UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMON FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACION CARRERA DE CIENCIAS DE LA EDUCACION LABORATORIO DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN DOCENTE: Mgr. Elizabeth Jiménez Tordoya PREGUNTAS GUIA PARA ESTUDIAR EL TEXTO DE ALFREDO GHISO “VIAS Y TRÁNSITOS EN LA INVESTIGACIÓN SOCIAL. NOTAS SOBRE ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS ALTERNATIVAS” ¿Cuáles son los problemas metodológicos que existen en la investigación social? Son problemas de orden anímico que se presentan porque en las ciencias sociales no existe un consenso acabado sobre un camino determinado que de forma excluyente sea acaso el único verdadero para la producción de conocimientos. Según el autor, esto es lo que lleva a que periódicamente la comunidad de investigadores necesite revisar de manera acuciosa cada uno de sus procedimientos epistemológicos y metodológicos. ¿Cómo entendemos la proposición del autor de recrear la relación entre epistemología y metodología en investigación social? Tomando como referencia Ende (1994), el autor sostiene que el interesarse por lo epistemológico y lo metodológico lleva, en el actual contexto, a replantearse las relaciones existentes entre ciencia y ética. Y esto a su vez motivaría a que se piense en la necesidad de generar propuestas alternativas a través de las cuales la investigación social no caiga en la irracionalidad so pretexto del intelectualismo, sino que sepa reflexionar sobre él, y mediante un tipo de pensamiento más real y más cercano a la vida misma, que éste vuelva a estar inserto en el ámbito de la experiencia humana. En base a esto, Ghiso plantea que se necesita “interrogar y transformar los presupuestos epistémicos y las propuestas metodológicas”, para lo cual se requiere hacer tránsitos y tomar opciones para permitirnos construir, organizar y recrear conocimientos para la vida, para lo cual deben asumirse posturas que cuestionen las bases de cualquier propuesta investigativa. ¿A qué se refiere con episteme y metodologías alternativas? Según se deja entender, con estos conceptos se hace referencia a que una episteme y una metodología alternativas contendrían en su interior el germen tanto de la inestabilidad como del diálogo crítico con lo diverso y de la recursividad generadora de nuevas relaciones e interacciones. Esta semilla puede prosperar, según el autor, sólo si se anida en actitudes humanas esenciales como él considera son la indignación, la autonomía, la apropiación y la esperanza. ¿Qué cambios propone en lo que denomina contextos metodológicos alternativos en investigación social? Para comenzar, el autor propone pensar en la investigación como un proceso de construcción dialógica e interactiva, y que dicha construcción sea vista como una práctica creativa, esto para facilitar el desarrollo de nuevos sentidos y la elaboración de textos sobre lo social. Por tanto, la construcción de conocimientos es entendida como un proceso en donde el investigador y las demás personas involucradas reconocen, integran reordenan y expresan los elementos que componen un sistema comprensivo/explicativo. Esto debe llevarnos a pensar que la investigación, como práctica social, posee una complejidad progresiva que se desarrolla a través de la significación de diversas formas de lo estudiado, dentro de los contextos situacionales y teóricos que permiten la reorganización y recreación conceptuales. Es así que el carácter dialógico e interactivo de esta construcción nos hace pensar en interlocutores capaces de reconocerse y de reconocer un objeto de estudio. No hay investigación participativa que no construya un “nosotros” que se conoce y que conoce; de no haber esto, entonces no se trata de una participación ni honesta ni real. Entonces, participación y comunicación son elementos constitutivos de una propuesta de investigación alternativa en la cual ciertos elementos previamente mencionados como la inestabilidad, el diálogo crítico con lo diverso y la recursividad generadora de nuevas relaciones e interacciones se fundan en actitudes humanas que el autor considera esenciales como ya se dijo lo son la indignación, la autonomía, la apropiación y la esperanza, resignificando de este modo los componentes epistemológicos y metodológicos de las propuestas de investigación, y logrando romper así con los programas positivistas, considerados solamente simplificadores o cosificadores de la investigación social. Por