Curso de Hipnosis. Capítulo 16 Introducción: ¡Aquí tenéis otro nuevo capítulo de mi curso de hipnosis! Me gustaría comenzar dando las gracias a todas las personas que participan en el foro y en especial a: manu, Xakobe, SerPan, Revelaciones, kokoparkletal, luis vaquero Mendoza y vvirtual. Empezaremos con dos pruebas de sugestión enfocadas a aumentar o disminuir el ritmo cardiaco. Hay que tener mucho cuidado con la aplicación de estas pruebas, ya que SE DESACONSEJA EN PERSONAS QUE SUFRAN DEL CORAZÓN. Continuaremos comentando dos técnicas de hipnosis bastante buenas: “AudioVisualización (Técnica de COR)” y “Técnica de la habitación”. Destacan por su facilidad de realización y por un gran aprovechamiento de otros elementos, como en este caso es la música. Después de ver la gran acogida que tienen los métodos rápidos de hipnosis, aquí os propongo otro: “Método rápido”. Un poco complicado de realizar puesto que hay que manejar la sugestión al 100%, ser muy rápido y preciso. Seguiremos con dos técnicas de autohipnosis que nos ayudarán para aumentar la facultad de concentración en víspera de la realización de un intenso trabajo intelectual. Se llaman: “Técnica de las fosas nasales” y “Técnica del plexo solar”. Para terminar hablaremos sobre si es posible hipnotizar a una persona sin su consentimiento. Por fin encontré un texto que habla de esto mismo. Yo pienso que no se puede hipnotizar a una persona sin su consentimiento debido a que toda hipnosis es autohipnosis, pero todos tenéis el derecho a conocer todos los puntos de vista y teorías al respecto. Pruebas de sugestión. En principio las había desechado, pero utilizándolas con responsabilidad no encontraremos ningún problema. ESTAS DOS PRUEBAS DE SUGESTIÓN SE DESACONSEJAN para usuarios que sufran del corazón o algo similar. Así que antes de realizarlas, hay que preguntar. (Más vale prevenir…) Prueba del pulso n.º 1 Esta prueba consiste en acelerar el pulso del sujeto a una pulsación más cada cinco segundos. Supongamos que la persona tiene 84 pulsaciones por minuto, es decir, 7 cada 5 segundos. El hipnotizador debe entonces ajustar su metrónomo de modo que marque 8 golpes cada 5 segundos; a continuación se le dice el sujeto: “Concéntrate en la idea de que tu corazón va a latir más deprisa de lo habitual. Mira fijamente el péndulo del metrónomo. Oscila a un ritmo de 8 golpes cada 5 segundos, mientras que en este momento el ritmo de tu corazón es de 7 latidos cada 5 segundos. Ahora, mientras miras fijamente el péndulo, tu corazón va a empezar a latir más rápido. Tu corazón latirá a un ritmo de 8 pulsaciones cada 5 segundos, igual que el metrónomo. A cada golpe del péndulo responderá con un latido de tu corazón… A cada latido de tu corazón, un golpe del péndulo. El ritmo de tu corazón y el del metrónomo tienden a ser iguales. Tu corazón late ya casi al mismo ritmo que el del péndulo… Tu corazón sigue su ritmo cada vez más fielmente. Los latidos de tu corazón se aceleran, se sincronizan con los del metrónomo. Ahora el ritmo de tu corazón es casi idéntico al del metrónomo…” El hipnotizador controla el pulso del paciente y, si el número de las pulsaciones ha aumentado, puede deducir que la hipnosis será fácil. Prueba del pulso n.º 2 El objetivo es hacer más lento el pulso del sujeto, que debe estar cómodamente sentado en un sillón, con los ojos cerrados y cerca de una mesa. El hipnotizador le toma el pulso y regula el metrónomo para que el ritmo sea más lento que el del corazón; por ejemplo, si una persona tiene setenta pulsaciones por minuto, el metrónomo deberá regularse para marcar sólo sesenta. Entonces, el hipnotizador dice lo siguiente: “Concéntrate en que tu corazón va a latir más despacio. Al hacerlo, presta atención al péndulo del metrónomo. A partir de ahora, cada vez que oigas el péndulo, golpea la mesa, y al mismo tiempo centra tus pensamientos en tu corazón. Concéntrate en la idea de que el ritmo de tu corazón se va a hacer más lento. No podrás evitarlo, tu pulso se va a hacer más lento. Estás tranquilo, muy tranquilo… Y esa tranquilidad conlleva necesariamente la disminución de tus pulsaciones. Cada vez que golpees la mesa siguiendo el ritmo del péndulo, el número de latidos de tu corazón disminuirá forzosamente. Tu corazón va