UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA FACULTAD DE HUMANIDADES MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE LA NACIÓN ARGENTINA PROGRAMA DE VOLUNTARIADO UNIVERSITARIO “Construyendo nuestro pasado a través de la Arqueología” Convocatoria 2006 1 CARACTERÍSTICAS DE LOS POBLADOS PREHISPÁNICOS EN EL NOROESTE ARGENTINO En estas páginas se desarrollará de manera sintética la historia de los poblados prehispánicos del Noroeste argentino, divididos de acuerdo a la cronología clásica (Figura 1) y que corresponde estimativamente a las etapas del desarrollo social del noroeste, donde se resaltó particularmente la región Valliserrana en la cual se localizan los Valles Calchaquíes. La denomina Etapa Formativa, ha sido caracterizada de una manera común para el Noroeste argentino, sobre la base de una serie de procesos particulares y conjuntos materiales específicos. De este modo, dado que en Arqueología es necesario establecer cronologías, es decir un ordenamiento temporal, se asume que la etapa Formativa Inferior (también llamada Período Temprano) comprende el intervalo que se inicia en el 500 antes de Cristo y finaliza en el 600 después de Cristo. Mientras que el Formativo Superior (Período Medio), arranca en el 600 después de Cristo y concluye en el 900-1000 de la era. Además, en la cronología clásica del Noroeste argentino, también se reconoce la etapa de Desarrollos Regionales o Período Tardío entre el 1000 y 1480 después de Cristo, y el Período Incaico que comienza aproximadamente en 1480 para concluir alrededor de 1520 con la llegada de los conquistadores. FIGURA 1 2 FORMATIVO En términos generales, el Formativo involucra más de 1000 años de duración, en los que tuvieron lugar un conjunto de procesos que implicaron que las sociedades del pasado variaran de una modalidad de cazadora-recolectora, es decir con alta movilidad, a otra menos móvil, o sea sedentaria. A partir de entonces, comienzan a construir sus poblados, pero particularmente a depender, para su subsistencia, de la agricultura, caza de animales y produciendo un conjunto de artefactos e instrumentos, particularmente la alfarería. En este sentido, entonces, el Formativo representaría el momento en que las sociedades comienzan a vivir en grupos más organizados y a seleccionar para su instalación sectores específicos, en muchos casos, aledaños a los cursos fluviales. Esta elección permitió en cierta medida, contar con un recurso como el del agua de manera inmediata ya que las viviendas se instalaban, en general, en las terrazas bajas de los ríos, como por ejemplo el caso del Río Calchaquí donde se ubicaron los antiguos pobladores de Salvatierra. FIGURA 2 – MAPA DE DISTRIBUCIÓN DE SITIOS FORMATIVOS EN EL NOROESTE ARGENTINO 3 En la Figura 2 se destacan los sitios más conocidos del Noroeste argentino representando los momentos Formativo Inferior (círculos blancos) y Superior (círculos negros). Sin duda, Salvatierra pertenecería de acuerdo a las características generales de localización, emplazamiento y conjunto material, al Formativo Inferior o Temprano, circunstancia que además se encuentra respaldada por el fechado radiocarbónico que se obtuvo del sitio. En cuanto al modo en que se organizaron estas comunidades del Formativo, se asume que construyeron conjuntos habitacionales dispersos entre los campos de cultivo, aunque este tipo de disposición presenta variaciones según el lugar en que se localicen. De esta forma, el patrón de viviendas circulares distribuidas en torno a un patio común, representa una modalidad que puede identificarse en Tafí del Valle (Provincia de Tucumán, Figura 3). Mientras tanto, en Quebrada de Humahuaca (Provincia de Jujuy) y localidades como La Poma y Cachi (Provincia de Salta), encontramos conjuntos de viviendas constituyendo pequeños poblados, como sería el caso de Campos Colorados en La Poma y Salvatierra en Cachi. Sin embargo, en el ámbito de la Quebrada de Las Cuevas, subsidiaria de la Quebrada del Toro (Provincia de Salta), se registró un patrón monticular, representando ocupaciones de la misma época. Estos montículos constituyen acumulaciones superpuestas de viviendas, basureros, inhumaciones, etc., siendo también representativos del Formativo. Es decir que, como podemos ver, existe una diversidad importante en lo que refiere a la forma como cada una de las sociedades en el Noroeste se organizaron a fin de configurar sus poblados. FIGURA 3 4 Evidentemente estas comunidades fueron modificando la forma de subsistencia desde lo que representó una economía basada en la caza y la recolección a otra en la cual se requería la preparación del terreno y el conocimiento de técnicas de regadío a fin de producir alimentos. Esto no significa que no continuaran cazando animales, en realidad la subsistencia aún tenía bases fuertes en el aprovechamiento de camélidos, es decir llama, guanaco y vicuña, siendo la llama el único animal capaz de ser domesticado. Para el caso de la agricultura, en este momento, parecieran haberse aprovechado básicamente los fondos fértiles de los sectores fluviales. Durante el Formativo, se adquirió el conocimiento basado en diversas técnicas para el tratamiento de distintas materias primas, pero principalmente se logró acceder a la producción alfarera, lo que implicó la posibilidad de elaborar todo un conjunto de objetos que fueron utilizados tanto como recipientes de uso diario, como también elementos que acompañaron a los muertos, cuando eran enterrados. El manejo de la tecnología cerámica vislumbra un conocimiento preciso de técnicas de cocción y terminación de las piezas, con excelentes acabados de superficie. En cuanto a las formas, fueron comunes las jarras altas con asas verticales, botellones, vasijas asimétricas y otros, que por lo general mantuvieron un único color, es decir eran monocromas, en tonalidades del castaño, gris y negro (Figura 4). FIGURA 4 En este sentido, las vasijas cerámicas no fueron los únicos objetos confeccionados en cerámica, también fue común la elaboración de pipas con diversos formatos. Estas pipas probablemente fueron utilizadas con fines ceremoniales, para la aspiración de sustancias 5 alucinógenas, actividad que se encontraba directamente ligada al mundo simbólico de estas sociedades (Figura 5). FIGURA 5 Durante el Formativo, también se elaboraron también objetos en piedra como platos (Figura 6), morteros, y esculturas, entre las que se destacan los suplicantes (Figura 7a), y menhires (Figura 7b) de diversas características con atributos felínicos. FIGURA 6 6 A B FIGURA 7 Entre los instrumentos de piedra, encontramos también la elaboración de puntas de proyectil confeccionadas en diversas materias primas, pero básicamente en obsidiana (vidrio volcánico) y sílice. Estas puntas por lo general, eran pedunculadas y de tamaño pequeño, para colocarlas en el astil a fin de utilizarlas luego con el arco, en actividades de caza. Asimismo estas sociedades conocieron las técnicas del trabajo de los metales, entre ellos el cobre y estaño a fin de obtener bronce, aunque no todas los pueblos vinculados con esta etapa lo desarrollaran con la misma destreza. Por otra parte, el trabajo en oro dio lugar a la elaboración de piezas destinadas especialmente a la funebria, tratándose especialmente de piezas de oro obtenidas por técnicas de martillado, confeccionando así máscaras y otros adornos. Con respecto a la modalidad de entierro, existieron variaciones en la forma y el lugar seleccionado. Por lo general, los adultos fueron enterrados en pozos o cistas mientras que los niños se dispusieron en urnas cerámicas, pudiendo utilizar el patio de los conjuntos habitacionales para ubicarlos, así como también cementerio. Otro aspecto importante referido a estas comunidades del Formativo está relacionado con el intenso contacto que existió con otros pueblos localizados a distancia considerable. Es frecuente encontrar la 7 evidencia concreta de esta interacción a distancia a través de la presencia de elementos exóticos procedentes de distintas regiones ambientales. Tal el caso de determinadas materias primas, objetos y adornos ceremoniales, y también piezas cerámicas. Precisamente el caso del sitio Salvatierra estaría reflejando el posible contacto con los oasis de San Pedro de Atacama en el norte chileno, el cual se evidenciaría a partir de las piezas colocadas en los ajuares fúnebres, particularmente los botellones negros bruñidos (Figura 4), los cuales son característicos de las culturas tempranas de esta región. Esto implicaría la posibilidad de señalar como mecanismos de contacto los constantes viajes con caravanas de llamas que se efectuaron desde tiempos muy antiguos en el Noroeste argentino, conectando sociedades localizadas a gran