tanto, ya en este punto cabe señalar que la singularidad y la particularidad deben ser entendidas como niveles legítimos en los procesos de construcción de conocimientos en ciencias sociales, ya que dichas nociones nos llevan a recrear nuestros conceptos sobre el sujeto, reponiendo el carácter político y social de sus construcciones de sentido; reconociendo además, que las configuraciones societales se nutren con los desarrollos culturales que tanto los sujetos individuales como grupales generan cuando interactúan en contextos y espacios sociales vitales. Singularidad y Particularidad han sido desconocidas y deslegitimandas sistemáticamente como fuente y contexto analítico de procesos de investigación social. Esto, por haber alejado al sujeto de sus configuraciones de sentido diversas, diferenciadas y desiguales, con el propósito de imponer lecturas y contextos de sentido universales, homogeneizadores y dominantes. El reconocer la singularidad y la particularidad imponen nuevamente un cambio tanto epistémico como metodológico, mismo que lleva a que regresen los sujetos a los procesos de investigación, para poder comprender y explicar crítica y colectivamente cómo las personas producen significados en sus contextos y cómo esa producción tiene que ver con las capacidades de apropiar conocimientos autónomamente. En concreto, la singularidad y la particularidad son componentes centrales en la constitución de lo social. La investigación, de hecho es una práctica social intencionada, interesada en la construcción de textos. La investigación social teje y reteje argumentaciones, las valida, todo buscando el encuentro legitimador de los acuerdos discursivos. Esta tarea investigativa, así entendida, aporta a la regeneración del tejido social y a la constitución y fortalecimiento de los sujetos sociales que ejercen el poder desde esta su singularidad y particularidad. Pero el texto, en estos procesos de investigación social alternativos, además de ser contextualizado es también cotextualizado, lo que equivale a decir que es puesto en una relación de “comparación constante” con los relatos, discursos y proyectos de la alteridad, o sea con aquellos que están en capacidad de confrontar, validar y legitimar la construcción de conocimientos generada en el proceso de investigación. Textualizar, contextualizar y cotextualizar son momentos eminentemente dialógicos e interactivos, donde el encuentro, la conversación y el debate son la clave y la condición por la cual los sujetos llegan a acuerdos sobre los conocimientos y objetivaciones logradas en la investigación. ¿Recorrer caminos alternativos en investigación social supone cambios, cuáles propone el autor? Los caminos alternativos que plantea el autor, tienen que ver con lo perceptivo, lo conceptual y lo operativo. De los marcos teóricos y contextuales a las ecologías investigativas. Pasar de las leyes y de los manuales a las gramáticas que describan y expresen las lógicas con las que los sujetos construyen, recrean, apropian y socializan el conocimiento. Las prácticas sociales se resisten a ser descritas, comprendidas, interpretadas y recreadas desde plataformas construidas en base a los discursos hegemónicos, los cuales actúan como disyuntores, reductores y simplificadores de los procesos de investigación y de la realidad investigada. Desde Ghiso (2001) se plantea entonces, que se requiere de otros tipos de aproximaciones, las cuales permitan una visión sistémica, que trabajen sobre flujos de información y sobre acciones generadoras y con procedimientos más flexibles y apropiados. De la recolección a la generación de la información: Equivale a pasar de la concepción objetivista o cosificadora a una constructiva y comunicativa, donde la información y el dato son construidos y generados por los sujetos, producidos en acciones comunicativas caracterizadas por la intención, la pregunta, el supuesto o la hipótesis que orientan la observación y la comunicación. Los datos no son objetos inertes, sino son textos abiertos, reciclables, refrendables, contextuados, progresivos y provisionales. El dato no se da naturalmente, sino que se lo crea, la información se genera culturalmente en la interacción de los sujetos. Y esto nos irá llevando a pensar en la necesidad de empezar a concebir el dato como un texto social. Del interrogatorio a la conversación. Aquí el autor se refiere a la necesidad de pasar del cuestionario a un diálogo. Donde la entrevista retome el sentido