Subido por ANTONIO BURGOS MAY

Adorar a Dios en la prueba

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TEMA: “ADORAR A DIOS EN MEDIO DE LA
PRUEBA”
TEXTO: JOB 1:20-22
INTRODUCCIÓN
Hay quienes dicen que adorar a Dios cuando todo va bien es fácil de hacer; es decir
cuando se está sano, no se tienen problemas económicos, cuando hay abundancia,
etc. cualquiera puede ir al templo a adorar a Dios, aunque sea de apariencia; pero,
es en la prueba, en las dificultades, en la enfermedad, etc., cuando el Cristiano
verdadero muesra de que material está hecho y adora a Dios de corazón.
Es la adoración el punto central del cristiano y por medio de ella reconoce y acepta
la soberanía de Dios, su Majestad, su Sanidad y dominio sobre todas las cosas;
aunque ésta resulte en nuestra propia muere. (Daniel 3:17,18)
Adorar a Dios en medio del sufrimiento, es la mejor evidencia del verdadero Culto
que todo verdadero cristiano debe rendirle.
Adorar significa sumisión irrestricta e incuestionable al gobierno de Dios y es mucho
más que un simple ritual. Significa despojarse de todo lo que se posee para
entregarse totalmente a Dios.
“Usted amado hermano (a) puede adorar a Dios en medio de la prueba, como
lo hizo Job”
RECONOCIENDO QUE LA ADORACIÓN ES EL MOMENTO MAS
SUBLIME DEL CRISTIANO.
a) La adoración del cristiano no se limita a una simple liturgia; sino que es la
demostración amorosa y absoluta de su obediencia a Dios. (Rom. 12:1-3).
Jesús le dijo a la mujer samaritana que la base de la adoración es el corazón.
b) Job confiesa que aunque Dios le quitara la vida, en El confiaría. (Job 13:15)
Con estas palabras demostraba su grande amor a Dios.
c) De nada sirve una liturgia pomposa, una adoración de labios, cuando el
corazón está lejos de Dios. No debemos adorar sólo porque recibimos
bendiciones, sino porque El es digno de recibirla por ser el creador y
sustentador de su obra. (Apoc. 4:11).
I.
II.
ADOPTANDO EL EJEMPLO DE ADORACIÓN DE JOB. VV. 20,21
a) El triunfo de Job, no está en el epílogo, sino en el prólogo. Es precisamente
en sus ruinas, que eleva a Dios el acto más sublime de adoración a la
Majestad Divina; él reconoce que el Dios soberano da y quita cuando El
quiere. (Salmo 24:1).
b) Job sabía perfectamente de la existencia de Cristo, en El confiaba y vivía con
ésa esperanza viva de la redención de su cuerpo y alma. (Job 19:25). Y no
se cansaba de adorarle.
c) La adoración a Dios, implica regocijarse continuamente con El; aunque falte
la comida. (Ha. 3:17-18; Sal. 4:7). Alegre o atribulado Job se regocijaba en
Dios y esperaba en su redentor Jesucristo.
CONCLUSION
Un rey tenía 3 hijas, las 3 decían amar a su padre; pero sólo la menor le amaba de
corazón. Un día el rey mando llamar desde la mayor hasta la menor para
preguntarles que tanto le amaban y la primera le contestó que le amaba hasta el
último rinconcito de su reino; el padre muy contento le recompensó con muchísimas
joyas preciosas; la segunda le contestó que le amaba hasta la luna, de igual manera
el rey se alegró con ésa respuesta que dio a su segunda hija una muy buena
recompensa y por último la menor le dijo que su amor por él era tan puro y sincero
como la sal del mar, el rey se disgustó con ésa respuesta que le impuso el castigo
de ser despojada de sus ropas reales y vivir en el destierro por el resto de su vida.
Al cocinero del palacio quien amaba a la princesa menor y sabía de su buen
corazón, no le pareció justo el castigo del rey y se propuso darle una lección al rey
y hacer que la princesa retornara al palacio real.
Intencionalmente dejó de agregarle sal a las comidas que le servían al rey, por lo
que muy disgustado el rey hace llamar a su cocinero para castigarlo, fue entonces
que le dijo que lo había hecho para demostrarle que así como la comida sabe mal
sin sal, el palacio no era igual sin la princesita que le amaba de corazón. El rey hizo
traer de nuevo a la princesita y ella abrazó a su padre y le dijo: te amo papá aunque
me castigues y no me des nada, porque mí amor es puro y sincero como la sal del
mar, te amo de corazón.
Llegó el momento de adorar a Dios de corazón, nos dé o no nos dé, El es el único
digno de suprema adoración, es por ello que nuestro amor tiene que salir del
corazón puro y sincero.
¡Dios les bendiga!
AI. Marco Anonio Burgos May
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