TEORICO 1: Aldo Ferrer Se destacan 3 distintos ciclos económicos en la historia de Argentina. El primero desde la década de 1880 hasta la crisis del 30 que se caracterizó por ser un modelo primario exportador. El segundo desde el fin de la segunda Guerra hasta el 1975 que fue el modelo ISI que fue acentuado por la aparición de regímenes proteccionistas y la baja en los precios de las materias primas que obligo a países como Argentina a desarrollar su industria. El tercero desde 1977 hasta el presente, el modelo de hegemonía financiera, producto de una globalización de los procesos productivos y desregulación de los mismos. Esto se ve reflejado más fuertemente en el crecimiento de plazas financieras y los mercados de capitales que se mueven 24/7. Período Primario-Exportador (1880-1930) La división internacional del trabajo regulaba la producción de materias primas, el abastecimiento de combustibles y la producción manufacturera. Así la economía mundial dependía de este sistema. Se generaban relaciones muy estrechas entre países de producción primaria y los de producción industrial. Entre estos se generaban las relaciones más fuertes de comercio y movimiento de capitales. En esta época, Argentina se relacionó con Inglaterra y tuvo un papel muy protagónico ya que era la proveedora más importante de la 1era potencia mundial en ese entonces. Para esa época, Argentina tenía un régimen liberal de comercio y de tratamiento de los capitales extranjeros y, por lo tanto, un alto grado de apertura externa. Este grado de apertura significo que, por ejemplo, el 50% de los activos de la economía fueran extranjeros y que gran parte de estos fueran británicos. Al ser un país netamente productor de materias primas, los productos faltantes se importaban, ahí es cuando la balanza se equilibraba y todas las divisas que se obtenían mediante la producción de los productos primarios se dirigían hacia la compra de productos manufacturados. La cantidad de volúmenes exportados determinaba aspectos clave para el país tales como, la cantidad de reservas, el empleo y como se iba a enfrentar el gasto interno (público y privado) y que tantos créditos se obtendrían. Las divisas generadas permitían endeudarse y además afrontar viejas deudas. TEORICO 1: Revoluciones tecnológicas y paradigmas tecnoeconómicos Después de la primera revolución industrial la tecnología fue cambiando y así también se fueron abriendo nuevas fronteras. Estos cambios crean industrias, sacuden la economía y cambian las percepciones de cómo se entendía todo este conjunto de factores. Estas revoluciones tecnológicas siempre traen un aumento en la producción y también un cambio en el sistema productivo. La propagación en la sociedad de estas revoluciones tecnológicas tiene el nombre de Paradigmas tecnoeconómicos. Estos paradigmas son los que guían a las personas en la utilización de las nuevas tecnologías. Desde la revolución industrial, la cual se puede considerar la primera revolución tecnológica, la historia se dividió en 5 bloques, 5 revoluciones que generaron 5 distintos paradigmas. ¿Cuáles fueron los distintos paradigmas? 1) Revolución Industrial: fines del siglo XVIII, se da en Inglaterra y tiene como características principales la mecanización de la producción de algodón y la aparición de las maquinarias. Las nuevas infraestructuras que surgieron fueron los canales y la energía hidráulica. Entre los cambios de paradigma, con las fábricas se generó una migración hacia la ciudad, se agilizó la vida tanto en términos de producción como de transporte. 2) Era del vapor y los ferrocarriles: antes de la mitad del siglo XIX, empieza a desarrollarse en Inglaterra los motores a vapor para ferrocarriles e industria. Empieza a crecer la actividad minera para abastecer los motores nuevos con carbón. Se instala el ferrocarril, el telégrafo, la red de gas urbana y grandes mejoras en lo fluvial. El nuevo paradigma genera ciudades industriales en crecimiento y empiezan a aparecer producciones a escala y procesos estandarizados. También es el auge de la producción de energía. 3) Era del acero y la electricidad: fines del siglo XIX (1880), EEUU y Alemania reemplazan a Inglaterra como potencias y se instala la producción de acero barato y todos los productos que con él se pueden fabricar, se mejora el motor a vapor y se desarrolla la industria química. La red de transporte se agranda y su velocidad mejora. Con el telégrafo mundial y el teléfono las personas empiezan a estar más comunicadas. En el cambio de paradigma podemos ver que las estructuras empiezan a ser más grandes, la ciencia toma un papel fundamental y la estandarización se vuelve mundial. 4) Era del petróleo, automóvil y producción en masa: principios del siglo XX, EEUU y Alemania se disputan el dominio mundial. La salida del primer Ford T marca el comienzo de esta era; la producción de medios de transporte, electrodomésticos, derivados del petróleo y armamento marcan la característica de una época en donde el petróleo permitió agilizar aún más la producción y el desarrollo. Apareció la telecomunicación analógica como así también las redes de electricidad. Para el desarrollo del transporte se construyeron, rutas, puertos y aeropuertos. El paradigma fue marcado por la estandarización y la producción en masa, las ciudades empiezan a tener centros y suburbios, la administración de las empresas se vuelve más técnica (Taylorismo) y los países empiezan a hacer acuerdos de poder como también prepararse para confrontamientos armados. 5) Era de la informática y las telecomunicaciones: en la década de 1970, EEUU ya establecido como la primera potencia mundial, destaca en el desarrollo de la comunicación mundial digital, el internet y el e-mail y el transporte de alta velocidad. Dentro del nuevo paradigma se destacan el valor de la información, la globalización en todos los sentidos y el conocimiento se vuelve capital. Cada revolución tiene un país núcleo donde se desarrolla para luego expandirse por el mundo. Esta llegada es totalmente dispareja y algunos países tardan décadas en recibir las innovaciones. Cuando surge una innovación no significa que lo viejo desaparezca, sino que se tardan algunas décadas en romper la resistencia al cambio y establecer lo nuevo. En muchos casos, no solamente las innovaciones producen el potencial revolucionario, la combinación de lo viejo y lo nuevo es lo que hace que se genere un cambio más potente, por lo que podemos decir que todas las revoluciones son una combinación de lo viejo con lo nuevo que lo potencia. La razón principal por la cual se produce el cambio de paradigma es que la nueva tecnología también cambia el modo de hacer las cosas. El paradigma termina siendo el modo de óptima práctica y que tiene que, con el tiempo, ser tomado como algo de sentido común. Los pioneros son los que abren o cierran caminos; los paradigmas se establecen cuando alguno tiene éxito y ese éxito sirve de guía para todos los demás. Se podría decir que un paradigma acaba siendo un modelo que todos siguen con sus reglas prácticas pero que en un principio fue constituido por alguien que no sabía hasta donde podía llegar. Los paradigmas modifican los modelos de producción y en la economía en sí, pero consigo traen cambios en niveles organizativos, políticos e ideológicos. Que la sociedad tenga que aprender a vivir con los nuevos paradigmas hace que cambie su estructura y entonces que pase a ser parte de ella. La necesidad de adaptarse al paradigma se vuelve una necesidad. TEORICO 2: Imperialismo (Hobsbawn) Entre 1875 y 1914 tuvo lugar el período histórico al cual le podemos llamar Imperialismo. En este período surgieron las colonias. Antes de esta época, las potencias no habían intentado convertir la supremacía que tenían en conquista y administración formal. Durante estos años, los territorios de África y Asia fueron divididos entre las principales potencias. Las rivalidades existentes entre los capitalistas que fueron causa de esa división, engendraron también la primera Guerra Mundial. Sin embargo, grandes imperios tradicionales de Asia se mantuvieron independientes, aunque las potencias occidentales establecieron en ellos zonas de influencia o incluso una administración directa que en algunos casos cubría todo el territorio. Si conservaron su independencia fue porque resultaban convenientes como estados-tapón, por la incapacidad de las potencias imperiales rivales para acordar una fórmula para la división o bien por su gran extensión. En América Latina, la dominación económica y las presiones políticas necesarias se realizaban sin una conquista formal, fue la única región del planeta en la que no hubo rivalidades entre las grandes potencias. Con la excepción de Reino Unido, ningún estado europeo poseía algo más que las dispersas reliquias. La expansión económica y la explotación del mundo en ultramar eran esenciales para los países capitalistas. De hecho, el único de los grandes imperios coloniales que no pudieron o no quisieron anexionarse nuevos territorios, fueron los Países Bajos. En la época se negaba que el imperialismo tuviera raíces económicas importantes beneficiando económicamente a los países imperialistas o que la explotación de las zonas atrasadas fuera fundamental para el capitalismo y que hubiera tenido efectos negativos sobre las económicas coloniales. Afirmaban que el imperialismo no desemboco en rivalidades insuperables entre las potencias imperialistas y que no había tenido consecuencias decisivas sobre el origen de la primera Guerra Mundial. El acontecimiento más importante en el siglo XIX es la creación de una economía global, que penetro de forma progresiva en los rincones más remotos del mundo. Esta vinculaba a los países desarrollados entre sí y con el mundo subdesarrollado. Una red de transporte mucho más extensa posibilito que incluso las zonas más atrasadas y hasta entonces marginales se incorporaran a la economía mundial y los núcleos tradicionales de riqueza y desarrollo experimentaran un nuevo interés por esas zonas remotas. El desarrollo tecnológico dependía de materias primas que por razones climáticas o por la geología se encontraban exclusiva o muy abundantemente en lugares remotos. Estas materias primas se encontraban en los países subdesarrollados. Aparte de las demandas de la nueva tecnología, el crecimiento del consumo de masas en los países metropolitanos significo la rápida expansión del mercado de productos alimentarios. El mercado estaba dominado por los productos básicos de la zona templada, cereales y carne que se producían a muy bajo coste y en grandes cantidades en diferentes zonas de sentamiento europeo en Norteamérica y Suramérica, Rusia y Australasia. Y gracias a la rapidez del transporte y de la conservación, comenzaron a fluir frutas tropicales y subtropicales, esos frutos posibilitaron la aparición de las repúblicas bananeras. Estos acontecimientos no cambiaron la forma y las características de los países industrializados o en proceso de industrialización, aunque crearon nuevas ramas de grandes negocios y transformaron el resto del mundo en la medida en que lo convirtieron en un complejo de territorios coloniales y semicoloniales que progresivamente se convirtieron en productos especializados de uno o dos productos básicos para exportarlos al mercado mundial, de cuya fortuna dependían por completo. En esta etapa, ni siquiera las colonias de población blanca se industrializaron porque también se vieron atrapadas en la trampa de la especialización internacional. En la época imperialista, los mejores lugares para emigrar eran Australia, Nueva Zelanda, Argentina o Uruguay antes que a cualquier lugar incluyendo los Estados Unidos. En todos estos países se formaron partidos e incluso gobiernos obreros y radical-democráticos que buscaban ambiciosos sistemas de bienestar y seguridad social mucho antes que en Europa. Pero estos países eran complementos de la economía industrial europea y no les convenía sufrir un proceso de industrialización. Tampoco las metrópolis habrían visto con buenos ojos ese proceso. La función de las colonias y de las dependencias no formales era la de complementar las económicas de las metrópolis y no la de competir con ellas. La era imperialista, que comenzó a finales del siglo XIX, se prolongó hasta la gran crisis de 1929-1933. Hasta 1914 las relaciones de intercambio parecían favorecer a los productores de materias primas. Sin embargo, la importancia económica creciente en esas zonas para la economía mundial, no explica porque los principales estados industriales iniciaron una rápida carrera para dividir el mundo en colonias y esferas de influencia. Era totalmente natural, relacionar el nuevo imperialismo con las exportaciones de capital, los capitalistas veían más seguras las inversiones en el extranjero que en el propio país. Un argumento general para la expansión colonial era la búsqueda de mercados. La convicción de que el problema de la superproducción del periodo de la gran depresión podía solucionarse a través de un gran impulso exportador era compartida por muchos. Pero el factor fundamental de la situación económica general era el hecho de que una serie de economías desarrolladas experimentaban de forma simultánea la misma necesidad de encontrar nuevos mercados. El imperialismo era la consecuencia natural de una economía internacional basada en la rivalidad de varias economías industriales competidoras. El proteccionismo de cualquier tipo no es otra cosa que la operación de la economía con la ayuda de la política. La adquisición de colonias se convirtió en un símbolo de estatus, con la interdependencia de su valor real. Alemania se sintió profundamente ofendida por el hecho de que una nación tan poderosa y dinámica poseyera muchas menos posesiones coloniales que los británicos y los franceses. En efecto, si las grandes potencias eran estados que tenían colonias, los pequeños países no tenían derecho a ellas. El capitalismo occidental en el década del 1880 estaba constituido ahora por una pluralidad de economías naciones rivales, que se protegían unas de otras, por lo que es imposible separar la política y la economía en una sociedad capitalista. Explicar el nuevo imperialismo desde una óptica no económica es tan poco realista como el intento de explicar la aparición de los partidos obreros sin tener en cuenta para nada los factores económicos. La aparición de los movimientos obreros o de la política democrática tuvo una clara influencia sobre el desarrollo del nuevo imperialismo. El socialismo fue hasta 1914 un movimiento europeo y de inmigrantes blancos. El imperialismo social es el intento de utilizar la expansión imperial para amortiguar el descontento interno a través de mejoras económicas o reformas sociales. El imperialismo estímulo a las masas a identificarse con el estado y la nación imperial, dando así, justificación y legitimidad al sistema social y político representado por ese estado. No se puede negar que la idea de superioridad y de dominio sobre un mundo poblado por gentes de piel oscura en remotos lugares tenia arraigo popular y que, por lo tanto, beneficiaría a la política imperialista. La civilización burguesa había glorificado siempre los tres triunfos de la ciencia, la tecnología y las manufacturas. En la era de los imperios también glorificaba sus colonias. El sentimiento de superioridad que unía a los hombres blancos occidentales, tanto a los ricos como a los de clase media y a los pobres era que gozaban de los privilegios del dominador, especialmente cuando se hallaban en las colonias. Esta fue la época clásica de las actividades misioneras a gran escala, otra de las muestras de la soberanía occidental. La definición de la nueva fase imperialista del capitalismo consideraba la anexión y la explotación coloniales como una característica de esta nueva fase. Este nuevo imperialismo era el producto de una época de competitividad entre economías nacionales capitalistas e industriales rivales y que se vio intensificada por las presiones para asegurar y salvaguardar mercados en un periodo de incertidumbre económica. El impacto económico del imperialismo fue importante, pero lo más destacable es que resulto profundamente desigual. Las relaciones entre las metrópolis y sus colonias eran muy asimétricas. El impacto de las primeras sobre las segundas fue fundamental y decisivo. El país donde tuvo más importancia el imperialismo fue Reino Unido. La supremacía económica de este país siempre había dependido de su relación especial con los mercados y fuentes de materia primas de ultramar. Si incluimos el imperio informal, Reino Unido tenía una tercera parte del globo en un sentido económico y cultural. El éxito de Reino Unido en ultramar fue consecuencia de la explotación más sistemática de las posesiones británicas ya existentes o de la explotación más sistemática de las posesiones británicas ya existentes o de la posición especial del país como principal importador e inversor en zonas tales como Sudamérica. La actividad económica británica se centraba en países que eran prácticamente independientes. El nuevo colonialismo fue una consecuencia de una era de rivalidad económica- política entre economías nacionales competidoras; rivalidad intensificada por el proteccionismo. La era del imperio no fue solo un fenómeno económico y político sino también cultural. La conquista del mundo por la minoría desarrollada transformo imágenes, ideas y aspiraciones, por la fuerza y por las instituciones, mediante el ejemplo y mediante la transformación social. El legado cultural más importante del imperialismo fue una educación de tipo occidental para minorías distintas. A esto se le puede llamar occidentalización. La era del imperio creo una serie de condiciones que determinaron la aparición de líderes antiimperialistas y, asimismo, las condiciones que comenzaron a dar resonancia a sus voces. Los movimientos antiimperialistas importantes comenzaron en la mayor parte de los sitios con la primera guerra mundial y la Revolución rusa. La novedad del siglo XIX, consistió en el hecho de que se consideraban a los pueblos no europeos y a sus sociedades como inferiores, indeseables, débiles y atrasados. Eran pueblos adecuados para la conquista o para la conversión hacia los valores occidentales. La densidad de la red de comunicaciones globales, la accesibilidad de los otros países, ya fuera directa o indirectamente, intensifico la confrontación y la mezcla entre los mundos occidentales y exóticos. El triunfo imperial planteo problemas e incertidumbres. Planteo problemas porque se hizo cada vez más insoluble la contradicción entre la forma en que las clases dirigentes de la metrópoli gobernaban sus imperios y la manera en que lo hacían con sus pueblos. En las metrópolis se impuso o estaba destinada a imponerse, la política del electoralismo democrático, como parecía inevitable. En los imperios coloniales prevalecía la autocracia, basada en la combinación de la coacción física y la sumisión pasiva a una superioridad tan grande que parecía imposible desafiar y, por tanto, legitima. Documental Encuentro (década 1910) Sectores obreros y sindicales empiezan a exigir un cambio en las políticas laborales, buscan mejorar sus condiciones de vida. Se generan reformas en BsAs debido al crecimiento acelerado que tiene la ciudad. Los inmigrantes se instalan en la capital y las zonas urbanas fuera del centro empiezan a sobrepoblarse, mucha gente vive en condiciones de hacinamiento. Con los inmigrantes también inmigran las nuevas ideas europeas en cuanto a socialismo, ASCENSO SOCIAL, mejoras en las condiciones laborales. Se empiezan a ver realidades que no se veían de los gobiernos conservadores de la época. La construcción de una SOCIEDAD HOMOGENEA se vuelve cada día más difícil por la inmigración, la sociedad se volvía a cada día más diversa. Por los festejos del centenario se empiezan a ocultar la realidad de las condiciones de la sociedad trabajadora ante los ojos de los líderes mundiales. Empieza una campaña de represión hacia todo aquel que cuestionara al gobierno conservador. Grupos de anarquistas, socialistas y sindicatos empiezan a ser arrestados por la policía con tal de que no provocaran disturbio alguno. La clase alta y los políticos conservadores ven el avance de estos grupos como inminente por lo que buscan mantener su posición con violencia y censura. Se sanciona la Ley de Defensa Social, que básicamente busca anular todas las ideas consideradas “subversivas” y penaliza fuertemente a aquellos que las divulgan. Las penas varían entre largas condenas en prisión, expulsión del país y la pena de muerte. Las demandas sociales continuaron y fueron la excusa para aplicar la Ley de Defensa Social. Por varios años, la clase conservadora seguiría consolidada en el poder, el sistema capitalista muy afianzado y la clase obrera dejada de lado. Después de la sanción de la Ley Roque Sáenz Peña, se elegiría al primer presidente por voto popular, Irigoyen. TEÓRICO 3: Crash del 1929 Con el Crash de la bolsa de 1929, su efecto inmediato fue la llegada de la Gran Depresión. Para 1933 1 de cada 4 trabajadores estaba desempleado. La causa con la que se puede explicar el Crash, es que todos aquellos que tenían acciones se quisieron deshacer de ellas cuando el valor empezó a bajar y así se generó una baja de los precios que generaron esta caída del sistema. También en los años anteriores al Crash, la gente pedía créditos para invertir en la bolsa y arriesgaba sus ahorros en búsqueda de los dividendos que le podían surgir. EEUU no veía que esto podía pasar y mucho menos la gente común y corriente. Cuando cae la bolsa, las personas pierden los ahorros de toda su vida y quedan endeudados. Se empieza a ver la crisis de la depresión cuando se produce una saturación en la producción industrial, la demanda bajaba y la oferta seguía siendo la misma. Los empresarios y pensadores de esa época pensaron que la demanda iba a crecer infinitamente, pero con la subida de los tipos de intereses, sumado a la reducción en las compras, podemos decir que en 1929 la economía funcionaba mal. Las causas de este funcionamiento incorrecto fueron 5: 1) Mala distribución de la renta. La economía dependía entonces de un nivel muy alto de inversión. 2) Estructura deficiente en las Sociedades Anónimas. 3) Mala estructura bancaria. Esta era muy frágil y producía un efecto domino, es decir, con la quiebra de un banco otros quebraban sucesivamente. 4) Situación deudora en la balanza de pagos. 5) Poco conocimiento de la economía de la época. Las medidas que se tomaban empeoraban las cosas. La solución que podía resolver esta crisis era manejar las cosas como necesitaban ser manejadas. Se debía equilibrar la balanza de pagos y bajar el gasto público a través de la recaudación de impuestos y baja en el gasto. Estas medidas, no tuvieron los mejores efectos, aun así, provocaron inflación y un paro en la producción. TEORICO 4: Hobsbawn - Los años dorados Periodo socioeconómico transcurrido desde el final de la 2da guerra mundial hasta la crisis del petróleo de 1973. Caracterizado por el crecimiento económico nunca antes alcanzado y el enfrentamiento entre las dos grandes potencias mundiales, EEUU y la Unión Soviética, en el marco de la guerra fría. La expansión del capitalismo fue acompañada de una fuerte presencia del estado, otorgando importancia a cuestiones sociales. Por ejemplo, en cuestiones como el nivel de empleo, de demanda y de inversión, para asegurar las condiciones de reproducción del sistema capitalista. Producción a bajo costo de una enorme y diversificada cantidad de bienes, a raíz del desarrollo de nuevas tecnologías y la introducción de métodos de producción más eficientes. Se produjo una necesidad de dar salida a esos excedentes de producción para el cual el desarrollo de la publicidad condujo a la consolidación de una sociedad de consumo. EEUU se consolida como la principal potencia mundial y a su vez, Europa Occidental y Japón experimentan altos niveles de crecimiento. EEUU comenzó a ayudar mediante créditos, préstamos e inversiones a las economías europeas que a cambio debían comercializar productos con EEUU. El motivo era el temor de un posible avance del comunismo en Europa occidental (Plan Marshall) La industrialización se expandió a los países del tercer mundo y los niveles de productividad se dispararon a todos los sectores. El crecimiento fue masivo. El proceso masivo de urbanización deterioro el medio ambiente. La tecnología permitió en las grandes ciudades crear industrias más limpias, silenciosas y menos contaminantes. La energía era barata (petróleo) y posibilitaba el crecimiento, específicamente el automóvil que se fue masificando en los países más desarrollados. Emerge la economía mixta, la cual se basaba en una relación entre el sector privado, el estado y los sindicatos, el estado debía asegurar el crecimiento a largo plazo y que el mismo fuera de la forma más equitativa posible. Tomaron un rol activo en el gobierno los partidos de izquierda y los sindicatos. Se adoptaron medidas de reforma como la nacionalización de las industrias básicas, la creación de organismos planificadores y la participación obrera en las ganancias y en la dirección de las empresas. Economía mixta: se basaba en una relación entre el sector privado, el estado y los sindicatos. Se fortaleció mediante la búsqueda del consenso social y político que se plasmó en la conformación de gobiernos de coalición en los que tomaron un rol activo los partidos de izquierda y sindicatos. Se aceptaron medidas de reforma como la nacionalización de industrias básicas, la creación de organismos planificadores y la participación obrera en las ganancias y en la dirección de las empresas. TEORICO 5: Guerra Fría (Valeria Carbone) Luego de la 2° guerra mundial, el mundo quedo dividido con dos superpotencias a la cabeza, EEUU y la URSS. Fue una época de conflictos económicos, políticos e ideológicos que no llegaron a enfrentamientos bélicos. Estados unidos atraviesa una etapa basada en el armamento militar y expansión a escala mundial de las empresas norteamericanas (transnacionales). Plan Marshall: programa llevado a cabo por EEUU para ayudar a levantar las economías europeas (préstamos, créditos, etc.) con la condición de comercializar con EEUU. El motivo fue imposibilitar el avance comunista por las economías afectadas por la guerra. Norteamérica se convirtió en el banquero mundial, y posiciona al dólar como moneda oro. Surge la OTAN, prestaba ayuda a los estados europeos en caso de conflictos. Se buscaba debilitar el desarrollo de la URSS para evitar su expansión por lo cual se aplicaron políticas económicas para influir y presionar a las economías del planeta capitalistas a no comerciar con la URSS y así, controlar el mercado. Se produjo una carrera armamentista, donde ambas potencias producían y masificaban su arsenal nuclear militar. Se conformaron redes de alianzas militares en apoyo a los bandos en el cual se incluyó a América Latina. Buscaban mantener el orden, control en América