a latir al mismo ritmo que el metrónomo. Estás cada vez más tranquilo… Y tu corazón late más regularmente, más pausadamente, lo siento… Sigue golpeando la mesa cada vez que oigas el péndulo. Se produce una sincronización, tu mano y el metrónomo responden al mismo ritmo. Sientes que ese ritmo te invade. E infaliblemente, tu corazón va a seguir ese mismo ritmo… Tu corazón seguirá el ritmo del metrónomo, latirá con la misma cadencia con que tu mano golpea la mesa. Es un ritmo que tú mismo impones… y que yo impongo. El ritmo que impone el metrónomo. Relájate, relájate para disminuir el ritmo de tu corazón. Relájate lentamente. Tu pulso va traduciendo todo lo que sucede dentro de ti. La observación de tu pulso permite conocer mejor el funcionamiento de tu organizo. Y conociéndote mejor, puedes controlarte mejor, calmarte, evitar lo que te perjudica. La emoción y la agitación aceleran tu ritmo cardíaco, pero la calma lo retarda. Cuando uno está tranquilo, el corazón también lo está. Cuando te pones nervioso, tu corazón también se altera. Deja que tus nervios se distiendan. Estás tranquilo, tus nervios están distendidos, tu pulso se hace más lento. Conseguirás dominar tu corazón, le impondrás la calma que ya se ha apoderado de tu mente. Ahora empieza. Ya está, notas que está empezando a retardarse el ritmo de los latidos. Tu corazón late más despacio. La lentitud continúa, la lentitud se intensifica… se establece un nuevo ritmo cardíaco. Tu corazón late más despacio. Te dejas llevar, descansas. Tu pulso se adapta al ritmo del metrónomo. Tu corazón y el metrónomo siguen la misma cadencia. Te dejas acunar por el ritmo del metrónomo. El ritmo del metrónomo te invade… El ritmo del metrónomo invade todo tu cuerpo.” Al llegar a este punto, se constata que, en las personas fácilmente hipnotizables, las pulsaciones se han hecho efectivamente más lentas. Técnicas de hipnosis. Cristóbal Ocampo Ramos, de 19 años, nos envía esta técnica titulada “AudioVisualización” (Técnica de COR), y tiene como peculiaridad que utiliza audio y elementos gráficos que tienen muchos reproductores de música para PC. Audio-Visualización (Técnica de COR) Para llevarla a cabo necesitamos un ordenador que tenga algún reproductor de música con visualizaciones gráficas. En este caso, se utilizará el “Windows Media Placer 9” y algún tipo de música (Mucha atención: Música, y no canciones.) de preferencia Raúl Diblasio (piano) o Carlos Santana (Saxofón). Como has de saber, cada que escuchas música en tu PC tienes la opción de ver diferentes visualizaciones que se mueven al ritmo de la misma. Bueno, nosotros nos basaremos en una visualización en especial, que son las que tienen vista de el ojo de un tornado o remolino. Si tienes el reproductor que antes mencione lo que tienes que hacer es poner la música que indiqué y si no la tienes pon alguna parecida. El caso es que tiene que ser lenta, música que te relaje. Ahora ve a la opción de visualizaciones y elije la categoría “ambiente”. Esta se divide en varias mas pero las que puedes utilizar son las que se llaman: “burbuja”, “molino”, “batidora”, “torbellino”, “remolino”, “velocidad” y “perspectiva” (que se encuentra en la categoría de batería) Una vez tenemos todo preparado: Tienes que hacer que el sujeto fije la vista en la pantalla, donde ya debes tener la visualización a pantalla completa, la música reproduciéndose, hacerle notar como el remolino o circulo se mueve al ritmo de la música y que no vera otra cosa que no sea eso. “Quiero que te sientes frente al monitor, observes fijamente el centro de la figura. Escucha bien el ritmo de la música y fíjate como la figura se mueve al su ritmo.” Mientras dices estos debes estar a su espalada y así debe ser durante toda la sesión, o al menos hasta que entre en Z2. Continuamos: “Quiero que observes como la figura se mueve como un remolino y que te concentres en seguirlo con la vista…” Espera unos treinta segundos para que se relaje y se acostumbre a ver esa figura. Entonces le dices: “Ahora quiero que te olvides de todo, que solo tengas en tu mente el remolino y la música… Esto debe ser todo lo que existe… Quiero que respires profundamente, como si suspiraras. Al hacerlo, descubrirás que esto te gusta y te relaja más… Ahora quiero