UNIVERSIDAD DE NAVARRA Facultades Eclesiásticas Licenciatura en Derecho Canónico I semestre Profesor: D. JOSÉ BERNAL PASCUAL Trabajo: Síntesis del libro “La pena canónica en la iglesia primitiva” - Juan Arias Gómez- Presenta: Pbro. Oscar Danilo Cruz Zacarías Miércoles, 03 de noviembre de 2021 1 Al inicio de este trabajo cabe hacernos la pregunta: ¿Puede existir una sociedad sin derecho? La respuesta es no. Pues el Derecho es la expresión del deber ser de la vida social de un pueblo. De esto se sigue que estudiar la historia del Derecho, específicamente del Derecho Canónico, es una labor laudable de toda persona que ame el derecho. El presente trabajo es una síntesis de la obra de Juan Arias Gómez: “LA PENA CANONICA EN LA IGLESIA PRIMITIVA, estudio histórico-doctrinal del nuevo testamento y de los Padres Apostólicos.” El esquema que rige este trabajo es introducción, dos capítulos cada uno dividido en subtemas y la conclusión: - Introducción - Capitulo I: aborda el Nuevo Testamento - Capitulo II: Didaché y Padres Apostólicos - Conclusión: recoge las ideas a las que ha llegado. 2 INTRODUCCION El Derecho es un subproducto del devenir de la Historia. En la Iglesia existe una tendencia a suprimir el Derecho ¿Estamos acaso ante penadores positivistas? Es un error no concebir a la Iglesia como una sociedad visible con potestad y deber de promulgar leyes (definición acuñada por Pablo VI). La Iglesia está compuesta de dos elementos: HUMANO Y DIVINO. Constituida y ordenada como una sociedad. El Derecho es fundamento natural de la Iglesia y constituye su recto ordenamiento. Sin Derecho irrumpirían en Ella la perturbación, la confusión y toda arbitrariedad. El Derecho es defensor de las exigencias fundamentales de la vida de la Iglesia, las derivadas de las componentes de la unidad: Fe y costumbre, y régimen. El derecho es, por naturaleza, un elemento conservador y también por naturaleza, le corresponde poseer en alto grado el' sentido de la justicia y la preocupación de que esa justicia llegue a ser una realidad. En los primeros siglos el poder coactivo de la Iglesia -penas- fue un instrumento eficaz para defender la Unidad. CAPÍTULO I: SANCIÓN PENAL EN EL NUEVO TESTAMENTO Analizaremos tres casos, a saber: Mateo, Pablo y Juan. La información recogida corresponde a la ciencia jurídica. El caso Mateo trata de la potestad de gobernar. El caso Pablo aborda problemas que afectan la unidad de la iglesia: el delito de concubinato incestuoso (Corinto) -moral-, desorden -ociosos (Tesalónica) y el modo de Gobernar (Tito y Timoteo). El caso joánico trata temas que atentan contra la integridad de la fe. ¿Qué datos encontramos para nuestro estudio en estos casos? 3 Los apóstoles han recibido un verdadero poder jurisdiccional que los constituye en TITULARES de la función de gobernar (RECTORES y TUTORES de la vida jurídica). La potestad recibida es una obligación jurídica. Pero, ¿dónde ejercerla? La jerarquía la ejerce en la Iglesia, que como en toda sociedad los derechos tienen una dimensión externa y social y son exigibles jurídicamente. Para la sociedad eclesial el Obispo es titular de un poder recibido directamente de Jesucristo, con la misión de edificar la Iglesia. El Obispo posee una potestad jurisdiccional. Una sociedad no está exenta de que el orden se vea afectado por los delitos de ciertos individuos. Para eso la sociedad debe tener un órgano que tipifique los delitos, hablamos de un procedimiento jurídico. En el caso de la sociedad eclesial es poseedora de unos intereses fundamentales y son afectados por comportamientos que conlleve la violación culpable de las normas que le protegen; en los albores de la iglesia en todos los casos se ve un denominador común a la hora de hacer un proceso jurídico con respecto al delincuente: iba de lo privado a lo público, exigía la autoridad competente el Obispo (solo a él podía confirmar dando fuerza jurídica con un acto constitutivo), finalmente, social y jurídicamente el individuo era un ser nuevo. Para las comunidades eclesiales de los primeros siglos el requisito esencial de un acto jurídico es la pertenencia del delincuente de la pena a la sociedad eclesial. Para imponer una pena era necesaria la actitud contumaz. La sanción como tal era vista como privación de unos derechos subjetivos y era con mira de proteger, defender la unidad de la iglesia. En vocablo jurídico es: GUARDAR EL DERECHO FUNDAMENTAL PRIMARIO. La pena de excomunión, total y plena, radica en la actitud existencial del delincuente (el sujeto por el mismo acto se expulsaba). 