus logros. Hoy, al pensar en esto, me sentí reconfortada ante la convicción de que no llegué a este mundo espiritualmente desfavorecida ni con defectos. No sé cuándo ni dónde exactamente el puro amor propio comenzó a 21 Nuestros Tres Legados desaparecer en mí. En alguna parte del camino el crecer con los efectos del alcoholismo comenzó a cambiar mis sentimientos con respecto a mí misma. Sustituí el inocente cuidado amoroso de mí misma que experimenté cuando era una bebé por el cuidado de los demás. Con el tiempo, me perdí. Ahora entiendo que la forma en que sucedió en realidad no importa. Lo que me importa ahora es la esperanza de la devolución que se ofrece 22 en el Segundo Paso. Nací con amor propio y luego extravié ese amor propio durante un periodo de tiempo. No se perdió para siempre, o quizá nunca existió. Actualmente, con la ayuda de los Doce Pasos, una Madrina y la maravillosa hermandad de Grupos de Familia Al-Anon, he llegado a creer que un Poder superior a mí misma puede devolverme el sano juicio, el sano juicio que surge al amarme y al cuidarme yo. Vol. 48 N.º 1 2015 Nuestros Tres Legados Segundo Concepto: Aprendiendo a delegar la autoridad con el Segundo Concepto Tom C. – Virginia The Forum, febrero de 2015 Segundo Concepto: Los Grupos de Familia Al-Anon han delegado por entero la autoridad administrativa y de funcionamiento a su Conferencia y sus ramas de servicio. Como crecí con la enfermedad familiar del alcoholismo, no me fue fácil adquirir confianza. Mis decepciones fueron bastante frecuentes y se me hizo muy difícil confiar en los demás o pedir ayuda. Durante todos los años en que estuve en la escuela, levanté la mano en muy pocas ocasiones. Veía la autosuficiencia como uno de mis pocas virtudes de carácter, y creía que si no podía hacer algo por mi cuenta, no valía la pena hacerlo. Me siento muy agradecido de haber aprendido lo contrario por medio de Al-Anon. Empezando con un verdadero sentido de incapacidad en el Primer Paso, gradualmente acepté que no podía hacerlo todo yo solo. Llegué a darme cuenta de que la única forma en que yo iba a mejorar era soltar las riendas del control que imaginaba tener sobre todo y pedir ayuda. Aunque durante muchos años no vi ninguna conexión entre el Segundo Concepto y mi vida personal, finalmente comencé a verlo como una nueva oportunidad de aprender a confiar en los demás. Antes de eso, la idea de delegarle cualquier autoridad a otras personas sonaba como a rendirse. Sin embargo, al pedir y al aceptar ayuda, descubrí que podía lograr mucho más de lo que jamás hubiera podido lograr yo solo. Al‑Anon y Alateen en acción Recientemente asumí un proyecto de voluntariado, y desde el principio sabía que el mismo era demasiado grande como para manejarlo yo solo. Busqué a personas que tenían el tiempo, las habilidades y la voluntad de ayudar, y les di información detallada sobre el proyecto y el resultado que se esperaba. También le di a cada uno de los miembros del equipo la flexibilidad de lograr la meta a su manera. A pesar de que la responsabilidad fundamental de la realización del proyecto era mía, les delegué la autoridad administrativa a los del equipo. Aun cuando respondí a las preguntas según iban surgiendo, dejé que cada persona concluyera su parte sin vigilarla ni volver a hacer su trabajo. Cuando nos acercábamos a la conclusión, la duda interna empezaba a vencerme. Nuestro trabajo en conjunto se veía algo así como el monstruo Frankenstein cosido en pedacitos. Quizás debí haberlo hecho solo —me cuestionaba. Sin embargo, a medida que aplicábamos el paso final del proceso, todas las costuras se desvanecían en una pieza completa, hermosa y unificada. Me sentía lleno de gratitud, no sólo por toda la generosa ayuda que recibí, sino que también por el hecho de que mediante el Segundo Concepto aprendí a delegar. 23 Alateen Mi momento decisivo: Ir a Alateen Maggie – Terranova, Canadá The Forum, enero de 2105 Mi padre es alcohólico. Él se hizo alcohólico antes de que yo naciera. No sé por qué se hizo alcohólico. Supongo que es porque le gusta la forma en que lo hace sentirse. O quizás porque, apenas bebe un poco, ya no puede parar. Cuando nací, dejó de beber. Paró durante muchos años. Paró porque se preocupaba por mí, porque no quería que yo lo viera de esa manera. Hasta que una noche, cuando yo tenía cinco años, empezó otra vez. Bebía hasta que no podía beber más. Yo no sabía dónde estaba él, y mi madre no sabía cómo explicarme lo que estaba pasando. Cuando él regresó a casa más tarde esa noche, escuché gente peleando. Eran mi madre y mi padre. Me sentía confundida y molesta porque no entendía. «¿Qué está pasando?» —mi ingenuo ser de cinco años de edad les preguntaba, a lo cual mi madre respondía: «Ve a la cama, Maggie. Tu padre está bien». Sucedió de nuevo al día siguiente. Pelearon otra vez. No podía concentrarme en mi trabajo escolar. No podía concentrarme en ninguna de las actividades después de la escuela. Estaba muy preocupada de que mis padres pelearan de nuevo. Aunque yo no entendía exactamente lo que significaba beber, entendí una cosa al respecto: Cuando mi padre bebía, se convertía en una persona diferente. Él no era el tipo de alcohólico que se volvía violento, ni grosero, ni tonto. Simplemente parecía como que le importara más el alcohol que su propia familia. Después de un par de años, mis padres se separaron. He tenido muchos amigos cuyos padres se han separado, pero nunca me imaginé que me sucediera a mí. Mi madre estaba molesta. Lloró mucho por él. Me dolía verla así. Finalmente decidió ir a Al-Anon y me pidió que fuera a Alateen. La primera vez que fui, me pareció terriblemente aburrido. Luego fui un día más, escuché con atención, y encontré que los lemas me ayudaban bastante. Allí me di cuenta de que el alcoholismo es una enfermedad. Me di cuenta de que no era cierto que a mi padre le importara más el alcohol que yo. Amo a mi padre, pero no puedo obligarlo a que deje de beber. Él mismo es quien tiene que querer. Al‑Anon y Alateen en acción es publicado en español seis veces al año por Al‑Anon Family Group Headquarters, Inc., 1600 Corporate Landing Parkway, Virginia Beach, VA 23454-5617. Número para llamadas gratuitas para solicitar información sobre las reuniones: En los EE.UU. y el Canadá: 1-888-4Al‑Anon. Suscripciones anuales: Estados Unidos y el Canadá: Suscripción Individual US$10.00. Para el resto de los países: Individual US$13.00. Este boletín contiene noticias, guías y comentarios provenientes de miembros de Al‑Anon, de voluntarios, del personal y de lectores que comparten sus experiencias de crecimiento espiritual, individual y de grupo por medio del servicio. 24 Vol. 48 N.º 1 2015