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Medicina Tradicional
Definición: La Medicina Tradicional1 es la suma total de conocimientos, técnicas
y procedimientos basados en las teorías, las creencias y las experiencias ingígenas
de diferentes culturas, sean o no explicables, utilizados para el mantenimiento de la
salud, así como para la prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de
enfermedades físicas y mentales. En algunos países se utilizan indistintamente los
términos medicina complementaria/alternativa/no convencional y medicina
tradicional.
La Medicina Tradicional es un tema supremamente diverso dentro del contexto
multicultural del Estado Plurinacional de Bolivia. Debido a que cada Pueblo Indígena,
y no olvidemos que oficialmente son 36 en el país, contiene su propio concepto de
salud y enfermedad, nos vemos ante una amplia gama de Medicinas Tradicionales.
La Constitución Política del Estado establece que tanto el patrimonio cultural como
el conocimiento de los Pueblos Indígenas deben ser respetados y protegidos
(Artículo 98,99 y 100 de la Sección III de Culturas de la CPE). Esto implica una
aproximación particular desde el punto de vista de la salud. En Bolivia existen 36
grupos indígenas oficiales, cada uno con una cultura y una cosmovisión específica lo
cual significa que también existen 36 conceptos de lo que es salud y enfermedad. Si
bien el concepto del Vivir Bien ya nos exige un replanteamiento del concepto
occidental de desarrollo, no está exento de tener que replantearse también el
concepto de medicina. Es por esto que la Medicina Tradicional cobra tan grande
importancia dentro del contexto boliviano del Vivir Bien y de la salud.
La salud-enfermedad y su relación con la cosmovisión de la medicina2
Las categorías de enfermedad observadas en las medicinas indígenas bolivianas se
diferencian de las de la biomedicina: la enfermedad es percibida entre los indígenas
como una ruptura en el orden natural o social. Son las deidades – la Pachamama,
Dios de la sociedad o un individuo quienes causan el mal. Una persona se enferma
porque ha transgredido alguna norma establecida por la sociedad o las deidades de
la cosmovisión andina (o los espíritus del monte en el caso de los guaraníes).
La tarea del “medico tradicional” consiste en restablecer el equilibrio, tanto en el
orden social como en el religioso, y los rituales de curación están estrechamente
ligados al mundo religioso andino o guaraníes, que a menudo se fusiona con el
cristianismo.
Para la medicina andina, la salud y la enfermedad provienen de la tierra, y toda
curación se deriva de las plantas que la tierra misma ofrece al hombre. Para curar
al enfermo el médico tradicional media entre las deidades y la tierra, entre el mundo
de los muertos y el de los vivos. El cuerpo y el espíritu son parte de un sistema
integral y armónico, de manera que una disonancia en cualquiera de las partes cura
la enfermedad. La población indígena diferencia entre la enfermedad del cuerpo y la
enfermedad “espiritual”. Cada uno de estos tipos de enfermedad se trata de manera
distinta; sin embargo, se cree también que la esfera espiritual puede afectar a la del
cuerpo, y viceversa. Por ejemplo, el hecho de “renegar” o enfadarse puede provocar
una enfermedad “espiritual” o agudizar una dolencia existente, y afecta sobre todo
a las madres que están preocupadas por sus hijos El primer paso para enfrentar una
dolencia es efectuar un diagnostico dentro del núcleo de la familia.
Amplitud y uso creciente de la Medicina Tradicional3
La Medicina Tradicional se utiliza ampliamente y es un sistema sanitario que está
creciendo rápidamente y de gran importancia económica. En África hasta un 80%
de la población utiliza la Medicina Tradicional para ayudar a satisfacer sus
necesidades sanitarias. En Asia y en Latinoamérica, las poblaciones siguen utilizando
la Medicina Tradicional como resultado de circunstancias históricas y creencias
culturales. En China, la Medicina Tradicional contabiliza alrededor de un 40% de la
atención sanitaria. A las personas que practican la Medicina Tradicional se les conoce
por lo general como sanadores tradicionales, colocador de huesos, herbolarios, etc.
Las personas que practican la Medicina Tradicional incluyen tanto practicantes de
Medicina Tradicional y profesionales de medicina alopática como a médicos,
dentistas y enfermeras que proporcionan terapias de MT/MCA a sus pacientes — es
decir, doctores médicos también utilizan la acupuntura para tratar a sus pacientes.
Mientras tanto, en muchos países desarrollados, la Medicina Complementaria y
Alternativa (MCA) se está haciendo cada vez más popular. El porcentaje de población
que utiliza la MCA al menos una vez es de un 48% en Australia, un 70% en Canadá,
un 42% en EE UU, un 38% en Bélgica y un 75% en Francia.
En muchos lugares del mundo el gasto en MT/ MCA no es sólo importante, sino que
está creciendo rápidamente. En Malasia, se estima se gastan anualmente 500
millones de dólares estadounidenses en este tipo de cuidado de la salud, comparado
con unos 300 millones de dólares estadounidenses en medicina alopática. En EE UU,
el gasto total en 1997 en MCA se estima fue de 2700 millones de dólares
estadounidenses. En Australia, Canadá y el Reino Unido el gasto anual en MCA se
estima en 80 millones, 2400 millones y 2300 millones de dólares estadounidenses
respectivamente. ¿Por qué un uso tan amplio? Accesible y asequible en los países
en vías de desarrollo En los países en vías de desarrollo, el amplio uso de la Medicina
Tradicional se atribuye a su accesibilidad y asequibilidad. En Uganda, por ejemplo,
la proporción de personas que practican la Medicina Tradicional frente a la población
es de 1:200 y 1:499. Esto contrasta drásticamente con la disponibilidad de personas
que practican la medicina alopática, para la cual la proporción es de 1:20.000 o
menos. Incluso la distribución de dicho personal es desigual, la mayor parte se
encuentran en ciudades u otras zonas urbanas y por lo tanto es difícil que las
poblaciones rurales tengan acceso. La Medicina Tradicional es a veces la única fuente
asequible de atención sanitaria, especialmente para los pacientes más pobres del
mundo. En Ghana, Kenia y Malí, la investigación ha demostrado que una serie de
medicamentos antimaláricos de pirimetamina/ sulfadoxina puede costar mucho
dinero. El gasto sanitario per cápita en Ghana y Kenia contabiliza tan sólo 6 dólares
estadounidenses al año. Por el contrario, la medicina con hierbas para el tratamiento
de la malaria es considerablemente más barato y muchas veces incluso se paga en
especias y/o de acuerdo con la “riqueza” del cliente. La Medicina Tradicional es
también muy popular en muchos países en vías de desarrollo puesto que está
firmemente arraigada en los sistemas de creencias.
La Medicina Tradicional y Occidente
Es factor común dentro de las Medicinas Tradicionales comprender las enfermedades
del cuerpo en conexión con enfermedades de la mente y problemas del entorno.
