Subido por jorgecamposfernandez

2015-48-1

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Vol. 48 N.º 1
2015
Al‑Anon y Alateen
en acción
Pasajes traducidos de la revista The Forum de enero y febrero de 2015.
Aprendí a aceptar lo que
es el perdón
Dianne M. – Carolina del Norte
The Forum, enero de 2015
No me gusta la palabra «perdón»,
la cual durante mucho tiempo ha
representado una idea y una práctica desafiantes y confusas para mí.
Crecer en la enfermedad familiar del
alcoholismo condujo a malentendidos y a la tergiversación de muchas
cosas, incluidas algunas palabras. «Lo
siento» y «Te perdono» muchas veces
fueron expresiones forzadas carentes
de significado. «Dile a tu hermana
que lo sientes» o «Dile que la perdonas» era como decir que algo estaba
bien cuando en realidad no lo estaba.
El mismo comportamiento a menudo
persistía después del «Lo siento». Dentro de mí había culpa y condena propia, porque, si yo hubiera sido «buena»
de verdad, hubiera podido perdonar
con sinceridad.
Me he dado cuenta de que el diccionario es útil. «Perdonar» se define
como «renunciar al resentimiento
contra alguien o al deseo de castigar...
renunciar a todas las intenciones de
castigar o de imponer sanciones por
una ofensa». ¡Cielos! Puedo perdonar
sin decir que el mal comportamiento
de alguien es aceptable u olvidado y
Al‑Anon y Alateen en acción
sin ofrecerme voluntariamente a recibir abuso constante.
Hace poco asistí a una reunión de
Al-Anon sobre el perdón. Allí estaban
otras personas que también tenían
dificultades con esa palabra. Muchos
de los relatos se relacionaban con
guardar resentimientos, juzgar a los
demás y enfermarse a consecuencia
de eso. Allí escuché una de mis frases
favoritas: «El acumular resentimientos es como beber veneno y esperar a
que la otra persona muera».
Perdonar es para mí, no para la otra
persona. El hacerlo libera energía para
utilizarla en la recuperación de esta
poderosa enfermedad. Me libera del
veneno que me hace daño.
Aunque todavía no me agrada
mucho la palabra perdón, realmente
quiero «renunciar a todas las intenciones de castigarme a mí misma y de
castigar a los demás», y dejar que el
que juzgue sea un Poder superior a mí.
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Desisto del control
al mantener el enfoque en mí
Kay M. – Ontario, Canadá
The Forum, febrero de 2014
Al crecer en un hogar alcohólico
caótico y violento, el único momento
en que pude sentirme protegida y
segura fue cuando tuve la ilusión de
controlar. Me convertí en una experta
manipuladora de personas y situaciones. Aprendí a dirigir el enfoque hacia
otras personas y cosas para satisfacer
mi felicidad.
No sabía que yo era la única y verdadera fuente de mi propia felicidad.
Enfocarme hacia adentro era demasiado doloroso, hasta que encontré a
Al-Anon.
Hoy en día, sé que la única persona a
quien puedo controlar es a mí misma.
Puedo permitirle a mi Poder Superior, a quien encontré en Al-Anon,
dirigirme en todos los aspectos de mi
vida. Puedo confiarle todos los resultados, las personas y las situaciones a
Él, quien es todopoderoso.
Con la ayuda de mi Madrina, del
programa de Al-Anon y de la Literatura Aprobada por la Conferencia he
comenzado la práctica diaria de mantener el enfoque en mí, en mi vida y en
mi viaje hacia la recuperación.
Al principio tuve que realizar un
esfuerzo consciente y constante por
mantener el enfoque en mí; pero, con
la práctica diaria, eso se ha convertido
en algo completamente natural y en
un hábito positivo. Hoy reconozco que
tengo opciones con respecto a dónde
enfocar mi tiempo y mis energías,
aspectos que aprecio y son de gran
valor para mí.
2
Foto: Lynn MacK., Florida
Las recompensas de mantener el
enfoque en mí han sido incontables.
Estoy en mejores condiciones que
antes desde el punto de vista físico,
mental, emocional, económico y espiritual. Ya no necesito la ilusión de
controlar para sentirme protegida y
segura. Todas mis relaciones son más
felices y saludables. Todos mis seres
queridos y yo tenemos ahora la capacidad, la dignidad, el respeto, el privilegio y la responsabilidad de tomar
nuestras propias decisiones y cometer
errores, de resolver nuestros propios
problemas, y de tener nuestras propias
opiniones.
Cuando empecé a vivir en la solución, el problema desapareció. Cuando
me enfoco en las buenas cualidades de
otras personas, ellas crecen continuamente. Cuando veo lo que le puedo
agregar a una situación, puedo enseñar lo que es amor y paz. Mi vida se
vuelve más plena, más valiosa y mejor.
Vol. 48 N.º 1 2015
Una madre se da cuenta
de que las decisiones no son ni
«correctas» ni «equivocadas»
Julie E. – Minnesota
The Forum, febrero de 2015
Me sentí muy triste cuando mi hijo
me llamó de la cárcel. Había estado
sobrio durante un año entero cuando
él y su novia tuvieron una disputa verbal y ella llamó a la policía. Lo arrestaron y se lo llevaron a la cárcel, por
lo que perdió su trabajo y su apartamento.
«Actualmente me siento
más cómoda en los tonos
“grises” gracias a una
forma de pensar más
clara en Al-Anon».
Sabía que no debía sacarlo bajo
fianza, pero no sabía qué hacer cuando
me preguntó que si le podía limpiar
su apartamento. Allí tenía un dinero
escondido que estaba ahorrando para
un automóvil, un juego de comedor,
ropa y un nuevo televisor de pantalla
plana, para lo cual había trabajado
duro. Él vivía a cuatro horas de donde
yo vivía.
¿Limpiar su apartamento era propiciar? No estaba segura, así que hablé
con mi Madrina y con varios miembros de Al-Anon que tenían hijos
adultos. Después de meditar y orar,
decidí que estaría bien limpiar su
apartamento.
Aprendí mucho sobre mí misma
durante el proceso. Aprendí que
puedo tomarme mi tiempo y que
Al‑Anon y Alateen en acción
tengo opciones. Puedo pensar sobre
lo que quiero hacer, y por qué, y sobre
cuáles podrían ser las consecuencias
de mi decisión. Luego puedo tomar
una decisión. No tengo que reaccionar de inmediato y hacer algo que
posteriormente podría lamentar.
No existen decisiones «correctas» ni
«equivocadas» en Al-Anon.
Me crie en un hogar muy conservador donde nunca hubo ningún tono
«gris» en ninguna decisión que fuera
necesario tomar. Todo era bueno o
malo, blanco o negro, sí o no y todo
o nada.
