CARTA DE JESÚS Hola ¿cómo esta? Soy Jesús, sí ese mismo el hijo de María y de José que nació en Belén, sí sí ese del establo. Como bien sabes, amigo mío, yo pedía muy pocas cosas en mi vida. Pedí una posada, antes de nacer, pensando sobre todo en mi mamá. Pedí a Zaqueo que me alojara en su casa, y a otro buen amigo el salón para celebrar la cena de Pascua con mis amigos. Pedí un par de veces agua para beber. Me interesaban las personas. Me interesaba, sobre todo, la amistad. No me cansaba de pedir amigos: amigos que me siguieran, que se unieran a mi causa, que estuvieran conmigo, que continuaran mi tarea. La tarea continua hoy, tengo unas ganas tremendas de seguir "haciendo el bien", pues veo a tanta gente triste y necesitada. Me muero de pena al ver que muchos niños no sonríen y mueren prematuramente. No puedo soportar la imagen del joven que camina triste sin oportunidades de estudio y trabajo. Me entristece madres que lloran por no poder darle a sus hijos una vida digna o la situación de muchos viejitos, a los que nadie quiere y parecen estorbar en todas las partes. No digamos otro tipo de violencias y de guerras. Me molesta el que unos se aprovechen de los otros, que siga habiendo personas y pueblos pobres, sin libertad y sin dignidad. Por eso, espero que me conozcas y me ames todos los días, que aprendas lo que Yo te quiero enseñar. Deseo que seas mi amigo y te comprometas a vivir como Yo vivo. Te acompañaré todo el día y todos los días. Te iluminaré con mi Palabra, te fortaleceré con mi amor. Te espero todos los días para que iniciemos juntos el día conversando de corazón a corazón. Poco a poco, nos haremos más amigos. Te acompañaré y te ayudaré en todo y no te dejaré sólo porque siempre habrá hermanitos y hermanitas en todos lados para cuidarte, para oírte y para apoyarte y en ellos estoy yo acompañando tu caminar. Recibe mi abrazo en el abrazo que te dará tu catequista, uno de aquellos hermanitos de los que te acabo de hablar. Te amo mucho, no lo olvides. Con cariño, Jesús. CARTA DE JESÚS Hola ¿cómo esta? Soy Jesús, sí ese mismo el hijo de María y de José que nació en Belén, sí sí ese del establo. Como bien sabes, amigo mío, yo pedía muy pocas cosas en mi vida. Pedí una posada, antes de nacer, pensando sobre todo en mi mamá. Pedí a Zaqueo que me alojara en su casa, y a otro buen amigo el salón para celebrar la cena de Pascua con mis amigos. Pedí un par de veces agua para beber. Me interesaban las personas. Me interesaba, sobre todo, la amistad. No me cansaba de pedir amigos: amigos que me siguieran, que se unieran a mi causa, que estuvieran conmigo, que continuaran mi tarea. La tarea continua hoy, tengo unas ganas tremendas de seguir "haciendo el bien", pues veo a tanta gente triste y necesitada. Me muero de pena al ver que muchos niños no sonríen y mueren prematuramente. No puedo soportar la imagen del joven que camina triste sin oportunidades de estudio y trabajo. Me entristece madres que lloran por no poder darle a sus hijos una vida digna o la situación de muchos viejitos, a los que nadie quiere y parecen estorbar en todas las partes. No digamos otro tipo de violencias y de guerras. Me molesta el que unos se aprovechen de los otros, que siga habiendo personas y pueblos pobres, sin libertad y sin dignidad. Por eso, espero que me conozcas y me ames todos los días, que aprendas lo que Yo te quiero enseñar. Deseo que seas mi amigo y te comprometas a vivir como Yo vivo. Te acompañaré todo el día y todos los días. Te iluminaré con mi Palabra, te fortaleceré con mi amor. Te espero todos los días para que iniciemos juntos el día conversando de corazón a corazón. Poco a poco, nos haremos más amigos. Te acompañaré y te ayudaré en todo y no te dejaré sólo porque siempre habrá hermanitos y hermanitas en todos lados para cuidarte, para oírte y para apoyarte y en ellos estoy yo acompañando tu caminar. Recibe mi abrazo en el abrazo que te dará tu catequista, uno de aquellos hermanitos de los que te acabo de hablar. Te amo mucho, no lo olvides. Con cariño, Jesús.