Subido por Fernando Correa

2 TÉCNICAS COGNITIVAS PARA LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA

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TÉCNICAS COGNITIVAS PARA LA MODIFICACIÓN DE
CONDUCTA
El refuerzo positivo encubierto
Si se induce a un sujeto a imaginar una conducta y ésta se asocia
a estímulos agradables o desagradables, también imaginativos,
dicha conducta se incrementará o disminuirá, respectivamente,
en la realidad.
En el caso del refuerzo positivo encubierto se hace imaginar al
alumno una escena en la que se produzca la respuesta a
sensibilizar, e inmediatamente se asocia a otra escena imaginaria
gratificante para él.
Esta ejercitación se repite varias veces al día hasta que el sujeto
va adquiriendo en su vida normal la respuesta adecuada.
Un problema de falta de interés hacia el estudio, por falta de
sensibilización, puede ser tratado haciendo imaginar al alumno
que, a su llegada a casa, y tras merendar, se pone
inmediatamente a estudiar con verdadero interés y se asocia
inmediatamente con el pensamiento de que sus padres le hacen
el regalo que desea por sus buenas notas. Si en este caso la falta
de interés hacia el estudio era como consecuencia de un exceso
de atracción hacia la televisión, previamente habría que
desensibilizar este hábito inadecuado.
El refuerzo negativo encubierto
En el caso del refuerzo negativo encubierto, la respuesta que se
pretende incrementar se asocia con el cese de un estímulo
imaginario desagradable o aversivo para el alumno. En vez de
proporcionar algo agradable, como ocurre en el caso del refuerzo
positivo encubierto, lo que se hace es eliminar imaginariamente
algo que era desagradable para el sujeto.
De esta manera el paciente experimenta un alivio o, lo que es lo
mismo, siente una sensación agradable.
La técnica consiste en imaginar inicialmente la situación o escena
que es desagradable al sujeto; después el alumno vive en su
imaginación la realización de la conducta deseada, e
inmediatamente siente imaginariamente que cesa el estímulo
desagradable inicial. Dicha asociación debe reiterarse varias
veces (entre 10/12 veces) durante varios días, hasta que se
modifique la conducta real.
El refuerzo negativo encubierto está indicado cuando no es
posible proporcionar el refuerzo positivo encubierto y,
especialmente, en casos de conducta desadaptada y temores.
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Supongamos una conducta de falta de atención en clase. Puede
iniciarse la imaginación del estímulo aversivo que en este caso
consistirá en la escena del profesor leyendo en alto en clase los
nombres de los alumnos que menos interés han demostrado
durante la 1ª evaluación, entre los cuales figura el interesado. Se
continúa imaginando lo que el alumno debe realizar y cómo debe
estar durante la clase. Se termina imaginando la escena inicial en
la que el profesor cita los nombres de los peores alumnos, pero
sin incluir al suyo.
El autocontrol
En esta técnica el alumno se propone determinados objetivos en
su conducta, los cuales debe realizar periódicamente, llevando a
cabo su seguimiento, evaluación y reforzamiento.
Puede ser empleada como elemento de terapia por sí misma o
bien como medio de apoyo a otras técnicas. Constituye una
técnica base imprescindible para lograr resultados eficaces, ya
que mediante ella el sujeto se acostumbra a observarse, lo que
hace con arreglo a unas pautas que previamente se ha propuesto,
reforzándose su nivel de aspiración cada vez que las ejecuta
correctamente. Constituye un refuerzo constante de su fuerza de
voluntad, junto al seguimiento de su actitud a lo largo de un
proceso.
Es utilizada a veces como medio para conocer la línea base en
relación con un problema, es decir, la frecuencia o incidencia del
mismo durante un período de tiempo. Otras veces constituye el
punto de partida o de apoyo a otras terapias.
En la práctica consiste en que el alumno se propone pequeños
objetivos en relación con su trabajo o su forma de actuar en
determinadas circunstancias, permaneciendo atento a su
conducta para poder evaluarla al final de cada día y estableciendo
expectativas para el siguiente. Todo ello hace que poco a poco
vaya siendo más consciente y responsable de sus actos,
ilusionándose por sus progresos y modificando su actitud.
La autosugestión
Es una técnica apropiada para alumnos inestables,
impresionables, con bajo control emocional o faltos de fuerza de
voluntad.
El sujeto repite varias veces al día frases que le proporcionan
confianza y seguridad en orden a su actuación deseada. Esta
reiteración llega a sugestionarle, llevándole al convencimiento de
que es capaz de lograr lo que se propone realizar, y además lo
hará bien.
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Terapia asertiva
Algunos sujetos presentan dificultad por manifestar sus
sentimientos, bien por timidez, prevención o complejo de
inferioridad. Ello puede constituir en determinados casos, un
grave perjuicio para su vida de relación social y el desarrollo
evolutivo de su personalidad. A fin de modificar su actitud de
forma adecuada se utiliza la terapia asertiva, que consiste en
estimular al sujeto a que manifieste verbalmente sus emociones
y sentimientos con toda libertad.
La modalidad más frecuentemente empleada es la del ensayo de
conducta o psicodrama, en la que el sujeto practica la actuación
a desarrollar en diversas circunstancias. Posteriormente se fija
determinados objetivos asertivos, vigilando su actuación diaria y
evaluándola. Sus pequeños triunfos constituyen refuerzos que
van consolidando poco a poco su actitud.
Terapia cognitiva
El sujeto verbaliza la conducta que desea realizar, posteriormente
la verbaliza al tiempo que la ejecuta. Cuando este último proceso
lo realiza correctamente recibe la aprobación del terapeuta a
modo de refuerzo.
Otra forma de actuar en los procesos cognitivos consiste en la
solución de problemas, técnica mediante la cual se hace que el
sujeto piense y exprese en voz alta cómo debe conducirse ante
una situación determinada, así como las consecuencias
beneficiosas que se derivarán de ello.
La terapia cognitiva ofrece buenas posibilidades en el campo
educativo, especialmente en niveles iniciales y medios, ya que
constituye un medio para sistematizar los procesos de actuación
de la persona.
Modelado encubierto
En esta técnica se hace imaginar al sujeto la conducta deseable,
así como las consecuencias favorables que provoca en los
demás. Se reitera dos o tres veces al día hasta que el sujeto se
siente capaz de ponerla en práctica en su vida normal.
Puede combinarse con aserción, imaginando la reacción de los
demás ante una adecuada actuación del sujeto.
La relajación
Mediante esta técnica se actúa sobre los diversos músculos del
cuerpo para lograr su total distensión.
La tensión muscular y la tensión psíquica guardan cierta relación,
de tal forma que una excesiva tensión muscular en determinadas
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zonas corporales puede provocar también tensión psíquica o
incluso dolor. De la misma manera, la distensión muscular
favorece la distensión psíquica, creando una situación placentera
y reconfortante.
Para lograr la relajación muscular completa se parte de la posición
de sentado en un sillón; la cabeza recostada en el respaldo; los
brazos apoyados de forma que la palma de la mano quede hacia
abajo descansando sobre las piernas; las rodillas flexionadas y la
planta de los pies en contacto con el suelo.
Desde esta posición inicial puede procederse así:
Con los ojos entornados, se cierra el puño derecho con fuerza,
notan do la tensión en el brazo; se permanece unos segundos
haciendo tensión; se abre la mano distendiéndola totalmente,
experimentando una sensación de alivio y relajación. Se hace lo
mismo con el puño izquierdo.
Se flexiona por el codo uno de los brazos; notar la tensión en el
bíceps; se mantiene la posición unos segundos; distender a
continuación el brazo hasta que la palma de la mano descanse
sobre el mismo hacia arriba; notar la distensión, al tiempo que se
piensa lo agradablemente distendido que se siente. Hacer lo
mismo con el otro brazo.
Después hacer lo mismo con cada una de las piernas: se eleva y
dobla por la rodilla mientras se actúa con tensión en sus músculos
durante unos segundos. A continuación, retornar a la posición
inicial, apreciando la distensión y descansando plácidamente al
tiempo que se piensa en lo relajado que se está.
Cuando se ha logrado la relajación de brazos y piernas
correctamente se pasa a la cabeza; se tensa y distiende
sucesivamente la frente, las cejas, los ojos, la boca y las
mandíbulas. Tras la distensión descansa brevemente notando el
alivio.
Se pasa al cuello, tensando los músculos y distensándolos los
hombros; la espalda. En cada uno se hace lo mismo,
descansando tras la distensión.
Después se pasa a inspirar profundamente aire en los pulmones,
manteniéndolo unos segundos y expulsándolo después suave y
profundamente, al tiempo que se descansa plácidamente.
Se descansa unos segundos totalmente relajado, sintiendo la
propia respiración.
Se termina cada sesión flexionando el brazo varias veces con
energía al tiempo que se respira profundamente dos o tres veces.
Se abren los ojos y se habla.
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Desensibilización sistemática
Si logramos que una respuesta antagónica a la de angustia se
produzca junto a estímulos que provocan ansiedad, disminuirá la
relación entre estos estímulos y su reacción de angustia. La
intensidad de la respuesta de angustia a dicho estímulo va
haciéndose cada vez menor, hasta llegar a desaparecer por
completo.
El proceso de la desensibilización sistemática tiene los siguientes
pasos:
.Detección de la clase de temor o angustia, e intensidad que
provoca.
.Categorías a desensibilizar y su jerarquización.
.Determinación del plan de tratamiento a seguir.
.Entrenamiento en la relajación profunda.
.Sesiones de tratamiento.
En ambientes escolares la detección de los temores o grado de
angustia se puede realizar bien por medio de una entrevista con
la familia y el alumno, por la aplicación de cuestionarios
apropiados o por un sistema mixto.
Las jerarquías a desensibilizar se eligen en orden inverso al grado
de angustia o temor que producen, de tal forma que
empezaremos por aquella que menos ansiedad suscite; después
pasaremos la siguiente, y por último llegaremos a la que más
ansiedad provoque. La determinación de este orden dentro de las
jerarquías constituye un aspecto importante y decisivo. Una vez
elaborado el orden de actuación de las diferentes jerarquías se
determinará el plan de actuación, que incluye:
.Iniciación en la relajación muscular profunda.
.Desarrollo de la primera sesión.
.Sesiones sucesivas de tratamiento.
En la primera sesión se procederá así:
-Se inicia con la práctica de la relajación muscular profunda.
-Se le hace imaginar la categoría inferior a desensibilizar, de
manera que no llegue a producir inquietud o angustia.
-Cuando se llega al momento de mayor ansiedad de la categoría
se le pide que se relaje completamente, al igual que se hizo al
comienzo de la sesión.
-Se vuelve a pensar o imaginar en la jerarquía de ansiedad y al
llegar el momento de mayor intensidad se le pide que se relaje
completamente.
-Una vez relajado, y tras haber imaginado el pensamiento último
sin llegar a sentir ansiedad, se le cita para la próxima sesión.
La sesión siguiente se inicia con el pensamiento o imaginación de
la jerarquía de ansiedad sucesiva, o que produce inmediatamente
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más ansiedad, procediéndose a relajarle en el momento de mayor
intensidad. Volviéndose a repetir y, si hay tiempo para ello, se
pasa a la siguiente jerarquía o se le cita para la nueva sesión.