que lo hagas cinco veces más, y cada vez que lo hagas, sentirás cómo vas viajando dentro del remolino en una suave caída.” Deja que el sujeto respire las cinco veces sugeridas. Como sugerencia, te pediría que usaras un todo de voz lento y cansado. Habla como si tuvieras sueño. Se convincentemente claro y trata de nunca tartamudear, ya que esto es señal de inseguridad y el sujeto creerá que no lograrás hipnotizarlo. Seguimos: “El respirar te hizo sentir profundamente relajado. Ahora quiero que pongas atención a la música y que sientas cómo esta te va guiando al interior del remolino… Entre más te vas adentrando al remolino, más relajado te sientes… Sentirás como si fueras volando hacia el interior y todo tu cuerpo se va relajando poco a poco… Vas más y más adentro… Más y más relajado se siente tu cuerpo… Respiras tranquilo y sin dificultad.” Si has leído los capítulos anteriores, ya deberás de saber seguir, pero si no, lo que debes hacer es seguirlo sugestionando en que su cuerpo está relajado y que se comenzará a soltar poco a poco conforme va viajando al interior del remolino. Descubrirás que el sujeto está listo para pasar a Z2 cuando te des cuenta de que comienza a abrir sus dedos y suelta sus brazos. Después de esto, todo está listo para enviarlo al Z2. ¡Ojo! Si el sujeto no comienza a soltar su cuerpo, insiste un poco más, y si no funciona pídeselo directamente y sugiérele que esto lo relajará más y más. Decirle que se siente como si estuviera volando hacia el interior del remolino. Para hacerle pasar al estado Z2, continuamos como sigue: “Poco a poco vamos llegando al final de nuestro viaje hacia al interior del remolino… Entre mas avanzas, mas relajado te sientes… Comenzarás a sentir que tus párpados pesan conforme vamos avanzando (dependiendo del color de la visualización continuaras, en este caso digamos que es azul) el remolino azul se va haciendo más y más oscuro y tus párpados se hacen cada vez más y más pesados… Más y más… Más y más…” Tienes que poner mucha atención en este parte de la sesión en especial, ya que con esto, si lo haces bien, lograrás que el sujeto alcance el z2. En esta fase tienes que lograr que el sujeto cierre los ojos y si no lo hace, dile que cuando tú toques sus ojos, los cerrara. Toca sus ojos con los dedos pulgares y ciérrale sus parpados teniendo cuidado de no hacerlo bruscamente. Después de esto: “El remolino se va oscureciendo hasta alcanzar un color muy oscuro… Ahora no podrás abrir tus ojos… El viaje en el remolino ha terminado. Te encuentras ahora en su interior. Estás flotando dentro de é… En un lugar oscuro al que no tienes miedo… En el que te encuentras profundamente relajado… muy relajado… Aquí no hay nada que te pueda molestar…” Espero que no te hayas olvidado de la música, ya que este es el toque final. “Dentro del remolino todavía escuchas la música, pero de repente poco a poco se comienza a desvanecer… Esto es por cada vez estas mas relajado… Conforme la vas dejando de oír, comenzarás a caer en un profundo sueño diez veces mayor que el que tienes ahora…” Conforme vas diciendo esto tienes que ir bajando el volumen de la música lentamente. Sigue insistiendo en que entre mas bajo escuche la música, más relajado estará, y cuando estés a punto de bajar el volumen total de la música… “Ya casi no oyes la música, que está a punto de desvanecerse totalmente… Cuando lo haga, tú caerás en un sueño profundo diez veces mayor que en el que estas ahora…” Ahora baja el volumen total de la música y cuando lo hagas, hazlo saber… “Ya no oyes la música… Te encuentras en un sueño aún más profundo, en el que sólo oyes mi voz, que escuchas atentamente y que sientes como te relaja…” Si lo hiciste correctamente el sujeto ya se debe encontrar en Z2 y a partir de ahora puedes intentar una o dos pruebas más como la de la levitación de la mano y/o la del puño cerrado. Esto no es necesario. Puedes hacerlo si quieres o no; pero independientemente de lo que decidas este es el mejor momento para realizar el objetivo para el cual hipnotizamos al sujeto. Dicho objetivo puede ser, mejorar académicamente, dormir mejor, etc.