Jesús Manuel Vallez Descifrando el chavismo: Entrevistas al marxismo argentino (1ra Edición) 212 p.; 15x21 cm. 1. Chavismo. 2. Marxismo Correcciones: Alejandra Rivero y Francisco Mussari Diagramación: Jesús Vallez Caracas, septiembre de 2017 DERECHOS RESERVADOS JESÚS MANUELVALLEZ Descifrando el chavismo ______________________ Entrevistas al marxismo argentino ASTARITA ALTAMIRA SORANS SARTELLI KORNBLIHTT A la clase obrera que busca dar cuenta de sus propias determinaciones para actuar políticamente con conocimiento de causa… INDICE Presentación 11 Rolando Astarita 17 Jorge Altamira 45 Miguel Sorans 80 Eduardo Sartelli 104 Juan Kornblihtt 148 AGRADECIMIENTOS A cada uno de los compañeros entrevistados, por el valioso tiempo invertido en el análisis de la realidad venezolana. De igual manera, por brindarme la oportunidad de plasmar en este libro su aporte a la clase obrera venezolana. A mis compañeros Aarón Rodríguez, Alejandra Rivero, Francisco Mussari y Espartaco Martín, quienes colaboraron en el diseño, transcripción y corrección de cada una de las entrevistas que se presentan en este libro. A Emiliano Mussi, Gabriel Rivas y Tamara Seiffer, quienes durante mi estadía en Argentina me motivaron en cada momento al desarrollo de mi propia conciencia. A Flor Herrera y Luisana Vallez, quienes hicieron aportes a la transcripción y corrección de las entrevistas. Al Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Red de Macrouniversidades, por brindarme su respaldo en el desarrollo de mi pasantía de investigación en Argentina. A mis padres y todas las personas que entregaron parte de su tiempo para que yo pudiera destinar el mío a terminar este libro. Y muy especialmente a mi compañera Marianna Sánchez, quien estuvo atenta a cada momento del libro y me motivo a seguir adelante siempre. Jesús Manuel Vallez Descifrando el chavismo Entrevistas al marxismo argentino El movimiento de la realidad mundial tomó en Venezuela, desde comienzos de siglo XXI, una forma política particular caracterizada por apasionadas declaraciones que señalaban la posibilidad de llevar a cabo un conjunto de transformaciones que conducirían a un empoderamiento y mejora de las condiciones de vida de la población venezolana. En ese contexto, bajo un discurso que se presentaba como garantía del bien común y como sepulturero de toda una tradición de derroches y desmanes, muchos jóvenes nos interesamos en la política desde muy temprana edad. A partir del 2005, esa forma política, que en Venezuela se denominó chavismo (en referencia a Hugo Chávez, su líder), empezó a utilizar de manera exuberante las categorías del marxismo en el intento por justificar su forma de actuar políticamente. De allí que para analizar las diferentes coyunturas se intentaran hacer analogías con las situaciones expuestas por Marx en sus diferentes escritos. En síntesis, había toda una construcción ideológica que señalaba al chavismo como el continuador de las luchas mundiales por la transformación de la sociedad humana. Durante todo este periodo, con la preocupación de comprender con mayor profundidad lo que estaba sucediendo en Venezuela, un grupo de compañeros y yo iniciamos estudios particulares tomando como referencia a algunos autores marxistas venezolanos. La mayoría de ellos coincidía con la tesis de que el chavismo era la expresión política portadora de los intereses del “pueblo” y que sería resultado de las 11 Descifrando el chavismo luchas del proletariado internacional contra el capitalismo. Vale destacar que nosotros, con base en un análisis poco riguroso de estas posiciones, nos hacíamos parte de las corrientes que reivindicaban lo anteriormente expuesto. Sin embargo, la propia realidad daría indicios cada vez más intensos del carácter errado de estos planteamientos. En este punto es necesario tomar en cuenta que el chavismo tuvo como soporte vital la cuantiosa renta petrolera que entró a Venezuela entre 2003 y 2014, una riqueza que no es resultado del desarrollo de las fuerzas productivas sino fundamentalmente de unos condicionamientos naturales particulares. Al caer abruptamente los precios del petróleo, como resultado del movimiento mundial de la acumulación de capital, estalla en el país una profunda crisis que produjo un drástico debilitamiento en las condiciones de vida de la clase obrera venezolana. Dicha crisis dejó clara la ausencia de sustento material del chavismo y evidenció el abismo entre su discurso y la realidad propiamente dicha. En ese contexto, surgió en nosotros la necesidad de indagar en las posiciones de algunos autores marxistas que a nivel internacional abordaban la realidad venezolana. Necesitábamos descubrir eso que no nos cuadraba del chavismo. Veremos más adelante que cada uno de estos autores tenía la característica común de ser de nacionalidad argentina. Por razones de casualidad y quizás también por la considerable difusión que tienen en internet sus escritos, nos encontramos, en primera instancia, con los análisis del profesor Rolando Astarita. Resultaron de mucha importancia para nosotros los artículos “Chavismo o independencia de clase” y “Socialismo chavista (I y II)”. Cabe destacar que el profesor Astarita abordaba no solo el tema de Venezuela, sino también una infinidad de temáticas: La revolución rusa, la crisis mundial, la crítica al estatismo burgués, entre otras. 12 Jesús Manuel Vallez Haber encontrado ese blog generó una increíble motivación que nos llevó a seguir profundizando en la investigación de posiciones críticas. En el propio blog del profesor Astarita, nos percatamos de la trascendencia que tenía en Argentina una coalición de partidos trotskistas, el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), que representaba la fuerza de izquierda más importante en dicho país. Quizás el aspecto que más nos llamaba la atención era la declaración abierta de la necesidad de la independencia política de la clase obrera. Es importante precisar que cada uno de los partidos integrantes del FIT asumía posiciones más o menos críticas respecto al chavismo. A partir de allí empezamos a seguir constantemente las posiciones de Jorge Altamira (Partido Obrero) y Miguel Sorans (Izquierda Socialista), referentes históricos de estas organizaciones y quienes cada cuanto publicaban artículos sobre Venezuela, con notables diferencias. Ambos habían venido en diferentes ocasiones al país y lo conocían tanto o más que cualquier otro venezolano. Por más que tuviésemos algunas diferencias con el trotskismo en general, era imposible no solidarizarnos con las luchas que venía desarrollando el FIT en Argentina. De esta manera, continuamos haciendo seguimiento constante de su actividad. En ese marco, nos encontramos con publicaciones de una pequeña organización que hacía críticas por izquierda al FIT y que reivindicaba a la ciencia como elemento clave para la construcción de un programa político, cosa que nos atraía poderosamente. Se trataba de Razón y Revolución (RyR), donde destacaban las figuras de Eduardo Sartelli, fundador y máximo dirigente del grupo, y Juan Kornblihtt, quien se había dedicado por años al estudio de la realidad venezolana, y quien después se separó de esa organización. De igual forma, los dos habían venido a Venezuela y desarrollado una militancia en el país. Sin duda, la lectura de los trabajos publicados por los autores recientemente mencionados resultó fundamental en nuestra ruptura 13 Descifrando el chavismo con el chavismo. Teniendo plena conciencia de ello, decidimos crear un espacio web para el estudio, la discusión y difusión de estos materiales, con la intención de brindar un aporte al desarrollo de la conciencia de la clase obrera venezolana. Así nació La Pipa Rota (lapiparota.wordpress.com), blog que funcionó entre mediados de 2015 y principios de 2017. Entre los proyectos originales de dicho grupo figuró el de realizar una serie de entrevistas a este conjunto de autores y compilarlas en un libro. La idea era que las entrevistas fueran presenciales, es decir, que se realizaran personalmente. Lo anterior era perfectamente factible pues los entrevistados propuestos coincidían en residir en la misma ciudad. Sin embargo, la profundización de la crisis venezolana llevó a aplazar indefinidamente el proyecto por la ausencia de fondos para costear los gastos del viaje. A finales de 2016, en el marco de mis estudios de postgrado, me informan que obtuve una beca para realizar una pasantía de investigación el año siguiente en la Universidad de Buenos Aires. Era la oportunidad para concretar el proyecto que habíamos pensado desde hace años. Desde ese momento, junto a los compañeros Aarón Rodríguez, Alejandra Rivero y Francisco Mussari, quienes desde el inicio se sintieron emocionados con el proyecto, nos dedicamos a plantear las preguntas que considerábamos más importantes, con el objetivo de sacarle el mayor provecho a cada entrevista. De esta manera, me correspondía el deber de viajar a Buenos Aires con una tarea, con un objetivo político. Y se trataba de una tarea política muy importante para nosotros porque pretende servir de apoyo para profundizar la discusión sobre la acción política de la clase obrera venezolana, es decir, pretende servir como herramienta en la búsqueda por dar cuenta de sus propias determinaciones. En ese sentido, este libro aspira convertirse en referencia obligatoria en el análisis del fenómeno del chavismo. 14 Jesús Manuel Vallez La necesidad de acudir a militantes e investigadores marxistas no radicados en Venezuela tiene que ver con la ausencia en el país de análisis que detallen con profundidad dicha realidad. Como se señaló con anterioridad, casi toda la izquierda y el “marxismo” venezolano se ha plegado de forma acrítica al chavismo, atentando contra cualquier posibilidad de independencia política de la clase obrera. De manera similar, una destacada izquierda a nivel continental sirve como aparato de propaganda chavista pese al evidente fracaso de esa experiencia que se presentó a sí misma como “socialista”. Y ahí reside otros de los objetivos de este trabajo, la necesidad de exponer mundialmente la realidad venezolana desde enfoques alternativos al del chavismo o su contraparte burguesa. La diferencia entre los enfoques de los entrevistados es evidente. Sin embargo, en la presente publicación nos dedicaremos a presentarlos para que el lector pueda analizarlos detalladamente. En este sentido, creemos que con esta publicación estamos cerrando una etapa. Queda pendiente la tarea de hacer una crítica científica de cada uno de estos planteamientos como parte de nuestra acción política, que apunta al máximo desarrollo de la conciencia de la clase obrera, como conciencia que se reconoce enajenada en el capital. Jesús Manuel Vallez Caracas, septiembre de 2017 15 Rolando Astarita ROLANDO ASTARITA ________________ 17 Descifrando el chavismo 18 Rolando Astarita Rolando Astarita Viernes, 14 de julio de 2017 Entrar en el blog del profesor Rolando Astarita significó el comienzo de todo este camino hacia la profundización de nuestro análisis crítico de la realidad. Junto a un grupo de compañeros solía discutir, durante largas jornadas, los artículos que publicaba durante la semana. Fue un momento de profunda reflexión crítica que nos invitó a ir por más. Hoy día, el “blog de Astarita” (rolandoastarita.wordpress.com) es un espacio de referencia para la discusión política de la izquierda argentina y latinoamericana, pese a lo que puedan afirmar sus más variados detractores, quienes suelen calificarlo de pesimista, sectario, anti-partido, y otra serie de calificativos negativos. En la parte inferior de cada artículo es común encontrar largos debates, en los cuales el autor se toma el tiempo de responder los comentarios, críticas e incluso agresiones de los lectores. Se compartan o no sus posiciones respecto a determinado tema, cada publicación brinda el acceso a una serie de referencias y datos muy importantes. Esta vez me encontraba en Buenos Aires con la intención de entrevistarlo. La idea me ponía nervioso pues, con base en el carácter aguerrido con el que suele defender sus posiciones, lo primero que se tiende a pensar es que se trata de alguien implacable. Sin embargo, le escribí un correo electrónico exponiéndole la idea con precisión y, en cuestión de horas, aceptó. Me propuso varias opciones para concretar el encuentro, pero decidí ir a su oficina, en Quilmes, pues así dispondría de más tiempo para la entrevista. Vale destacar que Rolando Astarita es profesor de la Universidad de Quilmes, donde dicta la cátedra de “Macroeconomía”, “Dinero, crédito y bancos” y “Sistema financiero internacional”; y de la 19 Descifrando el chavismo Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, donde dicta la cátedra de “Desarrollo económico”. El día del encuentro me dirigí a la estación de trenes de Constitución, lugar que no conocía. Luego de preguntarle a una amable señora abordé el tren que después de varias estaciones me dejaría en Quilmes. Al llegar caminé unas cuadras hasta la universidad. Seguidamente procedí a ubicar la oficina según la dirección que el profesor me había suministrado. Abrió la puerta un muchacho y pude ver un grupo de jóvenes, probablemente profesores, que se encontraban discutiendo en voz alta algún tema. Pensé que me había equivocado. Sin embargo, le dije: “Busco al profesor Astarita”. Inmediatamente se levantó de su asiento, que no había podido ver porque estaba a un costado, y me dio un fuerte apretón de manos. Nos dirigimos hasta el cafetín de la universidad, donde compró café y facturas (masas dulces) para los dos. En ese momento abandoné la idea de verlo como un tipo duro y posiblemente intransigente. Me preguntó por el origen de nuestro grupo y por algunos comentaristas venezolanos de su blog. Luego de aproximadamente 15 minutos, dimos comienzo a la entrevista. ***** Jesús Manuel Vallez: Nos encontramos en Quilmes, provincia de Buenos Aires, con el profesor Rolando Astarita, militante de izquierda desde fines de los años 60’. Por ahí quisiéramos comenzar, conocer sus orígenes y concretamente en qué momento se interesa por la política. Rolando Astarita: Mi actividad empezó en un colegio de Buenos Aires muy politizado, que depende de la Universidad de Buenos Aires. En el año 1966, yo ese año iba a cumplir 15 años, se produce el golpe militar de Onganía y ahí nos radicalizamos un grupo de compañeros, nos tiramos a la izquierda enfrentando esa dictadura. Luego de un paso fugaz por la juventud comunista, en el año 69’ empecé a leer a Trotsky, me acerqué al trotskismo y milité allí 20 Rolando Astarita alrededor de 20 años. En aquella época en el trotskismo era muy común dejar los estudios, yo dejé los estudios en su momento, fuimos a trabajar a fábricas, en lo que se llamaba la proletarización. A mí me tocó participar en luchas importantes en el año 74’, 75’, en el movimiento obrero. En ese momento trabajaba en una fábrica grande. En el año 1976 viene el golpe militar, estuve secuestrado, salí, seguí en el país, después me seguían persiguiendo y me exilié. Seguí militando en el trotskismo, en una corriente que orientaba Nahuel Moreno. Volví al país en el 81’ a militar clandestinamente contra la dictadura y luego se viene todo ese proceso de creación del Movimiento al Socialismo. En el año 1988 se produce una ruptura en el Movimiento al Socialismo, yo participo en esa ruptura, me voy con lo que hoy es el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Pero ya ahí empezaba cada vez más a cuestionarme las bases del trotskismo, los análisis del trotskismo. Esto se aceleró a medida que se acercaba la caída de la Unión Soviética. Ahí a empecé a cuestionar hasta qué grado eso era un estado proletario. El tema del desarrollo de las fuerzas productivas, yo empecé a plantear que hubo un desarrollo de las fuerzas productivas, que había que volver a un análisis del capitalismo basado en Marx, más que en Trotsky o en las tesis de monopolio de Lenin. Todo eso me valió que me echaran del trotskismo, con lo cual creo que me hicieron un gran favor. Luego hice un intento durante años de generar un grupo político, con ideas que estaban ya en elaboración, muy basadas en la idea de que el conflicto central es un conflicto de clase, cuestionando la idea de que en Argentina estaba planteada una liberación nacional del imperialismo, cuestionado el estatismo burgués, planteando que no era progresista, es decir, toda una serie de ideas. Pero el grupo político, que en algún momento se llamó Liga Marxista, luego Comunista, fracasó. Yo pienso que la razón fundamental del fracaso es que no logré convencer a casi nadie de mis ideas. Y bueno, desde hace años trabajo solo. Me dedico mucho a la producción en el blog, a escribir. Mi idea es tratar de que se genere una reflexión y un estudio más profundo del marxismo, en una especie de vuelta a Marx. Yo pienso que hoy lo central de la teoría de Marx tiene más aplicación que en 21 Descifrando el chavismo siglo XIX, es decir, el mundo se parece más al objeto teórico de El Capital de Marx hoy que en el siglo XIX. En eso estoy ahora, trabajo desde hace tiempo en esto. Jesús Manuel Vallez: Un tema de interés en sus trabajos, en las publicaciones que hace en su blog, es el tema Venezuela. Quisiéramos saber de dónde nace ese interés, es decir, la importancia que le otorga a Venezuela en el marco de sus estudios. Rolando Astarita: A mí me intereso mucho lo de Venezuela porque aquí en Argentina, y en otros lugares de América Latina, se presentó al chavismo como el programa de reconstrucción del socialismo en el mundo, es decir, que el programa del socialismo se lograba poner en la agenda mundial del proletariado gracias al chavismo. Esto era una afirmación muy fuerte. Yo caractericé al chavismo como un capitalismo de Estado, ligado al ejército, a la burocracia estatal y a una boliburguesía nueva, pero que ni siquiera tenía ciertas características progresistas que habían tenido los nacionalismos burgueses de los años 40’ o 50’, en los cuales dentro de todo había una reinversión productiva hasta cierto punto, después había fallas o todo tipo de problemas, pero hubo intentos de avances productivos. En el caso del chavismo era más bien una lógica lumpen, exacerbada por la entrada de la renta petrolera en los años 2000’, que no se tradujo en ningún desarrollo de las fuerzas productivas, en ningún desarrollo de la industria, lo que a largo plazo fue generando una debilidad estructural de la clase obrera, estructural en cuanto a la posibilidad del fortalecimiento social de la clase obrera. Por eso en realidad la crisis actual de Venezuela es producto de esto. No es que la crisis empieza cuando se muere Chávez y sube Maduro al gobierno. Los gérmenes de la crisis actual ya estaban planteados en ese momento. Ni siquiera hubo reinversión productiva en el sector petrolero, que es la base de la vinculación de Venezuela con la economía mundial. Jesús Manuel Vallez: Hablando de la vinculación de Venezuela con la unidad mundial, ¿Qué papel cree usted que juega la renta petrolera en este proceso? 22 Rolando Astarita Rolando Astarita: Más del 90% de los ingresos de Venezuela provienen de la venta de petróleo, entonces la renta petrolera juega un rol de primera magnitud. Subrayo esto porque es el eslabón de vinculación central con la economía mundial. Si uno analiza el PBI de Venezuela, el petróleo es una parte bastante menor que el 90%. Eso es cierto, es decir, hay otras actividades, la agricultura, la pequeña industria, el pequeño comercio. Pero, lo central para analizar una economía es ver desde que lugar se inserta en la economía mundial. Jesús Manuel Vallez: ¿Hubiera sido posible la valorización de estos capitales, es decir, de la agricultura, la pequeña industria y el pequeño comercio, sin la renta petrolera? Rolando Astarita: Sí hubiese sido posible si hubiese habido una reinversión productiva. No hubo en lo absoluto una preocupación para que esa enorme renta petrolera se tradujera en avances en investigación y desarrollo, en promoción industrial, en promoción de tecnologías. Nada de esto hubo. Hay una categoría en la economía clásica y en el marxismo muy importante, que es la categoría de trabajo productivo, la diferencia entre trabajo productivo e improductivo. Es una cuestión fundamental. Gran parte de la renta petrolera se utilizó para subvencionar gasto improductivo, es decir, si yo mantengo una fuerte estructura militar es gasto improductivo, si yo mantengo una fuerte burocracia estatal es gasto improductivo. Todo eso es consumo de plusvalía en cuanto a gasto improductivo y no permite iniciar un proceso de reinversión en trabajo productivo que a su vez genere más trabajo productivo. Entonces finalmente el país se hace más dependiente del petróleo y, cuando hay una caída de los precios, termina eso en un colapso económico. Fíjate vos, una cuestión muy importante en esto es que gran parte del plusvalor, del excedente, ha salido en la forma de fuga de capitales, tanto de los sectores de la derecha como de la boliburguesía y del aparato burocrático-militar, que tienen profusas cuentas en bancos del exterior y cosas por el estilo. 23 Descifrando el chavismo Jesús Manuel Vallez: Hay una tesis muy difundida que precisamente explica el surgimiento del chavismo por la imposibilidad de los gobiernos anteriores de aprovechar la renta petrolera y distribuirla entre la población. ¿Cuál es su opinión al respecto? Rolando Astarita: Lo que sucede es que en toda América Latina, los años 80’ y 90’ son básicamente de crisis, como parte de una crisis global. En Argentina realmente había empezado antes. Tenemos que ver esto como una larga fase de estancamiento, en la que muchos gobiernos hacen los llamados ajustes estructurales, que eran en general una ofensiva fuerte contra el movimiento obrero, debilitar a los sindicatos, aperturas económicas, etc. Aquí en Argentina el mismo peronismo participó en eso, incluso el kirchnerismo participó en eso apoyando el gobierno de Menem de los 90’, que fue un epítome de esta política. En Venezuela esto aparte estuvo combinado con una caída de largo plazo de los precios del petróleo en los años 90’, que eran relativamente bajos, y fuertes políticas de ajuste. Entonces, en toda América Latina esto terminó provocando crisis política, salidas de gobierno, recambio de los equipos gubernamentales. Hasta que hacia los años 2001, 2002, empieza una recuperación global de América Latina que después fue potenciada por una suba de los precios de las materias primas. Esta es básicamente la película de largo plazo que ocurrió. Es muy típico en el capitalismo que largas crisis estructurales estén seguidas de fases de ascenso. Esto le sucede tanto a gobiernos de derecha como de izquierda. La suba de los precios de las materias primas no dependió de alguna política particular de la izquierda, sino que también favoreció de conjunto a América Latina y una parte de eso se redistribuye. Jesús Manuel Vallez: En ese contexto que menciona, hay quienes consideran que el chavismo significó una revolución, la “revolución bolivariana”. ¿Cuál es su posición respecto a esto? Rolando Astarita: Una revolución tendría que haber cambiado realmente estructuras sociales, es decir, de alguna manera generar un nuevo régimen de acumulación. Aquí no hubo un desarrollo profundo 24 Rolando Astarita ni de las fuerzas productivas ni una ruptura profunda de las relaciones sociales existentes. El reparto de la renta mejoró la situación de sectores populares durante un tiempo, hoy se ha retrocedido en relación a eso, pero durante un tiempo mejoró mucho. Sin embargo, esto no significa una revolución. Marx en El Capital dice: “Cuando hay una fase ascenso del capitalismo, los obreros tienen cadenas de oro, pero las cadenas siguen”. Es decir, mejoran un poco los ingresos, la salud, la educación, pero esto no termina significando una revolución. Con un problema muy importante: No hubo nunca un empoderamiento de la clase obrera como tal. Jesús Manuel Vallez: Quienes sostienen la tesis que le mencioné señalan que los consejos comunales y las comunas significaron una forma de empoderamiento de la clase obrera. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Tenía esta experiencia de la economía comunal alguna posibilidad de desarrollar las fuerzas productivas? Rolando Astarita: Cuando hablamos de empoderar queremos decir que exista verdadera independencia y posibilidad de autodeterminación de los trabajadores. Por autodeterminación queremos decir la capacidad de decir, en base al debate informado y democrático, qué curso tomar, o cómo organizarse. Esto es lo opuesto a la "democracia obrera y popular" que acostumbran practicar los stalinistas o los funcionarios del capitalismo de Estado. Para dar un caso ilustrativo, en la URSS periódicamente se realizaban asambleas de fábrica en las que supuestamente los trabajadores tenían el derecho de expresarse y decidir. Pero en la práctica esto no existía. Eran meras formalidades. Algo similar ocurre en Cuba con los Comités de Defensa de la Revolución. Y en Nicaragua con los Comités de Defensa Sandinista. Todo indica que en Venezuela sucede algo parecido. De lo contrario no se explica por qué el gobierno de Maduro amenazó a los trabajadores estatales, o a los pobladores que reciben ayuda estatal, con despedirlos de sus trabajos, o de cortar la ayuda, si no votaban para la constituyente. Si en los hechos los que dominan en los consejos comunales son los funcionarios del gobierno, no hay empoderamiento. Tampoco hay empoderamiento si las masas están al 25 Descifrando el chavismo borde del hambre, desorganizadas, frustradas por haber sido llevadas al actual callejón sin salida de "o bien el chavismo, o bien la MUD". Más aún, el poder de la clase obrera no es algo esotérico, oculto. Debe manifestarse y expresarse en todas las instancias. Así, si la clase obrera tuviera verdaderamente el poder, las estructuras del Estado no estarían dominadas por los militares. De la misma manera, los sindicatos responderían a la voluntad de las bases, y dispondrían de plena capacidad de acción. En esa situación entonces veríamos que la clase obrera tendría una posición y un programa propio frente a la crisis. Pero nada de esto se advierte. ¿Dónde está entonces el "poder obrero" de los consejos? La respuesta es que tal poder no existe. Jesús Manuel Vallez: Como ya usted mencionó, hay quienes vinculan al chavismo con el socialismo, ¿pueden relacionarse de alguna manera el chavismo y el socialismo? Rolando Astarita: Ya Marx y Engels en el Manifiesto Comunista distinguían muchos socialismos. Había socialismos reaccionarios, pequeñoburgueses, después habló de socialismo vulgar, socialismo burgués, es decir, hay muchos socialismos. Ahora, en cuanto a lo que ha sido el proyecto socialista que estaba en Marx, que estaba en Rosa Luxemburgo, que uno puede ver en el Lenin de El Estado y la revolución, después lo que hace Lenin con el Kronstadt es otro problema, pero el Lenin que plantea permanentemente que debe llegarse al socialismo a través de un proceso de concientización de las masas, de participación activa, de libertades políticas; esa concepción del socialismo tiene poco que ver con lo que sucedió o sucede en Venezuela. Bueno, yo pienso también que el famoso socialismo a lo Stalin tuvo poco que ver. Pero el problema que yo veo en esto, que es muy grave, es que en la conciencia de las grandes masas de la población no existen estas sutilezas. La derecha dice: “Esto es el socialismo”. Aquí en Argentina la derecha lo ha dicho varias veces, incluso dirigiéndome críticas donde dicen: “Astarita miente, porque Venezuela realmente es el socialismo”. Esta es una cuestión muy importante porque fortalece la famosa idea de “no hay alternativa al 26 Rolando Astarita capitalismo”, es decir, esta nueva derrota, este nuevo fracaso que ha tenido el socialismo burgués o socialismo burocrático es asimilado por la amplias masas de la población a nivel mundial como que el socialismo ha fracasado una vez más. Aquí mismo se lo dicen a la izquierda. Es una cosa muy interesante. Por ejemplo, ahora aquí estamos teniendo campaña electoral y ningún grupo puede decir “mi modelo es Venezuela”. Es una cuestión interesante. Por ejemplo, aquí cuando triunfó la revolución cubana, que despertó un gran entusiasmo, año 60’, 61’, muchos partidos se reivindicaban pro-Cuba, en defensa de la revolución cubana, ¡viva la revolución cubana!, incluso alguno llegó a ganar un senador en la ciudad de Buenos Aires con la consigna “solidaridad con Cuba” en el año 1961. Eso con Venezuela no puede existir. En ese sentido, el daño más grande que hacen estos procesos al socialismo es en la conciencia, en la concepción de las masas, en la ideología de las masas, pues fortalecen esta idea de la burguesía de que no hay alternativa, de que se acepta el capitalismo o se termina en un desastre como lo de Venezuela, con hambre, con miseria, etc. Jesús Manuel Vallez: Después de 18 años de chavismo, ¿qué balance puede hacerse? Rolando Astarita: El socialismo tiene que de alguna manera significar una mejora en las condiciones de vida de los seres humanos, sino es ideología pura lanzada desde las cumbres por personas generalmente bastante mejor alimentadas. Entonces, el socialismo no puede ser un sistema de permanente miseria, atraso, hambre, enfermedades, represión. No puede ser eso el socialismo. Si el socialismo es eso, no tiene ningún sentido. El socialismo es un sistema para acabar con la represión, para generar un mayor desarrollo de las fuerzas productivas y para permitir la realización del ser humano, de las potencialidades del ser humano, el famoso reino de la libertad. Si tenemos miseria, si el 60%o 70% de la población tiene necesidades básicas, incluso alimenticias, insatisfechas, si colapsa todos los días la economía, sobre eso no se puede cimentar ningún socialismo, más bien sobre esas tragedias humanas se levantan burocracias, se levanta represión. Trotsky en ese sentido tiene un análisis muy bueno de la 27 Descifrando el chavismo burocratización en la Unión Soviética: “Al quedar aislada la revolución – dice Trotsky, hay miseria, hay hambre, y sobre eso el burócrata, el militar, se levanta, pone orden y se guarda la mejor parte”. Son sistemas que a la larga se hacen inviables y, una cuestión muy fundamental, el socialismo tiene que ser una construcción de conjunto, social, de masas, no se puede construir el socialismo sobre millones de cadáveres, de hambre, de campos de concentración, de represión. Eso es imposible. Jesús Manuel Vallez: Pasando de preguntas más generales a preguntas más específicas, quisiéramos conocer su opinión respecto a una tesis muy difundida a nivel internacional, la tesis de que el gobierno de Nicolás Maduro es víctima de una guerra económica para derrocarlo orquestada por el imperialismo norteamericano. Rolando Astarita: Primero debo aclarar una cuestión. Yo considero que Venezuela no es una colonia del imperialismo yankee, ni en los 90’ ni ahora. Tampoco lo es Argentina, ni durante el gobierno de los Kirchner, ni ahora durante el gobierno de Macri. En general tampoco lo es Brasil. Son países dependientes, atrasados tecnológicamente, dependientes del capitalismo más desarrollado. Para decirlo de una manera muy sencilla: cuando estornuda Wall Street se resfría Argentina. Eso es la dependencia, eso es cierto, pero no son colonias. Los gobiernos de estos países son gobiernos que responden a las burguesías nativas o a las fracciones de las clases dominantes nativas. Jesús Manuel Vallez: Aquí me gustaría hacer un breve paréntesis para saber ¿qué posición tiene usted respecto a la teoría de la dependencia? Rolando Astarita: Yo soy crítico de la teoría de la dependencia en general, escribí sobre esto. La teoría de la dependencia se basó siempre en la idea de que en estos países solamente podía haber lumpenburguesía, sin posibilidades propias de desarrollo. Incluso planteó que no había posibilidad de democracias burguesas, que las burguesías de estos países eran semiexplotadas por el imperialismo y que no tenían ningún interés por el desarrollo nacional. Todo eso se ha 28 Rolando Astarita caído abajo. La dependencia negaba las posibilidades de industrialización y no pudo terminar explicando por qué incluso en países atrasados han surgido multinacionales, cómo hay regímenes democráticos-burgueses, que son todos lo represivos que se quiera como el de Argentina, pero no son la dictadura de Videla o Pinochet, y por qué hay países atrasados que han disputado franjas del mercado mundial a las grandes potencias. Pongo un ejemplo sencillo: En los años 50’, India era el epítome de país semicolonial, para Paul Baran que es un antecesor de la teoría de la dependencia. En la actualidad, el grupo industrial indio Tata es uno de los mayores inversores en Inglaterra, en Gran Bretaña. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué frenaría entonces la posibilidad de Venezuela y Argentina de avanzar en un proceso de desarrollo de las fuerzas productivas? Rolando Astarita: Son países dependientes, pero que tienen sus propias burguesías, sus propias clases dominantes, con intereses propios y buscan negociar con el imperialismo su forma de inserción en el mercado mundial. Aquí es muy adecuada la categoría de país dependiente que utilizaba Lenin, quien pone como ejemplo Argentina en el año 1916, y dice: “Argentina es un país dependiente, pero no es una colonia, o semicolonia, por eso no está planteada la liberación nacional”. ¿Por qué? Porque la dependencia depende del sistema capitalista, hay que acabar con el capitalismo, pero no está planteada una lucha por una segunda independencia, entendida como una lucha democrática-burguesa, de independencia formal. Hay que señalar que una colonia es una cosa cualitativamente distinta. Una colonia tiene ocupación militar por una potencia extranjera, la cual impone un gobierno absolutamente títere y la burguesía de paja no puede comerciar con nadie que no sea la metrópoli. Esa no es la situación de Argentina, ni la situación de Venezuela. Sino no se pudiera entender el propio fenómeno del chavismo, que surge de las propias entrañas del pueblo venezolano. 29 Descifrando el chavismo Jesús Manuel Vallez: Retomando una pregunta anterior, el gobierno de Maduro denuncia ser víctima de una conspiración internacional para derrocarlo que atentaría contra las propias posibilidades de desarrollo económico del país. ¿Usted qué opina de esto? Rolando Astarita: A nivel muy general es una guerra un poco rara porque durante mucho tiempo hubo precios altísimos del petróleo. El chavismo tenía CITGO, en Estados Unidos, que nunca fue afectada en sus intereses. Tiene buenas relaciones con Texaco, con Chevron. De manera que es un poco rara esa guerra. Lo que si es cierto es que en la medida en que fue un capitalismo de Estado, muy exacerbado, con elementos muy lumpenes, hubo fuga de capitales tanto de sectores de la burguesía como de la boliburguesía que se enriqueció a partir de los negociados estatales. Uno no puede decir que todos estos sectores eran parte del ejército del imperialismo haciendo guerra económica, es decir, responden más bien a la lógica de todo capital. Por supuesto, en esto puede haber también empresas de Estados Unidos, empresas rusas o empresas chinas. Aquí pueden participar una gran cantidad de sectores del capital de diversas procedencias. Pero, uno no advierte que en estos momentos en Venezuela haya una ofensiva colonialista o cosa por el estilo. Aquí si sube después la MUD va a renegociar con el imperialismo, desde sus propios intereses, de qué manera se reacomodan para mantener la explotación en Venezuela. Pero de la misma manera que el chavismo negoció con la Texaco, con Chevron, o con la red de estaciones de servicios y destilerías que tienen en Estados Unidos. Jesús Manuel Vallez: Otra tesis ampliamente difundida que intenta explicar la actual situación de Venezuela se sustenta en la idea de que, tras la muerte de Chávez, hubo un debilitamiento del liderazgo del chavismo, que se expresó en cambio de rumbo de las llamadas “políticas progresistas”. ¿Ve esto posible? Rolando Astarita: Esa misma explicación cuestiona la idea del supuesto socialismo. Primero porque si el socialismo depende de que una persona viva o muera estamos muy complicados. ¿Qué grado de 30 Rolando Astarita construcción colectiva es esa? ¿Qué grado de empoderamiento de la clase obrera? ¿Qué grado de preparación de cuadros socialistas capaces de llevar cualquier proceso adelante? ¿Dónde está eso? Eso por un lado. Y por otro lado es innegable que el legado de Chávez es Maduro. ¿Quién puso a Maduro? Un día me van a terminar tratar de explicar que a Maduro lo puso el imperialismo. ¿A Maduro quien lo puso? ¿Lo puso la MUD? Jesús Manuel Vallez: Quienes sostienen esa tesis plantean que Maduro estaría traicionando el legado de Chávez, es decir, que Chávez aumentó el gasto social y Maduro vendría en detrimento de eso. Rolando Astarita: La explicación de la historia humana por la traición de una persona es una cosa muy primitiva. Ese es un error que incluso comete Trotsky. Trotsky explicaba la desgracia del socialismo por la traición de Stalin. Ahora, en sus estudios más lúcidos, él decía: “No, Stalin respondía a ciertos intereses, a ciertas relaciones sociales”. Es decir, no puedo explicar toda la historia porque un individuo traiciona o no. Termino así en una explicación moralista de la historia: “Necesitamos a alguien honesto, que no traicione y si no traicionaba el socialismo andaba de maravilla”. No, en realidad lo que ha hecho Maduro, lo que está haciendo Maduro, ha respondido a ciertas relaciones sociales, a una pretendida revolución que en realidad es un régimen burocrático-burgués, que ha vivido de renta petrolera, que se ha apoyado en las fuerzas armadas, que ha anulado cualquier administración posible de la clase trabajadora, que donde formó colectivos ha tratado de regimentarlos, de dominarlos. Entonces, con esa lógica se explica lo que termina siendo Maduro. No lo termino explicando como una traición, sino como alguien que, ante la crisis económica, no puede modificar una lógica que ya está instalada. Jesús Manuel Vallez: En 2017, el gobierno de Maduro enfrenta multitudinarias movilizaciones en su contra, ¿qué caracterización tiene de estas protestas? 31 Descifrando el chavismo Rolando Astarita: Yo veo que por un lado está la protesta por libertades democráticas, la cual tiene dos o tres ejes: Libertad de los presos políticos, reconocimiento de la Asamblea Nacional, elecciones. Son típicas consignas democráticas-burguesas que han sido capitalizadas por la MUD. Esto parece indudable. Después, según las informaciones que me llegan, hay mucha protesta a niveles barriales, contra las condiciones de vida, saqueos como forma de protesta, por las carencias diarias. Esto, me da la impresión, está expresando rupturas, por lo menos embrionarias, con el aparato del chavismo, en sectores muy populares que no se logran canalizar hacia la MUD, pero que son rupturas y dan la impresión que, de haber elecciones, votarían a la MUD. Yo pienso que la lucha por las libertades democráticas u oponerse al curso represivo bonapartista es algo que los marxistas deben asumir. No me quiero meter en cuestiones de tácticas, porque no vivo allí, pero yo creo que todo lo que sea ampliar libertades democráticas conviene al futuro del movimiento obrero y el socialismo. Cuanto mayor posibilidad de discusión abierta, de crítica, de información, de reunión, haya entre la población eso favorece. Esa es una idea bien de Lenin que yo reivindico. Por otro lado, todo lo que sea, en alguna medida, tratar de parar el hambre, la miseria, es necesario, porque es una situación insostenible. Ojo, muchas veces el hambre lleva a la descomposición, no lleva a la barricada, lleva a la desesperanza, lleva al desánimo, puede llevar al suicidio de la persona, y no terminan yendo a la lucha, a la barricada o a buscar una salida. Es una situación en el fondo trágica. Jesús Manuel Vallez: Hay algunos intelectuales de izquierda que han manifestado su apoyo rotundo al gobierno de Venezuela, recomendándole aumentar la represión y derrotar militarmente a quienes se manifiestan en su contra, calificándoles de fascistas ¿Qué opinión tiene al respecto? Rolando Astarita: Yo creo que estos intelectuales siguen atados a la típica visión estalinista. En los años 30’, por ejemplo, la idea era que había que avanzar en la colectivización forzosa en la Unión Soviética y mandar a campos de concentración a millones de campesinos sin 32 Rolando Astarita importar que se mueran de hambre porque el socialismo lo demanda, como especie de mandato histórico, que nos asiste a la razón de la historia. Esta es una concepción nefasta, pretender imponer ese famoso “socialismo de siglo XXI” aunque el 70% u 80% de la población venezolana esté en contra, y al que se oponga hay que barrerlo, hay que sacar el ejército a la calle, etc. Ya esa misma concepción anula cualquier posibilidad de construcción socialista. Ahora, es factible que en una rebelión de este tipo pueda haber rasgos de ultraderecha, también de ultraizquierda, en esto habrá de todo, es algo que se ha dado también históricamente en otro tipo de rebeliones contra gobiernos supuestamente de izquierda. Pongo un ejemplo, cuando de desató la revolución húngara en el 56’ contra el régimen estalinista, esto me lo contó alguien que participó adentro, aparecerían sectores de ultraderecha, incluso la CIA estaba metida en esto, y sectores de izquierda, incluso sectores críticos del propio Partido Comunista. Bueno, lo que uno trata de hacer es apoyar a las alas críticas de izquierda, más revolucionarias. Pero de ninguna manera se puede negar la legitimidad del reclamo de elecciones que está pidiendo mucha gente, o de libertad a los presos, o de libertades políticas. Jesús Manuel Vallez: Lo cierto es que, pese a las gigantescas movilizaciones, Maduro se mantiene en el poder. ¿Qué factores cree usted que hacen esto posible? Rolando Astarita: Yo tengo algunas hipótesis sobre esto. Una es que están en un punto de no retorno, porque posiblemente sepan que a muchos de ellos ya a esta altura les espera la cárcel si caen. Entonces esto genera elementos de no retorno, en los que hay muchos intereses materiales también vinculados, sobretodo en la estructura del ejército. Da la impresión que hay muchos sectores con muchos intereses materiales en que continúe este régimen. Después evidentemente debe haber una base, un núcleo que honestamente considera que esto de alguna manera es algo del socialismo, o que está ganado a esa idea. Entonces, la combinación de estos dos factores, más un tercer elemento que yo creo que es muy decisivo en esto, que es que la clase 33 Descifrando el chavismo obrera como clase ha desaparecido, el legado más profundo del chavismo es que ha desempoderado a la clase obrera, es decir, la clase obrera está anulada como clase, como clase quiere decir que pudiera tener una posición independiente, alternativa, no existe, ni siquiera en forma casi embrionaria. Jesús Manuel Vallez: Si la clase obrera venezolana está anulada como clase, ¿qué expresa concretamente su materialidad, su vida? Rolando Astarita: Evidentemente existe socialmente como clase, pero no políticamente, no tiene expresión política. Hay núcleos muy pequeños, pero fíjate que no hay ningún pronunciamiento, ninguna intervención de la clase obrera como clase con una posición alternativa. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué papel cree usted que juegan las diferentes fracciones del capital en esta situación? Rolando Astarita: La inmensa mayoría de las fracciones del capital están en contra de Maduro y apuestan a su salida. En Venezuela no invierte nadie. Pero sobre esto quiero señalar lo siguiente: el hecho de que un gobierno sea criticado por el capital no es sinónimo de que ese gobierno sea socialista, es decir, ha habido gobiernos muy de derecha, muy reaccionarios, que no han tenido el apoyo del capital en su conjunto y, sin embargo, no tenían nada de izquierda. Pongo un ejemplo muy sencillo, aquí en Argentina después de la muerte de Perón en el 74’ le sucede su viuda, Isabel Perón, que era un gobierno de ultraderecha y, sin embargo, no tenía el apoyo del capital en su conjunto. Jesús Manuel Vallez: Ya que menciona al peronismo, quisiéramos conocer brevemente qué similitudes y diferencias tuvo ese proceso en relación al chavismo. Rolando Astarita: No hay un único peronismo. Hay un peronismo que va desde el año 45’ a principios de los años 50’, que encarna la ISI, la industrialización por sustitución de importaciones, el cual fue un periodo de desarrollo extensivo, es decir, sin gran inversión en 34 Rolando Astarita tecnología. Después hay otra fase del peronismo, que es “la vuelta de Perón”, desde el 73’ hasta el golpe militar, que expresa la crisis de la ISI, Perón alentando a la Triple A, atacando violentamente al movimiento obrero y a la izquierda. Luego tenemos el peronismo de los 90’, con el famoso programa del neoliberalismo. Y el último periodo de los Kirchner que tienen el impulso de la recuperación de la crisis del 2001’ más la suba de los precios de las materias primas. Ahora, una cuestión que caracterizó al peronismo clásico y que yo no veo en Chávez, es que tuvo una gran base de apoyo en el movimiento sindical. El chavismo no, Chávez tuvo más apoyo en sectores más empobrecidos, el cuentapropista, el pequeño vendedor ambulante, el poblador del barrio y no tanto de los núcleos de la clase obrera sindicalizada, de PDVSA, de SIDOR, de los trabajadores de las distintas franjas industriales. Yo eso lo veo como una diferencia importante. Luego, en el Perón de los años 50’ hay cierta preocupación por el desarrollo de las fuerzas productivas, cosa que en el chavismo es muy secundario, nunca está. Jesús Manuel Vallez: ¿Entonces las diferencias pasan por las particularidades de las formas nacionales de acumulación de capital? Rolando Astarita: Ahí también se pudieran marcar diferencias. Para pensar en la inserción de Argentina en el mercado mundial, la exportación de productos primarios agrícolas solo ocupa el 30% de la balanza comercial. Es decir, hay un 30% de productos agrarios y hay un 30% de productos industriales. Aquí la matriz productiva siempre fue más diversificada y con mayor peso de sectores industriales. De forma que no es muy equiparable. Venezuela se acerca más a países típicos petroleros, de renta petrolera. Yo en mi blog hice algunos pequeños análisis del fracaso de industrialización basados en renta petrolera. Jesús Manuel Vallez: ¿Ese bajo peso del sector industrial podría explicar la imposibilidad del surgimiento de organizaciones políticas clasistas? 35 Descifrando el chavismo Rolando Astarita: Uno de los legados que deja el chavismo es el retroceso en la industrialización y entonces hay un debilitamiento estructural de la clase obrera. Esto también es un problema. Por ejemplo, aquí en Argentina se llega al Cordobazo, un movimiento muy grande que hubo en el 69’ en plena dictadura, donde el eje fueron obreros industriales, obreros de las grandes fábricas automotrices. Claro, esto estuvo precedido por un periodo en que estas fábricas demandaban gente, entonces entraban muchachos que venían de las universidades tecnológicas, de los colegios industriales, era clase obrera relativamente bien pagada. Esto es interesante, porque no siempre la miseria genera potencialidad revolucionaria. ¿Por qué era esto importante? Porque era gente que podía leer un material de la izquierda y empezaba a haber un fermento de discusiones y politización, y esto termina llevando a un escenario de lucha, de movilización. Incluso muchos de estos obreros de avanzada se incorporan a organizaciones revolucionarias. Pero, esto viene precedido por todo ese proceso. Insisto en esto, si vos tenés un proceso de descomposición social, de hambre, de miseria, es mucho más doloroso, mucho más difícil. ¿Por qué? Porque se preparan cuadros y todo lo demás, pero después es muy difícil insertarse en el movimiento obrero, conseguir trabajo, incluso insertarse en grandes estructuras productivas, que es donde está el peso más grande. Por eso el legado del chavismo, en mi opinión, es profundamente reaccionario, desde el punto de vista de lo que podemos entender como los intereses de la clase trabajadora. A ver, uno tiene un enfoque, mi enfoque siempre tiene que ver con qué favorece o no la organización y conciencia de los trabajadores y qué la perjudica. Ese es mi enfoque. Todo mi criterio gira en torno a eso. Una pregunta muy sencilla: ¿En qué medida se favorece la conciencia, la organización, de la clase trabajadora? Por ejemplo, pongo un caso, suponé que se estatiza una empresa, pero si esa estatización viene acompañada de un delegado burócrata militar que anula la organización de la fábrica, que despide obreros, que reprime la izquierda, esa estatización no tiene nada de progresiva. 36 Rolando Astarita Jesús Manuel Vallez: ¿Incluso si genera un proceso de desarrollo de las fuerzas productivas? Rolando Astarita: Uno pudiera decir que tiene un aspecto progresivo si se desarrollan las fuerzas productivas, porque muchas veces ni siquiera eso. Pudiera tener ese aspecto progresivo, si se mejoró la producción, pero políticamente no, políticamente implicó un sujeción de la clase trabajadora, un debilitamiento de la vanguardia organizada, de la izquierda. Aquí yo lo he visto muchas veces en Argentina. Incluso en la facultad he tenido un alumno que era delegado de Aerolíneas Argentinas, había luchado contra la patronal española y, cuando el gobierno de los Kirchner estatiza, él encabeza unas protestas en defensa de los trabajadores y lo echaron, lo echaron con el peso del Estado. Durante la época de Engels, en Alemania había toda una corriente de socialistas que eran estatistas, y como Bismarck había estatizado fábricas, entonces ellos creían que Bismarck se acercaba al socialismo. Engels dijo: “Esto no tiene nada de socialismo”. Era un régimen burocrático, las cooperativas obreras manejadas por Bismarck eran reaccionarias, controlaban a la clase trabajadora, le sacaban poder por todos lados. Aquí insisto en esta cuestión, nosotros no tenemos nada que ver con esto. Es otra clase, son nuestros enemigos. Esos burócratas del kirchnerismo que echaron a este joven de las Aerolíneas Argentinas pertenecían a otra clase. Había una contradicción de clase. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué diferenciaba al burócrata y al compañero despedido en el proceso de trabajo? Rolando Astarita: Fundamentalmente la relación de explotación. El burócrata tiene un poder que sostiene la relación de explotación. Una empresa del Estado que vende una mercancía que se llama pasajes aéreos, por ejemplo, es una empresa capitalista de Estado, donde se produce plusvalía, que en lugar de ir a un accionista privado va a altos funcionarios del Estado o cosas por el estilo. Entonces hay una relación de explotación. Por eso el marxismo siempre se ha distinguido de esas corrientes estatistas. Engels y Marx no le 37 Descifrando el chavismo dedicaron específicamente pasajes, pero en Estados Unidos, a fin del siglo XIX, había unos grupos que se llamaban “los nacionalistas”, quienes defendían la estatización por parte del Estado, un programa de nacionalizaciones, llegando a tener cierta influencia. Engels en alguna carta los compara con los fabianos, evidentemente no eran socialistas. Siempre, en mi opinión, el criterio que tenemos que tener es si fortalece o no a la clase trabajadora, si fortalece o no su conciencia, yo creo que esta es la pregunta fundamental que tenemos que hacernos. Jesús Manuel Vallez: Ya avanzando hacia las preguntas finales, centrándonos en la complicada situación que afronta Venezuela en la actualidad, quisiéramos saber su opinión sobre el futuro de la clase obrera venezolana en lo inmediato. Rolando Astarita: En estos momentos veo muy mal la situación. Yo a eso no tengo respuesta. Veo síntomas muy graves de descomposición social, gente que vive revolviendo la basura, buscando la caridad pública, con altos índices de criminalidad social, muy extendidos. Esto está indicando rasgos de descomposición fuertes, muy fuertes. Yo en ese sentido reconozco primero que cualquier actividad de izquierda en estas condiciones es muy difícil y que, por ahora, lo que podría hacer el marxismo es presentar un análisis serio de la situación, descarnado, de las alternativas posibles, con un balance, porque si no hay balance tampoco hay salida, y sobre eso tratar de reconstituir un tejido político. Jesús Manuel Vallez: ¿Es posible en Venezuela el surgimiento de una organización política que sea portadora de los intereses de la clase obrera? Rolando Astarita: Yo confío que en el mediano o largo plazo termine surgiendo, incluso sobre un análisis muy crítico de lo que fue toda esta experiencia del chavismo, y lo que fue la experiencia de muchos grupos de izquierda de haber apoyado al chavismo, pero no será un proceso rápido. Jesús Manuel Vallez: ¿De dónde surgiría esa organización? 38 Rolando Astarita Rolando Astarita: No conozco a profundidad, pero sospecho que donde podría haber espacios de reflexión fuerte sería entre estudiantes de izquierda en alianza con sectores obreros que hayan sido críticos del chavismo o puedan establecer una posición crítica respecto al chavismo, es decir, sectores de la intelectualidad joven en ruptura con todo esto. Eso es lo que necesitamos, una ruptura que vaya a las raíces, que sea política e ideológica con el chavismo. Jesús Manuel Vallez: ¿De qué dependería ese surgimiento? ¿dependería de la voluntad? Rolando Astarita: Siempre hay un factor objetivo que es la necesidad de hacer un balance crítico de la situación actual, de lo que fue el chavismo. Ahora, si, en el fondo surgiría de la posibilidad de que hayan sectores de la intelectualidad de izquierda o de grupos de izquierda que empiecen a romper con una tradición muy fuerte que hay en América Latina, que es una izquierda nacionalista, una izquierda estatista, es decir, que apostó a formas de capitalismo de Estado, y a una izquierda que ha apostado a formas de regimentación burocrática de la clase obrera. En tanto en la izquierda no se dé una ruptura con estas ideas que han sido y siguen siendo muy fundamentales, no solamente en Venezuela sino en toda América Latina, yo no veo posibilidad de que superemos la crisis de la izquierda en general. Yo soy optimista a largo plazo. Jesús Manuel Vallez: ¿Ese optimismo tiene que ver con la posibilidad de que un mayor desarrollo de las fuerzas productivas traiga consigo el surgimiento de esa organización política de la clase obrera? Rolando Astarita: No es tan mecánico. Si es cierto que esto ayudaría a una recomposición social. Evidentemente si alguien está preocupado por conseguir el alimento básico no puede pensar. Si un intelectual está preocupado porque su hijo no tiene remedio no puede pensar. Una mejora económica de la situación mejoraría las condiciones para empezar esta tarea de crítica y reflexión. Pero después hay todo un 39 Descifrando el chavismo conjunto de factores que entran en lo subjetivo, en lo personal, que no están determinados por el desarrollo de las fuerzas productivas. Jesús Manuel Vallez: ¿Por dónde empezar? ¿Qué lineamientos básicos cree usted que debería tener el programa la organización política de la clase obrera? Rolando Astarita: Más que un programa, primero hay que hacer un balance crítico del chavismo, un balance marxista del chavismo, después sobre eso se piensa un programa. Y esto incluye un balance crítico de algunas de estas cosas que estuvimos hablando hace un rato, el nacionalismo izquierdista, esta idea de que tenemos que defender a la patria, de que somos una colonia, de que estamos luchando por la liberación nacional; el estatismo burgués, la idea de que en sí el Estado es progresista frente al capital privado. Fíjate vos que la crítica a lo que yo llamo el estatismo ha sido una tradición en Engels, en Marx, en el propio Lenin. Esto se perdió. Por eso la izquierda rápidamente se marea cuando ve un capitalismo de Estado y lo confunde con algo cercano al socialismo. Creo que es fundamental entonces recentrar la contradicción fundamental en capital-trabajo, en el carácter de clase del Estado. Una idea fundamental, porque estas ideas hay que bajarlas a tierra con expresiones sencillas, es que hay que decirles abiertamente a los trabajadores o al pueblo que un burócrata del Estado que hace negociados en el mercado negro y se enriquece no es un compañero confundido, no es un compañero que se olvidó tres citas de Marx, es un enemigo de clase, un enemigo al mismo nivel que la MUD. Debe quedar claro que entre el chavismo y la MUD ninguno es más progresivo que el otro, los dos llevan a penalidades a la clase trabajadora. Por eso la necesidad de mantener una distancia crítica frente a todos, de mantener una posición independiente. Bueno, eso tiene que plasmarse en elaboraciones, en textos, que primero se dirijan a la vanguardia, y luego que se gane un sector de la vanguardia empiecen a permear hacia abajo. Ese trabajo de crítica debe ser un trabajo paciente, lento, de mucho esfuerzo, de mucho trabajo. Lo digo porque hay una idea en la izquierda de que el trabajo teórico-político, ese trabajo de crítica, es para los ratos de ocio. 40 Rolando Astarita No, ese es un esfuerzo inmenso. Es lo que explica por qué Marx trabajó 38 años en El Capital y decía que la mejor herencia que le dejaba a la clase obrera era ese escrito, la teoría de la plusvalía, la teoría de la acumulación. El problema con la izquierda es que esos textos solamente los utiliza en los días de fiesta. No sé sabe qué hacer con eso. ¿Por qué? Porque si yo termino defendiendo el capitalismo de Estado, soy nacionalista, o cosas por el estilo, con eso no sé qué hacer. Jesús Manuel Vallez: Hay posiciones que sostienen que la primera tarea de la clase obrera venezolana es el socialismo, es decir, no concuerdan con el desarrollo del proceso de construcción gradual que usted ha señalado. ¿Cuál es su opinión al respecto? Rolando Astarita: El socialismo no va a surgir con solo decir: “Yo lucho por el socialismo”. Aquí hay que ir a fondo a un balance, hay que hacer la crítica concienzuda, hay que liquidar cuentas con los Borón, con los Katz, con todos estos. No es una cuestión fácil. Yo cuando publico estos análisis me quedo solo en la izquierda. La inmensa mayoría de la izquierda aquí en Argentina es nacionalista, entonces yo no puedo decir: “Construyamos el socialismo y se acabó”. No es un problema de una formula, es una concepción, debemos explicar qué hay detrás de las concepciones que tiene cada uno. Entonces, no se puede saltar esta etapa. Esto no va a ser sencillo. Tenemos que asumir que es una derrota objetiva del movimiento obrero y del socialismo lo que pasó en Venezuela. Jesús Manuel Vallez: Entendiendo que Venezuela es parte de la unidad mundial del modo de producción capitalista, naturalmente nos intriga el camino a transitar hacia nuevas formas de organización de la sociedad humana. Usted ha señalado que dicho camino no puede tener como eje al Estado, ¿qué formas debe tomar ese desenlace? Rolando Astarita: Hasta ahora lo que ha dado la historia como la mejor creación que hemos tenido es una forma de consejos obreros, de asambleas de obreros, campesinos y soldados, que se organizan y tratan de empezar a dirigir el país. Yo lo veo por el lado consejista. 41 Descifrando el chavismo Soy bastante partidario de esto. Sería algo así como aplicar en serio lo que planteo Lenin en El Estado y la revolución. ¿Por qué digo aplicarlo en serio? Porque si decimos que todos los grupos políticos que reconozcan a los consejos tienen derecho a participar y a presentarse a elecciones dentro de los consejos, esto debe cumplirse. Digo esto porque cuando en el año 21’, los mencheviques amenazaban con tomar el control de los soviets, y los obreros del Kronstadt se levantaron pidiendo elecciones libres en los consejos, que eran los soviets, los bolcheviques se negaron a las elecciones libres porque sabían que iban a perder. Las reglas del juego deben ser absolutamente democráticas. Lo más importante en esto es que yo concibo al socialismo como una construcción colectiva. Subrayo esto, que ya dije dos o tres veces, porque soy obsesivo en esto: el socialismo no se puede imponer sobre la base de campos de concentración masivos o de masacres masivas. Lenin se da cuenta de esto al final de su vida. Cuando él plantea la nueva política económica (NEP), está reconociendo que esto no se podía imponer. Cuando él dice: “Tenemos que organizar en cooperativas voluntarias a los campesinos, que entren voluntariamente a las cooperativas”. Ahí está volviendo a esa idea profunda de que el socialismo debe ser una construcción voluntaria colectiva. El problema es que acepta eso por un lado y por el otro reprime a Kronstadt. Ahí hay una contradicción. Pero no se puede imponer el socialismo contra la voluntad de la gente porque debe ser una construcción colectiva. Otra cosa es reprimir a un grupo de fascistas, de la alta oligarquía, eso es seguro, la revolución se hace con fuerza y en algún momento también con violencia, no es un juego de niños. Pero eso es una cosa, y otra cosa es decir: “Somos una vanguardia esclarecida y vamos a imponer el socialismo cueste lo que cueste”. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué mensaje final deja para quienes están intentando responder estas preguntas en Venezuela, es decir, para quienes luchan por el desarrollo de su propia conciencia? Rolando Astarita: Yo solamente me puedo dirigir a quienes intentan conseguir una respuesta a lo que pasó. A toda esa gente le diría que el 42 Rolando Astarita marxismo ofrece un método capaz de encontrar respuestas, respuestas que no son verdades absolutas pero que son lo más cercano a lo científico que podremos lograr. Ahora, subrayo esto de nuevo. Esto exige mucho esfuerzo, mucho trabajo, muchas horas de pensar, de debatir. Esto no es sencillo. Esta es mi idea del asunto. Hay que estar dispuesto a esto. ***** Al finalizar la entrevista procedimos a despedirnos. El profesor me comentó que esa semana se iba de vacaciones de invierno. Su familia ganó la batalla para que interrumpiera momentáneamente su agotador ritmo de trabajo. Acompañándome hasta la salida tuvo un detalle particular. Hicimos una breve parada en la librería de la universidad, donde compró su libro “Economía política de la dependencia y el subdesarrollo” para regalármelo. En la primera página escribió una nota, la cual sin duda conservaré hasta el final. Por fin nos despedimos, hasta una nueva oportunidad. 43 44 Jorge Altamira JORGE ALTAMIRA ________________ 45 Descifrando el chavismo 46 Jorge Altamira Jorge Altamira Miércoles, 02 de agosto de 2017 Jorge Altamira es el seudónimo utilizado por José Saúl Wermus, quizás el dirigente vivo de mayor trayectoria histórica en el trotskismo argentino. Desde muy joven empezó a construir la organización que hoy es el Partido Obrero (PO), uno de los partidos de izquierda más grandes de Argentina. Estuvo exiliado en Brasil durante la dictadura de Videla y luego volvió para desarrollar una intensa actividad militante como dirigente de su partido. Ha sido varias veces candidato presidencial y aún hoy forma parte del Comité Central del PO. Conocimos a Altamira viendo por internet alguna de sus tantas conferencias. Habla varios idiomas y tiene una increíble facilidad para expresarse, colocando una infinidad de ejemplos que permiten mantener entretenido al oyente durante toda la charla. Asimismo, su memoria es impresionante, teniendo la habilidad de recordar hasta el más mínimo detalle. Altamira es un analista internacional con una producción muy continua. Sus escritos no se limitan a América Latina, sino que se extienden por los cinco continentes. Sin duda, cada uno de los artículos que Jorge suele colocar en su perfil de Facebook (y que luego son cargados en la página del Partido Obrero o en Prensa Obrera, el periódico del partido) es objeto de discusión tanto de sus seguidores como detractores. En síntesis, Altamira se ha ganado el respecto de la mayoría de quienes integran la izquierda argentina. Por lo tanto, la tarea de entrevistarlo significaba una gran responsabilidad y un verdadero privilegio. 47 Descifrando el chavismo El contacto fue hecho a través de Rafael Santos (conocido popularmente como Rafa Santos) con quien habíamos tenido algunas comunicaciones un tiempo atrás. Rafa es el encargado de relaciones internacionales del PO y estuvo atento a la actividad que habíamos desarrollado en La Pipa Rota. De esta manera, arreglamos una cita en el local del partido, en el centro de Buenos Aires. El día de la entrevista, al llegar al local del partido, el compañero encargado de la recepción, también militante del PO, me entregó un volante con el más reciente artículo de Jorge sobre Venezuela. Altamira se encontraba aún en reunión del Comité Central. “Dame un segundo, voy a dejarle una nota a Jorge informándole que estás acá”, me dijo el compañero. Al cabo de unos minutos Altamira estaba recibiéndome. “No era mi intención interrumpirte”, le dije. Y él me respondió: “Tranquilo, nos interesa mucho el tema de Venezuela”. Nos sentamos en un largo salón donde le comenté la intención de la entrevista. Altamira se mostró sorprendido y me propuso que, tratándose de una entrevista extensa, la pospusiéramos algunos días, mientras resolvía algunos asuntos de su agenda. Sin dudas, acepté. Una semana después nos vimos en el mismo salón. Había llegado justo a la hora pautada. Me ofreció agua y procedimos a comenzar la entrevista. ***** Jesús Manuel Vallez: Nos encontramos en el centro de Buenos Aires con Jorge Altamira, uno de los más importantes dirigentes en la historia de la izquierda argentina, fundador y militante del Partido Obrero. Sin duda, por su dilatada trayectoria, es una gran oportunidad la que nos brinda con esta entrevista. Para empezar quisiéramos conocer tus orígenes, saber en qué momento te interesas por la política. Jorge Altamira: Por la política tengo un interés de mucho tiempo porque viví en un hogar que era muy politizado. Mi padre era activista del sindicato gráfico y traía los temas de política y sindicalismo a la mesa familiar, de manera que muy tempranamente, en relación a otros 48 Jorge Altamira chicos, yo estaba al tanto de los temas políticos, con los límites de la edad claro. Ahora, de todos modos, en mi barrio muchos de los chicos que jugaban conmigo también eran politizados y eso es interesante. Por ejemplo, había una familia a la que frecuentaba, con sus hijas, que era muy politizada, en el sentido de que también traía los temas políticos a la mesa. Recuerdo también el grupo de amigos que tenía, porque de vez en cuando se introducía el tema político que no creo que ocurriera en otros lugares a edades de ocho, nueve, diez, once años. Esto también se manifestó en la escuela primaria, donde yo no tomaba ninguna iniciativa particular pero los maestros me pinchaban con el tema político, en particular porque la mayoría de ellos, entre tercer grado y final de la primaria, eran antiperonistas, y yo pertenecía a una familia de simpatías peronistas, muy acentuadas. Ese choque con los maestros era muy frecuente y llegue a tener un choque que hasta el día de hoy me sorprende, con la directora de la escuela. Fíjate que ella me llama, me saca del aula y me lleva a la dirección para preguntarme cuándo voy a dejar de ser peronista. Yo francamente a esa edad, tenía doce años, me quedé azorado, me pareció completamente irregular la situación que estaba viviendo, que una directora me haga sacar del aula, que normalmente es el anticipo a una sanción, para preguntarme una cosa de este tipo. El hecho es que siempre tuve un gran interés político. Más tarde, siempre buscando vinculaciones políticas, me vinculé a un grupo de izquierda que en un periodo muy corto de tiempo me expulsó como consecuencia de divergencias estratégicas. Yo tenía 18 años. Era un grupo político que no era significativo en número ni en influencia popular, pero tenía personas que luego iban a ser muy importantes en la vida Argentina, como por ejemplo el novelista Manuel Puig, muy reconocido nacional e internacionalmente, que escribió la novela “el beso de la mujer araña”, pero también, por ejemplo, Alberto Ure, que fue luego un gran dramaturgo, un director teatral de una gran importancia. Como consecuencia de que nos expulsaran por defender las mismas ideas que estamos defendiendo hoy, ya a esa temprana edad, al cabo de unas pequeñas peripecias, armamos una pequeña 49 Descifrando el chavismo organización que fue evolucionando y se constituyó en lo que hoy es el Partido Obrero. Ahora, quiero aclarar algo que siempre aclaro, porque metodológicamente es muy importante: La historia de una militancia no es una ruta ascendente donde unos suben muy rápido y otros suben bastante menos rápido, es una ruta zigzagueante. Argentina ha vivido traumas políticos muy importantes, derrotas impresionantes, victorias impresionantes y con ellas la influencia política de la izquierda, de nuestro partido, fue fluctuando. Nosotros como Partido Obrero tuvimos una década bajo la dictadura militar que fue una lucha política por la sobrevivencia, por el mantenimiento de la influencia política. Fue una década que, en otros países que no vivieron esto, hubieran habilitado un desarrollo gradual, rectilíneo de alguna manera. Sucesivamente, estos virajes políticos hubo que confrontarlos y la experiencia de la dictadura militar fue la más importante que tuvo el Partido Obrero porque ingresa a la vida ulterior con el pasaporte de haber luchado bajo la dictadura, de haber sacado un periódico, de haber organizado movilizaciones, la campaña de las Madres. Cualquiera que revisa el archivo que tenemos acá va a ver en nuestro periódico una cantidad de luchas sindicales que los historiadores ignoran, creen que bajo la dictadura militar no pasaba nada. El hecho de que pudiéramos registrar bajo la dictadura todas estas circunstancias, rebelan nuestra inserción en la lucha real contra el régimen militar. Jesús Manuel Vallez: Actualmente, el Partido Obrero forma parte junto a otros dos partidos de la experiencia de construcción del Frente de la Izquierda y los Trabajadores (FIT). ¿Qué significa esa experiencia en lo personal para ti? Si es en lo estrictamente personal quiero señalar lo siguiente: En distintas ocasiones, en el marco de lo que era una decadencia del peronismo, nosotros desarrollamos posturas favorables a un frente de izquierda. Inclusive con organizaciones que caracterizábamos como reformistas, en el entendimiento de que un frente de izquierda podría representar un polo político para los trabajadores, y en el entendimiento 50 Jorge Altamira de que el Partido Obrero nunca iba a renunciar a su propio programa político. Esto ocurrió por primera vez en 1985, cuando estuvimos a punto de concretar un frente con el Partido Comunista y con lo que era el Movimiento al Socialismo, y luego la posibilidad de hacer el frente solo con el Movimientos al Socialismo, y fue una experiencia política que es importante, que ningún historiador en el futuro debe ignorar, porque por distintas circunstancias el Partido Comunista era hostil a hacer ese frente, es decir, expresaba una simpatía a la idea de un frente de izquierda, pero no a concretarlo. Ante esas circunstancias, hicimos un frente con el MAS. En una semana, el Partido Comunista pega un viraje de 180 grados, al enterarse que el frente que ellos rechazaban lo concretamos con el MAS. Entonces convocó de urgencia un comité central y decidió cambiar de línea a favor de un frente de izquierda pero con nuestra exclusión. Y el MAS fue al frente con el Partido Comunista y con nuestra exclusión. La segunda vez fue en el año 2003, cuando el Partido Obrero había jugado un rol muy importante con el movimiento piquetero, porque había sido artífice, y esto lo digo literalmente, de la unión de todos los movimientos de desocupados en una asamblea nacional. Entonces, a partir de ahí era el movimiento de masas más importante de la época, en víspera de lo que después fue la bancarrota económica y lo que llamamos el Argentinazo. Desde esa postura, cuando el gobierno convoca a elecciones en el 2003, de nuevo proponemos un frente. Esta vez estaba disminuido porque el MAS había comenzado a romperse, la llamada Izquierda Unida, y rechazó el frente de forma muy violenta, es decir, siempre procurando la exclusión del Partido Obrero: “Con el Partido Obrero, no”. Evidentemente eran divergencias políticas, nosotros también las teníamos con ellos, solo que nosotros proponemos un frente en torno a una serie de objetivos para polarizar a la clase obrera hacia una perspectiva contraria a la burocracia sindical, al peronismo y en general a la burguesía, pero no íbamos a abandonar nunca nuestro propio programa, que es el programa de la revolución socialista y del gobierno de los trabajadores. Evidentemente ellos lo tomaron con un criterio faccional. Este partido, se decían a sí mismos, 51 Descifrando el chavismo podría progresar en el marco de un frente. Entonces, luego del Argentinazo, apenas un año y medio después, la izquierda sufrió una durísima derrota electoral. De manera que el frente de izquierda que finalmente concretamos es, como decimos en Argentina, y ustedes en Venezuela seguro dicen lo mismo: “La tercera es la vencida”, porque hicimos este frente con dos fracciones que vienen del morenismo, que tienen vínculos con la clase trabajadora, y fue una respuesta también a las maniobras de la burguesía, que había establecido pisos electorales para bloquear la posibilidad de que la izquierda pudiera presentarse a elecciones. Entonces, este frente ayudó en dos aspectos: En primer lugar, habilitó un importante progreso electoral y además atrajo el interés político de trabajadores con cuales nosotros teníamos contactos y actividades en la lucha sindical y, por lo tanto, con muchos trabajadores que en otras circunstancias votaban al peronismo. Eso fue un factor políticamente importante. Ahora, debo hacer una salvedad: en el curso de este desarrollo se manifestaron en el plano electoral algunas circunstancias políticas que demostraban una perspectiva mucho más profunda que la que el propio frente de izquierda habilitaba. Por ejemplo, en el año 2013, el Partido Obrero de Salta, donde no había Frente de Izquierda porque los demás partidos de izquierda no estaban inscritos, le ganó al peronismo en la capital, en una votación que no conmocionó al país por la muy débil información que había, pero conmocionó a la provincia. Vos pensá que en la capital de una provincia del norte del país había que elegir a un solo senador entre todos los partidos, y lo ganamos nosotros. Entonces fue realmente un choque. Y además, junto con eso, en una provincia que solamente elegía tres diputados, y por lo tanto en promedio hay que sacar aproximadamente el 33% de los votos, nosotros sacamos un diputado nacional. Eso fue la consecuencia de un largo trabajo político. En otra provincia, donde no había trabajo político de esa misma envergadura, ni de lejos, considerablemente mucho menor, en Mendoza, también hubo un golpe electoral que fue más que nada el aprovechamiento de un vacío político que había dejado el kirchnerismo. 52 Jorge Altamira Quiero decir, sería un error atribuir todo el desarrollo a la circunstancia de un frente, desconociendo el trabajo político previo a la constitución del frente, la influencia que efectivamente se había alcanzado antes del frente y la dependencia en el análisis de cómo se explotaron las crisis políticas en la provincias, porque en un lugar en donde no había frente, como Salta, no era la imagen frentista la que había llamado la atención, porque además el Partido Obrero venía conquistando diputados desde muchísimo antes del Frente de Izquierda. ¿Se entiende? No simplifiquemos, no. Hubiéramos crecido de todos modos, quizás no al mismo ritmo, quizás no con las mismas modalidades. Eso hay que tenerlo muy presente, porque si no viene una simplificación mortal, en el sentido de que caeríamos en el movimientismo y en el desinterés por los programas. Esa idea que dice: “No importa el programa, si sos de izquierda y te juntas te va bien, si no te juntas te va mal”. Acá mucha gente se ha juntado y le ha ido tremendamente mal. El Frente de Izquierda, en particular a través del Partido Obrero, podría exhibir una trayectoria; los otros partidos del Frente de Izquierda no. También influyó una crisis política de gran envergadura como consecuencia del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra. En una lucha de trabajadores ferroviarios, la burocracia sindical lo mató y la reacción popular fue impensada. Es decir, que en un país al día siguiente del asesinato de un compañero se suscitará la movilización de 30.000 o 40.000 personas, la huelga por 24 horas de varios sindicatos, era sorprendente. Evidentemente, la población tenía perfectamente conciencia de quiénes eran los asesinos, el poder político, la burocracia sindical, y también conciencia de quiénes eran los que estaban luchando con los ferroviarios. Ahora, esa reacción fue desarrollada por nuestro partido con un vigor como nunca había existido en Argentina, y en medio de dos años la justicia condenó a los responsables directos. Acá no existe una condena, en dos años, de nadie. Lo nuestro fue incesante. Entonces, evidentemente mostramos ante los ojos de la mayoría, una mayoría de trabajadores, mostramos una capacidad para actuar; que donde nos metíamos, podíamos. Eso fue el antecedente más importante de la constitución del Frente de Izquierda. Ahora, en esa lucha 53 Descifrando el chavismo ferroviaria los partidos que constituyen el Frente de Izquierda no participaron y, algunos de ellos, desertaron a último momento. Entonces es un frente muy contradictorio, no voy a entrar más en detalle para describir las contradicciones que tiene ese frente, pero para que quede claro: No hacemos un fetiche del frentismo, de ninguna manera. Advertimos y alertamos contra incurrir en una cosa así y seguimos defendiendo la necesidad de construir grandes partidos obreros revolucionarios, sobre la base de un programa, de una política y de una estrategia. Jesús Manuel Vallez: Eres un militante internacionalista, hablas varios idiomas, sueles realizar y compartir análisis de coyuntura de alcance mundial. En tu opinión, ¿en qué situación se encuentra hoy el proletariado internacional? Jorge Altamira: Hay un proceso contradictorio en la actualidad, porque en esta fase, a diferencia de lo que ocurría 10 años antes, movimientos revolucionarios muy importantes. Por ejemplo, todavía no se le ha hecho toda la justicia a las revoluciones árabes, que fueron implacablemente destruidas por toda las grandes potencias con la conciencia de que abría una fase de revolución mundial. Indudablemente tenía implicancias que iban mucho más lejos, como lo prueba el hecho de que en 2012 se produce un giro político enorme en Grecia, que no es el mundo árabe, o en Turquía, que tampoco es el mundo árabe, pero aunque pertenezca al espacio del viejo imperio otomano, representa una potencia que cabalga entre Europa y Asia, y lo más importante es que tiene un gran desarrollo político, en Turquía hay enormes movilizaciones. El otro aspecto lo tenemos en América Latina con el surgimiento de algunos movimientos que desde el punto de vista de masas son muy importantes, quizás el más importante de ellos es el chavismo, pero también tenemos el Argentinazo. Durante varios días en esta ciudad y en varias ciudades, como era verano, la gente salió a la calle hasta la madrugada en masa pidiendo la caída del gobierno. Se produce el derrocamiento de un gobierno electo y un sector importante que 54 Jorge Altamira participa en ese derrocamiento es el que lo eligió, el que dos años antes lo había votado. Por otro lado, en varios países europeos se nota un reflujo muy marcado. Por ejemplo, tomemos el caso de España, que tiene una gran irrupción popular con los indignados, en particular cuando este movimiento se vincula a la lucha contra los desalojos de la gente que no puede pagar sus alquileres o que no puede pagar la cuota de una vivienda que compró con hipoteca. Esto tiene todo un desarrollo. Pero, en España no ha habido todavía una señal poderosa de intervención del movimiento obrero. Entonces tenemos todo esto. ¿Todo esto que nos indica? Bueno, nos indica que el elemento motriz son los levantamientos y las luchas que se abren, y que más tarde o más temprano tendrán que arrastrar a sectores más rezagados, y no al revés, porque el cambio que hay respecto a la etapa precedente consiste en que, ante las manifestaciones descomunales de la crisis mundial, empiezan a haber reacciones y movilizaciones populares de mayor o menor intensidad. Algunos países que parecen no estar arrastrados por esta ola tienen episodios muy significativos que uno los tendría que interpretar como un prólogo, de mayor o menor magnitud. Por ejemplo, la lucha contra la reforma laboral en Francia que el nuevo gobierno intentará imponer ante el fracaso de gobiernos anteriores. Hay que seguir muy bien todo el proceso de la crisis política mundial porque de lo contrario se puede caer en el impresionismo, que consiste en decir: “Bueno, esto no dio resultado”. Como si los levantamientos populares, luchas, etc., produjeran resultados inmediatos, cuando en realidad esos resultados se van a producir como consecuencia de que estas derrotas y aprendizajes se transformen en iniciativas aun más poderosas. Esto nos introduce al panorama de América Latina, porque acá hay un fenómeno muy interesante que es el derrumbe de todos los acólitos del movimiento bolivariano. Entonces uno dice: “Bueno, han fracasado”. Indudablemente que han fracasado, pero son todos producto de una crisis mundial, no son producto subjetivo de un fracaso. 55 Descifrando el chavismo Mientras el viento comercial soplaba a favor aparecían como grandes epopeyas de la distribución del ingreso, y apenas eso se modificó, se cayeron. Es decir, el capitalismo no puede hurtarle el cuerpo a la responsabilidad que tiene en el hundimiento de estos gobiernos porque es directamente su producto, y no solo su producto, sino que tiene un gran temor por el derrumbe de estos gobiernos, porque no tiene asegurado que vaya a haber una salida de derecha. Y el último punto de esta crisis es lo que puede significar un fenómeno extraordinario que es la crisis en los Estados Unidos, porque desde el punto de vista social ha sufrido golpes muy grandes. Por ejemplo, la deuda estudiantil, no encuentran trabajo los que egresan y no pueden pagar las deudas que tienen. La política del gobierno de achicar el gasto social. El intento de liquidar un plan de salud que, aún con un costo importante para el pueblo, cubría a varios millones de personas. El tema es que hoy los países centrales son también un escenario de convulsiones políticas y sociales. Tenemos el caso de Gran Bretaña, que está atravesando un momento absolutamente catastrófico, en términos potenciales. Jesús Manuel Vallez: En el marco de esa caracterización internacional particularmente nos interesa tu opinión sobre Venezuela. En tus análisis es común encontrar posiciones muy detalladas respecto al acontecer venezolano. ¿Qué lugar ocupa Venezuela en el capitalismo mundial en la actualidad? Jorge Altamira: Antes quiero hacerte una aclaración, siempre sobre Venezuela: Nuestro interés sobre Venezuela es muy antiguo, no tiene que ver con lo que está ocurriendo ahora. Nosotros y un partido que se llama Causa-R fuimos la únicas dos fuerzas en toda América Latina que apoyaron el levantamiento de febrero de 1992, contra Carlos Andrés Pérez. Fidel Castro apoyó a Carlos Andrés Pérez, todos los gobiernos de América Latina y todos los partidos de izquierda apoyaron a Carlos Andrés Pérez, que fue presentado como un defensor de la democracia. Cuando se produjo el caracazo nosotros sacamos una tapa diciendo: “Se acaban los gobiernos patronales” y advertimos que se iniciaba una 56 Jorge Altamira nueva etapa, en el 89’. En 1992 se produce la insurrección de Chávez. ¿Cuál era nuestra posición? Nuestra posición no era apoyar un golpe, sino que ante el levantamiento de un sector militar, el hecho de que la población se volcara a la calle en su apoyo introducía un cambio significativo, estábamos junto a las masas que veían en la escisión del ejército una posibilidad de intervención. Al mismo tiempo, evidentemente, los sectores populares de Venezuela quedaron tremendamente impresionados por el hecho de que una parte del ejército estuviera con ellos. ¿Por qué? Porque ningún movimiento popular puede triunfar si en algún momento no se apodera de las armas. El pueblo venezolano vio que las armas no estaban en sus manos, ni se iban a apoderar, pero que quienes las tenían podían estar de lado de ellos. Eso fue un amor a primera vista. El chispazo que unió a Chávez con las masas. “Estos tienen las armas y están de nuestro lado”, era como tener las llaves de la caja fuerte. El lugar de Venezuela en la economía mundial es tremendamente importante porque es el cuarto o quinto país petrolero por producción y alega ser el primero en materia de reservas comprobadas. El papel del petróleo en la economía mundial es extraordinariamente importante, no ya por su condición de materia prima que tiene unos usos múltiples y derivados, sino también por el lugar que ocupa en el mercado financiero, porque de alguna manera los movimientos del petróleo en las bolsas mundiales determinan otros tipos de movimientos que potencian oscilaciones tremendas de precios. En muchas ocasiones, el dato más importante para medir la evolución de la economía mundial y las capacidades financieras, es el precio del petróleo. Venezuela tiene ese papel. Además integra la OPEP, que en algún momento jugó un papel regulador, que ya no lo juega más, o lo juega todavía, pero más a expensas de ellos mismos. Entonces, juega un papel importantísimo. Por ejemplo, todavía no se ha podido medir qué ocurriría si Venezuela quedara fuera del mercado petrolero. Por lo pronto, juega un papel importante para Estados Unidos porque le vende más de medio millón de barriles de crudo diarios, que sería aproximadamente 40% de la producción venezolana de petróleo, y todo un proceso, porque como no 57 Descifrando el chavismo hay refinerías adecuadas en Venezuela, parte de ese petróleo se refina en Estados. Entonces, el papel de Venezuela en la economía mundial es muy importante, y siempre ha sido objeto de una atención especial de parte del capital extranjero internacional. La importancia de Venezuela en el mercado petrolero mundial explica el chavismo. Esa es una razón directa. Explica el chavismo porque el chavismo surge ante la evidencia de que la enorme renta petrolera de Venezuela no beneficia en nada un desarrollo económico, ni beneficia nada levantar el nivel de vida de las masas, y eso quedó demostrado en forma flagrante por el gran aumento de los precios del petróleo durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez. Es decir, Venezuela vivió una experiencia completa de altos precios internacionales pero al servicio de nada, y por lo tanto no es un invento del chavismo la crítica al manejo de la economía petrolera por parte de las clases dominantes de Venezuela. Entonces el programa petrolero va a ser el eje programático del chavismo. Por ejemplo, poco antes del chavismo aparecieron varios estudios muy significativos por lo que querían transmitir, uno de Alí Rodríguez Araque, y otro de Bernard Mommer, que además era profesor en Estados Unidos y cosas por el estilo, con una explicación detallada del nuevo papel que podía jugar el Estado en el marco de una renta petrolera creciente, estudios que tenían por base la idea de que el petróleo iba a llegar a un pico, que no iba a poder seguir creciendo su producción, y que por lo tanto iba a haber un aumento constante de los precios. Lógicamente Chávez excluyó a Venezuela de esto porque decía que las reservas del Orinoco eran inagotables. Este es un error que Chávez comete como Perón, cuando pensó que el trigo tenía demanda infinita en Europa, hasta que, después de la segunda guerra mundial, Estados Unidos empezó a vender trigo a precios de dumping, y se terminó el gobierno peronista. Entonces este punto es muy importante. El otro punto importante es el siguiente: La conclusión del capital financiero internacional a la experiencia de Carlos Andrés Pérez en los 70’ era que PDVSA se tenía que internacionalizar, es decir, que tenía que transformarse en una empresa con múltiples inversiones en el exterior y por lo tanto trabajar para un grupo de accionistas privados, y que el Estado venezolano simplemente debía cobrar un impuesto sobre 58 Jorge Altamira algunas de estas riquezas, es decir, era partidario de extranjerizar la empresa petrolera, con el argumento de que extranjerizándola podía llegar a diversificarse en diferentes rubros y potenciarse, y eventualmente ir a Nigeria, es decir, transformar en una potencia económica a PDVSA, y darle algún impuesto al Estado venezolano. Eso se intentó hacer en Venezuela como se intentó acá en Argentina con la transformación de YPF en una sociedad anónima, con el objetivo de internacionalizarla. El choque político entre el chavismo y la oposición arranca desde este punto, arranca de la oposición de Chávez a internacionalizar la empresa y, por lo tanto, el choque que tiene con todo el ámbito gerencial, técnicos y ejecutivos de PDVSA tiene que ver con que están adscritos a ese tipo de política. Ahora, quiero hacer una aclaración para que quede registrada: Cuando Chávez sube, la renta petrolera es cero, porque el precio internacional del barril es de 10 dólares. ¿Y acá qué va a ocurrir? Que el primer gabinete de Chávez es un gabinete neoliberal, con una ministra de economía que se pone de acuerdo con el FMI, y el gobierno de Chávez lanza el decreto de apertura petrolera, es decir, invita al capital extranjero a venir a Venezuela dándole concesiones muy grandes. Yo tuve la oportunidad de conocer qué pensaban los obreros de Venezuela sobre esto en Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui, porque hablé con los compañeros de la refinería, que era una corriente clasista y en un momento de la conversación me dijeron: “Chávez vino a reprimirnos cuando nos opusimos a la apertura petrolera”. Con esto lo que quiero decir es que cuando la renta petrolera no aparecía, porque el precio del petróleo era bajo, el chavismo estaba dispuesto a gobernar en las condiciones que imponía ese nivel de austeridad. Jesús Manuel Vallez: ¿Entonces, en primera instancia, el chavismo viene a ser el protagonista del ajuste? Jorge Altamira: Si. Yo quiero dejarlo registrado porque pone más de manifiesto el oportunismo político del gobierno. ¿Qué se debe entender en relación a esto? Por ejemplo, nosotros somos anticapitalistas llueve, truene o relampaguee, y no que somos anticapitalistas cuando el precio de la soja en Argentina es alto. ¿Se entiende? Es un acomodo político lo 59 Descifrando el chavismo que hizo el chavismo. Luego, cuando vino el lock-out petrolero, el chavismo aparece en Venezuela como el defensor de la autonomía nacional y el defensor del ingreso nacional de Venezuela, es decir, en defensa de la parte que le toca a Venezuela en ese ingreso mundial, y en parte con fines de redistribución social. Ese sería el esquema políticoeconómico que plantea el chavismo. Jesús Manuel Vallez: En síntesis, ¿Cómo definirías al chavismo? Jorge Altamira: Es un nacionalismo petrolero, un nacionalismo rentístico. Ocurre lo siguiente: Cuando la renta petrolera es muy elevada eso significa que hay una gran oportunidad de explotarla en favor de industrialización del país. Puede transferir esa renta a las inversiones industriales, es decir, cualquiera que quiera instalar una industria puede contar con un precio del petróleo al costo de producción, lo cual le da una competencia extraordinaria con un capital exterior que tiene que comprar el petróleo en el mercado al precio internacional. Ahora, todo depende de los intereses que representa el gobierno, de la estructura social del país, y de hasta qué punto están dispuestos a chocar con unos intereses determinados para imponerse. El chavismo dijo: “No, tengo el petróleo a 100 dólares el barril, a mí no me mueve nadie del gobierno”. De manera que, es un gobierno nacionalista petrolero y nacionalista rentístico, lo cual quiere decir también que es un gobierno parasitario. Inclusive, siempre he señalado que los planes de vivienda del chavismo, que son los más amplios que haya habido en América Latina, tienen una falla definitiva que consiste en lo siguiente: Como son planes del Estado, financiados con la renta petrolera, se presenta el problema de que si el beneficiario recibe el título de propiedad y paga una cuota para transformarse definitivamente en propietario, lo que se está desarrollando es un gran mercado inmobiliario donde finalmente alguien concentrará tierras, edificios, etc., y volverán a vivir como pobres, la gente se quedará sin vivienda, porque con los salarios que tienen, en cierto momento van a estar obligados a vender lo que tienen. Si uno, en cambio, no les da la propiedad, el Estado es el dueño, y por 60 Jorge Altamira lo tanto la población se siente dependiente de cómo evolucione el Estado y los gobiernos, y se dan cuenta de que en definitiva no han conquistado absolutamente nada. Cuando hay un gobierno de trabajadores, se supone que el problema se resuelve porque todo el mundo se considera parte de ese gobierno, considera que las decisiones son colectivas y que a través de una práctica de años se establecerá firmemente la gestión colectiva en la conciencia popular. Ahora, el mismo plan de vivienda bajo el capitalismo se podría dar bajo la perspectiva de un gran desarrollo económico, un gran desarrollo laboral, altos ingresos en conceptos de salario, propiedad y desarrollo capitalista. En ese caso, todos tienen que pagar para tener la propiedad. ¿Se entiende? Es decir, los grandes planes de vivienda hechos por el Estado en la estructura capitalista están totalmente condicionados a la solvencia del proceso económico. Ese es un aspecto que nadie puso de manifiesto. Ahora, ¿qué dice ahora la oposición? “Vamos a escriturar todas las viviendas”. Le robó al chavismo el plan de vivienda, porque quienes ya la tienen y dicen: “Esto me lo dio Chávez y yo soy chavista porque nadie me dio lo que me dio Chávez”, ahora se dan cuenta de que quien se los va a escriturar son los escuálidos. Esto ocurrió muchas veces en América Latina. Quise tocar este tema como limitación del nacionalismo burgués porque un programa tan vital como la vivienda no se toca nunca, siempre se habla del petróleo y se dice: “Bueno, se hizo con fines redistribucionistas”, pero no se señala ni se advierten las contradicciones del redistribucionismo mismo. Jesús Manuel Vallez: Señalaste que el chavismo no industrializó porque le implicaba chocar con determinados intereses. ¿Pudieras ejemplificar esto? Jorge Altamira: Chocaba con los intereses establecidos. Por ejemplo, desarrollar una determinada industria en un país significa chocar con el monopolio que la industria internacional tiene en ese punto. ¿Sabés donde podés ver esto muy claramente? En lo siguiente: Cuba ha desarrollado investigaciones médicas muy importantes y sin embargo no lo puede comerciar en el mercado internacional porque no le reconocen la patente. Entonces, en cualquier proceso capitalista en 61 Descifrando el chavismo Cuba, Cuba va a tener que llegar a un contrato de patentes con un monopolio internacional. ¿Quién va un poquito más lejos que Cuba? China, porque es un país mucho más fuerte, pero sigue la industria farmacéutica sólidamente en manos del capital internacional. Es un ejemplo para ilustrar. El intento de China de quebrar esos límites es un factor de guerra para EEUU y la UE. Se puede hablar de la industrialización como un concepto técnico. Evidentemente hoy el problema de la industrialización plantea una escala que no se planteaba en el pasado, porque el mercado mundial está copado, etc. Entonces, tiene que haber una política para América Latina. Por eso siempre se planteó el problema de la unidad de América Latina, la unificación de fuerzas. Chávez en ese sentido entregó todo porque por muy bolivariano que sea, partidario de Bolívar, esto y lo otro, no nos olvidemos que hizo compromisos con gobiernos capitalistas que figuraban como de izquierda. Ecuador no se industrializó a pesar de que tiene un economista como Correa, que a lo mejor sabía algo. No pasó nada. Apoyaba a Lula que aplicó planes del FMI, que estaba al servicio de los capitales extranjeros, que impulsaba los negocios de Oderbrecht en Venezuela. Venezuela fue el paraíso en la época del barril alto para los italianos que participaron en la construcción del ferrocarril que va desde Caracas hasta Aragua. Los capitales internacionales hicieron un botín con el presupuesto bolivariano. Y no hay nada. No hay asociación de ningún tipo. China no pudo llegar a un acuerdo con los alemanes para construir ferrocarriles porque les pidió que, al cabo de cuatro años, le dieran la patente técnica. Los alemanes dijeron que no, entonces los chinos decidieron construirlos solos. Jesús Manuel Vallez: ¿Entonces la posibilidad de cada país de América Latina de competir en el mercado mundial tiene que ver con la posibilidad de la unidad latinoamericana? Jorge Altamira: No, ese es un desafío. Nuestro razonamiento como trotskistas que somos procede de la siguiente manera: Nosotros tenemos una tarea histórica que hacer sobre la industrialización. En 62 Jorge Altamira estos momentos la industrialización, como se dio en Estados Unidos, no se puede hacer sino es a la escala de América Latina. Pero para hacer está industrialización a escala de América Latina, ¿podemos recurrir a la burguesía latinoamericana como recurrió Estado Unidos a la burguesía norteamericana? No, porque la burguesía latinoamericana está enganchada y asociada al capital norteamericano. Entonces hay que hacer la revolución socialista. Ahora, la revolución socialista no se hace para competir en el mercado mundial. La revolución socialista es una revolución internacional. ¿Ves cómo procedemos? Nosotros arrancamos de la historia y al desenvolver los problemas en esta etapa de la historia mostramos que lo que fueron los métodos históricos de la burguesía, obligan a poner al frente a los trabajadores, y naturalmente los trabajadores no te van a hacer una revolución socialista para que en el mercado de Rotterdam los productos argentinos tengan una mejor posición. Digo esto en tono irónico. Jesús Manuel Vallez: Siguiendo el análisis sobre Venezuela, quisiéramos saber en tu opinión ¿Qué significó el chavismo para las clases sociales venezolanas? Jorge Altamira: En primer lugar vamos por la positiva. En realidad el chavismo conmovió mucho a las masas por lo que significaba potencialmente y, al mismo tiempo, por las cosas que de una forma u otra iban haciendo. Por ejemplo, yo recuerdo ver cómo me impactaba algunas veces ver por televisión a gente sencilla del pueblo que sabía a cuanto estaba el West Texas de ese día en el mercado mundial. Una cosa increíble. Quiero decir, se habían metido totalmente en la economía petrolera, trataban de entender porque comprendían que todo lo que estaba pasando tenía que ver con quién era dueño de la riqueza del país. Una revolución impresionante en la cabeza de la gente. Después los trabajadores también salieron en el golpe de abril de 2002, que si no hubiera sido por la intervención popular habría triunfado. Evidentemente ahí la derecha creyó que nada había cambiado, en lugar de moderar y mediar sus planteos los llevó al extremo, y probablemente un sector del ejercito ya tenía la conclusión de que la caída del chavismo en un plazo determinado podía provocar una guerra civil. 63 Descifrando el chavismo Entonces, ahí Baduel, que era un jefe de paracaidistas, se puso contra el golpe. Ahora, como todo movimiento militar y nacionalista, el chavismo es un movimiento de regimentación de la clase obrera, sindicatos, etc. Cuando lanzó la lucha contra la CTV, y dijo que era “una burocracia podrida, entreguista” y todo lo demás, lo hizo en función de consagrar un aparato propio y encargó esa tarea a un exmorenista en el ministerio de Trabajo, alguien a quien finalmente terminó echando a raíz de un conflicto con SIDOR. Entonces, es un movimiento verticalista de someter a la clase obrera completamente a la regimentación del Estado. Los sectores chavistas de la izquierda formaron la UNETE creyendo que ellos iban a ser la central sindical independiente bajo tutela del chavismo, pero no se aceptó. Había divergencias, había una mujer, Marcela Maspero, que era el ala derecha, que ahora está con la MUD. Bueno, en ese momento fracasaron rotundamente porque el chavismo no quería soltar presa. Luego, el gobierno empezó tener dificultades. Por ejemplo, justo antes de nacionalizar SIDOR hubo un conflicto que precisamente precipitó la nacionalización, donde mandaron a la guardia nacional a reprimir y fracasaron. Entonces, Chávez después de que fracasó, echó al ministro de Trabajo, y el 1ro de mayo en el teatro Teresa Carreño de Caracas convocó a toda la izquierda y les empezó a hablar de Rosa Luxemburgo, de Trotsky, de Lenin, es decir, siempre maniobrando para tener regimentados a los sindicatos, y cuando no los tiene regimentados les desconoce los convenios colectivos, es decir, en una palabra, es un freno, este es el lado reaccionario del nacionalismo. El que no quiera ver el lado reaccionario del nacionalismo está perdido en la clase obrera. Hay quien diría: “Pero mira, la redistribución”. Una redistribución es contingente, lo que no es contingente es la perdida de independencia de la clase obrera. Entonces esa gente exalta lo contingente. Acá también los kirchneristas: “Pero que buena Cristina, ¿qué presidente le dio la mano a un obrero?” Pero está sometiendo los sindicatos. Mirá el enorme nivel de desorientación y de quiebra que el chavismo ha producido, naturalmente con la ayuda de toda la izquierda venezolana 64 Jorge Altamira que nunca advirtió los problemas que gobiernos como el chavista significan para la clase obrera, algo que para nosotros acá en Argentina es una obsesión. Acá no hay lechón ni premio sorpresa que nos haga distraer de la tarea de evitar que un obrero caiga bajo la sujeción política de la burguesía, de los nacionalistas y de los charlatanes. Si perdemos en ese terreno, nos despedimos, vendrá otra generación a hacer el trabajo que no hemos sabido hacer. Este aspecto es absolutamente fundamental. Chávez ha llegado a extremos demagógicos. Por ejemplo, acá varios compraron la idea de la V° Internacional. Bueno, si querés podés llevarte mi discurso en el congreso de la UJS que tuvo lugar 24 horas después que Chávez proclamara la V° Internacional, donde yo denuncie la V° Internacional de Chávez como una mascarada para hacerle creer a toda la izquierda que se podía marchar en común con el chavismo. Jesús Manuel Vallez: Precisamente una parte muy importante de la izquierda mundial resalta que el legado más importante del chavismo a nivel internacional fue poner nuevamente la palabra socialismo en boca de todos. ¿Cuál es tu opinión al respecto? Jorge Altamira: Bueno, ¿y Nasser, con el socialismo en Arabia? Ya Lenin advirtió en 1921: “Cuidado con los movimientos nacionalistas que dicen que son todos socialistas”. Todos dicen ser socialistas. Acá en Argentina, el socialismo nacional y la patria socialista. ¿Entonces Perón puso en boga el socialismo? No, lo que puso en boga Chávez es el socialismo del siglo XXI, y eso es perjudicial porque es un repudio a la Revolución de Octubre, e incluso a la revolución cubana: “No vamos a hacer lo de Cuba”. El antecedente a esto son los hermanos Ortega con la revolución sandinista. Entonces, el socialismo del siglo XXI es lo más reaccionario del chavismo, porque es el repudio, por un lado, a la Revolución de Octubre, que es la matriz revolucionaria de la época y, en segundo lugar, es un repudio a aquellas revoluciones que deformadamente buscaron inspirarse en la Revolución de Octubre desde el punto de vista de las transformaciones económicas y sociales. 