distancia unas de otras, como el caso de San Pedro de Atacama y el sur del altiplano boliviano. Las actividades de caravaneo lógicamente permitieron el intercambio de productos pero también significó una estrategia importante en la transmisión de ideas, símbolos, etc. Entre los poblados del Formativo en Cachi, encontramos el ya mencionado sitio Salvatierra (SSalCac91), del cual hasta el momento se conocían únicamente los conjuntos de tumbas. Estas fueron trabajadas en la década del ´70 por el Sr. Pío Pablo Díaz, director del Museo Arqueológico de Cachi, colaborando en la tarea el Sr. Demetrio Salvatierra. El sector donde se localizaron las tumbas que daría lugar a la identificación de un cementerio, en la que fueron relevadas alrededor de 64 tumbas, fue descubierto de manera fortuita debido a un episodio de pluviosidad que dejó al descubierto el contenido de una de ellas. Con posterioridad la Lic. María Delia Arena efectuó un análisis preliminar de los contextos mortuorios, es decir el material que acompañó a los individuos y los restos óseos humanos, a fin de lograr una primera aproximación a la problemática del sitio. Precisamente, para comprender más adecuadamente el proceso, se efectuó un fechado radiocarbónico sobre material orgánico (madera) de una de las tumbas, obteniendo un resultado de 2205 ± 140 años antes del presente, lo que significa que el conjunto de tumbas tiene una antigüedad aproximada de 255 años antes de Cristo. Esto ubicaría la ocupación de Salvatierra en lo que definimos como Etapa Formativa Inferior, no obstante ello, las evidencias relacionadas con los conjuntos residenciales no surgieron del trabajo de excavación mencionado. Precisamente, en este sentido es que se consideró fundamental elaborar un proyecto a fin de definir con mayor claridad este momento en la historia del pueblo de Cachi y sus alrededores así como también, profundizar en la búsqueda de las particularidades de la vida cotidiana de los ocupantes de Salvatierra y otros sitios del entorno. En este sentido, los 8 trabajos de excavación realizados recientemente han brindado información importante al respecto. DESARROLLOS REGIONALES Una vez que las sociedades se instalaron de manera fehaciente a través de los poblados que conocimos en la etapa anterior, se inicia lo que en arqueología del Noroeste argentino denominamos “Desarrollos Regionales”. Esta etapa se extiende entre el 900-1000 después de Cristo hasta, aproximadamente, 1420 años después de Cristo fecha en la que aproximadamente se produjo la llegada de los Incas al territorio. Esta etapa estaría caracterizado por el aumento de población, tecnología agraria más desarrollada, un sistema económico de autoabastecimiento, basado en la agricultura y el pastoreo de animales, aunque la caza continuó siendo un recurso utilizado pero en menor medida que en momentos anteriores. La agricultura se definió por su tecnología de irrigación, con terrazas y amplios espacios dedicados a esta actividad. Se practicaron diversos sistemas de cultivo tanto de fondo de valle como cultivo de ladera en andenes, y explotación de cuencas de alto rendimiento. Un ejemplo de sector agropecuario está representado por Las Pailas. Los cultivos corresponden básicamente a maíz, aunque también papas, quínoa, zapallo, ají y maní. Asimismo, se recolectaba algarrobo y chañar. Se elaboraron espacios de almacenamiento, a fin de destinar los excedentes de la producción. La explotación ganadera de camélidos estaba bien establecida, aprovechando diversas partes del animal para la alimentación, textilería, producción de artefactos, etc. Además se evidencia el nivel de explotación a partir de la construcción de corrales próximos a los sectores residenciales. En algunas regiones se ejerció un control efectivo del territorio, circunstancia que parecería estar articulada con la aparición de poblados defensivos o Pukará. Estos últimos contaban con características defensivas emplazados en la cima de los cerros o mesetas de difícil acceso y con amplia visibilidad del entorno. 9 FIGURA 8 Se trataba de comunidades bien organizadas, entre las que se cuentan: Calchaquí (Salta), Yocavil (Tucumán), Tastil (Salta) y Belén (Catamarca) y, más al norte, Tilcara, Humahuaca, Yavi y Casabindo, todas en la provincia de Jujuy. En La Rioja se encontraban los centro sde Sanagasta y Aimogasta y Angualasto en San Juan (Figura 8). Los sitios adquieren características de grandes centros poblados con varios cientos a miles de habitantes. La configuración de los mismos es de grandes emplazamientos concentrados en los cuales es posible, en muchos casos, identificar vías de circulación, sectores amplios despejados (posiblemente plazas), sectores de instalación de basureros, etc. 10 FIGURA 9 Tastil: sitio correspondientes a los Desarrollos Regionales. Durante esta etapa se registran “especialistas” vinculados con la producción de metalurgia, textilería y alfarería. En cuanto a la primera, se utiliza la aleación de bronce de buena calidad además de oro y plata. Con éstos fueron confeccionados objetos especiales tales como adornos, brazaletes, anillos, etc., aunque también se produjeron otras herramientas de trabajo, tal como cinceles, hachas, etc. Asimismo, se fabricaron placas y campanas metálicas, manoplas, discos, etc.(Figura 10) En cuanto a la alfarería, se fabricaron piezas para el consumo, para fines rituales y funerarios. Se destaca la cerámica Santamariana (Figura 11), cuyo máxima representación se produce en el valle de Yocavil o Santa María, decoradas en negro y rojo, o líneas negras sobre fondo blanco, presentan rasgos humanos, combinados con motivos geométricos y representaciones de animales tales como serpientes, ñandú o suri, sapos, etc. Se registran otras variedades en cerámica dependiendo de las regiones, tal como el estilo San José, Belén, Tilcara, y otros. 11 Con respecto a la simbología, se registran elementos tanto en el ritual funerario como el acompañamiento mortuorio. Los entierros se producen al interior de los recintos habitacionales, o en lugares especialmente definidos tal como cementerios. Para el caso de los niños, éstos fueron colocados en vasijas, particularmente es el caso de Valles Calchaquíes, mediante la utilización de urnas San José y Santa María, mientras que los adultos eran enterrados en cámaras con tapa de lajas. También se encuentran diversos elementos que pudieron tomar parte activa en el mundo simbólico de los pobladores de la época, en la forma de tabletas de madera con representaciones humanas, de animales o una combinación de ambas, que fueron utilizadas para el consumo de alucinógenos. Indudablemente continuaron vigentes numerosas redes de interacción con otras regiones, facilitando el intercambio de elementos entre comunidades distantes. FIGURA 10 Metalurgia 12 FIGURA 10 Metalurgia FIGURA 10 Metalurgia FIGURA 11 Cerámica 13 INCAICO La expansión incaica en la región se produjo a partir del siglo XV, registrándose la misma en gran parte del área andina, desde el norte la región ecuatoriana hasta el centro de Chile y la región cuyana. Los incas dominaron las poblaciones locales a través de diversos mecanismos de control, siendo el interés principal la explotación de diversos recursos económicos. El imperio incaico, designado como Tawantinsuyu, tenía como capital administrativa y centro ceremonial, el Cuzco (“ombligo del mundo”) y estaba conformado por cuatro espacios designados como Chinchasuyu, al este; Collasuyu, al sur; Antisuyu, al norte y, Contisuyu al oeste. En cuanto a la organización sociopolítica, existía una fuerte estratificación, siendo la punta de la pirámide, las panacas o élites cuzqueñas. Los kuraka representabas los líderes en las sociedades que fueron dominadas por los incas, distinguiéndose además, entre la clase trabajadora los mitmakuna, que representaban grupos trasladados a distancia de sus lugares de origen con la finalidad de trabajar. Por otra parte, también se registraban los yanaconas, quienes cumplían tareas variadas para el estado y eran separados de manera definitiva de sus lugares de origen. Asimismo, las doncellas o aclla eran elegidas sea para convertirse en esposas, servidoras y también encargadas del culto. Por otra parte, los camayo, efectuaban tareas diversas entre ellas oficios como platería, ceramistas, etc. Desde la perspectiva arqueológica, encontramos que la dominación incaica fue relativamente breve, es decir no alcanzó el siglo, dado que la misma fue interrumpida por la llegada de los españoles. En cuanto a los elementos que surgen a partir del arribo de los Incas, encontramos entre ellos la alfarería, distinguiéndose los platos pato y los aribaloides, que representan por lo general copias de los aríbalos cuzqueños. 