La desensibilización sistemática está aconsejada para el
tratamiento en los siguientes casos:
.Fobias y temores escolares
.Náuseas y mareos
.Incomunicación familiar
.Relaciones interpersonales
.Ansiedad en general
El castigo encubierto
Si imaginamos la conducta que se pretende eliminar, asociándola
inmediatamente con la imaginación de una situación aversiva o
desagradable, dicha conducta se irá reduciendo en la realidad.
En la práctica se hace que el sujeto imagine la conducta
desadaptativa y a continuación haga lo mismo con una situación
que para él resulte molesta o desagradable. Esta asociación se
repite varias veces al día, pudiendo variarse la escena o situación
desagradable a fin de evitar monotonía.
Esta técnica es muy útil cuando la conducta a desensibilizar está
muy arraigada y requiere actuaciones contundentes.
Casos como robos, mentiras, violencia y en general conductas
recias al cambio pueden requerir esta técnica.
El autocastigo
Consiste en que el sujeto preste atención a su conducta y
siempre que aprecie que se ha producido la conducta
desadaptativa, o que se quiere modificar, se aplique algo molesto
o desagradable para él, previamente estipulado.
Un control adecuado y diario de las veces que se produce el acto
a modificar y aquéllas en las que el sujeto se ha aplicado el
autocastigo, contribuye a disminuir su repetición, hasta su total
desaparición.
Es una técnica aplicable en aquellos casos en los que el alumno
no sea capaz de imaginar el castigo encubierto.
La inundación emocional
Denominada también terapia implosivo-expresiva, se basa
esta técnica en la respuesta emotiva que el organismo puede dar
a un estímulo neutro cuando se asocia a este último un estímulo
aversivo, En ella se expone al alumno a estímulos que le
provocan un elevado grado de angustia. Ante esta emoción, el
alumno expresa verbalmente el sentimiento angustioso que le
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produce, de lo cual se sigue una disminución de la intensidad del
mismo.
Se sigue este proceso:
.Se enseña al alumno a suspirar rítmicamente, permaneciendo
unos minutos realizando dicho ejercicio.
.Se le instiga a que verbalice la emoción o el temor que le
preocupa, poniendo de manifiesto los motivos de su angustia.
.En otra sesión el psicólogo le presenta una escena global con
sus preocupaciones, que le provoque un intenso grado de
angustia, haciendo que se produzca una explosión verbal de sus
sentimientos.
.Se repite la escena hasta que el alumno acepte sin temor, incluso
con sensación de bienestar, la emoción. De esta manera se irá
extinguiendo su temor al dominar la situación emotiva de forma
apropiada.
Con la terapia implosivo-expresiva o de inundación emocional
pueden tratarse, entre otros, los siguientes problemas:
.Temores.
.Obsesiones.
.Negación al alimento.
.Intentos de fuga y ausencias del domicilio.
Terapia racional emotiva
.Se hace que el alumno analice la situación que le preocupa o
perturba, expresándose verbalmente ante el psicólogo
.El psicólogo le conduce con arreglo a su circunstancia particular
hacia una situación que le provoque angustia.
.Esta percepción le conduce a sentir su actuación errónea o, al
menos, irresponsable, contribuyendo a que su conducta se
debilite al comprobar lo perturbadora que puede ser para él, caso
de continuar así.
La terapia racional emotiva está indicada en los siguientes casos:
.Negación al estudio o trabajo escolar
.Exceso de intervencionismo en clase.
.Pereza mental.
.Mínimo aceptable.
.Falta de interés por el trabajo
.Perturbación en clase.
.Agotamiento por exceso de actividades o estudio.
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Psicología clínica
Artículo revisado
por nuestro equipo editorial
Las 10 técnicas cognitivo-conductuales más utilizadas
El enfoque cognitivo-conductual es uno de los más eficaces, y tiene diferentes formas de
aplicación.
Oscar Castillero Mimenza
Oscar Castillero Mimenza
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La búsqueda de diferentes maneras para ayudar a las personas a gestionar y afrontar diferentes
problemas psicológicos y conductuales es una constante de la psicología. A lo largo de la
relativamente corta historia de esta disciplina, diferentes personas y escuelas de pensamiento
han logrado desarrollar técnicas más o menos eficaces para tratar dichos problemas y
trastornos.
Algunas de las aportaciones que mayor evidencia científica ha demostrado en el tratamiento
exitoso de dichos problemas provienen del paradigma cognitivo-conductual, el predominante
en la actualidad. En el presente artículo veremos diez técnicas cognitivo-conductuales de
probada eficacia.
Artículo relacionado: "Los 10 tipos de terapia psicológica más eficaces"
El paradigma cognitivo-conductual
Nacido de la fusión entre las técnicas y procedimientos conductistas que buscan el conocimiento
científico en base a lo observable y el conocimiento de que detrás de la conducta hay diversos
procesos psicológicos que explican porqué actuamos, pensamos y sentimos cómo lo hacemos,
el modelo o enfoque cognitivo-conductual se basa en el trabajo sobre los aspectos cognitivos de
cara a producir una modificación significativa y profunda de la conducta.
Se trabaja sobre la herencia dejada por el conductismo, aplicando y adaptando numerosas
técnicas propias de esta corriente con el fin de que la modificación conductual no sea algo
mecánico y temporal sino que provoque un cambio en el modo de percibir la realidad y la
existencia de problemas en los pacientes. Se tienen en cuenta aspectos como el procesamiento
de la información, los mecanismos de afrontamiento, el autoconcepto y autoestima u otras
variables como las habilidades, creencias y actitudes respecto al mundo.
A través de los métodos derivados de este enfoque se tratan muy diversos problemas mentales
desde un punto de vista validado por la ciencia y centrado en la problemática actual, trabajando
a partir de los síntomas presentes para obtener una mejoría en la calidad de vida del paciente y
un alivio de su malestar.
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Una decena de técnicas cognitivo-conductuales
Dentro del paradigma cognitivo-conductual son múltiples los tratamientos, terapias y técnicas
que pueden utilizarse de cara a producir una mejoría al paciente. Muchas de ellas son técnicas
surgidas del conductismo a las cuales se les han añadido elementos cognitivos. A continuación
se explican brevemente algunas de las técnicas empleadas.
1. Técnicas de exposición
Este tipo de técnicas son empleadas especialmente en los casos de fobias y trastornos de
ansiedad y control de los impulsos. Se basan en confrontar al paciente al estímulo temido o
generador de ansiedad hasta que ésta se reduzca, de manera que pueda aprender a gestionar
su conducta ante él a la vez que a nivel cognitivo reestructura los procesos de pensamiento que
le hacen sentir malestar ante dicho estímulo o situación.
En general, se procede a hacer entre paciente y terapeuta una jerarquía de estímulos temidos,
de manera que este pueda ir poco a poco acercándose y exponiéndose a ellos paulatinamente.
La velocidad de aproximación puede variar enormemente según el paciente se sienta más o
menos capaz de hacer frente a lo temido.
Las técnicas de exposición pueden aplicarse de muy diversa manera, tanto en vivo como en
imaginación e incluso es posible aprovechar las posibilidades tecnológicas para aplicar
exposición a través de realidad virtual.
Artículo relacionado: "Tipos de fobias: explorando los trastornos del miedo"
2. Desensibilización sistemática
Si bien el procedimiento aplicado en la desensibilización sistemática es semejante al de la
exposición, ya que en él se establece también una jerarquía de estímulos ansiógenos a los que
el paciente va a exponerse, se diferencia de las técnicas anteriores en el hecho de que
previamente se ha entrenado al paciente en la realización de respuestas incompatibles con la
ansiedad.
Así, se busca reducir la ansiedad y la evitación de situaciones y estímulos mediante la realización
de conductas que eviten que esta aparezca, y con el tiempo provocar un
contracondicionamiento que se termine generalizando.
Diferentes variantes de esta técnica son las escenificaciones emotivas (aplicada especialmente
con niños y empleando un contexto agradable en que poco a poco se introducen los estímulos),
la imaginación emotiva (en que se usan imágenes mentales positivas que eviten en lo posible la
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ansiedad) o la desensibilización por contacto (en que el terapeuta ejercería de modelo para
enseñar cómo actuar).
3. Técnica de la flecha ascendente
Esta técnica resulta básica en el tratamiento de la mayor parte de trastornos psíquicos,
formando parte de casi todas las técnicas cognitivo-conductuales. Se basa en la modificación de
los esquemas de pensamiento del paciente a través de diversos métodos, identificando los
propios patrones de pensamiento y su influencia sobre la vida del paciente y generando junto al
paciente alternativas cognitivas más adaptativas y funcionales.
Esto se consigue acerca de una serie de preguntas que buscan explorar el porqué de cada
respuesta que se da ante temas que resultan importantes o significativos para la persona, y que
tienen que ver con su motivo de consulta. Así, se va preguntando por el significado de esas ideas
y pensamientos, hasta que se llega a un punto en el que la persona se enfrenta a dudas como:
"¿por qué he dado por supuesto que soy así?", "¿Por qué motivo me he estado comportando de
esta manera?", "¿Por qué le doy tanta importancia a aquella vivencia?".
Se trata de una técnica que se utiliza en el marco de la reestructuración cognitiva, un método
muy usado para mofificar patrones de pensamiento, y que tiene como objetivo permitir que los
pacientes se desprendan de creencias irracionales y limitantes, para adoptar otras más
adaptativas.
Así pues, se modifican creencias, actitudes y puntos de vista, todo ello con el objetivo de hacer
que la persona pase a interpretar las cosas de otro modo, por un lado, y se plantee diferentes
objetivos y expectativas, por el otro.
Estas modificaciones tienen el poder de hacer que aparezcan nuevos hábitos y que
desaparezcan esas rutinas que son poco útiles o generadoras de malestar. De esta manera, se
propicia que sea la propia persona la que se involucre en contextos, iniciativas, tareas con
potencial terapéutico, y a las que no se habría expuesto en el caso de haber conservado el viejo
sistema de creencias.
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4. Técnicas de modelado
El modelado es un tipo de técnica en la que un individuo realiza una conducta o interactúa en
una situación con el objetivo de que el paciente observe y aprenda una manera de actuar
concreta de manera que sea capaz de imitarlo. Se busca que el observador modifique su
conducta y/o pensamiento y dotarle de herramientas para afrontar determinadas situaciones.
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Existen diferentes variantes según el observador deba o no replicar la conducta, el modelo
domine desde el inicio de realizar la conducta deseada o tenga recursos semejantes al paciente
de modo que se vaya haciendo una aproximación al objetivo, el número de personas que actúan
como modelo o si el modelado se realiza en vivo o a través de otros medios como la imaginación
o la tecnología.
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5. Inoculación de estrés
Esta técnica se basa en la preparación del sujeto de cara a hacer frente a posibles situaciones de
estrés. En ella se pretende en primer lugar ayudar al paciente a entender cómo le puede afectar
el estrés y cómo puede hacerle frente, para posteriormente enseñarle diferentes técnicas
cognitivas y conductuales como las otras aquí reflejadas y finalmente hacer que las practique en
situaciones controladas que permitan su generalización a la vida cotidiana.