65 Descifrando el chavismo Jesús Manuel Vallez: Después de 18 años, ¿qué balance puede hacerse del chavismo? ¿qué escenario deja el chavismo? Jorge Altamira: No, ahora el chavismo no existe más. Ahora está el sector de Maduro, Diosdado Cabello y todo lo demás, que es una vergüenza, una corriente totalmente militarizada. Está pagando la deuda externa, está intentando rematar, en principio, en beneficio de Rosneft, una parte del Orinoco para conseguir dinero, está rematando lo que ustedes llaman allá el “arco minero” y además está haciendo negociados de todo tipo. Esto es reaccionario, y se demuestra cuando recurre a la militarización y al aparato militar. Cuando vos tenés un enfrentamiento entre un sector progresista y un sector reaccionario, se plantea una lucha política y la neutralización de la derecha a través, en primer lugar, de un debate político. Vi a Chávez haciendo esto cuando ya tenía cáncer, en su última campaña electoral, e hizo algo que ningún chavista es capaz de hacer: En un acto público, se veía que era un hombre enfermo, agarró el programa de la MUD y lo hizo pelotas. Fue una crítica impresionante, de alto nivel intelectual. Era un combate político. El tipo antes de morir dio su ultimo combate político, y ahí él denuncia, el planteamiento petrolero de Capriles, y lo lee, no es que lo acusa y le dice: “Tu, pitiyankee”. No, el lee lo que Capriles puso en el programa y lo hace pelotas. Fue un programa de televisión de Telesur, inolvidable. Jesús Manuel Vallez: ¿Cuáles serían las diferencias de fondo entre el programa petrolero de Capriles y el de Chávez? Jorge Altamira: La diferencia de fondo es que PDVSA tiene el control de todas las operaciones, ella es la exportadora. Capriles es partidario de la internacionalización del petróleo, el viejo programa del 2002, ahora, que después les cueste aplicarlo como a Macri le cuesta aplicar tantas cosas es otra historia. Ahora, ojo que Maduro está negociando con Rosneft la abolición del monopolio estatal de la exportación por parte de PDVSA y la entrega de la dirección operacional de los yacimientos. Eso fue lo primero que hizo Temer cuando derrocó a 66 Jorge Altamira Dilma Rousseff, porque el monopolio era de Petrobras y ahora no lo es más. Jesús Manuel Vallez: ¿Estarías marcando allí una diferencia entre Chávez y Maduro, una diferencia en la política petrolera? Jorge Altamira: No, porque no sé qué haría Chávez ante esta crisis. Chávez cometió torpezas. Chávez hizo cosas peores que Maduro. Chávez pagó las importaciones de Venezuela con títulos públicos, como no quería dar los dólares les daba títulos públicos, entonces los importadores vendían los títulos en Nueva York y con los dólares importaba, es decir, para importar creó una deuda externa impagable. Eso lo conozco yo porque lo discutí una vez estando en Caracas, creo que te lo comenté alguna vez. Dije: “Pero esto es una cosa demencial”. Si Chávez podía hacer una cosa tan demencial para defender el control de cambios, pagar las importaciones con títulos de la deuda externa, si podía hacer eso, podía hacer cualquier cosa demencial. Otra cosa, Chávez hizo la nacionalización de SIDOR. Yo estuve allí. SIDOR tenía un pasivo oculto enorme, y Chávez no lo puso de manifiesto. Era un pasivo oculto por deuda provisionales con los trabajadores y muchas otras cosas. Por lo tanto, se quedó con todo el pasivo oculto más la indemnización. Chávez nacionalizó Verizon a un valor superior a su cotización en la bolsa de Caracas. “¡Le sobraba la plata!”. No sé cómo actuaría ahora, porque es otra estatura de personalidad de Maduro, es otra cosa, él es el creador del movimiento, pero fue algo absurdo lo que hizo. Como Macri, que paga con títulos de deuda externa, porque es gente que está convencida que la deuda externa no se paga nunca, que se refinancia y se refinancia, porque se da cuenta que la escala de endeudamiento en que está cayendo a nivel mundial es impagable. “Si todo el mundo se endeuda a nivel que no va a poder pagar- dice Macri como capitalista - ¿yo me voy a perder el negociado de meterme en la deuda externa cuando nadie va a pagarla?”. Jesús Manuel Vallez: Ahora, desde 2014 Venezuela enfrenta una caída de los precios petroleros que la ha sumido en una profunda crisis. El gobierno chavista ha difundido la tesis de que se trata de una guerra 67 Descifrando el chavismo económica, una conspiración internacional para derrocarlo. ¿Cuál es tu opinión acerca de esto? Jorge Altamira: Intento ya no llamar chavistas a Maduro y compañía. En un artículo que escribí recientemente evité en todo momento poner la palabra “chavistas” al lado de Maduro, porque el chavismo fue un gobierno bonapartista plebiscitario, cada vez que había problemas llamaba a elecciones, y si la contra quería elecciones le daba tres elecciones, éste en cambio no quiere elecciones para nada. Hay un cambio de régimen muy importante, es decir, de un gobierno que se apoya constantemente en el referendo a un gobierno que esquiva cualquier tipo de referendo. Los dos son bonapartistas, pero uno tenía como red de seguridad un gran apoyo popular, y otro no. En algunos momentos esta gente, la gente de Maduro, decía: “Bueno, hay una guerra económica porque la caída del precio del petróleo está inducida”, con lo cual la guerra económica sería una guerra internacional, no contra Venezuela. ¿Por qué inducida? Por el desarrollo del shale oil y el shale gas en Estados Unidos. En ese sentido, hay una guerra. Absolutamente. Jesús Manuel Vallez: ¿No tiene que ver todo este proceso con el momento actual de la acumulación de capital mundial? Jorge Altamira: ¿Sabés que ocurre? Separar la competencia capitalista de los intentos de destrucción y adjudicársela a una “acumulación de capital” en abstracto, es complejo. Obviamente que es una acumulación de capital. De todos modos, aun siendo acumulación de capital es una acumulación de capital inducida por el Estado, que ha reducido la tasa de interés a cero, financiando el shale. Jesús Manuel Vallez: ¿Por Estados Unidos? Jorge Altamira: Claro, por la baja de la tasa de interés. Si vos te podés endeudar al 1%, el nivel de deuda compensa la baja ganancia industrial operativa. ¿Por qué? Porque yo no pongo capital, yo uso capital de otro. ¿Cuánto pago por lo otro? 1%, 1,5%. Me largo a producir esto que no me da gran ganancia, pero tampoco puse capital. No me da gran 68 Jorge Altamira ganancia desde el punto de vista operativo, pero la ganancia desde el punto de vista del capital que puse es fabulosa. Si yo tengo 100 de capital y 2000 millones de préstamo, después yo calculo todo lo que gano no en relación al préstamo sino a mi capital, entonces es fabulosa. La condición es que los préstamos sean baratos. Si no hubiera habido la caída de la tasa de interés provocada por el banco central norteamericano, que probablemente era en parte para financiar el shale oil, nunca hubiera habido shale oil en Estados Unidos. Jesús Manuel Vallez: Habría entonces una unidad entre lo económico y lo político. Sin embargo, el gobierno atribuye esta situación a una conspiración premeditada en contra suya que toma esa forma. Jorge Altamira: Vamos en orden. En primer lugar hay un elemento de guerra económica porque todo proceso de acumulación capitalista supone una competencia. Como vos tenés que analizar al capitalismo en orden, hay una parte en que te detenés en la acumulación capitalista y dejás de lado todo lo demás para entender bien cómo funciona la acumulación capitalista. Cuando vos después juntás todos los elementos de la economía, porque ya esclareciste esto, vos ves que ese proceso de acumulación capitalista es un proceso de guerra comercial, de guerra militar y de todo tipo de guerra. Con el petróleo más que en ningún otro caso. Finalmente Estados Unidos tiene tropas y gobierna Estados en el Medio Oriente que son importantes desde el punto de vista petrolero. Por ejemplo, a Irán le ha prohibido vender petróleo por el litigio sobre la cuestión nuclear, pero después que liberó la cuestión nuclear lo dejó, y ahora Total está invirtiendo en gran escala en Irán. El imperialismo no se puede discutir sin los Estados porque una fase imperialista supone un desarrollo estatal capaz de asegurar los intereses de la fase imperialista. No puede quedar liberado el mercado. Es decir, es un fenómeno de dominación, lo cual significa la intervención del Estado. Entonces, en primer lugar, desde el punto de vista internacional está esta guerra, que Chávez o quien sea no la previeron, consideraron que el mercado internacional iba a estar permanentemente en ascenso, por eso esa jactancia con las reservas petroleras. Las reservas petroleras 69 Descifrando el chavismo valen lo que vale el precio del barril en el mercado mundial; el valor de uso es otra cosa. En segundo lugar, está la reacción del gobierno, las políticas que adopta, porque tiene que pagar la deuda y PDVSA está muy endeudada, recurriendo cada vez más a contratistas como Halliburton y Schlumberger. Eso no se puede ignorar. Vos lo que querés es una empresa tecnológicamente integral. Por ejemplo, acá YPF cuando era estatal ella llevaba adelante todos los procesos tecnológicos. Cuando aparece la división o la separación de procesos tecnológicos, las compañías petroleras estatales asumen grandes deudas con esas empresas. Las empresas estatales se convierten en funcionales a la acumulación del capital privado. Es decir, se crea todo un cuadro de vulnerabilidad económica que, ante un desbarajuste, facilita una guerra comercial. El más importante, entre otros, es la emisión monetaria de Venezuela. La emisión es infernal. ¿Por qué? Porque como los recursos del petróleo ya no alcanzan para financiar nada, están financiando con el banco central. El otro día leí que Venezuela no tiene planta impresora de billetes, entonces no van a poder emitir dinero, porque como se vino abajo el comercio internacional no le pueden pagar a los que van a entregar los billetes ¿Querés que te diga una cosa? Esto es una crisis perfecta. Jesús Manuel Vallez: Lo que tú llamas guerra económica tiene que ver con la posibilidad directa de obtener ganancias. Sin embargo, el gobierno señala que el objetivo primordial de todas estas acciones apuntaría a derrocarlo. Jorge Altamira: Si, en algún momento tiene el efecto de derrocarlo, en algún momento van a tener esa intención. Pero te hago una observación: Si bien no podría dejar de comprarle petróleo, porque esa medida sería una medida gravísima, Trump podría dejar de comprar petróleo refinado. ¿Por qué? Porque dejar de comprarle petróleo a Venezuela es meterte un tiro en la cabeza, pero el refinado no, el refinado podés comprárselo a cualquier otro. Entonces, indudablemente que los otros hacen guerra económica, pero cuando uno ve que sacrifica 70 Jorge Altamira todo el régimen interno para pagar la deuda, es evidente que el principal factor de guerra económica contra Venezuela es el gobierno. El gobierno le está haciendo guerra económica a Venezuela, y los demás lo siguen, porque esta es una guerra económica del gobierno. A ver: ¿Es guerra económica o no imprimir constantemente billetes con una inflación de 1000% anual? Jesús Manuel Vallez: Según ese planteo el principal afectado de la guerra económica no sería el gobierno sino la propia clase obrera. Jorge Altamira: Todas las masas populares, no solo la clase obrera, cualquier clase media independiente que no tiene ajustes de ingresos. Cada cuanto hay ajustes salariales, pero un ambulante no tiene esos ajustes y probablemente esté más empobrecido que los otros. Ahora, el hecho de que haya un sector que todavía apoya al gobierno o que por lo menos no se abandera con la oposición demuestra la conciencia popular de lo que sería un gobierno de la derecha. Jesús Manuel Vallez: Aparte de ese sector de la población que mencionas, ¿qué otros factores crees tú que sostienen a Maduro en el poder? Jorge Altamira: El ejército. Las fuerzas armadas a muerte. Y están en una trampa cada vez mayor porque podían haber jugado un rol de mediación. Hay dos ejemplos: El alto mando militar de Polonia y el alto mando militar del ejército sandinista conservaron sus posiciones cuando la oposición pasó al gobierno. Jaruzelski dio un golpe de Estado en Polonia en 1980 y armó una transición para que los anticomunistas llegaran al gobierno, en un acuerdo con el Vaticano, preservando al alto mando militar que a partir de ese momento se convirtió en el alto mando militar que respaldaba la restauración capitalista. Ortega, en el gobierno de Violeta Chamorro siguió siendo el jefe de los sandinistas, y ahora reprimía campesinos, yo lo denuncie en La Habana y se armó un quilombo bárbaro. El chavismo podía haber hecho lo mismo, pero las fuerzas armadas, por razones de inseguridad, por la idea de que un sector de la oposición una vez que llegara al acuerdo lo podía violentar, 71 Descifrando el chavismo las fuerzas armadas se han abroquelado. Por ejemplo, es una certeza que Maduro ofreció levantar la constituyente si la oposición aceptaba elecciones regionales. Después de la constituyente hay otra negociación, que es convocar a las elecciones regionales con la constituyente en funciones, como un acuerdo. Hay sectores de la oposición que dicen que sí, pero ayer escuche a Machado decir: “De ninguna manera”. Entonces, hay un sector de la oligarquía venezolana que quiere barrer con el alto mando y abroquela a la fuerza armada. Eso está muy claro. Como no hay garantía de quién es la oposición, el ejército no puede moverse. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué motivan esos matices en la oposición de derecha? Jorge Altamira: La idea, que acá ocurrió con Perón, de que el chavismo va seguir siendo una potencia por las posiciones que va a conservar en una transición, y que, por lo tanto, no van a poder llevar sus planes a fondo, y que, por lo tanto, después vuelve el chavismo. Jesús Manuel Vallez: ¿Tiene el chavismo posibilidad de volver al poder y de configurarse como una expresión política histórica similar al peronismo acá en Argentina? Jorge Altamira: Ocurre lo siguiente: ¿Por qué sobrevive el peronismo? El peronismo sobrevive porque la resistencia popular a los gobiernos post-peronistas, por razones económicas, sociales, y de todo tipo, se embanderan con el peronismo. Cuando eso se empezó a agotar, se produjo el estallido del Cordobazo y el peronismo estaba fuera de eso. Entonces las fuerzas armadas armaron un retorno del peronismo para evitar un castrismo en la Argentina. ¿Qué va a pasar después con el chavismo? No sé, el deterioro que tiene hoy el chavismo no lo le tenía el peronismo en el momento que cayó Perón. Jesús Manuel Vallez: Sin embargo, hay una corriente que se hace llamar “chavismo crítico” que plantea que habrían diferencias de fondo entre Chávez y Maduro. ¿Qué opinas en relación a esto? 72 Jorge Altamira Jorge Altamira: Tenés al chavismo duro y al chavismo crítico. El chavismo duro será duro porque se le habrán esclerotizado los músculos, porque de duro no tiene nada. Ahora, el chavismo crítico lo que está buscando es un compromiso con la derecha, retroceder hasta posiciones pre-chavistas. Pero en la última campaña electoral, Capriles dijo que se iban a respetar todos los programas sociales. La intención del ala derecha de la MUD no es mantener esos programas, en el caso de la vivienda van a hacer lo de Macri, tratar de recrear el mercado inmobiliario. Un país petrolero es el país ideal para la especulación inmobiliaria, la guita no hay donde meterla y entonces la reciclan en una gran especulación inmobiliaria, turismo, hoteles. Fíjate que casi todos los países petroleros son también turísticamente atractivos, inclusive aquellos que no tienen ningún atractivo porque son desiertos, pero se terminan transformando en atractivos por el desarrollo inmobiliario y todo lo demás. Jesús Manuel Vallez: En 2017, tras el desconocimiento de la Asamblea Nacional por parte del gobierno de Maduro, se han suscitado importante movilizaciones. Por un lado, hay quienes caracterizan estas protestas como expresiones fascistas de la derecha. Por el otro, hay quienes asumen que hay una rebelión popular en ascenso. ¿Cuál es tu opinión al respecto? Jorge Altamira: Acá hubo algo parecido en el año 2008. Entonces yo hablaba del respaldo popular a las oligarquías, o sea que puede haber respaldo popular reaccionario. Entonces me atacaban diciendo: “Estás a favor de la derecha”. No, la denunciaba. Pero una cosa es una derecha minoritaria y otra es una derecha que concita un interés popular. ¿Se entiende? Inclusive una vez di una charla en algún lugar de la provincia y me di cuenta que había obreros que apoyaban la movilización de la derecha contra Cristina Kirchner en el conflicto agrario. Acá en la Argentina, el movimiento popular contra Perón antes que él subiera era intensísimo. Después se demostró que el de Perón era más intenso. Entonces, puede haber movimientos populares que apoyen a la derecha. En Bolivia, una revolución popular en 1946, colgó al presidente de la 73 Descifrando el chavismo república y estableció el gobierno más oligárquico de la historia de Bolivia. ¿Me explico? Es decir, se pueden dar estas combinaciones. Jesús Manuel Vallez: ¿En tu opinión las movilizaciones de 2017 en Venezuela tienen una naturaleza de derecha? Jorge Altamira: Si, por supuesto. Eso lo determina la dirección. ¿Quién es la dirección? ¿Se moviliza la gente detrás de qué orientación? De una orientación de derecha. Jesús Manuel Vallez: ¿Pese a que muchos se movilicen por hambre? Jorge Altamira: Claro, por eso es popular. Vamos a tomar un ejemplo concreto: Acá en el mes de febrero de 1976 creo que no trabajó nadie en todo el mes, pero un día se declaró lo mismo que la MUD, se declaró lock-out, y fue cumplido totalmente, por la desorganización de Isabel Perón. Estaban pidiendo un golpe. Bueno, probablemente los que estaban en contra del golpe militar eran mayoría, pero sin ninguna orientación, veían que el gobierno se agotaba, que ellos no eran capaz de ofrecer ninguna alternativa, que los montoneros no eran nada, que los otros no eran nada. Por otro lado, había otro sector que tenía una dirección, que estaba impulsado por los grandes grupos empresariales para terminar con el caos peronista. Lo que mueve la balanza es la consistencia de los movimientos, no el número. Cuando algo es inconsistente, el número no tiene ninguna importancia. En un momento de crisis, la clave es la determinación. El que haya participación popular no indica que no sea reaccionario y tampoco indica que sea fascista, para que sea fascista tiene que haber una orientación de hacerle una guerra civil a la clase obrera y, en realidad, hasta cierto punto lo que quiere hacer la oposición es ganarse a la clase obrera para que se rebele también contra el gobierno. Además la derecha está dividida, y es obvio que su división se ha convertido en un dato crucial de la situación política. El juego está ahí. Alguien del sector menos de derecha de la oposición y alguien del chavismo van a tener que dar un paso de ruptura con los demás para encontrar una salida, con lo cual la crisis va a seguir en otro plano. Si se llegan a 74 Jorge Altamira juntar para una salida, habría dos oposiciones a la nueva alianza. Lo cual quiere decir que para un partido revolucionario que se construya hay todo un desarrollo por delante. No es que la película se termina a los cinco minutos. Jesús Manuel Vallez: En ese contexto, ¿qué futuro ves para la clase obrera venezolana en lo inmediato? Jorge Altamira: Yo siempre tuve la impresión de que la clase obrera venezolana estaba ideológicamente a la izquierda, inclusive hay dirigentes de izquierda que son dirigentes de sindicatos, pero no veo que ningún sector de izquierda trabaje en una línea de ofrecer una alternativa obrera y una alternativa socialista. Ahí tenés a este Partido Socialismo y Libertad, que dice que está contra la derecha pero llama a juntarse con las rebeliones de la derecha para derrocar al gobierno y lanza la consigna de derrocamiento del gobierno. Inclusive diría que Izquierda Socialista, que está en nuestro FIT, está con el ala dura, con el ala que en Venezuela llaman fascista, con el ala que encabeza Leopoldo López, que es la que pone: “Derroquemos a Maduro”, como condición inexcusable. Yo subrayo esto porque son contradicciones insuperables del FIT. Jesús Manuel Vallez: Hay quienes critican la falta de posición del FIT en su conjunto respecto a Venezuela y quienes señalan la falta de una posición contundente del Partido Obrero. Jorge Altamira: No, nosotros tenemos una posición muy clara: Estamos ante una tremenda crisis y estamos en contra de una salida de derecha. Nosotros no podemos plantear ningún derrocamiento de nadie. En primer lugar porque el derrocamiento de Maduro es la victoria de la derecha, y nosotros no podemos derrocar a nadie, y en Venezuela no hay nadie de izquierda que pueda derrocar a nadie. No es que estemos de acuerdo con Maduro, es un gobierno reaccionario y no apoyamos su represión, esa represión que para los compañeros de Opción Obrera o para la nacionalistas de acá demuestra que el chavismo resiste, no resiste nada, una represión militarizada es simplemente cavar la tumba. 75 Descifrando el chavismo Jesús Manuel Vallez: ¿Por qué no ha surgido la organización política que sea portadora de los intereses de la clase obrera venezolana? Jorge Altamira: Es algo que habría que estudiar a profundidad. Lo único que te puedo decir con absoluta claridad es esto: La izquierda morenista, que es el PSL y Marea Socialista, fueron chavistas. Lo tengo a Chirinos delante de mis ojos diciendo que en Venezuela vivía una revolución, es decir, que él consideraba una revolución a un proceso dirigido por Chávez, eso es chavismo. Han pasado de eso al bando contrario. Marea Socialista ahora se rompió, tuvo dos rupturas, pero durante mucho tiempo apoyó de forma irrestricta al chavismo y no hizo nada para construir una alternativa obrera. Después cuando vienen elecciones estos grupos hacen las alianzas más variadas, incluso con la derecha. Entonces, vos te das cuenta que no hay ningún rumbo estratégico, es decir, la izquierda no tiene ningún rumbo estratégico, no solo en Venezuela, pero en Venezuela se vive intensamente por la situación que hay. En Venezuela nadie tiene una posición que marque un curso independiente, y luego nos dicen: “Bueno, pero ustedes no son concretos”. Nadie es concreto en Venezuela. Nadie es concreto, en eso consiste toda la crisis. Por ejemplo, este convoca una constituyente y el día anterior la iba a parar en una negociación de mediación. El otro dice: “Se tiene que ir Maduro”. Y ahora dice que no, que puede seguir Maduro pero que hagan las elecciones regionales. Entonces, ¿quién es concreto? ¿Cuál es la solución que funciona como salida en Venezuela? Nadie. En eso consiste todo. Por lo tanto, la nuestra es una solución tan válida como las demás: organizar un partido obrero, unir a la izquierda revolucionaria y a los sindicatos combativos, preparar una alternativa obrera y socialista. Algunos dirán: “Es abstracto”. Bueno, López es abstracto porque dice que quiere derrocar a Maduro pero sus aliados no lo quieren derrocar. Jesús Manuel Vallez: ¿Ves factible el surgimiento de esa organización política de la clase obrera venezolana? 76 Jorge Altamira Jorge Altamira: Soy escéptico. Creo que está en un estado calamitoso, La experiencia popular se va a hacer más difícil. Jesús Manuel Vallez: Si tú estuvieras en Venezuela, ¿por dónde empezarías? Jorge Altamira: Siempre empiezo con un periódico. Jesús Manuel Vallez: ¿Entonces en tu opinión es un problema de voluntad? Jorge Altamira: De programa. Primero, de programa ¿A dónde diablos quieren ir? ¿Cómo se caracteriza la situación y cómo se plantan? Una vez que se define eso hay que empezar a actuar. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué lineamientos generales colocarías tú en ese programa? Jorge Altamira: Bueno, que efectivamente hay un ataque de la derecha contra un gobierno en estado terminal. Quiero decir, no se puede defender una cosa que se acabó, pero ante una cosa que se acabó hay dos rivalidades: la derecha y la izquierda: Defiendo una posición de izquierda, un gobierno de los trabajadores, y convocamos luchar contra la derecha con una posición socialista y métodos revolucionarios. Jesús Manuel Vallez: ¿Crees en el estado terminal del gobierno a pesar de la constituyente? Jorge Altamira: Si, porque el país se viene abajo. Cuando un país se viene abajo no hay constituyente que valga, salvo que el objetivo de la constituyente sea organizar el control obrero del país para superar la crisis del desabastecimiento, tomar medidas sobre la deuda y toda una serie de medidas de ese tipo, medidas prácticas. Jesús Manuel Vallez: ¿Y si las fuerzas armadas cierran filas con el gobierno y a partir de ahí se sostiene indefinidamente en el poder? Jorge Altamira: Es muy difícil imaginar eso, porque por ejemplo hoy en la mañana escuché en una radio que ya vinieron más de 20.000 77 Descifrando el chavismo venezolanos a la Argentina, que es un país alejado. Quiero decir, es una situación de derrumbe. Además se ha transformado en un problema internacional. Jesús Manuel Vallez: Bueno, el capital petrolero trasnacional sigue apoyando al gobierno… Jorge Altamira: Hay otro tema que yo advertí recientemente en un artículo. Ahora se desató una guerra de tipo económica, muy importante, y muy sutil también, con la decisión del congreso norteamericano de sancionar a Rusia. Eso ha provocado una reacción de Europa y provocó que también la expulsión de diplomáticos rusos. Ya hay varios observadores internacionales que dicen que Venezuela entró en el paquete, porque alguna medida Trump va a tomar contra Venezuela, y Rusia está instalada en Venezuela. Es decir, en poco tiempo más ingresa en forma directa en la disputa internacional. En ese artículo digo: “Venezuela es definitivamente un problema internacional”. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué mensaje dejas a la clase obrera venezolana y en particular a quienes se interesan por estos temas? Jorge Altamira: Si quieren una salida obrera y socialista que se junten, hagan un plenario o un congreso y saquen un manifiesto con las medidas a tomar para terminar con la crisis: deuda externa, petróleo, distribución de la economía, control de las grandes empresas, todo. Que lo planteen y hagan una campaña. Pero no pueden identificarse con Maduro, de ninguna manera, porque es él quien está hundiendo al país. Fíjate vos nuestro análisis: Decimos que Maduro está hundiendo al país y fijamos como enemigo principal a la derecha, sin ningún apoyo a Maduro. ***** Al finalizar la conversación, Jorge me entregó la versión más reciente de Prensa Obrera. Me pidió que le enviara a su correo cualquier información que considerara relevante sobre Venezuela. 78 Jorge Altamira Por mi parte, volví a darle las gracias por la oportunidad de la entrevista. Procedimos a despedirnos, acordando vernos en cualquier otro momento, cuando lo permitan las circunstancias. 79 79 Miguel Sorans MIGUEL SORANS ________________ 80 Descifrando el chavismo 81 Miguel Sorans Miguel Sorans Jueves, 3 de agosto de 2017 Conocí a Miguel Sorans en Maracay, en 2015, en una de sus acostumbradas visitas a Venezuela. Miguel es uno de los dirigentes de la UIT-CI (Unión Internacional de los Trabajadores - Cuarta Internacional), una organización internacional de la cual forma parte el Partido Socialismo y Libertad (PSL), la agrupación trotskista más grande de Venezuela. En esa oportunidad, Sorans daría una charla con su caracterización de la situación mundial, deteniéndose con énfasis en los escenarios de Argentina y Venezuela. Al finalizar su exposición, tuve la oportunidad de compartir con él más en detalle, preguntándole su opinión sobre diferentes asuntos históricos. Miguel Sorans es parte, junto a su organización, de una vertiente trotskista conocida como “morenismo”, en alusión a su dirigente histórico Nahuel Moreno, fallecido en 1987. En el marco de su dilatada trayectoria como militante de izquierda, fue combatiente de la Brigada Simón Bolívar, durante lo que se conoce como “revolución sandinista”, siendo después expulsado de Nicaragua por levantar el principio de independencia política de la clase obrera. Hoy día, durante su estancia en Argentina, se dedica a la construcción militante en Izquierda Socialista (IS), la expresión argentina de la UIT-CI, y que además integra el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). El contacto para la entrevista lo hice a través de Simón Rodríguez Porras, un militante venezolano del PSL exiliado en Buenos Aires, quien, entre otras cosas, hace esfuerzos por constituir un grupo de exiliados venezolanos de izquierda en Argentina. Por medio de la invitación de Simón tuve la oportunidad de conocer los locales del partido en Buenos Aires y La Plata. 82 Descifrando el chavismo El día de la entrevista Simón me invitó al local donde funciona el Comité Central de Izquierda Socialista. Apenas llegué tuve la oportunidad de conocer a Juan Carlos “Gringo” Giordano, uno de los cuadros más importantes de la organización y diputado nacional por el FIT. Luego de conversar durante algunos minutos sobre la situación venezolana, me despedí y me dirigí, junto a Simón, a la oficina de Miguel. Al entrar Miguel me saludó calurosamente. Recordó el momento en el que nos conocimos en Maracay. Inmediatamente me preguntó mi opinión sobre la situación venezolana y conversamos unos minutos al respecto. Le comenté la idea de la entrevista, aclarándole que no necesariamente esperaba hacerla en ese momento, pues sabía se encontraba ocupado con los asuntos de la campaña electoral de las PASO. Sin embargo, Miguel manifestó su disposición de hacerla en ese instante. Me preparé rápidamente y empezamos la entrevista. ***** Jesús Manuel Vallez: Nos encontramos en la ciudad de Buenos Aires, en el local partidario de Izquierda Socialista, uno de los partidos de izquierda más importantes de Argentina e integrante del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT). En esta oportunidad entrevistaremos a Miguel Sorans, uno de los referentes históricos de esta organización. Quisiéramos empezar conociendo tu trayectoria militante y concretamente en qué momento te interesas por la política. Miguel Sorans: Gracias por la entrevista. Yo empecé a militar en el trotskismo en 1966, en la corriente que dirigía Nahuel Moreno, que en ese momento era el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En aquella época había una dictadura militar, de las tantas que hubo acá, que era la del general Onganía. Yo era estudiante de sociología. Tuve una militancia estudiantil, tuve una militancia sindical, fui dirigente de la fábrica Chrysler en los 70’, estuve en Nicaragua en el 79’ con la Brigada Simón Bolívar, y bueno, fui parte de toda la lucha de la 83 Miguel Sorans corriente de Nahuel Moreno en Argentina y en América Latina. Bueno, el año pasado cumplí 50 años de militancia. Hoy soy parte de Izquierda Socialista (IS) y de la Unión Internacional de los Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), la organización internacional que estamos construyendo. También encabezo el consejo de redacción de la revista Correspondencia Internacional. En el pasado tuve militancia en Venezuela. Viví en Venezuela un tiempo y ya llevo más de 10 años viajando todos los años. Así que conozco bien al heroico pueblo venezolano y a la izquierda venezolana. Jesús Manuel Vallez: En base a tu labor militante internacionalista, ¿Qué caracterización haces de la actualidad en términos políticos? ¿Cuál es la situación de la clase obrera a nivel internacional? Miguel Sorans: La situación mundial está marcada por lo que nosotros llamamos una crisis del imperialismo, una situación que ellos mismos llaman de “desorden mundial”. El surgimiento de Trump como presidente de los Estados Unidos es un reflejo de ese desorden mundial que nosotros, como marxistas, entendemos como una crisis política, económica y militar del imperialismo. Nosotros lo definimos como una crisis de hegemonía del imperialismo, es decir, el imperialismo norteamericano sigue siendo hegemónico en el mundo pero con una grave crisis que tiene que ver con el marco de resistencia del movimiento de masas a sus planes de austeridad, a sus intentos de avasallar soberanías. De allí surgen los fracasos, que vienen desde la época de Vietnam, pero que en el siglo actual han sido los fracasos de Afganistán, de la invasión a Irak, toda la crisis que se reflejó en Medio Oriente y que llevó a una crisis política interna, que pasó por el surgimiento de Obama, como un primer intento falso de cambio, que fracasó porque demostró que el imperialismo es lo mismo con Obama, con Hillary Clinton o con Trump. El surgimiento de Trump demuestra que llega un personaje muy peligroso no solo para los pueblos del mundo, sino también para el propio imperialismo, por eso es cuestionado hasta por sus propios pares, por Angela Merkel, por Macron y por la gran burguesía norteamericana. Todo esto demuestra un momento de crisis, que demostró su profundidad en 2008. Pero para 84 Descifrando el chavismo nosotros lo más importante en los últimos años han sido las rebeliones de los pueblos, y un ejemplo muy importante de dichas rebeliones ha sido la revolución árabe que se inició en Túnez en el 2011. Es decir, en una región que ellos creían totalmente dominada, hubo este proceso revolucionario, este cuestionamiento al dominio imperialista que, más allá de que estas revoluciones no hayan llegado ni de lejos a una revolución socialista, y que se hayan frenado o incluso retrocedido en algunos casos, han demostrado el poderío de las masas y han creado una situación de inestabilidad política permanente en una zona petrolera donde el imperialismo necesita un control que no tiene. Ese es un ejemplo, el Medio Oriente, el norte de África, de los problemas que tiene el imperialismo. Europa, que se creía una zona estabilizada también, las huelgas en Francia, la crisis en Grecia o el reclamo del pueblo catalán de independizarse del estado español. Y Latinoamérica que sigue siendo un polvorín. Solo hay una retaguardia que es China, donde el Partido Comunista permite sostener el desarrollo de las multinacionales, aunque han ido creciendo las huelgas obreras. Y por otro lado, el atraso de la clase obrera estadounidense, rusa y japonesa. Ese es un pantallazo de las contradicciones de la situación. Y nosotros como organización trotskista creemos en la necesidad de reconstruir la IV Internacional, de que haya una internacional, de que haya una unidad de los revolucionarios. En este sentido, la UIT-CI combate todo intento autoproclamativo o sectario de creernos ya la IV Internacional, y buscamos la unidad. En los últimos tiempos, en los últimos años, nuestra corriente morenista logró unidad con otros sectores, de forma que progresara una pequeña organización internacional uniéndonos con compañeros de Turquía, de España, de México, de Francia, del grupo originario latinoamericano. Estamos interviniendo incluso con militantes en Túnez. Hemos logrado contactos con revolucionarios sirios. Hemos hecho un gran esfuerzo por tratar de acompañar el proceso en Medio Oriente y lo seguimos haciendo. Aunque nuestra fuerza tiene un peso muy importante en Venezuela, Argentina y Brasil. Jesús Manuel Vallez: En ese mismo orden de ideas, ¿qué lugar crees que ocupa Venezuela en el marco del capitalismo mundial? 85 Miguel Sorans Miguel Sorans: Venezuela juega un papel importante desde el punto de vista político. Se lo puede ver desde distintas formas, pero el más destacado es el político, que ha tenido sus pro y sus contra, porque el surgimiento de Chávez y del chavismo abrió una expectativa equivocada de cambio hacia el socialismo que fue fallida, porque no tenía bases. Durante un tiempo Venezuela, con Chávez todavía vivo fundamentalmente, fue un punto de atención de la vanguardia antimperialista y socialista del mundo que hoy día se ve defraudada, porque todo ese proyecto era limitado. No era de ruptura con el capitalismo, por eso no era un verdadero socialismo, y está a la vista su debacle. Entonces eso ha creado una confusión en la izquierda que es necesario superar. Precisamente sacar la conclusión de porqué fracasó el llamado “socialismo del siglo XXI” es una discusión muy importante para rearmar a la nuevas generaciones de trabajadores, de jóvenes, de mujeres, que buscan el camino consecuente al socialismo, algo que no pasa por la experiencia de lo que hizo el chavismo en Venezuela. En ese sentido, Venezuela, siendo un país económicamente importante por el petróleo, pero que numéricamente no es un gran país, sí ha tenido un impacto y un protagonismo en este sentido. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué condiciones históricas crees que hicieron posible el surgimiento del chavismo en Venezuela? Miguel Sorans: El surgimiento del chavismo en Venezuela se explica por el Caracazo, como un hecho directo. El Caracazo significó en el año 89’ la rebelión del pueblo venezolano contra los programas de ajuste de Carlos Andrés Pérez, de los partidos burgueses tradicionales de Venezuela, agentes del imperialismo. Entonces, Chávez pudo canalizar el odio de millones en esos viejos y desprestigiados partidos que habían gobernado a Venezuela, lo que se llamó el “pacto de Punto Fijo”, los adecos socialdemócratas y copeyanos de la democracia cristiana, la burguesía tradicional. Esa puerta fue la que abrió Chávez, que era un militar que se fue radicalizando, se adecuó a un discurso contra esa vieja dirigencia política, se adecuó a un discurso de reivindicar al Caracazo, de reivindicar al pueblo, entonces canalizó esa expectativa. Ese es el origen social, la explicación de por qué surgió Chávez, por la crisis 86 Descifrando el chavismo social y por la crisis de las masas con los viejos partidos, por el rompimiento político de millones. Jesús Manuel Vallez: ¿Cómo sintetizarías al chavismo en una definición? Miguel Sorans: El chavismo fue un movimiento de izquierda reformista con muchas limitaciones. Tomó elementos de un nacionalismo burgués con roces parciales con el imperialismo para tratar de canalizar a millones y millones que rompían con los viejos partidos. Su limitación lo llevo al desastre actual, porque si no se rompe con el capitalismo las masas no pueden tener ninguna solución. Chávez vuelve a repetir las experiencias fallidas del peronismo acá en Argentina, del APRA peruano. Jesús Manuel Vallez: Hay quienes señalan que el chavismo significó una revolución, la “revolución bolivariana”, y le confieren el mérito de haber puesto nuevamente al socialismo en el centro del debate mundial. ¿Cuál es tu opinión al respecto? Miguel Sorans: No hubo una revolución, en el sentido de una ruptura, del inicio de un cambio de fondo en Venezuela. Chávez llega indirectamente por una situación revolucionaria iniciada con el Caracazo. Chávez llega indirectamente por un proceso electoral posterior. Entonces, él no provoca ninguna revolución, sino que provoca cambios parciales producto de la presión de las masas y avanza hasta hablar de socialismo para consolidar su relación con las masas, algo que verdaderamente significó un doble discurso, ya que no iba a una ruptura con el capitalismo sino a mantener la estructura económica capitalista de Venezuela. Allí está la razón de la crisis actual, porque en la medida en que no se rompa con el capitalismo y se avance hacia el socialismo, las masas en Venezuela o en cualquier parte del mundo no van a tener ningún tipo de solución. Que se haya hablado de socialismo en su momento, a partir de 2005 cuando lo lanzó, tuvo eso de positivo, que se volvió a hablar de socialismo luego de la caída de la URSS, del fracaso de la burocracia soviética y de la entrada en una etapa de escepticismo y de campaña imperialista contra el socialismo. Chávez 87 Miguel Sorans revivió la palabra socialismo, que fue positivo, pero como todo doble discurso termina siendo negativo, porque ahora, 18 años después, se vuelve otra vez en contra al no aplicar ningún socialismo. Entonces volvió a crear una confusión en el movimiento de masas sobre el socialismo, porque ahora millones vuelven a decir: “Bueno, ¿otra vez fracasó el socialismo?”. Nosotros decimos: No, no fracasó el socialismo. Volvió a fracasar políticas que bajo el nombre del socialismo escondían mantener el sistema y favorecer a nuevos sectores burgueses, lo que en el caso de Venezuela se llama la boliburguesía, cuyo surgimiento es resultado de diferentes pactos con grandes empresarios venezolanos, como Cisneros, y multinacionales. Jesús Manuel Vallez: Después de 18 años de chavismo, ¿Qué balance puede hacerse para las clases sociales en Venezuela? Miguel Sorans: Después de 18 años, desde el punto de vista de la clase trabajadora venezolana, es un gran retroceso. La clase obrera venezolana y los sectores populares que habían logrado mínimas conquistas y avances volvieron a retroceder a punto tal que hoy día un salario mínimo llega a 20 o 30 dólares. No solo la clase obrera sino los sectores populares tienen serias dificultades de acceder a productos básicos para la vida. Eso es una calamidad. 18 años después la clase obrera está peor. ¿Quién está mejor? La burguesía, la boliburguesía corrupta y también las multinacionales, la banca y los sectores empresariales extranjeros, es decir, la burguesía venezolana y extranjera. En Venezuela hoy se ha desarrollado una gran desigualdad social, hay hambre y miseria, ese es el resultado de 18 años de las políticas del falso socialismo. Jesús Manuel Vallez: Acá en Argentina vivieron una experiencia histórica que puede ser comparable al chavismo, ¿qué semejanzas y diferencias puedes establecer entre el peronismo y el chavismo? Miguel Sorans: La similitud está en que tanto Perón como Chávez hablaron del nacionalismo y el antimperialismo. La otra similitud es que ambos no avanzaron hacia una ruptura con el capitalismo, con lo cual terminaron haciendo retroceder los objetivos sociales por los 88 Descifrando el chavismo cuales habían tenido apoyo social al comienzo. Desde hace muchos años el peronismo se transformó en un partido del sistema, en un partido que sus distintos presidentes aplicaron ajustes, uno de los más destacados fue Carlos Menem, quien gobernó dos periodos la Argentina. El peronismo, que en esos momentos estaba unido bajo la figura de Menem, fue el gran privatizador de la Argentina. Uno de los grandes entreguistas a las multinacionales y al imperialismo, con quien tenía “relaciones carnales”, según ellos, en la Argentina fue el peronismo. Lo opuesto a lo que había pregonado a sus inicios a mediados de la década de los cuarenta. Las diferencias, que son de matices con Chávez y que tienen que ver quizás con que ambos países tienen estructuras sociales distintas, es que Chávez no se apoyó en la clase obrera. Perón, en el año 45’, tuvo como base de apoyo precisamente la clase obrera. Le otorgó grandes conquistas, organizó grandes sindicatos y esa fue su estructura, el movimiento obrero. Logró burocratizarlo y, hasta el día de hoy, 70 años después, el peronismo, aun cuando está políticamente dividido, mantiene una losa burocrática que pesa todavía negativamente en el movimiento obrero argentino. Chávez, con la característica del proceso, siendo distinta la Venezuela de los 90’ a la Argentina del 45’, tuvo más bien una base popular y no tanto de la clase obrera organizada, sino del fenómeno del gran desempleo venezolano, de esta etapa de la crisis del capitalismo. Y no pudo domesticar a la organización sindical, porque hubo desde el principio una gran oposición a no ser dependiente del gobierno, que encabezó nuestra corriente con Orlando Chirino. Es decir, al ver Chávez que no podía controlar una central fuerte, unificada, manejada desde el Estado, produjo el estallido en diferentes pedazos del movimiento sindical. Tal es así que no hay hoy en Venezuela una central sindical, como todavía perdura en Argentina, y en ese sentido debilitó al movimiento obrero, algo que es parte de su legado, lo dividió en tantos pedazos que hoy día el movimiento obrero tiene esa gran dificultad. Jesús Manuel Vallez: ¿Crees tú que el chavismo va a perdurar en el tiempo como el peronismo? 89 Miguel Sorans Miguel Sorans: Si, perdurar, algo va a perdurar. Es posible que surjan varios chavismos, como ha pasado en Argentina con el peronismo: chavistas de izquierda, chavistas con Chávez, chavistas con Maduro. El chavismo puede que perdure, pero cada vez con más debilidad. Los movimientos de este tipo, nacionalistas-burgueses, en esta etapa son más efímeros que en la etapa de posguerra, porque al haber una mayor agudización de la decadencia y crisis del capitalismo, y al capitalismo necesitar mayores niveles de explotación, hay pocos márgenes para dar concesiones sociales a los trabajadores. Es decir, no hay ningún movimiento que pueda asumir el poder y decretar instantáneamente 50% de aumento, que es lo que pasó con Perón, que dio beneficios sociales, la jubilación, el aguinaldo, el voto a la mujer, cosas que ya Argentina no podía repetir y por eso el peronismo se fue adaptando al sistema. Luego de eso, el peronismo, aunque todavía tenga votos en la Argentina, ha tenido que enfrentar huelgas y está dividido en varios pedazos. Entonces el chavismo va a tener un futuro parecido pero mucho más grave, porque está sufriendo una derrota muy grande, va a salir del poder, más tarde o más temprano, muy mal, odiado por gran parte de su base social. Entonces su persistencia va a ser bastante débil. Jesús Manuel Vallez: Hay una tesis internacionalmente muy difundida que señala la existencia de una guerra económica contra el gobierno de Nicolás Maduro, una conspiración internacional para derrocarlo. ¿Cuál es tu opinión al respecto? Miguel Sorans: Eso es falso. No hay ninguna guerra económica montada por el imperialismo. La guerra económica en sí la ha desarrollado Maduro y su gobierno, devaluando la moneda, reventando el salario de los trabajadores, creando el desabastecimiento. Al revés, esa “guerra económica” que ha desarrollado el propio Maduro tiene que ver con sus acuerdos con las multinacionales y con el pago de la deuda. Por eso todo lo que dice la izquierda reformista internacional para defender a Maduro no tiene base de sustentación, porque las multinacionales están vivas y coleando en Venezuela, como Chevron, Total y Mitsubishi en el petróleo, los grandes bancos siguen haciendo sus ganancias, los bancos europeos. Y este gobierno, en la crisis más 90 Descifrando el chavismo aguda que ha tenido Venezuela a lo largo de su historia, sigue pagando la deuda. Incluso hace poco, Maduro, ante el rumor que existe en el mundo de que iría a un default, dijo: “De ninguna manera, nosotros hemos venido cumpliendo y vamos a seguir cumpliendo”. Y esta es la causa de la profundización del hambre del pueblo venezolano, porque como el chavismo no cambio la estructura económica capitalista dependiente del petróleo, el grueso de los productos que se consumen en Venezuela se importan, entonces por pagar la deuda no se facilita la importación de los artículos de primera necesidad y de los medicamentos. Esto es lo que ha causado una catástrofe, donde el imperialismo por supuesto tiene su cuota de responsabilidad como sistema, porque plantea que le paguen la deuda, plantea llevar su petróleo a los Estados Unidos. Tal es así que no hay tal guerra económica, que hoy día la “gran sanción” que impuso Trump al gobierno es no tocar las propiedades de Maduro o no hacer contratos con Maduro. Y Maduro no tiene ninguna propiedad en Estados Unidos, nadie hace contratos con Maduro, hacen contratos con el gobierno de Maduro. Pero Trump no resolvió, por ejemplo, expropiar las 13.000 o 14.000 estaciones de servicio que tiene PDVSA en la costa oeste de Estados Unidos. Esto demuestra que no hay tal guerra económica, al contrario. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué le impidió al chavismo cambiar la estructura productiva de Venezuela? Miguel Sorans: El chavismo no cambio la estructura productiva de Venezuela porque representa a un sector burgués marginal, que era marginal y quiso salir de esa marginalidad. Obviamente apoyado en la estructura de la oficialidad del ejército. “El ser hace a la conciencia”, decía Marx. Sectores que son del ejército, como era Chávez, y sectores que vienen de la pequeña burguesía y de la burguesía marginal de Venezuela, porque había una burguesía que tenía más peso reflejada en AD y COPEI, quisieron hacerse un espacio y aprovecharon el momento post-Caracazo, de desorden social, para encaramarse en el poder y desarrollarse ellos. Por eso no tenían ninguna intención de cambiar la estructura económica y romper con el capitalismo. No hay que olvidar 91 Miguel Sorans también que ellos siempre estuvieron ligados a la dirección cubana. Esto es importante. Porque contra lo que dice la izquierda internacional, el castrismo desde hace ya décadas no quiere que nadie avance al socialismo. Ellos han pactado ya hace mucho tiempo, cuando pactaron con la burocracia de la URSS estar en la órbita de la coexistencia pacífica con el imperialismo. Entonces, desde la revolución nicaragüense quedo claro que la línea de Fidel Castro y Raúl Castro era aconsejar el desmonte, el freno de las revoluciones, y que los países que hicieran revoluciones no salieran del marco capitalista. Ese fue el caso de Nicaragua, cuando Fidel Castro le da el consejo a los sandinistas: “No hagan otra Cuba, hagan una nueva Nicaragua”. Es decir, no expropien a la burguesía, hagan una nueva Nicaragua relativamente democrática, cambien el régimen. Justamente en aquel momento, después de haber participado en la revolución con una brigada de combatientes, de haber participado en el proceso de la guerra armada, nuestra corriente fue expulsada porque cuestionábamos que hubiera un gobierno con ministros burgueses, es decir, que gobernara Daniel Ortega con Violeta Chamorro, y planteamos que había que avanzar en una reforma agraria, sindicalizar a los trabajadores, que había que avanzar en un plan socialista. La revolución se hace el 19 de julio de 1979, y el 26 de julio, es decir, 7 días después, Daniel Ortega va al acto de aniversario del asalto al cuartel Moncada y es ahí donde Fidel Castro hace el famoso discurso donde le dice: “Saludo a la revolución sandinista, le aconsejo que no hagan otra Cuba, sino que hagan una nueva Nicaragua”. Es decir, que no hagan el socialismo. Y esto siguió con Venezuela. Jesús Manuel Vallez: En octubre de 2012 Chávez pronunció un famoso discurso conocido como “el golpe de timón”, en el cual llamaba a acelerar los esfuerzos por la construcción del “socialismo bolivariano”. Hay una tesis bastante difundida que se fundamenta en ese discurso para presentar la idea de que existen diferencias estructurales entre Chávez y Maduro. Es decir, se presenta a Maduro como traidor del legado de Chávez. ¿Qué diferencias de fondo y forma puedes precisar entre Chávez y Maduro? 