14 FIGURA 12 En cuanto a la producción de metales, si bien todas las comunidades en épocas previas elaboraron piezas de diversos metales, durante el momento incaico se incorporaron nuevos modelos, entre estos últimos los cuchillos o tumis. Además de éstos, continuaron elaborándose hachas, campanas, cinceles, punzones, etc. Asimismo se confeccionaron hachas en forma de T, mazas estrelladas y alfileres o topu y, diversas representaciones zoomorfas y antropomorfas, más bien en este caso con fines rituales. 15 FIGURA 13 Entre otros elementos incorporados durante la ocupación incaica, se registran vasos de paredes altas en madera designados keros, en piedra, elaboraron diversas figurillas mediante la técnica del lapidario, utilizando entre otras piedras como ámbar y alabastro. Por otra parte, la utilización del mullu, molusco importado del pacífico, resultó sumamente importante, siendo utilizado en como ofrenda en contextos ceremoniales. También se destacan algunas innovaciones en el plano de la edificación, a partir de la instalación de centros administrativos, guarniciones militares (pukara) y productivos., integrados por redes viales conocidas como camino incaico o capacñan, que surcaban en sentido norte –sur y este-oeste la totalidad del territorio imperial, alcanzando en el Noroeste argentino una extensión de 2000 km. Entre las instalaciones que recorrían estos caminos, encontramos la presencia de Tambos, los cuales constituían centros destinados a brindar aprovisionamiento a ejércitos, correos, caravanas, etc. Pero además de este tipo de sitios novedosos, los incas ocuparon otros que tenían existencia previa, introduciendo en ellos técnicas constructivas inéditas para la región. Una de las técnicas introducidas por los incas, estaba vinculada a la preparación de grandes bloques rocosos canteados a fin de ser utilizados para la construcción, cuya calidad resulta excepcional, tal como se ilustra el sitio arqueológico de Sacsahuamán en cercanías al Cusco (Perú). 16 FIGURA 14 Planimetría del sitio Shincal (Catamarca) (Tomado de Raffino, 2004) FIGURA 15 Piedra canteada utilizada por los Incas para edificar Sacsahuamán (Perú) 17 La ocupación incaica en el territorio se extendió hasta inicios del siglo XVI, dejando su impronta no sólo en muchos sitios del Noroeste argentino, sino en un extenso territorio representado por toda la región andina. Dicha ocupación concluyó con la llegada de los conquistadores españoles. La Ocupación Inka en el Valle Calchaquí1 Durante su ocupación en la porción norte del Valle Calchaquí, el Imperio Inka utilizó diferentes estrategias para controlar y gobernar la región. Asentaron sus principales asentamientos e infraestructura en un sector hacia el noreste de la región. Específicamente en el valle del río Potrero y el pasaje que conecta el valle Calchaquí con la Quebrada del Toro (Figura 16, sector A). En este área particular los Inkas concentraron sus 1) centros administrativos y de actividades conectadas con las relaciones políticas y diplomáticas con las poblaciones locales (Potrero de Payogasta y tal vez Capillas), así como importantes actividades relacionadas con la economía estatal (producción de adornos personales para intercambio con las poblaciones locales en Potrero de Payogasta, producción de bienes de metal y posiblemente ganadería en Corral Blanco, y también esta última actividad en Corralito, procesamiento de alimentos a gran escala en Cortaderas); 2) infraestructura de almacenamiento o qollca orientadas a financiar las operaciones estatales en la región (principalmente en Cortaderas); 3) sitios de función primordialmente logística emplazados al lado del camino imperial para el apoyo y reaprovisionamiento de funcionarios estatales en travesía (Corral Blanco y quizá Corralito); 4) una fortaleza relacionada con momentos de expansión imperial sobre el área (Cortaderas). Además, indudablemente estos fueron los sitios que se construyeron con mayor empeño y en los cuales mayor cantidad de trabajo fue invertido. Así también, representan los asentamientos que exhiben el sello cuzqueño en el estilo de su arquitectura, en el patrón de asentamiento, en la presencia de construcciones típicamente Inkas y en la organización del espacio. Por ejemplo en el caso de Potrero de Payogasta, éste podría ser considerado como uno de esos centros inkaicos que reproducen a menor escala ciertos rasgos del Cuzco, con una plaza con muro perimetral, un usnhu (plataforma en el centro de las plazas Inkas de múltiples funciones, entre ellas trono desde donde el representante Inka dirigía las ceremonias), una kallanka (edificio típicamente Inka y que sirvió de alojamiento a viajeros imperiales) y varios edificios relacionados con actividades estatales como las kancha (o la 1 Agradecemos al Dr. Félix Acuto por su colaboración en la redacción del “La Ocupación Inka en el Valle Calchaquí” 18 unidad arquitectónica básica de la edificación Inka que consistía en recintos rectangulares rodeados por un muro perimetral). Capillas, que también debió haber sido una importante instalación imperial, aunque está completamente destruido, aún mantiene en pie una kallanka. Por su parte Cortaderas, Corral Blanco y Corralito presentan conjuntos de edificaciones o kancha que aparecen replicadas en sitios Inkas a lo largo de todo el Imperio Inka. En contraste, en el sector medio del Valle Calchaquí (Figura 16, sector B) -actuales áreas de Payogasta, Cachi Adentro, Las Pailas, Cachi y hasta Puerta La Paya- la ocupación Inka se caracteriza por: 1) La presencia de sectores pequeños con arquitectura imperial construida en tres asentamientos locales preexistentes: La Paya (SSalCac 1) con su famosa Casa Morada (único edificio Inka en el sitio), Guitián (SSalCac 2) y Loma del Oratorio (SSalCac 8). 2) La presencia de objeto de estilo Inka, como vasijas cerámicas y artefactos de metal) en algunos sitios locales, tal es el caso de Tero (SSalCac 14). En este sentido, es posible afirmar que en los sectores medios de la región la presencia Inka, en relación con los asentamientos y facilidades imperiales, fue extremadamente reducida, si se la compara con el sector norte. En cuanto al sector norte del Valle (Figura 16, sector C), o el área de La Poma, si bien hay una ocupación preinkaica importante, de acuerdo a la información que tenemos hasta el momento la materialización de la presencia inkaica es reducida, presentándose algunos pocos sitios Inkas pequeños y bastante distanciados entre sí, así como bienes imperiales en poblados locales. Entre los primeros se pueden distinguir: 1) un enclave de producción metalúrgica denominado La Encrucijada (SSalLap 25), compuesto por hornos de fundición, recintos habitacionales y un maray utilizado para moler minerales (es posible que haya sido también un sitio preinkaico); 2) un pequeño asentamiento constituido por estructuras de estilo inkaico denominado Río Blanco, localizado 2 km al sur de La Encrucijada, y posiblemente también relacionado con la producción metalúrgica; 3) un sitio exclusivamente de almacenaje llamado Los Graneros (SSalLap 14) y ubicado en la quebrada homónima; y 4) el Pucará de Palermo (SSalCac 6), un pueblo alto o fortaleza local, al parecer reocupado por los Inkas, emplazado sobre una elevación a la orilla derecha del río Palermo (Ardissone 1940; Tarragó y Díaz 1972). Estas tres áreas presentan aspectos interesantes que vale la pena señalar. Es en el sector norte y medio del Valle Calchaquí donde tiene lugar la mayor concentración de asentamientos locales de la región, y de los de mayor tamaño. Por ejemplo, en el sector medio se destacan sitios importantes como: La Paya (SSalCac 1) en Puerta La Paya; Tero (SSalCac 14), Fuerte Alto (SSalCac 4) y Mariscal (SSalCac 5) en las inmediaciones de Cachi 19 o en la entrada hacia Cachi Adentro; Borgatta (SSalCac 16), Choque (SSalCac 17), Loma del Oratorio (SSalCac 8) en el área de Cachi Adentro; Las Pailas (SSalCac 18) en la Quebrada de Las Arcas; Corral del Algarrobal (SSalCac 27) en la Quebrada de Las Trancas; Quipón 1 (SSalCac 3) y Ruiz de los Llanos (SSalCac 10) entre Payogasta y Cachi; Valdez (SSalCac 12) a las afueras de Payogasta; y Buena Vista (SSalCac 87) en Buena Vista, entre otros. Es en estas dos partes del Valle Calchaquí donde residieron la mayor proporción de los habitantes locales y donde se instalaron los principales centros de actividades económicas, políticas y culturales de la región. Existen sin embargo ciertas diferencias entre las poblaciones que residían en el sector medio y el sector norte del Valle. Las poblaciones del sector norte parecen pertenecer a una tradición cultural distintas de las de sus vecinos de la parte media del Valle Calchaquí. En este último caso, la zona