El objetivo es que la persona se acostumbre a afrontar las situaciones estresantes de manera
racional, sin quedar bloqueada por sus emociones.
Así, la inoculación de estrés es una especia de entrenamiento psicológico que modifica nuestras
predisposiciones de reacción ante las situaciones estresantes, permitiendo que adoptemos un
patrón de comportamiento más adecuado y que no nos haga caer en la profecía autocumplida
(en este caso, al estrés por la previsión del estrés).
6. Entrenamiento en autoinstrucciones
Creado por Meichenbaum, el entrenamiento en autoinstrucciones se basa en el papel de éstas
sobre la conducta. Se trata de las instrucciones que con las que guiamos nuestra propia conducta
indicando qué y cómo vamos a hacer algo, las cuales están teñidas por las expectativas hacia los
resultados a obtener o a la propia eficacia.
Determinadas problemáticas tales como una baja autoestima o percepción de autoeficacia
pueden producir que la conducta se vea perjudicada y no pueda realizarse con éxito e incluso
evitarse. Con esta técnica se pretende ayudar al individuo a que sea capaz de generar
autoverbalizaciones internas correctas, realistas y que le permitan llevar a cabo las acciones que
desea realizar.
El proceso pasa porque en primer lugar el terapeuta realice un modelado de la acción a realizar
indicando los pasos en voz alta. Posteriormente el paciente llevará a cabo dicha acción a partir
de las instrucciones que irá recitando el terapeuta. A continuación se procederá a que sea el
propio paciente quien se autoinstruya en voz alta, para luego repetir el proceso en voz baja y
finalmente mediante habla subvocal, interiorizada.
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Esta técnica puede emplearse por sí misma, si bien es frecuente que se incorpore como parte
de otras terapias dedicadas al tratamiento de diferentes trastornos como la depresión o la
ansiedad.
7. Entrenamiento en resolución de problemas
El entrenamiento en resolución de problemas es un tipo de tratamiento cognitivo-conductual a
través del cual se pretende ayudar a los sujetos a hacer frente a determinadas situaciones que
por sí mismos no son capaces de solucionar.
En este tipo de técnica se trabajan aspectos como la orientación hacia el problema en cuestión,
la formulación del problema, la generación de posibles alternativas para solucionarlo, la toma
de una decisión respecto a la más apropiada y la verificación de sus resultados. En resumidas
cuentas, se trata de saber enforcar las situaciones complicadas del modo más constructivo
posible, sin dejarse llevar por los miedos y la ansiedad.
8. Técnicas operantes para la modificación de conductas
Si bien de origen conductista, este tipo de técnicas forman parte también del repertorio
cognitivo-conductual. A través de este tipo de técnicas se trata fundamentalmente de provocar
una modificación en la conducta a través de la estimulación.
Permiten tanto motivar y contribuir a aprender nuevas conductas como a reducirlas o
modificarlas mediante la aplicación de refuerzos o castigos. Dentro de las técnicas operantes
podemos encontrar el moldeamiento y el encadenamiento para potenciar conductas
adaptativas, el reforzamiento diferencial para reducir conductas o cambiarlas por otras y la
saciación, el tiempo fuero o la sobrecorrección como manera de modificar o extinguir las
conductas.
9. Técnicas de autocontrol
La habilidad de autogestión es un elemento fundamental que nos permite ser autónomos y
adaptarnos al medio que nos rodea, mantener nuestra conducta y pensamientos estables a
pesar de las circunstancias y/o ser capaz de modificarlas cuando es necesario. Sin embargo
muchas personas tienen dificultades en adecuar su conducta, expectativas o forma de pensar a
la realidad de una forma adaptativa, con lo que pueden producirse diferentes trastornos.
Así pues, las técnicas de autocontrol son utilizadas para facilitar el aprendizaje de patrones de
conducta en las que la impulsividad se vea aplacada por la consideración de las consecuencias
futuras que ciertas acciones pueden acarrear.
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Realizar un entrenamiento que fortelezca las habilidades de autocontrol, tal como se consigue
con la terapia de autocontrol de Rehm, puede servir para controlar problemas de diversa índole
como los producidos en procesos depresivos y ansiosos.
10. Técnicas de relajación y de respiración
La activación física y psíquica es un elemento de gran importancia a la hora de explicar
problemas tales como la ansiedad y el estrés. El sufrimiento que provoca la presencia de
problemas y dificultades puede en parte ser reducida por técnicas de relajación, aprendiendo a
partir de ellas a gestionar las sensaciones corporales de manera que también pueda ayudarse a
gestionar la mente.
Dentro de este grupo encontramos la relajación progresiva de Jacobson, el entrenamiento
autógeno de Schultz o las técnicas de respiración.
Ventajas de las técnicas cognitivo-conductuales
Las técnicas cognitivo-conductuales han manifestado un muy elevado nivel de eficacia en el
tratamiento de diversos problemas y trastornos psíquicos. A través de ellos es posible modificar
la conducta del paciente y contribuir a la adquisición de hábitos de vida y comportamiento más
adaptativos, trabajándose y modificándose también la base cognitiva que induce las
comportamientos originales.
Con este tipo de técnicas se estimula la mente y la conducta, produciendo una mejoría clara en
un gran número de casos. Su nivel de eficacia es tal que hoy en día es considerada la terapia de
elección para la mayoría de trastornos mentales.
Otra gran ventaja de este tipo de técnicas es su adscripción al método científico, siendo las
terapias, técnicas y tratamientos cognitivo conductuales contrastados a nivel experimental.
Desventajas y limitaciones
A pesar de la gran eficacia de estas técnicas en el tratamiento de los síntomas de los trastornos
y problemas mentales, las técnicas de tipo cognitivo-conductual tienen una serie de limitaciones
que hace que no siempre sean efectivas.
En primer lugar destaca el hecho de que si bien tienen en cuenta el pasado a la hora de recabar
información para entender la problemática actual, las técnicas cognitivo-conductuales se
centran en el aquí y el ahora no haciendo a nivel terapéutico demasiado hincapié en lo ya
ocurrido que pueda haber provocado la conducta desadaptativa.
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Si bien estas técnicas son de gran utilidad para tratar el síntoma actual, en su mayoría detrás de
un trastorno mental se encuentra un profundo sufrimiento producido por bloqueos o eventos
experimentados durante largo tiempo y que puede acabar generando el trastorno. Si el origen
de dicho sufrimiento no es tratado y el paciente no es capaz de hacerle frente, el trastorno
podría llegar a reaparecer.
También destaca el hecho de que estas técnicas por norma general pretenden erradicar lo que
genera malestar, pero en el proceso no es infrecuente que se generen comportamientos rígidos
que a su vez pueden provocar otros problemas de adaptación.
Además, algunos estudios han reflejado que muchos pacientes sienten que este tipo de terapia
no tiene en cuenta su padecimiento, sintiéndose incomprendidos y habiendo casos de poca
adherencia al tratamiento y abandono de éste. Por estos motivos han surgido otras terapias
como las de tercera generación y otras provenientes de otros paradigmas.
Referencias bibliográficas:
Almendro, M.T. (2012). Psicoterapias. Manual CEDE de Preparación PIR, 06. CEDE: Madrid.
Kahn, J.S.; Kehle, T.J.; Jenson, W.R. y Clark, E. (1990). Comparison of cognitive-behavioral,
relaxation, and self-modeling interventions for depression among middle-school students.
School Psychology Review, 19, 196-211.
McNamee, S. y Gergen, K.J. (1996). La terapia como construcción social. Barcelona: Paidós.
Olivares, J. Y Méndez, F. X. (2008). Técnicas de Modificación de Conducta. Madrid: Biblioteca
nueva.
Vila, J. & Fernández, M.C. (2004). Tratamientos psicológicos. La perspectiva experimental.
Madrid: Pirámide.
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psicoPedagogia
Modificación de conducta
1. MODIFICACIÓN Y TERAPIA DE CONDUCTA
1.1. Introducción
La modificación de conducta tiene como objetivo promover el cambio a través de técnicas de
intervención psicológicas para mejorar el comportamiento de las personas, de forma que
desarrollen sus potencialidades y las oportunidades disponibles en su medio, optimicen su
ambiente, y adopten actitudes valoraciones y conductas útiles para adaptarse a lo que no puede
cambiarse. El área de la modificación de conducta es el diseño y aplicación de métodos de
intervención psicológicas que permitan el control de la conducta para producir el bienestar, la
satisfacción y la competencia personal.
1.2. Desarrollo histórico de la modificación de conducta
La exposición de este desarrollo histórico se dividirá, de forma un tanto arbitraria, en tres
periodos:
1. Antecedentes (1896-1938). Este periodo se caracteriza a nivel teórico por el desarrollo de las
leyes del condicionamiento clásico, por Pavlov, y la formulación de la ley del efecto de
Thorndike, lo que constituirá el marco de referencia teórico sobre el que posteriormente se
desarrollará la modificación de conducta. El objeto de la psicología es la conducta y la forma de
estudiarla sigue los pasos desarrollados por Pavlov y Thorndike.
2. Surgimiento (1938-1958). En este periodo tiene lugar en el contexto teórico el desarrollo de
las grandes teorías neoconductistas del aprendizaje: Hull, Mowrer y Tolman. De todas ellas
sobresale el modelo de trabajo de Skinner, que supone el desarrollo de leyes específicas del
comportamiento sobre las cuales asentar las directrices de la intervención. De acuerdo con
Skinner, la conducta debe ser explicable, predecible y modificable atendiendo a las relaciones
funcionales con sus antecedentes y consecuentes ambientales. La modificación de conducta
surge como una alternativa innovadora, válida y eficaz, fundamentada en un cuerpo teórico
sólido, capaz no sólo de explicar los trastornos del comportamiento sino de presentar soluciones
eficaces para ellos.
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3. Consolidación (1958-1970). En los años 70 la modificación de conducta se aplica con gran éxito
a problemas que hasta ese momento eran refractarias al tratamiento Las técnicas operantes se
aplican con éxito a la implantación del lenguaje, retraso mental, autismo, y delincuencia, al igual
que se aplica a problemas en el aula y trastornos de la conducta en niños normales; se
desarrollan nuevas técnicas como la economía de fichas y se mejoran los procedimientos
existentes. Además en este periodo se desarrollan técnicas de entrenamiento en aserción y
habilidades sociales, inundación y prevención de respuestas y se mejoran las técnicas de alivio
de aversión y técnicas aversivas. El énfasis en esta fase se centra en el campo de la aplicación,
no en el teórico. En estos momentos hay una disociación entre la investigación básica en
psicología y la aplicación de la modificación de conducta. La psicología experimental pasa de
centrarse en el aprendizaje y en los modelos de condicionamiento a dirigirse a procesos
cognitivos ( memoria, percepción, atención). Los modificadores de conducta están centrados en
las demandas del trabajo aplicado sin prestar mucha atención a la investigación básica.