92 Descifrando el chavismo Miguel Sorans: De fondo no hay ninguna diferencia. Maduro sigue el legado de Chávez. Por supuesto, Chávez era un gran líder y Maduro es un mediocre. En ese sentido, no los podemos poner al mismo nivel. Pero, esencialmente sigue la misma línea política con menos capacidad. Chávez tenía una gran capacidad y por eso cuando estaba en situaciones difíciles salía con estos “golpe de timón” y una serie de cosas muy astutas, muy inteligentes, pero que en realidad seguían la misma línea. No es verdad lo que cierta izquierda siempre ha insistido, que Chávez quería avanzar pero había una burocracia que se lo impedía. Quien conozca algo mínimo de Venezuela en la etapa de auge de Chávez sabe que en los gobiernos venezolanos bajo Chávez no se movía nada si no lo decidía Chávez. Es un cuento creer que alguien le iba a impedir a Chávez tomar medidas socialistas. Fue él quien pactó, quien estableció las empresas mixtas. Todavía no se ha hablado de Oderbrecht en Venezuela, pero el día que se hable, no va a salir nadie ileso. Él fue el gran amigo de Oderbrecht. Todavía recuerdo una vez que había una huelga. Oderbrecht era quien levantaba los puentes en el río Orinoco. Y Chávez en uno de sus programas de televisión, en una reunión con empresarios dijo: “Hola Oderbrecht, allí te veo, no te preocupes que esa huelga te la voy a solucionar”. Ese era Chávez, reunido con los grandes empresarios. Esa es la realidad. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué significó el establecimiento por el gobierno de Chávez del régimen de las empresas mixtas? Miguel Sorans: Significó consolidar una vieja orientación que siempre tuvo la burguesía venezolana. Darle forma legal a la explotación de las multinacionales del petróleo venezolano, al robo sistemático de las multinacionales del petróleo soberano. Ese es otro cuento que hay en Latinoamérica, que sigue repitiendo toda la izquierda, que el petróleo está estatizado. El petróleo no está estatizado, está compartido por constitución con las multinacionales. Lo único que hizo Chávez fue establecer un cálculo de porcentaje en algunos casos menor al que antes tenían las multinacionales. Las únicas multinacionales que no aceptaron fueron Exxon y ConocoPhilips, pero el resto hicieron las cuentas y aceptaron, Chevron, Total, Repsol, todas menos esas dos. Lógicamente, 93 Miguel Sorans las multinacionales sacaron la cuenta, si bajo el anterior régimen de contrataciones sacaban el 55%, por ejemplo, y ahora sacaban 49%, no se iban a ir por un 6% cuando el petróleo estaba subiendo y subiendo en aquellos años, estando a más de 100 dólares el barril. Jesús Manuel Vallez: Hay quienes plantean que la crisis actual que afronta el gobierno tiene que ver con su inminente necesidad de avanzar en la modificación del régimen de participación extranjera en la empresas mixtas, es decir, en su necesidad de ceder una mayor parte de su propiedad petrolera a las trasnacionales. ¿Cuál es tu opinión al respecto? Miguel Sorans: Sé que se está estableciendo como un gran debate, pero creo que no es tal. Creo que la MUD, en primera instancia, también estaría de acuerdo, porque la MUD nunca ha cuestionado la presencia de las empresas mixtas, la MUD solo cuestiona la corrupción que pueda hacer el actual gobierno de eso. Sea como sea no sería ningún cambio cualitativo porque no está en discusión cambiar de raíz este robo del petróleo venezolano. Solo nuestra corriente con José Bodas, que es dirigente clasista en la Federación de trabajadores petroleros (FUTPV), Orlando Chirino, el Partido Socialismo y Libertad (PSL), venimos planteando hace años que se terminen las empresas mixtas y que el petróleo pase a ser 100% venezolano, estatal, manejado bajo control de los trabajadores y los técnicos. Esa sería la gran medida revolucionaria y el comienzo de la verdadera solución de fondo y estratégica para Venezuela, para que de una vez por todas se haga una industrialización y una distribución de las ganancias petroleras en beneficio de Venezuela y del pueblo. Ese fue otro de los dobles discursos de Chávez. Dijo que iba a hacer ese cambio, habló de desarrollo endógeno, de las 3R, y nunca cumplió. El chavismo no cambio la esencia de la estructura burguesa, rentista, de una burguesía lumpen, importadora, que vive de la especulación del dólar. No lo cambió. Y la llevo a un límite grotesco, porque llevo a una situación tal que hoy un dólar vale más de 10.000 bolívares. Entonces, en este juego especulativo las ganancias de la burguesía nacional y extranjera importadora con los dólares son fabulosas. 94 Descifrando el chavismo Jesús Manuel Vallez: ¿Crees tú que ese es un factor clave en el sostenimiento de Maduro en el poder? Miguel Sorans: Sí. Hay que decir que el imperialismo siempre va a preferir un gobierno dirigido por un agente directo. Al imperialismo le convendría tener un Capriles, Leopoldo López, María Corina Machado, gente de la MUD, en los papeles le convendría. Pero mientras su ganancias se mantengan no tienen mayor problema. Por ejemplo, leí ayer en El País que las grandes empresas españolas, aunque tienen preocupación, mantienen sus operaciones a un ritmo normal en Venezuela, entonces dice que Repsol mantiene sus niveles de operación, que la banca Bilbao Viscaya (BBVA) está haciendo sus negocios. Esto explica también la verdad para el empresario capitalista, que en medio del torbellino, en medio de millones que salen a la calle a rebelarse o hacer colas de un día para conseguir pan, esta gente sigue con sus negocios, y mientras sigan ganando su preocupación es muy relativa. Y hay otra cuestión, que va contra la izquierda que sigue defendiendo a Maduro pero le hace ciertas críticas y exigencias, como, por ejemplo, un pequeño grupo ligado el trotskista inglés Alan Woods. Porque dicen “hay una guerra económica” y critican a Maduro por tibio y entonces plantean que debería avanzar expropiando al capital, pero obviamente Maduro no avanza. Incluso de los gobiernos latinoamericanos pseudoprogresistas, Lula, Dilma, Cristina Kirchner, Evo Morales, ninguno giró a izquierda. A pesar de que señalaban un acoso de las multinacionales, del FMI, ninguno de ellos giro a izquierda. Nadie dijo: “Me planto, no pago la deuda”, “me planto, expulso a la Monsanto”, “me planto, expulso a Repsol”. ¿Conocés en algún país que haya ocurrido esto bajo gobiernos “nacionales y populares”? No, todos se fueron derechizando. Lula privatizó, entregó el amazonas. ¿Maduro se radicalizó? No, entregó el arco minero. Lamentablemente es un proceso inverso a lo que ocurrió en Cuba en el 59’, que se vio obligada a radicalizarse y avanzar al socialismo. Hubo una revolución, por más que después se distorsionó. Pero, ¿quién va a querer darle golpes de Estado a este tipo de gobierno? En Bolivia a las multinacionales les conviene que esté Evo Morales. Bolivia tenía el record de golpes de Estado, una enorme inestabilidad. Desde que llegó 95 Miguel Sorans Evo Morales hay una estabilidad que llama la atención. Y las multinacionales tienen cierta estabilidad, los mineros, los sojeros. ¿Dónde está el golpe internacional del imperialismo? Jesús Manuel Vallez: En 2017 hemos visto un conjunto de grandes movilizaciones contra el gobierno de Maduro. ¿Qué caracterización tienes tú de esas protestas? Miguel Sorans: Yo creo que desde abril comenzó una rebelión popular genuina y en ese sentido progresiva que enfrenta a un régimen totalitario y hambreador. Es un movimiento muy positivo, más allá de que tenga un predominio e influencia, lamentablemente de la MUD, que es una alianza de sectores burgueses de derecha pro-yankee, restos políticos de AD y Copei que se vuelven a agrandar gracias al desastre del chavismo. A lo largo de la historia ha habido movimientos revolucionarios con conducciones muy reaccionarias. Por ejemplo, la revolución iraní del 79’ se hizo dirigida por el ayatolá Jomeini, por la iglesia más reaccionaria de una ideología totalmente reaccionaria, como toda la iglesia, tan reaccionaria como la iglesia católica, e hicieron una gran revolución, que quedó en el marco de una revolución democrática, que no fue al socialismo. Es muy común que grandes movimientos revolucionarios estén dirigidos no por verdaderos revolucionarios, sino que las masas encuentran un canal y se expresan. Por eso, luego esos movimientos se van frenando, y en muchos casos retroceden, como fue en Irán. Y esto, contra lo que también dice Maduro y gran parte de la izquierda latinoamericana, no se trata de terroristas, ni de fascistas, ni de un golpe de derecha. No, el golpe de derecha o como lo queramos llamar lo está dando Maduro. Que vayan presos alcaldes, y porque sean burgueses ¿la izquierda no va a decir nada? Nosotros consideramos que esos actos de Maduro no son revolucionarios. La izquierda si quiere cambiar el mundo, si quiere hablar de libertad, tiene que reconocer que hay un dictador en Venezuela, que por más que se diga de izquierda mete preso a un alcalde burgués que fue elegido porque quiere mantenerse como sea en el poder, con represión, con el ejército y manipulando elecciones fraudulentas. No se puede ser revolucionario y no defender las libertades democráticas, que a veces incluyen a 96 Descifrando el chavismo burgueses. Y en Venezuela, contradictoriamente, esta burguesía, que fue golpista en 2002, hoy no lo es directamente, por lo menos hoy, mañana veremos, pero están levantando que haya elecciones porque saben que le ganan al chavismo. Aun así, el proceso es genuino no porque lo convoca la MUD, sino porque han salido centenares de miles a las calles incluso por fuera de los llamados de la MUD. El gran hecho que demuestra que es una rebelión popular genuina es que en el oeste de Caracas, en tradicionales barrios chavistas, la gente también ha salido a la calle a protestar, a saquear, a hacer barricadas, a votar el plebiscito de julio contra la constituyente de Maduro, arriesgándose a pesar de las amenazas. Hay distintas manifestaciones que demuestran que el pueblo que era chavista ya también rechaza a este régimen. Jesús Manuel Vallez: Gran parte de la izquierda latinoamericana ha manifestado un apoyo rotundo al gobierno de Nicolás Maduro. ¿Cuál es tu opinión al respecto? Miguel Sorans: En general capitulan a Maduro y a la dirección cubana. Capitulan completamente. Hay un sector de la izquierda peronista, lulista, ligada a Evo Morales en Bolivia, que directamente apoya a Maduro, aunque sea críticamente, con el cuento de que sería atacado por el imperialismo y que habría en marcha un golpe de derecha, cuando el golpe lo está dando Maduro. Y hay otra izquierda revolucionaria, mucho más minoritaria, que también está confundida, como es el caso del Partido Obrero, el PTS, y otras corrientes en Brasil y en el mundo, que no apoyan la rebelión popular, que le hacen el juego a Maduro. Nuestra corriente no está políticamente ni con Maduro ni con la MUD, nosotros estamos por una salida con independencia política de clase, pero la única posibilidad de salir de Maduro es a través de la movilización revolucionaria, no va a ser ni con negociaciones con el Vaticano, ni con una elección democrática. Nosotros apostamos a la movilización revolucionaria, y la única movilización hoy en Venezuela es la que se genera en los barrios, en Caracas, en Valencia, Maracay y en todo el país, que a veces convoca la MUD. Nosotros participamos en ese proceso, porque es el único proceso real. Abstenerse de participar en ese proceso es hacerle el juego a Maduro, y también hacerle el juego 97 Miguel Sorans a la MUD, porque es no darle una alternativa de izquierda a la vanguardia, a esa juventud que está saliendo, en el marco de la necesidad objetiva de salir de un régimen hambreador y dictatorial. Entonces los dos sectores capitulan, y es lamentable que haya sectores del trotskismo que capitulen. Te vuelvo a decir que es una capitulación que viene desde décadas, que es la capitulación a Cuba y a la dirección cubana. El trotskismo genuino lleva décadas luchando por acabar con el régimen de partido único en Cuba. Ahora, contra el régimen de partido único en Cuba también han estado reclamando los Estados Unidos, pero no porque nosotros estemos por sacar a ese régimen dictatorial y burocrático de los Castro, estamos con el imperialismo yankee. Es ridícula esa analogía. Entonces, claudican al aparato cubano para no decir la verdad, que es que se ha iniciado la restauración, para no decir la verdad, que es que se traicionó la revolución nicaragüense. Nosotros desde hace muchos años que lo estamos diciendo, y por supuesto, no se llega a aceptar este planteo, que está totalmente demostrado desde el punto de vista de realidad. Esto que ya te dije, Fidel Castro dijo: “No hagan otra Cuba, hagan una nueva Nicaragua”. Cuando había condiciones para hacer otra Cuba, porque la Cuba de 1959 era una pequeña isla e hizo una revolución. Entonces, ¿cómo 20 años después, estando Cuba, no se iba a poder hacer? Entregaron la revolución. Y hay mucha gente de la izquierda revolucionaria a la que le cuesta creer, porque lógicamente es difícil explicar que el castrismo traicionó la revolución. Es una realidad. Y si no les explicamos, nunca vamos a construir una alternativa. Entonces, el trasfondo de la claudicación del grueso de la izquierda es por su claudicación a la dirección cubana, que es quien dirige a Maduro. Jesús Manuel Vallez: Una vez que repasamos todas estas cuestiones, aproximándonos al final de la entrevista, quisiéramos preguntarte ¿Qué futuro ves en lo inmediato para la clase obrera venezolana? Miguel Sorans: Yo creo que el futuro inmediato es difícil, pero es necesario que la clase obrera pase a jugar un rol protagónico, porque una de las debilidades de esta rebelión es precisamente eso, que es popular. La clase obrera en forma organizada no ha entrado, entonces 98 Descifrando el chavismo eso debilita la movilización. Es necesario y nuestra corriente, Chirinos, Bodas, C-CURA, la corriente sindical, y tambien el PSL, postulamos dar pasos para que la clase obrera se reorganicé e intervenga en el proceso, porque está en juego su futuro. La caída de Maduro tiene que abrir un camino para que la clase obrera y demás sectores populares se reorganicen, recuperen sus conquistas y en ese sentido se preparen para ser alternativa de poder en un futuro. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué ha impedido que la clase obrera se desarrolle como alternativa independiente de poder? Miguel Sorans: La existencia de una burocracia chavista enquistada y la división que te manifesté antes. La burocratización y división que provocó en los aparatos sindicales el chavismo, y en particular Hugo Chávez. En un segundo plano la subsistencia de la CTV, de la vieja burocracia. En ese sentido, ha ido desarrollándose con más lentitud un nuevo sindicalismo clasista, combativo, del cual participa C-CURA, y otros sectores, pero que todavía está en un plano incipiente, con aspiraciones de crecer. Nuestro compañero José Bodas, que es secretario general de la FUTPV, encabeza en el sector obrero petrolero a la oposición clasista y combativa. Jesús Manuel Vallez: ¿Es realmente posible que la organización política de la clase obrera venezolana se potencie y sea capaz de disputarle el poder a las expresiones políticas de la burguesía? Miguel Sorans: Yo creo que es factible porque el movimiento obrero venezolano tiene mucha potencialidad. Nombré a Bodas, a C-CURA, pero también puedo nombrar a Rubén González de Ferrominera. Hay todo un sindicalismo de base y de agrupaciones de la acería SIDOR, de todas las industrias básicas, que tiene un gran potencial. También sectores que hacen vida en el área estatal, como el sindicato que dirige Tony Navas, en Caracas, en el sindicato de salud, el dirigente Marco García entre los trabajadores de la Universidad Central, en fracciones del sindicato docente, en sectores de los trabajadores de electricidad. Como digo esto, hay otros. No es un movimiento marginal, sino que es un movimiento potencial que con un cambio que se produzca en la caída 99 Miguel Sorans de Maduro, por una vía revolucionaria, puede provocar, de un día para otro, el despertar de esa potencialidad tremenda. Por ejemplo, la caída de Maduro podría significar una revolución antiburocrática en la FUTPV. No hay que olvidar que en la FUTPV está prorrogado el mandato sindical varios años, temen ahora una elección democrática ya que es probable que gane C-CURA, que gane el clasismo. ¿Cuánto duraría Wills Rangel si se produce un descalabro y una caída de Maduro? Si se provocara ese triunfo, de buenas a primeras quizás te encontrarías con un panorama sorprendente. Dependemos de ello. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué lineamientos generales debería tener el programa de la organización política de la clase obrera venezolana? Miguel Sorans: El lineamiento de una independencia política de clase es el primer punto, es decir, no aliarse con ningún grupo o partido patronal, del origen que sea. Y mucho menos apoyar al gobierno, como se hizo con Chávez y todo su falso discurso. Y los puntos fundamentales tienen que arrancar desde una salida de emergencia a la crisis social o tragedia social y humanitaria que se vive en Venezuela. Para nosotros los primeros puntos son la inmediata suspensión del pago de la deuda externa, la anulación de las empresas mixtas y manejar todo el petróleo en manos del poder popular, de los trabajadores. Y a partir de allí generar un cambio en la vida, es decir, inmediato abastecimiento de medicinas, de productos básicos, aumento del salario, provocar un cambio nacionalizando la banca. Es decir, 4 o 5 puntos básicos o cambios de raíz para empezar una Venezuela distinta. Esa nueva alternativa política debería basarse en una nueva alianza de izquierda, de organizaciones de trabajadores, verdaderamente amplia y democrática, combatiendo a todos los burócratas. Jesús Manuel Vallez: Viendo todo este proceso de retroceso en el desarrollo de las fuerzas productivas en Venezuela, ¿es posible apuntar directamente al socialismo? Miguel Sorans: Es posible apuntar a una planificación que vaya al socialismo. El socialismo siempre es un objetivo. Lo que nosotros planteamos para Nicaragua en 1979. La declaración de un gobierno de 100 Descifrando el chavismo trabajadores es el inicio del socialismo y hay 4 o 5 medidas básicas. Hay que romper con el imperialismo, hay que romper con las multinacionales y con los grandes grupos económicos y financieros. No se trata de ir a expropiar un kiosko de perros calientes, o estatizar panaderías, se trata de tomar los resortes fundamentales de la economía, eso es el comienzo del socialismo. Es decir, establecer un gobierno de trabadores que sea independiente del imperialismo, de las multinacionales y la patronal y que adopte las medidas básicas. Lo que ocurrió en la revolución rusa, este año se cumplen 100 años de la revolución rusa, si uno lee cuales fueron las primeras medidas son muy parecidas a las que estoy enunciando yo. Se hizo la reforma agraria, se expropió a los terratenientes, pero el campo no se estatizó, se le dio la tierra en propiedad a los campesinos, incluso se mantuvo campesinos medianos. Se expropiaron las grandes fábricas, se ejerció control obrero. Pero había un gobierno de trabajadores y campesinos, de aquellos soviets democráticos dirigidos por el partido, y que hasta ahora no se volvió a repetir. Se dejó de pagar la deuda y ahí empezó a caminar el cambio en la antigua Rusia. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué mensaje final le dejas a quienes en Venezuela están pensando estas preguntas, es decir, a quienes se encuentran en proceso de desarrollo de su propia conciencia? Miguel Sorans: Que es necesario la unidad de los revolucionarios a través de un programa revolucionario mínimo. El Partido Socialismo y Libertad (PSL) lo que postula es unirse a otros sectores de izquierda, obreros, en base a un programa mínimo revolucionario. No significa adherir a todo el programa de nuestro partido, ni significa ser trotskista. Nosotros somos trotskistas pero estamos abiertos a una unidad política más amplia en base a un programa revolucionario que tenga estas medidas básicas que te fui mencionando. Yo creo en esa alternativa, creo que en Venezuela hay potencial. Porque incluso mucha gente que ha estado con el chavismo, que han sido militantes honestos, pueden ir a posturas revolucionarias, no las descartamos. Pero hay un potencial de militancia de izquierda, y nueva militancia, una nueva camada de juventud, que debe dar el paso de organizarse en una nueva 101 Miguel Sorans organización política que rompa con el chavismo y no se deje atrapar por variantes burguesas como la MUD. ***** Al finalizar la entrevista Miguel me comentó su intención de viajar pronto a Venezuela, como hace todos los años desde hace décadas. “Esta vez te va a costar más llegar”, le comenté en tono de broma, recordándole la retirada de la mayoría de las aerolíneas de Venezuela. Se sonrió a carcajadas. “Por favor llévate nuestro último periódico”, me dijo, entregándome la versión más reciente de El Socialista. En ese momento nos despedimos, acordando vernos de nuevo, probablemente en Venezuela. 102 103 Eduardo Sartelli EDUARDO SARTELLI _____________________ 104 Descifrando el chavismo 105 Eduardo Sartelli Eduardo Sartelli Miércoles, 09 de agosto de 2017 Eduardo Sartelli es el fundador y máximo dirigente de Razón y Revolución (RyR), una organización política que, desde sus inicios, reivindicó la necesidad de construir científicamente el programa de la clase obrera. Su libro más famoso “La cajita infeliz: un viaje a través de la sociedad capitalista”, nos sirvió como apoyo importante en el ejercicio de pensar críticamente, en esa búsqueda por entender la realidad que teníamos al frente. A partir de allí comenzamos a seguir sus posiciones, difundidas particularmente en su columna radial de los lunes en el programa “Código de Barras” de la emisora Frecuencia Zero. Aunque es un destacado profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata, Sartelli se define a sí mismo, no como un académico, ni como un intelectual, sino como un militante revolucionario. Militó varios años en el Partido Obrero (PO), del cual se separó para fundar RyR. A partir de allí inició un esfuerzo sostenido por comprender la sociedad argentina y preparar cuadros capaces de conducir una revolución. El resultado de tantos años de trabajo se expresa en la continuidad de su periódico (El Aromo), de su revista político-académica (Razón y Revolución), y en una editorial (Ediciones RyR) que ha sacado a la luz más de 500 títulos. Durante años, Sartelli planteó abiertamente la necesidad de que los partidos integrantes y grupos afines al Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) se constituyeran en un partido único. Esa idea, desde el principio, nos llamó poderosamente la atención, e incluso intentamos ponerla en práctica en Venezuela con el nombre de Plataforma de Izquierda. Al igual que él, fracasamos. A partir de 106 Descifrando el chavismo 2015, Razón y Revolución abandonó su insistencia por la unidad del FIT y optó por constituirse en un aparato que combinase las tareas de construcción del programa con las tareas de agitación práctica. Con Eduardo tenemos contacto desde principios de 2016, precisamente en el marco de nuestro fallido intento de lograr la unidad de la izquierda en Venezuela. A partir de allí seguimos comunicándonos esporádicamente. De esta manera, al exponerle por vía electrónica los objetivos de la entrevista, aceptó muy amablemente. Pautamos encontrarnos en su casa, a las afueras de la ciudad de Buenos Aires. Eduardo se había ofrecido a buscarme en un punto de referencia. Sin embargo, con la intención de no molestarlo de más, busqué en internet la dirección que me especificó. Resulta que internet me mandó a un sitio totalmente distinto. Había varias calles con ese nombre en la provincia de Buenos Aires. De forma apenada llamé por teléfono a Eduardo para informarle la situación. Afortunadamente entendió y me citó nuevamente a la noche en un colegio secundario donde es director. En esta segunda oportunidad sí había sido capaz de llegar puntualmente. Entré al colegio y, luego de preguntar al portero la ubicación, me dirigí a la oficina de Eduardo. “Hola pibe, ¿Cómo andás?”, me dijo, reconociéndome a pesar de no haberme visto antes. “Al fin nos conocemos”, le respondí en tono de broma, disculpándome por haber incumplido a nuestra cita de la mañana. “Te fuiste al carajo”, señaló bromeando. Seguidamente me ofreció mate y conversamos sobre mi estadía en Argentina. Al cabo de unos minutos, comenzamos la entrevista. ***** Jesús Manuel Vallez: Nos encontramos en las afueras de la ciudad de Buenos Aires con Eduardo Sartelli, fundador y dirigente de la organización política Razón y Revolución (RyR). Para empezar nos 107 Eduardo Sartelli gustaría conocer tus orígenes, saber en qué momento te interesas por la política. Eduardo Sartelli: Básicamente, mi infancia y mi adolescencia fue muy apolítica, muy alejada de la vida política, primero porque vengo de una familia completamente alejada de la vida política, y por otro lado porque yo viví mi adolescencia en plena época del proceso militar, con lo cual la vida política estaba cancelada. Recién cuando entro a la universidad empiezo, año 83’, después de la guerra, yo fui soldado durante la guerra, la guerra de Malvinas, y cuando entro a la universidad empiezo a interesarme primero que nada por el marxismo, no por la política, y después como derivación de ese interés por el marxismo empiezo a interesarme por la política y empiezo a militar políticamente después de la universidad, no durante la universidad, porque provengo de una familia muy obrera, mi viejo era albañil y mi vieja portera de colegio, con lo cual mi llegada a la universidad fue trabajosa y estudiar fue muy trabajoso, con lo cual estaba más concentrado en estudiar que en cualquier otra cosa. De hecho, me recibí bastante velozmente, porque me recibía o tenía que abandonar. Entonces, cuando termino la universidad, hacia el año 87’, 88’, empiezo a intervenir políticamente, primero como simpatizante del MAS, en la época de Luis Zamora, el Movimiento al Socialismo tuvo en ese momento un auge importante, y me incorporo más bien como periferia, como simpatizante, no como militante. Después ya en los 90’, 92’, 93’, entro a militar en el Partido Obrero (PO) y ahí durante esa época hice mucho trabajo sindical, sobre todo trabajo en el gremio docente universitario, fui secretario general de un pequeño sindicato, el sindicato de docentes de la Facultad de Filosofía y Letras, después fui secretario de derechos humanos del sindicato de la Universidad de Buenos Aires, del cual soy uno de sus fundadores, después fui miembro de la CONADU, de la Central Nacional de Docentes Universitarios, y también durante los años 90’ participé muy activamente en el movimiento piquetero, en todo ese gran movimiento 108 Descifrando el chavismo que llevó al Argentinazo. Después del Argentinazo, después del 2001, empiezan ciertas divergencias mías con el Partido Obrero. Yo había fundado ya una revista que se llama Razón y Revolución, que es la que se sigue editando, que era básicamente una revista semi-política, semi-académica, nunca fue exactamente académica, pero si era del mundo universitario, con una vocación política muy fuerte. Con la gente que juntamos en Razón y Revolución, algunos militábamos en el Partido Obrero, en el año 2002’ empezamos a tener diferencias importantes, y quienes formábamos parte del PO nos fuimos, y ahí empieza la historia de la RyR independiente. Ahí concluimos que la única forma de transformar la realidad es, sin duda, conocerla, entonces como habíamos concluido que se iniciaba un periodo de relativo reflujo, es decir, que la burguesía ya para fines de 2002, comienzos de 2003, había logrado encauzar la crisis de 2001, íbamos a tener un tiempo relativamente largo para estudiar la realidad argentina. Fue así que fundamos el centro de estudios, fundamos la editorial y organizamos todo el aparato de investigación de Razón y Revolución. Esa etapa de investigación pura y de trabajo sobre todo de teoría y propaganda duró hasta el año 2015. En el año 2015 concluimos, sobre todo a raíz de experiencia del FIT, que teníamos muchas divergencias con el resto de la izquierda, que teníamos un programa muy diferente como resultado de todo este proceso de estudio, y que ese programa nos obligaba a extender las tareas partidarias. En la medida que es un programa que no está representado en el resto de la izquierda, entonces era necesario construir más allá de la teoría y la propaganda. Por eso, hacia el 2015, después de la salida de algunos compañeros que nos habían acompañado durante todo este proceso y que se negaban a aceptar la tarea militante más de tipo partidaria clásica, iniciamos el proceso de construcción de un aparato partidario que se ocupe tanto de la teoría y la propaganda, como de la agitación. Entonces a partir de 2015 empezamos un proceso de reclutamiento más allá del campo intelectual. Nosotros hasta ese momento reclutábamos gente solamente para el aparato intelectual. Éramos más 109 Eduardo Sartelli o menos entre 40 y 50 personas dedicados a investigar diferentes aspectos de la realidad argentina, estábamos repartidos en diferentes grupos de trabajo, cada uno con sus responsables, y con una serie de instrumentos de propaganda que eran básicamente la editorial, la revista Razón y Revolución, y el periódico El Aromo. A medida que tomamos esta decisión de construir el partido más allá de la teoría y la propaganda, empezamos a abrir frentes de trabajo político-práctico, entre ellos un frente sindical docente, la corriente sindical de docentes secundarios, que se llama corriente sindical docente Conti-Santoro. Para los compañeros venezolanos, que quizá no entienden la importancia de esto, en la estructura de la clase obrera argentina el gremio docente es el renglón más grueso, tal vez en algunos momentos sea superado en número solo por los obreros de la construcción, pero no hay ningún gremio industrial que tenga tantos miembros como el docente. De allí que para nosotros era muy importante armar una corriente sindical específicamente docente, sin restar importancia a la necesidad de una corriente sindical en el resto de las ramas de la economía, pero nos concentramos por ahora, dado nuestro número, en el frente sindical docente. También tenemos intervención en el frente de género, de la mujer, que se está gestando ahora, un sector que está muy movido en la Argentina últimamente. Y además estamos en un proceso de extensión regional al resto del país, ocupándonos de diferentes tareas en diferentes lugares del país. Está una corriente estudiantil que se llama Bandera Roja, una corriente estudiantil universitaria que está creciendo bastante. Y hemos ido aumentando el reclutamiento ahora fuera del campo intelectual. Ahora hay alrededor de 150 compañeros, muchos de los cuales han ingresado a la organización en el término del último año. Hasta el año pasado, cuando empezamos el reclutamiento fuera del campo intelectual, éramos unos 50 compañeros, y en un año hemos triplicado esa cifra, y hacia mitad del año que viene calculamos llegaremos a los 300 compañeros. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué elementos de la realidad motivaron ese cambio de política? Incluso han cambiado su posición respecto al FIT. 110 Descifrando el chavismo El FIT ha mantenido su programa, sin embargo, ustedes cambiaron su posición respecto a ello. Eduardo Sartelli: Es cierto que el FIT ha mantenido su programa, pero también es cierto que el FIT no tiene programa. Los tres partidos del FIT se dicen trotskistas, por lo cual uno supone que tienen como programa la Revolución Permanente y el Programa de Transición. Hay que entender bien qué es el FIT. El FIT empezó siendo una gran promesa, por 2011. El FIT surge como resultado secundario de una maniobra interna de la política burguesa. Hacia el 2011, Néstor Kirchner se encontraba con el problema de la atomización del peronismo e ideó estas primarias obligatorias como forma de hacer que todos los pequeños grupos peronistas tuvieran que confluir y de esa manera evitar que se disperse el voto peronista. Eso obliga a todos los pequeños grupos a unirse o a no superar las primarias, porque si vos querés participar en las elecciones generales tenés que superar el 1,5%. Entonces, todo grupo pequeño se vio obligado a fusionarse, o de lo contrario no entra. Entonces, el FIT surge de eso, no surge como un movimiento autónomo, como un movimiento por la voluntad de sus componentes determinados por alguna evaluación política particular. En realidad surge por una especie de desesperación electoral: “O nos juntamos o no pasamos a las elecciones”. Nosotros acompañamos eso porque en su momento generó mucha expectativa la posibilidad de que se abriera un proceso de unidad del conjunto de la izquierda argentina en una estructura partidaria más amplia. Quizás para los compañeros venezolanos el panorama argentino es difícil de interpretar porque es muy diferenteal panorama venezolano. En Venezuela tenés el PSUV y fuera del PSUV no hay nada. En la Argentina tenés una izquierda muy grande, pero que es muy dispersa. Tenés una cantidad de grupos y partidos enormes, imposible de contar, de todas las variantes, desde el anarquismo más individualista hasta el estalinismo, pasando por todos los trotskismos, todos los guevarismos, todos los autonomismos. Toda corriente de izquierda que haya existido en el mundo está acá. El otro día me topé en Neuquén con un compañero que dice ser representante del Partido Comunista de Corea del Norte, por ejemplo. Acá hay de todo. 111 Eduardo Sartelli Esa enorme dispersión parecía que con el FIT iba a tener una especie de limitación. Entonces nosotros los impulsamos. Obviamente ya empezaba mal porque, de entrada, que tres partidos trotskistas tengan que formar un frente electoral y no puedan formar un solo partido es raro, porque se supone que es el mismo programa, tienen la misma tradición, hablan el mismo lenguaje. ¿Por qué tienen que hacer un frente en lugar de una unidad partidaria? Pero bueno, parecía positivo. Ahora, el programa trotskista en general tiene una trampa, que se parece mucho a lo que en la Argentina fue el socialismo juanbejustista o que en la tradición internacional era el socialismo fabiano o el revisionismo bernsteniano, es decir, se enfatiza la necesidad de la lucha socialista, de conseguir el socialismo, pero en la vida práctica se supone que eso está relativamente lejos, que la gente no lo va a entender, y que hay que enfatizar las demandas inmediatas. Eso para los trotskistas aparece justificado en el Programa de Transición, es decir, es necesario elaborar consignas que estén en transición a la lucha socialista. En la práctica el socialismo de Juan B. Justo, el revisionismo de Bernstein, más allá de que hablaran de socialismo eran simples reformismos. El socialismo de Juan B. Justo tenía un programa de máxima, que era el socialismo, y un programa de mínima que eran las 8 horas, etc, etc. En realidad el programa de partido era el programa de mínima. Entonces lo que nosotros observamos recientemente en el FIT es el predominio de las reivindicaciones inmediatas por encima de la agitación socialista, y eso se va enfatizando en la medida en que el morenismo va teniendo un peso creciente dentro del FIT. El FIT estuvo dirigido en la práctica, de entrada, por el Partido Obrero. En Argentina, el Partido Obrero ha sido el crítico más fervoroso del morenismo. El morenismo siempre tuvo un aspecto más socialdemócrata y el Partido Obrero tuvo un aspecto más trotskista ortodoxo. Pero desde que se incorporaron al FIT, el Partido Obrero ha ido crecientemente plegándose al morenismo del PTS. De hecho, si uno observa las últimas campañas del FIT no se habla de socialismo, ni se menciona la palabra “socialismo”, no se habla de lucha de clases, ya no hablamos de proletariado sino de trabajadores, se habla de derecho de las mujeres, 112 Descifrando el chavismo se habla de la juventud. Cuando uno ve el conjunto de reivindicaciones que se levantan son reivindicaciones de corto plazo que cualquier reformista puede levantar. Recuerdo al Partido Obrero criticando al mandelismo en la década de los 90’, pero si uno ve hoy las consignas del FIT creo que están a la derecha del mandelismo. Con lo cual, este proceso creciente de socialdemocratización del FIT es lo que nos lleva a nosotros, ahora, a esta posición de votar en blanco en las próximas elecciones y dejar de votar al FIT. Al margen de esto, desde por lo menos el 2008, nosotros venimos teniendo crecientes diferencias con el trotskismo en general. A nosotros en general siempre se nos acusó de ser una especie de apéndice del Partido Obrero o una especie de trotskizantes medio caprichosos, pero en realidad en nuestro proceso de investigación hemos concluido que el trotskismo no tiene ninguna razón de ser en la Argentina, igual que el maoísmo, que el guevarismo, etc, etc. Por lo tanto, nuestra diferencia con el FIT es mucho más que circunstancial. El voto en blanco no tiene que ver con una diferencia de principios programáticos, porque esa diferencia ya la teníamos. Ya desde 2008, cuando sucedió acá el conflicto del campo, que enfrentó al gobierno de Cristina con las fracciones agrarias de la burguesía, sacamos Patrones en la ruta, un libro muy importante para nosotros desde el punto de vista programático, donde hacíamos la ruptura con el trotskismo, por lo que nuestra relación con el FIT fue siempre muy tensa en términos programáticos. Nosotros consideramos que la Argentina es un país que no necesita ninguna revolución democrática, ni popular, que es un país que no tiene cuestiones democráticas por resolver. Estamos en contra del nacionalismo, sobre todo el nacionalismo malvinero, porque para nosotros las Malvinas no son argentinas, no es una cuestión nacional, la Argentina tiene su cuestión nacional resuelta. Argentina es un país que está listo para el socialismo, no necesita ninguna etapa intermedia. Y el trotskismo, más allá de que critique al maoísmo o al Partido Comunista, al leninismo, sigue siendo tan etapista como ellos, es decir, presupone que tiene tareas pendientes por realizar. Nosotros decimos lo contrario y por lo tanto tenemos diferencias programáticas. 113 Eduardo Sartelli Aun así, dado que nosotros, por lo menos hasta el 2015, no realizamos tareas de agitación inmediata, no teníamos actividad sindical, lucha política parlamentaria, o cosas por el estilo, y nos concentrábamos en el aspecto puramente teórico, nos parecía que, más allá de esas divergencias, el FIT era un elemento progresivo del desarrollo de la izquierda argentina. Entonces siempre acompañamos críticamente. En la medida en que desarrollamos otros frentes de agitación práctica y en la medida en que el propio FIT se ha ido degradando a él mismo, sobre todo a partir de que el PTS tomó la conducción, nuestra relación con el FIT es más distante todavía, al punto de que ahora directamente llamamos a votar en blanco. No llamamos a no votar al FIT, es decir, no hacemos campaña contra el FIT, pero decimos que nosotros votamos en blanco, porque la agitación socialista no está en la campaña y eso tiene que ver con qué el FIT dirigido por el morenismo, por el PTS, claudica frente al kirchnerismo. Es un escenario muy parecido a lo que hace el PTS en Venezuela con el chavismo, es decir, “ahí están las masas, no hay que ofenderlas, hay que entender su proceso, hay que tender puentes porque cuando esa gente rompa con el chavismo va a venir con nosotros”. ¿Por qué esa gente va a romper con el chavismo si siempre le damos la razón? ¿Por qué esa gente va a romper con el kirchnerismo si siempre le damos la razón? ¿Por qué esa gente va a venir con nosotros si no ofrecemos algo distinto? Esas son las preguntas que la izquierda argentina no puede resolver desde el 45’, es decir, para nosotros la izquierda argentina vive el “síndrome del 17 de octubre”, desde que apareció el peronismo es incapaz de tener una postura política independiente. Jesús Manuel Vallez: Uno de los factores interesantes de Razón y Revolución, que la diferencian del resto de las organizaciones políticas partidistas de la izquierda argentina, tiene que ver con su planteamiento de la ciencia como herramienta clave para la construcción de un programa político. Ahora, mencionabas que, en esta nueva etapa, la organización se ha propuesto crecer exponencialmente en número. ¿Ese crecimiento cuantitativo no puede tener efectos en la calidad, en el avance científico de la organización? 114 Descifrando el chavismo Eduardo Sartelli: Ese fue el argumento de algunos compañeros que cuando tomamos esta decisión se fueron. En general esos compañeros se fueron a hacer vida académica burguesa o se incorporaron a corrientes como la de Juan Iñigo Carrera, es decir, gente que cree que con escribir libros el mundo se cambia. Esa concepción no es la nuestra, ni lo fue nunca. Nosotros investigamos para cambiar la realidad, conocemos para cambiar la realidad. Durante mucho tiempo descansamos en el PO y en otros partidos pensando que más o menos el programa que nosotros defendíamos estaba corporizado con el Partido Obrero. En la medida en que el Partido Obrero y el FIT en general no corporizan nuestras ideas, estamos en deuda con el proletariado argentino si creemos tener una serie de ideas correctas, vemos que nadie las desarrolla y no le ponemos el cuerpo. Por lo tanto, sería completamente absurdo haber estudiado, haber llegado a una serie de conclusiones, que esas conclusiones no tengan otros defensor que nosotros mismos, y que nosotros mismos nos la guardemos en casa y no salgamos a desarrollarlas en la vida práctica. Eso es lo que nos lleva a nosotros al trabajo de agitación. Si el PO o el trotskismo en general representaran más o menos nuestro programa, y nosotros solo estuviéramos añadiendo una coma aquí o allá, es decir, estuviéramos mejorando ciertos aspectos, probablemente seguiríamos haciendo lo que hacíamos. Pero no es así, nuestra investigación nos llevó a un panorama muy diferente de cómo se concibe el marxismo, de cómo se concibe la tradición revolucionaria, de cómo se concibe la lucha política en la Argentina y de cómo se concibe una organización revolucionaria. Si nosotros llegamos a esas conclusiones, hay un punto en que si no las ejecuta otra persona, tenemos que hacerlo nosotros. Esa es una primera conclusión. Segunda conclusión: La idea de que porque crezcamos en extensión va a disminuir nuestra calidad presupone una vinculación equivocada entre la teoría y la praxis. Hay momentos en los que es necesario suspender ciertas formas de praxis para concentrarse en aquella forma de la praxis que llamamos teoría. Es decir, a veces hay que dejar de agitar sindicalmente u otras formas de agitación, para dedicarse al trabajo teórico. No se puede estar en misa y tocar la campana, como 115 Eduardo Sartelli dice el dicho popular. O hacés una cosa o hacés la otra. Pero, una vez que llegaste a ciertas conclusiones, seguir dando vueltas sobre las mismas ideas, habiendo llegado ya a conclusiones, entra dentro de lo uno podría considerar la “masturbación intelectual”. Y eso pasa con ex militantes de RyR que, por ejemplo, siguen hablando sobre Venezuela y estudiando sobre Venezuela, y entonces escriben papers y dan charlas sobre “la renta petrolera como la forma particular de la expresión de la acumulación del capital global en Venezuela”, y hacen 400 cuadritos sobre la renta. La pregunta es: ¿Quién no sabe en Venezuela o en cualquier otro lugar que Venezuela depende estrictamente de la renta petrolera? ¿Qué estamos ganando con insistir en eso? Nada, absolutamente nada. No tenemos ningún conocimiento mejor. Eso es como que yo te dijera: “Mira, acabo de descubrir un mar, está entre el norte de África y el sur de Europa”. Si, se llama Mediterráneo. Fue descubierto hace miles de años por la humanidad y ya es un conocimiento adquirido. Es hora de que avancemos en el desarrollo de conocimiento. Entonces, seguir escribiendo papers sobre la renta y su peso en Venezuela es una estupidez o esconde una política de cretinismo académico, es decir, no me interesa la política real, lo que me interesa es un paper que me permita a mí ir a Francia, hablar sobre Venezuela, decir algo e impresionar a gente incauta mostrando cuatro cuadritos. Y eso pasa con muchos compañeros venezolanos con los que hemos tenido relación que, sobre todo proviniendo del campo de economía, se deslumbran con cálculos de renta para descubrir lo obvio, que la renta petrolera en Venezuela es el corazón de la economía. Es lo mismo que yo te dijera:“la renta agraria en Argentina es el corazón de la economía”. Eso se sabe desde fines de siglo XIX. No hay que ser un científico para esto. Lo podemos medir, podemos precisar algunas cosas, pero hay un punto en el cual seguir insistiendo sobre eso no nos añade más conocimiento sustantivo. Por el contrario, muchos compañeros que hemos conocido en Venezuela y muchos argentinos que investigan sobre Venezuela no saben nada sobre cómo se construyó el chavismo y cuáles son sus bases políticas reales, y cómo esas bases políticas vinculan a fracciones enteras de la clase obrera venezolana con la burguesía 116 Descifrando el chavismo chavista. ¿Qué sabemos estrictamente sobre la boliburguesía? No más que rumores acerca de su existencia. ¿Qué sabemos acerca del proletariado venezolano? Poca cosa, para empezar porque los propios venezolanos piensan que viven en una sociedad de clase media, donde no hay obreros, porque confunden al cuentapropista con una especie de pequeñoburgués, cuando en realidad es población sobrante. Ahora, conocer la realidad de Petare, su realidad social, sus anclajes políticos, la forma como se vincula con el aparato chavista, hoy es un conocimiento mucho más importante que algo que ya sabemos, el peso de la renta en Venezuela. Por eso nosotros hemos tratado de trabajar con compañeros venezolanos enfatizando eso: “Déjense de dar vueltas con el tema de la renta y ese tipo de papelucho que sirven para papers académicos, que repiten siempre lo mismo, y preocupémonos por saber cómo funciona la maquinaria chavista, porque contra esa maquinaria peleamos, y si vos querés armar un partido independiente de la burguesía, hoy armar un partido independiente de la burguesía es armar un partido independiente del chavismo. ¿Si no conocés a tu enemigo cómo lo vas a derrotar?” Esas desviaciones académicas brotaron en RyR durante ese largo periodo, desde el 2003, 2004, hasta el 2015, más de una década, en el que nosotros privilegiamos la construcción teórica por la necesidad de construir un programa. Eso hizo que mucha gente que en el fondo lo que quería hacer era carrera académica, se confundiera con nosotros y creyera que RyR era un grupo de académicos marxistas. En realidad RyR es un grupo de revolucionarios que reivindica el rol del conocimiento en la lucha revolucionaria, y por eso produce, y por eso en algún momento se profesionalizó en ese sentido, es decir, muchos de esos compañeros eran y siguen siendo becarios o investigadores del CONICET. El CONICET es un organismo del Estado que te paga por investigar. Entonces, si nosotros podíamos conseguir compañeros que trabajaran ahí, que les pagaran por conocer la realidad que queremos revolucionar, eso era positivo. Ahora, eso hizo que muchos supuestos revolucionarios se camuflajearan detrás de la tarea académica, como si ese fuera el objetivo, y ese nunca fue el objetivo, ese fue el medio, un medio para obtener un resultado, un programa. Obtenido ese 117 Eduardo Sartelli programa, hay ciertas cosas que no deben seguir, so pena de degenerar en el cretinismo académico. Eso por un lado. Por otro lado, yo te llamo a releer los textos del Marx joven, en particular ese texto donde Marx reconoce cómo abandonó la filosofía hegeliana abstracta, ridícula, y se metió en los problemas de este mundo, entró en el campo de la economía, simplemente porque en su tarea como periodista se llevó por delante los dramas de los campesinos de Mosela. Claro, era más interesante, parecía más brillante, hablar como Bruno Bauer sobre las grandes categorías hegelianas, y el espíritu, Dios y la religión, y cosas por el estilo, que preocuparse si el precio del kilo de leña era justo o no. Pero meterse en la realidad es lo que lleva a Marx a El Capital, y es lo que llevó a todos los hegelianos de izquierda, Bruno Bauer incluido, a desaparecer de la vida intelectual de la humanidad, porque nadie los recuerda salvo porque Marx los menciona. Entonces, la intervención práctica, lejos de alejar a RyR del trabajo intelectual, lo lleva a un trabajo intelectual todavía más intenso y ocupado de cosas mucho más concretas. Tenemos un compañero que está terminando ahora una tesis de doctorado sobre los llamados campesinos e indios de la Argentina, un compañero sociólogo que trabaja con comunidades indígenas del Chaco y de Formosa, al solo efecto de demostrar lo que nosotros sospechábamos, que en la Argentina no hay campesinos, que en la Argentina no hay indios, que en la Argentina lo que hay son obreros. Entonces, cuanto más te metés en la realidad en vez de achicarse la magnitud de las tareas teóricas, se agrandan. No solamente se agrandan, sino que se hacen más complejas, porque hay ideas que son muy lindas y suenan muy coherentes, pero además de ser lindas y coherentes tienen que ser ciertas, es decir, tienen que estar en la realidad, y eso solo brota cuando uno se mete en la realidad. Por eso, no es que abandonamos una fase híper-intelectual por una fase anti-intelectual, simplemente desarrollamos las tareas intelectuales a partir de las tareas de agitación inmediatas. Jesús Manuel Vallez: Antes de avanzar en el tema específico de Venezuela, quisiéramos obtener una panorámica más general, saber en 118 Descifrando el chavismo tu opinión ¿hacía donde se mueve el capitalismo hoy en América Latina? Eduardo Sartelli: Nosotros sostenemos que el capital en el mundo está en medio de una crisis de la tasa de ganancia desde los años 70’. Esa crisis es mucho más larga que las ondas largas que imaginaba Mandel. Mandel imaginaba ondas largas de alza o depresión de 25 años. Esta crisis se está alargando mucho. Cuando decimos crisis no decimos estancamiento ni decimos depresión. Decimos que el capital tiene que realizar una serie de tareas que, hasta que no las culmine, no va a volver a expandirse a una escala importante, por lo tanto las tasas de crecimiento son bajas. El papel destructivo del capital no es equilibrado ni contrapesado por el papel constructivo, es decir, se destruyen empleos y no se construyen empleos, o no se construyen en la magnitud en que se destruyen, se destruyen fracciones enteras del capital y no se construyen nuevas fracciones, es decir, estamos en un escenario en el cual el capital genera condiciones para la posibilidad de una alternativa revolucionaria. Esto no es los años 60’, no es una expansión rampante. En la discusión sobre la tasa de ganancia hay un cierto acuerdo que muestra a mi juicio lo que ya es un resultado obtenido, por un lado, como hablábamos antes, y por otro lado el límite de la economía como elemento explicativo, es decir, si uno revisa los autores marxistas más importantes, Dumenil y Levy, Moseley, Shaikh, todo el mundo está más o menos conteste de que la tasa de ganancia se ha recuperado en relación a los años 80’ pero que ni por asombro es la tasa de ganancia de los grandes momentos de expansión. Conclusión: si uno quiere ver el vaso medio lleno dice “el capitalismo se está recuperando”, si uno quiere ver el vaso medio vacío dice “el capitalismo está en crisis”. Estamos en un escenario con esta ambigüedad, donde el capital parece que se recupera y entra en crisis recurrentes. No es una crisis como la de la década del 30’, que estalla en un periodo relativamente breve y se recupera en un periodo relativamente breve. Estamos en una crisis que explota por cuotas, 74’, 82’, 89’, 2001, 2008, y en ese escenario se está transformando el conjunto de la clase obrera mundial, se está 119 Eduardo Sartelli transformando el conjunto de la burguesía mundial, y aparecen no nuevos sujetos sociales, sino una nueva clase obrera con fracciones que tienen un protagonismo que antes no tenían. Por empezar, el capital está barriendo con fracciones enteras de la burguesía en todo el mundo. Cuando uno ve lo que pasa con la primavera árabe es eso. Hay una gigantesca destrucción de capital sobrante a nivel mundial, donde fracciones enteras de la burguesía que habían formado parte de las experiencias del nacionalismo árabe desaparecen. Estás viendo la emergencia de burguesías con una potencia renovada, China, la India. Estás viendo el estancamiento, incluso la decadencia, de otras burguesías, Inglaterra, Japón. Estás viendo la descomposición de muchas burguesías del tercer mundo, en particular todas las latinoamericanas. Y en el nivel de la clase obrera también estás viendo un cambio en la estructura de la clase. Por empezar, a diferencia los años 70’ la magnitud de la población sobrante ha crecido. Para decirlo en términos vulgares, la masa de desocupados hoy en relación a la masa de desocupados en los años 70’ no tiene parangón, es decir, hoy el peso de la clase obrera desocupada es mucho mayor. Eso lleva a una serie de conclusiones de sociólogos, antropólogos, de creer que aparecen nuevos sujetos sociales, por ejemplo, el desocupado no sería un obrero. Y en realidad lo que estamos viendo es una expansión enorme de la capa que Marx llamaba la población sobrante, es decir, todos aquellos que no producen plusvalía en forma directa para el capital. Pero son obreros, son explotados, tienen una función en el sistema, no son excluidos, ni marginados, y dado su situación tienen un carácter muy explosivo, es decir, son gente que vive al filo de sus condiciones de existencia, por lo cual sus acciones propias pueden ser muy radicalizadas. Al mismo tiempo, como dependen mucho, no de la producción capitalista, sino del Estado capitalista, esta masa de la población es relativamente fácil de cooptar cuando hay recursos. Eso vos lo podés ver en Venezuela: Estalla el caracazo, parece que Venezuela se desploma, un ascenso de la renta, una recomposición del Estado, una tendencia a la distribución de limitada riqueza y todo eso es captado bajo la forma de chavismo. Lo mismo podés ver en Bolivia. La renta gasífera en Bolivia permitió a una fracción de la 120 Descifrando el chavismo burguesía captar enormes masas de la población sobrante como soporte del Estado. El kirchnerismo en Argentina también es eso. Y esta población sobrante a nivel mundial ha protagonizado muchos hechos. Yo escribí un texto que se llama “La rebelión mundial de la población sobrante” que trata de captar este fenómeno. Ahí muestro como los mileuristas griegos, los argelinos en Francia, la inmigración en general en Europa, los que están en el paro, los indignados, movimientos como “Ocuppy Wall Street” en Estados Unidos, todo eso conforma una masa enorme de proletariado, que a muchos no les parece proletariado porque tienen la imagen de proletariado del tipo vestido con un overol azul parado delante de una máquina, es decir, creen que proletariado es simplemente industrial, y ese viejo obrero industrial en términos de número ha decaído, no porque haya menos industrias sino porque la industria es muy productiva. La revolución científico-técnica en los últimos años ha llevado a una disminución muy grande del obrero industrial, porque menos obreros producen más, es decir, con más capital menos obreros producen más. Por lo tanto, se altera la relación entre las diferentes capas de la clase obrera y ahora pasa a primer plano el peso de la población sobrante y de los “desocupados”. En ese escenario nuevo surgen experiencias nuevas, como por ejemplo, el movimiento piquetero en la Argentina. Los llamados populismos latinoamericanos en general son formas de cooptación estatal de estas masas de población sobrante. Nosotros observamos que buena parte de la izquierda argentina y mundial está muy desorientada en relación a esto. No comprende el kirchnerismo, no comprende el chavismo, no comprende el masismo en Bolivia, es decir, no comprende estos procesos, no comprende Podemos, o Syriza, no comprende el brexit, no comprende Trump, le parecen cosas extrañas. Sin embargo, el brexit, Trump, Evo Morales, Kirchner, Syriza, son parte de un mismo fenómeno. En otras partes del mundo el fenómeno es inverso, en vez de ir a una descomposición de la clase obrera y a una alteración de sus fracciones, lo que vos ves es la transformación de población sobrante en ejército industrial en activo, por ejemplo, en China lo que era población sobrante, campesinos, sobrepoblación rural latente, se transforma en obrero industrial, vos 121 Eduardo Sartelli estás viendo un ascenso del proletariado chino. Entonces estás viendo a nivel mundial una reestructuración general de la clase obrera. Son procesos bastante complejos, pero más o menos es eso. Cuanto más fuerte es esa desestructuración y menor es la fuerza de algunas formas de reestructuración vamos a un escenario que puede ser de una extrema descomposición. El caso de África es muy claro, África es la descomposición más absoluta. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué particularidad tiene el proceso de expansión de población sobrante en América Latina? Eduardo Sartelli: Es un fenómeno mundial y en todos lados ese fenómeno se caracteriza no solo por la expansión de la población sobrante sino por la expansión del gasto social del Estado. Esto es importante porque muchas veces se habla de gobiernos neoliberales o gobiernos de derecha, como gobiernos que no quieren que el Estado gaste, pero si vos ves los datos del gasto social del macrismo en comparación con los datos del kirchnerismo han aumentado. Si vos ves el gasto social del Estado norteamericano no deja de aumentar desde la década del 70’, incluso bajo gobiernos como los de Bush, o cosas por el estilo. Por lo tanto, hay un proceso que va más allá de la ideología y que tiene que ver con las transformaciones sociales que obligan a los gobiernos, no importa cuáles sean sus orientaciones políticas o lo que digan objetivamente, a llevar adelante políticas que tienen que ver con la contención social y política de estas fracciones de la clase obrera, que son muy radicales cuando se mueven de forma independiente, pero que también son relativamente fáciles de cooptar cuando el Estado tiene recursos. En el caso del kirchnerismo en Argentina esto es muy claro. Jesús Manuel Vallez: Ya abordando específicamente el tema de Venezuela quisiéramos preguntarte ¿qué lugar ocupa Venezuela en el marco de la dinámica mundial del capitalismo? Eduardo Sartelli: El lugar que ocupa Venezuela en el marco del funcionamiento global del capitalismo es cero, nada, es decir, Venezuela no existe. Si vos ves el peso del PBI de Venezuela en el 122 Descifrando el chavismo PBI mundial es nulo. Espero que no se ofendan los compañeros venezolanos, pero yo digo exactamente lo mismo en relación a Argentina. La Argentina en el PBI mundial es menos del 1%, es decir, Argentina podría desaparecer del mercado mundial y no se entera nadie. Los únicos que se enterarían serían, en todo caso, los cerdos de China, que tendrán que conseguir soja en otro lado, porque los cerdos chinos viven de comer tortas de soja Argentina, y nada más. Jesús Manuel Vallez: Entonces, ¿por qué no han terminado de desaparecer? Eduardo Sartelli: Porque hay población, porque hay burguesía, porque hay clase obrera, porque hay una realidad que persiste, pero en sentido estricto la idea de que países como Venezuela o Argentina ocupan algún lugar relevante en la economía o la política mundial es falso. Jesús Manuel Vallez: Sin embargo, Venezuela es el tercer proveedor de petróleo a Estados Unidos. Eduardo Sartelli: Si, pero ese es un negocio para Estados Unidos que podría cortarse en cualquier momento. El petróleo venezolano no es particularmente bueno, es un petróleo pesado. Por otro lado, si Estados Unidos se viera forzado podría importar petróleo de Arabia o de cualquier otro lugar. Si hay algo que sobra hoy es petróleo, por eso está el precio por el piso. Además la revolución del fracking virtualmente ha transformado a Estados Unidos en un país exportador de petróleo. Entonces, la importancia que Venezuela podría tener para la economía norteamericana es nula. Puede ser muy importante para algunos grupos económicos norteamericanos que tengan influencia, capacidad de hacer lobby en la política norteamericana, el lobby petrolero es muy poderoso, pero en el sentido estricto el PBI de Venezuela es nulo en la economía mundial, lo mismo que el PBI de la Argentina, son países que sobreviven pero que al mundo no les importa. Hay miradas nacionalistas que creen que el imperialismo está desesperado por la Argentina, pero si el imperialismo estuviera desesperado por la Argentina estuviera invirtiendo dinero a trocha y 123 Eduardo Sartelli moche, y no lo ves. Alguien pudiera decir: “Bueno, no hay condiciones políticas para eso, porque el kirchnerismo, porque el nacionalismo argentino…” Si el imperialismo supusiera que la Argentina es un negocio, quizás. ¿Cuándo el imperialismo dejó de hacer un negocio porque alguien se le oponga? La Argentina no es negocio para nadie, ni para los argentinos. En la Argentina lo único que funciona es la producción agraria, de resto las cosas no funcionan. Si vos me decís, “pero la producción agraria es un gran negocio”. No, no es un gran negocio. Si los argentinos vendieran toda la pampa argentina no pagarían la deuda externa con eso. En la Argentina hay más o menos 120 millones de hectáreas productivas, si vos lo vendés a precio de la mejor tierra argentina no juntarías más de 100 0 120 mil millones de dólares. Toda la pampa argentina vale un tercio o un cuarto de la producción anual de autos de Toyota. La producción anual de autos de Toyota es una vez y un poco más del PBI anual argentino, y estamos hablando de la producción de una empresa mundial. Entonces, la Argentina como economía en el mercado mundial no existe. Por eso, la idea de que el imperialismo está desesperado por Argentina es un invento del nacionalismo argentino. Argentina no le importa a nadie. Y si te das cuenta que Argentina no le importa a nadie, no sé a quién le puede importar Venezuela que es un país todavía más chico, más chico y más pobre, no solamente en tamaño geográfico, sino más pobre en recursos, más monoproductor, Argentina no depende tanto de la renta agraria como Venezuela de la renta petrolera. Por lo tanto, esa idea de que el imperialismo está desesperado por nosotros y que jugamos algún papel es una idea ridícula. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué condiciones hicieron posible en surgimiento del chavismo en Venezuela? Eduardo Sartelli: A mí me parece que es clave en la emergencia del chavismo estas transformaciones de la que hablábamos antes, a saber, una enorme expansión de la población sobrante, que en Venezuela está ligada a este proceso de centralidad creciente de la renta petrolera en detrimento de otras fracciones del capital que, por lo menos hasta 124 Descifrando el chavismo los años 30’ o 40’, eran más importantes. Eso deja a Venezuela en una situación muy particular. Por un lado deja a un Estado que si se apropia de esa renta puede ser muy poderoso en términos locales, y por otro lado gesta una ausencia de burguesía notable, es decir, no hay burguesía en Venezuela que tenga algún carácter productivo, la mayor parte de la burguesía venezolana vive del Estado. La Argentina es parcialmente eso también. Buena parte de la burguesía argentina solo sobrevive produciendo para el mercado interno y apropiándose por la vía de precios sobredimensionados de parte de la renta agraria. Es una burguesía completamente parasitaria que no tiene ninguna función productiva. Es decir, se finge la existencia de una producción industrial como una forma de apropiación de renta, eso es básicamente cómo funciona Venezuela casi por completo, y Argentina en una buena medida. Eso le da al control del Estado venezolano un peso muy grande en el aparato de la economía. Estos elementos son muy importantes para la aparición de un fenómeno como el chavismo. Nosotros definimos al chavismo como un bonapartismo. En la categorización clásica de Marx, un bonapartismo era un gobierno que surgía en condiciones de una extrema crisis política, en un momento en que ni la burguesía puede imponer su solución ni la clase obrera puede desarrollarse más allá del capital. De ahí que para nosotros el caso chavista es un caso un poco más extremo que el del peronismo argentino o el cardenismo mexicano, es decir, casos clásicos de bonapartismos. Nosotros preferimos la expresión “bonapartismos” antes que la expresión “populismos”, porque el populismo estilo Laclau tiende a enfatizar el lugar del líder y la relación psicológica individual entre el líder y las masas. Si uno lo ve desde un punto de vista negativo, al estilo de la sociología norteamericana o sociólogos como Gino Germani en Argentina, enfatiza el fenómeno de la manipulación de las masas por el líder. Si uno lo ve desde el punto de vista de lo que en la Argentina se llamó la izquierda nacional, Jorge Abelardo Ramos y su discípulo Ernesto Laclau, que siempre fueron filoperonistas por más que se dijeran marxistas, el líder populista empodera, es decir, representa y estimula el desarrollo del poder popular. Para nosotros, bonapartismo refleja mejor la naturaleza de 125 Eduardo Sartelli estos fenómenos porque habla de la relación de un personal político que se transforma en garante de un empate social, entonces parece de izquierda, porque enfatiza el avance de las masas, pero al mismo tiempo parece de derecha, porque le pone límites a ese avance, en algunos momentos parece actuar contra la burguesía, mientras que en otros momentos actúa claramente a favor de la burguesía. Es decir, es un personaje muy ambiguo y esa ambigüedad es producto de esta situación, del hecho de que en realidad representa un momento muy particular donde la hegemonía burguesa está en crisis, no puede reafirmarse, y al mismo tiempo la clase obrera no es capaz de proponer una solución propia. De hecho el bonapartismo viene a evitar que la clase obrera tenga una solución propia. Los bonapartismos son regímenes burgueses. El hecho de que represente un empate no quiere decir que sea parte obrero y parte burgués, son regímenes burgueses cuya función es congelar un proceso revolucionario. Obviamente para congelarlo hay que entregar algo, de lo contrario eso no se congela. Luego hay una etapa de izquierda de ese bonapartismo, una etapa de concesiones. Cuando ya se ha logrado controlar ese proceso, el bonapartismo adquiere un carácter más controlador y puede llegar a ser muy represivo, como Maduro en Venezuela o como en su momento Perón en la Argentina, quien inició con la triple-A la política de desapariciones. Los primeros desaparecidos en la Argentina empiezan con Perón y la triple-A, la organización parapolicial del peronismo. Entonces, este tipo de gobiernos, más que empoderar a la masa, a la clase obrera, vienen a frenar su desarrollo, y la forma de frenar ese desarrollo procede por la cooptación de líderes populares. En Argentina está el caso de las Madres de Plaza de Mayo, una agrupación muy a la izquierda, que había rechazado toda relación con la burguesía y que aparecía más a la izquierda que la izquierda, y termina siendo una de las bases de apoyo del kirchnerismo. Buena parte de esta cooptación de dirigentes populares procede por la vía de la corrupción política, es decir, virtualmente los compran, el caso de Milagro Sala en Argentina, por ejemplo, y se desarrollan una serie de vínculos, el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando, la fuga 126 Descifrando el chavismo de divisas, las maniobras con la divisas, el mercado negro. Bueno, en Venezuela eso es recurrente y en la Argentina kirchnerista también. En general estos regímenes terminan cayendo víctima de sus propias contradicciones. Por eso, el ascenso ahora de la llamada nueva derecha latinoamericana, Macri y compañía, en realidad es la consecuencia de una economía que no funciona más, porque el problema de los bonapartismos es que su política, en términos económicos, es absolutamente incongruente con el desarrollo capitalista normal, es decir, es vez de enfatizar la producción, la inversión, se enfatiza la distribución. Cuando digo que se enfatiza la distribución no digo que se enfatiza la distribución hacía la clase obrera. En general, el bonapartismo es más generoso con las fracciones burguesas que lo sostienen que con la propia clase obrera. Si uno midiera los subsidios que ha recibido la boliburguesía en Venezuela o la burguesía peronista en Argentina son infinitamente mayores que cualquier concesión que le hayan hecho a las masas. Entonces, el ascenso de Macri y de gente como Macri suele ser la consecuencia de este proceso de desquiciamiento de una economía que no va para ningún lado y que con solo reordenar un poco adquiere visos de normalidad e incluso parece progresista. Muy probablemente Macri en la Argentina vuelva a ganar las elecciones y yo creo que las va a ganar con más amplitud, simplemente porque la gente recuerda que en la Argentina hace un año virtualmente no se podía comprar un dólar, virtualmente había una inflación galopante, virtualmente había una desocupación muy alta que se ocultaba estadísticamente, es decir, porque el gobierno de Cristina fue un gobierno desastroso. Yo siempre digo, a Cristina le regalaron una calesita y la chocó, una cosa muy fácil de manejar y se dilapidaron recursos de una manera extrema, porque esa es la naturaleza del bonapartismo, el bonapartismo solo resiste a fuerza de dar o de comprar sectores enteros de la economía, de tener sus propias facciones en todos lados. Recuerdo la primera vez que fui a Venezuela, fui invitado por una organización que se llamaba ABES, asociación bolivariana de economistas socialistas, cosa que de por sí me parecía extraña. Pero también me enteré que había una asociación bolivariana de computistas socialistas. Bueno, uno ve que 127 Eduardo Sartelli el chavismo y el kirchnerismo son parecidos, es decir, tienen una fracción en cualquier lado. La función del bonapartismo es controlar la política y, por lo tanto, poner gente en todos lados. Se genera una hipertrofia del aparato del Estado, una hipertrofia del sistema político, y todo termina siendo una red de corrupción, de latrocinio del Estado, que en algún momento la propia burguesía necesita desalojar. Una vez que el proletariado fue enfriado y la burguesía se siente más dura, más consolidada, procede a liquidar la experiencia bonapartista que ella misma alentó. Jesús Manuel Vallez: Después de 18 años, ¿Cuál es el balance? ¿Qué significó el chavismo para la clase obrera y para la burguesía? Eduardo Sartelli: Para la burguesía el chavismo significó la posibilidad de sobrevivir, porque el proceso político que lleva a Chávez al poder es un proceso político cuyas perspectivas revolucionarias no eran inmediatas pero que estaban sobre la mesa, es decir, un proletariado venezolano muy movilizado, muy activo, que podía en algún momento tomar decisiones muy radicales. Lo mismo pasa con el proletariado argentino en el 2001. Después de 18 años del chavismo el balance no puede ser más que absolutamente negativo. Se ha destruido una posibilidad política, se la destruyó a propósito, porque el chavismo vino a sepultar la posibilidad de independencia política de la clase obrera venezolana y a imposibilitar la reorganización de esa clase obrera. Por eso, así como Kirchner entregó a las masas argentinas al macrismo, el chavismo está haciendo todo lo posible por entregar las masas venezolanas a la MUD y a la oposición más reaccionaria. Con suerte en Venezuela logren que el próximo presidente sea Capriles, que supongo es una especie de Macri venezolano, y no Leopoldo López, que supongo está dispuesto a pasar por las armas a más de uno, si no aplica alguna acción más extrema. Lo más probable también es que el propio chavismo se reconvierta y mantenga una dictadura que tienda a ser cada vez más represiva con la clase obrera y trate de llegar a algún acuerdo con la burguesía. El proceso venezolano está abierto. Tal vez la clase obrera venezolana pueda organizarse independientemente y lograr una organización 128 Descifrando el chavismo propia, la solución propia a la crisis, que es la que nosotros, desde aquí desde lo lejos, creemos que es la más deseable. Pero, durante 18 años de chavismo fueron 18 años de desorganización popular, 18 años de bastardeo de la idea del socialismo, 18 años de echar palada de tierra tras palada de tierra a cualquier cosa que se considerara de izquierda. No sé cuántos chavistas quedan en Venezuela, pero estoy seguro que la clase obrera venezolana está en tales condiciones que difícilmente se sienta tentada de hacer algo parecido al chavismo o incluso más a la izquierda. Lo más probable, de hecho sino la oposición no estaría en la calle con la fuerza con la que está,es que buena parte de la clase obrera venezolana haya sido empujada hacia la MUD por el propio chavismo. Frente a semejante descalabro, frente a semejante descomposición social, frente a semejante inutilidad, frente a semejante corrupción, frente a semejante arribismo, un presidente que habla con un pajarito, es muy probable que lo más sano de la clase obrera venezolana se haya corrido espontáneamente hacia la derecha, porque no ve en el horizonte una perspectiva propia, lo cual es una desgracia porque los que vengan no van a ser mejores que los que se fueron, lo más probable es que los que vengan consoliden niveles de represión muy altos, consoliden niveles de pobreza muy altos y, en cuanto puedan enfriar la situación, apliquen políticas de ajuste severas, que es lo que está pasando con Macri. Jesús Manuel Vallez: El escenario de miseria en Venezuela es algo que nadie puede negar. Sin embargo, el gobierno chavista ha señalado que se trata de una guerra económica, es decir, de una conspiración internacional para derrocarlo encabezada por el imperialismo norteamericano ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Qué noción tienes del imperialismo? Eduardo Sartelli: Para empezar es mentira porque si el imperialismo quisiera echar a Maduro y quisiera realizar una acción internacional para desalojar al chavismo bastaría con que Estados Unidos dejara de operar con el petróleo venezolano, es tan sencillo como eso. Si 129 Eduardo Sartelli Estados Unidos quisiera, Venezuela mañana desaparece del mapa petrolero, con lo cual la idea de una conspiración internacional no tiene sentido. ¿Cuál es el mayor socio económico comercial de Venezuela? Estados Unidos. Y para Estados Unidos, Venezuela no es un problema. No es una relación simétrica. No es que para Estados Unidos la sociedad económica con Venezuela es imprescindible. No es cierto. Menos después del desarrollo del fracking y ese tipo de cosas. Estados Unidos puede tener que pensar muy seriamente antes de pelearse con China, pero pensar en pelearse con Venezuela es una pavada. Por lo tanto, si el imperialismo quisiera destruir al chavismo basta con cerrar la canilla. Siempre los gobiernos en peligro le echan la culpa, no a sí mismos, por supuesto, sino a un enemigo externo aliado con algún enemigo interno. Basta escuchar lo que dice Maduro y repasar lo que dice Bashar Al Assad en Siria para darse cuenta que es exactamente lo mismo. Cualquier gobierno en crisis apela a ese tipo de nacionalismos que de alguna manera pretenden colocarlo en un lugar de defensa de la nación y cosas por el estilo frente a un enemigo que viene de afuera. Primero, eso es falso. Segundo, el imperialismo es una política específica de los Estados que tienen mayor poder. Entonces, no existe una cosa llamada imperialismo, una especie de cosa unificada, coherente, que tiene toda una política común, no, en realidad tenés un imperialismo norteamericano, tenés un imperialismo europeo, tenés un imperialismo ruso, tenés un imperialismo chino, un imperialismo japonés, tenés una panoplia muy amplia de Estados capaces de ejercer la violencia política fuera de sus fronteras, eso es básicamente el imperialismo, la capacidad de ejercer violencia política fuera de las fronteras nacionales. La Argentina no es un país imperialista porque no puede, no porque sea mejor, simplemente porque no puede. Argentina no puede ni siquiera obligar a Uruguay a que saque las pasteras esas que producen pasta de papel y contaminan el río Uruguay. Entonces, el tema de Argentina y de países como Argentina no es que son mejores que los otros, es simplemente que sus Estados carecen de la capacidad de ejercer violencia fuera de sus propias fronteras. Hay Estados incluso más débiles que no pueden ejercer 130 Descifrando el chavismo violencia ni siquiera dentro de su propia frontera, el Estado colombiano, por ejemplo, el Estado colombiano dos tercios del territorio no los controla. Pero, el caso de los Estados que son capaces de aplicar violencia fuera de sus fronteras es el caso de los países imperialistas. Eso es el imperialismo como fenómeno general. Después, estos Estados están en competencia. Por eso, vos ves a Putin en una relación particular con Maduro, o a China. El ascenso de Trump de alguna manera parecía que iba a cambiar los escenarios, pero ahora parece que no. Y además dentro de los Estados Unidos, el Estado norteamericano representa diferentes fracciones del capital, de las cuales no todas están de acuerdo en lo mismo. Por lo tanto, el propio imperialismo tiene contradicciones. Por ejemplo, hay fracciones que quieren desalojar a Maduro, de eso no hay duda, pero está claro que a los sectores petroleros que hacen muy buenos negocios refinando el petróleo venezolano no les interesa que caiga Maduro, sino ya lo hubieran echado. ¿Por qué no les interesa que caiga Maduro? Porque con Maduro hacen excelentes negocios. Jesús Manuel Vallez: ¿Entonces sería lo contrario? ¿El imperialismo norteamericano mantendría a Maduro en el poder? Eduardo Sartelli: Por lo menos hay un sector del imperialismo norteamericano, de la burguesía norteamericana, que no está alineada con la idea de desalojar a Maduro. Eso es muy claro, porque si toda la burguesía norteamericana estuviera alineada, no te quepa la menor duda de que Maduro ya no estaría ahí. Tomando el caso de Cuba, hay fracciones del capital norteamericano que eran muy proclives hacia la apertura hacia Cuba, al levantamiento del bloqueo, esas fracciones se expresaron a través de Obama, otras fracciones no. Ahora, no se sabe si los acuerdos con Cuba serán dados marcha atrás o en realidad es una fachada política y no un hecho real. Entonces, no hay que tomar al imperialismo como un hecho primero económico, es un fenómeno político que tiene consecuencias económicas. Pero un país es imperialista no porque de esa manera se hace fuerte económicamente, sino que es imperialista porque es fuerte económicamente. El imperialismo norteamericano brota de la potencia de economía 131 Eduardo Sartelli norteamericana, que es superior a cualquier otra economía. Y lo otro es que no hay que tomar al imperialismo como un fenómeno unificado, coherente, carente de contradicciones al interior, sino como un conjunto de políticas, algunas de las cuales logran hegemonía momentáneamente. Jesús Manuel Vallez: Ya mencionaste uno, la burguesía norteamericana con intereses en el sector petrolero. ¿Qué otros factores crees que sostienen a Maduro en el poder? Eduardo Sartelli: El grueso de la burguesía venezolana está con Maduro. Si bien hay sectores importantes de la burguesía fuera del chavismo, hay sectores muy grandes de la burguesía chavista, de eso que llamamos boliburguesía, que numéricamente son más importantes que los otros. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué diferenciaría a esas fracciones de la burguesía? Eduardo Sartelli: Básicamente lo que más los diferencia es la dependencia del aparato del Estado. En la Argentina a la burguesía más dependiente del Estado la llamamos burguesía mercadointernista. Es una burguesía que vive de vender en el mercado interno porque su capacidad competitiva no le permite acceder al mercado mundial. Esa burguesía es básicamente la burguesía peronista. Todos esos burgueses, normalmente, son chicos, son débiles. Aunque los grandes grupos también están allí. El grupo Techint cada vez se alinea con el peronismo sin ningún tipo de problema. El grupo Macri en realidad es un grupo peronista, de hecho el padre de Macri no quería que su hijo fuera presidente porque le arruinaba sus negocios con el kirchnerismo, porque Macri nació, creció y se desarrolló gracias al peronismo. De hecho era peronista, es peronista. El propio Macri nace coqueteando con el peronismo, e incluso pudo haber sido el vicepresidente de Scioli y se negó pero porque tenía otras aspiraciones. Entonces, los grandes grupos económicos de Argentina, la burguesía que generalmente se considera más de derecha, en realidad es una burguesía peronista, lo que pasa es que depende menos del aparato del 132 Descifrando el chavismo Estado y, en general, busca que el aparato del Estado no canalice tanta plusvalía hacía los sectores más débiles. En Venezuela la cuestión es más difícil. Cuesta ver a una burguesía que no sea absolutamente dependiente del aparato del Estado, por el hecho de que en Venezuela, fuera del petróleo, hay muy poca cosa. Entonces, los sectores que no dependen del aparato del Estado tienden a ser muy débiles en Venezuela. De ahí que la MUD no pueda voltear a Maduro. De ahí que la burguesía anti-chavista no pueda voltear la situación, porque el grueso de la burguesía, y cuando pensamos en la burguesía no pensemos solo en los grandes grupos como la Polar, pensemos en desde el tipo que tiene un taller automotriz hasta el tipo que tiene una gran fábrica de cerámica o cosa por el estilo, gente que opera en mercado interno y que depende de la economía local, toda esa gente es chavista, toda esa gente es burguesía y es chavista, y tiene un enorme peso político y social. Esa gente está con Maduro. Por lo tanto, la idea de que Maduro representa al pueblo trabajador y la oposición representa a la burguesía es falso. De hecho, los miembros de la oposición son tan chavistas como Chávez. Capriles desarrolla desde el aparato del Estado tantas actividades sociales y de política social como el chavismo. Sino, ¿Cómo entendemos que un tipo como Capriles gobierne un Estado en Venezuela? Tanto la oposición como el chavismo aprovechan el aparato del Estado para controlar a la población sobrante. Entonces, las diferencias sociales son menores de lo que parecen. La ventaja del chavismo, como la ventaja del peronismo en Argentina, es que expresan a la burguesía más débil, por lo tanto a la burguesía más parásita, pero que es la que es capaz de sostener un grado de actividad interna que hace posible algún nivel de ocupación obrera. Entonces, son los más parásitos, son los más inútiles, son los menos competitivos, pero son los que tienen más fuerza social porque tienen más relación con la clase obrera. Los otros pueden ser más productivos, en Venezuela esto es discutible, pueden ser más grandes, pueden llegar a tener un grado de eficiencia mayor, pero su relación con las masas es muy limitada, porque su peso en la producción de empleos es muy baja. Techint en la Argentina ocupa muy poca población, las automotrices ocupan muy poca población. 133 Eduardo Sartelli Ahora, la enorme cantidad de enorme talleres que hay en la Argentina y que se dedican a fabricar autopartes, a fabricar ladrillos, pequeñas cosas, esas pequeñas fábricas son miles y ocupan cada una poca población trabajadora, pero todas juntas ocupan a la mayor parte del proletariado argentino, con lo cual, que esa gente se movilice conlleva a la movilización de las fracciones obreras que tienen relación con ellas. Si además conquistan el Estado pasan a tener relación con la población sobrante. Y entonces tienden a unificar a toda la clase obrera detrás suyo. El chavismo es eso: Es la unificación de la burguesía más débil que logra arrastrar al conjunto del proletariado venezolano o por lo menos a una fracción muy grande, y eso le da una fuerza social, y por lo tanto política, muy grande. Le da también una debilidad económica muy grande, porque siendo la burguesía más parásita y más pobre carece de capacidad para empujar la economía hacía adelante. Jesús Manuel Vallez: Hoy vemos multitudinarias protestas contra Maduro. ¿Qué cambió en la realidad? ¿Qué caracterización tienes de esas protestas? Eduardo Sartelli: Lo que cambió es la capacidad del Estado para controlar esa población sobrante. La caída de la renta le saca al Estado esos recursos con los cuales podía capturar a esa población sobrante. Entonces, por un lado vemos el fenómeno del mercado negro, la desocupación, la crisis de los hospitales públicos, la crisis del sistema de abastecimiento, etc., etc., etc. Y por otro lado, también hay una expulsión de burguesía amiga del chavismo, porque en la medida que hay menos recursos, no alcanzan los recursos para todos. Por lo tanto, hay sectores de la burguesía chavista que se ven expulsados de esos negocios porque hay menos recursos, y eso empieza a resaltar más el papel del aparato político, y lo que antes era: “Bueno, sabemos que roban, pero roban y reparten”, ahora se transforma en “roban solos”, porque evidentemente ya no reparten. En el caso argentino es muy claro. En el lenguaje político argentino se dice: “Roban pero hacen”. Es decir, todo el mundo sabe que Cristina es una de las mayores 134 Descifrando el chavismo ladronas de la historia argentina, pero mientras hubo plata y le daba subsidios a la burguesía y al proletariado era: “Bueno, dale, total reparte”. Cuando se acaba la posibilidad de repartir entonces empiezan los rencores porque gente que se queda afuera se empieza a manifestar. Entonces aparece en primera plana este asunto del latrocinio, pero que en realidad expresa la incapacidad de estas economías para desarrollarse más allá de algunos elementos que le permitan inserción en el mercado mundial. Venezuela y Argentina solo existen como efectos de compensación, por vía rentística, de una productividad del trabajo inferior a la media mundial. Como esa productividad del trabajo se atrasa en estos países todo el tiempo, se achican todo el tiempo, la única forma de supervivencia es patear la pelota hacia adelante, es decir, endeudamiento, devaluación, inflación como mecanismo para bajar el valor real de la fuerza de trabajo y, sobre todo, aprovechar los momentos expansión rentística que tienen que ver con la valorización de las materias primas: el agro en la Argentina, el gas en Bolivia, el petróleo en Venezuela y Ecuador. Cuando suceden estos momentos, parece que todo ha cambiado y que todo anda maravillosamente. Y si la clase obrera ha estado luchando muy fervorosamente, está el caldo preparado para que haya un bonapartismo. ¿Por qué? Porque hay plata para distribuir, lo que no quiere decir que la burguesía quiera distribuirla, y hay gente que quiere que se distribuya, es decir, hay una masa de población movilizada. Si no existiera esa masa de población movilizada, la renta sería apropiada en su totalidad por el conjunto de las fracciones burguesas. No hay chavismo porque haya renta petrolera. En los 70’ había renta petrolera a lo pavote en Venezuela y no hubo nada parecido al chavismo. Entre 1880 y 1930 la masa de renta que entró a la Argentina fue gigantesca y no hubo nada parecido al peronismo. Para que haya chavismo, para que haya peronismo, es necesario que haya crisis social y que haya un proceso agudo de lucha de clases, es decir, que la clase obrera luche. Si la clase obrera lucha, fuerza a la burguesía a ese proceso de distribución. Si no lucha, no pasa nada, se la apropia la burguesía. Por lo tanto, la renta puede ser una condición, pero no es una condición suficiente. Es necesario que esté la lucha de 135 Eduardo Sartelli clases de la clase obrera primero. Por otro lado, puede haber un bonapartismo sin renta, es decir, puede haber un proceso bonapartista impulsado por el endeudamiento o por cualquier otra cosa. Entonces, lo que yo veo en el caso venezolano es que el proceso de resquebrajamiento del régimen tiene que ver con un agotamiento de los recursos, no solo de los recursos en el corto plazo, sino del conjunto de la economía nacional. Este es el límite de la Argentina. Este es el límite de Venezuela. ¿Hasta dónde llega Venezuela? Hasta donde llega el precio del petróleo. ¿Hasta dónde llega la Argentina? Hasta donde llega el precio de la soja. Punto. Llegado ese punto nada es negocio en Venezuela, nada es negocio en la Argentina. Por lo tanto, hasta aquí llegamos. Mientras tanto, estos países dan lugar a desarrollos poblacionales, es decir, crecimiento de las fuerzas productivas que chocan contra las relaciones capitalistas. Es la forma clásica del marxismo para describir una situación revolucionaria. La revolución está en el horizonte de estos países, estos países viven al borde de su desaparición. Jesús Manuel Vallez: ¿El desarrollo poblacional implica per sé el desarrollo de las fuerzas productivas? Eduardo Sartelli: Es un elemento. El desarrollo de población quiere decir desarrollo de capacidades productivas. Jesús Manuel Vallez: ¿Como capital variable? Eduardo Sartelli: Como trabajadores, como fuerza de trabajo. Ese desarrollo de las fuerzas productivas no va acompañado de la expansión del conjunto de posibilidades vitales, es decir, las relaciones de producción en vez de facilitar ese desarrollo lo traban. Y eso es lo que gesta situaciones revolucionarias que desde la década del 70’ se van sucediendo en estos países, básicamente en toda América Latina, y la clase obrera todavía no ha sido capaz de encontrar una solución. Como la clase obrera no ha sabido encontrar una solución, ¿qué es lo que vemos? Dictaduras sangrientas que aplacan la situación durante un tiempo, gobiernos democráticos que sirven de pantalla para procesos de ajuste muy violentos y pseudosoluciones populares que en 136 Descifrando el chavismo realidad sirven para evitar que la solución estalle, como el bonapartismo, como el chavismo, etc., etc. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué expresan las movilizaciones que hoy se dan Venezuela? Eduardo Sartelli: Es difícil verlo sin estar en Venezuela y yo en ese sentido soy muy cauto. Pero lo que se expresa en las movilizaciones es una crisis completa del régimen chavista, no sé si definitiva, pero muy probablemente definitiva, y el inicio de una guerra civil. Si llega a triunfar la MUD, o alguna variante, yo creo que el candidato más probable es Capriles, se perfila con ese rol macrista. Macri ha sido como una especie de bendición del imperialismo norteamericano porque aparece como un modelo de tipo de derecha suficientemente flexible y suficientemente inteligente para ganarle al populismo sin necesidad de derrotarlo militarmente y además como para organizar una salida relativamente pacífica. Yo no sé si eso es tan fácil en Venezuela como en la Argentina y, de hecho, en la Argentina no es fácil. Una cosa es lo que Macri intenta y otra cosa es lo que Macri logra. Creo que el perfil macrista lo da mejor que nadie Capriles. No le veo muchas posibilidades de eso a Leopoldo López ni a ningún otro sector de la derecha venezolana. Entonces, si la situación, como a mí me parece, es más difícil para la salida del bonapartismo en Venezuela, es muy probable que la salida del bonapartismo en Venezuela no sea tan suave como parece ser en la Argentina, y que esa salida sea más bien muy crítica, y por lo tanto que un futuro Macri venezolano se enfrente a un estallido social muy grande, no tanto de masas chavistas sino de masas que han roto relaciones con todo el mundo, es decir, vamos a una especie de caracazo a la enésima potencia. ¿Eso significa que se viene la revolución? Para que haya revolución tiene que haber un elemento subjetivo, es decir, tiene que haber un partido revolucionario. Si eso no se consigue organizar en Venezuela, ese caracazo a la enésima potencia va a dar como resultado una dictadura militar o cívico-militar que va a opacar cualquier cosa que haya hecho Maduro hasta ahora. Con lo cual no soy muy optimista del escenario que se plantea para Venezuela, 137 Eduardo Sartelli aunque confío en la capacidad de la clase obrera venezolana para orientarse. No sé si confío tanto en la izquierda venezolana, por la misma razón que no confío en la izquierda argentina. Es una izquierda que está anclada en escenarios de hace 50 años y que carece de capacidad para entender procesos revolucionarios. Ahí está el drama venezolano, como también me parece que está el drama argentino. Jesús Manuel Vallez: Has manifestado la necesidad del factor subjetivo para que se dé una revolución en Venezuela, es decir, la necesidad de un partido revolucionario. ¿Por qué no ha surgido? ¿De qué depende que surja? Eduardo Sartelli: Hay muchas cosas que se pueden mencionar, algunas muy importantes que nos llevaría mucho tiempo desarrollar. En general, el desarrollo de la conciencia revolucionaria de la clase obrera es un fenómeno muy complejo y no muy fácil, sino la burguesía no hubiera gobernado 300 años como ha gobernado. Pero, sí puedo mencionar algunos elementos que explican la debilidad subjetiva de la clase obrera en la coyuntura en la que estamos. El elemento probablemente más poderoso para explicar la debilidad subjetiva de la clase obrera son estas transformaciones de las que hablábamos antes, es decir, esta clase obrera no es la clase obrera de los años 70’. Muchos de sus componentes no han estado nunca en relación con el proceso productivo. En general, no están organizados por el proceso productivo mismo, porque la mayor parte de estas fracciones nuevas de clase obrera son población sobrante. En general, gran parte de esa población sobrante proviene de pequeña burguesía proletarizada, por lo tanto no tiene ni siquiera una trayectoria familiar de lucha, de conciencia. Eso se ve muy claro en los llamados nuevos movimientos sociales, en Ocuppy Wall Street, en Podemos, es decir, pequeña burguesía proletarizada que no tiene tradición obrera y, por lo tanto, cree que protagoniza algo totalmente distinto, es más, ni siquiera se reconoce obrera. De eso, en países como Venezuela y la Argentina hay mucho, y eso retrasa mucho el desarrollo de la conciencia. En general esas fracciones son muy antipartido y son las que le dan pasto a Tony Negri, a John Holloway, a Marta Harnecker, a 138 Descifrando el chavismo toda gente que sueña con cambiar el mundo sin tomar el poder, que rechazan la organización partidaria, paradójicamente esa gente ama al Estado y vive del Estado, pero después niega la organización partidaria. Entonces, esa desestructuración y reestructuración de la clase obrera creo yo que es el factor más importante para entender esta orfandad subjetiva. La clase obrera de los 70’ no es la clase obrera de hoy, le ha pasado un huracán por encima y todavía no se ha reorganizado. Después, hay factores de orden subjetivo menor, pero que juegan un papel importante. Otro elemento muy importante a marcar acá es la derrota mundial de la clase obrera en la década de los 70’, es decir, durante la década de los 70’ se derrotó la última oleada revolucionaria del siglo XX y esa derrota tuvo consecuencias muy serias en el plano de la conciencia. Fue una derrota general, se derrotó al trotskismo, se derroto al reformismo, se derrotó a los nacionalismos, se derrotó al guevarismo, al maoísmo, fue una derrota general. Sumado a eso, está la caída de la Unión Soviética, que con todos los problemas que uno puede ver, todas las desviaciones, las deformaciones, o como uno quiera llamarlas, es un fenómeno de características ideológicas fundamental. Es decir, no solamente te derrotaron cuando intentaste hacer la revolución, sino que ahora de la revolución no queda nada, es más, lo que queda es la sensación aún en los más convencidos de que la revolución no es posible, y que si es posible es mejor que no se produzca, porque si vamos a tener que atravesar el estalinismo es mejor quedarnos con Maduro, o incluso hasta con Capriles. Ese es un tercer elemento. El cuarto elemento de orden subjetivo que me parece importante mencionar es el atraso fenomenal de la izquierda latinoamericana, que es una izquierda que se ha quedado en el pasado, que está anclada en un escenario de por lo menos hace 50 años y es incapaz de pensar la realidad. Entonces, volvemos al punto partida. Nosotros nos dedicamos a estudiar la realidad porque queríamos superar una de las taras subjetivas que impiden el desarrollo del partido revolucionario. 139 Eduardo Sartelli La izquierda latinoamericana no sabe dónde está parada, no tiene idea de qué hay que hacer porque desconoce el mundo real. Entonces, cuando uno va a Venezuela se encuentra con bujarinistas, con mencheviques, con guevaristas, con gente que vive en otro mundo, que decide que las masas de Petare no son obreras, que decide que hay que ir a militar a Sanitarios Maracay porque ahí hay obreros de verdad, y entonces regala las masas al chavismo, que decide que el chavismo es socialista, que decide que es mejor no tomar el poder, una izquierda totalmente perdida, que a mi juicio es el elemento coyuntural inmediato más grave de todos estos. Jesús Manuel Vallez: Mencionaste a la población obrera sobrante, que evidentemente es mayoritaria en países como Venezuela y Argentina, ¿tiene está fracción obrera posibilidad alguna de organizar conscientemente la sociedad, es decir, el proceso de producción y consumo social? Eduardo Sartelli: Si, claro que puede, porque no es un problema económico. Habría que echar a los economistas del marxismo. Durante mucho tiempo el marxismo fue un fenómeno de filósofos y críticos literarios, era la época de Althusser, de Hobsbawn, de Raymond Williams, y parecía que el marxismo no podía hablar de cosas más concretas. A fines de los 70’, principios de los 80’, surge toda una nueva generación de economistas marxistas que permiten que el marxismo empiece a hablar de cosas muy concretas de una forma muy sólida. Ahora, esa gente que ha hecho un enorme aporte al marxismo en los últimos 30 o 40 años, esa gente tiene limitaciones serias a la hora de pensar la política. Entonces, la idea de que porque alguien está desocupado no puede dirigir un proceso político, social, reorganizar un país, es una idea tonta, es creer que la conciencia brota del torno, de la máquina, se confunde las relaciones técnicas del proceso de trabajo con las relaciones sociales de explotación. El proletario es proletario porque vive en una relación social de explotación, es una relación social general que organiza toda su vida. No es una relación técnica de autoridad en un proceso de trabajo concreto en una fábrica. Por lo tanto, del mundo de los desocupados 140 Descifrando el chavismo pueden surgir perfectamente los grandes dirigentes del proceso revolucionario, y de hecho los grandes dirigentes del proceso revolucionario en Argentina eran todos desocupados que se organizaron en el movimiento piquetero. Jesús Manuel Vallez: ¿De dónde le brotaría la potencia a esa parte de la población obrera que nunca ha estado relacionada en forma directa con la producción para dirigir el proceso de organización consciente de la sociedad? Eduardo Sartelli: ¿Por qué tendría que brotarle del proceso productivo? No es un problema técnico, es un problema político. El problema acá es tomar el poder. Tomado el poder, lo demás es técnico. Acá el problema no es si esta gente tiene la capacidad para trabajar en el proceso productivo, capacidad que se adquiere relativamente fácil dado que los procesos productivos técnicos requieren fuerza de trabajo poco compleja. Acá el problema no es técnico, acá el problema es político. Venezuela está como está por un problema político, no por un problema técnico. Venezuela tiene petróleo a lo pavote. Incluso con un precio del petróleo muy bajo tiene recursos enormes para una población relativamente baja. Solo con que el proletariado se apropie de la renta petrolera, expropie a la burguesía y desaloje a todos los parásitos habidos y por haber en Venezuela tendría una cantidad enorme de recursos para reorganizar toda la vida económica venezolana. Ahora, ¿ese es un problema técnico? No, es un problema político. Entonces, los desocupados pueden resolver ese problema político, claro que pueden resolverlo. Y si resuelven ese problema político, ¿pueden resolver el problema técnico? Perfectamente. El problema técnico es solamente eso, un problema técnico, es algo completamente menor. Razonar de esa manera es hacerle caso a los economistas, es hacerle caso a aquellos que creen que los problemas son técnicos, que un proletariado que no está ocupado no puede resolver un problema político. Y no es así. De hecho, en el caso argentino, el movimiento piquetero, lo más avanzado que ha dado políticamente la clase obrera argentina en los últimos 40 o 50 años, es un movimiento de desocupados. Entonces, no 141 Eduardo Sartelli nos confundamos. La población sobrante está llamada a ser vanguardia, a ser vanguardia política. Y acá el problema que hay que resolver es político. “Fuera del poder todo es ilusión”, decía Lenin, y tenía toda la razón del mundo. Acá lo que necesitamos es el poder. ¿Lo demás? Lo demás se arregla, es una tontería. Jesús Manuel Vallez: ¿Qué lineamientos básicos debe seguir la organización que sea portadora de los intereses de la clase obrera venezolana? Eduardo Sartelli: Yo si estuviera en Venezuela, lo cual es una expresión cómoda porque no estoy en Venezuela, donde las cosas son bastante más peligrosas que en la Argentina, y donde la tarea de los revolucionarios es bastante más difícil que en la Argentina. Pero, yo si estuviera en Venezuela tendría como horizonte tratar de desarrollar una asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados, sobre todo de desocupados, con la idea de que está organización, que reúna a todos los agrupamientos posibles, se articule para buscar una salida por fuera y más allá del chavismo y de la MUD. El derrocamiento de Maduro y el arrinconamiento de la oposición tendrían que ser el horizonte de este agrupamiento. Obviamente es fácil decirlo, pero cuando decimos el derrocamiento de Maduro estamos hablando del poder del Estado que se expresa militarmente, y cuando decimos arrinconamiento de la oposición decimos control de las fracciones más poderosas del capital en Venezuela, con lo cual no es una tarea fácil. Por eso, yo me concentraría en esta cuestión, tratar de armar una organización que sea capaz de recibir en su seno a todos aquellos que no quieren ni caer en la derecha ni seguir enterrándose con Maduro. De ahí esta consigna: “Por una asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados”. Una asamblea que reúna a toda militancia del país, provenga de donde provenga, y cuyo único compromiso sea: “Ni con Chávez, ni con la MUD, por una salida obrera a la crisis”. Ese sería el horizonte a construir. 