Santa Teresa de Ávila (España, 1515-1582) vivió 67 años. Fue la primera mujer doctora de la Iglesia. Fue fundadora de las carmelitas descalzas o de la descalcez. Escribió su Biografía, Camino de la Perfección, Pensamientos sobre el amor de Dios y el Castillo interior. A los dieciocho años entra en el Carmelo. A los cuarenta años tiene una nueva conversión. Establece quince conventos en España y hace la reforma de su Orden junto con San Juan de la Cruz. Paulo VI la hizo Doctora en 1970. Santa Teresa fue una mujer adelantada a su tiempo. Hizo cosas impensables para una mujer hace cinco siglos. Impulsó una orden, abrió numerosos conventos y renovó a la Iglesia gracias a su ímpetu y personalidad arrolladora. Teresa mantuvo relación con varios jesuitas considerados excepcionales. Diego de Cetina llegó a Ávila en 1555 y fue su confesor durante dos meses. El jesuita Juan de Prádanos fue confesor de Guiomar de Ulloa. Esta le habló de él a Teresa, y fue su confesor y director espiritual entre mayo de 1555 y finales de 1558. Francisco de Borja fue a Ávila en 1554 y predicó en la Catedral de Cristo Salvador. Regresó en la Semana Santa de 1557 y ella aprovechó para ir a visitarlo. Francisco de Borja le dijo que lo que le ocurría era de Dios y que no se preocupase. En 1558 tuvo su primer rapto y la visión del infierno. Habla de la entrada como una cavidad parecida a un horno oscuro, sucio y maloliente con reptiles en el suelo, para luego llegar a un lugar donde sufren su pena los condenados en el fuego. Tomó por confesor, en 1559, a Baltasar Álvarez, que era maestro de novicios de los jesuitas. Este fue su confesor hasta 1562. El 29 de junio de 1559, mientras estaba rezando, tuvo la sensación de que Cristo estaba a su derecha y le hablaba. En abril de 1560, cuando estaba en casa de Guiomar de Ulloa, se produjo la Transverberación.