1.3. Caracterización de la modificación de conducta
Según Labrador, cabe definir la modificación de conducta como aquella orientación teórica y
metodológica, dirigida a la intervención que, basándose en los conocimientos de la psicología
experimental, considera que las conductas normales y anormales están regidas por los mismos
principios, que trata de desarrollar estos principios y aplicarlos a explicar conductas específicas,
y que utiliza procedimientos y técnicas que somete a evaluación objetiva y verificación empírica,
para disminuir o eliminar conductas desadaptadas e instaurar o incrementar conductas
adaptadas. Esta definición pone de relieve las características más fundamentales del enfoque:
a) La fundamentación en la psicología experimental
b) La aplicación tanto al campo clínico como no clínico (por la similitud de principios que
gobiernan la conducta normal y anormal)
c) La insistencia en la evaluación objetiva
d) El énfasis en la instauración de repertorios conductuales.
De todas estas características cabria destacar como definitorias la fundamentación de los
métodos empleados en la investigación psicológica controlada, así como en énfasis en la
evaluación objetiva de las intervenciones.
En el presente y en el desarrollo histórico de la modificación de conducta podemos distinguir
cuatro principales orientaciones:
17
a) El análisis conductual aplicado.
b) La conductista mediacional.
c) El aprendizaje social.
d) El cognitivo-conductual.
1.4. Orientaciones actuales en modificación de conducta
1) Análisis conductual aplicado: se basa en la aplicación del análisis experimental de la conducta
a los problemas de importancia social, aparece también bajo la denominación de análisis
funcional de la conducta o enfoque operante.
Las principales características de este enfoque son:
1. Se centra en las conductas observables directamente.
2. La conducta está controlada por el ambiente.
3. El objetivo de estudio es la conducta de organismo individual y el enfoque metodológico es el
análisis experimental de la conducta.
4. Las técnicas basadas en este enfoque son las de condicionamiento operante.
5. El campo de aplicación de este enfoque es muy amplio pero se pueden destacar dos áreas
preferentes: a) el tratamiento de personas con capacidades cognitivas limitadas y b) la
modificación de ambientes sociales o institucionales.
6. El tratamiento debe evaluarse tanto a nivel experimental como clínico y social.
18
2) Orientación conductual mediacional: también se le denomina enfoque E-R neoconductista o
mediacional, por el énfasis que pone en las variables intermedias o constructos hipotéticos en
la explicación de la conducta.
Los rasgos principales de esta orientación son los siguientes:
1. Se da una especial importancia a los constructos hipotéticos.
2. Los procesos cognitivos tales como imágenes, la mediación verbal u otros semejantes se
tienen en cuenta en la teoría y en la terapia.
3. El campo de aplicación de este enfoque se centra especialmente en trastornos relacionados
con la ansiedad, obsesiones, agorafobias, trastornos sexuales y otros trastornos.
4. Las técnicas de tratamiento que se utilizan se basan en el condicionamiento clásico.
3) Orientaciones basadas en el aprendizaje social: esta orientación considera que la
determinación del comportamiento depende de los estímulos ambientales, físicos y sociales, de
procesos cognitivos y patrones de conducta del sujeto, que a su vez modifica su propio medio.
Las características fundamentales de esta orientación son los siguientes:
1. La regulación de la conducta depende de tres sistemas: a) los estímulos externos que afectan
a la conducta., b) las consecuencias de la conducta y c) los procesos cognitivos mediacionales.
2. La influencia del medio sobre el sujeto está afectada por los procesos cognitivos que
determinan la percepción o interpretación de aquél y/o variables del sujeto.
3. El énfasis en el constructo de autoeficacia, que se refiere a los juicios personales acerca de la
propia capacidad para realizar la conducta necesaria para obtener un resultado deseado.
4. El énfasis en la autoregulación y autocontrol.
5. En relación a las técnicas empleadas integra los métodos basados en el condicionamiento
clásico y operante con el aprendizaje vicario y los métodos de autorregulación.
19
4) Orientación cognitivo-conductual: esta orientación parte del supuesto de que la actividad
cognitiva determina el comportamiento.
Las principales características de esta orientación son las siguientes:
1. El cambio conductual se halla mediado por las actividades cognitivas.
2. La aceptación del determinismo recíproco entre el pensamiento, el ambiente y la conducta.
3. La terapia está diseñada para ayudar al paciente a identificar, probar la realidad y corregir
creencias disfuncionales.
4. Las técnicas aplicadas en este enfoque son la reestructuración cognitiva, solución de
problemas, entrenamiento autoinstruccional.
5. La relación terapéutica es colaborativa y se enfatiza el papel activo del cliente.
1.5. Problemas actuales en modificación de conducta
La modificación de conducta en el presente ha de resolver algunas cuestiones que son
importantes para su desarrollo futuro. A continuación se tratan algunas de las que se consideran
más relevantes.
A) Técnicas cognitivas versus técnicas conductuales
El desarrollo de métodos de intervención que incidan en aspectos cognitivos que sirvan para
potenciar el cambio conductual, el mantenimiento y las transferencias de las ganancias
terapéuticas tuvo lugar en los años setenta y continúa en la actualidad. La mejora de los
procedimientos de tratamiento conductuales precisa abordar vías a través de las cuales se
pueda incidir sobre la actividad cognitiva.
La introducción de métodos que incidan sobre verbalizaciones internas o actividades cognitivas
no ha de ser incompatible o contradictoria con la base de técnicas de tratamiento conductual
más tradicionales, de hecho en el enfoque operante se ha llevado a cabo un análisis del control
20
de la conducta por medio de reglas verbales o conducta gobernada por reglas, que son útiles
para mejorar estas técnicas. Un aspecto problemático existente es la escasa investigación básica
en torno a estas técnicas.
B) Análisis funcional versus sistemas de clasificación psicopatológica
Las intervenciones conductuales se fundamentan en el análisis funcional de las conductas
problema. A través del análisis funcional se han de determinar las variables causales que de
forma relevante determinan la conducta problema y que se pueden controlar para producir el
cambio. Las clasificaciones psicopatológicas como la DSM-III, DSM-III-R, DSM IV o CIE-10 son
clasificaciones sindrómicas, basadas en la topografía, no en el análisis de relaciones causales,
con un carácter meramente descriptivo.
Consideraciones a tener en cuenta: 1) existe el riesgo de que el buscar una etiqueta en la que
encaje el trastorno actual del paciente sesgue el análisis conductual dirigiéndole a la
confirmación de determinados datos y a la ignorancia de otros, así muchos clínicos noveles están
más pendientes de etiquetar el problema del cliente que en conocer en qué consiste y cuáles
son sus causas, y 2) no todas las categorías que se utilizan en esas clasificaciones tienen igual
validez; algunas clasificaciones como las de los trastornos del sueño o los trastornos de
personalidad en la DSM-III-R han sido muy criticadas y no pueden servir de orientación al análisis
funcional.
C) Tratamiento individualizado versus estandarizado
Cualquier tratamiento conductual ha de estar justificado y apoyado en un análisis funcional,
como tal el tratamiento es individualizado y se ajusta a las necesidades del caso concreto; un
tratamiento estandarizado aplicado meramente por el ajuste a una categoría diagnóstica no
puede tener ninguna garantía de éxito.
D) Investigación básica
La aplicación de las intervenciones conductuales ha de estar fundamentada en modelos
explicativos de la etiología y mantenimiento de los problemas abordados. En la actualidad, se
hace énfasis en explicar los trastornos de forma multicausal, se incide en todos los factores que
contribuyen a su génesis y mantenimiento, y son multidimensionales, es decir, integran aspectos
cognitivos, conductuales, fisiológicos y ambientales. Por ello, se requiere trabajos de
investigación básica específicos de los problemas concretos encaminados a descubrir las
variables controlables.
21
Por otro lado, igualmente se precisa investigación en relación a las habilidades del terapeuta y
la relación terapeuta-cliente.
2. TÉCNICAS OPERANTES PARA EL DESARROLLO DE CONDUCTAS
Una de las tareas más usuales en las ayudas psicológicas a la gente probablemente tenga que
ver con la promoción de nuevas formas de comportamiento. En particular, la modificación de
conducta dispone de técnicas especializadas en tal sentido. De lo que se trataría pues es
“simplemente” crear conductas, y en consecuencia no será difícil hacerse cargo de la dificultad
que ello suponga. A menudo, las nuevas conductas quizá tengan que sobreponerse a otras ya
existentes, y no siempre contarán con condiciones ambientales que las faciliten a pesar de lo
convenientes que resultarían (si ya estuvieran establecidas).
En términos formales habría que diferenciar dos tipos de procederes básicos para el desarrollo
de nuevas conductas (de acuerdo con la lógica operante), a saber: uno consiste en el desarrollo
gradual, que se llamará moldeamiento, y el otro en la combinación de conductas ya tenidas,
cuya denominación será encadenamiento.
2.1. MOLDEAMIENTO
2.1.1. En qué consiste
Técnicamente definido, el moldeamiento es un procedimiento en el que se refuerzan las
aproximaciones sucesivas a una conducta meta. Para que el reforzamiento tenga lugar es
necesaria la ocurrencia de alguna conducta previa. Cierta conducta traerá determinado
refuerzo, que a su vez se dispensará sólo ante tal conducta. El refuerzo, es cualquier objeto o
evento que incremente la probabilidad de la conducta que lo precede. Siendo así, lo que hará el
reforzamiento es fortalecer la probabilidad de la conducta respecto de la cual es contingente. El
reforzamiento es el acto de administrar el reforzador siguiendo algún criterio de frecuencia
relativa a la conducta en cuestión. La conducta, tratándose del moldeamiento, es cualquier
actuación ostensible ante la cual el ambiente “responde” fiablemente. Algo que hace el sujeto
viene a ser una operación con ciertos efectos. Así pues, la conducta es una operante cuyas
consecuencias es el refuerzo.
Puesto que se trata de formar determinada conducta que ahora no puede darse, el
reforzamiento es selectivo respecto del repertorio disponible. En particular, se empezarán a
fortalecer aquellas conductas que más se asemejen topográfica y funcionalmente a la que se
pretende conseguir. Sucesivamente, el reforzamiento se hará más exigente en función de ciertos
aspectos de dicha conducta y de acuerdo por lo demás con su variabilidad. De esta manera, el
moldeamiento resulta un proceso dinámico en el que se van transformando conjugadamente la
22
conducta y sus consecuencias. En rigor hay que decir que la acción selectiva de las consecuencias
transforma la conducta, esto es, la moldea.
2.1.2. Aplicación
Aunque, en alguna medida, el moldeamiento es una técnica ubicua en terapia de conducta, se
va a hacer un reparto en unos cuantos ámbitos preferentes, mostrando en todo caso su
diversidad. Se proponen cinco, siendo el último uno sin perfil (a fin de acoger supuestos
dispares), a saber: la educación especial, la rehabilitación de funciones motoras, la instrucción
académica, la disfunción sexual, y otros. Naturalmente, este reparto no tiene otro compromiso
que el de hacer una propuesta variada y diversa. Sin embargo, no se dejaría de reconocer, al
hacerlo así, un cierto argumento, relativo a presentar el moldeamiento “más allá” de
aplicaciones únicamente interesadas en el desarrollo de conductas elementales, a las que suele
quedar relegada esta técnica.