En Al-Anon me enteré de que la
mayor parte de la vida sucede en los
tonos «grises». No me apresuraré a
juzgar a quienes toman decisiones
diferentes a las que yo tomaría. La
mayor parte de las situaciones son
más complicadas de lo que parecen
ser de afuera hacia adentro. Ayudarle a mi hijo con limpiar su apartamento y rescatar sus pertenencias son
cosas que sin duda cayeron en el tono
«gris». Actualmente me siento más
cómoda en los tonos «grises» gracias
a una forma de pensar más clara en
Al-Anon. Siento que uno de mis
defectos de carácter permanentes: juzgar, puede estar en proceso de ser eliminado. Ahora puedo ver la forma en
que juzgué a otras personas que tomaron decisiones con las que no estuve
de acuerdo en el momento.
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Me di cuenta de que un par de
mis queridos amigos en Al-Anon no
estuvieron de acuerdo con mi decisión, pero pudimos estar de acuerdo
en estar en desacuerdo e incluso respetarnos y amarnos el uno al otro.
Una de mis amigas más cercanas no
estuvo de acuerdo con que yo limpiara
el apartamento de mi hijo y por esa
razón no se sintió a gusto en cuanto
a ayudarme. Eso fue doloroso y difícil
de aceptar, pero la toma de esa decisión era asunto suyo. Tuve todo el
apoyo de muchas otras personas en el
programa. Todo se acomodó perfectamente bien con los que estaban dispuestos a ayudar, así que sabía que eso
era lo que debía hacer.
Antes de Al-Anon, probablemente
hubiera cambiado de opinión si un
amigo no hubiera estado de acuerdo
conmigo, porque yo necesitaba aprobación urgentemente. Actualmente le
pongo atención a mi corazón más de
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cerca y tomo decisiones que son buenas para mí. También he notado que
mis decisiones provienen con mayor
frecuencia del amor que del temor y
de la compasión en lugar de la crítica.
Me di cuenta de que cuando pedía
ayuda, la gente se acercaba a ayudarme. Me sentí humilde. Mi hermana me ofreció su ayuda sin que
yo se lo pidiera. Lloré. Durante años,
nuestra relación había sido superficial,
pero desde que asisto a Al-Anon, he
aprendido a aceptarla tal como es. Ya
no trato de controlar su vida, y nuestra relación ha mejorado y se ha profundizado. Estoy muy agradecida de
tener una «verdadera» hermana en
quien puedo confiar, quien me brinda
apoyo y comprensión.
Aprendí que tengo que permitirme
ser vulnerable para que la gente me
vea y me conozca tal como verdaderamente soy. Oculté partes de mí
durante años. Nadie se dio cuenta
Vol. 48 N.º 1 2015
nunca de que yo necesitara ayuda porque siempre actué con firmeza y en
control.
Aprendí que si mis decisiones resultan ser un error, eso no será el fin del
mundo. Soy humana. Puedo cometer
errores. Está bien. No tengo que ser
perfecta. Y puedo cambiar de opinión
en cualquier momento. Siempre hay
opciones.
«… mis decisiones provienen
con mayor frecuencia
del amor que del temor
y de la compasión en
lugar de la crítica».
Me siento bien en cuanto a ayudar a
mi hijo sobrio en lo que pueda, pues sé
lo que es tener padres que no brindan
apoyo ni ayuda en momentos difíciles.
Aprendí que era mejor errar cuando
se trata de ayudar, en lugar de no
ayudar. Puede haber límites para mi
ayuda. No tengo que sobrepasarme.
Quiero ser una madre amorosa, solícita y bondadosa. También sé que
puedo establecer límites y fronteras,
pues necesito tener en cuenta que ocuparme de mí es lo primero.
Al llegar al apartamento de mi
hijo y abrir la puerta, mis lágrimas
comenzaron a brotar. Era hermoso —
acogedor, organizado, limpio y lleno
de colores creativamente utilizados,
con literatura sobre la recuperación y
frases en todo lugar—. Llegué a apreciar el gran esfuerzo que había realizado por crear un espacio cómodo
para él, aunque estaba trabajando
largas horas, seis días a la semana,
cumpliendo los requisitos de su libertad condicional, y no tenía automóvil.
Aprecié de nuevo sus esfuerzos. También ayudó que el señor de ochenta
años que vivía en el apartamento de
abajo hablara muy bien de él.
El progreso que mi hijo había tenido
lo logró sin mi apoyo, y el hecho de
que hubiera estado sobrio durante
todo un año era un milagro. No sé qué
le vaya a pasar a él más adelante, si le
voy a ayudar o cómo lo voy a hacer,
pero sé que hoy no tengo que preocuparme. No necesito perder el sueño
pensando en eso. Puedo esperar a
ver qué sucede después. Puedo tomar
otra decisión informada cuando sea
el momento adecuado. Y, por eso:
¡Gracias, Al-Anon!
Puede reproducir este artículo en su sitio web o en su boletín con la nota de
reconocimiento siguiente: Reimpreso con la autorización de The Forum,
Al‑Anon Family Group Hdqts., Inc., Virginia Beach, VA.
Al‑Anon y Alateen en acción
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Cuando brindamos servicio
recibimos recuperación
En mi primera reunión, sentí esperanza y empecé a creer que mi vida
podría cambiar. Yo quería ser parte
de este grupo feliz, así que empecé a
participar en el servicio casi inmediatamente. Así es como empecé a crecer.
Aprendí nuevos comportamientos,
y que las palabras tales como «no»
se pueden decir sin enojo. Como mi
recuperación se ha profundizado,
ahora siento una transformación de mi
espíritu. Digo cosas que nunca antes
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pude decir, tales como: «Cometí un
error». Hago las cosas que nunca antes
pude hacer, tales como sentarme,
escuchar y no dar mi opinión. Mi
vida es mejor de lo que nunca podría
haberme imaginado. Me estoy convirtiendo en la persona que mi Poder
Superior destinó que fuera, gracias al
programa y al milagro del servicio.
Shelley C. – Florida
The Forum, enero de 2015
Vol. 48 N.º 1 2015
Me permito
pedir ayuda
Priscilla
The Forum, enero de 2015
Cuando tengo un problema en mi
vida, mi respuesta es reflexionar sobre
el mismo yo sola. Tengo que pensar
que soy bastante inteligente, y puedo
llegar a obtener una buena solución
por mí misma. Cuando he tenido que
enfrentar algún problema, me han
instado a que llame a mi Madrina o a
otros miembros del grupo, pero hasta
parece que creo que puedo manejar
todo por mi cuenta.
«Pedir ayuda
me permite reconocer
que no lo sé todo».
Cuando me preguntan por qué
no llamo para pedir ayuda, no estoy
segura de la respuesta. ¿Soy demasiado
orgullosa como para pedir ayuda? ¿Es
que no quiero que nadie sepa que no
puedo manejar todos los asuntos de
mi vida por mi cuenta? Quizás lo que
quiero es aparentar que todo lo tengo
bajo control.
