OFTALMOLOGÍA EQUINA DC MVZ CERT Aytzeé Piñón International Equine Ophthalmology Consortium. EXAMEN DEL OJO DEL CABALLO. Para ser capaz de realizar un examen oftálmico apropiado, es necesario tener una fuente de luz focal brillante así como un transiluminador o un oftalmoscopio directo. Se debe de examinar la simetría de la cabeza, el tamaño del globo, movimiento y posición del globo, descarga ocular y blefaroespasmo. Se debe de evaluar la apariencia general de los ojos y sus anexos. Puede ser útil examinar la angulación de las pestañas del párpado superior hacia la cornea en ambos ojos, ya que la caída de las pestañas del párpado superior puede indicar blefroespasmo, ptosis, enoftalmos o exoftalmos. Normalmente, las pestañas son casi perpendiculares a la superficie corneal. El primer signo de un ojo con dolor es casi siempre que las pestañas apunten hacia abajo. Prueba de amenaza El realizar un movimiento rápido hacia el ojo ocasiona una respuesta de parpadeo y/o un movimiento de la cabeza conocido como reflejo de amenaza. Esta es una prueba muy simple para evaluar visión. Se debe de tener cuidado en no crear corrientes de aire hacia el ojo cuando se El reflejo pupilar a la luz (RPL directo e indirecto) evalúa la integridad de la retina, nervio óptico, cerebro medio, nervio oculomotor y el músculo del esfínter del iris. La pupila normal equina responde de forma lenta e incompleta a pesar de que el estímulo de luz sea muy brillante. Pruebas diagnósticas Para facilitar el examen en el caballo, puede ser necesario el uso de sedación intravenosa, un pellizco en la nariz o en la oreja y los bloqueos nerviosos supraorbitario que es sensorial y auriculopalpebral que es motor. La prueba de Schirmer es un método para medir la cantidad de lágrima y debe emplearse en úlceras corneales crónicas y en ojos en donde la cornea tenga una apariencia seca. Esta prueba debe realizarse antes de la instilación de cualquier medicamento en el ojo. La punta de la tira reactiva debe insertarse en el margen temporal del parpado inferior. La tira se remueve después de un minuto y se mide el tamaño de la línea de humectación. En caballos las tiras son frecuentemente saturadas después de un minuto con valores en rangos de 14-34 mm de humedad/minuto considerados como normal. Los valores menores a 10 mm/min son diagnósticos para deficiencia de lágrima. Las tiras de Schirmer están disponibles en http://www.laboratoriosantgar.com Los cultivos corneales usando hisopos para microbiología deben obtenerse antes de colocar cualquier medicación tópica en el ojo. Los hisopos deben de tocar gentilmente a la úlcera corneal. Los raspados corneales para obtener especímenes para citología para detectar bacterias o hifas fungales profundas pueden obtenerse en la orilla y en la base de la lesión corneal con anestesia tópica y la parte roma de una navaja de bisturí. La cornea debe de ser clara, lisa y brillante. La tinción de fluoresceína (USARLA SIN DILUIR) en el ojo identifica úlceras corneales y es una prueba de rutina en cualquier examen oftálmico en el caballo. Las tiras de fluoresceína están disponibles en http://www.laboratoriosantgar.com Rompimiento de la película lagrimal La película lagrimal se rompe si el parpadeo no ocurre de forma suficiente. Pueden aparecer manchas secas oscuras bajo un filtro de luz de azul de cobalto como parte de una evaporación normal y difusión de las lágrimas. La tinción de fluoresceína se debe colocar en la córnea y no enjuagarse. El párpado se debe de cerrar manualmente tres veces y después mantenerse abierto para exponer la película lagrimal a evaporación La tinción de Rosa de bengala se debe de utilizar en ciertos casos seleccionados después de la instilación de fluoresceína para identificar la integridad de la película lagrimal o la presencia de hifas fungales. Las tiras de rosa de bengala están disponibles es http://www.laboratoriosantgar.com. Para determinar la integridad del sistema nasolagrimal se recomienda irrigar el orificio nasolagrimal con una cánula o una jeringa multipropósito curva, a pesar de que la tinción de fluoresceína penetra a través del sistema nasolagrimal indicando también su buen funcionamiento. La cámara anterior se examina mejor con una lámpara de mano o transiluminador que tenga lámpara de hendidura. La cámara anterior contiene humor acuoso ópticamente claro. El aumento de niveles de proteínas se observa clínicamente como flama acuosa. Las células blancas en la cámara anterior se conocen como hipopión y las células rojas como hifema. La flama acuosa, el hipopíon y el hifema son indicadores de uveítis. La presión intraocular (PIO) en caballos es de 16-30 mm Hg medida con un Tonopen que es un tonómetro de aplanación. El lente debe revisarse para evaluar su posición y cualquier opacidad o catarata. Existen ciertas opacidades que son consideradas como variaciones normales: suturas prominentes del lente, el punto de unión de la arteria hialoidea, anillos concéntricos refractivos, opacidades finas que parecen polvo y “vacuolas” esparcidas dentro de la sustancia del lente. Las cataratas son opacidades del lente asociadas con ciertos grados variables de ceguera. Pueden ser congénitas, secundarias a uveítis previa y pueden ser progresivas o no progresivas. En ciertas razas de caballos, las cataratas pueden ser hereditarias. El vítreo del adulto debe estar libre de opacidades obvias. Con la edad se pueden desarrollar flotaciones vítreas o como secuela de Uveítis Recurrente Equina (URE). Generalmente son de naturaleza benigna. La retina y el nervio óptico pueden examinarse con un oftalmoscopio directo como el Panoptic ® o algún oftalmoscopio indirecto. El lente rotatorio del oftalmoscopio directo debe colocarse en el 0 para examinar la retina y el nervio óptico y en el número 20 “verde” para enfocar los párpados y la córnea. Los desprendimientos de retina pueden ser congénitos, traumáticos o secundarios a URE y son una falla muy seria debido a su asociación con la pérdida de la visión parcial o completa. El electroretinograma puede ser útil para evaluar la función de la retina en caballos y se realiza en centros especializados de referencia. La ultrasonografía, tomografía computarizada y la resonancia magnética también son herramientas importantes para evaluar lesiones orbitarias e intraoculares en el caballo. ULCERACIÓN CORNEAL EQUINA. La ulceración corneal equina es la enfermedad oftálmica más común en caballos y es una enfermedad que puede ocasionar ceguera que requiere un diagnóstico temprano, confirmación de laboratorio y una terapia apropiada médica y/o quirúrgica. Las úlceras pueden ser simples, rasgaduras superficiales o abrasiones en el epitelio corneal y evolucionar a perforaciones corneales completas con prolapso de iris. El ojo prominente del caballo lo predispone al daño corneal traumático. La queratitis en caballos puede ser bacteriana o fúngica y requiere una terapia rápida si se quieren evitar serias complicaciones oculares. Las úlceras corneales en caballos deben de tratarse agresivamente sin importar que tan pequeñas o superficiales sean. La infección corneal y la iridociclitis son siempre los riesgos mayores para cualquier ulceración. La iridocilitis o uveítis esta presente en todos los tipos de ulceras corneales y debe de ser tratada para preservar la visión. En caballos, las posibles secuelas de la ulceración corneal son la ruptura del globo, phthisis bulbi y ceguera.