Cierta tarde de verano un grupo de "mujeres lloronas",se les había pagado, para que llorar la muerte de una de las hijas de un acaudalado hombre. Una de las hijas muy sorprendida se acercó a su madre y le pregunto: - Madre ¿cómo nosotras que sufrimos la desgracia en carne propia, apenas si lloramos? en cambio esas lloronas, que jamás la conocieron, se deshacen en grandes lamentos. La madre contestó: - No te extrañes, hija mía: esas mujeres no lloran lágrimas, sino dinero. Nunca olvides que las monedas son las lágrimas del rico. MORALEJA Con el dinero conviertes a sanos en sufrientes