La palabra introductoria otros da paso a una miscelánea de supuestos, algunos incluso sin
interés clínico. Entre éstos se citarían el desarrollo de discriminaciones perceptivas (como
aquéllas relativas al «oído musical», a la detección de señales visuales o a la captación gustativa
de sabores), y de habilidades motoras (como en el entrenamiento deportivo o en el baile). Con
interés clínico, cabría recordar la superación del miedo por medio de ciertas aplicaciones de la
desensibilización sistemática y del modelado participativo con reproducción forzada, como se
ha apuntado antes. Otro supuesto puede venir dado en la restauración del habla en el mutismo
selectivo.
2.2. ENCADENAMIENTO
2.2.1. En qué consiste
El encadenamiento es la formación de una conducta compuesta a partir de otras más sencillas
que ya figuran en el repertorio del individuo, mediante el reforzamiento de sus combinaciones.
De lo que se trata pues es de conseguir una unidad funcional que resulta compuesta sin embargo
de subunidades conductuales preexistentes, de manera que éstas se subsumen en una nueva
conducta. En realidad, lo que se construye es una ceremonia, que si bien se compone de diversas
operaciones, lo que importa es su conjunto en orden a un fin determinado.
Consiguientemente, hay que contar de entrada con conductas que vienen a ser «fragmentos»
de la que vaya a resultar. En términos técnicos, se diría que cada conducta del complejo
resultante tienen una doble función como estímulo. Esto es, funcionaría, por un lado, en calidad
de estímulo discriminativo para la siguiente y, por otro, como estímulo reforzante de la anterior.
Finalmente adquiriría la unidad funcional a que se ha aludido. Este encadenamiento entre
23
estímulos discriminativos (ed), que en realidad son respuestas ya dadas, y respuestas (r), que,
además de ser estímulos reforzantes para las anteriores son también ed para la siguiente, se
suele esquematizar así:
{ed1?r1} ? {ed2?r2} ? {ed3?r3} ... {edn?rn}
Se ha de decir que el primer componente de la cadena puede ser una instrucción o una regla
que diga cómo se empieza.
2.2.2. Aplicación
La aplicación del encadenamiento tiene interés en el supuesto de que se disponga de los
fragmentos para la nueva unidad conductual deseada. Es por ello que no se puede decir que
haya un ámbito aplicado para el que fuera la técnica de elección. Sin embargo, se van a apuntar
ciertas áreas en las que con más frecuencia se da la situación para el encadenado, a saber, se
refieren a la autonomía doméstica, al desarrollo de la fluidez verbal, a ciertos aspectos de la
instrucción académica, y a «otros», para acoger una miscelánea de supuestos.
El desarrollo de habilidades de autonomía doméstica, tales como vestirse, comer y la limpieza
personal, presenta en educación especial situaciones propicias para el encadenado. El individuo
quizá puede realizar muchas «subunidades» de esas prácticas, pero no coordinadas como
requiere la tarea efectiva. Lo que falta probablemente sea en buena medida su conjuntación.
Póngase por caso el enseñar a comer con cuchara.
Respecto al desarrollo de la fluidez verbal, una situación se da en la educación especial del
lenguaje, cuando se trata de conseguir una dicción integrada de sonidos, sea para constituir
palabras o flujos verbales más amplios. El ritmo y la entonación formarían parte de esta
aplicación.
La instrucción académica también cuenta con situaciones a las que les conviene este
procedimiento. Por ejemplo en la organización del discurso (escrito o hablado) en función de los
efectos que se pretendan. La cuestión es que los argumentos pueden exponerse de una u otra
manera, cuyo encadenamiento es importante cara a alguna función pretendida. Se tiene un
contenido temático, dado quizá en varias «unidades», desde proposiciones o frases, hasta
párrafos o capítulos, y se trata de darle forma. Una vez que se sabe lo que se va a decir, se
ordenarán las ideas con gran diligencia. El asunto de interés aquí es que las estrategias de
composición de textos, y la oratoria, se pueden enseñar, y ello supone, además de la habilidad
expositiva, un adiestramiento en la forma de aprender. Hacerse cargo de la lógica expositiva de
un texto, si es que no reorganizar su contenido, es una destreza del oficio de estudiante. Por
supuesto, también se puede aplicar a la enseñanza de la aritmética.
24
Hay otros supuestos que por su heterogeneidad se ofrecen como miscelánea. Uno puede verse
en la estrategia seguida a veces en el mutismo selectivo y otro supuesto (bien distinto) tiene que
ver con la rehabilitación de la memoria para la vida cotidiana en pacientes que han sufrido daños
neurológicos. De lo que se trata es de aliviar los problemas debidos al deterioro de la memoria,
más que de su restauración propiamente.
2.3. EVALUACIÓN DE ESTAS TÉCNICAS
Podemos hacer algunas apreciaciones sobre tres aspectos críticos relativos a su aplicación
profesional:
1. A pesar de que estas técnicas tienen filiación con las prácticas sociales convencionales su
aplicación quizá resulta no obstante demasiado formalizada, debido probablemente a que su
uso profesional se ha tomado como una extensión del laboratorio. De modo entonces que el
análisis aplicado ha heredado los rigores del análisis experimental; pero en las situaciones
aplicadas no se cuenta con las mismas facilidades que en el laboratorio.
2. Un empeño en la práctica de la modificación de conducta es la definición operativa de sus
términos, de lo que son buen ejemplo las técnicas descritas aquí. Ha de repararse que lo decisivo
es la función más que propiamente la forma de la conducta. Lo que puede ocurrir sin embargo
es que la definición operativa recaiga sobre la forma, esto es, que resulte en exceso formalista
en detrimento de la función. La cuestión es que los objetivos sean profesionalmente fiables y
socialmente relevantes.
3. Otro aspecto crítico que se citará se refiere al reforzamiento en la vida cotidiana. La cuestión
sería diseñar un programa de reforzamiento que fuera más compatible con los usos cotidianos,
que sin duda no son tan sistemáticos como aquellos que deriven del laboratorio.
Aunque el moldeamiento y el encadenamiento sean técnicas sólidas, de todos modos su
investigación sigue abierta, al menos en el interés de especificar las condiciones de su
optimización en los contextos sociales y, por ende, educativos.
3. TÉCNICAS PARA LA REDUCCIÓN DE CONDUCTAS OPERANTES
El orden en que debe elegirse estas técnicas de reducción de conductas es el siguiente: extinción,
enfoques positivos de reforzamiento diferencial, costo de respuesta, tiempo fuera, saciación y
sobrecorrección. Es importante señalar que no es adecuado desarrollar una intervención
dirigida exclusivamente a reducir o eliminar una conducta, siempre será necesaria una parte
25
complementaria que se dirija a desarrollar la o las conductas alternativas que se desean en lugar
de la conducta a reducir. No basta con que la persona deje de emitir una conducta, es
determinante qué hace en lugar de esa conducta.
3.1. EXTINCIÓN
3.1.1. En qué consiste
El procedimiento de extinción consiste en suprimir el reforzador de una conducta previamente
reforzada. Es decir, establecer las condiciones para que la persona no reciba reforzamiento tras
la emisión de las conductas desadaptadas. Atención, aprobación, reforzadores materiales dejan
de seguir contingentemente a la conducta que se desea reducir.
3.1.2. Aplicación
El procedimiento de la extinción conlleva una serie de propiedades fundamentales para su
aplicación:
a) Es un procedimiento de reducción gradual que depende de la historia y el programa de
reforzamiento de la conducta desadaptada, el nivel de privación del individuo de los refuerzos
que eran contingentes a la conducta indeseable y la intensidad de éstos, el esfuerzo necesario
para emitir la respuesta (cuanto más esfuerzo requiera, más fácil será de extinguir), y el uso
combinado de procedimientos de refuerzo de conductas alternativas (que harán que la
reducción sea mucho más rápida).
b) La aplicación de la extinción produce usualmente un incremento en la frecuencia e intensidad
de la respuesta en los primeros momentos de aplicación («explosión de respuestas»), así como
variaciones importantes en su topografía. Produce un posible aumento de comportamientos
agresivos o emocionales inherentes al procedimiento y la llamada recuperación espontánea, en
donde la respuesta puede reaparecer tras un lapso de tiempo en que la conducta bajo extinción
había desaparecido.
3.1.3. Evaluación
Es necesario utilizar junto a la extinción de la conducta inadecuada el reforzamiento de alguna
conducta o conductas alternativas, si es posible incompatibles con la que se pretende eliminar.
La extinción debe ser constante, pues si se usa de forma intermitente se pueden producir los
efectos contrarios, establecer de forma más firme la respuesta, pues equivale a reforzarla de
26
forma intermitente. Además, no es aconsejable utilizar la extinción como única técnica si se
desea un cese inmediato de la emisión de la conducta, o si la conducta es peligrosa para el sujeto
o personas del medio, como es el caso de algunas conductas agresivas o autolesivas; así como
tampoco en aquellos casos en los que no puede tolerarse un aumento temporal en la conducta.
3.2. PROCEDIMIENTOS DE REFORZAMIENTO DIFERENCIAL
Estos procedimientos utilizan el reforzamiento positivo bien para mantener la conducta a niveles
moderados, bien para la emisión de otras conductas diferentes o incompatibles con la que se
desea eliminar.
3.2.1 Reforzamiento diferencial de tasas bajas (RDTB)
3.2.1.1. En qué consiste
En este procedimiento se refuerza al sujeto por mantener una tasa de conducta más baja de la
observada en línea base. Es decir, se refuerza por la emisión de la conducta pero sólo si ésta se
emite a tasas bajas.
3.2.1.2 Aplicación
Esta técnica es aplicable cuando lo que se desea es reducir ciertos comportamientos, pero no
eliminarlos del todo. Dado que su objetivo es moderar, no eliminar conductas, puede ser útil
para el desarrollo del autocontrol en conductas como fumar, consumo de alcohol, comer en
exceso, etc.
3.2.1.3. Evaluación
Se habrán de seleccionar reforzadores apropiados y efectivos para el sujeto o grupo tratado, los
reforzadores habrán de aplicarse de forma inmediata tan pronto como sea posible al cumplirse
los intervalos prefijados y sólo cuando la conducta se haya mantenido en la tasa adecuada. A
medida que comienza a consolidarse la emisión de la conducta a una tasa más baja, el
reforzamiento debe suministrarse con menos frecuencia. Obviamente, el reforzamiento se
omite si la emisión de la conducta supera el criterio establecido.
3.2.2. Reforzamiento diferencial de otras conductas (RDO)
27
3.2.2.1 En qué consiste
Es un procedimiento en el que el reforzador sigue a cualquier conducta que emite el individuo
con la excepción de la conducta inapropiada que queremos eliminar. En este caso se refuerza la
ausencia de la conducta inapropiada durante un período determinado de tiempo. Por tanto, la
conducta que se trata de eliminar se pone bajo extinción, mientras se refuerza cualquier otra
conducta alternativa. Esta técnica también aparece con la denominación de entrenamiento de
omisión.
3.2.2.2. Aplicación
No se debe aplicar como procedimiento único si la respuesta es peligrosa o ha de suprimirse
rápidamente. Debe aplicarse la técnica en tantos contextos como se produzca la conducta y no
reforzar otras conductas que sean desadaptativas.
