ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DIVISIÓN DE POSGRADOS POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL INAH SEP Cuerpos que habiten la risa: una mirada antropológica del payaso teatral como figura de resistencia en la Ciudad de México. El caso de Comparsa la Bulla. TESIS QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE MAESTRO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL PRESENTA Mitl Maqueda Silva DIRECTOR DE TESIS: Dr. José Carlos Aguado Vázquez CIUDAD DE MÉXICO 2016 Índice. Los motivos. 1 Introducción. 17 Planteamiento de problema y justificación. 21 Una aproximación interpretativa. 23 Objetivos. 34 Hipótesis. 35 Metodología. 37 Capítulo 1. Antecedentes generales del payaso/clown 1.1 Semblanza histórica 40 1.2 El carnaval 45 1.3 Comedia del arte 50 1.4 Circo moderno 53 1.5 Payaso en México 56 1.5.1 La actualidad 60 Capítulo 2. Marco teórico / estado del arte. 65 2.1 Una omisión de la ciencia 69 2.2 Definición del clown/definición propia 72 2.3 Marco teórico de la investigación 80 2.3.1 Cultura popular 2.3.1.1 La calle 2.4 La ideología de un cuerpo extra-cotidiano. 2.4.1 La teatralidad 2.5 La imagen corporal de un cuerpo en resistencia 2.5.1 Cuerpo y Resistencia 80 84 87 95 101 107 Capítulo 3. La cotidianidad dramática: Somos Hobos los hijos de la nube negra. 3.1 Comparsa la Bulla: la Historia 114 3.2 Organización 118 3.2.1 Un día de máscaras y escenas 120 3.2.2 Ser un artista independiente 124 3.3 El Payaso, una tipología básica 129 3.3.1 El Clown teatral de Comparsa la Bulla 130 3.3.2 Yo soy payaso teatral 135 3.3.2.1 Ramona Flowers: La comandante de Sueños 139 3.3.2.2 Hiram: Maestro de la magia y la creación 141 3.3.2.3 Rafa Galván: Un Clown a todo terreno 145 3.3.2.4 Nacho: Puedo hacer reír, puedo hacer llorar, puedo ser un clown 148 3.3.2.5 Paco: Nos hacen más dependientes de la coca que del arte 151 3.3.2.6 Idania: nosotros sobrevivimos desde nuestra trinchera y haciendo lo que nos gusta. 3.4 Construyendo un cuerpo que habite la risa. 153 154 3.4.1 El entrenamiento: la organización lúdica de un dolor creativo 156 3.4.2 Un cuerpo extra-cotidiano 161 3.5 La ideología de un arte que resiste 168 3.5.1 El clown como un arma de resistencia 176 Conclusiones preliminares 183 Anexo Fotográfico 194 Referencias 208 Agradecimientos Son muchas las personas a quienes debo mi aprendizaje, respeto y perpetua admiración, por lo que creo, necesitaría de muchas más cuartillas para poder agradecer a todos y cada uno de ellos las experiencias vividas a su lado. Espero comprendan los malos momentos que me juega el inconsciente a la hora de la elaboración de estas letras, pero supongo, que cada uno de ustedes y conociendo un poco de mi existencia, locuras y juegos, sabrán relacionar su historia con la mía y aceptar que fueron parte importante en vida. Quisiera agradecer principalmente a Patricia Silva Luna, mi madre, quien siempre ha sido pilar en mis quebrantos y luz en mis logros. Agradezco a mi hermana Celic Maqueda Silva por tantos momentos lúdicos, por su acompañamiento y apoyo constante, y también agradezco a mi padre Aguileo Maqueda Yáñez por las enseñanzas muy a su modo. Quiero también hacer mención a todo mi cuerpo de sinodales que tuvieron el tiempo y la atención de leer mis inquietudes investigativas. Agradezco a la Dra. Paz Xóchitl Ramírez, por su disposición y ayuda (desde mis momentos de estudiante en la UAMI sus clases han sido muy amenas). De igual manera le extiendo mi gratitud al Dr. Abilio Vergara por sus enseñanzas en la ENAH y por su apoyo durante este proceso. También reitero mi agradecimiento al Dr. Tomás Ejea por su disposición, reflexiones y comunicación constante en relación con este escrito. A su vez quisiera expresar mi agradecimiento profundo al Dr. Rodrigo Díaz Cruz, quien ayudó en gran medida a mi proceso de construcción como antropólogo desde la licenciatura, y a quien mi deuda y mi admiración constante, le retribuyo nuevamente por los valiosos comentarios realizados a este trabajo. De igual manera, quiero externarle mi agradecimiento y admiración al Dr. José Carlos Aguado Vázquez, quien es director de este trabajo y cuyas observaciones y seguimiento en este proceso fueron de vital importancia para mi aprendizaje. Agradezco su paciencia, su guía y su sabiduría, así como también la confianza para darme la oportunidad de realizar esta investigación, a él mi reconocimiento y también mi deuda. Agradezco al Posgrado en Antropología Social, a los profesores que nos dieron el privilegio de aprender de ellos, a todos los compañeros de la generación que hicieron posibles múltiples vivencias y lúdicos momentos. A su vez quiero agradecer a Moni, Miriam y a la Dra. Luz Olivia Prieto por el acompañamiento administrativo, sin ellas hubiera sido un caos. Agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) por el financiamiento de esta investigación. Agradezco a mis compañeros de la línea de investigación, a Chris, a Francisco, a Jorgelina y a Gustavo Reyes. Asimismo agradezco a todos mis compañeros de generación de la maestría en antropología social (con enorme afecto a Bulmaro, Paola, Diana, Fer, Isabel, Caro, Julio, Melva, Aurea, Erika, Juliana, Bunji, Marce, Mónica, Arcadio, Edna, Capi Furia, Gloria, Semis, Xilonen, Alex y Yerid. Quiero agradecer de manera especial a Isadora Heredia López pues sin su apoyo, disposición y afecto, este trabajo tendría un sabor distinto, a ella mi admiración e inmenso cariño. Finalmente le doy mi eterno agradecimiento a los integrantes de la Non Plus Ultra Orkesta y de Comparsa la Bulla, sin todos ellos no hubiera sido posible este trabajo, para ellos de igual manera mi agradecimiento, estima y muy grande admiración. Quiero mencionar mi gratitud también a las siguientes personas: Markos, Wako, Omar y Abraham Cadena, Alín Pérez, Iván Robles, Omar Share, Marisol Ramos, Luz Yesenia Huerta, Alexis Pérez, Erika Arriaga, Aurora Arámbula, Gustavo Chavarría, Nancy Vela, Miriam Cordero, Araceli Colina, Iris Aguilar, Jonathan Guzmán, Eduardo Téllez, Viridiana Padilla, Brenda Naranjo, Angélica Escamilla, Maribel Loyola, Blanca Leiva, David Rendón, Salvador Alarcón, Gloria Núñez, Darina Robles, a Mikesito, a Lara Lero, a Talachito, a la familia Hernández Rey, Mtro. Víctor Inzua, Dr. Francisco Espinosa, Dr. Carlos Garma Navarro, a Meli, a Montserrat Rebollo y a la Dra. Teresa Tapada (por su infinita ayuda y auxilio). A todos ustedes—los mencionados y los ausentes--- muchas gracias por este logro compartido. “…Levántate, ven a soñar, todo puede cambiar ¡libérate! ven a bailar, no intentes ser normal…” La Non Plus Ultra Orkesta. “…Y gozaré esta vida hasta el último rincón, que estoy envuelto en su ruleta, atrapado en su pregón, atrapado en su pregón…” Wako Cadena. Los motivos. Pudieran ser variadas las razones por las que uno decide estudiar el tema de investigación de su preferencia, algunas que van desde la vivencia propia, los juegos, las ideas locas compartidas en las placenteras tertulias etílicas con los compañeros de generación o hasta llegar a la conversión de preguntas de índole científica por brillantes golpes de lucidez. Cualquiera de las razones por las que se haya escogido un tema de investigación---en este caso dentro de la disciplina antropológica--- merece por consecuencia nombrar el lugar de su propia enunciación o nacimiento, es decir; nuestros horizontes investigativos requieren de una precisión solidaria y correlativa al impulso que nos llevó a inundarnos de la policromía de sus referencias y presupuestos. A pesar de que podríamos hacer una escritura amplia y generosa de las inquietudes que condicionaron nuestros arribos teóricos acerca de la investigación que elegimos, debería ser necesidad de todo investigador mencionar parte importante de las razones o los motivos de su empresa intelectual a los lectores. En este sentido recordemos a “boca jarro” ese magnífico texto que George Devereux tuvo con tanto tino a escribir y cuyo título “De la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento” nos hizo ver que la realidad de nuestras investigaciones provenía en gran medida de los contenidos inconscientes albergados en el investigador. 1 Por ejemplo Renato Rosaldo (2000) ya había indicado que la mirada del investigador es fragmentaria y que dependiendo de su posicionamiento, tendrá una parcialidad resolutiva de aquello que busca explicar a sus congéneres gremiales1, en este caso al antropólogo. Aunque esta mirada fragmentaria produzca una sensación de desasosiego debido a la confrontación que tenemos ante nuestro ferviente ímpetu por considerar que dentro de nuestra investigación todo es importante, y que al acotarla se dejaría de lado muchos otros elementos sustanciales para el tema en general --- debemos reconocer que la realización de un encuadre es fundamental para aclarar nuestras aproximaciones analíticas. El que todo parezca interesante en una investigación, implica cargar con una amplia gama de contenidos ideológicos por parte del investigador al comienzo de su estudio, lo que podría oscurecer en mayor medida su intención para entender e interpretar con profundidad la particularidad de una realidad segmentada y la cual busca explicar. Estos presupuestos ideológicos que por otro lado el Dr. Carlos Aguado en diversos seminarios tuvo a bien explicarnos, pueden llenarnos de una opacidad necia por la inquisitiva búsqueda de caprichos pre conceptuales y que se reducen a lo que él ha denominado evidencias ideológicas, las cuales todo investigador debe tener claro al inicio de la elección de sus temas de investigación, pues éstos se albergan dentro de una dimensión inconsciente. A su vez Bourdieu escribió que para cualquier investigación que se decida emprender, es necesario realizar una vigilancia epistemológica sobre lo que ocurre en el trabajo de campo y cotejar con los anclajes teóricos elegidos para el estudio. En este sentido el Dr. Aguado Vázquez nos había enseñado que la mirada que tenemos dentro del proceso de la investigación debe ser complemento de una relación de espejo entre lo visto y lo deseado, es decir; entre aquello que queremos que sea en términos de la investigación y lo que realmente hemos comprobado en el campo de la 1 Bachelard (1973) en este sentido ha indicado que para el ejercicio de una investigación debemos tener perfectamente delimitado qué parte de lo real podemos o queremos dilucidar. 2 praxis dentro del grupo social estudiado. La importancia de este ejercicio implica ver cómo el investigador se vuelve parte de un dato dentro de la investigación. No sé si sea una generalidad pero cuando uno se inserta en los vericuetos del trabajo de campo y de la investigación, pareciera llegar a nosotros la imagen de un antropólogo inocente conociendo un mundo interesante, vasto y cuya preparación teórica ha logrado ya una suerte de barrera emocional para gozar de una pre disposición a estar abiertos, no juzgantes y salir medianamente con una salud mental óptima para la entrega de los resultados. El problema es que en realidad no sabemos qué tanto será lo que esta experiencia podrá modificarnos. Hace algunos años el famoso texto de Wacquant “Entre la cuerdas: cuadernos de un aprendiz de boxeador (2006)” sobre los boxeadores negros del gueto de Chicago, había sido para mí una forma peculiar de hacer etnografía, me imaginaba a ese sociólogo francés (y blanco) hinchado por los golpes que la práctica pugilística se encargó de constatarle en la cara y que se convirtió en la huella de una experiencia ineludible. Reía mucho con la forma de ejercer una manera de comprender a esos otros tomando como eje importante su propia corporeidad, una especie de corporeidad al servicio de la investigación cualitativa y pugilística. Del mismo modo, la imaginación que Mark Johnson (1991) sugirió como parte fundamental de nuestros deseos por la investigación, debe ser considerada a la hora de comenzar a deslizar la pluma para mostrar la vida y el entorno social en el que decidimos enrolarnos. Por tanto me parece pertinente puntualizar el recuerdo del por qué escogí la temática abordada anteriormente, la cual versa sobre la práctica social de la teatralidad; en concreto, de una especialización denominada clown teatral a la que miro como la configuración de una imagen corporal en resistencia a las evidencias ideológicas que muchas veces concebimos como naturales. Inicio. 3 Recuerdo que en mis años de estudiante de licenciatura, conocí de manera casi azarosa el mundo de la teatralidad, que si bien no me era ajeno, no había tenido la oportunidad de conocerlo de manera frontal. Al inicio concebía de manera peyorativa a las personas que se dedicaban a este oficio pues sólo tenía conocimiento de este arte por las obras, novelas, o programas televisivos que llegaban a mí desde las múltiples ventanas de los medios masivos de comunicación. La teatralidad considerada para mí como una forma brutal de falsedad en donde el actor era el producto de múltiples traumas que no podían ser significados por los sujetos que se dedicaban a este oficio, me había parecido siempre una profesión tan cercana a las promesas realizadas por los políticos que arrojados a la misión de satisfacer su sed de poder, afilaban la navajas de una producción discursiva digna de los más reconocidos premios del engaño. No fue sino hasta la realización de una tarea que el Mtro. José González (UAM-I) había propuesto para exentar uno de sus cursos, en donde por fin comencé a entender el mundo de la teatralidad (del teatro callejero específicamente) desde otra óptica. Este encuentro pudo darse a finales del año 2009, pues la tarea versaba sobre describir una forma de vida que nosotros eligiéramos, para esto, mi hermana Celic Maqueda había formado parte de una agrupación de teatro callejero y a la cual pedí permiso para que me permitiera realizar mi tarea y así aprobar dicha materia. Más tarde, sólo recuerdo que después de haber exentado el curso yo seguía interesado por esas personas dedicadas a este tipo de práctica social. Proseguí con mis estudios universitarios y aunque desde una plataforma completamente distinta de lo que es el teatro; de la mano del Dr. Carlos Garma y del Dr. Rodrigo Díaz Cruz me enfoqué en el estudio de las concepciones, usos y prácticas que tenían de la corporeidad los grupos protestantes, particularmente en la delegación Tláhuac. 4 A pesar de mi particular visión sobre la vida pentecostal, seguí conociendo de manera externa y más a modo de intuición el mundo de la teatralidad callejera, el cual en el año 2010 me permitió ser partícipe de un proyecto artístico cuya presentación tomó forma en el Festival de Vida y Muerte celebrado dentro del parque turístico de Xcaret, en el Estado de Quintana Roo. Me refiero a este lugar pues fue ahí en donde pude ver por primera vez a la agrupación de teatro callejero a la que me he referido anteriormente en el título de este trabajo y de la cual tomo como caso específico de mi investigación. Antes ya había oído hablar del circo callejero, de los malabares, de las bailarinas que hacían danzas desde lo más alto de un recinto y con su gracia y piruetas dejaban con un suspiro entrecortado al público que se acercaba a mirarles, había concebido bajo mi mirada expectante un increíble aumento de personas enfiladas a diversas disciplinas del arte tanto circense como callejero, y por supuesto, conocí a muchos payasos, pero fue en ese sitio tan remoto a mi lugar de origen, que conocí una práctica dentro de la teatralidad llamada payaso teatral o clown. Los payasos para mí ----hasta no hace mucho----habían formado parte de muchos de los temas que se encontraban sobre las baldosas de mi indiferencia, para mí los ejecutantes de ese oficio eran personas dedicadas al divertimento de los infantes o figuras arquetípicas enfiladas a representar una realidad propia de desprestigio. El escuchar de personas allegadas enunciados como: “no seas payaso” o “terminarás trabajando de payaso”----- haciendo alusión a un futuro precario por mi forma comportamental---hacían que pensara más que este mundo de la teatralidad fuera concebido como una práctica cuyo final no sería más que el arribo de una lúgubre tragedia en cuanto a las expectativas de lo que se suponía debería ser una persona exitosa, cabe pensar que el pronunciar la palabra payaso significaba casi por añadidura, un cúmulo de infortunios y experiencias carentes de valoración. 5 El imaginario colectivo y familiar en el cual había crecido, a los payasos se les preconcebía como figuras relacionadas con la nostalgia, el divertimento y la precariedad. Supuse tiempo después que ese pensamiento parental tenía algo que ver con las películas del cine mexicano ----en donde Pedro Infante en la película “Un rincón cerca del cielo” al quedar en la miseria no hizo más que tomar como último recurso el ser payaso para conseguir dinero----. También el personaje de un payaso llamado “ESO (IT)” el cual desaparecía a los niños, o “Brozo el payaso tenebroso”, creo, aumentaban una compartida idea de que los payasos no eran dignos de pensárseles de manera seria o afable, sino por el contrario, entre fobias y rechazos, el payaso en mi horizonte no era más que la representación de una decadencia personal. Algo que uno nunca quisiera llegar a ser. Regresando a esa noche en el parque de Xcaret, recuerdo haber tenido la fortuna de encontrarme colocado en un lugar donde pude ver toda la presentación de Comparsa la Bulla de manera amplia2. Con anterioridad unos amigos me habían sugerido ir a ver el trabajo realizado de dicha agrupación cuya performance versaba sobre algunos imaginarios que los mexicanos tenemos acerca de la muerte y cuyo nombre se titulaba “Requiem por un Payacho”, espectáculo que por sugerente que fuera, al escuchar la palabra payaso provocaba en mí el prejuicio de pensar que no era algo digno de apreciarse, pues los payasos que había conocido anteriormente sólo les tenía en la estima de considerarlos personas muy buenas para contar chistes en las tertulias. Más a modo de amistad que de motivación, decidí acudir a la presentación y al estar acomodado, fue que por primera vez me encontré con algo que no estaba acostumbrado a mirar en mi entorno, pues bajo la investidura del maquillaje, los zapatotes, los vestuarios, y en la procesión fúnebre de un entierro, salieron los 2 Cuando hablaba de ellos sobre este evento, me comentaban que ellos tampoco van a olvidar esa función, pues ellos consideran que ha sido una función muy compleja de realizar ya que la estructura del juego de pelota en donde se realizó su presentación, no les ayudaba mucho, pero lo tomaban siempre diciendo que era parte de las cosas que pasan en este oficio. 6 payasos a despedirse de su progenitor llamado “PAPA”. Esa noche en medio de música en vivo y luces de colores oníricas conocí a los clowns que después pude constatar eran una parte especializada de la maestro de la teatralidad, conocí una manera distinta de payaso, conocí el payaso teatral. Conocí a modo presencial un payaso en donde la vía de su mensaje estaba cimentada en una teatralidad cuya misión radicaba en el cuestionamiento al poder de una manera más elaborada que la del chiste fácil o la broma con pasteles, me enfrenté a un cúmulo de sensaciones que no generaban miedo sino una reflexión a todos los modelos categóricos que había presupuestado como naturales en relación al personaje. Creo que después de esa función en la cual todo era incluyente y en donde los payasos teatrales te daban una sensación de abrazarlos y no de querer salir corriendo a su primer acercamiento, comprendí que los dramas sociales 3 que son capaces de representar por medio de un anclaje teatral, pueden ser una manera para seguir pensando que el teatro es una arista más en donde se ven reflejadas las utopías de bienestar, igualdad o lo contrario y las cuales todavía son parte importante de nuestra cultura urbana. Entendí que probablemente el imaginario que los medios de comunicación nos dan del payaso es sólo una pequeña parte de esa amplia gama de lo que puede ser en realidad, y que debido a la desigualdad social y económica en la cual yo crecí, habían hecho que la figura de este ser sólo fuera delegada al divertimento infantil, al arquetipo pintado para la venta de paletas de chocolate o a la grosería de chistes fáciles para conseguir una moneda para poder vivir. Deduje que el presupuesto ideológico de que todos los payasos sólo hacen reír sin contenido alguno (social/personal) es falso y que quizá una de las razones fue lo que en algún momento Edgar Ceballos en su libro “El libro de oro de los payasos” había denunciado antes, argumentando que el payaso había caído en ese concepto 3 Pensando en Víctor Turner (1974; 23-59) cuando refería que estos suponen una relación en conflicto o no armónica. 7 del divertimento, de la vagancia o el parateatralismo debido a la depreciación del mismo oficio por parte de las personas que no respetaban este arte milenario, misma visión que un informante tuvo a bien compartirme en una entrevista tiempo después. A pesar de esto, y de la primera vez que conocí una manera distinta de payaso, en la cual entendí la variación artística dentro de la misma teatralidad que representan los clowns, pude ver que el presupuesto ideológico que tenía sobre ellos era inadecuado. Comprendí que los payasos no sólo hacen reír, sino también pueden crear la generosa idea de conmover---- mediante el tránsito de diversas emociones--a un público que puede verse envuelto en estados representacionales o ficcionales de utopía y posibilidad. Años después a este primer encuentro y de mi constante expectación acerca de la teatralidad popular o callejera, me siguió inquietando el aumento de esta técnica del clown teatral en la Ciudad de México, es decir, cada vez más me encontraba con sujetos que decían practicar o ser afines a la teatralidad que marcaba el payaso como una forma distinta a lo tradicional, de su reivindicación a partir de los medios de comunicación y que a diferencia de concebírseles como simples cuenteros de chistes tontos como lo era antaño, ahora había una ardua filosofía de vida en sus formaciones. La creciente convención e inserción de estos personajes en el ámbito de la teatralidad, la paulatina pero aún no suficiente ampliación de espacios para el ejercicio de esta técnica, sin duda fue permeando un cambio de nuestros antiguos cómicos nacionales como lo llegaron a ser Cantinflas, Tin-Tan, Capulina, Viruta, Resortes, entre otros y que actualmente parece regresar con bríos distintos. La llegada de nuevas formas de comedia como el stand-up o la improvisación, o las diversas presentaciones del Cirque du Soleil ya vistas en nuestro país, o los diversos sitios en internet en donde se pueden observar este tipo de representaciones artísticas, sin duda construyen actualmente un horizonte para que el clown tenga un lugar de reconocimiento entre los habitantes de la Ciudad de México; a su vez la 8 creación de festivales o encuentros independientes de teatro y cursos 4 ayudaron a la expansión de este tipo de movimiento, cada vez es más común escuchar la palabra clown como una manera de distinción o de diversas formas de representar la teatralidad de este personaje. En este sentido y después de darle muchas vueltas a la temática sobre si era posible abordar de manera teórica y desde la propia disciplina en la que me había formado, decidí intentar aproximarme a la interpretación de este fenómeno que para mí desde la primera vez que pude observarlo, me había parecido sugerente para su análisis. La misión fue complicada ya que en México no se encuentra mucha investigación acerca de este fenómeno emergente por decirlo de alguna manera. Específicamente el tema de lo lúdico, de la risa y en este caso de los cómicos callejeros o teatrales como bien ya lo habían mencionado Duvingnaud, Huizinga, Caillois o Vich, hizo que las ciencias sociales y en este caso la antropología tuvieran una mirada opaca sobre estos fenómenos que tiene la cultura. En esta preocupación personal y antropológica tuve la fortuna de poder dialogar con el Mtro. Víctor Inzua (catedrático de la Facultad de Trabajo Social de la U.N.A.M.) cuyo libro “La risa en el circo. Historia del payaso mexicano” (1994) es uno de los pocos intentos que forman parte de la difusa literatura antropológica sobre este tema5. En este sentido, y después de recordar sus vivencias laborales a lado de Guillermo Bonfil Batalla y Rodolfo Stavenhagen cuando formaba parte del museo de culturas populares y en el cual generó uno de los primeros proyectos sobre la historia de México a partir de la práctica social del circo, el Mtro. Inzua en torno al tema del arte circense y de su escaso estudio en las ciencias sociales me comentó lo siguiente: 4 Muchos de estos cursos eran dados en instituciones artísticas como el CENART (Centro Nacional de las Artes), o de manera independiente por personalidades que habían tenido la posibilidad de irse a estudiar de manera formal este tipo de oficio en diversas escuelas de Europa dedicadas a la enseñanza del Clown(Darina Robles, Jesús Díaz, Madeline Sierra, Aziz Gual, entre otros) 5 Véase también Armando y Campos, 1939, Los payasos poetas del pueblo (El circo en México, crónica), Ed. Botas, México. 9 “Se crea el museo de culturas populares... Iniciamos; éramos ocho o nueve, se inician varios proyectos, entre ellos el mío. Propongo un proyecto sobre el desarrollo del circo mexicano…propongo circo y pues me pasó lo mismo que a ti , fui a la Ibero, fui a todas la bibliotecas y nada más encontré el de María y Campos del año de 1939. Y yo me decía: ¿cómo le hago, cómo le hago? y el mismo Bonfil me dijo: Víctor, acuérdate que como antropólogo que si no hay nada, pues hay que irse al campo. Y me fui a varios circos, así fue como le entré.” (Entrevista realizada Víctor Inzua, 13 de abril del 2015) En cuanto al tema específico de los payasos, retomamos parte de la descripción etnográfica de su investigación, comentándome su experiencia académica y personal sobre este fenómeno: “He dado conferencias sobre el clown. Tuve contacto con los auténticos payasos: los de circo, no los que ahora dos por sesenta y se anuncian en la prensa y hacen cada parodia de hasta doble sentido ¡No! Ese no es el que retoma de la realidad y toma el ingenio de hacer una parodia con la gente. Los primeros comerciales que se hicieron en televisión fueron hechos con payasos… me dieron reconocimientos ellos mismos, iniciamos con ellos las primeras peregrinaciones, viajar con ellos, estar con ellos, hasta que finalmente ya caigo en mi tema sobre niños de calle y todo lo que hago aquí en la U.N.A.M. Inclusive aún hay familiares que me piden recomendarles un payaso. Inclusive a veces cuando muere un payasito me hablan, ¿qué no hice? ¡Me subía a los trapecios…! (Entrevista realizada Víctor Inzua, 13 de abril del 2015) Posteriormente de la conversación con el Mtro. Inzua, mi cercanía iniciática con el mundo de la teatralidad, una convicción curiosa por saber más acerca de la temática y conforme iban pasando los tiempos de la investigación, la aguda mirada del Dr. Carlos Aguado y parte de mi material empírico permitió abrirme la posibilidad de realizar una mirada interpretativa al fenómeno de estos artistas de teatro callejero que con el personaje del clown o payaso teatral les permitía hablar de manera creativa muchas de las problemáticas de su propia sociedad. Ellos se retratan y se miran como----- bien me lo ha dicho Hiram--- “una especie en extinción” a la que haremos referencia tiempo después y bajo el principio literario de “érase una vez” “o “hace mucho tiempo en el mundo había grupos de personas denominados artistas callejeros”. 10 El encuentro. Ya he mencionado de manera operística mi primer encuentro con el mundo de la teatralidad y en específico con este tipo de payaso al cual no había considerado atinar a observar con un ojo más crítico. Esta investigación cuyos datos fueron arrojados en gran medida gracias a un análisis cualitativo de experiencias expuestas y vividas con los artistas de la Comparsa la Bulla, son el resultado de una participación observativa con ellos, y de una larga y cansada jornada de entrenamientos, viajes, tertulias, reuniones de mesa, desvelos en los que me encontré inmiscuido de manera profunda y en donde mi cuerpo se volvió parte constitutiva de la complejidad de este fenómeno cultural al interior de la Ciudad de México. El nacimiento de esta investigación se plantea después de lo aseverado anteriormente y en donde a través del trabajo de campo realizado, decidí ponerme del lado opuesto al de un mero espectador, ya que para lograr tener un acercamiento más preciso, resultó para mí indispensable cuestionar mis propios presupuestos ideológicos en torno de la teatralidad popular y por consecuencia de la figura de artística del payaso. Este ejercicio representó cuestionar mis prejuicios familiares, académicos y culturales para permitirme ---como se dice en nuestra disciplina--- volver extraño lo familiar. Por tanto estas líneas van tras la huella de interrogantes sobre el tema de la corporeidad en el artista callejero y en específico sobre la figura del payaso de teatro. Los datos pudieron ser recabados bajo el constante seguimiento de un grupo de artistas de teatro callejero llamado Comparsa la Bulla durante el transcurso de casi dos años. Comienzo dándome una segunda licencia literaria, ya que el resultado de estas líneas tiene en gran medida que ver con mi encuentro con estos artistas de teatro callejero. Había dicho que tuve la oportunidad de conocer el trabajo de estos artistas en el 2010 pero no fue sino hasta el año 2014 cuando comencé con la elección de una agrupación para poder desplegar mi inquietud antropológica acerca del tema del 11 payaso en México, por lo que de manera fáctica llegó a mí la idea de buscar a este grupo de jóvenes que había conocido hace ya unos años. Después de haber concurrido esos años en que miré por primera vez el clown, noté que esta práctica había generado una gran audiencia y cada vez más era integrada a los espectáculos de circo contemporáneo o teatro, ya se hablaba de encuentros internacionales de clown, de encuentros sobre la risa o incluso de cursos y convenciones hechas por clowns que habían regresado de escuelas europeas para transmitir el arte del payaso a nuestro país. El clown parecía ser una actividad artística propia de la modernidad6, inclusive superaba en difusión a ciertos festivales organizados por otro tipo de payasos. En este sentido es en el marco del festival de Pantomima Circo y Clown en donde logré hacer contacto con la agrupación, planteando mi inquietud profesional y académica de saber acerca de sus vidas, su manera de pensar la teatralidad callejera como ellos la llaman y en específico los vericuetos de aquello que habían denominado clown teatral, diferenciándose de manera iniciática de otros payasos o comediantes, me entrevisté con Hiram Soto, el cual después de las fotos pedidas por alguna gente del público decidió atenderme y decirme que por él no existía ningún problema para que yo realizara mi trabajo sobre la práctica del clown con ellos, pero que debía consultarlo con la directora general. 6 En el apartado histórico ya hemos visto cómo el clown había llegado a México en épocas porfirianas con el circo Orrín o el Chiarini, pero considero que es a partir del auge y el acceso a los dispositivos de la internet en el que esta práctica comienza a tener mayor seguimiento de las personas dedicadas al mundo de la representación escénica. 12 Los conflictos. Parecía que ya todo se encontraba en perfecto tránsito para entablar mi investigación con un estudio de caso específico que sería la compañía Comparsa la Bulla, pero la espera fue larga y muy tediosa; las llamadas, los mensajes, las citas eran una contradicción a la orden del día, mientras por un lado Hiram me decía que aceptaban que yo me adentrara a los confines de la compañía para entender el mundo de la teatralidad y el clown; por otro, Ramona Flowers nunca contestaba mis llamadas, mis mensajes o me dejaba esperando para aprobar que yo pudiera seguir a la compañía en su caminar escénico. Fue un desafío que decidieran integrarme como el antropólogo del grupo y conforme al paso del tiempo y entre las evasivas y las pocas conjeturas en tiempo y forma que tuvimos, fue a partir de entablar un vínculo de previsibilidad, recomendado por el Dr. Carlos Aguado, que las puertas de la agrupación se me abrieron para indagar y tratar de resolver gran parte de las dudas que día con día me llevaba a la cama en torno a su modo de vida dentro de esta ciudad. Me convertí en el antropólogo aprendiz de un grupo de jóvenes artistas cuya forma de vida se centraliza en la creación de representaciones escénicas que hablan de las problemáticas actuales que viven en su país y su metrópoli. La agrupación artística Comparsa la Bulla tiene un origen callejero, conformado por distintos jóvenes que van desde músicos, actores y actrices, payasos, bailarines o cirqueros, todos ellos residentes (aunque algunos llegados de provincia) de distinto puntos de la Ciudad de México cuya identificación laboral tiene que ver con las formas de construcción artística como modo de subsistencia. Mientras más se acercaba la manera de definir socio y espacialmente la práctica del teatro callejero y del clown en la metrópoli con estos personajes, me daba cuenta de la incapacidad que tenía mi anclaje territorial en cuanto a mi primera formulación teórica, pues a pesar de que a primera vista tenían un lugar fijo para la 13 creación de todos sus performances y en donde yo entendería la dinámica del mismo, con el tiempo en campo y un seguimiento exhaustivo constante la compleja y transeúnte recurrencia de cambiar de sitios para los ensayos, las presentaciones, las reuniones, etcétera, me llevó a encuadrar mi investigación en lugares específicos. Estos lugares fueron Xochimilco, cuyo lugar se encuentran las cosas de la producción a modo de bodega y en donde se realizaban algunos ensayos generales o de ahí partían las salidas a otros lados de la república, también fueron significativos los encuentros en la casa de Hiram, de Ramona, de Idania y Paco. Este obstáculo representaba para mí una dificultad álgida, la cual no tenía a bien aclarar en un inicio pero, conforme pasaban los días de acompañamiento con estos artistas, de la sistematización y de mi regreso a casa, los pensamientos tomaban forma. Cada salida, entrenamiento y función con ellos, representaba para mí un amplio despliegue de energía, pues las condiciones de vigilia, de cansancio y de espera, suelen ser una confrontación constante y a lo que mi cuerpo no estaba acostumbrado. Por lo tanto la investigación en ese sentido fue cobrando forma en tres sitios significativos para la compañía en ese momento, estos lugares fueron en donde pude tener mayor inserción a sus experiencias, conflictos y negociaciones para con su oficio. Los lugares fueron La casa de Alexis (Xochimilco, en donde se realizaban los ensayos generales de la compañía), el parque de los Viveros de Coyoacán (parque en donde se realizaron la mayor parte de los entrenamientos el tiempo que estuve investigando) y finalmente Tlatelolco (en una cancha de voleibol); último lugar en donde pude reunirme con mayor frecuencia para entrenamientos y pláticas con ellos. Cabe recalcar las dificultades que requiere uno surcar como antropólogo; las risas, el resquebrajamiento de prenociones que se tienen sobre el grupo a estudiar, y en mi caso específico, la torpeza para malabarear, para hacer teatro de calle, la visión que tenían ellos al considerarme un muchacho que vivía de una beca financiada con dinero de los contribuyentes y de su incredulidad por mis preguntas obvias, daba como resultado un terreno de abrojos que fueron parte importante de mi construcción al 14 interior de la agrupación misma a la hora de mi constante presencia. Amplios momentos lúdicos y de frustración acompañaron mi viaje con ellos, algunas caras consternadas, otras esperanzadoras, manos amigas y agrios comentarios, todos ellos, son parte constitutiva del presente etnográfico que viví a su lado. A pesar de ser considerado como el antropólogo y maestro Mitl, me convirtieron en el “chento male” a raíz de haberles contado sobre las complicaciones de salud que tuve después de un viaje realizado a Europa. Las personas que elegí para entrevistar son en su mayoría, aquellas que distinta o indistintamente han sido parte fundamental de esta forma de vida, además de ser específicamente quienes se encuentran más ligados a esta identificación artística con el payaso y el teatro popular o callejero. Todos ellos fueron parte importante de la elucidación de este trabajo, ya que sus experiencias, sus conflictos, estrategias y negociaciones dentro del mundo de lo escénico como ellos refieren, y a todo este complejo semiótico que deviene al hablar de lo artístico, me enseñaron una particular forma de mirarse en el mundo. En términos generales estos fueron los ejes y el viento que en su vaivén sonoro me invitaron a imaginar y a pensar sobre la posibilidad de adentrarme a entender, analizar e interpretar una forma de vida que aún sigue en resistencia a los embates de la modernidad, del desempleo, de la desigualdad. Estos clowns y artistas callejeros son cuerpos, o mejor dicho; corporeidades que aún resisten bajo la investidura de utopías y sueños. 15 Cuerpos que habiten la risa: una mirada antropológica del payaso teatral como figura de resistencia en la Ciudad de México. El caso de Comparsa la Bulla. 16 “Hoy quiero darte un regalo ¿pero qué? Si te compro un pastel, no me alcanza. Si te doy una flor, se te marchita. Si te doy mi corazón, ¿lo entenderías? Si te regalo un poema, ¿te gustaría? ¿Qué podré darte a cambio de tu afecto? ¿Qué puede ser más valioso, que un pastel, una flor, un corazón o un verso? ¡Ya lo tengo eso es! Quiero regalarte algo que no cualquiera te pueda regalar. Quiero regalarte mi lucha… Mis contiendas… Para lograr un mundo, con pasteles para todos. Con flores que nunca se marchiten. Con corazones que realmente amen. Y con poetas que tengan tiempo de cantar a la luna… a las estrellas… a los recuerdos… Un mundo donde muchos puedan reír como tú, y darse mutuamente tanto, como tú me lo has dado a mí, con tu SONRISA…” Gustavo Rivera Introducción A lo largo de nuestras vidas, hemos constatado de manera empírica las diversas maneras lúdicas en la que nos relacionamos con los otros, las reuniones familiares, lo amigos, las tertulias de variadas índoles que siempre son acompañantes de los procesos de civilidad en nuestras sociedades occidentales. En la vida cotidiana y partiendo del contexto cultural en donde nos desenvolvamos como individuos integrantes de una colectividad, buscamos constantemente una sensación de bienestar mediante la actividad del reír o del jugar como una vía para expresar ideas, frustraciones, e incluso sentimientos de odio y envidia. En México ejercer la práctica de la teatralidad como un oficio independiente y callejero es una actividad cuya factibilidad operativa es cada vez menos viable para apropiarla como un modo de vida. El teatro como práctica social se ha encargado de mostrar diversas aristas de la vida cultural de los hombres; las religiones, las prácticas rituales, el carnaval, el juego, la risa y la amplia gama de acciones que emanan de la 17 vida social hacen constar al teatro como un territorio adecuado y jugoso para arribos investigativos diversos, uno de ellos: el de su íntima relación con el cuerpo. Bien, vemos en este sentido que el cuerpo es un vector imprescindible para las investigaciones sobre los ritos, las ceremonias, coerciones, prácticas, estrategias, conflictos y negociaciones que viven hombres y mujeres dentro de las diversas culturas que habita cada actor social. En este aspecto, el objetivo de mi escrito sugiere un abordaje analítico acerca de los postulados ideológicos que los payasos teatrales de Comparsa la Bulla tienen en torno al oficio de la práctica teatral como forma de supervivencia, su relación con el cuerpo como arma y herramienta para resistir a los embates de la vida moderna, el poder y el estigma social en un contexto urbano como lo es la Ciudad de México. El método etnográfico propuesto centra sus metas en disipar la generalización o el imaginario colectivo que se tiene acerca de los payasos como figuras delegadas solamente al divertimento infantil, ya que el pensar una universalidad en torno al oficio del payaso como un sujeto relacionado con el parateatralismo, la vagancia, la pobreza o el ocio, significaría mirar la práctica de este arte desde una plataforma parcial y la cual puede producir una visión opaca del cómo abordar este tipo de movimiento. El fenómeno clown nos permite ver parte significativa de la importancia que el juego tiene en la vida social de los grupos populares, específicamente como una figura oblicua cuyo poder permite ejercer una reflexividad en torno a los presupuestos ideológicos de ciertos sectores sociales. A través de los payasos teatrales y actores de Comparsa la Bulla observaremos en sus experiencias performativas su particular visión de la calle, del humor en la cultura urbana popular y de la construcción de un cuerpo extra-cotidiano como arma de resistencia. 18 Esta tesis intermedia está conformada por tres ejes analíticos (histórico, teórico y etnográfico). En el primer apartado de este escrito, el lector encontrará una primera aproximación sobre la viabilidad y ejercicio analítico sobre la figura de los actores y clowns cuyo oficio es representado en espacios callejeros, así como de algunos trabajos realizados desde las ciencias sociales en torno a la figura del payaso y más específicamente en México. Posteriormente en el capítulo uno, se observará cómo la figura del clown ha sobrevivido a amplios cambios históricos y de transformaciones propias de la cultura, conservando una tradición lúdica que deviene desde los griegos, los cánticos y carnavales propios de la Edad Media, La Comedia del Arte en donde surge de manera fáctica el personaje de lo que hoy conocemos como payaso, el circo en donde el clown como artista y profesional del humor adquirió su más grande influencia, hasta llegar a su consolidación y elucidación en nuestro propio país en estos últimos años. El capítulo dos se encarga de hacer una discusión teórica e interpretativa acerca de cómo se le ha definido al payaso desde diversos horizontes, que van desde las propias definiciones de los militantes de este arte, pasando por algunas descripciones a partir del arte o la literatura, hasta la conformación de mi propia propuesta para describir este tipo de práctica social. A su vez se hilvana con los postulados teóricos sobre la resistencia, creyendo que esta capacidad que tienen estos artistas de hacer de su cuerpo una construcción extra cotidiana, con factores ideológicos concretos como los de ser representantes de una clase subalterna, permite mirarlos analíticamente como un cuerpo en resistencia, en donde a diferencia de ver al cuerpo como un lienzo de crítica política, el cuerpo al ser construido y transformado genera un uso político fáctico por su posición alternativa y fuera de la cultura de masas propuesta por la clase dominante. 19 Finalmente daremos cuenta a partir de una descripción etnográfica, de cómo es este proceso de construcción corporal que realizan los artistas de teatro de calle cuya denominación identificacional es Comparsa la Bulla. Veremos su historia, su proceso constructivo de mirar al payaso como un facilitador de la denuncia social y como un actor que representa a un personaje, lo que nos obliga a dar cuenta de las diferencias y semejanzas entre diversas posiciones en cuanto a su ejecución en un espacio urbano. Después del relato etnográfico en donde visualizaremos cómo a partir de una transformación y constante construcción de un cuerpo en resistencia, que los actores y clowns de Comparsa la Bulla han compartido en esta investigación, se le mostrará al lector unas conclusiones preliminares y un abanico de posibilidades para continuar con rutas potenciales de investigación para desarrollar para este fenómeno, asimismo se analizarán los alcances y limitaciones de la misma. Abundo. 20 “Espíritu libre, un concepto relativo: se denomina espíritu libre a aquel que en función de su origen, su entorno, suposición y cargo, o en función de las ideas dominantes en su época, piensa de forma diferente de lo que se esperaba de él. Es la excepción, los espíritus sujetos son la regla.” Nietzsche PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACIÓN El presente escrito tiene como finalidad identificar y analizar los aspectos sociales y simbólicos que surgen durante la experiencia corporal en hombres y mujeres dentro de un contexto artístico, específicamente en un mundo que ellos mismos han denominado como el mundo del “CLOWN7” (PAYASO), indagando así propiamente en el papel que juega el cuerpo para los ejecutantes de dicha práctica teatral. Para ello pretendo dirigir la mirada hacia hombres y mujeres, jóvenes y líderes de esta práctica insertos en una comunidad artística llamada Comparsa la Bulla8---actualmente con un ascendente crecimiento---- para que sean ellos y ellas quienes den cuenta de su experiencia personal respecto al proceso de la vivencia del cuerpo con relación a sus modos de vivir dicha actividad lúdica y performativa9. 7 Al principio el término Clown no ha sido claro, por lo que a lo largo del escrito hablaré de la diferencia ideológica y de estatus de esta práctica haciendo alusión a una tipología básica del payaso; es decir; encontramos la existencia de payasos de calle, de circo, de teatro, etcétera. El cual dependiendo de su contexto transitará entre uno u otro modelo de acción. 8 Comparsa la Bulla surge como agrupación artística oficialmente en el año 2001, sumando actualmente más de una década presentándose en diversos estados de la república, logrando conjuntar una plantilla de hasta 21 actores en su compañía, los cuales en su mayoría miran a la agrupación como una familia que permite una fuerte filiación a su identidad colectiva en el escenario y fuera de éste. 9 El acto performativo según Judith Buttler, implica encarnar al cuerpo, vestirlo de vivencias, jugar pero sin dejar de ser. También en el performance el hombre se revela a sí mismo. Esto puede “llegar a ocurrir de dos maneras: el actor puede llegar a conocerse mejor por medio de su actuación, o bien, un grupo humano puede conocerse mejor mediante la observación y/o participación en el performance generado y presentado por otro grupo humano.” (Turner, 1987,116). Aquí el performance sugiere el culmino de una experiencia. 21 Los constantes cambios en el ámbito artístico (específicamente de los grupos artísticos independientes) en la Cd. de México, permiten enfocar nuestras miradas hacia nuevas perspectivas para la realización de preguntas que nos hagan pensar sobre la situación cultural que vive el país. Por lo tanto este escrito pretende generar un aporte más a la disciplina antropológica al abordar la temática del cuerpo en un contexto artístico dentro de aquellos hombres y mujeres, jóvenes y líderes de una práctica lúdica llamada ideológicamente clown, específicamente en la agrupación Comparsa la Bulla10, que se encuentra en un constante desplazamiento o de manera itinerante (con constantes entrenamientos en diversos puntos de la ciudad como por ejemplo los Viveros de Coyoacán o la delegación Xochimilco11) ya que la vasta actividad de interacciones y redes que esta actividad provoca en los actores sociales de dicha agrupación nos permite contar con diversas fuentes para la singularidad de este estudio. Se describirá, analizará y reflexionará sobre los usos y prácticas, construcción y realización de una forma distinta de ver el cuerpo 12 en la cotidianidad de un espacio urbano, lúdico y artístico. 10 Considero relevante para el ejercicio de mi investigación el acercarme al pensamiento ideológico que tienen los actores de La Bulla, pues ha sido aquí en donde he encontrado con mayor nitidez lo que puedo denominar la técnica clown como un fenómeno teatral que se ha extendido ampliamente a lo largo de nuestro país, y como una práctica singular dentro de sus creaciones artísticas callejeras. El clown realizado por la Comparsa la Bulla, implica una preparación meramente escénica dentro de la teatralidad, concebirse como actor produce que el payaso en ellos tenga múltiples lenguajes y pueda ser un recurso más viable para la interacción con el público, y a mi juicio permite la observación de un tipo específico de clown en la Ciudad de México. Además la larga trayectoria de la agrupación (15 años) ha permitido que la misma se vuelva—según ellos--- un referente de los grupos artísticos independientes. 11 Realicé inicialmente mi investigación en esta delegación ya que la agrupación mencionada era donde entrenaban sus montajes, sus prácticas, y tenían muchos de los materiales escénicos que utilizaban para sus presentaciones. Aunque es una agrupación escénica que se traslada en muchas ocasiones a distintos puntos del país, éste fue uno de los sitios en donde pude esclarecer su visión y práctica en torno a la construcción de su propio cuerpo. 12 Un cuerpo que resiste a las condiciones de precariedad que se vive en el ámbito artístico independiente y al imaginario y juicio social del que son parte estas prácticas lúdicas y perfortmativas. 22 UNA APROXIMACIÓN INTERPRETATIVA Partiendo desde mí formación como antropólogo social he de mirar y referirme a este fenómeno del cuerpo o corporeidad del clown meramente desde las ciencias sociales, y a fin de identificar las estrategias e incidencias que puede producir este tipo de práctica cultural, mostraré cómo diversos autores en este aspecto, se han acercado a un análisis desde lo social para dar luz a la problemática de la técnica clown y la profundización de sus concepciones del cuerpo, haciendo constar un visible entramado de relaciones sociales que viven los sujetos al interior del propio grupo. La capacidad que tienen los enfoques de las ciencias sociales referentes al estudio del cuerpo permite observar estos fenómenos desde diversas ópticas y especialidades. Actualmente los historiadores, psicólogos, sociólogos y antropólogos han sido los principales interesados en mirar cara a cara la problemática del fenómeno corporal, aunque al parecer escasos en contraposición de las tradiciones filosóficas o teológicas sobre esta temática. Específicamente el papel que tiene el cuerpo dentro de las investigaciones antropológicas puede presumir estar a la altura cuantitativa de estudios hechos en la misma disciplina antropológica sobre campesinado, indigenismo, migración, entre otros; y mirarse junto con éstos dentro de una interconexión importante. En este sentido sigue siendo vigente una preocupación por el análisis del fenómeno de la corporeidad---en este caso el payaso teatral--- para así extender el acervo de información para la explicación de diversos procesos que nos regala la cultura. A pesar de que la gran tradición antropológica haya dado relevante importancia a este tipo de problemática acerca del fenómeno de la corporeidad, son pocos los enfoques que tratan de dar una mirada al tema del payaso en la Ciudad de México y mucho menos comprenderlo desde la teoría del cuerpo como tema central o como vehículo para una aproximación explicativa. 23 A partir de las décadas de los años 60 y 70, podemos decir que es cuando las investigaciones sobre la corporalidad emergen de una simple mención en estudios anteriores, a un carácter implícito, es decir, en esta época en donde por ejemplo el rock and roll estaba en su apogeo, o en donde el teatro mexicano era un reforzador importante para la mexicanidad y la crítica política con exponentes del calibre de Emilio Carballido o de Rodolfo Usigli, en distintas coordenadas el estudio del cuerpo se ponía en la centralidad de las investigaciones y florecía explícitamente con los filósofos, antropólogos, sociólogos, psicólogos o historiadores como Foucault, Turner, Le Breton, Mary Douglas, N. Elias, Bourdieu, Marcel Mauss, entre otros; que generaban el cambio de un estudio implícito del cuerpo a uno con cara (explícito) y que alzaba la mano para ser atendido. Es en este periodo en donde el estudio sobre el fenómeno de la corporeidad obtuvo su propio protagónico en las ciencias sociales. En México actualmente ya se ha generado una plataforma importante en la construcción de estudios sobre la temática del cuerpo, autores como Alfredo López Austin, Elsa Muñiz, Rodrigo Díaz, Carlos Aguado, Arturo Rico, Rodrigo Parrini, Josefina Rodríguez, entre otros, han sido pilares importantes desde hace algunos unos años para la construcción de conocimiento sobre este campo Por lo tanto, y después de ciertos vaivenes sobre la viabilidad de un arribo investigativo sobre estos procesos y desde la vivencia misma, constando y apoyándome en la producción escrita acerca del fenómeno de lo corpóreo desde las ciencia sociales me pareció pertinente aventurarme a pensar sobre los modos de vivir de los payasos teatrales de Comparsa la Bulla, partiendo de las preguntas base: ¿qué es el clown?, ¿cuál es la función que cumple o sus características principales en torno al contexto social por el que transita?, ¿creación, actuación, ser de posibilidades?, ¿cuerpos lúdicos, extra cotidianos o anómalos13? o ¿sólo una representación ideológica? y ¿por qué la antropología mexicana no ha atinado a su aproximación explicativa? 13 El cuerpo distinto será fácilmente identificado, por marcas o imperfecciones, un cuerpo imperfecto en procesos de control social conserva una característica profanadora (Douglas, 1973). 24 En este sentido me es importante investigar sobre la figura de estos “actores”, sus discursos, sus prácticas, sus intenciones, emociones, concepciones de la vida, y su constante preparación corporal para su puesta final en los escenarios, esto con la finalidad de averiguar ¿qué los hace distintos de otras corporeidades que no son propias de los ambientes escénicos?, ¿qué deben pasar los sujetos integrantes de Comparsa la Bulla que deciden enrolarse a las filas de esta técnica ya no sólo escénica sino que ellos conciben como filosofía de vida?, ¿cuáles son los procesos de estos actores sociales que vistos desde las categorías morales suelen---según ellos--- ser señalados como ridículos, tontos, abyectos?14 y ¿cómo estos personajes toman de su cuerpo el recurso más significativo de su empresa para intentar entender su quehacer artístico como una forma ideológica de resistencia y praxis universal15? A pesar de que en nuestra nación siempre existieron los espectáculos de carácter circense o expresiones artísticas callejeras como la maroma, el muralismo, el graffiti, músicos callejeros, o recientemente prácticas performativas como las “estatuas vivientes”, es interesante ver cómo en México se ha generado una fuerte resignificación no sólo del clown, sino de las artes circenses en general, gracias a los procesos de mundialización en los que cada vez más los saltos de información nos permiten ver la diversidad de prácticas culturales que se viven en el mundo. En nuestro caso cada vez se puede observar con mayor tino las expresiones escénicas ya sean de carpa, foro o calle, de actos que hace algunos años no podrían estar al alcance de la población con ingresos económicos mínimos16, cada vez más 14 La Directora de la Compañía (Ramona Flowers) me comentaba que cuando ellos iniciaron en este ámbito, eran menospreciados por retomar la técnica clown como uno de los ejes de su producción artística. La posición ideológica de ella, en torno al tema del clown es que esta práctica puede producir una atmosfera de humanidad y reconocimiento del otro como un igual. 15 La ideología en esta tesis la entendemos no como falsa conciencia, sino como un conjunto de valores e identificaciones colectivas que permiten abrir significado y dar contención a un grupo. En otras palabras es lo que el doctor Aguado ha definido como el sustento de la identidad. 16 El proceso de mundialización ha permitido que los saltos de información logren que las técnicas escénicas realizadas o practicadas desde diversos horizontes puedan ser vistas con mayor afluencia por artistas de alguna ciudad o localidad, lo cual permite establecer diálogos e intercambios de ideas, pensamientos, dudas, o escritos de cualquier tema entre comunidades de distintos gremios, sea artístico, intelectual u otro. Para esto la globalización como indica Adams refiere a “la condición en la cual la información y el impacto de los sucesos que ocurren en alguna parte del mundo se comunican rápidamente a muchos otros puntos, saltando fronteras nacionales y barreras ambientales” (Adams, 2004, 104) 25 encontramos programas sociales o artísticos que tienen este tipo de prácticas escénicas para la recreación y especialización de personas en situación de calle o simplemente para complemento de actividades cotidianas17. Podemos ver el ejemplo de la fábrica de artes y oficios en la Ciudad de México que es la encargada de realizar el Festival de Pantomima, Circo y Clown en la delegación Milpa Alta, el Festival internacional de circo callejero Ozomatli (realizado en diferentes puntos del centro de la ciudad) o los constantes encuentros artísticos18 en donde se genera un espacio para que aquellos representantes del clown, del circo y el teatro de calle---incluido la agrupación a estudiar--- puedan converger y seguir extendiendo esta ideología 19 en constante crecimiento20. 17 Considero que esta nueva significación del arte escénico, específicamente el arte del clown tiene que ver mucho con el alcance que la globalización o los saltos informáticos de un país a otro se han encargado de establecer, ya que como dice Adams “la globalización afecta todas las partes del mundo: al Primer mundo, al tercero, al desarrollado, al menos desarrollado, al industrial, al rural, etcétera. Ningún país, ninguna sociedad puede estar hoy en día aislada del flujo de mensajes que comienza en cualquier parte” (Adams, 2004,119). Ahora para los artistas o incluso quienes no se dedican a este arte pero que gustan de este tipo de ideología y práctica escénica, pueden a partir de los medios de comunicación y la tecnología, acercarse más rápidamente a las concepciones escénicas e ideológicas de otros artistas. El hecho de poder ver a personalidades reconocidas en el medio a partir de redes informáticas como Facebook, YouTube, Clownbaret, Clownplanet, o diversas páginas web enfocadas a este tipo de práctica, permite al sujeto la posibilidad de mirar y practicar o enterarse de la viabilidad que tiene su propio quehacer en un espacio público, teatral, urbano, local o global etcétera. El clown en este sentido comienza a regresar al apogeo que tuvo en el circo o en el cine y sugiere que su arte aun así esté en la calle, sea un arte ideológico y reivindicativo, un cuerpo que genera utopías y que aún puede ser ese escudero de denuncia mediante su ejemplo, las injusticias que detenta el poder de los dominantes y que me detendré a explicar más adelante. 18 Festivales por ejemplo: El Encuentro Internacional de Clown (cuyas ediciones apenas dan sus primeros pasos), al cual asisten líderes de esta ideología a nivel nacional e internacional; El festival de Pantomima y Circo realizado en Querétaro, El festival de Clown y Circo Contemporáneo, realizado en la delegación Coyoacán, El festival de la risa; etcétera. 19 Para este tema en específico, concuerdo en “que en las sociedades modernas las formas simbólicas se han visto cada vez más mediadas por los mecanismos y las instituciones de la comunicación masiva, es un rasgo central de la vida social”… en donde la ideología “en las sociedades modernas debe por tanto basarse, al menos en parte, en una comprensión de la naturaleza y el desarrollo de la comunicación masiva.” (Thompson; 1993, 113). Pensándola de igual manera como presupuestos que no se cuestionan y hacen que la vida social se desarrolle de manera exitosa en la cotidianidad. 20 En estos festivales existen las posibilidades de que el público en general pueda ingresar a un taller sin ningún desembolse económico, 26 Aludiendo a personalidades21 reconocidas en el medio y del pensamiento actual sobre el clown en México, podemos consolidar la idea de que esta práctica intenta generar la unificación de los lazos sociales y la reafirmación de una identidad que busca la integración de todos aquellos que deciden formar parte de este devenir. Para tener un primer acercamiento sobre una explicación del clown podremos observar las definiciones que van desde la rigidez resolutiva en diccionarios o enciclopedias, hasta las que lo conciben como un “modo de vida”. A pesar de que la palabra clown en torno al lenguaje signifique lo mismo (payaso) es preciso saber distintos enfoques que la palabra tiene, puesto que de facto es polifacético. Por ejemplo, en el diccionario de la Real Academia Española, podemos encontrar que el clown “es aquel sujeto que especialmente, con aires de afectación y seriedad, forma pareja con el augusto22.” Fuentes en internet indican que el clown es mirado como un sujeto que se prepara para producir risa en los espectadores: “Un payaso (del italiano pagliaccio), es un personaje estereotípico representado comúnmente con vestimentas extravagantes, maquillaje excesivo y pelucas llamativas. Generalmente se le asocia con un artista de circo, cuya función es hacer reír a la gente, gastar bromas, hacer piruetas y en ocasiones trucos divertidos, pero también es un actor satírico que se burla de la cotidianidad” 23 21 Jef Jhonson, Jesús Jara, Alex Navarro, Caroline Dream, Erick de Bont, Madeline Sierra, Darina Robles, Aziz Gual, Jesús Díaz, Tonatiuh Morales, Daniele Finzi, Leo Bassi, Anatoli, Darina Robles, David Larible, Slava, Jango Edwars, Martha de Marte, Gabriela Muñoz, entre otros. 22 Definición que surge a partir de las duplas cómicas entre el payaso cara blanca (representante del orden y la seriedad) y su contraparte lúdica, el augusto (representante de la inocencia, el juego y la exploración), los cuales se volvieron parte importante de las transiciones circenses entre un acto y otro. consultada en: http://dle.rae.es/?id=9VGqhDv 23 http://es.wikipedia.org/wiki/Payaso 27 Actualmente en nuestro país existen personalidades como Jef Jonhson o Anatoli Lokachtchouk, Jesús Díaz, Aziz Gual, Darina Robles, entre otros24; nos indican que el “ser clown” es un estado de la existencia; por ejemplo para Jef en una entrevista que le fue realizada por el periódico la Jornada25 en el año 2011, comentaba que el clown es: “Un estado de conciencia abierta, un estado de ser. Es la figura que puede abrir la puerta entre el mundo de los sueños y la realidad física. La máscara también es un portal que nos conecta con la dimensión espiritual y material de nuestro cuerpo y del mundo en que vivimos. No es un proceso superficial e intelectual”. (Jef Johnson, 2011) Darina Robles por su parte, de manera oral constataba que la técnica de clown genera ----en la vulnerabilidad del ejecutante--- una liberación de los tabúes que cada sociedad reproduce en torno a sus propios universos de sentido y poder sentir momentos de libertad por medio del juego y de la propia estupidez. Esta visión del clown como ser lúdico, propicia una suerte de banalidad para su posible investigación, es decir, que la poca viabilidad de enfrentarse teóricamente a este estudio sobre el fenómeno del clown, en un contexto contemporáneo y en un país en el que la figura de este ser es mal vista, provoca una suerte de efecto en las mismas ciencias sociales al juzgarlo como una propuesta no digna de un análisis formal y profundo, ya que es considerado como algo no serio 26 a la demanda de las investigaciones brillantes. En este sentido Duvignaud indica lo siguiente: “Es fácil que la parte lúdicra de la experiencia humana nos ha sido ocultada por los historiadores, los sociólogos, los antropólogos, o que, al menos, ha pasado inadvertida para ellos. Ni siquiera la propia filosofía le da importancia. Y si los 24 Dentro del mundo de los mismos payasos, existe una bibliografía amplia en cuando a su visión del mundo. En el caso particular mexicano, figuras como Anatoli Lokachtchouk o Tonatiuh Morales, se han acercado a un proceso explicativo del clown desde su mismo horizonte artístico, el primero llegado de Rusia; como formador de clowns en nuestro país, el segundo, payaso de profesión, formador de clowns (ex trabajador en el Cirque du Soleil) que se ha dado a la tarea de acrecentar el archivo sobre la figura de este ser en nuestro país. También cabe mencionar los textos referidos sobre la historia del payaso en México realizados por Víctor Inzua, Julián Gascón o Armando María y Campos. 25 http://www.jornada.unam.mx/2011/03/14/cultura/a10n1cul 26 “El pensamiento de nuestro siglo rehúye lo lúdico: se empeña en establecer una construcción coherente donde se integren todas la formas de la experiencia reconstituidas y reducidas mediante sus propias categorías” ( Duvignaud, 1997, 13) 28 psicólogos o los psicoanalistas se interesan en ella, sólo es por su relación exclusiva con la infancia. Muy recientemente, Huizinga o Caillois han tratado de elucidar su sentido. Fuera de eso, el silencio…” (Duvignaud, 1997,13) El interés de esta investigación se centra en una aproximación explicativa a las prácticas, los juegos, los escenarios, la calle, los discursos y las experiencias enraizadas, exteriorizadas o significadas en los propios cuerpos de estos sujetos dentro de un contexto urbano. Un análisis enfocado en los practicantes del clown dentro de la agrupación escénica Comparsa la Bulla, partiendo para este ejercicio especialmente desde la plataforma teórica de la antropología del cuerpo 27. La idea de investigar sobre el mundo del clown es compleja ya que debemos colocarnos en la plataforma del juego28, el performance, la teatralidad, la calle, las relaciones entre comunidades del gremio, los conflictos y negociaciones entre las diversas ideologías de estos sujetos. Para ello es necesario puntualizar que todo este conjunto de posibilidades interpretativas acerca del payaso, radican fuertemente en una concepción y creación de la idea que tienen de cuerpo29, en donde la corporeidad misma será la que guiará en gran medida los hilos de su transitar por el mundo de la individualidad, la familia y los escenarios de lo social. En la plataforma corporal como vector para un análisis simbólico, teatral o performativo y de constante interacción con estos sujetos podremos profundizar antropológicamente dicho fenómeno, es decir, mediante un ejercicio no sólo teórico sino también práctico (en campo) se extenderá en la particular investigación una invitación a entender los usos, prácticas y concepciones que los sujetos tienen de su cuerpo en relación al mundo del payaso, para tener mayor alcance en cuanto a la 27 Entretejidas con diversos enfoques de la misma disciplina como: Antropología del ritual, Antropología simbólica, Antropología teatral, Antropología urbana, Antropología de la performance. 28 (Duvignaud, 1997) (Huizinga, 2007) (Caillois, 1986). 29 Propiamente concebiré el cuerpo como aquello a lo que David Le Breton refiere como “la interfaz entre lo social y lo individual, la naturaleza y la cultura, lo psicológico y lo simbólico.” (Le Breton, 2007; 97). Por lo tanto, el cuerpo se convierte en ese vector polifacético y multisemántico con el cual significamos y resignificamos un ordenamiento con el mundo y, por consiguiente, el cuerpo se vuelve un factor importante para el estudio de esta particularidad investigativa. 29 manera en la que ellos entienden y significan su vida referencialmente como payasos de teatro o teatrales. Me parece pertinente generar un aporte antropológico a las concepciones y prácticas que tienen estos seres involucrados en la vivencia corporal del clown, pues por lo que he podido percibir de los payasos teatrales de Comparsa la Bulla, el serhacer y actuar clown para ellos requiere más que un buen maquillaje, una nariz30 o una preparación de buenos chistes para contar, sino que además de una preparación constante es necesario la obtención de una verdadera conexión física con su trabajo escénico. Esta ideología de la técnica clown, genera una beta más para esbozar la creación de un aporte a la disciplina antropológica, al pretender indagar sobre cuáles son las visiones y prácticas que tienen de su propio cuerpo los actores de la agrupación referida. Hemos dicho que la historia31 del payaso puede hacernos retornar muchos años hacia atrás en relación a su origen. En cuanto a la lente antropológica podríamos constatar que cada configuración sociocultural generan o tienen sus propios payasos y actividades lúdicas para la producción de hilaridad o humor; es decir, toda sociedad tiene la capacidad de producir humor, esta capacidad es un universal cultural, pero lo que puede o no ser divertido dependerá de la variación temporal, espacial y de distintos elementos propios de cada sociedad cultural (Berger, 1999). Un buen punto de partida para acercarse a una interpretación de los seres ubicuos como lo sería el payaso, por ejemplo podríamos encontrarla en la antropología Estructural de Levi-Strauss en su descripción del Trickster32. Nuestro autor lo define como: Jacques Lecoq en su texto “El cuerpo Poético. Una pedagogía de la creación teatral (2004)” comentaba que fue Pierre Byland, quien aportó la nariz roja como una herramienta para producir en el actor una disposición de ingenuidad y fragilidad. Idea que los mismos actores y clowns de la Bulla no comparten del todo, pues la nariz para ellos sólo es un recurso que forma parte de la característica propia del personaje. 31 Hablando de la historia en nuestras sociedades occidentales y en México. 32 "El trickster es pues, un mediador, y esta función explica que conserve en parte la dualidad que por función tiene que superar. De ahí su carácter ambiguo y equívoco". 30 30 “Al igual que Ash-boy y Cenicienta, el trickster es, pues, un mediador, y esta función explica que conserve en parte la dualidad que por función tiene que superar. De ahí su carácter ambiguo y equívoco.” (Levi-Strauss; 1995,249) En este sentido Sergio González Varela al realizar su estudio antropológico sobre los mimos y payasos en Coyoacán (2011), viendo a estos últimos como una figura liminal desde nuestra disciplina indicó que para él: “Entre los mundos normativos dictados por el juego, la risa y las situaciones sociales llamadas “serias”, se encuentra el trickster, que se define como el personaje mediador que activa el proceso lúdico manipulando las reglas culturales a su conveniencia. El trickster es el personaje liminal por excelencia que fluctúa entre el bien y el mal, entre moralidad y amoralidad. Dentro de una perspectiva estructural, el trickster es la figura narrativa que une o liga los aspectos binarios de categorización. En este sentido se caracteriza su existencia como una necesaria transición en el proceso de creación significativa que amalgama polos opuestos de la cultura.” (González; 2011, 10) “El trickster es un ser múltiple en el sentido que incorpora la participación de formas sociales antagónicas en una singular configuración. No es simplemente un héroe cultural o un “jugador” de categorías; es por el contrario, la expresión lúdica que detona una experiencia singular, la cual pone en entredicho las identidades sociales. (González; 2011, 24) Por su parte Rodrigo Díaz (2014) ha comentado en su texto “Los lugares de lo político, los desplazamientos del símbolo. Poder y simbolismo en la obra de Víctor Turner” que expresiones como el trickster o el payaso permiten ser una vía de inversión simbólica para aminorar las tensiones de la vida social y abrir posibilidades para significarla: “Ahí donde las clasificaciones erigen fronteras, muros y limites, la inversión simbólica, su negativo, las trastoca, si no es que las borra o desvanece. El orden clasificatorio ha de cohabitar necesariamente con el desorden o, con más detalle, con una clase de especial permutación, aquella donde se pone al mundo de cabeza, de revés, donde las jerarquías se invierten… se nos muestra el carácter arbitrario de aquello que concebíamos como natural, como si ese fuera el indudable orden natural de las cosas. El payaso, el trickster, la ironía, la paradoja…la risa y la comicidad pueden implicar ataques a los sistemas cerrados, rígidos, instauran una red de los posibles.” (Díaz, 2014; 241-242). La antropología requiere analizar el fenómeno incorporando diferentes enfoques que permitan llegar a una explicación. Este análisis parte de la corporeidad puesta en acción en la práctica teatral productora de hilaridad, en este sentido es importante recordar que " el cuerpo es siempre considerado como un lugar privilegiado 31 para la comunicación de la gnosis, del conocimiento místico sobre la naturaleza de las cosas y el modo como éstas llegan a ser lo que son" (Turner, 2007). A pesar de esto y conforme a mi propia apreciación, considero que los escritos que pude recopilar referidos al mundo del payaso, sólo se han enfocado en la realización de un cierto nivel del explicación que raya más en la descripción de la vivencia de este tipo de sujetos, de su historia, psicología o educación pedagógica, pero no se logra un planteamiento teórico del fenómeno o de lo que podría definirse como clown con otro horizonte analítico que no sea el que genere una confusión entre el contexto ritual de las expresiones lúdicas y las callejeras ejercidas en un espacio meramente ficcional, por lo que es necesaria la búsqueda de una conceptualización de aquello que considero pertinente pensar en términos antropológicos 33 como clown, específicamente para esta agrupación en particular a estudiar. Dado que la propuesta investigativa de este escrito, pretende ser de carácter cualitativo, busco tomar como anclaje teórico las reflexiones hechas desde la misma antropología acerca de la temática de la corporeidad, para así poder extender una mirada analítica al fenómeno del clown en la Cd. de México, específicamente en los payasos teatrales34 de Comparsa la Bulla. Por lo tanto, aquí el cuerpo se convertirá en ese vector polifacético y multisemántico con el cual significamos y resignificamos un ordenamiento con el mundo y, por consiguiente, el cuerpo35 ha de volverse un concepto central para el estudio de esta particularidad investigativa. 33 En este sentido sólo he encontrado un acercamiento antropológico en contextos rituales con la etnografía hecha por Molina (2003) sobre el clown sagrado entre los Yaquis, Robert M. Zingg o Natalia Radetich (2005) sobre el payaso Huichol o el concepto de Trickster establecido por Levi-Strauss y el ya mencionado intento de González Varela realizado con los mimos y payasos en Coyoacán, hasta los de un corte más socio-antropológico como el de Reboredo (2011) realizado en España. 34 Desligándome propiamente de los Payasos de Calle, de Circo o de Fiesta. 35 Quiero mencionar que el cuerpo del investigador también será en gran medida un puente conectivo para el entendimiento de esta ideología, pues considero propio cuerpo como un vector importante para la producción de entendimiento intersubjetivo y categórico entre el investigador y la visión de los sujetos a estudiar. 32 Finalmente Silvina de Souza comentaba que la realización de un estudio sustentado de manera seria o concreta en los aspectos metodológicos, debía construirse a partir de 3 elementos significativos: 1.- que nuestras preguntas deben ser de carácter de cualidad, 2.- cualidad de pertinencia y 3.- cualidad de factibilidad. Estos elementos han de ser determinantes principalmente en la elaboración de la pregunta de investigación, la cual posteriormente tendrá que recibir un tratamiento empírico y reflexivo por parte del investigador. Por lo tanto la pregunta a investigar en la propuesta particular referida anteriormente es la siguiente: ¿Cuáles son los contenidos ideológicos que tiene la práctica teatral36 del Clown en la construcción de una IMAGEN CORPORAL37 de resistencia38 en la Ciudad de México39? “La Antropología teatral es el estudio del comportamiento escénico pre-expresivo que se encuentra en la base de los diferentes géneros, estilos y papeles, y de las tradiciones personales o colectivas… en una situación de representación organizada, la presencia física y mental del actor se modela según principios diferentes de aquellos de la vida cotidiana. La utilización extra-cotidiana del cuerpo-mente es aquello que se llama “técnica” (Barba, 1992, 25) 37 Tomando como IMAGEN CORPORAL aquello de lo el Dr. Carlos Aguado denomina como: “la institución de la identidad. Es a la vez medio y fin de la cultura, sujeto y objeto privilegiado en el proceso reciproco a través del cual los individuos se incorporan a la cultura y la cultura pasa a formar parte integrante del sujeto” (Aguado, 2004, 32). 38 En este sentido, la resistencia pensada desde aquello que Scott denominó “discurso oculto”, y en dónde la teatralidad funge como uno de los ejemplos más claros para esa confrontación entre los dominados y los dominantes a través de las prácticas discursivas y en este caso artísticas teatrales alternativas. 39 En una época donde la antropología urbana es más una realidad que una pretensión alejada de la praxis como lo era antaño, es posible vislumbrar el surgimiento de mayores horizontes para la investigación. Para seguir con esta idea autores como Emilio Duhau y Ángela Giglia (2004) proponen elucidar la relación entre lo que se define como orden socio-espacial de la metrópoli y la diversidad de la experiencia asociada al orden, esta última; concebida también como experiencia urbana, refiere a las prácticas y a las representaciones que posibilitan significar vivir en la metrópoli por sujetos diferentes en diversos espacios. El concepto de experiencia implica la vinculación entre distintos valores y saberes, pero también la dimensión de las prácticas sociales, incrustadas en espacios situacionales. Para los autores, hablar de experiencia urbana es una forma de focalizar y delimitar las prácticas que se hacen en la metrópoli. Dentro de este concepto de experiencia urbana (delimitándolo sólo al espacio local o de proximidad, por ejemplo el de un tipo específico de hábitat como barrio, colonia, unidad habitacional, entre otros, integrados a otro espacio más amplio como lo sería la metrópoli) enmarcaremos a los actores de Comparsa la Bulla para su estudio. 36 33 Así que esta motivación por el estudio de la figura del clown, su preparación y su concepción del mundo derivan del resultado de la experiencia misma----enraizada en el cuerpo---, así como de la práctica de este arte que cada vez más se legitima y fortalece. Por esto, es importante enfocarnos en el análisis de la vivencia de los cuerpos de sujetos que practican el clown en conjunto con diversos tipos de representaciones artísticas40 y que través de su experiencia corporal y escénica observan la fuente de su producción cultural, en donde su punto de sostén es su cuerpo mismo. En resumen, estudiar las diversas formas de vivenciar el cuerpo en el clown, esta constante reproducción de habitus emergido e incorporado desde el cuerpo mismo de los payasos teatrales de Comparsa la Bulla, me parece digno de su indagación y una propuesta sugerente para un arribo explicativo desde las ciencias sociales, particularmente desde la antropología del cuerpo. OBJETIVOS 1. General Identificar y analizar acerca de los usos, prácticas, y concepciones que tienen los hombres y mujeres, jóvenes y líderes de este fenómeno en relación a su cuerpo dentro de la práctica artística llamada “CLOWN” en la Ciudad de México, específicamente en la agrupación Comparsa la Bulla. 40 Ellos hacen una simbiosis entre la actuación y el clown la cual les permite mirarse como payasos teatrales, pero a su vez conjuntan prácticas o técnicas como el baile, los malabares, o actos de circo. 34 2. Particulares 2.1.- Identificar (sexo, edad, escolaridad, ocupación, sitios de afluencia, etcétera.) para describir y analizar la visión ideológica que tienen de su práctica artística los hombres y mujeres pertenecientes a este tipo de técnica. 2.2.- Pretendo analizar el papel que juega el cuerpo (cuerpo en resistencia) en la construcción sociocultural, simbólica y vivencial de los practicantes del CLOWN en la Agrupación Comparsa la Bulla. HIPOTESIS. General La práctica social del teatro callejero es una forma particular de vivir la corporeidad y la urbanidad en la ciudad de México. De esta práctica social, artística y especializada del actor, el clown puede verse como parte de un movimiento cultural de resistencia a los embates del poder, el Estado y las evidencias ideológicas o normativas que imperan en el ámbito de lo social. Este tipo de actividad artística centra su intencionalidad en demostrar que el arte sigue siendo una posibilidad más para la realización de un cambio social, generando así factores ideológicos de pertenencia vinculatoria a una forma de resistencia anti sistémica tomando esta práctica artística como un signo de escape a las tensiones y conflictos de los sistemas autoritarios, los cuales se ponen en evidencia a través de manifestaciones de lo lúdico, lo risible, lo performativo. 35 Particulares. 1.- El cuerpo de los sujetos practicantes de un conjunto de técnicas especializadas enfocadas a la realización de efectos cómicos y estados anímicos diversos denominada CLOWN, es un vector que permite en los practicantes de Comparsa la Bulla propiciar, en gran medida dentro de sus representaciones escénicas, la unificación de sus lazos e identificaciones, y de su relación con el mundo, es decir; la constitución de su propia corporeidad, sus capacidades, virtudes, alcances y limitaciones los hacen saberse, primeramente distintos a otro tipo de actores u artistas y segundo; les permite—consciente o inconscientemente--- generar una filiación a una colectividad artística que ellos mismo denominaron ideológicamente Comparsa la Bulla. 2.- Los sujetos de dicha práctica corporal en su constante instrucción técnica, generan en la creación y recreación a través de esta práctica artística, la constante construcción de un cuerpo en resistencia para la inserción a un espacio ficcional y urbano como lo sería la calle principalmente; en donde su cuerpo mismo es la interface idónea para un entramado de significaciones entre la risa, el juego, y la experiencia que permite vigorosos estados de unidad identificacional al interior y exterior del grupo, haciendo del teatro de calle y del clown una práctica cultural de reconocimiento con el pueblo a través de un tipo de ficción específica. 3.- El artista al transformar su cuerpo confirma su afiliación a la idea de un cuerpo como factor importante para su quehacer artístico y lúdico. Entonces el cuerpo para el payaso se convierte en un instrumento-escenario y fin de su propia construcción, en cuanto el sujeto plasma y narra en sus experiencias corporales su nuevo fluir en este tipo de ideología, encontramos el comienzo de una inscripción de signos y símbolos a su cuerpo en búsqueda de la experiencia performativa. El cuerpo será un espacio en donde el payaso reconstruirá sobre cimientos ya establecidos un nuevo habitus a través de presupuestos como el trabajo, el arte callejero, sus disposiciones corporales en torno a una transformación de sí, como manera de distinción con otros 36 actores para lo cual, los malabares, la danza, el canto, la música y diversas técnicas escénicas permiten su acción y distinción de otros artistas. De esta transformación y bajo sus posiciones ideológicas cuyo contenido alberga pensamientos de justicia, equidad, clase social vemos la particularidad de un grupo artístico contestatario. METODOLOGÍA La pretensión de esta investigación radicó en indagar sobre la compleja gama de los procesos sociales y simbólicos vinculados a las experiencias corporales que los hombres y mujeres viven en la cotidianidad de su vida artística al interior de la Agrupación escénica Comparsa la Bulla, por lo que este trabajo centró mi discusión y análisis sobre las bases teóricas y metodológicas propias de la antropología del cuerpo41, la resistencia, lo urbano y la ideología; ya que fueron en gran medida las plataformas teóricas que proporcionaron los elementos oportunos para la realización de este escrito. La metodología de acuerdo a mi formación académica se colocó en una de carácter meramente cualitativo, pues este acercamiento me permitió aproximarme a los procesos sociales, vivenciales y simbólicos que los practicantes de esta actividad lúdica vinculan con el cuerpo, y de la cual su opinión y concepción del mismo es central para esta investigación. En nuestro contexto específico, hablar de experiencia y más propiamente de la experiencia urbana de estos actores sociales, representó una forma de focalizar y delimitar las prácticas que se hacen en el lugar donde desarrollan una continua reproducción de su forma de vida. 41 Buscando a su vez un puente de conexión con otros campos de acción de la disciplina antropológica como la Antropología de la performance, Antropología simbólica, Antropología del ritual, entre otras. 37 Debido a esto la labor de exploración central para la investigación se basó en el trabajo de campo y en el análisis de los datos recabados durante el mismo. Este trabajo se realizó en la Agrupación escénica Comparsa la Bulla, dirigida mayormente en sus visiones ideológicas sobre la teatralidad callejera y de la práctica artística del (Clown/Payaso Teatral) dentro del área metropolitana. Las técnicas utilizadas para esta metodología se establecieron en la recopilación de información mediante entrevistas de profundidad y entrevistas semiestructuradas, en donde las historias de vida de los hombres y mujeres miembros de dicha agrupación permitieron hacer una reconstrucción de lo que para ellos significa vivir su cuerpo en este tipo de actividad, ideología y discurso que vivencian y tienen de sus cuerpos. Las historias de vida tendrán una interpretación de acuerdo a las concepciones de los hombres y mujeres en referencia a su pensar y vivir el cuerpo dentro esta actividad. Así que ellos mismos darán cuenta de su realidad corporal desde su propia experiencia. Al interior de la Compañía Comparsa la Bulla los criterios seleccionados para este trabajo fueron: a) hombres y mujeres practicantes de la técnica clown, b) que contaban con una presencia considerable en los espacios donde se práctica esta actividad, es decir en los festivales, talleres, cursos o presentaciones, c) a los líderes de la agrupación42. Así bien, en la presente investigación se pretendió seguir estudiando sobre los usos, prácticas y concepciones del cuerpo que se ejercen en los sujetos ejecutantes del clown teatral de Comparsa la Bulla dentro de las diversas demarcaciones de la Ciudad de México. Iniciando claramente desde la literatura antropológica clásica en este rubro, es decir, que partiendo de las aportaciones teóricas y metodológicas propias de la antropología se pretendió dar luz a esta nueva problemática sobre la corporeidad dentro de un complejo como lo es: el arte y el cuerpo; en donde esta construcción de cuerpos es creada por los mismos actores que deciden integrarse a 42 También a algunos líderes reconocidos en el medio del Clown en la Ciudad de México. 38 las filas de este tipo de experiencia teatral y de vida, para lo cual visiones como las de Turner, Douglas, Aguado, Weisz, Díaz, Le Breton, Foucault, De Certeau, Scott, Fassin, Bourdieu, Wacquant, entre otros, dieron una visión interconectada para un mejor entendimiento de un proceso en el cual logramos observar cómo los clowns teatrales de Comparsa la Bulla son capaces mediante un ejercicio constructivo de su propia corporeidad de recrear representaciones de imaginarios colectivos o de dramas sociales por medio de sus propios cuerpos. En cuanto a las actividades para la colecta de información o el denominado dato antropológico, se contó con un seguimiento constante a la agrupación referida, a sus presentaciones, reuniones, eventos, ensayos, encuentros teatrales, etcétera, ya que sus presentaciones artísticas son variables. En consecuencia se propuso indagar sobre su mundo, sus intenciones, motivaciones, aspiraciones e historias de vida para poder hilar las experiencias y vicisitudes de sus integrantes (específicamente aquellos que apropian la técnica clown/ payaso teatral) como fuente primaria de información. Finalmente a través de entrevistas a profundidad se pudieron esclarecer con mayor hondura los motivos que tienen estos actores al ejercer e incorporar esta técnica a sus actividades artísticas y a sus vidas. Esto provocó que el cronograma pensado para la realización de esta investigación adquiera una variabilidad acorde a los tiempos de ensayos o presentaciones de la misma compañía. 39 “… al bufón, al mimo, al actor se les coloca en una situación escandalosa, relegados, desprovistos de estatuto y cementerio. Esos fósforos de impudicia… pervierten el rostro de dios que es el rostro del hombre, dándole los medios imaginarios de ser, por un momento, lo que no debería ser. Jean Duvignaud -¡De modo que se le ha escapado el criado! -¿Qué criado? ¡Esto no hubiera sido una canallada tan grande! Se ha fugado mi...nariz. -¡Hum! ¡Qué apellido tan extraño! ¿Y se ha llevado una gran cantidad de dinero ese señor Nariz? -¡Nariz! Es que usted no me entiende... Es mi nariz, mi propia nariz, que ha desaparecido y no sé dónde. El diablo ha querido burlarse de mí. -¡Dios mío, Dios mío! ¿Qué hice para merecer esta desgracia? Si hubiera perdido una mano o un pie, cualquier cosa sería mejor, o si me faltaran las orejas sería horrible, más se podría, con todo, soportar. Pero un hombre sin nariz es... ¡qué diablos!, un pájaro que no es un pájaro; un ciudadano que no es un ciudadano... En fin: que no queda más remedio que tirarse por la ventana. ¡Si por lo menos me la hubieran cortado en la guerra o en un duelo! ¡O si fuese culpa mía! ¡Pero largarse así, sin más ni más!... ¡No, no puede ser! Nikolái Vasílievich Gógol ANTECEDENTES GENERALES DEL PAYASO/CLOWN Semblanza histórica del clown La historia del payaso es larga y a la vez muy oscura, pues no se tiene plena información que elucide su proceso de conformación de manera concreta. Originalmente se puede uno referir a sus primeros pasos entre los griegos y romanos, aunque sus fuentes sean derivadas o retomadas principalmente en la literatura de los viajeros. 40 Los payasos han recibido diversas denominaciones, aunque pareciera ser que la figura de este personaje tiene un antepasado en el teatro griego 43 o en el bufón medieval44, existente mucho antes de la aparición del cristianismo, en donde en este último, con el constante crecimiento poblacional, ideológico y ascético por parte de la religiosidad Cristiana provocó que el teatro se volviera una sombra de lo que había sido anteriormente en la época Griega, los cristianos en su devota convicción religiosa tenían prohibido acceder a dichas diversiones y al paso del tiempo con un constante crecimiento e influencia de sus adeptos; la iglesia excomulgó a los actores, al no considerarlos como ciudadanos respetables, y logrando como consecuencia la eliminación de varios teatros (Priestley 1971). Por ejemplo Antonio Montull (1982) divide la historia del payaso de manera general en cuatro fases: 1.- los bufones griegos en donde se localizan caravanas compuestas por comediantes o acróbatas que recorrían las ciudades y pueblos de Grecia; 2.- Los bufones de la Edad Media, quienes divertían a la gente en plazas públicas debido a sus cantos y jolgorios, enalteciendo principalmente sus defectos corporales para la producción de risa entre los pobladores; 3.- La Comedia del Arte Italiana, considerada como un nuevo estilo teatral que se representaba también en las plazas públicas y en donde encontramos las primeras apariciones del Pagliaccio, nombre que posteriormente en nuestras sociedades latinoamericanas cambiará a ser el de payaso; y la cuarta época vislumbrada en el circo, en donde los payasos tuvieron un lugar privilegiado pues siempre eran la parte más humana de este recinto. Fue en este espacio en donde se volvieron más populares. 43 Recordemos que la representación escénica o teatral en la Grecia clásica constaba de la presentación de tres tragedias, una sátira y una comedia. Además de que se le confería al arte teatral como una fuente importante de educación (BOWR 1981). 44 Bajtín, Mijaíl. La Cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, ed. Alianza, Madrid, 2003. 41 Jesús Jara (2011), en su libro “Los juegos teatrales del clown” comenta que él encuentra en el proceso histórico del payaso, grandes rubros del clown dentro de una relación profundamente teatral en donde ---según nuestro autor--- primeramente encontramos al antecesor del payaso en el mimo, el cual tenía como misiva o empresa la de ayudar a secar las lágrimas de los espectadores después de una tragedia, este personaje del mimo lo vemos derivado de las ideas sobre la mimesis que tenía como supuesto explicar que el ser humano por naturaleza tiende a la imitación de la cosas, los sucesos, o los fenómenos. El mimo es un género dramático cuyo origen –-se piensa-- se remonta a la época de la Antigua Grecia como una forma de expresión popular. Se lo conoce en gran medida bajo el nombre de pantomima, de ahí su confusión y su encasillamiento a una mera práctica escénica enfocada a la imitación de objetos o de gestos. La pantomima es considerada como el arte del gesto, pero debemos entender que hay una diferencia sutil en cuanto a su forma de ejecución dramática y filosófica, ya que la pantomima se enfoca en la representación teatral de los gestos o es vista como un arte mudo, pero se olvida mencionar que dentro del mismo género supone considerarla como un juego silencioso, ya que ésta es la acción misma. Para explicar con mayor ahincó esta idea, Ricard Salvat (1983) apunta a mencionar que dentro del arte del mimo encontramos dos variaciones fundamentales que son el mimo subjetivo y el mimo objetivo o moderno. En el primero, el mimo expresa fundamentalmente los estados de ánimo, en donde el “actor está muy cerca de una actividad ritualística” que de una mera representación; en el segundo, sólo se recrea la presencia de objetos o situaciones imaginarias por medio de la expresión corporal del mimo. 42 Nuestro autor apuntaba lo siguiente: En el objetivo [mimo] se crea la presencia del objeto mediante la perturbación muscular producida por el cuerpo del mimo, igual que si el objeto existiera en realidad. [Por otro lado] El mimo subjetivo expresa corporalmente una actitud metafísica del hombre situado en el espacio...Uno de sus temas fundamentales es el estudio de la muerte y la angustia de saberse arrojado a un mundo que hay que estructurar y hacer más habitable...En el mimo subjetivo el gesto acaba siendo poesía. Su gesto no crea, por lo tanto, el objeto, sino un clima de tensión emotiva. (Salvat, 1983, 60) Podemos decir que la producción de estados de tensión emotiva que realiza el clown como lo conocemos actualmente, sea derivada desde el trabajo hecho propiamente por los mimos, haciendo de ambas posiciones (subjetiva y objetiva) una herramienta fundamental para la consolidación de su oficio a lo largo de su historia. De igual forma nuestro autor apunta a encontrar al clown en el circo, en la comedia del arte italiano y más próximamente en el mundo de la cinematografía, aludiendo la transformación del payaso45, desde el mimo, posteriormente en la bufonería46 o en los personajes más cristalizados en la comedia del arte como habría sido arlequín o pagliaccio, hasta llegar a la denominación inglesa del clown( ubicado por Velarde Cruz en el siglo XIX) o muy hacia adelante con el arribo del cine mudo cuyas personalidades como las de Buster Keaton, Charles Chaplin, el Gordo y el Flaco, los tres chiflados o los hermanos Marx entre otros, fueron representantes cómicos importantes en sus entornos culturales. 45 Debemos recordar que el presente estudio radica en la investigación desde el horizonte de lo que se piensa occidentalmente como clown y cómo esta práctica se vuelve significativa en la agrupación a estudiar, aceptando la multiplicidad de variaciones en cuanto a la figura de este personaje. 46 La bufonería incitaba a la hilaridad del público y de la nobleza. En los siglos XVII y XVIII eran bien distinguidos por alguna malformación corporal y destacada una de ellas como gran fuente de comedia; el Enanismo. 43 No hay un origen fáctico sobre quién o quiénes fueron los primeros payasos, se llega a remontar en la historia para hablar de personajes literarios que producían hilaridad o divertimento a los guerreros griegos o en festividades que representaban la fiesta de lo popular. En este sentido Socorro Merlín---investigadora del Centro de Investigaciones Teatrales Rodolfo Usigli INBA--- en su escrito titulado “De payasos, locos, mimos y saltimbanquis” indica que, para el ejercicio reflexivo e histórico del pensar sobre la figura del clown, se debe estar consciente de que éste tiene una trayectoria compleja. La autora refiere a Eduardo Ugarte, pues este autor sugiere que el primer comediante fue de nacionalidad inglesa: […] Eduardo Ugarte, refiere que el primero de todos fue Tarleton, un comediante inglés. Tenía una figura peculiar, era chato y bizco. Usaba un vestido tosco, gorra con botones, botas bajas de los aldeanos de la época y una bolsa de cuero pendiente del cinturón. Además de hacer comicidad, tocaba una flauta y un tamborín. Actuaba en pequeños entretenimientos cómicos con música llamados jigas. Hay que recordar que la comicidad de estos histriones hacia burla, como toda la sociedad de ese tiempo, de los campesinos considerados bobos, tontos y no dignos de completa razón, en tanto que las clases en el poder suponían esgrimir la verdad, la belleza y todos los sentimientos considerados “altos” e ilustrados (Merlín, 2012; 21-22). Julio Revolledo Cárdenas, reconocido investigador de circo en México, comenta que el arte del clown es un arte de la comicidad todavía existente, inmemorial y con diversas denominaciones a lo largo de su historia. Él comenta que al payaso se le ha visto a lo largo de su proceso constructivo como mimo, arlequín, cómico, payaso, bufón, gracioso o tonis. En cuantos a sus orígenes apunta lo siguiente: El arte de la comicidad, a través del payaso, existe desde tiempos inmemorables con los más diversos nombres: gracioso, mimo, arlequín, payaso, cómico, bufón, clown…El primer payaso que se conoce fue un pigmeo que trabajaba en la corte del Faraón Dadkeri-Assi, de la 5ª Dinastía de Egipto, alrededor del 2500 a.C., otros han sido registrados en China, en el año 1818 a.C., lo que demuestra que en todos los tiempos diversas culturas han tenido sus bufones. Entre los antiguos mexicanos existían los trúhanes, que divertían a la corte de Moctezuma. Todos ellos son personajes que transparentan el alma de cada nación. (Revolledo, 2004; 59). 44 El carnaval Siempre que referimos a la palabra carnaval hacemos un ejercicio mental del cómo debería ser nuestra vestimenta a escoger para ser partícipes de dicha celebración o si no es así, imaginamos la multiplicidad de variantes que esta palabra y actividad encierra. Paseamos por rincones de la experiencia cotidiana e inconsciente siendo partícipes de dicho acto performativo, nos referimos a imágenes grotescas, ingesta de bebidas embriagantes, violencia, risa, balas, sexualidad desbordada, colores, etcétera, vamos desde la individualidad hasta la tradición o a la constatación de que esta actividad formó parte importante de la vida social de los pueblos a lo largo de la historia de la humanidad. En la Edad Media el carnaval no era un simple cántico o un baile como lo referían muchos eclesiásticos. Por ejemplo, en su libro “Una Historia de la Alegría (2008)” Bárbara Ehrenreich mencionaba cómo esta actividad implicaba toda una serie de acontecimientos de la vida social de la época y una fuerte interacción entre ciudadanos y nobles, así como de la complicidad de la iglesia: La contribución directa de la iglesia al espectáculo incluía una misa especial y a menudo una procesión por la localidad, la cual era un acontecimiento relevante, en el que participaban las autoridades seculares locales (nobles y miembros del consejo de la ciudad) así como contingentes de los distintos gremios (curtidores, toneleros, yeseros, calceteros, carniceros, etcétera) (Ehrenreich; 2008; 95). La función del carnaval radicaba en provocar la abolición de los roles tanto de género como de clase, esto permitía vérsele como una actividad primordialmente orientada al desorden, la cual tiempo después los mismos miembros de la iglesia trataron de erradicar pues consideraban al carnaval como una práctica en la cual se permitía el exceso, la ingesta de bebidas embriagantes, banquetes y la realización de bailes considerados paganos, asimismo los juegos o actividades deportivas como el tiro al arco o la lucha, eran considerados impropios de una fiel devoción a dios. 45 La inconformidad por parte de la iglesia condenó al baile por considerarlo como un acto pecaminoso y pagano, ya que estos bailes se realizaban al interior de los recintos religiosos en la denominada “fiesta de los locos”. Incluso algunos sacerdotes y monjas antes de hacer los votos se permitían la realización de bailes y cánticos, lo que incrementó el descontento dentro del gremio eclesiástico. Por tanto, encontramos que el baile escondía una razón más profunda para ser aislado de la iglesia, pues este permitía pensársele no como un acto maligno “per se”, sino como un medio para la conexión divina, hecho perjudicaba los intereses de la iglesia al sentirse vulnerable, es decir, el poder pastoral que tenía la iglesia perdería su vigor, lo que se tradujo en miedo (Ehrenreich, 2008). Este miedo fue el detonante para ejercer una coerción en el festejo carnavalesco, pues la iglesia aludía en forma discursiva que el baile per se no era malo, pero sí adquiría propiedades demoniacas si éste se realizaba en los recintos construidos para la adoración de dios. Dado el crecimiento de su descontento, la iglesia intentó detener esta celebración o por lo menos permitirla siempre y cuando no continuara existiendo en ella irreverencia o actos vergonzosos para las costumbres y moralidad de aquellos siglos47, tratando con ello de ejercer un control riguroso de la práctica teniendo poco éxito, y decidiendo de mejor manera hacer la expansión de la festividad a las calles, dejando libre de actos indignos los recintos hechos para los actos de fe. Fue así como esta “fiesta de los locos” tuvo su libre tránsito fuera de los recintos religiosos. En esta festividad hecha durante la Edad Media encontramos que más allá de iniciarse primordialmente como una actividad lúdica referida a los excesos de la población popular (plebeyos), su fin era la de permitirse jugar en contra del poder o los órdenes establecidos a manera de un sentimiento de desfogue de la cotidianidad de la vida social de la época. En esta festividad (fiesta de los locos) por ejemplo los 47 La autora retomando a Edward Muir comentaba que las elites tenían celebraciones igual de desinhibidas como las de los pobres, en donde se veía la presencia de payasos, músicos, acróbatas e incluso prostitutas” (Ehrenreich, 2008; 118) 46 hombres intercambiaban papeles que regularmente no se permitían desarrollar en su vida cotidiana, uno de ellos podía utilizar vestimentas a manera de representar a un rey y se autonombraba como el Rey de los locos, enfatizando así en una acción de burla en contra de los nobles o de quienes tenían el poder y control como por ejemplo el “verdadero Rey” Esta época que generalmente se concibe como un vacío o una etapa oscura en el camino científico, encontramos que la relevancia que tenía el carnaval estaba ligada a la tarea de una libre fluidez del mundo social como manera de invertir el orden de las cosas, la personalidad o el poder. Es en la celebración carnavalesca.--- y hasta antes de que esta actividad se volviera el pretexto para ejercer la violencia gracias a la revolucionaria entrada del protestantismo o a la álgida diferenciación del clasismo social--- en donde los bufones, los mimos, los saltimbanquis, y los payasos tuvieron una injerencia y plataforma representativa para su quehacer artístico. Más allá de que el carnaval representaba las formas lúdicas en las cuales podrían hacer resistencia al poder48, Bajtín (2003) ya había comentado que esta celebración era propiciada como una suerte de festejo hecho por y para el pueblo mismo. Para él, el carnaval era la segunda vida del pueblo la cual se encontraba anclada en la risa, y de ahí el surgimiento de la multiplicidad y amplia gama de representaciones y espectáculos cómicos. Es en esta época en donde el carnaval albergó a artistas enfocados a la producción de comicidad como lo fueron los bufones, payasos o mimos. Más allá de la representación teatral, el payaso adquiere un significado propiamente a modo de un “ser” hecho especialmente para la fiesta, de este hecho entendemos por qué al 48 Véase a Muir, Edward. Fiesta y rito en la Europa moderna. Editorial complutense, 2001 47 payaso o al bufón se le dio una característica ontológica y no arquetípica dentro del teatro49. Bajtín apunta lo siguiente: Los bufones y payasos son los personajes característicos de la cultura cómica de la Edad Media…los bufones y payasos, como por ejemplo el payaso Triboulet, que actuaba en la corte de Francisco I, no eran actores que desempeñaban un papel sobre el escenario (a semejanza de los cómicos que luego interpretarían Arlequín, Hans Wurts, etc.). Por el contrario, ellos seguían siendo bufones y payasos en todas las circunstancias de su vida, a la vez real o ideal. Se situaban en la frontera entre la vida y el arte (Bajtín; 2003; 13). En este sentido también vemos que las formas de comicidad radicaban en las gracias ejecutadas por estos mismos personajes50, que por lo regular inicialmente eran personas con algún defecto corporal51 o disonancia en su constitución física (de ahí que lo grotesco sea un principal vector de comicidad, con la función de desestabilizar los hábitos en esta época), haciendo una representación con lo inferior, con la tierra o con la parte de los órganos genitales, el coito y el embarazo. Pero además de concebir al grotesco52 como un medio para la conjunción entre un arriba y un abajo también se le era visto como un ser que permitía con su quehacer lúdico la aproximación a una humanidad universal. 49 Postura en Bajtín que posteriormente en nuestro estudio entenderemos que no es propia de una universalidad fáctica, pues el payaso teatral considera primordialmente una ontología como actor que representa a un payaso, en donde para ellos el clown es un personaje no una forma de ser, por lo que se busca una reivindicación de la teatralidad como fundadora de este oficio. 50 Sabían cantar, bailar, hacer acrobacias, etcétera. 51 Como los jorobados o los enanos, de ahí que al payaso se le asocie como un personaje originado del enanismo por sus características de lo monstruoso como metáfora de comicidad (Bergson;1985) 52 Bajtín hará una distinción entre el Grotesco de la Edad Media, enfocado más a un carácter informal, de lo no serio, de lo monstruoso y otro que propiamente se encuentra ligado a las expresiones artísticas propias de lo ajeno al hombre y que deviene ejemplificado en la creación de un mundo caracterizado por lo ominoso o lo inusitado. 48 A estos personajes -----en específico los bufones53---- se les dio el sobre nombre de “locos fingidos54”, pues sabían manifestar expresiones de locura con gran habilidad y destreza, logrando así la risa en los espectadores ya que a finales de la Edad Media este personaje adquiría una gran influencia, dado que la locura se volvió una forma de denuncia y crítica, de ahí que las representaciones de personalidades como las del loco, el bobo o el necio tuvieran gran relevancia y empatía con los pobladores (Velarde Cruz 2012). Es en esta época55 en donde los bufones al realizar sus actos ya sea en las plazas públicas o en las cortes, comienzan a tener un gran apogeo y prestigio. Estos artistas hacían de su cuerpo56 un instrumento vital para la creación de hilaridad, pues recordemos nuevamente que estos sujetos tenían como características propias una deformidad corporal, o eran enanos57, o eran personas con alguna afectación física la cual exageraban con la única finalidad de generar la risa. 53 Se les consideraban como trúhanes o sabandijas en las cortes, aunque en otro sentido eran amados por el pueblo porque ellos tenían el poder de persuadir las decisiones de la nobleza cuando éstas eran perjudiciales para el pueblo. 54 Velarde considera que la vestimenta de estos locos fingidos estaba compuesta por “un vestido largo o capa con faldones recortados en punta, una caperuza o coqueluchón con dos largas orejas colgantes y cascabeles y en la mano una clava o cetro burlesco…” (Velarde; 2012; 81). 55 Véase también el texto “Bring on the Clowns (1980)” de Beryl Hugill” para tener un panorama general acerca de las actividades que realizaban estos artistas en la época referida. 56 Hablaremos de la corporalidad de estos individuos, tanto así del payaso y la construcción de su imagen corporal más adelante. 57 Donna Haraway en su tan citado Manifiesto Cyborg (1995) ha indicado que la monstruosidad ha sido una gran forma de insurgencia a nuestros cánones de civilidad occidental, por tanto, los enanos o quienes no pueden ser categorizados de manera habitual, son vistos como seres límite y peligrosos. 49 Comedia dell´ Arte Recordemos de nuevo esa maravillosa ópera58 hecha por Ruggiero Leoncavallo cuyo tema central trata del sufrimiento de un personaje denominado Canio (payaso) debido a la traición que ha recibido de Arlequino y Nedda (Colombina) al descubrir que esta última le fue infiel, además de tener el enorme compromiso artístico de continuar la función y en la cual al encontrarse tan enardecido y antes de disponerse a matar a su gran amada impía, recita esa famosa aria que ha sido escuchada en gran medida por Occidente: …Tu sei pagliaccio Vesti la giubba e la faccia infarina La gente paga e ridere vuole qua E s Arlecchi t`invola Colombina Ridi, Pagliaccio, e ognun applaudirà! Tramuta in lazzi lo spasmo ed il pianto In una smorfia il singhiozzo e`l dolor Ridi, Pagliaccio Sul tuo amor infranto! Ridi del duol Che t´avvelena il cor!59 A pesar de esta entrañable escena, se considera que dentro de la demarcación histórica de los siglos XV y XVI a partir del surgimiento en Italia de un nuevo género teatral denominado La Comedia del Arte60 fue que se conoció al payaso como un personaje y ya no como una ontología como era descrito por Bajtín: 58 Otros personajes cómicos dentro de las representaciones operísticas podemos encontrarlos con Papageno en la Opera La Flauta Mágica de Mozart o al entrañable Nemorino que Donizetti nos mostró en su Obra Elisir d´ Amore. 59 Tu eres payaso, ponte el traje y enharina tu cara, la gente paga y quiere reírse y si Arlequín te robó a Colombina ríe, payaso y todos aplaudirán Transforma en bromas el sufrimiento y el llanto, Haz una mueca con los espasmos y el dolor Ríete, payaso Sobre tu amor hecho trizas (destrozado), Ríete del dolor, que te envenena el corazón. (énfasis mío) 60 María del Valle Ojeda Calvo (1995) menciona que también podía denominársele como comedia all`improvisso. 50 La tradición teatral del moderno payaso comienza a gestarse varias centurias más tarde entre aquellos herederos de la Comedia dell´Arte, quienes creaban sus personajes con la mímica, el gesto y el uso del cuerpo. (Ceballos; 1999, 9) En su libro “Bring on the Clowns (1980)” Beryl Hugill reconoce que es en este género de la teatralidad en donde aparece el payaso como figura importante de estas representaciones escénicas, y constata que “The commedia dell`arte was, in fact, the comic theatre in which clowns as we know them first appeared. Improvisation was its most important characteristic.61” (Hugill; 1980, 79) Este género visto como un nuevo estilo teatral62, era exhibido en las calles y plazas públicas, cuya finalidad era la representación de farsas que los actores debían improvisar. El teatro visto como el arte de la expresión del cuerpo (Jara; 2011) nos hacía ver dentro de este arte de improvisar la lúdica conjunción entre los mimos, clowns, acróbatas y demás figuras del teatro popular como personajes representativos y especialistas del arte de la gestualidad. Mientras los bufones o los grotescos pasaron de un estilo de malformación corporal y representación de lo terrenal para causar la catarsis lúdica de la población de la Edad Media al Renacimiento (Bajtín; 2003) dentro del pensamiento de Shakespeare63 (Morales; 2009, Hiriart; 2002), es en la comedia del arte donde sus personajes serán reconocidos como parte importante del arte teatral. Así es como vemos el surgimiento de denominaciones arquetípicas muy singulares como: Arlequino64, Colombina, Pagliacci, Pantaleón, entre otros. 61 La comedia del Arte fue, de hecho, el teatro cómico en el cual sabemos que los payasos aparecieron por primera vez. La improvisación fue la característica más importante” (énfasis y traducción propia). 62 Carol Crowther (1979) decía que dentro de las representaciones escénicas del medioevo al payaso podía encontrársele bajo los papeles de los vicios o los pecados 63 Hugill indica también que el afamado y reconocido escritor se inspiró de los payasos para dibujar sus personajes. Burlón y malicioso el payaso de Shakespeare es más genial pues hace burla de las afectaciones de los seres humanos, pero con calor y un toque más humano. 64 La representación más icónica del personaje de Arlequín es con un vestuario a Cuadros, antifaz y sombrero de tres picos. Se le conoció como la representación de un personaje servil y ambicioso y era el más popular, era el sirviente de Pantaleón. 51 Cada uno de estos personajes trataban de representar las formas más precisas de ciertas pre configuraciones corporales que veían en las expresiones culturales de la época; por ejemplo, Colombina era femenina, Pantaleón era lascivo y arlequín galanteador y servil (Reis; 2010). En este sentido el arte del payaso se consolida, y es en este género donde con la conjunción de todo el bagaje cultural de sus antecesores se le vio inserto en uno de los momentos más gloriosos del teatro. En este sentido Hugo Hiriart (2002) en su escrito “Circo Callejero” nos menciona cómo este personaje llamado payaso65 encontró gran popularidad bajo el cobijo de la comedia del Arte Italiana y de cómo en este espacio fue donde la singularidad representativa de su torpe corporalidad surgió como rasgo distintivo de su carácter actoral y pudo consolidarse: La torpeza del payaso, cuesta decirlo, deriva de la infinita habilidad de la Comedia del Arte Italiana. En el tablado al aire libre la Comedia del Arte se dio uno de los momentos más gloriosos del teatro. Era el teatro popular, improvisado siempre sobre ciertas bases argumentales, con ciertos personajes fijos, los legendarios Arlequín, Pantaleone, Brighella, Pulcinella, Colombina, Pierrot, Zanobio, Truffaldino, el Capitán Spavento y muchos más. Estos personajes enmascarados pedían el máximo de habilidades, quienes los representaban tenían que ser actores, mimos, acróbatas, cantantes, bailarines al mismo tiempo. La Comedia del Arte es la gran aportación teatral del Renacimiento Italiano, duró viva varios siglos, dio luz a Moliere, Goldoni, Carlo Gozzi y después decayó. (Hiriart; 2002, 14-15). La Comedia del Arte Italiano fue extendida por diversas partes del continente Europeo, siendo recibida con gran agrado en Francia o Inglaterra 66, y teniendo gran audiencia sobre la sociedad europea de aquellos años hasta su desaparición gracias a la llegada del circo moderno en el siglo XVIII, erigido por un ex militar y sargento llamado Philip Astley. 65 El mismo autor menciona que el payaso como personaje fue una derivación de Arlequín, sólo que desarticulado o privado de las destrezas virtuosas que con orgullo portaba. 66 Uno de las personalidades más reconocidas y nacientes de este género en esta nación fue Joseph Grimaldi o conocido como Joey. 52 Circo moderno Alguna vez en nuestro bagaje de palabras hemos escuchado una muy singular la cual nos remite a pensarnos dentro de un circulo, lleno de luces, de colores, de palomitas de maíz y nachos. Es esta palabra la que quizá en muchas mentes rebote la idea de lindas bailarinas, hombres musculosos, mujeres serpiente, gitanos descifrando la suerte o animales majestuosos traídos desde los más apartados y desconocidos lugares vistos por el hombre. Dicha palabra está a la mano para referirnos a ciertas representaciones artísticas de virtuosismo, magia o diversión. La palabra de la que estamos hablando es denominada y connotada como “circo”. Esta tradición prácticamente acentuada desde hace cientos de años, la tenemos presente a lo largo de nuestras cotidianidades etnográficas—si se me permite decirlo así—pero la mayoría de las veces la enuncian sólo como el mero ejercicio de un consumo para el divertimiento de los infantes67. La historia del circo es una historia larga y que nos llevaría demasiado tiempo abordarla, pero es a su vez relevante y sustancial comentar que precisamente es en la creación del circo moderno en donde la figura del payaso encuentra la más amplia popularidad de su oficio. Abundo Aunque algunos autores tengan ciertas divergencias en cuanto a la veracidad cronológica del surgimiento del circo moderno, todos apuntan a que éste emergió en el siglo XVIII bajo la tutela de un ex sargento militar perteneciente a las filas del escuadrón militar de caballería del regimiento de Dragones de su majestad en 1768 68, su nombre: Philip Astley. 67 Debemos decir que esta actividad es todo un modelo de vida para quienes se encuentran insertos en esta plataforma de significación. Aunque en la actualidad al payaso se le sigue mirando como un entretenedor del público infantil y sin tanta capacidad artística para generar otros tipos de propuestas escénicas que permitan al público reflexionar sobre los procesos de su vida misma. 68 En Francia se inauguró un circo cerca del año 1782. Posteriormente Charles Hughes fundaría en 1793 el circo ruso. (Crowther, 1979) 53 Este personaje dejó el ejército y comenzó a realizar demostraciones de equitación. Se dice que Astley se percató que para efectuar manifestaciones ecuestres que tuvieran como eje central el equilibrio, debía hacer que el caballo girara en círculo y no en línea recta como pretendía en un comienzo, fue así como surgió el circo69. Dado el éxito que tuvieron sus representaciones ecuestres y demás acompañamientos escénicos, Philip Astley70 hizo renacer el espectáculo circense y burgués (Revolledo; 2004) pues generó la posibilidad de construir un recinto propicio para este tipo de actividad o espectáculo. El anfiteatro (Royal Amphitheatre of Arts) fue el nombre como se le conoció al espacio que permitió a todos aquellos artistas saltimbanquis, bufones, músicos, etcétera--- cuya vida giraba anteriormente en torno al nomadismo y a la presentación de sus habilidades en las plazas públicas---- realizar sus actos en un lugar estable gracias a la gestión de los primeros empresarios-----podríamos decir ---- de la actividad circense71 y fue en este sitio donde se encontraron con la sensación de tener un trabajo constante, fijo y seguro 69 Se comenta que quien utilizó por primera vez la palabra circo fue Charles Hughes, uno de los jinetes de Astley (Revolledo; 2004) 70 Se ganó el seudónimo de padre del circo moderno. 71 Montull apunta que Astley se asoció con la familia Franconi en 1788 para acrecentar sus intereses y fue hasta 1826 en donde un incendio destruyó casi por completo el circo que había construido Astley además de que el incidente propició la separación con los Franconi, quienes decidieron formar el primer Cirque Olimpique des Frères Franconi. 54 Fue en este lugar en donde nuestro personaje del payaso adquirió una plataforma apta para su proyección artística. El payaso72 era todo en el circo73 aunque inicialmente aparece como un relleno entre un acto y otro, relegado a pequeños números que cumplían la función de cobijar la transición entre un acto y otro dependiendo de la atracción principal del circo. La expansión que tuvo el circo por el continente europeo, la mayoría de anfiteatros creados en esa época y la constante aceptación de este tipo de espectáculos, permitió de igual manera que la figura del payaso fuera una parte importante de la práctica circense pues representaba la parte humana y social de un pueblo o una clase; incluso, el payaso logró desarrollar rutinas74 que seguían causando la hilaridad del público que se permitía ver este tipo de espectáculos en las sociedades del siglo XVIII. Implícitamente Julio Revolledo en su famoso escrito “La fabulosa Historia del Circo en México (2004)” indicó que el circo podía considerársele como un aparato de globalización, pues éste se encargaba de trasladar---según el autor---cosas comunes desde algún punto de la orbe, hacia donde estas cosas comunes fueran concebidas como extrañas en otro75. 72 Se piensa que los primeros payasos que tuvieron amplio reconocimiento en el circo fueron Grimaldi o el payaso Joshep Auriol que se encontraba trabajando con los Franconi 73 Hay ciertas leyendas contadas por los mismos payasos del cómo este personaje surgió en el circo que van desde un juguetón acróbata que se ponía las vestimentas de sus compañeros y jugaba con ellas; siendo este visto por el director del circo salió corriendo hasta la pista causando la hilaridad del público al verlo desencajado por la premura de que no lo alcanzaran y utilizando un vestuario que no pertenecía a su complexión, ni talla. Algunos otros indican que nació la figura del payaso en el circo gracias a los trabajadores de limpieza que, entre acto y acto de la exhibición ecuestre, se disponían a limpiar las excreciones que estos animales dejaban en la pista. 74 Por lo regular en el circo se presentaban payasos en unipersonal denominados de maletín, pues ellos mismos se encargaban de realizar toda la rutina, o bien en duetos cuya pareja entrañable que se sigue viendo en el circo es la del payaso Cara Blanca (quien representaba la rectitud, la altivez y el orden) con el payaso Augusto (portador de la torpeza, de la locura, del constante aprendizaje, con el que el público se llega a identificar más, pues contraria al poder en todo momento) y finalmente con una amplia gama de arquetipos de payasos tomados primordialmente de La Comedia del Arte cuyo Chiarivari era una de sus entradas triunfales para poner un ambiente lúdico en todo el recinto circense. 75 Recuérdese el episodio que García Márquez en “Cien años de soledad” nos cuenta cuando llegaron los gitanos a mostrarle a los maravillados pobladores de macondo, el hielo y otras artes. 55 Por tanto, podemos decir que es en el circo----como forma de vida y como vehículo de transmisión de un arte milenario, asimismo como aparato de comunicación universal----- en donde el clown adquiere su mayor estatus como un profesional del oficio cómico dentro de nuestras sociedades occidentales. El Payaso en México Hemos mencionado brevemente y de manera general cómo fue que el circo tuvo un lugar privilegiado dentro de la vida del último tercio del siglo XVIII, el cual fue considerado como el circo moderno cuya figura principal fue el ya tan mencionado Philip Astley. A su vez encontramos que el clown como personaje central del circo moderno adquirió grande influencia por los escenarios y países de Europa, hasta llegar a nuestras sociedades Latinoamericanas. Por ejemplo Julio Revolledo (2004) hace un recorrido acerca de la historia del circo, primeramente de manera general, desde la evolución del circo en el mundo, el circo romano, el anfiteatro romano, pasando a su vez por el nacimiento del circo moderno; hasta llegar al desarrollo de las artes circenses en el devenir histórico de nuestro país y cómo éste tuvo gran influencia como una forma de comunicación y espacio de sociabilidad de la población mexicana, ya fuera que las presentaciones se hicieran en las plaza públicas76 o en recintos teatrales donde accedían sectores de clases privilegiadas . La historia del circo es extenuante y maravillosa, asimismo la capacidad que tuvo para poder expandirse a diferentes sociedades de todo el mundo, específicamente en nuestro territorio o lo que concebimos actualmente como México ya específicamente en las sociedades pre cortesanas teníamos la existencia de ejecuciones rituales o de entretenimiento similares a las descritas en occidente por ejemplo en este sentido Revolledo apunta lo siguiente: 76 Recordemos la presencia de maromeros o payasos versificadores. 56 A causa de alguna festividad religiosa, algunos ritos, como es el caso de los voladores mostraban la audacia, la habilidad y el arrojo de un acto circense en sí…otros testimonios más antiguos, como una pequeña estatua del preclásico medio localizada en el Entierro 154 de Tlatilco, Estado de México, 800 a.C., consiste en la figura de un contorsionista…debe particularmente enorgullecernos a todos los mexicanos, pues es representativa de una actividad cuyos orígenes hemos querido buscar en Roma para muchos de manera inútil o en otros lugares del mundo, cuando en nuestra propia casa tenemos una prueba fehaciente, hermosa y de una gran antigüedad. (Revolledo; 2004, 110) Durante la época de la Colonia en donde sólo encontramos algunos relatos de los misioneros acerca de personajes con malformaciones corporales que servían de cómicos en la corte de Moctezuma77, el Porfiriano, la Revolución y el siglo XX tuvo a bien contemplar la llegada de diversos artistas como funambulistas, maromeros, trapecistas, ilusionistas o clowns europeos a nuestro país78. Armando De María y Campos (1939), creador del escrito “Los Payasos, Poetas del Pueblo”, mencionaba que podríamos estudiar la historia de una sociedad a través de la propia historia de sus payasos, y por eso es preciso preguntarnos ahora---desde la singularidad de nuestro horizonte geográfico--- cómo eran las representaciones cómicas en nuestro contexto sociocultural; en específico las del payaso mexicano, para así dar un panorama acerca de nuestra particularidad investigativa sobre el clown teatral al que se refieren los artistas de Comparsa la Bulla. Por ejemplo en el siglo XIX podemos encontramos en México con las figuras de los denominados graciosos, quienes se encargaban de recitar versos antes de las presentaciones de maromas79hechas en la calle o posteriormente para anunciar la llegada de circos nacionales y extranjeros (los más representativos, el circo Chiarini y 77 El Mtro. Inzua comenta que fue por el año de 1786 en donde los enanos ya eran parte constitutiva de actos con características circenses en México. 78 Para una reflexión histórica y profunda sobre la consolidación del circo en México véase Revolledo, Julio, en La Fabulosa Historia del Circo en México, Ed Escenología, México. 2004 79 A algunos artistas venidos de España se les denominaba maromeros, ya que los equilibristas usaban cuerda de cáñamo para realizar sus actos, el maromero era denominado así debido a que ejecutaban actos en el alambre. 57 el Orrín) en donde estos graciosos80 se encargaban de la producción de la hilaridad de los transeúntes que se detenían a ver lo que sucedía en las calles de la ciudad. Los graciosos durante el siglo XIX en nuestra nación fueron indispensables para las exhibiciones de compañías nacionales y extranjeras y cuya función artística era la de presentar y anunciar la proximidad de los espectáculos a partir de la oración de unos versos o la versificación satírica de éstos. Los versos que recitaban los graciosos81 se hacían con la finalidad de criticar a la sociedad. El Maestro Víctor Inzua en su libro “La risa en el circo. Historia del payaso mexicano” (1994) asegura que dentro de la pista del Circo Chiarini en 1864 se vio la presentación de un Clown de origen europeo, el cual influyó de manera determinante a las formas de generar comicidad, fue en donde el gracioso mexicano pasó a convertirse en clown82 o actor dramático. En este sentido Revolledo (2010) asegura que durante esas épocas en el fondo desconoce la función que tenían aquellos sujetos que se autodenominaban como clowns, “o si se trataba de una moda el usar nombres de personajes sin respetar diferencias en el trabajo escénico”. A su vez la importancia de la figura del payaso se veía permeada con la vida de la política de esa época, ya que existe el caso del afamado payaso Ricardo Bell, el cual aglomeraba ---se dice--- multitudes de personas que se daban cita en el Teatro Orrín para ver la ejecución de sus bromas y artes. Incluso Julio Revolledo (2010) en su libro “El siglo de oro del circo en México” comenta que encontró dentro de su investigación, un hecho que permitió mirar la importancia que tenían este tipo de 80 En el territorio de lo que actualmente es México, es difícil rastrear el origen de la palabra payaso, Julio Revolledo (2010) apunta a decir que aun en la Nueva España seguirían denominándose graciosos hasta que en 1867 con el Circo Chiarini se escuchará la palabra llamada Clown. 81 Uno de los graciosos más representativos fue Don Chole: José Soledad Aycardo. Aunque hubo la existencia de otros como Rea, Pineda, Constanzo, etcétera. 82 Según nuestro autor años después ya asentado el circo Orrín (1880) en el país se introdujo la famosa dupla de payasos cara blanca y Augusto. 58 actores sociales (clowns) específicamente el Payaso Bell en la sociedad mexicana de esos días. Revolledo apunta lo siguiente: Cuando vino Roof, el famoso político americano con una comisión diplomática, al General Porfirio Díaz le preguntó por qué en México no votaba el pueblo libremente en las elecciones. “Es que- contestó el General Díaz- aún no está preparado debidamente”. “pero ¿por qué no se les enseña- repuso el político- en la misma forma que en mi país se ha instruido al pueblo, es decir, haciendo un simulacro de elecciones para saber qué hombre es que el pueblo elegiría? Y a propósito General – dijo de repente Roof interrumpiéndose, asimismo-, ¿Cuál sería este hombre en México? -El payaso Bell- contestó sin titubear el General Díaz. Bell es el excelente clown que siempre es bueno recordar cuando se habla de cosas serias. (Revolledo, 2010, 226). El circo siguió caminando y transformándose a lo largo del tiempo, surgieron nuevas familias que serían los pilares del circo en México después de la gesta revolucionaria (Atayde, Gasca, Suárez, Vázquez, Olvera, entre otros) y el éxito de los payasos siguió a la par creciendo, aunque muy independiente al circo 83, es decir, los payasos84 comenzaron a salir de la carpa para entrar a la televisión, al teatro, a regresar a las calles o las fiestas de carácter social y sus campos de acción artística fueron variando según la ocasión85. La llegada revolucionaria del Cirque du Soleil86 o las nuevas re significaciones que tuvo el payaso a partir de la técnica teatral87 hicieron de este personaje alguien muy significativo y demandante para la producción de comicidad en la vida social del país. Volvió a entrar en los reflectores con mayor fuerza. 83 En los últimos años de la vida de nuestro país la situación económica ha permeado varias esferas de la vida social, entre ella, la de las comunidades artísticas y circenses por lo que los payasos han tenido que buscar otros horizontes para desarrollar su trabajo. 84 Principalmente a finales del S XX. 85 Se comenzó a ver una gran comercialización de la figura del payaso, inicialmente ligado al mundo de la infancia, salían en envolturas de dulces, o nunca faltaban en la fiesta de cumpleaños infantiles, etcétera. 86 En su libro “Momentos de Gracia: Organizar lo imposible (2010)”; Alejandro Saldaña explica la gran reinvención del circo en el mundo contemporáneo y atribuido fervientemente a la creación artística y empresarial del Cirque du Soleil en Canadá. 87 Lecoq, Jacques en su texto “El cuerpo Poético (2003)” menciona cómo a mediados del siglo XX realizaba experimentos con sus alumnos para la producción de hilaridad y comenzó a encontrar lo que ahora entendemos como clown teatral. 59 Actualidad El circo en la actualidad ha recibido varios golpes que han afectado su capacidad de acción, por ejemplo, las diversas opciones de entretenimiento por televisión, cine o radio, hacen que el circo sea relegado a una segunda o tercera opción para consumir. Otro problema y muy bien sugerido por Revolledo en su artículo “La historia mínima del circo” es que el Estado mexicano no ha sido capaz de generar apoyos para la preservación de este arte milenario y sólo contamos con la existencia de una escuela enfocada a la enseñanza de artes escénicas y circenses contemporáneas en Puebla, o el asentamiento actual de una franquicia del Cirque du Soleil al sur del territorio nacional88. Además, el autor considera urgente la creación de líneas investigativas sobre el circo y vincular a éste dentro del campo del conocimiento afirmando que: La historia, la antropología, la sociología, la etnografía, la semiótica, la filosofía, teoría del arte…son sólo algunos ejemplos de los vastos campos científicos y artísticos desde los cuales se pueden enfocar su análisis, porque históricamente el circo como universidad de conocimiento y micro mundo ha sido sustento de un vasto conocimiento empírico que debemos elevar a otros niveles de discusión y análisis para enriquecerlo89. En cuanto al tema del clown Edgar Ceballos (1999) en su famoso texto “El libro de oro de los payasos”, indica que unos de los problemas más severos de los clowns en la actualidad es la incipiente preparación o la displicencia que tienen los sujetos por emprender nuevas formas de actualizarse en el oficio, y convierte de su libro una guía para hacer del payaso aquello que en otras épocas era motivo de orgullo y no de marginalidad. 88 En la Rivera Maya con su espectáculo JOYA, teniendo que realizar la construcción de un teatro especial para las características del espectáculo y único lugar donde se presentará el show. Fuente: http://estilomexico.com/top/atracciones/cirque-du-soleil-en-la-riviera-maya 89 Consultado en: http://www.circonteudo.com.br 60 A su vez los procesos de mundialización que han tocado a nuestras sociedades, permiten una mayor agilidad para transmitir o compartir información, por lo que el arte del clown se encuentra de nuevo en una plataforma importante de difusión para poder representar y reivindicar su propio oficio. En este aspecto de igual manera, Tonatiuh Morales (2009) en su texto “El arte del Clown y del Payaso” concuerda en que el arte del payaso ha tenido un amplio proceso de transformación a lo largo de su historia, es decir, también da cuenta de la importancia de los cambios que experimentó el arte del clown desde las primeras épocas del teatro clásico griego, la Edad Media, el Renacimiento, o sus identificaciones arquetípicas surgidas de la Comedia del Arte o del circo. Lo interesante de este autor---partícipe de la germinación del Cirque Du Soleil90--- es la mirada que tiene al referirse del clown en la actualidad, al cual no desliga de los procesos de globalización o mundialización, pues considera que en gran medida la reivindicación de su quehacer tiene una fuerte relación con los alcances que ha originado la práctica gracias a insertarla en su contexto global. Nuestro autor comenta lo siguiente: Durante el siglo XX el género de los clowns se extiende a toda América y a todo el mundo, el circo deja de ser lugar privilegiado para estos personajes y se amplían sus perspectivas. Segundo cambio importante que afectó el arte del clown y del payaso a nivel mundial, en el siglo XX se produce a principios de los años setenta cuando se gesta en Europa central (Francia, Inglaterra, Alemania) una revolución estética en el espectáculo circense que daría vida al nuevo circo. (Morales; 2009; 45-46) Comparsa la Bulla en su nacimiento en el año 2001 funge como una compañía de teatro callejero en la Ciudad de México. Por la falta de oportunidades en foros y teatros, su forma de presentar sus espectáculos era en las calles, plazuelas o todo espacio en el que pudieran hacer sus performances y pasar el sombrero. A su vez 90 Nuestro autor enfatiza la importancia que tiene el Cirque Du Soleil como productor de un cambio dentro del mundo de las artes circenses. 61 integrada por un grupo de amigos, Comparsa la Bulla conoce el mundo del clown de manera lúdica y a modo experiencial91. Ellos definen el conocimiento del payaso como un conocimiento que llegó a ellos sin ser conscientes de su búsqueda, sino que dentro de la gran cantidad de personas que albergaba la compañía tuvo a bien el desarrollo de un payaso que ellos desde sus concepciones ideológicas de lo callejero y lo actoral, denominaron payaso teatral. En este contexto de constante crecimiento de las redes o lazos de comunicación facilitados por los Medios Masivos de Comunicación, aún era complicado aprender o desarrollar compañías que fueran multidisciplinarias, y Comparsa la Bulla en ese sentido---ideológico ---era el espacio en donde se podía albergar cantidades de artistas que apostaran por un proyecto artístico alternativo en la ciudad, una de estas misiones fue la transformación del personaje denominado payaso92. Por ahora en el presente del clown en México, específicamente en la ciudad, podemos decir que el payaso es un híbrido de varias concepciones referidas a este tipo de actividad artística y modo de vida. En este sentido el payaso o el clown es una persona que tiene diversos elementos ideológicos y técnicos en cuanto a la transmisión del arte, tiene la posibilidad de saltar entre estas diversas ideologías93 y técnicas enfiladas a la producción de lo cómico; por ejemplo son graciosos y picaros, pero miran a los ojos y marcan los trazos escénicos para una representación propia del teatro. 91 Más adelante relataremos cómo fue la conjunción del payaso tradicional visto primeramente como un oficio de sobrevivencia y de cómo se adecuó a una lógica teatral dentro de la compañía, generando así un lenguaje y distanciándose de otro tipo de representaciones arquetípicas del clown. 92 Trataremos con más especificidad el origen de la compañía Comparsa la Bulla, como un caso en donde el clown puede ser una forma ideológica de resistencia a las evidencias ideológicas de nuestras sociedades occidentales. 93 Tomando como ideología la definición de José Carlos Aguado quien propone pensar la ideología como: “una estructura simbólica de la acción, a la vez sustento y propósito de la identidad del ejecutante.” (Aguado, 2004, 35) 62 Digamos que el payaso en México es la convergencia de distintas visiones del clown (occidentales principalmente y un tanto más desde lo local), es decir, son un híbrido de diversas posturas, son en términos de Ortiz; un ajiaco 94 de técnicas, ideologías, imaginarios, saberes y representaciones. En otro horizonte antropológico podemos decir que toda esta amalgama de concepciones acerca del mundo del payaso, radica en verle como un bricolaje que los mismos payasos--- de Comparsa la Bulla, también en este sentido--- han retomado desde distintas coordenadas y aprendizajes que los mismos integrantes han desarrollado a lo largo de su proceso constructivo como agrupación, entendiendo que este sincretismo, propiamente en nuestras sociedades latinoamericanas hace referencia a la unión de “ pedazos de las historias míticas de dos tradiciones diferentes en un todo que se ordena en un mismo sistema95” En lo concerniente a las explicaciones sobre la actividad de los artistas latinoamericanos Renato Ortiz indicaba la necesidad de una práctica creativa conjunta a una ideología que fuera critica acerca de las ideas nacionalistas y políticas sobre el desarrollo: El artista es un intelectual comprometido cuyo compromiso con el destino nacional se encuentra expresado en su texto, su pintura, su poesía. Lo moderno es así, anunciado en el arte96. En este sentido Martín Barbero (1991) en su texto “De los medios a la mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía” nos sugiere que los vínculos entre el fenómeno y la realidad social no es un mero ejercicio de realismo sino el choque, el “El ajiaco es el guiso más típico y más complejo, hecho de varias especies de legumbres y de trozos de carnes diversas, todo lo que se cocina con agua en hervor hasta producirse en caldo” (Ortiz, 1993, 15) Aquí el autor hace referencia a este tipo de guiso como una metáfora que hace para hablar de lo que significa para él la cubanidad, asimismo yo lo hago análogo con el caso de los payasos pues considero que su conformación también es propia de diversas formas de mirar y accionar el clown. 95 Renato Ortiz comenta que en América Latina la modernidad es siempre un proyecto que obedece a una lógica del porvenir. 96 Ortiz, Renato. América Latina. De la modernidad incompleta a la modernidad del mundo. Disponible en: http://nuso.org/upload/articulos/2838_1.pdf. 94 63 contraste y las incongruencias en donde lo serio y lo lúdico son capaces de interactuar bajo el sustento ideológico de quienes son partícipes de dicho fenómeno: Lo que conecta al circo con la gente no es lo que pensarían los propugnadores del realismo, no es la presencia de fragmentos de lo cotidiano o de las peripecias de la vida, sino "una lógica que articula, en forma circense, las contradicciones, las incongruencias y desencuentros de la vida diaria, tales como la valorización de la familia y las dificultades de mantenerla, el reconocimiento de la autoridad y la desconfianza hacia la policía, las esperanzas puestas en la ciudad y la desigual repartición de sus servicios, etc…Es una lógica que rige la vida la que capta el circo, un lógica de contrastes: usan tanto la medicina oficial como las curaciones mágicoreligiosas, aceptan mecanismos contractuales pero también transacciones por mera reciprocidad, y practican ”el tránsito" entre creencias y cultos incompatibles. La forma circense de esa lógica se halla en la juntura de lo serio —el drama— y las burlas —lo cómico—, una juntura que desplaza y torna "desfasadas" las dicotomías de lo falso y lo verdadero, lo ilusorio y lo real, con que se acercaría al circo la lectura ideológica. (Barbero, 1991; 251). Finalmente hemos visto de manera general la vasta historia que tiene la actividad artística del payaso, y coincido de manera plena, que aun la historia y la vida del clown son inagotables. Asimismo debemos seguir indagando sobre los pasos que ha dado y que seguirá dando este personaje tan singular en sus diversos horizontes de acción, pues podríamos ver en las transformaciones de este personaje parte de lo que los grupos sociales han sido como pueblo, clase o nación. Prosigo… 64 “…vemos en la actualidad malas copias de payasos representados por personas que creen que lo son simplemente con ponerse una pelotilla roja en la nariz, un par de zapatos desmesurados y aullar con voz aguda. Es una ingenuidad de idiotas. El resultado es siempre molesto y aburrido. Hay que tener muy claro que uno sólo se convierte en payaso después de un trabajo constante, disciplinado y esforzado…Ser payaso no es un oficio improvisado” Dario Fo “No hay nada mejor para la salud que hacer de clown. Nunca apoyaremos bastante a los que tengan esta vocación. Y en último lugar, se ganan muy bien la vida, igual que en otro empleo cualquiera. ¿Por qué será que los padres se obstinan de hacer de su hijo un empleado, un funcionario y no un clown? Federico Fellini ESTADO DEL ARTE Este apartado relata una revisión bibliográfica bajo la lógica temática de la corporalidad en referencia a los artistas callejeros de Comparsa la Bulla, especialmente en la práctica lúdica denominada clown teatral97, la cual he de mirar como una ideología y técnica corporal especializada ejercida en espacios hiperreales y como una forma de resistencia98. Para esto debemos preguntarnos: ¿Cuál es una estrategia ideológica para alcanzar la Ilusión? A lo largo del texto, expondré como estrategia para la ilusión, a la hiperrealidad; la cual se define, según el pensamiento de Baudrillard y de Umberto Eco99, como la simulación de algo que en la realidad nunca existió, es la falsedad auténtica; presentada como real. Paseos por museos y lugares artificialmente creados que hacen apología de la historia; el pasado 97 En este sentido me refiero a la palabra Clown como una palabra con sustento ideológico y reivindicativo, puesto que el enunciar a estos actores solamente con la categoría de payaso, representaría de facto a un estereotipo superfluo y no digno de análisis. 98 La práctica artística, específicamente la del teatro siempre ha tenido contenidos en los que el discurso puede ser el arma para poder denunciar aquello que los dominantes no gustan escuchar, al mismo tiempo que es una forma de protección (Scott, 1985) 99 Véase Eco, U. La estrategia de la ilusión. Barcelona: Lumen, 1996. 65 es pues el vínculo con el presente y la afirmación del futuro. La reconstrucción histórica museográfica es la “fortaleza de la soledad”, aquello que nos recuerda lo que fuimos… o lo que se supone que fuimos… lo que existió: una copia de la copia del original que está en cualquier parte. Los hologramas nos dan la posibilidad de ver en perspectiva total, aquello de lo que sólo teníamos una fragmentada imagen y en donde el mundo puede ser enmarcado. La intención es sumergirse en un mundo creado, “real”, pero creado, inventado, mucho más pretensioso que las explicaciones religiosas sobre lo que no se ubica en el mundo de la carne… ¿quién puede asegurar que las maquetas de los museos plasman lo que “realmente existió”? La reconstrucción histórica no es más que una interpretación de quien la hace, es una creación de “la cosa real”… la sentimos, nos volvemos parte del montaje en donde todo lo creado debe ser “igual” a la realidad aunque se trate de algo imaginado, leche sin lactosa, café sin cafeína o cerveza sin alcohol pero que nos permita ser parte de la experiencia. En este aspecto podemos decir que la ficción o la hiperrealidad nos permiten comprender una forma más de percibir la realidad. En este mundo moderno en donde podemos presenciar acontecimientos que en otra época parecerían ser de índole metafísica e incluso patológica, como la creación de hombres-máquina, clonaciones o el ciberespacio, la ficción produce una sensación de experimentar procesos tendenciosos hacia un futuro en donde el súper-hombre Nietzscheano emerja de la tecnología artificial. David Le Breton en este sentido, nos comunica que a pesar de la multiplicidad de opiniones y controversias que puede generar este tema, como por ejemplo la de abolir las diferencia de género (Haraway, 1995) tomando al cyborg desde una posición ideológico-política o del sentimiento melancólico que generaría el habernos desprendido de esa humanidad propiamente hecha de carne, la ficción busca poner en evidencia los problemas que las sociedades occidentales viven en la actualidad. El autor apunta lo siguiente: 66 La ciencia ficción toma el relevo de la sociedad o de la antropología para expresar en forma narrativa las tensiones de lo contemporáneo y plantear sus dilemas bajo una forma existencial que no tiene, a menudo, el discurso de las ciencias sociales… No solamente la ciencia ficción se opone a lo real sino que parece con frecuencia ejemplificar los fundamentos sociales de la existencia contemporánea. (Le Breton, 2007, 154) En este mismo sentido Jean Baudrillard, en su profundo análisis sobre lo hiperreal, el cual define como una simulación [que] no corresponde “a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por los modelos de algo real sin origen ni realidad” (Baudrillard,1978; 5) menciona que en la simulación se parte –-no por la búsqueda de la realización de una utopía sino--- de una equivalencia simbólica en donde los signos incluso pueden ser revertidos, todo es un simulacro. Para él las sociedades a través del ejercicio de la simulación---más allá de sumergirse en un mundo de fantasía como lo serían los museos o los parques de diversión--pueden ser vistas como auténticas analogías del modo de vida de un grupo social dentro de un contexto específico. Nuestro autor por ejemplo, pone de muestra a Disneylandia como un modelo de un simulacro y de representaciones que albergan profundos contenidos ideológicos latentes en la sociedad americana. El comenta lo siguiente: Disneylandia es un modelo perfecto de todos los órdenes de simulacros entremezclados. En principio es un juego de ilusiones y de fantasmas: los Piratas, la Frontera, el Mundo Futuro, etcétera. Suele creerse que este mundo imaginario es la causa del éxito de Disneylandia, pero lo que atrae a las multitudes es, sin duda y sobre todo, el microcosmos social, el goce religioso, en miniatura, de la América real, la perfecta escenificación de los placeres y contrariedades...Disneylandia es presentada como imaginaria con la finalidad de hacer creer que el resto es real, mientras que cuanto la rodea, Los Ángeles, América entera, no es ya real, sino perteneciente al orden de lo hiperreal y de la simulación. Semejante mundo se pretende infantil para hacer creer que los adultos están más allá, en el mundo (real), y para esconder que el verdadero infantilismo está en todas partes y es el infantilismo de los adultos que vienen a jugar a ser niño para convertir en ilusión su infantilismo real. (Baudrillard, 1978,25-27) 67 La ficción se ha vuelto parte importante de nuestras sociedades occidentales, pues no es gratuito que el mayor índice de consumo de libros sean de corte ficcional, ya que este género siempre ha sido una forma de dar conocimiento a las distintas sociedades de cuáles son sus diferencias y similitudes, qué tan alejadas o cercanas son, etcétera. Por estos motivos autores como Walter Besant y Robert Louis Stevenson buscan re pensar a la ficción como un arte cuya misión milenaria es la de “hacer creer” de manera universal que la gente puede salvar su vida del aburrimiento y de colocar ambiciones, deseos y conocimientos en sus corazones” (Besant y Stevenson, 2008) Esta es la característica de las ideologías en las sociedades modernas: la opulencia, la suntuosidad, la hibridación de estilos que nos llevan más allá de lo excesivo, lo “auténtico” con lo falso verdadero, creado a su vez de otro “auténtico”. Ante esto ¿dónde queda el cuerpo “real”? ¿o debería decir cuerpo; creado, recreado, reconstruido a partir del auténtico? Tomaré los conceptos de algunos autores alternativos para una explicación antropológica en torno a las prácticas artísticas de los integrantes de Comparsa la Bulla (Douglas, Le Breton, Duvignaud , Canclini) tomando como punto importante el tema de lo hiperreal en torno al mundo de lo representacional; para hablar de la extra corporalidad de lo cotidiano, de la representación performativa 100 del cuerpo como recreación y presencia de una experiencia en el payaso teatral de Comparsa la Bulla; corporeidades que resisten a los embates de la modernidad y del poder, cuerpos que buscan a su vez ser reivindicados utilizando plataformas ideológicas como el bienestar o la inclusión y seguir fortaleciendo sus identificaciones artísticas. Esta postura por ende, me invita a pensar que dentro de su constante instrucción corporal, el artista (en este caso el actor del payaso teatral) provoca la textura material y procesualmente 100 Específicamente hago alusión a Jeffrey Iuris cuando habla acerca de las performances violentas como medida de insurgencia a las normas estigmatizantes del Estado y los medios masivos de comunicación en las movilizaciones de protesta. 68 constructiva de un cuerpo extra-cotidiano, dentro de un espacio líquido101, urbano, ficcional, itinerante y de resistencia. Finalmente en esta investigación (la cual es el esbozo de un planteamiento que buscamos desarrollar con mayor profundidad en un trabajo doctoral) intentaré hablar sobre la centralidad conceptual del cuerpo del payaso teatral (clown), en donde su constante construcción corporal genera en los sujetos la posibilidad de convertirse en dueños de una corporeidad propiamente extra cotidiana, cuya propiedad los hace partícipes de una resistencia a estos procesos de transformación, que nos ha provocado lo instantáneo, o políticamente indiferente, lo moderno o lo líquido. Asimismo como los procesos relacionados con las formas de ejercer resistencia al poder. Abundo. Una omisión de la ciencia. En el constante procesar histórico del conocimiento científico (como conocimiento enfocado al análisis exhaustivo de los fenómenos tanto sociales como físicos) se tuvo que admitir que las explicaciones sobre los procesos de la vida o los fenómenos naturales debían ser explicados bajo lógicas específicas. Dichas explicaciones debían ser guiadas con una mirada aguda, fragmentaria y metódica, pues serían en este sentido el único sitio en donde la ciencia adquiriría su título nobiliario y su potencia legitimadora. La rigurosidad del método hace que las explicaciones sobre las incógnitas investigativas tomen relieve para su tratamiento epistémico, y así de algún modo surge nuestro mayor antecedente fundamentado en torno al mundo en el que nos encontramos insertos como científicos sociales. 101 Me refiero a los procesos de aceleración social que vivimos en nuestras sociedades occidentales, o a lo que Bauman (2004) ha denominado la modernidad líquida, en donde la era de lo instantáneo es lo que prevalece, el hardware ha venido a ser remplazado por el software, lo moderno; lo instantáneo, lo efímero. 69 Si lo que vemos finalmente es una serie de postulados interconectados, enfrentados, refutados y proposicionales para hablar de lo que se considera el pensamiento científico en ciencia social, en este sentido encontramos que la temática específica sobre el mundo del payaso teatral o lo que podríamos denominar cómicos teatrales102 u artistas callejeros, sólo han podido ser tratados desde visiones de los estudios culturales, la performance o la cultura popular, pero dicho fenómeno en su carácter--- no quiero sugerir---- de nuevo, sino cambiante y sonoro a la seriedad académica, produce transferencias o reactivaciones inconscientes que generan una pre-conceptualización de olvido u omisión por la misma disciplina103 antropológica que no ha tenido una actual, pronta y mínima aproximación en cuanto a su explicación en nuestro país104. Víctor Vich (2001) en su estudio sobre los cómicos callejeros en el Perú indica que para la ciencia social este tema, prácticamente tiene una connotación negativa para su posible aproximación. Nuestro autor comenta las complicaciones que tuvo que padecer a lo largo de su investigación y cómo ésta tuvo que postergarse para ser presentada en círculos académicos dados los prejuicios que vivenciaba por haberse enrolado en una investigación de este tipo: De la misma manera, con un sector de la universidad me fue casi imposible, un tabú, mencionar el tema. Desde ahí, por supuesto, las actividades de cómicos ambulantes son consideradas como una forma grotesca y abyecta de discurso, vale decir, como una producción popular muy lejana de las categorías humanistas con las que a lo largo de los años las instituciones controlan el arte y la literatura… (Vich; 2001, 181) 102 Me refiero indistintamente al uso de estas palabras ya que la distinción deviene de posicionamientos ideológicos al interior del mismo gremio. Lo que sugiero es que al referirme en este texto al cómico teatral o clown es porque a pesar de que se encuentran en la calle, la propiedad característica de este tipo de payaso está basado sobre las baldosas de la teatralidad en donde el payaso es un personaje. 103 Las explicaciones o el pensamiento científico enfilado a la contribución de un conocimiento consensuado, debía contener un póstumo categorial con suficiente firmeza y convicción para la validación de verdad en este campo, además de una propiedad paradigmática de los fenómenos que se deseaban elucidar. No sugiero una universalidad, pero si una tendencia hacia el descontento académico sobre este tipo de investigaciones. 104 En este sentido encontramos los estudios antropológicos sobre la risa y el clown de Radetich, (2005); o González Varela (2011). 70 En este sentido concuerdo con Vich puesto que pensar el fenómeno de clown representa todavía una complicada aceptación en los círculos intelectuales, por seguir pensándolo como algo no digno de una plausible investigación emérita. Ante esto debemos plantear, efectivamente y de manera inicial que la antropología y sus ciencias afines han dado muy poca importancia a los temas que versan sobre lo lúdico (Duvignaud, 1997), lo cómico o la risa, mayormente trabajados por diversos autores que hacen ver la importancia de éstos en la experiencia humana. Por tanto reitero nuevamente que este escrito es un intento por comprender desde la antropología, este conocimiento teatral que podremos concebir desde tiempos históricos como una práctica de resistencia al poder. Ahora, debemos detenernos a pensar prontamente ¿por qué la persistencia de esta enorme propiedad de reír, jugar o transformarse en el otro? y sobre esto ¿cómo son las maneras de construir un espacio para la representación itinerante de estos sujetos?, ¿espacios ficcionales, no lugares, o la calle como proscenio de la escena y del ejercicio ideológico de lo hiperreal?, ¿cuerpos en resistencia o sólo una metamorfosis de un arte que busca seguir superviviendo? En este sentido debemos entender que este escrito busca describir mediante el arte del payaso como uno de sus ejes representativos, una singular manera de provocar hilaridad cuya intención es cuestionar las figuras de poder, de lo autoritario, y las evidencias ideológicas concebidas como naturales en un contexto especifico. Para esto los artistas de la Comparsa la Bulla dirigen a través de un discurso performativo, alternativo y contestatario, el anclaje de su posicionamiento político y de modo de vida. 71 Definiendo al clown. Por ahora nos hemos acercado principalmente en la emergencia de este texto a las definiciones del clown desde la rigidez en diccionarios, páginas web o a modo de vida. A pesar de que la palabra clown en torno a su traductibilidad lingüística significa (payaso), hemos dicho que es preciso saber los distintos enfoques que la palabra misma tiene. Puesto que el arte en su conjunto es una de las semióticas más variadas, es necesario describir la singular manera de ejercer el clown. Dijimos inicialmente definiciones que van delimitando al payaso como una persona enfocada a los menesteres de la comicidad y el juego, acompañado por un personaje denominado augusto (entendiendo que dentro de esta práctica, existen diferencias arquetípicas que muestran diversos caracteres del personaje en sí) y otras que lo definen principalmente originado en la comedia italiana como expresión popular hasta las que lo asocian primordialmente en el circo como un personaje que se burla de la cotidianidad. Algunos autores han concebido al payaso etimológicamente como una derivación del vocablo ingles Clod, lo que haría que su significado fuese el de siervo o palurdo; y otros lo relacionan como una transformación más de Arlequín, que conserva las propiedades serviles y torpes propias del personaje. Jesús Jara, pedagogo y clown español, nos reitera la idea de que el clown a pesar de sus características principales como sus verdades, sus emociones, su ingenuidad, su relación con los otros, o sus acciones, este ser nos inserta al encuentro con: […] las actividades más cotidianas y gozosas del ser humano: la risa, la gesticulación y la imitación. Con la etapa probablemente más apasionante de nuestra vida, la infancia, que como se sabe está llena de ternura, ingenuidad, aprendizaje, descubrimiento y juego. (Jara, 2011, 16) 72 Es decir, que en el juego, el ser humano, el animal y la ejemplificación de la cual nos hace parte Jara (infancia) encuentran su afluente, en el gusto o en el placer de los partícipes de la actividad lúdica. Esto no quiere decir que los practicantes regresen a la infancia, pero sí a “tratar de reconquistar la libertad de jugar” (Reboredo; 2011) que requiere de pensar al juego como una actividad para la transformación de la realidad cotidiana de los individuos por una temporalidad curiosamente determinada. Como dijimos anteriormente, la historia del payaso es demasiado vasta aunque al parecer oscura en el pensamiento antropológico, pues hemos de ver a éste como un productor de comicidad y reflexión en su entorno sociocultural cuya finalidad es la de cuestionar los valores que su sociedad considera naturales, que si bien funge como un actor que realiza la praxis universal de su oficio, muchas veces es delegado solamente a la mera representación ficcional o falsa de una realidad social específica105 (vagancia, parateatralismo, etcétera). Una posible categoría para definir al payaso, dijimos, podíamos leerla de manera parcial en la estructura conceptual de Tricksters106 como un punto singular de interpretación, lo que nos llevaría a pensar a este tipo de sujetos (payasos) como seres cuya posición única radica en su capacidad de transformar la realidad mediante una plataforma de lo lúdico. En este sentido vemos algunos intentos para dar tratamiento explicativo a la palabra clown, tenemos el ejemplo de Reis en cuya tesis doctoral dentro del programa de posgrado en artes escénicas de la universidad da BAHIA, define al clown como: Tuve la oportunidad de platicar en un viaje a Roma, con el artista llamado “Radu” y decía que el oficio de payaso era de igual manera denigrado en su país, y que para él el clown tenía que ver con un trabajo más corporal, más físico, más teatral. 106 "El trickster es pues, un mediador, y esta función explica que conserve en parte la dualidad que por función tiene que superar. De ahí su carácter ambiguo y equívoco" (Lévi-Strauss citado en Varela 2011). 105 73 Un actor que mantiene una audiencia conectada a su presentación por medio de la exposición de sus acciones como objeto principal de risa. Esta definición señala dos consecuencias conceptuales: su alcance se vuelve más amplio y más específico al mismo tiempo. Más amplio porque establece que las técnicas propias del payaso preexisten a un modo de cómo fueron registradas en la historia europea ya sea antes o desde el s. XVIII. La configuración de las características del payaso europeo moderno no se define como el único modo en que el ser humano utiliza su cuerpo como objeto de risa del otro.107 (Reis; 2010, 34-35). Por su parte Laurel Butler108 intenta pensar al Clown como arte, performance, técnica y como una amplia gama de imágenes que nos llevan a observar a este personaje desde diversos horizontes de su acción ya sea en el cine, el divertimento infantil o el teatro: Una variedad de imágenes culturales, desde el clown de circo hasta el clown de fiesta… payaso de rodeo, de Charles Chaplin a Emmett Kelly. Las ideas contemporáneas del clown son a menudo expresadas como sustantivos, usualmente refiriendo un tipo de carácter. Payaso como sustantivo tiene significado particularmente significativo en términos de teatro, donde se puede indicar un lenguaje performativo específico. El clown puede ser usado también como un adjetivo, a menudo para describir un enfoque anti-estético o estilístico de una obra o performance”. Y el clown puede describirse como una forma técnica tanto como una práctica performativa y como de un arte. (Butler, 2012; 63). En el mismo texto Butler retoma las ideas plateadas por Donald McManus en torno al tema del clown al cual ve como un personaje de posibilidades que nos condesciende a comprenderlo como un inventor de nuevas realidades y un cuestionador de las normas establecidas que naturalizan los roles de autoridad: El clown siempre trata de pensar a través de una situación dada, y falla por una incapacidad desesperanzada de comprender las reglas, o sucede por una habilidad ilimitada de inventar nuevas reglas. Los impulsos contradictorios son parte de la lógica performativa del clown y naturalmente implica una crítica a la naturaleza de la autoridad. (McManus citado en Butler; 2012; 66). “…defino o palhaço como um atuante que mantêm uma plateia conectada a sua apresentação por meio da exposição de suas ações como objeto principal do riso. Esta definição sinaliza duas consequências conceituais: seu alcance se torna mais abrangente e ao mesmo tempo mais específico. Mais abrangente porque estabelece que as técnicas próprias do palhaço preexistem ao modo como foi registrado na história europeia, seja antes ou a partir do século XVIII. a configuração das características do palhaço europeu moderno não define o único momento e modo em que o ser humano usou seu corpo como objeto do riso do outro”. 108 Traducido del original en inglés: Butler, Laurel. “‘Everything seemed new’: Clown as Embodied Critical Pedagogy.” Theatre Topics 22.1 (2012): 63–72. (énfasis mío) 107 74 Para Jacques Lecoq ---quién se auto denomina como uno de los pioneros del clown moderno--- el clown es una manera de estar en el mundo, y en donde el actor debe representar su parte más absurda para poder lograr la búsqueda de su propia vulnerabilidad. Este autor describe que este arte busca “el lado irrisorio de uno mismo”: El clown es el que acepta el fracaso, el que malogra su número y, con ello, coloca al espectador en un estado de superioridad. A través de ese fracaso el clown devela su profunda naturaleza humana que nos emociona y nos hace reír. Pero no basta con fracasar, es necesario fracasar en aquello que se sabe hacer. (Lecoq, 2004; 214) Henri Bergson al escribir uno de sus libros más representativos: “La Risa (1985)”109, indicaba que el efecto de reír puede ser múltiple, pero entre más natural parezca una falta de destreza corporal, el hecho o la causa nos será más risible o cómica. También Peter Berger en su libro: “la Risa Redentora (1999)110, aludía que para causar este efecto en los sujetos debíamos pensar el concepto de lo lúdico, lo cómico o lo risible bajo el entendimiento desde la lógica de cada sociedad cultural y no desde propiedades universales como en Bergson, pues una cosa que nos dé risa, en otro lugar podrá ser completamente inadmisible o en dado caso, confusa. Octavio Paz (1971) en “Risa y penitencia” arrojaba una interpretación interesante en cuanto al tema de la risa. Nuestro autor decía que una forma de humanizar a la naturaleza fue mediante el acto de trabajar, y fue esta actividad lo que le dotó de sentido o significación su mundo, pero a su vez lo volvió prisionero de su propia arma, y lo deshumanizó al convertirlo presa de su propio utensilio. Este escritor piensa que es en el acto de reír en donde se ejerce una suerte de suspensión cósmica y el humano logra concebirse como un ser que juega dentro de un lugar sagrado, acción misma que nos permite re pensar a la risa en relación a 109 110 Bergson, Henri. La risa. Sarpe. 1985. Berger, Peter. Risa redentora. La dimensión de la experiencia cómica. Kairos, 1999. 