'Existe riqueza de conocimientos de los médicos locales tanto en los Andes
como en la Amazonía y el reto es reconocer y valorar formas distintas de
conocimientos y saberes en el campo de la salud, e incorporarlos de manera
gradual a los sistemas de salud 'oficiales'. Porque existe una concepción
distinta de la salud entre la población indigena, y la comprensión de la
enfermedad no se basa únicamente en patologías o aspectos biológicos que
denoten algún desequilibrio, sino que considera otros factores de ordens
social, ambiental y espiritual que también inciden en el padecimiento.'4
Desde el punto de vista occidental se comprendería esta dialéctica entre cuerpo y
mente de la siguiente manera. El cuerpo humano es un sistema perfecto y, salvo la
vejez como factor natural de la muerte, las enfermedades provienen de agentes
externos. Estos agentes externos en la Medicina Natural se comprenden como
desbalances de la dinámica natural del cuerpo. Hasta este punto la cuestión no varía
significativamente de la Medicina Occidental pero es cuando se toma en cuenta la
importancia de la mente dentro de la enfermedad que la Medicina Tradicional toma
otro giro.
La Medicina Occidental trata los síntomas de las enfermedades con medicamentos
eficaces haciendo énfasis en la enfermedad física ya que es inminente y la amenaza
de muerte, inmediata. La Medicina Tradicional, aunque tiene repertorios de
medicamentos de origen herbal y animal, se centra también en los hábitos del
enfermo. Los hábitos del paciente son algo que desde la Medicina Occidental se
busca corregir desde la Promoción de Salud, mostrando los correctos hábitos de vida
para prevenir la enfermedad. Promocionar la salud puede sugerir la corrección de
los hábitos, o crear buenos hábitos en las generaciones emergentes, pero en
individuos donde los malos hábitos se han cristalizado debido a que los han tenido
por mucho tiempo, se vuelve difícil combatir estas costumbres con mensajes.
Los malos hábitos de toda índole tales como los alimenticios o las adicciones, están
profundamente arraigados en la estructura psicológica del individuo. Cualquier
acción que se lleve a cabo prolongadamente deja de requerir voluntad consciente y
se convierte en un proceso automático el cual puede ser un buen hábito o un mal
hábito. Estos automatismos son creaciones naturales de la mente (y no solo la
humana) para promover la adaptación a una situación recurrente5. Lastimosamente
esta adaptación no tiene siempre una connotación positiva y cuando el acto
repetitivo es dañino, en muchos casos puede asimilarse hacia los procesos
involuntarios de la mente, generando de esta manera un automatismo de un mal
hábito.
Cualquier persona que haya sufrido enfermedades a causa de un mal hábito sabe lo
difícil que es acabar con estos hábitos automáticos de la mente, los cuales con el
tiempo se vuelven adicciones dentro del balance químico del cuerpo. En la Medicina
Occidental hay un amplio repertorio de medicamentos para atacar los productos de
estos automatismos dañinos (los síntomas) pero difícilmente se trata el origen del
problema que es la mala costumbre arraigada en el inconsciente del individuo. El
médico le sugiere, y en casos es imperante con el paciente en cuanto a los malos
hábitos que debe dejar, pero se requiere más que una amonestación para acabar
con los automatismos del cerebro humano.
Es aquí donde entra en juego el factor característico y único de la Medicina
Tradicional que es el proceso ritual. Los procesos rituales de muchas Medicinas
Tradicionales y Alternativas, si son llevados a cabo correctamente- son los únicos
que pueden, mediante la sugestión, afectar directamente los procesos inconscientes
del cerebro en donde se encuentran arraigados los automatismos. Toda acción que
se hace por segunda naturaleza deja de ser hecha por la consciencia y se transforma
en un proceso inconsciente de manera que el inconsciente es el blanco de los
procesos rituales, los cuales con música y otros procesos de sugestión afectan
directamente estas zonas. Claro está que es supremamente complicado saber qué
tipo de sugestión ritual estimula cuál parte del cerebro en donde se encuentra tal o
cual automatismo responsable de un mal hábito que a su vez causa una enfermedad,
pero precisamente ha sido este conocimiento el que los Pueblos Indígenas han
perfeccionado a través de los siglos.
Este conocimiento debe ser protegido y estimulado para que los rituales que desde
siglos atrás han sido capaces de corregir los automatismos de malos hábitos (los
cuales en occidente son responsables de muchas enfermedades) no pasen a ser
solamente rituales de índole cultural y de identidad. Es necesario salvar la esencia
de este aspecto de la Medicina Tradicional así como las plantas y animales que usan
para apoyar estos procesos.
Conceptos Básicos sobre Medicina Tradicional5
Las definiciones pueden diferir de las que figuran en las reglamentaciones de los
países donde se utiliza la medicina tradicional, por lo que deben servir
exclusivamente como referencia.
Hierbas
Las hierbas comprenden materiales vegetales brutos, tales como hojas, flores,
frutos, semillas, tallos, madera, corteza, raíces, rizomas y otras partes de plantas,
enteras, fragmentadas o pulverizadas.
Materiales herbarios
Los materiales herbarios comprenden, además de hierbas, jugos frescos, gomas,
esencias estabilizadas, aceites esenciales, resinas y polvos secos de hierbas. En
algunos países, se pueden elaborar dichos materiales mediante diversos
procedimientos locales, como el tratamiento con vapor, el tostado o el rehogado con
miel, bebidas alcohólicas u otros materiales.
Preparaciones herbarias
Las preparaciones herbarias son la base de los productos herbarios acabados y
pueden componerse de materiales herbarios triturados o pulverizados, o extractos,
tinturas y aceites grasos de materiales herbarios. Se producen por extracción,
fraccionamiento, purificación, concentración y otros procesos biológicos o físicos.
También comprenden preparaciones obtenidas macerando o calentando materiales
herbarios en bebidas alcohólicas o miel o en otros materiales.
Productos herbarios acabados
Los productos herbarios acabados se componen de preparaciones herbarias hechas
a partir de una o más hierbas. Si se utiliza más de una hierba, se puede utilizar
también la expresión «mezcla de productos herbarios». Los productos herbarios
acabados y las mezclas de productos herbarios pueden contener excipientes además
de los principios activos. Sin embargo, no se consideran herbarios los productos
acabados o en forma de mezcla a los que se hayan añadido sustancias activas
químicamente definidas, incluidos compuestos sintéticos o constituyentes aislados
de materiales herbarios.
Utilización tradicional de medicamentos herbarios
Los medicamentos herbarios comprenden hierbas, materiales herbarios, preparaciones herbarias y productos herbarios acabados que contienen como principios activos partes de plantas, otros materiales vegetales o combinaciones. Por utilización
tradicional de los medicamentos herbarios se entiende un empleo prolongado en el
tiempo. Su uso está bien establecido y ampliamente reconocido como inocuo y eficaz y puede ser aceptado por las autoridades nacionales.
Actividad terapéutica
La actividad terapéutica se refiere a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento
satisfactorios de enfermedades físicas y mentales, el alivio de los síntomas de las
en-fermedades y la modificación o regulación beneficiosa del estado físico y mental
del organismo.
Principios activos
Los principios activos son los ingredientes de los medicamentos herbarios que tienen actividad terapéutica. En el caso de los medicamentos herbarios cuyos principios activos hayan sido identificados, se debe normalizar su preparación, si se dispone de métodos analíticos adecuados, para que contengan una cantidad determinada de ellos. En los casos en que no se puedan identificar los principios activos, se
puede considerar que todo el medicamento herbario es un solo principio activo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1
Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud. Pautas generales para las
metodologías de investigación y evaluación de la medicina tradicional. Ginebra, OPS/OMS, 2002.
Disponible en: http://www.ops.org.bo/textocompleto/pi31763.pdf
2
Escobar Alcón, Lucio. Coordinador Nacional de la Dirección General de Medicina Tradicional e
Interculturalidad del Ministerio de Salud de Bolivia. Investigador de la Cultura Andina. Salud e
Interculturalidad en Bolivia.
3Organización
Medicina
Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud. Estrategia de la OMS sobre
Tradicional
2002-2005.
Ginebra:OPS/OMS;
2002.
Disponible
en: http://www.ops.org.bo/textocompleto/pi31676.pdf
4
Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud: Una visión de salud
intercultural para los pueblos indígenas de las Américas. Washington D.C: OPS/OMS; p. 35
5
Organización Panamericana de la Salud: Oficina Regional de la Organización Mundial. Pautas
generales para las metodologías de investigación y evaluación de la medicina tradicional.
Ginebra:OPS/OMS; 2002. Disponible en: http://www.ops.org.bo/textocompleto/pi31763.pdf
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Publicado:2014-06-19
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DEBATE
Consideraciones sobre la Medicina Natural y Tradicional,
el método científico y el sistema de salud cubano
Considerations on Natural and Traditional Medicine, the scientific
method and the Cuban health system
Dr. C. Jorge Daniel García Salman
Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. La Habana, Cuba.
RESUMEN
La Medicina Natural y Tradicional, más que una suma de modalidades terapéuticas no
comprendidas dentro de la medicina convencional, constituye un cuerpo de
conocimientos que aborda al ser humano y al proceso salud-enfermedad de forma
holística, diferente aunque complementaria con el abordaje reduccionista que ha
caracterizado a la Medicina Convencional. Su carácter científico se ha basado en el
desarrollo de métodos clínicos dirigidos al diagnóstico de desarmonías más bien que de
enfermedades, y a su compensación mediante recursos terapéuticos más específicos
para la presentación concreta de una entidad en el enfermo que para la entidad en sí
misma, que promuevan más bien la sanación del paciente que la curación de las
enfermedades, de forma quizás menos dramática pero con menores efectos adversos
que la medicina convencional. La naturaleza compleja de las prescripciones en
Medicina Natural y Tradicional dificulta su evaluación a través de ensayos clínicos que
no consideren dicha naturaleza, la participación activa del paciente en su evolución y
los aspectos del contexto que como se ha mostrado, contribuyen al resultado del
proceso terapéutico en mayor medida que lo que se asume como regla. Finalmente, un
análisis de las características del método científico de acuerdo con reflexiones recientes
sugiere que la integración entre la Medicina Natural y Tradicional y la Medicina
Convencional en el sistema de salud cubano no es solo posible sino también oportuna.
Palabras clave: Medicina Natural, Medicina Tradicional, Medicina Basada en la
Evidencia, método científico, salud pública.
ABSTRACT
Natural and Traditional Medicine, instead of a sum of therapeutic modalities not
involved into the conventional medicine, is a body of knowledge with an holistic
approach either to the human being and to the health-disease process, different
though complementary to the typical reductionistic approach of conventional medicine.
Its scientific nature has been based in i) the development of clinic methods directed to
diagnosing disarmonies, rather than diseases, ii) the compensation of these
disarmonies through therapeutic resources specific to the actual presentation of a
condition into the patient, rather than specific for the condition itself, and iii) the
improvement of patient healing rather than curing diseases, perhaps less dramatically
than conventional medicine, but eliciting lower adverse effects. The complex nature of
prescriptions in Natural and Traditional Medicine make them difficult to evaluate
through clinical trials not regarding neither such nature, nor the active behavior of the
patient in the outcome and the contextual issues contributing to this outcome, more
than has been commonly assumed. Finally, an analysis of main characteristics of the
scientific method according to recent reflections, suggested that integration between
both types of medicine in our healthcare system is not only possible but also pertinent.
Keywords: Natural Medicine, Traditional Medicine, Evidence-Based Medicine, scientific
method, public health.
INTRODUCCIÓN
Desde la aprobación de la Medicina Natural y Tradicional (MNT) como especialidad
médica dentro del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) en 1995, se
estableció como principio la integración de las prácticas convencionales y no
convencionales en beneficio de la Medicina, rechazándose explícitamente los términos
de complementaria y de alternativa por no constituir la MNT una opción además
de o en lugar de la medicina convencional, sino integrada con, de acuerdo con los
postulados de la Organización Mundial de la Salud (OMS).1
Entre las transformaciones necesarias que han permitido reorganizar, compactar y
regionalizar los servicios de salud se encuentra la disposición de reorientar la MNT
hacia la Atención Primaria de Salud, además de incrementar el número de servicios en
el segundo nivel de atención médica. Esta y otras medidas han conllevado un
escrupuloso y sostenido seguimiento a todos los niveles, con la participación de todas
las instancias del PCC, el Poder Popular, las direcciones municipales y provinciales de
salud y el nivel central. Este seguimiento tiene un carácter adicional a las inspecciones
anuales de los equipos de trabajo del MINSAP a los servicios de todas las
especialidades médicas, las entrevistas a pacientes y acompañantes, las evaluaciones
periódicas de competencia y desempeño de las Universidades de Ciencias Médicas y las
inspecciones del Programa Nacional para el Desarrollo de la Medicina Natural y
Tradicional, realizadas por equipos conformados por médicos, enfermeras,
estomatólogos, licenciados e ingenieros de varias instituciones. Por otra parte, la MNT
es una especialidad médica con marco legal, sometida al escrutinio de la Red Nacional
de Farmacovigilancia y de la Dirección Nacional de Registros Médicos y Estadísticas de
Salud como cualquier otra. Por lo tanto, puede considerarse que el lineamiento 158 del
Partido Comunista de Cuba, que solicita "prestar la máxima atención al desarrollo de la
Medicina Natural y Tradicional", se está cumplimentando incluso más allá del sector de
la salud.