del valle Calchaquí Medio y la del valle del río Potrero (y tal vez también la región de las Sierras Subandinas al este) parecen haber tenido durante el Período Tardío (previo a la llegada de los Inkas) una cierta unidad cultural, plasmada en algunos aspectos de su cultura material (como el estilo cerámico Santamariano, las características arquitectónicas de sus sitios, la metalurgia) y en la organización del espacio intra-sitio. No estamos seguros hasta el momento si existió un sólo grupo étnico en estas dos áreas. De acuerdo a los estudios etnohistóricos, en muchos caso se nombra a los grupos de acuerdo al poblado al que pertenecían, mientras que en otros se habla del valle de los Pulares como una unidad étnica. Por su parte, en el área del valle Calchaquí, si bien es la que ha sido menos estudiada, existen algunos datos (como la presencia de un estilo cerámico distinto) que podrían estar sugiriendo que las características culturales de estos grupos era diferente, y estaba más conectada con tradiciones provenientes de la Quebrada del Toro y La Quebrada de Humahuaca. Resulta interesante que el sector de la región que los Inkas eligieron para concentrar sus principales centros, actividades e infraestructura fue un área de limitados recursos económicos, pocas tierras cultivables y baja disponibilidad de agua, escasamente poblada y lejana de las zonas en donde las poblaciones locales habitaban. Los principales centros Inkas establecidos en el Valle Calchaquí se encuentran bastante alejados y aislados de los focos centrales de ocupación local. Además, desde este sector, los Inkas perdían la posibilidad de ejercer un control directo sobre las redes de intercambio nativas y las vías de circulación hacia regiones como la Puna y las tierras boscosas del este, de donde provenían varios de los recursos que las poblaciones nor-calchaquíes consumían. 20 También es interesante señalar que dentro de esta región, el sector donde los Inkas centralizaron su ocupación era un área marginal y de frontera y conflicto entre las comunidades nativas del sector medio (Figura 16, sector B) y norte del valle Calchaquí Norte (Figura 16, sector C), tal como lo parecería indicar la presencia de una línea de tres sitios defensivos ubicados en puntos geográficamente estratégicos donde la región. Estos fuertes locales Cortadoras Alto (SSalCac 44), Pucará de Palermo y Pucará de Palermo II (SSalCac 153) se ubicaron en el lugar donde el Valle Calchaquí, que desde el Nevado de Acay viene teniendo un ancho promedio de 3 km, se abre y ensancha, alcanzando los 25 km de ancho. La presencia de estos fuertes, y el hecho de que los sitios del sector medio del Valle Calchaquí no se encuentren en posiciones defensivas, sugiere que existían conflictos con las poblaciones de más al norte (del área de La Poma), y que los residentes de la parte media del Valle Calchaquí debieron instalar asentamientos defensivos para prevenir ataques de sus vecinos del norte. ¿Por qué entonces los Inkas eligieron asentarse en esta área económica y logísticamente poco favorable, prácticamente deshabitada, alejada de los principales centros poblados nativos y asociada con conflicto y frontera? Creemos que los Inkas seleccionaron este lugar vacío y periférico del paisaje local con el objeto de construir sin interferencias, como si se tratase de un lienzo en blanco, su propio paisaje. Esta área apartada de los principales centros políticos, económicos y culturales locales sirvió para evitar la influencia local sobre este microcosmos inkaizado, así como sobre las actividades que allí se desarrollaban y las personas que allí residían o concurrían por alguna razón. Así, los Inkas construyeron su propio paisaje en un sector de la región marginado de la vida social y cultural calchaquí, y divorciado de la historia nativa. 21 FIGURA 16 Valle Calchaquí Norte. A) Quebrada del Río Potrero y conexión con la Quebrada del Toro; B) sector medio del valle Calchaquí Medio; C) Extremo Norte del valle Calchaquí: 1. La Paya (SSalCac 1), 2. Guitián (SSalCac 2), 3. Tero (SSalCac 14), 4. Fuerte Alto (SSalCac 4), 5. Mariscal (SSalCac 5), 6. Borgatta (SSalCac 16), 7. Choque (SSalCac 17), 8. Las Pailas (SSalCac 18), 9. Loma del Oratorio (SSalCac 8), 10. Corral del Algarrobal (SSalCac 27), 11. Quipón 1 (SSalCac 3), 12. Ruiz de los Llanos (SSalCac 10), 13. Valdez (SSalCac 12), 14. Buena Vista (SSalCac 87), 15. Tin Tin (SSalCac 66), 16. Agua de los Loros (SSalCac 63), 17. Tonco 2 (SSalCac 126) y Tonco 3 (SSalCac 126), 18. Pucará de Palermo (SSalCac 6), 19. Alto Palermo, 20. Cortaderas Alto (SSalCac 44), 21. Cortaderas Bajo (SSalCac 65), 22. Cortaderas Izquierda (SSalCac 43), 23. Cortaderas Derecha (SSalCac 65D o 133), 24. Belgrano (SSalCac 120), 25. Casa Quemada (SSalCac 146), 26. Potrero de Payogasta (SSalCac 42), 27. Ojo de Agua, 28. Corral Blanco (SSalRol 10), 29. Capillas (SSalRol 9), 30. Corralito (SSalRol 12), 31. Los Graneros (SSalLap 14), 32. Río Blanco, 33. La Encrucijada (SSalLap 25), 34. El Calvario o RP005, 35. RP002. 22 POTRERO DE PAYOGASTA El valle del río Potrero encuentra sus orígenes en las serranías de Lampasillo recorriendo con dirección norte-sur una profunda quebrada hasta ingresar en un área de amplias terrazas para luego de algunos kilómetros confluir como tributario del río Calchaquí en la zona de Palermo. Una de sus características más importantes es que dicho valle resulta ser un importante corredor que une la región del valle Calchaquí con la zona de la Quebrada del Toro y la Puna. Hacia la margen derecha del río Potrero y a 2800 msnm se encuentra el sitio de Potrero de Payogasta emplazado en una meseta de piedemonte elevada aproximadamente 75 metros respecto del río, cercana al fondo de valle. Se trata de un asentamiento Inka provincial puro de 9ha cuya arquitectura combina características locales y estatales, y presenta en superficie recintos de variadas formas (circulares, rectangulares, con muros perimetrales, etc.) con paredes construidas en gran parte con bloques de piedras de tamaño bastante regular, unidos por argamasa o mortero de barro y paja; colocándose en algunos casos piedras canteadas que dan una mejor terminación a la superficie interna y externa de los muros. No todas las paredes fueron confeccionadas en piedra, existen varias estructuras hechas con ladrillos de adobe. Es importante destacar que Potrero está relacionado con la ruta inkaica que desde Tastil penetra en el valle del río Potrero, continuando su derrotero hacia el sur por el valle Calchaquí. El sitio presenta a grandes rasgos dos sectores marcadamente diferentes. El sector residencial ubicado hacia el sur del sitio es un emplazamiento ubicado en la parte más alta de la meseta, desde donde se domina el trazado de todo el sitio. Existen en este sector varios grupos de patios de superficie irregular asociados con recintos rectangulares. En el extremo sur y en una posición más baja se presentan algunas estructuras de planta circular, de diámetro pequeño, relacionadas con patios y recintos rectangulares. Por último, y hacia el este se emplaza un área residencial caracterizada por la presencia de rectángulos perimetrales compuestos. La segunda subdivisión que presenta el asentamiento, el sector cívico-ceremonial, está ubicada hacia el norte y emplazada en una zona aproximadamente 10 metros más abajo que el sector sur. Esta subdivisión presenta edificaciones de calidad muy superior a la del resto del sitio y de indudable estilo imperial. Se distingue en primer lugar una amplia Plaza rodeada por un muro perimetral en cuyo centro se destaca un montículo o plataforma piramidal denominado Ushnu (AD 15). Al norte de la Plaza se localiza la Kallanka, edificio rectangular 23 de 300 metros cuadrados con techo a dos aguas (AD 17). Más al oeste están emplazados dos grandes recintos rectangulares, un RPC y un muro perimetral que los contiene (AD 21). En el límite entre la subdivisión norte y la subdivisión sur, y emplazadas directamente por arriba de la Plaza (algunos metros más abajo que el sector sur) se destacan dos estructuras circulares con paredes de piedra muy bien conservadas y con un diámetro de 8 y 9 metros cada una (AD 14). En este punto resulta importante resaltar que todas las medidas de los diferentes recintos fueron tomadas desde lado interno de los muros. Vale la pena dedicarle algunas palabras a la descripción de las estructuras arquitectónicas que se destacan en Potrero de Payogasta. En el centro de la Plaza descolla una construcción de características inéditas en la arqueología argentina antes de la conquista inkaica sobre el NOA. Se trata del Ushnu, una plataforma de piedra de forma piramidal truncada de aproximadamente de 7 metros de lado por 1 metro de