75 prácticas lúdicas---consideradas profanadoras---como el carnaval o la sátira y como una manera de contraponerse a los actos de solemnidad como la misa, lo funerario, lo cívico o lo ritual, es decir, en este sentido los dioses no organizan el mundo, juegan a organizarlo, a crearlo y transformarlo a voluntad: La risa sacude al universo, lo pone fuera de sí, revela sus entrañas. La risa terrible es manifestación divina. Como el sacrificio, la risa niega el trabajo. Y no sólo porque no es interrupción de la tarea sino porque pone en tela de juicio su seriedad…El trabajo humaniza al mundo y es esta humanización lo que le confiere sentido. La risa devuelve al universo a su indiferencia y extrañeza originales: si alguna significación tiene, es divina y no humana. Por la risa el mundo vuelve a ser un lugar de juego, un recinto sagrado y no de trabajo. (Paz, 1971; 23). En estos aspectos, el Dr. Abilio Vergara sugiere que estas correlaciones entre lo chistoso, lo humorístico, lo lúdico, o lo irrisorio son conceptos que si bien ya han sido trabajados por otros autores111 aún no existe un “acuerdo para definir los contornos de lo cómico, sus diferencias con lo chistoso (Freud lo plantea desde el psicoanálisis), el humor, lo satírico, etcétera.” (Vergara; 1997, 69) Finalmente nuestro autor, enfatiza que a pesar de las dificultades teóricas sobre el tema de lo cómico, lo humorístico o lo irrisorio, los sujetos que realizan este tipo de actividad deben incorporar movimientos y gestos de los cuales su originalidad pueda ser repetida y en donde su éxito dependerá de sus habilidades en escena y del material con el que trabajen. A su vez, desde el horizonte mexicano, en su tesis de licenciatura112 Madeleine Sierra apuntó a mirar al clown desde las ópticas propias de la literatura y el arte dramático, considera definirlo como: La expresión grotesca de un individuo que se manifiesta a través de la máscara, a la cual le corresponde un comportamiento ilógico que se manifiesta mediante acciones físicas o verbales, basadas en un mecanismo cómico específico: el gag y en el establecimiento de relaciones de autoridad con el medio que lo rodea. (Sierra; 2001, 105) 111 En México ha sido considerable el crecimiento paulatino de escritos que hablan sobre el clown; pero estos temas todavía siguen siendo escasos dentro de la disciplina antropológica. 112 Véase a Sierra, Madeleine. El payaso: la historia, la técnica, su influencia en el teatro y la significación social en México. Licenciatura en literatura dramática y teatro (tesis). Universidad Nacional Autónoma de México, 2001. 76 Esta autora en su trabajo comienza diciendo que el mundo del payaso sólo ha sido estudiado propiamente desde horizontes psicológicos, sociológicos, históricos e incluso antropológicos, cuestión última que en lo particular no comparto, pues en México también observamos una carencia de trabajos dentro de la disciplina antropológica que nos permitan aseverar lo contrario. Intentos etnográficos como los de Alberto Molina, Robert Zingg o Natalia Radetich son algunos de los pocos trabajos que abordan este tema, por ejemplo esta última autora---Radetich (2005) ---comenta que dentro de las localidades de San Andrés Cohaminata, Jalisco, se observa la aparición del Tsikwaki en donde la figura de este personaje es claramente ubicua pues: Por un lado aparece en las celebraciones de origen colonial, como el depositario del saber ancestral—es el portador del rostro y el bastón de la Abuela Crecimiento, de la Diosa engendradora de los dioses y del universo entero--- y, a la vez, como el payaso que violenta los más consagrados principios que devienen de ese saber. La función del Tsikwaki durante los rituales consiste en propiciar la risa a través de la transgresión de los valores culturales. (Radetich, 2005,159). Regresando al tema sobre la definición del clown desde el horizonte mexicano, se gestó en el programa de maestría en Artes con línea terminal en Arte Contemporáneo y Sociedad, de la Universidad Autónoma de Querétaro en el año 2013, en donde su autora, a lo largo de su tesis nos extiende la invitación a mirar primeramente la ausencia y discrepancia de una interpretación explicativa en torno a la palabra clown para así posteriormente comunicarnos su propuesta. Zazhil Citlalli Rico Medina en este trabajo titulado “Hacia un definición del payaso” propone lo siguiente: El payaso es un personaje que ha estado inmerso en la sociedad desde hace mucho tiempo atrás, caracterizado por un vestuario y maquillaje muy singulares que sin lugar a dudas, lo identifica, y el sentido de su existencia radica en mostrarle al hombre mismo tal cual es, (sin tapujos ni sombreros), siempre acompañado uno del otro, siendo el primero el reflejo del segundo. (Rico; 2013,93-94). 77 Por otra parte dentro de su tesis de Maestría en Historia del Arte (U.N.A.M.) Ana Luisa Vélez Monroy propone pensar al payaso como: […] un concepto artístico histriónico que el artista exterioriza a través de los distintos tópicos multidisciplinarios… El clown se basa en el arte de la comunicación corporal, verbal y facial, no emplea texto, lo único a lo que recurre es a la experiencia y vivencias que le otorga la vida a partir de su propia naturaleza. (Vélez, 2013; 19) En este sentido y después de leer las interpretaciones propias de los autores anteriores considero que el estudio de Carlos Diz Reboredo es el que más se aproxima a una lectura del clown como un fenómeno realizado en los espacios urbanos o callejeros, porque además de hacernos una descripción particular de su experiencia como partícipe de una sesión de clown113, se permitió observarlo desde la plataforma analítica de la antropología de la resistencia. He leído cómo algunos autores han hablado y escrito sobre lo que para ellos es el clown particularmente desde su propio universo, horizonte geográfico y un tanto más en la Historia, la Antropología, la Sociología o la Pedagogía (ejemplos como los de: Jara 2011, De Oliveira Freitas 2009, Moreira Reis 2010, Dream 2012, Morales 2009, Alberto Molina 2003, Radetich 2005, Merlin 2012, Miranda Silva 2012, Velarde Cruz 2012, González Varela 2011, Reboredo 2011; Rico 2013, entre otros). Por tanto debemos tener conocimiento de que la palabra clown114 en torno a las diferentes ciencias sociales se ha de convertir en un crisol, en un cúmulo de múltiples definiciones y reflexiones en torno a su acción y lugar dentro de lo social. Sugiere saberlo como una palabra polisémica, policromática o ambigua; o como consecuencia de la fragmentación del conocimiento y de las disciplinas, es decir; esta 113 En este sentido a diferencia del estudio realizado por González Varela sobre los mimos payasos de Coyoacán, creo que la aproximación de Reboredo se encuentra más acercada a los horizontes analíticos de mi escrito, pues el clown que presencié se encuentra inserto en espacios de ficción y no de ritualidad como pareciera leerse en Varela. 114 Por ejemplo en Argentina se ha creado una ley para la inserción de payasos en el ámbito médico, describiendo al clown como aquella persona especialista en el arte del clown que reúne las condiciones y requisitos para el desarrollo de su tarea en los hospitales públicos provinciales y municipales, según la ley, que no específica que tenga que ser médico necesariamente. (encontrado en Http//:bbc.com/payasosporleyenloshospitalesdebuenosAires. Disponible en la web) 78 diversidad de conceptos en las disciplinas en donde ---ya se carece de un lenguaje en común---la relatividad y tratamiento de los conceptos, apuntan a mirar al clown dentro de múltiples concepciones, especializaciones, y fragmentos en las que actualmente como antropólogos deberíamos enunciarnos. En este punto, finalmente tomaré al clown desde una mirada antropológica115 basando mi interpretación en la disciplina y en las visiones actuales de esta tradición. Por lo tanto defino la práctica del clown como: Una práctica artística especializada116, orientada a la producción de comicidad 117 a través de la estimulación de estados anímicos diversos118 representados teatralmente por un actor que a partir del manejo expresivo de su corporeidad 119 pone en entredicho las evidencias o prenociones ideológicas en un contexto social particular. 115 Cabe recalcar que esta definición la intentaré explicar desde la singularidad etnográfica propia de mi investigación, por lo que no me permito hacer una generalización primaria en torno a esta figura. 116 Partiendo de la aseveración antropológica propuesta por Marcel Mauss (1934) acerca de que todo aquello que aprendemos requiere de una apropiación corporal situada en un universo de sentido, denominado técnica corporal, podemos acertar a pensar que tanto las técnicas como danza, canto, música, etcétera, forman parte de este universo de significación que los payasos integran en la centralidad de su identidad. 117 Bergson indica que lo cómico sólo lo podremos encontrar en el terreno de lo propiamente humano y consecuentemente en la falta de control corporal, es decir en la torpeza de la misma corporeidad de los individuos; “puesto que el efecto nos parecerá más cómico cuanto más natural nos resulte la causa” (Bergson, 1985) 118 Alegría, tristeza, enojo, etcétera. 119 Elementos como su propio cuerpo, la utilización de objetos inanimados, sus discursos e ideas en cuanto a la elucubración de lo que para ellos significa su propio arte y del cómo ellos se distinguen de otras actividades artísticas o de otras actividades enfiladas a la producción cómica como el stand-up o la improvisación. 79 “Yo también me alegraba entre amigos y cuerdas, con licores y damas, más ¿de eso quién se acuerda? Una vez fui famoso, siempre andaba viajando: aquí traigo una foto, actuando. Me recordaron tiempos de sueños e ilusiones. Perdonen a este viejo, perdonen…” Monólogo Silvio Rodríguez. “El poder desenfrenado pisoteándonos los sueños… ¿dónde está el final de esto? ¡Díganme! que urge dar la vida en ello…Y el sol que ha visto al hombre y su ambición, le sigue dando vida; tiene la esperanza todavía de una luz que nos haga entender, que hemos perdido el control… Markos Cadena Cantautor. Marco teórico de la investigación Cultura popular A pesar de las múltiples definiciones de cultura, las cuales sabemos tienen una complejidad por su constante confrontación y poco consenso, hemos de decir que nuestro estudio está enmarcado en una comprensión semiótica de cultura limitada dados los objetivos120 y específicamente como una forma particular de aquello que en ciencia social se ha denominado cultura popular. Iuri Lotman hace mucho tiempo121 indicó que la historia de la cultura podía ser definida a partir de las interpretaciones que se habían hecho sobre ella, y cómo estas elucidaciones permearon en términos prácticos la traductibilidad y la interpretación misma del modo de vida de los otros. Para esto él propuso el concepto de semiosfera al que definió como el espacio semiótico fuera del cual es imposible la existencia misma de la semiosis” (Lotman, 1996). 120 Para acercarse al complejo histórico del concepto de cultura desde las ciencias sociales véase Kuper, Adam. “Cultura: la visión de los antropólogos” (2001) ed. Paidós. 121 Incluso en las sesiones de la Dra. Haidar se hablaba de la omisión que Geertz tuvo para con dicho autor referente de los estudios de semiótica de la cultura. 80 En este sentido este espacio semiótico se encuentra lleno de información, de discursos o de textos: A esto debemos agregar que dentro de la semiosfera tiene lugar un intercambio constante de información, una transferencia de textos… es un enorme organismo de organismos. (Lotman, 1998) Entonces podemos ver cómo en esta semiosfera a la cual se refirió Lotman como el espacio semiótico contenedor y transmisor de una fuerte interacción de discursos, interdiscursos, textos, intertextos y acciones producidas por los sujetos semiótico discursivos, esto es de vital importancia ya que en el ámbito artístico ----y aún más en que estoy tratando de comprender--- radica inicialmente la fuerza productiva y representacional de los espectáculos de los actores y clowns de la Comparsa la Bulla y cuyo modo de vida es interpelado por los discursos que deben elaborar en cuanto a la indagación empírica de lo social, pues ellos indican que deben observar mucho para poder saber elegir qué tipo de arte o temática deberán ejercer dentro de su praxis escénica. Específicamente mirar a los integrantes de Comparsa la Bulla desde este horizonte o desde la lógica de lo callejero, indica observar este fenómeno como una visión artística desde lo subalterno, lo alternativo o lo popular. En este aspecto; por ejemplo, Bajtín indicaba en su texto sobre la “Cultura Popular en la Edad Media122, que el carnaval o lo grotesco aludían a una parte significativa en la vida del pueblo pues para él; la risa o la vida festiva implicaban un rasgo fundamental de los ritos y espectáculos de esa época, los cuales sugerían un rompimiento momentáneo contra el poder y una posibilidad utópica de sentirnos iguales (Bajtín; 2007). 122 Bajtin, Mijail. La Cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, ed. Alianza, Madrid, 2003. 81 En este sentido una de las múltiples caras de la cultura popular se vuelve subversiva porque permite generar un diálogo para una toma de conciencia compartida en los sectores populares, estas decisiones filiales van desde sus necesidades, o sus carencias hasta su búsqueda de expresión: La cultura popular es cultura de los de abajo, fabricada por ellos mismos… es el sistema de respuestas solidarias creada por los grupos oprimidos, frente a las necesidades de liberación. (Margulis, 1983; 44) Mario Margulis cuando habla de cultura popular se refiere a una relación entre grupos oprimidos y sus formas de acción dentro de un contexto social de dominación ante las clases dominantes. Estas formas de acción se basan principalmente en la solidaridad entre iguales e implica un proceso de identificaciones colectivas ejercidas al interior de una minoría, la cual se convierte en objeto de temor y de furia para los aparatos de dominación como lo serían la cultura de masas o las identidades predatorias123 (Appadurai; 2007). Él indica lo siguiente: Los medios de comunicación masiva, en un contexto social capitalista, contribuyen a aislar al hombre, a limitar su interacción con sus iguales, a colocarlo en situación pasiva, receptora… La cultura popular requiere comunicación personal y activa. Es subversiva porque supone un diálogo dialéctico con la toma de conciencia, es necesario impedir su emergencia o abortarla en sus orígenes, mistificando sus producciones, incorporándolas a contextos comerciales, transformándolas en un falso folklor estereotipado y destruyendo sus circuitos espontáneos al insertarlos en los circuitos mecanizados de la cultura de masas. (Margulis, 1983, 44) Este autor concluye diciendo que la cultura popular obtiene su mayor potencial en la creación solidaria de los grupos oprimidos mediante una toma de conciencia que conduce a acciones políticas, a la desmitificación de las expresiones folklóricas 124, a luchas de liberación y a “las formas de resistir el avance y los efectos disolventes de la cultura de dominación sentida como ajena y avasallante” “Defino como predatorias aquellas identidades cuya construcción social y movilización requieren la extinción de otras categorías sociales próximas, definidas como una amenaza para la existencia misma de determinado grupo definido como "nosotros". (Appadurai, 2007, pp. 69). 124 Para una mayor precisión sobre el folklor y las clases subalternas véase el texto de Luigi María Lombardi Satriani “Apropiación y destrucción de las clases subalternas”, ed. Nueva Imagen, México, 1978 123 82 Néstor García Canclini en su texto: ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular? se pregunta sobre qué es lo que estamos entendiendo cuando hablamos primeramente de cultura y posteriormente de la cultura de lo popular. Elucidación Canclini hace un recuento de algunas visiones dadas desde la antropología en cuanto al concepto de cultura, en donde específicamente en el terreno de lo artístico, la cultura puede ser referida como una dramatización eufemizada de los conflictos sociales y es por esto que tenemos teatro, cine o deporte, pero en cuanto a una definición propia de cultura que sea abarcable en nuestras sociedades contemporáneas---y en el caso específico de este fenómeno investigativo---,este autor define a la cultura como: […] el choque de significados en las fronteras; como la cultura pública que tiene su coherencia textual pero es localmente interpretada…Al proponernos estudiar lo cultural, abarcamos el conjunto de procesos a través de los cuales dos o más grupos representan o intuyen imaginariamente lo social, conciben y gestionan las relaciones con otros. (Canclini, 2004; 39-40) Y en cuanto al tema de la cultura ahora en el sentido popular nuestro autor nos va indicando la viabilidad para entender a qué nos referimos en torno a las expresiones de lo popular: Lo popular se constituye como consecuencia de las desigualdades entre capital y trabajo, pero también por la apropiación desigual -en el consumo- del capital cultural de cada sociedad, y por las formas propias con que los sectores subalternos reproducen, transforman y se representan sus condiciones de trabajo y de vida. Segundo: Tiene un carácter integral de transformación en donde “Lo popular se construye en la totalidad de las relaciones sociales, en la producción material y en la producción de significados... Y finalmente: La noción de popular –cuyas ambigüedades y riesgos se ven claros en los usos racistas, populistas y estatalistas del término- puede servir para identificar la diversidad de relaciones sociales y culturales de los sectores subalternos. (Canclini; 1983) 83 En este sentido vemos cómo primordialmente en los payasos teatrales y actores de Comparsa la Bulla esta desigualdad se expresa en una confrontación ideológica en contra de las prácticas artísticas que son propuestas por el Estado. Estos actores al concebirse dentro de una clase dominada, se vuelven subalternos en su medida y capacidad de agencia125 para lo cual el teatro y el clown son utilizados como formas propias de hacer frente a dicha desigualdad, reproduciendo así sus propias condiciones de trabajo y de vida, asimismo como la subjetividad de la que forman parte al ser miembros de una identidad laboral específica como lo es la del arte. Por último, en este eje de la cultura de lo popular o lo subalterno, poder hablar de la extra corporalidad de lo cotidiano, o de la representación performativa del cuerpo como culmino de una experiencia; implica ver en el payaso teatral de Comparsa la Bulla; la reivindicación de un oficio que está inmerso en lo Global-local y lo ideológico para fortalecer sus identificaciones artísticas y ocasionar por tanto que en su constante instrucción corporal, se materialice la construcción de un cuerpo en resistencia126. La calle En cuanto a la dilucidación de las interrogantes restantes considero que es desde la antropología urbana que es posible comprender el caso específico de los clowns teatrales127. Continuando con el análisis de lo urbano, autores como los Doctores Emilio Duhau y Ángela Giglia (2004) proponen explicar la relación entre lo que se define como orden socio-espacial de la metrópoli y la diversidad de la Para una aproximación al concepto de agencia véase Gell, Alfred en “Art and Agency an antrhropological theory” Oxford Univerity Press Inc., Nueva York. 1998. 126 La liminalidad entendida a manera de Turner como el intersticio entre lo uno y lo otro. 127 Creo que no había comentado el por qué me refiero a clown teatral en mis sujetos investigativos. A pesar de que los integrantes de Comparsa la Bulla comenzaron a dar sus primeros pasos en las baldosas de la calle o de los espacios urbanos, muchos de ellos devienen de una formación completamente teatral, en el momento que conocen la técnica y la apropian para el libre ejercicio artístico hacen una conjunción entre su formación teatral y el modo en el que el payaso de la calle vive su cotidianidad. Este tipo de payaso al que ellos aluden se deposita bajo una lógica de creación y línea dramática, considerada más estructurada, incluso más poética o más fina, pero siguen presentándola en espacios íntimamente ligados con lo callejero. 125 84 experiencia asociada al orden, esta última, concebida también como experiencia urbana, ya que refiere a las prácticas y a las representaciones que significan vivir en la metrópoli por sujetos diferentes en diversos espacios. El Dr. Abilio Vergara en este aspecto, sugiere pensar el estudio de lo urbano bajo una idea de escala en cuanto a la dimensión metodológica de cualquier empresa de investigación. Nos propone pensar la característica de lo urbano, no por su complejo arquitectónico, sino por la cualidad experiencial, significativa o emotiva que ejercen los actores sociales sobre éste, ya que en palabras de Sennet “los espacios urbanos cobran forma en buena medida a partir de la manera en el que las personas experimentan su cuerpo” (Sennet; 1997; 394) espacios en donde se reconoce una hegemonía al sentido de la mirada (Wirth;1988; Le Breton; 1995) y emanan de la vida social urbana procesos de secularización, de política, de economía o de ritualidad (Cruces;1998) proyectantes y polifónicos entre lo privado y lo público. En estos espacios de lo público, de lo popular, de lo callejero, el sujeto se diluye ante una modernidad que privilegia la velocidad, la carrera por un ascenso económico, por la obtención de un artículo de moda, la suntuosidad y lo líquido fusionan y son parte de los componentes de nuestras sociedades cosmopolitas. De acuerdo con esto, la adscripción a cierto grupo social u otro, depende de la habilidad y rapidez en turno, ante esta era de lo instantáneo (Bauman; 2004) 128, (Berman, 1982), (Balandier; 1997), los payasos de la Comparsa la Bulla tienen un conflicto en cuestión, esa velocidad anteriormente referida les es vista como un obstáculo que deben surcar para poder realizar con fluidez su representaciones escénicas, y generar en el publico catarsis. “En la modernidad líquida la duración eterna no cumple ninguna función. El corto plazo ha reemplazado el largo plazo y ha convertido la instantaneidad en ideal último” (Bauman, 2004; 134) 128 85 Los espectadores que logran ser seducidos en sus performances, tienen la posibilidad de adentrarse a una atmosfera ominosa, inusitada y a una sensación de ficción en donde la velocidad de sus rutinas cotidianas es transformada para darse paso a la creación de un acontecimiento irrepetible. Por tanto, vemos en estos actores del payaso teatral129 que sus experiencias callejeras muestran escenas enfiladas a la producción de una catarsis emotiva para el espectador que decide pararse un momento a mirarlos, generando así, un espacio que he tratado de denominar espacio ficcional del bienestar, pues por algunos instantes las personas que se permiten adentrarse a los actos realizados pueden extraerse y re pensar la situación de velocidad o de liquidez en la que se encuentran rutinariamente, fortaleciendo así, sus identificaciones individuales y colectivas. En este sentido al comprender la complejidad de los diversos intereses que brotan de distintos aspectos de la vida social, en donde en palabras de Wirth “el individuo se vuelve miembro de grupos muy divergentes, cada uno de los cuales funcionan en referencia a un segmento aislado de su personalidad” (Wirth, 1988; 175) y dando por sentado la conformación de los lazos sociales (Santos; 1999)130 que unen a los actores de la Bulla, es posible explicar sus experiencias131. Estas implican una vinculación entre distintos valores y saberes, tanto en la dimensión individual como en la social. Después de este pre-supuesto ideológico en el que indico que estos sujetos son capaces de generar un espacio de bienestar con el espectador, pretendo regresar a la experiencia performativa de estos actores, la cual representa unidades escénicas de la vida social, y funge como un espejo para que otros grupos sociales puedan distinguirse o familiarizarse como unidad (Turner, 2007; Geist, 2008). 129 Una distinción básica entre el payaso teatral, clown de circo o cómicos ambulantes radica en las tipologías y manera de ejercer el personaje. 130 Entendiendo lazo social como “ el mantenimiento de los lazos entre las personas como el motivo crucial del comportamiento humano…el deseo de estar y sentirse conectado con otros” (Santos;1999, 277) 131 Para ver otra discusión acerca del concepto de experiencia véase a Díaz, Rodrigo. “La vivencia en circulación. Una introducción a la Antropología de la experiencia”, Alteridades, año 7, Nº 13. 1997. 86 En este sentido las actividades representacionales de los clowns de Comparsa la Bulla generan la multiplicidad de lazos sociales en un plano territorialmente emosignificativo132, o lo que anteriormente describí como la creación de un espacio ficcional de bienestar o emocional, mismo que permite la instauración de un espacio no arquitectónico para la experiencia lúdica sino una amplia red de emociones en un tiempo/espacio determinado. Me pregunto: ¿cómo podrían los payasos teatrales de Comparsa la Bulla generar en sus performances, emociones y significaciones sin una constante construcción y preparación corporal? y ¿cómo podríamos hablar de la creación de un cuerpo potencialmente extra cotidiano en el payaso de Comparsa la Bulla dentro de un espacio hiperreal o de ficción? Estas son parte de las evidencias ideológicas a dilucidar en la parte empírica de la experiencia etnográfica en este trabajo. Un cuerpo extra cotidiano como potencia ideológica. La ideología133 vista desde una óptica a grosso modo “se conceptúa como un conjunto de valores y creencias que se producen y difunden por medio de órganos del Estado, y que sirven para reproducir el orden social al asegurar la adhesión de los individuos” (Thompson; 1993, 113). Pero debemos entender que el concepto ha sido controversial en la historia del pensamiento. Desde diversos horizontes este concepto ha sido revisado y experimentado una constante reformulación; por ejemplo, mientras que en el materialismo histórico cuyo principal actor fue Marx, se concebía a la ideología como todo aquello que fuera una deformación de lo real o como una falsa conciencia, y a lo real se le definía sólo en la El Dr. Abilio define emosignificación como: “la fusión de significación y emoción ya sea a nivel individual (exaltación, indignación, sumisión, etcétera) o colectivo (communitas, rencor social). No es un proceso que se genere conscientemente, generalmente puede ser irruptivo o permanente: la rabia frente a un abuso de poder o se puede habitar como tranquilidad que deviene del apego, la felicidad que deviene del amor. (Vergara; 2013, 35) 133 Para una distinción entre lo que se denomina idea, ideología e ideologías véase a Wolf, Erick, Introducción en: Figurar el Poder, Ideologías de Dominación y Crisis, CIESAS; México; 2001. 132 87 praxis. A su vez Althusser encontraba que la ideología era un problema en contraposición con el de la ciencia, pero quien consideró el problema de la ideología como un concepto paradójico fue Manheim, ya que para él todo tratamiento de lo ideológico, estaba compuesto por las propias visiones que el investigador tenía de su propio trabajo (Williams; 1977). Luis Villoro en cuanto al concepto de ideología lo define como “un conjunto de enunciados insuficientemente justificados que tienen por función mantener el poder de un grupo o clase social mediante el intento de prestar legitimidad a ese poder.” (Villoro, 1988, 20). Todo enunciado falso Villoro lo entiende como un intento para ejercer la dominación de un grupo social a otro mediante un enmascaramiento discursivo de bienestar social o con la estrategia (Foucault, 1988) de conducir alguna tensión a una situación más justa En este mismo sentido el Dr. José Carlos Aguado Vázquez nos invita a reflexionar sobre el papel que ha tenido la ideología en el proceso experiencial de los sujetos, considera que a pesar de las divergencias que se pueden tener sobre el concepto mismo, la ideología es una parte fundamental y soporte de la identidad de los grupos. Para el Dr. Aguado Vázquez la ideología será concebida como: una estructura simbólica de la acción, a la vez sustento y propósitos del proceso de identidad del ejecutante… (Aguado; 2004; 35, 40). Esta estructura que es parte constitutiva de la identidad, se sustenta a partir de procesos identificacionales social e históricamente apropiados por los sujetos a través de lo que nuestro autor denominó “evidencias ideológicas”. Estas evidencias no solamente son ideas preconcebidas sino que tienen la propiedad de movilizar a los actores sociales acorde a las prácticas contextuales propias de cada sociedad cultural: Es decir; como una dimensión de la cultura, con una existencia material práctica (y no sólo como ideas), que se fundamenta en evidencias: representaciones concretas que se alimentan de la experiencia inmediata... (Aguado; 2004; 35, 40). 88 El payaso puede distinguirse como un facilitador de la denuncia social y como un ser con la capacidad de cuestionar evidencias ideológicas que concebimos como naturales. Quisiera detenerme un momento aquí para decirle al lector lo que en esta investigación entenderemos por evidencia ideológica134. Así que en este trabajo se han de entender las evidencias o presupuestos ideológicos como aquellas conductas humanas que los sujetos conciben como naturales, inmutables e incapaces de ser cuestionadas pues tienen como función primordial la libre fluidez del mundo social. […] presupuesto básico empírico y funcional, no necesariamente falso, que establece las mediaciones sociales entre los sujetos, entre estos y los grupos sociales y entre los grupos sociales entre sí, en un contexto determinado”. (Aguado, 2004, 41). En síntesis la ideología es una capacidad estructuradora de la acción social, en donde como decía Geertz (1976), toda acción conlleva y es mediada por una acción simbólica, la cual permite pensar a la ideología 135 como una formación integradora entre la utopía y la realidad (ideología) (Ricoeur, 1994). En este sentido Paul Ricoeur (1994) al retomar a Geertz concibe la ideología como una legitimación entre lo real y lo utópico. Si lo utópico es definido como “en ningún lugar” o donde no existe una materialidad que sustente las aspiraciones de los sujetos, efectivamente la ideología tendería a ir----en el lado opuesto, sugiriendo así una confrontación constante que nuestro autor pone en juicio para postular que ambas son parte de un proceso de formación de sentido. 134 La cual ha sido una definición que hemos tomado del mismo Dr. Carlos Aguado al que acabamos de hacer referencia. 135 Para mirar otro tratamiento específico de la ideología como forma de reconocimiento y aumento véase Haidar, Julieta (2006). Debate CEU-Rectoría. Torbellino pasional de los argumentos. Editorial UNAM, México. 89 Ricoeur indica que el “problema de la ideología tiene que ver con la brecha entre creencia y pretensión: la creencia de los gobernados debe aportar más de lo que está racionalmente entrañado en la pretensión de la autoridad gobernante”. Así es como la ideología funciona llenando esta brecha. El que la ideología llene este espacio sugiere una nueva teoría de la plusvalía, en donde el poder es el principal objeto de análisis, mientras el sujeto se encuentre inmerso en procesos de significación, más complejizas serán su relaciones con el poder (Foucault; 1988). En este sentido la ideología en Ricoeur (1994) tiene la propiedad de reproducirse en el plano de lo social, indica que su horizontalidad se basa en la legitimación de un pensamiento utópico que permite la formación de realidad. Si la utopía ahora la vemos como un: […] impulso para actuar, objetos de anhelos, tema de sueños, principio de organización, forma de imaginación y dimensión de sentido, se puede encontrar en todas las épocas y en todas las culturas; no sólo en acontecimientos extraordinarios, sino también en las trivialidades de la cotidianidad y de los sueños diurnos en la vida de todos los individuos. Es por eso por lo que sus formas de manifestación--- ya sea como totalidad o como elementos parciales--- resultan extraordinariamente polifacéticas y se presentan siempre en el marco de referencia de contextos mayores, de los que son partes constitutivas. (Krotz; 2002, 79) Entonces entenderemos que la ideología que nos plantea Ricoeur abre significado, en donde la utopía y la ideología son parte fundamental de la acción de los sujetos, y no sólo una falsa conciencia. En este sentido la imaginación y la utopía dentro de una posición ideológica particular permite establecer vínculos y lazos entre individuos para cuestionar, pensar y reformular la realidad. Lo metafórico, o lo simbólico no sólo es un sin lugar, sino parte concreta de lo real, que puede hacer incluso una metamorfosis del sujeto136: La metáfora es algo vivo no sólo en la medida en que vivifica un lenguaje constituido. La metáfora lo es en virtud del hecho de introducir la chispa de imaginación en un ‘pensar más’ en el plano conceptual. Esta pugna por ‘pensar más’ guiada por el ‘principio vivificante’ es el ‘alma’ de la interpretación. (Ricoeur; 1994; 33) 136 Para una teoría del sujeto véase Foucault en sujeto y poder (1988) en: Revista mexicana de sociología. Vol. 50, No 3 (julio-sep). 90 Tanto la ideología como la teatralidad “se han visto cada vez más mediadas por los mecanismos y las instituciones de la comunicación masiva…la ideología “en las sociedades modernas debe por tanto basarse, al menos en parte, en una comprensión de la naturaleza y el desarrollo de la comunicación masiva.” (Thompson; 1993, 113). Comprender el proceso ideológico permite obtener una proyección de los deseos del actor, y desentrañar las múltiples formas de representación, en la creación de sus personajes a través de su propia concepción de identidad como artistas del teatro independiente137. En otro sentido debemos comprender que la ideología de los actores de Comparsa la Bulla se encuentra mediada por procesos de mundialización en donde la internet, o los grandes formatos televisivos enfocados al entretenimiento permean de manera profunda su capacidad de acción. A pesar de ello estos jóvenes artistas continúan pensando que pueden dar algún contenido más reflexivo para el espectador a través de sus performances. Por tanto podemos pensar que a través de la práctica teatral del payaso, se reproduce una identificación ideológica cuestionadora y logra abrir la posibilidad de una producción utópica en donde el artista a partir de su auto denominación de un ser marginado, reivindica el valor de una manera de vida que ellos han elegido. Los actores consideran que su arte y su estilo de vida tienen un valor que no se puede reducir al ingreso económico, por eso, la Bulla busca seguir generando la idea de luchar por su oficio y así continuar con su modo de vida. En este aspecto Carla Pinochet Cobos y Verónica Gerber Bicceci en su escrito: “ESTRATEGIAS CREATIVAS Y REDES EN LAS ARTES VISUALES”; nos comentan que los jóvenes artistas tienen que ir a la búsqueda de redes colaborativas para “Los actores que se denominan “independientes” son aquellos que desarrollan procesos creativos y acercamiento a su público por su propia cuenta sin la necesidad del apoyo o restricción” (Woodside, Jiménez, Urteaga, 2011: 92) 137 91 conseguir un ingreso a su economía personal, lo que los obliga a volverse multitareas—aluden ellas--- para poder ser considerados en proyectos diversos: Los jóvenes artistas suelen mantenerse activos en múltiples circuitos simultáneos, muchas veces conectándolos a través de proyectos específicos y mediante redes de colaboración. Aunque a veces estas búsquedas responden al desarrollo del propio proceso artístico, en la gran mayoría de los casos no se trata sólo de una vocación multidisciplinaria. Ser un artista multitarea constituye también una exigencia del medio, que obliga a los jóvenes a combinar funciones y aceptar encargos de variada índole para mantener a flote sus economías personales. “Los artistas siempre han tenido que trabajar de otra cosa”, nos precisa una crítica de arte de la escena local. (Pinochet y Gerber, 2011, Pág. 38-39) En este texto he propuesto hablar de una ideología hiperreal para conversar acerca de la hipercorporalidad138; de la construcción de un cuerpo en resistencia, diluido en esta vorágine entre las nebulosas de lo virtual, del internet, lo instantáneo, de lo moderno de lo global y lo local; o de aquello que Balandier ---hace algún tiempo--concibió como la época de la simulación, de una producción139 que todo lo anula y en consecuencia genera una desestabilización del mundo simbólico que contenía la vida social en la segunda mitad del siglo XX. Nuestro autor apuntaba lo siguiente: Sencillamente, lo nuevo y lo neo, la cultura de lo efímero o de la insignificancia, bastan para designar el deslizamiento en una historia que parece cada vez más inasible. Con más audacia, los anunciadores del fin de la modernidad entran según la fórmula de Jurgen Habermas, en el claro anarquista de la posmodernidad: ahí en donde todo se desafía y donde se afirma el rechazo a las representaciones univocas del mundo, las visiones totalizadoras, los dogmas, las imputaciones de sentido; taller de deconstrucción donde se desarma la jerarquía de los conocimientos y valores. (Balandier; 1997, 152) Ahora bien y a partir de sus actos y sus obras, los artistas de la Bulla tienen la posibilidad mediante la ficción, de revelarse a sí mismos y a los otros (Turner, 1987) así como de la representación (Schechner; 2004) del culmino de una experiencia transformadora (Butler, 1998) en donde una forma de expresividad es actualizada en un espacio público y que tiene como objetivo cuestionar las más importantes prácticas o símbolos que estructuran la vida comunitaria (Vich, 2004). 138 Cuando hablo de hipercorporalidad me refiero a un cuerpo extra cotidiano en un espacio de ficción. Retoma a Umberto Eco, afirmando que esta época, es la época de la denuncia del juego de las máscaras y de lo falso. 139 92 Es preciso apuntar inicialmente que para esto el artista debe ser reconocido como un cuerpo distinto al de otras corporeidades en la vida comunitaria o cotidiana. La distinción como artista contestatario busca plasmar en su piel la representación encarnada de lo diferente, de lo alternativo, de lo cuestionador, etcétera. Esta corporeidad será fácilmente identificada, por marcas o imperfecciones (mencionamos el ejemplo histórico del grotesco), ya que un cuerpo disonante en los procesos de control social conserva una característica de vigilia constante. Por ejemplo Loîc Wacquant en su artículo titulado “Parias urbanos (2001)140” argumentaba que el tema de la exclusión urbana atraviesa a los sujetos desde el mismo momento en el que se encuentran situados en un espacio estigmatizante, es decir; que dependiendo del lugar en donde los sujetos habiten y reproduzcan sus acciones cotidianas, serán definidos o segregados principalmente desde el lugar que ocupan dentro de lo social, la clase o la raza. En consecuencia; podemos argumentar que entonces todo cuerpo que no esté ubicado en una posición construida o estereotipada, será candidato a la mirada arcana de los “otros” (Douglas, 1978; Díaz, 2014). Debido a una necesidad de ordenar el mundo mediante clasificaciones, los individuos que están fuera de esta materialidad ordenada desde la moralidad de cada cultura, se tornarán peligrosos, extraños e insurrectos. Goffman a su vez, en un apartado sobre el estigma y la identidad social en su libro “Estigma. La identidad deteriorada (1989)” nos elucida esta visión al comentarnos las resignificaciones identitarias que formulan personajes marcados o estigmatizados como lo serían los ciegos o los inválidos, y que aun a pesar de sus diferencias fisiológicas llegan a “sostener las mismas creencias sobre la identidad que nosotros” (Goffman, 1989). Este autor va desmenuzando su planteamiento comentando que existen tres tipos de estigmatización. Primeramente las abominaciones corporales, Wacquant, Loîc “Parias urbanos. Estigma y división en el gueto norteamericano y la periferia urbana francesa”, en Parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio, Manantial, Buenos Aires, 2011. 140 93 seguidas por los defectos de carácter individual y así finalmente los que tienen que ver con la raza, la nación o la religión. Es importante recordar que el estigma logra ser una marca de la identidad en un plano de interacción, que va desde la concepción del individuo acerca del estigma (interna), hasta el señalamiento exógeno del mismo, es decir; la significación que se le da a un grupo mediante una marca impuesta por categorías no propias de los individuos marcados, sino de aquellos que los definen desde afuera (externa) (Maqueda, 2012). Se dice que el proceso constructivo de los payasos tiene que pasar forzosamente por diversos estadios enfocados a las vivencias de dolor o sufrimiento de los propios sujetos ejecutantes de esta actividad lúdica en donde, factores como la pobreza, los problemas familiares, existenciales, violentos o de carácter frustrante (cuando los ideales de estas personas se ven truncados) pueden ser consideradas como posturas ideológicas del sufrimiento que el payaso toma como un valor reivindicativo de su oficio. Los payasos de Comparsa la Bulla141, comentaban que su proceso constructivo estuvo lleno de algunas experiencias de duelo ya referidas anteriormente. Estas experiencias similares entre varios integrantes de la compañía fungieron como fuertes lazos que permitieron lograr la convergencia artística y vivencial de los actores y permitieron el estímulo de un entendimiento no sólo escénico, sino de la vida misma, generando así fuertes identificaciones en relación a la percepción que la sociedad tenía de ellos cuando se sentían aludidos al escuchar comentarios sobre la vagancia, el robo, la pobreza o el ocio como si éstos fueran parte de su personalidad. 141 Rafa (integrante de la agrupación) me comentaba que su historia fue una historia ligada a las carencias económicas (el hambre siempre estuvo presente) pero que con el payaso logró ir superando. 94 En los artistas de la Bulla vemos dentro de sus espectáculos modelos de vida y de representación escénica enfilada a la concientización142 en los sujetos que esperan miren sus actos como un el arma de reivindicación de un arte milenario y además como una forma de supervivencia digna. El cuerpo del payaso dadas sus características ubicuas, denunciantes y extracotidianas; es una corporeidad que ellos mismos deben ir construyendo a partir de la constante práctica con y para su cuerpo. Los malabares, el teatro, la calle, son espacios que el mismo payaso deberá ir trabajando arduamente para poder generar hilaridad dependiendo el contexto por el que transite. Estas actividades permitirán al payaso una construcción de su propio cuerpo e irá permeando la vida social del sujeto que decide enfilarse a la ideología de lo que ellos mismos han denominado como clown, haciendo de esto una empresa enfilada a la generación e incorporación de un nuevo habitus143 corporales como la ejecución de los malabares, la danza, el yoga, el teatro, y haciendo de éstas el día a día de sus entrenamientos, discursos y experiencias. Teatralidad El teatro pensado de manera empírica podría concebirse como un arte dedicado a la contemplación, a la representación de obras retomadas de la vida cotidiana de las personas, o como una referencia del espacio arquitectónico meramente como ya nos lo ha hecho saber Patricia Trapero (2002) al inicio de su escrito: “El teatro, texto o espectáculo:¿un debate siempre vivo?.” 142 En el espectáculo teatral del Circo del hombre estos artistas hacen una representación de las relaciones entre los poderosos y sus subordinados, tratando de despertar en el público un ejercicio de consciencia y poder dentro del mismo performance, quejarse, gritar o expresar algún descontento con la autoridad. 143 Retomando a Pierre Bourdieu pues este autor ha definido al habitus como … “sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su meta sin suponer el propósito consciente de ciertos fines ni el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente "reguladas" y "regulares" sin ser para nada el producto de la obediencia a determinadas reglas, y, por todo ello, colectivamente orquestadas (Bourdieu, 2007:86) 95 Por su parte Ricard Salvat ha definido que el arte teatral no es una práctica per se, o ya arrojada al mundo para que los sujetos se apropien de ella, sino por el contrario, la teatralidad es una relación interactiva con distintas disciplinas enfocadas a la producción de arte. Él comenta lo siguiente: El arte teatral, pues, no existe por sí mismo, sino que surge como una especie de manifestación concordante de la música, de la poesía, de la pintura, de los elementos arquitectónicos, de los literarios en su vertiente épica y descriptiva, etc. O sea en otras palabras, aparece como el resultado de una combinación de las otras artes. (Salvat, 1983, 22) Ahora bien, si pensamos al teatro antropológicamente como una expresión escénica en donde el hombre se revela a sí mismo (Turner, 1987), o como “el espejo cultural de un proceso de búsqueda de significado en un nivel público” (Geist, 2008) podemos entender que esta práctica social es una de las semióticas más ricas y complejas. Aquí los símbolos en sentido restringido 144, reafirman la propiedad multisemántica que les caracteriza. El teatro fue y es una práctica que busca orientar la vida social, por ejemplo en la antigua Grecia, a los prisioneros se les daba a la oportunidad de asistir a este tipo de representaciones dramáticas, las cuales reflejaban las vivencias de un pueblo en cuanto a su relación con las distintas divinidades a las que adoraban. Más allá de una actividad lúdica o ritual (Brook, 2015), el teatro manifestaba una función social primordial para la identidad desde el plano de lo social y universal, pues permitía que las sociedades observarán las diferencias y semejanzas que tienen en contraste con otras. En este sentido Eugenio Barba, reconocido antropólogo teatral definió esta singular línea investigativa en torno al mundo de lo escénico como: […] el estudio del comportamiento escénico pre-expresivo que se encuentra en la base de los diferentes géneros, estilos y papeles, y de las tradiciones personales o colectivas… en una situación de representación organizada, la presencia física y mental del actor se modela según principios diferentes de aquellos de la vida cotidiana. La utilización extra-cotidiana del cuerpo-mente es aquello que se llama “técnica… (Barba, 1992, 25). 144 Me refiero con sentido restringido sólo a la práctica de la teatralidad, ya que dadas las controversias nacientes en la semiología el símbolo también puede ser SIGNO. 96 En su texto “la celebración de la contingencia y la forma. Sobre la antropología de la performance (2008).” Rodrigo Díaz Cruz para describir de manera precisa aquello que denominamos cuerpo extra cotidiano se basa también en Eugenio Barba quien nos indica que la característica de dichos cuerpos es la de estar fuera de balance. Barba apunta lo siguiente: A más complejos sean nuestros movimientos -al dar pasos más largos que lo usual, al mover la cabeza más hacia adelante o atrás que lo habitual-, más amenazamos nuestro balance. (Barba citado en Díaz, 2008, 40) Estar fuera de balance, implica entonces, la ejecución de ciertos movimientos fuera de los que realizamos en la vida cotidiana, en este caso los futbolistas, las bailarinas, un ritual de curación o los mismos performances de la Bulla, nos muestran la presencia de este término y su eficacia. En este sentido finalmente, para Rodrigo Díaz “En efecto, los actores que se preparan para realizar una performance se ven sometidos a rigurosos ejercicios que reconfiguran y dotan a sus cuerpos de una excepcionalidad” (Díaz, 2008, 39) de ahí su significación e íntima relación con su oficio. En el caso particular del actor que representa un payaso teatral aparece en escena la representación fáctica de la existencia de una clase popular o subalterna como ya hemos mencionado. A través de una simulación del mundo escénico, que este corpus aglomera los lenguajes, las culturas, las utopías, las fantasías, acorta las distancias y desaparece al tiempo. El cuerpo es borrado, anulado y se transforma en la armazón “perfecta” de lo que se quiere y se puede ser a través de la teatralidad y la experiencia situacional. A pesar de esto, los integrantes de Comparsa la Bulla han indicado que es su misma sociedad la que produce un estereotipo145 del payaso que raya más en un señalamiento negativo del personaje y de quien ejerce este oficio y no a la de un actor El enmarcar el término de estereotipo nos lleva a entenderlo como “aquellas imágenes, generalmente desafortunadas, internas, rígidas y persistentes, que se tienen acerca de otros grupos sociales y que no corresponden con la realidad” (Fernández, 2007; 119) 145 97 que retoma una ideología de la práctica teatral como forma contestataria a las distintas manifestaciones del poder. Pareciera ser que el perfil o estereotipo del payaso supone una adjetivación ontológica de la persona que vive en situaciones límite, de pobreza, marginalidad o situación de calle por lo que es mal visto o demeritado, ya que toca ---en la vida social-- una problemática que es el de la exclusión o el abandono, pues veremos en sus narrativas una constante afirmación de sentirse como un grupo de personas que se sienten demeritadas o marginadas por ciertos sectores poblacionales y artísticos por su manera de pensar y ejercer la teatralidad callejera, o por payasos. A pesar de esto, la teatralidad es sin duda el refugio de un mundo sin limitantes, en donde por ejemplo Iris Aguilar y Arana Daniel en un artículo sobre la vida y obra de Remedios Varo entendían que el arte podía concebirse como “fantasías que aluden a fragmentos de realidad, pero que no pierden su carácter artificial” (Aguilar iris, Arana Daniela; 2008; 106). En este aspecto o por la lógica de lo teatral; la anatomía, la psicología o la religión pueden generar muchas posibilidades de sentido en el espectador y en el artista mismo, ya que en este mundo los signos pueden ser moldeables o reversibles, aquí uno puede ser “Dios”. Se adoptan múltiples formas de sí mismo y la utopía146 sale a flote como una posibilidad de la alteridad de lo deseable, de lo otro construido por los anhelos del clown y de quienes lo miran. En este sentido --recordemos-- la magistral narración de Erika Fisher-Lichte acerca de la performance realizada por la artista Yugoslava Marina Abramović en una galería de Innsbruck. Fisher-Lichte nos demostró que la performance no es una mera representación, por el contrario, la autora prefiere definir esta práctica como Hemos visto como para Krotz “la utopía es un patrón de pensamiento, impulso para actuar, objetos de anhelos, tema de sueños, principio de organización, forma de imaginación y dimensión de sentido, se puede encontrar en todas las épocas y en todas las culturas; no sólo en acontecimientos extraordinarios, sino también en las trivialidades de la cotidianidad y de los sueños diurnos en la vida de todos los individuos.”(Krotz; 2002,79). 146 98 acontecimientos en donde el performer en este caso, en vez de realizar la interpretación de un personaje, lo que está generando es una situación de realidad. El performance de Marina en esta visión, provocó que el espectador ante la presencia material, tangible y provocativa de la artista, se mirara en -apunta la autorauna “situación de profundo desconcierto y desasosiego, en la que las normas, reglas y convicciones hasta ese momento incuestionables parecían haber perdido su validez (Fisher-Lichte, 2011, 25) En cuanto al tema del performance, Fisher-Lichte comenta que dicha categoría en un inicio fue trabajada y definida por John L. Austin ---a quien se le acuña el término--- como la realización de acciones. En este sentido -para Austin- los enunciados no solamente hacen referencia a la afirmación de un hecho, sino que éstos también realizan acciones. Para Fischer-Lichte, el hecho de que desde los años sesenta y setenta surgieran variadas teorías sobre la performance, en su mayoría desde la antropología y la sociología, tuvo como consecuencia pensar esta palabra como un concepto esencialmente contestatario y por lo cual considera que habría que re pensar el concepto desde sus orígenes (en las dos primeras décadas del siglo XX) en donde el performance tenía como objetivo “fundar una nueva disciplina académica en el campo del arte: los estudios teatrales.” (Fisher-Lichte, 2011, 60) Diana Taylor (2012) en este aspecto ha explicado que la performance a diferencia de las definiciones realizadas por distintos autores en donde el concepto implicaba una doble presentación o una suerte de espejo en donde los sujetos pueden verse a sí mismos entre otros, ella indica que la performance debido a su polisemia, debe ser contextuada para así poder aproximarnos a explicación más adecuada, ya que si bien el/la performance puede ser una práctica universal, debemos pensar la categoría también desde la particularidad cultural de quien participa de ella. Por ejemplo nuestra autora comenta que el termino performance en las sociedades latinoamericanas no tiene equivalencia lingüística, y que en su mayoría “se ha usado en el campo de las artes, especialmente para referirse a arte performance, arte vivo, 99 arte-acción o accionismo” (Taylor, 2012, 35), descripción que nos invita a recordar que esta práctica surge en los años sesenta como una práctica escénica contestataria, y la cual sus alcances le han permitido concebirla actualmente hasta como una actividad auto-performativa (Vargas, 2014). En este sentido el ejemplo de Guillermo Gómez Peña nos da luz a este planteamiento. Él comenta que su trabajo y posición política desde el performance y el periodismo, es la de destruir estereotipos que ciertas clases privilegiadas re crean y repiten para justificar la idea de dominar a otros. Él propone un dialogo intercultural entre artistas para que sean partícipes de grandes proyectos culturales que permitan generar cambios significativos en la sociedad: La colaboración entre artistas chicanos, mexicanos y anglosajones se hace indispensable. El artista anglosajón puede proporcionar su habilidad tecnológica, su comprensión de los nuevos medios de expresión e información (video y audio) y sus tendencias altruistas/internacionalistas. A cambio, el "Iatino" (sea mexicano. chicano. cariberio, centro o sudamericano) puede proporcionar la originalidad de sus modelos culturales, su fuerza espiritual y su entendimiento político del mundo. Juntos podemos colaborar en sorprendentes proyectos culturales, pero sin olvidar que ambos debemos permanecer en control del producto, desde sus etapas de planteamiento hasta las de distribución. Si esto no sucede, entonces la colaboración intercultural no es auténtica. No debemos confundir la verdadera colaboración con el paternalismo político, el vampirismo cultural, el oportunismo económico y el multiculturalismo demagógico. (Gómez, 2002, 58) En este caso particular, la ideología del clown, el teatro o lo escénico, emerge como una cualidad más para reconocer su distinción con los otros actores sociales a través una corporeidad que ellos mismos han erigido, pues permite construir una plataforma de máscaras a elegir, en donde el actor se personifica y se entrena sugiriendo así un cuidado del cuerpo y del alma conformes a las necesidades específicas del oficio (Wacquant; 2005)147, en donde a partir de su performance le permite generar posibilidades de sentido, y acercarse a su utopía de un mundo de bienestar. 147 Analogía que retomo sobre el texto Protección, Disciplina y Honor. Una sala de Boxeo en el gueto Americano de Wacquant referente al proceso constructivo de los pugilistas dentro del gueto de Chicago, véase; Wacquant, Loîc en Protección, Disciplina y Honor. Una sala de Boxeo en el gueto Americano, 2005. 100 La representación clásica de la teatralidad en donde el espectador sólo se disponía a mirar al actor detrás de una butaca y en la cual el teatro era esa ideología de una clase burguesa ensimismada en su propia representación (Salvat, 1983); con estos artistas se transforma mediante el contacto con el otro, con el juego erótico de acercarse al cuerpo del otro, buscando con insistencia la mirada y a la compañía fiel del espectador. En el arte, performance, presencia y oficio del clown de los integrantes de Comparsa la Bulla, estas barreras son diluidas ya que su arte sugiere una mediación entre lo ficcional y lo real (un espacio de realidad entre lo uno y lo otro), suceso que permite la producción de aquello que Turner (2007) denominó “communitas” y que en este caso lo entendemos como un acto filial de pertenencia y de comunidad. Imagen corporal de un cuerpo en resistencia. Las prenociones que se tienen acerca del cuerpo, en la mayoría de las sociedades, definen a éste desde una visión biológica, mecánica y religiosa, haciendo del cuerpo una evidencia que no se cuestiona, aludiendo por lo general a su materialidad como una manera de comprobación. Es decir, la visión vulgar del cuerpo lo refiere a la parte física solamente. Si vamos desde las definiciones más básicas encontradas en diccionarios, podemos encontrar que el cuerpo es concebido como: Del lat. Corpus. 