Debido a la trascendencia de las también llamadas Medicinas Alternativas para la Salud
Pública, la necesidad de prestarles atención ha sido expresada por diversos medios en
una buena parte del mundo.2,3 Al respecto, Margaret Chan, Directora General de la
OMS, se ha referido al sorprendente aumento de la popularidad de tratamientos y
remedios que complementan la medicina ortodoxa, o que sirven de alternativa a los
tratamientos convencionales, a pesar de que muchos poseen una insuficiente base de
evidencia, argumentándose por los expertos el mayor protagonismo de la medicina
alternativa como el reflejo de la búsqueda de una atención de salud más compasiva,
personalizada e integral.4
La descalificación abierta o solapada hacia al menos algunas modalidades de las
medicinas complementarias y alternativas ha sido denunciada como campaña, 58
basada por una parte, en la disparidad entre los presupuestos teórico-conceptuales
de esas modalidades, que no concuerdan con la llamada ciencia constituida, y por otra,
en una cierta incapacidad procesal para rebasar los criterios de eficacia de la Medicina
Basada en la Evidencia (MBE). De acuerdo con los denunciantes, esta campaña
encubre por una parte, los intereses de las transnacionales farmacéuticas, oculta la
falta de evidencia de prácticas terapéuticas de la Medicina Convencional y contrapone
las medicinas complementarias y alternativas con la ciencia, la racionalidad y la
bioética en el ámbito de la salud.
Una publicación reciente de la Revista Cubana de Salud Pública ratifica la necesidad de
prestar la máxima atención hacia la Medicina Natural y Tradicional, también plantea un
divorcio entre el método científico y la práctica médica.9 Como dicho artículo pretende
ser aclaratorio y a la vez promover el debate, y en su contenido aparecen
interpretaciones de sus autores que no concuerdan con algunos conceptos e ideas
actualizadas sobre ciencia, método y medicina, consideramos pertinente introducir
elementos necesarios que contribuyan a esclarecer la visión de los médicos
asistenciales, los gestores del conocimiento y los decisores de salud pública sobre este
tema.
La MNT no está divorciada de las ciencias herederas de la escuela hipocrática, lejos
siempre de magias y supersticiones, la medicina natural se ha basado a lo largo de la
historia en el reconocimiento del ser humano como una totalidad, modulado o influido
por cambios inducidos en el estilo de vida, con la inclusión de la dieta, la actividad
física, el clima, el descanso y las actitudes personales, entre otros.10 La tradición
hipocrática, por su insistencia en la relación recíproca fundamental entre cuerpo, alma
y ambiente, representa el punto culminante de la filosofía médica occidental y sigue
ejerciendo una atracción tan fuerte como la que existía hace 25 siglos.11 Los sistemas
médicos tradicionales actuales derivados de ella como la medicina Unani en Asia
central, o del desarrollo autóctono de otras culturas, tales como la Medicina Tradicional
China y Tibetana y la Medicina Ayurveda, a pesar de sus diferencias culturales, basan
la práctica médica en un abordaje integral a cada persona enferma, caracterizado por
un procedimiento diagnóstico exhaustivo y una terapéutica personalizada, usualmente
compleja, que incluye indicaciones dirigidas a modificar los estilos de vida. El
reconocimiento, manejo y seguimiento de las capacidades autorreparadoras endógenas
del ser humano, común para estos sistemas médicos, ha justificado el uso del
concepto naturae medicatrix (la naturaleza es la que cura), que se ha conservado
hasta los médicos naturistas de hoy y hace difícil la distinción entre medicinas
tradicionales y medicinas naturales. En ambas, la búsqueda y hallazgo de
regularidades que permitieran sistematizar los conocimientos en medicina, que es
además el objetivo de toda ciencia, se ha basado en el refinamiento de las
potencialidades del método clínico, donde por ejemplo, la inspección de la lengua, el
pulso y las mucosas supera ampliamente a la propedéutica convencional. Los médicos
tradicionales y naturistas han explicado muchas veces la fenomenología diagnóstica a
través de hipótesis no confirmadas, ya que la medicina experimental como la
conocemos actualmente se ha desarrollado mayormente en los últimos 50 años. No
obstante, en el proceso de diagnóstico se imbrican procedimientos científicos,
empíricos y de observación con el proceso mental de razonamiento, que son
interdependientes y complementarios.12
En los tiempos inmediatamente posteriores a Hipócrates el pensamiento médico se
escindió en dos vertientes: los empiristas, atentos a las impresiones sensoriales y a la
observación de los detalles, y los racionalistas, guiados por la teoría y las leyes
generales. Los primeros sostenían la existencia de la enfermedad como una expresión
única de la desarmonía entre las fuerzas internas y externas, expresada en formas
particulares en cada caso clínico, mientras que los segundos diferenciaban estas
formas particulares de expresión de las desarmonías como entidades independientes,
dando paso al concepto de enfermedad. Los empiristas adoptaron una filosofía que
tiene en cuenta las capacidades sanadoras innatas del organismo, mientras que el
enfoque básico de los racionalistas los condujo a la lucha contra las enfermedades. 13
En la actualidad podemos aún presenciar el diferendo entre dos enfoques diferentes
del paciente en relación con su dolencia. De acuerdo con Galland, la medicina
convencional equipara dolencia con enfermedad. El diagnóstico y tratamiento de
enfermedades es el fundamento de la educación médica y la investigación, de las
estructuras económicas y legales del sistema de salud y del concepto de qué
constituye evidencia científica. Las enfermedades son concebidas como entidades
clínicas distintas, teniendo cada una de ellas su propia fisiopatología, historia natural,
tratamientos aceptados y un código en la Clasificación Internacional de Enfermedades.
En cambio, los sistemas alternativos ancestrales y modernos, si bien difieren en los
detalles, equiparan la dolencia con el desbalance o la desarmonía. Su tarea es
comprender el desbalance que subyace en la dolencia de un paciente y contribuir a
restaurar la armonía. Las entidades no son el foco primario y su tratamiento suele
depender de la sanación del paciente. El sistema sanador no está localizado
específicamente en ningún sistema de órganos, pero funciona en una red sutil de
sistemas de señales intracelulares que afectan todos los niveles del organismo, desde
el nivel celular hasta el de la mente y el espíritu. En la Medicina Occidental
Contemporánea, por el contrario, la sanación del paciente se toma como el tratamiento
de la enfermedad. Esta diferencia fundamental en perspectiva, no en las modalidades
específicas utilizadas, es la que separa la Medicina Integrativa de la Convencional. 14
Lee enfatiza la importancia de la distinción entre sanación y curación en relación con la
salud y dentro del contexto de un enfoque integrativo. Definen sanación como una
cualidad inherente al organismo vivo como totalidad, como proceso dinámico que
involucra restauración, adaptación al cambio y reparación. En cambio, curación implica
una resolución finita de una condición, generalmente con una reacción lineal causaefecto. Curar algo en medicina es la acción de reparar o aliviar una condición. Sanar es
un proceso a través del cual una persona alcanza un nuevo estado de equilibrio, haya
sido curada la condición previa o no. Por tanto, sanación y curación no son términos
intercambiables.15
El concepto de Medicina Integrativa, surgido en la década del setenta (siglo XX) en los
sistemas de salud líderes de occidente, se enfoca en la salud y en la sanación del
individuo como totalidad concreta, única, donde se integran cuerpo, mente y espíritu,
tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. 16 En la actualidad se ha asumido
creadoramente la definición de "holismo" de Popper, que hace énfasis en el aspecto
integrador, orgánico, sistémico de los problemas del hombre y su relación con el medio
y la sociedad, donde la salud se cualifica en su complejidad sistémica como un todo
diferente a sus partes, pero contenido en ellas. El enfoque holístico de la salud, como
fenómeno sociocultural posibilita sobrepasar la tendencia de concebir la salud y la
enfermedad como una relación de elementos antitéticos, cuando de lo que se trata es
de asumirlos como un concepto unitario de salud-enfermedad.17
Entre las revoluciones en curso que transformarán la salud y los sistemas de salud, se
destaca la del pensamiento sistémico para trascender la complejidad. Las llamadas
Ciencias de la Complejidad sugieren que salud-enfermedad es el resultado de las
interacciones complejas, dinámicas y únicas entre diferentes componentes del sistema
como un todo.18
La teoría general de sistemas describe el mundo como intrínsecamente abierto, en
constante cambio e interacción con su ambiente. Los sistemas se autorganizan a
niveles superiores, hacia totalidades mayores, y también a niveles inferiores, hacia sus
partes componentes. La visión hacia niveles superiores describe el holismo o la
emergencia; la visión hacia niveles inferiores describe el reduccionismo o el análisis.
