Los profetas ayer y hoy Objetivo: descubren la vocación y misión de los profetas, valora la dimensión profética d su bautismo. I-Despertamos: Vemos el video de Nostradamos y compartimos las preguntas. ¿Qué imagen de profeta nos muestra el video? II-Contamos lo que nos pasa: ¿Qué sabemos de los profetas (quienes son, que hacen,) Nombrar algunos profetas III-Comprendemos lo que nos pasa: Separar en cuatro grupos, a cada grupo darle una cita bíblica y hacer un estudio con las siguientes preguntas Jr.20, 7-9 /Jr. 29, 8-9 /Jr. 1, 4-7 /Is. 11, 1-2 /Is.6, 1-9 /Ez.3,16-19 /Ez. 2,1-5 /Dn. 2,19-21 /Dn.2,27-30 ¿En nombre de quien habla estos profetas? ¿Que características encuentran en estos profetas? ¿Cual es la actitud de estos profetas? ¿Quien elige a los profetas? Ver anexo para reflexión: 64 Por los profetas, Dios forma a su pueblo en la esperanza de la salvación, en la espera de una Alianza nueva y eterna destinada a todos los hombres (cf. Is 2,2-4), y que será grabada en los corazones (cf. Jr 31,31-34; Hb 10,16). Los profetas anuncian una redención radical del pueblo de Dios, la purificación de todas sus infidelidades (cf. Ez 36), una salvación que incluirá a todas las naciones (cf. Is 49,5-6; 53,11). Serán sobre todo los pobres y los humildes del Señor (cf. So 2,3) quienes mantendrán esta esperanza. Las mujeres santas como Sara, Rebeca, Raquel, Miriam, Débora, Ana, Judit y Ester conservaron viva la esperanza de la salvación de Israel. De ellas la figura más pura es María (cf. Lc 1,38). IV-Descubrimos lo que Dios quiere: Leemos el texto Bíblico Mateo 28,18-20 y respondemos lo siguiente: ¿De donde viene la autoridad de Jesús? ¿Cual es la misión que nos da como bautizados? Reflexionamos con los siguientes textos y el numeral 65 de catecismo. Marcos 9,7 Marcos 1,10-11 Mateo 3,17 65 "Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros padres por medio de los profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo" (Hb 1,1-2). Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre. En Él lo dice todo, no habrá otra palabra más que ésta. San Juan de la Cruz, después de otros muchos, lo expresa de manera luminosa, comentando Hb 1,1-2: