Oración a Santa Lucía para obtener un gran Favor ¡Oh gloriosa Virgen y Mártir, Santa Lucía! nos hallamos aquí postrados ante tus plantas para pedirte la salud, más que la del cuerpo, la del alma. Te pedimos esa fe que te hizo columna inmóvil ante los poderes de la tierra, y esa fortaleza del alma con que resististe los halagos del mundo. Venimos admirados ante tu valor sobrehumano y quisiéramos que usarais de ese poder, para obtener del Señor esa luz que ilumine nuestra inteligencia. Que veamos te diremos, Gloriosa Santa Lucía, como el cieguecito del Evangelio, que veamos, si, que veamos a Dios, sus preceptos y doctrina, para que luchando duramente con los enemigos del alma en este suelo, recibamos como vos, el galardón en el cielo. Oh gloriosa Virgen y Mártir, Santa Lucía nos hallamos aquí postrados ante tus plantas para pedirte que nos ayudes, que nos auxilies en este dificil problema que hoy nos agobia y angustia en gran manera: (hacer la petición) Oh gloriosa Virgen y Mártir, Santa Lucía te rogamos concedas misericordia infinita al gran favor que hoy te pedimos, si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén. Rezar el Credo, la Salve, Padrenuestro, Avemaría y Gloria. Hacer la oración y los rezos durante tres días consecutivos. Novena a Santa Marta Acto de contrición Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, porque os amo y estimo sobre todas las cosas. A mí me pesa, Señor, pésame en el alma de haberos ofendido y no haberos amado; propongo, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad, piedad y misericordia infinitas, que me los perdonaréis y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén. Oración inicial para todos los días Dios y Señor mío que enriquecisteis con tantas y con tan abundantes virtudes a la Bienaventurada Virgen Santa Marta, la que conociendo a vuestro hijo Jesús como el Mesías verdadero abrazando gustosamente su doctrina y practicando con fidelidad tus celestiales lecciones, llegó en poco tiempo a la santidad más elevada, os suplico Señor que por los merecimientos del mismo Jesús , nuestro Redentor y por la intercesión de la gloriosa Santa, nos concedáis los auxilios que necesitamos para acertar en agradaros en todas las acciones de esta vida y gozar después eternamente vuestra presencia en la gloria mereciendo ahora alcanzar la gracia que solicitamos en esta novena. Amén. Rezar a continuación la oración del día que corresponda: Día primero Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que oyendo los elogios que hacía el Señor de la virginidad y practicando esta admirable virtud, determinaste no admitir otro esposo que el esposo de la Vírgenes y renunciando a las vanidades del mundo, te dedicaste a la soledad del retiro, con lo que llegaste en muy breve a la perfección evangélica; te suplico Santa admirable, que por los auxilios de tu meditación vivamos todos con pureza y castidad en el alma y el cuerpo, aborreciendo las vanidades y riquezas de este mundo materialista, para que así, nos hagamos dignos de la eterna bienaventuranza. También imploro Santa mía, vuestra intercesión, para que la majestad Divina me conceda el favor particular que ahora solicito, si conviene para el bien y provecho de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad y rectificad mis pensamientos a mayor servicio de Dios. Alcanzadme una meritoria conformidad y resignación en su Santísima Voluntad. Amén. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día segundo Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que al mismo tiempo que hacías pública profesión de la más ajustada y ejemplar virtud, padecía tu corazón las mayores aflicciones y penas al ver que tu hermana María Magdalena entre perfumes, galas y joyas, se hacía llevar de su inclinación a los abismos del orgullo y vanidad mundana, se había hecho escándalo público de toda la provincia sin que hubiera bastado tu anhelante esmero, lecciones y ejemplos para inspirarle temor de Dios, que por fin oyendo benignamente al Hijo de Dios, los clamores y ruegos que con Lázaro dirigías incesantemente a su piedad por la salvación de una hermana de vida tan licenciosa y perdida, movió el corazón de aquella insigne pecadora y con perfecta conversión y maravillosa mudanza de vida, llenó el tuyo de inexplicable gozo y alegría. Comunicad piadosa Santa, nuestros ruegos al Señor a favor de todos los infelices pecadores, para que ayudados con sus Divinos Auxilios imitemos a la Magdalena en la enmienda, aborrecimiento, dolor y penitencia de nuestros pecados, también imploro santa mía, vuestra intercesión, para que la majestad Divina me conceda el favor particular que solicito si conviene para el bien de mi alma, y si no vos, como abogada mía enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén. (Rezar