Quizás soy demasiado engreída
como para pedir ayuda. Quizás creo
que sólo yo puedo encontrar las respuestas correctas—y que si tomo tan
solo un poquito de tiempo para solucionar el asunto, puedo encontrar una
buena solución yo sola—. Quizás sea
demasiado tímida. No quiero molestar a nadie con mis inquietudes, ni
interrumpirle su día.
Al‑Anon y Alateen en acción
Sean cuales sean mis razones para
no haber ido en busca de ayuda, me
estoy dando cuenta de lo equivocada
que he estado. Cuando hablo con otra
persona sobre cosas que me preocupan, me percato de que mi punto de
vista no es el único posible. Puedo ver
las cosas desde un ángulo diferente, o
darme cuenta de que hay opciones a
mi alcance que no había visto antes.
Puedo escuchar lo que otra gente
piensa y luego decidir lo que quiero
hacer, pero tendré una nueva perspectiva sobre el asunto.
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Pedir ayuda me permite reconocer
que no lo sé todo. No tengo la capacidad de ver todos los lados de un
problema. He llegado a comprender
que no se espera que yo lo sepa todo.
Pedirle a otra gente que me ayude es
abrir la mente y el corazón a nuevas
posibilidades.
Una de las lecturas en las últimas
semanas habló sobre cómo nuestro Poder Superior puede obrar por
medio de la ayuda que nos damos
mutuamente. Últimamente he estado
pensando bastante en eso, lo cual me
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hace recordar una paráfrasis de los
tres primeros Pasos que leí en algún
lugar: «Yo no puedo, mi Poder
Superior puede, voy a dejar que
Él tome las riendas». Si no soy lo suficientemente receptiva para poder
pedir ay uda, ¿cómo voy a
aprender a soltar las riendas y
dejar que mi Poder Superior me
ayude? Soltar las riendas de todas
las cosas que no puedo controlar
y aceptar ayuda donde esté
al alcance son nuevas habilidades
que estoy aprendiendo.
Vol. 48 N.º 1 2015
No estoy sola
Actualmente Al-Anon es mi mayor
bendición y la razón de mi mayor gratitud. El programa me ha presentado
a un Poder Superior que puede apartarme del camino con el fin de realizar Su obra.
Después de que mi hijo estuvo en
tres programas de tratamiento, realizó
una gran cantidad de viajes a la sala
de emergencias, perdió su empleo en
numerosas ocasiones y tuvo accidentes automovilísticos, me sentí vacía
por dentro —con una cuenta bancaria
Código Postal 23454
sin fondos y un alma carente de compasión—.
Por medio de los Doce Pasos, de una
Madrina y de afectuosas opiniones en
las salas de recuperación, he aprendido a volver a participar en mi propia
vida con la seguridad absoluta de que
no estoy sola. Puedo trabajar productivamente y puedo llevarles el mensaje
de esperanza a los demás, quienes han
vivido mi dolor.
Martha N. – Arizona
The Forum, febrero de 2015
Soy lo que es mi historia de éxito
en Al-Anon
Practico mis Doce Pasos mediante
el estar allí para los demás —
­ porque
alguien estuvo allí, en el centro de
tratamiento sobre el alcohol donde
estaba mi ser querido, para hablarme
de Al-Anon—.
La semana pasada nos pidieron que
compartiéramos una historia de éxito
en Al-Anon. Sufrí una crisis interna
repentina debido a que mi hijo estuvo
internado en dos centros de tratamiento, nunca experimentó la alegría
de la sobriedad y se suicidó a los dieciocho años de edad. Luego mi programa de Al-Anon se hizo presente
y me di cuenta de que soy lo que es
mi historia de éxito en Al-Anon —he
sobrevivido—.
Al-Anon me acogió cariñosamente
en sus brazos hasta que recuperé
mi salud mental. Después de haber
Al‑Anon y Alateen en acción
practicado por escrito muchas veces
los Pasos Cuarto y Quinto y de haber
meditado constantemente, solté las
riendas con respecto a pensar que
debí haber hecho más, a culpar a mi
esposo por ser alcohólico y a enojarme
porque mi hijo no hubiese encontrado
la sobriedad.
Finalmente entendí mejor la
enfermedad del alcoholismo y me di
cuenta de lo mucho que me afectó.
Hoy en día, puedo decir sinceramente
que soy feliz. Así que, independientemente de lo que les suceda a «ellos»,
tal como nuestra Bienvenida lo dice
de una mejor manera, puedo
encontrar «… felicidad, ya sea que
el alcohólico siga bebiendo o no».
Carolyn H. – Florida
The Forum, febrero de 2015
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Aprendí a confiar de nuevo
Greg W. – Minnesota
The Forum, febrero de 2015
Cuando yo era un niño que crecía
en un hogar alcohólico, sufría una
pesadilla recurrente. Una y otra vez,
el sueño me despertaba aterrorizado.
En mi sueño, me asomaba por la
ventana de mi habitación del segundo
piso en la oscuridad de la noche. Mi
padre se alejaba en su auto con una
mujer extraña a quien yo no conocía. Mi madre salía corriendo por la
puerta detrás de él y le gritaba: «Salte
de ahí, salte de ahí». Las lágrimas me
corrían por las mejillas y me ponía a
temblar de miedo aún después de despertarme.
«Ahora duermo profunda
y tranquilamente la mayor
parte del tiempo».
En el programa escuché a alguien
decir: «Me despertaba el bullicio de
un alcohólico y nunca más pude volver a dormir bien hasta que obtuve
ayuda». Lo mismo también me sucedía
a mí. Muchos años después, en Al-Anon
encontré la ayuda que necesitaba.
Llegué a entender que el sueño se
debía a que cada vez confiaba menos
en las personas de las que dependía, a
raíz del problema de alcoholismo que
cada día se hacía más grande en nuestro
hogar.
Poco a poco y sucesivamente, en
Al-Anon aprendí que estaba bien
volver a confiar. Al ir a las reuniones con
regularidad, practicar los Doce Pasos y
compartir con mi Padrino, descubrí tres
cosas: Dios no estaba en mi contra, yo
verdaderamente tenía mérito, y podía
confiar en que otras personas escogidas
no me hicieran daño.
Mis amigos en Al-Anon no sólo prosperaban sino que crecían y desarrollaban hábitos de vida saludables. Me sentí
atraído por eso y todavía me siento así
en la actualidad.
En Al-Anon aprendí a confiar en
Dios. Hice lo que me correspondía
y les llevé el mensaje que me habían
dado a mí a los que todavía estaban
en dificultades. Todo esto me ayuda a
confiar más y más.