… Para despertarlo sólo tienes que seguir los mismos pasos pero a la inversa. Recuerda primero la música, luego el vuelo hacia fuera del remolino que se tendrá que ir haciendo cada vez más claro y con más luz. Técnica de la habitación Hablando de técnicas que utilizan la música como apoyo, “Gelevy” nos describe en los foros una bastante buena, muy útil para sujetos difíciles de hipnotizar. Así es cómo nos la describe: Tiene la dificultad de que se requiere de un ambiente en condiciones especiales: 1. Un cuarto sin distracciones 2. Un sistema de sonido con volumen graduable 3. Un sistema de iluminación con intensidad graduable 4. Una persona oculta que haga las veces de asistente y que tenga acceso a los controles del sonido y la luz Pasos: Sientas al paciente sin que sepa que tienes un ayudante oculto. De fondo debe escucharse una música relajante a un volumen moderado. Comienzas a relajar al paciente a través de sugestiones positivas utilizando la técnica de la barca, la escalera, etc. A lo largo de la historia le dirás al paciente: “Sientes que comienzas a aislarte del medio que te rodea… Te encuentras muy bien… Muy relajado… Sientes como te vas desconectando del mundo real…” “La música comienza cada vez la escuchas mas distante… Esto quiere decir, que te vas alejando poco a poco… Estás muy relajado… Comienzas a entrar en un estado de relajación muy especial… Tu cuerpo desconecta del mundo real… Cada vez más desconectado… Más distante…” “Siente que el sonido de la música cada vez es mas bajo… Cada vez estás más lejos… Te encuentras muy relajado… Cada vez más apartado del mundo real… Muy tranquilo… No hay nada que te moleste…” El ayudante rebaja lentamente el sonido de la música “La música ha desparecido… Te encuentras en un estado muy especial de relajación… No hay nada que pueda molestarte… Te sientes muy bien… Completamente desconectado y relajado…” El ayudante baja por completo el sonido de la música. También podemos aplicar este mismo procedimiento con la luz Ahora el paciente es totalmente suyo, si el procedimiento anterior fue aplicado de forma convincente y el paciente no descubre o sospecha del ayudante oculto, podrá ordenarle que entre en trance profundo y obtendrá rápidamente un adorable Z2. REPITO: ¡Si aplica bien la técnica, es infalible! Método rápido Lo primero de todo: Utiliza este método sólo con personas altamente sugestionables, siempre y cuando ya tengas práctica con la hipnosis. No servirá de nada si lo realizas sin tener práctica en la hipnosis. Se comenzará diciéndole al sujeto que ponga sus brazos estirados hacia delante, con las palmas mirándose entre sí y separadas unos 15 centímetros. Se le dirá al sujeto: “Puedes bajar ahora las manos y relajarlas…En apenas un momento voy a hacer que tus manos vuelvan a estar en esta misma posición, y verás como es muy fácil entrar en un nivel de hipnosis bastante profundo en cuestión de segundos. ¿Estás preparado?” Recuerda que deberemos tener su consentimiento para continuar. “Ahora cierra tus ojos y respira dos veces profundamente. Mantén cada inspiración un momento y después suelta el aire lentamente…” “Dentro de un momento voy a tenerte con los brazos estirados hacia delante, exactamente como estaban antes. Cuando te pida que muevas tus manos a esta posición, luego te pediré que abras los ojos y sigas mis instrucciones.” “Permaneciendo relajado y tranquilo, quiero que extiendas tus brazos hacia delante, exactamente como los tuviste antes.” Después de que el sujeto extienda sus brazos, haz que la distancia entre sus manos sea de 15 centímetros aproximadamente. Mantén tu dedo índice al nivel de sus ojos y realiza el siguiente movimiento. Lentamente mueve tu dedo índice hasta ponerlo entre sus manos. “Ahora quiero que te concentres en mi dedo. En un momento voy a retirar mi dedo, y quiero que comiences a concentrarte en el punto donde estaba mi dedo.” Entre sus dos manos. Rápidamente mueve tu dedo en un movimiento hacia abajo, quitándolo de entre sus manos. “Lo estás haciendo bien. Continúa concentrándote en el punto donde estaba mi dedo.” Voy a comenzar a contar de tres a uno. Cuando llegue a uno, permite que tus ojos se cierren. “Tres, tus ojos se sienten pesados… Están cansados…” “Dos, están comenzando a parpadear y a cerrarse poco a poco…” “Uno, están tan pesados que tienes que cerrarlos. Ciérralos y relájate.” Incluso con tus ojos cerrados, puedes imaginar