Latina, y los intereses de los mismos con negociaciones, acciones encubiertas y amenazas. EEUU interpreto cualquier signo de cambio político, social y económico que no correspondiera a los parámetros de un occidente capitalista y democrático, como una infiltración del comunismo internacional y por ende peligroso a los intereses norteamericanos. Las políticas de América latina se orientaron también a evitar que se desafiara su posición (EEUU) como potencia hegemónica occidental y defender y preservar los intereses del capital privado norteamericano. La política de contención global funciono perfectamente hasta 1954 donde EEUU intervino para “ayudar” a derrocar un gobierno populista en el que algunos comunistas tienen puestos clave en Guatemala. Una segunda amenaza a la hegemonía de EEUU fue con la revolución de cuba de 1959 con la incorporación de la isla al campo socialista. Fue una “puerta de entrada” a América Latina. EEUU apelo a la presión política, rompiendo relaciones con el régimen de Castro, se aplicaron tácticas de guerra y embargo económico, se apoyó a grupos de oposición al régimen y se planearon invasiones para derrocar al gobierno. En 1962 se instalan misiles soviéticos que apuntan a EEUU, se alcanzó el punto más tenso que la guerra conocía, sin embargo, se llegó a un acuerdo donde se retiraban los misiles si se dejaban el camino libre al gobierno de Castro. Se formó la “Alianza para el progreso” cuyo objetivo era fomentar el progreso social y el desarrollo económico de la región, fortaleciendo la democracia representativa. Cuba sufría debido al aislamiento el embargo y la exclusión del programa, lo que terminaba por desacreditar a su régimen a los ojos de América Latina. TEORICO 6: Bertola (capitulo 4) – “La caída del Liberalismo” Industrialización dirigida por el Estado La gran depresión y la crisis del 30 generaron golpes fatales para las exportaciones. A nivel mundial, los cambios que ocurrieron pueden resumirse en el colapso de la primera globalización, la creciente intervención del Estado en la economía, el retroceso del liberalismo a nivel mundial y su colapso bajo el ascenso del fascismo en varios países y del comunismo en Rusia. En América Latina surgiría un nuevo patrón del desarrollo denominado industrialización dirigida por el Estado; caracterizado por un foco creciente en la industrialización como eje del desarrollo, ampliación de la acción del Estado en la vida económica y social y a la orientación hacia el mercado interno. El surgimiento de la 2da globalización, con la reconstrucción del comercia internacional, generaría un impacto profundo sobre la región. El periodo cubre dos fases: - La primera, durante la gran depresión y la 2da guerra mundial fue un periodo de transición, caracterizado por un lento crecimiento económico. - La segunda fase, cubre el final de la guerra y 1980, puede considerarse como de predominio de la industrialización dirigida por el Estado, se caracterizó por el mayor crecimiento de toda la Historia, además de un aumento de productividad, población y urbanización. Los dos países de mayor tamaño Brasil y México, tuvieron el mejor desempeño demostrando que el tamaño se tornó importante, esto no quiere decir que los países pequeños no hayan tenido un buen desempeño. Choque externo La Gran Depresión desordeno el comercio mundial y profundizo las tendencias proteccionistas que se venían perfilando desde el S XIX; genero una caída de la actividad económica de EEUU; surgió multiplicidad de acuerdos bilaterales de comercio, que terminaron por generar un colapso del multilateralismo en materia comercial. Los precios de los productos primarios comenzaron a caer desde 1928 (ej.: azúcar). El auge de financiación externa del decenio de 1920, que había beneficiado a la mayoría de los países latinoamericanos, fue sucedido por menos flujos de capital desde 1920, y por la intervención de dichos flujos poco después. El colapso de las exportaciones y el brusco viraje de la financiación externa en los años 1930 generaron tensiones en la balanza de pagos y en las cuentas fiscales. En Latinoamérica condujo también al abandono generalizado y definitivo del patrón oro. A las perturbaciones provenientes del comercio se agregaron las tensiones generadas por la supervisión de la financiación internacional, esto incidió en el pago de la deuda externa. La comparación de los choques que experimentaron distintos países resulta interesante en términos de la influencia que tuvieron las políticas de distintas economías industrializadas sobre la región. Activismos macroeconómicos y la reactivación La fuerte contracción del comercio y la ausencia de financiación externa tornaron inevitables la adopción de fuentes medidas de ajuste para equilibrar la balanza de pagos. Ello implico combinaciones de instrumentos como devaluación, aumento de aranceles, controles de cambios e importaciones y moratoria en el servicio de la deuda externa. Estos ajustes profundizaron los cambios en los precios, lo que genero un fuerte incentivo para la producción interna, la industrialización recibió así un impulso adicional. La Gran Depresión represento una transición entre la era del desarrollo primario-exportador y la industrialización dirigida por el Estado. El hecho de que la industrialización y la sustitución de importaciones agrícola se convirtieran en fuentes más efectivas de crecimiento, llevo a que a fines de la década de 1930 se crearan instituciones estatales específicas para la promoción de nuevas actividades manufactureras, en particular de cambios de desarrollo; esto se le sumo la idea de nacionalizar ciertos sectores estratégicos. El abandono de la ortodoxia monetaria, facilito la adopción de políticas monetarias y fiscales expansivas, lo que favoreció la recuperación de la demanda interna. La recuperación temprana y exitosa de América Latina durante la gran depresión fue impulsada por la sustitución de importaciones de productos manufactureros y agrícolas y por la recuperación de la demanda interna sobre la base de políticas macroeconómicas expansivas. El crecimiento económico de los años 30 fue bajo e implico una desaceleración en relación con los años 20. La sustitución de importaciones ayudo a aliviar la presión sobre la balanza de pagos y permitió, la expansión de la demanda interna. Activismo macroeconómico: su objetivo principal fue el intento de moderar los ciclos económicos. En síntesis, mientras el eje del pensamiento keynesiano fue la estabilización de la demanda agregada a través de una política fiscal y monetaria activa, el manejo de choques de oferta agregada de origen externo a través del manejo de la balanza de pagos jugó un papel anti-cíclico muchos más importante en economías de desarrollo cuyas fuentes de perturbación macroeconómica eran probablemente de origen externo. Impacto de la 2da Guerra Mundial La 2da Guerra Mundial proporciono un gran impulso al intervencionismo en el comercio exterior y la industrialización. La búsqueda de garantizar el apoyo latinoamericano a los países aliados durante la 2da Guerra Mundial llevo a EEUU no solo a celebrar acuerdos con muchos países latinoamericanos, sino también a financiar, por medio de su banco de exportaciones e importaciones varias iniciativas de estos gobiernos. El impacto de la guerra sobre las exportaciones fue diverso. Las escaseces generadas por la guerra terminaron siendo una bendición para aquellas regiones que no habían sido afectadas bélicamente. Países como México, Cuba y Venezuela se vieron beneficiados, pero en general, debido a los costos del transporte y los controles de los precios, impidieron que los términos de intercambio de los países latinoamericanos mejoraran, estos mejorarían al finalizar la guerra. Sin embargo, los ingresos por exportaciones no pudieron ser gastados en importaciones debido a las restricciones de la guerra y generaron una acumulación de reservas internacionales. Esto sumado al ambiente general de aumento de precios y escasez de manufacturas a nivel internacional condujeron a un proceso de inflación. La acumulación de reservas fue la provisión de fondos en divisas para financiar inversión. Tal fue el caso de la nacionalización de los ferrocarriles británicos por parte de Perón. Además, estas reservan permitieron junto con la moratoria de la deuda, que América Latina comenzara la posguerra con unos coeficientes de endeudamiento público muy reducidos. Hechos, ideas e instituciones que moldearon la industrialización dirigida por el Estado América Latina era una región que había evitado la Guerra y experimentado con EEUU la expansión más rápida a nivel mundial en el periodo de entreguerras. La industrialización en América Latina llevo a dos paradojas. La primera fue que condujo a una elección a favor de un Estado menos intervencionista que en otras regiones. Sin embargo, luego de la 2da Guerra Mundial, se implementó la creación de economías mixtas con formas más moderadas de intervención estatal. La 2da paradoja es que el proceso fue impulsado más por fuerzas objetivas que por un fuerte impulso industrializador de las elites. Esto se debe a que la exportación de productos primarios siguió jugando un papel importante durante esta etapa debido a que la industrialización siguió dependiendo de las divisas que generaban las exportaciones de productos primarios. El término de “ISI” se ha empleado ampliamente para describir el periodo que abarca desde fines de la 2da Guerra Mundial hasta los años setenta del S XX. Surgió un modelo mixto que combinaba la sustitución de importaciones con la promoción de exportaciones y la integración regional. La demanda interna desempeño un papel más consistente, de hecho, el “ISI” solo fue importante durante el nuevo periodo de crisis de la balanza de pagos, desde la posguerra hasta 1960. El Estado asumió un amplio conjunto de responsabilidades: En el ámbito económico: papel fortalecido en la infraestructura, creación de bancos de desarrollos y comerciales, fuerte intervención en los mercados agrícolas, control a los privados. En el ámbito social: papel mayor en la educación, salud, vivienda y seguridad social. También se produjeron grandes transformaciones, como crecimiento de la urbanización, las estructuras del poder se redefinieron. Fases y diversidad de las experiencias de la industrialización La industrialización latinoamericana atravesó por 3 etapas diferentes. - La primera etapa “pragmática” entre 1930 y la 2da Guerra Mundial. Estos acontecimientos dieron surgimiento a los primeros planes para promover nuevas industrias y para la disminución de la - - dependencia de las importaciones. La 2da etapa “clásica” tuvo lugar entre el fin de la guerra y mediados de 1960. En esta etapa surgió una estrategia de industrialización más consciente, enmarcada en planes de desarrollo explícitos, en ella se agregaron nuevos instrumentos, como regulaciones al sector privado, incentivos fiscales en inversiones del sector público; subsidios; medidas de inversión relacionadas con el comercio. En general se construyó un complejo sistema de protección. La principal racionalización de la estructura de protección seria la integración regional, que reduciría los costos del ISI. Sin embargo, la integración regional enfrentaría problemas. El pesimismo de las exportaciones fue también una característica de esta etapa, sin embargo, esto mejoraría a mediados de 1950. La tercera etapa “madura”, desde los 60 hasta 1973, se caracterizaba por la diversidad creciente de las tendencias regionales. Se utilizaron 3 estrategias, aplicar el modelo mixto (se basa en los acuerdos de integración). La 2da estrategia consistió en una profundización mayor de la sustitución de importaciones, y la tercera estrategia fue un ataque frontal contra el papel del estado del desarrollo económico. La industrialización alcanzo su mayor nivel en América Latina en 1973-74. Entre 1974 y 1980 avanzo poco. Esta industrialización se produjo de forma despareja a nivel regional. El avance de la industrialización dependió del tamaño de las economías, de esta manera solo Brasil, México y Argentina habían alcanzado un alto grado de diversificación. Por último, el proceso de industrialización estuvo acompañado de una acumulación de capacidades tecnológicas locales. El desempeño económico y social en el periodo de industrialización dirigida por el Estado Crecimiento económico. Durante el periodo de industrialización dirigida por el Estado, América Latina logro crecer por encima de la media Mundial. El PBI per cápita creció a un ritmo del 2,7% anual entre 1945 y 1980. La participación de América Latina en la producción mundial continúo aumentando. Fue el periodo de mayor estabilidad económica de la historia. El sector manufacturero fue el motor de crecimiento económico, se expandieron los servicios modernos (transporte, comunicación). El estado jugó un papel importante a través de la creación de empresas públicas. El crecimiento económico no fue uniforme en toda la región. Como algo negativo sobresale el lento crecimiento de las economías más exitosas de la era de desarrollo primario exportador (Argentina-Uruguay-Chile). La mayoría de los países del peor desempeño tuvieron rupturas revolucionarias. Se produjo un acelerado crecimiento de la población urbana. Sesgos sectoriales y desequilibrios macroeconómicos Entre las críticas al proceso de industrialización sobresalen tres: 1. Los sesgos que género en contra de la agricultura y de las exportaciones y los desequilibrios macroeconómicos que caracterizaron dicho proceso. - Servicios tecnológicos, fueron eficaces en la introducción de nuevos productos y en el mejoramiento de las prácticas de cultivo en muchos países. - Respecto a la agricultura, la política comercial discrimino contra esta. - Respecto a las exportaciones, una de las mayores desventajas de la industrialización dirigida por el Estado fue su incapacidad para explotar los beneficios del creciente dinamismo del comercio mundial en la pos guerra. - América Latina perdió participación incluso en las exportaciones de productos básicos del mundo en - desarrollo. Argentina el líder en la era de desarrollo primario-exportador tuvo el desempeño exportador más decepcionante. En América Latina la inflación no fue una característica generalizada de la región hasta 1960, de hecho, la aceleración de la inflación en los años 1970 fue parte de un fenómeno universal. El gasto público tendió a aumentar a largo plazo en forma casi continua. La expansión del estado en la actividad productiva no fue particularmente elevada, a excepción del sector financiero. 