Ejecución del Duque de Enghien.

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Ejecución del Duque de Enghien.
Napoleón que en aquel momento ostentaba el título de consul vitalicio instado por sus ministros Talleyrand y
Fouché , acusa a Henri de Borbon Condé, Duque de Enghien, de ser el instigador de la conjura que se descubrió
recientemente y cuyos cabecillas, los generales Moreau y Pichegru, ambos militares y héroes de las guerras
revolucionarias fueron detenidos.
El 14 de marzo, un destacamento de Dragones franceses al mando del general Ordiner atraviesa la frontera del
estado alemán de Baden sin permiso, raptando al Duque de Enghien de su residencia en Ettenheim, para
llevárselo a Francia con la intención de juzgarloLa detención de produjo sin un sólo disparo por ninguna de las
partes.Posteriormente el Duque de Enghien encerrándo en la prisión fortaleza de Chateu de Vincennes.
El joven príncipe Borbón será sometido a un Consejo de Guerra sumarísimo, en el que se le acusa de traición.
El tribunal estará compuesto de cinco jefes militares de zona y presidida por el general Hullin, y sin abogado
defensor.
Durante el interrogatorio, el príncipe reconoció hechos ya conocidos por todo el mundo como haber formado
parte del ejercito de su abuelo durante las guerras revolucionarias. Sobre su residencia en Badén en los dos
últimos años afirmó que el elector de Baden le había permitido su residencia allí y había decidido quedarse allí
ya que dicho príncipe elector le había autorizado a la caza, lo cual era una de sus principales entretenimientos.
Respecto a si recibía algún tipo de pago de Inglaterra afirmó que recibía una pensión para su manutención.
También respondió en cuanto a su correspondencia con Inglaterra, la cual era con algunos de sus familiares
exiliados.
Todo esto era de sobra conocido. En cuanto a la principal acusación el Duque afirmó que no conocía a Pichegru
y que por lo que tenía oído de él, repudiaba los métodos mediante los cuales el general quería hacer un cambio
de gobierno en Francia.
Tras apenas unas horas de juicio el joven duque será hallado culpable de los siguientes cargos y sentenciado
a pena de muerte:
-de haber portado las armas en contra de la República francesa.
-de ofrecer sus servicios al gobierno inglés, nación enemiga de Francia.
- de recibir y acreditar ante su persona a agentes del gobierno inglés, el cual le procuró los medios de practicar
el espionaje en Francia y de haber conspirado con ellos en contra de la seguridad interior y exterior del Estado.
- de haberse puesto a la cabeza de una agrupación de emigrados y demás, pagados por Inglaterra, junto a las
fronteras de Francia, en los países de Friburgo y Baden.
- de haber practicado la conspiración en la ciudad de Estrasburgo, con el propósito de provocar el levantamiento
en departamentos cercanos para hacer operar allí una revuelta favorable a Inglaterra.
- de ser uno de los promotores y cómplice de la conspiración tramada por los ingleses en contra de la vida del
Primer Cónsul, y que debía, en caso de haber tenido éxito , llevar a cabo la invasión de Francia.”
El príncipe será fusilado la madrugada del 21 de marzo, manteniendo una absoluta compostura y serenidad en
todo momento.
El Duque de Enghien era sucesor al trono de Francia por línea directa tras el asesinato de la los reyes durante
la Revolución Francesa, Antes de ser ejecutado, teniendo a su lado al perro Mohilof, que iba a regalarle a su
futura esposa, el príncipe borbón, le entrega a uno de los gendarmes, un sobre dirigido a su prometida, Charlotte
Rohan, conteniendo un mechón de sus cabellos y un mensaje .El sobre no se le hizo llegar nunca a la
destinataria. Ella, llena de dolor, guardó luto hasta su propia muerte.
Los pormenores del luctuoso suceso llagan rápidamente a los monarcas europeos, comenzando a recelar aún
más de las intenciones del Cónsul Vitalicio francés, causando gran impacto especialmente en la corte rusa
Dentro de unos dos meses, el 18 de mayo, Napoleón emitirá un decreto nombrándose Emperador de Francia.
La muerte del Duque de Enghien ha pasado a la historia como uno de los mayores errores políticos de
Napoleón, ya que entre sus propios contemporáneos fue una acción criticada tanto desde el interior del país
como desde el resto de las monarquías europeas y reavivó los perores recuerdos de los momentos más caóticos
de la revolución.
En palabras de sus contemporáneos “fue más que un crimen, fue un error”.
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