Ambas visiones proporcionan información válida y a la vez valiosa, siendo una
contextual, la otra, específica.18 Capra sostiene que en la historia de la medicina las
culturas parecen haber oscilado entre un enfoque holístico y otro reduccionista. Para
desarrollar un enfoque holístico de la salud que sea coherente con la concepción
integral de los organismos vivos, nos propone aprender de los modelos médicos que
existen en otras culturas.11
Al respecto, Díaz Mastellari sostiene que una perspectiva sistémica, compleja, dinámica
y refleja de la realidad, como la del pensamiento médico clásico chino, privilegiada por
un desarrollo sin mayores interrupciones desde el siglo VI a.n.e. hasta no antes del
siglo
XVI,
tuvo todas las oportunidades que no tuvieron las ideas de los griegos
antiguos. Si a esto añadimos, que se desarrolló vinculada a la solución de problemas
concretos, sus posibilidades de haber consolidado esos conceptos y de lograr avances
en direcciones específicas son aún mayores.19
Sanz, por su parte, se refiere a la sorprendente congruencia de los planteamientos de
la Medicina Tradicional China con las actuales teorías biológicas de la autorganización,
los sistemas disipativos y autopoiéticos, que constituyen un cúmulo de saberes
producidos culturalmente a partir del estudio de los males del alma y el organismo
humanos, que acabarán generando un cuerpo sistematizado de conocimientos
terapéuticos y observaciones ontológicas.20 El enfoque holístico de la salud, así como el
procesamiento de información contextual a la salud y a la sanación, están implícitos no
solo en los sistemas médicos orientales, de los nativos americanos y en las extrañas
visiones de la salud sostenidas por ciertas culturas, sino también en los enfoques
biopsicosociales modernos de la salud y la enfermedad, y son coherentes con las
teorías científicas modernas.20,11
Por otra parte, la posibilidad de descubrir los desequilibrios del organismo antes de que
se manifiesten trastornos graves, a través de síntomas que reflejan la personalidad del
paciente -argumentada tanto por médicos tradicionalistas, por homeópatas y por
terapeutas florales- concuerda con la Medicina Psicosomática,11 y la
Psiconeuroinmunología,21 en tanto los desequilibrios iniciales del organismo se
canalizan a través de determinada configuración de la personalidad para producir
determinados síntomas.
La idea de que las disciplinas de MNT pueden ser comprendidas teóricamente
extendiendo las conocidas leyes de la biofísica está ganando espacio en la
actualidad.7 Aunque la Medicina regularmente registra energía biofísica, ha sido reacia
a considerar la energía como una fuerza activante que puede jugar un significativo rol
causal en el funcionamiento saludable y no saludable. Schwartz ha señalado que los
modernos conceptos de información y energía se corresponden a los antiguos
conceptos de "alma" y "espíritu", y que el rencuadre de las ideas antiguas en términos
modernos puede mejorar nuestra capacidad para estudiarlas científicamente. 22
Por consiguiente la MNT, lejos de constituir un conglomerado de modalidades
terapéuticas diversas ajenas a la Medicina Científica, puede considerarse un cuerpo de
conocimientos y habilidades integradas que aborda al ser humano con una perspectiva
holística, más congruente con la realidad que las perspectivas disyuntivas y
reduccionistas que han permeado la cosmovisión de nuestra civilización desde la
modernidad.23
LIMITACIONES DEL PROCESO DE GENERACIÓN DE EVIDENCIAS
La presencia en la MNT de intervenciones que no han sido evaluadas rigurosamente en
la medicina experimental, o que no cuentan con un aval de este tipo en la literatura
especializada, o bien en las cuales el aval existente es negativo, justifican la
preocupación de Rojas Ochoa en cuanto a la pertinencia de la existencia de este tipo
de prácticas en la llamada Medicina Científica, válida y universalmente aceptada.9 Sin
embargo, la decisión a tomar por las autoridades reguladoras, no debiera ser una
decisión de aceptación o rechazo únicamente de acuerdo con el éxito o fracaso de la
MNT o cualquiera de sus modalidades en los ensayos clínicos controlados (ECC). Las
razones para ello residen no solo en la naturaleza compleja de las intervenciones con
MNT, sino también en las limitaciones propias del proceso de generación de
evidencias.24
Para muchos en la actualidad, la MBE lejos de constituir una herramienta, se ha erigido
en un paradigma.25-28 El nivel jerárquico reconocido para los ECC ha propiciado que sus
resultados, sintetizados en las conclusiones de los metanálisis y las revisiones
sistemáticas, se erijan en portadores de la evidencia por sí misma, en aval para la
toma de decisiones categóricas, a menudo dicotómicas, de si-no. La Medicina
Experimental, el subsistema de gestión del conocimiento y la propia formación de
recursos humanos en salud de acuerdo con el modelo biomédico, han desarrollado un
círculo vicioso de "evidencia en función de la medicina a medicina en función de la
evidencia", que puede a la larga limitar más bien que expandir las fronteras del
conocimiento tanto en ciencia como en medicina.
