La teoria general de sistemas pretende tener un carácter transdisciplinar. Se aplica a diferentes dominios de estudio y a diferentes niveles de integración teorica. Su aplicación se denomina “enfoque sistémico” o TGS. Fue creado por Von Bertalanfly, y este decía que la TGS “ofrece un sustrato común a una gran variedad de fenómenos los que abren el camino a una aproximación unificada de las diversas disciplinas”. El enfoque surge por dos motivos. 1. La insuficiencia de los enfoques analíticos mecánicos para el estudio de los sistemas vivos. 2. La necesidad de un saber de totalidad que supere la versión y visión fragmentaria de la realidad, a que conducían las diferentes disciplinas científicas, al realizar sus análisis de manera totalmente separada. Las fuentes que condujeron a la formulación de la TGS. Terapia sistémica: otra manera de hacer terapia La terapia sistémica entiende los problemas desde marco contextual y se focaliza en comprender y cambiar las dinámicas de las relaciones (familiares, laborales, etc.). Los roles y los comportamientos de las personas en estos contextos se entiende que están determinados por las reglas tácitas de ese sistema y la interacción entre sus miembros. Comprendiendo los trastornos de forma multicausal Hasta entonces, en el campo de la psicoterapia, se entendía la enfermedad mental en términos lineales, con explicaciones históricas y causales del padecimiento. Primero se busca la causa para después pasar al tratamiento. El modelo de terapia sistémica (ampliamente utilizado en la terapia familiar), observa los fenómenos de manera circular y multicausal, por tanto, no se pueden establecer marcadores lineales. Por poner un ejemplo, dentro de una familia, los miembros se comportan y reaccionan de maneras impredecibles porque cada acción y reacción cambia continuamente de la naturaleza del contexto. Paúl Watzlawick fue pionero en distinguir la causalidad lineal y causalidad circular, para explicar con ello las diversas pautas repetitivas de interacción posibles y marcando un antes y un después en la interpretación de las dificultades en las relaciones personales. La visión circular de los problemas está marcada por cómo el comportamiento de un individuo influencia las acciones de otro, que por su parte influye también sobre el primero. Por tanto, la terapia sistémica ofrece una visión circular, interactiva, en el interior del sistema o grupo que tiene sus reglas de transformación y se autocontrola a través de fenómenos de retroalimentación para mantener un estado de equilibrio. Los componentes del sistema entran en relación mediante la comunicación, una de las claves de esta terapia. Teoría sistémica familiar La relación de las familias y cómo la forma de ser de cada uno de sus miembros influye de unos en otros y en su actuar se puede observar científicamente con la aplicación de la Teoría de sistemas que parte del estudio interdisciplinario de los sistemas en general. Este modelo se convirtió en el modelo predominante en los estudios de familia37 (Satir, Minuchin 1986, Palazoli, Andolfi 1993, Musitu, 1994, Rodrigo y Palacios 1998, Gimeno 1999). La población de estudio en el modelo sis-témico, no queda reducido sólo al estudio de pacientes y familias con problemas graves, sino que explica el comportamiento y la evolución de familias normativas y normalizadas sirviendo de base a programas de formación y prevención (Millán, Ventura 1990. Rodrigo y Palacios, 1998, Gimeno 1999) de acuerdo a Gimeno 1999. El basamento epistemológico de la Terapia Familiar Sistémica, consistió en refutar y dejar atrás el foco de atención de las teorías psicológicas tradicionales sugestionadas por el estudio del psiquismo de los sujetos, para centrarse en el sistema. Implica por tanto una nueva forma de ver el mundo y lo que sucede en él, a través de la integración del enfoque sistémico. Conociendo que en todo sistema existe un conjunto de elementos en interacción constante, es importante precisar que lo que afecte a cada uno de estos elementos afectará el funcionamiento de todo el sistema. Igual ocurre con la familia, cuya formación atraviesa por varias fases iniciando, generalmente, por el noviazgo y el matrimonio. Posteriormente llegan los hijos, cuyo proceso evolutivo contempla las etapas de niñez, adolescencia, adultez y finalmente su emancipación, ocasionando lo que se denomina el síndrome del nido vacío. El paso de una fase a otra puede generar, y de hecho ocurre, crisis en la familia. Algunas son tan graves, que perturban a los miembros, y deterioran la dinámica y buen funcionamiento del hogar. Para la Terapia Familiar Sistémica38, la superación de tales crisis se logra modificando la estructura del sistema familiar, y no limitando la acción terapéutica a un individuo en particular, sino a todo el grupo puesto que allí se suscita la interacción y el problema. Es así que el modelo sistémico permite observar las implicancias de los miembros de la familia en el posible liderazgo de los mismos.