1. m. Aquello que tiene extensión limitada, perceptible por los sentidos. 2. m. Conjunto de los sistemas orgánicos que constituyen un ser vivo. Pero, para hablar de cuerpo, debemos tener claro que dicha palabra es una mera abstracción por parte de nuestro pensamiento, que no cuenta sólo con una realidad material sino también moral y que por el contrario, la palabra cuerpo es un constructo cuya variabilidad de significación depende del horizonte cultural en el que busque ser explicado: 101 La realidad tiene una dimensión moral que convierte a la cuestión de la clasificación, en una cuestión que es también la de lo justo y lo inocuo. El orden moral es coextensivo a la realidad social, de modo tal que las cosas tienen al mismo tiempo existencia fáctica y moral. Cuando decimos “así son las cosas”, no realizamos sólo un enunciado fáctico acerca de la adecuación mecánica de la naturaleza, sino una evaluación moral de ese orden. (Wuthnow, 1988; 102) Si nos referimos al cuerpo humano debe ser necesariamente a partir del contexto social en donde ubiquemos al sujeto, en este mundo simbólico el cuerpo será concebido como una sinapsis más de las distintas formas en las que se relacionan los sujetos. Hemos dicho que el cuerpo no sólo se distingue en relación oposicional sino que dentro de su devenir, el cuerpo también está en gran medida, cargado de futuro. Por ejemplo para algunos autores el cuerpo tenía una capacidad significativa natural, previa al empleo del lenguaje y una comprensión del mundo que no se subordinaba necesariamente a una función simbólica, u objetiva, por tanto el cuerpo per se podía ser pensado como una manera de estar en el mundo (Bovio, 1990). Mijaíl Bajtín por ejemplo en torno al tema del cuerpo, enunciaba de una manera poética pero contundente que ---en efecto--- uno de los primeros contactos con la identidad; es el reconocerse como cuerpo: Mi cuerpo es básicamente un cuerpo interior, mientras que el cuerpo del otro es por principio un cuerpo exterior” (Bajtín; 2000) Pero el tratar de definir el concepto de cuerpo humano sin duda, nos remite nuevamente a comprender que nos encontramos inmersos en la polisemia de conceptos muy utilizados desde distintos enfoques y en donde dependiendo de la enunciación teórica o vivencial, saldrá una parcialidad resolutiva. Por ejemplo Brian Turner en su libro “El cuerpo y la sociedad (1989)” nos elucidaba esta idea argumentando que: 102 En el darwinismo social y en el funcionalismo de Talcott Parsons, el cuerpo se introduce en la teoría social como “el organismo biológico”; en el Marxismo, la presencia del cuerpo es significada por la necesidad y la naturaleza; en el interaccionismo simbólico el cuerpo se manifiesta como el yo representacional; en el freudismo la encarnación humana es presentada como un campo de energía en la forma de deseo. (Turner; 1989; 26). Dentro de esta extensa manera de concebir el concepto de cuerpo, Gabriel Weisz (1998) ha pensado hablar del cuerpo como un texto cuya relación está basada en un sistema de significación. Para nuestro autor el cuerpo es un sistema de signos por su constitución biológica, de mensajes enviados, recibidos e interpretados, en donde la cultura será quien afecta la forma en cómo pensamos y construimos nuestro organismo. En el campo de la literatura, Weisz invita a reflexionar el concepto de cuerpo como un texto, en donde el “escrito pretende afectar al cuerpo; si el lector se presta a la experiencia hay una identificación entre el cuerpo y el texto” (Weisz; 1998, 17). También propone pensar el cuerpo humano como un texto, codificado semióticamente por lo que puede ser leído y cuyo propósito es el de comunicar. El que los sujetos inscriban signos en su propia corporeidad nos invita también a la posibilidad de su lectura. Para David Le Breton el cuerpo es descrito como “la interfaz entre lo social y lo individual, la naturaleza y la cultura, lo psicológico y lo simbólico.” (Le Breton, 2008; 97) o en el horizonte mexicano vemos cómo el Dr. José Carlos Aguado V. en su estudio “Cuerpo Humano e imagen corporal. Notas para una antropología de la corporeidad (2004)” define al cuerpo humano como organismo vivo que tiene la posibilidad de crear y recrear significado, para él, el cuerpo humano está constituido por una estructura “físico-simbólica, que es capaz de producir y reproducir significados” (Aguado, 2004, 25) 103 Por lo tanto exactamente y dependiendo de la lente con la cual se enfoque este concepto, emergerán las tramas de significado, si bien, el cuerpo humano para algunos pensadores fungía como el principal instrumento de trabajo, para otros se convirtió en una especie de materialidad moldeada por los juegos discursivos enfilados hacía el poder (Foucault; 1977), o bien como meramente una especie de máquina que había que saber manejar y saber arreglar. Sabemos que los órdenes clasificatorios propios de cada configuración cultural son importantes para los procesos de interacción del individuo con su mundo, y en este sentido considero que las apropiaciones ideológicas e identificacionales que experimentan los sujetos, permiten una transformación no sólo imaginaria sino también moviliza la fisiología del actor social: En una palabra, si el cuerpo es un símbolo de la sociedad como lo sugiere Mary Douglas (1984), cualquier juego que afecte su forma afecta simbólicamente el vínculo social. Los límites del cuerpo dibujan a su escala el orden moral y significante del mundo. Pensar el cuerpo es otra manera de pensar el mundo y los lazos sociales: una alteración de la configuración del cuerpo significa una alteración de la coherencia del mundo. (Le Breton, 2007; 210-211) Es preciso recordar lo que habíamos mencionado anteriormente en torno a la distinción que pueden tener diversas corporeidades. Hemos dicho que una corporeidad disonante puede ser aquella que se encuentra o rompe una norma impuesta por su contexto social, es decir, es un cuerpo fácilmente dudoso, y de una vigilancia constante; los cuerpos tatuados, los cuerpos en situación de calle, los reos, adictos, el transexual, el payaso, y todos aquellos cuerpos que parecerían ser difíciles de normalizar son aquellos cuerpos que remiten a mirarlos con sigilo. El cuerpo distinto será fácilmente identificado por marcas o imperfecciones, un cuerpo imperfecto en procesos de control social conserva una característica profanadora y de exclusión (Douglas, 1973). Indicaremos con juicio propio en este escrito que todo cuerpo será de manera originaria un símbolo (Vallverdú, 2007) aunque se presente como una evidencia del sentido común, en donde los hechos realizados con el cuerpo no son meras 104 traducciones sino que en sí mismos albergan y son a la vez, grandes contenidos de significado (Aisenson, 1981). Para esto he de basarme en el concepto del Dr. Carlos Aguado, quien sugiere que el hablar sobre el tema de la imagen corporal, no refiere a la primera preconceptualización que nos llevaría sólo al plano de lo visual, sino que implica toda una correlación de variables que hacen posible la construcción de aquello que nombramos como cuerpo humano y en el cual observamos de manera precisa “la institución de la identidad. Es a la vez medio y fin de la cultura, sujeto y objeto privilegiado en el proceso reciproco a través del cual los individuos se incorporan a la cultura y la cultura pasa a formar parte integrante del sujeto” (Aguado, 2004; 32). Así bien, después de estas breves líneas que apuntan a los procesos endógenos y exógenos propios de las características de la semejanza entre los actores sociales, para Aguado y Portal la palabra identidad es definida como “un proceso de identificaciones históricamente apropiadas que le confieren sentido a un grupo social y le dan estructura significativa para asumirse como unidad” (Aguado y Portal; 1991; 33). Claramente la identidad hemos visto, no podría ser concebida sin un sostén como lo es la ideología. En este “espacio ordenador” que da sentido a las experiencias individuales y colectivas, Aguado y Portal nos recuerdan que la ideología se encuentra enmarcada en un contexto cultural que no delimita a la identidad sino que la matiza y la convierte en evidencia: Por ejemplo la historia forma parte de la identidad de los grupos humanos, a través de ella se reconoce un origen común o un punto de partida colectivo. Las coyunturas de acciones y los acontecimientos particulares se pueden ordenar de diversas maneras, a partir de intereses o proyectos específicos. Sin embargo la identidad de grupo no se agota en este ordenamiento: se tamiza a través de él y permite apropiarse de la experiencia pasada, presente y futura, de una manera particular en contraste con otros. (Aguado y Portal, 1991; 32-33) 105 En síntesis el cuerpo humano se sostiene en una estructura simbólica que no sólo representa una determinada forma de concebirlo culturalmente sino que genera una estructura físico-simbólica que configura al sujeto y por ello su identidad. Dicha estructura es dinámica y construida en relación al otro y determinada por la cultura148. En particular sobre el tema que nos ocupa del payaso teatral de la Bulla y la importancia referencial con su propio cuerpo y su identificación colectiva, lo caracterizo como una corporeidad diferente, con una posición ideológica contestataria y que los mismos payasos deben ir construyendo a partir de la constante práctica con su cuerpo para así, poder expresar otro perfil de una identidad artística en resistencia. Según Dario Fo (premio nobel de literatura) este elemento es común a los payasos a través de la historia; de ahí su capacidad dramática y contestataria o contradictoria, pues este personaje—alude el autor--- puede representar al dominado o al poderoso y comenta lo siguiente: Los payasos, al igual que los juglares y los graciosos españoles, trataron siempre el mismo problema, el hambre: hambre de comida, hambre de sexo, pero también hambre de dignidad, de identidad; hambre de poder. De hecho, el problema que planteaban constantemente era saber quién mandaba o quién gritaba más. Por ello que en el mundo del payaso, existen dos alternativas: ser dominado (y entonces tenemos al augusto, perennemente sometido, la víctima de todo el mundo, como en la comedia del arte, el que recibe las bofetadas) o ser quien domine (entonces tenemos al director de pista y al payaso blanco o louis, que ya conocemos), este será quien lleve las riendas, quien dé las ordenes, quien insultará mientras hace y deshace sin que le diga nadie nada. Y los pobrecitos augustos se las verán negras y tendrán que ingeniárselas para sobrevivir, aunque a veces se revelaban y terminaban por ganarle al payaso o al director de pista… claro que esto ocurría ocasionalmente. (Fo citado en Ceballos, 1999, 487). El mismo payaso deberá posibilitar la construcción de circunstancias para poder generar hilaridad dependiendo el contexto por el que transite y así, activar una toma de conciencia en el espectador en torno a la situación de dominación que vive. Estas actividades permitirán al payaso una construcción de su propio cuerpo e irá permeando la vida social del sujeto que decide enfilarse a la ideología de lo que ellos mismos han denominado como clown, haciendo de esto una empresa enfilada a la 148 Comunicación personal del Doctor José Carlos Aguado Vázquez, 2016, ENAH. 106 generación e incorporación de nuevos hábitos corporales, como hemos mencionado anteriormente. Como preguntas guías voy a enunciar lo siguiente: ¿el clown es una práctica social de resistencia?, ¿el payaso teatral en la ciudad de México, específicamente de esta agrupación, es una corporeidad extra cotidiana, en resistencia? o ¿es en realidad funcional al sistema? Cuerpo y resistencia La resistencia es un tema que ha interesado de manera importante a la antropología y a diferentes disciplinas de la ciencia social. En la década de los 80 trabajos como los de James C. Scott (1985), “Weapons of the Weak: Everyday Forms of Peasant Resistance” donde expone las relaciones de clase entre ricos y pobres y la lucha ideológica de los campesinos malayos, Guillermo Bonfil Batalla (1987, 191p) “México profundo, una civilización negada” donde nos dice que los pueblos han resistido permaneciendo como unidades sociales diferenciadas, o como una identidad propia que se sustenta en una cultura particular de la que participan exclusivamente cada miembro de su grupo y Aiwa Ong en “Spirits of resistance and capitalist discipline” (1987) en donde captura las interrupciones, los conflictos y ambivalencias en la vida de las mujeres malayas y sus familias, que transitan de una sociedad rural a una sociedad de producción industrial. La relevancia de estos trabajos nos muestra las estrategias y tácticas de resistencia en la vida cotidiana. Sabiendo que el concepto de resistencia se ha convertido en un terreno confuso dada su amplio tratamiento, por tanto, pensar la posibilidad de hablar de un cuerpo en resistencia implica primero pensar a la resistencia como “el proceso de dominación (que) produce una conducta publica hegemónica y un discurso tras bambalinas que consiste en lo que no se puede decir al poder directamente” (Scott, 1985). En este 107 sentido como efectivamente la acción o la capacidad de agencia deben ser actuadas149. Esta actuación a la que Scott denominó “discurso oculto” refiriéndose a una forma de expresión para describir las relaciones entre los subordinados y el poder, debe ser ejercida fuera de la escena de lo público o cerca de un discurso enmascarado o simulado (Haidar,2006), aunque como apunta nuestro autor de igual manera, gracias a la capacidad de prudencia de los subordinados, rara vez se puede esclarecer la verdadera intención de su discurso oculto apuntando que de acorde a las problemáticas por el poder entre los dominantes hacia los dominados habrá una respuesta enmascarada: Cuanto más grande sea la desigualdad de poder entre los dominantes y los dominados y cuanto más arbitrariamente se ejerza el poder, el discurso público de los dominados adquirirá una forma más estereotipada y ritualista. En otras palabras, cuanto más amenazante sea el poder, más gruesa será la máscara. (Scott; 1985, 26) En este sentido la doctora Julieta Haidar (2006) ya había comentado que los ejercicios del poder generaran resistencias en las clases subalternas, y éstas pueden ser vistas dependiendo el lugar en el que se le ubique al sujeto. Lo que ella sugiere es que: La eficacia objetiva del poder cambia de acuerdo a las posiciones desde las cuáles se lo ubica: a) desde los lugares de la hegemonía o de la dominación, el poder regula y reproduce el micro o macro orden de naturaleza esencialmente disimétrica y contradictoria; y b) desde los lugares estructurales de la subalternidad el poder se define esencialmente como resistencia y tiende a mantenerse dentro de los límites tolerables de la subordinación, o puede invertir la correlación de fuerzas desmoronando el orden establecido. (Haidar, 2006, 76) Con relación al tema, Sherry Otner hace una crítica a los diversos modos en los que se ha utilizado el concepto de resistencia dentro de ciencias sociales como la antropología y la sociología. Para ella la categoría de resistencia desde sus primeros tratamientos ha sido una categoría ambigua y trabajada desde una posición binaria, 149 En la denominada escuela de Chicago se pensaba en la noción de roles y papeles para explicar que el sujeto nunca se presenta de la misma manera ante los otros. 108 ya sea desde una forma institucionalizada de dominación o como una oposición organizada en contra de ese poder. Nuestra autora retomando a autores como Scott, Michael Adas (quien hace una tipología de las formas de resistencia cotidianas) o Brian Fegan---el cual piensa que la resistencia es posible siempre y cuando se defina en términos de una toma de conciencia por parte de quien la ejerce y no como una mera táctica--- se pregunta ¿Cuándo un hombre pobre roba a un hombre rico, esto es resistencia o una simple estrategia de supervivencia? (Otner, 1995, 175). Por su parte Michael de Certeau nos mostraba la existencia de micro resistencias de los grupos dominados en la vida cotidiana, las cuales describió ---a diferencia de Fegan---como tácticas. Para este autor la táctica no reside en un lugar establecido para su acción, sino adquiere una característica efímera, la táctica es movimiento: […] llamo "táctica” a un cálculo que no puede contar con un lugar propio, ni por tanto con una frontera que distinga al otro como una totalidad visible. La táctica no tiene más lugar que el del otro. Se insinúa, fragmentariamente, sin tomarlo en su totalidad, sin poder mantenerlo a distancia. No dispone de una base donde capitalizar sus ventajas, preparar sus expansiones y asegurar una independencia en relación con las circunstancias. Lo "propio" es una victoria del lugar sobre el tiempo. Al contrario, debido a su no lugar, la táctica depende del tiempo, atenta a "coger al vuelo" las posibilidades de provecho. (De Certeau; 1996; L) El aprovechar las ofertas de temporada o cualquiera de éstas, la racionalización de la economía doméstica, el leer, el cocinar, el tener “buenas pasadas, artes de poner en práctica jugarretas, astucias de "cazadores", movilidades maniobreras, simulaciones polimorfas, hallazgos jubilosos, poéticos y guerreros150”. 150 En este caso hasta el hecho de ir por los presupuestos gubernamentales es una manera de recuperar lo arrebatado y transformarlo en una vía de reproducción artística que les permita a los clowns y actores de Comparsa la Bulla seguir sobreviviendo o resistir desde su trinchera. 109 Josefina Ramírez por su parte, nos muestra el caso de las adolescentes de la Villa de las niñas, en Chalco, Estado de México, como uno de los tantos ejemplos en relación con la dominación de los cuerpos. Ella narra cómo de forma súbita varias alumnas sufrieron de síntomas como desmayos, mareos, vómitos, dolores de cabeza, y dificultad para trasladarse en distancias cortas. Según nuestra autora, a las niñas se les diagnostico con una enfermedad llamada “trastorno psicogénico de la marcha”. Lo interesante que encontró la autora en este caso fue la incomprensible respuesta que daban algunos otros médicos aduciendo que fuera del internado las niñas carecían de la sintomatología inicial. Por tanto esta autora nos exhorta es a pensar como el cuerpo puede ser fuente de control y a su vez instrumento de rebelión en contra de quien pretende controlarlo: Gracias al trastorno psicogénico de la marcha” que desde mi perspectiva es un lenguaje del cuerpo, hoy estamos conociendo pequeñas revelaciones de niñas, cuyas piernas temblorosas e imposibilidad para hablar, les permitió salir del encierro, mirar el exterior, ser atendidas por médicos, ser escuchadas y abrazadas por sus familiares (Ramírez, 2007; 39) En cuanto a nuestro tema en específico, el teatro siempre ha servido de facilitador y denunciante a las problemáticas que vive la sociedad, pero ¿cómo actúan estos cuerpos?, ¿cómo resisten? Didier Fassin en su célebre texto “Gobernar los cuerpos, políticas de reconocimiento hacia los pobres y los inmigrantes en Francia (2003)” nos mostraba un ejemplo de cómo en los últimos años las ciencias sociales han realizado un esfuerzo por hacer del cuerpo una realidad explícita, con una construcción histórica y cultural, pero que han tenido una opacidad en cuanto a la lente analítica del cómo los sujetos hacen de éste una bandera de uso político. Para esto nuestro autor va a enfatizar inicialmente que su texto versará sobre: 1.-Distribución de subsidios a desempleados y 2.-La regularización de los desempleados en nombre de la razón humanitaria.151 151 Los casos sólo fueron retomados en el contexto francés. 110 Estos dos casos fueron la piedra angular con la cual Fassin nos expresó su preocupación investigativa acerca de los usos políticos del cuerpo como medio para la reivindicación de derechos y de la legitimidad propositiva de su pensamiento en donde decía que: […] el cuerpo sirve de un recurso para reivindicar un derecho, a título de la enfermedad o del sufrimiento. A través de estos ejemplos, se trata de comprender la economía moral de la legitimidad y de proponer una antropología política del cuerpo. (Fassin, 2003, 49). Después de concebir explícitamente que los estudios acerca del cuerpo son una realidad social concreta gracias a autores como Marcel Mauss o Michael Foucault, nuestro escritor propone que los usos políticos del cuerpo deberían ser una cuestión central en los estudios sobre el cuerpo, ya que efectivamente “si hay un lugar donde el poder se manifiesta, es justamente en la carne del individuo” (Fassin, 2003, 50) En el arte de los clowns de la Bulla el propio cuerpo se pone a prueba, la persona que los mira se identifica a través de lo que se escribe dentro la sensualidad de múltiples signos y símbolos en transformación constante, permitiendo así la estimulación diversa al entrar en contacto con otros cuerpos. Todo se convierte en una simulación enfilada a la provocación y facilitación de catarsis en los espectadores; esto origina una atracción por lo inusitado, por lo espontáneo y que vuelve partícipe a los espectadores de la creación de un espacio de ficción o hiperrealidad con la propiedad utópica de llevar al público a pensar la existencia de diversas vías para transformar la cotidianidad, los valores y las acciones en sus propias vidas. El cuerpo es expuesto a sí mismo, ya sea mediante una enunciación narrativa (creación del personaje) o mediante una revelación física, esto implica la realización de lo que el autor denomina figuras contemporáneas del gobierno de los dominados y en específicamente en este escrito es donde el cuerpo del payaso busca un reconocimiento de su condición social. Ahora en vez de mirar al cuerpo como un depositario de leyes, de moral o de jurisdicción y de las cuales muchas son impuestas, se le es visto a la inversa, el cuerpo en este sentido se convierte en una poética en la 111 cual “el cuerpo es el que da derecho” (Fassin, 2003). El cuerpo es el que resiste pero el que también ejerce modelos de subversión al poder. Por tanto es en esta modernidad líquida, de lo instantáneo y en donde se privilegia el sentido de la vista, encontramos la hegemonía de la modernidad, la cual invita a pensar al cuerpo como sólo volumen, sólo materia bruta, es sólo un resto, es algo que el sujeto ha venido arrastrando desde hace ya mucho tiempo152. Estas temporalidades Balandier las relaciona con aquello que es vivido por el individuo como por ejemplo la cotidianidad, las máquinas, las imágenes o lo imaginario. Para él entonces el hombre de la modernidad puede sentirse en una situación de extranjería ante esta temporalidad de lo moderno, de lo efímero, del cambio comportamental y de la información acelerada, la cual se exige una constante necesidad de adaptación en el presente. Esta modernidad es una época gobernada por lo tecnológico, por las máquinas que tienen una nueva forma de ver y pensarse en el mundo, generadoras de nuevos significantes e imaginarios. Tiempo y espacio---dice el autor—aquí parecen confundirse pues el único objetivo es la conjunción y creación de una verdadera mutación, en donde la finalidad primordial es eliminar las formas antiguas de concebirse en el mundo. Al parecer según ellos mismos, el clown de Comparsa la Bulla genera bajo su bandera ideológica de lo hiperreal, de lo representacional, de lo performativo y lo cómico, posibles horizontes de sentido y en la cual su arma más poderosa es esta constante consolidación de un cuerpo extracotidiano como una expresión más de resistencia a esta fluidez arrolladora del mundo moderno, o del ejercicio de poder de los dominantes. Véase el libro de David Le Breton: Adiós al cuerpo, “una teoría del cuerpo en el extremo contemporáneo” Ed. La Cifra, 2007. 152 112 En estos artistas, el trabajar el cuerpo es generar retroalimentaciones simbólicas para sustentar una práctica social bajo un discurso ideológico contestatario en contra del poder y las naturalización de roles, clase, cuerpo, etcétera. Los payasos teatrales de esta agrupación, en su constante construcción de un cuerpo153 encuentran la combinación en la cual configuran y reconfiguran sus técnicas corporales y así van consolidando cuerpos, cuerpos distintos al de otro tipo de payasos como los que se ubican en las esferas de los circos, las calles, los hospitales o las fiestas. Esta propuesta permite en ellos concebir a “su cuerpo como último apoyo, último lugar de la soberanía personal” (Le Bretón; 2007) pues es su cuerpo inicialmente de formación teatral, el que les permite identificarse dentro de una colectividad más amplia inscrita, hemos visto ya, en la cultura popular. 153 Recordando que hemos mencionado que el cuerpo sería en este sentido un lugar del habitar del sujeto mismo, como ser soberano y proyectante de sus decisiones. 113 “El Coronel Aureliano Buendía… Vio a los payasos haciendo maromas en la cola del desfile, y le vio otra vez la cara a su soledad miserable cuando todo acabó de pasar, y no quedó sino el luminoso espacio en la calle, y el aire lleno de hormigas voladoras, y unos cuantos curiosos asomados al precipicio de la incertidumbre.” Cien Años de Soledad. Gabriel García Márquez Comparsa la Bulla: la historia. En algunas reseñas de internet e incluso en su propia página web Comparsa la Bulla se va definiendo como una agrupación escénica multidisciplinaria especializada en la representación performativa de diversos temas en espacios abiertos y alternativos. Comparsa la Bulla es una agrupación de teatro independiente o callejero conformada por distintas personas enfocadas al oficio de la teatralidad popular. Los zancos, los malabares, el teatro y el clown han sido parte fundamental de su producción performativa, y consideran que la escena puede ser como lo ha sido por varios siglos, un arma para la transformación social. En este sentido si miramos la teatralidad como un reflejo social y de intercambios simbólicos, como lo vimos anteriormente Comparsa la Bulla es un grupo de jóvenes con fuertes identificaciones en torno a la teatralidad como una forma de subsistencia o supervivencia frente a este ---a su juicio--- mundo tan injusto e incierto. Naciente154 en el año 2001 por un grupo de amigos conformados inicialmente por Hiram Soto, David Soto, Horacio, Fernando, Erick, Rafa y Ramona Flowers, bajo las enseñanzas de su maestro Raúl Kaluris al cual mencionan como uno de sus grandes guías en el camino de la teatralidad callejera, ellos comienzan a emerger 154 En un programa para jóvenes Paco me decía que fue en una gestión auspiciada por la secretaria de trabajo con una capacitación de títeres, capacitación de donde saldría Comparsa la Bulla. 114 como una agrupación experimental, cuyo nombre en sus orígenes fue Comparsa Kaluris. Con casi más de 15 años, pasando por dos gobiernos panistas y un actual PRI con sus políticas públicas de cultura asistencialista y en donde la competencia por conseguir una beca pone a las agrupaciones artísticas en una disputa por la obtención de estos recursos, Comparsa la Bulla aún es un grupo de jóvenes que mediante las diversas capacidades artísticas que desarrollan, busca hacer frente --- por medio de sus creaciones performativas--- a los difíciles cambios que tiene nuestro país como la marginalidad, el rechazo, la falta de oportunidades laborales o la exclusión. Durante mis pláticas, viajes y caminos con ellos, me hablaban del cómo fue la conformación de ese sueño que posteriormente y a lo largo del tiempo descubrirían se volvería un modelo de vida. En este sentido Ramona Flowers (Directora General de la Agrupación) me comentó lo siguiente: “Conocíamos a un maestro muy famoso que se llamaba Raúl Kaluris y digamos que le pagábamos clases particulares, estábamos en este rollo de formarnos a nosotros mismos, estábamos interesados en las mismas cosas y empezamos a practicarlas juntos. Este maestro tiempo después nos dijo ¿cuándo lo van a hacer en serio?... Y decidimos hacernos compañía tal cual.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de junio del 2015) Rafa Galván considerado el artista más clown de la agrupación, me ratificaba en sus memorias que la creación de la Bulla, efectivamente había surgido a partir de las diversas experiencias que muchos de sus compañeros tuvieron con el maestro Kaluris, permitiendo se produjera la posibilidad de que todos ellos generaran un lenguaje escénico propio, primeramente sin el afán de nada: “…1999 y ese año iba a ser el desfile de fin de milenio que iba a ser desde Chapultepec y ahí fue donde nos conocimos la mayoría de los que hicimos la Bulla, nos conocimos Ramona Flowers, Hiram, Horacio, Liz. Y ahí con Raúl Kaluris tomamos acrobacia, ejercicios básicos de malabares, saltábamos en la cama elástica y armamos una comparsa precisamente para desfilar por Reforma, íbamos cargando la cama elástica, hacíamos figuras de acrobacia y en otros momentos lanzábamos fuego y malabares, y así fue que nos conocimos.” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre del 2014) 115 Hiram (Co-Fundador y Director creativo de la agrupación) en este aspecto me confirmaba que gracias a ese desfile que se realizó para festejar la entrada del nuevo milenio, tuvieron a bien formar con un grupo de amigos lo que sería posteriormente ya la agrupación artística llamada la Comparsa la Bulla: “En el 2000, el maestro Raúl Kaluris acróbata y payaso, forma la comparsa Kaluris donde se hace un gran desfile en Reforma para la celebración del milenio y entonces ahí, entendemos cuál debe ser nuestro camino... ser una comparsa, este maestro nos abrió los ojos de dónde queríamos ir… él nos enseñó esta dinámica cirquera que nos cautivó y después dijimos por qué no somos Comparsa la Bulla retomando la idea de ese desfile que hicimos y lo pensamos con música, con teatro, con circo… claro, todo eso era pura Intención pues no sabíamos hacer nada; todos veníamos del teatro tradicional y fue cuando descubrimos nuestra propia línea de trabajo. (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) En un sentido sarcástico y a la vez irónico Ignacio Gallegos (de personalidad lúdica y complexión robusta) mejor conocido como “Nacho o Venancio” dentro de la agrupación, staff y clown de la misma, sabía reconocer que para él antes de que formara parte de la agrupación consideraba a ese grupo de chicos como unas personas sin futuro y dedicadas a la vagancia, pero que ahora los mira con gran admiración y se sonríe de las antiguas declaraciones y pensamientos que tenía hace ya tiempo de sus compañeros y ahora jefes como él les dice: “La Bulla era un grupo de amigos que entrenaban en mi casa, se juntaban y pues yo siempre los rechazaba pues para mí siempre eran unos hippies mugrosos (risas), esa era la opinión que pues yo tenía de ellos ¿no? Ahora me trago mis palabras porque nunca me imaginé hacer lo que ahora hago, después de decirles hippies mugrosos ahora convivo con ellos, son mi segunda familia y pues es toda una trayectoria, si no me equivoco son como 14 -15 años como Bulla ¡Toda una vida que contar! Yo los veía como unos chamacos con un sueño, sin futuro… pues el teatro de calle no era conocido en México, tenía muy poco auge. Yo pienso que son los fundadores, ellos comienzan a fomentar este tipo de teatro, se adaptan a cualquier escenario. Los tipos de montajes están diseñados para responder ante cualquier situación, para interactuar con el público que es parte característica de la Bulla. La Bulla se hace en las calles, en los semáforos, en las plazas, sabía lo que la gente necesitaba para ese feeling.” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). Fue a través de ese desfile, de cursos, de experiencias callejeras y de constantes y arduos entrenamientos que Comparsa la Bulla comienza a surgir en el año 2001, sus integrantes recuerdan las memorables sesiones de entrenamiento que hacían con el único afán de divertirse: 116 “No lo hacíamos para vivir, lo hacíamos por amor, a que nos gustaba estar juntos en escena, nos gustaba lo que generábamos, todos sabíamos que el dinero que se juntaba, regresábamos, lo vaciábamos, contábamos, les dábamos 20 pesos a cada quien para sus pasajes y todo lo demás se hacía caja, fue así como generamos los bienes de la compañía. Todo lo hacíamos nosotros, sin saberlo y sin teoría, resolvíamos todo y así es como empezamos a construir la compañía. Sin darnos cuenta nosotros teníamos nuestra propia micro escuela, teníamos horarios fijos, un espacio fijo y durante ese tiempo había materias, entrenábamos malabares, zancos, monociclo, títeres, era nuestra propia escuelita y este maestro nos jalaba para hacerle trabajos y el rollo estaba padre porque pues veníamos de distintas disciplinas…Todo el mundo propuso nombres pero al final llegamos a esa conclusión, porque uno, éramos una gran comparsa porque teníamos esa estructura de esas comparsas brasileñas o comparsas de pueblo que tienen músicos y tienen como atracción y tienen muchas disciplinas al mismo tiempo y la Bulla pues porque a donde llegábamos generábamos fiesta o sea y además éramos un chingo, llegamos a ser hasta 18 gûeyes haciendo escándalo, éramos jóvenes, todo el tiempo estábamos riéndonos, nos divertíamos un chorro, entonces siempre que llegábamos a algún lado nos notábamos porque hacíamos demasiado barullo.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Después de los recuerdos de su formación y a raíz de vivir más de 10 años en la independencia, antes de conseguir los financiamientos del Estado a través de las instancias como el FONCA155 (Ejea 2009, 2012) o el ya inexistente CONACULTA, giro ideológico que llevó a los integrantes de la Bulla a un replanteamiento de su quehacer artístico y que veremos más adelante, actualmente la agrupación sigue dando sus pasos de manera itinerante, cambiando de espacio de entrenamiento, recorriendo las calles en busca de una mejor fortuna para su práctica y forma de vida 156. Pensando colectivamente que la teatralidad sigue y seguirá siendo un arma de transformación para un cambio en donde las utopías de justicia, de un mundo equitativo pueden ser alcanzadas aunque sea de manera ficcional en una realidad que ellos construyen para los espectadores que se detienen a verlos. 155 Tomás Ejea habla de circuitos culturales para referirse al encuadre analítico para pensar lo que implica “la intencionalidad general de un proceso cultural”. Este circuito cultural se divide en tres formas: el comercial, el cultural y el artístico. 156 En este sentido Idania, fotógrafa, staff y encargada de la gestión administrativa, me decía que este oficio es muy estigmatizado, me comentaba que así como yo los veía ahí haciendo malabares y jugando, mucha gente pensaba que sólo se dedicaban al ocio y a estar de vagos, lo que ellos no entienden –decía.---porque para ella son horas de trabajo, es toda una vida, me comentaba de la multiplicidad de labores que tienen que hacer y de la preocupación que sufre el día que tiene que pagar la renta y los servicios del departamento en el que viven ella y su pareja Paco ( también integrante de la compañía) pero que a pesar de todo eso, su vida como artista de teatro callejero es algo que disfruta mucho. 117 Organización Originalmente conformada por Hiram Soto, David Soto su hermano, Rafa Galván y Ramona Flowers, este grupo de jóvenes artistas se han convertido dentro de los movimientos artísticos, en un referente para las generaciones futuras que buscan encontrar espacios para la representación de sus espectáculos de manera callejera y de ello lograr un sustento económico que sea digno para la continuidad de esta actividad. Dentro de la agrupación se encuentran de manera recurrente cerca de 12 integrantes, incluso participando, en lo que es su mayor obra, alrededor de 21 actores y actrices en escena, lo que refleja el gran esfuerzo que los integrantes de la compañía han logrado consolidar como grupo. Para ellos es fundamental seguir haciendo teatro de compañía, en donde su trabajo logre ser dignificado como una labor de esfuerzo, méritos y no de resignación o como una salida fácil a las condiciones de pobreza que vive en el país. En este sentido la organización de la Comparsa la Bulla se basa en ciertos parámetros de lo que ellos mismos fueron entendiendo como una funcionalidad administrativa157 y creativa, sobresaliendo al interior de la misma Ramona Flowers como una mujer hábil para los negocios158 y segura de los alcances que podía dar la compañía como un producto capaz de generar un sustento económico. Ella se convirtió después de un largo tiempo en la Directora General de la compañía, Hiram por su parte y consciente de su camino escénico como él lo refiere, se volvió la mano creativa de las performances y ensayos de este grupo de jóvenes y finalmente David Soto, primeramente formado como músico se hizo el Director 157 Ricard Salvat (1983) afirma mencionar o definir estas formas de organización dentro de los grupos artísticos como nómina teatral. 158 “Durante muchos años fui la única mujer y eso más que ser una pesadilla ayudó a que mi carácter se forjara de otra manera, a ver ¡chútate una compañía de 18 güeyes y una mujer! Además era la más chica y pues tuve que aprenderme a hacerme brava en el buen sentido.” Ramona Flowers 118 musical de la compañía. De ellos tres y de los demás compañeros que vivieron una parte lúdica y de aprendizaje con su maestro Raúl Kaluris, surgiría un movimiento escénico que, según ellos denominan, como los pioneros o precursores puesto que en esos momentos de la historia de nuestro país, la representación de espectáculos teatrales en la calle seguía siendo muy poco agradable a distintos sectores del medio artístico, ellos me comentaban que fueron excluidos de muchos círculos del arte por sus posiciones políticas y artísticas: “Las cosas de clown, de circo, de calle pues eran el patito feo de la historia, por eso nos costó tanto trabajo colocarnos, cuando íbamos a los lugares de teatro y nos decían que eso no era teatro, íbamos a los lugares de circo y nos decían eso no es circo, como que en ese momento nadie nos respetaba y estábamos en un lugar incierto que ahora todos llaman ahora interdisciplinar y todo mundo se las da de acá…” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) En cuanto a la organización actual de Comparsa la Bulla Hiram me comentó que ésta se conforma de la siguiente manera: “Antes era todo colectivo, no sabíamos ni cómo nos organizábamos la verdad pues al todos hacer todo, realmente puede funcionar… pero un rato. Actualmente existe una capitanía, Ramona Flowers es la directora general, yo soy el encargado de realizar los conceptos o la dramaturgia, entrenamientos o lo que se va a montar y mi hermano pues es el director musical, es el encargado de la composición de la música de cada obra (David) entre nosotros tres cae la tarea creativa y administrativa también.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015). Directora General Director Artístico Actores Director Musical Staff Músicos Fig. 1 Organigrama de Comparsa la Bulla. 119 Un día de máscaras y escenas. La madrugada como cómplice de los trabajos realizados por Nacho, Idania y Paco, siempre da testimonio de su ardua jornada laboral en cuanto al tema de la logística del grupo, mientras ellos se destinan a desayunar algún alimento en el puesto de enfrente de la casa de Alexis, local que oferta los chilaquiles, el café u otra variedad alimenticia para solucionar el hambre; los demás integrantes comienzan a llegar. Entre músicos y actores, todos se saludan, platican un poco, se ponen al día en cuanto a los temas de relevancia que suenan en el país o solamente comparten experiencias personales que viven en la cotidianidad de sus oficios como artistas. Todo lo implicado en un viaje sugiere una empresa estresante para quienes se encuentran al frente de la agrupación, pues los retrasos, los malos entendidos, la preocupación de los pagos e incluso las horas de viaje, son contabilizados y tomados en cuenta para que su presentación sea dada en óptimas condiciones 159. Ya tenía tiempo que venía siguiendo a este grupo de artistas, me convertí en términos administrativos, en parte de la agrupación para que así, yo no pagara los viáticos que costaban las salidas fuera de la ciudad; era como una especie de contribución que ellos hacían para que mi estudio tuviera las mejores condiciones para su realización. Ese día la compañía había cerrado un trato con el municipio de Coatepec, Veracruz160 para presentar una de sus obras más representativas llamada “Réquiem por un Payacho” cuya centralidad temática radica en una suerte de trama cómica en torno a lo que ellos piensan acerca de la muerte. 159 Ya que para ellos una buena presentación es el aval para una posible recomendación que les pueda generar más trabajo y seguir viviendo de lo que hacen. 160También tuve la oportunidad de viajar cerca de 18 horas con ellos cuando fueron contratados para presentar en el ayuntamiento de Calvillo en Aguascalientes, Méx. 120 Cabe recalcar que fue una experiencia de 2 días estando codo a codo con los integrantes de la Bulla, pues en la salida hecha desde Xochimilco, iba identificando su manera de vivir las prácticas artísticas de la calle. Para ellos los viajes son largos y muy cansados pero deben tener un espíritu creativo y lúdico para poder sobrellevarlos. Mientras unos duermen, otros beben o comen algo, escuchan música, las chicas juegan y se cuentan historias de cuando estaban en la escuela de actuación ya que cabe recalcar que la Bulla si bien se conformó inicialmente en la calle y de manera amateur, con el paso del tiempo albergó al interior distintos tipos de artistas, tanto de calle como de foro o de academia, cirqueros y músicos. Arribando después de las arduas horas de viaje y de que Hiram me dijera que eso no había sido nada comparado como cuando tenían giras en el norte o en lugares más alejados, Ramona Flowers se dispuso a distribuir junto con Idania las habitaciones en donde nos quedaríamos, dar un repaso y una información general en torno al itinerario de la función de ese día. Después de comer y de relajarse un poco, todos se dispusieron a preparar la función. Ese día ayudé a Nacho y Paco en la parte logística, cargando cajas con ellos, llevando y trayendo instrumentos musicales, malabares, vestuarios, etcétera, comprendí que su pasión va más allá de una mera rutina de trabajo, pues ellos se consideran parte de la presentación misma, ya que en algunas ocasiones también ellos deben convertirse en los payasos de la compañía. La función estaba a punto de darse al paso de las 19:00 horas del día, todos se reunieron, vieron últimos detalles, se abrazaron, se dieron toda la “buena vibra” y finalizaron su reunión con el grito de “halcones”. Había empezado el espectáculo. Durante la función, este grupo de jóvenes hace en la mayoría de sus intervenciones callejeras una especie de pasacalles con música en vivo, malabares y bulla, para así lograr que la gente identifique que ocurrirá algo que ver con ellos, lo interesante de este fenómeno, es que la gente al mirarlos comienza a seguirlos y la 121 gran mayoría de las veces se queda a mirar lo que tienen que decir a través de sus performances. Durante el espectáculo podemos ver una amplia gama de técnicas teatrales como la danza, el teatro, el clown, el circo; acompañado de música en vivo en donde la atmósfera que genera al espectador nos releva un espacio de posibilidades de interpretación, incluso al encontrarme grabando trozos del espectáculo, me sentí contrariado y hasta fuera de lugar ya que la gente del público me decía que me quitara porque no les dejaba ver a los payasos. Ahí fue donde entendí la potencia que este tipo de payaso tiene, pues mientras miraba a la gente reaccionar a los estímulos de los payasos teatrales o actores de la bulla, observaba que no existía una suerte de resistencia a sus juegos y peticiones, recordando que en alguna ocasión Nacho me había dicho que ellos no eran los típicos payasos a los que estamos acostumbrados a ver, que en ellos había todo un lenguaje y una estructura para poder acercarse a la gente para que no les tuvieran miedo o lástima. La plaza de Coatepec estaba llena de gente que entre risas, asombro y aplausos, iban contemplando todo lo que este grupo de artistas había generado ese día en ellos. Todos los espectáculos de los artistas de la Bulla terminan en algo que ellos me han descrito como catarsis, la cual refiere a una disposición que deben generar para que el público pueda expresar su sentir y liberar sus cargas al bailar y compartir un momento de locura con ellos dentro del marco de su representación. Así que bailando y cantando, yendo y viniendo de un lado a otro de la plaza con la gente, es como la compañía se despide del público que se ha detenido a verlos, vienen la fotos, las felicitaciones, la entrevistas en los medios locales, y para nosotros (Nacho, Paco y yo) cargar nuevamente las cosas para un regreso óptimo. Todos platican acerca de la función, errores, aciertos, momentos entrañables, risas y detalles, pero ya con la plena conciencia de que todo ha terminado por ese día. Ahora y después de todo lo acontecido se nos encomendó a cenar porque al otro día regresaríamos temprano a casa. 122 Platicando con Hiram y algunas ocasiones con Nacho y Paco, me comentaban que los viajes son más cortos debido a principalmente dos situaciones, la primera tiene que ver con los presupuestos que tienen las personas que contratan a una agrupación tan numerosa, y la segunda porque los mismos integrantes de la compañía son personas que tiene dos o tres trabajos, además que el de formar parte de la agrupación. Ellos decían que no siempre fue así, en sus memorias me compartían que antes todos viajaban en una camioneta como muéganos, pero que a través del paso del tiempo y de la experiencia personal de cada uno de los integrantes, todo se fue transformando161. Titulo Réquiem por un payaso Género: Comedia negra. Participantes: 12 Narra la representación final de un payaso: su funeral, y la peculiar manera de su crew de rendirle honores y despedirlo. Su viuda, un hijo legítimo, un rabino, su único amigo, un cocinero perverso, el enterrador y un acreedor impaciente, dos colados que nunca lo conocieron y una viuda confundida, junto con una orquesta, el puro estilo de las plañideras de guerrero, conforman el muy bizarro cortejo fúnebre que acompaña a Papá a su última morada Titulo: Vagary Género: Espectaculo de calle Participantes: 15 Cuenta la travesia de una tropa de gitanos que con su alegre caravana lleva un mensaje de paz y unidad. Con rtodo tipo de suertes y habilidades estos estrafalarios personajes buscan celebrear una gran fiesta multicultural y etnica, invitando al espectador a sumarse al gozo de la diferencia y de la vida. Titulo: Patú: “El muerto vivo” Género: Clown/Comedia musical Participantes: 9 Titulo: El Circo del hombre Género: Teatro de calle Participantes: 13 Es una obra que plantea cómo el abandono infantil, la educación autoritaria y nuestras experiencias de vida en general nos marcan y determinan, formando una coraza que nos aísla de la alegría de vivir. Titulo: “El último tren” Género: Interdisciplina/musica Participantes: 21 Es la primera noche del carnaval de Hedonia, la tierra de su Majestad La Carne. Su sequito ha preparado una gran celebración para conmemorar un año más de su reinado. De la fiesta participara toda su corte: Soberbia, Ira, Lujuria, Pereza, Gula, Avaricia, Envidia y los juglares dispuestos a demostrar quién es el peor, el más grotesco, el más vil. Concierto-espectáculo que fusiona elementos de circo, teatro y danza con una poderosa propuesta musical. El espectáculo invita al espectador a subirse al tren de la vida, a transitar por sus distintas estaciones, a gozar la oportunidad del cambio y la aventura que nos brinda y formar parte de los sueños que encontramos a lo largo del camino de este viaje, en este último tren. 161 Descripción básica de los espectáculos retomada de la carpeta de trabajo (Book) de Comparsa la Bulla 123 De ese viaje me quedó claro que la dinámica que tiene la compañía sigue siendo la de tratar, a pesar de los inconvenientes162, de tener o llevar un espíritu lúdico, de ir cantando, recordando, o inventando cosas para hacer el ánimo más entrañable, pues siempre ---según me han dicho--- así ha sido. De ese regreso, de esas pláticas y momentos decidí replantear mi visión con mayor ahínco en torno a la figura que tenía de las personas dedicadas a este tipo de actividades. Ese día fue un cúmulo de experiencias, de ser el antropólogo pasé a ser el integrante del staff, el amigo, a ser ese otro que aceptaron tuviera a bien presenciar los conflictos, estrategias y motivaciones que pueden tener en su interior163. Fueron uno de muchos aconteceres en cuanto a la misión por el entendimiento de esta práctica social, mis días de campo, la calle, muchas veces su visión ideológica de las cosas correspondiente a mis deseos fue permeando en gran medida mis avances. Ser un artista independiente. A lo largo del tiempo que logré insertarme a la forma de vida de estos chicos/as, amplié mi mirada en cuanto a las primeras referencias sobre su oficio. Tuve que estar atento cuando me encontraba en circunstancias de vulnerabilidad con ellos o cuando los días no eran los propicios para que fueran afables conmigo, pues la dimensión de la práctica teatral que he podido constatar se convierte en un tinglado de múltiples conflictos, alianzas y motivaciones demasiado volátiles. Los entrenamientos, el cansancio, el hambre y algún mal comentario para con un compañero, hacía que la dinámica de su actuar fuera demasiado delicada de sobrellevar, es decir, por ejemplo en alguna ocasión me tocó mirar cómo en un ejercicio una de las integrantes de la compañía en ese momento (Itzel) se le llenaran de lágrimas los ojos por la crítica que 162Ramona Flowers estaba estresada porque salieran las cosas bien y a tiempo, ya que ella al ser la directora tiene mucha responsabilidad. 163 Hiram me había comentado que ellos eran muy celosos y que casi no permitían que alguien estuviera mucho tiempo con ellos, que también se sentían un poco resentidos por unos alumnos de la UAM que les habían pedido estar con ellos para realizar un trabajo el cual nunca recibieron. 124 le hicieron después de un ejercicio de improvisación, y a raíz de eso toda su disposición restante del entrenamiento fue distante. A este hecho tanto Paco como Hiram me decían que así es la calle, así es el entrenamiento para ejercer el oficio de la teatralidad callejera, que no sólo se trata de verse bonito en escena sino que no por ser callejero debe ser un trabajo denigrante, que ellos en su postura artística apuestan a que la calle debe ser forma de vida y que aquellos que eligieron ese camino deben adecuarse a las condiciones de generar un lenguaje en donde su trabajo sea dignificado. Refieren a decir que el teatro callejero debe ser algo digno de verse, para lo cual la profesionalización de cada uno de sus espectáculos o performances busca ese mensaje dentro de la población que atina a detenerse para verles en diversos puntos de la ciudad. Durante mi experiencia y desde los discursos que podía dilucidar en ellos, es dependiendo desde el marco en donde se ubique esta actividad podremos dar luz a su juicio; si estos sujetos se les ve en algún crucero de la ciudad, son señalados como parateatralismo o de vagancia, pero si se les coloca en algún circo u espectáculo propio de otra índole, se les puede observar con asombro y respeto. (Maqueda; 2012). Por ejemplo en Hiram encontramos un discurso propiamente enfilado a su carrera como artista, como fundador de la compañía de manera implícita, además de un énfasis sobre la calle, la marginación que ésta provoca y ver en el arte del clown un oficio para la supervivencia del artista e incluso de las personas que se encuentran en situaciones económicas adversas. En este sentido en cuanto a la percepción de saberse primeramente un artista callejero, Hiram me comentó: “La calle es una aventura constante, acampar, es ir a la laguna, y también sucede que te dicen vago (risas), porque como ahora no estás en un recinto con butacas, con planta técnica, con luces y reflectores, entonces ese tipo de artistas son errantes, son saltimbanquis, son callejeros, son no serios, aunque desde la perspectiva de quien lo hace, estás en una zona de riesgo, estás lanzándote al vacío, no tienes cobijo de nada, muchas veces trabajábamos sin permiso, entonces era hacerlo rápido para que antes de que llegaran las autoridades pudiéramos acabar la función y pasar el sombrero…” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) 125 En el caso de Ramona Flowers en un primer momento podemos encontrar casi las mismas argumentaciones de Hiram, asumiéndose como una actriz que ha tenido que surcar los diferentes escollos que las instituciones o que el mismo gremio les ha impuesto juzgándolos---según ellos--- de manera arbitraria, al no considerarlos como personajes dignos de las élites del teatro o del circo, y por tanto tomando como trinchera primordial la calle como espacio de acción. Ramona Flowers busca materializar una reivindicación de la compañía Comparsa la Bulla como una agrupación fundadora de la interdisciplina artística en la Ciudad de México y que ahora diversos grupos artísticos retoman. Ella me externaba lo siguiente: “… con riesgo de sonar pretensiosa nosotros somos pioneros de la interdisciplina. Era una época en la que no éramos ni unos ni otros, era difícil encontrar espacios porque nadie te validaba, pues imagínate ahora si nadie entendía lo que realmente hacías.” (Entrevista a Ramona Flowers, el 15 de Junio del 2015) La calle, esa calle y esa ciudad que ellos observan y que han denominado como la escuela de la vida, como un sitio de conflictos, sonidos y en resumidas cuentas, es un horizonte de múltiples estímulos al que se enfrentan y hacen de ellos algo creativo. En este sentido para Nacho aprender el oficio de teatrero callejero ha sido la mejor escuela que ha tenido, que la calle es la escuela de la vida, ya que ahí aprendes según su interpretación más que lo que puedes aprender en la escuela. Por su parte Uriel me había comentado en ciertos entrenamientos que para él, el ejercer la práctica del teatro callejero se había convertido en un sitio donde puedes foguear tus habilidades, pero que no es fácil, no hay nadie que te enseñe a hacer teatro de calle, y la única manera que tienes para aprenderlo es estando ahí, yendo y viniendo. 126 He visto cómo algunos artistas van y vienen, según tengo entendido, por la constante demanda que la compañía tiene a su interior, ellos presuponen que éste es un oficio que requiere de mucho entrenamiento para su realización y que el querer formar parte de la agrupación debe ser un trabajo constante y con mucha dedicación. En cuanto a la estigmatización de su quehacer, recuerdo en una de las tantas reuniones realizadas después de, los para mí, largos entrenamientos; en el departamento de Idania y Paco, “Las Clandestinas Rechaz” como se autodenominaban Itzel y Berenice, hablaron acerca de un comentario que sus amigos de la escuela les habían hecho al enterarse que ellas formaban parte de la comparsa en ese tiempo. Ellas mencionaron que un actor y amigo suyo, en forma despectiva hizo referencia al trabajo que hacían al interior de Comparsa la Bulla, incluso criticando la decisión que tomaron al formar parte de ese grupo de artistas callejeros a manera de resignación, como si no hubiera más opciones a las cuales tuvieran que recurrir. En este sentido Ramona Flowers me había hecho hincapié en una conversación lo difícil que había sido para ella convertirse en artista callejero o popular, la exclusión, las constantes interrogantes y los prejuicios acerca de su propia persona eran los argumentos fundamentales que llegaban a ella debido a su elección de vida. “Mis hermanos aún hace unos años me decían que estaba tirando mi vida a la basura… Y dentro del gremio no nos respetan, nos dicen que somos unos nacos o hay otro extremo que nos toman como referente, es interesante eso.