A pesar de los avances propiciados por la MBE, se ha argumentado que el considerar
que los ECC produzcan verdades más duraderas que las conclusiones derivadas de
observaciones clínicas, es una hipótesis no demostrada. De acuerdo con Galland, los
ensayos aleatorizados de alta calidad no suelen ser mejores en el descubrimiento de
verdades durables que los estudios no aleatorizados. Aunque los ECC pueden ser útiles
en determinar efectos a corto y mediano plazo de la medicación para el tratamiento de
la enfermedad, poco pueden decir sobre su acción en la sanación del paciente.14
Pero el mayor de los problemas prácticos radica sin dudas en el conflicto que se crea al
trasladar los resultados de los ECC realizados en a veces miles de pacientes, al manejo
y tratamiento de un enfermo individual.8,25,29 Park sostiene que por grande que sea la
escala del estudio o por detallado que sea el análisis de subgrupos, nunca habrá datos
suficientemente detallados como para predecir con certeza suficiente la respuesta de
un único paciente.29 Moreno
25
señala que antes del surgimiento de la
MBE, Feinstein había escrito que los ECC tenían necesariamente que desestimar la
individualidad de los pacientes, al realizarse bajo condiciones muy controladas,
difícilmente reproducibles en la práctica clínica diaria. Un ECC, por su misma
estructura, solo da respuesta a uno, dos o un limitado numero de objetivos
terapéuticos; pero en el manejo de un enfermo, el médico práctico tiene que dar
respuesta, secuencial o simultánea, a múltiples problemas, para muchos de los cuales
no existen ni probablemente existirán nunca evidencias, como han reconocido Sackett
y Guyatt, entre otros.25
Además, Kurt Stange, editor de Annals of Familiar Medicine, ha señalado que la
multimorbilidad es más la regla que la excepción en la atención primaria de salud. Sin
embargo, los estudios de calidad de los servicios de salud basados en la evidencia
obtenida de ensayos clínicos, excluyen explícitamente a pacientes con condiciones
comórbidas. Por consiguiente, debido a limitaciones del paradigma científico, el
cuidado de la salud de personas con condiciones múltiples hace que las mediciones de
calidad puedan no ser aplicables a la mayoría de los casos individuales.30,31
En la bibliografía reciente podemos encontrar argumentos que cuestionan la
pertinencia de los requisitos establecidos para la calidad metodológica de los ECC, a
saber: estandarización de los criterios de inclusión y exclusión,32,33 estandarización de
la intervención a investigar,19,33,34 asignación aleatoria de los pacientes a los grupos de
intervención y control,33-36 ocultación de dicha asignación a terapeutas y pacientes y el
uso de placebos en el grupo control.8,34,37-41
La inevitable distancia que se crea entre un modelo de la realidad y la realidad como
tal, con el objetivo de reproducir el fenómeno en condiciones controladas
simplificándolo y por tanto despojándolo de su contexto original- genera un problema
cuando ambos son tomados como equivalentes. La introducción de criterios de
inclusión, exclusión y salida, lo suficientemente estrechos como para reducir la
variabilidad individual y propiciar la verificación de hipótesis de semejanza-diferencia
entre grupos de pacientes, reduce a su vez la magnitud de la inferencia una vez que se
obtengan las conclusiones del estudio. En este caso se obtendría la respuesta correcta
para la pregunta equivocada, o sea, formulada en una realidad descontextualizada de
baja o nula ocurrencia clínica.
Aun el hallazgo de la respuesta correcta con un nivel de certeza suficiente para
muestras de pacientes, puede tener baja significación clínica, lo cual parece ser
frecuente en ECC de gran tamaño.37,42 Penston sostiene que la imposibilidad de
demostrar el grado de equivalencia entre los pacientes de un grupo tratado y los del
control -aun con la aleatorización- permite dudar en cuanto a si existe realmente una
relación causa-efecto entre la intervención y el resultado.43
Los sistemas complejos autoconscientes o reflexivos son capaces de observarse a sí
mismos y su propia evolución, con lo cual abren un nuevo repertorio de respuestas y
nuevas interconexiones.44 La introducción del placebo parte de la noción de que solo
son relevantes los efectos específicos de la intervención bajo ensayo, y excluye o
minimiza la participación de la esfera emocional-afectiva. Esta noción no tiene en
cuenta que la objetividad pura no es posible en presencia de sujetos, ni que la tríada
sujeto-objeto-contexto no solo es indisoluble sino que la interrelación entre las tres
categorías crea una red de causalidad recursiva: lo que ocurra en cualquiera de ellas
se reflejará necesariamente en las otras dos.
A pesar del incremento en el conocimiento científico de la respuesta placebo como
resultado de las investigaciones en la última década, la aplicación de este conocimiento
en la práctica clínica ha sido pobre. Entre los estudiosos del placebo parece existir un
consenso en cuanto a considerar "efecto placebo" como una clase heterogénea de
eventos psicobiológicos atribuibles al contexto terapéutico general, 34,37,41,45 que pueden
actuar tanto en sentido positivo como negativo, el efecto nocebo- y que son
independientes de la presencia o no de una sustancia inerte en la intervención. Estas
investigaciones han revelado algunos hallazgos que sacuden los basamentos
metodológicos de los ECC y generan dudas razonables sobre la evidencia proveniente
de la Medicina Experimental.
El comportamiento superior al placebo es considerado el requerimiento mínimo para la
validación de un procedimiento terapéutico farmacológico o no farmacológico. 41 El
estudio comparativo se basa en la estimación de la verdadera respuesta de la terapia
bajo ensayo por sustracción de la respuesta placebo. Para ello se asume que el tamaño
de la respuesta placebo en ambos grupos es similar. Sin embargo, se ha encontrado
una menor expectativa en recibir el tratamiento activo en los ECC en comparación con
la clínica de rutina. La mayoría de los metanálisis ignora esto, y en su lugar procesa
varios grupos de droga contra el mismo placebo sin hacer ajustes para la probabilidad
de recibir el tratamiento activo.38 Además, los factores de contexto no solo tienen
efectos directos, sino que también interactúan con los efectos específicos, tanto
incrementando como disminuyendo las diferencias entre el tratamiento activo y el
placebo.40 Se ha encontrado diferencias en el tamaño del efecto del mismo placebo en
diferentes países y sugerido además, una influencia cultural dentro del contexto, 39 lo
que atenta contra la homogeneidad de las respuestas en los ensayos clínicos
multicentro. Los efectos placebo suelen ser mayores cuando los pacientes no son
informados de que van a recibir una intervención placebo, mientras que la información
sobre efectos colaterales adversos suele inducir efectos nocebo. 41 Los análisis de
metarregresión han mostrado asociaciones positivas entre la magnitud del efecto
placebo y las intervenciones placebo físicas, tales como la falsa acupuntura, así como
un mayor tamaño del efecto si fue informado por el paciente y uno menor si fue
registrado por el investigador.45 En conclusión, los ensayos contra placebo parecen no
ser buenos estimadores del tamaño de la respuesta de las intervenciones bajo ensayo,
la cual puede ser tanto sobre como subestimada. Por tanto, existen razones para
dudar que la respuesta a un tratamiento en los ensayos contra placebo pueda ser
tomada como predictora de los efectos del mismo tratamiento en la práctica clínica.
