Diez claves para aumentar y desarrollar tu inteligencia emocional 1. Date tiempo para reflexionar sobre lo que sientes e intenta averiguar siempre cuáles son las causas de esas emociones. 2. No niegues tus sentimientos, acéptalos. Recuerda que sentir rabia o ira es humano, lo que verdaderamente cuenta es cómo expresas esa emoción sin hacerle daño a los que te rodean. 3. Determina cuáles son tus potencialidades y límites, así fomentarás la autoconfianza y el autoconocimiento. 4. Los cambios son una parte intrínseca de la vida, acéptalos y aprende a adaptarte a ellos. Míralos como una oportunidad para crecer. 5. Mantente atento a los sentimientos de los demás y, siempre que puedas, ayúdales a expresarlos de una manera asertiva. Reflejarle al otro que comprendemos lo que siente hace que nos perciba como una persona sensible y tolerante, digna de confianza. 6. Busca pequeños detalles que te mantengan motivado para lograr un objetivo y celebra cada vez que des un paso que te acerque a tu meta, por pequeño que este sea. 7. No juzgues a los demás y, sobre todo, no critiques a las personas. Cuando vayas a hacer una crítica, asegúrate de que esta sea constructiva. 8. Escucha la opinión que tienen los demás de ti y de tus reacciones emocionales. Puede que te proporcionen una visión alternativa de ti mismo, tomes consciencia y aprendas de ello. 9. Intenta delimitar la emoción o sentimiento percibido lo más concretamente posible. Esto hará que puedas discernir entre un estado emocional y otro que se le parece, así actuarás de forma más acorde con lo sentido. 10. Aumenta tu diccionario emocional. Recoge tus emociones o sentimientos en una libreta o diario, de esta manera ampliarás tu vocabulario emocional y podrás identificarlos más fácilmente en el futuro. Terapia centrada en emociones: qué es y en qué problemas se aplica La esfera afectivo-emocional es probablemente una de las más importantes a la hora de considerar nuestro nivel de bienestar. Cómo nos sentimos y cómo reaccionamos ante las situaciones y las personas que nos rodean afectan a nuestra manera de ver la realidad (y también a nosotros mismos, a los demás y al mundo en sí) y nuestra conducta. Pero no siempre es fácil manejar y gestionar nuestras emociones y la manera en que las estructuramos y ligamos a los eventos. En ocasiones pueden aparecer severos conflictos que pueden hacer necesario el hecho de emplear algún tipo de terapia focalizada en estos factores. Si bien existen gran variedad de terapias que actúan sobre la esfera emocional, existe una que actúa de manera muy específica sobre ellas: la terapia centrada en emociones. La terapia centrada en emociones: ¿qué es? Recibe el nombre de terapia centrada en emociones o terapia focalizada en las emociones a un tipo de terapia o tratamiento psicológico que, como su nombre indica, se caracteriza por trabajar específicamente el procesamiento emocional de las situaciones, observándose la emoción como una reacción adaptativa que permite la supervivencia y la reacción al medio así como hacernos ver nuestras necesidades. La terapia en sí es profundamente vivencial, ya que la presencia de cambios depende en gran medida de la exposición a situaciones que generan emociones, y se busca esta aparición de cara a introducir cambios en los esquemas que empleamos para afrontar las situaciones. Además esta teoría parte en gran medida del paradigma humanista y de la terapia centrada en el cliente, buscando el desarrollo y optimización del potencial del paciente. De hecho, en su origen la terapia centrada en emociones era denominada terapia experiencial de Greenberg. El profesional deberá adoptar una actitud empática y colaboradora, aceptando siempre las reacciones, emociones y motivaciones del cliente o paciente y procurando ayudar a detectar emociones, focalizarse y desarrollar la propia autonomía del sujeto, haciéndole responsable de sí mismo. La terapia centrada en emociones considera que la emoción supone el surgimiento de cambios fisiológicos derivados de la captación, interpretación y procesamiento de una información externa o interna y nuestros aprendizajes previos. En base a la experiencia, vamos generando una serie de esquemas emocionales inconscientes que nos conducen a una manera concreta de reaccionar o sentir las situaciones, siendo estos esquemas lo que se plantea trabajar durante la terapia. El objetivo de esta terapia es la de contribuir a hacer que los pacientes sean capaces de identificar, experimentar sin bloquear, atribuir un sentido, comunicar y gestionar de manera adaptativa sus emociones. En resumen, gestionar de manera eficiente su esfera emocional y lograr con ello una buena capacidad de adaptación al medio. Ello resulta de gran utilidad en una gran variedad de situaciones, como por ejemplo ante problemas relacionales o tras la presencia de vivencias indeseadas o traumáticas. Principales mecanismos para el cambio Con la terapia centrada en emociones se pretende lograr un cambio en los esquemas emocionales, en la manera de captar, procesar y expresar la propia emocionalidad. Para ello es necesario que se activen una serie de mecanismos, destacando los siguientes. 