alto. En general se los suele considerar como tronos en los que el Inka o el gobernador se sentaban para gobernar. También tuvieron un significado religioso relacionado con sacrificios al Sol, participando en numerosos ritos (p.e. ritos agrícolas, militares, ceremonias de iniciación, etc.). Es por lo tanto evidente la complejidad simbólica que tuvo para el Imperio. Los Ushnus fueron construidos en cada uno de los territorios conquistados, en aquellos sitios que tuvieron una alta jerarquía. La relación que tuvo con acontecimientos políticos, religiosos y militares, le confirió una posición central tanto en los asentamientos en los que fue construido como también en la vida ceremonial pública del Estado y sus habitantes. En los sitios inkaicos localizados en las provincias, como el caso de Potrero Payogasta, la importancia del Ushnu habría estado estrechamente relacionada con la intención de mejorar y justificar el rol político y militar que jugaba el Estado ante las comunidades étnicas conquistadas. Como se mencionó anteriormente, uno de los edificios más importantes del sitio se encuentra localizado en el sector norte. Este gran recinto denominado Kallanka fue construido tanto en piedra como en adobe. Aún presenta intacta una de sus paredes laterales o hastiales construida en piedra unidas por mortero y con una ventana en el centro, por su parte la otra pared lateral apenas conserva su base. El muro norte fue construido al parecer totalmente en adobe, mientras que el muro sur que parecería haber sido su fachada, si bien no se conserva casi nada se especula que no estuvo totalmente cerrado y que contó con tres columnas simétricamente dispuestas unos 5 metros una de la otra dejando libre cuatro entradas que servirían de comunicación con la Plaza. 24 Por lo que se conoce las Kallankas fueron grandes edificios rectangulares sin divisiones interiores y con techo a dos aguas, que tuvieron funciones públicas del tipo cívicoreligiosas, judiciales y administrativas principalmente y en algunos casos de hospedaje para funcionarios estatales de alto rango. Suelen estar establecidas en grandes centros provinciales o en enclaves estatales de distinguida jerarquía y ubicadas en regiones en las que el tránsito de grupos de mitmaqunas, bienes, ejército entre otros, fue destacado. Los dos grandes edificios circulares localizados al sur de la Plaza, en el límite entre los sectores norte y sur, presentan una cuidadosa construcción, en general se ha supuesto que se trataban de almacenes o qollcas. Sin embargo una explicación alternativa sobre su funcionalidad los relaciona con una imitación del Suntur Huasi cuzqueño, edificio que estuvo estrechamente relacionado con la Plaza y en el que se habrían realizado ritos funerarios y de fertilidad. Como se ha visto, el grupo de edificios recién descritos se encuentran relacionados y articulados con un gran espacio público o Plaza rodeada en el caso de Potrero por un muro perimetral. Las Plazas de los sitios Inkas se presentan en varias formas y tamaños (rectangulares, trapezoidales e irregulares). La construcción de los asentamientos fue programada y llevada a cabo en la mayoría de los casos en relación a éstas, las que probablemente tuviera una orientación astronómica. La Plaza del sitio Potrero presenta una forma irregular con un tamaño aproximado de 8000 metros cuadrados, sus lados curvos son producto de una adaptación a una topografía también irregular. A partir de estos datos se puede apreciar que Potrero de Payogasta fue un establecimiento estatal que contiene un rango bastante completo de formas arquitectónicas Inka y en el que fue utilizada una cantidad importante de energía para su edificación. La distribución de los distintos edificios y el diseño del sitio nos permiten pensar que su construcción fue planificada. Es evidente la presencia de un espacio público en el que debieron realizarse tareas administrativas y fiestas redistributivas en las que se materializaba y legitimaba la autoridad y poder del Imperio Inka sobre la región. Las fiestas fueron ceremonias en las que se redistribuyeron comidas y regalos a los miembros de la comunidad, estableciendo la solidaridad a través de experiencias comunes e imágenes compartidas, al mismo tiempo que los jefes generaban o pagaban una deuda con sus seguidores. En el caso de las sociedades andinas, las fiestas eran parte de las obligaciones recíprocas entre un curaca y los miembros de su ayllu. 25 Así, y de acuerdo a las características que presenta el sitio de Potrero Payogasta podemos decir que estamos en presencia de un importante centro administrativo regional. FIGURA 17 Potrero de Payogasta CORTADERAS Cortaderas es un asentamiento bastante complejo con sectores funcional y jerárquicamente diferenciados. El sitio está dividido en cuatro partes. Cortaderas Alto (SSalCac 44), ocupando 9 ha, fue un poblado local que también funcionó como sitio defensivo o pukará preinka estratégicamente localizado en la cima de un cerro, a 250 m de altura. Vale la pena destacar que esta fortificación fue emplazada en una de las principales vías de acceso al valle Calchaquí Norte desde el norte. Las investigaciones allí realizadas determinaron que el sitio fue abandonado a partir del control Inka sobre la región. Una vez ocupada el área, los Inkas instalaron un asentamiento, Cortaderas Bajo (SSalCac 65, 4 ha), inmediatamente debajo del pukará local, en la falda o piedemonte aterrazado del cerro en donde se emplaza este último. En Cortaderas Bajo se destaca una imponente fortaleza inkaica ubicada en la cima de un pequeño morro. Por debajo de la 26 fortaleza fueron construidos varios edificios que conforman el sector central de Cortaderas Bajo, todos típicamente inkaicos en su diseño y arquitectura. Esta parte de Cortaderas Bajo está dividida en dos sectores funcionalmente diferenciados, los cuales han sido objeto de detallados estudios de arquitectura y excavaciones sistemáticas por parte de los autores. Uno hacia el sud-sudoeste, compuesto por dos complejos arquitectónicos o kancha de varias estructuras. La complejidad edilicia de estas dos estructuras sugiere un uso de carácter no residencial, posiblemente orientado hacia actividades estatales. De acuerdo con nuestros estudios, varias de dichas estructuras podrían haber sido almacenes. La evidencia recuperada en excavaciones indica que la otra parte del sitio, localizada hacia el nor-noreste, estuvo principalmente orientada hacia actividades habitacionales y domésticas. Ambos sectores de Cortaderas Bajo se encuentran separados por un espacio abierto, al parecer una plaza con muro perimetral. Cortaderas Izquierda (SSalCac 43) es otro de los sectores Inkas del sitio. Ocupando aproximadamente 6 ha, esta porción del sitio se encuentra localizada al otro lado del río Potrero, hacia el sur. Presenta más de 60 edificios, de los cuales el más notable es una construcción compuesta de 20 estructuras rectangulares acomodadas en una doble hilera de 10 estructuras cada una, conectadas entre sí. Este particular edificio sobresale por su particular diseño espacial e impactantes dimensiones, de entre 130-x-30 m de lado. Se destacan también en Cortaderas Izquierda un posible ushnu, una pequeña kallanka y un número de estructuras circulares pequeñas que podrían haber sido depósitos. El cuarto y último sector de Cortaderas se denomina Cortaderas Derecha (SSalCac 65D o 133). Este sector del sitio, estudiado y excavado durante tres temporadas de campo por el primero de nosotros, ocupa alrededor de 3 ha y presenta mayoritariamente arquitectura residencial y cerámica típica del valle Calchaquí Norte. Ubicado sobre la margen derecha del río Potrero, a alrededor de 1 km de Cortaderas Bajo, Cortaderas Derecha cuenta con varios complejos residenciales de arquitectura local, basurales, tumbas y una única gran estructura de estilo Inka de 23-x-23 m de lado, emplazada aproximadamente en el centro del sitio (AD 10). La misma pudo haber sido un espacio público con muro perimetral. Es importante destacar que el resto de los edificios y construcciones de Cortaderas Derecha se habrían organizado en torno de esta estructura inkaica, formando una especie de anfiteatro. De acuerdo con nuestros estudios en Cortaderas Derecha, sus habitantes se dedicaron principalmente al procesamiento intensivo de comida, cuya escala superaba ampliamente las necesidades domésticas, por lo que 27 posiblemente fue una actividad relacionada con proyectos Inkas. Se detectó también en Cortaderas Derecha cierta evidencia de producción de bienes utilitarios y lingotes de bronce. La información recuperada de este sector de Cortaderas claramente indica que no se trató de una aldea preinka, sino que fue un asentamiento construido