Walach hace otro razonamiento que complica el valor heurístico de los ECC. Estos
incluyen solamente a los pacientes que aceptan ser aleatorizados debido a su no
preferencia por un tratamiento en específico o bien aquellos que aceptan delegar la
decisión a un cuerpo médico o a un sistema computarizado. Estos pacientes
constituyen un subgrupo diferente a aquellos con actitudes, creencias y niveles más
definidos de responsabilidad respecto a su salud. Las intervenciones complejas,
provistas de significado para el paciente, tales como los tratamientos tradicionales, son
reducidas a meras sombras cuando son desprovistas de significado, lo cual ocurre en
pacientes que no tienen una preferencia de elección.34
Ante las limitaciones teórico metodológicas de los ECC, algunos autores proponen
complementar las evaluaciones contra placebo comparando con la no intervención o
con un tratamiento probado.39,41 Walach y otros proponen un modelo circular, no
jerárquico, para reconstruir las bases de la evidencia, donde las circunstancias, el
contexto, la opción de los pacientes y el significado que tiene la intervención para el
paciente, así como los intereses de los médicos asistenciales, de los investigadores y
de los reguladores, tienen el mismo nivel de jerarquía.46 Finalmente, se aboga porque
el paradigma basado en la evidencia sea reconceptualizado para aceptar no solo la
evidencia de las revisiones sistemáticas de los ECC sino también la de estudios que
incorporan patrones de creencia sociocultural irreductibles, cruciales para el proceso
terapéutico.8
Resulta curioso cómo terapias de la MNT que han sido invocadas por médicos clínicos
como eficaces durante un número de años, son finalmente vetadas por la MBE por no
haber salvado la rigurosa prueba del modelo. Esta contradicción revela la
incongruencia aún mayor entre la Medicina Clínica y la Experimental, entre el método
clínico y el epidemiológico, que va más allá de la presunta eficacia terapéutica de tal o
cual modalidad de la MNT. Al decir de Kaptchuk en 1998: "la intervención médica fue
sólo científicamente aceptable si fue superior a placebo. Ya no bastó con que
funcionara: debió ser mejor que placebo. Por primera vez en la historia, el método se
volvió más importante que el resultado".8
Moreno señala que la diferencia entre los enfoques epidemiológico y clínico -diferencias
entre lo universal y lo singular- es la razón por la que los cultores de la evidencia, para
los que todo lo que sea clínica es un anecdotario o fabulario de escaso valor, han
fallado, por incomprensión, en el análisis de tres aspectos básicos del método clínico:
el valor de la experiencia personal de los médicos, la individualización del paciente y la
incertidumbre de la ciencia clínica.25
Ramis avizora el peligro de la Epidemiología Clínica como ideología científica centrada
en el poder de la información, de las tecnologías y en el valor supremo de las
estadísticas probabilísticas, terreno en el que el ensayo clínico es considerado la
excelencia en la investigación científica, estigmatiza al resto de las investigaciones
científicas y sobrevalora excesivamente la investigación experimental.27
Las intervenciones en MNT rara vez emplean una sola modalidad o recurso terapéutico,
debido al interés por potenciar las posibilidades de sanación del paciente, a la
búsqueda de efectos sinérgicos y a la baja presentación de interacciones
medicamentosas. Se destina tiempo y esfuerzo a identificar intervenciones en el estilo
de vida que puedan prevenir las enfermedades o al menos a reducir la progresión de
una condición crónica establecida teniendo en cuenta las preferencias, aptitudes y
condiciones de vida de los pacientes. Debido a esto resulta difícil, cuando no imposible,
delimitar hasta qué punto una modalidad en específico fue eficaz en un caso
determinado.
Una aplicación acrítica de la metodología de los ensayos clínicos aleatorizados a todas
las intervenciones de la MNT, como se ha argumentado, 8 sería contraproducente para
la práctica clínica. Las modalidades que tienen su propio sistema de diagnóstico
clasifican a sus pacientes de acuerdo con una taxonomía diferente. Por consiguiente,
no habrá una correspondencia entre enfermedades, síndromes y tratamientos de
elección, con los correspondientes de la Medicina Convencional, ni necesariamente una
intervención estándar para tratar una dolencia dada, lo cual ha sido argumentado
por Díaz Mastellari.26 Pero aun así, no apreciamos retos insalvables para la evaluación
comparativa entre los procedimientos terapéuticos de las modalidades de la MNT y los
de la Medicina Convencional: solo se requeriría como principio, el respeto por el
diagnóstico tradicional y por la decisión terapéutica tomada. De esta manera, no se
evaluarían terapias específicas contra enfermedades específicas, sino intervenciones
donde el método, las terapias y el propio paciente se encuentran imbricados
inextricablemente. Tal vez para ello sea preciso adecuar el método al objeto de estudio
particular, lo cual estaría en concordancia no solo con las atinadas sugerencias de Díaz
Mastellari, sino también con las de los clásicos del marxismo.26,47
Las razones apuntadas sugieren que la asimilación selectiva por la Medicina
Convencional de las modalidades terapéuticas de la MNT, sí y solo si cumplen con los
criterios de aceptación de la metodología clásica de la MBE, puede no ser la estrategia
más adecuada para el proceso de integración entre ambas.
MÉTODO CIENTÍFICO E INTEGRACIÓN DE AMBAS MEDICINAS
De acuerdo con Artiles, el método científico es teórico en su inicio y conclusivo, porque
para observar la realidad y descubrir o plantear problemas, lo hace dentro de un marco
teórico conocido. Además, es analítico-sintético, donde los procesos de análisis o
descomposición de la realidad en sus elementos constitutivos se alternan con los de
síntesis o recomposición de las partes analizadas para obtener una visión enriquecida
del objeto. Finalmente, es reflexivo pero no rígido, lo cual le permite ser flexible dentro
de ciertos límites para responder adaptativamente a los cambios producidos. 48
La teoría se inserta en un determinado paradigma, que es el sistema de pautas a las
cuales debe circunscribirse la comunidad de científicos que comparten sus
postulados. Artiles expone la existencia de un paradigma positivista, de carácter
racionalista y cuantitativo, que pretende explicar y predecir hechos a partir de
relaciones causa-efecto en condiciones objetivas, y otro paradigma interpretativo o
hermenéutico, de carácter naturalista y cualitativo, que pretende comprender e
interpretar la realidad, los significados y las intenciones de las personas. 48 La
Biomedicina, con un desarrollo explosivo a raíz de los descubrimientos de la segunda
mitad del siglo
XX
se inserta en el primer caso, mientras que la MNT, cuyas primeras
manifestaciones comenzaron a nacer desde la edad antigua, resulta afín al segundo.
Por tanto, podríamos sugerir que la polémica citada por Rojas Ochoa,9 corresponde con
un encuentro entre paradigmas que pugnan por resaltar la validez de sus argumentos.