1. Toma de conciencia Se trata de un factor que tal vez parece lógico y sencillo, pero que resulta determinante y es la base a la hora de poder introducir un cambio en los esquemas emocionales. Tomar conciencia o ser capaces de distinguir, identificar y dar nombre a las propias emociones es el paso más básico y fundamental. 2. Expresión emocional Una vez identificada la propia emoción, será necesario conocer y ser capaz de expresar la emoción, especialmente cuando hablamos de emociones negativas. Se trata más bien de un afrontamiento de la emoción, del hecho de vivirla sin introducir una evitación que nos proteja contra ella. 3. Regulación emocional Además de identificarlas y vivirlas, otro de los mecanismos necesarios para introducir cambios es el hecho de regular la emoción. Regular no implica no sentirla o reprimirla, sino ser capaz de ponerles freno o hacerlas adaptativas a la situación en que estemos. 4. Reflexión Si bien ya anteriormente en el procesamiento de la emoción existen aspectos y componentes cognitivos, cabe mencionar como otro mecanismo la capacidad de operar con la información y darle un sentido a la experiencia. 5. Transformación El último de los grandes mecanismos necesarios para el cambio de las emociones es la transformación, es decir, lograr modificar la experiencia emocional para hacerla adaptativa. Un ejemplo puede ser la búsqueda de experiencias que generen respuestas emocionales incompatibles con la emoción inicial. Situaciones en que suele aplicarse La terapia centrada o focalizada en las emociones suele ser empleada ante situaciones concretas y especialmente suele vincularse al tratamiento de problemas relacionales, si bien puede tener aplicabilidad en una gran cantidad de problemas. 1. Terapia de pareja Uno de los principales contextos en los que se suele aplicar la terapia centrada en emociones es en el mundo de la pareja. Y es que se ha demostrado que este tipo de terapia puede permitir trabajar sobre conflictos emocionales presentes en cada uno de sus miembros y sobre la relación en sí. Y es que esta modalidad permite trabajar aspectos como el apego (no en vano se basa en parte a la teoría del apego) y a identificar, expresar y compartir sus emociones y necesidades afectivas. De este modo este tipo de trabajo puede permitir una mejora en la situación de cada componente de la pareja y mejorar la comunicación existente, fortaleciendo el vínculo existente. 2. Conflictos familiares De manera semejante a la anterior, la terapia centrada en emociones podría llegar a ser aplicable en el contexto familiar, de cara a poder reelaborar esquemas emocionales y comunicarlos de manera eficiente. 3. Problemas de socialización Las personas con problemas de socialización derivados de problemáticas emocionales pueden beneficiarse de este tipo de terapia, aprendiendo a transformar sus sensaciones y miedos y a aceptarlos de tal manera que no interfieran en sus relaciones. Asimismo, se favorece la comunicación. 4. Trastornos de la alimentación La terapia centrada en emociones se ha utilizado en el caso de pacientes con trastornos alimentarios, debido entre otros aspectos a la alta presencia de emocionalidad negativa respecto al propio autoconcepto. Parece ser de utilidad tanto a nivel individual como grupal, pretendiéndose que se identifiquen, naturalicen y modifiquen las emociones que mantienen el problema alimentario. Trastorno por Estrés Postraumático La terapia centrada en emociones podría ser de utilidad a la hora de trabajar la esfera emocional en casos de trastorno por estrés postraumático. Abusos sexuales, acoso escolar, violencia de género o intrafamiliar son ejemplos de situaciones en que podría aplicarse. Depresión Los trastornos depresivos tienen como una de las características principales y más frecuentes la existencia de emociones como la tristeza o la desesperanza. Trabajar en el procesamiento de las emociones y las situaciones y en la variación de los esquemas (tanto cognitivos como emocionales) contribuirá a que el sujeto presente una mejora en su situación.