142 Descifrando el chavismo Jesús Manuel Vallez: ¿Qué factores han limitado materialmente el surgimiento de esa organización? ¿Es un problema de falta de vanguardia? ¿Es un problema de falta de voluntad? Eduardo Sartelli: Ahí hay un elemento que bloquea esa salida, y que cuando enumeramos los elementos subjetivos no mencionamos, y que tendríamos que haberlo mencionado, porque es probablemente lo más importante, que es la función del chavismo. La función del chavismo es impedir el desarrollo de la conciencia independiente de la clase obrera. La crisis del chavismo abre la posibilidad de que sectores enteros del chavismo empiecen a pensar de otra manera. Marea Socialista, por ejemplo, de alguna manera expresa esta necesidad de salir de este cerco chavista, aunque por sus concepciones políticas e ideológicas no termina de romper y de plantearse como una alternativa obrera independiente. Pero es evidente que es el síntoma de una crisis muy grande. Lo mismo con los sindicatos, etc., etc. Habría que agrupar a todos esos sectores en alguna instancia organizativa. Esa instancia organizativa no es otra cosa que una asamblea de luchadores, gente que quiere solucionar la crisis sin unirse con la derecha y sin unirse con el chavismo. Tarde o temprano eso va a aparecer. Ahora, la pregunta es si va a aparecer tarde o temprano. Si aparece temprano tenemos alguna oportunidad, si aparece tarde ninguna. Jesús Manuel Vallez: A principios de 2016 un grupo de militantes convocó la conformación de una organización como la que planteas, era la convocatoria a conformar una Plataforma de Izquierda. Esa iniciativa no prosperó. ¿Qué factores crees que motivaron ese fracaso? Eduardo Sartelli: Hay que insistir, no queda otra. Hay que insistir y hay que hablar con todos. Hay que hablar con todos los que estén en esta línea, o que puedan interesarse en esta línea, desde los sectores más confundidos hasta los sectores con una conciencia más clara, pero acá no se puede ser sectario. Es decir, todo aquel que sienta que el chavismo está agotado y que no quiere darle a la burguesía, a la derecha, a la burguesía anti-chavista, la potestad para resolver la crisis, todos esos tienen que ser convocados. Y hay que insistir, obviamente 143 Eduardo Sartelli puede salir o no, eso no está escrito en ningún lado, no hay ninguna fórmula mágica, pero hay que insistir. Si yo estuviera allá en Venezuela insistiría otra vez con esto, y sería en este punto más amplio, no en el sentido de aceptar chavistas, sino de aceptar a gente que provenga del chavismo y que esté dispuesta a superarlo. Es igual que acá el kirchnerismo. No podemos estar con Macri, no podemos estar con Kirchner. Aceptamos que kirchneristas se acerquen, siempre y cuando entren en crisis con el kirchnerismo y pretendan superarlo. Ahora, si vienen para que nosotros nos hagamos kirchneristas están equivocados. Jesús Manuel Vallez: Una parte importante de la población venezolana identifica al socialismo con todo lo que significó el chavismo, es decir, una sociedad de hambre y miseria. ¿Es posible apuntar directamente al socialismo en Venezuela? Eduardo Sartelli: Si se produce una revolución en Venezuela indudablemente va a necesitar superar la pesada lápida que el chavismo le ha puesto a la palabra socialismo. Eso está claro. Y seguramente va a tener que enfrentar un cuadro de miseria muy agudo. Pero, es eso, o no hay muchas otras opciones. Es eso, o que el capital haga exactamente lo que quiere, que para la mayor parte de la población va a significar miseria cada vez más aguda. Por otro lado, si se diera una revolución en Argentina o en Venezuela solo podría ser visto como un proceso mucho más amplio. Si ese proceso más amplio no se da, habría problemas serios para sostenerse en el poder y realizar transformaciones sustantivas. En América Latina la revolución pasa por Brasil. No nos va a invadir los Estados Unidos. El guardián del imperialismo en América Latina, el guardián del capitalismo en América Latina va a ser Brasil, así que buena parte del destino de América Latina se juega en base a lo que la clase obrera brasileña diga. La clase obrera brasileña, después de un par de décadas de pasividad política, ha entrado en ebullición. Una revolución triunfante en la Argentina o en Venezuela significaría una mecha prendida sobre un polvorín. Con lo cual, muy probablemente un avance socialista en Venezuela tendría repercusiones muy amplias en el resto del 144 Descifrando el chavismo continente y permitía pensar en una estructura mucho más amplia. Si eso no se produjera, la revolución en la Argentina o en Venezuela tendría problemas serios. Pero la historia es así, la historia funciona para los revolucionarios como un acto de voluntad más allá de las perspectivas inmediatas, es decir, como decía Gramsci: “Hay que ser pesimista en las posibilidades y optimista en la voluntad”. Hay que tirar la pelota y olvidarse de ir a buscarla, sino no hay movimiento. Obviamente no hay que ser suicida, hay que hacerlo con conciencia, pero igual no quedan muchas otras opciones, hay que intentarlo. Una vez que uno lo intenta, la historia tiene esta característica, se reescribe sobre sí misma, es decir, lo que nosotros hacemos también incide sobre el resultado. Otra vez habría que expulsar a la cofradía de economistas del marxismo, porque esos economistas no entienden esto: Un hecho político puede producir un salto cualitativo en la situación y cambiar por completo el escenario. Sino pensemos en la Revolución Cubana. Que cosa más insulsa la revolución en una islita que entra en una provincia menor de la Argentina y que tiene unos pocos millones de habitantes, y tiene a pocas millas al imperio más grande que haya existido en la historia de la humanidad, y sin embargo, el impacto de la revolución cubana en América y en el mundo en la década de los 70’ fue mucho más importante que el impacto de la revolución rusa. Por lo tanto, el hecho político puede cambiar cualitativamente la situación. Ahora, ¿puede suceder? Puede suceder. ¿Puede no suceder? También. Eso no lo sabemos Jesús Manuel Vallez: ¿Qué mensaje dejas a la clase obrera venezolana y sobre todo a quienes están pensando los temas que discutimos en esta entrevista? Eduardo Sartelli: Insistir en la necesidad de una organización independiente de la burguesía. Yo insistiría en la reunión de todos los luchadores que no quieren caer junto al chavismo y que no quieren entregarse a la oposición burguesa. Por lo tanto, yo insistiría en la necesidad de una asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados. 145 Eduardo Sartelli ***** Eran las 22:30 horas. La entrevista se había extendido más de la cuenta y prácticamente, además del portero, solo quedábamos él y yo en el colegio. “Llévate la última versión de El Aromo”, me dijo entregándome el periódico de su organización, y procedimos a salir del recinto. Amablemente me dio un aventón hasta el lugar donde tomaría un autobús de vuelta. Durante esos minutos, discutimos sobre la posibilidad del surgimiento de la organización política de la clase obrera venezolana. “No se pueden rendir”, me dijo despidiéndose. Le di un fuerte apretón de manos acordando mantener el contacto por vía electrónica. 146 147 Juan Kornblihtt JUAN KORNBLIHTT ________________ 148 Descifrando el chavismo 149 Juan Kornblihtt Juan Kornblihtt Domingo, 13 de agosto de 2017 Juan Kornblihtt es uno de los compañeros más brillantes que he conocido. A Juan lo conocimos en medio de esa búsqueda por entender con detalle la realidad venezolana. Desde muy joven fue militante de Razón y Revolución (RyR), organización de la que se separó después de 15 años. Vale destacar que es investigador adscrito al CONICET y profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, así como de la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS). Durante más de 10 años se ha dedicado al estudio de Venezuela logrando avances increíbles. Pocos investigadores en la historia de la nación venezolana han avanzado con tanta profundidad como él. A principios de 2016, en el marco de nuestros esfuerzos por la unidad de la izquierda venezolana, recibimos un correo de Juan, quien se ofrecía a colaborarnos en lo que pudiera, informándonos, de igual manera, que en un breve lapso de tiempo viajaría a Venezuela y le gustaría conocernos. El grupo sintió una verdadera emoción al enterarse. Habíamos visto y discutido un seminario completo que dictó en Chile, en el que abordó desde la epistemología y el método marxista de la investigación hasta la particularidad de los países de América del Sur en el proceso mundial de acumulación de capital. Todo eso nos pareció abrumadoramente interesante. Finalmente conocimos personalmente a Juan en febrero de 2016, en Caracas. Estuvimos reunidos toda una tarde, en la que verdaderamente sacudió nuestra manera de abordar los problemas. Juan nos invitó a hacernos las preguntas más elementales y, a partir de allí, ir avanzando en el planteo de más y más preguntas. Casi todos los compañeros terminamos con dolor de cabeza. La cantidad y calidad del aprendizaje 150 Descifrando el chavismo obtenido ese día fue impresionante. Juan no venía con ningún dogma, ni con algún formato preestablecido, venía a enseñarnos a pensar los problemas y a darle respuesta por nosotros mismos. Eso es algo que siempre le agradeceremos. A partir de allí seguimos en contacto permanente. Juan nos exhortaba a investigar y escribir, cosa que se hizo realmente difícil por la complicada situación económica del país, que obligaba a los miembros del grupo a concentrar su esfuerzo en actividades que les permitieran sobrevivir materialmente. Sin embargo, desde principios de 2017 fue posible establecer cierta agenda de trabajo que se fortaleció con mi viaje a Argentina. Durante mi estadía en Buenos Aires, Juan y el grupo de compañeros militantes con los que trabaja me ofrecieron el mayor apoyo solidario. Se trata de compañeros realmente excepcionales que siempre estuvieron atentos a cualquier cosa que necesitara. La entrevista la realizamos durante el último día de mi estancia en Argentina. Durante todo ese periodo habíamos entablado discusión sobre una infinidad de cuestiones que, sin embargo, no habían quedado documentadas. Juan me invitó a su casa, a la cual también había tenido oportunidad de ir el día de mi llegada. Al llegar nos dirigimos a su oficina, donde tiene una biblioteca repleta de libros con las posiciones más actuales del marxismo mundial: Iñigo Carrera, Dumenil, Moseley, Shaikh, entre otros. Luego de comentar las noticias del día relacionadas a Venezuela, comenzamos la entrevista. ***** Jesús Manuel Vallez: Nos encontramos en Buenos Aires con Juan Kornblihtt, militante de izquierda e investigador del CONICET. Tiene más de 10 años de experiencia en el estudio de la realidad venezolana, quizás es el investigador a nivel mundial que ha avanzado con mayor profundidad en el análisis de las determinaciones particulares de Venezuela. En ese marco, quisiéramos empezar esta entrevista 151 Juan Kornblihtt conociendo en qué momento te interesas por la política y, en particular, en el estudio sobre Venezuela. Juan Kornblihtt: Bueno, la pregunta es amplia, pero específicamente por Venezuela surge como una cuestión de militancia. Es decir, aparece Venezuela, dentro de la acción política revolucionaria, como un problema que empieza a ser cada vez más relevante, sobre todo a partir de Chávez. Gran parte de la izquierda a nivel mundial y en Argentina en particular empieza a discutir sobre Venezuela, y muchas de las organizaciones empiezan a alinearse en torno a Venezuela sobre la pregunta del ¿qué está pasando en Venezuela?, más que en el ¿qué hacer?, porque, en general, no hay una expresión política de la izquierda argentina en Venezuela muy fuerte. Salvo algunos partidos como el MST o Izquierda Socialista, el resto de la izquierda no tiene mucha presencia. Sin embargo, Venezuela se convierte en un eje de la discusión porque pone en frente o reaviva la discusión programática en relación a varios puntos. Un punto que aparece en evidencia central es el problema del imperialismo, sobre todo con el golpe de 2002, y la injerencia extranjera en ese golpe aparece muy fuerte. Después aparece fuerte la discusión sobre el rol del Estado, sobre todo porque el chavismo se presenta a sí mismo como una reedición del socialismo. Entonces en ese contexto la discusión sobre Venezuela se vuelve relevante. Yo en el momento que empiezo a estudiar Venezuela militaba en una organización que se llama Razón y Revolución, y en esa organización aparece como un problema el poder avanzar en la construcción programática sobre bases científicas. Con una gran discusión, que podríamos profundizar en otro momento, sobre qué significa la ciencia, pero básicamente la idea era conocer la realidad venezolana, las determinaciones venezolanas, y en particular un problema clave que era el rol de la renta de la tierra. ¿Por qué? Porque en la acción política, como digo, el debate que atraviesa la discusión de Venezuela es también un debate sobre Argentina y en realidad sobre toda América del Sur. Aparece en común con Argentina el problema de la clase obrera en su vinculación, en su relación social determinada nacionalmente. 152 Descifrando el chavismo Aparece el problema de la renta de la tierra y, en el caso argentino, aparece como un problema no tan evidente, aunque es evidente el peso del sector agrario, el rol que juega la renta, pero la acción política de la clase obrera en relación a la renta aparece en un lugar secundario. Este último aspecto reaparece en el 2008 con la llamada crisis del campo, en la cual hay un lockout, o una huelga patronal, un lockout patronal en el cual se bloquea, es decir, piquetes patronales de sectores terratenientes y de sectores capitalistas agrarios en contra de un impuesto a la tierra. En ese contexto de conflicto, estudiar Venezuela aparece no sólo como un estudio sobre el chavismo, sobre la aparición de vuelta del discurso socialista, sobre la aparición de vuelta de una acción política que pone en cuestión la propiedad privada, sino que también aparece el problema de la renta de la tierra como un problema para América del Sur, un problema a tomar en cuenta porque determina de forma particular el accionar de las clases y el Estado. Entonces entender la renta de la tierra, introduciendo esta discusión sobre la acción política de la clase obrera en toda América del Sur, nos parecía importante para abordar lo de Venezuela. En esa militancia que hacíamos en Razón y Revolución el eje estaba puesto en lo programático, es decir, se concebía que la acción política tenía que ser con conocimiento de causa y que por lo tanto la construcción de un programa científico era una acción política, se reivindicaba eso. Y yo reivindicando eso, me acerqué a Venezuela con ese objetivo. Luego surgió la posibilidad de hacer una especie de pasantía o trabajo particular en el Banco Central (BCV), en la parte de investigación. En ese proyecto, que empezamos con Fernando Dachevsky, otro compañero de militancia con el cual trabajo, apareció la posibilidad de estudiar las cuentas nacionales venezolanas y dar cuenta de cómo la apropiación de renta determinaba el accionar político de las clases sociales. Cuando empezamos a estudiar esto, nos percatamos claramente como el propio estado venezolano, con todas sus contradicciones, realizaba este tipo de estudios. Y aparecía en la discusión qué transformaciones 153 Juan Kornblihtt habían ocurrido durante el chavismo, y qué potencialidades de otro tipo de transformación habían. Entonces ahí nos dedicamos al estudio sobre Venezuela ya como algo más en profundidad y específicamente sobre las cuentas nacionales venezolanas. Y comenzamos un estudio en donde lo que nos proponíamos era dar cuenta de esa unidad entre la acción política y las formas de apropiación de la renta. En Venezuela hay muchos estudios sobre la renta de la tierra. Baptista, Mommer y muchos autores clásicos que toman esto en cuenta. Mientras que en Argentina esto no aparecía de manera tan evidente hasta los trabajos nuevos de Juan Iñigo Carrera de la década del 2000, y sobre todo con la publicación de su libro sobre la renta en Argentina. Hasta allí era un tema que se mostraba como algo circunscrito al agro o como algo que fuese un resabio pre-capitalista. Pero en Venezuela la idea de la renta de la tierra como un problema que estaba en frente de la acción política era algo que aparecía en muchos textos. Entonces empezamos a investigar ahí. Pero, a su vez, el objetivo fue vincularnos con organizaciones, vincularnos con la militancia en Venezuela, y lo hicimos de diferentes formas. Primero con grupos políticos específicos, como lo que era en ese momento la ABES, la asociación bolivariana de economistas socialistas, que después terminó en la ALEM, en la que Manuel Sutherland jugaba un rol significativo. Pero también con otros grupos políticos con los cuales nos fuimos vinculando más tardíamente o en otros contextos. Ustedes mismos, que en su momento eran La Pipa Rota, los compañeros de Bravo Sur, etc. Además, en el momento teníamos un interés de formar un equipo de investigación, participar en la Universidad Bolivariana, etc. Eso fracasó. Con los sectores más adentrados en el chavismo siempre fue más difícil articular, quizás por nuestro carácter crítico, porque nunca abandonamos ese carácter crítico pese a haber trabajado en el Banco Central. Lo hicimos con publicaciones, sin hacer ningún tipo de concesión sobre un supuesto socialismo en Venezuela, sino mostrando el carácter capitalista de Venezuela y el carácter del Estado, que tanto bajo el gobierno de Chávez en ese momento, cómo después con 154 Descifrando el chavismo Maduro, es la expresión del capital en su conjunto y no una alternativa al capital. Eso en general lo planteamos abiertamente, con lo cual, aunque pudimos trabajar con toda la libertad que queríamos en el Banco Central y llegamos a publicar trabajos en ese sentido, el acercamiento al sector del chavismo en general fue a través de conferencias o charlas, pero no había ningún interés de un trabajo común. En cambio sí con otros grupos que emergían, tomando en cuenta todas las dificultades que implica una crítica al chavismo en la militancia por la izquierda, y delimitándonos de alguna manera, sin mucha cercanía, con los grupos trotskistas. En ese sentido, ese es un poco mi acercamiento a Venezuela. Jesús Manuel Vallez: Como ya señalaste, en diferentes artículos, conferencias, foros y otro tipo de actividades has demostrado tus avances en la producción científica relacionada al análisis de la realidad venezolana. ¿Asumes eso simplemente como parte de tu trabajo como investigador profesional o como una labor militante? Lo pregunto porque hay quienes plantean la existencia de una separación entre estos dos roles. Juan Kornblihtt: Sí. Lo que uno entiende por militancia es una acción política, una acción política organizada y sistemática. En ese sentido, yo considero que lo que yo hago es una militancia. Uno tendría que preguntarse entonces: ¿Para qué milita, de qué forma milita y cuál es el objetivo? Y en mi militancia, desde que estuve en Razón y Revolución, y en lo que sigo desarrollando ahora en una militancia por fuera de Razón y Revolución, un elemento central es la no separación, sino dar cuenta de, la unidad entre la conciencia de una acción y la acción misma. ¿Por qué? Porque toda acción remite a un conocimiento sobre lo que uno va a actuar. Ese conocimiento puede ser más acabado o menos acabado, pero el propio acto de conocer es una acción, porque no hay separación posible. El ser humano se diferencia del resto de los animales justamente por el desarrollo de la acción transformadora del medio, es decir, el trabajo se realiza en forma consciente. No somos un animal que actúa o que conoce inmediatamente a través de lo sensible 155 Juan Kornblihtt en una experiencia inmediata, sino que esa experiencia está mediada por un conocimiento previo, que es parte de la acción, que es indisociable. Decir que hay un conocimiento sin acción, o que hay una praxis separada de la acción, cae en un idealismo, y pareciera ser que hay una conciencia separada de la transformación del medio y que, por lo tanto, la conciencia existe escindida de la materialidad del trabajo humano y de la relación del ser humano con el medio ambiente. Es decir, no puede pensarse en las ideas del ser humano como algo separado del medio, de la sociedad, de su forma de vivir. Quien concibe que está por un lado la idea y luego hay que ir a comprobarla, o luego hay que ir a ponerla en acción, aunque no lo explicite, parte de una concepción donde la idea está escindida y puede ser cualquier cosa. Mi concepción, digamos, no es novedosa, pero en base a los planteos de Marx y, entendiendo desde ese lugar la información, comprende la discusión programática, la discusión sobre conocer, como una acción política. Está claro que esa acción política, que conocer, es un momento, pero es acción política. Uno podría preguntarse: ¿Qué otro tipo de acciones uno hace sobre esa base? Y efectivamente, yo concibo mi acción de investigación como parte de una acción política colectiva y no como un único momento. Pero, que sea un momento, y que yo me especialice o me concentre en el proceso de formación programática, no implica que no esté vinculado a la otra forma de acción. De hecho, como te señalaba, este conocimiento lo hice en parte como militante de una organización con la que luego rompí, y gran parte de la ruptura tuvo que ver con esta relación entre el conocimiento y la acción, quizás no explícitamente pero sí implícitamente. Mis escritos y mi trabajo está puesto en relación a la militancia y está puesto en relación a la clase obrera en tanto un sujeto revolucionario. Y las preguntas que me hago y las respuestas que busco son en relación a esa acción política revolucionaria. La potencia que pueden tener puede ser discutible. Si vos me preguntas: “¿Hoy tiene una potencia inmediata en la cual se realiza en una forma organizativa diferente a la propia investigación?”, te diría: “No, no tiene hoy inmediatamente esa potencia, o no hay grandes grupos organizados en torno a estas ideas, o que toman esta forma de pensar y esta forma de analizar las cuestiones y se organizan 156 Descifrando el chavismo inmediatamente para otras tareas”. Ahora, el vínculo que se establece, la discusión en la búsqueda, está con esas fracciones de la clase obrera que organizan la acción política. En todo caso lo que tenemos que preguntarnos es: “¿Por qué, si mis investigaciones son ciertas y avanzan en el desarrollo de la conciencia, por qué esa forma de avanzar en el conocimiento todavía no encuentra una acción política inmediata?” Esa es una pregunta que yo me hago. El término “acción política inmediata” estaría mal usado, porque lo mío ya es inmediato, pero con una potencia a realizarse en algo más allá de ciertos escritos. Ahora, la alternativa de salir a actuar sin tener este conocimiento desarrollado y sin poder contestarse esto, ¿qué implica? Implica una acción con un conocimiento de causa no desarrollado plenamente y que escinde una cosa con la otra. Entonces, en mi búsqueda de esa unidad, efectivamente expreso los límites de esta forma de conciencia que no se realiza en una organización que tenga su correlato inmediato en diferentes acciones. Jesús Manuel Vallez: En tu concepción partes del contenido mundial del capital para luego avanzar sobre las formas específicas nacionales. ¿Hacia dónde se dirige hoy la unidad mundial del capital y cual es la expresión de ese movimiento en Venezuela? Juan Kornblihtt: Efectivamente me parece que un punto clave para entender la sociedad en la que vivimos es que la relación social que tenemos no es una relación directa entre personas, sino que es una relación en la cual el ser humano produce en forma privada e independiente, y cuyo vínculo social parte de la mercancía. Y esa relación a través de la mercancía es una relación mundial. Eso significa que el capital es mundial. ¿Por qué es mundial? Porque el vínculo entre productores privados e independientes a través de la mercancía rompe con todas las barreras personales preexistentes y establece una unidad mundial. Obviamente que esa estructuración mundial a través de la mercancía se realiza, o tiene una forma de realizarse, digamos, no automáticamente sino con personas que establecen vínculos, pero que establecen vínculos no en tanto personas, no en tanto relaciones 157 Juan Kornblihtt personales como desarrollaba el señor feudal con su feudo, los campesinos o el esclavo con el esclavista, sino que son relaciones personales en las cuales las personas personifican su mercancía. El vínculo directo que tienen se expresa a través de una lucha, que es una lucha entre personificaciones. Y esa personificación que da lugar a las clases sociales tiene una realidad mundial, pero justamente se realiza a través de Estados y de relaciones políticas. Cuando miramos la unidad mundial lo que observamos es que esa fragmentación nacional tiene un contenido, pero ese contenido, si lo miramos desde cada país, pareciera que viene dado por el Estado y por las relaciones políticas de cada país. Entonces se cree que hay países más o menos sometidos al imperialismo, más o menos desarrollados por su política industrial; o incluso cuando se piensa en países socialistas en un solo país, en una región del mundo, se abstrae de la unidad mundial y se define a la relación que establece ese país por lo que pasa en ese país. La perspectiva que comparto parte de retomar los planteos de Marx desde la unidad mundial, donde la unidad mundial aparece y uno la reconoce existiendo en diferentes países, y nos preguntamos por esa unidad mundial como un contenido más general, es decir, no definimos a cada país como si fuese una sociedad en abstracto, donde cada país podría ser Estados Unidos y algo falló, o donde cada país puede ser socialista en abstracción de la unidad mundial, incluyendo las visiones del socialismo en un solo país que quizás hoy están menos de moda pero que en un momento tuvieron mucha fuerza de la mano del estalinismo, las visiones de la era del post-estalinismo, o inclusive aquellos que plantean el internacionalismo, que plantean expandir el socialismo desde un país, lo cual también parte de la idea de que hay un socialismo nacional posible. Si partimos de la unidad mundial y observamos que esta relación de contenido, que se expresa en formas directas, se expresa en el Estado, se expresa en la política, pero cuyo contenido es la relación directa a través del valor, de la mercancía, de la relación mercantil de productores 158 Descifrando el chavismo privados e independientes, lo que encontramos es que esa relación es mundial. Y la explotación de los capitalistas a la clase obrera es una relación mundial. Entonces tenemos que avanzar a las miradas nacionales a partir de este punto de partida. Cuando nos preguntamos por el momento actual de esa unidad mundial, uno lo que encuentra es: De alguna manera estamos frente a una situación de una prolongada crisis de sobreproducción, que se empieza a expresar en la década del 70’, en la cual hay una serie de transformaciones tecnológicas que avanzan en un incremento de la productividad muy grande, pero sin un incremento de la capacidad de absorber eso que se produce, como consecuencia de una fuerte caída de la rentabilidad que frena ese proceso expansivo, y entonces se produce una transformación productiva con la robotización, con una serie de transformaciones que expanden la producción, pero que no es acompañada por un aumento de la demanda, ni de lo que consume la clase obrera ni de inversión de capital. Esa fuerte expansión va encontrando transformaciones como la emergencia de China, es decir, no es algo estancado, sino que es un proceso de movimiento permanente, y logra establecer una unidad (sin caer en una crisis de sobreproducción gigante como la que estalla en la década del 30’) por la muy fuerte expansión del crédito y su formas derivadas, lo que se conoce como las finanzas o el capital ficticio. Esas formas derivadas del crédito van estableciendo una unidad entre la producción y el consumo; lo que se produce logra venderse y el capital logra seguir su acumulación, pero donde la demanda está sostenida por un capital ficticio de créditos. La apariencia de esto es que hay un cambio en la unidad mundial y que estamos frente a una nueva situación económica donde lo que rigen son las finanzas, que es una perspectiva muy de moda, la idea de un neoliberalismo financiero versus una producción industrial, pero lo que no ve es la unidad en la cual ese gran crecimiento de las finanzas tiene como correlato la posibilidad de vender mercancías industriales, de sostener la producción de mercancías industriales. 159 Juan Kornblihtt En ese movimiento, que uno puede rastrear desde la década del 70’, puede encontrar grandes hitos en los cuales cada ciertos años se pone en evidencia el carácter ficticio de la masa de esa riqueza, que aparece como real bajo la forma de crédito pero que no tiene sustento real. Entonces tenemos las crisis de las deudas: en el 82’, que en particular golpea muy fuerte a América del Sur y a América Latina en general; la crisis del 89’ que se expresa en la Unión Soviética que era uno de los sectores más endeudados, pero también se expresa en Venezuela donde tenemos El Caracazo, en Argentina los saqueos, es decir, toda una crisis general; una sucesión de crisis en los 90’, la crisis del tequila, la crisis del sudeste asiático; la crisis del 2001, que estalla en particular en la Argentina, aunque en toda la región implica un cambio importante; después tenemos una gran crisis en el 2008, 2009, y hoy estamos avizorando una nueva fase de esta crisis. Ahora, todo ese movimiento es un movimiento de la misma crisis, todo un proceso de expansión de la producción, cada vez más acelerado por transformaciones productivas, pero sin el correlato en generar su propia demanda. Algunos confunden esto como crisis de sub-consumo y piensan que se puede solucionar con algún tipo de estímulo al consumo, y lo que no ven es que justamente lo que hubo en todo este tiempo es un estímulo al consumo a través de las finanzas, y que eso fue lo que permitió vender mercancías; y que el problema es que el propio capital no genera su demanda, no la falta de una demanda artificial externa. En ese contexto de crisis general es que debemos ubicar algunos elementos que afectan en particular a América del Sur, y más en particular a Venezuela. Un primer elemento fuerte de esa transformación, que viene de la mano de la sobreproducción, es una muy fuerte expansión crediticia, pero a su vez una fuerte transformación productiva. Y para América del Sur esto va a implicar una serie de cuestiones que son relevantes en sus diferentes etapas y que van a ver su correlato en Venezuela. La caída de la crisis del 70’, y sobre todo en la década del 80’, va a marcar una muy fuerte caída en los precios de las materias primas. Esa muy fuerte caída de los precios de materias primas es correlato de la sobreproducción mundial. Tenemos que recordar el boom petrolero de los 70’, la puesta de producción del Mar 160 Descifrando el chavismo del Norte, la puesta de producción de muchos pozos petroleros en los países de la OPEP; los cuales llevan a una situación de sobreproducción general que, acompañada con una crisis mundial de contracción general de la producción, lleva a una caída, a un derrumbe de los precios del petróleo, y también de otras materias primas como las agrarias. Eso va a marcar en la década del 80’ una gran crisis para América del Sur, una crisis que se pospone en el tiempo por la posibilidad de endeudarse en la década del 70’ El fuerte endeudamiento en la década del 70’ compensa esa gran caída en los precios de las materias primas, pero en la década del 80’ se produce una doble contracción: de los precios de las materias primas y de la capacidad de endeudamiento; en particular para los países como Argentina, Brasil y Venezuela, mientras que Chile tiene otra dinámica. En ese contexto lo que encontramos es una muy fuerte contracción de la producción, y es lo que en Venezuela se conoce como “el colapso venezolano”, que puede ser visto como el correlato de políticas nacionales o de políticas propias del gobierno en Venezuela que se expresaron en una excesiva inversión en el sector no-petrolero, en la búsqueda de hacer un despegue de la economía, sobre todo a partir de la inversión en el sector siderúrgico y del estímulo para un crecimiento expansivo sobre la base de la producción; pero lo que uno ve es que esa política fue acorde al crecimiento de la renta y que cuando cae la renta no encuentra su base material. Con la caída de los precios del petróleo y la imposibilidad de endeudarse, hay un colapso muy fuerte. Ese colapso, sin embargo, no va a terminar de destruir a la industria en el caso venezolano. A diferencia de lo que ocurre en Chile, donde sí hay una apertura mucho mayor, Venezuela va a tener una crisis, una quiebra muy grande en su sector industrial, pero sectores claves como el automotriz, el siderúrgico, van a seguir operando y, de alguna manera, integran un bloque de países de América del Sur donde todavía el proceso industrial no termina de desarmarse, que es el caso de Argentina, Brasil, y de Venezuela en menor escala. Queda entonces con una crisis muy profunda, pero donde, por ejemplo, el sector automotriz sigue operando, la siderúrgica sigue operando. 161 Juan Kornblihtt En ese contexto de transformación, como decía antes, la crisis de los 70’ va a tener un elemento de transformación específica, en relación al capital ficticio y a lo financiero, como forma de cerrar la brecha entre producción y consumo para lograr que se vendan mercancías que sino no podrían venderse, pero también va de la mano de un cambio tecnológico muy profundo. Un cambio tecnológico que va a hacer realidad la posibilidad de simplificar los procesos de trabajo, fragmentar el proceso de trabajo y desarrollar una división en la cual la producción empieza a fragmentarse entre las tareas de configuración de los procesos productivos y de los productos, además de ingeniería y de diseño, y la ejecución. ¿Por qué? Porque el proceso de trabajo se simplifica mucho y puede incorporar mano de obra descalificada. Y en esa fragmentación lo que se va a desarrollar más es el sudeste asiático, y después el este asiático con China, Vietnam, etc. Ya en su momento Corea aparece como el primer elemento de esto. ¿Y qué características tiene esto? Tiene una característica en la cual la productividad crece mucho fragmentándose y ya no se realiza el proceso productivo en un solo país. La industrialización que había tenido lugar en Venezuela, similar a la que tuvieron Argentina y Brasil, fue una industrialización, en lo que se conoció como la ISI, que básicamente consistía en capital obsoleto, capital chatarra que las propias empresas de casas matrices se sacaban de encima, pero que respondían a la tecnología anterior a la década del 70’, y por lo tanto el proceso productivo se realizaba en gran medida dentro del país. Esto hacía que las unidades nacionales aparecieran autocontenidas en las diferentes etapas de la producción: La siderurgia, el diseño, la adaptación de los diseños y la ejecución, incluso las partes de los productos, es decir, el grado de integración nacional era bastante mayor al que encontramos en las economías posteriores a la década del 70’, en donde hay una fragmentación mucho mayor y en la que cada parte se hace en un país diferente. En general está vinculado a esto que los países que se industrializaron con la ISI básicamente tienen capitales obsoletos de muy baja productividad, mientras que los países de Asia y que se insertaron sobre otras bases, básicamente la mano de obra barata y 162 Descifrando el chavismo disciplinada, lo hacen sobre la base de importar partes, exportar partes y del libre cambio. ¿Qué implica esto? Eso que yo decía antes, que Venezuela colapsa pero que todavía reproduce una industria automotriz, reproduce una industria siderúrgica como Sidor, lo hace todavía, aunque con un componente importado mayor sobre la base de este esquema de la ISI. Y por lo tanto, la brecha de productividad con el resto de los capitales, se agranda. Más todavía cuando, mientras que Argentina y Brasil logran establecer algún tipo de integración con el Mercosur, Venezuela, más en su enfoque de orientación hacia el Pacífico y en particular hacia Colombia, no logra establecer un mercado común del tamaño que puede ser para Argentina tener al brasilero o el mismo brasilero para sí mismo y, por lo tanto, manteniendo un esquema similar al de la ISI, entra en una crisis más profunda, porque no puede ampliar la escala. Por lo tanto, no logra incorporar tecnología, como por ejemplo sí pueden realizar capitales como el automotriz en Brasil y Argentina, que sin cambiar este esquema mercadointernista, sin dejar de estar subsidiados, aumentan su productividad sobre todo en los 90’. Venezuela no, Venezuela tiene una caída de la productividad que traspasa los 80’ y abarca también los 90’. Entonces, cuando miramos esta unidad mundial, lo que estamos encontrando es que la particularidad de la acumulación de capital, sobre todo en el sector no-petrolero en el caso venezolano, va agrandando su brecha con el mercado mundial. Un mercado mundial que se va transformando hacia esta forma de producción fragmentada, la cual se empieza a profundizar más y más, con cambios tecnológicos cada vez mayores, y con los cambios en la circulación, etc. En ese ciclo de crisis del que veníamos hablando aparece un elemento que va, de alguna manera, a profundizar esa crisis, que tiene su elemento fuerte en el 89’, año en el cual estalla el Caracazo, una represión con miles de muertos y una situación en la cual se pone en evidencia la inviabilidad de un sector entero de la economía venezolana, con su expresión en el crecimiento del desempleo, la pobreza y una baja salarial muy fuerte(Venezuela tiene un proceso de caída del salario real 163 Juan Kornblihtt muy fuerte en toda la década del 80’ y 90’). Eso va yendo a una situación en la cual la crisis parece ser cada vez más profunda. Logra, de alguna manera, estabilizarse con el endeudamiento externo en los 90’, y todo un proceso donde se intentaba la privatización de PDVSA, pero la crisis en 2001 y sobre todo en 2002 vuelve a poner sobre la mesa la inviabilidad de gran parte del sector de la economía no-petrolera y, a su vez, una crisis muy profunda del propio sector petrolero por la caída de los precios. Una vez que esa crisis comienza a ponerse en una situación cada vez más evidente, y que se hace evidente la necesidad de una transformación, del desmantelamiento de ese sector industrial y de transformación del petróleo en un sector abiertamente privado, encontramos un momento, una situación que revierte todo eso. Cuando miramos eso, puede que esa reversión aparezca portada y que el sujeto de ese cambio sea Chávez. De hecho, es lo que van a plantear gran parte de los defensores del chavismo: la idea de que todo esto iba en un sentido y que Chávez viene a cambiarlo. Como decía, esa mirada parte de lo nacional, porque si yo lo miro nacionalmente puedo encontrar la política como lo que me diferencia del mundo, entonces encuentro que lo específico es la política, y entonces explico las transformaciones a partir de la política. Pero cuando partimos de la unidad mundial encontramos que Chávez, lejos de ser el sujeto, personifica un momento de la transformación de Venezuela, y de hecho en esa personificación se va a dar que Chávez en cada momento de esta historia va jugando un rol que va cambiando. No es el mismo el Chávez que hace su primer golpe, que el Chávez que llega a las elecciones, ni el Chávez que va a emerger después del 2002, después del paro petrolero, y tampoco es el mismo que va a pasar el 2009, el 2010. Es decir, cada momento del movimiento excede al propio Chávez, pero obviamente se expresa en la acción política de Chávez, sólo existe bajo la acción política de Chávez. Por lo tanto, es necesario dar cuenta de esa acción política, pero no es él quien pone los términos o define qué es lo que está pasando, sino que él expresa algo más. 164 Descifrando el chavismo ¿Y qué es ese algo más? Bueno, en esta unidad mundial, la crisis del 2001 es una situación de gran relevancia para América del Sur, Argentina como caso más paradigmático, también en Venezuela y otros países de la región, y tiene también un epicentro fuerte en Estados Unidos. Es una crisis en la cual se contrae la deuda, entra una crisis de deuda. Pero lo que va a emerger es la salida de Estados Unidos, que va a tener como impulso una muy fuerte recuperación sostenida por parte de China. Una China que, con estas transformaciones técnicas logra poner en producción sectores enteros de la población sobre la base de que pueden operar ahí procesos de trabajo muy simples, pero al mismo tiempo que requieren una mano de obra muy disciplinada; o de trabajo manual en la cual los salarios muy bajos empiezan a estimular la acumulación. Y en China esa puesta en producción no encuentra mercado interno, porque justamente se basa en esta demanda de una mano de obra, de una venta de fuerza de trabajo por un valor muy bajo o por debajo incluso de su valor. Con la gran masa de población latente que tiene, digamos, en el agro, puede establecer una población que no se reproduzca, porque tiene la posibilidad permanente de incorporar millones de personas. En ese movimiento emerge un gran aumento de la productividad, un gran aumento de la producción que no encuentra mercado interno y se realiza sobre la base de sostener el fuerte endeudamiento estadounidense. Entonces lo que va a empezar a haber es una muy fuerte emisión de Estados Unidos para salir de su crisis, que va a encontrar en China, en Japón y en otros países, pero sobre todo China y Japón, compradores de esos bonos que le permiten vender sus mercancías. Ese movimiento va a hacer que la fuerte expansión industrial de China despegue, y ese despegue, que tiene por base este capital ficticio, es parte de esa misma crisis de sobreproducción y no su solución, sino que China abona esta sobreproducción mundial porque aumenta su productividad, incorpora mano de obra barata, expande esa producción y logra realizarla porque se sostiene endeudando a Estados Unidos. De hecho, las cifras muestran que la magnitud de lo exportado es equivalente a la magnitud de los bonos que compra China a Estados Unidos, muestran que esto es parte de la crisis mundial. 