ese punto entre tus manos. “Ahora estoy tocando suavemente tus manos, y me doy cuenta de que están empezando a juntarse.” “En un momento, tus manos se tocarán. En cuanto se toquen, tu cuerpo entero se relajará y se aflojará. Entrarás en un estado de hipnosis muy profundo. Las manos se están juntando… Más cerca… Más cerca… En el momento en el que se toquen, tu cuerpo entero se relajará y tú entrarás en un estado muy especial de sueño. Ya falta muy poco. En el momento en que se toquen, entrarás en un estado de sueño muy especial.” Según se vayan acercando las manos, ten tus manos en una posición que te permita, cuando se toquen, pegárselas. En ese momento, rápidamente, cierra sus manos empujándolas con las tuyas firmemente y ordenándole que duerma. En el mismo instante aplica un movimiento hacia abajo en sus manos (Como si se las bajaras). Esto causará que el sujeto pierda rigidez y se relaje. Autohipnosis. Vamos a ver dos métodos de autohipnosis. Aunque yo las consideraría como métodos de relajación. Las indicaciones para estos dos métodos son las siguientes: Estas dos técnicas sirven para aumentar la facultad de concentración en víspera de la realización de un intenso trabajo intelectual. Técnica de las fosas nasales Esta técnica basa su eficacia en un ejercicio respiratorio determinado, y en la relajación que procura su ejecución. Se practica generalmente de pie o sentado. Desarrollo: 1. Con los dedos ligeramente separados, apoye la mano derecha sobre el ombligo y manténgala así durante todo el ejercicio. 2. Apoya el dedo índice izquierdo en la zona central de la frente, mientras presionas con el pulgar izquierdo la aleta nasal izquierda y respirar por la fosa nasal derecha, metiendo el vientre al inspirar y sacándolo al espirar. 3. Inspire lenta y profundamente y concéntrate en el aire que penetra en tu cuerpo a través de tu fosa nasal derecha (la izquierda permanece apretada por tu pulgar izquierdo). 4. Cuando termines de inspirar, presiona también la aleta nasal derecha con tu dedo medio izquierdo. 5. Permanece así un momento, con los pulmones llenos. 6. Levanta el dedo pulgar y espira lentamente por la fosa nasal izquierda. La otra fosa nasal permanece cerrada. 7. Permanece unos instantes con los pulmones vacíos. 8. Inspira por la fosa nasal izquierda. 9. Terminada la inspiración, presiona tu fosa nasal izquierda; repite las fases 2 a 8 unas diez veces. Ya se trate de la fosa nasal izquierda o de la fosa nasal derecha, el esquema respiratorio es el mismo: espirar y después inspirar. Nota: A pesar de que parece un poco complejo, este ejercicio se lleva a cabo en menos de un minuto, y acabarás asimilándolo perfectamente en muy poco tiempo. Pero, al principio es necesario repetirlo dos o tres veces al día; al cabo de una semana conviene practicarlo a diario por lo menos una vez, al mismo tiempo que te repites: “Me relajo… Me siento cada vez más relajado… Estoy completamente relajado”. Posteriormente, cuando la práctica permita una ejecución automática, basta con emplear la palabra “relajado”, mentalmente o en voz alta. Técnica del plexo solar También en esta técnica, la relajación se obtiene combinando un determinado ejercicio respiratorio con cierta dosis de imaginación. Desarrollo: 1. Coloca tu puño (izquierdo si eres zurdo, derecho si eres diestro) sobre tu abdomen, encima del ombligo. 2. Cierra los ojos. 3. Siente cómo, al ritmo de la respiración, tu mano sube y baja al mismo tiempo que tu abdomen. 4. Imagina que tu plexo solar tiene la forma de un pequeño sol radiante suspendido en tu caja torácica. 5. Realiza un esfuerzo de imaginación: Haz que tu cerebro “descienda” hasta ese sol para unirse con él. 6. Identifícate completamente con ese sol imaginario que es tu plexo solar, y constata que todas las energías convergen hacia ese “yo” que irradia energía en el centro de tu cuerpo. 7. Comprueba cómo la relajación, la falta de concentración y la fatiga se van desvaneciendo poco a poco. 8. Permanece en ese sol interior; no pienses en nada que no sea ese punto preciso en el que tu universo mental ha quedado fijado. 9. Una vez lograda unidad absoluta con el plexo solar y, a través de él, con todo tu cuerpo, retira la mano que tenías apoyada sobre tu abdomen. 