y habitado a partir de la conquista Inka. A pesar de no contar aún con fechados radiocarbónicos provenientes de Cortaderas Derecha, esto está sugerido por la estructuración del espacio alrededor de un edificio central de estilo inkaico (AD 10), la falta de evidencia de ocupaciones previas (tal como más de un nivel de ocupación o restos de edificios previos) y la presencia de cerámica Inka a lo largo de toda la secuencia estratigráfica (incluso a lo largo de toda la estratigrafía de un basurero que alcanzaba los 2 m de profundidad). La evidencia cerámica, arquitectónica y la organización espacial del sitio indican que Cortaderas Derecha fue ocupado por gente nativa del valle Calchaquí Norte, reasentada allí por los Inkas para encargarse del procesamiento de comida, y posiblemente también de su producción. Creemos que Cortaderas Derecha no fue ocupado por trabajadores temporarios cumpliendo con sus obligaciones con la mita Inka o sistema de prestaciones rotativas de trabajo, base de la economía Inka. Por el contrario, la evidencia sugeriría que sus habitantes residieron en forma permanente en el lugar. Al menos, llegaron a vivir tiempo suficiente como para construir edificios sólidos, enterrar allí a sus muertos y producir una considerable cantidad de desechos. FIGURA 18 Cortaderas Bajo 28 FIGURA 19 Cortaderas Derecha FIGURA 20 Cortaderas Alto FIGURA 17 Cortaderas 29 BIBLIOGRAFÍA Acuto, Félix 1994 La organización estatal: la ocupación Inka en el sector norte del valle Calchaquí y sus alrededores. Tesis de licenciatura, Universidad de Buenos Aires. Ambrosetti, J.B. 1902 El sepulcro de La Paya últimamente descubierto en los Valles Calchaquíes, Provincia de Salta, Anales del Museo Nacional 8:119-148. 1907-08 Exploraciones arqueológicas en la ciudad prehistórica de “La Paya” (Valle Calchaquí, Provincia de Salta). Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, Sección Antropología, nº 3 o 9?: 15-97 y 139-176, Buenos Aires. De Marrais, Elizabeth 2001 La Arqueología del Norte del Valle Calchaquí. Historia Argentina Prehispánica, tomo I, pp.289-346. E. Berberián y A. Nielsen, editores. Editorial Brujas. González, A.R. y J. A. Pérez 1971 Primeras Culturas Argentinas. Filmediciones Valero, Buenos Aires. González, A. R. y P.P. Díaz 1985 Notas arqueológicas sobre la “Casa Morada”, La Paya, Pcia,. de Salta. Estudios de Arqueología Nº 5: 9-61, Museo Arqueológico de Cachi, Cachi, Pcia. Salta. González, Luis R. 2000 La dominación Inca. Tambos, Caminos y Santuarios. Nueva Historia Argentina, tomo I: 301-342, Buenos Aires. Lorandi, Ana María y R. Boixados 1987-88. Etnohistoria de los valles calchaquíes en los siglos XVI y XVII. Runa, XVIIXVIII: 263-419. Buenos Aires. ICA, FFyL, UBA Ottonello, María Marta y Ana Lorandi 1987 Introducción a la Arqueología y Etnología. Diez mil años de Historia Argentina. Eudeba, Buenos Aires. Raffino, R. 1991 Poblaciones Indígenas en Argentina. Urbanismo y proceso social precolombino. Tipográfica Editora Argentina, Buenos Aires. 2004 El Shincal de Quimivil. Editorial Sarquis, San Fernando del Valle de Catamarca. Rivolta, M.C.; V. Seldes; J. Rodríguez; L. Yazlle; y M.F. Zigarán 2007 Las Sociedades del Formativo en Cachi (Salta, Argentina). Aproximaciones al entorno de Salvatierra Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina, T. II: 333-336, San Salvador de Jujuy. Tarragó, Myriam N. 1980 Los asentamientos aldeanos tempranos en el sector septentrional del Valle Calchaquí, Provincia de salta y el desarrollo agrícola posterior. Estudios Atacameños , 5, Antofagasta, Chile. 30 1996 El Formativo en el Noroeste Argentino y el Alto Valle Calchaquí. Actas y Memorias del XI Congreso Nacional de Arqueología Argentina, tomo XXIII(1/4): 103-119, San Rafael, Mendoza. 2000 Chacras y Pukara. Desarrollos Sociales Tardíos. Nueva Historia Argentina. Los Pueblos Originarios y la conquista. Tomo 1: 257-300, Editorial Sudamericana, Buenos Aires. Yazlle, L.; J. Cabral y P. Mercollli 2007 Epifanio Burgos: Organización del Espacio residencial en un sitio Formativo del Valle Calchaquí Norte. Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina, T. II: 343345, San Salvador de Jujuy. 31 LAS PAILAS (SSalCac 18) LOCALIZACIÓN DEL SITIO Esta zona arqueológica se halla situada a 14 km del poblado actual de Cachi. Presenta alrededor de 300 ha de extensión superficial, abarcando la unión de los ríos Potrerillos y Peñas Blancas hasta las quebradas Las Pailas, hacia el este. CARACTERÍSTICAS DEL SITIO En el sitio se pueden observar áreas de cultivos y áreas habitacionales. Tanto los ríos Potrerillos y Peñas Blancas sirven como delimitadores espaciales de 4 sectores característicos del sitio, los que se mencionan a continuación: -El sector Central, en la unión de los dos ríos: encontramos un poblado “semiconglomerado” constituidos por recintos asociados desiguales, con paredes de pirca doble sin relleno. Hacia el oeste se continúa con cuadros de cultivos y recintos simples dispersos entre ellos. Este sector corresponde a la zona de mayor densidad de construcciones. -El sector Norte: sobre la margen izquierda del río Potrerillo, encontramos cuadros de cultivos y hacia el NE una corta extensión con construcciones habitacionales similares al “semiconglomerado”. -El sector Este: de la confluencia de los ríos mencionados hasta la altura de la quebrada de Las Pailas. En este sector se repiten los cuadros de cultivos y estructuras habitacionales dispersas, a las que se le superponen instalaciones actuales. -El sector Sur: sobre la margen derecha del río Peñas blancas en le que también se encuentran cuadros de cultivos. UBICACIÓN TEMPORAL De acuerdo al tipo de material encontrado en superficie y las excavaciones realizadas, se podría estimar que Las Pailas presenta un largo período de ocupación desde por lo menos el comienzo de la era cristiana (Formativo), hasta fines del Periodo Tardío o Desarrollo Regionales. 32 ARQUITECTURA El patrón básico que pareciera repetirse es la de un recinto cuadrangular grande, aproximadamente 20 m por 5 m en cuyo interior podremos encontrar uno o dos recintos cuadrangulares internos de aproximadamente 3 m por 2 m. En los espacios internos del recinto cuadrangular grande se encuentran por lo general piezas de molienda, conanas morteros ó manos de moler, lo que podrían estar hablando de la funcionalidad de esos patios. Los muros no forman ángulos rectos y son muy irregulares en el trazado, pues siguen las curvas de nivel del terreno a fin de lograr una relativa horizontalidad dentro de los recintos. Dentro de uno de estos recintos se han encontrados estructuras subterráneas algunas de las cuales pudieron haber servido de almacenamiento. Estas consisten en una fosa por general de planta oval, algunas con pared y piso de lajas y un techo de formando una falsa bóveda. En algunas de ellas se encontraron fragmentos de cerámica correspondientes al estilo Santa Mariano Tricolor. Fuera del Sector Central o poblado encontramos recintos aislados adosados a unos de los muros de los cuadros de cultivos no pudiendo determinar su cronología. Los basureros se encuentran ubicados sobre las laderas afueras de los recintos habitacionales formando leves ondulaciones del terreno. Otros también se ubican entre las uniones de las distintas unidades de viviendas. Los cuadros de cultivos se ubican rodeando los cuatros costados del poblado central, varían en su formas y dimensiones, los muros que lo definen sirvieron para lograr la horizontalidad del terreno. Llamativamente cada uno de ellos se corresponde a las curvas de nivel del terreno. El regadío pareciera ser el elemento básico para la productividad de estos campos, hay menciones de Sr. Pío Díaz de estructuras de canales en la parte superior del sitio. EXCAVACIONES EN LAS PAILAS Durante la década del ´70, se realizaron excavaciones arqueológicas en el sitio, llevadas a cabo por la Dra. Tarragó y el Dr. Núñez Regueiro. La figura que se ilustra continuación formó partes de las investigaciones efectuadas en esa oportunidad, en la que se relevó una vivienda. En este sentido, se identificaron dos recintos pequeños (R 1 y R 2, ver figura) y uno de mayores dimensiones (R 3). En este último se localizaron piedras de molienda, 33 huesos de animales, fragmentos cerámicos con hollín adherido, carbón y cenizas. Asimismo, se identificaron estructuras subterráneas ( Sb 1, Sb 2, Sb 3 y Sb 4, ver figura) (Tomado de Tarragó, 1980) Las dos primeras son las de mayor tamaño, y se encontraron tapadas con un techo de lajas. En el interior de Sb 2 se alojaban grandes vasijas, entre ellas una urna Santamariana. La función de estas dos estructuras, posiblemente, fue la de silo subterráneo. En cuanto a Sb3 y Sb4, si bien similares en construcción a las anteriores aunque más pequeñas, no fue posible establecer la función que cumplieron. Se recuperaron dos objetos de metal del R 3, constituido por un cincel de bronce y una grampa angular con dos puntas. En el caso de la estructura indicada como E1, corresponde a un entierro de adulto con ajuar. El individuo fue colocado sobre un piso de lajas, y los huesos se encontraron muy deteriorados. Como acompañamiento mortuorio se colocaron diversas vasijas y un collar de malaquita. 