2. Panorama económico en general. Durante esta etapa se pudo apreciar un aprendizaje tecnológico, pero también se caracterizó por retrocesos en materia exportadora en ramas tradicionales y por un limitado desarrollo de los sistemas nacionales de innovación. Argentina fue un caso extremo de la dificultad para lograr equilibrios estables en torno a las estrategias de desarrollo, haciendo del conflicto político-institucional una variable más que contribuía a la inestabilidad y la volatilidad. El giro hacia una estrategia más liberal de desarrollo no ofreció la solución a las limitaciones que experimento el modelo de industrialización latinoamericano. 3. Desarrollo social Durante este periodo los índices de desarrollo social experimentaron las tasas de mejoramiento más rápidas de toda la historia de la región. Se impulsó la extensión de la edad básica universal, desarrollo de sistemas de salud modernos, de capacitación de mano de obra y de sistemas de seguridad, aumento de la calidad de vida. El rápido proceso de migración rural-urbana que caracterizo este periodo refleja la generación interna de un excedente de mano de obra. - Respecto a la pobreza, disminuyo en la mayoría de los países. - La distribución del ingreso continúo siendo muy desigual en la mayoría de los casos y experimento patrones opuestos. - El proceso social se limitó a una “clase media”, la cual fue beneficiada por el modelo de bienestar. Los beneficios de la modernización rural se concentraron en manos de los grandes terratenientes, reproduciendo una distribución desigual del ingreso y de la riqueza en el campo. Hubo varias reformas agrarias, que estuvieron asociadas a grandes cambios sociales y políticos. TEORICO 7: LA SOCIEDAD SALARIAL Tres formas dominantes de cristalización de las relaciones del trabajo en la sociedad industrial. 1. CONDICIÓN PROLETARIA Era una situación de cuasi exclusión del cuerpo social. Mundo escindido por la oposición entre el capital y trabajo, entre seguridad/ propiedad y vulnerabilidad de masas. Fue la industrialización lo que dio el origen al salariado y la gran empresa es el lugar por excelencia de la relación salarial moderna. Con la revolución industrial comenzó a desarrollarse un nuevo perfil de obreros de las manufacturas y de las fábricas, que anticipaba la relación salarial moderna. 5 condiciones que aseguraron el pasaje desde la relación salarial (R.I.) hasta la relación salarial fordista: 1ª condición: una separación regida entre quienes trabajan efectivamente y regularmente, y los inactivos o semiactivos, que hay que excluir del mercado de trabajo, integrar bajo formas reguladas. Serán activos solamente aquellos que estén presente en el mercado que les procure una ganancia monetaria: mercado de trabajo o mercado de bienes y servicios. 2ª condición: La fijación del trabajador a su puesto de trabajo y la racionalización del proceso de trabajo en el marco de una “gestión del tiempo precisa, dividida y reglamentada”. Con la “organización científica” del trabajo el trabajador no es fijado por una cuestión externa si no por el despliegue de las operaciones técnicas cuya duración se ha definido mediante un cronometraje. Se elimina el “paseo” del obrero y el margen de iniciativa y libertad que el trabajador había logrado preservar. Se busca la productividad máxima a partir del control riguroso de las operaciones. 3ª condición: El acceso a través del salario a nuevas normas del consumo obrero que convertían al obrero en el propio usuario de la producción en masa. Ford sistematizo la relación entre la producción en masa y el consumo de masas. Con el “five dollars” se tiene al obrero moderno la posibilidad de acceder al estatuto del consumidor del producto de la sociedad industrial. 4ª condición: El acceso a la propiedad social y a servicios públicos. El trabajador es también sujeto social que está en condiciones de compartir los bienes comunes disponibles en la sociedad. Este modelo se aplicaba de manera privilegiada a obreros industriales que también regia más allá de esa población. 5ª condición: La inscripción de un derecho de trabajo que reconocía al trabajador como miembro de un colectivo dotado de un estatuto social, más allá de la dimensión individual del contrato de trabajo. Se trata de un contrato por el cual una de las partes se compromete a hacer algo para la otra a cambio de un pago, dos individuos legalmente libres. 2. CONDICIÓN OBRERA Las reformas de 1936 sancionaban un reconocimiento de la condición obrera. 1936 marcó una etapa decisiva de su reconocimiento como fuerza social determinante, una ampliación de sus derechos y la toma de conciencia en su poder. También la asignación a un lugar subordinado en la división del trabajo social y en la sociedad global. Surgen las vacaciones pagas, en donde por algunos días por año el obrero podía dejar de perder su vida en el esfuerzo por ganarla. Podrían disfrutar la libertad de existir por sí mismo. Se trató de una conquista de derechos. LA DESTITUCIÓN La clase obrera no fue derrotada en una lucha frontal. La clase obrera fue destituida de la posición de punta de lanza que ocupaba en el sector del salariado. El particularismo obrero no fue abolido, fue vaciado de las potencialidades históricas que le asignaba el movimiento obrero. La condición obrera no había generado otra forma de sociedad, sino que se le había inscrito en un lugar subordinado de la sociedad salarial. Descrecimiento de trabajadores agrícolas, aumento de trabajadores no agrícolas. Pero lo esencial fue el aumento de los asalariados no obreros. Hay transformaciones internas de este grupo. La gran mayoría de los asalariados no obreros eran empleados inferiores de los sectores público y privado cuyo nivel (más alto que los obreros) era mediocre. La “nueva sociedad” estaba organizada en torno a la competencia entre diferentes polos de actividades salariales. En esta sociedad sus antagonismos tomaban la forma de luchas por los puestos de trabajo y las categorías y no ya de lucha de clases. En esa sociedad, el salariado dejó de ser un estado lamentable, para convertirse en un modelo privilegiado de identificación. 3. CONDICIÓN SALARIAL A una nueva constelación salarial se le asigno la función de “atractor” con la tarea de “arrastrar” la dinámica social, “arrastra” el crecimiento económico de toda una sociedad. Las posiciones asalariadas se volvieron cómodas, poderosas y prestigiosas. La promoción de estas posiciones salariales estaba asociada a un desarrollo de segmentos profesionales, tenían títulos y diplomas. El salariado podía generar un patrimonio y este facilitaba el acceso a posiciones salariales a través de los diplomas, mientras que las posiciones salariales podían generar acceso al patrimonio. La sociedad salarial se podría representar a partir de la existencia de ciertos bloques: - Bloque de profesionales: es el bloque de los vencidos por la modernización. La sociedad salarial pudo desplegarse porque estos grupos fueron marginalizados, se los envidiaba con resentimiento (los campesinos, artesanos, pequeños comerciantes). - Bloque popular: constituido por los obreros y empleados que ocuparon el lugar subordinado en la configuración social. En 1960 la clase obrera se amplió y renovó incorporando más empleados. Se hizo que el estatuto profesional de los obreros mensualizados coincidiera con el de los empleados. - Bloque periférico o residual: la integración de la mayoría de los trabajadores por la mensualización ahondó la distancia con una fuerza de trabajo que quedaba marginalizada. Estos trabajadores periféricos quedaban a merced de la coyuntura. Viven situaciones periféricas que se pueden comparar con las de poblaciones que no han entrado en la dinámica de la sociedad industrial. Son los que no habiendo podido ingresar en las estructuras modernas, siguen fuera de las grandes corrientes de la vida de la nación. Para mantener un estado de crecimiento se necesita de un estado activo que otorgue a los trabajadores los derechos necesarios para poder cumplir con sus labores de manera coherente y correcta, ellos se deben sentir protegidos por ese Estado. PRACTICO 1: WILLIAM GLADE 1. ¿1820-1870: Cuáles fueron las transformaciones producidas en el mercado internacional y cómo se relacionaron con las dificultades políticas latinoamericanas de esas décadas? Principalmente en América Latina, tras un diverso panorama dejado durante la época colonial, se encontraban diferentes relaciones de producción capitalistas y no capitalistas, que iban desde redes de trabajo recíproco, esclavitud, trabajo asalariado y diversas formas de trabajo obligatorio, terrazgo, producción en pequeña escala a nivel artesanal o pequeña producción en manos del campesinado. Sin embargo, a lo largo de este periodo las relaciones de trabajo y producción fueron transformadas, volviéndose más afines al sistema capitalista dejando de lado los antiguos mecanismos coloniales. En algunos casos los conflictos entre países por la delimitación de fronteras o bien la caída de la administración pública, paralizaron las relaciones de comercio interregionales en América Latina. Sin embargo, las potencias situadas en el atlántico norte estaban funcionando como centros gravitacionales de los productos latinoamericanos ampliando las redes comerciales. La concesión de préstamos y tecnologías por parte del extranjero, aumentó la productividad en América mucho más rápido. La rivalidad entre facciones y entre regiones acompañada de la inexperiencia político-administrativa de los nuevos gobernantes perjudicó la buena marcha de los negocios. De igual manera los nuevos sistemas monetarios generaron nuevas incertidumbres y no hay que olvidarnos de la ineficiencia, la indisciplina y la corrupción de los funcionarios. Todos causantes de la inseguridad que había en ambiente contractual y jurídico sobre todo en emprendimientos a gran escala. Sin embargo, estos factores imposibilitaron de cierta medida los lazos comerciales, si lograron reunir información sobre las capacidades de cada región y sobretodo preparar el terreno para las etapas de crecimiento que se verían en el último tercio del siglo XIX (mejoras en medios de transportes, establecimiento de playas mercantiles en Europa, establecimiento de nuevas rutas mercantiles). 2. ¿Qué consecuencias tuvieron para la vida económica de Latinoamérica los procesos de estabilidad política del último cuarto del siglo XIX? ¿Cuáles los ejemplos que menciona el autor? En un periodo donde el conflicto mayor en Latinoamérica fue la Guerra del Pacífico, la estabilidad en la vida política permitió que el Estado lograra afianzar la base normativa de la prosperidad material. En este periodo existió un crecimiento en las inversiones, la producción y el comercio. También aumentaron los ingresos por exportación y la capacidad de recaudación de recursos por parte de los gobiernos mediante impuestos. Los ejemplos que cita el autor son: Brasil: que tras la abolición pacífica de la esclavitud (1888-1889), la instauración de una República y una breve guerra civil en los 90; la estabilidad no se vio seriamente afectada donde se dio un clima favorable a las inversiones. Chile: que a diferencia de las demás naciones latinoamericanas gozaba desde antes de 1850 un periodo de estabilidad, ya había forjado un ambiente económico y social favorable para el crecimiento material. Se interrumpió brevemente tras la guerra del Pacífico y la guerra civil del 91 que culminó con el gobierno de Balmaceda, pero luego se creó una coalición de propietarios de minas y propietarios reformadores que presidió una larga y fluctuante oleada de crecimiento económico. Argentina: al igual que en Chile se forjó una coalición oligárquica que expandió el terreno de producción a zonas antes inhabitadas convirtiéndolas en un nuevo núcleo económico modernizado. México: tras padecer casi completa inestabilidad política luego de separarse de España, una época cada vez más autocrática de gobierno liberal, la “Reforma”, dio paso al porfiriato en 1876, que impuso estabilidad política y benefició a las empresas extranjeras hasta su caída en 1911. Sin embargo, el ingreso de América Latina al mercado mundial y los cambios económicos (que por consecuencia trae consigo cambios sociales) se desarrollaron de modo muy diversos en las diferentes regiones. Por lo tanto, lo que se puede apreciar en América Latina para el año 1914 es una profunda desigualdad de unos sectores y regiones con respecto a otros. 