Érase una vez un hermoso lago de cristal, adornado con grandes cocoteros en sus costas, donde las princesas llegaban a bañarse para hermosear, cada una de ellas llevaba una linda cayena roja, que adornaban su belleza, y sucedió que mientras jugueteaban en la orilla, se les acercó un pelícano muy dócil que se les acerco para jugar con ellas, traía en su pico un pergamino enrollado, una de las princesas lo tomó y lo desenrollo, quedando maravillada con las lindas imágenes que contenía, en él había un majestuoso puente dibujado, en su centro ondeaba una bandera azul y negra con un gran sol y un centellante relámpago, al lado derecho un escudo con 4 cuarteles con los colores del oro la sangre y el mar, y a su izquierda, las notas de un hermoso himno: Sobre palmas y lauros de oro