34 CONJUNTO MATERIAL Cerámica La presencia de los primeros grupos agricultores, posiblemente correspondiente al Formativo, se asocia a la cerámica gris pulida y a un instrumento aserrado, similares a los fragmentos e instrumentos encontrados en Campo Colorado en La Poma, sitio ubicado temporalmente en el mismo intervalo. En los cuadros de cultivos del sector central, se localizaron fragmentos de cerámica gris pulidas algunos correspondientes a una pipa angular. En los cuadros de cultivos del Sector Norte, asociados a cerámicas similares a las de Campo Colorado (La Poma) encontramos montículos que posiblemente sean de esta época. En cuanto a la ocupación correspondiente a los Desarrollos Regionales, el sector central es el que lo representa, y los restos de cerámicas encontrados en algunos de los cementerios de las quebradas aledañas, los que corresponden por lo general al estilo Santa Mariano tricolor y bicolor, y dentro de los tipos sin decorar, encontramos variedades con imprentadas de cepillado y acanalado. Lítico En Las Pailas se localizaron numerosos elementos de molienda, conanas, morteros, piedras de molino, manos, etc. Algunos morteros pequeños fueron hallados con óxido de hierro en su interior, es decir que sirvieron para moler colorantes. Asimismo, se encontraron hachas, martillos, cuchillos en basalto y puntas de flecha en basalto y obsidiana. Por otra parte, también se registran cuentas de collar en malaquita y turquesa. Oseo Se recuperó una espátula alisada en hueso de camélido y un adorno con cuatro orificios y decoración de círculos grabados. Asimismo, de los basureros se obtuvieron volúmenes importantes de restos óseos de animales, principalmente camélidos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Tarragó, M.N. 35 1980 Los asentamientos aldeanos tempranos en el sector septentrional del Valle Calchaquí, Provincia de salta y el desarrollo agrícola posterior. Estudios Atacameños , 5, Antofagasta, Chile. 36 BORGATTA (SSalCac16) -Plano parcial del sitio, tomado de De Marrais, 1997- 37 TERMINOLOGÍA enclosures. recintos mound: montículo open area: área abierta masonry wall: pared surface collection: recolección superficial steep slope: pendiente fuerte ridge: borde modern road: camino moderno wash: escurrimiento, cárcava modern house: vivienda moderna hills: colinas south sector: sector sur LOCALIZACIÓN DEL SITIO El sitio está ubicado en la margen oriental del río Las Arcas, cubriendo dos abanicos aluviales adyacentes, aproximadamente a xx km del pueblo de Cachi. CARACTERÍSTICAS DEL SITIO Se trata de un sitio multicomponente con una superficie aproximada de 20 hectáreas, es decir que estuvo ocupado en diferentes intervalos. El sector norte del sitio es el más densamente ocupado respecto al sector sur, aunque el sitio también se extiende hacia el oeste, cruzando el camino moderno. UBICACIÓN TEMPORAL Las dataciones radiocarbónicas con las que se cuenta hasta el momento, nos indican que estuvo habitado en lo que representaría los Desarrollos Regionales o Período Tardío. Los resultados de las fechas serían: 1257±85 años antes del presente (Pollard, 1983) 1184±89 años antes del presente (Pollard, 1983) 1202±140 años antes del presente (Pollard, 1983) 1110±89 años antes del presente (Pollard, 1983) 1119±89 años antes del presente (Pollard, 1983). 38 ARQUITECTURA El sitio cuenta con más de 200 estructuras residenciales (viviendas), el trazado del sitio es aparentemente desordenado y carente de planificación, excepto las terrazas construidas en las laderas. La zona más densamente ocupada se localiza al norte del drenaje que divide en dos el sector principal, con conjuntos de viviendas formando grupos de 20 a 30 recintos separados por montículos de tierra. Montículos: son sobreelevaciones artificiales que rodean y dividen conjuntos de recintos, se trata de construcciones intencionales destinadas a: facilitar el paso a través del sitio, a servir de muros de contención de terrazas y a subdividir el asentamiento en barrios residenciales. Los hay elongados, circulares rellenos de tierra y rodados. Se elevan entre 2 y 4 metros y miden hasta 15 m de diámetro. Poseen paredes internas de retención, y gran cantidad de desechos. Pueden contener tumbas ubicadas en proximidad a la superficie. Estructuras residenciales: se trata de estructuras de tipo santamariano, semisubterráneas, con superficies internas que se ubican a 1 metro por debajo del terreno circundante. Los muros están construidos con doble hilera de piedras rellenos con argamasa de hasta 1 metro de espesor. La forma de los recintos, varía notablemente tal vez como adaptación a un terreno irregular y, la necesidad de compartir muros entre estructuras vecinas. Los hay subrectangulares, trapezoidales, siendo comunes los muros curvos. Los recintos ubicados en las laderas (sobre todo en ladera norte) presentan estructura aterrazada, son semi subterráneos, con muros de contención de entre 1,3 y 2 metros de ancho. Para construirlos tuvieron que nivelar el terreno. El sitio presenta una plaza central ubicada en el ángulo noroeste del sector principal. Se trata de un espacio vacío rodeado de montículos en todos sus lados, excepto el borde occidental. Mide 60 por 100 metros. Contiene una estructura simple en el ángulo NW de forma rectangular y piedras de muros dispuestas en hileras paralelas de alrededor de 50 cm de ancho. Las paredes y la forma del edificio sugieren una posible influencia incaica (la única en el sitio, en relación a la arquitectura). TUMBAS Miden entre 1 y 1,5 m de diámetro y presentan alrededor de 1,5 m de profundidad, y constituyen pozos revestidos en piedras, designados como cistas. 39 ESTIMACIÓN DE POBLACIÓN De manera muy aproximada, posiblemente el sitio albergó alrededor de 1000 individuos. CERÁMICA En cuanto al registro alfarero, pareciera que el estilo bicolor, esto es negro sobre rojo, resulta más abundante al inicio del Período Tardío o Desarrollos Regionales. Las vasijas bicolores corresponden a cántaros o urnas con borde sumamente evertidos y paredes delgadas (4-6 mm). La pasta suele tener inclusiones micáceas. Pueden presentar engrosamiento o pliegue de arcilla en la parte exterior del labio. Otra forma característica es la escudilla bicolor de borde directo, pudiendo incluir bordes ligeramente invertidos o evertidos. Presentan inclusiones micáceas y los diseños son puntos y líneas, así como también diseños geométricos (círculos concéntricos y espirales cuadrangulares). La pintura es negro sobre engobe crema. Pueden tener pequeñas asas mamelonares, únicas o pares, un rodete retorcido o una pequeña trenza adherida al exterior cerca del borde. Posiblemente este estilo pudiera haber surgido como conjunto transicional alrededor del 850 d.C. La presencia de los estilos tricolor y negro sobre rojo son más difíciles de rastrear en cuanto al aumento o disminución a través del tiempo. Se presentan en frecuencias bajas en relación al bicolor. Se trata de piezas con bordes menos evertidos y las vasijas tienen paredes más gruesas (6-8 mm). 40 ALFARERÍA RECUPERADA EN BORGATTA (Tomado de DeMarrais, 1997) 41 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS D´Altroy, T.; A.M.Lorandi; V. Williams; M.Calderari; C. Hastorf; Elizabeth DeMarrais y M.Hagstrum 2000 Inka rule in the Northern Calchaquí Valley, Argentina. Journal of Field Archaeology, 27: 1-29. De Marrais, Elizabeth 1997 Materialization, Ideology, and Power: The Development of Centralizad Authority among the preHispanic Polities of the Valle Calchaquí, Argentina. Tesis doctoral, Los Angeles, California. MS 2001 La Arqueología del Norte del Valle Calchaquí. Historia Argentina Prehispánica, vol I: 289-346, E. Berberián y A. Nielsen (eds.), Editorial Brujas, Córdoba. Pollard, Gordon 1982 Nuevos Aportes a la Prehistoria del Valle Calchaquí, Noroeste Argentino. Tarragó, M.N. 1980 Los asentamientos aldeanos tempranos en el sector septentrional del Valle Calchaquí, Provincia de salta y el desarrollo agrícola posterior. Estudios Atacameños , 5, Antofagasta, Chile. Tarragó M. N. y M. De Lorenzi 1976 Arqueología del Valle Calchaquí. Etnía 23 y 24: 1-35, Olavarría, Provincia de Buenos Aires. 