Subido por miguellucea7

La medicina en Egipto

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Medicina Egipcia, Magia y actualidad.
¿Hasta qué punto basaba la medicina egipcia sus postulados en ciencia o en conjuros
placebo? ¿Es posible marcar una diferencia entre magia y medicina? ¿Existe algo que
podamos aprender de su saber hacer, en la medicina técnica de hoy en día?
La pregunta a afrontar, surge de la misma curiosidad que me ha llevado a leer las obras
Sinuhé el egipcio y la trilogía del juez de Egipto. En estas piezas de literatura, se presenta
un Egipto organizado, técnico y desarrollado que choca con la fantasía con la que se
percibe muchas veces por el gran público. Al mismo tiempo, las divergencias en estilo
entre la literatura y las investigaciones científicas, me lleva a la decisión de promover un
diálogo donde investigar más profundamente los entresijos de la medicina egipcia
mientras al mismo tiempo, comparar las diferentes vías por las que adquirimos el
conocimiento, destacando la cultura popular a un lado, la literatura por otro y
finalmente la ciencia, donde la última no se permite las licencias de los primeros.
La percepción popular de Egipto, ha sido eclipsada por el desenfrenado interés que sus
rituales tras la muerte han tenido entre sus descubridores. Momias, pirámides, y rituales
en jeroglíficos han extendido el halo de misterio que este mundo antiguo tiene en la
actualidad para muchos. Tal vez por orientalismo etnocentrista, esta es muchas veces la
imagen colectiva que se tiene de esta sociedad. Sin embargo, invito con esta reflexión a
una realidad que dista mucho de esta apariencia.
Como bien dice, Kottak, todas las sociedades son culturas de muerte. En tanto que el ser
humano es consciente de su finitud, diseña su vida colectiva de forma acorde a la
perspectiva que tenga del día de su adiós (Kottak, 2011). Egipto creía en la
reencarnación, pero de una forma vitalista, donde la vida presente, constituiría la razón
para salvarse en el futuro. Es por eso porque no deberíamos fijarnos en la muerte, sino
en la vida de Egipto. En cómo se organizaban y trataban de sacarle el máximo partido,
hasta el punto de luchar contra el fatídico destino desarrollando una medicina de
vanguardia.
Las siguientes páginas abordan la disyuntiva esencial de la civilización egipcia entre su
verdadero ser y el parecer. Entre la esencia y las formas. Una bicefalia compuesta por
antagonistas naturalezas, pero que para esta civilización milenaria funcionan a la
perfección. Razón técnica y esoterismo, nunca han estado tan de la mano en la historia.
Por lo general cuanto más lejos estemos potencialmente de la muerte, menos peso
tendrá la magia. Por eso, como es por otro parte lógico, mientras que en las medidas de
prevención destaca una lógica aplastante, en las enfermedades incurables entra en
juego con gran peso, el mundo de lo desconocido (Calvo, 2003). Vamos a estudiar, desde
los primeros pasos del médico, hasta su práctica, como ciencia y mística van
desenvolviéndose, siendo la segunda meramente un poder institucional en los primeros
momentos, para pasar a convertirse en un activo fundamental frente a las
enfermedades más inaccesibles.
-La formación. Pese a que hay dudas, sobre el programa formativo que recibían los
futuros médicos, dos facetas aparecen como claves, en cualquier caso. Por un lado, la
relación aprendiz-maestro y por otro la influencia ya fuera como biblioteca, centro de
saber o espiritual de la casa de la vida. (Allen, 2006). Estos lugares constituían en muchas
ocasiones el centro de la población, suponiendo un referente del conocimiento en todos
los aspectos tanto religioso como científico.
En este caso, la información que nos llega de Sinuhé choca frente a la de Neferet en “El
Juez de Egipto”. Mientras que en el primero, se nos narra un ritual iniciativo, donde los
Dioses y los espíritus suponen un importante hito en la formación de los futuros
médicos, en el segundo se da mayor peso a la estructura orgánica de la institución
médica donde el poder entre cargos parece más importante que las creencias colectivas.
(Jacq, 1998). En cualquier de los casos, el proceso es dilatado pudiendo durar más de
una década desde que se comienza con la teoría hasta que se puede empezar a curar
independientemente.
-La prevención. El saneamiento de las aguas y las políticas de higiene pública fueron
desde un principio estándares básicos para mantener la salud pública. Así mismo, el
sistema sanitario estaba al alcance para todos. El médico, reputado socialmente, se
encontraba sujeto a una serie de normas y pautas de conducta para asegurar un modelo
normalizado. La jerarquía y la regulación del sistema obedecen al Egipto más burócrata.
(Op. Cit., 2006).
En ambos textos, se nos ofrece la imagen de una medicina que sigue los cánones de una
estructura bien definida. Médicos, hospitales y laboratorios entre otros, constituyen una
definida organización que vela por el bienestar de la ciudadanía. El pragmatismo impera
frente a todo y la sanidad se encuentra administrada atendiendo a razones lógicas.