3. Mercados de exportación: Qué características (productos, diferencias regionales, grado de diversificación, etc.) adquirió la participación en la economía Atlántica como países exportadores en: a) Uruguay - b)Chile - c)México y d)Brasil Uruguay Trajo como consecuencia la incorporación de productos de zonas templadas al mercado mundial. Chile Al igual que Argentina y Uruguay su participacion en el Mercado mundial cambio entre 1870 y 1914. Exportación de Cobre, Plata, Estaño, lana, carnes congeladas, nitratos e yodo Exportación de carnes congeladas, cereales, cueros, lana. Alto grado de europeización y modernización al igual que Argentina. Grado intermedio de modernización, entre economias altamente modernizadas como Arg. y Uruguay y paises poco modernizados como Brasil o México México Medidas de apoyo del Porfiriato. Cercania con el mercado norteamericano. Exportaciones de plata, oro, caucho, café, plomo, cobre, henekén, ganado vacuno, vainilla, garbanzos, ixtle, maderas entre otros Tercer país explotador de petróleo. Brasil Centrada básicamente en el auge de la exportación del Café. Retrocesos en el mercado azucarero. Breves incrementos en la producción de tabaco y cacao que no compensaron la pérdidas en la exportación del azúcar. Ascenso y descenso en la producción de caucho. Producción de algodón para la industria local y en una segunda ola exportación de cueros. Una crisis en el mercado entre 1901 y 1905 llevó a instaurar un esquema intervencionista para organizar la comercialización. 4. Mercados nacionales: a) ¿Que procesos permiten explicar los cambios más importantes en los hábitos de consumo de las sociedades latinoamericanas? En el caso de américa del sur, los cambios en los hábitos de consumo se deben a la llegada de inmigrantes europeos a gran escala. Además, en el resto de América la nueva incorporación de productos exportados produjo una nueva variedad de productos al mercado como: perfumes, jabones, fármacos, papel, cerámica fina, calzado, joyería y artículos de ferretería. El ingreso al mercado de nuevos servicios de producción como servicios financieros y de seguros, de información comercial, elevadores de granos y cámaras de refrigeración para el almacenamiento, también influenciaron en este proceso. b) ¿Qué importancia otorga el autor a los cambios evidenciados en el mercado de bienes de producción? La importancia que le da el autor es que estos cambios trajeron consigo cambios en los mercados de productos interiores, al aumentar el mercado de bienes de capital producidos en fábricas en comparación con el que existía en épocas anteriores del siglo XIX cuando tecnologías de producción más arcaicas y de origen local predominaban en todos lados. 5. Carácter y funciones de los nuevos mercados de Productos: a) Qué rol reconoce el autor que tuvo la demanda nacional en el crecimiento económico del período? Primeramente el autor plantea que sería forzoso concluir que el proceso de organización de la estructura económica en los diversos países de Latinoamérica estaba basado en la demanda de productos locales. Sin embargo, reconoce que el desarrollo agrícola regional se vio estimulado por el crecimiento demográfico y por el aumento de la demanda urbana en los mercados nacionales. Es decir “la voz cantante la llevaba la demanda extranjera y no la nacional.” La importancia fundamental que tuvo la demanda extranjera sobre la demanda nacional, se refleja en las pautas de consumo totales de las diferentes naciones latinoamericanas que se comprometieron a participar en el comercio exterior, cambiando los productos de mercado interno. b) Qué relación pudo establecerse entre la composición de las importaciones y las fluctuaciones que del mercado de exportación? La composición de las importaciones latinoamericanas muestra cómo funcionaba el sistema fiscal. La garantía para la continuidad del sistema era la gran cantidad de divisas extranjeras que se destinaban a comprar artículos de consumo superfluos en el extranjero. Al proporcionar un colchón que absorbía las fluctuaciones de los ingresos de exportación, en realidad este empleo de las divisas extranjeras protegía de tales fluctuaciones a la capacidad de importar bienes de producción. Pasados los años esta estructura se volvió defectuosa ya que la deuda publica aumento y no era posible financiarla dado que, el déficit del ingreso de divisas ya no pudo resolverse con tanta facilidad reduciendo las importaciones. 6. LOS MERCADOS DE FACTORES LA TIERRA Los cambios trascendentales hubieran sido impensables de no haberse registrado transmutaciones igualmente extensas en los mercados de factores. A pesar de todas las alteraciones de la estructura económica, la tierra, en su sentido más estrecho agrícola, siguió siendo el medio de producción básico para la mayor parte de la población en todos los países, y todas las exportaciones latinoamericanas (productos agrícolas, ganadería y minerales) podrían calificarse como productos intensivos de la tierra. El más notable cambio económico de todo el periodo fue el enorme incremento en la provisión de la tierra como móvil principal para el desarrollo capitalista. El incremento salió de tres fuentes principales y estuvo en función de la demanda de productos de la tierra como de una extensión y una mejora igualmente considerables de las redes de transporte nacionales e internacionales. Gran parte de la nueva provisión de tierra tenía su origen en apropiaciones particulares del inmenso dominio público. En el Norte de México y en la América del Sur meridional, la población indígena había sido marginada al comenzar el periodo, a veces recurriendo para ello a la fuerza de las armas, con el fin de que fuera posible usar tierra de un modo que armonizara más con la exigencia de las condiciones del mercado. Entre estos dos extremos de América Latina la frontera de la apropiación económica se ensancho de modo parecido hacia regiones que o bien solo estaban escasamente pobladas o que antes de aquella época estaban poco o nada integradas en la estructura institucional capitalista. En cuanto a la superficie de la tierra parte del dominio público se repartió en forma de concesiones a las compañías ferroviarias para ayudar a las construcciones de líneas, parte se usó para pagar a las compañías agrimensoras, parte fue para los proyectos de colonización de la tierra. Otras porciones del dominio público se enajenaron por medio de concesiones de tierra o venta de la misma a precios nominales: en forma de parcelas de tamaño medio o en forma de grandes concesiones a individuos y compañías agrarias. La concesión de la tierra se hacía con la esperanza de fomentar nuevos cultivos, especialmente productos de exportación. La segunda fuente principal de expansión de la tierra era el uso de un modo más eficiente, desde el punto de vista comercial, de tierras que pertenecían a las tradicionales haciendas o fincas. Lo más frecuente era que esto se hiciese cuando el tendido de ferrocarril alcanzaba nuevas regiones, a veces cuando mejoraba la navegación de cabotaje o se abrían nuevos mercados regionales o nacionales. El proceso tendía a concentrarse en las partes del continente que estaban colonizadas desde hacía mucho tiempo. Una tercera fuente de tierra agrícola para el mercado de tierras fueron las propiedades corporativas en las regiones más tradicionales: tierras que pertenecían a la iglesia o a diversas organizaciones de beneficencia y tierras pertenecientes a comunidades indígenas. Reformas jurídicas de inspiración liberal prepararon el terreno para la enajenación de muchas de estas propiedades que pasaron a amanso de particulares. La compra en el mercado, las maniobras jurídicas o la simple apropiación fueron métodos que se usaron para que tierras pertenecientes a instituciones cuya principal razón de ser no era el afán de lucro pasaran a poder de empresas capitalistas, y allí donde los títulos de propiedad seguían en manos de estas instituciones, el arrendamiento era generalmente el método que se empleaba para colocarlas bajo gestión comercial. En general las condiciones daban ventaja a los grandes terratenientes, del mismo modo que las concesiones para explotar los yacimientos de minerales mayores y geológicamente más complejos, los minerales cuya extracción exigía de tecnologías más avanzadas, iban a parar de forma creciente a empresas extranjeras. Los ricos y los influyentes podían conquistar el poder de los estamentos oficiales cuando los gobiernos procedían a repartir las mayores concesiones agrarias y minerales. Cuando se vendían grandes bloques de tierra o cuando tierras caras salían al mercado eran ellos los que podían obtener créditos hipotecarios o contaban con otro respaldo financiero para adquirirlas. Donde las oportunidades las ofrecía el mercado de exportación, el recurso a la ganadería moderna o a una agricultura más avanzada creaba una demanda de tierra y hacia que subiera el valor de esta, expulsando del mercado a los agricultores más modestos, los campesinos y los trabajadores sin tierra, empujándolos hacia tierras submarginales situadas en los márgenes de la economía agraria. EL TRABAJO La participación de América Latina en las masivas emigraciones de Europa en el siglo XIX principios del siglo XX fue considerable y surtió un efecto profundo en la ubicación y el carácter de ciertos mercados de trabajo de la región. Fue después de 1870 cuando las corrientes verdaderamente fuertes de inmigración europea empezaron a tener repercusiones importantes en los principales mercados de trabajo latinoamericanos. Estas repercusiones se distribuyeron por toda la región de forma sumamente desigual. Argentina fue el país que más se benefició de este aspecto de la economía internacional. El segundo país beneficiario fue Brasil. Los líderes públicos veían la inmigración y la colonización como medios de ocupar regiones clave de sus respectivos territorios nacionales que se encontraban despobladas o escasamente pobladas y, al parecer, ambos países eran muy conscientes de que los inmigrantes traerían a su nueva patria habilidades superiores y hábitos y actitudes europeizado. Se consideraba a la mano de obra inmigrante como un factor clave para la edificación de la economía basada en la producción de productos básicos. Las medidas de movilización de mano de obra abarcaban todo un espectro. En algunos lugares tales como Guatemala y las tierras altas de Perú y Bolivia, seguía recurriéndose a las prestaciones laborales obligatorias, principalmente para las obras publicas locales, pero sobre todo como medio de reclutar mano de obra para agricultores particulares durante los primeros tiempos de este periodo. En Perú y Bolivia no era desconocida la antigua costumbre colonial de destinar trabajadores a las minas, mientras que en algunos países donde había una nutrida población indígena, las leyes relativas al vagabundeo se utilizaban para obligar a trabajar. Más común era la remisión de deudas por el trabajo que permitía obligar a los indígenas que no tenían dinero a trabajar de peones hasta que saldaran sus deudas. El control por partes de los terratenientes de la “tienda de raya”, el economato de la empresa en haciendas y plantaciones, así como los prestamos usurarios se empleaban para tratar de garantizar que el nivel de peonaje por deudas concordase con los requisitos de mano de obra de la mano de obra. El sistema de enganche serbia para reclutar trabajadores entre los nativos con tierras propias. En algunas localidades, no era necesario, dada la limitada movilidad interregional de la mano de obra; la expansión de los latifundios dio a las grandes haciendas el control de la mayor parte de los medios de producción disponibles, y permitió que los terratenientes excluyeran de la mayoría de las opciones de empleo más prometedoras a la población de los alrededores. También en regiones más antiguas y más pobladas existía esta apropiación de los puestos de trabajo opcionales al apoderarse los latifundistas de los medios de producción, especialmente al absorber las haciendas las tierras de las aldeas. ALDEAS La evolución de las relaciones de América Latina con la economía mundial fue el rasgo central del periodo posterior a 1870, se manifestó más claramente en los mercados de capital de le región. La conexión del centro industrial con América Latina fue la fuerza motriz del proceso de acumulación de capital en todo el continente, las transferencias de capital internacional alimentaron el proceso, pero en modo alguno constituyeron su totalidad. Quizás fueran aún más significativas como catalizadoras de la formación de capital local. Los cuatro o cinco decenios que precedieron a la Primera Guerra Mundial, la era del alto capitalismo, fue una edad de oro para las inversiones extranjeras en América Latina. Las condiciones para la recepción de capital extranjero mejoraron mucho en los decenios anteriores y el movimiento de capital que cruzaba las fronteras nacionales todavía se hallaba casi totalmente libre de restricciones oficiales. Aprovechando las condiciones que iban manifestándose en los mercados de productos, el capital extranjero penetro en América Latina en cantidades que no tenían precedentes. Durante la totalidad del periodo, Gran Bretaña suministró la mayor parte de estas transferencias de capital, a la vez que otras economías europeas, sobre todo Francia y Alemania también desempeñaron un papel significativo. Hasta el decenio de 1890 las inversiones norteamericanas fueron pequeñas y principalmente se realizaron en ferrocarriles, minas de oro y plata en