Algunas reflexiones recientes revelan la necesidad de sobrepasar una etapa de
hegemonía teórico-metodológica de la Biomedicina dentro del resto de la Medicina, y
de al mismo tiempo, darle el lugar que les corresponde a otras concepciones.17,49
El pensamiento moderno adoptó un marco referencial único, estableció un cosmos fijo
regido por las inmutables "leyes" de la naturaleza que podía ser observado desde
afuera por un sujeto -el científico objetivo- al que se supone capaz de conocer un
objeto radicalmente independiente de sí. Desde luego que no es esta la única forma
posible de experimentar el mundo, ni de narrar nuestra experiencia, pero es la que
está implícita en los modelos regidos por el principio de simplicidad y por la lógica
clásica, que han sido los modelos hegemónicos dominantes del pensamiento occidental
en los últimos siglos.17
Núñez Jover, analista de las ciencias y los problemas sociales de la salud, expresa que
el enfoque social que se viene abriendo paso representa una opción radicalmente
distinta a la tradición positivista, que centra su atención en el sistema de
conocimientos formado, se interesa por la verdad y la busca en la coherencia lógica del
lenguaje científico, y se considera sólo si se refiere a hechos comprobables. De la
opción positivista se deriva un campo de análisis filosófico reducido: el estudio del
procedimiento de comprobación de los fenómenos, la formalización de las teorías
científicas mediante la lógica matemática y la delimitación del lenguaje científico de
otras expresiones lingüísticas. Se propone superar la clásica visión mecanicista y
reduccionista de la metodología científica más extendida, que aborda la realidad a
través de modelos mecanicistas e hiperespecializados que le impiden lidiar con la
complejidad.50 La política cubana de salud como elemento de la política social y
científica, está generando oportunidades para establecer una dinámica alternativa de la
exploración de conocimiento en salud, más cercana a las necesidades y los valores
sociales contextuales, que necesita énfasis en las capacidades de autorreflexión, de
repensarse a sí misma, un vehículo importante en la relación ciencia-cultura.51
La investigación científica sobre los sistemas complejos, autoconscientes, plantea entre
otras, la necesidad de reconocer y respetar una pluralidad de percepciones o
perspectivas, aun cuando no se consideren igualmente válidas.44 Por su
parte, Ilizástigui sostiene que el método debe basarse en la hermenéutica integral de
lo biológico y lo humano, que permita alcanzar una apreciación holística por métodos
cuantitativos y cualitativos, tanto en el individuo como en la colectividad para lograr
una mejor comprensión de un fenómeno.12
Stange señala enfoques para el mejoramiento de la salud que evolucionan de las
teorías sociológicas, de las ciencias médicas y de las humanistas, que consideran la
salud como una meta personal en la cual la enfermedad puede coexistir con la salud y
reconocen a las personas como totalidades complejas, conectadas con sus dimensiones
físicas y espirituales.52
Schwartz y Russek plantean que tal vez toda la investigación médica está enredada en
una dificultad parte/todo, tocando solo una parte de un todo que esencialmente
permanece sin ser visto.22 La tendencia humana a simplificar los problemas,
enfocándolos en sus componentes fácilmente conceptualizables y medibles, puede
conducirnos a actuar sobre vías que pasen por alto aquello que nos parece claro
cuando se adquiere una perspectiva más amplia.31
El predominio de los procesos analíticos sobre los sintéticos ha conducido incluso a la
disyunción conceptual entre el cuerpo y la mente, donde la incidencia de los
fenómenos subjetivos sobre el estado de salud suele pasar cuando menos a un
segundo plano y cuando más es considerada irrelevante. La complementariedad entre
holismo y reduccionismo apuntada anteriormente, sugiere una complementariedad
correlativa entre medicinas convencionales y no convencionales.
Engel avizoró que la crisis mayor en la Medicina Convencional reside en el modelo de
salud centrado en la enfermedad, ya inadecuado para las labores científicas y las
responsabilidades sociales de la Medicina y la Psiquiatría.53 No obstante, su modelo
biopsicosocial de la salud -revolucionario en su momento- se plantea superable por la
Estructura de Salud Global, una perspectiva conceptual integradora que considera la
salud humana no ya como la suma acumulativa de factores medibles vinculados
causalmente, sino como un fenómeno complejo que emerge y trasciende sus partes
separadas.54 Esta perspectiva revierte la dificultad intelectual de imaginar la salud
holística conjuntamente con los procesos de la enfermedad. Su abordaje es
transdisciplinar, lo cual permite integrar los saberes de las disciplinas médicas,
incluidas los de las medicinas complementarias y alternativas.
Lo antes planteado sugiere que el método científico no está reñido con la presencia ni
con la pertinencia de la MNT en el sistema de salud cubano. La MNT viene a compensar
el desbalance producido por un predominio hegemónico de las concepciones
puramente biomédicas, mediante la aplicación de conocimientos de amplio espectro
sobre la salud humana, algunos de ellos ancestrales, otros novedosos, pero todos en
evolución y filtrados por una formación previa en Medicina Convencional, heredera de
una Escuela Cubana de Medicina, reconocida en el mundo tanto por su capacidad de
mantener elevados índices de salud como por la entrega de sus profesionales. La
integración de ambas formas de concebir al ser humano y al proceso salud
enfermedad, se produce primeramente en la conciencia y en la subjetividad de estos
profesionales, que a juicio del autor, están mejor preparados para enfrentar los
problemas contemporáneos de salud que aquellos sin formación en MNT.24 La
integración con todo el sistema de salud es un proceso gradual que ya ha comenzado y
que terminará por complementar ambas medicinas no solo en el ámbito de la
terapéutica sino más profundamente, en el teórico filosófico. Para ello será preciso
abandonar posturas sectarias y trabajar en común para despejar incógnitas y allanar el
camino a las nuevas generaciones de compatriotas.
CONSIDERACIONES FINALES
La MNT es la expresión en Cuba de sistemas médicos tradicionales y terapias que
emplean productos naturales o que inducen la compensación endógena de las
dolencias humanas, con un abordaje holístico y una concepción del mundo sistémica,
tan basada en las ciencias contemporáneas como la biomedicina, que tiene un
abordaje reduccionista y una concepción del mundo simplificada. Ambos abordajes son
complementarios y válidos en sus respectivos dominios de la realidad.
El método empleado para la validación de la eficacia terapéutica, tanto de la medicina
natural como de la convencional, no es universalmente aceptado. Es en cambio un
método en franco proceso de evolución y de negación dialéctica, y existen propuestas
concretas para desarrollar métodos alternativos y perfeccionar la obtención de
evidencias.
La integración entre la MNT y la Medicina Convencional en el sistema de salud cubano,
no debiera concretarse únicamente a la validación de cada modalidad terapéutica en
ensayos clínicos controlados con placebo, mucho menos sin haberse comprobado su
equivalencia con la terapéutica convencional. En todo caso debieran respetarse los
procedimientos y principios de cada modalidad prescrita.
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Recibido: 17 de noviembre de 2012.
Aprobado: 28 de diciembre de 2012.
Jorge Daniel García Salman. Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. Ave. 25 y
146, Cubanacán, Playa 11300. La Habana, Cuba.
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