Ciencias sociales ÁREA COMPETENCIA Propósito DOCENTE CIENCIAS SOCIALES Construye Interpretaciones Históricas GRADO Y SECC CAPACIDAD 5to C - D Comprende el tiempo histórico. Elabora explicaciones sobre procesos históricos. A partir de diversas fuentes de información, analizamos los aspectos de la situación del yanacona y campesino, contrastándola con la realidad actual en un artículo de opinión. ANGEL TICLLAS FLORES Como estuvimos viendo las semanas anteriores, después de nuestra independencia nuestro país fue gobernado por caudillos (militares), preocupándose más por el beneficio personal, se supone que después de la “independencia” la condición del pueblo peruano debía mejorar, pero como podemos observar en la actualidad, después de casi 200 años, la pobreza y marginación de la mayoría de nuestros compatriotas continua. Esta pandemia nos hace ver la realidad de nuestro país y nuestros gobernantes, que a pesar de la crisis que atravesamos siguen pensando en sus propios intereses (corrupción) y de las grandes empresas antes que del pueblo. Ten invito a leer el siguiente texto sobre la situación del yanacona y el campesino durante el tercer militarismo, léelo atentamente y analízalo. LA LUCHA CAMPESINA Y LA LEY DE YANACONAJE Los esfuerzos por mejorar la condición de los yanaconas se iniciaron a principios de la década de 1930, cuando el Partido Socialista, fundado en Piura en 1930, comenzó a organizar la Federación General de Yanaconas y Campesinos del Perú. Asimismo, una gran parte del programa agrario del APRA en 1931 buscaba, asimismo, mejorar las condiciones de yanaconas y otros colonos en granjas comerciales. Debido a la creciente presión de estos últimos, los hacendados comenzaron a expulsar a yanaconas y colonos, y a reemplazarlos por trabajadores asalariados no sólo en la costa sino también en las haciendas comerciales de la sierra. Los primeros eran aparceros en las haciendas comerciales costeñas, en tanto que los colonos eran trabajadores de los latifundios serranos que a cambio de diversas tareas no asalariadas en ellos recibían pequeñas parcelas en usufructo. Los yanaconas resistieron estos intentos y lucharon no solamente por asegurar sus derechos, sino también para obtener un mayor grado de independencia del control terrateniente. En las elecciones de 1945, el APRA les hizo promesas extravagantes para conseguir su voto, tales como la eliminación de pagos de renta, e incluso que les serían distribuidas las tierras de las haciendas. Presionado para que cumpliera con estas promesas después de las elecciones, el APRA auspició la "Ley de yanaconaje", aprobada por el Congreso y firmada por Bustamante en 1947. Ella prohibía la expulsión de los yanaconas, exigía contratos escritos y fijaba condiciones mejores. Pero resultó que los hacendados lograron evadirla a menudo de modo que el proceso de expulsión persistió. La movilización de los trabajadores rurales y la agitación aprista no se limitaron a la costa. Los colonos y los terratenientes modernizadores entraron cada vez más en conflicto particularmente en la sierra, donde la red de actividades comerciales siguió ampliándose durante las décadas de 1930 y 1940. A medida que los mercados locales se abrían y la tierra se hacía más valiosa, tanto los colonos como sus señores intentaron maximizar sus oportunidades comerciales. Para estos últimos, ello implicaba generalmente restringir o incluso expulsar a los primeros de sus parcelas y reorganizar a los trabajadores sobre una forma de trabajo asalariado más rentable. Los colonos, por su parte, se organizaron con ayuda del APRA para resistir su expulsión y proletétización. Los conflictos sobre el colonato comprendieron no solamente el acceso a las parcelas en las haciendas, sino los derechos de pastoreo en las estancias de ganado vacuno y ovino. El in cremento de la demanda de ambos tipos de producción en las ciudades, plantaciones y enclaves mineros, impulsó a los estancieros a racionalizar sí operaciones intentando eliminar los tradicionales arreglos pastoriles y de otro tipo v pasar a una mano de obra asalariada. Esto provocó que los trabajadores de las estancias y los pastores (huacchilleros) se organizaran y resistieran, al igual que los colonos. El equilibrio del poder en esta disputa se inclinaba mayormente a favor de los hacendados debido a las tendencias demográficas. La aceleración del crecimiento de la población alteró el mercado laboral de la sierra, de uno de escasez relativa a otro de creciente sobre oferta. Por ejemplo, la tasa de crecimiento demográfico subió de 1.9 por ciento al año en 1940 a 2.2 por ciento en 1950, y a 2.7 por ciento en 1961. Según la información de los censos, la población rural subió de 1.6 millones en 1876, a casi 4 millones en 1940 y a 5.2 millones en 1961. Este incremento se debió en parte al marcado descenso de la tasa de mortalidad posterior a la Segunda Guerra Mundial, que bajó de 27 millas en 1940, a 15 por millar en 1961. Durante la guerra se desarrollaron muchas medicinas nuevas, entre ellas la penicilina, la estreptomicina, la sulfa y la cortisona, las cuales estuvieron disponibles cada vez más en el Tercer mundo después del conflicto. Al mismo tiempo, se multiplicaron los programas e instalaciones de salud pública, primero en las ciudades y luego se extendieron a las áreas rurales, a medida que los gobiernos y fundaciones privadas asignaban fondos para la erradicación de enfermedades que ahora se podían tratar con estas nuevas drogas "milagrosas". La proliferación de la oferta de mano de obra, impulsó el interés de los hacendados a dar por finalizados los arreglos de colonato y recurrir al creciente "ejército de reserva de trabajadores dispuestos a aceptar salarios relativamente bajos para trabajar sus tierras. Con toda, no obstante, los favorecidos que se vieron por estas tendencias beneficiosas, los terratenientes modernizadores no siempre triunfaron en la lucha en torno a los acuerdos de colonato, ya menudo cayeron en un punto muerto debido a la tenaz resistencia de calorías y huacchilleros. Fuente: Klaren, Peter. Nación y sociedad en la Historia del Perú. IEP. 2004 ACTIVIDAD DE LA SEMANA Después de haber leído y analizado la lectura, responde a la siguiente pregunta, minimo en 15 líneas. ¿Cuál era la situación del campesino durante el tercer militarismo y cuál es la situación actual?, si hubo cambios ¿Cuáles fueron?