3.2.2.3. Evaluación
El RDO presenta como principales ventajas el que es un enfoque positivo, que no utiliza
estímulos aversivos. Hace posible el reforzamiento de la persona tratada por emitir una infinita
variedad de conductas salvo la especificada. Por lo común es un procedimiento muy eficaz.
Aunque es posible encontrar personas que se entreguen a una conducta problemática a una
tasa tan alta que no sea probable que ocurran otras conductas (por ejemplo, el hábito de
balancearse de un niño autista), la mayoría de las personas disponen de todo tipo de opciones
asequibles, y por lo general emiten alguna de ellas. En consecuencia, las conductas reforzadas
se incrementan, reduciéndose en consecuencia la conducta no reforzada.
3.2.3. Reforzamiento diferencial de conductas incompatibles o alternativas (RDI)
3.2.3.1. En qué consiste
Consiste en reforzar una conducta que es incompatible o no puede hacerse al mismo tiempo
que la conducta que se desea eliminar. Para llevar a cabo este procedimiento primero hay que
identificar y operacionalizar la conducta indeseable. A continuación se consideran posibles
respuestas incompatibles que disminuirán la probabilidad de emisión de la conducta indeseable.
Después se seleccionan una o varias de esas conductas alternativas una vez operacionalizadas.
28
3.2.3.2. Aplicación
- Es necesario identificar y seleccionar una o varias conductas incompatibles con la conducta que
se trata de eliminar. Es preferible elegir una conducta que ya esté en el repertorio del sujeto.
- Seleccionar reforzadores adecuados para su aplicación contingente a la emisión de la conducta
incompatible.
- Eliminar el reforzamiento de la conducta indeseable, dejándola bajo extinción.
- Si las conductas alternativas no están en el repertorio del cliente, se hará uso del moldeamiento
o encadenamiento para implantar dichas conductas.
- Hacer que el sujeto ejecute la conducta alternativa en todos los contextos habituales.
3.2.3.3. Evaluación
Entre las principales ventajas de este procedimiento se encuentra el que si la conducta
incompatible queda bien establecida, es decir, se da a una alta tasa y es lo suficientemente
estable, la conducta desadaptativa será eliminada. Como principales desventajas del RDI se
encuentra que lleva un cierto tiempo conseguir los resultados y, por otro lado, a menudo hay
dificultades para la definición y selección de la conducta incompatible.
(FALTAN: COSTO DE RESPUESTA O CASTIGO NEGATIVO, TIEMPO FUERA DE REFORZAMIENTO O
TIME OUT, SACIACIÓN Y SOBRECORRECCIÓN)
4. SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN DE CONTINGENCIAS: ECONOMÍA DE FICHAS Y CONTRATOS
CONDUCTUALES
4.1. ECONOMÍA DE FICHAS
4.1.1. En qué consiste
29
Los programas de economía de fichas son procedimientos dirigidos a establecer un control
estricto sobre un determinado ambiente, para de esa forma controlar las conductas de una
persona o de un grupo de personas.
La utilización de un sistema de economía de fichas permite introducir una o varias conductas,
alterar las frecuencias con que las conductas objetos de intervención se emiten o eliminar las
conductas desadaptativas.
Los programas de economía de fichas aparecen con frecuencia en la vida cotidiana, aunque no
estén explicitados como tal, por ejemplo, la maestra que da puntos a los alumnos que rinden
bien para que los canjeen por un rato de recreo adicional, o los proveedores que dan puntos a
sus cliente habituales para que puedan cambiarlos por una cafetera o un pañuelo de seda.
4.1.2. Aplicación
La implantación de un programa de economía de fichas implica tres fases:
a) Fase de muestreo o establecimiento de la ficha como reforzador generalizado. En esta fase
ha de establecerse la ficha como refuerzo generalizado y remarcarse el valor que tiene como
objeto de intercambio. Es preciso enseñara a las personas incluidas en el programa a dar valor
a las fichas. Las explicaciones verbales pueden ser suficientes en algunos caso, pero cuando se
trabaja con personas con déficit o limitaciones intelectuales se hace necesario proceder al
“muestreo” de las fichas. Para ello pueden entregarse en diversas ocasiones fichas a los sujetos
de forma gratuita, con independencia de sus conducta, y cambiárselas inmediatamente por
algunos de los reforzadores que han demostrado ser eficaces con algunos sujetos.
En los primeros momentos es necesario llevar a cabo estas entregas de fichas gratuitas varias
veces a fin de que se establezca el valor de la ficha como objeto de intercambio. Hay que
recordar lo importante que es el que se cambien las fichas por distintos reforzadores eficaces
con el sujeto y no sólo por uno. A la hora de cambiar las fichas por los refuerzos es interesante
remarcar explícitamente el valor de intercambio de las fichas. En estos primeros momentos el
cambio de las fichas por los refuerzos ha de ser poco menos que inmediato. Estos periodos de
muestreo de las fichas pueden hacerse constantes en el tiempo o bien desarrollarse sólo en
determinados intervalos temporales.
b) Fase de aplicación contingente de las fichas por las conductas deseadas. Se entregan las fichas
de manera contingentes a las conductas que se desee establecer o incrementar. Aunque no es
necesario aclarar al sujeto el porqué se le entrega la ficha, obviamente el especificarlo de
antemano en la mayoría de los casos facilita su efecto, así como el aclarar el valor de las fichas
y el tipo de reforzadores que se pueden adquirir con ellas. Conviene que los pacientes tengan
30
una copia de la lista de los reforzadores, con su valor en fichas, o puedan acceder a ellas
fácilmente.
Las conductas particulares objetivo de intervención han de especificarse de manera precisa y
concreta, de forma que requieran el mínimo de interpretación tanto de la persona encargada
de entregar la ficha como del que va a recibirla.
c) Fase de desvanecimiento o finalización del control de las conductas por fichas. Dado que el
objetivo de un programa de economía de fichas es facilitar la aparición y consolidación de
determinadas conductas, una vez que éstas se han dado y están consolidadas el paso siguiente
debe consistir en poner esas conductas bajo el control de las condiciones habituales “normales”
en que actúa el sujeto.
Las razones por las que debe retirarse el programa son: la economía de fichas es un sistema
artificial, que supone un coste de tiempo, de recursos, etc, que no se asemeja a la vida cotidiana
en la que hay pocos reforzadores no naturales y no directos. Además implica un control artificial
de las conductas y puede interferir con la adquisición de la motivación intrínseca.
Todas las economías de fichas incluyen un programa de desvanecimiento del sistema a medida
que se van produciendo mejorías en la conducta. Esto puede llevarse a cabo aumentando el
tiempo entre las entregas de fichas, incrementando el criterio para la obtención de fichas,
reduciendo del número de fichas ganadas por medio de las conductas objetivos, aumentando el
número de fichas necesario para ganar los reforzadores de apoyo, o por alguna combinación de
estos procedimientos
4.1.3. Evaluación
La economía de fichas se ha mostrado como una técnica eficaz y aplicable a gran número de
problemas y poblaciones. Su aplicación no está exenta de dificultades. En primer lugar, para que
la economía de fichas funcione, es necesarios que exista un estricto control sobre las conductas
emitidas por los pacientes, las fichas entregadas etc...Este control tan estricto supone el
entrenamiento y la capacitación del personal a cargo del programa. La instrucción por sí sola no
es, muchas veces, suficiente. Hay que reforzar de alguna manera el desempeño adecuado de
este personal, pues la implantación del programa supone para ellos un esfuerzo extra que no
todos están dispuesto a desempeñar. En segundo lugar, la economía de fichas puede resultar
un programa caro.
Otra dificultad son las restricciones legales y éticas con las que tropieza a veces el programa. Un
problema muy obvio para aquellos que siguen un sistema de fichas fuera de una institución es
la posibilidad de obtener los refuerzos de forma no contingente, a parte del programa.
31
Por último, es conveniente obtener la aprobación de pacientes, padres o tutores, personal y
dirección de los centros en los que se realice el programa y su colaboración activa.
4.2. CONTRATOS CONDUCTUALES
4.2.1. En qué consiste
Un contrato conductual o contrato de contingencias es un documento escrito que explícita las
acciones que el cliente esta de acuerdo en realizar y establece las consecuencias del
cumplimiento y del no cumplimiento de tal acuerdo. Tal procedimiento implica el intercambio
recíproco de recompensas contingente en relación a conducta específica de los firmantes del
contrato. Los contratos son especialmente útiles para personas con escasa capacidad de
autorreforzamiento.
En este sentido, en un contrato conductual debe especificarse:
a) La conducta o conductas que se espera que emita cada una de las personas implicadas.
b) Las consecuencias que obtendrán casos de realizar esas conductas.
c) Las consecuencias que obtendrán casos de no realizar esas conductas.
De esta forma, los contratos conductuales sirven para ayudar a la persona o personas implicadas
a iniciar determinadas conductas específicas, señalando cuáles deben llevar a cabo y cuáles no.
Por último permite aclarar las consecuencias derivadas de llevar a cabo o no una determinada
conducta. Con esta información explícita a la persona le será mucho más fácil controlar sus
conductas de acuerdo con sus propios intereses.
4.2.2. Aplicación
Los programas de aplicación de contrato son aplicables a todo programa de modificación de
conducta. En primer lugar, es frecuente utilizarlo ya en la fase de recogida de información para
favorecer el que se lleven a cabo las tareas encomendadas, por ejemplo, autorregistro,
realización de cuestionarios, etc... Posteriormente, en la fase de intervención pueden utilizarse
para controlar la realización de cualquier tipo de conducta operante; por ejemplo, para reducir
32
la conducta de acudir a determinado lugar en un drogadicto, para establecer hábitos de estudio
más adecuado, etc... No obstante, es especialmente interesante su uso en problemas
interpersonales, y sobre todo, en problemas de pareja. Por sus propias características es
evidente que los contratos son una alternativa más útil, rápida y económica que los programas
de economía de ficha en muchos casos, en especial si a las personas a las que han de aplicarse
no presentan limitaciones intelectuales y no se precisa una reestructuración completa de las
contingencias del medio.
(FALTA LA EVALUACIÓN)
5. TÉCNICAS AVERSIVAS
5.1. En qué consiste
Las terapias aversivas intentan asociar un patrón de reacción comportamental no deseado y
socialmente sancionado, con una estimulación desagradable, interna o externa, o reorganizar la
situación de tal manera que las consecuencias de este comportamiento no deseado sean lo
suficientemente desagradables para el emisor de tal comportamiento, que deje de ejecutarlo.
En ambos casos se espera que se establezca una conexión entre el comportamiento a eliminar
y la reacción aversiva. Se espera que el desarrollo de tal conexión y el progreso de la misma
genere una situación tal en el individuo, fisiológica o cognitiva, que provoque un cese total en la
emisión del comportamiento a eliminar.
Los modelos propuestos para explicar el desarrollo de las reacciones aversivas podrían
resumirse en:
- Condicionamiento clásico: Esta teoría asume que la asociación de algunos elementos
constitutivo de la constelación estimular componente del comportamiento a eliminar con el
estímulo nocivo preseleccionado hará que el EC provoque una respuesta condicionada de
aversión.
Los proponentes de este modelo insisten en que en el procedimiento terapéutico se satisfagan
requerimientos derivados de nuestro estudio de este tipo de fenómenos en el laboratorio.