México, en ingenios de azúcar en Cuba, en unas cuantas líneas ferroviarias y en plantaciones en América central. Las inversiones europeas en América Latina, aparte de haber comenzado antes y de haber ascendido hasta una cantidad total mucho mayor en 1914, se diferenciaban de las estadounidenses en: la dispersión geográfica era mucho mayor: para la mayoría de los países, durante buena parte de este periodo, Europa fue la principal proveedora de capital. En segundo lugar, una porción mucho mayor correspondía a inversiones de cartera: especialmente, en instalaciones tipo infraestructura, tales como ferrocarriles, puertos, tranvías, compañías de fuerza y de luz y de otros servicios públicos. Además, casi un tercio se había invertido en títulos del Estado, por lo que sumas considerables de capital eran transferidas al sector publico a pesar de la preeminencia de la empresa privada en la organización macroeconómica de la época. Fue esta afluencia de capital, desde los mercados relativamente bien organizados del centro capitalista hasta los casi inexistentes mercados de capital de América Latina, lo que permitió que la región respondiera como lo hizo a las nuevas oportunidades de vender en los mercados de productos de exportación. Los efectos tecnológicos beneficiosos de las transferencias de capital internacional fueron muy amplios, toda vez que se introdujeron nuevos métodos de producción del extranjero en todos los sectores exportadores de América Latina, y en no pocos casos también se mejoró técnicamente la producción destinada a los mercados interiores. PRACTICO 2: Triangulo económico En los fines del siglo XIX, Argentina se incorporaba definitivamente en el mercado mundial y se insertaba en la división internacional del trabajo como productora de materias primas. Argentina tuvo durante esta época un vínculo muy fuerte con Gran Bretaña, que absorbía los excedentes de producción nacional y podía insertar sus productos manufacturados y capitales en nuestro mercado interno. La balanza comercial estaba a favor de Argentina, lo que representaba una posición favorable, sin embargo, Inglaterra lo compensaba con los intereses de sus inversiones. Después de la 1era Guerra, Inglaterra deja de ser la potencia mundial y su falta de innovación en tecnología hizo que sus principales productos de exportación quedaran obsoletos. Con este cambio en el paradigma comercial, Argentina se vio envuelta en un triángulo comercial en el que tenía exceso de exportaciones con Gran Bretaña y exceso de importaciones con EEUU. También se generaban triángulos de movimiento de capital y triángulos navieros. Este comercio triangular se puede entender por dos hechos: 1) En las dos guerras Inglaterra importo mucho más de lo que exportó y por lo tanto generó una balanza comercial deficitaria con Argentina y con EEUU. 2) Que el exportador de manufacturas pase a ser EEUU, produjo un cambio en las esferas de influencia, ya que los capitales y productos de importación ya no provenían de la antigua potencia. También a pesar de todo, Inglaterra controlaba el comercio exterior nacional, ya que sus inversiones conformaban lo fundamental para la estructura productiva (ferrocarriles, frigoríficos, transporte, créditos a los gobiernos, servicios públicos y sistema financiero). Esta relación, sin embargo, no se dio por casualidad. Los grupos dominantes de la época buscaron fortalecer está relación para poder vender sus productos (hacendados, ganaderos, productores). Los capitales norteamericanos terminaron de instalarse en el país después del fin de la 1era Guerra. Estas inversiones estaban dirigidas hacia el desarrollo de las nuevas industrias (farmacéuticos, refinerías, automóviles, electrodomésticos, etc.). La diferencia con las inversiones británicas, es que las inversiones de EEUU eran más modernas y correspondían al cambio en la economía internacional. La balanza comercial con EEUU, al contrario que la resultante del comercio con Inglaterra, era negativa. Estas dos economías eran competitivas y no complementarias, por lo que EEUU no necesitaba la producción nacional. Con la crisis del 30, se produjeron cambios que afectaron de forma muy negativa a Argentina, las inversiones norteamericanas no aumentaban la capacidad productiva e Inglaterra tomo un modelo proteccionista que significaba perder a su socio comercial. Ante la crisis, el gobierno nacional firmo el pacto Roca – Runciman que buscaba colocar el excedente de los productos agropecuarios en el mercado inglés. Este pacto no favorecía en casi nada a Argentina, pero si a Inglaterra. El pacto es cuestionado porque no representaba un beneficio para el país, exceptuando los grandes productores. Las consecuencias del pacto, fueron el favorecimiento hacia las inversiones inglesas y la incentiva de que llegaran nuevas inversiones, los gobiernos conservadores buscaban cuidar la producción de productos agropecuarios, principalmente las carnes, y atraer a largo plazo nuevas inversiones. Con el paso de los años los gobiernos se inclinaron más a establecer una relación con EEUU. El plan Pinedo de 1940 quería incentivar las exportaciones hacia mercado estadounidense. El efecto fue el mismo, se generó un desbalance en la balanza de pagos. Así se empieza a ver que la solución hacia el problema con la relación con EEUU era industrializar el país. La industrialización se dio y también se dio una ruptura por siempre de las relaciones con Inglaterra. PRACTICO 3: La economía del peronismo Fue un régimen populista asociado a políticas de redistribución llamado “justicialista”. Las ideas Keynesianas nutrían las bases teóricas peronistas (economía mixta). Pensamiento que el capitalismo, si control del estado, generaba desigualdades, por lo que debía intervenir para generar un crecimiento económico equitativo. Se busca un acuerdo, un consenso entre empresarios capitalistas y trabajadores con el fin de beneficiar a ambos: los capitalistas debían pagar mejores salarios a cambio de contener el enfrentamiento social. Los mayores ingresos implicaban un aumento del consumo en el mercado interno. Se busca mantener el orden y equilibrio interno. La crisis que acarreaba el después de la 2° Guerra mundial y las restricciones del comercio exterior permitieron el avance de productos manufacturados a través de la sustitución de importaciones. El impedimento de importar productos competitivos fortalecía la industria interna, sumado a la exportación de manufacturas (cuando era posible) acumulaba reservas derivadas de una balanza de pagos favorables que mostraban un potencial de expansión prometedora. Se observan serias dificultades en la posibilidad de restaurar el comercio agro exportador debido al derrumbe del sistema comercial internacional y el proteccionismo agrícola en Europa y EEUU. La imposibilidad de exportar carnes a Gran Bretaña obligaba al gobierno a otorgar márgenes de crédito a posibles compradores que necesitaban los alimentos, pero no tenían la capacidad de pago ni podían proveer insumos. Se realizaron convenios con países sudamericanos como Chile y Bolivia para obtener insumos básicos como el cobre y el estaño. Asegurar el pleno empleo para evitar conflictos sociales requería impulsar el sector manufacturero y subsidiar actividades no competitivas. Incremento de la disponibilidad de créditos y del acceso en mejores condiciones de los insumos y bienes de capital que el sector manufacturero demandaba del exterior. Creación de BCRA como ente emisor de pesos y otorgado de préstamos. Se generaba una emisión monetaria continúa debido a la situación financiera. Crea IAPI que manejaba la totalidad de las exportaciones e importaciones del país. Compraba la producción de los productores a un precio fijo y lo revendía al mercado externo con el fin de redistribuir los ingresos a favor de las actividades industriales (financiando insumos importados otorgando créditos a sectores claves). En 1947 se crea el Primer Plan Quinquenal que dura hasta 1951 este incluía medidas que ya estaban implementadas, cambios en la estructura social, y la “independencia económica”. Buscaba la disminución de la deuda externa y la nacionalización de los servicios públicos. Planificaba el desarrollo industrial, se nacionaliza el banco central y surge el IAPI. Avanza la industria automotriz y electrónica y así comienza una industria orientada al mercado interno. Sin embargo, hacia el año 1952 el plan comienza a mostrar sus limitaciones, lo que incentiva a replantear el modelo y así, surge el 2° Plan Quinquenal, cuyos principios eran la expansión de la planta base, la mejora productiva en el sector agropecuario, la reducción del costo público y la contención del salario, sumado al aumento de ingresos de capital extranjeros. PRACTICO 4: La democratización del bienestar (Torres y Pastoriza) Las crónicas porteñas de los distintos periódicos analizaban a la “turba” en las intervenciones públicas con representaciones barbáricas, son descripciones de seres que “transgredían”: por ejemplo, el 17 de octubre. El avance de los obreros a la plaza de mayo fue festivo y carnavalesco, en vez de las solemnes marchas socialistas. Los sectores comunistas también desaprobaron estas conductas. Nació entonces otro perfil del país, un “descubrimiento” de una edad dinámica y autónoma. Comenzaría entonces la compleja reacomodación de la sociedad existente a las nuevas realidades sociales de un país profundamente cambiado. Los cambios operados hasta entonces en la estructura económica indican una expansión de las manufacturas, iniciándose un proceso de industrialización con nuevas relaciones laborales en la fuerza de trabajo. El reordenamiento de la población en el territorio nacional se tradujo en una mayor urbanización, las migraciones internas de las zonas agrícolas estancadas a los centros dinámicos de producción. El éxodo transformo a la ciudad igual que a la inmigración de extranjeros de la época anterior. Esa inmigración no tuvo contactos casi con los criollos y recién sus hijos se nacionalizaron y arraigaron completamente en el país. Esta situación creó una nueva sociabilidad que no se reflejó en los extremos de dicha sociedad: en la elite y los más pobres. La gran mayoría de la sociedad no se había nacionalizado y no había optado por participar de los derechos políticos. La llegada de los provincianos coincidió con una crisis política y el surgimiento de un líder necesitado de apoyo popular, abriéndoles las puertas al terreno político electoral. Ellos se encontraron con una “sociedad ya hecha” con valores y estilos de vida. En contraste con la experiencia migratoria europea, se puso en movimiento un proceso de asimilación o incorporación de los recién llegados a la sociedad receptora. Un país más vertebrado No había en su llegada una sociedad “vacía” sino un país ya vertebrado, debido a los efectos de la industrialización y de la urbanización, el Gran Buenos Aires se nutrió de la región pampeana con el tiempo con el arribo de provincianos de regiones más alejadas. La concentración geográfica remitía a la región pampeana en su origen. En este mundo urbanizado los contactos y las redes propias del mundo urbano constituían el ambiente natural de estos hombres, la vertebración y condensación de los sectores se dio paralelamente a la conformación de medios masivos de comunicación. La radio fusión tuvo un impacto notable, Perón aprovecho este gran potencial desde sus discursos políticos. Incluso las competencias de turismo de carretera servían para la experiencia común de los grupos sociales en la unión del territorio: el espacio nacional difundió además desde la radio fusión. La hegemonía cultural porteña se imponía en los gustos de las masas. La sociedad móvil Para muchos inmigrantes este fue sin dudas un periodo de ascenso social (salarios mayores a los lugares de origen), se suman experiencias colectivas de movilidad integrándose los individuos en la estructura social. La industria y la construcción absorbieron la masa económicamente activa a costa de un descenso de empleo rural. Las clases medias sufrieron un proceso de expansión más que las clases trabajadoras (la estructura ocupacional está dominada por empleados, medianos empresarios y trabajadores autónomos más que simples trabajadores asalariados). Las actividades a cargo del Estado crecieron con la modernización del aparato productivo los servicios, actividades recreativas, etc. Las clases medias asalariadas fueron las más importantes, después las clases medias autónomas y después el comercio. La industria creció bajo el proteccionismo y la sustitución de importaciones, tanto la mediana como la pequeña con mucho trabajo familiar, nutriéndose de los subsidios y la expansión del mercado interno. El 50% de los trabajadores asalariados estaba ocupado en la industria manufacturera. Aumentaron las ocupaciones referidas a oficios y reparaciones mientras que bajaron los índices de trabajo doméstico. Según Gino Germani hacia 1960 los hijos de los obreros ya se encontraban en una posición de clase media. Es decir, a partir de 1946 cobro forma una nueva edición de proyectos de movilidad donde el peronismo ofreció un camino libre de obstáculos. La participación de los salarios en el ingreso nacional naturalmente escalo a niveles insospechados. El respaldo oficial a la sindicalización, la fijación de salarios por medio de convenios colectivos brindo una sólida plataforma de redistribución de los ingresos que estimula la demanda interna. La política de precios relativos ayudo a conservar el poder adquisitivo de