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Si pensamos que los discursos establecen un principio de organización social como el de clasificación, el de ordenación y el de distribución, podemos observar que los discursos fundantes no sólo existen por el poder político sino también por el cultural, este hecho lo vemos explícito en nuestros entrevistados ya que siempre están regresando sus enunciados a terrenos de la fricción en contra de las instituciones que supuestamente deciden qué es el arte, y que a ellos les ha generado por lo tanto, el ser excluidos de dichos cánones y ámbitos laborales. 127 “Las cosas del arte en México no son nada fácil y de manera independiente peor, nosotros nos mantuvimos en la independencia como 10 años. Yo soy de la idea de que nuestro papel como artistas es influir en el momento histórico en el que vivimos, si no, gracias por participar.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Recordando que si se violan ciertas reglas de un discurso mayoritario u oficial, otros tienen que ser excluidos, por tanto vemos en nuestros actores callejeros que por el simple pronunciamiento político en torno al mencionar que la práctica artística callejera debe considerarse como arte, los coloca fuera de las instituciones teatrales o cirqueras de los gremios artísticos. Ramona Flowers me decía que para ella: “todo son mafias, vas a las instituciones y son mafias, vas a la calle y son mafias, entonces pues si había plazas a las que podíamos ir y presentar sin pedirle permiso a nadie, nos plantábamos como queríamos y como podíamos. (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Por tanto como lo referí al inicio, me involucré en el proceso de construcción del día a día de un artista callejero, un outsider o recha (abreviación que ellos mismos hacían para auto-reconocerse como rechazados sociales), de sus cuestionamientos y de mis propias interrogantes personales y académicas respecto al tema, me enfrasqué de su visión experiencial, de las cosas en torno a su propia visión del arte callejero y del cómo los enemigos en común como la exclusión, la falta de oportunidades, el cuerpo y la reivindicación de su oficio eran las piedras angulares de su motivación identificacional. Logré poner en cuestión mis propios presupuestos y prenociones ideológicas en relación a sus prácticas, ideas y pensamientos acerca de la vida de artistas alternativos; de su ideología y de las múltiples aristas que fueron capaces de mostrarme en este tiempo. Puse mi propio cuerpo a prueba para poder entender con mayor ahínco su profundo anclaje con esta práctica y en específico con la práctica teatral del payaso, y mirar de manera distinta en tanto expresión cultural a esta figura que por mucho tiempo se ha mantenido cerca de aparentemente la desgracia, lo profano, lo underground. 128 Durante este recorrido he mencionado al payaso de manera general, haciendo a su vez hincapié en la distinción de muchas de sus formas de representación y a modo de arquetipo, pero no me he permitido aclarar desde una especie de tipología básica, qué es eso que denomino clown teatral, que si bien ya lo he anunciado de manera fáctica con algunos ejemplos, es preciso enfatizar esta distinción. Dentro de Comparsa la Bulla encontré variedad de texturas, representaciones, identificaciones colectivas sobre lo que es ser actor callejero, teatrista, o artista independiente, pero en torno a la figura del payaso teatral como un forma distinta de expresión dentro de la misma práctica social del teatro he encontrado una visión convergente en la mayoría de sus integrantes, en cuanto a la variación artística del payaso. Payaso: Una tipología básica Así bien cabe recordar que el payaso como referente del divertimento infantil, la televisión, la promoción alimenticia o la calle, ha sufrido una trasmutación y un traslado sólo a esos ámbitos dentro del imaginario social urbano. Por este hecho los payasos teatrales de Comparsa la Bulla han decidido hacer una reivindicación del personaje en la misma teatralidad popular, que si bien ya existe la reivindicaron de este arte en países europeos como Italia, Francia, Alemania o Inglaterra, en México aún es un camino que los mismos actores dedicados a este oficio deben ir surcando con una nueva forma de ver la teatralidad popular. Dentro de la práctica social de este modo de vida, se conoce una especie de arquetipo básico. Ya anteriormente había hablado de la descendencia de este personaje con el mimo, el bufón o más acentuadamente y de donde surge de manera explícita con la comedia del arte italiana, cuyo antecesor del payaso se piensa deriva de Arlequín. 129 Al interior de la Comparsa la Bulla, solamente en el tiempo que logré estar siguiendo sus creaciones, sus ensayos y funciones, descubrí la reiterada forma de crear su payaso de teatro a partir de tres tipos de payaso básico, éstos son los siguientes: El payaso cara blanca cuyo carácter es serio, sobrio, refinado. Este payaso representa el orden, el poder y es quien inicia los juegos o rutinas que se presentarán. El payaso augusto: con un aire gracioso, lúdico, más colorido y con mucha ingenuidad, todo le parece interesante, se la pasa explorando todo lo que esté cerca de él, además es el encargado de hacer todo lo contrario del payaso cara blanca, se supone este payaso representa la resistencia al poder, al orden, ya que con su ingenua forma de presentarse en escena siempre hará toda una serie de acciones que lo llevarán de fracaso en fracaso en su misión, de ahí que el payaso cara blanca y el augusto hayan formado parte fundamental de los actos clásicos del circo. El payaso trampa o vagabundo: nacido de la depresión económica sufrida por los Estados Unidos de América en el año de 1929, haciendo hincapié en aquellas personas de clases altas que perdieron mucho de su poder económico durante esta crisis164. El clown teatral de Comparsa la Bulla. Después de anclar sobre qué arquetipos universales del payaso se trabajó en este escrito, fui descubriendo qué era eso que los integrantes de Comparsa la Bulla habían denominado como clown teatral. Esto supone pensar al clown de manera distinta al de otro tipo de payasos más acercados a la ritualidad como lo sería el clown 164 Según Tonatiuh Morales fue Emmett Kelly quien comenzó con esta crítica a su propia sociedad y a los ricos que perdieron mucho de sus bienes con “zapatos rotos y trajes andrajosos pero tratando de mantener su maltrecha dignidad” (Morales, 2009). Retomo este personaje pues mi investigación sugirió un seguimiento a esta forma de vida, ya que los artistas de la Bulla a raíz de esta reseña decidieron hacer un ejercicio reflexivo sobre las personas que viven en situación de calle tomando como eje central de su próximo performance a este tipo de payaso. Abundaré más adelante. 130 sagrado o el bufón ritual. En este tipo de clown estamos hablando propiamente de una construcción a partir de la teatralidad. El clown de Comparsa la Bulla surge a partir de que este grupo de jóvenes se encuentran con dos amigos que por necesidad se dedicaban al oficio del payaso callejero o de microbús. Específicamente Rafa Galván y Erick Murias fueron los que insertaron de manera profunda la técnica del payaso, la cual a partir de la formación teatral y actoral que otros miembros de la compañía como Hiram Soto y Ramona Flowers tenían se hizo una conjunción que estaría muchos años siendo parte significativa de su producción escénica: “Había un par de compañeros, ellos se dedicaban formalmente al payaso y que llegaron a dedicarse al payaso por necesidad, ellos empezaron a ser payaso de microbús, de esos que se suben a contar chistes pues porque no tenían nada que comer Erick y Rafa. Y el rollo es que entonces para cuando nosotros los conocimos ellos ya sabían trabajar el payaso y la calle que hizo match perfecto con lo que nosotros traíamos con el bagaje de teatro y fue muy fértil. Ellos nos empaparon del payaso y dio como resultado ese clown tan particular que la compañía manejaba, además que en esa época el clown era muy mal visto. Nos permitíamos divertirnos, nos permitíamos ser estúpidos sabes… si no te divierte a ti no divierte a nadie y era muy auténtico porque partía de nuestro propio ridículo, de nuestra propia estupidez, de nuestros propios defectos entonces funcionaba de manera maravillosa en la calle. Pero sitio en donde nos parábamos reafirmábamos el nombre de la compañía.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) En este mismo sentido Hiram aseveraba en una entrevista, que efectivamente esos dos compañeros se volvieron parte fundamental para entender la lógica del payaso callejero, mismo que posteriormente transformaron desde sus formaciones como actores. Él comenta lo siguiente: “…En ese irnos a la calle, conocemos a un payaso [Erick] que nos lleva a hacer plaza y vemos que trabaja con rutinas, con técnicas buenas para pasar el sombrero y ganarse una lana, entonces él se integra a Comparsa la Bulla y trae el clown porque no lo conocíamos. Él nos da un conocimiento de cómo es un payaso y nos encanta el personaje y él nos lleva por ahí, nos lleva a esa línea, empezamos a descubrir que es todo un mundo y que también es un personaje muy difícil que no se puede abordar de manera instantánea, hay un proceso muy largo para ser clown y que no cualquiera puede ser clown.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) 131 En este aspecto Rafa recuerda cuando él y su compañero Erick Murias se juntaban para ir en busca de una moneda propiamente como payasos callejeros y del cómo, a partir de los cursos realizados con su maestro Raúl Kaluris, conoció a sus demás compañeros y los empapó del oficio del payaso: “Erick y yo nos íbamos a las plazas a sacar dinero pues además de los micros nos íbamos a las plazas tratando de hacer lo que se hace en Coyoacán desde hace muchos años, que es hacer la bola. En esa motivación invitamos a Hiram y a Ramona Flowers a unirnos y a hacer un grupito y un espectáculo callejero y trabajar, era calle cien por ciento, ninguno de nosotros éramos de familia acomodada, quería hacer algo bonito, algo que nos gustara. Eso ya tiene, del 99 para acá.” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014) Fue así como se iba formando la idea de crear un payaso distinto al habitual, ni siquiera pensando en el payaso europeo según atinaban a mencionarme durante nuestras largas pláticas en los entrenamientos y reuniones. Lo que ellos buscaban era crear una forma de representar al payaso de una manera en la que el espectador no tuviera miedo, lástima o sólo lo relegara al divertimento infantil, buscaban generar un lenguaje reflexivo partiendo primeramente desde sus propias ideas de “pasarla bien en escena”, pues me sugerían que si el clown no se divierte en escena no puede divertir a nadie más. En este tono fue a partir de la creación lúdica que en ellos nació una forma distinta de representar el oficio del payaso, primeramente en una época en donde este tipo de actividad era escasa y por tanto había un rechazo latente ante sus posiciones artísticas, hasta el momento presente en donde se puede observar un movimiento artístico, cultural, que reivindica este oficio en la ciudad. En este sentido Ramona Flowers comentaba el recuerdo de ese encuentro con el payaso: “Yo pienso que nosotros llegamos al clown como llegamos a todas las otras cosas, de manera instintiva, porque el momento histórico que a nosotros nos tocó vivir no se parece al momento histórico actual en donde tú puedes salir a la esquina y encuentras una oferta de treinta talleres en la ciudad que te dan monociclo, clown o sea todas esas cosas que nosotros en nuestro tiempo empezamos a explorar por nuestra propia cuenta… ¡no había, en ningún lado te lo enseñaban! Era como un conocimiento muy cerrado que nadie quería compartirlo. Entonces llegamos al clown de manera instintiva porque no fue que nosotros dijéramos: ¡Ah sí nosotros queremos explorar ahora la técnica clown, simplemente nosotros encontramos que teníamos una parte muy ridícula y más que negarla y hacernos actores serios y de 132 carácter dijimos esto es lo que tenemos que hacer, es seguir lo que nuestra propia naturaleza nos está dando como herramienta!…como todo lo estábamos haciendo sin pretensión de nada y la premisa de la compañía inconscientemente era que todo el tiempo estuviéramos creando a través de la diversión, de jugar tal cual o sea el juego era la base de nuestra creación y entonces eso está completamente hermanado con el espíritu del clown.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Fue así como fueron trazando sus particulares maneras de representar y ejercer este oficio, el cual siempre fue parte central de su producción escénica, los lazos que generaban a través de sus experiencias lúdicas y performativas y su fuerte identificación con la práctica social; el teatro callejero permitía hacer una conexión directa con el público que los miraba. Finalmente Ramona Flowers me decía que para ella el clown que comenzaron a crear tuvo mucha empatía con las personas a las que se les representaba, pues su manera de manejarse en el escenario, radicaba en el surgimiento de escenas que a través del personaje propiciaban una fuerte identificación con el público: “Yo respeto mucho la técnica del clown porque logra conectar con el público, tenemos como el clown que se utiliza para sanar, para el teatro formal, el de hospital, es una técnica tan generosa, que podemos hablar y hablar. El vehículo del juego y la risa como motor de creación y esa es en mi perspectiva lo que define al clown de Comparsa.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) En este sentido pude constatar la constante identificación de los transeúntes que se permitían mirar a este grupo de artistas, las risas o el humor provocado y que atinaban de manera muy activa a ser partícipes de las peripecias y ocurrencias que estos chicos permitían exteriorizar en sus espectáculos, especialmente en los que el clown era parte fundamental de la temática a representar. En una ocasión y durante el festejo de “Las Clandestinas Rechaz (Itzel y Bere)” con motivo de su cumpleaños, pude tener acceso a las apreciaciones que tiene la gente sobre ellos. Me comentaban que muchas personas de repente se acercaban al final de la función a decirles que estaban muy agradecidos de haber asistido a su lugar de origen, o que los habían hecho reflexionar con sus performances, del cómo una 133 mujer de edad avanzada les dio una bendición en forma de agradecimiento por su esfuerzo, por la comunión y reflexividad que le produjo tan sólo al mirarlos, de la vez que les agradeció la jefa de estación del metro por salvarle la vida a una chica que pretendía saltar a las vías pero que fue gracias a los mensajes en las obras que ellos representan que la chica decidió no suicidarse, lo que habla ---incluso---del contenido terapéutico que la teatralidad es capaz de generar. Fueron muchas las experiencias y relatos compartidos, tanto de la visión que tienen ellos del público percibiéndolo como el único juez y una parte sustancial que da legitimidad a sus motivaciones para poder seguir ejerciendo el oficio de la teatralidad, así como del ojo que parte de los consumidores han podido externar acerca de lo que estos artistas hacen del oficio. Por ejemplo escuché los comentarios de la gente que se aglomeraba para poder ver a un grupo de artistas de teatro de calle, haciendo expresiones como: “¡mira hijo ahí vienen los gitanos!” o “¡ya viste ahí vienen los payasos!” expresándolo al parecer de una manera inclusiva, pues se permitían ser parte de esta construcción de realidad alterna en un espacio situado o callejero. Dentro de los comentarios que pude observar en la gente, sus expresiones, sonrisas, asombro por algún acto circense o la complicidad cómica de la cual eran parte por un humor en donde las palabras eran casi irrelevantes, ya que el cuerpo era el encargado de comunicar toda la trama de significado conceptual que querían representar, presenciaba como fuertes identificaciones colectivas en torno al tema de interés general como la muerte, la política, la familia, la infidelidad, los sueños, las utopías y las fantasías eran reflexionados por las personas que miraban a estos chicos/as. Muchos de estos comentarios provienen de la gente joven, en la cual percibí mayor identificación y afluencia para ver sus espectáculos y seguir a la compañía en redes sociales. Estos comentarios iban desde la antipatía por la trama o el disgusto 134 que les causaban los personajes, hasta los de carácter propiamente reflexivo en su mayoría165: “Creo que lo que aprendí, es que hay que disfrutar la vida, que cada cosa va a su paso y se hacen en un determinado tiempo, que lo más valioso que tenemos es la vida y hay que aprovecharla al máximo. Me hubiera gustado comprar el disco para enseñárselo a mi mama, pero no llevaba dinero”. (Comentario de Zyanya Torres) “Me gustó mucho la obra ya que al final me dejó la enseñanza de que en esta vida vinimos a disfrutar al máximo cada momento, sin encerrarnos en nuestras tristezas ni sentimientos negativos. Vivir día a día de la mejor manera”. (Comentario Michelle Rodríguez) “Mi opinión es que la historia de la obra no fue tan común y predecible como muchas, con un gran mensaje de que hay veces que estamos vivos por fuera, pero por dentro podemos sentir nuestra alma muerta y en la oscuridad, que con poco amor que demos o que nos den, podría ser un gran cambio, que la obra metafóricamente nos indica, podría salvarnos la vida”. (Comentario de Javier Orta) “Me enseñó a valorar y a disfrutar cada momento en la vida, y que todo tiene remedio, excepto la muerte, también hay más de una manera de morir, como bien dice la obra, se puede morir en vida si dejas de tener pasión por las cosas que haces o por la vida misma”. (Comentario de Samantha Quant Novelo) “Para mi vida personal, creo que no es bueno enamorarse a esta edad, porque te puede traer muchos problemas, que no te debes dejar llevar por lo que dicen los demás, pues Patú se enamoró y se dejó llevar por la chava metalera, y pues por dejarse llevar y enamorarse: murió.” (Comentario de Franco Gutiérrez). Yo soy payaso teatral Debemos especificar las características básicas de este oficio dentro de la forma representacional de los payasos. El clown en una primera parte de este texto, lo he definido---a partir de las horas de trabajo de campo realizado con la agrupación escénica Comparsa la Bulla--- como una práctica artística especializada, orientada a la producción de comicidad a través de la estimulación de estados anímicos diversos representados teatralmente por un actor que a partir del manejo expresivo de su corporeidad pone en entredicho las evidencias o prenociones ideológicas en un contexto social particular. En el payaso teatral de la Bulla se entiende al clown como un actor que representa a un personaje llamado payaso, a diferencia de otras épocas y coordenadas en donde el payaso solía tomar una suerte de ontología o de “ser en 165La mayoría de estos comentarios tenían características de aprendizaje, de reflexión, emoción y de motivación de ideas sobre el público joven que se dio cita para ver una obra que la compañía presentaba con el nombre de Patú el muerto vivo. 135 el mundo”, ahora, la manera de ejercerlo o apropiarlo en esta agrupación está ligado a un ferviente servicio de la teatralidad. En el payaso de teatro, se seleccionan las características psicológicas y físicas que tendrá el personaje, aquí debes construir una historia o progresión dramática con referencia a la personalidad de tu personaje, la cual demanda una disposición corporal que permita ejercer el juego de lo cómico y de diversas emociones. Ellos mencionan que su interés por el mundo del clown no radicaba por si este era la moda del momento, sino que llego de manera lúdica a su vida como compañía y de ahí la utilizaron en beneficio de la creación de personajes: “A nosotros no nos interesaba hacer clown porque estaba padrísimo y estaba de moda, ni tampoco vamos a hacer clown porque es el lenguaje que nos encanta, comenzamos a hacer clown por intuición y creo que lo que sí es interesante de nuestro clown es que no estaba fundamentado ni en la técnica rusa, ni en la técnica francesa, ni en ninguna técnica como tal sino era la mezcolanza de lo que sabíamos del clown por experiencia con la herramienta teatral. Pero no, nosotros tomamos lo actoral y lo clown para generar un lenguaje, nosotros generábamos los personajes a través del clown”. (Entrevista a Ramona Flowers, el 15 de Junio del 2015) Entonces podemos ver que el clown tiene una especificidad clara, la técnica se encuentra al servicio de la teatralidad, en donde se requiere una gran preparación y cuya nueva forma de concebirse radica en mirarse primeramente como actores hacedores del oficio del payaso. El clown teatral por ejemplo; para Ramona Flowers se convirtió en una herramienta que permitía transmitir sus propuestas artísticas a un público muy juicioso, ya que para ella, el hecho de ejercer el teatro de calle sugiere un trabajo arduo para que la gente pueda detenerse a mirarlos. A lo largo de la investigación tuve la fortuna de hacer contraste con otras ideas de lo que es el clown, por ejemplo Nano Lara, actor, clown y bufón mexicano durante más de 10 años, que ha viajado y trabajado mucho tiempo el arte del payaso en las sociedades latinoamericanas, concibe al clown como una filosofía de vida, un modo de ser en el mundo y comentaba que la finalidad del clown es hacer reír al público, a él no le interesa más que la producción de hilaridad en el espectador: 136 “El clown es un estado emocional, es un ser que muestra lo que la gente no quiere mostrar, te va a mostrar lo que la gente no quiere mostrar. El clown te va a reflejar lo que es la sociedad, la humanidad. Mi objetivo es hacer reír al público, basándome en la fisicalidad (sic), mi clown es el estar presente y si no sirve lo mando a la mierda y hago otra cosa que le guste a la gente, para mí es lo mismo, pues el objetivo es hacer reír al público, hay quienes utilizan recurso más sorpresivos, hay quienes utilizan los malabares, acrobacia, la cachetada, hay otros que utilizan la expresión o emociones, la mía tiene de todo un poco, yo puedo trabajar con todos. Yo le podría llamar fisicalidad y emoción, es toda una técnica que se tiene que adherir a ti para que no se vea como técnica. El clown no pretende, el clown es…” (Entrevista a Nano Lara, 15 de noviembre de 2015) Para Desparpajo clown, mujer de 32 años, chilena, cuya ciudad de residencia se encuentra en Barcelona, y en donde gran parte de su producción artística ha sido realizada en Europa, comenta que para ella el clown es una forma de ser de la persona y que le ha permitido ser libre. Lleva alrededor de 10 años ejerciendo este oficio, formándose primeramente como actriz y luego participando en espectáculos circenses, a partir de la búsqueda personal se define mucho de lo que es el clown y de las motivaciones que mueven a este tipo de artistas. Para ella, el saberse una mujer clown implica contribuir un aporte importante a este tipo de práctica artística, pues piensa que en las sociedades latinoamericanas se vive demasiado machismo y el que sea una mujer clown que ejerce el oficio en la calle ya representa para ella mucho. “…para mí el clown es libertad absoluta en relación a las emociones, a lo que yo quiero transmitir lo puedo llevar desde lo más interno mío y sin interpretar ningún personaje, es una cosa muy personal. A mí me ha dado todo, la verdad, estoy muy feliz de poder dedicarme a esto cien por ciento. Yo diferencio al clown o sus tipos en el lenguaje, pero eso depende de la búsqueda que tenga cada uno, yo hago algo que busca trasmitir algo a los demás en la calle, pero uno debe entregar algo más que sólo pasar el tiempo”. (Entrevista a Desparpajo, 15 de noviembre del 2015) En este sentido y regresando a la particularidad de nuestro tema, para Ramona Flowers existe una diferencia completamente sustancial, pues en el payaso se necesita una preparación a modo de encuentro con la propia personalidad del sujeto, una interioridad, pero para ella en el payaso teatral se invita a reflexionar acerca del personaje y del oficio de otra manera. Ella comentaba lo siguiente: “La diferencia básica radica en que en el caso del clown, tú eres tú mismo y tu único personaje, en el caso del payaso teatral es que tú aplicas el clown a la creación de los diferentes personajes, o sea puedes tener 5 personajes y todos pueden estar en técnica clown pero ninguno se va a parecer entre sí, y en el clown no puedes cambiarle el carácter porque está partiendo de ti, y en el otro es al revés, le das al 137 personaje lo clown. Lo que te da el clown, creo que nosotros entendemos al clown como una herramienta técnica que lo que genera en el actor es como una cercanía consigo mismo que pone en manifiesto sus propios recursos, vivencias y su clown natural para ponerlos al servicio del personaje…. Es una de las formas más honestas de construir actoralidad, nuestra formación a excepción de Rafa es actoral, todos somos de formación actoral formal, pero afortunadamente en el camino nos encontramos con esta técnica que es una cosa que viene como mucho más del conocimiento de ti como persona, de tus virtudes y defectos y que todo eso lo vas a poner a favor del personaje, te guste o no te guste, porque la mayoría de los actores sólo quieren verse bonitos, pero con el clown y el bufón te puedes desdibujar para que así el personaje se pueda comunicar más con el público y si dejas que salga desde tu propio ridículo entonces la gente se encuentras directamente con él….Clown como técnica al servicio de la actoralidad.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Platicando sobre este tema con Rafa Galván, quien tuvo que insertarse en este oficio por las carencias económicas que sufría su familia, me comentaba que antes para aprender acerca del mundo del payaso debía ser o por tradición familiar o por ser parte de una compañía de circo, ya que casi no había cursos o alguien que les enseñara a estudiar eso que era el clown. Para él, es hasta que toma clases con Raúl Kaluris en donde comienza a percibir una manera distinta de acompañar al payaso con la técnica de actuación: “Yo soy de la generación de payasos que aprendieron en la calle, tenías que fabricarte tus clavas, tus pelotas, tener un monociclo era algo exótico, dedicarse al circo era algo difícil, nosotros fuimos los que pusimos el clown de moda y se vino la fiebre. Aquí en México no hay una escuela de clowns o para formar clowns… (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014) En este mismo sentido, Hiram encuentra que el clown teatral en efecto es una técnica especializada en donde el ejecutante o quien es practicante habitual, debe instruirse de manera ardua, que debe ser un artista completo y debe saber acrobacia, malabares, actuación, música, y muchas más herramientas que estén al servicio del personaje para poder comunicar con la gente aquello que desea expresar: “El clown es una especialización más del actor… > el clown ahora está siendo revalorizado por el actor y está viendo que tiene un potencial tremendo…Nosotros descubrimos la mayoría de nosotros que no somos clowns, que somos actores y que como actores podemos desarrollar el clown… nosotros decidimos que somos clowns teatrales, que nuestra línea es el clown teatral y que la de otro compañero es la del payaso. Un clown debe desarrollar diversas técnicas a un nivel bastante aceptable para tener una capacidad expresiva amplia, tocar un instrumento...él 138 habla muchos lenguajes y con todos esos lenguajes él va generando un idioma personal que le permite llegar al público,”(Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Vemos entonces cómo el clown no sólo se convierte en una filosofía de vida o una técnica enfocada a un sólo ámbito artístico, sino que el payaso teatral a partir de la teatralidad ejercida en la calle y con un lenguaje escénico multidisciplinario permite al actor transformarse en un personaje facilitador de---- me mencionaba Ramona Flowers--- la progresión dramática o del drama social en este caso. Hemos visto hasta ahora, la singularidad de lo que es un payaso teatral, concebido como un híbrido de actor y payaso, considerado por los miembros de esta agrupación practicantes del oficio como una técnica al servicio de la actoralidad, un clown teatral es un actor que representa a un payaso, partiendo desde su propios, defectos y virtudes, concepciones de la vida, aspiraciones, pero al servicio de los personajes que desarrolla. Ramona Flowers: La comandante de los sueños. Ramona Flowers en este sentido me comentaba que a pesar de los arquetipos mencionados anteriormente, en donde pareciera ser que dentro de la teatralidad clásica de este oficio se anclan los arquetipos básicos del personaje, ella prefiere enunciarse particularmente en dos; en el cara blanca y en el bufón. Ramona Flowers alude a que dependiendo de la personalidad de cada sujeto, su forma de ejercer el payaso adquirirá la particularidad de su carácter. Al ser la directora de la compañía, mujer y especialista en diversas disciplinas en donde el cuerpo requiere de fortaleza, elasticidad y una fuerza mental amplia según ella, encontró en el bufón y el clown cara blanca una correlación a su manera de ser, pues en diversas interacciones con ella, me había contado lo difícil que había sido tener que haberse convertido en la cara de la compañía siendo la menor y la única mujer--- me tuve que hacer fuerte aludía ella---. 139 Mucho del peso de la compañía recae sobre los hombros de Ramona Flowers, los tratos principalmente, la asistencia a reuniones, la insistencia reiterativa para exigir los pagos de las instituciones, además debe ser creadora y directora de muchos de los performances que la compañía realiza, es por lo tanto una comandante de este tipo de actividad que ella todavía se aferra a nombrar como tradición de compañía. Para ella que se formó como actriz, su encuentro con el payaso y en particular con el bufón, le permitió generar una disposición distinta en cuanto a su proceso de construcción como artista escénico, específicamente Ramona Flowers dice que se permite trabajar con este tipo de técnica ya que le permite conectar con el público de una manera distinta y más directa: “…descubrí que el clown tenía dos caras, cuando trabajamos Patú estudie bufón y a hacer cosas de bufón pero en realidad toda la vida hicimos todo por la técnica clown. La cosa es que dentro del clown pues también hay sus diferencias ¿no? Yo creo que mi orientación del clown siempre fue el cara blanca, o sea mi carácter como clown es cara blanca. El clown se supone se divide en varios, está el augusto, el contra augusto, el cara blanca, el blablablá, todos esos. Originalmente en la compañía utilizamos cara blanca, augusto, contra augusto y quizá algunos trampa. El cara blanca es como el clown que siempre es bien hecho, que es serio, que es la autoridad en escena, que pone la circunstancia para que el augusto llegue y lo arruine todo y se genere la progresión dramática. Entonces dentro del clown que hacemos yo siempre hice cara blanca. Cada uno tiene su propia manera de enamorar el público. Los cara blanca (sic) son normalmente los virtuosos, lo que hacen las cosas bien, los que son serios; es distinto. (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Finalmente Ramona Flowers, mujer de 33 años, de complexión delgada, tez morena, cabello largo y negro, de ojos grandes y estatura media, cuya infancia como símbolo importante de su crecimiento artístico, y de pelea constante con su familia por la realización de sus ideales, ha encontrado en el arte de la teatralidad una forma de subsistencia en donde el encuentro con el clown y el bufón representó para ella una dimensión importante con su manera de expresar este oficio y desde la vida misma. Ella busca continuar con el oficio del teatro para generar una realidad que pueda ser más equitativa y justa para su entorno; ya que de las marchas, los gritos militantes en contra de un sistema que asfixia a su pueblo, encontró que su mejor trinchera para luchar se encuentra en su habilidad para manejar las máscaras de la ficción. 140 Hiram: maestro de la magia y la creación. Hiram en su constante exploración del clown a través de la teatralidad, encuentra en el teatro de lo absurdo y en Samuel Beckett un referente intelectual, artístico y de denuncia en su quehacer teatral, específicamente en la figura del payaso. Para Hiram el que Beckett lograra hacer que el payaso pudiera ser visto de manera patética, le originó una inclinación hacia su forma de ejercer este oficio: “Descubrimos que el payaso tiene un estilo de vida, de vestir, de hablar, de hacer, es como distinguir a alguien que le gusta el rock a quien le gusta la cumbia, así notamos que el clown tiene sus códigos, entonces en esa distinción yo descubro que hay muchos tipos de clown y digo: ¡ahhh! yo soy más de este, el clown por ejemplo que descubre Beckett. Samuel Beckett lava el maquillaje del personaje, le quita la pista de circo y lo vuelve teatral, sus obras son obras que no cualquiera puede realizar… el descubrir la esencia del clown entre lo patético y lo genial que puede ser el personaje y vemos entonces un clown existencial; el hombre visto como un payaso despojado de toda madurez, del que no crece. La esencia del clown es absurda, yo descubro que ese es el clown que a mí me gusta y descubrí que hay infinidad de otros tipos de clown, hay muchas esencias del clown, cada quien debe descubrirla, en mi caso como yo estudié teología, historia, pues yo encuentro en Beckett mi nicho.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015). En este sentido también asevera una distinción sobre otro tipo de payasos, la cual depende principalmente en lo que se quiere expresar como concepto teatral. Estas visiones incluso se vuelven convergentes con las concepciones de por ejemplo Desparpajo y Nano Lara tienen sobre el clown, ya que consideran que el clown debe de profesionalizarse; que no porque surjan los nuevos grupos de riso terapia, o de payasos que copian chistes de la televisión y se pongan una nariz en la cara ya son clowns; ellos piensan que eso ha permitido que el arte del payaso haya sido relegado a una prenoción social peyorativa. Hiram incluso reivindica la manera de expresar el clown de fiesta o de calle pues lo considera una forma más de sobrevivir, pero sugiere que deba ser bajo la idea de un trabajo profesional: “El clown ha caído en un rango en donde se le asigna el público infantil, se le asigna el papel de animador, el papel de pinta caritas, el que reparte tarjetitas y te cobra 100 pesos por inflar globos y aún todo eso lo respeto porque a final de cuentas para mí el clown es un trabajo, es un estilo de vida; es un placer.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) 141 A su vez considera que la manera de distinguir a un payaso de otro, tiene que ver con las horas de trabajo que le dediques a tu persona y a tu personaje, él se distingue no sólo por la afiliación ideológica que ha encontrado en Beckett sino en la forma en la que uno quiere que sea representado el personaje y para eso, según Hiram, no debes ser solamente el alma de la fiesta o el chistoso de la familia, debes tener una preparación completa que te haga distinguirte en el escenario, de ahí la particularidad de su práctica y la reivindicación de la misma: “Cuenta chistes y payasos espontáneos hay en todas las familias, en todas las sociedades, que tienen un carisma tal que son capaces de ser el alma de la fiesta, pero eso no te da la posibilidad de ser el alma del escenario, al escenario se sube con otra construcción, se sube con un ánimo muy festivo, que puede ser el de la fiesta, pero también se sube con una mística de trabajo que no se puede dar sólo en la dispersión, en el choteo de la fiesta, hay un código demasiado serio para poder hacer reír, si no eres serio no podrás pasar a lo otro, porque todos somos hombres simples y hacemos chistes que provocan risa y podrán decir: ese es bien payaso, y sí, pero para poder llegar al escenario tienes que trabajar para poder ser y mucho. …El clown que no trabaja sólo es una imitación, sólo es una intención… y el clown es, pero también se hace…” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Hiram a pesar de que se encuentre muy afiliado a la idea de un payaso que según piensa Beckett deconstruyó para darle al espectador un personaje más apegado a lo sobria y patética que puede ser la vida, menciona ---en gran medida--que el tipo de payaso que se oficie puede estar ligado a la clase social de la persona y el ambiente en el que los sujetos se desenvuelven: “Si tú naciste en el barrio y eres de barrio y ahí descubres el payaso, seguramente serás un clown que se mueva ahí. No te va a condicionar pero muy probadamente va a ser tu ambiente…basta ver a los de Bellas Artes, los payasos que por ejemplo dicen un resto de groserías, no es un rollo de juzgar sino de por ejemplo ¿Dónde viven? Ellos conocen la vida de barrio, se burlan de las carencias básicas…” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Hiram comenta que el arte del payaso se ha convertido en una especie de representación de elite, ya que las clases sociales altas ahora prefieren contratar a un clown que derive su arte de técnicas europeas y por tanto menosprecian a otro tipo de payasos considerándolos con un bagaje artístico menor y el cual no está acorde a los propios intereses de representatividad de esa clase. Él comenta que una persona 142 con recursos económicos amplios buscará observar o asistir a espectáculos de clown considerados más finos166 y en donde otro tipo de clase social no tiene acceso: “Hay muchas personas que quisieran y me incluyo una preparación a mayor escala, pero no puedes porque no tienes y entonces debemos delimitar cuando decimos: él tiene este nivel de payaso pero porque detrás de él hay una circunstancia socioeconómica que lo tiene en ese nivel, él quisiera estar en otro nivel pero no puede. Entonces no porque tengas dinero lo vas a juzgar y vas a decir que su trabajo pues es chafa, es menor y el tuyo sí es legítimo, sí es el bueno, sí es el artístico. Se vuelve clasista, se vuelve elitista y entonces la gente de clase media alta dice: ¡no, no, no, esos son payasitos yo quiero un clown! y entonces buscan un artista que los represente.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero 2015) En variadas pláticas con Hiram también me decía que se sentía con la responsabilidad de ser una parte importante del engranaje de la compañía y eso a veces le costaba trabajo, que incluso muchas veces había pensado en tirar la toalla, pero que nunca lo hizo pues es algo que le gusta en demasía, era su manera de sobrevivir me comentaba. Asimismo él decía que el payaso se convierte al igual que muchos artistas, en un superviviente de su sociedad desigual, y que sólo algunos artistas se permiten rechazar ciertos trabajos, pero que esos artistas sólo son aquellos que están subsidiados en gran medida y se dan el lujo de decirle que no al underclown: “…digamos que hay clowns institucionales y no es que esté mal… no hay que menospreciar una línea, yo no puedo culpar a la gente que tuvo el dinero para irse a Europa, pues así fue su circunstancia, lo que sí cuestiono es que el que se vaya para allá regrese y cuestione. Quien esté subsidiado podrá decir yo no hago otros payasos y entonces no tienen la necesidad de andar en el underclown (risas)” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Para él, el arte del clown y más específicamente el del payaso de teatro, debe requerir una precisión exquisita, pues sugiere que si bien todos podemos ser payasos ya que tenemos una disposición a la estupidez de forma innata, en donde el sujeto lleva en la vida cotidiana el personaje del clown, para poder ejercer este oficio, se tiene que estar preparado de una manera realmente comprometida. Me comentaba que se dicen muchas cosas del clown, que es un universo en donde cada persona tendría su 166Espectáculos de clown teatral como: Slava Snow Show, Aga-Boom, o los diversos espectáculos de clown de la compañía Finzi Pasca; en donde los boletos fluctúan entre los 400 hasta los 1500 pesos por persona. 143 propia definición acerca del oficio, pero para él es un arma de supervivencia dadas las condiciones sociales que vive día a día. También y con la intención de generar un lenguaje---según él--- más profesional, Hiram junto con los demás integrantes de la compañía se dispusieron a generar la creación del payaso de una manera más seria, pues para ellos este personaje debería tener una mayor incidencia en el contexto cultural de la población urbana, ya que al payaso sólo se le ha mirado como una forma de descenso en la escala social y como una práctica desprestigiada. Por tanto él cree que se debe presentar al payaso de una forma artística diferente y con contenidos sociales muy claros, que permitan a la gente reflexionar sobre su entorno, pero para esto se tiene que estar muy preparado, pues asegura, no es fácil ser clown, porque se debe tener una disposición para hacer el ridículo, para jugar y para hacer a partir de la plataforma lúdica un espacio de comunión. “Yo no me iba a quedar en la nariz rojita y no lo desprecio. Todo te forma hasta el payaso de fiesta, no se trata de rechazar o negar lo que hay, hay que aprender a fusionar lo que existe y darle tu propio lenguaje, reinterpretar porque un clown que rechaza la posibilidad de jugar pues no es clown, un clown siempre está dispuesto a jugar…” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) En cuanto a su quehacer del payaso teatral cuya inspiración fue tomada de Beckett y otros artistas clowns famosos, él piensa que el payaso no tiene precisamente que hacer reír (a diferencia de Nano Lara por ejemplo), que eso es una visión que mucha gente tiene acerca de esta práctica, pero que para él, el clown tendría que ser un facilitador de diversos estados emocionales, el payaso en este sentido tiene que dar un mensaje, no importa si al hacerlo provoca llanto o desasosiego pues es lo que está viviendo como reflejo de su contexto social. Entonces dice que él se ha inspirado sobre esta línea del teatro pero que para poder ejercerla con un rigor y que la gente pueda ver un tipo de payaso distinto, se tiene que preparar mucho, hacer un trabajo de mesa consciente y creativo, además de pensarse como un actor dispuesto a aprender técnicas que se encuentren al 144 servicio de su personaje, porque entre más desarrolles con precisión tus actos, harás que el público vea lo que es difícil, muy fácil: “Hay quien dice que el clown es clown si es multidisciplinario, hay quien dice que si no tienes eso no puedes ser clown. He visto clowns que son actores, músicos, bailares y dices yo quiero ir por ahí…” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Finalmente Hiram, este hombre de casi cuarenta años, barbado, de tez morena y delgado, originario de Veracruz en donde recuerda ahora su vida allá con bríos de añoranza, se ha convertido desde que llegó a la Ciudad de México---- cuando tenía cerca de veinte años--- en un guía, un maestro y un amigo al interior de diversas generaciones de artistas que han pasado a lo largo de la Bulla y que dentro de su formalidad y de sus pasos ecuánimes se permite--- a pesar de los conflictos internos-- abrir un diálogo de posibilidades que permitan a la compañía seguir creando una forma de vida que invite a pensar que de esta actividad (el teatro de calle y el clown) se puede vivir dignamente. Rafael Galván: un clown todo terreno. Conocí a Rafa Galván como la persona más clown de la compañía, y fue en una función de “Réquiem por un Payacho” presentada en el centro cultural España, en donde pude escuchar su testimonio en torno a la figura del payaso en México y cómo había sido su proceso de construcción para ser payaso. Rafa me comentaba— y que ya habíamos mencionado anteriormente— que el arte del payaso sólo se transmitía por generación, entre familias o si se llegaba a laborar en compañías circenses donde se encontraba la del clown. Él me decía lo siguiente: “Se llegaba a ser payaso pues más por accidente o porque te tocaba nacer en una familia de circo o de payasos, en mi caso fue por accidente, yo no quería ser clown” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014) 145 Rafa recuerda que su contacto con el payaso fue por un amigo que se dedicaba al oficio, arte que a él no le interesaba pues le daba pena, pero sucedió que su madre ya no pudo pagar la escuela particular en la que estudiaba y la carencia económica lo orilló a tomar este oficio el cual tiempo después se convertiría en su modo de vida y de subsistencia. “…en mi casa no había dinero y pues yo tenía un amigo que se iba a los camiones vestido de payaso pues a contar chistes… y pues con él comencé a aprender, pero yo decía: ¡no, pues cómo yo le voy a hacer de payaso! Pero pues un día la necesidad me orilló, yo tenía 16 años, tuve que dejar la escuela pues porque mi mama siempre se aferró a que yo estudiara en colegios particulares que ella no podía pagar y pues finalmente un día me suspendieron en la escuela pues por no pagar la colegiatura, mi mama no pudo pagar la colegiatura y no podía irme a otra escuela porque mis papeles no me los regresaban hasta que no pagara…” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014). Él también recuerda que le dio mucha pena pedir una moneda a los usuarios del transporte público, pero apelaba a que su actuación como payaso era por la necesidad de obtener dinero ya que su madre se encontraba deprimida y en cama: “…mi mama estaba deprimida y no salía de la cama y un día me fui a buscar a este amigo y le tomé la palabra, me dijo que sí y me empezó a maquillar y mientras me maquillaba me enseñó un dialoguito de payasos que era ese de yo entraba cantando una canción que decía: mi corazón es de licuado tiene que estar muy bien mezclado, leche con miel, un plátano aguado y entonces él entraba y me interrumpía (risas) y ya ahí empezábamos un dialoguito. Al final decíamos como verán pues mi amigo ni yo somos grandes payasos, la lucha le hacemos y ya estirábamos la mano que además eso fue algo que a mi pues me causó mucha pena hacer.” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014) Así fue cómo Rafa siguió con un oficio que asegura, es el único arte que lo sustenta. Me comentaba que cuando no se encuentra en Comparsa la Bulla, busca otro tipo de trabajos incluyendo el de las fiestas infantiles o el ofrecido por empresas trasnacionales como Palacio de Hierro para la promoción de productos. 146 De esa decisión cuando era joven, Rafa encontró un modelo de vida en el oficio del payaso durante muchos años, hasta el hecho de conocer en los talleres de su maestro Raúl Kaluris a un grupo de jóvenes con los que crearía una nueva forma de ver la teatralidad y de ejercerla en un espacio urbano. Fue en esos talleres en donde él pudo mostrar sus habilidades como payaso, acróbata y actor, conoció una visión distinta de aquel payaso de rutinas y cuenta chistes como forma de ganar una moneda rápida, consiguió ser recomendado a varios castings y eventos en donde pudo seguir conociendo y transformando el arte del payaso. A pesar de sus habilidades y la facilidad que tenía para la ejecución de elementos circenses como los malabares y el monociclo, Rafa decía que había una fuerte discriminación hacia él y su amigo, cuando por ejemplo formaron parte de una de las agrupaciones de clown más reconocidas en nuestro país, el Escuadrón Jitomate Bola. Por lo tanto Rafa al igual que Hiram me platicaba cómo el arte del payaso también es atravesado por las concepciones ideológicas y de clase social de los practicantes. Él decidió salirse de esta compañía y entablar un lenguaje propio desde la teatralidad callejera con este grupo de amigos con los que podía pretender hacer algo distinto a través de la creación escénica y lúdica: “Yo fui parte del Escuadrón Jitomate Bola hace unos años pero me salí porque Anatoli andaba con un conflicto y a mi amigo Erick y a mí siempre nos vieron como callejeros, como mugrosos y nunca nos trataron como con el mismo respeto que gozan pues Jesús Díaz, Aziz Gual, pues ellos eran los aristócratas del circo mexicano (risas). La influencia de Anatoli es muy fuerte en el clown…En general hay eso, y si preguntaras ¿quiénes son los clowns de México? Ellos te dirían que son ellos, a los demás nos ven como payasitos… y de hecho así es, los alumnos de todos ellos son los que acaparan todos los festivales, los presupuestos.” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014) A todo esto Rafa cree que el monopolio de los presupuestos institucionales hacia este tipo de personas, tiene que ver mucho con la consecuencia de que en México no existe una escuela realmente formal cuya meta sea la de propiciar una profesionalización del arte del payaso o del clown, pues este oficio se tiene que aprender de manera independiente, por tradición familiar, o si se tiene el recurso 147 económico; en cursos donde se imparta (por lo regular dados por los mismos maestros que tuvieron la oportunidad para estudiar este arte en escuelas europeas). “Aquí en México no hay una escuela de clowns o para formar clowns…” (Entrevista a Rafa, 29 de noviembre de 2014) Finalmente Rafa, este hombre que conocí con una barba abundante, de tez clara y cuyo estado de ánimo a primera vista siempre era apacible, en el tiempo que lo observé caminando con la compañía y feliz de tener a su hijo, me decía que él seguiría viviendo de esto, que le gustaría tener más eventos pues tiene la responsabilidad de una vida; incluso en alguna ocasión se habló de que al enfermarse su hijo, él tuvo que regresar al semáforo para poder sacar dinero para sus medicamentos, lo que sugiere que este tipo de arte efectivamente es un riesgo y una angustia constante para quienes lo ejercen; pues el pagar una renta, el comer, o el realizar sus actividades más básicas implica pensar y vivir la cotidianidad a modo de funambulista. A pesar de esto Rafa es un clown todo terreno, pues sus habilidades artísticas le han permitido consagrarse como un clown, actor y cirquero con amplias potencialidades para laborar en diversos espectáculos167 y así seguir concibiéndose como un artista que vive de un oficio digno. Nacho: Puedo hacer reír, puedo hacer llorar; puedo ser clown. Ignacio Gallegos Zúñiga, de 41 años, soltero cuyo pensamiento se encontraba fuera de los escenarios ya que a lo largo de su vida se había mantenido propiamente de otros oficios, incluyendo actualmente el de electricista y equipo logístico dentro de Comparsa la Bulla. Cabe recordar que él miraba con desprecio los inicios de Comparsa la Bulla, ya que consideraba a los integrantes de la misma como unos vagos, pero después de algunos años, su concepción ha cambiado y ahora es parte 167 En esa misma plática hablaba con risas de la vez que participó en un musical. 148 de la compañía, a la cual ve como un lugar familiar y que además le ha permitido convertirse en uno de los clowns de la misma. Nacho como se le conoce al interior de la compañía, me confiaba en sus memorias los primeros intentos por entrar a la Bulla luego de que su hermano lo hiciera interesarse en este tipo de práctica. Él recuerda que en una función ofrecida en el Centro Cultural España su hermano olvidó su vestuario, por lo que le pidió a Nacho se lo fuera a dejar. Al saberse que no era parte de la agrupación el hermano de Nacho le dijo que cuando arribara al sitio acordado, se presentara como un artista más de la compañía y ahí fue en donde él--- dice--- se sintió famoso ya que lo trataron muy bien con sólo decir que era artista de la Comparsa. Tiempo después se ofreció para ser parte del equipo de trabajo y tras la salida de un anterior miembro del equipo técnico tuvo la oportunidad de ser parte del grupo. Mucho tiempo después de que Nacho se interesara por la obtención de un lugar al interior de Comparsa, en una necesidad por parte de la agrupación le pidieron saliera en una escena, se vistiera con un taparrabos e hiciera su mejor esfuerzo, Nacho le había dicho a Ramona Flowers que no sabía qué hacer y que además tenía una gran “panza” a lo que Ramona Flowers respondió que era ese el efecto que quería causar, un efecto cómico, fue así como Nacho comienza a probar las pruebas de estar en un escenario y convertirse en actor cómico. Ahora para él, el camino de la comicidad y del clown en donde está de mayor manera inscrita, le sugiere un camino adecuado para representar las ideas, sentimientos y peripecias de su vida cotidiana. Él afirma que el clown siempre existió en diversos tiempos y que si ahora tiene un auge es debido a los medios de comunicación que lo han hecho posible. “Lejos de un boom yo creo que siempre ha estado vigente quizá ahora tenga más difusión, la tele, el internet; pero siempre ha existido, imagínate un circo sin payasos. Ahora no es que sea un boom pero si es una tendencia.” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). 149 Aunque es relativamente poco el tiempo en el que ha encarnado en sus vivencias bajo la técnica de clown, él dice que este personaje se ha encargado de cambiar su visión de lo que hacía antes, incluso esa teatralidad de la cual fue renuente mucho tiempo, ahora, se ha convertido en parte fundamental de sus vínculos sociales: “Descubrir que podía ser algo más, se vuelve un estilo de vida, yo hoy lo veo más profesional y me encanta, todos los días compartir con mi gente. Yo era una persona muy amargada pero cuando me doy cuenta que puedo hacer reír, me gusta y eso es lo que quiero hacer. Yo no tengo que ir a trabajar, yo quiero ir a trabajar.” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). En cuanto a su actuación como clown, Ignacio tiene muy claro que la forma de construcción de su payaso no tiene que ver con la típica visión que se tiene del payaso de fiesta encargado de la diversión familiar, infantil y con retribuciones económicas austeras llenas de prejuicios y lástima. Para él en su proceso de distinción, apunta a decir que el payaso que él conoció fue el de teatro, por lo tanto su formación tiene horizontes muy diferentes al de otro tipo de payasos. Él se distingue por creer que su creación del payaso teatral radica de alguna manera en una relación con los saberes habituales de su persona y con las del público, de ahí su reivindicación y distinción de otras personas dedicadas a esta actividad lúdica, él comenta lo siguiente: “En la Bulla no eres el clásico payaso de colores, el clásico payasito que hace reír, es un payaso más sobrio más ácido y más realista, se ubica más con la personalidad habitual. No se trata de vestirse de colores y hacer reír, es compartir con la gente sufrimientos y alegrías, reflejar todo lo que está viviendo el país, la dolencia del pueblo, las alegrías del pueblo, así es cómo nace en la Bulla ese tipo de clown.” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). Finalmente él me ha comentado que ha trabajado de todo, que ha hecho de todo, que ha viajado, sufrido por diversas circunstancias y a pesar de todo se ha levantado para continuar ahora con un quehacer y un compromiso con su propia vida. La actuación ha cambiado de manera significativa su relación con los demás y la ha convertido en un modo de vida que según él, quiere seguir viviendo hasta sus últimos días. 150 Nacho con una suerte de inocencia y esperanza por un futuro próximo, me decía que él se sentía satisfecho con todo lo que ya había realizado en la vida, que está es para aprender, caerse, tener errores, levantarse y seguir adelante. En su caso seguir haciendo lo que ahora se ha vuelto su pasión y su forma de vivir hasta que llegue a él; el final de su existencia en este plano de lo terreno: “…no sé cuánto me quede de vida pero el poco tiempo que me quede quiero dedicarme a esto y hacerlo lo mejor posible, si mañana tengo que entregar el equipo me doy por bien servido, ya hice reír y llorar entonces lo que venga. (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). Francisco Naranjo (Paco): Nos hacen más dependientes de la “Coca” que del arte. Mejor conocido al interior de la compañía como el buen “Paco”, “Pacorrazo” o el “Joselorro”, Francisco Naranjo, joven de 40 años, fotógrafo, muralista empírico y actualmente integrante de la compañía, cuya vida la concibe primeramente como un joven feliz, motivado por un tío que le estimuló el interés por el arte y principalmente el muralismo, me comentaba que fue efectivamente a partir de la creación de un programa de gobierno y en donde posteriormente saldría la Comparsa la Bulla es como él forma parte de esa generación de jóvenes artistas. Francisco pudo observar la mayoría del proceso constructivo de la agrupación, pero su camino y sus intereses personales habían hecho que él estuviera en una constante intermitencia al interior de la compañía. Hasta hace algunos años, fue que definitivamente se volvió parte de la agrupación de manera fija, inicialmente realizando tareas de corte logístico para posteriormente convertirse en uno de los personajes del grupo más enfocado a la especialización del clown como personaje cómico. Me comentaba que el trabajo que hacen Nacho, Idania (su pareja y también parte de la Comparsa) y él, es distinto al de los demás pues implica una mayor descarga de energía, ya que tienen que ver primero, que toda la parte técnica del espectáculo se encuentre en perfectas condiciones, es decir, antes de que lleguen los 151 demás integrantes de la agrupación ellos deben tener listos los micrófonos, los vestuarios, los elementos que se presentarán en escena y después de verificar que todo esté en su lugar, deben ahora ellos cambiarse para salir a escena. En cuanto al tema del clown y sabiendo de su búsqueda por la elucidación de este personaje, me comentaba que para él el clown es una especialización más del actor, que no es el payasito de la calle, o el que se pinta la cara completamente, sino que para ser clown a veces no es necesario hacer todo este tipo de acciones: “Para mí el clown es como decía el maestro Finzi, una especie de actor, es eso…no nos tenemos que pintar la cara, ni llamarnos ni chicharrín, ni pedito, ni putito, ni nada de eso para ser un clown. Ahí está Cantinflas, Tintan, Capulina, Viruta, Manolín, o sea hemos tenido como una escuela de clown en México que mezcla el albur, la picardía.” (Entrevista a Francisco, 29 de marzo de 2016). Para Paco, esta búsqueda de dominar el personaje tiene que ser mediante un constante entrenamiento de su cuerpo, comentándome que él a partir de su propia historia de vida lo había concebido como algo demasiado importante dado que fue presa desde infante del hipotiroidismo. Para él, el clown debe partir de una constante instrucción corporal para poder lograr un efecto escénico distinto al de otro tipo de artistas: “El cuerpo es todo, es una mezcla de sentimientos, de emociones, de músculos, de tendones, de fuerza, de espíritu, alma ¿no? Yo comencé a conocer mi cuerpo por el hipotiroidismo que me atacó y al ver mis imposibilidades pues entonces te das cuenta de cuán importante es tu cuerpo. Yo hago mi clown a partir de mi cuerpo, de cómo soy el día a día, trato de ser alegre, afable, servicial, de ahí manejo mi clown, desde mi cuerpo, si estoy gordito o no o sea juego con esa parte, la develo no la escondo, no escondo mi pancita, no escondo mis chichitas, mis nalguitas, o sea juego con eso también.” (Entrevista a Francisco, 29 de marzo de 2016) Paco considera que a partir no sólo del clown sino de las diversas técnicas que se ejecutan en la compañía, pretende que en su búsqueda por la realización de su ser como actor consiga satisfacer las necesidades que la agrupación y su entorno cultural requiere, pues afirma fervientemente que en su sociedad se educa más a los niños a consumir coca cola que arte. 152 Idania Vega: nosotros sobrevivimos desde nuestra trinchera y haciendo lo que nos gusta. Puedo decir que la primera actriz que se volvió cómplice de mis dudas, mis interrogantes y mis conjeturas previa a mi llegada; fue Idania. Ella al inicio de mi investigación se convirtió en la informante clave para introducirme al modo de vida que ellos tienen y de sus constantes burlas, de las frustraciones compartidas cuando intentábamos aprender malabares, y de sus experiencias y buen sentido del humor, ella siempre tenía un comentario a las interrogantes que albergaba mi mente al ir y venir en mis horas de campo. Con una infancia normal alude ella, estudiante preparatoriana de una escuela católica y fotógrafa profesional, por medio de una sus mejores amigas, fue que conoció a Paco cuando éste hacia unas mantas para una marcha zapatista. Fue por medio de Francisco Naranjo que Idania conoció a la Comparsa cuando presentaban una obra llamada: “Crónica de una comedia inconclusa corre y se va” y fue la primera vez que fotografió a la agrupación. Tiempo después comenzó a entrenar con ellos y a lo largo del tiempo se convirtió en la fotógrafa, bailarina y asistente de Ramona Flowers. Después de una ruptura originada al interior de la compañía por cuestiones ideológicas y económicas con los fundadores del grupo que generó su fragmentación y la pugna por los espacios, contratos, y nombre de la compañía, Idania se adentró de manera amplia en la parte de logística. Ella se encarga de los trámites burocráticos con Ramona Flowers, la administración contable, convocatorias y hace los diseños gráficos para la mercantilización de los espectáculos de la compañía. Ella al considerarse dentro de la compañía como una integrante nueva, ya que durante mucho tiempo no había pensado dedicarse a este tipo de oficio, le preguntaba---para ella que se encuentra iniciando en este mundo de la teatralidad callejera.--- cómo pensaba que se definía y representaba al clown en Comparsa la Bulla. Ella me comentó lo siguiente: 153 “Creo que el clown tiene mucho que ver cómo lo concibe la gente. El simple hecho de la palabra clown que significa payaso en inglés, todo el mundo espera ver a un payaso todo pintado, con la nariz roja y una sonrisa enorme. Yo creo que clown ya no sólo es el significado de la palabra, es más que eso, sino que es un trabajo muy específico que hace un actor, porque me parece que el clown incluye la corporalidad, no sólo el que hagas reír con un chiste o con una payasada, sino que es algo ya más fino, ya más trabajado, más especializado, es la especialización de un actor.” (Entrevista a Idania, 29 de marzo de 2016) Idania se mira feliz de situarse en una nueva faceta al interior de la compañía y de su vida misma, pues el hecho de convertirse ahora en artista, es algo que ella al principio no tenía concebido, pero es una situación que la tiene contenta y para ella es una actividad que quiere seguir realizando, primeramente como un gusto personal y segundo, como una forma de resistencia a las injusticias que provoca la vida moderna y el gobierno. Construyendo un cuerpo que habite la risa. A partir de la particular lectura sobre el escrito de Wacquant al que me referí al inicio de esta investigación, me permití la realización de una proxémica con los artistas de la Bulla de manera no sólo observativa, sino incluso a modo de en-corporación; aquello que Vargas Cetina168 describió como una observación performativa, la cual me permitió ver que mi corporeidad sería un vehículo más para tratar de entender su proceso constructivo como artistas callejeros y clowns teatrales. Efectivamente la tarea no fue fácil. He mencionado el aspecto particular de concebirse como un artista callejero y alguna de las repercusiones sociales e ideológicas que han tenido al interior de este grupo, pero debo reconocer que esta práctica por más parateatral que pueda ser, requiere de una dedicación profunda para poder ejercerla. Una semana de entrenamiento con estos artistas no es nada fácil, ni siquiera un día. Recuerdo que en las sesiones de entrenamiento en el parque de los Viveros de Coyoacán, la gran 168 Vargas Cetina, Gabriela, Interpretación, presentación y representación: modos performativo en la trova yucateca, Alteridades, 2014 24 (48): pp. 47-58. 154 mayoría de ellos me comentaban que el entrenamiento es fundamental para la continuidad de su labor artística, “debes estar en forma, tener condición, correr, hacer actividades complementarias además de la teatral, debes ver películas, etcétera” me decían. Todo esto radica en que cada uno es responsable de su constante avance dentro de la compañía, de esto depende ser considerado para los montajes o no, así bien consideran que la disciplina debe ser una bandera de enseñanza y un fuerte aliciente para que este grupo de chicos siga en marcha. Nacho me decía que el entrenamiento a pesar de sus 41 años es fundamental, ya que su complexión robusta le ha generado una disposición distinta a este tipo de práctica y suele dificultar su aprendizaje, pero indica que su voluntad es grande porque le gusta mucho estar en el escenario, él me comentaba que en alguna ocasión logró una felicitación a su trabajo por parte de Elena Poniatowska, acontecimiento que lo hizo decidir continuar bajo las peripecias de este tipo de teatralidad. Me compartía una plática que había tenido con Hiram en cuanto a su entrenamiento, en la cual el director creativo de la agrupación le hacía énfasis en que debería ser más riguroso en sus ejercicios para lograr los objetivos deseados: “Hiram me dijo una cosa; si los que son actores, malabaristas o acróbatas les cuesta trabajo, a ti te va a costar tres veces más y tu esfuerzo debe ser tres veces más… y eso es lo que me mantiene vivo, tengo que trabajar tres veces más que todos si quiero llegar a ser…” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016) Finalmente Hiram comentaba que el entrenamiento para la continuidad de su quehacer artístico es fundamental, pero que debido a la precariedad y a la falta de recursos, se ven mermadas las intenciones de generar artistas que estén dedicados de tiempo completo a su instrucción: “De entrada la mayoría de nosotros pues entrena en la calle, cómo puede, compra el equipo cuando puede y con lo que le alcanza, entonces hay un clima que no permite que florezca y se consolide un arte callejero, un arte del clown y sólo entonces hay unos cuantos privilegiados que tienen la oportunidad de viajar al extranjero, de tener otros referentes y pasar a otro nivel…” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015). 155 Un entrenamiento: La organización lúdica de un dolor creativo. Como bien lo he mencionado, los entrenamientos realizados por este grupo de jóvenes son, para mi condición física actual, en demasía extenuantes, se componen de una cierta estructura, con variaciones mínimas de acuerdo a sus itinerarios colectivos. Podemos comenzar diciendo que 1.-los materiales con los que se practican no son de fácil acceso debido a sus altos costos, ya que estos instrumentos con los que se entrena varían desde los 100 pesos hasta los 5000 pesos mexicanos o más, esto hace que muchos de ellos busquen la manera más barata de conseguirlos o fabricar sus propios juguetes como ellos les denominan. Recuerdo que la primera vez que decidí comprarme unas clavas 169 para entrenar malabares con ellos, todos me decían cuál era la mejor marca, dónde encontrarlas y dependiendo cuánto quería gastar, definiría si mis clavas tendrían un mango largo, corto, nacionales o extranjeras. El hecho de preguntar sobre un artículo que para ellos es indispensable en su oficio, resultó toda una gama de experiencias y expectativas en relación a su mundo, ya que recordaron cómo habían sido sus primeros juguetes, mismos que algunas veces no les alcanzaba el dinero para conseguirlos. Me decían que era preferible hacer un gasto fuerte para conseguirlas ya que los juguetes de baja calidad no duran mucho, en cambio si yo compraba unas traídas de Alemania u otro país siempre sería garantía de que me durarían un tiempo considerable. Siempre que se compra un juguete de malabar, los integrantes lo reciben con entusiasmo, todos se detienen a mirarlo, a valorar su peso, su textura, su forma, o si es de una marca reconocida o no, para ellos será siempre mejor una clava Henrys que una casera. 169 Tipo de malabar que se caracteriza por tener un mango y una parte abombada que proporciona centros de gravedad diferenciados para producir un efecto al girarlo y tomarlo por el mango. Se pueden utilizar desde dos a varios y hacer pases con compañeros. 156 Ya que se han conseguido los materiales o juguetes como ellos lo refieren para trabajar, el segundo paso consistió en insertarme de manera directa en aquello que me describían como la piedra angular de toda su producción escénica y que era el entrenamiento. Confieso que mi prenoción inicial era la de mirar esta práctica sólo como un divertimento, pero después de todo este tiempo he aprendido a que el aprender a malabarear, a jugar e intentar hacer lo que ellos realizan sin una preparación rigurosa previa, no es nada sencillo. Tenía facilidad para jugar con algunos de los elementos que ellos utilizaban, lo que me permitió ser identificado más rápidamente como alguien no tan neófito de sus prácticas, pero a pesar de eso, se burlaban de mí cuando fallaba o sufría alguna caída. Teniendo en cuenta esto, cabe mencionar que los entrenamientos realizados en Comparsa la Bulla, son demasiado volátiles, pues a pesar de la disciplina a la que se refieren como piedra angular de sus producciones escénicas, siempre surgen inconvenientes, accidentes, enfermedades, compromisos de otra índole o trabajo. En este sentido, a pesar de las incontables faltas de varios integrantes a los entrenamientos, se pretende ensayar con quienes estén, ya que el entrenamiento servirá para estar preparados en el momento que se sea requerido, se busca una suerte de ensamblaje en su conjunto partiendo de que todos se están preparando de manera ardua más allá de sólo el tiempo dedicado para verse. Cuando decidí enfilarme a estos entrenamientos, no consideré que mi falta de condición física, mi torpeza en el escenario, mi género, mi lugar de residencia y mi edad, serían parte importante para situarme ante ellos. Puedo decir que durante las travesías que realizaba desde el lugar de mi residencia, en donde prácticamente esas dos horas de camino me permitían conocer otro tipo de ciudad al que tenía en mi mapa mental, pues provengo de un pueblo ubicado en la periferia del ahora ex Distrito Federal, y hecho por el cual ellos sentían una gran sorpresa y una suerte de mayor interés por mi trabajo en cuanto a su quehacer artístico, me decían “donde vives sí está lejos” o “tú vienes de la hermana República de Tláhuac” a lo que proseguían 157 burlas y consejos para conseguir una vivienda, la cual me permitiera llegar con ellos más rápido y sin tanto conflicto por el tránsito, el metro, o los policías que en alguna ocasión no me permitieron acceder al servicio del metro puesto que llevaba un monociclo y pensaban me iría pedaleando sobre él en los pasillos del lugar. Todos los días de entrenamiento reían de las cosas que habían vivido en la cotidianidad de sus propias experiencias, es decir, contábamos a dónde íbamos, qué metas teníamos en un futuro a corto plazo e incluso asuntos ---cuando no se encontraban las mujeres---que tienen que ver con nuestros gustos acerca del género femenino, a quiénes les gustaban con busto grande, o con glúteos y caderas amplias o sobre algunas experiencias sexuales que siempre sacaban una carcajada. El entrenamiento daba inicio siempre y cuando estuvieran la mayoría o ya hubiera una disposición para iniciar después de cierta espera a los demás integrantes. Cabe mencionar que durante estos entrenamiento que servían de medio para la libre fluidez de sus experiencias, motivaciones y como un espacio de convergencia y de identificación social con la práctica de su oficio, con quienes me encontré, la mayoría de las veces, durante estos dos años para ejercer esta investigación, fue con actores; los clowns de la compañía y David (el Director musical) pues los demás integrantes eran considerados para ellos como parte complementaria de sus estructura organizacional y creativa. Sabiendo esto puedo describir que los entrenamientos que tuve a bien realizar con este grupo de artistas y clowns, radicaba primordialmente en un itinerario riguroso y muchas veces agotador. Se partía de la idea de que todos estaríamos en el sitio acordado para la práctica a las 11 de la mañana, nos disponíamos a realizar ejercicios de yoga que Ramona Flowers—considerada como la integrante que se enfocó en mayor medida a las disciplinas físicas--- nos ponía durante una hora y quince minutos aproximadamente, y así entre ejercicios que podían tener más un parecido a un contorsionista que a una clase para artistas con otra disposición corporal, se observaba a Hiram, Itzel, Uriel, Carlos, Bere e Idania, con un desempeño óptimo y 158 constante para los ejercicios y las posturas, mientras tanto, Paco, Nacho y yo no hacíamos más que desatar una complicidad cómica por parte de los demás compañeros, en algunas ocasiones ni siquiera lográbamos estirar nuestro cuerpo de manera adecuada y lo que se veía eran solamente cuerpos retorcidos del dolor haciendo figuras más con la cara que a alguna de las posiciones pedidas por Ramona Flowers. Después de nuestros dolores del primer tiempo del entrenamiento, proseguía un pequeño descanso para recuperar las energías, se hacían chistes, pláticas y alguno que otro comentario en torno a las próximas funciones, después de ese breve descanso que parecía los más allegado a una cuenta regresiva para la próxima condena, se comenzaban con ejercicios de acondicionamiento físico, estos sólo unos minutos pues se realizaban para entrar calientes al entrenamiento que ahora Hiram se encargaba de impartir y que constaba de la enseñanza del arte del malabarismo. El malabarismo como una actividad de entrenamiento constante era para mí una revelación, ver a estos artistas realizar malabares con tres, cuatro, o cinco pelotas sin que éstas se les cayeran al suelo, me generaba mucha expectativa hasta antes de decidirme a intentarlo por mí mismo. A primera vista esta actividad parece fácil, cuando veía a chicos en las calles, en los circos o en los semáforos, pensaba que la ejecución de éstos no era más que una especie de reiteración matemática echada al aire, pero ahora estando ahí, con los artistas de la Comparsa comencé a poner a prueba mi tan simple explicación al fenómeno del malabarismo y por supuesto; fallé. Mientras yo no hacía más que el ridículo recogiendo pelotas pareciéndome más a una gallina picoteando maíz que a un malabarista, la mayoría de los integrantes— los más experimentados--- ejercían con una maestría el juego que se lograba ver una cadencia en el movimiento y una gracia propia de la práctica de muchos años de esfuerzo. 159 Dentro de la misma agrupación hay diferencias en tanto a las disciplinas artísticas de cada integrante, por ejemplo, Carlos es bailarín, actor y chef, Uriel es actor, Bere e Itzel son actrices, Ramona Flowers es actriz, bufón, músico, maestra de yoga, clown teatral y directora de la compañía, Hiram es actor, clown teatral, músico y director artístico, David es músico y director musical de la compañía, mientras que Nacho, Idania y Paco se dedican a las labores de logística además de dedicarse a otro tipo actividades y con otro tipo de trabajo como la fotografía, el oficio de electricista o el de ser actores y clowns de la comparsa. Estas características propias de cada integrante de la comparsa son de vital importancia para su desarrollo y desempeño al interior de ella, además de que son una disposición para el aprendizaje de las múltiples técnicas que se ejercen en este grupo de jóvenes. Nacho me decía que obviamente para estar dentro de este grupo de artistas se requiere de una voluntad grande y de estar dispuestos a trabajar arduamente para que en escena se vea el trabajo realizado durante meses: “…yo le dedico a entrenar como de 4 a 6 horas dependiendo también del trabajo que hay, porque no siempre le puedes dar cuatro hora seguidas, a veces dos en la mañana, dos en la tarde. Si tú quieres hacer bien tu trabajo, debes estar en forma, para comparsa hay que entrenar, hay que estar en forma porque hacemos acrobacia, hacemos malabares incluso la expresión teatral; entonces son muchas horas las que debes dedicar, dependiendo hasta dónde quieras llegar” (entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). Quiero reiterar nuevamente que mi cuerpo se volvió un dato más de esta investigación, lo cual requirió de mirarlo desde la policromía de mis interpretaciones, todas éstas para la explicación y entendimiento de esta práctica social de la teatralidad artística callejera. Después de mis ridículos, de mis sentimientos de vulnerabilidad cuando me pasaban al frente para mostrarles lo que había aprendido, de los ejercidos de improvisación, de clown y de yoga, pude vislumbrar la capacidad transformadora que se ejercía no sólo en el cuerpo de ellos, sino en el mío. De aquellas risas, burlas y complicidad lúdica que provocaban mis fallas en los ejercicios, mi poca elasticidad y mi falta de condición física logré saberme situado como el antropólogo torpe que 160 intentaba entender sus prácticas artísticas a través de ejercicios prácticamente controversiales para con mi propia corporeidad. Un cuerpo extra cotidiano. Comparsa la Bulla ha generado y tomado como trinchera el arte para poder denunciar factores como la pobreza, la marginalidad, el dolor, la exclusión y la injusticia en donde han vivido durante muchos años como artistas independientes haciendo del cuerpo el sustento de su posición política y de su modo de vida. En este sentido apunto ahora a describir la profunda relación que tienen estos artistas con su propia corporeidad, la cual conciben como el fundamento de su propia producción escénica. La relación con su cuerpo se vuelve un vector central para su quehacer artístico, es un instrumento, una máquina y un fin en sí mismo, es la fuente primordial de su subsistencia. Hemos hablado de la variación conceptual e ideológica en torno al referente del cuerpo y más aún al modo de cómo ejercemos distintas corporeidades, en este sentido podremos ver ahora cuál es la concepción que tienen estos mismos artistas sobre su cuerpo. Cuando hablaba con Nacho después de los arduos entrenamientos de entre 4 y 6 horas que se hacían dos veces por semana siempre y cuando no hubiera función170; veía en su cara el agotamiento y la necesidad de un descanso. Por otro lado y con cara alegre llegué a ver a Paco con satisfacción por los comentarios que al interior del grupo le hacían al avance sobre su condición física y el progreso en el arte de los malabares. 170Cuando se acercaba una función se realizaban con mayor ahínco los ensayos, a veces casi toda la semana. 161 En el mismo sentido observé a Idania, Bere, Itzel, Uriel y Carlos (este último con gran facilidad pues su proceso de aprendizaje ha sido el más adelantado de todos los demás) practicar de acuerdo a sus propios procesos el arte del malabarismo, mientras Ramona Flowers, Hiram y David ejecutaban con gran maestría los elementos circenses como las clavas y el monociclo. Refiero a este ejemplo para dar a entender que la misión de todos los demás integrantes era la de generar en ellos mismos, una disposición corporal que les permitiera hacer en algún momento lo que los tres fundadores de la compañía sabían hacer desde hace ya más de 15 años. El camino para llegar a ejecutar de manera precisa este tipo de arte, en ellos se basa profundamente en un arduo y constante trabajo de su corporeidad, porque sin un compromiso intenso con su instrumento (cuerpo) sería complicado poder ser parte de la plantilla de este grupo de artistas, ya que de sus actos y performances dependen de la creación de espectáculos que les permita integrarse con más posibilidades a la venta de sus productos escénicos ante instituciones públicas o privadas y para eso deben estar preparados, deben ser más profesionales aluden ellos. Así que el cuerpo o la corporeidad se vuelve el tema central de todo los días, implícita o explícitamente, se dice que se tiene que estar en forma, que se tiene que tener la condición y la voluntad para aprender todo tipo de disciplinas que les permita crecer como artistas escénicos, se dice: “tienes que bajar de peso o hacerlo una virtud”, “felicidades ya te salió el truco tal” o “practiquen su secuencia de malabares y hagan cuadros de exploración”. El cuerpo en este espacio toma el aspecto de plasticidad que le es propio, no se trata de señalar el cuerpo como una disociación con el sujeto y de la cual durante muchos siglos fue preso, sino que este socio indiscernible a nuestra existencia misma, tiene la capacidad para la modulación y en algunos casos, para la transformación representativa de la voluntad artística de estos actores, es decir, que es a través de 162 su propia corporeidad que el actor tendrá la posibilidad de la representación escénica de un tipo de payaso distinto al de otros. Nacho me comentaba que para él efectivamente el cuerpo se convierte en una herramienta y en la parte central de su forma de concebir el mundo. Él refiere a que si no se tiene una conciencia de trabajo plena con su propio cuerpo, no podrá seguir este modo de vida, por lo que su anclaje es demasiado fuerte, ya que de éste depende su permanencia en la agrupación y su forma de subsistencia, es delegar tu propia fuerza de trabajo a un horizonte ideológico, pues él comenta que este trabajo es algo deseado, que si su única fuerza de trabajo la ha ofrecido al servicio de lo actoral ha sido por decisión propia y no por alguna otra circunstancia: “Sin cuerpo pues no podríamos hacer nada, expresarnos sobre todo. Es la herramienta, pues sin esto ¿cómo transmites lo que quieres representar? creo que es la herramienta, eso es el cuerpo para mí, es la herramienta para lo que hagas, yo me refiero al teatro pues es lo que hago, todo es parte de uno todo, en la parte artística es la base, es el modo de expresar, sin manos, sin piernas, sin cara, el mismo tronco tiene mucho que decirte. En el arte es expresión, cada movimiento, cada línea, cada forma. En lo personal hasta la panza para mí fue lo que me lanzó a poder actuar si yo no tuviera panza, no hubiera podido representar el personaje que requería. Todos los días estás entrenándote y preparándote... estás manteniendo esa maquinaria, estando al cien, ejercitando, reforzando, todo el tiempo. Si tu cuerpo es la maquinaria debes estar al cien...” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016) En cuanto a la temática específica del clown y al ser una de las personalidades más enfocadas a la representación y quehacer de este oficio, Nacho dice que es una verdad el que todos puedan ser clowns, pero que si bien todos podemos ser estúpidos en la vida cotidiana, para estar en escena y lograr ejercer el payaso de teatro, mismo que ha aprendido en estos últimos años, se requiere una preparación desde su propio cuerpo, esa es la diferencia, el trabajo que se le da y la horas de dedicación a un lenguaje específico: “El clown debe estar bien preparado, son horas de dedicación, esto no lo puedes hacer nada más (sic) porque sí, lleva un proceso, debes tener un cierto conocimiento de ciertas materias y sobre todo de la vida cotidiana, te estás preparando, te estás entrenando.”(Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016) 163 Ya he mencionado que el malabarismo se erige como una acción de manipulación y ejecución de varios elementos en un punto de equilibrio, y en donde se pude observar la separación de objetos inanimados (bolas, cariocas, etcétera.) con el cuerpo mismo, quien esboza la realización de la rutina, en este aspecto el actor o ejecutante debe dejar de lado la visión de que el cuerpo mismo se convierte en un objeto amarrado a su propia voluntad, es decir, el cuerpo aquí se mira como metáfora de un malabar más que hay que mostrar cómo se ejecuta en su cotidianidad a pesar del colorido o expectativa que genera por ejemplo dentro de un espectáculo, de ahí su reiterada inclinación por los ensayos y los entrenamientos grupales. Para Hiram en este aspecto piensa que el cuerpo del actor y del clown debe ser un cuerpo moldeado para la escena, el actor debe tener una corporeidad que lo distinga primeramente de otro tipo de personas, y de su movimiento en la vida cotidiana: “El actor debe distinguirse de esa uniformidad y sólo lo va a hacer a través del cuerpo. El cuerpo es fundamental porque te coloca en otra posición, tu nivel de energía y proyección es más potente. El cuerpo evidentemente es la herramienta fundamental, a partir del cuerpo se desarrollan los malabares, la pantomima, el monociclo, la acrobacia, pero la base es el cuerpo; si tú no tienes una condición física adecuada y un entrenamiento continuo, no vas a poder desarrollar todo lo demás. Los movimientos para que tengan gracia deben tener un apoyo corporal de un entrenamiento muy riguroso, el profesional se distingue porque refina su cuerpo y en escena se vuelven algo atractivo de mirar, lo que nosotros buscamos es la mirada del espectador y no vas a seducirlo si tienes una corporalidad de una persona normal.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Incluso será la misma corporeidad la que al clown le permita diferenciarse de otros actores, ya que su presencia y según el personaje de clown que se busque representar, requerirá de una plástica y estética según con códigos corporales específicos, lo que hace que el actor se coloque de manera distinta en escena y en la ficción de ese momento: 164 “La corporalidad del clown tiene un código muy específico, el clown se mueve, según el estilo, según la obra, según el papel que le corresponde, si es un trampa, si es un cara blanca o si es un augusto. Si el clown no tiene la posibilidad de expresarse físicamente va a cargar su expresividad en el maquillaje, en el vestuario y es cuando vamos a ver zapatones porque tienes que cubrir una necesidad expresiva con el exterior, hay gente que complementa las dos de manera muy profesional… pero no lograría eso si no estuviera entrenado físicamente y puede parecer algo muy simple pero para llegar a eso… puf… para poder moverse como clown y ni el bailarín o el acróbata están preparados o se va a mover así.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Para Hiram al igual que Nacho la corporeidad en este oficio es fundamental, se incorpora tanto que se vuelve tácito, pero en sus reflexiones me hacían alusión a un problema que para ellos es demasiado preocupante, ya que sugiere que mucha de la productividad en los artistas populares es emergida desde su propia corporeidad, pero en el desarrollo de estas prácticas la alimentación es muy precaria, lo que según Hiram ---decía--- merma las posibilidades de ejercer este tipo de teatralidad en la Ciudad de México. Él me expresaba lo siguiente: “Habría que instruirse más, pero aquí trabajas con huevito, frijolitos y arrocito y café solito. Entonces evidentemente tu cuerpo no se va a desarrollar igual y en la lucha por la supervivencia pues no vas a tener la instrucción de Lecoq y no vas a poder ir a ver el festival de Montecarlo (risas) y no vas a poder ver los grandes festivales europeos y entonces tu referente va a ser el payaso que sale en la tele, va a ser “Platanito”, va a ser el mago “Frank”… (Risas)” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Después de estas concepciones en la que Nacho e Hiram nos hacían hincapié, la importancia del cuerpo en el oficio del actor y el clown (visiones convergentes incluso por Desparpajo clown y Nano Lara171) para Ramona Flowers es primordial, porque para ella el cuerpo es la base de todo artista escénico. Ella se dedicó a lo largo de muchos años a practicar disciplinas que implicaban un desgaste físico 171 Desparpajo y Nano quienes conciben al payaso de una manera más a modo de forma de ser, al igual que los demás artistas de Comparsa la Bulla, hacían convergencia en torno al tema de la corporeidad, para ellos su cuerpo es fundamental en la ejecución de su arte y de su vida misma, a partir de su fisicalidad Nano puede interactuar con el público e incluso con otro tipo de clowns sin conocerlos y hacer rutinas de más de media hora. Por su parte para Desparpajo el jugar con su propia corporeidad le ha permitido desmitificar ciertas prácticas de la mujer occidental como las que tienen que ver con el estatus y distinción (ella se permite olerse la axila, caminar torpe, mostrar los dientes chuecos, los ojos bizcos e ir a conquistar a un hombre que se deje seducir por sus juegos y encantos). Todo esto con una preparación ardua con su propia corporeidad. 165 importante, me comentaba que primeramente considera que dependiendo de nuestro género habrá una disposición corporal y una instrucción distinta, lo que repercutirá en la forma de movernos en el mundo, para ella el hecho de que en esta sociedad machista las mujeres sean reprimidas de ciertas experiencias en el camino cognoscente de su propia corporeidad, permea mucho su manera de apropiarse de su cuerpo y las deja “mochas o pandas”, pero que cuando se logra apoderarse uno de su propio cuerpo todo es distinto. “…yo creo que en esta sociedad se educa a los niños y las niñas distinto a manera corporal, a los niños se les permite todo, caerse, raparse, y a las mujeres no y entonces creo que en el desarrollo a las mujeres nos dejan pandas, y yo observé que después de los años yo me volví la más precisa de la compañía y creo que está profundamente ligado a cómo nos educan corporalmente, si tú no tienes confianza en tu propio cuerpo siempre serás insegura. Cuando me apoderé de mi cuerpo, la manera de moverme en escena cambió, si el cuerpo no se involucra entonces no hay un aprendizaje, cuando me metí a las disciplinas corporales todo cambió, mi yo escénico cambió…” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) En cuanto a la extra cotidianidad del cuerpo, ella cree que el cuerpo debe aprender a colocarse de acuerdo a lo que busquemos representar ante los otros, como un mecanismo de distinción. En cuanto al payaso teatral y el bufón, Ramona Flowers considera que es a partir de la propia construcción corporal en donde se podrá ver la capacidad de acción que se tiene sobre estos personajes y sobre quién es capaz de interpretarlos, acción que permitirá al sujeto tener una conexión distinta con su forma de ver la actoralidad y de una conexión profunda con algo que ella definía como mente-cuerpo: “En el caso del bufón, lo que tiene el clown y el bufón son que de manera fáctica conectan, es como una cosa que está muy cercana a lo intuitivo y en el caso del bufón te exige que te modifiques corporalmente. Realmente el bufón y el clown te exigen que haya una modificación corporal de entrada, sino, no puedes estar ahí, siempre hay como esta cosa extra cotidiana que pide que el cuerpo se coloque de forma extra cotidiana, a mí me permite sacar las cosas que yo puedo considerar las cosas más retorcidas y las bajas al cuerpo para comunicarlas. Cuando yo hablaba de esto del clown, del bufón y de los ejecutantes escénicos, es eso, que se requiere una corporalidad distinta, se necesita activar ciertos mecanismos que le dan a tu presencia escénica eso que no tienes cuando estás parado en la calle comiéndote unas papas. Eres actor en todo momento, porque la presencia escénica es un mecanismo siempre mente-cuerpo.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015). 166 Finalmente a lo largo de estos años he podido constatar en ellos y desde la vivencia misma la transformación, una corporeidad como herramienta fundamental de la supervivencia en este mundo moderno, cuerpos que obedecen a una lógica desde una concepción occidental de estar en forma, flexibles, disponibles para el ejercicio de la ficción, sujetos que buscan un modelo de cuerpo que sugiera de manera visual, distinguir una persona con la capacidad y la plasticidad para la ejecución de diversas técnicas escénicas, corporeidades que en su constante entrenamiento presuponen un cuerpo extracotidiano en donde estos chicos a partir del arte del payaso y del oficio del actor en un contexto urbano e independiente, buscan generar la idea de que aún es un oficio digno para vivir. En ellos se encuentra una reivindicación del arte popular en su conjunto y el que hayan retomado al clown desde un perspectiva distinta, va generando una disposición diversa de mirar a los practicantes de esta actividad, no solamente dedicada a lo lúdico o a la búsqueda de la carcajada fácil, sino a una serie de reflexiones sobre los temas que atañen a su urbe o sociedad. Esto no podría ser generado si no tuvieran una disposición corporal para la recreación de los dramas sociales que ven en su propia cultura. Algunos actores, músicos, acróbatas, bailarines o payasos, buscan en lo más profundo de sus deseos en algún momento sólo vivir de esta práctica. Para lograr esto, están conscientes de que deben seguir trabajando, pues ellos son portavoces de una cultura popular que según a través de ellos gritan y sacan lo que traen dentro. En este sentido he visto cómo se han unido de manera perfecta los aspectos ideológicos de estos actores y cómo sólo a través de su propia corporeidad es como son capaces de expresarlo, he concebido durante estos dos años, cómo la teatralidad, el clown y el cuerpo son capaces de crear una corporeidad en resistencia y en contra de las convenciones u evidencias ideológicas que concebimos como naturales, asimismo como una forma más de expresar descontento al poder institucional 167 mediante el arte y del cómo se insertan en los vericuetos del mismo para hablar de que las utopías del teatro generan siempre una alternativa para un posible bienestar. La Ideología de un arte que resiste. A lo largo de este tiempo he podido constatar cómo este arte de lo efímero--según me lo hacía saber Hiram--- produce en el espectador un reflejo de muchos de los supuestos cotidianos de los habitantes de la ciudad de México como los vicios, la familia, la sexualidad, la masculinidad o femineidad; asimismo como del y contra las figuras de autoridad o de poder. Estos momentos espontáneos como lo mencionamos con Fisher-Lichte implican más que meras representaciones escénicas sino que por el contrario, se vuelve efímero porque permite a los partícipes del performance experimentar un acontecimiento que le permite reflexionar sobre su modo de vivir en la metrópoli. Es interesante observar cómo de vérsele al payaso anteriormente como un loco fingido172,en este grupo de artistas se le piensa como una figura que puede ser reivindicada bajo una instrumentalización del personaje que permita le generación de identificaciones colectivas retomando una de sus funciones históricas y centrales como lo es la de facilitar una denuncia ante los embates de las injusticias y desigualdades ejercidas por el poder de las clases dominantes. Por razones prácticamente obvias ----que nos han venido mencionando a lo largo de este escrito---- encontramos en sus discursos, que ellos no se consideran locos, ni han hecho referencia a este tema de manera profunda; en todo caso y dentro de las conversaciones que he tenido con alguno de ellos, parecen naturalizar el asunto de que su práctica artística callejera y de clowns teatrales es de por sí una profesión considerada peyorativamente como una locura, principalmente al interior de sus familias, pues supone una profesión económicamente poco redituable. 172 El loco es aquel cuyo discurso no puede circular como el de los otros, llega a suceder que su palabra es considerada como nula y sin valor (Foucault, 1980) 168 En cuanto a los mecanismos de exclusión vimos en sus discursos que ellos se sentían concebidos desde afuera (por los artistas de circo o de teatro convencional) como artistas no serios, vagos, o poco instruidos, que sus prácticas y propuestas eran falsas y que el ejecutarlas en la calle era sinónimo de un oficio denigrante. En este aspecto vimos una constante pugna por la falta de espacios otorgados por las instituciones o de la exclusión que recibían por parte de los mismos gremios artísticos, eran---en palabras de ellos--- unos “rechaz173”, unos outsiders me comentaba Ramona Flowers. En estos actores callejeros concebí cómo se formaba dentro de sus narrativas un pronunciamiento político en torno a la mención de que la práctica artística callejera debe considerarse como arte. Esta visión latente desde hace muchos años los colocaba inicialmente fuera de las instituciones teatrales o cirqueras de los gremios artísticos: “Por otra parte he entendido que ya había estado bien de ser los rechaz, de ser los raros y los outsiders porque finalmente todo es como un mundito y mucho tiempo no nos interesó, pero ahora lo que nos interesa que todo se reparta equitativamente porque por ejemplo la compañía nacional de teatro le dan unos presupuestos que ¡es una cosa que te mueres...! (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Entendí a lo largo de este seguimiento constante con estos actores del teatro de calle que el lugar de su enunciación se fundamentaba en lo alternativo, la calle, lo abyecto, en donde el establecimiento ritualístico174 de su posición política desde la calle permitía que pudieran concebirla como una trinchera para su reproducción ideológica, la cual se integraba de pensamientos de reivindicación de un arte que aún es capaz de decir algo acerca de los problemas que los sujetos en sociedad viven día a día. 173 Abreviación de rechazado social según ellos. Se referían a la falta de espacios para sus presentaciones o apoyos dentro del mismo gremio actoral que veían su práctica callejera como un signo de depreciación a su trabajo. 174Siguiendo una idea de Roberto Da Matta en la cual afirma que en nuestras sociedades contemporáneas tenemos formas rituales de todo, es decir, tenemos rituales políticos, deportivos, culturales, sociales, etcétera. 169 En el pensamiento de Hiram, ahora el artista es el reflejo de un pueblo que se ha encargado de consumir de manera pasiva los contenidos que los medios masivos de comunicación le oferta. En este sentido me comentaba en el tema específico del clown, que los contenidos que son presentados por otros artistas enfocados a la comicidad, en vez de reivindicar el oficio del payaso o del cómico, lo que hacen es demeritarlo, ya que para él esos artistas sólo son trabajadores sin conciencia y dominados por el poder de una clase privilegiada que le indica qué decir y qué no. Hiram comenta lo siguiente: “…el pueblo no sólo tiene los gobernantes que se merece, sino también los artistas que se merece, entonces surge un platanito, guerra de chistes, las lavanderas, lo cual a mí me parece—a manera muy personal el reflejo de un pueblo mediocre, poco instruido, de un pueblo que ha caído en la vacuidad y que es muy penoso o sea nos volvemos patéticos, nos reímos patéticamente, lastimosamente porque no tiene sustancia, no tiene arte, no tiene vida, es una cuestión en la que se denigra, se burla, o sea y se recrudece más una identidad superficial, evidentemente esos comediantes están donde impera el poder, tienen un mayor acceso a ser vistos, a ser escuchados y por lo tanto son los representantes... Ni siquiera por imposición porque si no gustaran no estarían ahí, pero evidentemente para un sector de la población son necesarios...” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) En este sentido, todos nuestros entrevistados, no cierran la reproducción de sus saberes, incluso en sus discursos hablan de las vicisitudes que ellos pasaron por no encontrar quiénes les enseñara lo que actualmente saben, puesto que el conocimiento en este tipo de práctica era muy retenido. Por lo regular en sus palabras entendemos que en el plano social, las representaciones de lo cultural son condicionadas y tergiversadas por las instituciones, las cuales son quienes deciden el curso de lo que la población debe concebir como representaciones artísticas o culturales. En el caso específico de Comparsa, ellos no utilizan más que los medios artísticos (sus propios medios o capital cultural, social y simbólico) para poder tener un impacto social que genere una visión distinta de lo que es la teatralidad popular y los legitime: 170 “¿Qué tipo de artistas queremos como sociedad, de qué manera? Pues en la manera en que nos reírnos o divertimos pues está digamos que nuestra identidad, es lo que nos va a definir como pueblo.” (Entrevista realizada a Hiram el 10 de enero del 2015) Por su parte Ramona Flowers, quien por diversas pláticas se piensa era quien realmente se encargaba de ser la más contestataria de toda la agrupación, en cuanto a su posicionamiento político, me explicaba que después de haber estado en apoyo de muchos movimientos, de sus caminatas en marchas, su descontento a la burocracia nacional entre otras actividades militantes, encontró que su mejor forma de intentar cambiar un poco de su realidad, era a través de la teatralidad callando bocas demostrando que sus propuestas artísticas son de alto contenido cultural: “…necesitamos que alguien les diga que los contenidos no son solamente como ellos creen que son, o sea no sólo están cortos de mente ¡están pendejos! Dentro de mi visión no me parece que estén bien las cosas que se están haciendo y la única manera es callando bocas”. (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015). En los discursos vistos en las entrevistas realizadas tanto a Ramona Flowers como a Hiram, la coyuntura viene al interior de sus enunciaciones, de la unión de sus identificaciones ideológicas como creadores escénicos, ambos refieren la mayoría de las veces a discursos similares en contra de lo oficial. Así bien, por lo tanto observé que la constante en sus discursos radicaba en la confrontación con las instituciones gubernamentales o de fomento a la cultura: “Es muy complejo porque las administraciones priistas no les importa lo cultural y en nuestras crisis actuales, en donde menos apoyan es a lo cultural, ahora quieren reventar a CONACULTA y ahora el dinero pasa por la SEP y si así te tardaban un chingo de tiempo en pagarte ahora será lo doble. Ahora la visión del arte pasa por los burócratas que deciden qué es lo que la gente tiene que ver. (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Pareciera ser que un análisis coyuntural queda de lado o es opaco en su explicación dadas las fuertes argumentaciones de nuestros actores, pero sucede que me encontré con la sorpresa de que a pesar de que ellos se conciben como una agrupación de calle, el año que inicié la investigación estos mismos jóvenes formaban 171 parte de un subsidio gubernamental, es decir; por parte del Fomento Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) entraron en un programa de coinversión en donde se les condicionaba a la presentación de más o menos 15 funciones en diversos espacios de la Ciudad de México Ramona Flowers pidió discreción en cuanto a este tema y reconoció que a veces piensa que el sistema ya le ganó, pero que a la vez sigue estando convencida de se puede incluso hacer algo desde adentro. “Mi idea cuando era joven, más que tú, era ganarle al sistema, sé que no lo puedo romper, cambiar, pero desde mi trinchera puedo ganarle en algo, siempre tuve esa convicción, en este momento estoy como en una posición ambivalente al respecto, porque por una parte siento que ya la máquina me ganó sabes! Que ya estoy completamente inmersa en la rueda... Y puede verse así: de ser los más pinches rechaz y los más reaccionarios, terminamos siendo parte, pero la realidad es que todo tiene muchas aristas. Estuvimos por primera vez en este tipo de apoyo y más que apoyo es una coinversión. Entonces nosotros conseguimos todo y ellos nos pagan los gastos de operación durante 15 funciones… la cantidad que te dan son como 300 mil pesos para todo en donde hay más de 17 güeyes para todos los gastos, o sea es una cosa ridícula.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) En este aspecto Ramona Flowers se permitió reflexionar sobre esta ambivalencia y me comentó que aunque pareciera ser una especie de contradicción operativa, ideológicamente sigue en el mismo plano de posición política en contra del poder. Ella considera que ir tras los subsidios es importante ya que ese dinero le pertenece a ellos, al pueblo y que al ir por ellos está haciendo una suerte de recuperación de un dinero que en manos de otros sólo sería infructífero: “Cuando yo tomé la decisión de taladrar por otro lado, fue porque si bien nosotros ya habíamos pertenecido mucho tiempo en la independencia, también llega un momento en donde las cosas tienen que cambiar y tienen que cambiar primeramente porque creemos que la gente que está en el poder y que los mantengo con mis impuestos, están haciendo puras mamadas y que también es hora de que se empiece a valorar el trabajo no sólo artístico de la compañía sino toda la compañía en sí.” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) Al igual que Ramona Flowers, Hiram entiende que las becas, los programas de inversión o coinversión, las funciones hechas para alguna instancia gubernamental también son manera de recuperar los impuestos que todos pagamos como sociedad, para él, el ir por los impuestos desde la vía de lo teatral lo concediera una modalidad 172 de acción y de resistir a lo que los gobernantes nos imponen, es para él una manera más de ejercer su propia idea de supervivencia como artista callejero: “Yo digo hay que aprovechar las instituciones, hay que buscar el subsidio porque a final de cuentas el subsidio son los impuestos que todos pagamos.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) En este sentido Paco Naranjo ha referido desde su experiencia que él piensa que no se puede desligar de una búsqueda por los subsidios, y que no considera que la compañía haya dejado de buscar apoyo del gobierno, pues para que la compañía siguiera existiendo y siendo legitimada como una de las pioneras del teatro callejero y la inter-disciplina, fue necesario mostrar su trabajo en los festivales auspiciados por las instituciones pero, concuerda al igual que Ramona Flowers que la única forma de seguir con sus ideales de cambio y resistencia es desde adentro. Estas formas o maneras de seguir sobreviviendo como ejecutantes del teatro de calle, para Ramona Flowers están basadas fundamentalmente en ser artistas partícipes de la construcción de algo que ella ha referido como una tradición de compañía. Para ella la ideología o modo de vida que tienen muchos actores es la de trabajar en diversas funciones o eventos para así poder medianamente pagar las necesidades básicas que requieren y poder seguir ejerciendo este oficio. Es precisamente por esto que Ramona Flowers considera que Comparsa la Bulla se ha encargado de ejercer en quienes han formado parte de ella, la idea introductoria de una forma de vida en donde el artista se piense en términos de un arropamiento grupal y solidario, de ahí su bandera política: “En este país no hay tradición de compañía, la mayoría de gente que yo conozco están por proyecto, todo mundo está por proyecto y lo que nosotros defendemos como ideal es la estructura de compañía y ya demostramos que sí podemos y que seguiremos peleando por esa estructura de soporte y queremos que la situación política cultural del país cambie, si bien nuestros discursos artísticos no están orientados a esto, nuestro discurso operativo como compañía sí está orientado a lo político.”(Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) 173 Dentro de Comparsa la Bulla, específicamente en las narrativas de Hiram y de Ramona Flowers, observamos claramente que éstas se encuentran fuera de los discursos oficiales del gremio institucional, pues estos jóvenes permiten tener una mirada crítica a la situación que viven como compañía en relación a estas grandes maquinarias administrativas de la cultura. Las formas en las que yo observé podían pronunciar sus ideales eran: 1.- Decirlos mediante opiniones individuales al interior de la compañía o con amigos. 2.- Decirlos en el plano de la representación y en la creación de un espacio ficcional mediante la práctica artística de la comedia o el clown específicamente a manera de un discurso oculto o latente. 3.- Decirlo con creatividad discursiva ingeniosa para no ser mal interpretados, en un lenguaje dentro de lo permitido, haciendo del teatro un arma de denuncia a muchas situaciones que como civiles no se le sería permitido expresar a un público transeúnte. Estas pequeñas maneras en la que presencié sus actividades artísticas, tenían una constante carga identificacional. Palabras como teatro callejero, instituciones, clown, libertad, juego, discriminación, pobreza, sobrevivencia, resistencia, bienestar, eran recurrentes en su quehacer, pienso, como una forma de pronunciarse frente al poder y así continuar reafirmando su constitución identitaria como artistas independientes. Considero que nuestros entrevistados primordialmente, al buscar el subsidio gubernamental están adentrándose al terreno de lo institucional para poder desde su interior intentar poco a poco transformar la visión de lo que se entiende por el teatro de calle: “No puedes opinar ni hacer nada desde fuera, y mi idea es de que sí, y aunque pareciera ser que no lo vemos sí estamos haciendo algo, estamos haciendo un boquete y hemos resistido muchas cosas y la compañía va a seguir con apoyo y sin apoyo. Siempre hemos dejado claro que nunca hemos dependido de la institución y no lo vamos a hacer ahora. Al final de todo no se puede estar fuera del sistema... En esta época no se puede, inter-dependes de todo, pero también no es una época de sólo estar afuera, sino del ¿cómo estar dentro?” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) 174 Idania por su parte y prácticamente similar a lo que han dicho anteriormente nuestros entrevistados, se permitió comentarme que ella considera que los integrantes de esta agrupación se han convertido en figuras de resistencia debido a las pocas oportunidades que vivimos como jóvenes en este país. Ella considera que su forma de resistir efectivamente radica en la cristalización de obras que permitan a la Comparsa continuar con un modelo de vida tan singular como lo es la teatralidad popular o el teatro callejero específicamente: “Nosotros estamos en resistencia porque tenemos que trabajar de otras cosas para poder seguir haciendo teatro. Yo creo que eso tiene que ver mucho de cómo nos percibe la sociedad, o la gente que nos contrata y el resistir, es el resistir de todo el tiempo porque nosotros tenemos que crear nuestro propio trabajo o sea es crear ese trabajo más el vender ese trabajo para que lo vea la gente. Eso para mí es estar resistiendo, nosotros seguimos en resistencia porque ahorita tenemos un espectáculo pero no nos podemos quedar con ese espectáculo, ni con los anteriores, sino para resistir y seguir vigentes entonces, debemos tener un nuevo espectáculo y ese nuevo espectáculo te hace que sigas resistiendo porque eres una compañía independiente que no tiene ningún apoyo, ni de gobierno mensualmente, ni de ninguna empresa, ni de nadie, por eso estamos en resistencia porque nosotros queremos seguir haciendo lo que nos gusta, y resistimos desde la trinchera que escogimos y que es la actuación.” (Entrevista a Idania, 29 de marzo de 2016) También Paco considera que se ha pensado al artista callejero como algo peyorativo y que es desde la familia donde se va construyendo esta idea a los infantes. Me comentaba que se nos inculca de tal modo en nuestra vida parental la idea de que esas prácticas son de poco estatus o vinculadas a la pobreza, vergüenza o burla; y por lo mismo él piensa que se necesita que la gente se llene más de representaciones artísticas de toda índole para que así se vaya cambiando la visión que se tiene de este tipo de artistas ---y que no son los que salen en la televisión---. Afirmando con ahínco ---como lo mencionaba antes--- que la gente genera más una dependencia a la coca cola que al arte, indicándome finalmente que ellos han sido capaces de seguir sobreviviendo con un arte y modo de vida digno y a modo de resistencia: 175 “Hablamos de resistencia porque juegas con parte del sistema político; siempre hemos aceptado las becas gubernamentales porque siempre nos hemos mantenido del erario, en festivales o dependencia de cultura. Ahora estamos buscando los apoyos más fuertes para seguir resistiendo o para trascender nuestro trabajo. Ahora ya se sabe del teatro de calle, antes no, antes se pensaba el arte callejero, en el estilo CLETA, en el estilo panfletero o al estar en la calle por estar, entonces, nuestro resistir es ahora jugar con el sistema que te ofrece los apoyos pero transformándolo en creaciones artísticas. Resistir al día con día, como desde tu trinchera, si dejas un mensaje social o sólo lúdico, pero dejas algo visualmente… ya no eres el payasito de calle. La manera de resistir es diferente de cada agrupación, de cada persona, resistimos a partir del arte, con un mensaje estético y que sea una válvula de escape para la gente, en su resistir del día a día, pero tratando de crear una conciencia.” (Entrevista a Francisco, 29 de marzo de 2016) Finalmente para Ramona Flowers es preciso que el artista en general sea un ferviente conocedor de su entorno social y así influir en la historia de su contexto cultural: “Yo soy de la idea de que nuestro papel como artistas es influir en el momento histórico en el que vivimos, si no, gracias por participar” (Entrevista a Ramona Flowers, 15 de Junio del 2015) El Clown como arma de resistencia. En este sentido ellos recordaban cómo formaron parte de los grupos pioneros en la generación de públicos, en donde parte de sus procesos identificacionales en torno al arte se sustentaban bajo la lógica de llevar una nueva forma de expresar la actoralidad en la calle a gente desprovista de recursos económicos holgados para poder observar un espectáculo de este tipo175: “..Nosotros fuimos de los pioneros en generación de público, íbamos a las zonas aledañas del D.F. donde no había teatro y la gente no pagaba por un boleto de teatro, en ese momento hacíamos una labor social, de llevar cultura a lugares en donde no había acceso a ello.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) 175 En su trabajo de titulación para obtener el grado de Lic. en Literatura Dramática y Teatro Roberto Vázquez, dramaturgo y teatrista callejero comentaba que efectivamente este movimiento de grupos artísticos callejeros se enfocaba en la producción de espectáculos para llevarlos a diferentes sectores de la población de la Ciudad de México y área metropolitana cuyos recursos económicos no eran los más aptos para poder pagar un boleto en un teatro. Artistas como Enrique Cisneros “el Llanero Solitito” y la agrupación CLETA, a través del arte teatral de lo popular también han generado un proceso de posicionamiento político reconocido en contra de las clases gobernantes. 176 Siguiendo con este tema, David recuerda la vez en que uno de los integrantes de la compañía, al parecer de manera lúdica, indicaba que ellos se encargaban de alegrar las tristes vidas de la gente a las que presentaban sus performances: “Uno de los chicos cuando íbamos a las plazas decía: bueno vamos a alegrarles sus tristes vidas (risas) ¿no? Y la verdad es que era cierto, sonaba peyorativo pero sí le alegrabas la triste vida, se iban contentos, bailando…” (Entrevista a David, 08 de septiembre del 2015) Nacho me comentaba que para él, el realizar su trabajo como clown y como actor permitía que la gente expresara un sentir y fuera partícipe de la fiesta que se generaba en ese momento, este hecho por tanto permitía que los mismos sujetos reflexionaran sobre ellos mismos a través de sus actuaciones, y me enfatizaba estos acontecimientos son que permiten “que la agrupación siga continuando con este quehacer”: “Es una necesidad de expresar a la gente y que ella se identifique con un tipo de sentir, yo creo que todos los días si ves en la calle, en la noticias, simplemente ves reflejado en los niños, en la gente, todos estamos fastidiados de lo que pasa, de la situación pero nadie hace nada y una forma de expresarlo es esto ¿no? por medio del teatro representamos el sentir de la gente, y la gente se ve identificada, se ve reflejada por eso es que te aprueban y comparten contigo esos momentos. Y el momento cumbre es cuando haces una fiesta, cuando te pones a bailar con ellos, comparten contigo, es esa comunión, una comunión de ese sentir en donde no te importa ya nada, donde sólo eres tú, la música, el teatro.” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016) Para él, su función como clown no radica en intentar cambiar la realidad de las personas, sino en ofrecer un acompañamiento a los procesos que viven día a día, es construir --- a partir de su arte--- un puente en donde las personas puedan gritarle al poder y a la injusticia: “...no cambiarla, por el contrario es compartirla, no la cambias; la realidad está latente, simplemente la compartes con ellos y a ellos les falta ese empujoncito para gritar, para gritarle al gobierno. A veces la gente quisiera salir y gritar y divertirse y reírse como niños, pero no puedes por los prejuicios, por la crítica. Es el idioma de toda la gente y por medio de las máscaras y de esa complicidad con el actor es que el actor expresa eso que el público no puede gritar.” (Entrevista a Ignacio, 6 de enero del 2016). 177 Por su parte Hiram considera que el artista en cada acto deja una parte de su ser en la personas que se detienen a verlo. Su función radica en que él como artista puede generar la capacidad de reflexión en la gente, de tocarlos de una manera distinta y de darles un respiro a su cotidianeidad a veces igual de apremiante como en la que se enuncia el mismo la mayoría de las ocasiones176: “Yo me quedo con el momento, el teatro es efímero, es esa hora que se vivió y ahí se queda en tu genética emocional, hay que entender que es efímero lo que haces y que vas dejando momentos de ti. Habrá a alguien que le toque y sea tan profundo y reorganice su vida y diga: es que al verlos a ustedes--- te digan--- quiero liberarme, y tocas fibras que ni te imaginas. Pienso en mucha gente que nos ha visto y algo le ha cambiado. Hay un estado de bienestar en el momento en el que realizas una presentación, me quedo con la idea de poder darle a la gente un respiro en medio de tanta preocupación, de tanto agobio y poder tener la capacidad a través de lo que hago de estar bien un rato, ellos y nosotros. Ya cada quien le toca construir su vida de momentos buenos para que entonces los días sean así.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) El hecho de que los saltos de información o la mundialización permita que este tipo de técnicas llegue a más personas, hemos visto; no excluye una ejecución de este arte con precisión o de manera simplista, pues ellos aluden siempre que para ser clown se requiere de un constante trabajo de preparación para este tipo de actividad artística y lúdica. En este sentido para Hiram ---como lo habíamos ya mencionado--los medios son en gran medida quienes se han encargado de denigrar el oficio del payaso, lo cual le parece preocupante ya que ahí donde impera el poder se crea una estandarización de lo que debe ser considerado como un arte legítimo del clown: “Desde que se vuelve global, hay una industria que empieza a unificar estándares de entretenimiento y el clown no se salva de eso evidentemente… cada vez más la tendencia es a educarnos como el clown europeo, antes existía la carpa y ahí salía gente como Cantinflas, Tin-Tan, Palillo; esos eran nuestros comediantes, eran la representación de la comedia en México y era carisma puro porque no trabajaban bajo una técnica. O sea en los tiempos de Cantinflas eso no existían pero notábamos que era una comedia mexicana, ahora en México hay una tendencia a desarrollar lo europeo o en lo extranjero el clown.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) 176 Hiram me decía que tanto él como su novia y su hermano tienen que pagar el departamento que rentan en Tlatelolco, por lo que debe administrarse en casi todo, trata de no hacer gastos innecesarios. 178 Para Hiram—el maestro como los demás le conocen--- el arte del clown en un sentido más amplio, lo ha considerado siempre como una forma de supervivencia, en donde quienes lo ejercen encuentran en el personaje una manera de conseguir una moneda. Él piensa que es difuso saber quiénes son los que han denigrado más al payaso, si las personas que lo han tomado como un oficio dadas las características de pobreza por las que han sufrido o por ejemplo un Platanito que gana mucho dinero, por lo que invita a reflexionar cómo es que el pueblo quiere reír: “…payaso como arma de sobrevivencia. México es un país que produce payasos como produce frijoles, porque las oportunidades de vida en cuanto a empleo son escasas y el payaso es un personaje universal muy noble, porque con que alguien se aprenda un chiste, con un poco de ingenio y creatividad logra sacar unas monedas. No sé quién denigra más a los payasos pero… ¡un Platanito que gana mucho dinero! (indignado)…si un clown es aquel que entretiene y divierte, debemos preguntarnos el ¿cómo?” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Tanto en Nacho, Ramona Flowers, Paco, Rafa y otros artistas de la Bulla el ejercicio del clown remite a múltiples formas de acción, pero para Hiram la función social e ideológica del clown y el actor es la de hablar de temáticas que viven como personas habitantes de un espacio urbano en donde las oportunidades de seguir con este oficio se ven minadas en gran medida por su condición social y por tanto deben convertirse en comunicadores de lo que el pueblo está sintiendo en su momento histórico, sus denuncias, sus quejas, enojos, frustraciones y demandas: “En realidad creo que es un comunicador (el clown), el público se va a fascinar, a seducir, a encantar porque se va a ver reflejado en él, entre mayor sea ese reflejo en el clown o actor, mayor empatía va a tener el público con él, él es un representante, es un estudioso de la naturaleza humana y su trabajo es saberla representar.” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Hiram cree que el clown tiene el poder de generar una suerte de acción, en donde mediante el amparo del pueblo como lo fue antaño; podrá llevar todas esas voces de reclamo, injusticia y reflexión a un plano hasta terapéutico para el espectador a partir de una ridiculización del poderoso, del dominante, del avaro, el inquisitivo; lo que permitirá efectivamente que las personas sigan pensando que sus vidas pueden ser más venideras: 179 “El comediante se va a burlar del poder, y al hacerlo de una manera artística va a conectar con el público, ridiculiza pero con gran inteligencia y hay un mensaje que dejan, el clown es un caricaturista de la sociedad” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Con esto, él piensa que este arte tiene que ser ejecutado con una sensibilidad tal que permita ser un paliativo realmente efectivo para la sociedad en la que se encuentra inmerso: “…Es un comunicador de ideas (el clown), de emociones y son sumamente necesarios porque también son, digamos, oficios que yo digo que son indispensables porque curan, te hacen reflexionar, en un país en donde el dolor, la pobreza y la dureza de la realidad es tan cotidiana, el que alguien sea hacedor de sonrisas y genere un ambiente de relajación, que genere que hay otra posibilidad de sentir… ¡Más de esos! ¿No?...” (Entrevista a Hiram, 10 de enero del 2015) Al final de este proceso y en los últimos días de largas horas de convivencia con la agrupación, en la calle, en el parque de Viveros en Coyoacán, en los departamentos de Hiram y David, de Idania y Paco o en el de Ramona Flowers, así como en la canchita de voleibol cerca del metro Tlatelolco donde entrené con ellos por última vez, pude constatar los conflictos, estrategias y negociaciones sobre este modo de ejercer a través del clown una fuerte identificación ideológica con el personaje del payaso de teatro y que los integrantes en ese momento de comparsa desarrollaban; ésta fue la de ser un Hobo177: Un hijo de la nube negra. 177Reunidos en el departamento de Hiram; Ramona Flowers leyó que este arquetipo de payaso salió al mundo de la actoralidad basado básicamente como una forma de burlarse de los poderosos que habían quedado en la ruina durante la depresión de 1929 en Estados Unidos pero que trataban de conservar aun el porte y las actitudes de personas acaudaladas. 180 Durante la realización de Hobos: los hijos de la nube negra178, montaje que no pude documentar por los límites de tiempo que tenía para la investigación, pensaban estos artistas realizar un espectáculo que hablara sobre las condiciones de marginalidad en las que viven personas en situación de calle179, para lo cual a través de los arquetipos de los clowns vagabundos y basándose en el escrito de Eduardo Galeano “Los nadies” pretendían dar una visión muy familiar de su sentir como artistas que buscan seguir viviendo dignamente de una práctica que como decía David, Ramona Flowers, Hiram, Paco, Nacho, Carlos, Idania y Uriel, es ya toda una vida180. Para la creación de este espectáculo, Hiram se encargaba de hacer una especie de escaleta sobre cómo o por dónde versaría la temática a presentar en un futuro viable de acuerdo a las ocupaciones diversas de los integrantes, después de esto, todos hacían lectura de la obra y comenzaban a aportar con sus propias ideas en una primera reunión la dirección de la obra, era así como iban generando sus performances. Poco a poco construyen los personajes, Ramona Flowers le da un aporte en cuanto a dramaturgia, y posteriormente David se dedica a crear la parte melódica de la performance. 178“Hobos los hijos de la nube negra es una obra que escribí y es de trampas, es de vagabundos y ahí no es tanto de hacer reír, si sucede la risa pues bien, pero no es lo que estoy buscando, lo que estoy buscando es lo poético que puede ser ese personaje en un contexto donde lo fundamental no es hacer reír.” Hiram 179Nacho representó a un ciego, Paco a una suerte de personaje marginal y excluido de todo ámbito social cuya fuente de inspiración y amor era una muñeca hecha con palos y una bolsa de plástico; Carlos cuyo personaje de payaso me decía que admiraba pues él no consideraba que el clown fuera una persona tonta sino al contrario para él era demasiado inteligente por la preparación que tiene, como clown teatral desarrolló un acto sobre un mago melancólico y finalmente Hiram comentó que era la primera vez en donde se había comprometido de manera muy fuerte con causas sociales en contra del poder. El realizó un payaso desempleado y apuntó a decirle al poder que este no nos había dado seguridad de nada y que por el contrario, nos había olvidado, como clown teatral su acto finalizaba en una profunda nostalgia por amar a su país pero que en su situación, a él ya no le quedaba el cielo ni la tierra… su pancarta decía: “sólo me queda el mar” y lentamente se iba caminando al ruido de las olas que era su último lugar de destino. 180Por esas mismas fechas, Itzel y Bere tuvieron que dejar la agrupación debido a un proyecto individual el cual les permitiría irse a Argentina a presentar algunas funciones. Al final de mis días continuaban pensando la posibilidad de esperar a las chicas pues el grupo solamente se encontraba entrenando con la mayoría de sus integrantes hombres. A su vez Ramona Flowers había enfermado y dejé de mirarle mucho tiempo, por lo que el montaje se desarrollaba con cautela y poco a poco, ya que las mujeres en la visión de este espectáculo de clown teatral eran de gran utilidad; pero al parecer más allá de eso, había una subjetividad la cual permeaba a todos los demás integrantes, una suerte de ausencia que buscaban con el regreso de las chicas y de Ramona Flowers terminar. 181 Este payaso que han creado en forma original, sin ninguna técnica europea181, sino a modo de intuición como ellos nos lo hicieron saber, busca generar en el espectador una manera de desahogo a su cotidianidad y refleja diversos dramas sociales que vivimos como pueblo. En este sentido el clown teatral es capaz de generar toda un historia partiendo desde las bases de la actoralidad para poder generar una plataforma en donde se pueda identificar la gente, el pueblo o una nación; y a su vez en este espacio de ficción, procurar realizar un ejercicio de dar, recibir y devolver en donde todos pueden generar un espacio afectivo 182 a través del juego, la teatralidad, la risa, y la experiencia para fortalecer sus identificaciones colectivas. Finalmente y de mis días, conflictos, reuniones, frustraciones, alegrías y enojos vividos con ellos, me demostraron “que hay un estilo de vida distinto que puede ser ejercido, no sólo al nivel de los oficios habituales a los que la gente está acostumbrada, sino también el hecho de que se puede vivir del arte y se puede vivir bien, haciendo lo que a uno le gusta” (risas)… 181 Actualmente en nuestro país se ha visto la llegada muy fuerte de diversas escuelas de clown principalmente las europeas como la escuela rusa, inglesa, francesa o italiana 182 La catarsis para ellos es liberar la tensión en la vida cotidiana de las personas, nosotros---aludían--cumplimos la función de liberar esa tensión 182 Conclusiones preliminares. Cabe hacer énfasis que a lo largo de esta tesis intermedia, he tratado de describir los procesos de creación de una forma distinta de concebir la corporeidad en un entorno urbano, específicamente con los artistas de la Comparsa la Bulla cuya plataforma de acción emerge y se fundamenta en la práctica social de la teatralidad callejera o popular. Para ello tuve que insertarme de manera fáctica en muchas de sus vivencias, estrategias, conflictos y negociaciones que surgían de una profunda idea de reivindicación para un modo de vida que ellos consideran digno y milenario. El teatro, en este sentido, se convirtió en uno de los ejes principales para la realización de este texto y considerado para muchos de ellos como un arte efímero, ficcional y representativo de una clase social en constante confrontación con la vida moderna, el poder, las instituciones y las estrategias de las clases dominantes, así como un cuestionamiento a diversos presupuestos ideológicos que concebimos como naturales. Uno de los primeros logros de esta investigación fue dar una explicación sobre la figura del payaso para así obtener una mirada distinta o alterna que permitiera la desmitificación de los sujetos que se dedican a este tipo de oficio considerado socialmente como un trabajo sin dignidad, precario, peyorativo o delegado solamente al divertimiento en fiestas infantiles. A su vez se mostró históricamente que a través del juego, de la risa, del humor, esta figura ha sido un comunicador de los descontentos de un pueblo, una nación o una clase social, lo que indicaría una permanencia de estas prácticas artísticas como formas de denuncia o válvulas de escape a los conflictos ocasionados por las relaciones de disparidad entre la cultura popular subalterna y la clase dominante. El payaso teatral, en este caso específico, dentro de su oficio permite la posibilidad de 183 abrir contenidos latentes, los cuales permiten ver en perspectiva parcial, una apertura a la reflexión individual y social del espectador. Encontré a lo largo de las horas de investigación y trabajo de campo una amplia diversidad representacional de esta figura, personajes como el bufón ritual entre los Yaquis, el payaso de calle, el payaso de fiesta, el payaso de circo o el clown sagrado son expresiones que dan cuenta de las múltiples aristas que puede tener esta actividad lúdica. En cuanto a la particularidad de esta investigación, nos enfocamos meramente en la descripción y análisis de lo que actualmente, a partir de los procesos de mundialización, del internet, o las redes sociales se ha podido conocer como payaso teatral, cuya forma de acción a pesar de que sea ejecutada en espacios públicos tiene un sustento ideológico basado en las concepciones: 1.- desde la teatralidad misma como una forma distinta de realizar o de ejercer el oficio del payaso con una noción estética del arte que concibe a este personaje como un facilitador de la progresión dramática dentro de la misma performance; 2.- como una figura representativa de las clases subalternas, de la marginalidad o de la exclusión; y 3.- como un denunciante de las injusticias ejercidas por el poder, como un cuestionador de nuestras evidencias ideológicas, buscando como fin último la reflexividad de los sujetos que son partícipes de esa ficción. Este payaso teatral y desde la singularidad propia de la temática investigativa lo he definido desde la disciplina antropológica basándome en los días de campo con ellos como una forma distinta de expresión escénica y un modo de supervivencia para los integrantes dedicados a este arte. El arte en este sentido al abrir significado genera la posibilidad de convertirse en un arma de cambio social. Argumentando y después de mencionar la plasticidad particular que puede tener esta práctica lúdica en otros horizontes socioculturales, es importante extender una invitación al acercamiento, descripción e interpretación de esta práctica desde las 184 ciencias sociales. Es pertinente para mí volver a recordar al lector que aquello que intenté describir, analizar e interpretar como clown o payaso teatral dentro de un contexto urbano y ejecutado por un grupo de jóvenes actores y clowns principalmente; fue un tipo particular de payaso que se fundamenta bajo los discursos de un mundo mejor, de una igualdad entre clases y una manera más de resistencia a los procesos de aceleración que nuestras sociedades latinoamericanas han sufrido en las ultimas décadas de este siglo. El payaso de teatro a diferencia de otras maneras de representarlo, como lo serían las escuelas rusas, francesas o anglosajonas, habla de una particularidad local e histórica de una nación como lo es la mexicana, pues esta figura, he dicho a lo largo del texto, busca ser parte representativa de las clases populares, por eso reafirma su condición de subalternidad. El payaso teatral se definió en esta investigación como una técnica al servicio de la actoralidad, es decir, a diferencia de otro tipo de payasos que toman al clown como anclaje identitario y de su modo de vivir y pensar la realidad, en este grupo de artistas se convierte en una manera de construir actoralidad. Este hecho representa regresar al tiempo en que el payaso era un personaje arquetípico de una expresión cultural, en donde primordialmente el tema de su denuncia se refería a la carencia o la injusticia del poder. El payaso teatral de Comparsa la Bulla se caracteriza por ser la representación de un actor (éste tomando su identidad a partir de la teatralidad) que representa un personaje definido como payaso, el cual permite generar procesos de toma de conciencia al pueblo de una manera más elaborada y con un discurso contestatario sobre las instituciones gubernamentales que se encargan de delimitar los parámetros de lo que se debe considerar como cultura (cultura de o para las masas). 185 De igual manera la forma en la que los artistas de la Bulla conciben y experimentan el oficio y arte del payaso de teatro permite expresar una distinción en cuanto a su discurso y a su postura ideológica con otros artistas enfocados al clown. También El payaso/clown teatral es un actor que debe, en su contexto cultural, conocer agudamente los contenidos ideológicos de su entorno en cuanto a los códigos de hilaridad que su misma sociedad reproduce; para que puedan así, con el quehacer de su práctica generar no sólo gozo, sino estados de ánimo diversos a quien los mira con la finalidad de provocar un proceso de reflexividad en el espectador. Ellos generan un espacio de reflexión a través de un contexto lúdico y ficcional, es decir, provocan la posibilidad de crear una realidad trasformadora en un No-lugar. En este sentido el clown es un especialista escénico capaz de producir diversos estados anímicos enfilados a la representación de acciones sociales de la vida cotidiana en un espacio ficcional que va generando bajo el amparo de su técnica. Es un escéptico de los valores sociales y de las acciones cotidianas incuestionables o incapaces nombrar (evidencias ideológicas), es un curioso constante, un provocador de las normas establecidas, y de los presupuestos ideológicos que sugieren ver al poder como un valor supremo que rige nuestras sociedades occidentales y ordena su correcto funcionamiento. El perfil ideológico del payaso continúa siendo el de un “ser” que por tradición histórica ha fungido como figura contestataria al poder ---que ejercen los dominantes-- y como una alegoría de la representación de los dominados, es decir, vemos en el clown la construcción de un cuerpo en resistencia mediante el reconocimiento de una tradición propia, y posición política a través de un sentimiento de pertenencia. Hemos dicho que al payaso en esta investigación se le interpretó como un ser contestatario a las normas u órdenes establecidos por cada configuración cultural, es un personaje que constantemente interroga, mediante la producción de comicidad, la veracidad de los presupuestos ideológicos que su propio horizonte cultural reproduce y considera como naturales, su condición socialmente vinculada a la pobreza, a la 186 minusvalía de su arte, sus vicios, o la delegación de su oficio solamente al público infantil, actualmente ponen en duda su capacidad de acción. A partir de las experiencias de exclusión o estigmatización que estos actores, debido a su práctica teatral siguen viviendo, encontré que en su constante preparación corporal enuncian diversas ópticas y reivindicaciones de su arte, pues ellos aluden que para lograr un reconocimiento a su modo de vida, es necesario profesionalizar cada vez más sus actuaciones. Ideológicamente anclan ---por contradictorio que parezca--- su práctica artística, desde una especie de apología de lo marginal como parte constitutiva de sus identificaciones, una especie de ideología que convierte a lo precario, la exclusión y el estigma como un valor adherente a su identidad de artista independiente. Considero que su relevancia o trascendencia, de estos artistas de teatro de calle, nos permite ver en sus propias representaciones, dramas sociales que la cultura (en la urbanidad específica de este caso) reproduce día con día (como los vicios, los valores, las prohibiciones, las diferencias jerárquicas de clase, estereotipos y estigmas), para lo cual la utilización de su propio cuerpo como escenario-instrumentofin y de su posición intersticial condescienden a la realización de un cuestionamiento importante a las diferentes expresiones del poder y de los órdenes clasificatorios del mismo representando así, un movimiento contracultural en conflicto con la autoridad. Sus actuaciones van más allá de una mera representación, pues su cuerpo se vuelve un símbolo que refleja situaciones de la vida social y teje entramados ideológicos (como los de justicia, equidad, bienestar o igualdad) que se integran en los actores representantes de estas máscaras, en donde su arte alternativo y lúdico nos hace ver un reflejo múltiple de la vida social urbana. 187 Hablé de una construcción corporal distinta a otro tipo de sujetos en la ciudad, o lo que se fue dilucidando como extra corporalidad, es decir, el cuerpo de los sujetos practicantes de un conjunto de técnicas especializadas enfocadas a la realización de efectos cómicos y estados anímicos diversos denominada CLOWN, es un vector que permite en los practicantes de Comparsa la Bulla propiciar en gran medida dentro de sus representaciones escénicas la unificación de: 1.- sus lazos u identificaciones como sujetos que han tomado como modo de vida el oficio de ser actores de teatro callejero y clown teatral; y 2.- una búsqueda de reconocimiento social, en donde el espectador se permitía re pensar su modelo de vivir en un espacio metropolitano. Cabe recalcar que el fenómeno del clown en México es de reciente aparición, que si bien en nuestra sociedad han existido desde tiempos precortesianos figuras o personajes enfocados al divertimento del pueblo, en esta singularidad temática sólo nos enfocamos a una aproximación explicativa de la práctica teatral del clown en el siglo XXI. Debo admitir que mi pensamiento analítico encontró dentro de la misma agrupación una amplia gama de corporeidades y capacidades escénicas diversas, no solamente la del clown o el actor; sino la de la inter-disciplina, es decir, la construcción de su propia corporeidad ---sus capacidades, virtudes, alcances y limitaciones--- los hacen saberse, primeramente distintos a otro tipo de actores u artistas y segundo, les permite—consciente o inconscientemente--- generar una filiación a una colectividad artística que ellos mismo denominaron identitaria e ideológicamente como Comparsa la Bulla. Se consiguió mostrar cómo el payaso teatral ha construido una forma de resistencia distinta al de otros usos políticos del cuerpo hecho por diversas militancias ideológicas de ciertos grupos contestatarios como el movimiento LGBT, movimientos feministas y campesinos que han mostrado sus cuerpos desnudos como modos de protesta para hacer visibles sus demandas. Aquí el cuerpo no es usado como un lienzo para la libre manifestación de un conflicto en contra del poder, la sociedad o la familia, 188 sino por el contrario, es la principal guía para una creación de resistencia, lo que trato de decir, es que a partir de la transformación de su propia corporeidad y desde sus propios pensamientos ideológicos, con base a su experiencia, el artista del payaso teatral y el actor, al modificar su constitución física, puede ser proyectado como una resistencia que emerge a raíz de la misma corporeidad vista como un arma de uso político que toma como insignia ideológica de un bienestar común. Estos sujetos a partir de sus discursos sobre la teatralidad callejera, provocan coyunturas entre lo público y lo privado, lo gubernamental y lo social, ya que es a través de sus discursos sobre su práctica, que ellos se definen como sujetos excluidos de las grandes maquinarias del entretenimiento dominadas por la cultura de masas, así como de la supresión vivida por las diversas administraciones partidistas quienes definen los contenidos artísticos propios para la población urbana. Se encuentran operando desde los márgenes del campo, de ahí parte su postura filosófica, cultural o alternativa. La posición política de estos artistas es estar en contra del asistencialismo gubernamental de las políticas culturales, argumentando que solamente es dentro del mismo sistema en donde se puede demostrar una manera distinta de ejercer la teatralidad en espacios urbanos o callejeros, asumiendo que el insertarse en las instituciones administrativas de la cultura en México, es un acto contestatario en sí, pues desde adentro---aluden ellos---es en donde podrían recuperar parte de los impuestos que han sido mal distribuidos por las administraciones públicas. A su vez el hecho de que ellos hayan sido delegados a la representación de una clase dominada, es una consecuencia originada por la preocupación de cubrir una necesidad latente de un pueblo que busca denunciar las injusticias y opresiones de otra clase a través de vehículos discursivos enmascarados y lúdicos como el clown y el teatro. 189 El sustento de sus prácticas performativas las cuales han sido representativas de su quehacer como artistas independientes por casi más de 15 años, nos indica una forma consolidada de resistencia que persiste, pero que se vuelve funcional al sistema mismo, ya que en vez de subsumirlo, el hacer explícita su posición militante a partir de la teatralidad en consecuencia permiten legitimar las estrategias y formas de dominación a las que confrontan. Este trabajo mostró que existen diversas aristas para ejercer la teatralidad popular o callejera, y que el hecho de que esta práctica sea apropiada como un modo de vida, no quiere decir que los contenidos ideológicos de ésta sean falsos o de menor valor. Se explicó que ahí en donde impera el poder de las clases dominantes, los artistas se encontrarán al servicio de una lógica mercantil y predeterminada, es decir, el chiste fácil, el payaso de colores y de apologías presentado como inmutable y enganchado a un solo modo de acción que se observa en los medios masivos de comunicación, o la cultura de masas, para los actores y clowns de la Comparsa muestran el reflejo de un pueblo que ríe lastimosamente de su condición de oprimido o devorado, por lo que la misión de ellos es generar contenidos más complejos en los cuales los espectadores se permitan tomar conciencia de esa dominación. Entonces vemos cómo en sus discursos y a través de la plataforma de lo lúdico, lo escénico, lo ficcional o lo cómico, estos clowns teatrales permiten cuestionar diversos presupuestos ideológicos que concebimos como naturales, a su vez son encargados de generar mediante la risa y el humor, una manera de enfrentar al poder, siendo en este sentido un comunicador dialógico entre distintas clases sociales. Con sus motivaciones, trabajo actoral y dentro de un espacio urbano y hostil, los artistas de la Bulla viven la teatralidad como una forma de resistencia a la precariedad laboral y económica de su experiencia de vida, haciendo de la transformación y constante entrenamiento de su propio cuerpo, el arma y la base de su identificación colectiva. Este hecho muestra una realidad compleja y contundente, la cual indica que la elección de ejercer la teatralidad popular los excluye de otros 190 espacios para la mercantilización de su propio arte como una manera digna de vivir mediante un oficio milenario como lo es el teatro en la calle y el clown. Diversos grupos independientes muestran estas carencias, y para poder continuar con su oficio requieren de la búsqueda de trabajos alternativos que permitan el ingreso de un capital para materiales, vestuarios y ensayos, hasta que llegue el momento en el que después de alguna presentación se pueda recuperar lo invertido y continuar luchando para que la condiciones de los mismos artistas mejoren; hecho que nos indica en gran medida, que esta práctica sigue vigente completamente por la relación que tiene con la propias posiciones ideológicas y políticas que los grupos independientes---Comparsa la Bulla en específico--- tienen sobre el arte, y no sólo de un pensamiento de este quehacer por mero gusto personal. Esta forma de resistencia se elabora---hemos dicho--- bajo el cobijo de un espacio ficcional en donde la representación, la expectativa que origina lo inusitado y la generación de afectividad, permiten propiciar en el espectador un sentimiento de comunidad. La mayoría de los artistas de la Comparsa la Bulla con los que pude entablar un diálogo amplio me indicaban que ellos consideran su entorno cultural como un lugar en donde las personas viven descontentas ante los embates de una clase dominante que no les permite realizarse como sujetos libres, ya que ésta, les dice qué hacer, qué decir, qué ver, o a dónde ir, por lo que el ejercer su oficio en la calle para ellos se vuelve per se un acto de resistencia. Para los artistas de Comparsa la Bulla el clown impulsa a generar a través de la teatralidad callejera una toma de conciencia subalterna en contra de los sistemas categóricos venidos desde el poder, produciendo en sus performances inversiones simbólicas en las que se permite al espectador pensar su realidad e incluso permitirse ser pieza de un lugar que he descrito como un espacio ficcional del bienestar en donde la colectividad de la que son parte estos actores, puede ser pensada como justa, equitativa, lúdica, con caminos de utopías de justicia, equidad y de una posibilidad de liberación a los conflictos de la vida cotidiana. 191 Finalmente hemos de decir que la figura del payaso es una corporeidad en resistencia a los embates de la modernidad y a los discursos oficialistas que lo delegan a procesos de exclusión social, pensándolo socialmente como un actor que ejerce su profesión sólo en fiestas infantiles para tener algún ingreso económico fáctico. El clown se convierte en un facilitador de las denuncias, deseos y reflejos de una clase subalterna, y es parte significativa de una cultura popular. En estos artistas del clown teatral se ejerce una denuncia pero con un lenguaje reflexivo, en donde hacen del cuerpo el arma más primordial de su ideología y sustento central para su quehacer artístico como un modo digno de vivir en la actualidad de este mundo moderno. Considero también, que de su posición intersticial es en donde puede observarse un surgimiento del arte como práctica social capaz de invertir, o multiplicar las posibilidades de significar la vida social de la urbanidad, es decir, es en este espacio de ficción que crea el clown y que el actor representa, donde el arte adquiere su más amplio efecto de acción, el cual es capaz de generar en los espectadores una reinterpretación de su propias vivencias como seres normativos. En esta investigación hemos visto cómo los integrantes de la agrupación artística Comparsa la Bulla, específicamente los que se han dedicado al payaso teatral y a la actuación callejera, producen códigos de subversión a la figura del poder dominante, en donde sus discursos y sus performances son ejecutadas en un espacio hiperreal o ficcional, no se conciben como una falsa conciencia, sino que es parte constitutiva de lo real, pues por un lapso determinado, el espacio y el tiempo incorporan al espectador en un entramado de utopías que van desde la igualdad, hasta el bienestar común. Sus postulados ideológicos sobre el arte (como el decir los problemas que viven dentro de su urbanidad, cotidianidad o nación, pueden ser al interior de la teatralidad retratados para una toma de conciencia de la misma gente que los mira) son parte importante de su identificación colectiva y de su continuo emprendimiento para con un arte que ---según ellos--- muchas veces han tratado de rechazar y dedicarse a otra 192 profesión u oficio. La práctica social de la teatralidad, en específico el teatro de calle, es parte constitutiva de su identidad, y de una manera de hacer y de “ser”. Ahora bien, de la representación de sus cuerpos en espacios callejeros surge una zona de significación emotiva y de comunidad en la ficción misma, en donde lo lúdico, la risa, el juego y las vivencias performativas de estos sujetos permiten entender una forma más de vida en la experiencia metropolitana, y en donde crean a partir del espacio que les es conferido; una plataforma provocadora de utopías y reflexiones de la vida social, como la familia, el bienestar económico, el trabajo, la sexualidad o la muerte por mencionar unos ejemplos. Sería interesante observar con mayor agudeza los procesos particulares de las formas lúdicas que cada sociedad cultural crea a lo largo de su proceso histórico, pues considero que estos personajes son fieles representantes de los procesos de transformación y repetición que las sociedades tienen desde sus propios horizontes. La intención seguirá siendo dilucidar las prácticas particulares del bufón ritual, el clown de circo, de teatro, el clown sagrado, o de la dimensión de género que la misma práctica alberga, pues la mayoría de los sujetos con los que pude interactuar fueron hombres, por lo que sería interesante observar la concepción que se tiene de este oficio desde un horizonte en donde el género sea una guía analítica. Incluso aquellas formas de entretenimiento en donde impera el poder, deberíamos tratar de estudiarlas para así acercarnos de manera amplia a su tratamiento dentro de la disciplina antropológica y proponer interpretaciones que den cuenta de la realidad de estos actores ejecutantes de una técnica en constante crecimiento dentro de la Ciudad de México y el territorio nacional… 193 ANEXO FOTOGRÁFICO. 194 195 196 197 198 199 200 201 202 203 204 205 206 207 Referencias. Adams, Richard 2004 De lo local a lo global. Perspectivas desde la antropología, ed. UAM. Aguado José Carlos y María Ana Portal 1991 Tiempo, espacio e identidad social en Revista Alteridades año 1, núm. 2; México. Aguado, José Carlos 2004 Cuerpo humano e imagen corporal. Notas para una antropología de la corporeidad. U.N.A.M. México. Aguilar Iris, Arana Daniela 2008 Remedios Varo: fantasía y creación onírica en Eli Bartra (Comp.) Museo vivo: La creatividad femenina, UAM-Xochimilco, México. Aisenson, Aida 1981 Cuerpo y Persona, filosofía y psicología del cuerpo vivido, FCE. México. Bachelard, Gastón 1973 Epistemología, Anagrama Editorial, España. Bajtín, Mijaíl 2000 Yo también soy. Fragmentos sobre el otro Ed: Taurus, México. 2003 La Cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, ed. Alianza, Madrid. Balandier, Georges 1997 El desorden. La teoría del caos y las ciencias sociales. Elogio de la fecundidad del movimiento. Ed. Gedisa, Barcelona. Barba, Eugenio 1992 La canoa de papel. Escenología. México. 208 Bauman, Zygmunt 2004 Modernidad Líquida. F.E.C. Argentina. Berger, Peter 1999 Risa redentora. La dimensión de la experiencia cómica. Kairos, Barcelona. Besant, Walter 2004 El arte de la ficción/Walter Besant, Henry James, Robert Louis Stevenson. UNAM, México. Bergson, Henri 1985 La risa. Ed. Sarpe, Madrid. Berman; Marshall 1982 “En la selva de los símbolos, algunas observaciones sobre el modernismo en Nueva York”, En Todo se desvanece en el aire. La experiencia de la modernidad, pp. 336. Bourdieu, Pierre 2007 El sentido práctico” editorial siglo XXI, Buenos Aires, Argentina. Bowra, C.M 1981 La Grecia Clásica. Ed. Timelife. España. Braudillar, Jean 1978 Cultura y simulacro. Ed. Kairos, Barcelona. Brook, Peter 2015 El espacio vacío Ed. Península, Barcelona. Butler, Judith 1998 Actos performativos constitución del género: un ensayo sobre fenomenología y teoría feminista, disponible en: http://www.debatefeminista.com/PDF/Articulos/actosp433.pdf. Butler, Laurel 2012 “Everything seemed new”: Clown as Embodied Critical Pedagogy.” Theatre Topics 22.1: 63–72. 209 Caillois, Roger 1986 Los juegos y los hombres. La máscara y el vértigo. Ed. FCE, México. Ceballos, Edgar 1999 El Libro de oro de los payasos. Ed. Escenología, México. Crowther, Carol 1997 Payasos y payasadas. Voluntad Editores, Bogotá. Cruces, Francisco 1998 “El ritual de la protesta en las marchas urbanas”, en Néstor García Canclini (coord.) Cultura y comunicación en la ciudad de México, UAM-Grijalbo, México. Da Matta, Roberto 2002 Carnavales, Malandros y Héroes: hacia una sociología del dilema brasileño, cap. 1, FCE, México. Devereux, George 1994 De la ansiedad al método en las ciencias del comportamiento. Ed. Siglo XXI, México. De Oliveira Freitas, Patricia 2009 Da Discussão “Clown ou palhaço” às permeabilidades de clownearpalhaçar (Tesis). Posgrado en Artes Escenicas. Instituto de Artes. Universidad Federal de Río Grande. Porto Alegre. Del Valle Ojeda, María 1995 “Nuevas aportaciones al estudio de la Commedia dell´Arte en España: el Zibaldone de Stefanello Botargga”. En: Criticón, núm. 63, Pp. 119-138. Díaz, Rodrigo 1997 “La vivencia en circulación. Una introducción a la antropología de la experiencia” Alteridades, vol. 7, núm. 13, pp. 5-15, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa México. 2008 “La celebración de la contingencia y la forma. Sobre la antropología del performance”. Nueva Antropología, Vol. XXI, Núm. 69, julio-diciembre pp. 33-59, Ciudad de México. 210 2014 En: “Los lugares de lo político, los desplazamientos del símbolo. Poder y simbolismo en la obra de Víctor Turner; Ed. Gedisa México. Douglas, Mary 1973 Pureza y peligro. Ed. siglo XXI, México. 1978 Símbolos Naturales, Alianza, Madrid. Dream, Caroline 2012 El payaso que hay en ti, Colección Clownplanet, Barcelona. Duhau, Emilio y Giglia, Ángela 2008 Las reglas del desorden. Habitar la metrópoli, UAM, Siglo XXI Editores, México. Duvignaud, Jean 1997 El juego del Juego, FCE, Colombia. Ecco, Umberto 1996 La Estrategia de la ilusión, Lumen, Barcelona. Ehrenreich, Bárbara 2008 Una Historia de la Alegría, Paidós Ibérica, España. Ejea, Tomás L. 2012 “Circuitos culturales y política gubernamental”. Revista Sociológica, Año 27, Núm. 75, pp. 197-215, México. 2010 “La liberación de la política cultural en México: el caso del fomento a la creación artística”. ”. Revista Sociológica, Año 24, Núm. 71, pp. 17-46, México. Fassin, Didier 2003 “Gobernar los cuerpos, políticas de reconocimiento hacia los pobres y los inmigrantes en Francia”. Cuadernos de antropología social, núm. 17, 2003. pp. 49-78. universidad de buenos aires, argentina. Fisher-Lichte, Ericka 2011 Estética de lo performativo. Editorial Abada, Madrid. 211 Foster, Hal 2002 La posmodernidad. Ed. Kairos, Barcelona. Foucault, Michael 1988 “sujeto y poder” en: Revista mexicana de sociología. Vol. 50, No 3 (jul-sep). 1978 Microfísica del poder. La Piqueta, Madrid. 1980 El orden del discurso. Tusquest, Barcelona. 2007 Sexualidad y Poder (y otros textos), Ediciones Folio, EEUU. García Canclini, Néstor 1983 ¿De qué estamos hablando cuando háblanos de lo popular? En diálogos en la acción, primera etapa, México. 2004 Diferentes, desiguales y desconectados. Editorial Gedisa, México. García Márquez, Gabriel 2007 Cien Años de Soledad, edición conmemorativa, Real Academia, México. Geist, Ingrid 2008 Antropología Ritual, Víctor Turner. INAH, México. Gell, Alfred 1998 Art and Agency an antrhropological theory Oxford Univerity Press Inc., Nueva York. Geertz, Clifford 1976 La ideología como sistema cultural, en: Eliseo Verón (comp.) El proceso ideológico, Ed. Tiempo Contemporáneo, México. Giglia, Ángela 2008 Culturas del habitar en la metrópoli, Barcelona. Goffman, Erving 1989 Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires, Argentina. Amorrotu Editores. 212 González Varela, Sergio 2011 Mimos y payasos de Coyoacán como figuras liminales del trickster en antropología. Reflexiones sobre el juego y la experiencia lúdica. Nueva Antropología, vol. XXIV, núm. 75, julio-diciembre, 2011, pp. 9-26 Asociación Nueva Antropología A.C. Distrito Federal, México. Haidar, Julieta 2006 Debate CEU-Rectoría. Torbellino pasional de los argumentos. Editorial UNAM, México. Haraway J. Donna 1995 Ciencia, Cyborgs y Mujeres: La reinvención de la naturaleza. Ed. Cátedra Univertitat de Valencia. Instituto de la mujer. España. Hiriart, Hugo 2000 Circo callejero, ERA-INAH. México. Hugill, Beryl 1980 Bring on the clowns. Ed. Chartwell Books, EEUU. Huizinga, Johan 2007 Homo Ludens, Alianza/Emerce, España. Imbert, Gerard 1992 Los escenarios de la violencia, Ikaria, Barcelona, pp. 11-44. Inzua, Víctor 1994 La risa en el Circo. Historia del payaso Mexicano. Ed. Independiente (mimeografiado). Islas, H. 2001 De la historia al cuerpo y del cuerpo a la danza, INBA, México. James W. Fernández 2007 “Estereotipos y esencialización”, en Baraño, A et. Al (eds.) Diccionario de relaciones interculturales, diversidad y globalización. Editorial Complutense; Madrid. 213 Jara, Jesús 2011 Los juegos teatrales del clown. Navegante de las emociones. Ed. Novedades educativas, Buenos Aires. Jonhson, Mark 1991 El cuerpo en la mente, Ed. Debate, Madrid. Juris, Jeffrey S 2005 “Violencia representada e imaginada. Jóvenes activistas, el Black Bloc y los medios de comunicación en Génova”, en Francisco Ferrándiz y Carles Feixa, Jóvenes sin tregua. Culturas y políticas de la violencia. Anthropos, Barcelona. pp. 185-208 Krotz, Esteban 2002 La Otredad Cultural entre la utopía y la ciencia. Un estudio sobre el origen, el desarrollo y la reorientación de la antropología, segunda parte, UAM-FCE, México. Kuper, Adam 2001 Cultura: la visión de los antropólogos ed. Paidós, España. Le Breton, David 1995 Antropología del cuerpo y modernidad, Ediciones Nueva Visión, Argentina. 2007 Adiós al cuerpo, “una teoría del cuerpo en el extremo contemporáneo” Ed. La Cifra, Francia. Lecoq, Jacques 2004 El cuerpo Poético. Una pedagogía de la creación teatral, Alba editorial, Barcelona. Lombardi Satriani, Luighi 1978 Apropiación y destrucción de las clases subalternas, ed. Nueva Imagen, México. Lotman, Iuri 1996 La semiosfera I Semiótica de la cultura y del texto. Ediciones Catedra, Madrid. 214 Maqueda-Silva, Mitl 2012 El instrumento de un Dios. Un estudio antropológico sobre las concepciones, usos y prácticas del cuerpo en el Cristianismo Pentecostal; el caso de la congregación de Centro Vida. Tesis de Licenciatura en Antropología Social, Universidad Nacional Autónoma Metropolitana Iztapalapa, México. Margulis, Mario 1983 La Cultura Popular en: Adolfo Colombres (comp.) “La Cultura Popular” Ed. La red de Jonás Premia, México. María y Campos, Armando 1939 Los payasos poetas del pueblo (el circo en México, crónica), Ed. Botas, México. Molina, Alberto 2003 Pascolas y chapayecas: problematización de la figura del bufón ritual (ritual clown) en los dos personajes enmascarados del ceremonial Yaqui. Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa división de ciencias sociales y humanidades. Morales, Tonatiuh 2009 El arte del clown y del payaso, Ed. Escenología, México. Moreira Reis, Demian 2010 Çaçãdores de risos o maravilhoso mundo da palhaçaria.. Tesis del Programa de Pós-graduação em Artes cênicas. Universidade Federal Da Bahia, Brasil. Muir, Edward 2001 Fiesta y Rito en la Europa Moderna. Editorial Complutense. España. Priestley, J.B 1971 El maravilloso mundo del teatro. Ed. Aldus Books, España. Ortiz, Renato. 2000 América Latina. De la modernidad incompleta a la modernidad del mundo, Nueva Sociedad 166, Marzo Abril Disponible en: http://nuso.org/upload/articulos/2838_1.pdf. 215 Otner, Sherry 1995 “Resistance and the problem of etnographic refusal. Comparative studies in society and history”. Vol. 37 ISSUE 01 January. Universidad de California, Berkley Radetich, Natalia 2005 La risa y el quebranto. CONACULTA, México. Reboredo, Carlos Diz 2011 Los caminos del clown: resistencia en movimiento. Juego, carnaval y frontera Athenea Digital, vol. 11, núm. 2, julio, pp. 157-171, Universitat Autónoma de Barcelona España. Revolledo, Julio 2004 La fabulosa historia del circo en México, Ed Escenología, México. 2010 El siglo de Oro del Circo en México. Colección Javier Sainz Moreno, México. Rico Bovio, Arturo 1990 Las fronteras del cuerpo. Critica de la corporeidad, Joaquín Mortiz, México. Ricoeur, Paul 1994 Ideología y Utopía, Conferencia introductoria, Gedisa, Barcelona. Rosaldo, Renato 2000 Cultura y Verdad. La reconstrucción del análisis social. Ed. Abya-Yala, Ecuador. Sacchet, Patricia de Oliveira Freitas 2009 Da discussão “clown ou palhaço” às permeabilidades de clownearpalhaçar. Disertación de Maestría en el Programa de Posgrado en Artes Escénicas, Universidad Federal de Río Grande del Sol, Porto Alegre, Brasil. Salvat, Ricard 1983 El teatro como texto Ed. Montesinos, España. 216 Santos, Martin 1999 “vergüenza y conflicto en grupos pandilleros de un barrio popular de Lima”, en Aldo Panfichi y Marcel Varcarcel (editores), juventud: sociedad y cultura, Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú, Lima. Schechner, Richard 2004 Restauración de la conducta en: Estudios avanzados de performances, Diana Taylor y Marcela Fuentes (comp.) F.C.E. México. Scott, J. 2000 Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos, ERA, México, 314 pp. Sennet, Richard 1997 cuerpos cívicos. La nueva York multicultural, en Carne y Piedra. El cuerpo y la ciudad en la Globalización Occidental, Alianza Editorial, Madrid. Sierra, Madeline 2001 El payaso: La historia, la técnica, su influencia en el teatro y significación social en México. Tesis de Licenciatura en Arte y Literatura Dramática. Facultad de Filosofía y Letras. U.N.A.M. México. Socorro Merlín, Zamorano, Miranda Silva, Velarde Cruz 2012 Fronteras del circo. Antecedentes, desarrollo y arte del circo. INBA, México. Rico Medina, Zazhil Citlalli 2013 Hacia una derfinición del payaso. Tesis de Maestría en Arte Contemporáneo y sociedad, Universidad Autónoma de Querétaro, México. Thompson, John 1993 Ideología y cultura moderna, capítulo 2, UAM-Xochimilco, México. Trapero-Llobera, P. 2002 “El teatro, texto o espectáculo: ¿un debate siempre vivo?”. Rilce 18.2 pp. 295-306 Servicio Publicaciones Universidad de Navarra, España. Turner, Bryan S. 1989 El cuerpo y la Sociedad, exploraciones en teoría social. F.C.E. México. 217 Turner, Víctor 1974 Dramas, Fields and Metaphors. Symbolic Action in Human Society (Symbol, Myth and Ritual), Cornell University Press, EEUU. 1987 The anthropology of performance. PAJ Publications, New York. 2007 La selva de los símbolos, ed. Siglo XXI, Buenos Aires. Vallverdú, Jaume 2007 “Mi cuerpo es un templo de Dios, Carisma y emoción en los sistemas religiosos”, Revista Iztapalapa, Año 28, núm. 62-63 enero-diciembre. Vargas Cetina, Gabriela 2014 “Interpretación, presentación y representación: modos performativos en la trova yucateca”, ALTERIDADES, 24 (48): Págs. 47-58. Vázquez Montoya, Roberto 2000 La agrupación teatral utopía urbana; diez años de experiencia en el teatro popular. Tesis de Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro, UNAM, México. Vélez Monroy, Ana Luisa 2013 Imagen y función estética del payaso callejero en la Ciudad de México (tesis de maestría). U.N.A.M. Posgrado en Historia del Arte. México. Vergara Figueroa 1997 Cesar Abilio. Apodos, la reconstrucci6n de identidades. Estética del cuerpo, deseo, poder y psicología popular., Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. 2013 “contextos: el lugar pertenece a un territorio y articula redes, en Etnografía de los lugares. Una guía antropológica para estudiar para estudiar su concreta complejidad”, ENAH-INAH, PROMEP; CONACULTA; Ediciones Navarra, México, 2013. 16 Vich, Víctor 2001 Con los cómicos en las plazas: trabajo callejero y experiencia etnográfica” en el discurso de la calle. Los cómicos ambulantes y las tensiones de la modernidad en el Perú, red para el desarrollo de las ciencias sociales en el Perú, lima. 218 2004 Desobediencia simbólica. Performance, participación y política al final de la dictadura fujimorista. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Perú. Wacquant, Loïc 2001 “Parias Urbanos. Estigma y División en el gueto norteamericano y la periferia urbana francesa”, en Parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio, Manantial, Buenos Aires. 2005 en Protección, Disciplina y Honor. Una sala de Boxeo en el gueto Americano, en Francisco Ferrándiz y Carles Feixa, jóvenes sin tregua. Culturas políticas de la violencia, Anthropos, Barcelona, 2005. 2006 Entre la Cuerdas, Cuadernos de un aprendiz de boxeador. 1ª ed siglo XXI. Buenos Aires. Weisz, Gabriel 1998 Dioses de la peste. Un estudio sobre literatura y representación, U.N.A.M. Siglo XXI, México. Williams, Raymond 1977 Marxismo y Literatura, Ed. Península, España. With, Louis 1998 El urbanismo como modo de vida, en Bassols y otros (comp.) Antología de sociología urbana, UNAM, México. Wolf, Erick 2001 Introducción en: Figurar el Poder, Ideologías de Dominación y Crisis, CIESAS; México. Zarate Vidal, Margarita 1997 “La categoría identidad en la antropología mexicana actual” Inventario Antropológico, Vol.3. UAM-I. México. 219