- Condicionamiento operante: Se presenta el estímulo aversivo ante respuestas emitidas por el
sujeto hacia dicha constelación. Algunos autores han tenido especial cuidado en diseñar sus
procedimientos terapéuticos adoptando paradigmas de aprendizaje de evitación o castigo.
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- Teorías centrales: La aseveración de Rachman y Teasdale, en el sentido de que una explicación
puramente cognitiva de las terapias aversivas es tan insatisfactoria como una explicación basada
exclusivamente en las teorías básicas de aprendizaje, sigue siendo válida.
- Teoría del estado: Hallam y Rachman proponen su “Teoría del Estado” como base del
funcionamiento de las terapias aversivas. Ésta se basa, en el cambio producido en el grado
general de responsividad de un individuo y no tanto en los cambios en cuanto a las conexiones
específicas entre estímulos y respuestas.
5.2. Aplicación
Pocos han sido los comportamientos problema, por exceso, que no hayan sido sometidos en
alguna ocasión a procedimientos aversivos. Mucho más delicado nos parece la utilización de
tales estrategias con individuos motivados a solucionar algunos problemas cuya
conceptualización como tales esté determinada por influencias sociales, por ejemplo el caso del
homosexual que acude a nuestra consulta “voluntariamente” deseando una reorientación de su
impulso sexual, reorientación forzada, en parte, por los valores generales adoptados por la
sociedad y por las actitudes de quienes le rodean. En tales casos, pensamos que nuestra
intervención ha de orientarse prioritariamente a ayudar al individuo a autoafirmarse frente a
tales presiones... el que apliquemos el término “tratamiento”, especialmente en el caso de la
homosexualidad, no implica que consideremos a tales situaciones como enfermedad, ni siquiera
como un comportamiento sexual desviado. En éstos casos, la verdadera libertad implica
ofrecerle al individuo cualquier recurso que esté en nuestra mano, y que sea eficaz.
5.3. Evaluación
Existen pruebas de que el mecanismo aversivo se produce en situaciones naturales y de que tal
mecanismo puede ser eficaz en el tratamiento de casos problemas concretos, pero siguen
pendientes muchas preguntas, tanto a nivel clínico como de experimentación básica.
Consideramos que este tipo de técnica pueden ser eficaces en aquellos casos en los que el
comportamiento problema es elicitado por el grado de apetitividad que el estímulo
desencadenante tiene para el paciente( por ejemplo, parafilias, obesos en los que las
características externas de los alimentos juegan un papel especial, etc...), y mucho menos
efectivos en los que el comportamiento problema se ve mantenido por otro tipo de procesos
(por ejemplo, el bebedor excesivo que utiliza el alcohol como ansiolítico, donde lo que importa
son las reacciones internas subsiguientes).
6. TÉCNICAS DE AUTOCONTROL
34
6.1. En qué consiste
Los programas de autocontrol van a desarrollarse, teniendo como objetivo final que el individuo
aprenda a ser su propio terapeuta. Se trata de hacer que el sujeto asuma progresiva y
gradualmente su responsabilidad en el proceso de cambio, incorporando a su repertorio
conductual todo lo aprendido, de tal manera que sea capaz ce ponerlo en marcha de manera
casi automática ante las situaciones que sea necesario, o de generalizar el uso de las técnicas en
el afrontamiento de problemas distintos de los que le hicieron comenzar con un programa de
autocontrol.
Para Kanfer la importancia de los programas de autocontrol viene fundamentada por las
siguientes razones:
- Existencia de muchas conductas que sólo resultan accesibles al propio sujeto.
- Las conductas problemas suelen estar relacionados con autorreacciones y actividad cognitiva
no susceptibles de observación directa.
- Puesto que los sujetos, aún buscando ayuda, resulta difícil que alteren sus estilos de vida, es
necesario plantear una intervención que presente el cambio como positivo y factible para el
sujeto, de tal manera que se maximice su motivación para el cambio.
- Por último, la intervención no debe tan sólo acabar con los conflictos presentes, sin enseñar al
sujeto cómo manejar posibles recaídas o nuevos problemas..
6.2. Aplicación
El programa de entrenamiento de autocontrol se lleva a cabo en las siguientes fases:
1. Autoobservación: en un primer momento habrá que enseñar al paciente o operativizar sus
problemas, para posteriormente obtener datos acerca de las características topográficas y las
relaciones funcionales de los mismos.
2. Establecimiento de objetivos: el paciente habrá de decidir que nivel de control quiere alcanzar
sobre la respuesta conflictiva.
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3. Entrenamiento en técnicas concretas y establecmiento de criterios de ejecución: en esta fase
se deciden las técnicas concretas de autocontrol en las que se entrenará al cliente. A su vez se
establecen las reglas de conducta que guiarán todo el entrenamiento, es decir, qué se
compromete a hacer el cliente y en qué momentos concretos.
4. Aplicación de las técnicas en contexto real: una vez que el entrenamiento se ha llevado a cabo
en la consulta, el siguiente paso es la puesta en práctica de lo aprendido en su vida diaria.
5. Revisión de las aplicaciones con el terapeuta: una vez que el sujeto empieza a afrontar
situaciones reales, la tarea en las sesiones con el terapeuta consistirá en revisar las aplicaciones
concretas realizadas, analizando las dificultades y problemas surgidos para su solución.
6.3. Evaluación
Llegar a obtener un nivel adecuado de autocontrol permite al sujeto una mejor adaptación al
medio y una mayor autoestima. El individuo se percibe como una persona más libre que posee
un amplio repertorio de estrategias de afrontamiento, así como una metodología de usos que
le permiten decidir qué actuación es la más adecuada a la situación que se le presenta. El
terapeuta en este proceso tiene un papel temporal, de apoyo y guía del cambio conductual del
cliente, debiendo ser muy cuidadoso para no detentar ciertas responsabilidades del proceso
terapéutico que el cliente ya esté en condiciones de asumir.
Estos programas ofrecen, por una parte, la posibilidad de que el individuo aprenda a cambiar su
comportamiento sin necesidad de la ayuda de un terapeuta, motivándole mediante la
presentación de casos similares que consiguieron resolver el problema; por otra parte, aportan
al sujeto ideas que le pueden permitir el aplicar y ajustar las técnicas a sus propios problemas
aun cuando no sena los que específicamente se abordan.
Los beneficios, tanto individuales como sociales, derivados de la puesta en práctica de
estrategias de autocontrol se harán más fácilmente accesibles y de una manera menos costosa,
que en el caso de una intervención individualizada al evitar en parte el coste emocional y de
riesgo físico que determinadas conductas conllevan, así como el gasto económico que requiere
su solución.
7. TÉCNICAS DE MODELADO
7.1. En qué consiste
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Es un proceso de aprendizaje observacional en el que la conducta de un individuo o grupo actúa
como un estímulo para generar conducta, pensamiento o actitudes semejantes en otras
personas que observan la actuación del modelo. El procedimiento básico del modelamiento es
muy simple, consiste en exponer al cliente ante uno o más individuos presentes o filmados que
exhiben los comportamiento adecuados que el debería adoptar. Las técnicas de modelado
intentan enseñar los principios o reglas que deben guiar la conducta en contexto determinado
más que respuestas imitativas simples.
El modelado puede utilizarse para aprenden nuevas conductas, inhibir o desinhibir patrones
comportamentales, facilitar respuestas, aumentar los efectos de los estímulos o incrementar la
activación emocional o afectiva. Las distintas técnicas de moderado difieren en su utilización
según se use con un objetivo u otro.
7.2. Aplicación
Las principales áreas de aplicación de las técnicas de modelado podemos dividirlas en tres:
a) Preventiva: es decir, promoción de prácticas de mantenimiento de la salud, mejora del
cuidado personal y de las personas allegadas.
b) Tratamiento de problemas ya desarrollados: fobias y ansiedad, déficit en habilidades sociales
y aserción.
c) Educación: entrenamiento de los agentes terapéuticos, cónyuges, padres, directivos o el
propio cliente.
7.3. Evaluación
Las técnicas de modelados son útiles y eficaces en áreas educativas, clínicas y preventivas, sus
posibilidades de aplicación en niveles grupales y comunitarios las hacen ventajosas en términos
coste/beneficio. Las técnicas de modelado cada vez se utilizan de forma más eficaz para el
aprendizaje de comportamientos adecuados. No obstante, también facilita el aprendizaje de
conductas desadaptativas, y deberían ser utilizados como razones para reducir la exposición
sistemática en televisión y medios de comunicación de modelos de violencia que han de tener
efectos negativos en el comportamiento social.
8. TÉCNICA DEL CONTROL DEL DIÁLOGO INTERNO Y AUTOINSTRUCCIONES
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8.1. En qué consiste
El entrenamiento en autoinstrucciones supone instaurar verbalizaciones internas adecuadas
que permitan la realización o el afrontamiento de una determinada tarea, situación o
acontecimiento.
La modificación del diálogo interno, objetivo básico del entrenamiento autoinstruccional,
requiere del uso combinado de diversas técnicas conductuales. Las autoverbalizaciones que el
niño debe aprender e interiorizar están relacionadas con el tipo de tarea y con las secuencias de
respuestas encadenadas que ésta requiera.
El entrenamiento autoinstruccional se utiliza con mucha frecuencia para modificar o
constrarrestar los efectos de “pensamientos automáticos” que interfieren con la ejecución
correcta de una tarea o el afrontamiento de una situación.
8.2. Aplicación
Puesto que el objetivo fundamental es enseñar a la persona a utilizar “autoinstrucciones” que
le permitan guiar con éxito su propia conducta, es importante que sea el mismo sujeto, no el
terapeuta, el que genere el mayor número posible de autoverbalizaciones, según su tipo de
vocabulario o su forma más habitual de expresión, (por ejemplo: ¡qué guay!, ¡qué estupendo!).
El entrenamiento autoinstruccional se ha aplicado fundamentalmente a problemas infantiles y
en personas con problemas de deficiencia mental o esquizofrenia. La aplicación de esta técnica
en adultos con problemas de ansiedad, estrés, dolor o autocontrol, llevó a la inclusión de nuevos
elementos terapéuticos y fases durante el entrenamiento.
(FALTA LA EVALUACIÓN)
9. TÉCNICAS DE SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
9.1. En qué consiste
Actualmente podemos afirmar que la terapia de solución de problemas que más atención ha
recibido, en cuanto a mayor aceptación y utilizaciones la terapia de solución de problemas de
D´Zurilla, que en los últimos años ha sido redenominada como terapia de solución de problemas
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sociales, dado que los problemas con los que se enfrenta una persona pueden ser tanto
personales como interpersonales.
9.2. Aplicación
Para D`Zurilla y Goldfried (1971), la meta de la SP y de la modificación de conducta es la misma,
es decir, producir consecuencias positivas, refuerzo positivo y evitar las consecuencias
negativas. Para ellos, la SP es una técnica de modificación de conducta que facilita una conducta
eficaz. La asunción fundamental de la que parte la terapia de SP es que los seres humanos se
caracterizan por ser solucionadores de problemas, y de que de unas a otras personas existen
diferencias en esta habilidad. Ello implica que aquellas personas que resuelven sus problemas
adecuadamente suelen tener una adecuada competencia social. Aquellos que carecen de dicha
competencia para solucionar problemas pueden también ser entrenados para solucionar tanto
problemas cotidianos como ,más importante, problemas clínicos o comportamentales.