los salarios (controles de precios a nivel minorista y subsidios a los bienes de consumo popular, alquileres y viviendas). Esto duro hasta que termino la bonanza del alza de los precios internacionales invirtiéndose el sigo de los términos de intercambio. Al contraerse el origen de la fuente de financiamiento, la prosperidad se interrumpió, se estancó la economía y surgió la inflación. Ante estos años críticos, 1949 y 1952, el gobierno se decidió por un ajuste preocupándose por la estabilidad, pasando del respaldo de la industria al campo. Se suspendieron las negociaciones peronistas por dos años con el reajuste de salarios y precios. A partir de 1953 se recuperó la prosperidad y se reanudaron los convenios colectivos. La sociedad móvil de los años del peronismo fue una sociedad con una estructura de ingresos más igualitaria. La evolución de los rubros básicos del presupuesto de las familias (alimentos y bebidas) tuvo un papel central en la elevación de los niveles de vida de la población. Los precios internos estaban protegidos (canasta familiar) y en cuanto a la vivienda los alquileres estaban estancados. También se consumió más bebida, se mejora la indumentaria, artefactos de uso doméstico y gastos de recreación. Las vías de acceso al bienestar social Los cambios que operaron con el peronismo en cuanto a la prosperidad fluyeron en toda la pirámide social, los cambios en la existencia cotidiana tuvieron distintas implicancias dentro de la población. Para los obreros recién radicados significo la ampliación de sus horizontes, las clases medias vieron allí una oportunidad de acceso a una mayor variedad de bienes de consumo. La cuestión de la vivienda se vio reflejada en el congelamiento de los alquileres, el peronismo consiguió como “derecho de vivienda” garantizándola a los afectados. El crédito bancario garantizo crédito barato. Además, el gobierno destino fondos para construcción de viviendas nuevas. Al hablar de democratización del bienestar hablamos de un proceso cuyos resultados se distribuyeron en proporción a los recursos de poder e influencia de los distintos grupos sociales. Las jubilaciones obtienen que la previsión social se generalizo de manera abrumadora en esta época, se reunió en un régimen unitario los diversos esquemas jubilatorios. Se agregan los beneficios por seguros de accidentes, enfermedades, maternidad, incapacidad, fallecimiento y desempleo. El resultado de la gestión peronista fue la extensión de una red de protección social a secciones más amplias de la población. En 1948 se otorgaron pensiones para los mayores de 60 años que estuvieran desamparados del mercado laboral. Se crea la Secretaria de Salud Pública y bajo Carillo se constituye el primer sistema nacional de salud pública, la oferta de cobertura médica se duplico por la fuerte inversión en infraestructura hospitalaria y sanitaria. Se erradicaron del país enfermedades endémicas gracias a ello, se extendió el servicio de agua corriente, descendiendo la tasa de mortalidad. Las actividades asistenciales se dirigían a los afiliados con obras sociales sindicales. La fundación Eva Perón fue fundamental en la extensión de variados beneficios al conjunto de la población (asilos, hospitales, recreación infantil, etc.) siendo un mecanismo redistribuido donde participaban todos los sectores. La expansión del sistema educativo refleja el rasgo más democrático y de bienestar posible. La educación tuvo un ministerio independiente, creció la matricula a los sectores de menos ingresos casi eliminando el analfabetismo. En el nivel medio también se produjo un notable aumento de la escolarización, dándole a las clases medias mejores oportunidades de formación. De la misma manera la matrícula universitaria aumento de forma significativa (las universidades comienzan a ser gratuitas por primera vez y se crean nuevas). El “turismo de masas” es un fenómeno que venía de tiempo atrás, pero con el peronismo implico una verdadera mutación del paisaje social como fue la apertura de la playa balnearia Bristol en Mar del Plata como “balneario de masas”. Mar del Plata transformo su perfil aristocratizante para abrirse a las clases medias, el gobierno intervino en el diseño urbano. El gobierno proporcionaba un “turismo social” garantizando por el aguinaldo y descuentos a los parajes de destino, la construcción de colonias de vacaciones en Buenos Aires y Córdoba. El desenlace conflictivo de la democratización del bienestar Los índices de matrimonio fueron elevándose como consecuencia de dicha prosperidad. La mujer se retiene en el espacio doméstico y su rol de madre. La mujer obtiene un rol tradicional, incluso con la inculcación del voto femenino. Existe una “cultura centrada en el hogar” estéticamente de clases medias. La natalidad se controló y se estableció una cierta planificación familiar. El peronismo promovió un cambio social pero no propuso una cultura alternativa. Las clases medias se sintieron igualmente implicadas en la defensa de los equilibrios sociales y políticos. En Buenos Aires se gestó un conflicto cultural: la sociedad urbana blanca reacciono frente al cambio social impulsado por el peronismo que fue la irrupción pública de los migrantes internos en su centro. PRÁCTICO 5: Historia de la industria en Argentina - Bellini El impulso desarrollista y el auge de la industrialización por sustitución de importaciones, 1958-1976 El desarrollo como problema y solución A comienzo de la década de ´50 la economía argentina comenzó a tener un comportamiento cíclico, conocido como Stop and go. Esta etapa se caracterizó por la sucesión de ciclos de crecimiento, crisis recurrentes de la balanza de pagos y breves pero intensas recesiones. El origen era la combinación de un sector industrial muy dinámico, que crecía significativamente pero que estaba orientado al mercado interno, y un sector agrario exportador, que crecía menor ritmo y, por lo tanto, no lograba incrementar la oferta de divisas necesarias para el funcionamiento de la economía. Como resultado de ello, la capacidad de importación de la economía estaba estancada en el preciso momento que la ISI incrementaba su demanda de divisas pata la implementación de nuevas industrias. Crecimiento secuencial y espasmódico, crisis de balanzas de pagos y aceleración de la inflación constituyeron problemas comunes de las economías semi-industrializadas de América Latina. La solución de estas dificultades residía en la industrialización como sendero de desarrollo. A finales de los ´50, la industrialización demandaba de las economías subdesarrolladas un esfuerzo de flujos de capital, capacidades empresariales para identificar oportunidades y promover los negocios y también recursos técnicos y burocráticos del Estado, un agente fundamental del desarrollo. Las industrias clave debían crear una demanda de insumos y una oferta de bienes para otras. En Argentina, a mediados de la década de 1950, el dirigente radical Arturo Frondizi y el empresario y ex militante comunista Rogelio Frigerio comenzaron a elaborar un diagnóstico y una propuesta para resolver los problemas económicos que enfrentaba el país, en el que la industrialización ocupaba un lugar central. Si se quería superar el estrangulamiento del sector externo, se debía avanzar en la implantación de las industrias básicas a fin de integrar verticalmente al sector manufacturero. El impulso desarrollista En febrero del ´58, Frondizi obtuvo el triunfo con un amplio respaldo electoral, con el apoyo de los peronistas. El gobierno inició un cambio parcial al combinar la industrialización mediante el aliento de la inversión extranjera con la aplicación de un programa económico ortodoxo. Se eliminaría la intervención nociva del Estado sobre la economía, lo cual generaría una estabilidad económica y la creación de un “clima de confianza” que alentaría la inversión extranjera. Los cambios importantes se dieron en diciembre del ´58 con la sanción de dos leyes fundamentales: Ley 14.780 nuevo Régimen de Inversiones Extranjeras y la Ley 14.781 de Promoción Industrial. Estas normas fueron acompañadas por la aplicación de un programa de estabilización que contó con la asistencia del FMI (este organismo concedió un préstamo en stand by). El Plan de Estabilización y Desarrollo incluyó una fuerte devaluación, la liberación y unificación del mercado cambiario, la eliminación de los controles a los precios y la implementación de políticas fiscales y monetarias restrictivas. La política industrial desarrollista se basó en las leyes 14.780 y 14. 781 y en la introducción de una reforma arancelaria. La primera norma su propósito declarado era alentar "la colaboración del inversor extranjero para acelerar el desarrollo del país en actividades productivas". Las empresas que querían invertir debían contar solo con la autorización del gobierno. Los inversores extranjeros tendrían los mismos derechos y garantías que las empresas de capital nacional. Finalmente, ley 14. 780 no mencionaba que sectores industriales se buscaba alentar. La ley 14.781 tenía como propósito alentar "el desarrollo industrial”. La norma se entendía como complementaria a la Ley de Inversión Extranjera, en el sentido de que se planteaba constituir una muestra del apoyo oficial a las empresas de capital nacional. Fundamentaba el apoyo a la industrializaci6n en razones económicas y sociales, entre las cuales se destacaban las crisis recurrentes de la balanza de pagos, la caída de los precios mundiales de los productos primarios y la escasa capacidad de creación de empleo por parte del sector primario y terciario. El gobierno sostuvo que se fomentarían las inversiones extranjeras solo en aquellas industrias que no se habían desarrollado, para evitar que las empresas nacionales enfrentaran la competencia de firmas extranjera. La inversión extranjera tuvo como destino principal las ramas química y petroquímica y el complejo automotor. Esas tres industrias concentraron el 60% de las inversiones. También se produjo una notable inversión extranjera en la producción de laminados de acero, maquinarias industriales, papel, material ferroviario, tractores y construcción naval. El impacto de ambas leyes se vio fortalecido por una reforma del Régimen de importaciones. En primer lugar, se eliminaron las restricciones cuantitativas que el peronismo había comenzado a aplicar a partir de 1946. En su reemplazo se implantaron recargos a las importaciones, que distinguían entre artículos esenciales y otros bienes e insumos para la economía local. Durante el gobierno de Frondizi, la legislación de promoción industrial introdujo en diversos sectores generosas exenciones aduaneras para el ingreso de partes y componentes, así coma bienes de capital. Lo que resalta de la política industrial desarrollista sobre todo la escasa densidad teórica y analítica desde la cual se definían los objetivos, los recursos disponibles y las consecuencias de la diversificación industrial. La combinación de los incentivos previstos en las leyes 14.780 y 14.781 y la protección arancelaria y la implementación de las políticas sectoriales se tradujeron en importantes cambios estructurales. Contrariamente a lo que habían esperado las políticas de aliento a la industrialización no se tradujeron en una mayor demanda de empleo. Por el contrario, las industrias renovaron sus procesos productivos y expulsaron mano de obra. El impacto económico de la estrategia desarrollista y el conflicto con los sindicatos le restaron al gobierno un apoyo social y electoral sólido. El derrocamiento de Frondizi profundizó los desequilibrios de la economía argentina, todavía atrapada en los ciclos stop and go. La crisis, la más profunda padecida durante el periodo de la ISI, condujo a una reevaluación de la estrategia económica seguida. Se procedió a reglamentar la ley 14.781, estableció un régimen más organizado para la importación de maquinarias, e implanto nuevos incentivos fiscales y crediticios para promover la exportación de manufacturas. Las políticas industriales durante el auge de la ISI, 1964-1974 Luego del derrocamiento de Frondizi, las políticas económicas oscilaron entre estrategias opuestas que intentaban resolver con éxito muy limitado las crisis recurrentes de la balanza de pagos, la inflación y la lucha por la distribución del ingreso. Políticas que incluyeron una gran devaluación de la moneda, medidas monetarias y crediticias restrictivas y la contracción de los gastos públicos, fueron sucedidas por estrategias que implicaban una fuerte intervención del Estado e incluían la expansión monetaria y crediticia. Los gobiernos civiles y militares que se sucedieron en ese periodo compartieron un objetivo común, el de promover la profundización de la industrialización mediante la integración vertical de la estructura sectorial, la búsqueda de eficiencia sectorial y la promoción de las exportaciones de productos elaborados. - Illia: alentó la reactivación de la economía e intentó luchar por la distribución de ingresos mediante un acuerdo fallido entre empresarios y sindicatos. La política industrial no tuvo grandes innovaciones, con la ley 14781 vigente, se establecieron normas que regulaban los incentivos de acuerdo a la actividad, el nivel de integración local de la producción y la localización, por medio de decretos para estimular la descentralización. - Golpe de Estado ´66 (Onganía) se propuso como objetivo atacar la inflación, promover la inversión y alentar la aceleración de la tasa de crecimiento y la integración vertical del sector industrial. La