Ahora duermo profunda y tranquilamente la mayor parte del tiempo. En
Al-Anon compartimos hoy nuestros
sueños quebrantados del pasado, para
que eso quizás nos ayude a todos a confiar en nuestros sueños futuros para un
mañana brillante y seguro.
Puede reproducir este artículo en su sitio web o en su boletín con la nota de
reconocimiento siguiente: Reimpreso con la autorización de The Forum,
Al‑Anon Family Group Hdqts., Inc., Virginia Beach, VA.
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Vol. 48 N.º 1 2015
Mi Padrino o Madrina, mi recuperación
Mi sendero hacia el padrinazgo:
de la ansiedad al valor
Deanne J. – California
The Forum, febrero de 2015
Cuando asistí a mi primera reunión de
Al-Anon y escuché la palabra «padrinazgo»
me sentí confundida. Sabía que las estrellas del deporte y los programas de entrevistas en televisión tenían padrinos, pero
¿qué significaba eso para mí? Después de
algunas reuniones, me di cuenta de que
un Padrino o una Madrina era un/a fiel
amigo/a con quien puedo compartir mis
circunstancias de la vida detalladamente y
alguien que me puede ayudar a practicar
los Pasos. Después de unos meses, encontré
una mujer dispuesta a amadrinarme, y así
empezamos en mi viaje espiritual.
Durante el tiempo que practicamos los
Pasos, se me ocurrió que esta mujer pasaba
una cantidad excesiva de tiempo conmigo —mucho más de lo que ninguna otra
persona estaría dispuesta a pasar en ese
momento, de acuerdo con mi opinión—.
Ella hablaba del momento en que yo
estaría dispuesta a retribuirle a otro miembro. Ese fue un pensamiento aterrador. No
podía imaginarme que en algún momento
quisiera llegar a ser Madrina. ¿Cuándo iría
yo a tener el tiempo, el conocimiento, o las
respuestas correctas?
Me imaginaba tener que acortar las
conversaciones para poder llamar a mi
Madrina y preguntarle sobre lo que era
correcto decirle a alguien que quisiera que
yo fuera su Madrina; pero ella no me presionó, sino que siguió trabajando conmigo
en los Pasos.
Cuando otros miembros me pedían que
los amadrinara, yo les decía que era demasiado nueva en el programa, que primero
necesitaba terminar los Pasos, o que no
creía que fuera la elección correcta. Nunca
Al‑Anon y Alateen en acción
me di cuenta de lo hiriente que era eso en
ese momento.
Finalmente, al momento en que terminé
los últimos Pasos, experimenté un cambio. Me di cuenta de que lo que necesitaba
no eran las respuestas «correctas», sino
únicamente estar dispuesta a escuchar y
compartir mis experiencias. No tenía que
preocuparme de que lo que dijera estuviera
equivocado, sino solamente de que estaba
siendo sincera.
Hoy tengo la dicha de amadrinar a varias
personas maravillosas. Mi relación con
ellas es la mejor parte de Al-Anon para
mí, y ellas siguen viniendo. Me da tristeza cuando no sé nada de ellas al pasar la
semana, pero al mismo tiempo recuerdo
cómo era conmigo. Cuando me pregunto
si le estoy quitando demasiado tiempo o
molestando a mi Madrina, eso me hace
recordar que tengo que pensar en el Primer Paso. No tengo ningún poder sobre
ninguna persona, ningún lugar ni ninguna
cosa. Ellas tomarán la decisión de levantar
el teléfono. Puedo llamar y dejar que ellas
tomen la decisión de contestar o no.
Aunque me encanta ser Madrina, amo
a mi Madrina y la necesito aún más. He
concluido los Pasos y las Tradiciones, pero
todavía necesito a alguien con quien hablar,
alguien que me ayude a encontrar diferentes perspectivas. Mi Madrina es quien me
reconforta cuando me siento inestable, y la
quiero como si fuera mi hermana.
El padrinazgo comenzó como un sendero incierto, un sendero por el que me
dirigí con ansiedad, luego con valor. Ese
sendero me llevó a un lugar de paz, y por
eso me siento eternamente agradecida.
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Viviendo nuestros principios espirituales – Ampliando nuestra visión
Convirtiendo las «¿Y si…?»
en verdaderas posibilidades
Tina B. – Presidenta de la Conferencia
The Forum, enero de 2015
Cuando entré por la puerta de
Al-Anon, mi visión se enfocaba especialmente en algo: el alcohólico. La
fuerza que en ese momento me daba
impulso se fundamentaba en lo que él
estaba o no estaba haciendo y en cómo
podría yo controlar el caos en nuestro
hogar. Si el alcohólico tan solo cooperara, podríamos ir alegremente por el
sendero de la vida y ser felices. Todos
los principios espirituales u orientadores con los que crecí quedaron rezagados en la orilla del sendero cuando
traté de controlar el alcoholismo.
«La vida es realmente
diferente al ir de las
profundidades de la
desesperación y la frustración
a la toma de decisiones
conscientes con base en los
principios espirituales».
En Al-Anon me indicaron que yo
podría ser feliz ya fuera el alcohólico
estuviera bebiendo o no. Acepté mi
incapacidad ante el alcohol, con gran
alivio, ya que era claro que yo había
fallado. Me pidieron que pensara en
lo que yo necesitaba o quería. Al principio no tenía ni idea, pero comencé
a considerar la idea de que yo tenía
mis propias necesidades y mis propios deseos. Me ofrecieron cordura y
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serenidad, y lo que es más importante: la compañía en este sendero de
recuperación. Mediante el proceso
de estudio y práctica de los Pasos, las
Tradiciones y los Conceptos definitivamente me di cuenta de que tengo
una vida que vivir y principios espirituales que me guíen.
La vida es realmente diferente al ir
de las profundidades de la desesperación y la frustración a la toma de
decisiones conscientes con base en
los principios espirituales. Ha sido
fortalecedor ofrecerles respeto y confianza mutuos a mis seres queridos y
a aquellos con quienes trabajo en vez
de críticas y argumentos en cuanto a
quién tiene la razón y quién está equivocado. El participar como igual con
los demás me da la libertad de llevarles mis ideas y habilidades a cualquier
grupo.
Vol. 48 N.º 1 2015
Viviendo nuestros principios espirituales – Ampliando nuestra visión
Vivir de acuerdo con la guía de nuestros principios espirituales en lugar
de reacciones y hábitos me ha dado la
seguridad de que puedo confiar en mí
misma, así como en las demás personas que elijo tener en mi vida. Puedo
empezar a ver mayores posibilidades
y soñar de nuevo. Puedo extenderme
más allá de mi enfoque en estar a un
paso del desastre y ampliar mi visión
para ver una extensa gama de belleza y
posibilidades. Orarle a mi Poder Superior para que me oriente me ayuda a
tener confianza para seguir adelante,
con la firme esperanza de que el
rumbo sea el correcto.