42 LA PAYA (SSalCac1) 43 LOCALIZACIÓN DEL SITIO La antigua ciudad de La Paya o Puerta de la Paya se encuentra ubicada a unos 12 kilómetros al sudoeste del pueblo de Cachi sobre la quebrada homónima cercana al actual poblado de La Paya. La Paya se encuentra ubicada en un lugar estratégico que le permite un dominio visual hacia el Este y hacia el Sur, así como gran parte de la Quebrada de la Paya hacia el Norte. CARACTERÍSTICAS DEL SITIO El mismo se encuentra rodeado por un muro de circunvalación, actualmente casi inexistente debido a la erosión y al deterioro del sitio, pero que es mencionado en las primeras descripciones como una muralla construida por tramos siguiendo la topografía del terreno, que en algunos casos llega a tener 1 m de altura x 1 m de largo. El área encerrada en esta muralla es de aproximadamente seis hectáreas y media, y es dentro de la misma que se asientan los restos de la antigua ciudad. UBICACIÓN TEMPORAL Debido a sus características, particularmente al tipo de cerámica encontrada y a la disposición y tipo de estructuras puede ubicarse a La Paya dentro del período de Desarrollos Regionales y posterior período Incaico (este último se hace evidente en el contexto de la Casa Morada). En la actualidad aún no se han realizado investigaciones que permitan tener un registro de la existencia de una profundidad temporal más temprana en el sitio, por lo que no es posible acotar el abanico temporal completo del sitio. ARQUITECTURA Estructuras Las investigaciones realizadas en la Paya con respecto a los sectores de viviendas no se encuentran aún muy desarrolladas. Gran parte de las estructuras presentan un perímetro rectangular de aproximadamente 4-5 m de ancho x 8-10 m de largo denominadas como canchones. Por otro lado se encuentran 44 estructuras circulares semienterradas, conocidas como casas pozo, con divisiones internas, construidas aprovechando el desnivel del terreno. Los muros generalmente se encontraban construidos de piedra rodada a modo de pircado y en algunos casos con piedras elegidas y canteadas. Con respecto a la techumbre, factiblemente se hayan utilizado horquetas a modo de sostén para mantener los techos de ramas y barro torteado. TUMBAS La mayoría de las investigaciones en la zona fueron realizadas enfocándose en las tumbas y en los aspectos funerarios. En algunos casos las tumbas fueron encontradas en las esquinas interiores de las viviendas o en grupos de 2 o 3 del lado externo de las habitaciones. Las tumbas presentan la forma de pozos circulares de aproximadamente 1,5 m de diámetro y profundidad variable con paredes revestidas en piedra y cubiertas con lajas a modo de bóvedas. Los entierros encontrados fueron tanto individuales como múltiples. Hacia el Oeste del sitio, detrás de la muralla que limita el sector de viviendas, se encuentra un sector de enterratorios que es denominado como Necrópolis por Ambrosetti (1907) en el cual se encuentran una considerable cantidad de tumbas dispuestas con cierta regularidad a lo largo de la pendiente. Tumba nº 61 45 Urnas Funerarias La mayor parte de las mismas contenían restos de párvulos, y se hallaban dispuestas hacia el interior de un pozo pircado, ya sea individualmente o en mayor número. En algunos casos se encontraban sobre los restos de otras urnas anteriormente depositadas. En algunos casos las urnas fueron encontradas totalmente vacías, pero igualmente tapadas con pucos, fragmentos de otras urnas, lajas, e incluso morteros, cananas, etc. Las mas frecuentes encontradas fueron: Urnas negras con restos de hollín que factiblemente fueron utilizadas con anterioridad cumpliendo otra función, Urnas globulares pintadas con motivos lineales, Urnas de tipo santamarianas. Hallazgos asociados a las tumbas Vasos asimétricos, vasos pequeños, pucos, platos ornitomorfos, restos de pintura roja, azufre, conchas marinas, cuentas de malaquita, puntas de proyectil, obsidiana, fragmentos de cuarzo, torteros, tabletas de rapé, escarificadores, entre otros. En un número considerable de sepulcros se hallaron placas pectorales de cobre. En muy mal estado de conservación fueron encontrados restos de tejidos dentro de algunas urnas. Tumba Nº 88 46 Tumba Nº 41 CONJUNTO MATERIAL Objetos de Metal Se hallaron punzones, cinceles, cuchillos, hojas de hacha, tumis, placas pectorales, brazaletes, hachas laminares, disco con grabados, etc. Objetos de Hueso Fueron recuperados alfileres o topos, espátulas, punzones, etc. Objetos de Piedra En cuanto a los objetos de piedras, se registraron diversos vinculados con actividades de molienda, tal como conanas, morteros, manos de moler, pulidores, así como también otros elementos, particularmente puntas de proyectil, etc. Objetos de Madera Se identificaron en el sitio, cuchillos, bastones, palas, cucharas, estuches, horquetas, vasos de madera, torteros, tabletas de ofrendas, instrumentos para tejer, etc. 47 Cerámica Dentro de la gran variedad de cerámica encontrada se registraron algunas típicas de los Valles Calchaquíes así como también otra típica incaica. Entre estas últimas, aribaloides, platos ornitomorfos, pequeñas ollas de pié, vasos asimétricos, pucos negros, pucos pintados con diversos motivos (convexos, de bordes rectos, etc.) vasos libatorios, vasos de varias bocas, yuros, y urnas funerarias entre los mas característicos. 48 CASA MORADA Plano general de la Casa Morada y estructuras que la rodean (Tomado de González y Díaz, 1992) Croquis de la Casa Morada, indicando posible funcionalidad de algunas estructuras 49 CARACTERÍSTICAS DEL SECTOR Dentro del perímetro de La Paya se encuentra emplazada una construcción con características notoriamente diferentes al resto. Esta estructura rectangular de aproximadamente 13 m x 4 m y, algunas otras que se encuentran directamente asociadas a ella, se ubica en uno de los planos más altos de la antigua ciudad. En las primeras descripciones que se hacen de la Casa Morada (Ambrosetti, 1907) las paredes alcanzaban 3,40 m de altura, actualmente solo pueden visualizarse los cimientos. Fue construida en su totalidad con bloques de arenisca roja más o menos rectangulares, especialmente seleccionados y canteados, unidos con mortero. El nombre de “Casa Morada” deviene del particular color de esta materia prima, cuya fuente se encuentra en el Angosto del Morado, a unos 10 Km. de La Paya. Tanto en la pared norte como en la sur se disponen en hilera un conjunto de hornacinas. Otra característica sobresaliente es la pared adosada o banqueta que se dispone en la pared oeste. No existen evidencias de otra abertura que no sea la de la puerta ubicada en la pared oeste. Tampoco se encontraron evidencias del techo de esta estructura, pero se presume que pudo haber sido a dos aguas con hastiales de adobe o paja. Todas estas son características constructivas que se introducen en el noroeste tras la influencia incaica. Su fachada mira hacia un pequeño patio interior, y su contrafachada colinda con un gran espacio abierto, en su pared oeste existe una puerta que comunica con un sector elevado en el que se construyeron cuatro collcas. La función de la Casa Morada no es todavía muy clara. Sin embargo su análisis y el de las estructuras asociadas a ella hacen suponer que en la misma se realizaron actividades domésticas. Algunos de los investigadores que trabajaron en este sector plantean como hipótesis que la misma fue residencia de un personaje importante. Esto podrá confirmarse siempre y cuando se avance con las investigaciones partiendo de excavaciones sistemáticas. CONJUNTO MATERIAL Los hallazgos efectuados en la Casa Morada son sumamente particulares en relación a los efectuados en el resto del sitio; entre ellos podemos mencionar cuentas de turquesa y malaquita; objetos de oro, plata cobre, bronce; elementos de valvas provenientes del 50 Pacífico; puntas de proyectil, husos, alfileres, etc. confeccionados en hueso; keros, mangos de hachas, y otros elementos realizados en madera; etc. Los estilos alfareros que se encuentran en el interior de la estructura son incaicos, tanto de factura local (inca paya) como imperial (en menor medida), el estilo Santamariano e incluso el Yocavil policromo. Hacia el exterior de la casa aumenta la densidad de cerámica local (Santamariana). Escudillas Vaso antropomorfo (“retrato del cacique”) (Ilustraciones tomadas de Ambrosetti, 1907) Piezas Incaicas 51 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ambrosetti, J.B. 1907 Exploraciones arqueológicas en la ciudad prehistórica de “La Paya” (Valle Calchaquí, Provincia de Salta). Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, Sección Antropología, nº 3 o 9?: 15-97 y 139-176, Buenos Aires. González, A. R. y P.P. Díaz 1992 Notas arqueológicas sobre la “Casa Morada”, La Paya, Pcia. de Salta. Estudios de Arqueología 5: 11-61, Museo Arqueológico de Cachi. 52