Argentina agroexportadora debía dar paso a la economía moderna e industrializada, capaz de competir en el mercado mundial. Se adoptó un enfoque “eficientista”. El cambio más importante fue el aliento a la inversión extranjera que supuso el inicio de una segunda y breve etapa de transnacionalización del sector manufacturero. Esta inversión se orientó a empresas ya instaladas, lo cual resultó beneficioso en el punto de que muchas empresas habían quedado endeudadas por la actualización de sus maquinarias y ampliación de sus plantas, además de los factores externos. Se produjeron importantes avances de modernización de infraestructura, como el túnel subfluvial que unió Santa Fe y Paraná, posibilitando conectar a las provincias mesopotámicas con Bs As; la construcción de la primera Central Atómica; la estación de telecomunicaciones de Balcarce, y el inicio - de la represa de El Chocón, entre otras. En 1970 se produce el Cordobazo, provocando que las políticas económicas adoptadas por el gobierno de facto tuvieran que dar un nuevo giro. La política económica se basó en la expansión del gasto público y la oferta monetaria y crediticia, todo lo cual realimentó la lucha por la distribución del ingreso entre capital y trabajo. En cuanto a la política industrial, el enfoque reforzó el papel del mercado interno, como objetivo promover el crecimiento de la industria. Aplicó políticas de corte nacionalista que permitieran revertir o limitar la desnacionalización de la industria entre ´67 y ´69. Se sancionaron dos nuevas leyes: la 18587, la norma concedía al Estado un amplio campo de acción para crear nuevas empresas que requirieran grandes capitales y fueran imprescindibles para el desarrollo integral del sector manufacturero y el fomento de la investigación tecnológica. Y la ley 19904, la cual obligaba al Estado y sus empresas a otorgar preferencia en sus compras a proveedores de capital nacional. Se transformó el Banco Industrial en Banco nacional de Desarrollo (Bonade) y la prohibición de financiamiento a empresas extranjeras. Pero la inestabilidad política limitó el impacto de estas medidas en varios sentidos. Al prohibir a las empresas extrajeras a la financiación nacional, recurrieron a sus empresas matriz y de esta manera generando deuda externa, se produjo una nueva crisis en la balanza de pagos. Tercer gobierno Peronista: en 1973 se puso en marcha un programa de estabilización basado en un acuerdo entre la CGT y CGE (el Pacto Social), donde pactaba una tregua por la lucha de la distribución del ingreso, mediante el congelamiento de precios y salarios por dos años. En conjunto, a partir de 1970, la política industrial y de inversiones extranjeras giro hacia enfoques de fuerte intervención estatal y contenido nacionalista propicio el aliento de las exportaciones y la limitación de nuevos proyectos industriales que ampliaran la demanda de importaciones, en un intento por contribuir a mejorar el balance sectorial y el equilibrio de la balanza de pagos. Se sancionaron cuatro leyes que reemplazaron el esquema anterior impuesto por Ferrer. La Ley 20545/73 de protección a la producción nacional, buscó alentar las exportaciones industriales mediante rebajas arancelarias e impositivas; la Ley 20560/73 implantó un régimen de promoción de nuevas industrias y regiones, incluso aquellas donde el capital extranjero tuviera como límite el 49% del total; la Ley 20568, estableció un régimen de Fomento a la pequeña y mediana empresa; pero la más importante fue la Ley 20557 de inversiones extranjeras, fijó un nuevo ordenamiento regulador de la inversión extranjera, que sería administrado por el Estado que limitaba un giro anual de utilidades del 12,5%, sobre el capital invertido, sujeto a impuestos, y el retiro de capital a partir del quinto año de radicación. Esta política se redujo sustancialmente la inversión extranjera en la industria, la que también se vio limitada por los efectos de la primera crisis del Petróleo de 1973 y la inestabilidad macroeconómica local a partir del segundo semestre de 1974. La evolución del sector industrial durante esta etapa, se dio en un contexto internacional muy favorable (los años dorados del capitalismo), caracterizado por el incremento del comercio mundial y de los flujos de inversión extranjera directa de las grandes multinacionales y por la constante innovación tecnológica, la economía argentina mejoró su desempeño gracias a la atenuación de los ciclos stop and go producidos por el aumento de la producción primaria exportable y el vigoroso desarrollo industrial. La industria, entre ´64 y el ´74, conoció un período inédito de continuo crecimiento. Este mejor desempeño se debió a la maduración de las inversiones radicadas durante el gobierno de Frondizi, a las que se sumó el impacto de los proyectos estatales de infraestructura. La maduración del sector industrial Entre 1964 y 1974 el incremento de la producción agraria y de los precios internacionales, la maduración de las inversiones realizadas en el sector secundario y la aplicación de políticas económicas más expansivas inauguraron una década de desarrollo industrial, acompañado de un importante aumento de la productividad y en menor medida del empleo (sólo el 2% anual). La participación de las ramas tradicionales, como bebidas, alimentos, tabaco, entre otras fueron disminuyendo. En cambio, se produjo un avance notable de las industrias metalmecánicas, químicas, y petroquímicas, sectores que lideraban a escala internacional el patrón de crecimiento industrial. En conjunto, para 1974, estas ramas aportaban más del 50% del valor agregado del sector. El avance de estas industrias fue acompañado de cambios importantes en el tamaño de las empresas y el personal total empleado en el sector. En cuanto a lo primero, se destacó un fuerte proceso de concentración de deterioro de las pequeñas fábricas. El tamaño medio de las plantas, medido por el número de empleados también creció. En cuanto al empleo total del sector durante estos años la expansión del sector volvió a ser una fuente generadora de empleo. La expansión industrial terminó por consolidar la franja industrial del Paraná, que iba desde Rosario hasta Bs As y La Plata. Fuera de Bs As, sólo las provincias de Córdoba y Santa Fe lograron incrementar su peso como localización de la industria. El impulso exportador Para 1974, la industria argentina exportaba una canasta más diversificada de manufacturas. La mejora de su eficiencia y de sus capacidades competitivas abarcaban ramas tradicionales como la gráfica, la textil y la confección; industrias de insumos básicos, como metales y productos petroquímicos, e industrias nuevas de contenido tecnológico medio, como el complejo automotor o la industria de maquinarias y equipos. La corriente exportadora tuvo como destino principal los mercados latinoamericanos. ¿Qué papel desempeñaron los políticas económicas e industriales en éste proceso? Las primeras medidas fueron tomadas por el gobierno de Perón, que estableció tipos de cambio diferenciales que implicaban una devaluación encubierta para diferentes manufacturas. En ´52, el gobierno creó una Comisión de Fomento de las Exportaciones para alentar la diversificación y se concedió la exención del impuesto a las ventas. Entre ´53 y ´55, se firmaron varios convenios comerciales con Chile, Bolivia, Paraguay y Ecuador, que incluían la venta de manufacturas en el marco del comercio bilateral. Sin embargo, fueron insuficientes para estimular las exportaciones. Recién a comienzo de los ´60, las políticas públicas comenzaron a brindar otros incentivos para la exportación, como un régimen de drawback y reintegros y un sistema de financiación específico para estimular al sector a vender al exterior lo que no podía colocarse en el mercado interno en crisis. A principios de los´70 se creó el sistema de reembolsos y, en el ´73, el peronismo volvió a incluir en los convenios comerciales la exportación de manufacturas. Todos estos instrumentos buscaron optimizar las condiciones para exportar y, sobre todo, mejorar indirectamente el cambio. No puede atribuirse el auge exportado a la puesta en marcha de estos incentivos. En efecto, una explicación integral de la expansión exportadora debe reconocer que el impulso vino de diferentes fuentes, entre las cuales se destacaron las de origen empresario: la notable mejora de la productividad, la disponibilidad de mano de obra calificada y relativamente más barata, la maduración de los procesos de adaptación y “aprendizaje tecnológico” que permitieron la mejora de los diseños tecnológicos introducidos en la década previa, el aprovechamiento de las economías a escala y, por lo tanto, la necesidad de exportar. El debate sobre el “agotamiento” de la ISI Las tres posturas más importantes, en el campo de los economistas fueron: - Guido Di Tella. “Modelo desintegrado y abierto” Sostenía que el modelo de las ISI se había agotado y que, si se quería alcanzar tasas de crecimiento adecuadas para elevar el nivel del ingreso nacional y los salarios reales, no se podía insistir en ese camino. Para Di Tella, la ISI había sido resultado de los problemas del sector externo más que una política razonada de industrialización. La “paradoja de la autarquía” resultaba de un modelo de industrialización diversificada y orientado al mercado interno, lejos de fortalecer la autonomía el país, había profundizado la dependencia de la inversión extranjera y las empresas multinacionales. Di Tella advertía que era posible emprender otro camino de desarrollo. Debía aprovecharse que las condiciones internacionales y locales estaban cambiando, ya que la producción primaria exportable mostraba signos de crecimiento y, al mismo tiempo, los términos de intercambio empezaban a mejorar; y así imponer un nuevo modelo de industrialización orientado por el criterio de optimización social, esto es aumentar el ingreso y los salarios reales. La Argentina debía entonces relegar a un segundo plano las industrias capital-intensivas, puesto que ellas requerían de cuantiosos capitales y mercados muy amplios. Por el contrario, la clave estaba en desarrollar las industrias que emplearan un factor abundante, como la mano de obra capacitada. Pensaba que se podría lograr competitividad en industrias como la metalmecánica e incluso la fabricación de equipos. En conclusión, la propuesta de Di Tella rechazaba los modelos autarquizantes y cerrados, pero al mismo tiempo se alejaba de la teoría de las ventajas comparativas estáticas (la idea de producir alimentos para el mundo), y sostenía que era posible dotar al sector manufacturero de competitividad. El planteo conformaba una “estrategia de desarrollo indirecto”, en tanto se proponía en alcanzar un nivel de ingresos nacional alto y elevar los salarios reales, sin afrontar el desarrollo de las industrias básicas o tecnológicamente más sofisticadas, como era el caso de los países industrializados. - Aldo Ferrer “Modelo integrado y abierto” Partía de constatar un “comportamiento insatisfactorio de la economía argentina en los últimos 20 años”. También censuraba la autarquía como modelo y la consideraba imposible de alcanzar. Pero al mismo tiempo, pensaba que la idea de Di Tella era inviable por varias razones. 1ro- porque el desarrollo de las industrias básicas era clave para que la economía alcanzara cierto grado de autonomía. 2do- sostenía que el desarrollo de las industrias capital-intensivas mejoraría la eficiencia en todo el sector. 3ro- la integración del sector industrial era tangible mediante un inteligente aprovechamiento de los eslabonamientos anteriores y posteriores. 4to- Para rechazar el modelo desintegrado era el riego mayor de concentrarse en un número limitado de industrias exportadoras, siendo que no existe ninguna certeza de que puedan lograr una competitividad permanente. Su propuesta, postulaba la necesidad de mejorar la competitividad del conjunto del sector. Para ello era necesario que el Estado brindase la infraestructura adecuada para el crecimiento integral de la industria, fomentar la concentración de la producción y la inversión en investigación y desarrollo, abaratar la oferta de bienes de capital y mejorar la organización de la producción y el layout de las plantas. Aparecía como una reafirmación la búsqueda de la integración vertical del sector industrial que había guiado a la ISI, pero ahora se combinaba con la propuesta de disminuir el papel del capital extranjero y las empresas transnacionales, con el objetivo de conquistar la autonomía tecnológica. - Marcelo Diamand Para él los problemas tenían su origen en lo que denominaba una “estructura productiva desequilibrada”; esto es, la coexistencia de un sector de la economía competitiva en el mercado mundial que crecía a un ritmo menor y, por otro lado, el sector industrial, el más dinámico de la economía local, pero no competitivo a escala internacional. Rechazaba las recetas liberales y las populista, por su incapacidad de resolver estos problemas estructurales. Para ello había que diseñar políticas económicas y sectoriales que alentaran contentamente la expansión primaria exportable, la sustitución de las importaciones y las exportaciones de manufacturas. Esas políticas debían combinar de manera original tipos de cambios múltiples para el agro y la industria, reintegros para las exportadoras e impuestos al agro. Diamand reclamaba una aplicación más intensa y coherente de esos incentivos y un fortalecimiento de la capacidad arbitral del Estado para moderar los conflictos intersectoriales.