El tema de la Conferencia de Servicio Mundial de 2015: «Viviendo
nuestros principios espirituales –
Ampliando nuestra visión», nos reta
a trabajar en unidad y respeto mutuo
para satisfacer las necesidades actuales de la hermandad, al mismo tiempo
que extendemos y ampliamos nuestra
visión para incluir futuras necesidades y deseos.
¿Y si cualquier cosa es posible? ¿Y si
todos los profesionales regularmente
remitieran sus clientes a Al-Anon? ¿Y
si todas las personas afectadas por el
alcoholismo encontraran una reunión
de Al-Anon a la cual llamar su grupo
base? Juntos viviremos nuestros principios espirituales y preveremos todas
las posibilidades positivas de las «¿Y
si…?».
Cómo resolver conflictos
—a la manera de Al -Anon—
Este año, cuando haya que lidiar con situaciones de conflicto en su
grupo de Al-Anon o en la labor de servicio, tome en cuenta utilizar los
siguientes instrumentos para una resolución más rápida y fácil:
• Tarjeta de bolsillo Intecambio amo‑
roso para resolver conflictos (SS-71)
• Juego de tarjetas Resolución de
conflictos utilizando nuestras
Doce Tradiciones (SS-72)
• Folleto Hablen mutuamente –
Resolución de conflictos
dentro de Al-Anon (SS-73) NUEVO
• Serie Utilizando los principios de
Al-Anon para resolver
conflictos (SK-70) NUEVO
Estos instrumentos para la resolución de conflictos están ahora
disponibles para la compra por medio de su Centro de Distribución de
Publicaciones local.
Al‑Anon y Alateen en acción
Dentro de los Grupos de Familia Al‑Anon
www.al-anon.org/miembros
Manteniéndonos conectados
en la labor de servicio
Por Tom C. – Director Adjunto de Comunicaciones – Literatura
The Forum, enero de 2015
Me siento muy agradecido de que
cuando comencé a asistir a las reuniones de Al-Anon, otro miembro me
sugiriera que siempre dijera que «sí»
en Al-Anon. Consecuentemente, aunque rara vez me ofrecía como voluntario para el servicio, siempre que los
miembros me pedían que ayudara, yo
lo hacía.
Al principio era «¿Podrías preparar
el café el próximo mes?», o «¿Podrías
poner la literatura en el estante
de exhibición?», y luego avanzó a
«¿Podrías coordinar la reunión de la
próxima semana?» Aunque esas eran
tareas simples, al principio me llenaban de temor de que pudiera decepcionar a mis compañeros. Luego,
entre más participaba en la labor de
servicio, más crecía mi confianza, y
las responsabilidades llegaron a ser
mayores.
Al poco tiempo, contestaba el teléfono en el Servicio de Información de
Al-Anon local. Para alguien que antes
se aterrorizaba de hablar por teléfono con extraños, pronto aprendí a
enfrentar mis temores. Una cosa que
me ayudó mucho fue darme cuenta
de que no estaba solo. Si me sentía
confundido con una pregunta o una
tarea en particular, siempre había
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otros miembros a quienes podía llamar. También había una cantidad de
recursos en la oficina —instrumentos
de los que yo no estaba al tanto a nivel
de grupo—.
Un tablero de anuncios en la oficina
siempre incluía la última edición de
The Forum, Area Highlights (Lo más
destacado de la Zona), publicado en
inglés con una página en español, y los
boletines del SIA y de la Zona. Todas
estas publicaciones incluían no sólo
noticias e información de la Oficina
de Servicio Mundial, sino que también relatos escritos por miembros
que participaban en el servicio, en los
cuales compartían sus experiencias.
Todas las Guías a seguir de Al-Anon
estaban en el estante de la literatura.
Un ejemplar del Manual de Servicio de
Al-Anon y Alateen más reciente permanecía en el escritorio. Fue en ese
Manual donde aprendí por primera
vez que los Doce Conceptos de Servicio eran el camino hacia la «Recuperación mediante el servicio». Todas estas
publicaciones me conectaron no solamente con los miembros más allá de
mi pequeño grupo, sino que también
con ideas, proyectos y enfoques en el
servicio que yo mismo nunca hubiera
imaginado.
Vol. 48 N.º 1 2015
Rincón de la LAC
Asimilando
el duelo
Chris S. – California
The Forum, febrero de 2015
A pesar de que me han llegado a
encantar casi todas las publicaciones
de la Literatura Aprobada por la Conferencia (LAC), el libro Abramos el
corazón, transformemos nuestras pérdidas (SB-29) sigue siendo mi favorito.
El mismo se publicó en un momento
en el que sentí que lo había «perdido»
todo, a pesar de que algunas de mis
pérdidas fueron intencionales, tales
como mi divorcio, mudarme a un
lugar diferente y enviar a mis hijos a
la universidad. Como relativamente
apenas había iniciado mi proceso en
Al-Anon, aún experimentaba mucho
dolor, y este libro me ayudó a asimilarlo. El primer renglón en el prefacio dice: «El alcoholismo es una
enfermedad que les causa muchas
pérdidas...» ¡Claro que sí! La primera sección de la Introducción se
titula: «La pérdida como parte de la
enfermedad
familiar
del
alcoholismo». Definitivamente así es.
Había leído muchos libros sobre el
duelo, así como también había tomado
varias clases, y hasta había impartido
clases sobre el duelo, pero este libro
fue lo más práctico y reconfortante de
todo a lo que yo había sido expuesto
hasta ese momento. Pude apreciar especialmente el Capítulo Tres:
«La pérdida de los sueños», porque
Al‑Anon y Alateen en acción
me ayudó a expresar lo que era
ponerle fin a mi matrimonio y pasar a
la siguiente etapa de mi vida, muchas
veces gritando y pataleando.
Lo mejor del libro es que, a pesar
de que el duelo es la experiencia más
aterradora para mí, hay maneras
de asimilarlo, de manera que pueda
salir por el otro lado cambiado y
renovado como persona. Las
preguntas para la ref lexión y la
meditación al final de cada capítulo me ayudaron a orar acerca del
duelo de una manera muy simple y
deliberada, por lo que en vez de agobiarme, la experiencia del duelo
aumentó mi capacidad para vivir y
sentir alegría.
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Nuestros Tres Legados
Primer Paso: Tuve que ubicar
el corazón donde correspondía
Jill G. – Iowa
The Forum, enero de 2015
Primer Paso: Admitimos que éramos incapaces de afrontar solos
el alcohol, y que nuestra vida se había vuelto ingobernable.