4 CAPITULO II: LA SANCION PENAL EN LA NORMA DE LA DIDACHE Y EN LA DOCTRINA DE LOS PADRES APOSTOLICOS Para el autor de la Didaché los delitos constituyen una relación de justicia social y se concebía a partir de acciones externa y voluntarias que atentaban contra los intereses internos fundamentales de la Iglesia, al cual se le aplicaba una sanción. Pone su énfasis en la autoridad jerárquica como gestora de penas y sanciones. Las recomendaciones que da San Clemente Romano a la comunidad es que la Iglesia debe guardar su estructura organizativa fundamental. Por lo tanto, la jerarquía es una exigencia disciplinar y voluntad expresa de su fundador. Por eso los delitos representaban un desgarramiento a la unidad de la iglesia. En termino jurídico afirmamos que el elemento objetivo del delictuoso es destruir la unidad de la Iglesia y el elemento subjetivo es la actitud maliciosa y contumaz. El contenido jurídico aquí es: la sanción penal es impuesta por la jerarquía en comunión con la comunidad eclesial. San Ignacio de Antioquia tienes claro que en el orden jerárquico el obispo es la cabeza y el presbiterio representa al senado -jurídicamente-. El instrumento jurídico es defensor del interés jurídico fundamental para la existencia de una sociedad; por eso, el objeto directo de la pena es la DEFENSA. Los efectos de la sanción tenían finalidad jurídica de enmienda. Los siguientes escritos sometidos a estudios: san Policarpo, epístola de Bernabé y Pastor de Hermas mantienen la tipología básica de delito eclesiales. El obispo es la autoridad legítima de un acto oficial de imposición. Por derecho y obligación el Pastor debe vigilar y defender de quienes intentan dañar a la comunidad, sea por ideas erradas, a si como desordenes morales y de los que atentan contra la potestad de régimen. 5 Conclusiones El autor recoge de manera ordenada todo lo que en materia se refiere al derecho penal canónico. Es decir, todo aquello que la iglesia a lo largo de su existencia ha utilizado para defender su derecho fundamental primario y mantener la santidad, propia de ella, a través de la salvación de sus miembros. Anotaciones El trabajo monográfico que hace el autor de un tema de tal extensión no es fácil por tratarse de criterios de selección, se corre el riesgo de no cumplir con el cometido. Sin embargo, al hacer la lectura nos damos cuenta como el autor trata de llevarnos por un recorrido a las distintas etapas y problemáticas que la Iglesia sufrió en sus orígenes. Inmediatamente nos damos cuenta que el autor presenta un esquema seriamente pensado y merecedor de reconocimiento por hacer al lector una lectura que no se ve descontinuada a pesar de que cada caso representa una sociedad, geográficamente, distante. Como un buen maestro va entresacando las ideas de interés del tema a tratar. Así, por ejemplo, nos hace ver claramente como la Iglesia, en cuanto sociedad visible, desde sus orígenes ha tomado conciencia de ser poseedora de unos bienes fundamentales que debe custodiar. El autor inserta en la vida de la comunidad el Derecho y de ese modo la comunidad cuenta con un instrumento rector. Es así como el presente estudio puede arrojarnos materia para la ciencia jurídica. Encuentra en cada comunidad el tutelar de la potestad jurisdiccional: el Obispo (atar y desatar). A la vez que el actuar delictuoso de los individuos los presenta como delitos. Finalmente, a pesar de que en sus orígenes la Iglesia no tenía la conciencia como se tiene ahora del Derecho goza de un procedimiento jurídico capaz de dar sanciones a quien quebrante la norma. 6