Padrenuestros, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día tercero Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que habiendo enfermado, y muerto tu hermano Lázaro y habiendo Jesús llegado a tu casa después de cuatro días de sepultado, apenas le viste cuando bañada en llanto y llena de fe más viva, le dijiste: “Señor, si hubieses estado aquí no hubiera muerto mi hermano, pero no desconfío de verlo resucitado porque sé que Dios no te puede negar lo que le pides”. Y en efecto, movido el Señor de tus lágrimas y las de María Magdalena, premió tu amorosa confianza restituyendo la vida a tu hermano. Te ruego pues dichosa Santa que amoldes y dispongas nuestros corazones de manera que recurriendo a ejemplo tuyo en todas nuestras penalidades y trabajos a Jesús, con la fe, confianza y pureza necesarias, merezcamos sus Divinos Socorros y consuelos para que remedien nuestras necesidades y miserias. También imploro Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que ahora solicito, si conviene para el bien de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día cuarto Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que siguiendo constantemente los pasos de tu Divino Maestro, no lo quisiste perder de vista, sobre todo durante el tiempo de su pasión, sintiendo y llorando amargamente todos los tormentos y afrentas hasta verlo morir clavado con ignominia en la cruz. Te suplico, ¡oh dulce Santa!, que por tu intermedio logremos las gracias celestiales que necesitamos obtener para seguir con confianza los caminos de Jesús y para fijar nuestro espíritu en la contemplación de su pasión dolorosa, para que de este modo consigamos algún día celebrar los triunfos de su gloria en el cielo. También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día quinto Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que luego que los piadosos varones bajaron de la cruz al adorable cuerpo del Salvador, y después de haber presenciado y acompañado con tus tristes lamentos y abundantes lágrimas el insondable dolor de María Santísima al ver a su Divino Hijo muerto, ensangrentado, y desfigurado en sus amorosos brazos, concurriste con María Magdalena y otras piadosas personas, a rendir a aquel sagrado cadáver los últimos honores, dándole decente sepultura, con la mayor veneración te suplico poderosa Santa, nos alcances del Señor la gracia de que penetrados de un verdadero dolor y arrepentimiento de nuestros pecados, aceptemos acompañar a Jesús y María digna y espiritualmente en sus dolores, para alabar y bendecir después sus misericordias en la patria celestial. También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día sexto Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra que después de sepultado Nuestro Divino Redentor no te apartaste de su afligida Madre, sino que acompañándola en su soledad y aliviando cuanto era posible su tristeza y amargura, te mostraste cada vez más fervorosa amante de esta Señora. Te suplico Santa amable que por estar tan cercana de esta Divina Reina, inclines su maternal corazón a nuestro favor, excitando en nuestros corazones las más fervorosa devoción a sus dolores para que amparados en su soberana protección, lleguemos felizmente a la gloria del cielo. También imploro Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día séptimo Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que mereciste la gran dicha y gozaste de la dulce alegría de estar entre las primeras personas que vieron al Señor después de su triunfante resurrección, asistiendo a sus instrucciones y recibiendo cada día nuevas gracias y favores y luego que subió a los cielos no te apartaste del lado de la Santísima Virgen hasta la venida del Espíritu Santo, cuyos dones recibiste en el Cenáculo. Te suplico amada Santa, que por tu mediación nos hagamos dignos de la consoladora presencia de Jesús en nuestras almas para que inundadas de sus gracias merezcamos alabarlo por toda la eternidad en el cielo. También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día octavo Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que fuiste perseguida por los judíos y desterrada con tus hermanos, metida en un navío sin mástiles, timón ni aparejo alguno y expuestos al arbitrio y furia de los vientos y las olas del mar, pareciéndoles el mejor medio de deshacerse de una familia cuya presencia no podían sufrir, porque Lázaro era un milagro visible y un testimonio elocuente de la Divinidad de Aquel a quien ellos habían muerto ignominiosamente; pero que salvándoos la Divina Providencia, llegasteis al puerto de Marsella, donde anunciaste la fe de Jesucristo, convirtiendo a muchos y obrando grande maravillas. Te suplico poderosa Santa nos alcances del Señor la constancia y la firmeza que necesitamos para sufrir por Jesucristo todas las persecuciones, burlas y desprecios que se nos susciten, sin que jamás dejemos de alabar, confesar y bendecir el santo nombre de Jesús. También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Día noveno Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días. Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que movida de las lágrimas de los vecinos de Tarascón y de los pueblos comarcanos, los librasteis del monstruoso dragón que todo lo devoraba, atravesaste el río Duraza, armada con la Santa Cruz y agua bendita, arrastraste el dragón con el ceñidor trayéndole a la ciudad donde le dieron muerte. Después retirándote a un desierto con muchas doncellas que habías convertido y edificado un monasterio vivías en él, como ángeles y castas esposas del salvador, el cual queriendo premiar tus virtudes te reveló el día de tu dichosa muerte como también el que tu hermana Magdalena gozaba ya en el cielo de su gloria; y después de una calentura lenta, que aumentó tus merecimientos, sabiendo que era llegada la hora de juntarte con tu Divino esposo, mandaste que te echasen sobre las cenizas en presencia de tus afligidas compañeras y exhortándolas a las perseverancia final, pasaste tranquilamente al descanso del Señor. Te suplico preciosa Santa, nos facilites los medios que necesitamos, para que llevemos una vida espiritualmente retirada de los bullicios del mundo y sea feliz nuestra muerte. También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad mis peticiones, al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. (Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final) Petición final para todos los días concluida la novena Purísima virgen, modelo de castidad y paciencia, ejemplo vivo de todas las virtudes cristianas, testigo presencial de las divinas palabras, milagros, pasión, muerte y resurrección de nuestro redentor Jesús; humildemente nos acogemos a vuestro patrocinio y amparo y os rogamos encarecidamente con toda la sinceridad del alma, con la fe viva y ferviente que despierta y fomenta en el corazón la sabia y vivificante doctrina de nuestro Salvador, nos alcances de Él la tranquilidad de conciencia, ocasionada por el cumplimiento de mis obligaciones morales y religiosas así como la dicha y prosperidad en nuestro hogar. Interceded casta esposa del Señor, por la dicha y prosperidad de todos los seres que amamos; alcanzadnos la paz y concordia que la sociedad reclama para su bienestar y que fieles a los preceptos divinos que por medio de Moisés fueron revelados al pueblo escogido para nuestro bien, consigamos la gloria eterna reservada a los mansos y humildes de corazón. Amén. Oración para los que mantienen casas de huéspedes Amable protectora mía, Santa Marta, que tuviste la inefable dicha de hospedar a Jesús en tu casa. Dichosa tu mansión de Betania , bendecida tantas veces con la presencia del Huésped Divino, y cuyos moradores, tú misma y tus santos hermanos Lázaro y María Magdalena, fuisteis tantas veces honrados con las visitas de Jesús, de su Madre Santísima y de los Apóstoles. No permitas, Santa mía, que entre los que se hospedan en mi casa haya ninguno que hospede en su corazón al demonio, sea motivo de escándalo, o atraiga con su mala conducta las iras de Dios sobre mí y mi familia. Santa bendita, que viviste en compañía de santos, bendice mi casa, bendice a mis huéspedes, para que en todos reinen la concordia y el amor de Dios. Ayúdame en el cumplimiento exacto de mis deberes y en la administración de mis bienes y negocios, para que aún, cuando, por mi condición y estado de vida, tenga que ocuparme de las cosas de la tierra, jamás me olvide que mi patria verdadera y mi último destino es el cielo. Así sea. Devoción de los veintinueve de cada mes a Santa Marta Oh Santa Marta milagrosa, me acojo a tu amparo y protección entregándome a ti, para que me ayudes en mi tribulación, y en prueba de mi afecto y agradecimiento, te ofrezco propagar tu devoción. Consuélame en mis penas y aflicciones, te lo suplico por la inmensa dicha que alegró tu corazón al hospedar en tu casa de Betania al Salvador del mundo; intercede por mí y por toda mi familia para que conservemos siempre en nuestros corazones a nuestro Dios viviendo en su gracia y detestando toda ofensa contra Él; para que sean remediadas nuestras necesidades y en especial esta que ahora me aflige (hágase la petición). Te suplico me ayudes a vencer las dificultades con la fortaleza con que venciste, por el poder de la Cruz, al dragón que tienes rendido a tus pies. Así sea. Rezar tres veces el Padrenuestro. Avemaría y Gloria. Para aquellos que hacen los veintinueve de cada mes, se recomienda confesarse y comulgar cada martes, visitar el altar de la Santa y dar en su honor una limosna a los pobres.