Existe una gran diferencia entre
ser consciente de que soy incapaz
ante el alcohol (o ante cualquier otra
persona, cualquier lugar o cualquier
cosa) y sentir esa incapacidad en el
corazón. Al haberlo intentado casi
todo —manipular, amenazar, rogar,
reprender, beber con él y no beber con
él, etc.—, podía entender lógicamente
que yo era incapaz ante el alcohol;
pero aún creía que el amor que sentía
en mi corazón iba a marcar la diferencia.
«El sentir la desesperación
total de mi vida ingobernable
fue el primer paso para ser
libre y realmente vivir bien».
¡Qué arrogancia creer que mi amor
era todopoderoso! Por medio del
programa de Al-Anon llegué a comprender que sólo el amor de Dios es
todopoderoso y que el Poder Superior
de mi esposo lo amaba a él mucho
más de lo que yo podía amarlo.
Necesitaba aprender a mantener las
«manos quietas» y dejar que el Poder
Superior hiciera lo que yo no podía
hacer.
El sentir la desesperación total de
mi vida ingobernable fue el primer
16
paso para ser libre y realmente vivir
bien. Eso no sucedió sino hasta después de que reconocí que había realizado muchos esfuerzos en vano por
controlar la bebida de mi esposo y
después de dedicarle mucho tiempo a
la oración y a la meditación, pidiéndole a Dios que me guiara para ubicar
el corazón donde correspondía.
«Toqué fondo» gracias a la simple
mirada de un completo extraño. Tres
hombres trajeron a mi esposo ebrio de
un bar a la casa. Era el mes de enero,
bajo temperaturas congelantes y con
unos cuantos pies de nieve acumulada. Mi esposo se cayó en un cúmulo
de nieve cerca de la entrada del garaje,
y uno de los hombres llegó hasta la
puerta y me dijo que los otros dos lo
entrarían a la casa, pero yo le dije que
lo dejaran en la nieve. El hombre me
miró como si yo fuera lunática, no
dijo nada y regresó a su auto, dejando
a mi esposo tirado en el frío. Me vi a
mí misma a través de los ojos de ese
hombre —una persona loca, sin corazón—.
Tuve que caminar a través de la obscuridad y sentir la incapacidad en el
fondo de mi alma para finalmente ser
lo suficientemente humilde para confiar mi vida a la guía y al cuidado de
mi Poder Superior.
Vol. 48 N.º 1 2015
Nuestros Tres Legados
Primera Tradición: Cómo lograr
la mezcla apropiada entre perros,
niños y días festivos
Sally F.
The Forum, enero de 2015
Primera Tradición: Nuestro bienestar común debiera tener la preferencia; el progreso individual del mayor número depende de la unión.
Crecí en un hogar alcohólico donde
aprendí a utilizar la negación como
un mecanismo de defensa, junto con
la baja autoestima y la poca confianza
en mí misma. La desesperación me
trajo a Al-Anon. Estaba abatida y
deprimida. Mi vida se había vuelto
ingobernable. Desde entonces he
asistido fielmente a mi reunión
semanal, he leído la literatura, he
conseguido una Madrina y he
participado en la labor de servicio.
Estoy practicando los Pasos y progresando.
«Me sentí enojada y
herida, pero no quise
fijarme en mí ni examinar
mi comportamiento».
Cuando vine a Al-Anon por primera vez, los Pasos eran realmente
importantes para pasar cada día; las
Tradiciones y los Conceptos no lo
eran tanto. Pensaba que eran relevantes para el procedimiento del grupo y
para la forma en que surgió la estructura de Al-Anon; pero no parecía que
tuvieran tanta relevancia en cuanto
a mis dificultades personales —no
hasta la temporada festiva que recién
pasó—.
Al‑Anon y Alateen en acción
Tuvimos la casa llena: Diez miembros de la familia, entre los siete y los
setenta años de edad, más dos perros
que no se llevaban bien. Teníamos una
cama extra, para que nadie tuviera
que dormir en el suelo, y también hice
un plan de comidas para la semana.
La gente se turnó para lavar los platos
y limpiar. Hubo algunos momentos
difíciles, como era de esperarse con
niños, perros y el espacio limitado.
Yo estaba progresando y practicando mi programa. Creí que estaba
bastante relajada y feliz de que todos
estuvieran con nosotros, por lo que
después de que todos se habían ido,
me resultó impactante darme cuenta
de que algunos miembros de la familia estaban molestos por la forma en
que las cosas habían sucedido, y conmigo en particular. Me sentí enojada y
herida, pero no quise fijarme en mí ni
examinar mi comportamiento.
Gracias a Dios por la primera reunión del mes. Fue una lección de
humildad admitir ante mí misma que
no le había dado la preferencia al bienestar común de todos y que lo había
hecho todo a mi manera, y el hacerlo a
mi manera fue visto como poner a los
niños en peligro.
Por el lado positivo, sentí que podía
decirlo en voz alta en la reunión, con
17
Nuestros Tres Legados
gente que me escuchaba y me comprendía. Podía ser sincera en lugar
de buscar excusas para mi comportamiento, podía admitir que había sido
grosera y que no me agradaba mucho
mi forma de ser.
Me di cuenta entonces de lo mucho
que la Primera Tradición tiene que
ver conmigo. El libro Senderos de
Recuperación (SB-24), página 135,
dice: «La Primera Tradición se refiere
a nuestra necesidad de “bienestar
común”. Nos habla como individuos que somos, como miembros de
un grupo y como grupo. Señala que,
al cuidar el bienestar de todos los
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participantes, podremos discernir la mejor forma de fomentar
el crecimiento individual de la
mayoría de los miembros y nuestro
propio bienestar».
Estoy muy agradecida por los
principios de Al-Anon, por los
miembros de mi familia que se expresaron e incluso por el dolor y la incomodidad de la confrontación. Estoy
agradecida de que pude aplicar las
Tradiciones en todos los aspectos de
mi vida, porque, al igual que los Pasos,
son una base importante para el progreso en Al-Anon, y quiero seguir
aprendiendo y creciendo.
Vol. 48 N.º 1 2015
Nuestros Tres Legados
Primer Concepto: Mi
plan detallado para la
recuperación
Pam R.
The Forum, enero de 2015
Primer Concepto: La responsabilidad y autoridad fundamentales de los servicios mundiales de
Al-Anon corresponde a los grupos de Al-Anon.
Cuando leí el Primer Concepto,
inmediatamente concluí que este se
refería a un procedimiento de administración empresarial y que, en vista
del tamaño de Al-Anon, era un procedimiento a la inversa.
Para tener un mejor entendimiento
del «porqué», me remonté a la historia de la creación de la estructura de
servicio en 1951, la cual empezó con
la formación de la «Comisión Directiva Central» (conocida hoy como la
Oficina de Servicio Mundial). El crecimiento de Al-Anon, que en aquel
tiempo tenía solo ochenta y siete grupos, fue la respuesta al «porqué».