9.3. Evaluación
Las etapas para la aplicación de la terapia de SP son tres: evaluación, intervención,
mantenimiento y generalización. Junto o dentro del proceso de evaluación conductual del
problema o problemas por el que la persona acude a consulta es de gran importancia en esta
terapia evaluar tanto las habilidades de SP que tiene el cliente como si tiene habilidades de
ejecución efectivas para sus problemas. Para ambos casos se ha utilizado evaluaciones de
autoinforme o verbales, junto con la observación. Entre los cuestionarios e inventarios más
importantes para evaluar estos aspectos están el Means-Ends Problem-Solving (MEPS) de Platt
y Spivack (1975), el Problem-Solving Inventory (PSI) de Heppner y Peterson (1982), el ProblemSolving Self-Monitoring (PSSM) de D’Zurilla (1986) y el Social Problem Solving Inventory (SPSY)
de D’Zurilla y Nezu (1990). Los mismos permiten conocer déficits en los sujetos en una o varias
de las fases del proceso de SP, o bien permiten descubrir la inexistencia de habilidades que son
importantes para solucionar efectivamente los problemas.
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reestructuración cognitiva - terapia cognitiva
Psicopedia
Psicopedia
La Reestructuración Cognitiva paso a paso (Y una guía en PDF)
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La Reestructuración Cognitiva (RC) como técnica básica de la terapia cognitivo-conductual es
analizada en este documento de gran valor académico y práctico.
Sus autores, Arturo Bados y Eugeni García, hacen un recorrido exhaustivo que comienza con las
bases teóricas de la RC y finaliza con la aplicación práctica de esta técnica a una serie de
trastornos comunes.
Como técnica cognitiva, la RC es utilizada principalmente para identificar y corregir los patrones
de pensamiento negativo.
La técnica consiste en la discusión de los pensamientos automáticos negativos que se producen
en situaciones que provocan ansiedad o cualquier otro tipo de perturbación emocional (por
ejemplo, «Creen que soy aburrido») y su sustitución por creencias o pensamientos más
racionales (como «No puedo leer la mente de otras personas, probablemente están cansados
ahora»).
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A medida que los pensamientos son enfrentados y puestos en duda, su capacidad para provocar
estrés o ansiedad se debilita.
En este post hablamos de:
Reestructuración Cognitiva paso a paso
Identificando pensamientos negativos (distorsiones cognitivas)
1. Psicoeducación
2. Aumentar la conciencia sobre los pensamientos
3. El registro de pensamientos
Técnicas de reestructuración cognitiva
Cuestionamiento Socrático
¿Qué pasaría si…?
Enjuiciar los pensamientos
Reestructuración Cognitiva paso a paso
Imagina que hoy es tu cumpleaños y te quedas esperando todo el día la llamada de un buen
amigo. Empiezas a preguntarte ¿Por qué no me ha llamado? ¿Es que no le importo lo suficiente?
En mayor o menor medida te sientes dolido, e incluso enfadado.
¿De dónde vienen esos sentimientos negativos? No es la llamada en sí la que ha causado tu
malestar, sino tus propios pensamientos, la interpretación que has hecho casi de forma
automática de los motivos de tu amigo para no llamarte.
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Si en lugar de tomarlo como algo personal hubieras pensado cosas como: “Es una persona
olvidadiza, nunca recuerda ningún cumpleaños” o “Tal vez estuvo muy ocupado con la mudanza
que tiene entre manos”, tu emocionalidad al respecto habría sido muy diferente.
Está claro que los pensamientos juegan un papel importante en la determinación de cómo las
personas se sienten y se comportan. Si los pensamientos son negativos con mucha probabilidad
nos sentiremos mal, y al contrario si son positivos.
La reestructuración cognitiva es un proceso terapéutico que se basa en la identificación y
confrontación de los pensamientos negativos e irracionales que nos asaltan ante determinadas
circunstancias, tales como los descritos en el ejemplo del cumpleaños.
Este tipo de pensamientos son llamados distorsiones cognitivas. Y aunque todo el mundo tiene
algunas distorsiones cognitivas, un exceso de ellas se vincula de manera directa con determinaos
trastornos mentales, como la ansiedad y la depresión.
La terapia cognitivo conductual (TCC), y otros enfoques terapéuticos, hacen uso de la
reestructuración cognitiva. Todas estas terapias aprovechan el indiscutible y poderoso vínculo
que existe entre los pensamientos, las emociones y los comportamientos, para tratar los
trastornos mentales y los desequilibrios emocionales.
Identificando pensamientos negativos (distorsiones cognitivas)
Distorsiones cognitivas: Aprende a identificarlas
La reestructuración cognitiva comienza con la identificación de los pensamientos negativos
irracionales (distorsiones cognitivas). No es una tarea fácil, ya que las distorsiones cognitivas se
producen de forma automática e instantánea, puede decirse que de forma refleja.
Veamos a continuación cómo podemos ayudar a nuestros pacientes a identificar
adecuadamente sus propias distorsiones cognitivas:
1. Psicoeducación
Antes de comenzar con la reestructuración de los pensamientos, es importante entender bien
qué son las distorsiones cognitivas, cómo actúan, y el poder que tienen para influir en el estado
de ánimo.
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Por este motivo es importante comenzar siempre con la psicoeducación sobre el modelo
cognitivo que sustenta este procedimiento, usando para ello ejemplos de la vida diaria (como el
del cumpleaños) que conectarán al paciente con sus propias experiencias.
2. Aumentar la conciencia sobre los pensamientos
Una vez entendido el modelo cognitivo, es el momento de aprender a identificar las propias
distorsiones cognitivas. Esto requiere práctica. No es natural, durante un ataque de ira, parar y
preguntarse: “¿Qué pensamientos me llevaron a esta situación”.
Para llegar a identificar esas distorsiones cognitivas conviene empezar buscando las emociones
negativas, los síntomas, si hablamos de un trastorno. Si existe dificultad para identificar estas
emociones habrá que centrarse en los comportamientos. Tanto unos como otros actúan como
señales de alarma que nos advierten de que las distorsiones cognitivas están muy cerca.
Con esta tarea mejoraremos el conocimiento de aquellas situaciones en que las distorsiones
cognitivas están afectando el estado de ánimo y el comportamiento. Cuanto más específicos
sean los factores desencadenantes o las situaciones que se identifiquen, más fácil será
reconocerlas cuando sucedan.
3. El registro de pensamientos
El registro de pensamientos es una herramienta básica de la Reestructuración Cognitiva. Se trata
de un registro de experiencias, junto con los pensamientos, emociones y conductas que las
acompañan. A menudo incluyen también los pensamientos alternativos pertinentes a cada
registro.
Esta tarea ayudará a los pacientes a ser conscientes de las distorsiones cognitivas que antes
pasaban desapercibidas, y que por lo tanto jamás eran cuestionadas. Con la práctica, aprenderán
a identificar las distorsiones cognitivas en el momento en que aparecen, para así enfrentarlas
de inmediato.
Registro de Pensamientos
A menudo, el simple conocimiento de una distorsión cognitiva será suficiente para hacerla
desaparecer. Otras distorsiones cognitivas están más profundamente arraigadas, y requieren un
trabajo extra. En esos casos es útil recurrir a técnicas de reestructuración cognitiva como las que
se describen a continuación.
Técnicas de reestructuración cognitiva
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Cuando percibimos las distorsiones cognitivas de otras personas, a menudo puede parecernos
fácil la confrontación. Pero cuando se trata de nuestras propias distorsiones cognitivas, resulta
mucho más difícil enfrentarse a ellas. Es por eso que persisten. Nos aferramos a nuestras propias
distorsiones, no importa lo erróneas que puedan ser.
Para estas distorsiones cognitivas más resistentes, tenemos algunas técnicas que pueden ayudar
a neutralizarlas. Estas técnicas deben utilizarse de manera recurrente, cada vez que se identifica
una de estas distorsiones cognitivas. Con la repetición suficiente, las distorsiones cognitivas se
extinguirán y serán reemplazadas por nuevos pensamientos más equilibrados y realistas. Estas
son las técnicas más comunes:
Cuestionamiento Socrático
Sócrates fue un filósofo griego que hizo hincapié en la importancia de cuestionar como una
manera de explorar ideas complejas. Esta filosofía ha sido adoptada por la psicología científica
como una forma de desafiar a las distorsiones cognitivas.
Una vez que la distorsión cognitiva ha sido identificada, esta técnica es simple. El pensamiento
será evaluado mediante una serie de preguntas. Para ello los terapeutas pueden servir de
ejemplo proponiendo algunas preguntas, pero en última instancia, es el paciente el que debe
aprender a cuestionar sus propios pensamientos.
Ejemplos de preguntas socráticas serían: ¿Es realista este pensamiento? ¿Estoy basando mis
pensamientos en hechos o en sentimientos? ¿Existe alguna evidencia que apoye esta idea?
¿Podría estar malinterpretando una posible evidencia?.
¿Qué pasaría si…?
Generalmente las distorsiones cognitivas son sólo una visión exagerada de la realidad. Antes de
la primera cita, una persona puede sentirse abrumada por la ansiedad y el nerviosismo,
pensando en todas las cosas que pueden salir mal.
La técnica se basa en dos preguntas muy simples: “¿Qué pasaría si?” o “¿Qué es lo peor que
podría pasar?”. Estas preguntas, adecuadamente planteadas, ayudan a reducir el nivel irracional
de la ansiedad asociada con las distorsiones cognitivas. Se hace hincapié sobre el hecho de que
incluso el peor de los casos es asumible.
Enjuiciar los pensamientos
En este ejercicio, el paciente debe actuar como abogado defensor, fiscal y juez al mismo tiempo,
en relación a sus propias distorsiones.
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En primer lugar, el paciente hará de abogado defensor para su pensamiento negativo. Deberá
encontrar argumentos de por qué el pensamiento es cierto, ateniéndose siempre a hechos y
circunstancias verificables. La interpretación, las suposiciones, y las opiniones no están
permitidas aquí.
A continuación, el paciente actuará como fiscal. Ahora debe presentar pruebas contra el
pensamiento negativo. Al igual que en el paso anterior, requerirá que ajuste a los hechos
objetivos.
Por último, el paciente será el juez de este proceso. Debe revisar la evidencia aportada por cada
una de las partes y emitir un veredicto en forma de un pensamiento racional.
La Reestructuración Cognitiva (RC) es una de las técnicas más habituales en consulta, aunque su
aplicación no es nada fácil. Es necesario un buen conocimiento del trastorno a tratar y se
necesita agilidad mental y creatividad para mantener una interacción fluida y satisfactoria con
el paciente.
Ahora puedes descargar íntegro este excelente documento en formato PDF, que te ayudará sin
duda a dominar esta técnica imprescindible en la práctica clínica diaria.
►Recursos:
Reestructuración Cognitiva paso a paso
►Fuentes:
Depósito Digital de la Universitat de Barcelona
Imagen cortesía de morguefile.com
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