-Diagnóstico y terapia. Contra lo que cabría esperar, a medida que avanza la datación de
los papiros, la proporción de remedios mágicos aumenta frente a los exclusivamente
terapéuticos. Aunque no se sabe cuál puede ser la explicación principal de este suceso,
se sabe que la influencia romana y griega suponen una correlación directa. (Cardona,
2013). El trato humano con el paciente, el visitarle en casa y darle alivio y esperanza son
factores distintivos del médico egipcio. A pesar de que el diagnóstico es pormenorizado
y riguroso, el uso de la magia como placebo en terapias que de otra manera serían
costosas o dolorosas o simplemente inútiles, resulta un recurso muy utilizado. (Ibid.).
Los médicos egipcios conocían cientos de fármacos caseros cuyos principios activos
casan con la química que se utiliza hoy en día. Antibióticos, anticonceptivos o aspirinas
destacan entre una variedad de pomadas. En el Juez de Egipto, se nos relata en
numerosas ocasiones los motivos por los que se utiliza un activo u otro y como a base
de ensayo y error, se avanza en la comprensión de venenos y ungüentos. Sin embargo,
y a pesar de la racionalidad de muchos remedios, también se compaginan amuletos y
rituales que acercan el mundo de los Dioses al proceso de cura. El alma religiosa del
egipcio y teocrática de la sociedad se impone ante la desesperanza de muchas
enfermedades. Entre otros, podemos encontrar, tratamientos donde se utilizan
excrementos para ahuyentar espíritus, perdiendo el cariz científico mencionado con
anterioridad (Op. Cit., 2006).
Si acudimos a los papiros originales donde Imhotep, erudito deificado por su sabiduría y
otros expertos de la medicina nos hablan en primera persona del Antiguo Egipto,
resultan claras las menciones a conjuros mágicos. En el papiro de Edwin Smith, a pesar
de su excelente forma de dilucidar un diagnóstico, son claras las alusiones a espíritus
malignos alojados en el interior del paciente (Krivoy, 2002). Ante el desconocimiento del
origen de muchas enfermedades, entraban en juego entes sobrenaturales y era
entonces donde el médico se convierte a la vez en mago-sacerdote.
Y es que Egipto yace en esta doble-esencia. Sagrado y profano en continuo rehacer. Es
por esto, por lo que no nos debería sorprender que la medicina al igual que
prácticamente todas las disciplinas de la época tenga un fuerte componente místico y
religioso. La creencia en Dioses, supersticiones y espíritus es constante. Sin embargo, la
ambivalencia está constantemente presente teniendo ramas como la trepanación
donde destaca una escrupulosa técnica como bien se nos presenta en Sinuhé que no por
eso obvia la concepción espiritual: “Expulsa a los malos espíritus que enloquecen a las
gentes” (Waltari, 1995).
Como conclusión podemos quedarnos con lo siguiente.
Este ensayo ha intentado dilucidar entre lo que las cosas parecen y lo que realmente
son. Entre nuestra perspectiva moderna del antiguo Egipto y lo que realmente fue. Para
ello, he tratado de mostrar la perspectiva de la literatura frente a la de la bibliografía
científica y comparar la faceta egipcia mágica frente a la más lógica. Sin embargo, creo
que intentar defender una o la otra, nos impedirían explicar que fue aquella civilización.
Egipto lo explica el delicado equilibrio entre lo profano y lo sagrado. La medicina egipcia
es un ejemplo más de la disyuntiva esencial en la que se construye Egipto, donde la
administración rigurosa del día a día se solapa con el sentido religioso que todo
difumina. No hay que olvidar que nos encontramos frente a un sistema teocrático que
construye la civilización organizada más duradera de la historia.
No por esto, debería ser menospreciada o ignorada. Creo haber extraído alguna que otra
enseñanza que la medicina egipcia podría enseñarnos hoy en día, un trato más humano
con el paciente, la atención personalizada en el hogar del enfermo o tratar a la persona
enferma en su conjunto sin obviar las repercusiones que lo físico tiene en lo mental y
viceversa, son nociones que personalmente encuentro reveladoras.
Por último y por hacer justicia respondiendo a todas las preguntas propuestas, cabría
decir que la ficción literaria puede ser un gran recurso intelectual para acercarse a una
disciplina científica. Pese a que la realidad se mezcle con la ficción, el uso de,
historiadores de reconocido prestigio, garantiza una presentación pertinente y
esclarecedora del tema a tratar, que, sin ser definitiva, enriquece el conocimiento de
una cultura.
Bibliografía:
A. Krivoy, J. Krivoy, M. Krivoy., 2002. Aspectos neuroquirúrgicos parciales del papiro de
Edwin Smith. Caracas: Gac Med. pp. 386-391
Allen, P., 2006. The Art of Medicine in Ancient Egypt. New York: Metropolitan Museum
of art.
Calvo, G., 2003. La medicina en el Antiguo Egipto. Lima. Pediátrica.
Cardona, B., 2013. Envejecer en el Antiguo Egipto. Barcelona: Universitat Autónoma de
Barcelona.
Jacq, C. and Serrat, M., 1998. La Justicia Del Visir. Barcelona: Planeta.
Kottak, C. and Campos Olgui ́n, V., 2011. Antropologiá Cultural. México D.F. (México):
McGraw-Hill.
Waltari, M., 1995. Sinuhé, El Egipcio. Barcelona: Plaza & Janés.
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