El propósito de la Comisión Directiva Central era iniciar y mantener
los servicios especiales de Al-Anon
como un todo, los cuales no podían
ser realizados por un solo grupo. La
misma proveía servicios tales como:
escribir literatura uniforme, ayudar
en la formación de nuevos grupos,
proporcionarles asesoría con base en
la experiencia de grupos más antiguos y que ya eran exitosos, así como
atender sus peticiones de ayuda. Los
miembros de Al-Anon estaban unidos
en su propósito de ayudarse ellos mismos para poder ayudar a los demás y
Al‑Anon y Alateen en acción
hacerlo usando los Doce Pasos y las
Doce Tradiciones. La unidad de propósito reemplazó la disparidad de
los grupos y unió a los miembros de
Al-Anon.
Entre más leo, más cuenta me doy
de que eso fue como un «plan detallado», justo como el que se usa para
construir una casa. El Primer Concepto fue el plan detallado que yo
necesitaba para construir mi vida de
una forma que me ayude a vivir con
los efectos del alcoholismo —un plan
detallado para la recuperación, el cual
pudiera aplicarse sin importar el lugar
en que me encontrara geográficamente—.
El libro Senderos de Recuperación
(SB-24), dice: «… al leer la Bienvenida
Sugerida, la Oración de la Serenidad,
los Pasos, las Tradiciones y los Conceptos, la Literatura Aprobada por
la Conferencia (LAC) y la Clausura
Sugerida, se nos garantiza que el mensaje de Al-Anon se difunde por todo
el mundo».
Tuve un hogar al cual pude entrar
—un hogar con una estructura sólida,
en el cual es posible encontrarle alivio al dolor causado por vivir o haber
vivido con personas alcohólicas—.
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Nuestros Tres Legados
Segunda Tradición: Veo «nuestra
conciencia de grupo» de una
nueva forma
Karen H. – Illinois
The Forum, febrero de 2015
Segunda Tradición: Existe sólo una autoridad fundamental para regir los propósitos del grupo: un Dios bondadoso
que se manifiesta en la conciencia de cada grupo. Nuestros
dirigentes son tan sólo fieles servidores, y no gobiernan.
Apenas tenía poco más de un año
en Al-Anon cuando me sentí lo suficientemente valiente como para ofrecerme de voluntaria y compartir sobre
la Segunda Tradición. Empecé con las
Tradiciones con mucho entusiasmo.
Necesitaba toda la ayuda posible en
cuanto a identificarme con los demás
de manera productiva.
Para ese entonces había participado
en una cantidad de conciencias de
grupo; me encantaba la forma en que
todo el mundo tenía la oportunidad
de decir lo que pensaba —lo cual es
una forma maravillosa de solucionar
problemas—. Sin embargo, nunca lo
había conectado con una Tradición
hasta que surgió un problema en mi
grupo base en cuanto a la oración de
clausura. Tuvimos una discusión más
bien animada y estuvimos de acuerdo
con que trataríamos la cuestión en la
próxima reunión de asuntos. Personalmente, creí que eso no sería necesario porque la elección correcta era
evidente: mi elección.
Generalmente utilizábamos los
primeros quince minutos para nuestra reunión de asuntos. Concluimos
rápidamente la agenda hasta que llegamos al asunto de la oración de clausura. Cada uno de nosotros tuvimos
la oportunidad de expresar nuestras
20
Foto: Sarah W., Georgia
posiciones, algunos más de una vez.
Después de que pasaron cuarenta y
cinco minutos, decidimos dejar que
el asunto se aclarara y realizar una
votación final dentro de tres semanas. Entonces pensé que esa era una
gran idea porque, después de todo,
estaba segura de que había inclinado
al grupo a mi preferencia.
Hubo una gran asistencia en nuestra reunión esa tercera semana. Esperamos hasta que se anunciaron los
asuntos y tomamos nuestra conciencia
de grupo. No obstante, me sentí verdaderamente asombrada cuando me
enteré de que la votación favoreció en
un setenta por ciento la posición contraria.
Supongo que así es como es una lección sobre la Segunda Tradición. Sin
esta Tradición, quizás no me hubiera
dado cuenta de que todo el mundo tiene
un Poder Superior, y de que no soy yo.
Vol. 48 N.º 1 2015
Nuestros Tres Legados
Segundo Paso: La esperanza de
que me devuelvan [el sano juicio]
es real
Paula W. – Arizona
The Forum, febrero de 2015
Segundo Paso: Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros
podría devolvernos el sano juicio.
Asisto a un grupo que se reúne
semanalmente para el estudio de Los
Pasos. Actualmente leemos y estudiamos el Segundo Paso. Hoy, cuando
una mujer compartió acerca de su
lucha con la palabra «devolver», me
identifiqué con su relato. A mí también se me hizo muy difícil al principio aceptar que la locura era evidente
en mi forma de pensar y en mi comportamiento. La sola idea de volverme
loca me aterrorizaba, y creía que tenía
el poder para evitarlo.
Sin embargo, la palabra «devolver» hoy me hizo reflexionar. Pasé
la mayor parte de mi vida creyendo
que yo había nacido con defectos,
que desde el mismo momento en que
vine al mundo no tenía sentido de mi
propio yo. Al creer que nací espiritualmente dañada, sin sentido de mi
propio yo, ¿cómo iba a ser posible que
se me devolviera [el sano juicio]? ¿De
qué forma se me iba a devolver?
«La sola idea de volverme
loca me aterrorizaba,
y creía que tenía el
poder para evitarlo».
Al‑Anon y Alateen en acción
Una definición de devolver es
«poner o regresar (algo) de nuevo a su
existencia o su uso». Como tuve mis
tres propios hijos, pensé sobre la forma
en que un bebé logra satisfacer sus
necesidades. Cuando tiene hambre,
llora y alguien lo alimenta. Cuando
necesita que le cambien el pañal, llora
hasta que alguien lo hace. Cuando
quiere que lo levanten y lo consuelen,
llora hasta que lo levanten y arrullen.
No se preocupa de que pudiera ser un
inconveniente para alguien más, ni de
que nadie se enoje. Es consciente de
sus necesidades y es desinhibido y no
siente vergüenza de buscar consuelo
para él mismo. Creo que esta falta de
miedo está directamente relacionada
con el amor propio. Su diminuto ser se
enfoca en lo que necesita para sentirse
seguro y cómodo. Todo lo que un bebé
hace, desde aprender a sentarse, gatear
y caminar, lo hace con confianza. No
se detiene en su intento cuando se
tropieza. Él no se da por vencido; lo
intenta de nuevo. Él cree en sí mismo a
un nivel muy elemental y se alegra de
sus logros.
Hoy, al pensar en esto, me sentí
reconfortada ante la convicción de
que no llegué a este mundo espiritualmente desfavorecida ni con defectos.