10. Abre los ojos. Nota: Se aconseja repetir este ejercicio cuatro veces cada dos días, hasta dominarlo. Después, para no perder la práctica, ejecútalo una vez por semana, aunque en ocasiones sientas que no es necesario aumentar o consolidar la facultad de concentración. ¿Se puede hipnotizar sin el consentimiento de la persona? A continuación os muestro un texto que habla sobre lo que podríamos hacer para hipnotizar a alguien sin su consentimiento. Un método indirecto de inducción A pesar de que la mayoría de los autores modernos se hallan de acuerdo en afirmar que, si se quiere emplear la hipnosis con fines terapéuticos, será necesario actuar siempre con consentimiento del paciente, en algunos casos en que esto no se pueda obtener razonablemente, es posible superar el obstáculo con este método. Fue ideado por Erickson y Kubie, quieres lo presentaron en un estudio el año 1941. Se trataba de una paciente afectada de graves disturbios de tipo histérico y que había rechazado someterse a hipnoterapia. Para curarla, según ambos médicos, no había otra solución que hipnotizarla sin que se diera cuenta, y procedieron así. La paciente, enfermera de un hospital, dormía con una compañera. El primero paso fue hacerse con la colaboración de esta segunda mujer, y ya seguros de ello, pidieron a la paciente que acompañase a su amiga, que debía someterse a una cura de la hipnoterapia. La paciente, curiosa y sin la menor sospecha, accedió. Cuando llegaron a la primera inducción al trance, el operador rogó a la paciente, sin dar importancia a sus palabras, que siguiese el procedimiento con atención, porque esto le ayudaría, si deseaba ser hipnotizada a su vez en el futuro. Ambas muchachas, paciente y colaboradora, se sentaron en dos sillas cercanas, y tras una larga y penosa serie de sugestiones, el autor logró inducir en trance profundo a la cooperadora. Durante el procedimiento se les impartieron diversas sugestiones. Ya hemos dicho que ambas mujeres estaban sentadas en sillones próximos, de forma que el hipnotizador podía mirarlas a la vez, o por turno, pero sin despertar la menor sospecha en la paciente. Así le era posible, por ejemplo, hacer coincidir las sugestiones de respiración dadas a las que yacía en trance, con el ritmo respiratorio de la paciente, sin que ésta se diese cuenta. Poco a poco se vio que cada sugestión dada a la colaboradora se realizaba también por la paciente, ignorante de todo lo que sucedía. Habiendo observado que en cierto momento la paciente se ponía las manos sobre el regazo el médico insinuó a la colaboradora hiciera lo propio. Estas maniobras llevaron progresivamente a una estrecha identificación de la paciente con la otra muchacha, de tal forma que paulatinamente, cuando se decía a la que yacía en trance, valía también para ella. Se llegó al punto de que el hipnotizador sugestionó a la colaboradora, mientras miraba a la paciente, aumentando así en ella la necesidad de responder de forma positiva. Cuando indujo en trance profundo a la propia paciente, tras hora y media de trabajo, el hipnotizador tomó diversas iniciativas para darle seguridad. Le anunció que había caído en trance, pero que no se haría nada contra su voluntad; le aseguró que volvería voluntariamente y sin acompañante en días sucesivos, y añadió que sería capaz de despertar sola, si él la había ofendido o herido involuntariamente de algún modo; por último, le ordenó borrar de su mente cualquier sentimiento de venganza u odio contra el hipnotizador. Se tomaron, en suma, todas las precauciones para que las futuras sesiones se desarrollaran con pleno éxito. El método dio un espléndido resultado. Fragmento extraído del libro: “El gran libro práctico del hipnotismo” de Carlo Liguori (Editorial de vecchi) Fin del capítulo 16 ¡Pues hasta aquí hemos llegado esta vez! Espero que todo os haya resultado, por lo menos, interesante. Decir una vez más, que cada capítulo nuevo se me hace muy difícil debido a que intento no repetir nada de lo que ya he escrito. Para cualquier duda o comentario, lo podéis publicar en los foros de mi Web. Intentaré responder en el menor tiempo posible cualquier mensaje que pueda quedar sin responder. Desde aquí, otra vez, muchas gracias a todos los colaboradores del foro. http://www.cursodehipnosis.com