165 Juan Kornblihtt Esa crisis mundial, de expansión financiera, que va a terminar explotando (una primera parte en 2008-2009 y que ahora está volviendo un nuevo momento de estallido) va a ser atribuida, en el centro, a una política neoliberal y financiera. Pero ¿qué pasa? Esa fuerte expansión de China aparece como la expansión industrial sostenida con estos bonos, pero, si uno mira todo nacionalmente y no ve la unidad mundial, uno puede pensar: En Estados Unidos está lo financiero, en China está lo industrial, y cuando miramos América del Sur y miramos a Venezuela, ¿qué es lo que vemos? Que es la fuerte expansión de China la que hace que crezca muy fuerte la producción de petróleo. Con años de crisis petrolera en los cuales la producción aparece estancada, y aparece la tecnología estancada, y no hay exploración, se contrae la expansión de producción de petróleo; ese fuerte crecimiento de la demanda China nos va a llevar a un muy fuerte crecimiento de los precios. Entonces, ¿qué tenemos? Que empieza a emerger, a partir de una crisis muy profunda como vemos en el 2001-2002, un cambio de golpe, en el cual los precios, que parecían estar derrumbándose, comienzan un muy fuerte crecimiento. Y en ese muy fuerte crecimiento encontramos la particularidad de los años del chavismo. Esto es resultado de la crisis mundial, es decir, la expansión de la renta petrolera no emerge por una acción coordinada de los países petroleros, no emerge por una acción específica de la política de Chávez, sino que emerge por esto que explicaba antes del momento de la crisis mundial en el cual, la expansión industrial China encuentra su demanda en Estados Unidos pero sostenida con esta emisión de bonos que compra la propia China, o sea, es parte de la propia crisis mundial. Esa crisis mundial que en un momento tiene los boom de deuda, que explicaban cierto crecimiento en la década del 90’ y cierto crecimiento en la década del 70’, encuentran ahora, en esta forma en la cual se inserta China, y en esta emisión de bonos de Estados Unidos que compra China, una fuerte suba de los precios de materias primas y en particular del petróleo. Esa fuerte suba tiene como antesala la crisis del 2001, y por lo tanto tiene una antesala en la cual empieza a cambiar la relación entre el 166 Descifrando el chavismo dueño de la tierra y el capitalista que opera sobre esa tierra. ¿Por qué? Porque la renta de la tierra tiene una serie de particularidades. La renta de la tierra, los ingresos que provienen de exportaciones de materias primas, son producto del trabajo humano sobre condiciones diferentes a las que ocurren en el resto de la industria, son condiciones no reproducibles. Es decir, no es que no hay trabajo humano, porque hay que explorar, hay que descubrirlo, hay que operar sobre esas tierras, pero la condición por la cual el trabajo es más o menos productivo no depende del propio trabajo humano, sino que es un producto de la naturaleza, que aparece apropiado en forma particular, que tiene una propiedad, ya sea pública a través del Estado, ya sea privada, pero hay una propiedad que permite apropiarse de una masa de riqueza, pero que de ahí no está generada. Esto tiene una doble consecuencia: Hay una imposibilidad de la competencia de que el precio se rija por la tierra más productiva, y entonces la tierra se rige por la tierra menos productiva puesta en producción según la magnitud de demanda. Si crece mucho la demanda como pasó en la década del 70’, va a entrar el Mar del Norte a producir. Entonces ¿qué significa esto? El Mar del Norte tiene una productividad mucho menor que la que tiene Venezuela o la que tiene Arabia Saudita, y entonces, los que tengan las mejores tierras, donde la productividad del trabajo es más alta, van a poder fijar un precio que, al estar fijado por la peor tierra, les va a permitir obtener una ganancia extraordinaria. En esa ganancia extraordinaria, Venezuela se ubica de alguna manera a mitad de camino de los países petroleros, es decir, no es Arabia Saudita y no es Estados Unidos, que tiene los peores costos. Estar a mitad de camino es importante, sobre todo si avanzamos a la crisis actual y nos preguntamos por qué Venezuela, dentro de los países de la OPEP, quizás sea uno de los países donde más fuerte se siente la crisis. La respuesta es que dentro de la OPEP, aunque sus reservas son muy grandes, la productividad del trabajo de Venezuela se encuentra en la mitad y es uno de los peores de la OPEP. Por lo tanto, eso también va a explicar el elemento particular de su crisis. Pero más allá de esto, la renta de la tierra, al no ser producida por el trabajo humano, pero sí apropiable, implica que una masa de riqueza que paga el que compra 167 Juan Kornblihtt las mercancías, que está comprando esa mercancía con una ganancia extraordinaria, producto de estas condiciones diferenciales. Es decir, en el caso venezolano en el cual se exporta, el precio del petróleo es una masa de riqueza que proviene de fuera de Venezuela. A su vez, como esa masa de riqueza no proviene de un capital que tiene que reponer su maquinaria, o no proviene de la fuerza de trabajo que tiene que reponer su fuerza de trabajo, sino que proviene de algo no producido, es factible de ser disputable y apropiable por otros sectores. La renta tiene esa particularidad. En el caso de la industria es distinto. Si una empresa industrial tiene alguna ganancia extraordinaria por alguna innovación tecnológica, tiene que estar permanentemente innovando porque sino va a perder esa fuente de ganancia extraordinaria. En el caso de una fuente de ganancia extraordinaria que provenga por vender la fuerza de trabajo por debajo de su valor, tiene que estar todo el tiempo consiguiendo población para renovar esa fuerza de trabajo, porque sino se le pierde esa posibilidad. En el caso de los países que tienen algo no producido, no hay nada que reproducir más que la actividad que hace el capitalista sobre el petróleo, porque la tierra no la tiene que producir, está ahí. En ese punto, que sea disputable, que sea apropiable, hace que cuando crezca mucho el valor de los precios de las materias primas, en particular el caso del petróleo crece mucho, aparezca que el dueño de la tierra reclama para sí una parte de la propiedad, pero permitiendo que el resto de los sujetos sociales que operan sobre el capitalismo puedan también participar de esa apropiación. ¿Cuál es la particularidad de Venezuela en este punto? La particularidad de Venezuela en este punto es que coincide con otros países en relación a la propiedad del petróleo, es que el petróleo es propiedad estatal. No solo el petróleo sino que también la principal empresa petrolera en Venezuela (aunque en el contexto de crisis de 2002 ya había habido una renegociación de contratos, porque estaba casi privatizada por la crisis de los 90’, y hay un intento de reestatizar parte de la producción) Ahora bien, ¿qué pasa con esta masa de renta en este fuerte incremento que tenemos desde 2004, 2005, 2006, 2007 y 2008, como años de esplendor? Va a haber una caída en el 2008-2009 que va a tener su correlato político con la crisis del chavismo, la imposibilidad de la 168 Descifrando el chavismo reelección, las pérdidas legislativas, un rebote hacia al 2011-2012 y una nueva caída muy profunda desde el 2014 hasta ahora. Como ya dije, esa masa de riqueza que entra no va a reproducir nada porque es factible de ser apropiada en forma privada y por tanto separada nacionalmente en Venezuela. Por ese carácter privado toma una forma nacional y es apropiada, y va a emerger como una disputa por su apropiación, y esa disputa por su apropiación es lo que vamos a encontrar en todo el proceso del chavismo. Entonces lo que emerge ahora es tratar de pensar qué particularidades tuvo esa apropiación de la renta durante el chavismo que van a definir qué carácter tiene el chavismo. Jesús Manuel Vallez: En el marco del debate sobre la renta, quisiera que explicitaras la particularidad de la renta de la tierra petrolera en relación a la renta agraria, por lo menos en lo concerniente a la cuestión de la propiedad. Y allí encontramos los ejemplos particulares de Venezuela y Argentina. Juan Kornblihtt: Bien. Como decía antes, cuando una mira al sector petrolero a nivel mundial, salvo el caso de Estados Unidos, aparece diferenciada la propiedad, porque mientras el suelo puede ser propiedad privada, el subsuelo de la mayor parte de los países es estatal. En la Argentina también es estatal el subsuelo, y por lo tanto, la minería o el petróleo está en manos del Estado. Cuando uno mira el conjunto de los países capitalistas, esto emerge como un elemento clave. En el caso de Estados Unidos, donde emerge la propiedad privada del subsuelo, sería el país diferente al resto. El por qué de esta diferencia, da para mucho, creo que sería complejo explicarlo, y de alguna manera remite a una serie de implicancias hasta incluso del proceso de trabajo, es decir, mientras que la parcela de tierra establece una unidad de producción, la propiedad del subsuelo, digamos, el petróleo existe como depósitos líquidos sobre el fondo de la tierra, con lo cual si no se tiene parcelada la propiedad aparece el problema de que un pozo puede estar extrayendo petróleo de la misma reserva que del otro pozo, entonces cuando hay una propiedad privada sobre el mismo lago, de diferentes lugares superficiales de propiedad, lo que empieza a haber es una competencia por apropiarse de ese combustible que lleva a un caos en 169 Juan Kornblihtt la extracción de petróleo. Eso un poco es lo que pasa en Estados Unidos. Entonces, de alguna manera la propiedad privada aparece como propiedad estatal, pero hay que tener un punto en cuenta, que sea propiedad del Estado no significa que no es propiedad, porque cuando uno mira al interior de un país, y si uno tiene una mirada nacional, visto desde la forma nacional la propiedad estatal parece ser diferente, pero si la miro desde la unidad mundial, para Estados Unidos, para China, el terrateniente es el Estado, y lo enfrentan como un privado, porque de hecho cuando las empresas multinacionales envían sus empresas a operar en Venezuela o en Argentina o en cualquier país donde la propiedad es estatal, se enfrentan con un dueño de la tierra que les dice: “Páguenme por el uso de esto”, es decir, se enfrentan con un privado, que es el Estado y que tiene una serie de particularidades que ahora voy a profundizar. Entonces no hay que perder de vista que no deja de ser propiedad, y porque sea el Estado, no anula la propiedad. Esto es sobre todo en la apariencia porque aparece la idea de que el Estado es el bien común, y todo esto va a dar la idea de que cuando se nacionaliza algo, de por sí estamos hablando de socialismo. Entonces, como sucede en Venezuela, pareciera que el afirmar la propiedad estatal sobre el petróleo es un acto de socialismo, y niega el carácter de privado e independiente en relación a la unidad mundial. Solo puede pensarse como socialismo si se lo piensa nacionalmente, y en esto aparece una diferencia importante con el agro. El agro, también en Venezuela, en la mayor parte de los países, salvo en algún momento en la Unión Soviética o salvo en Cuba en alguna parte de la producción, o en los países donde se produjo una revolución que pone en cuestión la propiedad agraria, en el grueso de los países es al revés del petróleo. Mientras en el petróleo el grueso de los países tienen propiedad estatal y unos pocos tienen propiedad privada, en el caso del agro, el grueso de los países tienen propiedad privada y unos muy pocos tienen propiedad estatal del agro. Esa propiedad privada del agro hace que las formas en las cuales se dispute la apropiación de la renta sean muy diferentes. Primero, en Argentina el peso de la renta agraria sobre el total de la economía es mucho menor, y eso es un elemento de diferenciación; pero además 170 Descifrando el chavismo como la propiedad es privada, la forma en la cual opera el conflicto tiene a un sujeto directo que es el terrateniente agrícola. Mientras en Venezuela el terrateniente es el Estado y la defensa de la tierra como la acción política va a ser expresada a través del Estado, en la Argentina la defensa de la renta de la tierra va a ser personificada en el dueño de la tierra que es el terrateniente. Entonces se va a expresar en una forma diferente de conflicto. En la Argentina va a estar la sociedad rural, va a haber conflictos, cómo hubo en 2008, entre sectores terratenientes y sectores capitalistas mediados por el Estado, quien tiene que poner impuestos al sector agrícola de exportación, impuestos específicos que implican un conflicto directo. Mientras que en el caso venezolano el conflicto está ya con la renta apropiada por el Estado, ya sea por regalías, ya sea por su propia empresa estatal, y luego la disputa no es tanto por cómo se apropia la renta por parte del Estado sino después cómo los otros le apropian al Estado la renta. Entonces podemos ver que en la Argentina hay un doble conflicto: cómo se le saca al terrateniente parte de la renta y cómo después es disputada o apropiada por otros actores. Mientras que en el caso venezolano ese paso ya está dado por la propiedad estatal. Jesús Manuel Vallez: Ahora, un tema muy poco abordado es el siguiente: ¿Qué particularidad en el proceso de acumulación de capital expresa la diferencia entre el tipo de régimen político existente en Venezuela y en otros países petroleros, como por ejemplo Kuwait y Arabia Saudita, los cuales son dirigidos por regímenes monárquicos? Juan Kornblihtt: Aunque no soy especialista en la historia de Kuwait, de Arabia Saudita, son diferentes, y habría que estudiarlos muy en particular, te podría decir qué es lo específico de cómo se apropia la renta en Venezuela y, en todo caso, a partir de eso uno debería profundizar y pensar en esos países. Un elemento importante que tiene Venezuela es que esa propiedad estatal de la renta emerge primero tempranamente, es decir, los países que vos mencionas como Arabia, todo lo que es el Medio Oriente, tienen una inserción de su petróleo más tardía que la de Venezuela. Y en Venezuela va a emerger esa masa de renta y va a configurar una forma de apropiación de esa renta, sobre 171 Juan Kornblihtt todo a partir de la década del 30’, que va de la mano de lo que se conoce como la ISI, la sustitución de importaciones. ¿Qué es la ISI? La ISI básicamente es la apropiación de la renta mediante capitales que son obsoletos en su casa matriz, cuya tecnología ya no vale nada, que logran enviar parte de ese capital a países donde hay proteccionismo y desarrollan una industria local que obtiene una rentabilidad igual que en sus casas matriz, e incluso superior, pero con una tecnología obsoleta. El caso paradigmático que uno encuentra de esto es en la Argentina, y en Brasil, que empieza a aparecer en la década del 30’. En el caso venezolano encontramos un momento en el cual la renta es apropiada por capitales extranjeros que vienen a radicarse en el sector petrolero, se sobrevalua la moneda, y básicamente lo que empieza a aparecer es un muy fuerte incremento en las importaciones de alimentos, lo cual lleva a una destrucción de gran parte del agro venezolano y la migración a las ciudades; y en ese movimiento, lo que va a empezar a aparecer es una masa de población urbana, que no tenía Venezuela, que se concentra en Caracas y en distintas ciudades, pero básicamente es una destrucción de la producción agraria sobre la base de importar alimentos baratos por parte de las mismas empresas multinacionales que operaban el sector petrolero. Ese abaratamiento de la fuerza de trabajo, porque los alimentos importados eran más baratos, y por tanto lo que consumía la clase obrera se abarataba, dio lugar a la posibilidad de desarrollo de una industria que iba a operar con esa masa de población urbana creciente, y por tanto barata, y la radicación de capitales, sobre todo a partir de la década del 40’-50’. Esa configuración de una ISI, sobre todo en los 40’-50’, va a llevar a polos de industrialización en diferentes zonas, pero básicamente automotriz, siderúrgico, químico, y a un desarrollo acorde a esas necesidades, de universidades, como por ejemplo el desarrollo muy fuerte de la Universidad Central de Venezuela y otras universidades. Venezuela empieza a caracterizarse como uno de los países del Caribe de mayor desarrollo. Si uno lo mira por el grado de desarrollo de Argentina y Brasil no parece ser, pero si uno mira por el grado de desarrollo que tenía hasta la década del 30’, se da el surgimiento de un sistema educativo, de un sistema de salud, que se asemeja más al de los países 172 Descifrando el chavismo del sur de Sudamérica que al de los países vecinos. En ese movimiento emerge una masa de población y de capitales extranjeros que van a apropiar esa renta por la vía de su radicación con baja tecnología. El caso paradigmático es el caso automotriz, que en Venezuela, más allá de diferencias, fue muy estudiado por Coronil, quien analiza la asignación de los dólares a dicho sector.Hay que tener en cuenta que en Venezuela se radican todas las plantas automotrices del mundo a operar con una muy baja productividad, con escalas reducidas, y que logran valorizarse. Eso va a hacer que haya una masa de población en los centros urbanos que no entra en el proceso de trabajo, que está en la informalidad y que tiene un alto grado de precariedad laboral, pero además hay una población que logra acceder tanto al desarrollo de un empleo industrial como a un desarrollo a través del Estado, que accede a los servicios, y a una educación formal muy alta; y que por tanto va a producir un mercado interno para esas empresas multinacionales, a las cuales se suman alimenticias nacionales (como Polar u otras empresas), el desarrollo de una industria cervecera, el desarrollo de una industria química. Todas las multinacionales como Coca Cola, Pepsi, Procter&Gamble, empiezan a operar en Venezuela y además las demanda el mercado interno. Se engendra entonces una producción donde parte de la renta petrolera es apropiada por este capital no petrolero, el cual tiene al capital extranjero como el principal, porque justamente lo que está haciendo es recuperar parte de la renta que perdió en ese ciclo por el cual se compra el combustible. Ese combustible que se compra, se paga con ganancia extraordinaria, entonces el propio capital viene a buscarlo. De hecho en el caso venezolano es más evidente que en otros lados porque el que predomina en Venezuela es el capital estadounidense, y ese capital estadounidense no petrolero es el que aparece apropiando parte de la renta. En ese contexto, con la propiedad estatal aparece una necesidad creciente de que se optimice la producción en el sector petrolero, e incluso la estatización del sector petrolero venezolano es apoyada por el conjunto del capital, y no es que genera un gran conflicto. A diferencia de Irán o en Irak, donde si hay una conflictividad mucho mayor, en el caso venezolano se hace con un 173 Juan Kornblihtt conflicto muy bajo y con cero conflicto internacional, que motoriza esa apropiación de la renta por otros sectores. Eso va a conformar una masa de población que accede al consumo de esa renta y va a conformar una conflictividad social muy diferente a los países de Medio Oriente. Conflictividad social que es la que vemos hoy también, donde el capital extranjero juega un rol clave en la unidad nacional, porque siempre se tiende a pensar que el capital extranjero es librecambista y es el que motoriza un movimiento lineal de importar mercancías, pero cuando uno mira a los países que se industrializaron bajo la ISI (Argentina, Brasil o el caso venezolano con sus particularidades) lo que uno observa es que los proteccionistas, los que reclaman protección y los que reclaman la defensa del mercado interno para vender sus mercancías, porque no tienen capacidad exportadora, son las propias multinacionales. En ese movimiento se configura una apropiación de la renta particular que va transformándose, porque como yo dije no es lineal, y se ve la crisis del 80’, la crisis del 90’, y lo que hay que tratar de explicarse es la crisis actual como parte de ese mismo movimiento. Cómo dijimos, el boom durante el chavismo es un boom con una estructura productiva heredada del colapso venezolano, y es boom porque es un momento de la crisis mundial que fue la que generó el colapso venezolano, es decir, el chavismo es un momento de la crisis. Esa crisis tiene una particularidad en relación a Medio Oriente en tanto qué grado de industrialización tiene el país en relación al Medio Oriente. Evidentemente no es lo mismo Arabia Saudita, los países del Golfo, que por ejemplo Irán (donde la década del 80’ implicó una destrucción de capital a través de la guerra con Irak). Uno puede observar el tamaño de la destrucción de capital en Venezuela, pero la que implicó la guerra es una forma mucho más violenta y diferente. Venezuela tiene destrucción de capital en la década de los 80’ pero no tiene una guerra que destruye su país, por lo tanto esa destrucción tiene un movimiento diferente, más paulatino, que de alguna manera va a condicionar lo que es el chavismo, y la población que se reproduce y las formas de apropiación de la renta para que esa población se reproduzca son diferentes. Pero hay otro 174 Descifrando el chavismo elemento importante que parte, como señalaba antes, de que uno encuentra en Venezuela grandes reservas de petróleo, encuentra en Venezuela una renta diferencial de petróleo, pero el petróleo venezolano no es de los mejores del mundo. Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de pensar los problemas de Venezuela. El petróleo venezolano es un petróleo pesado cuya extracción tiene un costo alto, en gran medida porque hay que inyectarle combustible o agua, porque tiene que disolverse para alivianarse y que pueda subir a la superficie, y esto produce una serie de condicionamientos particulares que hacen que el costo sea más alto que el de los países más productivos de la OPEP. Entonces cuando cae el petróleo le va a pegar primero a Venezuela que al resto, entonces la crisis se va a sentir más rápido en Venezuela que en Arabia Saudita, porque Arabia Saudita tiene una renta diferencial mucho mayor. Estaba leyendo un trabajo, creo que el costo en Venezuela está en torno a 28 dólares por barril (no puedo precisar eso) mientras que el de Arabia Saudita estaba en 14 o en 10. Con esta caída de precios, Venezuela tiene unos márgenes mucho más chicos de los que puede tener Arabia Saudita. Esa particularidad afecta también a la población que accede a esa renta, y a los capitales que acceden a esa renta, y condiciona el reparto de la renta, el cual en Arabia Saudita está concentrada en los jeques porque prácticamente el resto de la población no accede a eso o por lo menos no en los términos de capitales que se valoricen con eso. En eso se diferencia de Venezuela, quien tiene una masa de renta menor y además tiene una masa de capitales que se valorizan con eso mucho mayor. Eso hace una diferencia clave y por eso las formas políticas. Cuando crece la renta aparece expresado en que hay un conjunto de la población que accede a esa masa de renta mucho mayor, y por lo tanto aparece expresado en conflictividad social. De todas formas, como digo, no conozco tanto el Medio Oriente, pero no hay que dejar de tener en cuenta que en este momento hay una guerra en Siria, en este momento Irak está destruido, Qatar acaba de ser bloqueado, hay un incipiente conflicto en Yemen, hubo bombardeos. Todos los países petroleros están en crisis. Sobre la idea de que Venezuela tiene una crisis particular por Chávez o por Maduro, uno puede decir: Son 175 Juan Kornblihtt expresiones políticas tanto del momento de crecimiento como del de caída, pero como causalidad eso solo puede surgir de una mirada nacional. Cuando uno tiene una mirada mundial, si uno mira lo que está pasando en Siria, uno no puede decir: “A los países petroleros no les pegó tanto la crisis, esto es una particularidad venezolana”. Si uno mira a Irak, si uno mira las rebeliones que hay en todo Medio Oriente, es evidente los conflictos que hay. Jesús Manuel Vallez: En el proceso de disputa por la apropiación de la renta petrolera en Venezuela, ¿qué expresa concretamente el chavismo? Y además, ¿qué particularidad expresa respecto a otros periodos históricos? Pregunto lo anterior porque ya Venezuela había vivido un boom petrolero en la década de los 70’ y, sin embargo, uno puede observar diferencias. Juan Kornblihtt: Cuando uno mira el proceso histórico, me parece que es clave tratar de pensar las formas de apropiación de renta por el sector no-petrolero y ahí aparece un primer elemento de diferenciación con el boom de los 70’. El boom de los 70’ se produce en la antesala de la crisis mundial, en la antesala de las transformaciones productivas mundiales y fue de la mano de un gran plan de industrialización que ya venía de la década del 60’ y que tiene como su punto cúlmine el momento de la nacionalización; sobre todo con todo el sector siderúrgico, todo el complejo siderúrgico, digamos, en torno a Sidor y todas las empresas vinculadas a Sidor y al sector minero, el auge del sector automotriz, es decir, está en un proceso que es la antesala de la crisis de la industria como forma de apropiación de la renta, pero que está en su momento de esplendor. Entonces, ese momento de fuerte suba de los precios petroleros no da lugar a una experiencia como la de Chávez, de hecho no tiene contenidos populares. Es un proceso en el cual se viene una muy fuerte represión en toda la década del 60’, incluso con movimientos guerrilleros y la represión a sectores guerrilleros en la década del 50’ y 60’. Y se consolida un gobierno, digamos, no dictadura, con apoyo militar pero no dictatorial (Venezuela es de los pocos países de América 176 Descifrando el chavismo Latina donde no aparece un golpe militar clásico, como apareció en Pinochet, o incluso antes en Brasil o en Uruguay, en Argentina) donde se produce un poder muy autoritario, represivo, que excluye a una parte de la población de la política, y en el cual, ese boom petrolero aparece en manos de una burocracia eficientista que busca desarrollar una industria. Políticamente se presenta de esta manera, un paradigma desarrollista estatal, proto-militar, que busca una gran inversión. Eso lleva a un colapso, de hecho todo ese proceso que termina colapsando es atribuido, por algunos teóricos, a un exceso de inversión, o sea, que Venezuela tenía que haber invertido menos. Cuando uno mira el chavismo, el chavismo es el momento de expansión petrolera de la crisis de esa industria, no el momento en el cual está llegando su auge antes de la crisis. El chavismo es el boom del colapso ¿Qué implica esto? Esto tiene una serie de implicancias muy relevantes. El primer elemento de implicancia relevante es que hay una masa de población sobrante, o de población pobre con la cual emerge el chavismo. Es una masa de informalidad, del trabajo precario, del crecimiento de los barrios y la pobreza, que había tenido en el Caracazo una expresión fenoménica, un momento de acción, de desesperación muy fuerte y de represión muy fuerte, pero que aparecía como el elemento consolidado de Venezuela. Y, como decía antes, aunque hay una crisis muy profunda y un colapso, la industria todavía tenía un aire, y todavía existía la automotriz aunque cada vez más integrada en kits de importación y menos de fabricación de autopartes locales, una siderúrgica que había sido privatizada en manos del Grupo Techint y que no lograba despegar, pero que había obtenido algún tipo de incremento de productividad, se había conformado en el grupo Ternium y aparecía como una empresa que tenía una perspectiva incluso exportadora. Pero más allá de esos sectores puntuales, sí había un colapso muy general de la economía. Luego viene la suba del precio del petróleo, y Chávez es antesala de eso, porque sube con la crisis del 2001, es decir, en un momento donde lo único que aparecía como posibilidad para enfrentar esa crisis era endeudarse. De hecho, Chávez hace campaña vestido de traje, no tiene 177 Juan Kornblihtt traje militar, viajando por el mundo, reuniéndose con Tony Blair y diciendo que él es la tercera vía, con la idea de poder conseguir algún tipo de financiamiento externo para enfrentar la crisis. Es un contexto de crisis en toda la región, con la crisis en Argentina y con muchos países en crisis. En ese movimiento había habido todo un proceso desde la década del 90’ de internalización de PDVSA, básicamente un eufemismo para decir privatización, en el cual, aunque la propiedad seguía siendo estatal, habían crecido mucho los contratos petroleros con sectores privados, convenios operativos que básicamente descuartizaban a PDVSA. Además PDVSA empezaba a operar afuera, con CITGO y otras empresas en el extranjero, en lo cual, se priorizaba la acumulación como una empresa privada y se expresó su ínfima capacidad de sostener la acumulación local, básicamente porque la renta había caído tanto que lo único que operaba de PDVSA era su carácter de empresa privada que tenía que obtener la tasa media de ganancia, es decir, la masa excedente de ganancia extraordinaria era tan chica que no le permitía a PDVSA jugar otro rol. Entonces, en ese colapso, el chavismo emerge primero a través de la forma militar, del golpe, de la crisis del 89’, o sea, apelando, pero sin ningún tipo de sustento. ¿Cuándo logra encontrar sustento? Bueno, con la crisis del 2001 encuentra un sustento, pero no logra afirmarse. Ya la forma sostener los acuerdos con el capital extranjero, la forma de buscar endeudarse, la forma de insertarse por esa vía, no tiene sustancia, no hay masa de riqueza ahí para sostener esto y lo que va a empezar primero es una búsqueda de raspar la poca renta que haya renegociando contratos. Pero es el paro petrolero lo que empieza realmente a redefinir el carácter de Chávez. Entonces, lo que hay posterior al paro petrolero es la renegociación de esos contratos para renegociar situaciones de acuerdo acordes a la nueva realidad de precios bajos del petróleo. Sin embargo, en ese movimiento de renegociación, empieza a subir el precio del petróleo. Entonces lo que va a pasar es que el chavismo va a configurar una relación con la apropiación de petróleo que es resultado del colapso venezolano. ¿Y qué es lo que va a tratar de hacer? Bueno, va a tener, digamos, dos movimientos, movimientos que van a ser contradictorios, pero que hacen una unidad. 178 Descifrando el chavismo Va a intentar impulsar primero la renegociación de contratos, la creación de empresas mixtas, que lo que va a establecer es un esquema de acuerdo con el capital extranjero, lo cual no implica la eliminación de capital extranjero en el sector petrolero, sino una renegociación de acuerdos donde el Estado, ya no solo es el dueño de la tierra, sino también de todas las empresas petroleras que operan en Venezuela, con esquemas de acuerdo más o menos de un 60/40 en propiedad con empresas extranjeras. En esa negociación, básicamente los únicos que quedan afuera son Exxon y Phillips Conoco, que son dos extranjeras estadounidenses, pero con todo el resto se llega a un acuerdo; un acuerdo que tiene a Chevron como el principal beneficiario, donde Chevron se convierte en la principal empresa operadora en Venezuela, y después están los franceses, está Eni, incluso está Repsol, a pesar de que España había participado del golpe y parecía ser que el capital español se iba de Venezuela. Los únicos que no acuerdan son Exxon (que de hecho hizo un juicio y lo acaba de perder este año en el CIADI), con lo cual esa renegociación, hasta incluso en términos de legalidad capitalista, fue una renegociación en la cual se renegociaron contratos, donde no hay ningún cambio radical, y de hecho es un cambio reconocido por el CIADI y el Banco Mundial. Digo, para dimensionar la transformación de la que estamos hablando, fue muy grande, implica una transformación en los términos de apropiación de la renta, pero es una apropiación hasta reconocida por el Banco Mundial. Bueno, ese es un primer punto que efectivamente lleva un conflicto muy fuerte, el conflicto petrolero del 2002 y que termina en un conflicto muy fuerte de desplazamiento de un montón de sectores vinculados al capital privado extranjero que se resisten y son derrotados. Son derrotados, en gran medida, porque empieza a acceder a esa renta una masa de población que encuentra en el Estado su principal elemento por el cual puede sobrevivir. Y entonces, gran parte de la posibilidad de Chávez de enfrentar ese paro petrolero es la salida de las masas venezolanas, sobre todo esta población sobrante que empezaba a encontrar en el Estado una fuente para su vida a través de las políticas sociales, del gasto social y demás. Esa fuerte expansión que empieza a tener el gasto social permite a Chávez encontrar una base de apoyo en gran parte de la población 179 Juan Kornblihtt sobrante. Hay que tener en cuenta el poco peso de los sindicatos en la vida pública en Venezuela y la estructura venezolana, es decir, este proceso de colapso había dejado al sindicalismo muy debilitado y, salvo el sindicalismo del sector petrolero, que de alguna manera es otro sector que apoya a Chávez y que lo ayuda a enfrentar el paro petrolero, el resto de los sectores tiene muy poca influencia; no hay una central sindical fuerte en Venezuela, pero esta emergencia de parte de la población sobrante convierte a Chávez en un líder que se empieza a sustentar en el movimiento de estas masas. Masas que, dado el colapso y dada la escasa producción local, no tienen un empleo directo con el capital privado y empiezan a vivir de su vínculo con el Estado. Siempre fue así en Venezuela, siempre la política social fue importante, pero empieza a crecer de forma muy grande y ese movimiento va a hacer que parte de la renta de la tierra sea renegociada. ¿Ese movimiento qué va a expresar? Algunos van a señalar que se afectó la propiedad privada, como digo, con contratos aceptados por el CIADI, pero es visto como que se renegoció con el capital privado y se le puso condiciones, entonces aparece que el Estado se enfrenta a lo privado, y que además el Estado, sobre todo después del 2002, aparece como el garante del consumo social, o sea del bien común. Entonces todo esto va configurando la idea de que el Estado ya no es el representante de una clase social, o el representante del capital en su conjunto, sino que el Estado es la expresión del bien común que choca con lo privado que es la expresión del capitalismo. Y eso empieza a presentarse ideológicamente como que el Estado es promotor del socialismo, es decir, incluso sectores de izquierda que reconocen al Estado como un instrumento de la burguesía, comienzan a ver al Estado como un instrumento de transformación. Como otro elemento más es que, desde el propio golpe del 2002, Chávez emerge con una reestructuración de sus relaciones dentro del ejército y apoyándose en el ejército, pero también fragmentando negocios para cada sector del ejército y estableciendo un poder que en su persona unifica a todo el ejército. Entonces aparece un Estado fortalecido por el incremento de la renta que permite un acuerdo con 180 Descifrando el chavismo sectores del ejército y satisfacer demandas inmediatas de una gran parte de la población. Antes decía que hay un elemento contradictorio, que hace una unidad pero que aparece como contradictorio. ¿Cuál es éste? Un objetivo que aparece todo el tiempo en el discurso del chavismo es la vieja idea que aparece en Venezuela de “sembrar el petróleo” y de que el petróleo no quede en actividad rentista sin ningún tipo de correlato social. ¿Por qué? Porque se consideraba que la burguesía venezolana no invertía, que la burguesía venezolana no se desarrollaba porque el petróleo le permitía vivir de importaciones y con un nivel de vida muy alto no acorde con los incrementos de productividad que se producían en Venezuela. Es decir, la idea de que uno va a supermercados en Venezuela y consigue productos franceses, de que la burguesía es parásita y demás. Entonces estaba la idea de construir un entramado productivo nacional. Ese entramado productivo nacional empieza a tratar de construirse sobre la base de nacionalizar algunas empresas claves, siempre como correlato de una lucha, porque por ejemplo se nacionaliza Sidor después de la toma por los trabajadores y de un enorme conflicto, pero una vez que se nacionaliza no hace ningún tipo de cambio tecnológico, no se hace ningún tipo de inversión y se la deja con tecnología obsoleta. En ese movimiento de buscar desarrollar la producción local, al mismo tiempo se buscaba satisfacer las demandas sociales de una parte de la población que era la base de apoyo del chavismo. ¿Y cuál fue un elemento fuerte para poder incrementar ese consumo social? Por un lado un incremento fuerte del gasto social, un incremento de las misiones y las transferencias directas de ingreso a través de los planes sociales, pero a la vez una muy fuerte importación de bienes terminados. ¿Eso qué implicaba? Implicaba que los bienes importados son más baratos, por lo tanto el consumo podía expandirse a menor costo que si fuera con producción local. Pero eso implicaba a su vez que la producción local iba quedando cada vez más con brechas de productividades muy fuertes e imposibilitadas de producir. En un primer momento se busca integrar esto, de alguna manera, con importación de insumos y producción local, es decir, sólo se deja 181 Juan Kornblihtt importar los insumos muy baratos, y hay algún grado de producción local. Eso va a hacer un pequeño boom automotriz que dura dos o tres años, va a expandir la industria de los alimentos y los bienes de consumo inmediato; de alguna manera va a expandir ciertos elementos generales, pero cuando uno observa la inversión general está muy lejos una inversión fuerte como había ocurrido en la década del 70’. No hay un proceso de industrialización fuerte. Más bien lo que hay es, bajo la estructura quebrada y obsoleta que había quedado de la década del 80’ y 90’, del colapso, reutilizar eso, es decir, una tecnología que está con una brecha de producción muy grande y que no se aggiorna, no se moderniza, y utiliza esa capacidad para operar con insumos importados y abastecer el mercado interno creciente. A su vez hay una serie de intentos de establecer algún tipo de producción alternativa, básicamente con la creación de cooperativas, que es como el intento de la parte “siglo XXI” de la consigna socialismo, por lo mismo que aparece toda una idea que no hay que reproducir la Unión Soviética, que hay que producir un socialismo más moderno y básicamente se empiezan a recuperar las ideas de Proudhon, la idea de un socialismo de mercado bajo la forma de cooperativas y entonces se empieza a estimular control obrero y cooperativas, que aunque no alcanzan un peso relevante en el PBI, sí alcanzan un peso simbólico en esta idea de construir, de un lado una economía capitalista y de otro lado una economía diferente. Ahora, ¿qué pasa con ese gran crecimiento de las cooperativas?, que va haciendo que Venezuela se convierta en un gran cementerio de cooperativas, porque las cooperativas eran muy ineficientes, con muy baja tecnología y la única forma que tenían de sobrevivir en una estructura de mercado era vender sus productos a un precio razonable para competir y lo hacían porque estaban subsidiadas por el Estado. Y ese muy fuerte crecimiento va a encontrar, en un primer momento en el 2009, un colapso general cuando haya una crisis y el Estado tenga que recortar y no pueda seguir financiando a esa cooperativa, y se demuestre que todas esas cooperativas no tienen ninguna capacidad de sostenerse productivamente. Y con el agro se hace algo parecido, en el cual hay todo un intento de avanzar en la producción agrícola, pero en Venezuela hay una serie de particularidades del suelo que hace que la 182 Descifrando el chavismo productividad del agro sea baja. Es un país caribeño, con territorios con muchas lluvias que no es adecuado para el cultivo de cereales y de ciertos elementos, por lo cual es mucho más barato importar el maíz de Estados Unidos, por ejemplo, que producirlo en Venezuela. Esta va a ser la característica histórica del agro en Venezuela, que ya en la década del 30’ se va a encontrar con una crisis. El sector agrario venezolano tiene una serie de problemas, aunque hay regiones donde se produce y podría tener una expansión de la producción, lo cierto es que va a operar con una productividad muy baja. Hay grandes latifundios que no están en producción porque básicamente el capital, los terratenientes, no encuentran a quien arrendarle esas tierras que se van a fragmentar. En general se van a fragmentar y se van a estatizar, y a hacer reforma agraria de las tierras menos productivas, con lo cual toda la estructura de reforma agraria, los movimientos que aparecen como movimientos campesinos, van a estar asentados sobre las peores tierras, con la peor productividad y que por lo tanto, lo que les va a pasar es que solo van a vivir del subsidio estatal. Entonces, por un lado es ese esquema de reparto de renta que va a tomar la forma ideológica de socialismo, y en particular el socialismo del siglo XXI, que lo que va a hacer es que en lugar de centralizar la renta en estructuras industriales concentradas en el Estado, va a fragmentar el propio Estado. Lo que observamos es que la propiedad estatal en Venezuela lejos de centralizar el capital, como podía incluso pasar en la década del 70’, con Sidor y otros intentos de centralizar la renta en grandes empresas, va a fragmentar la renta en pequeñas empresas. En pequeñas empresas bajo control obrero o incluso dentro del Estado, porque lo que va a empezar a pasar es que como este apoyo militar que consigue Chávez se va a sostener con entregar negocios a cada fracción del ejército, la renta y el Estado va a fragmentarse en diferentes fracciones del ejército o de socios a los cuales se les va a entregar negocios parciales. Entonces, en realidad lo que va a hacer es que la apropiación de la renta va a intentar reproducir la ISI con una industrialización basada en pequeños capitales ineficientes, en los cuales va a aparecer un sector del capital extranjero que va a lograr acumular. De hecho, cuando uno observa la asignación de dólares bajo 183 Juan Kornblihtt un régimen de control de cambio que hay en Venezuela (las cifras son de CENCOEX, son públicas, de CADIVI) uno va a observar que desde el 2004 hasta el 2012 el grueso de las empresas que adquieren divisas son las empresas extranjeras, con las automotrices y la telefónica a la cabeza, pero después hay un gran número de empresas nacionales que también van a acceder a las divisas, básicamente en un doble esquema: en un esquema en el cual se importan insumos, se hace un procesamiento local muy bajo y se venden en el mercado interno a un precio mayor. Eso le va a permitir a estas empresas apropiar parte de la renta y obtener una ganancia extraordinaria. Cuando uno mira la rentabilidad, el indicador que uno puede tomar es la rentabilidad del capital estadounidense en Venezuela, uno encuentra que la tasa de ganancia de las empresas estadounidenses en Venezuela es más alta que la tasa de ganancia que obtiene el capital estadounidense en promedio a nivel mundial, es decir, está obteniendo una ganancia extraordinaria y no solo en el sector petrolero sino en todos los sectores en los cuales opera el capital estadounidense, aunque durante todo este período hay un gran conflicto diplomático y verbal con Estados Unidos. Ahora, en ningún momento hay ningún bloqueo de Estados Unidos hacia Venezuela y en ningún momento hay un avance particular sobre la propiedad estadounidense en Venezuela, salvo el caso de Exxon, que es muy particular, y de hecho uno podría decir que Chevron está más vinculada a Bush, que era con el cual había más enfrentamiento, que Exxon. Hoy Exxon aparece más vinculada a Trump. Jesús Manuel Vallez: ¿Se puede hablar de un saqueo de las empresas estadounidenses a Venezuela o es parte del proceso de recuperación de la renta cedida? Juan Kornblihtt: Ahí la pregunta es quién es el sujeto cuando uno dice Venezuela. Hablar de Venezuela es hablar de un sujeto que es una unidad del capital en el cual hay una personificación que está portada en la burguesía y está portada en la clase obrera, y se expresa bajo la lucha de clases. Con lo cual en realidad uno lo que tiene que preguntarse es qué está operando en esa unidad mundial de lucha de clases y de formas de apropiación. Pensarlo como saqueo nacional es 184 Descifrando el chavismo este punto de partida nacional en el cual uno cree que lo nacional es el punto de partida del análisis de la relación capitalista. Para decir que un país fue saqueado, uno debería decir qué significa que haya un flujo de riqueza de un lado al otro, y qué tipo de riqueza. El saqueo remite a relaciones directas, por ejemplo, el imperio romano, el esclavismo, las guerras feudales, en las cuales había una situación de saqueos por invasión y por obtener la riqueza producida bajo una relación directa que es apropiada por otro sector bajo una relación directa. Cuando uno mira a Venezuela, uno ve que Venezuela tiene una relación capitalista y tiene contratos que pueden renegociarse, pero son contratos entre iguales, en los cuales operan precios y operan impuestos. Cuando uno observa en ese movimiento, la masa de riqueza que obtiene Venezuela en el mercado mundial es plusvalía de los trabajadores de los países que compran petróleo, porque surge de las ganancias que pierden por comprar el petróleo las empresas estadounidenses, o chinas, o las que compren el petróleo venezolano. Lo que está entrando a Venezuela es parte de la plusvalía producida por la unidad mundial, uno diría por la clase obrera mundial, que entra particularmente a Venezuela. Entra a Venezuela y para ser re-apropiada requiere de dos elementos: de un elemento de explotación de los obreros venezolanos, porque tanto la producción petrolera como la producción de las empresas estadounidenses que operan en Venezuela requiere emplear obreros venezolanos a los cuales se les paga su fuerza de trabajo crecientemente por debajo de su valor; y una fuente específica de ganancia extraordinaria que sobre la base de ese pago por debajo de su valor y de esa explotación, produzcan mercancías que son vendidas en el mercado. Mercancías vendidas en el mercado a los cuales esos capitales extranjeros y nacionales que operan en Venezuela no tienen la capacidad de invertir (porque como decíamos antes, no tienen un ciclo de inversión como en la década del 70’), donde no generan su propia demanda. Esa demanda aparece generada por la renta, es decir, por la plusvalía de los obreros del mundo que entra a Venezuela y, por lo tanto, expande el gasto social y aparece el consumo obrero. Pero el consumo en el capitalismo no termina en el consumo, porque en el capitalismo las personas consumen en tanto personificación de una 185 Juan Kornblihtt mercancía. Entonces hay que preguntarse ¿para qué consumen? Lo que se observa es que consumen para que puedan tener ganancias las empresas extranjeras y nacionales. Luego, como esas ganancias no son producto de la inversión que realizaron, sino en gran medida de poder venderla por la transferencia estatal a esa población, una parte importante de esas ganancias se fugan. Entonces uno ve que la plata que se va de Venezuela, siguió todo este camino, su origen es plusvalía y su final es plusvalía. Es parte de la explotación de la clase obrera mundial. Analizar esto nacionalmente para decir si Venezuela fue saqueada, no nos dice nada porque se abstrae de todo este movimiento. Eso es lo que le pasa en gran medida a la teoría de la dependencia, o a las teorías de la acumulación originaria, a todo ese tipo de explicaciones del imperialismo, que se contentan con decir que la plata se va, sin decir de dónde viene, sin decir los efectos internos que genera y qué tipo de políticas genera. ¿Porque qué es lo que les permite? Les permite decir que cualquier pelea con una empresa de Estados Unidos es un acto antiimperialista, entonces no importa lo que se haga, hay que apoyarlo. Pero el punto no es ese. El punto es la unidad de ese proceso, y en la unidad de ese proceso lo que estamos encontrando es que la expansión del gasto social tiene como correlato la expansión de las ventas, que permite la fuga de capital por parte de estas empresas. Si el contenido es la renta que llega, entonces en ese movimiento, la palabra “saqueo” no me lo puede explicar. Ese movimiento me coloca, viendo las cuestiones nacionales, como si no fuesen capitalistas, y lo ponen en un correlato de fuerzas que no sé de dónde salen, entonces miro los conflictos políticos, miro los conflictos militares, sin poder entender su particularidad, sin poder comprender. Entonces, cuando voy a actuar políticamente, actúo a ciegas. En ese punto, ese tipo de explicaciones no nos lleva a ningún lado. ¿Hay una salida de plata de Venezuela? Si hay una salida de plata de Venezuela. No es que Venezuela saquea al resto, porque también uno puede tener una mirada liberal, inversa, que es la idea de que Venezuela saquea al mundo, que Venezuela es un parásito social del mundo y entonces hay que eliminar Venezuela porque es un parásito. Porque el que se logra valorizar de esa manera, el que logra apropiar una masa de riqueza gigante en todo ese período, 186 Descifrando el chavismo el principal ganador de todos los años del chavismo es el capital estadounidense Ahora, ¿eso es un saqueo? No, eso es parte de la unidad mundial, en la cual lo que está en juego es esta relación capitalista, con la particularidad que tiene la renta de la tierra que permite este movimiento y que genera estos conflictos, donde aparece el Estado, que se presenta como anti-capitalista, se presenta como estatizante, se presenta como generador de cooperativas; sin embargo, como el mercado opera sobre esas bases, termina en masa de riqueza apropiada por el capital extranjero, que se lleva parte de esa renta. Para que esto siga funcionando, requiere los ingresos de la renta petrolera, por eso va a estar supeditado a los precios del petróleo. Pero cuando empiezan a caer los precios del petróleo, todo esto va a entrar en crisis. Jesús Manuel Vallez: En este contexto, ¿cuál sería el balance del chavismo? ¿Qué tendencia prevés en la forma nacional que toma la acumulación de capital? Juan Kornblihtt: Yo creo que cuando uno mira al chavismo lo que encuentra es un cambio político que expresa una posibilidad de apropiar la renta, la reaparición de la masa de renta que venía en crisis desde la década de los 80’, y que permite, por un lado, primero pagar la deuda externa y desendeudarse, es decir, relanzar el ciclo que había empezado en los 80’-90’ con un fuerte endeudamiento, liquidar eso, o sea, que el capital que prestó, recupera lo que perdió; renegociar contratos petroleros que ponen nuevas condiciones en relación a los nuevos precios del petróleo mundial y que permite una acumulación del sector petrolero, pero también una masa de renta apropiable muy fuerte. Va a aparecer una unidad conflictiva en la cual el chavismo se va a apoyar (sobre todo después del golpe de 2002) en parte del ejército y en la población sobrante como su principal base de apoyo. Lo va a hacer en un conflicto permanente con sectores del capital extranjero y sectores del capital nacional, y también con sectores de la clase obrera vinculada a esos capitales, la clase obrera que vive del comercio, la clase obrera que vive de la importación, e incluso gran parte de la clase obrera profesional que vive de trabajos vinculados a actividades profesionales va a chocar con el gobierno. En ese choque lo que va a aparecer es, de 187 Juan Kornblihtt un lado, esta masa de población sobrante y los intereses populares, versus los intereses de las élites. Eso va a configurar un discurso radicalizado, cada vez más radicalizado, en el cual aparece el Estado repartiendo la renta como el factotum, como el sujeto de esta relación social, luchando contra los que quieren quedársela en forma privada. Entonces va a estar establecido con un discurso que aparece como socialista, con esta idea del Estado como el bien común (los vínculos con Cuba van a acelerar esa relación), el intento de construir a escala latinoamericana una vinculación en la cual Venezuela, sobre la base de vender combustible barato, va a articular relaciones políticas con gran parte de Sudamérica y del Caribe; y una vinculación a través de la expansión china, en la cual se le empieza a vender a China gran parte del petróleo, diversificándose de la demanda de Estados Unidos. En esa situación de conflicto, el auge de la apropiación de la renta va a tener como elemento central el tipo de cambio, el control del dólar y las importaciones; lo cual va a llevar crecientemente a que se expanda la importación, entran en crisis algunos sectores no petroleros y que algunas empresas quiebren, a lo cual cada paso va a ser una estatización de esas empresas. Cuando uno mira eso y dice que hay que hacer un balance, el primer elemento es que va a haber una mejora muy fuerte en el nivel de ingresos de la clase obrera, va a haber una creciente acción del Estado explícitamente. Pero cuando uno mira la estructura venezolana, el cambio que uno va a ver no es inmediatamente lo que se dice, sino que hay que ver el contenido. ¿Y qué es lo que se ve en el contenido? Cuando uno ve el peso del Estado en el sector no petrolero, no crece, es decir, no hay un proceso de estatización creciente. Más allá del contenido que podría tener, las empresas que se estatizan son empresas quebradas, con bajo peso en el PBI y, por lo tanto, no va a ser relevante en su transformación. Pero como decía antes, esas estatizaciones no hacen a una centralización de la renta en una planificación general. De hecho, el Ministerio de Planificación es un ministerio que eternamente existe en Venezuela y que menos tareas cumple porque no planifica nada, no hay ningún grado de planificación. La única forma de planificación que aparece en Venezuela es el control del tipo de cambio, a ver a quien se le asignan divisas o no, y a medida 188 Descifrando el chavismo que va habiendo crisis con el sector petrolero es donde más se empieza a ver ese elemento y, de hecho, donde más avanza es en el comercio exterior, pero no para después ser procesado por empresas públicas sino para ser entregado a empresas privadas, con lo cual es un mecanismo de asignación pero que pasa por la importación. En ese movimiento lo que va a haber es una muy fuerte expansión de las condiciones de vida de la clase obrera pero donde no cambia el carácter de esa clase obrera. ¿Por qué? Porque no hay un proceso de transformación productiva, y al no haber un proceso de transformación productiva, no hay un proceso de transformación de los atributos productivos que tiene esa clase obrera y por lo tanto, el gasto en educación, el gasto en salud, no apunta a una transformación en las conciencias que opere sobre esa transformación productiva sino que se queda en el gasto en educación en pura ideología. Vos podrás dar testimonio de lo que pasa con las universidades, en donde el desarrollo es más bien ideológico y con muy poca capacidad incluso técnica-operativa en los egresados universitarios de las nuevas universidades. Eso queda reservado a las universidades tradicionales, más allá de su vaciamiento, y en términos de conocimiento social es repetir ideologías con textos puramente ideológicos, sin ninguna capacidad de transformar ni de crear un conocimiento que pueda organizar la sociedad de otra manera, ni de ser crítico de la sociedad, sino que repite fórmulas del marxismo, o ni siquiera del marxismo, pero que aparece como un problema ideológico y no más que eso. Entonces si uno piensa ¿qué transformaciones hay? Bueno, efectivamente hay una transformación profunda en que las condiciones de vida inmediata mejoran en los momentos de auge del petróleo, es decir, los niveles de consumo crecen mucho. Crece mucho el empleo estatal, pero un empleo estatal que no tiene un correlato en las formas organizativas de la producción sino básicamente en tareas superfluas o sin mucho contenido, o tareas políticas. Y en la industria es una quiebra de un sector importante que aparece después bajo cooperativas o control obrero, pero sin ninguna capacidad productiva expansiva, como se observa en que la productividad sigue cayendo, es decir, en todo este proceso en Venezuela la productividad no petrolera cae. En ese contexto, el primer elemento del chavismo es que cuando 189 Juan Kornblihtt crece la masa de riqueza, puede presentarse políticamente como esta expresión del interés común; y va a enfrentar a un sector de la población que se enriquece estos años, pero que ve su enriquecimiento como un proceso en el cual tiene que estar todo el tiempo luchando para garantizar ese enriquecimiento. ¿Por qué? Porque básicamente accede a ese enriquecimiento por el tipo de cambio, accede por la posibilidad de importar y, por lo tanto, la compra de dólares aparece para un sector de la población, de obreros calificados o de pequeños burgueses, que acceden a esos dólares, como la fuente de enriquecimiento. Y como la asignación de dólares está pautada por el Estado, solo la lucha política con el Estado es la que les permite acceder a esos dólares. Entonces, de cada momento de elecciones, de cada momento de conflicto, emergen nuevas cuotas de dólares para esa población. De hecho, es famoso la cantidad de gente que se iba a comprar a países vecinos, a viajar por el mundo, a importar cosas para revenderlas, es decir, todo un mecanismo que el acceso al dólar permitía, una apropiación de renta muy grande, pero como estaba mediado por el accionar del Estado, el establecer esa cuota estaba todo el tiempo mediado por un conflicto. Además, aparecía como que esa riqueza que se apropiaba estaba en contradicción con la riqueza que se distribuía para planes sociales. Esa misma población que se enriquecía no veía que gran parte de su posibilidad de apropiar esa masa de renta venía de que esos planes sociales le creaban un mercado al cual podía venderle, y por eso apropiarse de esa renta. Sin embargo, se expresaban conflictos muy agudos, en lo que fue todo el proceso de movilización permanente en Venezuela. Movilización permanente que también tiene un correlato o tiene una expresión en el hecho de que no está transformándose la estructura productiva y gran parte de la población obtiene un ingreso por una fuerza de trabajo que no se vende, y donde el hecho de que la acción política sea la fuente de esa riqueza aparece como evidente. Es decir:“Yo no obtengo el valor de mi fuerza de trabajo por trabajar sino que proviene de mi acción frente al Estado, ya sea por