de un encuentro donde dos sujetos se reúnan para conversar sobre la vida, sobre los argumentos que le dan sentido a ésta y sobre las identidades que ha venido configurando y perfilando. De los instrumentos a las estrategias: El investigador debe regresar a la investigación social como sujeto capaz de proponer, de planear, de crear. En la investigación social alternativa se reivindica al investigador en su papel de sujeto que conoce y que es capaza de analizar las condiciones de su búsqueda. El investigador social es visto aquí como un estratega del proceso investigativo. ¿Qué actitudes propone desarrollar el autor en los investigadores, más allá delas metodologías? Indignación como actitud epistémica que lleva a incomodarse ante la discriminación y la exclusión. La indignación es vista aquí como una actitud epistémica, como un nicho en el que se generan preguntas. Esta disposición y actitud asumidas día a día, han de configurar un sujeto epistémico capaz de reaccionar contra todas las prácticas y teorías, por medio de las cuales las hegemonías del poder sostienen la inequidad como sistema social. La indignación caracteriza a los individuos como sujetos capaces de constituirse en actores sociales reflexivos y constructores de preguntas y de propuestas. Fundar desde la Autonomía una episteme que asume el reconocimiento y el autonombrarse como punto elemental e imprescindible de todo proceso cognitivo cotidiano o científico que pretende comprender o explicar la construcción sociocultural de la realidad. La Autonomía como actitud se configura y configura en procesos y dinámicas de reconocimiento, reinvención y autorreflexión, en estos movimientos se develan y analizan, comprenden y explican; cobran sentido las interacciones con los otros, con el medio y con aquellos medios interactivos y vivenciales que portan los acumulados simbólicos –discursos, expresiones estéticas, acumulados científicos-. El “Conócete a ti mismo”… nos proporciona elementos para comprender que nos hacemos sujetos en el cambio y que lo invariable en nosotros y en nuestros nichos de conocimiento es la mudanza, la transformación y la “crisis”. Las primeras tareas en el campo del conocimiento desde la Autonomía, tienen que ver con la comprensión del cambio con incertidumbre y de la transformación caótica, como condición de existencia de lo social y del sujeto. Los procesos de investigación, de generación y negociación cultural de conocimientos tienen a la base una actitud de Apropiación, que es lo mismo que decir hacer propio ese bien cultural material o simbólico. Se asume la Apropiación en la lógica del ejercicio del conocimiento y desde la búsqueda de la pertinencia como condición epistémica, la idea de Apropiación nos sitúa en aquello: proceso, objeto o resultado que por ser apropiado –adecuado- es apropiable, es ejercible. La reflexión nos pone en evidencia que el proceso del conocer es una práctica social ligada a los sentidos, intenciones e intereses que mueven y condicionan la cognición, el hacer y ejercer ciencia. La Apropiación del conocimiento como bien simbólico y material de la humanidad lleva al sujeto que genera y ejerce el conocimiento a ubicarse en el momento histórico mediante actos de reconocimiento, problematización y comprensión. Es, en otras palabras, constituirse como sujeto capaz de ejercer un conocimiento pertinente a un contexto histórico, a un sentido político/social y a una visión de alternativas de escenarios posibles, en los que, ejerciendo el conocer, se construye lo social. Y es desde la opción y decisión de Apropiación donde los sujetos que conocen articulan las producciones discursivas y las prácticas sociales, vale decir, vinculan la acción discursiva del mundo social, con la construcción social de los discursos (Chartier, 1996). La Esperanza como actitud epistémica de que podemos inquietarnos, aprender, producir y resistir a los obstáculos que se oponen a esa condición humana de ser. La Esperanza es un componente clave de las prácticas sociales alternativas y de los procesos de construcción de conocimientos que las alimentan. No habría paradigmas de la complejidad, si careciéramos de Esperanza. La Esperanza, para P. Freire, “es el condimento indispensable de la experiencia histórica. Sin ella la historia sería puro determinismo” (Freire, 1997). La Esperanza necesita de la práctica, de la acción para no quedar en un simple deseo. La Esperanza necesita hechos para convertirse en realidad histórica.