No sé cuándo ni dónde exactamente
el puro amor propio comenzó a
21
Nuestros Tres Legados
desaparecer en mí. En alguna parte
del camino el crecer con los efectos
del alcoholismo comenzó a cambiar
mis sentimientos con respecto a mí
misma. Sustituí el inocente cuidado
amoroso de mí misma que experimenté cuando era una bebé por el cuidado de los demás. Con el tiempo, me
perdí. Ahora entiendo que la forma en
que sucedió en realidad no importa.
Lo que me importa ahora es la esperanza de la devolución que se ofrece
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en el Segundo Paso. Nací con amor
propio y luego extravié ese amor propio durante un periodo de tiempo. No
se perdió para siempre, o quizá nunca
existió. Actualmente, con la ayuda
de los Doce Pasos, una Madrina y la
maravillosa hermandad de Grupos de
Familia Al-Anon, he llegado a creer
que un Poder superior a mí misma
puede devolverme el sano juicio, el
sano juicio que surge al amarme y al
cuidarme yo.
Vol. 48 N.º 1 2015
Nuestros Tres Legados
Segundo Concepto: Aprendiendo
a delegar la autoridad con el
Segundo Concepto
Tom C. – Virginia
The Forum, febrero de 2015
Segundo Concepto: Los Grupos de Familia Al-Anon han delegado
por entero la autoridad administrativa y de funcionamiento a su
Conferencia y sus ramas de servicio.
Como crecí con la enfermedad
familiar del alcoholismo, no me fue
fácil adquirir confianza. Mis decepciones fueron bastante frecuentes y
se me hizo muy difícil confiar en los
demás o pedir ayuda. Durante todos
los años en que estuve en la escuela,
levanté la mano en muy pocas ocasiones. Veía la autosuficiencia como uno
de mis pocas virtudes de carácter, y
creía que si no podía hacer algo por mi
cuenta, no valía la pena hacerlo.
Me siento muy agradecido de haber
aprendido lo contrario por medio
de Al-Anon. Empezando con un
verdadero sentido de incapacidad
en el Primer Paso, gradualmente
acepté que no podía hacerlo todo yo
solo. Llegué a darme cuenta de que la
única forma en que yo iba a mejorar era
soltar las riendas del control que
imaginaba tener sobre todo y pedir
ayuda.
Aunque durante muchos años no vi
ninguna conexión entre el Segundo
Concepto y mi vida personal, finalmente comencé a verlo como una
nueva oportunidad de aprender a
confiar en los demás. Antes de eso, la
idea de delegarle cualquier autoridad
a otras personas sonaba como a rendirse. Sin embargo, al pedir y al aceptar ayuda, descubrí que podía lograr
mucho más de lo que jamás hubiera
podido lograr yo solo.
Al‑Anon y Alateen en acción
Recientemente asumí un proyecto
de voluntariado, y desde el principio sabía que el mismo era demasiado grande como para manejarlo
yo solo. Busqué a personas que tenían
el tiempo, las habilidades y la voluntad de ayudar, y les di información
detallada sobre el proyecto y el resultado que se esperaba. También le di a
cada uno de los miembros del equipo
la flexibilidad de lograr la meta a su
manera.
A pesar de que la responsabilidad
fundamental de la realización del
proyecto era mía, les delegué la autoridad administrativa a los del equipo.
Aun cuando respondí a las preguntas
según iban surgiendo, dejé que cada
persona concluyera su parte sin vigilarla ni volver a hacer su trabajo.
Cuando nos acercábamos a la conclusión, la duda interna empezaba a
vencerme. Nuestro trabajo en conjunto se veía algo así como el monstruo Frankenstein cosido en pedacitos.
Quizás debí haberlo hecho solo —me
cuestionaba. Sin embargo, a medida
que aplicábamos el paso final del proceso, todas las costuras se desvanecían
en una pieza completa, hermosa y
unificada. Me sentía lleno de gratitud,
no sólo por toda la generosa ayuda que
recibí, sino que también por el hecho
de que mediante el Segundo Concepto
aprendí a delegar.
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Alateen
Mi momento decisivo:
Ir a Alateen
Maggie – Terranova, Canadá
The Forum, enero de 2105
Mi padre es alcohólico. Él se hizo alcohólico antes de que yo naciera. No sé por
qué se hizo alcohólico. Supongo que es
porque le gusta la forma en que lo hace
sentirse. O quizás porque, apenas bebe
un poco, ya no puede parar.
Cuando nací, dejó de beber. Paró
durante muchos años. Paró porque se
preocupaba por mí, porque no quería
que yo lo viera de esa manera. Hasta
que una noche, cuando yo tenía cinco
años, empezó otra vez. Bebía hasta que
no podía beber más. Yo no sabía dónde
estaba él, y mi madre no sabía cómo
explicarme lo que estaba pasando.
Cuando él regresó a casa más tarde esa
noche, escuché gente peleando. Eran mi
madre y mi padre. Me sentía confundida
y molesta porque no entendía. «¿Qué
está pasando?» —mi ingenuo ser de
cinco años de edad les preguntaba, a lo
cual mi madre respondía: «Ve a la cama,
Maggie. Tu padre está bien».
Sucedió de nuevo al día siguiente.
Pelearon otra vez. No podía concentrarme en mi trabajo escolar. No podía
concentrarme en ninguna de las actividades después de la escuela. Estaba muy
preocupada de que mis padres pelearan
de nuevo. Aunque yo no entendía exactamente lo que significaba beber, entendí
una cosa al respecto: Cuando mi padre
bebía, se convertía en una persona diferente. Él no era el tipo de alcohólico que
se volvía violento, ni grosero, ni tonto.
Simplemente parecía como que le importara más el alcohol que su propia familia.
Después de un par de años, mis
padres se separaron. He tenido muchos
amigos cuyos padres se han separado,
pero nunca me imaginé que me sucediera a mí. Mi madre estaba molesta.
Lloró mucho por él. Me dolía verla así.
Finalmente decidió ir a Al-Anon y me
pidió que fuera a Alateen.
La primera vez que fui, me pareció
terriblemente aburrido. Luego fui un
día más, escuché con atención, y encontré que los lemas me ayudaban bastante.
Allí me di cuenta de que el alcoholismo
es una enfermedad. Me di cuenta de
que no era cierto que a mi padre le
importara más el alcohol que yo.
Amo a mi padre, pero no puedo
obligarlo a que deje de beber. Él mismo
es quien tiene que querer.
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Este boletín contiene noticias, guías y comentarios provenientes de miembros de Al‑Anon,
de voluntarios, del personal y de lectores que comparten sus experiencias de crecimiento
espiritual, individual y de grupo por medio del servicio.
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Vol. 48 N.º 1 2015
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