defenderlo o ya sea por atacarlo. Entonces, me la puedo pasar luchando en la calle pero allí es donde está expresada la reproducción de mi vida social”. El chavismo va a estar caracterizado por esta permanente conflictividad social expresada en las calles, con 190 Descifrando el chavismo manifestaciones casi semanales de miles y millones de personas, obviamente con ciclos, pero donde una sociedad está en permanente conflicto y en permanente movimiento, porque esta es la forma de apropiar la renta. En ese movimiento, como decíamos, los grandes ganadores, que aparecen ocultos detrás del discurso, son las empresas multinacionales. Cuando uno ve la asignación de dólares son esas las principales. Y va a aparecer otro elemento que va a configurar todo esto, y es que esta situación va estar acompañada por toda una retórica de cambio social y con toda una retórica de transformación socialista, que evidentemente en el apoyo popular aparece como realizándose un bien común, frente a la oposición que aparece claramente expresando el bien parcial de sus capitales. Entonces frente a la población sobrante movilizada y a la clase obrera movilizada para acceder a sus planes sociales, el enemigo aparece claramente vinculado a los capitales privados y a una libertad de mercado. Ese discurso se va reforzando en cada movimiento de conflicto. A esto hay que sumarle otro elemento del legado del chavismo, que es que se inserta en un momento de crisis mundial y de transformaciones en los cuales China empieza a cobrar relevancia, y Venezuela empieza a diversificar sus exportaciones de principal destino a Estados Unidos, a diversificarse con China. Y además en un ciclo de desendeudamiento que le permite a Chávez, por un lado, no preocuparse de enfrentarse con Estados Unidos porque tiene un nuevo cliente y, por otro lado, tampoco tiene que pedirle prestado; entonces aparece esa posibilidad de choque verbal o discursivo sin afectar intereses reales. En la relación con China va a empezar a aparecer un vínculo fuerte con Chávez, sobre todo sobre la base de que China empieza a expandir su presencia en el sector petrolero, con refinerías que se empiezan a construir en China para petróleo estrictamente venezolano; y con una radicación de capitales chinos en Venezuela. China va a aparecer de forma muy relevante en las elecciones de 2012. ¿Por qué? Porque con la crisis de 2009 Venezuela sale endeudándose y paso siguiente sale endeudándose con China. En particular se endeuda con China por toda una política donde China empieza a mandar capitales y sobre todo va a tener una gran influencia en la expansión de la construcción. Todo el plan de viviendas que se 191 Juan Kornblihtt construye a partir de 2011-2012 se realiza con fondos chinos. De hecho, la construcción en todos los años del chavismo, hasta el 2010, no había crecido, era muy baja; y en dos años se construye una magnitud enorme, que en gran medida es un elemento clave de cómo Chávez logra salir de la crisis de 2009 con cierta popularidad y logra, con su último aliento, ganar esas elecciones. En ese ciclo, China aparece como el principal impulsor. De hecho, cuando uno mira los datos, prácticamente todo el gasto que se expande lo hace gracias a la deuda con china. Entonces, Chávez hasta su muerte, lo que va a dejar es un país en el cual hay un grado de conflictividad social muy grande, una movilización en torno a la renta, pero donde crecientemente y con las crisis de 2009, esto se empieza a agudizar. El sector no petrolero se vuelve cada vez más inviable porque no hay masa de renta para sostenerlo. Eso se soluciona por la vía de importar. Cada vez se importan más cosas de China o se radican empresas chinas que lo que hacen prácticamente es ensamblar cosas que traen ellos; vincularse a China con los préstamos, es decir, endeudarse adelantando petróleo por décadas para poder sostener los últimos años de crecimiento. Esto lo que va a hacer es que el colapso del sector no petrolero se va a agudizar. Ese colapso general que venía de los 80´-90´, que estaba tapado por esta fuerte suba del petróleo, unido a la no transformación productiva, lo que hace es que cuando comienza a caer la renta, se empieza a poner en evidencia la inviabilidad de ese sector. Un sector paradigmático es el automotriz. El colapso en la industria automotriz empieza en 2008-2009, se profundiza en 20102012, y hoy es una industria prácticamente paralizada, con las principales multinacionales yéndose del país y donde prácticamente no se produce ningún auto. Ese colapso del sector industrial no petrolero se ubica en el legado de Chávez, que básicamente ha agotado la renta petrolera y ha agotado el ciclo de endeudamiento. Chávez no solo va a agotar el ciclo de los precios altos del petróleo, sino que, antes de morir, llega a la última elección gastando todo el crédito que podía obtener sobre todo en China. Ya agotado el crédito en China y con poca disponibilidad de crédito en otros países, lo que va a empezar a pasar es que, con la caída de precios posterior al 2013, la crisis se va a agudizar mucho más. Esa 192 Descifrando el chavismo no transformación productiva lo que va a generar es una situación de conflicto social muy grande porque se va a agudizar una situación en la cual una masa de población que vive del Estado, y reproduce su vida en tanto población sobrante, va a seguir sostenida por el Estado pero cada vez en peores condiciones. Y una masa de población que enfrentaba al Estado, y que vivía de importaciones o que vivía de conseguir dólares en el extranjero, no va a encontrar ninguna fuente de vida. Entonces, la población sobrante con niveles de vida bajo, que vive en los barrios, que había tenido ciertas mejoras pero que no había transformado su estructura productiva, va a encontrarse con la imposibilidad de consumir, y se va a sumar a la población que enfrentaba al chavismo históricamente. Maduro va a asumir este contexto. En ese contexto es que encontramos el legado de Chávez, un proceso de transformación y de crisis donde el sector petrolero va entrando en una crisis cada vez más profunda, y donde lo poco que había quedado de industria (la siderurgia, la automotriz y algunos otros sectores que no habían desaparecido en el colapso del 80’-90’), empiezan a mostrar hoy toda su inviabilidad. En ese contexto de inviabilidad lo que empieza a pasar es que no hay capacidad de producción local y todo depende de las importaciones (alimentos, medicinas, producción industrial, celulares, computadoras). Todo lo que sea ensamblado localmente empieza a colapsar. Todos los que vivían de importaciones no pueden reponer el stock para vender. Lo que empieza a pasar entonces es que la disputa por el acceso al dólar se convierte en el eje central de una parte de la población y, ante cada situación de algún tipo de ahorro, se va al mercado negro y este empieza a estallar. Los precios empiezan a regirse por el mercado negro y no hay ningún capital privado que quiera vender en el mercado oficial (con los precios regulados) porque no puede reponer stock y no puede volver a relanzar su ciclo de acumulación. En ese contexto, aparece la idea de que Maduro es el culpable de lo que viene. Entonces aparece todo un sector, que es el chavismo crítico, que plantea volver a Chávez. Chávez antes de morir deja la economía en una crisis muy grande, pero como se va con el endeudamiento chino tiene una masa para que el ciclo sea todavía un ciclo en el cual se expande la vivienda pública, se expande el gasto público y todavía no 193 Juan Kornblihtt colapse todo. Efectivamente, Maduro asume ya con ese endeudamiento agotado y, de hecho, se empiezan a enfriar las relaciones con China porque Venezuela comienza a tener dificultades para pagarle y entonces ésta deja de prestarle. Lo que encontramos ahora es un proceso en el cual ese sector industrial no petrolero empieza a colapsar, y Maduro lo que está buscando es garantizar una estructura de poder que satisfaga las necesidades mínimas de la parte de la población que es la base de apoyo histórica del chavismo, que es esta población sobrante. Esto lo hace con una capacidad muy básica, con alimentos subsidiados y con algún tipo de estatización de parte de las importaciones para satisfacer estas demandas; pero con un colapso general del sector comercial no petrolero y, por eso, la radicalización de esta pequeña burguesía y de la clase obrera asociada a esa pequeña burguesía, que pone su vida en juego en las marchas. Jesús Manuel Vallez: ¿Que expresarían las movilizaciones que en 2017 se desarrollan contra el gobierno chavista? Juan Kornblihtt: De alguna manera lo que uno puede empezar a ver es que hay mediaciones entre la acción política y los contenidos que habría que profundizar más, en los diferentes sectores y en quiénes se mueven. Pero lo que uno observa es una radicalización en las movilizaciones de estos sectores. Estos sectores hicieron golpes en el 2002. Después de ese año, pierden apoyo dentro del ejército y pierden apoyo internacional como para motorizar otro golpe, y sus movilizaciones se mostraban impotentes. De hecho, no participan en algunas elecciones, boicotean las elecciones, vuelven a participar, es decir, van siempre detrás de los términos políticos que pone el chavismo y no tienen ninguna capacidad de colocarse en la agenda política, hasta que en 2015 logran ganar las legislativas. Cuando ganan las legislativas, evidentemente aparece una impotencia expresada en su poder político, que es que no tienen capacidad de aliarse con ningún sector que tenga capacidad transformadora. ¿Por qué? Porque su contenido social son estos capitales importadores, que deben estar financiados por grandes empresas de todo el mundo. Pero más allá de quién los financia lo que importa es qué capacidad organizativa tienen. Lo cierto es que no tienen 194 Descifrando el chavismo capacidad de establecer una unidad que enfrente a lo que expresa Maduro. ¿Por qué? Porque expresan en gran medida a importadores o capitales no petroleros que en el reparto de la renta podían tener mucha fuerza (como la Ford, la General Motors, las empresas multinacionales) y pueden ser muy fuertes para atacar a Maduro, pero lo cierto es que esas empresas en cuanto empieza la situación a colapsar, se van; con lo cual no son un sujeto interesado en sacar a Maduro. Puede ser que ahora estén interesados pero no tienen ninguna capacidad activa de hacerlo y, de hecho, terminan yéndose del país. Lo que va quedando es un sector que, en su impotencia, se radicaliza, es decir, está radicalizado porque es impotente. Cuando uno ve a la burguesía saliendo a la calle es porque no tiene la fuerza de hacer un golpe militar, que es la forma tradicional en la cual la burguesía se mueve. Cuando uno mira el golpe en el 66’ en Argentina o el golpe en el 73’ en Chile y demás, hay un momento lock-out patronal, de conflicto, pero se resuelve muy rápidamente de la mano del ejército. ¿Qué es lo que no tiene la burguesía venezolana? La capacidad de tener un ala del ejército propia que le permita dar un golpe. Y no es que no tiene un ala del ejército simplemente porque uno pueda decir que el ejército está educado en forma revolucionaria, sino porque no encuentra en dónde. Lo que hay que mirar es dónde está el sustento de lo que es hoy Maduro. Lo que está pasando es que hoy la renta y toda la acción política de Maduro se está concentrando en sostener al sector petrolero en detrimento del sector no petrolero. Dentro del sector no petrolero, las primeras que están quedando fuera son las empresas multinacionales que después de haber sido las privilegiadas en las entregas de divisas, hoy no se les entrega. Por eso, cortan los vuelos, se van las automotrices, quedan algunas en ciertos nichos, pero la mayor parte se están retirando. Queda afuera toda la pequeña burguesía importadora que vivía de ir a sacar dólares a Curazao, a Panamá, y de importar mercancías de muy baja calidad para poder vivir de esa compra-venta; sectores vinculados a todo ese movimiento son los primeros en colapsar. Entonces, aunque eso se movilice, no tiene capacidad organizativa de algo diferente. Uno puede preguntarse ¿pueden ganar, pueden sacar a Maduro? Sí, siempre puede pasar y las 195 Juan Kornblihtt cosas se reconfiguran, pero lo cierto es que en la calle están mostrando hoy su impotencia. Jesús Manuel Vallez: Dichas movilizaciones tienen un importante componente obrero, ¿qué expresaría que esta masa de población obrera se convierta en portadora de los intereses de esos capitales ineficientes? Juan Kornblihtt: Yo creo que efectivamente esa parte de la población, cuya reproducción en realidad proviene de la renta, se enfrenta a la imposibilidad de apropiarla (por la contracción), y se muestra como impotente. ¿Por qué? Porque la renta cuando se empieza a contraer, se concentra. ¿Y en dónde se concentra? Bueno, lo que garantiza que la renta siga fluyendo. ¿Y qué es lo que garantiza que la renta siga fluyendo en este momento? El sector petrolero. Hoy, la garantía de que haya algún grado de magnitud de renta que pueda sostener en algo a la vida venezolana pasa por que el sector petrolero no colapse. En ese punto, estos movimientos que efectivamente tienen un componente obrero (uno no tiene que negar eso, porque cuando uno ve las movilizaciones no están los dueños de la Polar movilizados), tienen un componente importante de pequeña burguesía; pero lo que uno tiene que preguntarse es: ¿ese componente obrero en tanto qué se presenta?, ¿se presenta representando intereses generales de la clase obrera en tanto a su necesidad histórica? O ¿se presenta expresando intereses inmediatos de los capitales que la emplean y con las cuales busca algún vínculo? De hecho, cuando uno ve sus programas y sus reclamos pasan por la estabilidad cambiaria, por el acceso a dólares, porque no haya más corrupción, es decir, consignas que remiten a una utopía que es: “estabilízame el dólar”, como si eso les fuese a dar dólares cuando no hay dólares. Entonces, se presenta como un problema formal sin dar cuenta del contenido. Y si se unifica el tipo de cambio y supongamos que el tipo de cambio en Venezuela se vaya a 10 mil; con los sueldos existentes, ¿quién podría acceder a esos dólares? Sería lo mismo que si hubiese control de cambio. Pero simplemente se le presenta como una tarea inmediata cuyo beneficiario podrían ser las empresas multinacionales, que fugan dólares, o alguna importadora, pero que dejaría una concentración y centralización de capital, y una cantidad de 196 Descifrando el chavismo población sobrante gigante en el medio. Es un reclamo que profundiza su propia crisis. ¿Por qué? Porque es una clase obrera atada a su reproducción inmediata, que efectivamente sale por una necesidad. Pero el punto es que sale por esa necesidad vinculada a su reproducción inmediata. Uno ve que eso es el grueso de las movilizaciones, más allá de que sean muy populares y muy grandes; y también hay que tener en cuenta (aunque habría que mirar con mayor detalle) que no se producen grandes movilizaciones de lo que es la base histórica del chavismo. Esta es la base histórica de la oposición, es decir, no cambió. El grueso de lo que se moviliza y se radicaliza es la misma población que fue el grueso de lo que históricamente estuvo en contra del chavismo, que tuvo un componente obrero y siempre lo tuvo, que identificó en el chavismo siempre un conflicto por el cual se reproducía socialmente. Individualmente uno puede encontrar traspasos de sectores chavistas a sectores de la oposición, de hecho aparece políticamente en el chavismo crítico, en la fiscal general, es decir, van apareciendo traspasos, pero sustancialmente lo que se moviliza, lo que se radicaliza, es una porción de la población que reproduce las mismas expresiones políticas que antes. Entonces la pregunta es: ¿Qué está pasando del otro lado? Está claro que “esto” se muestra impotente porque no hay una masa de renta para reproducir “esto”. En caso de un triunfo de “esto”, uno podría decir: suponiendo que tuviesen la posibilidad de ganar y de normalizar la situación, lo que implicaría es que la forma de reparto de la renta toma una forma más abierta al ajuste, no inflacionario, sino de ajuste directo. Es decir, lo que hoy es un ajuste en el cual una masa de la población no accede al dólar, aparecería como una devaluación oficial en el cual nadie podía comprar dólares. Lo que hoy aparece como una escasez, aparecería como la liberación del comercio, en la cual nadie podría acceder a los bienes que se venden (no a que no están los bienes). Pero la carga estaría puesta en otro lugar, es decir, hoy aparece como que la crisis es causa del Estado; y de aplicarse todas las medidas que proponen, lo que estaría es que la crisis está como producto de la naturalidad del mercado. Entonces, la impotencia que muestran es porque justamente no tienen la capacidad de realizar eso. Cuando uno ve por qué la derecha triunfa en Brasil, por qué la derecha triunfa en 197 Juan Kornblihtt otros países, y en Venezuela nos encontramos con esta situación en la cual como que no avanza, a mi entender es que en Venezuela este proceso no tiene resortes. En Brasil hay todo un sector de la burguesía interesado en que bajen los salarios, en ajustar el gasto público y que eso relance la acumulación, hoy en Venezuela eso no existe. Hoy, la baja salarial que implicaría un ajuste de este tipo, no tiene un sector no petrolero que se favorezca, porque de hecho, se están yendo. Entonces, la potencia política de expresar un ajuste, de reducir el gasto público y de bajar los salarios directamente, que le daría fuerza a un sector no petrolero del capital, que se expandiría, que tendría fuerza política (como aparece en Macri o aparece en Temer), no aparece inmediatamente portado en la MUD. Porque ese sector no petrolero o ese sector de la burguesía industrial no tiene esa fuerza. Jesús Manuel Vallez: Por otro lado, ¿qué expresarían los sectores obreros que todavía se manifiestan en apoyo al gobierno? Juan Kornblihtt: Allí lo que uno entiende es que evidentemente hay una pérdida de apoyo que se expresa electoralmente, en las encuestas y en la calle. Mantiene un poder popular importante, uno puede decir que vinculado al aparato estatal, pero que no deja de ser un apoyo. El vínculo social en el capitalismo es a través de la mercancía y, por lo tanto, el hecho de que se vincule porque es empleado del Estado no lo diferencia sustancialmente, por ejemplo, del sector de la clase obrera que es empleada de los dirigentes de la MUD y que apoya a la MUD. Es decir, no es que en un lado son puros obreros confundidos pero libres, y en el otro son obreros clientelares. La relación social en el capitalismo es a través de la mercancía, por lo tanto, la conciencia no puede estar desligada de esto. La pregunta sería: ¿La clase obrera expresa una relación inmediata o puede expresar una relación general? Anteriormente veíamos un sector obrero vinculado a los intereses inmediatos de un sector que busca liberalizar el comercio, que busca involucrarse en el comercio exterior cuando ya no hay masa de riqueza para eso, y que se muestra impotente porque ni siquiera una baja salarial o un ajuste le relanzaría la acumulación (por lo menos no inmediatamente). Uno podría después discutir si Venezuela podría 198 Descifrando el chavismo convertirse en una maquila para el mundo, de salarios bajos y cambiar su particularidad, pero no es esto lo que está en juego hoy, al menos no inmediatamente en este contexto político. Podría ser un resultado a futuro, en el sentido de que el empobrecimiento general sea tan grande que Venezuela se convierta en un país proveedor de mano de obra barata, como lo son los países de Centroamérica, México y otros lugares. Ahora, inmediatamente hoy no es eso y, por lo tanto, la baja salarial que hoy se expresa en salarios en dólares muy bajos, no expresa esa potencia de que se vengan a radicar capitales exportadores. Por eso la MUD expresando sus intereses no tiene fuerza. Cuando miramos lo que es el apoyo al gobierno de Maduro, se ve que hay un corazón de la clase obrera sobrante, que ya sea por no salir a apoyar las movilizaciones de la MUD, ya sea por seguir apoyándolo, sostiene al gobierno. El gobierno no enfrenta movilizaciones muy masivas, no enfrenta movilizaciones en las cuales la MUD logre articular a los grandes barrios. Eso hoy marca un límite de la propia MUD, que no puede establecer una unidad con esa parte de la población. ¿A costa de qué? El gobierno está lanzando alimentos baratos, sosteniendo algunos planes sociales, pero también manteniendo bajo un régimen de represión política (con los colectivos y demás), lo cual está haciendo una carestía gigante en esa población. Pero algún grado de apoyo se mantiene porque esa carestía aparece identificada como qué es culpa de los otros y no del Estado, y por lo tanto no resulta en un ataque al Estado. Entonces en ese punto mantiene ese apoyo y mantiene el apoyo del ejército. Más allá de un levantamiento puntual, cuando uno mira al ejército se identifica que es parte del personal estatal, que es obrero y que reproduce bajo su conciencia la defensa del Estado como el bien común, y que identifica que el Estado es el bien común más allá de quien gobierne. Entonces aunque pueda tener una disidencia con Maduro (porque probablemente haya gente dentro del ejército que esté en contra de Maduro) actúa poniendo al Estado sobre cualquier cosa, incluso sobre la vida. Por lo tanto, reprime en nombre del Estado. Esa capacidad de tener una masa de la población que reprime en nombre del Estado, es una fuente de apoyo. ¿Sobre qué bases el ejército no rompe y no aparece algún 199 Juan Kornblihtt dirigente de peso dispuesto a envalentonarse con la MUD? En gran medida tiene que ver con esta estructura que armó el chavismo, que fragmentó el capital y uno de los sectores beneficiarios de esa fragmentación de capital es el propio ejército que accede a diferentes empresas. De hecho, cada vez más empresas van pasando a manos de sectores militares y el punto cúlmine de Maduro es que mientras Chávez mantenía bajo control civil PDVSA, hoy PDVSA está bajo control de ex-militares o de militares. Y además, hay una propuesta de crear una empresa paralela en manos de militares. Está todo el arco minero que quedó en manos de militares. Con la idea de que se van cediendo negocios a sectores de los militares, que establecen una propiedad de administración estatal con elementos de carácter privado, hay una base de apoyo que por ahora no se rompe. Pero a su vez, lo que aparece como un elemento fuerte que tiene Maduro hoy, es que está garantizando el funcionamiento de Chevron y otras empresas, en detrimento de las transferencias del sector no petrolero (Ford, General Motors). En ese movimiento lo que aparece es una doble vinculación por la vía del crédito. ¿Cómo lograr conseguir crédito para sostener la economía? Aparecen dos sectores. China en principio parecería estar alejándose y no respaldando a Maduro, lo cual puede implicar una posibilidad de que aparezca otro sector vinculado con China en algún momento. Pero hoy China no le está prestando plata a Maduro y no aparece como el principal sostén (como si fue de Chávez en su último ciclo). Aparece un préstamo grande de Goldman Sachs, lo cual muestra que hay un sector de Estados Unidos interesado en que no caiga inmediatamente el gobierno o que la caída del gobierno no implique una caída de la producción. Hay otro elemento que es Rusia, que es hoy el que más le está prestando a Maduro. En ese contexto, aparece la necesidad de renegociar los contratos con el sector petrolero, adecuándolo a este nuevo esquema de bajos precios, y permitiendo que accedan a mayores partes de la propiedad, ya sea cambiando las proporciones de propiedad que existen respetando la Constitución, o ya sea reformando la Constitución para que haya nuevos porcentajes de propiedad. ¿Cúal es el problema que tiene Maduro? Que cualquiera de esos dos elementos tiene a la Asamblea Nacional como una traba y cuando se proponía 200 Descifrando el chavismo avanzar en una transformación para otorgarle porcentajes a los rusos de parte de las empresas mixtas (como forma de sostener este creciente endeudamiento con Rusia), la Asamblea Nacional le empieza a bloquear esas leyes y comienza un conflicto para destituir a Maduro. En ese contexto, Maduro tiene que primero disolver a la Asamblea Nacional con el Tribunal Supremo. Retrocediendo frente a eso, en un contexto en el que parecía que Maduro caía, (de vuelta se muestra la impotencia de la MUD), Maduro retoma la iniciativa y aparece el punto de la Constituyente. Está claro que la Constituyente tiene un montón de elementos sobre la reforma del Estado comunal y un montón de discursos que hacen que un sector (sobre todo la izquierda mundial) los apoye. También mantiene cohesionado a un sector político de exchavistas que no terminan de romper (aunque rompe la fiscal general, aunque rompen partidos menores como Marea Socialista). Estos son grupos que no logran articular una política independiente ni ningún tipo de fuerza, que de hecho terminan a rastras de la MUD (caso de Nicmer Evans que termina en una conferencia de la MUD sentado con Capriles). El chavismo parece todavía sólido en sus bases políticas más allá de la fiscal general, que al mismo tiempo la remueven. La fiscal general no genera ningún tipo de adhesión popular. La removieron y no salió una base social diferente a la de la MUD, a apoyarla. No hubo movilizaciones de la base chavista, más allá de su pasividad, en el sentido de que no estaba apoyando a Maduro abiertamente, pero no es que ella pudo representar con su ruptura a una corriente interna del chavismo que estuviera dispuesta a romper. De hecho, rompe sola. Allí lo que aparece como pregunta es: ¿Por qué Maduro logra reciclarse? Uno puede invertir la pregunta: ¿Por qué, con la carestía que hay, con el nivel de pobreza que hay, con los salarios de 30 dólares que se consiguen hoy, con el dólar paralelo yéndose a 20 mil, con la imposibilidad de acceder a medicamentos, con una población que cada vez tiene más hambre, Maduro sobrevive? En ese punto, más allá de que efectivamente tiene todavía una base de apoyo, lo que hay que preguntarse es por qué lo apoyan. No alcanza con que lo apoyen. No legitima a nadie que lo apoyen por hacer el mayor ajuste de la historia venezolana. En gran medida es porque la MUD no logra expresar nada 201 Juan Kornblihtt diferente y porque Maduro todavía logra (mediante estas negociaciones primero con la Goldman Sachs, después con Rusia) sostener al sector petrolero. Aunque aparezca que empresas como Chevron anuncia que saca a su personal de Venezuela y hoy Estados Unidos está escalando la ofensiva, aparece (ya sea porque Rusia va a poner más plata) un contexto en el cual todavía no parece que la relación de ese sector con Maduro se haya roto. La pregunta que aparece frente a eso es ¿qué está expresando Maduro hoy? En gran medida, Maduro hoy expresa el agotamiento del sector no petrolero, la imposibilidad de sostenerlo, la crisis absoluta de ese sector, la necesidad de importar todo, pero sin divisas. Lo único que se puede sostener de actividad es por la vía de divisas porque todo el ajuste que se hizo por la vía de inflación, no redunda en relanzar la acumulación. Es decir, en países como Argentina, Brasil y demás, una caída del 40% del salario en la dictadura del 66’, o en el 2001, relanzaron algo la acumulación y la economía empezó a recuperarse. Hoy Maduro hizo un ajuste mayor que el que se hizo en esos dos momentos y no logra reestimular la economía, por esto que decíamos del sector no petrolero. Ese sector no tiene ninguna fuerza para imponerse porque la fuerza en el capitalismo surge de una base de acumulación, no de relaciones directas. Lo que empieza a surgir como duda es ¿qué está pasando en el sector petrolero?, y es lo que uno tiene que comenzar a profundizar y mirar. Aparece este crecimiento de Rusia como un elemento que coloca la discusión en términos de ¿qué va a pasar con Estados Unidos? Hoy aparece históricamente que Chávez tuvo un discurso muy anti-Estados Unidos pero en términos de acumulación de capital, las principales empresas favorecidas no petroleras y petroleras eran de Estados Unidos. Venezuela tiene un vínculo muy fuerte con Estados Unidos Un 8-9% de lo que importa Estados Unidos de petróleo viene de Venezuela. Además viene de refinadoras de Venezuela de crudo pesado que es un crudo que no se puede reemplazar tan fácilmente. Esto implica que hay empresas como Valero, Phillips-Conoco, Chevron, que procesan en el Golfo de México y si no consiguiesen el petróleo venezolano tendrían que paralizar su producción o, ellos mismos están diciendo que Venezuela podría venderle a otros países y ellos tendrían que 202 Descifrando el chavismo comprárselo a otros países duplicando costos de transporte. Entonces, no cortarían los flujos para Venezuela (en un conflicto) y a ellos les encarecería los costos. Por eso hay un propio interés del capital estadounidense en que no haya un bloqueo a Venezuela. Pero, si con la escalada rusa en la apropiación de pozos petroleros y con la reforma a la Constitución se habilitan mayores porcentajes a las empresas o nuevos pozos petroleros, pondría en el escenario internacional un conflicto más complejo, en el sentido de que efectivamente Estados Unidos rompa el vínculo con Venezuela, en un conflicto más de carácter mundial. Esto nos vuelve a remitir al problema de la crisis mundial, es decir, no podemos terminar de entender Venezuela si no entendemos en qué momento de la crisis mundial estamos. Ese momento de la crisis mundial puede cambiar el escenario. Es decir, cuando uno mira a Trump, expresa un momento de la crisis en Estados Unidos en el cual, bajo la apariencia de que Estados Unidos hoy no tiene desempleo y de que solucionó sus problemas, surge también la idea de que ahora que tenemos todo este empleo y logramos recuperarnos, cómo salimos a exportar al mundo y cómo rompemos relaciones con el resto y nos imponernos frente al resto del mundo. Por lo tanto, esa crisis mundial en la cual Estados Unidos empieza a poner en evidencia que tiene una deuda que no puede pagar y al mismo tiempo empieza a expandir su producción, está llevando a unas situaciones de conflicto mundial que pueden cambiar el escenario muy rápidamente. Hay un punto para considerar que es el posicionamiento de Rusia y este incremento de presencia rusa en Venezuela por el acceso al petróleo. Otro elemento importante para tener en cuenta en la unidad mundial es que la fuerte suba de los precios del petróleo hizo poner en producción el fracking, toda la producción de Estados Unidos. Con la caída de precios del petróleo ese sector quedó ocioso. Algunas estimaciones dicen que un conflicto con Venezuela llevaría de vuelta el petróleo a 80 dólares. Con un petróleo a 80 puede ser que haya una depuración de un sector del capital, como Valero y estas empresas que viven del petróleo venezolano, pero habría un resurgimiento muy fuerte del petróleo de fracking con estos nuevos precios y habría una reestructuración a nivel 203 Juan Kornblihtt mundial de todas las empresas petroleras a las cuales un barril a 80 les convendría. En ese contexto, uno diría que un conflicto con Venezuela podría ser el estimulante a esa suba del precio del petróleo y colocaría la situación en otro contexto, en el cual entrarían en crisis gran parte de las empresas en Estados Unidos, cuyo crecimiento durante los últimos años en gran medida fue por la baja de los precios del petróleo. La baja de los precios del petróleo les abarató los insumos y les permitió expandirse, pero también uno diría que es una expansión que no es sostenible en el tiempo. Entonces de alguna manera uno puede pensar que Venezuela es un elemento más de esta crisis mundial, en el cual llegó a un sinceramiento de ese capital ficticio que está sosteniendo todo, y que Venezuela puede ser una chispa desencadenante de un conflicto. En ese escenario es que uno tiene que pensar la acción política. Jesús Manuel Vallez: En ese marco, queríamos aproximarnos a la parte final de la entrevista abordando las perspectivas futuras de la clase obrera venezolana. ¿Por qué no hay surgido una organización independiente que sea portadora de los intereses de la clase obrera en su conjunto? ¿Es posible que en el futuro surja? ¿Por dónde empezar? Juan Kornblihtt: Efectivamente, en Venezuela la acción política de la clase obrera en los últimos años es cuestión de una mirada de todo el mundo, es decir, todo el mundo habla de Venezuela. Cuando contaba por qué empecé a investigar esto, dije que mi preocupación surge incluso sin tener vínculos en ese momento con Venezuela. Uno mira los debates de izquierda mundial y Venezuela está permanentemente en el eje de la discusión, con lo cual la discusión política sobre Venezuela excede una mirada nacional. Venezuela es discusión de la clase obrera a nivel mundial. La clase obrera está mirando qué pasa en Venezuela. Si uno mira la izquierda y la clase obrera que se organiza a través de la izquierda, puede ver que tiene en Venezuela un punto que no solo genera preocupación sino que genera sus divisiones locales. Gran parte de la izquierda está dividida o se divide dependiendo de cómo se posicione respecto a Venezuela. Entonces, la preocupación por Venezuela es más general y hay que pensarla desde la mirada mundial 204 Descifrando el chavismo y no solamente nacional. Obviamente, en Venezuela la inmediatez está puesta en lo nacional porque allí es donde está jugándose esto más inmediatamente, donde está muriendo gente, donde la carestía, la pobreza, y la acción política aparece más inmediata. Pero también es donde aparece, de alguna manera, menos potente. Uno piensa en cómo puede encarnar esto en una acción política inmediata en Venezuela y efectivamente, como vos mencionabas, uno no encuentra un sujeto inmediato al cual uno tiene que interpelar. Uno cuando plantea estas cosas, no encuentra inmediatamente un eco en Venezuela. Uno tiene que empezar a preguntarse: ¿Por qué? ¿Por qué cuando se piensa una acción política de la clase obrera en Venezuela, y se piensa como universal, se piensa como socialista, se piensa reivindicando ese carácter histórico de la clase obrera, se expresa como la fragmentación del capital, como la reproducción del consumo sobre la producción, con intentos utópicos de construir un socialismo de mercado y no puede avanzar en algo diferente? Y hoy, la clase obrera que no es chavista, cuando se enfrenta a la crisis, solo lo puede plantear como algo democrático, como si la democracia en sí misma fuese transformadora. Entonces apela a la democracia y no puede hacer otra cosa que decir: “Maduro es un dictador”, como si lo que importase es la forma política y la cuestión no tiene nada que ver con el contenido. Entonces, no puede avanzar sobre el contenido y simplemente queda en la formulación vacía de la reivindicación de la democracia por la democracia misma. De los dos lados, porque uno reivindica la constitución como la constitución en sí misma, y el otro lado reivindica a la democracia frente a la dictadura, como la democracia en sí misma. Entonces la pregunta es (y no sé si tengo una respuesta acabada): ¿Por qué no aparece en Venezuela el portador de un interés general de la clase obrera? Uno tiene que preguntarse esto de vuelta, partiendo de la unidad mundial para entender lo nacional. Uno no puede caer en eso de: “Eso es porque falta valentía, porque falta una cultura, porque falta voluntad”. La pregunta es: Si falta esa cultura, falta esa tradición y falta esa voluntad, ¿por qué falta esa cultura, esa tradición y esa voluntad? Está claro que no falta tradición ni cultura de marxismo, porque, de hecho, la izquierda en Venezuela tiene una larga tradición. De hecho, el chavismo se nutre 205 Juan Kornblihtt de personajes del marxismo y se nutre de una ideología que abona en el marxismo. No falta esa voluntad de intentar construir un socialismo. La pregunta que surge es: ¿Qué está en juego en Venezuela que impide que esa voluntad se exprese? De vuelta nos remite a todo lo que veníamos diciendo: Lo que estuvo en juego en Venezuela en este proceso fue un incremento de la renta pero sobre la base de una acumulación de capital que estaba rezagada históricamente, con una muy baja productividad y que tendía a desaparecer. Por lo tanto, la clase obrera que podía emerger de ese proceso productivo, estaba atada a una forma de organización de la vida social a través del Estado que no transformaba eso en algo diferente. Solo identificaba en el Estado la posibilidad de reproducir eso, pero no de transformarlo. Frente a eso uno puede preguntarse: ¿Qué fue lo que pasó? Lo que emerge es: Están los sectores que abonan estatizar pero una vez que estatizan, vuelven a fragmentar, y quienes directamente dicen que no se puede estatizar y hay que tener un vínculo con el capital privado. No emerge qué es lo que sería una acción independiente. Uno diría que una acción independiente tendría que tener una base que se plantee superar esto. O quizás no tenga la capacidad de superar esto, pero se enfrente al Estado y a la burguesía reivindicando la necesidad de superar esto. Por un lado, una acción independiente puede surgir con una acción sindical independiente o puede surgir como una acción política independiente, que supere la política sindical, es decir, que supere la reivindicación del salario y de las mejoras salariales. En Venezuela, no aparece una izquierda sindical independiente, o aparece con muy poca fuerza. ¿Por qué? En gran medida por este colapso del sector no petrolero que hace impotente la acción sindical que busca defender al sector no petrolero. Si aparece alguna acción, es una acción para acceder a los recursos del Estado. Por eso aparece como una política de Estado. Entonces, la acción de la izquierda que busca satisfacer las demandas sociales aparece como comunas, pero como comunas que se plantean como independientes. De hecho, alguna izquierda las concibe como un doble poder (exageran hasta ese punto), pero cuya vida depende de las transferencias del Estado y por lo tanto, su acción política es el sostén del Estado. No puede ser independiente por la propia configuración de su programa. 206 Descifrando el chavismo Entonces, a mi entender, eso es lo que va explicando el por qué, más allá de que aparezcan grupos con voluntad de expresar algo, no tengan fuerza para crecer en esa voluntad. ¿Cuál es el punto donde sí empiezan a aparecer? Surgen grupos muy chicos, con poca influencia, en los cuales lo que empieza a aparecer es la conciencia de esto, es decir, aunque sea en un proceso de reconocer su propia impotencia empiezan a preguntarse por esto. Y volvemos al principio de la entrevista: Preguntarse por esto es un momento de la acción política. Entonces, ¿por qué surge la pregunta del por qué de esta impotencia? ¿por qué se empieza a buscar una explicación que supere el Estado, que supere la unidad nacional y que empiece a preguntarse desde otra perspectiva la forma? Empieza a aparecer porque tenemos por delante algo que no podemos explicarnos. Además empieza a surgir una necesidad más general de pensar que lo que uno tiene delante y va dando potencia a las cosas no es una acción abstracta, que la independencia no surge de la pura voluntad sino que emerge de algo que supera esa voluntad y que explica esa voluntad. Se realiza bajo la forma de la voluntad pero tiene que ser explicada. En ese punto, me parece que lo que uno tiene que empezar a plantearse hoy es que evidentemente frente a la acción inmediata no hay mucha potencia, y que responderse por la impotencia no es negar que hay que hacer algo. Sino uno lo que termina diciendo es: “Soy impotente pero no quiero negar la impotencia porque la impotencia es voluntaria, tiremos consignas voluntaristas”, y entonces aparece la consigna de: “Unamos a toda la izquierda”; y cuando le preguntas: “¿Qué izquierda?”, te responden: “No sé, pero unámosla” o “llámenos a la Asamblea Constituyente”; Y vas de vuelta: “¿De quiénes?”; y terminan respondiendo: “Llamada por el pueblo, no por el Estado”. Pero, ¿qué pueblo? Son consignas al aire, que en todo caso buscan presentarse en los lugares de acción política, desde donde son tiradas como posibles recetas para la voluntad pero sin ningún contenido inmediato. O es: “Hagamos que la Constitución dé giro a la izquierda”. ¿A quién le están hablando? ¿Quién es el sujeto de ese giro a la izquierda? Entonces, es cierto que mi análisis termina en una conclusión que quizás el que la lea diga: “¿Bueno, qué hacer?” No tengo una respuesta inmediata más que preguntarme: ¿Por qué no tengo una 207 Juan Kornblihtt respuesta inmediata? No puedomentir en una entrevista y tirar una consigna, una idea o una cuestión organizativa, que no tenga contenido. Bueno, porque la otra alternativa es decir: “Lo que faltó fue socialismo”. ¿Qué significa qué faltó socialismo? ¿Lo que estuvo en juego en Venezuela fue el socialismo? ¿Qué es el socialismo? ¿Es una superación? Yo creo que en Venezuela lo que está en juego hoy no es el socialismo. El socialismo es el producto del desarrollo de la capacidad humana de organizar la vida de otra manera. En todo caso, lo que está en juego hoy en Venezuela es entender cómo el capital está organizando la vida humana en este fragmento nacional. Frente a eso puedo llegar a una cuestión programática que es avanzar en preguntarme por esta impotencia y preguntarme si vamos a tener nuevamente potencia para una acción específica en Venezuela. Si me parece importante lo que ésta pregunta sobre Venezuela hace a la organización de la clase obrera general en otros países, porque tomar conciencia, a partir de lo que allí sucede, de la acción política en países donde esté planteado un avance hacia otro tipo de formas de organización, es un elemento importante para pensar. Ahora, sin escapar del punto, lo que sigo pensando para Venezuela es que el reconocer la propia impotencia me hará preguntarme hacia dónde está yendo esto hoy. Está claro que hacía donde está yendo hoy la crisis mundial es a una situación de crisis muy grande en la cual hay una parte de la población sobrante que va a ser eliminada. Se expresa en Siria, se expresa en las muertes en todos los países, en el norte de África, en la migración hacia Europa. Hay un proceso mundial en el cual se está acelerando el carácter sobrante de la población, en una situación en la cual las conflictividades se van agudizando. Ahora, ese crecimiento de la muerte y de la población sobrante es expresión de un desarrollo del propio capital. Cuando uno ve pobreza, puede ver solo pobreza o puede preguntarse por qué se causa la pobreza. Cuando uno ve guerra, puede ver solo guerra pero tiene que preguntarse por qué se causa. Se está causando como expresión de esta crisis de sobreproducción que va avanzando hacia un estallido, de la mano de una serie de transformaciones tecnológicas muy fuertes, en las cuales lo que empieza a ponerse en juego es una transformación productiva, y la 208 Descifrando el chavismo brecha de productividad que podría tener Venezuela se va agrandando cada vez más. Esto se da fundamentalmente sobre la base de la robotización, para simplificar mucho. Entonces hay sectores productivos que se vuelven totalmente inviables en Venezuela y ya no puede presentarse una conciencia universal como el sostén de esos sectores. Es decir, hoy, plantearse que el socialismo en Venezuela es construir una industria automotriz se muestra ya como una impotencia, como una utopía. Hoy, la idea de que en Venezuela uno puede construir algo donde todos los procesos productivos se hagan endógenamente y se realicen como si fuese una unidad nacional, ya no tiene potencia. Por lo tanto, hoy la conciencia socialista como una conciencia nacional que supera al capitalismo de forma nacional se muestra (como lo que le pasa al marxismo) impotente. Ahora, ¿eso significa que una conciencia que exprese los intereses generales de la humanidad no pueda desarrollarse en Venezuela, que no pueda tener algún tipo de organización política e incluso algún tipo de avance? No. Pero sí que bajo esa forma hoy muestra un camino agotado. ¿Qué pasa en Venezuela? Que esa concentración, esa crisis en la cual hay una gran parte de la población que se encuentra abiertamente sobrante, donde la producción se vuelve a reconcentrar en el petróleo y vuelve a reconfigurarse el panorama petrolero, sí va a poner en juego la propiedad del petróleo. Ya no de la tierra (aunque puede que también se ponga de vuelta en cuestión), sino incluso del sector petrolero privado. En ese contexto, la forma de apropiación de la renta por un sector no petrolero quebrado puede poner en configuración una nueva forma de apropiación de la renta que no llegue a los capitales fragmentados en multinacionales que lo dilapidan, sino que tome otra forma. Uno puede decir que eso va a implicar un conflicto muy grande con las petroleras estadounidenses, con las petroleras rusas, y puede implicar un conflicto armado. Evidentemente la forma en la cual se elimina parte de la población sobrante es un conflicto armado. Pero a su vez puede implicar que el resultado de eso sea la apropiación de la renta bajo otra forma en la cual lo que avance sea un proceso de centralización del capital en manos de la clase obrera, ya nocon la fragmentación y utilización de tecnología obsoleta, sino sobre la base de una tecnología de punta. ¿Eso qué va a implicar? 209 Juan Kornblihtt Evidentemente eso implica una transformación de la especificidad venezolana en apropiar la renta de otra manera y eso requiere de escalas que superen el espacio venezolano. Cualquier proceso de esa envergadura va a tener por lo menos una unidad de América del Sur. Cuando uno mira las especificidades de América del Sur, lo que uno ve es esta tendencia a la crisis del capital industrial no petrolero, y esta idea de una economía nacional endógena que se pueda sostener también entra en crisis. En Chile se expresó más tempranamente, y más rápido que este proceso que vive hoy Venezuela (en Chile se expresó en otro contexto), y está entrando en crisis en Brasil y en Argentina también. Es decir, el conjunto de la región está teniendo en la forma de apropiación de la renta una crisis en la cual el sector no petrolero que lo apropiaba (mediante este capital fragmentado e ineficiente), que configuró una clase obrera con una conciencia nacional atada a esos capitales y que concibe a lo nacional como autogenerado, ya no se puede sostener de esa manera, ya sea bajo la forma de nacionalismos o bajo la forma de socialismo utópico. Esa crisis va colocando la necesidad de preguntarse por la posibilidad de centralizar el capital y hacer una transformación diferente. Hoy surge como una pregunta, hoy aparece como una impotencia. Pero, como el conocimiento es un momento de la acción, el responderse por esa impotencia es la forma de adquirir potencia. ¿Solo con pensarlo alcanza? No, pero pensarlo es un momento de la acción. La crítica práctica es la crítica transformadora que conforma un momento de la acción pero es indisociable de la misma. Entonces hoy, preguntarnos por esto y preguntarnos por nuestra impotencia está lejos de resolverse con consignas al aire. Hoy, el quedar atrapado en las dos formas que adopta esto, no encuentra ningún tipo de superación. Hoy el apoyo a la MUD o el apoyo a Maduro no aparecen como portadores de ninguna potencia. Ahora, ¿tiene la clase obrera venezolana que luchar por sus condiciones de vida, por su salario, por acceder a los bienes y apropiarse de la mayor parte posible de la renta bajo la forma de su consumo? ¿Cualquier conflicto en ese marco tiene sentido? Sí, claro. Pero el punto es que las soluciones políticas que aparecen asociadas a eso no tienen ninguna potencia. Entonces, sí hay una acción inmediata casi de supervivencia, que 210 Descifrando el chavismo requiere todo el apoyo, que requiere enfrentarse con algún grado de independencia. ¿Puede emerger algún tipo de acción en ese sentido? Sí, pero el punto es cómo trascender de eso hacia una estructuración de un programa político que pueda dar cuenta de la realidad venezolana, pero no como un punto de partida nacional sino que dé cuenta de su unidad mundial. El primer paso es reconocer su unidad mundial en la especificidad que tiene, que es la renta (que aparece en común en América del Sur). Por lo tanto, esa perspectiva de que el capital avanza sobre la propiedad de la tierra y que avanza en apropiarse de la renta, ya no de la que queda en el sector petrolero, sino en cómo se distribuye esa renta al sector no petrolero, y busca alguna forma apropiársela mediante la centralización del capital, es para mí la particularidad más potente que puede tener la clase obrera hoy. ¿Eso es el socialismo? No. Eso es cuestionar la propiedad privada, apropiársela, centralizar el capital sobre la base del desarrollo de las fuerzas productivas, pero sigue siendo capital. ¿Qué significa esto? Que tiene que ser internacional porque a nivel nacional no alcanza, y que además va a seguir estando regido por el carácter privado del trabajo, va a seguir siendo conflictivo, va a seguir basándose en la explotación. Solamente que va a ser una etapa en la cual las contradicciones se van a agudizar más y, por lo tanto, va a hacerlo en el sentido histórico que tiene el capitalismo, que es desarrollar las fuerzas productivas y no en el retraso de eso. Ahora, ¿eso es un mundo ideal? ¿Ese es el mundo de la libertad? ¿Ese es el sueño al cual llegar? No. Plantear el socialismo como una utopía se vuelve reaccionario porque pone un norte ideal, algo como un imposible que termina en consignas del tipo: “Busquemos un socialismo mejor”. Termina siendo una conciencia que se mueve alienada en la utopía y que no puede dar cuenta de su realidad. Hoy para Venezuela el planteo no es decir: “Quiero socialismo”, sino que el planteo es enfrentarse a esta necesidad del capital, reconocerse como portadora de la misma y dar cuenta a través del desarrollo de una conciencia de cómo realizar eso. ¿Puede ser que no lo veamos en Venezuela? Puede ser, pero la propia acción de la clase obrera venezolana realizando eso va a ser parte de la unidad mundial del desarrollo de una conciencia que tiene que ser mundial, que no es 211 Juan Kornblihtt nacional. En todo caso, si esa conciencia emerge de Venezuela, puede ser portadora, si no lo logra en la inmediatez de Venezuela, sí de una conciencia a nivel mundial que logre estructurar una nueva forma de construir política, un nuevo programa y la organización de un partido internacional de los trabajadores que ya no parta de la apariencia nacional sino que parta del contenido mundial que tiene esa apariencia nacional. ***** Al finalizar la entrevista Juan dedicó unos minutos a motivarme en la continuación del trabajo de investigación que venía realizando en Argentina, siempre desde una perspectiva militante. Le había comentado reiteradas veces las dificultades que veía en la acción política de la clase obrera dentro de Venezuela. Nuevamente, como hizo en Caracas cuando lo conocí, me ofreció todo su apoyo. Nos despedimos con un abrazo sincero, acordando seguir en contacto permanente. Justo al salir me gritó: “¡Jesús, olvidé entregarte algo!”. Sacó de su despensa una botella de vino malbec y me la entregó. “Para que compartas con los compañeros”, me dijo. Sonreímos los dos y finalmente nos despedimos. 212